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Galvanoplastia - Recubrimientos de oro y plata
Tip enviado por: Mario Gandara
Barcelona, España
Nociones generales de galvanoplastia. La electrometalurgia o galvanoplastia tiene
dos ramas principales que se diferencian entre sí por la preparación de las superficies
que se trata de recubrir. La electroplastia es la producción de capas metálicas adherentes sobre la superficie de
los objetos, y su éxito depende de la limpieza perfecta de dicha superficie, que debe
tratarse previamente. La electrotipia es la producción de depósitos no adherentes sobre moldes metálicos o
no metálicos, cuya adherencia se evita cubriendo su superficie con plombagina o
frotándola con trementina que contenga un poco de cera. La preparación de los objetos
depende: primero, de la clase de depósito que se desee, y segundo, de la clase y
naturaleza del objeto. En todos los casos hay que quitar toda suciedad, óxido,
etcétera, ya que toda la copia obtenida por electrotipia reproduce todo detalle, hasta la
señal de los dedos sobre la superficie del modelo.
Preparación de los objetos
Limpieza El cobre, el latón, el zinc y los metales preciosos se limpian con los ácidos que los
atacan, preparándose el baño del modo siguiente, según la clase de metal:
Agua Ácido Ácido Acido
nítrico sulfúrico clorhídrico
Para cobre y latón 100 50 100 2
Hierro 100 3 8 2
Fundición 100 3 12 3
Zinc 100 - 10 -
Plata 100 10 - -
Es mejor preparar siempre dos soluciones, reservando una para dar al metal un
segundo baño que actúa más enérgicamente sobre su superficie ya limpia. Este
segundo baño puede emplearse después de usado, como primero para otros objetos,
acompañado de un fragmento con arena, etc; según la clase de objeto de que se trate. El plomo, el estaño y el metal Britania no debe echarse en ácido alguno, sino limpiarlos
con sosa cáustica.
Si los objetos han de pasar a soluciones de oro o de plata, debe quitárseles toda traza
de ácidos; si el objeto se ha limpiado con sosa, no hay que tener tanto cuidado, ni
tampoco cuando el objeto tratado con ácido a de pasar a una solución ácida de
encobrar. En estos casos lo mejor es sumergir el objeto en agua limpia y pasarlo
enseguida a la cuba electrolítica. La operación más importante en la electroplastia es la limpieza química de la superficie
del metal sobre el cual se ha de depositar otro, porque de no llevarla a cabo con todo
rigor, no queda adherida esta capa al objeto. Claro está que los distintos metales requieren generalmente diferente tratamiento. La
superficie de casi todos los metales, cuando se limpia, no tarda en cubrirse de una
película de óxido al exponerse al aire, sobre todo si dicha superficie ha quedado
húmeda; para evitar este inconveniente es, de ordinario, preciso proceder al baño
galvanoplástico al terminar la limpieza del metal.
Antes de limpiar los objetos, se suelen armar éstos con alambres de cobre, para no
tener que tocarlos con las manos hasta terminar todas las operaciones. A veces basta
tocar ligeramente con los dedos el objeto para verse en la necesidad de limpiarlo
nuevamente.
Si el objeto que se trata de recubrir tiene su superficie lisa o bruñida, el depósito
resultará brillante. Al contrario, si dicha superficie es rugosa o mate, la capa
depositada será más bien mate. Si se deja mucho tiempo el objeto en el baño ácido, la
superficie pulimentada puede resultar chapeada mate. Las operaciones de limpieza
deben hacerse seguidamente, sin interrupción alguna. A continuación pueden verse distintos tratamientos para diferentes metales. Cobre y sus aleaciones
Potasa cáustica ½ kg, agua potable 4 litros. Se calienta hasta ebullición en una vasija
de hierro provista de tapa; se acepilla el objeto para quitar todos los cuerpos extraños
adheridos, se arma o rodea con alambre, y se suspende algún tiempo en la lejía
caliente; ordinariamente bastan unos cuantos minutos; si alguna de las partes del
objeto presenta soldaduras no debe tenerse mucho tiempo en el baño, ya que la
potasa cáustica ataca a la soldadura, y la solución ennegrece el cobre. al sacar el
objeto de esta lejía se lava bien en agua corriente. Si el objeto estuviera muy oxidado se limpia en un baño compuesto de 4 litros de agua
y ½ litro de ácido sulfúrico, hasta que desaparezca la parte más oscura; se lava
después en agua corriente y se sumerge en la siguiente solución: 4 litros de cianuro
potásico comercial 240 gm., se saca de este baño y rápidamente se cepilla todo muy
bien con un cepillo y piedra pómez en polvo muy fino humedecida en la solución de
cianuro. Hay quien prefiere dar al objeto un baño previo en ácido nítrico, para dar
brillo a su superficie, o en una mezcla de ácidos nítricos y sulfúricos, seguido de un
lavado en agua corriente; pero el cianuro y la acción mecánica de la piedra pómez y el
cepillo dan muy buenos resultados sin necesidad de dicho baño previo. Después del baño ácido, se sumerge por un momento el objeto en la solución de
cianuro, se lava con rapidez en agua corriente y se lleva enseguida al baño
electrolítico. Cuando se trata de dorar o platear, se acostumbra amalgamar la
superficie del objeto, para asegurar la adherencia del metal depositado. La
amalgamación se verifica sumergiendo el objeto, después del baño de cianuro durante
unos segundos, en una solución de 30 a 210 gr de nitrato mercúrico, 30 a 150gr de
ácido sulfúrico y 4 litros de agua agitándola hasta que quede bien clara. Se lava
rápidamente el objeto en agua al salir del baño de mercurio, y se lleva a la cuba
electrolítica. Los baños de ácido, cianuro y mercurio deben conservarse en tarros de cristal o
porcelana (sin esmalte de plomo), provistos de tapa para evitar la evaporación. A los objetos de cobre o de alguna aleación de este metal, se les da un acabado mate
teniéndolos unos minutos en un baño compuesto de 10kg de ácido nítrico (36º), y 5 kg
de ácido sulfúrico (66º), de ½ a 5 kg de sal común, y la misma cantidad de sulfato de
zinc. se mezclan los ácidos poco a poco, se agrega la sal de zinc, después la de cocina,
poco a poco, se agita bien el líquido y se espera a que se enfríe antes de usarlo. Se
lava el objeto muy bien en agua y se pasa por el baño de cianuro antes de llevarlo al
galvanoplástico. Mientras se prepara el baño ácido deben tenerse las puertas abiertas
para evitar el respirar de vapores ácidos combinados. Hierro y fundición
Se le quita la grasa al hierro fundido, sumergiéndolo en una solución alcalina caliente
semejante a la empleada para el cobre, y lavado después muy bien con agua; se tiene
luego unas cuantas horas en agua acidulada con el 1 por 100 de ácido sulfúrico, y se
lava con agua, terminando frotándolo con arena o piedra pómez y un cepillo de fibra.
Se vuelve a lavar y se echa otro poco de tiempo en el baño ácido, se lava y se pasa ya
por el baño galvánico. Si se usa un baño de más de 1 por 100 de ácido, hay que
reducir la duración, por que de no hacerlo así el hierro queda muy corroído y el carbón
que el metal contiene, y que no es atacado por el ácido, no sede ni con mucho trabajo
a la arena y al cepillo. El hierro fundido no se dora o platea bien por simple deposición
los depósitos de cobre o bronce son mejores aunque no perfectos, pero si se estaña el
hierro, la capa es adherente y recibe con toda confianza los otros metales. Hierro forjado
El hierro forjado, si esta muy oxidado, se limpia del mismo modo que la fundición, pero
requiere un baño ácido más concentrado y de más duración. El hierro blanqueado,
limado o bruñido, se trata como el acero. Acero
Se limpia en la lejía que se emplea para el cobre, se lava bien, se frota con piedra
pómez húmeda, se lava y se sumerge en un baño compuesto de 4 litros de agua por 2
kg, de ácido clorhídrico. Se vuelve a lavar con agua muy rápidamente, y se pasa a la
cuba de galvanizar. Todo el acero como el hierro forjado se dora bien, sin ningún metal intermedio, en
baños electrolíticos calientes. Es difícil obtener una capa adherente plata sobre estos
metales, sin el intermedio de una capa de cobre o latón, que facilita grandemente el
plateado. Zinc, estaño y plomo
El zinc se limpia teniéndolo unos momentos (por que el álcali atacar con rapidez al
metal) en la lejía caliente de potasa, lavándolo y echándolo en agua que contenga un
10 por 100 de ácido sulfúrico; a los pocos momentos se lava con mucho agua caliente,
y si es preciso se frota con piedra pómez y un cepillo duro mojado en una solución
diluida de cianuro, o se acepilla con una grata. Esta ultima operación es muy eficaz
cuando hay partes soldadas con estaño. El estaño, el plomo y la aleaciones de estos metales son más difíciles de limpiar que el
zinc y el hierro. Se frota rápidamente con un cepillo y potasa caliente, se lava
enseguida con agua y se acepilla, o se frota con un trozo de madera blanda y limpia.
Es muy difícil obtener un depósito satisfactorio de oro o plata directamente sobre estos
metales o sus aleaciones. Sus resultados son mucho mejores dándoles primero una
capa de cobre. Grasas o cepillos metálicos
Se emplean para abrillantar y suavizar los objetos metálicos. Están hechos
ordinariamente de alambres finos de latón o acero, y son de formas muy variadas
según la forma del objeto. Las ruedas de pelos de acero (cepillos o gratas circulares)
se emplean en el torno, acercando los objetos a las mismas, puesta en rápido
movimiento de rotación. Mientras se trabaja con estos cepillos se mantienen mojados
con un pequeño chorro de agua. Baño ácido
Se llama así ordinariamente a una mezcla que se emplea con mucha frecuencia para
dar una superficie brillante a los objetos de latón. Cuando se trata de niquelar el latón,
el baño ácido se compone de dos kg, de ácido sulfúrico, y 1 kg de ácido nítrico y 2
litros de agua. Al preparar este baño debe primero echarse el ácido nítrico en el agua,
y después se va agregando poco a poco el ácido sulfúrico, agitando la mezcla con una
varilla de vidrio. El baño se usa en frío. Esta mezcla debe conservarse en una vasija de
porcelana, que ha de taparse con una placa gruesa de cristal. Los metales deben
tratarse en este baño en sitio abierto o cerca de chimenea, para que puedan salir con
facilidad los vapores, que irritan mucho los pulmones cuando se respira. En el mismo
instantes de sacar los objetos del baño ácido, deben echarse en agua. Baño corrosivo
El hierro fundido, antes de niquelarlo, tiene que ser tratado en un baño ácido frío, para
disolver o desprender el óxido de la superficie. El baño puede prepararse en una cuba
de madera, y consiste de ordinario en una mezcla de 625 gr de ácido sulfúrico por 10
litros de agua; el hierro sumergido en este baño durante 20 minutos a media hora,
queda con la capa de oxido tan desprendida que puede separarse fácilmente con un
cepillo duro, arena y agua. Cuando es preciso que el objeto salga brillante del baño en
vez de presentar su superficie negra como sucede con la solución anterior, se emplea
doble proporción de ácido, es decir, se disuelven 1250 gr en 10 litros de agua en este
baño se disuelven 150 gr de zinc, en forma granulada, y después se agregan 625 de
ácido nítrico, agitando bien la mezcla.
El mayor cuidado hay que ponerlo al limpiar antes de niquelar.
Recubrimientos galvánicos
A continuación pueden verse fórmulas y procedimientos para depositar sobre los
metales capas metálica adherentes, en baños electrolíticos.
Níquel Preparación del baño para electroniquelar Solución. Las sales de níquel que ordinariamente se emplean son: el sulfato doble de
níquel y amonio, que es de aspecto cristalino y de color verde esmeralda, y el cloruro
correspondiente. También se emplean otras sales, como el cianuro de níquel y potasio,
el acetato y el sulfato, pero ninguna de tan buen resultado como el sulfato doble
mencionado. La solución de esta sal se hace en la proporción de 9 kg de la misma por 100 litros de
agua echando primero la sal en una cuba limpia, de madera, donde se le echa una
cierta cantidad de agua hirviendo, se agita bien con una varilla durante uno minutos,
se echa la solución verde formada en el baño o cuba electrolítica, y se agrega más
agua caliente para disolver los cristales que queden, sin dejar de agitar hasta que no
quede ninguno sin disolver. Se agrega después agua fría para completar los 100 litros.
Es conveniente pasar la solución caliente por un colador antes de echarla en la cuba,
para quitarle las impurezas. El cloruro doble se disuelve en la proporción de 3 kg por cada 100 litros. El baño debe tenerse en sitio donde no pueda caerle polvo ni materia extraña alguna.
Expuesto al aire, se evapora el agua, que hay que reponer con adiciones frecuentes.
Por esta razón y para evitar la entrada de polvo conviene tapar la cuba. La solución
debe espumarse alguna que otra vez, y removerse con frecuencia para que su
concentración sea igual en todos los puntos. Cuba. La vasija en que se verifica la electrólisis, llamada cuba electrolítica, esta echa
ordinariamente con tablas de pino de 5 cm de ancho, bien encajadas y apretadas entre
sí, y enlucida por dentro con una tapa de asfalto de buena calidad, aplicado en estado
de fusión.
En vez de cubas de esta forma, se puede emplear medio tonel, con un aro más,
aunque a causa de la forma de este recipiente hay una gran parte del mismo llena de
líquido que no se utiliza.
Para baños pequeños se usa una cubeta de hierro esmaltado, de dimensiones
apropiadas. Ánodos. Es mejor emplear placas de níquel puro fundido, que ánodos de metal
granulado. Los tamaños más corriente están comprendidos entre 4 x 10 cm y 20 x 30
cm.
Los ánodos se suspenden en la cuba, siguiendo las paredes de la misma, o
atravesados delante y detrás del objeto, pero cuidando siempre que no estén tan
próximos a éste que en modo alguno puedan llegar a ponerse en contacto con el
mismo. Pueden suspenderse, mediante pinzas de cobre (que no lleguen a tocar el
líquido), de las varillas gruesas de cobre que están en conexión eléctrica con la batería. Batería
En casi todos los grandes talleres de galvanoplastia se emplean dinamos en vez de
baterías por ser mas limpias, necesitar menos cuidados, ocupar menos espacio y dar
una corriente más adecuada al trabajo y aun precio mucho más bajo. Pero como su
coste inicial es considerable y requiere fuerza motriz, no están aún tan extendidas
como las baterías, que se encuentran en todos los talleres pequeños. La pila de carbón
o de ácido crómico es la más corriente, ya que con menor número de elementos hace
el trabajo con más rapidez; pero como la corriente que da es muy intensa es preciso
con frecuencia introducir en el circuito carretes de resistencia (reóstatos) para reducir
la intensidad al niquelar objetos pequeños.
Muy buenos servicios da también la pila de dos o tres elementos Smee (o de sulfato de
cobre) en serie. Para saber el número de elementos necesarios, hay que tener en
cuenta que la superficie (sumergida) de zinc de la batería ha de ser aproximadamente
igual a la superficie del objeto que se quiere niquelar, aparte de la multiplicación en
serie para obtener la tensión necesaria. Es decir, que si un elemento tiene una
superficie de zinc (sumergida) de cien centímetros cuadrados y el objeto tiene
quinientos, hay que disponer cinco elementos en paralelo para la intensidad, y tres en
serie para la tensión (si está ha de ser de tres voltios al empezar). O sea, que habrá
que montar la batería con quince elementos. Claro esta que esta batería es equivalente a la de tres elementos grandes, en que cada
uno tenga quinientos centímetros cuadrados de superficie sumergida de zinc (es decir,
una placa cuadrada de zinc, de casi 16 cm de lado, mojada por ambas caras). Son
muy convenientes por este motivo las baterías grandes, que admiten la inmersión de
la superficie necesaria de zinc.
Si la corriente es demasiado intensa, el metal depositado presenta un aspecto
empañado; y si es demasiado débil, queda la capa en forma granular o semicristalina. Hay que procurar que el polo cobre o carbón (positivo) de la batería vaya siempre
conectado (con alambres gruesos o varillas de cobre) con los ánodos o placas de
alimentación de la cuba, pues si se cambian los polos resultan dañados, el objeto y el
baño, por corrosión o solución parcial del primero en el segundo. Preparación del objeto
Se limpia perfectamente para quitarle toda traza de aceite, grasa, óxidos, barniz y
otras impurezas. El aceite, la grasa etc., se quitan con una solución acuosa
concentrada y caliente de potasa acústica, y después de lavado el objeto para separar
la potasa adherida, se le quita el oxido en un baño ácido, y si se trata de latón, cobre o
plata alemana, se frota con piedras pómez fina y una solución acuosa concentrada de
cianuro potásico. El hierro se limpia en una solución de ácido sulfúrico o clorhídrico al
10 por 100 aproximadamente y se frota con arena silícea blanca y fina, o con piedra
pómez. El latón y el cobre se abrillantan a veces, antes de ponerlos en el baño
electrolítico sumergiéndolos un instante en ácido nítrico diluido con unas veinte veces
su volumen de agua y lavándolos con rapidez en agua corriente; inmediatamente se
pasan a la cuba. Después de limpio el metal con el álcali no debe tocarse con la mano para nada.
Al sacar el objeto ya niquelado de la cuba, se lava rápidamente con agua fría (pro sin
tocarlo); después se echa en agua caliente, que hace que, una vez fuera de la misma,
se seque pronto y bien. Si se quiere que el objeto presente una superficie bruñida
después de niquelado, debe bruñirse antes de entrar en la cuba. El níquel es muy duro
y no es a propósito para el bruñido. Al ponerse el objeto en circuito dentro del baño (no debiendo transcurrir más que un
momento entre su inmersión y la puesta en circuito), se mueve a uno y otro lado para
que no se formen burbujas en su superficie. El niquelado es muy sencillo, y con un poco de practica y atención, puede utilizarse el
baño meses y meses, obteniéndose depósitos de níquel que nada dejan que desear. Formulas para componer las soluciones
a) Sulfato doble de níquel y amonio de 5 a 8 partes, agua 100. Se disuelve el sulfato
en el agua, al calor; con cuidado se agrega amoníaco o sulfato amónico hasta que la
solución sea neutra al papel de tornasol. Esta solución es conocida con el nombre de
solución Adams.
b) Sulfato doble de níquel y amonio 10 partes, ácido bórico refinado de 2.5 a 5 parte,
agua de 150 a 200 partes.
Esta solución (de Weston) da un niquelado de color argentino, denso homogéneo y
tenaz, y se conserva en condiciones de niquelar bien y con uniformidad, durante
mucho tiempo.
La sal de níquel y el ácido bórico se disuelven por separado en agua hirviendo; se
mezclan las dos soluciones, y se agrega agua hasta completar el volumen indicado en
la formula. También pueden disolverse a la vez los dos ingredientes. c) Acetato de níquel 2.75 parte, acetato de calcio 2.5 partes, agua 100 partes. Por
cada litro de esta solución se le agregan 7 cm3 de ácido acético de densidad 1.047. Se
prepara este baño empezando por disolver carbonato de níquel (igual cantidad que la
dada en la fórmula para el acetato) en ácido acético, que se agrega poco a poco a la
sal, y se calienta la solución hasta que termine la efervescencia y toda la sal se haya
disuelto. El acetato de calcio se puede preparar disolviendo la misma cantidad que la
indicada en la formula, pero de carbonato cálcico (polvos de mármol), o la mitad de
cal, procediendo lo mismo que con el carbonato de níquel. Se mezclan las dos
soluciones, se agrega agua hasta completar la cantidad total dada por la formula, y se
agrega el ácido acético en la proporción indicada. d) Fosfato de níquel 10 parte, citrato de níquel 6 parte, pirofosfato sódico 10.5 parte,
bismuto sódico 1.5 parte, ácido cítrico 3 partes, amoníaco diluido 15 parte, agua 400
parte. e) Sulfato de níquel 6 partes, amoníaco 3 partes, agua 100 partes. Una vez disuelto el
sulfato de níquel se agregan 20 partes de amoniaco. Este baño es muy propio para aficionados, dando buenos resultados hasta con ánodo
de platino. Se mantiene a una temperatura de 38ºC y la corriente debe ser moderada.
Este baño es preciso renovarlo de cuando en cuando con sal de níquel para reparar la
perdida de este metal; también debe mantenerse siempre alcalino, agregando
amoníaco. f) Sulfato de níquel y amonio 10 partes, sulfato amónico 2 partes, agua 250 partes. Se
disuelven las sales en agua hirviendo, y se espera a que se enfríe la solución. Esta
proporción esta muy indicada para niquelar objetos de fundición y acero. g) Sulfato de níquel y amonio 10 partes, sulfato amónico 2 partes, agua 300 partes. Se
procede como en la fórmula anterior. Este baño se emplea para niquelar objetos de
latón, cobre, estaño, metal ingles, plomo, zinc, etc. si presenta alguna acidez al papel
de tornasol, se agrega un poco de amoníaco. h) Sulfato de níquel y amonio 675 gr, sal amoníaco 375 gr, agua 17 litros. Se
disuelven las sales en agua hirviendo, y se hace el líquido ligeramente alcalino
agregándole 625 gr de amoníaco. i) Se prepara actualmente una solución, que da muy buenos resultados, mezclando el
líquido obtenido por disolución, en 1 kg de amoníaco, de la masa pastosa obtenida por
evaporación prolongada de la solución de 30 gr de níquel en agua regía con el
resultante de tratar la misma cantidad de níquel con una solución de 120 gr de cianuro
potásico en 1 litro de agua. Aumentado la dosis de cianuro resulta el deposito más
blanco y aumentado la de amoníaco, más gris. j) Método de Powell. Según este inventor, el ácido benzoico agregado a cualquier sal
de níquel impide la tendencia de estas a producir un deposito defectuoso, evita la
descomposición de la solución y por lo tanto la formación de sales derivadas. La
proporción de ácido benzoico es de 1 gr por cada litro de solución. Las dos formulas
siguientes son de este mismo autor:
j1) Sulfato de níquel y amonio 10 partes, sulfato amónico 4 partes, ácido cítrico 1
parte, agua 200 partes. Se prepara la solución al calor, y una vez fría, se le agrega un
poco de carbonato amónico hasta que sea neutra al papel de tornasol.
j2) Sulfato de níquel 6 partes, citrato de níquel 3 partes, ácido benzoico 1.5 partes,
agua 200 partes. k) Niquelado de objetos de aluminio. Cloruro de níquel 6 partes, fosfato sódico 7
partes, agua destilada 100 partes. Se calienta el baño a 60-70ºC y se mantiene esta
temperatura mientras dura el niquelado. l) Niquelado de objetos pequeños. Sulfato doble de níquel y amonio 7 Kg bicarbonato
sódico 800 gr, agua 100 litros. Se agrega el bicarbonato a la solución caliente del
sulfato, y poco apoco, por que de no hacerlo así la efervescencia producida haría
rebosar el líquido. El baño se conserva muy cerca del punto de ebullición. Si después
de haber trabajado algún tiempo, resulta el deposito de color oscuro, se agrega un
poco de sulfuro sódico. Desniquelado
Cuando hay que niquelar por segunda vez un objeto, siempre es mejor quitarle la capa
primera de níquel con una solución corrosiva, ya que el níquel no se adhiere bien a una
capa del mismo metal. Un buen baño corrosivo es el siguiente: ácido sulfúrico 8 kg,
ácido nítrico 2 kg, agua 2 litros. Se agrega poco apoco el ácido sulfúrico al agua (nunca
lo contrarío, que es muy peligroso) y una vez fría la mezcla, se agrega el ácido nítrico,
y se agita el líquido con una varilla de cristal. Esta solución se emplea en frío. Los
objetos a que se quiere despojar de la capa vieja de níquel se sujetan con un alambre
grueso de cobre o latón y se echan en dicha solución; al cabo de unos instantes se
observan, ya que no deben permanecer en el líquido ni un momento después de
disuelta la capa de níquel, si no sacarlos inmediatamente y echarlos en agua fría. Según otro procedimiento, los objetos que hay que desniquelar se sumerge en un baño
de bicromato potásico 5 partes, ácido sulfúrico 5 partes, agua 100 partes, y se retiran
del baño en cuanto desaparece todo vestigio del niquelado. Tratamiento de la sarna de níquel
Esta enfermedad de la piel es bien conocida de todo los galvanizadores, a pesar de que
sólo ataca a determinados individuos habiendo otros que son completamente inmunes.
Lo mejor no es emplear en trabajos con níquel a los propensos adquirir dicha infección,
pero si esta sobre viene, se aplicara el siguiente tratamiento: las manos atacadas se
sumergen durante 5 a 10 minutos en una disolución acuosa de perborato sódico. Se
seca y se unta con una pomada de vaselina o lanolina y perborato de zinc. Es muy
recomendable el empleo, al terminar el trabajo, de la llamada pomada de galvanizador
o del jabón del mismo nombre, pues con ello se proviene en absoluto la enfermedad
que nos ocupa.
Oro
Generalidades sobre el dorado galvánico
Los baños que se emplean para el dorado electrolítico son de ordinario calientes, pues
de este modo el depósito obtenido es más homogéneo, tenaz y duradero, y de
hermoso color, además de que a igualdad de tiempo se deposita más cantidad de
metal que con el baño frío. A causa del alto precio del oro, es raro el caso de tener que dorar grandes objetos; y
como los baños no tardan en gastarse y deben renovarse con nuevas cantidades de
líquido, se emplean cubas lo más pequeñas posible, que pueden ser de cristal,
porcelana o hierro esmaltado. Estos recipientes se calientan en baño maría o de vapor. El mismo baño no sirve para todos los metales, por lo cual tiene que modificarse según
el metal, o cubrirse este previamente con otro metal para adaptarlo al baño. El oro se
deposita con más facilidad sobre la plata y el cobre o sobre sus aleación, y sobre todo
metal recubierto con aquellos. Con estos metales se obtienen buenos resultados con
un baño caliente (a unos 77 ºC) y con una corriente algo intensa con aleaciones, como
la plata alemana, los mejores resultados se obtienen con un baño débil, muy poco
caliente. El hierro y el acero, si no se cubren previamente con cobre, requieren una
corriente muy intensa y un baño muy caliente. Las aleaciones de plomo, zinc, estaño,
antimonio y bismuto, es preferible encobrarlas antes de proceder a su dorado
galvánico. Las vasijas que se quieren dorar interiormente se llenan con la solución ordinaria, se
suspende un ánodo de oro en el líquido y se hace pasar la corriente. Los bordes de las
tazas y de las vasijas de perfil irregular se doran haciendo pasar la corriente por un
ánodo de oro y un paño empapado en la solución, que siga el borde en cuestión. A veces sucede que, al dorar por dentro ciertos objetos (copas, etc.) muy repujados o
cincelados, las partes más entrantes no reciben del todo bien el depósito de oro. En
este caso, debe lavarse el objeto con agua y cepillase muy bien, agregando después
un poco más de cianuro a la solución. El ánodo debe moverse continuamente y se
aumenta la corriente hasta que los puntos más recónditos queden bien dorados. Cepille con frecuencia el objeto (con el cepillo de pelo de latón) resulta mejor el
dorado, a causa de la ligera película de latón que se forma sobre la superficie. Los objetos quedan dorados de muy diversa manera si se mueven o no durante la
operación. Por ejemplo, si se coloca una tapa de reloj en la cuba de dorar y se deja quieta
durante unos instantes, es probable que adquiera un color rojo oscuro si la solución ha
actuado bastante tiempo; pero si se mueve rápidamente, cambia de color, tomando un
color rojo paja pálido. De aquí resulta que el color del dorado puede regularse por el
movimiento del objeto en el baño, siendo este un punto muy digno de tener en cuenta. Al dorar cadenas, alfileres, anillos, etc., u otros objetos que haya habido necesidad de
soldar, se encuentra, a veces, que el oro no se deposita bien sobre las partes soladas;
en estos casos, es muy conveniente frotar la soldadura con un cepillo de pelo metálico,
habiéndose encontrado que muchas veces estos cepillamos en seco (sin el chorro de
cerveza que ordinariamente se emplea) hacen a la superficie metálica mejor
conductora y de conductibilidad más uniforme, por lo cual el oro se deposita mucho
mejor. Se aplica esta propiedad cuando haya objetos sobre los cuales se deposita el
oro o la plata con mucha dificultad, si no se les cubre con una película muy tenue de
latón, que es el efecto que produce el cepillo. Al cepillar sin cerveza u otro líquido hay
que tener mucho cuidado en no prolongar demasiado la operación, ya que las
partículas metálica tan pequeñas desprendidas por el cepillo son muy perjudiciales a la
salud cuando se respira en cierta cantidad. Dorado parcial
Cuando sólo se trata de dorar determinadas partes de un objeto, se resguardan las
demás con el siguiente barniz: resina clara 10 partes, cera amarilla 6 partes, lacre rojo
bueno 4 partes, peróxido de hierro 3 partes. Se derriten los tres primeros ingredientes
juntos, agitando bien la mezcla, y se agrega el peróxido de hierro poco apoco y sin
dejar se agitar. El objeto parcialmente cubierto de este modo no debe introducirse en
el baño (ni frío ni caliente) antes de haberse secado y endurecido el barniz. Baño caliente
Mientras los objetos están en el baño deben moverse continuamente, y hay que
conectarlos con la batería antes o inmediatamente después de entrar en el baño. En
muchos casos es preferible emplear una cinta de alambre de platino en ves de un
ánodo soluble de oro: dicho alambre o cinta no sufre alteración alguna en el baño, e
introduciéndole más o menos en el líquido puede variarse el color del depósito; por
ejemplo, cuando se saca casi del todo de manera que sólo quede un poco dentro,
resulta un dorado de color amarillo pálido; si se sumerge un poco más, se obtiene otro
amarillo claro, y si se introduce del todo, resulta de color rojizo. La concentración del
baño puede mantenerse constante con adiciones sucesivas de cloruro de oro con la
proporción correspondiente de agua y de las demás sales; pero es preferible gastar el
baño del todo y preparar uno nuevo, ya que no tarda en cargarse de cobre o plata si
se doran muchos objetos de estos metales en el baño. En un baño casi agotado que
contenga disuelto cobre, el depósito resulta de <<oro rojo>>, <<oro verde>>. El oro
y el cobre, o el oro y la plata, se depositan a la ves como una aleación, dependiendo el
color resultante de la proporción relativa de los metales, de la intensidad de la
corriente, de la concentración del baño, etc. El dorado mate se tiene por deposición lenta de una cantidad considerable de oro,
dando a la superficie del objeto un acabado mate, con ácidos, antes de dorarlo:
primero se le da una capa de plata deslustrada, o se deposita el oro sobre una densa
capa de cobre producida por una corriente débil en un baño de sulfato de cobre. Pare que el dorado resulte bueno es de todo punto necesario que el objeto no tenga la
menor traza de oxido, grasa, aceite u otra impureza cualquiera, lo cual se consigue por
los métodos de limpieza antes indicados. A continuación se dan varias fórmulas para dorar con baño caliente. a) Para cobre, plata o aleaciones ricas en estos metales. Agua destilada 4 litros, fosfato
sódico cristalizado 285 gr, bisulfito sódico 45 gr, cianuro potásico puro 5 gr, cloruro de
oro 10.5 gr.
Se disuelve el fosfato sódico en parte del agua caliente, y en otra parte se disuelve el
bisulfito sódico y el cianuro potásico. El cloruro de oro de disuelve en el resto del agua, se mezcla la solución con la de
fosfato, y se agrega la de cianuro y bisulfito. El baño debe ser incoloro. b) Para bronce y latón.
1) Agua destilada 4 litros, fosfato sódico cristalizado 190 gr, disulfito sódico 45 gr,
bicarbonato potásico 24 gr, sosa cáustica 24 gr, cianuro potásico puro 6 gr, cloruro de
oro 10 gr. se disuelve todo menos el cloruro de oro, en el agua caliente; se filtra, se
enfría y se agrega poco a poco, y sin dejar de agitar, el cloruro de oro disuelto en un
poco de agua. Se calienta al baño a 50-60º C para dorar. La corriente debe ser
intensa. 2) Agua destilada 4 litros, ferrocianuro potásico 55 gr, carbonato potásico puro 50 gr,
sal amoníaco 20 gr, cloruro de oro 20 gr. se prepara como el baño anterior, se hierve
media hora, se repone el agua evaporada y ya queda en condiciones de uso. 3) Agua destilada 4litros, cianuro potásico 75 gr, cloruro de oro 30 gr. Se disuelve el
cloruro de oro en el agua, se agrega el cianuro y se agita hasta que la solución se haya
completado. Estos baños tan fáciles de preparar tienen el inconveniente de no trabajar
con uniformidad, desde luego ganan con el uso. c) Para hierro y acero sin encobrar. Agua destilada 4 litros, fosfato sódico cristalizado
235 gr, bisulfito sódico 60 gr, cianuro potásico puro 13 gr, cloruro de oro 10.5 gr.
Se hace la solución como queda dicho en las fórmulas anteriores. Se calienta 80-82ºC.
Para dorar el acero, se pasa por un baño de potasa caliente, después por otro de ácido
clorhídrico diluido (1 parte de ácido por 15 de agua), se cepilla y se conecta con la
batería. Al principio es preciso una gran intensidad de corriente. Baño frío
Agua destilada 4 litros, cianuro potásico puro 95 gr, cloruro de oro 90 gr. se disuelve el
cianuro en parte del agua, y se agrega poco a poco el cloruro de oro disuelto en el
resto del agua. Se hierve media hora, se enfría y ya puede emplearse, en cuba de
madera forrada de gutapercha o (si el objeto es pequeño) de hierro esmaltado. Los
ánodos son placas finas de hierro laminado, completamente sumergidas en el líquido
(mientras sé esta dorando) por medio de alambres de platino suspendidos a su vez de
varillas de platón bien limpias conectadas con el polo carbón o cobre de la batería, las
varillas de donde cuelga el objeto están conectadas con el zinc de la misma.
Procediendo como es debido, el color de la capa depositada es amarillo. Si el depósito
resulta negro o rojo oscuro, se agrega mas cianuro ( disuelto en agua) al baño, y se
reduce la intensidad de la corriente. Si hay un exceso de cianuro, el dorado se efectúa con gran lentitud o de modo
incompleto, o, como a veces sucede, los objetos pierden el oro después de dorados: en
este caso se agrega un poco más de cianuro de oro o se aumenta la intensidad de la
corriente. El dorado con baño frío debe hacerse lentamente, y requiere una gran cantidad por
parte del operador. Los objetos deben observares con frecuencia para descubrir los
depósitos irregulares o las manchas oscuras ( se quitan con el cepillo de pelo metálico,
colocando otra vez el objeto en el baño). Con frecuencia es necesario también agregar
o quitar un elemento de la batería, sobre todo si se introducen o se sacan objetos del
baño. Con demasiada intensidad de corriente, el depósito resulta negro o rojo; en
cambio, si es demasiado reducida, las partes opuestas al nodo quedan muy mal
doradas. Para dorar plata alemana hay que emplear un baño diluido y poca superficie
de ánodo sumergida. Con esta aleación se obtienen los mejores resultados calentando
lago la solución.
Baño especial para aficionados
La solución mejor y más barata para un aficionado, y también para dorar doraderos en
pequeña escala, es la de cianuro doble de oro y potasio, que contiene algo de oxido
potásico, pero que si se hace con oro puro y con cianuro potásico puro al 90 x 100, da
muy buenos resultados durante años enteros, si se conserva en buenas condiciones.
Esta solución se prepara del modo siguiente: Se procuran 8 gr de oro puro, en panes,
cinta o alambre, y 5 gr de cianuro potásico blanco y puro a 98 x 100; se disuelve el
cianuro en 1 litro de agua destilada caliente, en vasija esmaltada, y se mantiene casi
hirviendo, mientras se prepara la solución de oro. Se dispone una batería de dos pilas
Bunsen, o de tres Daniell, en serie. El alambre o cinta de oro se divide en dos partes,
cada una de las cuales se une a un alambre que parte de uno de los polos de la
batería. Se llena casi del todo con un baso blanco, pequeño y poroso, de los empleados
en las baterías, con la solución de cianuro, y se coloca en la vasija esmaltada: en este
vaso poroso se suspende el alambre de oro conectado con el polo zinc de la batería, el
otro trozo de oro se suspende en la solución de cianuro exterior, y se hace pasar la
corriente de uno a otro durante dos o tres horas. En este tiempo, parte del oro del
ánodo se disuelve o combina con el cianuro potásico, formando el cianuro doble de oro
y potasio, sin que haya sufrido perdida alguna el oro de dentro. Si al cabo de este
tiempo se suspende un objeto en la plata alemana del cátodo en la solución exterior y
recibe una capa de oro en pocos momentos, el baño esta en condiciones de dorar
enseguida. El contenido del vaso poroso puede echarse en la solución de fuera, usando
las dos tiras o alambres de oro como ánodos. Puede utilizarse uno o más elementos de
la batería, según sea preciso. Al principio hay demasiado cianuro libre, y el depósito
puede resultar muy oscuro, pro este defecto se corrige pronto sumergiendo
completamente los ánodos mientras se está dorando. Al contrario, si hubiera muy poco
cianuro, o los ánodos no se disolvieran bien o estuvieran sucios, se agrega un poco
más de cianuro. Esta solución es de poco coste, por no haber perdida de material en su preparación.
Aunque toda la tira de oro se disuelva en la solución de cianuro, el baño no será muy
rico en oro, ya que tiene 3 gr de oro por litro de solución, pudiéndose hacer más
cantidad con la misma proporción. Dorado en color
Pueden obtenerse diversos tonos de rojo y verde en el dorado de objetos de arte, del
modo siguiente: si quiere obtenerse dorado rojo, de diferentes tonos, se sumerge una
placa de cobre puro en un baño de oro algo concentrado (al 5 ó 6 por 100), que se
conecta con la batería de modo que el oro se deposite sobre el objeto de que se trate.
La corriente eléctrica hace que se disuelva el cobre de la placa, y a la vez que el oro se
deposite sobre el objeto, formando una aleación cobre-oro, de color dependiente de las
cantidades de cobre y oro que contenga. Una vez conseguido el tono de color deseado
se saca la placa de cobre y se sustituye por otra compuesta de aleación de oro-cobre,
obtenida también por electrólisis, y se vuelve a dorar el objeto en este baño. En
algunas fabricas importantes de artículos de oro se colorean de este modo los objetos
de oro puro, para darles un aspecto más agradable. Para producir un dorado verde, se
emplea una placa de plata en vez de la de cobre, resultando una aleación oro-plata
sobre el objeto de que se trate. Después se cambia la placa de plata por otra de oro-
plata, del color buscado, y se dora nuevamente el objeto con esta placa. También se puede dorar en verde por el siguiente procedimiento: se prepara un baño
electrolítico, con los ánodos de platino, y la composición que sigue: agua 10000 partes,
fosfato sódico 200 partes, sulfato sódico 35 partes, carbonato potásico 10 partes, oro
(del cloruro) 1 parte, cianuro potásico (al 100 por 100) 20 partes. Se disuelven las tres
primeras sales en 10000 partes de agua fría y se agregan, con agitación continua, el
cloruro de oro y el cianuro potásico. Se hierve la solución hasta reducirla a la mitad, se
repone el agua evaporada y se filtra después de fría si se ha formado algún sedimento.
A este baño de oro se agrega con cuidado un poco de baño de plata. Los ánodos son
tiras de platino de 4 cm de longitud, 8 mm de anchura y 0.25 mm de grueso; con
estos ánodos puede regularse el tono del dorado, introduciéndolos más o menos en la
solución mientras se esta dorando. La corriente empleada debe tener una tensión de 3
a 4 voltios. Si se emplean pilas, basta con tres elementos Bunsen. Es difícil dar una capa de oro viejo a la plata, sobre todo cuando las partes más
salientes han de aparecer verdes. En este caso resulta más ventajoso encobrar
primero ligeramente la plata, quitando el cobre de los puntos más salientes con piedra
pómez, y sumergiendo después el objeto en la solución anterior. Si las partes de
relieve quedan demasiado mates, se abrillantan un poco frotándolas con un cepillo fino
de pelo de latón. De este modo resulta un color castaño en las partes bajas y verde en
las elevadas. Este procedimiento requiere bastante práctica, y por producir un dorado
muy fino, conviene dar a los objetos una mano de barniz incoloro.
Dorado de los diversos metales
Aluminio. Cloruro de oro, cianuro potásico y fosfato sódico 2 partes de cada una, agua
destilada 100 partes. Acero bruñido. Se mezcla una solución casi neutra de cloruro de oro con éter sulfúrico
y se agita bien. El éter al oro. Y la solución así formada flota sobre el resto del líquido.
Si esta solución se aplica con un pincel de pelo de camello sobre acero o hierro
bruñido, el éter se evapora, y el oro, que se adhiere con más o menos firmeza, queda
reducido al estado metálico sobre su superficie, y puede bruñirse o pulimentarse. El
acero queda recubierto de oro con gran rapidez, aun empleando una corriente eléctrica
muy débil. Hierro y acero. Los objetos de hierro y acero bruñido pueden encobrarse primero en
una solución de 5 partes de sulfato de cobre y 2 partes de ácido sulfúrico en 1000
partes de agua. Después se sumergen en una solución de 6 partes de cloruro de oro y
22.5 partes de sosa cristalizada en 75 partes de agua. Este dorado puede bruñirse. Latón. Sobre el latón puede depositarse el oro con gran economía empleando
soluciones diluidas. El depósito resulta muy fino, pero es bastante fijo. Las mejores
proporciones para asegurar la adherencia y uniformidad del dorado son las que
siguen: a) Fosfato sódico 5 partes, potasa acústica 3 partes, disuélvanse en 750 partes de
agua, y en sitio aparente se disuelven 1 parte de cloruro de oro y 16 partes de cianuro
potásico en 250 partes de agua se mezclan las dos soluciones y se hierve el líquido
resultante, sumergiendo después en el mismo los objetos de latón. El oro que hay en
el baño se utiliza sin perdida alguna.
Cuando la solución ya no dora bien, se agrega un poco de cianuro potásico y se emplea
para dar un baño previo a los objetos, que después se doran en un baño recién
preparado. Esta solución es muy débil. Pudiéndose preparar otra más concentrada
disolviendo dos o tres partes de cloruro de oro en muy poco agua, a la que
previamente de haya agregado 1 parte de salitre. En esta solución se mojan trapos de
hilo, que se ponen a secar en sitio oscuro y después se reducen a cenizas en un plato o
cubeta de porcelana. En los polvos que así resultan se impregna un tapón de corcho
ligeramente quemado y humedecido con vinagre (o simplemente con los dedos), y se
frota el objeto de latón. La misma solución primera sirve para dorar cobre. b) Dorados de objetos de bisutería (broches, dijes, etc.). Primero se sumergen los
objetos un momento en una mezcla compuesta de partes iguales de ácidos sulfúrico y
nítrico, con un poco de sal común; enseguida se echan en agua fría. Se lavan en dos o
tres aguas y se introducen en el baño de dorar, donde al cabo de poco toman el color
deseado de oro. se lavan después en agua caliente, y se secan por último en aserrín
caliente de boj. c) Baño de Roseleur. Pirofosfato sódico o potásico 800 gr, ácido cianhídrico (prúsico) 8
gr, cloruro de oro cristalizado 20 gr, agua destilada 10 litros. El pirofosfato de sosa es
el que más se emplea y puede prepararse fundiendo al blanco, en un crisol, fosfato
cristalizado ordinario. La cantidad de oro dada en esta fórmula presenta los gramos de
metal puro disuelto en agua regia. Para preparar el baño se agrega el pirofosfato a 9
litros de agua, en una vasija de porcelana, agitándose un poco de cuando en cuando y
calentando algo para que se disuelva la sal. Se filtra la solución y se enfría. Después de
cristalizado el cloruro de oro se disuelve en un poco de agua destilada y se filtra la
solución. Se agrega esta solución a la de pirofosfato, ya fría, después se agrega el
ácido prúsico y se calienta todo casi asta ebullición. Con este baño se obtiene un dorado muy fino sobre objetos bien limpios, que deben
pasarse previamente por una solución muy diluida de nitrato de mercurio, sin lo cual el
depósito de oro resultaría rojo e irregular. Los objetos deben moverse continuamente
en el baño, suspendidos con un gancho o dentro de una cuchara de porcelana
agujereada. d) Baño de Rod. Fosfato sódico cristalizado 60 partes, bisulfito sódico 10 partes,
cianuro potásico 1 parte, cloruro de oro 2.5 partes, agua destilada o de lluvia 1000
partes. para preparar este baño se divide el agua en tres porciones, 1 de 700 partes y
las otras dos de 150 cada una. Se disuelve el fosfato sódico en la primera porción, el
cloruro de oro en la segunda y el bisulfito sódico en la tercera. Se mezclan las dos
primeras soluciones poco a poco, y se agrega la tercera. Con esta solución, que debe
emplearse entre 50 y 80ºC, se usa ánodo de platino (alambre o cinta), agregando
nuevas cantidades de cloruro de oro, a medida que la solución se va agotando. e) Baño frío. Se emplea a veces el baño frío para objetos de mucho tamaño, para
evitar el tener que calentar grandes cantidades de líquido, siendo su composición la
siguiente: ferrocianuro potásico 20 partes, carbonato potásico puro 30 partes, sal
amoniaco tres partes, cloruro de oro 15 partes, agua 1000 partes. Se agregan todas
las sales al agua, excepto el cloruro de oro; se hierve la mezcla y se filtra. Se disuelve
el cloruro de oro en un poco de agua destilada y se agrega a la mezcla anterior. El
dorado que se obtiene con los baños fríos es muy variable en color; cuando estos
están en las mejores condiciones y se emplea una corriente algo intensa, el dorado
debe ser de color amarillo puro. f) Baño de Briant. Se disuelven 34 gr de oro en agua regía, y se evapora la solución
asta que resulte cloruro de oro neutro: se disuelve este cloruro en 1 litro de agua
caliente y se agregan 200 gr de magnesia, precipitándose el oro que se filtra y lava
con agua clara; se digiere el precipitado en 40 partes de agua, se mezcla con 3 partes
de ácido nítrico para quitar la magnesia, se lava el oxido de oro resultante con agua,
asta que esta no de reacción ácida con el papel de tornasol. Se disuelven entonces 400
gr de ferrocianuro potásico y 100 gr de potasa cáustica en 4 litros de agua se agrega el
oxido de oro y se hierve la solución durante unos 20 minutos. Una vez disuelto el oxido
de oro, queda una pequeña cantidad de hierro precipitado que puede hacerse
desaparecer por filtración, quedando el líquido, de color de oro fino, en condiciones de
empleo, lo cual puede hacerse en frío o en caliente. g) Baños de Fizeau. 1 grado. Cloruro de oro seco 1 parte; se disuelve en 160 partes de
agua destilada, agregando poco a poco una solución de un carbonato alcalino en agua
destilada, hasta que el líquido quede turbio, pudiéndose emplear inmediatamente. 2
grados. Cloruro de oro 1 gr, hiposulfito sódico 4 gr, agua destilada 1 litro.
h) Baño de Wood. Cianuro potásico 120 gr, cianuro de oro 30 gr, agua destilada 4
litros. Se emplea la solución a la temperatura de unos 30º C, con una corriente de dos
elementos cuando menos. i) Imitación. Para dar al latón color de oro se tiene en la siguiente solución caliente
hasta que se obtenga el tono deseado; sosa cáustica 4 partes, lactosa 4 partes, agua
100 partes; después de hervir esta solución durante un cuarto de hora se le agregan 4
partes de sulfato de cobre disuelto en la menor cantidad posible de agua. Plata Alemana. La plata alemana tiene la propiedad de reducir el oro de la solución del
cianuro (sobre todo sí la solución es concentrada), sin necesidad de corriente eléctrica;
por esta razón, para dorar esta aleación con batería, hay que emplear la solución tan
diluida, que aquélla no haga por si sola depositar el oro en su superficie; de no hacerlo
así, el oro se deposita con tanta rapidez, que se desprende al bruñir o acepillar el
dorado. Por otra parte, la superficie expuesta del ánodo debe ser pequeña. Plomo, metal Britannia, etc. Cuando hay que dorar objetos hechos de plomo, estaño,
metal ingles, hierro o acero, lo mejor es darles primero una capa de cobre en un baño
alcalino, o enlatonados por electrólisis, después de lo cual se pueden dorar
perfectamente. Zinc. Cloruro de oro 2 partes, cianuro potásico 5 partes, sulfito sódico 10 partes,
fosfato sódico 60 partes, agua 1000 partes. Esta solución se emplea caliente. También puede hacerse uso de un baño frío compuesto de 7 partes de cloruro de oro,
30 partes de ferrocianuro potásico. 30 partes de potasa, 30 partes de sal común y 100
partes de agua.
Dorado de la seda
Se hace primero que el tejido sea conductor impregnándolo con una solución de nitrato
de plata y reduciendo ésta con glucosa y álcali diluido, o mejor aún con sal reductora
de Raschig. En vez del nitrato de plata, puede emplearse una solución de acetato de
plomo o de cobre. Se trata la seda, así impregnada, con una solución de un sulfuro
alcalino (el sódico o el amónico, por ejemplo) o con ácido sulfhídrico, resultando así
una capa conductora de un sulfhídrico, resultando así una capa conductora de un
sulfuro metálico, sobre la cual se deposita electrolíticamente el oro, como si se tratara
de dorar un metal.
Incrustaciones del oro
Se bruñe primero muy bien el objeto, y las partes que se trata de dorar se cubren con
una mezcla de blanco de España y agua de goma, que se aplica, en estado pastoso,
con una pluma o pincel. Las partes no cubiertas de este modo, se pintan con barniz de
asfalto, compuesto de una solución de asfalto en bencina a la que se agrega aguarrás
para que sea menos volátil. Se echa después el objeto en agua, para que desaparezca
el blanco de España, y se pasa al baño de dorar, en el que el oro se deposita sobre las
partes descubiertas del objeto. Cuando la capa de oro es bastante gruesa, se saca el
objeto, se lava y después de seco se echa en una vasija llena de benzol, que disuelve
al asfalto, quedando bien marcado el dibujo en oro sobre el metal de que esté hecho el
objeto.
También puede hacerse esta clase de dorados, llamados incrustaciones, cubriendo todo
el objeto con barniz de asfalto, y haciendo el dibujo con un punzón romo, que solo
quite el barniz, sin rayar el metal. Sobre estas partes así descubiertas se deposita el
oro electrolíticamente, y después se quita la capa de barniz.
Renovación del dorado mate
Para renovar recubrimientos de oro mate (lo cual es en general imposible, porque el
oro mate es muy flojo), es lo mejor encobrarlos antes de dorarlos. Una vez depositado
el cobre, se limpia y pule bien el objeto, y se pasa al baño de dorar. De este modo se
ahorra mucho tiempo y trabajo, adquiriendo además el objeto un aspecto nuevo sin el
menor defecto. Para preparar el baño de cobre dan excelentes resultados estas dos fórmulas: a) Agua destilada hirviendo 2000 partes, sulfato sódico 10 partes, cianuro potásico 15
partes, acetato cúprico 15 partes, carbonato sódico 20 partes, amoniaco 12 partes. b) Cardenillo cristalizado 20 partes, cianuro potásico 42 partes, agua hirviendo 1000
partes.
Paladio
a) El paladio, que es un metal más ligero y más blanco, más fusible que el platino, se
emplea desde hace poco tiempo para recubrir piezas de los mecanismos de relojería
con excelente resultado. Según M. Pilet, basta con cuatro miligramos de paladio para
cubrir todas las piezas de un reloj de bolsillo de tamaño corriente; la fórmula que
aconseja como mejor es la que sigue: Agua 2 litros, cloruro de paladio 10 gramos,
fosfato amónico 10 gramos. Con este baño se pueden electropaladiar todos los
metales, menos el zinc. b) También puede depositarse el paladio de una solución de cianuro doble de paladio y
potasio, o del cloruro doble de los mismos.
Plata
Generalidades sobre el plateado galvánico.
Para electroplatear se emplea un baño compuesto de cianuro de plata y potasio,
preparado precipitando una solución de nitrato de plata con cianuro potásico, y
volviendo a disolver el precipitado lavado en un exceso de cianuro potásico disuelto,
resultando la composición final la siguiente: cianuro potásico 360 gr, agua 4 litros,
cianuro de plata unos 30 gr se filtra y usa en un recipiente de porcelana o esmaltado.
Para preparar el baño de blanqueo, se disuelven 500 gr de cianuro potásico en 4 litros
de agua, se agregan 8 gr de cianuro de plata y se filtra la solución. Los baños van
provisto de placas de plata como ánodos, de tamaño proporcionado al del objeto que
se quiere platear. Estas placas se unen eléctricamente con el polo positivo de la
batería: los objetos, bien limpios, se unen mediante un alambre de cobre con el polo
zinc de la batería; se tienen uno o dos minutos en el baño blanqueo, y una vez
cubiertos con una capa uniforme de plata. Se pasan al baño de plata, donde basta con
veinte o treinta minutos para que los objetos queden bien plateados. Los objetos de cobre, latón o plata alemana que se trate de platear, se limpian primero
teniéndolos varios minutos en potasa cáustica concentrada e hirviente, para que
desaparezca toda taza de aceite o grasa, y después de lavados con agua, se pasan por
ácido nítrico diluido, para quitar todo óxido, y por ultimo se lavan bien otra vez.
Después de limpios, no deben tocarse con los dedos. Inmediatamente antes de introducir los objetos en el baño, se sumergen por un
instante en ácido nítrico concentrado o en una mezcla de partes iguales de nítrico y
sulfúrico, y se lavan bien con agua clara, pero muy rápidamente. Después se sumerge,
a veces, por un momento en una solución acuosa de nitrato mercurioso y se vuelven a
lavar. De este modo queda el metal cubierto con una película de mercurio que asegura
una adherencia perfecta de la plata.
Preparación del baño
Los baños indicados en el párrafo anterior se pueden preparar como sigue. Agua 4
litros, cianuro potásico (puro) 240 gr, nitrato de plata 255 gr. Se disuelve el nitrato de
plata en suficiente cantidad de agua destilada o de lluvia y se agrega poco a poco y sin
dejar de agitar, ácido cianhídrico (prúsico), hasta que la plata se precipite en forma de
cianuro, lo cual se conoce en que agregando a una porción del líquido claro una gota
de ácido, no se forma nubosidad alguna. Debe evitarse agregar un exceso de ácido. Se
coloca el precipitado en un filtro de tela fina de algodón, y una vez pasado el líquido,
se lava el precipitado, varias veces, con agua, en el mismo filtro. Se disuelve el cianuro
potásico en el agua, y se agrega el cianuro de plata, cuidadosamente desprendido del
filtro: se agita bien y si no se disuelve del todo en el líquido, se agrega más cianuro
potásico hasta disolución completa, sin dejar de agitar. Se espera a que se asienten las
impurezas y ya puede usarse el baño. El baño de blanqueo que antes se ha indicado, se emplea con frecuencia como baño
previo; tiene en esencia la misma composición que el baño de plateado, pero con más
cantidad de cianuro potásico y menos plata, y la corriente ha de ser algo más intensa.
El objeto, ya limpio, puede sumirse unos momentos en una solución de 30 gr de
nitrato de mercurio en 4 litros de agua; después se pasa al baño de blanqueo, donde
se tiene unos minutos, y después de cepillado, al baño de platear. Los recipientes empleados deben ser lo bastante altos para que queden unos 10 cm de
líquido por encima de los objetos sumergidos, cuya distancia al fondo y a las paredes
deben ser aproximadamente la misma, para que el depósito de plata sea uniforme
sobre toda la superficie. El borde superior de la cuba lleva dos varillas de latón superpuestas, pero sin tocar una
con otra, de modo que puedan colocarse otras transversales sobre la superior o la
inferior, sin tocar a las dos. La varilla de arriba se conecta con el zinc y la de abajo con
el carbón o el cobre de la batería, o con los polos correspondientes de la dínamo. Las
varillas transversales que se apoyan sobre la inferior, van unidas a los ánodos de
plata; las que se apoyan sobre la superior, van unidas al objeto que se trata de
platear, que se coloca entre dos ánodos. Como las capas más bajas del baño tienden a ponerse más densas (más ricas en plata)
que las superiores, es necesario con frecuencia invertir los objetos durante el plateado,
para obtener un espesor uniforme de plata. Con el mismo fin, los objetos pequeños
deben moverse lo más posible mientras se están plateando. El depósito resulta más fino y más denso con corriente débil y exposición prolongada,
que con una corriente intensa. En tres o cuatro horas puede depositarse una cantidad
suficiente de plata, pero resulta de mejor calidad y más fácilmente pulimentable, si se
tiene el objeto en el baño doce o quince horas con unos cuantos elementos en la
batería. Cuando los objetos han adquirido una capa de plata adherida, se sacan del baño, se
acepillan bien y se limpian con alcohol, o mejor aún en un baño caliente de platear, de
donde se pasan otra vez a la solución mercurial y finalmente al baño frío nuevamente. El primer cepillado, que no siempre es necesario, contrarresta la tendencia de ciertas
aleaciones a tomar aspecto cristalino, y además corrige las imperfecciones de la
limpieza. Si los ánodos se ponen negros mientras pasa la corriente, la solución contiene poco
cianuro, y aunque el depósito resulta adherente, es muy lento, perdiendo el baño más
plata de la que toma de los ánodos. En cambio, si los ánodos permanecen blancos
durante el paso de la corriente, el baño contiene un exceso de cianuro potásico, y el
depósito que queda bien adherido; en este caso basta agregar cianuro de plata hasta
que se disuelva con dificultad. En buenas condiciones de funcionamiento, los ánodos presentan la superficie gris
mientras pasa la corriente, quedando blanco al cortar el circuito. El peso específico del baño debe variar entre 5 y 15º Bé. Los baños para platear no trabajan generalmente bien recién preparados. Tratándolos
bien, mejorando mucho con el uso. Al principio el depósito es con frecuencia
granulado, y de tono azulado o amarillento. Se acostumbra de ordinario mezclar una
porción de baño ya usado con otra de uno recién preparado. También hay quien, en
vez de emplear baños usados, agregar un poco de amoníaco al nuevo. El sulfuro de carbono en pequeñas cantidades comunica gran brillo a los objetos
plateados; para ello se echa 30 gr de sulfuro en una botella de medio litro llena de una
solución concentrada de cianuro de potasio y de plata; se agita bien y se agregan de
cuando en cuando unas gotas de este líquido al baño, hasta que el objeto resulte bien
brillante. No debe emplearse demasiado sulfuro de carbono porque se estropea el
baño. El baño puede emplearse caliente o frío, aunque este último es el más generalizado
para artículos que requieren gran solidez. El baño caliente se emplea para objetos
pequeños, y con preferencia si éstos son de acero, hierro, zinc, plomo o estaño
previamente encobrados. Los baños calientes se usan en vasijas de hierro esmaltadas,
y los objetos se suspenden o se mueven sin cesar. Un depósito gris o negro indica que
la corriente es demasiado intensa, lo mismo que si la superficie queda cubierta de
burbujas gaseosas. Las cubas de madera empleadas para los baños fríos son
semejantes a las usadas para encobrado y el niquelado, pero deben forrarse muy bien
con gutapercha por el interior. Plateado del aluminio
Se lava primero el objeto con una solución diluida de un álcali (sosa o potasa), o con
una solución débil de ácido clorhídrico, y se enjuaga con agua. Los ánodos son placas
de pata, y el baño de compone de 2 pares de cianuro potásico, 4 partes de fosfato
sódico y 100 partes de agua destilada. Plateado del metal Britannia
Se sumerge el objeto en una solución caliente saturada de carbonato potásico, y con
ánodo de plata se emplea una corriente eléctrica intensa. La solución de carbonato
potásico disuelve la superficie del metal Britannia, facilitando asís a la plata una firme
adherencia cobre el mismo. Plateado del zinc
Según Buchner, se disuelven 10 partes de nitrato de plata en agua, y se agrega ácido
clorhídrico para precipitar la plata en forma de cloruro, que se lava varias veces con
agua clara; se disuelven 70 partes de sal amoníaco en agua, se agregan 40 partes de
sosa cristalizada, 40 partes de cianuro potásico puro y 15 partes de sal común. Se
mezcla todo y se agrega agua destilada en cantidad suficiente para componer un total
de 1000 partes.
Platino
Para platinar, se procede del modo siguiente:
Platinado del carbón Se purifica el carbón (placa) teniéndolo varios días en ácido sulfúrico diluido con tres o
cuatro veces su volumen de agua, y echándolo después en un baño de ácido sulfúrico
diluido con diez veces su volumen de agua, agregando cristales de cloruro de platino
hasta que quede de color pajizo. Se conecta el carbón con el polo negativo de la batería, y como ánodo se emplea una
placa de platino o de carbón unida al polo positivo. Al cabo de veinte minutos queda el
carbón platinado, como puede probarse descomponiendo el agua electrolíticamente
con el mismo, viéndose que el hidrógeno se desprende de su superficie. Platinado del cobre y del latón
Para platinar joyas y objetos pequeños se emplea una solución de 10 partes de cloruro
de platino y 200 partes de sal común en 1000 partes de agua, alcalinizada con lejía de
sosa.
Platinado del hierro
Se emplea una solución ácida de platino en agua regía. Platinado de los metales en general
Para platinar los metales deben encobrarse previamente y emplear baterías que den
corrientes muy intensas; los baños más usuales son los siguientes:
a) Borato potásico 300 partes, cloruro de platino 12 partes, agua destilada 1000
partes.
b) Carbonato sódico 250 partes, cloruro de platino 10 partes, agua destilada 1000
partes.
c) Sulfocianuro potásico 12 partes, cloruro de platino 12 partes, carbonato sódico 12
partes, agua destilada 1000 partes.
d) Borato sódico 500 partes, cloruro de platino 12 partes, agua destilada 1000 partes. Platinado de la plata
Para platinar una placa de plata se sumerge ésta en un baño de cloruro de platino y
agua acidulada. La plata sirve de cátodo, y como ánodo se emplea una placa o alambre
de platino, quedando la primera recubierta de este último metal.
Abrillantado de los recubrimientos metálicos
Cuando se deposita un metal blando sobre otro duro, o al contrario, el metal de fuera
(el depositado) debe pulimentarse y no bruñirse, por la razón siguiente: si se deposita,
por ejemplo, plata sobre plomo, la gran presión necesaria en el bruñido para producir
el brillo buscado haría que el metal más blando se extendiera, resultando por lo tanto
una separación de los dos metales. Por otra parte, siendo la plata más blanda que el
acero, si se bruñe el acero plateado, el metal de fuera se extiende, separándose del
interior, es decir, del acero.
Electrotipias
Generalidades.
La electrotipia es la producción de depósitos no adherentes sobre moldes metálicos o
no metálicos, cuya adherencia se evita cubriendo su superficie con plombagina o
frotándola con trementina que contenga un poco de cera. La preparación de los objetos
depende: primero, de la clase de depósito que se desee, y segundo, de la clase y
naturaleza del objeto. En todos los casos hay que quitar toda suciedad, óxido,
etcétera, ya que toda la copia obtenida por electrotipia reproduce todo detalle, hasta la
señal de los dedos sobre la superficie del modelo.
Muchos objetos que se quieren reproducir electrolíticamente deben resguardarse
parcialmente del depósito metálico, para que éste no pueda extenderse a ciertas
partes: por ejemplo, al copiar una cara de una medalla o medallón de bronce, la cara
opuesta debe cubrirse con una especie de barniz, cera o grasa, para evitar que quede
también cubierta; si se trata de dorar el interior de una copa o taza cuyo exterior se ha
plateado, hay que barnizar éste para que no quede dorado también. Para dorar y, en
general, siempre que se empleen baños calientes, se usa generalmente para las
reservas barniz copal; pero si se trata de baños fríos, basta con un barniz ordinario,
como el que emplean los grabadores con el mismo fin. A falta de otra cosa, puede
emplearse una solución de lacre en nafta. Método para electrotipias sobre cuerpos no conductores
Cuando se trata de obtener electrotipias sobre cuerpos no conductores de la
electricidad, como la loza y la porcelana, se emplea un procedimiento que consiste en
disolver azufre en aceite de espliego hasta consistencia ciruposa, después se disuelve
cloruro de oro o de plata en éter, y se mezclan las dos soluciones en caliente. se
evapora el líquido resultante hasta consistencia de pintura ordinaria, y se aplica en
estas condiciones con un pincel a las partes del objeto de loza, vidrio, etc., que se
quiere reproducir. Los objetos se encuentran del modo corriente antes de introducirlos
en el baño electrolítico.
Coloración de los metales por electrólisis Anillos coloreados Para obtener los llamado anillos de Nobili es preciso hacer pasar la corriente que
procede de uno de los polos de la batería, por un hilo de platino cuya punta solamente
entra en el líquido que se va a descomponer, mientras que el otro plomo se conecta
con una placa metálica sumergida en el mismo líquido. Esta placa se coloca
perpendicularmente a la dirección del hilo de platino, y a 1 mm de la punta de este. Pueden emplearse soluciones de sulfato de cobre, sulfato de zinc, sulfato de
manganeso, acetato de plomo, acetato de cobre, acetato potásico, tártaro de
antimonio y potasio, ácido fosfórico ácido oxálico, carbonato sódico, cloruro de
manganeso y acetato de manganeso. Procedimiento de Mathey
Consiste en precipitar en la superficie de los metales que se quieren colorear, un
peróxido metálico transparente. El fenómeno de la coloración electroquímica de los
metales es el mismo que el que tiene lugar cuando se calienta un objeto de acero
bruñido: primero toma este un color amarillo, a causa de la capa muy fina de óxido
férrico formado en su superficie; al seguir calentando aumenta el espesor de esta capa
de óxido tomando sucesivamente color rojo, violeta y azul. En el caso del pavonado
eléctrico la coloración es debida al aumento del espesor de la capa del óxido metálico
precipitado por una solución alcalina. Pueden emplearse los óxidos de plomo, estaño, zinc, cromo, aluminio, molibdeno,
tungsteno, etc., disuelto en potasa; también se pueden usar los protóxidos de hierro,
zinc, cadmio o cobalto disuelto en amoníaco. La coloración electroquímica da excelentes resultados con metales no oxidables, como
oro y platino, pero no con la plata, y es el método que se sigue para colorear las
manecillas de los relojes. Se coloca el objeto en el polo positivo, bajo una capa de
líquido de unos 3 cm de espesor, y se pone el electrodo negativo en la superficie del
baño. En pocos segundos se obtienen todos los colores posibles. Solución de hierro. Se disuelve sulfato ferroso en agua hirviendo y se mantiene la
solución resguardada del aire: cuando se va a usar, se echa una cierta cantidad en una
vasija y se agrega amoníaco hasta que se vuelva a disolver el precipitado que se haya
podido formar. Esta solución, se oxida con gran rapidez en contacto con el aire, no
puede emplearse durante más de 1 hora. Solución de plomo. Potasa 400 partes, litargirio 125 partes. Se hierve durante 10
minutos, se filtra y se diluye hasta 25º Bé.
Coloración del níquel
Se une el objeto de níquel con el polo positivo de la batería, y se coloca en una
solución de acetato de plomo. Como electrodo negativo se emplea una red de alambre
de cobre, siguiendo el contorno del dibujo que se quiera obtener, y a poca distancia del
objeto. Si la distancia entre la rejilla de cobre y el objeto es la misma en todos los
puntos, la coloración resultante es uniforme.