fuera de toda ley 1 kpflmmcia

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EL MUNDO, SAN JUAN, P. R. DOMINGO 2 DE OCTUBRE DE 1*38. 11 D/ftño Distinguido PARA EL QUE VISTE BIEN FUERA DE TODA LEY EL MAGO DE LA COSTA AZUL Por ROSITA FORBES »M« Ligas PdRIS No hoy tentado de meto/ con la pltt O Vístase confortablemente. Ud. se tiente mejor cuando viste bien. Lai Liga* Paria mantienen loa calcetines con- fortablemente ceñidos. Son de insuperable durabilidad y extremo confort. Fabricada* en gran variedad de anchoa y da colorea. Pida y persista en qua sean las legitimas Ligas Paris. A: STEIN A COMPANY Chlcoa o Niw York, U. S. A.. i 'ooWeonreí de fot Ctotvronei y T/'ronfw "rVee-Swtoa" (Anuncio) ¿Es us'ed otro más que siempre está cansado? l'na n> las frecuentes razones de *-<* estarlo es el estreñimiento. Es perfectamente Iónico que sea asi. « el estreñimiento deprime la mente, las fuerzas físicas: y esa In- r1"l«>ncia impirle estar alerta, perju- dica el éxito en los negocios y en U vida social. Además, hoy en día, o tiene paciencia con el hom- re o la mujer que siempre están cansados? C'ianrlo »' necesiia tin huen eva- cuante, nada más natural n,ue se r"«n«a en seguida en las Pildoras de Brandreth porque desde hace muchos años vienen probando sus virtudes y eficacia. No Irirtan, como lo hacen algunos purgantes fuertes— ni obran a medias, como orurre con otros laxantes suaves. Obran especialmente sobre el intes- tino grueso. Recuérdese que, generalmente, es la "pere/a Intestinal" lo que es cau- sa frpcuenfa de trastornos, como malestar general, falta de energía, mal humor, decaimiento, dolores de cabera, etc. Ks. pues, importante no descuidar o! estreñimiento y evi» tarse el malestar o entorpecimiento que frecuentemente ocasiona. Casi todas las personas requieren la. ayuda un purgante de vez en ruando. I.a frecuencia con que se n»cMt* depende, como es natura!, de la edad \t que según van pasan- do los años el funcionamiento na- tural de los intestinos se cumple con menos facilidad. Evite |o» purgantes drásticos y baratos. Tonga a prueba, para com- batir el estreñimiento, a las Pildo- ras de Brandreth. Usted verá cómo, el aliviarse del estreñimiento, con- tribuye a hacerle recuperar su bien- estar. Insista en obtener las Pildo- ras de Brandreth. No se fie de Imi- taciones o substitutos. HÁGASE USTED PERITO CONTABLE Gane $2.500 a $10,000 anual- mente. Cursos por correspon- dencia. C. P. A. Contabilidad de Costo, Comptroller, Public Accountant, Office Manager, etc. No se requiere experien- cia. Pida Informes. Envié el cnprtn. International Aceta. Soriety Dlv. of Alezander Ha mil ton Instltute. c o Julián W. Blanco, p; O. Box 933, Salvador Brau Núm. 71, San Juan, P. R. Ruégele enviarme, fin compromiso da mi parta, al Panfleto BUSINESS SUCCESS THROUGH ACCOUNTING Nombre .. ,. ,, ,. o* •• Calle .. «• «• •• •• ••' «• Pueblo ,. .. .. •• Ocupación Edad .. Muchas cosas raras ocurren en África. El hechizo, de esa tierra es j más fuerte que cualquier droga, y, i además, sabe mantener bien oculto i su secreto. Pero hace muchos años yo logré descubrir uno de ellos. Desembarqué en Durban, con un pasaje de Ida y vuelta y 60 libras esterlinas en mi bolsillo. La" mayor parte de mi dinero se consumió en la compra de un caballo, de un revólver que no sabia usar y otros artículos que estimé Indispensables con vistas a mi viaje hacia el nor- te. Cuando inicié la jornada, tuve que dormir en campamentos de po- licías y en poblados nativos, escol- tada algunas veces por un Jefe ami- go, un agricultor, boer, o un contin- gente de tropas locales. De ese mo- do al fin me encontré en las már- genes del rio Buífalo. Un policía montado habla Insis- tido en acompañarme desde el úl- timo puesto, y recuerdo que tuvi- mos alguna dificultad para vadear el rio. Las sombras se iban alar- gando cuando comenzamos a remon- tar el valle situado bajo el ala si- niestra del cono Isandwana. Un pá- jaro extraño imitaba los chillidos del loco solitario a quien una pa- trulla habla encontrado, herido y medio desnudo. —Hay un misionero por esta di- rección —explicó el policía. —Ten- dremos que acampar con él esta noche. Durante una hora más, hicimos nuestro camino dificultoso, sobre un terreno lleno de toda clase de ma- torrales. Y poco antes de la puesta del sol, llegamos a la misión, que consistía de un par de cabanas de barro en un bosque de corpulentos árboles. Un individuo, alto y joven, vestido de caqui, vino a-recibirnos. Se mostraba cortés al par que pre- ocupado. Mientras acariciaba el cue- llo de mi caballo se dirigió hacia el policía que me acompañaba, y le dijo:— No creo que debo permi- tir que se queden aquí esta noche. Es luna llena. —Bien, ¿y qué? —respondió mi compañero disponiéndose a desmon- tar, —Espero dificultades —expresó el misionero con gesto de desmayo. —¿Qué quiere decir? —Quiero decir que los zulus han estado decorando mis plantaciones de grosellas con emblemas signifi- cativos. Los ojos de los dos hombres se en- contraron y el policía se puso a sil- bar. —¿De manera que esas tene- mos? No lejos, un tambor habla comen- zado a batir. Su ritmo era tan mo- nótono, que apenas si me di cuenta de ello. —Suena como si hubiera ocurri- do algo en el villorrio —continuó. Tal vez sea una gran cosa que ha- yamos venido. Un par de revólve- res no estén de más aquf. Pero el misionero Intervino con decisión:— Esto voy a arreglar yo solo? Muchas gracias.' No se de- rramará sangre. —Exceptuando la suya... —aven- turó el policía. El Joven alto sonrió. —Me atrevo a decir que sabré evitaTlo, pero us- tedes deben partir antes de que cierre la noche. Si se dan prisa pue- den llegar hasta la casa del Mago. Les dará que beber y se sentirán LABOR REALIZADA... seguros allí. No quiero parecer hu- raño, pero... Agarró mi caballo por la brida co- mo para guiarlo hacia adelante, y yo me di cuenta de que todas mis protestas serian inútiles. El policía, sin embargo, se bajó de su cabalgadura y por unos mo- mentos los dos hombres hablaron en un lenguaje que yo no podía comprender. Luego el misionero, to- davía sonriendo nos guió por la vereda que conducía hacia arriba. Partimos y poco después estuvi- mos ante una villa nativa desier- ta. Las cabanas redondas de barro, techadas con barda, daban la im- presión de hongos. Nada podía ser menos siniestro, pero el sonido del tambor, ahora más alto e insisten- te, producía un curioso efecto en orgia de las de su clase, se le ad- vertía de lo que le esperaba, colo- cando a los arbustos cercanos a su choza, porciones de la humana ana- tomía. —Debimos quedarnos con él —le dije. —SI creía que el atentado po- día ocurlr esta noche, ¿por qué no lo hizo venir con nosotros? —¿Hacerlo venir? —contestó el policía. -^Hubiera sido lo mismo que tratar de traernos a un árbol o a una montaña. Al fin llegamos a la cabana que buscábamos. El agente de la autori- dad llamó a grandes voces, pero no obtuvo contestación. —El Indi- viduo que vive aquí, es un poco raro— me explicó mientras desmon- taba. —Lo llamamos el Mago, por- que nadie sabe su verdadero nom- lo frente a las atrocidades de esos demonios. Por supuesto, me ofrecí a ir con él. Me parcela menos peligroso que quedarme sola con aquel hombre casi inarticulado que me miraba con una intensidad concentrada que me causaba disgusto. Sin embargo, discutir'con cierta clase de ingle- ses, cuando han tomado una reso- lución, es perder el tiempo. Unos minutos después, el policía avanzaba por el camino que habla- mos traído, montado en un caballo a todas luces cansado. Y yo prepa- raba un lecho con unas colchonetas colocadas en el suelo y unas al- mohadas que estaban excesivamen- te sucias. MI anfitrión produjo un pedazo de vela y un jarro lleno de agua, en el que nadaba una alocada cucaracha. Sus movimienots eran lentos y cuando me entregó todo lo que creyó me era Indispensable, salió de la choza tan penosamente como si hubiera llevado encima una carga tremenda. Me pareció que mi habitación ha- bla sido ocupada recientemente por las gallinas del Mago. Un rayo de luna penetraba n,or un agujero del barro, haciendo notar la condición de la frazada. No deseaba dormir en ella, de manera que no teniendo otra cosa que hacer, comencé a ob- servar todo lo que habla en la es- tancia. Insectos enormes sallan de entre el polvo y uno de ellos, al asustarme, me hizo tirar una caja que habla pensado utilizar como to- cador. Gran número de fotografías amarillentas surgieron de ella, fo- tografías que daban la Impresión de no haber sido tocadas en mu- chos años. Al recogerlas me di cuen- ta de que una reproducía un grupo I'na vow Inglesa, gritó un nombre; y antea de qua me hubiera reptieato de la sorpre- sa, pude advertir en la pared . de enfrente la fotografía de una mujer. (Continuación de la página 2.) pugnados figuran las de "planta- clones de caña", clave No. 00.10; "agricultura en general", clave No. 0006; y "carga y descarga de va- pores", clave No. 7309. 1398 patro- nos se aprovecharon del remedio provisto por ¡a Ley y apelaron a la Comisión Industrial. Toda vez que la Ley ordena a la Comisión a dar preferencia a estas peticio- nes de revisión sobre los demás ca- sos del calendario, el trifbajo ordi- nario de la Comisión Industrial tu- vo, prácticamente, que suspender- se, y las peticiones de los patronos fueron señaladas para ser vistas dentro de un periodo de tiempo razonable, a fin de evitar demo- ras en el despacho de los asuntos que afectaban el servicio público." mis nervios. Creo que apreté el brazo del misionero, que nos había acompañado hasta allí, y los dos le suplicamos que continuara con nos- otros. Pero se echó a reln sin som brero, quemado por el sol de ma- nera increíble, hasta el punto de que sus ojos parecían más claros que su piel. Nos dijo: —No me pasará nada. Ese es mi deber, como ustedes saben. No pue- do ubamlonarlo. La noche africana vino tan rá- pidamente, que parecía como si una manía se hubiera colocado sobre nuestras cabezas. En la oscuridad, llena de polvo de estrellas, la cu- riosidad me fué venciendo poco a poco, y obtuve de mi compañero una descripción de la ceremonia zu- ul, que no hubiera podido mejorar la más fértil imaginación. Dicho de manera corta era lo siguiente: cuan- do se escogía una victima porque se oponía a los manejos del Mago de la comunidad o porqué la villa estimaba que habia tenido ya bas- tante civilización y necesitaba una (Anuncio) PIERNAS DAÑADAS Ninguna persona sensata debe con- tinuar sufriendo sin probar el lim- pio, poderoso y penetrante ACEITE ESMERALDA DE MOONE. que es f*> r.imente obtenible en cualquier far- macia bien surtid». Su uso es fácil y sencillo—«in «rasa lnmanchable— económico. No sólo el ardiente picor I 'ortura de la piel es pidamente aliviado, sino que el ACEITE ES- MERALDA DE MOONE también pro- mueve curación saludable. Pida en cualquier farmacia un frasco origi- nal de ACEITE ESMERALDA DE MOONE. 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Más tarde nos proporcionó una comida, y mientras permanecíamos sentados alrededor de una mesa que tenlu una pata rota, tuve la oportunidad de estu- diar su rostro tostado de sol, coro- nado por un pelo revuelto e hirsu- to, que parecía la cola de un co- meta. Hablamos, y yo me deshacía los sesos, especulando sobre el origen de nuestro anfitrión. Tenia algo de levantino o de holandés. Recibí con incertidumbre el Ines- perado anuncio del policía, que me dijo:— No tengo más remedio que retornar a ver sl le ocurre algo a ese misionero. No puedo dejarlo so- militar. Aquello me pareció tan ra- ro, tratándose de las posesiones de un levantino o de un holandés tor- nado nativo, que me puse a estu- diarla con el mayor Interés. P-epresentaba una docena de ofi- ciales de un regimiento famoso con un personaje de sangre real en el centro. Uno de los rostros me pa- recía vagamente familiar, pero no podia recordar de dónde lo conocía. Habiendo hecho un nudo en el extremo de la almohada, de manera que su contenido animal no pudie- ra escaparse, me quedé dormida al cabo, y ful despertada por un ruido que me oprimía la garganta y me hizo sentir una emoción de miedo en la misma espina dorsal. En una de las otrus cabanas que se levantaban sobre una extensión de medio acre, algujen estaba gri- tundo. Era un sonido horrible que hizo que ml corazón se llenara de espanto. Me pareció evidente que alguien estaba siendo asesinado o —me dije a ml misma— sufriendo agudamen- te por una causa desconocida. Cogiendo con mano fría y crispa- da ml revólver, salí de la cabana y me encaminé a través de la tierra Ha Vd. ensayado alguna res un polvo facial de la miima manera que en- saya Vd. un sombrerof En es la única manera de descubrir cual ma- tis de polro se adapta mil bien a su cutis I Cuando Vd. diferencia de los matices en tu propio rostro, tal res descubra Vd. que ha estado- usando el peor matis que es posible otar I Ua matis que ni siquiera pen- saba Vd. probar, tal ves tea el que la hace rer más jorra r mil hermosa que antes I Deseo que rea Vd. la glorio» di- ferencia que el correcto matis del polro facial Lady F-sther hsri en tu spariencial Simplemente mande el cupón y le mandaré una muestra generosa de loi dies matices de eitt nuero polro psra que pueda probar- los sin costo alguno en su propio cara I LADY ESTHER Rafael Rodrigues Cruz 33, San Juan, P. R. Faror de enrame a ruelta de' correo provisión liberal de los dies matices del racial Lady Etthet. r>00ifffy _ _ . « X^inírtjew mm SOLICITE LOS JUEVES I Puerto Rico Ilustrado LA REVISTA DEL HOGAR 1A EMULSIO'M DE SCOTT MEYA MfTAMBIéN.» ME HA RESUELTO EL PROBLEMA DEL ACEITE DE BACALAO; LES GUSTA AHORA COMO ME GUST GUSTABA TANTO QUE SIEMPRE QUERÍA MAS; ES TAN AüEADABLE!... sin más resguardo que las. medias, hasta que estuve a una yarda o dos de la choza donde continuaban oyéndose quejas Incoherentes. —Tal vez se trata de un caso de apendlcltis —me dije a ml misma, tratando de quitarle Importancia al asunto. Pero los suspiros y gritos rotos parecían más un cajo de lo- cura. Cuando penetré en la cabana tem- blaba de tal modo que tuve que apoyarme contra la pared. Una cu- caracha que debía ser, por su tama- ño, el padre de todas las del lugar, caminó sobre ml pie, pero por lo demás la chbza estaba desierta y con excepción de una figura tum- bada y durmiente que descubrí en la esquina más distante, nadie se encontraba en ella. Una vos, en Inglés, gritó un nom- bre; y antes de que me hubiera re- puesto de la sorpresa, pude adver- tir en la pared de f nfrente, la foto- grafía de una mujer. Se trataba de un rostro bellísimo, tan bello co- mo el nombre exótico que el dur- miente seguía repitiendo. Conteniendo el aliento atravesé el suelo de tierra. El hombre, que yo habia imaginado levantino u holan- dés, se habla puesto boca arriba, y pasada la pesadilla, que a juzgar por sus gritos debía haber sido te- rrible, su rostro se habla devuelto a una expresión apaslble, que ahora me.hacia recordar otro rostro ex- trañamente conocido. De vuelta a ml propia choza com- paré la faz de aquel hombre extra- ño, conocido por el Mago, con la del oficial más joven en el grupo militar del retrato. Y llegué al con- vencimiento de que las dos eran Idénticas, de manera que confié a la memoria las Iniciales y el ape- llido compuesto escrito debajo del retrato. La salida del sol me trajo la visita del policía y el misionero, el últi- mo montado en un 'cuadrúpedo en el qu« parecía que algo se habla omitido por error. Su noche habla sido más feliz que la mía, porque toda la villa habia venido a visi- tarlo con sus tambores y sus lanzas. —Fué un buen espectáculo —dijo el misionero con satisfacción. —Debía haberlo oído hablar —ex- presó el policía, de quien yo supe que hablan sido palabras y no balas las que lograron su victoria. —Todo irá bien ahora que he eli- minado de sus pechos el resenti- miento —continuó el joven alto a quien sugerimos que una vacación no le vendría mal. No vi'a nuestro anfitrión aquella mañana, aunque pospuse nuestra partida hasta que la Impaciencia del policía lo hizo expresarf —Sl está aguardando por el Mago, debo decirle que no está en condi- ción de dejarse ver. La botella lo hace intratable. Vive vendiéndole alcohol a los nativos, que le pagan con marfil, plumas y pieles. Pero una buena parte de la mercancía que tiene en el almacén pasa por su garganta. Más vale que nos vaya- mos antes de que arme una bronca. Cuando se emborracha se pone in- aguantable. Todo esto ocurrió en junio de 1914. Retorné a Inglaterra poco an- tes de que se desencadenara la gue- rra. E inconscientemente me puse a buscar el rostro de una mujer que no habla de encontrar hasta un año después. Por entonces yo guiaba una am- bulancia en Francia y al pasar por París, una tarde, me encaminé a un teatro. En un palco, lapizado de rojo, una mujer observaba la esce- na y yo la reconocí inmediatamen- te. Afortunadamente tenia varios amigos en la sala y uno de ellos me dijo: Pero usted debe suber- quién es... Y a continuación me dio toda clase de detalles biográ- ficos. Se trataba de una señora muy fa- mosa, casada con un Creso que le llevaba treinta años de edad. Contemplando la porcelana deli- cada de su rostro sobre el marco de la cortina grana, me dijo: Qué cosas más extrañas pasan en el mundo... El hombre sentado a ml lado, es- taha locuaz. Y continuó contándo- me: Estaba comprometida con otro hombre, según creo, y ella lo dejó y él se dló a la bebida. De todas maneras, ahora ocupa el lugar que le corerspondla. Un caso de destino. —¿Cuál es el nombre de él?— le pregunté. Me lo dijo. Era el del hombre que en la tierra zulú habla gritado una noche, presa de horrible pesa- dilla. - Eso'es todo lo que de cierto, pero siendo absurdamente joven en- tonces me puse a planear un final sentimental. Me temo que envié a Creso a la tumba, y restauré al Ma- go a su puesto de oficial de un des- tacado regimiento. Todo aquello era obra de ml ima- ginación, pero al final de la guerra, leyendo las victimas, me encontré las iniciales y el apellido compues- to que le habla confiado a ml me- moria cuatro años antes, en una choza del África. Pertenecía a un militar austra- liano muerto en Palestina. Más tarde supe también que el hombre conocido como el Mago ha- bia desaparecido unos cuantos me- ses después de ml visita; y recordé del mismo modo con satisfacción que hablan muchos barcos que ha- dan la ruta de Australia desde el África del Sur. 1 KpflMMCIA <V Cuando tonga acides* f Seseo en el ostóatfo o peoodos después de comer - y necesito Dd. comprar Coapuesto Bisuf rodo (antes IIagnosia Bisurada), exijo el legítimo.- Si su far- macia no lo tiene, raja a otra: poro I NO ADMITA SUSTITUTOS./ GANE DE $500 A $1,500.00 MENSUALMENTE fabricando producto de nece- sidad alimenticia. 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Nunca olvidan lo mucho que les ayudó en su niñea y en la adolescencia, Y como ahora todos saben que/le Emulsión de Scott ee cuatro veces más fácil de digerir que el aceite de hígado de bacalao y aprovecha mejor que las emul- siones inferiores, ea natural que la Emulsión de Scott se haya convertido en sl alimento tónico favorito de millones ds hogares. y EMULSIÓN SCOTT Pora su protección las frascos nerón as rolara la famosa marea del i el bacalao, St ss Oese ose «arco, se es Emulsión da SootL No acepto substitutos. JtxACt años, cuando me en- contraba achacoso, el Médico me dijo que evitara la acumulación de desechos en el intestino y el exceso de acidez gástrica, tomando Sal Hepática. Yo seguí su consejo y ahora a los 60 me siento perfectamente, con mas energía y entusiasmo que muchos jóvenes." Los Médicos saben que el estreñimiento y exceso de acidez, gástrica causan enfermedades o complicaciunes, y nos quitan mucha energía y entusiasmo necesarios para triunfar en la vida. Por esto recomiendan Sal Hepática que: 1. Limpia el Intestino Desechos 2. —Contribuye a Combatir el Exceso <Je Acldex Gástrica Cuando sienta síntomas de mala eliminación intestinal o ca- tarro, compruebe la doble acción benéfica de Sal Hepática. Ponga dos cuebsraditas de Sal Hepática en un vaso de agua y tome esta agradable bebida efervescente. Note como actúa suave pero eficazmente barriendo ios desechos del intestino sl mismo tiempo que la acción alcalina de sus sales minerales syuda a co- rregir el exceso de acidez gástrica. I Qué diferencia tsn nocsble. cusndo Vd. se siente ágil, la cabeza despeisds, interés en su trabajo y en Jos que le rodean! En resumen, es Vd. otra persona. ¡ ** - MOj '2 ' 1 COMPRI HOY MISMO IN SU FARMACIA, UN FU ASCO DI SAL HEPáTICA El Laxante Mineral que ayuda a combatir el exceso de Acidez Gástrica | 8R aJ. A. ROSENKRANZ, Presidente. NATIONAL 8CHOOLS. 4000 S. Figueroa St.. [),..,j 0 7U.MC I | LOS ANGELES. CAL1T.. E.U.A. 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  • EL MUNDO, SAN JUAN, P. R. DOMINGO 2 DE OCTUBRE DE 1*38. 11

    D/fto Distinguido

    PARA EL QUE VISTE BIEN

    FUERA DE TODA LEY

    EL MAGO DE LA COSTA AZUL Por ROSITA FORBES

    M

    Ligas

    PdRIS No hoy tentado de meto/ con la pltt

    O Vstase confortablemente. Ud. se tiente mejor cuando viste bien. Lai Liga* Paria mantienen loa calcetines con- fortablemente ceidos. Son de insuperable durabilidad y extremo confort. Fabricada* en gran variedad de anchoa y da colorea. Pida y persista en qua sean las legitimas Ligas Paris.

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