geopolítica boliviana. la tensión 'cambas vs. collas

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Geopolítica boliviana. La tensión Cambas vs. CollasAutor: Lic. Damián Andrada Fecha: Julio 2012 Lugar: Buenos Aires - Argentina Mail: [email protected]

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Geopolítica boliviana.

La tensión “Cambas vs. Collas”

Autor: Lic. Damián Andrada

Fecha: Julio 2012

Lugar: Buenos Aires - Argentina

Mail: [email protected]

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A. Introducción

En Geopolítica: una re-visión de la geopolítica mundial, el geógrafo político británico John Agnew

entiende a la disciplina como “el examen de los supuestos, clasificaciones y explicaciones

geográficas que participan en el diseño de la política mundial”. En este sentido, dentro de los

muchos conceptos que nos propone el autor, nos resulta de particular importancia el de

“imaginación geopolítica moderna”.

“La imaginación geopolítica moderna es un sistema de visualización del mundo con

hondas raíces históricas en el descubrimiento europeo de la totalidad del mundo. Se

trata de una imagen elaborada del mundo y no de una imagen sencilla y espontánea

que nazca de una mera contemplación del mundo desde el ‘sentido común’. La

imaginación geopolítica moderna, al ser un sistema de teoría y práctica, no ha

existido ni existe en el vacío.” 1

De este modo, Agnew entiende a la imaginación geopolítica moderna (IGM) como el “uso de

metáforas visuales del mundo”, “deliberadas”, que definen el “espacio ideológico” y respaldan

ciertas políticas e intervenciones que son interpretadas según dichas representaciones.

Si bien la IGM da prioridad a la escala global y en segundo lugar al nacional-estatal, existe un nivel

más de estratificación del espacio que es al cual tomaremos como referencia para nuestro análisis:

la escala regional, que refiere a las partes del Estado.

Dentro de esta visualización del espacio global que nos plantea la IGM, Agnew hace hincapié en la

“dicotomía global Oriente-Occidente” surgida en los siglos XVII y XVIII, según la cual Occidente

propondrá una “jerarquía de lugares” donde “el mundo más allá del horizonte es caótico y

peligroso”. Mediante esta ficción, Occidente constituirá a Oriente como un “otro” a fines de

construir “imágenes propias”: Occidente se auto-constituirá como un “proyecto civilizatorio”

frente a un Oriente considerado “despótico y carente de formas plurales de organización política”.

Así, Europa creará un artificio intelectual para diferenciarse del resto mediante clasificaciones

raciales y culturales. “Las sociedades sólo pueden existir definiéndose a sí mismas en

contraposición a algo exterior”, agregará el especialista.

1 AGNEW, John, Geopolítica: una re-visión de la geopolítica mundial, Madrid, Trama Editorial, 2005, p. 7.

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En el siglo XIX, la dicotomía “Oriente-Occidente” será reemplazada por la figuración “Norte vs.

Sur”, a partir de la incipiente división internacional del trabajo. Esta división binaria se acentuaría

en el siglo XX, a través de un sistema mercantil que se basaba en la especialización nacional de la

producción (según las propiedades naturales de cada Estado, como explicitaba el liberalismo

económico) y un sistema de producción e intercambio global.

Con el comienzo de la “Guerra Fría”, la interpretación dual “Norte-Sur” agregará a un participante

más para pasar a una IGP de “Tres Mundos”: a) el “Primer Mundo” capitalista liderado por los

Estados Unidos, b) el “Segundo Mundo” socialista, liderado por la Unión de Repúblicas Socialistas

Soviéticas (URSS) y c) el “Tercer Mundo” conformado por aquellos países que no integraban

ninguno de los dos sistemas ideológicos. Con la caída de la URSS y el fin de la guerra fría, se vuelve

a una dicotomía de tipo binaria sobre la cual existen dos vertientes: la diferencia entre Estados

pobres y ricos, representada en la antinomia “Norte-Sur” o la neo-polarización del siglo XXI que

emerge con el atentado a las Torres Gemelas y reconfigura el clásico “Occidente-Oriente”.

En consecuencia, basándonos en los conceptos de “imaginación geopolítica” y “dicotomía binaria”,

explicaremos la antinomia “Cambas vs. Collas” que es el eje central de la geopolítica boliviana.

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B. Aproximación a la “tensión regionalista”

En 2009, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) realizó una publicación

titulada Tensiones irresueltas en Bolivia, la cual refleja los conflictos inherentes al Estado

Plurinacional de Bolivia que mellan el camino del país hacia el desarrollo. Con este libro, el

organismo de la ONU pone el énfasis en uno de los principales problemas de la nación boliviana

que la vuelven un caso particular: las divisiones y los conflictos internos.

En su artículo, Larga memoria de lo étnico en Bolivia, con temporales oscilaciones, el cofundador

del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA), Xavier Albó, resalta “la

persistencia de la dimensión étnica en la realidad social y política de Bolivia” y su “juego

entrelazado” con el Estado Nación y los conflictos de clase. Tras abordar los datos del último censo

de 20012, según el cual el 62 por ciento de la población se consideraba “originaria”, el autor

manifiesta que los datos del estudio “han vuelto a aflorar profundas continuidades históricas que

se mantenían subyacentes”.

A fines de poder interpretar este renacer de las antinomias identitarias, el padre Albó apelará a la

construcción histórica indigenista de la socióloga Silvia Rivera Cusicanqui quien habla de dos

etapas: la “memoria corta” y la “memoria larga”. Albó coincide con la especialista en que la

independencia boliviana en 1825 no rompe el esquema colonial de una “sociedad dual”, sino que

la mantiene y la actualiza: por un lado, encontramos una “elite minoritaria” dominante, que se

considera descendiente de los conquistadores y representante de la cultura europea; por el otro

lado, una “mayoría dominada” descendiente de los naturales del continente y conformada por

originarios. Así, la Independencia muestra la “asimetría” y la “explotación más al desnudo” de este

esquema. De este modo, se acelerará la “expoliación” de tierras y la conversión de indígenas3 a

peones. Esta “explotación más asimétrica” será llamada “sociedad neocolonial”.

2 En el presente año, se debe llevar a cabo un nuevo censo, el cual origina un gran debate en torno a las categorías

sociales y las preguntas que guiarán lo étnico. Al respecto ver “¿Mestizos?, sí, pero…” de Pablo Stefanoni.

Disponible en: www.paginasiete.bo/2012-01-03/Opinion/Destacados/18Opi00203-01-12-P720120103MAR.aspx

3 En la actualidad existe un debate respecto al modo de llamar a los indígenas al punto que la nueva Constitución habla

de lo “indígena-originario-campesino”. Este modo de denominación surge de que mientras los indígenas de Occidente se

autodenominaban “indígenas”, los indígenas de Oriente se llamaban “originarios” al sostener que el término “indígena”

provenía de la raíz “indio”, denominación aplicada por los conquistadores españoles en el siglo XV creyendo que habían

llegados a las Indias. En este trabajo, se utilizarán ambos términos indistintamente recordando un comentario de una

indígena zapatista de México: “Si bien sabemos que los argentinos quieren ser políticamente correctos con el término

‘originario’ nosotros nos reconocemos como ‘indígenas’ con todo lo político que este término significa”.

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Si bien resulta imposible argumentar a favor de esta “sociedad jerarquizada y discriminadora”,

tanto la estructura colonial como la neocolonial tendrán su justificación ideológica. Mientras la

primera será explicada por la herencia de la sociedad española estratificada y el debate en torno a

la condición humana del indígena, la segunda se aferrará a las teorías del “darwinismo social” para

esgrimir la superioridad de la raza blanca. En consecuencia, el neocolonialismo agudizó el

“dualismo asimétrico”:

“Desde su gestación y parto, Bolivia no sólo es una sociedad multicultural, sino que

este rasgo ha tomado y mantenido el perfil y la clara asimetría de una sociedad

neocolonial. Ésta es la gran estructura fundante, el “pecado original” que, de una u

otra forma, sigue condicionando al país de manera reiterada a lo largo de toda su

historia.” 4

La frase de Albó nos recuerda la célebre consigna histórico-sociológica de Karl Marx en El 18

brumario de Luis Bonaparte: "La tradición de todas las generaciones muertas oprime como una

pesadilla el cerebro de los vivos".

En su construcción histórica, Albó también recordará la Revolución de 1952 del Movimiento

Nacional Revolucionario (MNR), que llevó a cabo una serie de reivindicaciones de las clases

populares en lo económico (nacionalización de las minas y Yacimientos Petrolíferos Fiscales

Bolivianos, y la creación de la Corporación Boliviana de Fomento) y lo social (voto universal,

escuelas rurales, el fomento de la creación de sindicatos), a lo cual debemos sumar la reforma

agraria que desmanteló el sistema de haciendas en el Occidente Boliviano. Podemos decir que el

MNR se constituyó como un partido popular de masas, similar al Peronismo en la Argentina

Sin embargo, en cuanto a lo étnico la Revolución del ’52 intentó eliminar la discriminación racial

contra los indios creando la figura del “campesino”. Con este recurso, se buscaba la

“homogeneización” de la sociedad boliviana en la cual todos los sectores de la sociedad “eran

partes conscientes y deseadas del Estado-nación boliviano”. Este modo será, años más tardes,

muy criticado y, de hecho, Albó dirá que así se quiso incorporar al “indígena-hecho-campesino”.

A pesar del carácter popular del Gobierno del MNR y sus avances en materia económico-social,

Albó sostendrá que se mantuvo la estructura colonial en el “contraste brutal” entre campo-ciudad

4 ALBÓ, Xavier, “Larga memoria de lo étnico en Bolivia, con temporales oscilaciones”, en PNUD, Tensiones irresueltas en

Bolivia, La Paz, Plural, 2009, p. 24.

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y, el acceso a los bienes y servicios. En tanto que la estrategia del MNR para minimizar la

discriminación consistía en perder la identidad originaria para lograr la ciudadanía plena.

“El ideal del Estado del ‘52 era, ciertamente, la construcción de una sociedad más

inclusiva, pero uniformada por una cultura ‘mestiza’, en el sentido de que ya no era

‘indígena’ sino una cultura común cada vez más cercana a la de la sociedad blanco-

criolla dominante, dentro de una mentalidad ‘civilizatoria’ (…) De esa forma paradó-

jica, lo que inicialmente se había propuesto como un mecanismo para superar toda

discriminación étnica –y, como tal, era aceptado también por los propios interesados–

acabó produciendo un efecto boomerang: otra forma de discriminación cultural.” 5

Tras esta explicación histórica de lo “identitario” en Bolivia (a lo cual también sumará una tercera

etapa que llama “La reemergencia étnica”), Albó señalará cinco tensiones dentro de la sociedad

boliviana de la cual expondremos las tres que nos aproximan a nuestro tema de estudio

(dejaremos de lado la “tensión rural-urbana” y la “tensión unidad-faccionalismo de los

movimientos sociales”):

1. Tensión entre las identidades étnicas y la identidad nacional unificante: si bien el punto de

partida es la diversidad de identidades étnicas, la oposición al criollo dio lugar a una convergencia

interétnica de los pueblos originarios. Éste será “el condicionamiento histórico más largo y

persistente” de la formación política y social boliviana. Su consecuencia jurídica será la búsqueda

de mayor complementariedad entre derechos ciudadanos individuales, que busquen la unidad

nacional, y derechos colectivos, o sea, los correspondientes a cada pueblo indígena. La demanda

de los originarios es doble: ser “ciudadanos de primera”, sin discriminación y tener derecho a ser

iguales manteniendo la propia identidad cultural.

2. Tensión etnia-clase: pensadores como José Carlos Mariátegui, Tristán Marof o José Antonio

Arze identificaron al indio como “el más pobre entre los pobres”. Mientras el hispano-criollo

ocupará el estrato alto de la pirámide socio-económica, el indígena quedará relegado a las clases

bajas, repitiendo mucho de la contradicción clase dominante-clase explotada. En este contexto,

los teóricos marxistas interpretarán la realidad a través de la lucha de clases, relegando la

contradicción étnica como algo superestructural o racista. Parafraseando a los kataristas, Albó dirá

que la etnia y la clase son “los dos ojos” con las que hay que comprender la realidad boliviana.

5 ALBÓ, Xavier, Op. Cit., p. 26

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3. Tensión regionalista: su expresión se da en la “contradicción colla vs. camba” o el Occidente

andino y la Medialuna en Oriente, que abarca las tierras bajas orientales y el departamento6 de

Tarija. Esta antinomia guarda larga data y algunos la consideran como la “contradicción

fundamental”. Las diferencias, no son sólo culturales, sino también ecológicas, étnicas,

socioeconómicas y, sobre todo, políticas. Más allá de que en el Oriente predomina la cultura

hispano-criolla, las elites de la Medialuna también tienen control de la tierra y el petróleo, y son

mucho más ricas que el resto de Bolivia.

Como bien señalamos en la introducción, el presente trabajo analizará en profundidad esta

tensión regional conocida bajo la construcción “Cambas vs. Collas”. Pero antes, vamos a ver de

qué hablamos cuando hablamos de regionalismo.

6 En el Estado Plurinacional de Bolivia, un departamento sería el equivalente a una provincia en Argentina.

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C. El regionalismo

I. La problemática del poder

“El regionalismo es el poder que poseen las regiones interiores de un país y que se

expresa en conductas, actitudes y acciones. En Bolivia, las regiones rivalizan entre sí

creando animosidades recíprocas; compiten por influir más en la conducción del

Estado y cuestionan los actos de un gobierno nacional autoritario e hipercentralizado.

Visible a todo lo largo del proceso histórico boliviano, el regionalismo dificulta una

administración estatal eficiente y obliga al gobierno central a tomar decisiones que

pueden ser perjudiciales o contraproducentes para el país.” 7

A través de esta cita, el historiador José Luis Roca entiende al “regionalismo” y su consecuente

problemática de poder que significó para el desarrollo de la nación boliviana: el país debe resolver

esta contradicción para consolidar su institucionalidad y encarar acciones para el desarrollo. El

historiador definirá a Bolivia como un país “fragmentado en regiones”, las cuales son guiadas por

una elite que representa a un “agregado social heterogéneo” y cuya visión de país está guiada por

sus intereses.

En la línea de Xavier Albó, Roca entiende que el “regionalismo” es la “contradicción principal” y

que la misma responde a que los departamentos poseen más fuerzas que el propio Estado:

sujetos a regímenes autoritarios y paternalistas, y guiados por el capricho en lugar de la sensatez,

los departamentos actuarán como “grupos de presión”. Ante este accionar, el Estado invocará a la

“unidad nacional” y dirá que la descentralización decantaría en una destrucción del país. Producto

de este mecanismo, la matriz unitaria y anti-federal trascenderá a todos los gobiernos nacionales

independientemente de su signo político. Esta puja entre Estado y Departamentos llevará a una

lucha “centrífuga” que generará una permanente inestabilidad: se crea una atmósfera contraria a

la gobernabilidad y se erosiona la autoridad del Estado.

Para Roca, el denominador común de los regionalismos subyace en “la afirmación de un

sentimiento regional, el sentido de pertenencia a un terruño, el orgullo identitario de un

conglomerado humano en el que existen hondas diferencias económicas y sociales pero que, sin

7 ROCA, José Luis, “Regionalismo revisitado”, en PNUD, Tensiones irresueltas en Bolivia, La Paz, Plural, 2009, p. 69.

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embargo, se sienten parte de una ‘comunidad imaginada’”8. Quien visite el Estado Plurinacional

de Bolivia, podrá vivir este sentimiento en carne propia.

Por su parte, en su artículo Hegemonías y ejemonías: una perspectiva histórica sobre los recursos

del Estado, la Doctora en Historia Rossana Barragán sostiene que el concepto “región” es un

término “elástico”:

“En la oposición contemporánea Occidente-Oriente las regiones corresponden a

grandes áreas geográficas que van más allá de la unidad político-administrativa del

departamento (…) Pero las regiones pueden ser también realidades geográficas

mucho más circunscritas al interior de los departamentos y provincias. Lo anterior

muestra que la región y sus fronteras varían, lo que significa que no existe región per

se en tanto recorte espacial y territorial fijo y estable sino que la región es dotada de

contenido y de fronteras en el ámbito de disputas políticas cambiantes.” 9

A partir de esta definición, Barragán sostendrá que en Bolivia la disputa política posee un carácter

regional debido a que ni se tuvo un Estado fuerte que pudiera “absorber a las partes” ni las partes

fueron “lo suficientemente sólidas” como para construir un gobierno federal.

En sintonía con Albó y Roca, la académica sostendrá que la oposición regional es “fruto y

expresión de herencias culturales propias”, y encontrará la presencia de todos los ingredientes de

nacionalismo: “Geografías distintas, orígenes e historias diferentes, ‘razas’ diversas, liderazgos y

proyectos políticos propios que esencializan a cada una de las partes”10.

II. Breve genealogía de los regionalismos en Bolivia

José Luis Roca señala que, en Bolivia, la hegemonía “cambia de sitio”. Mientras en la mayoría de

los países, el poder se ejerce desde un centro territorial hegemónico hacia el interior, mediante

una atracción centrípeta, el caso boliviano es un caso “sui generis”: “la región dominante migra”,

o sea, “cambia de lugar”. A la vertiente migratoria de Roca, Barragán plantea una tesis

“ejemónica” dado que en Bolivia nunca existió la hegemonía de una región: “Es claro que más que

8 Ibídem, p. 74.

9 BARRAGÁN, Rossana, “De Hegemonías y Ejemonías: una perspectiva histórica sobre los recursos del Estado”, en PNUD,

Tensiones irresueltas en Bolivia, La Paz, Plural, 2009, p. 92.

10 Ibídem, p. 91.

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un centro se tuvieron ejes es decir el predominio de amplios espacios y regiones”11. Para la

autora, si bien el centro siempre fue disputado, nunca pudo consolidarse uno solo.

El súmmum de esta “hegemonía no hegemónica” se puede observar en la “doble capitalidad”

boliviana: mientras que Sucre es la capital del Estado Plurinacional de Bolivia y donde reside el

Poder Judicial, La Paz es la Sede de Gobierno y donde se encuentra el Poder Legislativo.

II. I. La primera tensión regional: “Norte vs. Sur”

José Luis Roca señala que la primera rivalidad entre regiones se dio desde la fundación del país en

1825 hasta 1899, año en que se designó a La Paz como capital de Bolivia y se rechazó el

federalismo a partir de la aceptación de la Constitución de 1880, que tenía un claro sesgo unitario.

En ese momento, los unitarios sostenían que las condiciones de infraestructura eran precarias; la

comunicación, escasa; y el presupuesto, insuficiente. En consecuencia, para los unitarios era

necesario un control férreo de gobierno12.

Roca describirá a esta primera antinomia como longitudinal y vertical: “Norte vs. Sur” o “La Paz vs.

Chuquisaca”. Apoyándose en los estudios del cruceño, Barragán explica que en esos años la

hegemonía fue “parcial y alternada” entre ambas regiones. De este modo, durante todo el siglo

XIX se alternarán políticas más favorables al norte o al sur.

Más allá de esta disputa, Barragán señala en su análisis algo muy interesante que después nos

permitirá evaluar la antinomia Oriente-Occidente: a pesar de que el aporte al presupuesto recaía

mayoritariamente sobre los departamentos con mayor cantidad de población originaria (el tributo

indígena se pagó desde la fundación boliviana y los obligaba a pagar un impuesto) o mineros

(desde 1880, las recaudaciones estatales por las exportaciones minerales serían esenciales para el

presupuesto y, más importante aún, coparticipables), las distribuciones presupuestarias serían

cuantitativamente similares a pesar de las grandes diferencias de población entre departamentos.

Este análisis le permitirá a Barragán sostener una premisa más que interesante: dada la

redistribución equitativa del presupuesto entre los departamentos (que osciló entre el 3 y el 8 por

ciento) sin contemplar las diferencias sustanciales en materia demográfica, el centralismo

favoreció a los departamentos del Oriente que al estar menos poblados recibían un mayor ingreso

per capita, creando así al regionalismo cruceño.

11

Ibídem, p.93. 12

DE MESA, José, Et. Al, Historia de Bolivia, La Paz, Editorial Gisbert, 2008, 412s.

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II. II. La segunda tensión regional: “Occidente vs. Oriente”

José Luis Roca señala que la segunda polarización surge en la segunda mitad del Siglo XX. Con el

rápido desarrollo de la agricultura, la agroindustria y los hidrocarburos en Santa Cruz de la Sierra,

y el declive de la minería en La Paz, nace la antinomia “La Paz vs. Santa Cruz” u “Occidente vs.

Oriente”. Roca explica que para el desarrollo de Santa Cruz, la Revolución de 1952 cumplió un

papel importantísimo: el Gobierno del “Doctor” Paz buscó la integración económica de ese

departamento a través de una carretera estratégica e inversiones estatales en la agricultura.

El investigador responsable de la Unidad de Recursos Naturales y Productivos del Centro de

Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), Enrique Ormachea Saavedra, realiza una

lectura similar a la del historiador respecto al desarrollo de la agricultura en Santa Cruz. Antes de

la Reforma Agraria del ’53 Bolivia era importador de alimentos, no había articulación entre

Oriente y Occidente, y el Oriente estaba casi despoblado. Retomando la idea de la “misión Bohan”

realizada en el ’43 que planteaba que Bolivia debía fortalecer su agricultura y que la zona más

apta eran los llanos de Santa Cruz de la Sierra, el Gobierno del “Doctor” Paz fortaleció las

empresas agrarias cruceñas, promovió la inmigración de mano de obra japonesa e inició un

proceso de colonización interna de los llanos a través de la población sedentaria del altiplano y el

valle, quienes serían la fuerza de trabajo en el campo y en la agroindustria.

“El MNR realizó lo que se conoció como ‘el avance hacia el Oriente’. El objetivo de la

Reforma Agraria fue desarrollar el capitalismo en la agricultura y especialmente en

Santa Cruz. La ley planteaba que todas las haciendas se convirtieran en empresas

capitalistas: las obligaba a romper con toda relación de servidumbre e, incorporar

trabajo asalariado masivamente y tecnología. El MNR se planteó un proceso de

sustitución de importaciones de alimentos, creó una pequeña agroindustria con base

en la producción de azúcar e ingenios arroceros y brindó apoyo estatal en términos de

créditos y asistencia técnica al agro de Santa Cruz”. 13

La opinión de Ormachea Saavedra es similar a la de Barragán, quien como ya indicamos, sostiene

que el centro construyó y fortaleció al Oriente. La historiadora indica que esta premisa se puede

ampliar más aún si tenemos en cuenta la fragilidad del presupuesto cruceño (que fue

subvencionado constantemente con los excedentes de La Paz y Potosí) o la dependencia del

13

Entrevista con Enrique Ormachea Saavedra. Realizada el 25 de enero de 2012 en La Paz (Bolivia).

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centro por parte de Beni y Tarija. Asimismo, el centro también financió la construcción estatal y

gran parte de los servicios que los departamentos “chicos” no podrían haber enfrentado por sí

mismos. Para Barragán la historia cruceña comenzará a cambiar hacia mediados del siglo XX a

partir de dos hechos puntuales:

A diferencia de las exportaciones de minerales que eran un ingreso nacional, en 1938, se

dispuso que el 11 por ciento del valor de la producción de petróleo se destinara a pagos en la

región donde ésta se hubiera originado. Mientras los minerales eran extraídos mayoritariamente

en Occidente, los hidrocarburos eran extraídos en los departamentos del Oriente. Esta política

petrolera logró que el petróleo sea fundamental para Santa Cruz de la Sierra: ya en 1949, el 38 por

ciento de sus ingresos provendría de la extracción de combustible.

Como señala Ormachea Saavedra, en 1942 se lleva a cabo la misión estadounidense dirigida

por Merwin Bohan, cuyo informe se denominó Informe de la Misión Económica de los Estados

Unidos a Bolivia y es conocido como “Plan Bohan”. El documento demarcaría las políticas hacia el

Oriente de los gobiernos venideros y planteaba la necesidad de fomentar las comunicaciones,

desarrollar la agricultura y poner énfasis en la producción de hidrocarburos.

Frente a este análisis, la historiadora planteará que la única política que tuvo sostenibilidad en el

tiempo fue “el flujo constante de inversiones y capitales hacia Santa Cruz”. De este modo, Santa

Cruz de la Sierra se convierte en una región que “ha sido privilegiada de manera bastante clara en

la segunda mitad del siglo XX”.

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D. La tensión “cambas vs. collas”

Como bien dan cuenta el padre Xavier Albó, el historiador José Luis Roca y la historiadora Rossana

Barragán, una de las principales tensiones bolivianas es la antinomia entre el Oriente y el

Occidente boliviano, si bien esta contradicción ha perdido fuerza en comparación a los

acontecimientos ocurridos en 2008, de los cuales hablaremos luego.

Retomando el marco teórico de Agnew, podemos notar que la geopolítica nacional boliviana

“visualiza” una “dicotomía binaria” entre dos regiones que construyen “imágenes propias” y se

diferencian de “el otro”. Ambas regiones representarán un “espacio ideológico” político, econó-

mico, cultural y racial, que encontrará en la otra región a la causante de la decadencia boliviana.

Retomando el marco teórico del geopolítico, podemos decir que el mapa de la derecha representa

la “visión del mundo-como-una-imagen”. En el caso del Estado Plurinacional de Bolivia, las dos

regiones antagónicas son el Oriente (la “Medialuna”, en naranja) y el Occidente (en gris). Tal como

indica Agnew, a través del concepto de “geografía binaria”, cada región “sólo puede existir

definiéndose a sí misma como contraposición” a la otra. Sin embargo, a diferencia de Europa que

pone límites geográficos unilateralmente, en Bolivia ambas regiones compartirán la intención de

diferenciarse de la otra.

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I. El Oriente: los cambas

“No todos somos indios en Bolivia.

En Santa Cruz somos altos, blancos y sabemos inglés” 14

Gabriela Oviedo, Miss Bolivia 2004

Esta región está comprendida por los departamentos de Beni, Pando, Tarija y Santa Cruz de la

Sierra15, siendo esta última la vanguardia de las gobernaciones críticas al actual Gobierno de Evo

Morales. El historiador José Luis Roca explica: “El término ‘camba’ ha sufrido una evolución.

Durante mucho tiempo se lo empleó para referirse a los estratos sociales bajos del Oriente y

poseía una connotación peyorativa y racista. Pero en los últimos años hubo un cambio radical y

ahora se lo usa como orgulloso emblema de la sociedad del Oriente en su conjunto, con la

pretensión de borrar las diferencias entre indígenas y no indígenas”16. A propósito, cabe destacar

que al contrario de lo que comúnmente se piensa, los llanos del Oriente cuentan con población

originaria autóctona (las dos etnias orientales más importantes son los guaraníes y los

chiquitanos17, y sus prácticas sociales son muy diferente a la de los indígenas de la región

occidental-andina), además de haber un porcentaje importante de migración interna que en el

último censo de 2001 representaba más del 40 por ciento de la población cruceña18.

A comienzos del Siglo XXI, el oriente boliviano también comenzó a ser llamado bajo el término

“Medialuna”, a partir de la metáfora visual y geográfica que representa la unión de los cuatro

departamentos en el mapa de Bolivia (ver mapa 2). El historiador José Luis Roca agrega que los

cuatro distritos comparten “las características raciales y culturales: predominio de la herencia

hispánica y poca influencia de la minoritaria población indígena”, mientras que su modelo

económico es el “desarrollo neocapitalista y la economía de mercado”.

14

Más allá de la desaprobación general, el grupo de música Kala Marka le dedicó una canción a la modelo llamada “A

Miami”. Disponible en: www.youtube.com/watch?v=umJ-65L-en4 El título es un juego de palabras con los tres

proverbios quechuas “Ama sua, ama llulla, ama quilla” (No robar, no mentir, no ser flojo). 15

Cabe destacar que algunos teóricos también suman al departamento de Chuquisaca, si bien (poco) más de la mitad de

su población es indígena. 16

ROCA, José Luis, Op. Cit., p. 83. 17

Fuente: Instituto Nacional de Estadística (INE) del Estado Plurinacional de Bolivia. Disponible en www.ine.gob.bo/cgi-

bin/Redatam/RG4WebEngine.exe/PortalAction?&MODE=MAIN&BASE =TallCreac&MAIN=WebServerMain.inl

18 Fuente: INE. Disponible en www.ine.gob.bo/cgi-bin/Redatam/RG4WebEngine.exe/PortalAction?&MODE=MAIN&BASE

=TallCreac &MAIN=WebServerMain.inl

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Por su parte, los especialistas Pablo Stefanoni y Hervé Do Alto señalan en su libro La revolución de

Evo Morales. De la coca al palacio que la construcción identitaria cruceña se basa en una

dimensión desarrollista:

“Los ejes de esta construcción identitaria pueden resumirse en la contraposición entre

el Occidente y la vieja Bolivia, por un lado, y Santa Cruz, el empuje, el futuro, por el

otro, mediante varias categorías opuestas sintetizadas en la contraposición entre una

Bolivia presentada como encarnación de un pasado de fracasos frente a una Santa

Cruz que encarnaría el futuro deseado.” 19

Stefanoni y Do Alto explican que esta premisa y las ideas autonomistas de 2008 encuentran

“sustrato económico” en el hecho de que desde la década del ‘70 la economía de Santa Cruz ha

acrecentado su importancia en el Producto Bruto Interno (PBI) boliviano, a la vez que sus

industrias son las que presentan más dinamismo y desarrollo; especialmente las actividades

extractivas y las agroexportadoras.

Muestras de esto, es que el Instituto Nacional de Estadísticas señala que la participación de Santa

Cruz en el PBI de Bolivia es la mayor con el 27,28 por ciento, seguida de cerca por la economía

paceña con el 25,13%. Les sigue la economía cochabambina con el 14,91% lo cual demuestra la

importancia de los dos anteriores distritos. Por último, cabe destacar que la participación cruceña

superó por primera vez en la historia a la paceña en 1998, cuando marcó su máximo histórico del

30,36 por ciento. A partir de allí, el PBI de Santa Cruz siempre estuvo en primer lugar20.

Finalmente, la frase de la Miss Bolivia 2004 que señalamos al comienzo de este apartado no es

casual, dado que, más allá de lo racial, el “saber inglés” es un fiel exponente de la “taxonomía

geográfica moderna” de la que nos habla Agnew: como señalan Stefanoni y Do Alto, Santa Cruz se

considera la región “avanzada” frente al Occidente “atrasado”. Hablar inglés como los británicos o

los estadounidenses será una condición de superioridad.

19

STEFANONI, Pablo y DO ALTO, Hervé, La revolución de Evo Morales. De la coca al palacio, Buenos Aires, Capital

Intelectual, 2006, p. 87.

20 FUENTE: INE. Disponible en: www.ine.gob.bo/indice/general.aspx?codigo=40203

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- 15 -

II. El Occidente: los collas

“Los cambas no nos quieren”

Ovidio Paredes, vecino de El Alto.

Está región está conformada por aquellos departamentos situados sobre la Cordillera de Los

Andes: Potosí, Chuquisaca, Oruro, Cochabamba y La Paz. Roca explica su origen: “La expresión

‘colla’ nació en el Oriente como denominador común de todos los habitantes de Occidente, sean

indígenas o no, y con el mismo carácter peyorativo y racista. Pero, gradualmente, se ha ido

popularizando y es cada vez más aceptado por amplios sectores de la población andina”21.

La población de la “macroregión andina” es en su mayoría quechua (los descendientes del Imperio

Inca y la mayor nación en Bolivia) o aymaras (los descendientes de los señoríos aymaras pre-

incaicos conquistados por los incas en el siglo XV, que son la segunda nación y a la cual pertenece

el Presidente Evo Morales). A diferencia del liberalismo económico promovido por el Oriente, las

naciones andinas proponen volver a las “formas societarias prehispánicas”, representadas por el

modelo de desarrollo del Suma Qamaña o “Buen vivir”, que como superación al socialismo

propone una relación armónica con la Pacha Mama. Si bien existen diferencias entre los sectores

rurales y los urbanos, la mayoría de los habitantes del Occidente boliviano apoyan a Evo Morales.

El coordinador nacional del Programa Nina22, Walter Limache, explica que, desde la llegada de este

Gobierno los aymaras han avanzando de manera lenta, pero contundente, en la ocupación de los

espacios de decisión política local, regional y nacional, y describe a la nación del siguiente modo:

“Si hay que tipificar a los aymaras, debemos decir que son persistentes, de larga

resistencia. Desde su propio sufrimiento, los collas son dominantes, muy intolerantes,

resistentes y tenaces. Nosotros decimos que son ‘janiwuas’, o sea, duros, persistentes,

dicen siempre que ‘no’. Son muy luchadores.” 23

21

ROCA, José Luis, Op. Cit., p. 83. 22

El Programa Nina está conformado por dos redes nacionales de ONGs bolivianas UNITAS y AIPE, y tres ONGs que

trabajan en el ámbito rural, CIPCA, ACLO e IPTK. El programa es “un espacio de formación y aprendizaje colectivo de

dirigentes y líderes Campesino Indígena Originarios de Bolivia”. Durante años ha formado a cientos de dirigentes que en

la actualidad forman parte del Gobierno Nacional y Departamental.

Más información en: www.redunitas.org/nina/index.php 23

Entrevista con Walter Limache. Realizada el 23 de enero de 2012 en La Paz (Bolivia).

Page 17: Geopolítica boliviana. la tensión 'cambas vs. collas

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Ideológicamente, la población del Occidente es representada por el katarismo24, nacido en la

década del ’70 de la mano de jóvenes indígenas que, al migrar del campo a la ciudad, sufren la

discriminación y la exclusión. En su artículo Cuando el nacionalismo se pone el poncho, el

académico francés Hervé do Alto señala que el Movimiento Al Socialismo de Evo Morales es “una

articulación del indianismo y el marxismo en el marco de un proyecto nacionalista”. El académico

explica que el katarismo, como expresión del indianismo, reivindica la “identidad india” y

revaloriza “lo indio” como una cuestión de clase.

“Los kataristas consideran que existe una doble opresión del campesinado: a nivel

social y cultural como indio y a nivel económico por la explotación de su fuerza de

trabajo. En cierta medida, la ideología katarista también tiene una dimensión

nacionalista, ya que reivindica para sí las conquistas de 1952.” 25

En contrapartida al pensamiento cruceño, a través de las luchas en contra del neoliberalismo, los

collas entenderán que ellos mismo representan lo bueno de Bolivia, superando al liberalismo

económico representado por las elites de Santa Cruz de la Sierra. Desde 2000, los “collas” llevarán

su lucha a través de un discurso que habla de la descolonización, la auto-representación indígena-

popular y la nacionalización de los recursos naturales.

Por su parte, el Vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, será el mayor exponente y

“traductor” de la antinomia: “Las clases sociales hoy confrontadas pertenecen a ubicaciones en el

espacio social material y objetivamente antagónicas y con unas distancias geográficas reales que

no hacen más que materializar y ahondar sus distancias políticas”26. El intelectual explicará que en

el siglo XXI, las ideas fuerzas de los “collas” vivirán una victoria simbólica y girarán en torno a

cinco ejes: la descolonización, el pluralismo cultural, el estatalismo productivo, la democratización

social de la política y la desconcentración territorial.

24

En referencia del líder indígena Tupac Katari que, al igual que Tupac Amaru en Perú, lideró alzamientos indígenas a

finales del siglo XVIII. Al momento de ser asesinado, el indígena esbozo la famosa frase que en Argentina se atribuye a

Eva Perón: “Volveré y seré millones”. 25

DO ALTO, Hervé, Cuando el nacionalismo se pone el poncho. Una mirada retrospectiva a la etnicidad y la clase en el

movimiento popular boliviano (1952-2007), en SVAMPA, Maristella y STEFANONI, Pablo, Bolivia. Memoria, insurgencia y

movimientos sociales, Buenos Aires, Clacso Libros, 2007, p. 30. 26

GARCÍA LINERA, Álvaro, La potencia plebeya. Acción colectiva e identidades indígenas, obreras y populares en Bolivia,

Buenos Aires, Clacso Coediciones y Prometeo, 2008, p. 398.

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E) El “ser cruceño”

En su libro ¿Vos confiás? Capital social, identidad y desarrollo en Santa Cruz, la destacada analista

cruceña y actual Ministra de Autonomías, Claudia Peña Claros, realiza un completo análisis de la

identidad cruceña, el cual se suma a otros trabajos propios sobre la misma temática.

La especialista explica que, si bien la identidad cruceña es el resultado de una “articulación

histórica”, en la actualidad es “un movimiento de respuesta al ascenso de los movimientos

sociales” y su ciclo de protestas indígenas y campesinas de 2003. Ante la crisis de las ideologías, el

sentimiento regional dará lugar a una “etnización de lo político” y el discurso identitario reposará

en dos características. En primer lugar, es constituido sobre la oposición camba-colla; entendiendo

por “colla” no sólo al Occidente andino, sino también al Estado. En segundo lugar, “lo cruceño”

tendrá una gran capacidad de convocatoria, dado que es “una identidad positiva que promete

éxito y bienestar futuro” a quienes se adhieran y es “fuente de orgullo” (a diferencia de “lo Boli-

viano” entendido como sinónimo de “pobre y fracasado”). En consecuencia, el discurso cumple la

función de “aglutinador” en una sociedad caracterizada por la disgregación y la desigualdad social.

Peña Claros agregará que, a diferencia de otros discursos identitarios, el de Santa Cruz de la Sierra

es articulado desde las elites y emerge cada vez que los grupos de poder se ven amedrentados por

el ascenso de sectores sociales marginados que amenazan “el sistema de privilegios económicos y

pigmentocráticos en los que se sustenta la clase dominante departamental”.

Tras su renuncia a la Prefectura cruceña y conociendo que era lectora del Vicepresidente García

Linera, la intelectual cruceña Helena Argirakis fue catalogada como “traidora”: su nombre y el de

su marido pasaron a formar parte de una lista de “infiltrados” y “espías”, y sufrieron la

persecución de las elites (al punto de no poder caminar por la plaza central). La académica

coincide con Peña Claros: “Las elites cruceñas son la transformación de los clanes: un núcleo

endogámico de relación de parentesco consanguíneo y político. Sus integrantes forman parte de

una misma clase o condición social y tienen en común la ascendencia europea directa o indirecta.

Más allá de la blanquitud que simboliza un capital racial, comparten los apellidos y la genealogía.

Esto forma una elite económica, primero, y política, luego. Si estás al margen no sos nadie, pero si

encajas tenés una vida de maravilla… Pero debés enterrar tu consciencia y tu sensibilidad”27.

En su estudio, Peña Claros mencionará tres “momentos constituyentes” de la identidad cruceña.

27

Entrevista realizada con Helena Argirakis el 31 de enero en Santa Cruz (Estado Plurinacional de Bolivia).

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I. El primer momento constituyente: la génesis de la identidad cruceña

La raíz del “ser cruceño” se retrotrae a mitad de siglo XX cuando Santa Cruz deja de ser un

territorio aislado del Occidente boliviano. La primera dimensión del origen del discurso identitario

cruceño es en referencia al Estado: en la década del ‘50 el Gobierno del MNR decide llevar la

“modernidad” a Santa Cruz a través de la “marcha hacia el Oriente” y, de este modo, deja de ser

un cuerpo “lejano e indiferente” para convertirse en una maquinaria “avasalladora y autoritaria”.

Esta transformación estatal delinea la característica más importante del discurso cruceño: la

“marginación”. Santa Cruz acusará al Gobierno central por el “abandono” sufrido durante décadas,

mientras que en tono de “épica” reclamará para sus habitantes todo el crédito por sus propios

avances. Peña Claros sostendrá que la ausencia de políticas públicas del Gobierno central desde la

fundación del país hasta la década del ’50, dará una “densidad histórica” y una “cuota de verdad”

al beligerante discurso identitario. Cabe recordar que, si bien este argumento es muy común en la

actualidad, Barragán refuta esta tesis, como ya lo hemos mencionado, diciendo que durante

décadas el centro favoreció al Oriente mediante las partidas presupuestarias (ver páginas 9-11).

Una segunda dimensión respecto al origen de “lo cruceño” será el “choque cultural” producto de

las primeras migraciones internas de Occidente a Oriente en los años ’50 y su intensificación en la

década del ’70. La sociedad de Santa Cruz sufrirá un “reacomodo” y surgirán características de

“diferenciación” y “fragmentación sociocultural”. En este contexto, el Estado también será

percibido como “colla” dado que sus integrantes son del Occidente: “Lo colla es visto como una

alteridad que llega sin haber sido convocada, y que expone e incluso impone formas de vida,

valores y costumbres no sólo diferentes, sino también en muchos casos opuestas”.28

En resumen, tanto “lo estatal” como “lo colla” serán vistos como “elementos externos y

amenazantes” que desafían la organización estamental y tradicional de Santa Cruz.

II. El segundo momento constituyente: el retorno de la democracia

En la década del ’80 habrá una segunda ola migratoria producto de la sequía que sufrió la región

andina de Bolivia. En este contexto habrá una penetración del narcotráfico y sus fortunas en Santa

Cruz que tendrán como consecuencia una corrupción social. También arribará la cultura global y

sus pautas de consumo; mientras que en el plano político, la izquierda emergerá en Bolivia junto a

28

PEÑA CLAROS, Claudia, ¿Vos confiás? Capital social, identidad y desarrollo en Santa Cruz, La Paz, Friedrich Ebert

Stiftung, 2011, p. 10.

Page 20: Geopolítica boliviana. la tensión 'cambas vs. collas

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su discurso contra-hegemónico. Frente a este escenario que amenaza la homogeneidad cruceña,

el Comité Cívico Pro-Santa Cruz buscará fortalecer los símbolos identitarios y construir un único

discurso. Así, “la cruceñidad” comenzará a convertirse en lo que Anders Bergholdt define como el

“mito ideológico en el que descansa el núcleo ideológico de toda la región cruceña”29.

En este momento constituyente, es el auge del Comité Cívico. El co-fundador de YPFB y Ministro

de Minas y Petróleo durante el gobierno del cruceño Germán Busch, Dionisio Foianini Banzer

señala: “En la historia de Santa Cruz hay que destacar tres sucesos capitales: la creación de YPFB,

la ley de regalías del 15 de julio de 1938 y la Fundación del Comité Pro Santa Cruz”.

Por su parte, Argirakis explicará: “El Comité Cívico es un ente que aglutina diferentes estructuras

corporativas económicas profesionales, sociales e institucionales y a la vez genera un puente hacia

otras regiones a través de sus Comités Cívicos correspondiente”30. Estos puentes tendrían un rol

central en el siglo XXI creando la “Medialuna”.

III. El tercer momento constituyente: “el proceso de cambio”

Para Peña Claros, el tercer momento de la construcción de la identidad cruceña va desde la

intensificación de las protestas sociales en Occidente y la renuncia de Gonzalo Sánchez de Lozada

(durante la “Guerra del Gas”) en octubre de 2003, hasta la toma de edificios públicos en Santa

Cruz en 2008 en el marco de un intento secesionista. Considerando esto, la analista define al año

2003 como un “hito” que actúa como un “parte aguas”: se consolida la decadencia de los partidos

políticos, cae el modelo institucional conocido como “democracia pactada”, se configura el

ascenso de actores sociales marginados y, especialmente, la región andina boliviana emerge como

“un espacio regional que adquiere una capacidad de movilización política sin precedentes sobre la

base de una identidad”. Así, 2003 es “el momento constituyente” de la actual configuración

“contestataria” de la identidad oriental: se intensifica y radicaliza en oposición a lo occidental que

se percibe como ajeno y nocivo. Santa Cruz liderará la lucha política regional en Oriente apelando

constantemente a la identidad cruceña como “fuente de legitimidad y horizonte de referencia”.

Por su parte, en su libro Santa Cruz: una tesis. El conflicto regional en Bolivia (2003-2006), el

periodista argentino Martín Sivak señala tres rupturas y dos continuidades de esta última matriz

identitaria respecto a las anteriores:

29

BERGHOLDT, Anders, Cambas y collas, en PEÑA CLAROS, Claudia, Op. Cit., p. 13. 30

Entrevista realizada con Helena Argirakis.

Page 21: Geopolítica boliviana. la tensión 'cambas vs. collas

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a. Primera ruptura: un Estado debilitado y empequeñecido frente a una Santa Cruz de la Sierra

fuerte en materia política, pero especialmente, económica.

b. Segunda ruptura: debacle de los partidos políticos tradicionales y emergencia del Comité Cívico

Pro Santa Cruz como la institución representativa de los cruceños.

c. Tercera ruptura: la reivindicación es “la autonomía” por la cual la región busca diferenciarse no

sólo del Occidente, sino también de Bolivia.

I. Primera continuidad: reacción discursiva como prevención ante la amenaza de la izquierda

nacional o los indígenas.

II. Segunda continuidad: si bien los alzamientos de 2008 y la desarticulación de una célula

terrorista en 2009 ponen en duda esta tesis, Sivak dirá que la finalidad de la región era obtener la

hegemonía nacional utilizando “la autonomía” como arma de negociación política.

Con respecto a esta última continuidad, Helena Argirakis dirá que el concepto de autonomía

departamental es “polisémico” y “cambia de connotación y de intención dependiendo de quién lo

dice y cuándo lo dice”. De este modo, el “dispositivo discursivo-ideológico” de la autonomía

departamental tendrá cuatro registros: a) descentralización y avance en el nivel de administración

autónoma de gobierno, b) Estado binacional, c) federalismo y d) secesión31.

Por su parte, Peña Claros agregará una cuarta ruptura, la cual considera es la principal: la

beligerancia y el absolutismo del discurso que se presentó con preocupantes niveles de violencia.

Por último, cabe también destacar en este momento el nacimiento del Movimiento Autonomista

“Nación Camba” el 21 de noviembre de 2000, un “instrumento ideológico” que ratificaba la

autoestima oriental como “colectividad diferenciada”. En su Documento N° 1, la organización

planteaba seis objetivos: 1) “la reinstalación de la democracia en Bolivia”, 2) el derecho a la “libre

autodeterminación nacional” y “la necesidad de convertir a Santa Cruz en una región autónoma”,

3) la ratificación de “la identidad nacional camba y el nacionalismo cruceño”, 4) la “propiedad

inalienable” de los recursos naturales, 5) la “integración física al espacio continental y el mundo”, y

6) la “negociación de un nuevo pacto con el Estado boliviano” en base al modelo autonómico32.

31

Entrevista realizada con Helena Argirakis. 32

MOVIMIENTO AUTONOMISTA “NACIÓN CAMBA”, Documentos N° 1, Santa Cruz de la Sierra, 2000, pp. 1-3.

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F) Crisis “camba” y victoria “colla”

Más allá de ser el Vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Álvaro García Linera es “el”

intelectual del Gobierno de Evo Morales. El jefe de redacción de Nueva Sociedad, Pablo Stefanoni,

lo define como “el intérprete” del complejo proceso político y social iniciado en Bolivia el 22 de

enero de 2006. De este modo, García Linera ha sido un “puente” y un “traductor” entre los

campesinos y originarios, y las clases medias urbanas que votaron en 2005 por quien es hoy el

primer presidente indígena de Bolivia33. Teniendo en cuenta esto, nos resulta de particular

importancia su artículo El Estado en transición. Bloque de poder y punto de bifurcación publicado

en agosto de 2008. Este escrito fue publicado unos meses antes del levantamiento de Santa Cruz

de la Sierra lo cual le otorga un interés especial. En él, García Linera aborda el estudio del Estado

en los momentos en que pierde la “estabilidad”:

“Cuando las jerarquías, los procedimientos y los hábitos de la relación-Estado pierden

su anclaje estructural primordial, hablamos de los momentos de ‘transición’ de una

estructura de relaciones políticas de dominación y legitimación a otra estructura.” 34

A partir de este marco teórico, García Linera entenderá que en el año 2000 comienza el

“momento de la revolución política” de la sociedad boliviana: la transición estatal en tanto

“relación material dominación” (la correlación política de fuerzas sociales y la construcción de una

nueva coalición política dominante), “relación material de conducción política” (una nueva

burocracia y maquinaria estatal) y “relación de legitimación política” (una nueva idea colectiva

que garantiza el consentimiento moral entre gobernantes y gobernados). En consecuencia, el ex

integrante del Grupo Comuna entenderá que existen cuatro etapas históricas de la “crisis estatal”

y las aplica a la situación vivida en Bolivia desde el año 200035:

a) El momento del develamiento de la crisis del Estado: cuando el sistema político y simbólico

dominante se “quiebra parcialmente” y aparece un nuevo “bloque social políticamente disidente

con capacidad de movilización”. Esta situación se originó en abril de 2000 con la “Guerra del

Agua”: la sociedad de Cochabamba revirtió la privatización del recurso por parte de una

33

STEFANONI, Pablo, “Prefacio”, en GARCÍA LINERA, Álvaro, La potencia plebeya. Acción colectiva e identidades

indígenas, obreras y populares en Bolivia, Buenos Aires, Clacso Coediciones y Prometeo, 2008. 34

GARCÍA LINERA, Álvaro, Op. Cit., p. 392. 35

Esta periodización histórico-sociológica será complementada con una publicación de Álvaro García Linera posterior

titulada Las tensiones creativas de la revolución. La quinta fase del proceso de cambio (2011).

Page 23: Geopolítica boliviana. la tensión 'cambas vs. collas

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multinacional, otorgándole al bloque popular la primera victoria contra el modelo neoliberal, la

conciencia de que “el régimen neoliberal era débil” y un estado de ánimo “desobediente”. Meses

más tarde, las clases subalternas volverán a sublevarse con un bloqueo nacional de caminos de 23

días, dando lugar a la unificación social en torno a nuevas ideas movilizadoras.

b) El empate catastrófico: el pensador socialista italiano Antonio Gramsci llamará “empate” al

momento de indefinición política entre fuerzas históricamente antagónicas: “Las fuerzas en lucha

se equilibran de una manera catastrófica, o sea de una manera tal que la continuación de la lucha

no puede menos que concluir con la destrucción recíproca”36. Esta “crisis de autoridad” consiste

en un “impedimento mecánico” a quienes pueden gobernar: “Muere lo viejo sin que pueda nacer

lo nuevo”37. Utilizando el soporte teórico de Gramsci, el Vicepresidente señalará la emergencia de

una “propuesta de poder capaz de doblegar el imaginario colectivo de la sociedad en dos

estructuras políticas-estatales diferenciadas y antagonizadas” que era catastrófico por su

“irresolución” y por ser “irreconciliables”. En Bolivia, García Linera sitúa esta etapa entre 2003 y

2008 con la “expansión territorial” del movimiento nacional-popular del Occidente andino, su

deseo de gobernarse a sí mismo, la construcción de un programa político de transformaciones y la

disputa del orden estatal que paralizó la dominación neoliberal.

c) Renovación o sustitución radical de elites políticas38: es el momento en el cual el nuevo bloque

político asume “la responsabilidad de convertir las demandas contestatarias” en Gobierno. Cabe

destacar que la pérdida del gobierno de las clases dominantes no se traduce en una pérdida de

poder (lógica y mando institucional), sino que significa una “contradicción antagónica”. De este

modo, con la llegada de Evo Morales a la Presidencia se da una “insurrección del orden simbólico”

boliviano caracterizado desde su fundación por un “atavismo colonial”:

“Los indios estaban destinados a ser campesinos, cargadores, sirvientes, albañiles o

tal vez obreros, fuera de ello, el universo estaba vacío, no había margen para otro

curso de realización social. De la misma manera, las elites mestizas y adineradas

36

GRAMSCI, Antonio, Notas sobre Maquiavelo, sobre la política y sobre el Estado moderno, Buenos Aires, Nueva Visión,

2011, p. 71. 37

GRAMSCI, Pasado y Presente, en SACRISTÁN, Manuel, Antonio Gramsci. Antología, Buenos Aires, Siglo Veintiuno

Editores, 2010, p.313.

38 En su publicación Las tensiones creativas de la revolución, Álvaro García Linera llamará a esta fase “Capacidad de

movilización convertida en presencia estatal gubernamental”.

Page 24: Geopolítica boliviana. la tensión 'cambas vs. collas

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habían sido educadas para mandar, dirigir y gobernar con una naturalidad como la

que predice que el sol saldrá cada 24 horas por el horizonte.” 39

Si bien Álvaro García Linera ubica esta etapa a partir de enero de 2006 con la asunción de Evo

Morales, también podemos señalar como comienzo al progresivo acceso de integrantes del

bloque nacional-popular a la Asamblea Legislativa Plurinacional y a los gobiernos municipales.

d) Construcción, reconversión o restitución conflictiva40: es el período en el cual avanza o

retrocede el nuevo bloque de poder económico-político-simbólico materializado en la conducción

del Estado, desde el Estado y, a fines de ensamblar las ideas-fuerza de la sociedad movilizada con

los recursos materiales estatales. Esta etapa se superpone a la anterior y García Linera también la

ubica a partir de la llegada al poder de Evo Morales.

e) Punto de bifurcación41: el intelectual toma este concepto de la física que describe al punto en

el cual “el desorden del sistema se convierte en orden y estabilización”. García Linera definirá

sociológicamente al “punto de bifurcación” como la situación histórica en la que la pugna política

entre lo nuevo y lo viejo se vuelve una “retroalimentación duradera” entre correlación de fuerzas,

ideas dominantes y maquinaria estatal, que es resuelta mediante “una serie de hechos de fuerza”

donde la política se vuelve “la continuación de la guerra por otros medios”: las antiguas fuerzas

asumen su derrota o las nuevas fuerzas ascendentes se repliegan.

“En el ámbito de las estructuras estatales en crisis (‘sistemas alejados del equilibrio’),

éstas se caracterizan por la inestabilidad y la confrontación política. Se trata de

auténticos, generalizados y desnudos momentos de lucha por el poder político. Pero

en la medida en que ninguna sociedad puede vivir perpetuamente en un Estado de

lucha generalizada y antagonizada por el poder, la sociedad, más pronto o más tarde,

ha de inclinarse por la estabilización del sistema.” 42

En agosto de 2008, el Vicepresidente señalaba que los bloques antagónicos eran “el proyecto

nacional general y estatal” representado por el Gobierno y “las resistencias locales” del Oriente. A

39

GARCÍA LINERA, Álvaro, Las tensiones creativas de la revolución. La quinta fase del Proceso de Cambio, La Paz,

Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia, 2011, p. 16. 40

En Las tensiones creativas de la revolución, García Linera unirá esta fase con la anterior. 41

En Las tensiones creativas de la revolución, García Linera la llamará también el “momento jacobino de la revolución”. 42

GARCÍA LINERA, Álvaro, La potencia plebeya. Op. Cit., p. 410.

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este fin, el “punto de bifurcación” se había iniciado gradualmente con el referéndum revocatorio

contra Evo Morales el 10 de agosto de 2008, pero aún no se había llegado a su momento máximo,

si bien intuía estaba bastante cerca: “Las lógicas de la razón y de la historia nos hacen pensar que

cada vez, más bien, se habrá de llegar más a un momento de tensionamiento de fuerzas (…) Creo

que en el caso de Bolivia, este momento está más cerca de lo que parece”.

En Las tensiones creativas de la revolución. La quinta fase del Proceso de Cambio publicado en

2011, con la historia ya escrita y la distancia analítica a su favor, García Linera ubicará esta etapa

entre agosto y octubre de 2008. Tras la ratificación del Gobierno con el 67 por ciento de los votos,

“la derecha neoliberal de la medialuna” (así define el intelectual al sujeto político opositor)

comenzará en septiembre a tomar aeropuertos y a hostigar los mandos policiales para lanzarse

luego a la “ocupación y destrucción violenta” de las instituciones estatales nacionales ubicadas en

la región: 72 instalaciones gubernamentales quemadas, grupos de choques armados y el

asesinatos de decenas de dirigentes campesinos pertenecientes al MAS sería el resultado. En este

contexto, se dio “la Masacre de Pando”, donde las elites del distrito ubicado sobre la selva

amazónica asesinaron a casi 20 campesinos43. En respuesta, el Gobierno Nacional tomaría

militarmente Pando (“el eslabón más débil”) y movilizaría al ejército y los movimientos sociales

“para defender la democracia y la revolución”: ante la convergencia de “multitudinarias” fuerzas

sociales y Fuerzas Armadas, los dirigentes separatistas capitularon sin tomar las armas. A esta

victoria militar se sumarían dos de tipo política: la sanción de una nueva Constitución en octubre

de 2008, que significó la refundación del Estado, y la reelección de Evo Morales en diciembre de

2009 con el 64 por ciento de los votos que consolidaron el poder del “bloque nacional-popular”.

Frente a este relato histórico-regional de García Linera, Argirakis planteará que no existe el

fenómeno “Oriente-Occidente”, sino que es “una construcción muy conveniente a los intereses

de la elite cruceña” al ver “una afectación de sus intereses”, lo cual nos recuerda a la conclusión de

Peña Claros (ver página 17). Si bien puede ser que la mitad de los cruceños correspondan a la

“caricaturización” que realiza el Gobierno, en el distrito existe una gran diversidad que posiciona al

MAS como la segunda fuerza política. En conclusión, Argirakis sostiene: “El Gobierno captó una

oportunidad y una situación para generar esta polarización tan dura (…) Manteniendo esta

polarización, se genera ganancia absoluta. El MAS es inteligencia al 100 por ciento: mientras haya

con quien polarizar, se genera una cohesión interna, aunque digan que se desgasta ‘el Evo’”.

43

Ver “Los mataban como chanchos” de Pablo Stefanoni. Disponible en: www.rebelion.org/noticia.php?id=73086.

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G) La tensión regional hoy

Como bien señala Álvaro García Linera, la superación de Evo Morales del referéndum revocatorio,

el fallido intento separatista de 2008, las sanción de la nueva Constitución, la desarticulación de la

célula irregular cruceña en 2009 y la reelección de Evo Morales en 2009 con el 64 por ciento de los

votos44 han dado un gran golpe a la región de la Medialuna y han posicionado a Occidente como

región hegemónica en materia política y social, a través de una serie de transformaciones

estatales que produjeron una refundación del Estado y le dieron una victoria simbólica-ideológica:

"Hoy no se puede hacer política sin una ubicación prepositiva en torno a esos ejes

ordenadores (...) El reconocimiento de la diversidad del Estado, Estado protector y

Estado descentralizado, estos son tres ejes prevalecientes de sentido común de la

época. Y no importa si uno está en el Gobierno o si está en la oposición, de alguna u

otra manera tiene que referirse a los tres componentes o simular que los asume." 45

Desde otra óptica, Helena Argirakis sostiene que el error estratégico de la derecha de Santa Cruz

fue abandonar el reclamo de las autonomías por la vía constitucional y optar por la violencia. Por

otro lado, la intelectual cree que la autonomía indígena propuesta por el MAS desmontó el

proyecto de las autonomías departamentales, que se usó como consigna de oposición y detracción

al “proceso de cambio”. De este modo, la Medialuna se quedó sin “ficción”:

“Le ha generado tal crisis de superestructura, a nivel ideológico y discursivo que, o la

elite cruceña se da cuenta de estos cambios que se les han venido encima o

directamente desaparecen. Planteo que es una crisis de superestructura porque

irónicamente el Gobierno de Evo Morales les está dando la posibilidad del reciclaje

económico: están haciendo negocios como nunca.” 46

De este modo, Argirakis pone el dedo en la llaga sobre una de las asignaturas pendientes del

gobierno de Evo Morales, la transformación económica. Asimismo, explica que las autonomías

indígenas le provocaron a las élites un desgaste interno que terminó en la división entre “una

44

Un número inapelable a nivel continental y mundial, sin considerar que esta dimensión aumenta aún más en la

historia boliviana donde las fuerzas con más votos pactaban la designación del próximo presidente en el Congreso. 45

GARCÍA LINERA, Álvaro, La potencia plebeya. Op. Cit., p. 408.

46 Entrevista realizada con Helena Argirakis.

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derecha radicalizada que piensa que el indígena es su propiedad” y una fracción de “derecha

moderada, de mentalidad conservadora, pero no reaccionaria”. Mientras una parte de los

radicales huyó después de la desarticulación de la célula terrorista, hoy los moderados gobiernan.

En el último año, con la crisis hegemónica que atraviesa el Gobierno de Evo Morales a partir de

hechos como “el gasolinazo” y el fallido intento de construir una carretera que iba a atravesar el

Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Secure (que más allá del malhumor social

desencadenó en la fractura de la base política del MAS, el Pacto de Unidad47, entre indígenas-

originarios y campesinos), la “Medialuna” apunta a ganar nuevamente el poder desde una

posición moderada y por la vía democrática, utilizando su desarrollo económico como bandera de

gestión y cooptando sectores que hasta el momento habían apoyado a Evo Morales.

Por su parte, el bloque occidental enfrenta el malhumor de diferentes sectores de la sociedad, si

bien aún mantiene la aprobación de cerca de la mitad de la población. De este modo, el Gobierno

intenta reencontrar el rumbo que le permitió ser reelegido por más del 60 por ciento de los votos

y señala acontecimientos como el golpe institucional a Lugo o el levantamiento de los policías de

El Alto para azuzar los poderosos intereses en contra del Gobierno de Evo Morales.

En resumen, hemos mostrado el desarrollo de la polarización entre dos regiones hegemónicas,

“Oriente-Occidente” o “cambas vs. collas”, su influencia en el devenir histórico-político del país y

la actual supremacía del bloque nacional-popular occidental. Como conclusión, creemos que el

Estado Plurinacional de Bolivia dirigido por los “collas” debe superar la polarización a través de

una alianza interclasista con los sectores progresistas de la sociedad cruceña, a fines de sumar el

desarrollo económico de Santa Cruz a un proyecto común que luche contra la principal falencia

boliviana: la exclusión que sumerge en la pobreza a casi la mitad de su población.

47

“El Pacto de Unidad, creado formalmente en septiembre de 2004, es el espacio de articulación y encuentro de las

organizaciones indígena originaria campesinas de Bolivia como resultado de un largo proceso de encuentros sectoriales

a nivel de comunidades, instancias regionales y ámbitos nacionales para reflexionar sobre sus problemáticas, el

reconocimiento y ejercicio de sus derechos, la visualización e identificación de los puntos comunes y de coincidencia de

sus agendas y de desafíos para lograr sus reivindicaciones comunes. Está compuesto por las principales organizaciones

matrices nacionales: la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), Confederación

Sindical de Comunidades Interculturales de Bolivia (CSCIB), Confederación Nacional de Mujeres Campesina Indígena

Originarias de Bolivia “Bartolina Sisa” (CNMCIO-“BS”), Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente Boliviano (CIDOB)

y Concejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (CONAMAQ), además de la diversidad de organizaciones afiliadas a

estas cinco importantes”. VV.AA., El Pacto de Unidad y el Proceso de Construcción de una propuesta de Constitución

Política del Estado. Sistematización de la experiencia, La Paz, Preview Gráfica, 2010, p.13

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