galileo ante la inquisición

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Galileo ante la Inquisición En 1616 Galileo fue reclamado por primera vez en Roma para responder a las acusaciones esgrimidas contra él, batalla a la que se aprestó sin temor alguno, presumiendo una resolución favorable de la Iglesia. El astrónomo fue en un primer momento recibido con grandes muestras de respeto en la ciudad; pero, a medida que el debate se desarrollaba, fue quedando claro que los inquisidores no darían su brazo a torcer ni seguirían de buen grado las brillantes argumentaciones del pisano. Muy al contrario, este episodio pareció convencerles definitivamente de la urgencia de incluir la obra de Copérnico en el Índice de obras proscritas: el 23 de febrero de 1616 el Santo Oficio condenó al sistema copernicano como «falso y opuesto a las Sagradas Escrituras», y Galileo recibió la admonición de no enseñar públicamente las teorías de Copérnico. Consciente de que no poseía la prueba que Belarmino reclamaba, por más que sus descubrimientos astronómicos no le dejaran lugar a dudas sobre la verdad del copernicanismo, Galileo se refugió durante unos años en Florencia en el cálculo de unas tablas de los movimientos de los satélites de Júpiter, con el objeto de establecer un nuevo método para el cálculo de las longitudes en alta mar, método que trató en vano de vender al gobierno español y al holandés. En 1618 se vio envuelto en una nueva polémica con otro jesuita, Orazio Grassi, a propósito de la naturaleza de los cometas y la inalterabilidad del cielo. Tal controversia dio como resultado un texto, El ensayador (1623), rico en reflexiones acerca de la naturaleza de la ciencia y el método científico, que contiene su famosa idea de que «el Libro de la Naturaleza está escrito en lenguaje matemático». La obra, editada por la Accademia dei Lincei, venía dedicada por ésta al nuevo papa Urbano VIII, es decir, al cardenal Maffeo Barberini, cuya elección como pontífice llenó de júbilo al mundo culto en general, y en particular a Galileo, a quien el cardenal había ya mostrado su afecto. La nueva situación animó a Galileo a redactar la gran obra de exposición de la cosmología copernicana que había ya anunciado muchos años antes: el Diálogo sobre los dos máximos sistemas del mundo (1632); en ella, los puntos de vista

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Galileo Ante La Inquisición

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Galileo ante la InquisicinEn 1616 Galileo fue reclamado por primera vez en Roma para responder a las acusaciones esgrimidas contra l, batalla a la que se aprest sin temor alguno, presumiendo una resolucin favorable de la Iglesia. El astrnomo fue en un primer momento recibido con grandes muestras de respeto en la ciudad; pero, a medida que el debate se desarrollaba, fue quedando claro que los inquisidores no daran su brazo a torcer ni seguiran de buen grado las brillantes argumentaciones del pisano. Muy al contrario, este episodio pareci convencerles definitivamente de la urgencia de incluir la obra de Coprnico en el ndice de obras proscritas: el 23 de febrero de 1616 el Santo Oficio conden al sistema copernicano como falso y opuesto a las Sagradas Escrituras, y Galileo recibi la admonicin de no ensear pblicamente las teoras de Coprnico.Consciente de que no posea la prueba que Belarmino reclamaba, por ms que sus descubrimientos astronmicos no le dejaran lugar a dudas sobre la verdad del copernicanismo, Galileo se refugi durante unos aos en Florencia en el clculo de unas tablas de los movimientos de los satlites de Jpiter, con el objeto de establecer un nuevo mtodo para el clculo de las longitudes en alta mar, mtodo que trat en vano de vender al gobierno espaol y al holands.En 1618 se vio envuelto en una nueva polmica con otro jesuita, Orazio Grassi, a propsito de la naturaleza de los cometas y la inalterabilidad del cielo. Tal controversia dio como resultado un texto,El ensayador(1623), rico en reflexiones acerca de la naturaleza de la ciencia y el mtodo cientfico, que contiene su famosa idea de que el Libro de la Naturaleza est escrito en lenguaje matemtico. La obra, editada por la Accademia dei Lincei, vena dedicada por sta al nuevo papa Urbano VIII, es decir, al cardenal Maffeo Barberini, cuya eleccin como pontfice llen de jbilo al mundo culto en general, y en particular a Galileo, a quien el cardenal haba ya mostrado su afecto.

La nueva situacin anim a Galileo a redactar la gran obra de exposicin de la cosmologa copernicana que haba ya anunciado muchos aos antes: elDilogo sobre los dos mximos sistemas del mundo(1632); en ella, los puntos de vista aristotlicos defendidos por Simplicio se confrontaban con los de la nueva astronoma abogados por Salviati, en forma de dilogo moderado por labona mensde Sagredo, que deseaba formarse un juicio exacto de los trminos precisos en los que se desenvolva la controversia.La obra fracas en su intento de estar a la altura de las exigencias expresadas por Belarmino, ya que aportaba, como prueba del movimiento de la Tierra, una explicacin falsa de las mareas, y aunque finga mediante el recurso al dilogo adoptar un punto de vista aparentemente neutral, la inferioridad de Simplicio ante Salviati (y por tanto del sistema tolemaico frente al copernicano) era tan manifiesta que el Santo Oficio no dud en abrirle un proceso a Galileo, pese a que ste haba conseguido unimprimaturpara publicar el libro en 1632.