Frente a ti con miradas cómplices

“¿De qué se nutre la nostalgia?/ Uno evoca dulzuras/ cielos atormentados/ tormentas celestiales/ escándalos sin ruido/ paciencias estiradas/ árboles en el viento/ oprobios prescindibles/ bellezas del mercado/ cánticos y alborotos/ lloviznas como pena/ escopetas de sueño/ perdones bien ganados/ pero con esos mínimos/ no se arma la nostalgia/ son meros simulacros/ la válida la única/ nostalgia es de tu piel.” (Mario Benedetti)

En el silencio de la noche/ pruebo a catarte/ tras el fragor de la

carne a derroche/ y el vaivén de nuestros interiores amantes:

prende la llama

con inextinguible acierto

al abarcar frente a ti esa mirada

cómplice de todo: disensos,

intimidad, sexo,

saberte a mi lado

aun cuando te encuentras

lejos,

destellos graciosos, atrevidos,

risueños, buscadores de

delicias

en esos besos tan ricos

y en esas posiciones

de “alma, corazón y vida”.

Pupilas con la fragancia del

mar,

sabor a rico zumo,

mirada clara, transformadora

de noches oscuras,

gestos silenciosos que me

hablan

a raudales,

me gusta ver lo que tus ojos

clarean,

con solo un pestañeo

mi incertidumbre se remansa.

El trecho andado

nunca es en vano,

todo camino

alberga en cada recoveco

un propósito,

a veces incierto

y casi siempre, inesperado.

Un largo viaje hasta encontrarnos,

ha merecido no la pena

sino la dicha

de haberte descubierto

en el momento exacto del trayecto.

Como la luz fresca

de las primeras horas,

primicia de atardeceres

acompañados

por sonrisas traviesas

de ayer, hoy, siempre

risueña en tu tierna

juventud.

La alegría presente

de vivir contigo

echando de menos

tu aliento hasta que te conocí.

Respiro a tu lado

esta inmensa frescura

con la nostalgia de no probar

antes tu piel y circundar

tu cabello con la mesura

de saberme a tu lado.

Tu historia: niña traviesa, mujer constante y

paciente, familia con sueños compartidos

Disfruto estando contigo, sobre todo a tu lado o

contemplándote cada detalle de tu ser

Por los caminos más diversos y los momentos

más expectantes

Abriendo sendas con la mínima distancia entre

nosotros

Pensamos que el amor

es lo grande

y la ternura lo complementa;

lo real y palpable

es que suele ocurrir al revés,

el cariño es libertad de fe

para el amor.

Pequeños gestos de amor

en grandes momentos de ternura,

polos encontrados en el “sentir y gustar”

cada uno con la expresividad que atesora.

Algun@s provocan llamas de fuego

Imponentes, muy expresivas,

otr@s, con minúscula luz iluminan

todos los rincones del deseo,

sus destellos o temperaturas

son accesorios antes, luego y ahora,

solo con los años y en la tarde madura

descubrimos la necesidad de su cuidado.

Grandes espacios de ternura

consiguen hacer pequeño al amor

dándole otro calor, otra textura,

atónito al abrigo de tus brazos.

(Antonio Martínez. Para Marianela, enamorado de ti, contigo)