Autores:Diego Martínez Ruiz

Adrián Eguizábal Caro

INTRODUCCIÓN

El conocimiento del juego resulta de extrema importancia a la hora de diseñar nuestros entrenamientos y planteamientos tácticos; incluso a la hora de dirigir a nuestro grupo el juego condiciona las normas o reglas que les damos a los jugadores. Con este artículo pretendemos que el entrenador conozca un poco más el fútbol actual. En la actualidad el fútbol evoluciona hacia el ritmo frenético, la velocidad y la explosividad en todas o casi todas las acciones. Jugar al primer toque constituye una de las formas grupales-colectivas más frecuentes de incrementar el ritmo de juego; es por ello que presentamos a continuación la variedad de situaciones de juego al primer toque que aparecen en el fútbol a raíz de un estudio realizado con la Eurocopa de 2004 como fondo.

En fútbol, la circulación del balón provocada por el ataque está asegurada por una sucesión de pases y de conducciones para la conservación del balón y su progresión hacia la zona de gol para tirar. En el mismo tiempo, la defensa se organiza para frenarla o pararla. Se catalogo varias formas de circulación de balón: Ali (1987) y después Griffiths (1999) pusieron en evidencia que los ataques llevados a cabo a lo largo de la línea lateral son más eficaces porque contornean las defensas. Gréhaigne (2005), jerarquiza 5 circulaciones típicas de la pelota. En una de estas circulaciones describen “una circulación rápida configurada por un solo toque sobre el balón en la transición o en contra-ataque”. Asimilaremos entonces el “el juego en desviación” (JED) o juego al primer toque como una sucesión de desviaciones consecutivas, que la trayectoria del balón esté modificado o no. Ya estudiado por Dugrand (1989), y por Lemoine (2003), este pone en evidencia que el JED es según los casos una opción de juego de seguridad, económico o eficaz para sobrepasar el equipo adverso. En un contexto “donde hay menos tiempo para controlar el balón sin estar molestado” (Palfai, 1989), la aceleración de la circulación del balón es una solución ya utilizada por los equipos. Constatamos que 67% de los goles marcados durante la Copa del Mundo 2002 tienen menos de 4 pases (F.F.F, 2003). La importancia dada actualmente a la velocidad de transmisión del balón nos incita a comprender mejor como las combinaciones de JED emergen en el curso del juego. Identificaremos 3 tipos de secuencias de JED en función de la zona del terreno y enunciaremos los diferentes principios que organizan los jugadores implicados en estas combinaciones.

El juego en desviación como una actividad táctica colectiva.

Teissié (1969) describe el equipo de fútbol como “un campo dinámico constituido de células unitarias, interdependientes, de forma triangular”. Este triangulo es la base “de una circulación de pelota que se establece y se prosigue por los 8 jugadores situados a sus alrededores” (Dugrand, 1989). El juego se aparenta a una sucesión dinámica de configuraciones de juego implicando un numero restringido de jugadores (dos o más), donde los movimientos y las acciones sobre la pelota dependen de la relación de fuerza generada por la totalidad de los dos equipos. El juego al primer toque como actividad táctica colectiva momentánea (Savoyant & Bouthier, 1985; Lemoine & Jullien, 2004), se inscribe perfectamente en esta lógica y propone una aceleración de la circulación del balón entre diferentes células unitarias del equipo atacante. Con respecto al posicionamiento sobre el terreno y las diferentes zonas recorridas por el balón, la secuencia de juego al primer toque tendrá un valor táctico diferente en función del desorden causado en la red defensiva adversa.

El JED en el juego a 11

Pocos estudios tratan sobre el análisis de las secuencias de juego al primer toque en el fútbol 11. Dos obstáculos principales pueden ser la causa. Para empezar, la dificultad de recogida de datos para los deportes de gran terreno en general, pero también una frecuencia de aparición del juego en desviación que obliga a grabar una cantidad muy importante de datos. Sin embargo, se noto que durante las tres últimas copas del mundo, el porcentaje de los goles marcados sin control de la pelota paso de un 61% en 1998 a 76% en 2002 (F.F.F, 2003). Si estos datos conciernen principalmente la circulación del balón en fase ofensiva, veremos que el juego en desviación se utiliza en todas las zonas del terreno.

Juego en desviación y análisis sistémico

Por el hecho de provocar relaciones dinámicas, cambiantes y no previsibles, consideraremos el juego al primer toque como un sistema complejo (Walliser, 1977; Gréhaigne, 1992; Mouchet, 2005). En efecto, la acción colectiva de los delanteros caracterizada por el balón con el objetivo de sobrepasar la defensa y de hacer bascular la relación de fuerzas pone en evidencia una regulación adaptativa del “sub-sistema” ataque en respuesta a la perturbación causada por el adversario que defiende su meta (Mc Garry y al. 2002). Las combinaciones del JED se aparentan entonces a un sistema auto-organizado que posee “la capacidad de utilizar los fenómenos aleatorios para integrarlos en el sistema y hacerles funcionar como factores positivos, creadores de orden, de estructuras y de funciones” (Atlan, 2002). En el caso del JED, la creación de orden pasa por la producción de certitud para los del equipo y de incertidumbres para los adversarios en cuanto a la destinación del balón. La posición de los jugadores en el seno de la combinación y de sus desplazamientos será un indicador de la estructuración espacial del sistema. En fin, contemplaremos las reglas de funcionamiento necesarias a una circulación instantánea del balón cuando la desviación es la respuesta táctica colectiva al problema puesto por el juego (Malho, 1974; Menaut, 1998).

Resultados del análisis del Juego al primer toque o JED

Imagen 1

Imagen 2

El análisis de las imágenes muestra que el juego en desviación se desarrolla principalmente en las zonas pre-defensivas y pre-ofensivas, es decir en la zona media del terreno. Si nos referimos a las 4 zonas, vemos aparecer 3 categorías de circulación del balón. La primera categoría (conservación) engloba 20 acciones (33,3%) en desviación que no hacen cambiar el balón de zona de terreno. 15 están situadas en la zona pre-defensiva (25%), 5 en zona pre-ofensiva (8,3%). La segunda categoría (progresión) hace referencia a las 26 acciones (43,3%) que hacen pasar el balón de la zona pre-defensiva hacía la zona pre-ofensiva. La tercera categoría (la finalización) designa 14 acciones (23,4%) que llevan el balón en zona ofensiva partiendo de otras partes del terreno.

Los resultados globales muestran que 40 ataques (66,7%) están confrontadas a defensas organizadas sobre el largo del terreno (compacta) o bien escalonadas en 2 líneas (cortina). Las defensas (extendida) son 20 (33,4%). Considerando las 3 categorías de circulación, observamos que los ataques que no cambian de zona (confrontación) están principalmente confrontadas a defensas de tipo (compacta) o (cortina): 16 casos (26,7%). Por el contrario, los ataques que progresan hacia la meta (progresión) están opuestas 17 veces (28,3%) a las defensas de tipo (cortina, 5 casos) o (extendida, 12 casos) que están más escalonadas en la profundidad. Para las acciones que se desarrollan en zona ofensiva (acabado), en 10 casos (16,7%), los defensas se agrupan de nuevo (compacta, cortina). Cualquiera que sea el tipo de combinación, 58 defensas están en presa (96,6%) delante los delanteros que están organizados de forma mayoritaria sobre el largo del terreno (largo).

Combinaciones para la conservación del balón (33,3%).

El balón circula mayoritariamente en zona pre-defensiva y algunas veces en zona pre-ofensiva. No cambia de zona y la combinación no permite siempre un adelanto de la defensa. Esta conservación del balón puede tener dos formas distintas. La primera hace referencia a una disposición de los delanteros repartidos sobre el largo del terreno (largo y escalonado), que buscan investir con rapidez (sin controlar el balón) una zona de terreno liberada de sus defensas. Utilizan principalmente las desviaciones que permiten jugar hacia delante y lateralmente (20 casos). Las desviaciones atrás son poco utilizadas (10 casos), lo que confirma que el equipo en posesión del balón asegura antes una circulación lateral y con seguridad del balón. La segunda circulación típica corresponde a una disposición espacial de los jugadores más escalonada (ataques escalonados y en profundidad) permitiendo un juego de apoyo y de “sostén”. La alternancia delante/atrás/delante tiene como objetivo sustraer el balón a los defensas sin buscar sistemáticamente una progresión inmediata hacia la meta adversa. El grupo de atrás es más representado (14 casos).

Combinaciones para la progresión del balón (43,3%).

El balón circula de la zona pre-defensiva hacia la zona pre-ofensiva. La presión defensiva, que es importante al principio de la secuencia, decrece, y la defensa esta perseguida al fin de la acción. El balón va principalmente por el pasillo axial y progresa hacia delante (28,9%).

Los delanteros están en el eje profundo del terreno y ocupan espacios restringidos que no permiten hacer conducciones de pelota.

El desplazamiento del balón se aparenta a un recorrido en zigzag necesario para evitar a los defensas que impiden el acceso a la meta. La circulación en un toque de pelota permite una aceleración del balón que se proyecta rápidamente delante del espacio de juego efectivo.

Combinaciones para finalizar (23,4%).

El balón circula de la zona pre-ofensiva hacia la zona ofensiva y los delanteros utilizan el juego en pases constantemente para ponerse en situación de tiro o tirar. Distinguimos dos tipo de circulación / acabado. La primera categoría es la que utiliza el juego en apoyo /sostén /apoyo para hacer el último pase en el eje profundo del terreno hacia la meta. La primera desviación se hace a un compañero de espaldas a la portería que fija la defensa, la segunda desviación permite al ataque sacar rápido el balón fuera de la atención de los defensas, dando al portador del balón la seguridad necesaria para ajustar lo mejor posible la tercera desviación que es la que hace bascular la relación de fuerzas a favor del ataque

La segunda forma de ataque está relacionada a una circulación del balón que lo llevan en un principio en los lados del terreno de manera a contornear el bloque defensivo y lo lleva muy rápido delante de la portería y a menudo en contrario de la carrera de los defensas. Aquí, los llamamientos de pelota son más frecuentes en el momento de la última desviación. Esto permite al ataque sobrepasar la defensa en la periferia. En los dos casos, el ataque coge el paso sobre la defensa, que está a menudo persiguiendo o en retraso en el momento de la tercera desviación.

Los mecanismos del juego en desviación.

El orden.

Los valores de la redundancia del sistema ataque en los 3 tiempos de las combinaciones son muy estables, sea cual sea la categoría de combinación pensada. Esto muestra que los jugadores buscan en la complejidad del juego crear orden en su propio funcionamiento. Desviar el balón una primera vez y encadenar otros pases instantáneos impone a los jugadores el respeto de los principios que dan órdenes de desplazamientos de unos según los otros. La información entre compañeros es unívoca y la acción instantánea sobre el balón es un indicador fiable para el futuro portador del balón. Esto permite a cada uno anticipar su propia acción antes que el compañero acabe de actuar. En estas condiciones, la desviación “es pensar con y para sus compañeros” (Frantz, 1975).

La estructura.

El posicionamiento inicial de los defensas en presa (96,4% de los casos) es una mezcla de complejidad espacial cuando limitan los espacios de evolución y temporal en función del nivel de acoso sobre el portador del balón. Confrontado a esta dificultad, el sistema de ataque elige la circulación instantánea del balón como el modo de transmisión más apropiado a su estructura espacial inicial (proximidad de los compañeros). Se auto-organiza después para mantener la estabilidad relativa de las posiciones iniciales de cada delantero (81,6% de los ataques cambian poco su estructura). El JED estructura el espacio físico y temporal de los delanteros de tal manera que las distancias entre ellos permiten al portador del balón desviar la pelota en toda seguridad.

El funcionamiento.

Se trata de optimizar espacios restringidos dejados libres por la defensa jugando instantemente la pelota. Hay que utilizar desviaciones que permiten ir rápido hacia delante construyendo una circulación de evitación: delante derecho y delante izquierda, o las que se van a inscribir en el juego de apoyo /sostén: delante, atrás derecha, detrás, detrás izquierda. Es también necesario para los delanteros proponer una solución única de pase. Estos principios son validos para los diferentes tipos de combinaciones y aparecen características del JED.

CONCLUSIÓN.

El estudio del Euro 2004 muestra que el desencadenamiento de combinaciones de juego en desviación depende de un contexto de juego particular, en donde el ataque está confrontado en el medio del terreno a defensas que bloquean y limitan la progresión del balón. Esta relación de la zona de terreno permitió poner en evidencia 5 tipos de circulación del balón. Ciertas favorecen la seguridad de la transmisión del balón, otras la progresión hacia la meta o la puesta en posición óptima para la finalización. El equipo atacante coge ventaja sobre la defensa gracias a la ventaja espacial y temporal proporcionada por la transmisión instantánea del balón. Provoca un desorden momentáneo donde la incertidumbre a prevenir es el destino del balón para los defensas. Parece también que las carreras de los delanteros son reducidas y que lo más importante para que la combinación llegue a su término es la optimización del posicionamiento de los jugadores en el principio de la acción. La auto-organización de un grupo de jugadores durante el tiempo de acción muestra que el JED “ordena” sus comportamientos tácticos y técnicos, produciendo entonces una información univoca: la desviación. El JED es tan estructurante en la medida donde el posicionamiento inicial de cada uno va organizar el espacio de circulación y de progresión del balón sin que los jugadores tengan que desplazarse de manera frecuente y rápida. En fin, el JED induce reglas de funcionamiento que incitan a los jugadores a desviar el balón instantáneamente, de manera contradictoria y en todas las direcciones del espacio. El juego en desviación permite al ataque jugar en el futuro en relación a la defensa, privilegiando la anticipación colectiva. Es este problema el que tenemos que explorar buscando a comprender como cada jugador al mismo momento y al mismo tiempo se inscribe individualmente en esta acción colectiva fugaz y rápida.

El juego al primer toque se estructura como un principio táctico capaz de anticipar la acción defensiva; por ello frente a la improvisación es necesario que los equipos fijen pautas de actuación. ¿Cómo, cuándo y quién debe aparecer para efectuar ese juego al primer toque?; ¿en qué zonas?, ¿con que objetivos?…

•Alain Lemoine, Hugues Jullien, Christophe Genolini. “Origen y desarrollo del juego al primer toque en fútbol. Análisis de los movimientos colectivos ofensivos en Fútbol Euro 2004”.

BIBLIOGRAFÍA