francisco valdÉs nicolau

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1 FRANCISCO VALDÉS NICOLAU UN ESCRITOR Y CRÍTICO LITERARIO IMPRESCINDIBLE PARA EXTREMADURA Francisco Valdés en su primera juventud Las acontecimientos políticos y sociales que se fueron desarrollando en Extremadura durante el primer cuarto del pasado siglo XX y que finalizaron con los tristes enfrentamientos entre las “dos Españas” irreconciliables, marcan de modo preferente la figura del escritor de Don Benito, Francisco Valdés Nicolau, como podremos ver en estos apuntes sobre su vida y su obra, hasta el final desenlace frente a las tapias del cementerio de su pueblo donde fue abatido por las balas de quienes no supieron respetar ni vidas ni haciendas de sus contrarios políticos, por el mero hecho de no pensar como ellos. En la persona de Francisco Valdés Nicolau se van a dar, como si de un prototipo del español de una de los dos sectores enfrentados se tratase, todas y cada una de las circunstancias que llevaron a los más tristes y miserables acontecimientos cainitas que en un pueblo puedan darse: su ascendencia social como hijo de una familia de la alta burguesía campesina extremeña, su propia formación cultural y religiosa, su militancia, su compromiso político y la defensa de unos ideales a los que consagró los últimos años de su vida, le llevaron a ser elegido, erróneamente, como el más idóneo representante de uno de los dos bandos contendientes.

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Las acontecimientos políticos y sociales que se fueron desarrollando en Extremadura durante el primer cuarto del pasado siglo XX y que finalizaron con los tristes enfrentamientos entre las “dos Españas” irreconciliables, marcan de modo preferente la figura del escritor de Don Benito, Francisco Valdés Nicolau, como podremos ver en estos apuntes sobre su vida y su obra, hasta el final desenlace frente a las tapias del cementerio de su pueblo donde fue abatido por las balas de quienes no supieron respetar ni vidas ni haciendas de sus contrarios políticos, por el mero hecho de no pensar como ellos.

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FRANCISCO VALDÉS NICOLAU UN ESCRITOR Y CRÍTICO

LITERARIO IMPRESCINDIBLE PARA EXTREMADURA

Francisco Valdés en su primera juventud

Las acontecimientos políticos y sociales que se fueron desarrollando

en Extremadura durante el primer cuarto del pasado siglo XX y que

finalizaron con los tristes enfrentamientos entre las “dos Españas”

irreconciliables, marcan de modo preferente la figura del escritor de Don

Benito, Francisco Valdés Nicolau, como podremos ver en estos apuntes

sobre su vida y su obra, hasta el final desenlace frente a las tapias del

cementerio de su pueblo donde fue abatido por las balas de quienes no

supieron respetar ni vidas ni haciendas de sus contrarios políticos, por el

mero hecho de no pensar como ellos.

En la persona de Francisco Valdés Nicolau se van a dar, como si de

un prototipo del español de una de los dos sectores enfrentados se tratase,

todas y cada una de las circunstancias que llevaron a los más tristes y

miserables acontecimientos cainitas que en un pueblo puedan darse: su

ascendencia social como hijo de una familia de la alta burguesía campesina

extremeña, su propia formación cultural y religiosa, su militancia, su

compromiso político y la defensa de unos ideales a los que consagró los

últimos años de su vida, le llevaron a ser elegido, erróneamente, como el

más idóneo representante de uno de los dos bandos contendientes.

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Desde hace muchos años, la figura de Francisco Valdés fue entrando

en mi atención literaria con una fuerza arrolladora que sigue vigente hasta

el momento de ponerme a pergeñar estos apuntes. Recuerdo que allá por

los años 70, en una de mis frecuentes incursiones a la Feria del Libro de la

Cuesta de Moyano me encontré en la Caseta de don Alfonso Riudavets con

el primer libro del escritor extremeño: Resonancia, que, para mi suerte, era

un resto de edición de más de 20 ejemplares, todos los cuales pasaron a mi

poder por un módico precio, ejemplares –los que no han sido regalados–

que aún conservo en mi biblioteca.

Edición No Venal de su primea obra, 1924

Años después, cuando tuve la osadía de ponerme a escribir sobre

personajes extremeños, Francisco Valdés fue uno de los primeros escritores

que quise estudiar a fondo, libro que salió en año 2004, en Beturia

Ediciones, en dos tomos, con el título de Escritores extremeños en los

cementerios de España, por lo que tuve que revisar a fondo toda la obra

que del autor y sobre el autor se habían publicado, así como los, si no

numerosos, sí excelentes artículos sobre él escritos.

Pero cuando realmente tuve contacto directo con al autor (en este

caso con el hijo del autor, Manolo Valdés) fue cuando mi amigo Agustín

Jiménez Benítez-Cano, escritor y bibliófilo de Villanueva de la Serena, me

solicitó le acompañara a la casa del hijo de Francisco Valdés con la

solicitud de que nos permitiera expurgar entre la numerosa correspondencia

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que éste tenía de su padre, con el gozoso deseo de seleccionar algunas

cartas personales dedicadas a su esposa Magdalena Gámir, cartas que

salieron al público con un prólogo de Manuel Hidalgo, con el título de

Cartas de amor a Magdalena Gámir, publicadas pora la inauguración de la

Casa de la Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Don Benito en el año

1997, que lleva el nombre del escritor fusilado en el año 1936.

Ampliación en 1932 de las Estampas extremeñas, con su firma

Manuel Luis Valdés Gámir era un caballero en toda la extensión de

la palabra, que después de los primeros momentos de incetidumbre antes la

petición de dos desconocidos, no dudó en poner a nuestra disposición todo

el material que de su padre guardaba con tanto cariño. Y aquí comenzó

nuestra gran sorpresa, cuando Manuel puso encima de la mesa cuatro

grandes carpetas con numerosísima correspondencia de su padre con los

más importantes escritores de aquellos años de principios de siglo. Fue tal

nuestra extrañeza y alegría, que nos atrevimos a solicitarle el poder

estudiarla en otro momento con más atención, con el fin de poderla

publicar, pues en una rápida ojeada pudimos comprobar que además de

cartas personales entre amigos, eran escritos comentando la publicación de

libros, así como críticas literarias entre grandes conocedores del tema.

Manuel, complacido con nuestra petición, puso a nuestra disposición las

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carpetas para que fueran escaneadas las cientos de cartas y así poder ser

estudiadas sin pérdida de tan importante tesoro, pero desgraciadamente,

nuestras ocupaciones laborales y el saber a buen recaudo lo que se nos

ofrecía, hizo imposible nuestro deseo, pues pocos meses después Manuel,

arquitecto de profesión, moría en un desgraciado accidente laboral y los

hijos de su matrimonio nunca han querido colaborar en los deseos de su

padre. Sería maravilloso y de alto valor literario el poder rescatar tantos y

tan valiosos comentarios de una época tan pródiga en acontecimientos

culturales y movimientos literarios.

Iglesia parroquial

Una vez apuntados estos recuerdos personales, vamos a pasar a dar

unas pinceladas sobre la vida y la obra del escritor objetivo de estos

apuntes.

Francisco Valdés Nicolau nace en Don Benito un 17 de septiembre

1892, hijo de una familia de la burguesía campesina extremeña dueña de

grandes fincas y haciendas, por lo que la vida del niño transcurre

plácidamente, al margen de los grandes problemas sociales que ya por

aquello años van apareciendo en la sociedad europea y española.

Después de los estudios primarios en el elitista colegio de las monjas

del Santo Ángel y con profesores particulares que le inculcan una sólida

formación humanística, Francisco se traslada a Madrid para hacer estudios

universitarios, escogiendo la carrera de Derecho, aunque también hará

incursiones en asignaturas de Filosofía y Letras. En Madrid conocerá los

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ambientes literarios, así como las tertulias y cafés donde sientan cátedra lo

más representativo del mundo de la cultura española. Hombre inquieto y

con grandes aspiraciones literarias será asiduo visitante de la Residencia de

Estudiantes del Paseo de los Chopos (tendrá una buena relación con Juan

Ramón Jiménez o con los hermanos Cossío, quienes le imprimirán ese

gusto ginerista por los viajes), donde en esos momentos viven y conviven

los hombres que en pocos años serán los grandes protagonistas de las letras

españolas del siglo XX.

Primera edición de las Estampas extremeñas que se pusieron a la venta

Pero Francisco Valdés, durante toda su corta existencia, va a dar

señales de un carácter contradictorio que se reflejará tanto en su vida

ordinaria, como también en la literaria. Después de conocer a fondo los

ambientes de Madrid y de vivirlos intensamente (de estos años madrileños

donde nacen y mueren tertulias literarias diariamente en cafés y otros

lugares públicos no muy aptos para la creación, dirá su esposa a Enrique

Segura: demasiado rigor en la niñez y excesiva libertad en Madrid en la

edad peligrosa), regresa definitivamente a su pueblo negándose con ello a

proseguir un camino literario allí emprendido siguiendo los pasos de los

autores del modernismo literario de su siglo. Siendo, sin lugar a dudas, uno

de los mejores prosistas de aquellos años, con una puesta al día en lo que a

literatura de su tiempo se refiere, por propia voluntad se ata ya para

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siempre a una tendencia, el regionalismo, que él mismo sabe de muy corta

proyección literaria a nivel nacional, seguramente asociado a sus propios

compromisos personales, una vez muerto su padre, en 1929, y encargado él

mismo de la dirección de sus propiedades. A partir de esos momentos su

literatura se hará melancólica, muy en la tradición temática del

regionalismo extremeño. Su introspección, su vuelta atrás, poseído de una

especie de intrahistoria obcecada que le aboca a la defensa y apología del

labrador en su más ortodoxa tradicionalidad, en función de un

redentorismo, si sincero, bastante próximo al de Chamizo.1

Casa de la Cultura que lleva el nombre del escritor

Valdés siente en un momento determinado de su vida el gran vacío

que sus propias contradiciones le abren. Hombre inteligente, sabe que el

regreso a su pueblo y la renuncia a unas posibilidades culturales a su

alcance le marcarán ya para siempre. Pero fiel a su nuevo compromiso,

asumirá e, incluso, en más de una ocasión renegará duramente de sus años

madrileños: Después, la huída de Madrid y la frialdad espantosa del

pueblo. La pérdida de los afectos puros y hondos; el apartamento del arte;

el acrecentamiento del interés y la hipocresía; la ruindad completa del

espíritu. He perdido mi juventud sin lograr entrever un rayo pleno de

idealidad, y un dolor sordo, lento, constante, atenaza mi alma: frías

cenizas.2

Sin embargo nunca renunciará a las buenas lecturas. Gran admirador

__________________________

1.- José Luis Bernal.- Francisco Valdés: Viaje inacabado de un escritor de vanguardia.

2.- Resonancias, páginas 148-149.

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de Eugenio d’Ors o de Azorín, sus grandes maestros, su obra literaria más

representativa serán los libros de carácter ensayístico como lo puedan ser

Resonancias, Espasa Calpe, Madrid, 1932 y Letras. Notas de un lector,

Espasa Calpe, Madrid, 1933, el mejor de sus libros, que afortunadamente

ha sido reeditado en el año 1993 por la Editora Regional de Extremadura.

Realmente podríamos decir que estos dos libros son el total de su obra

publicada, aunque Valdés, hombre tímido y reservado, había publicado con

anterioridad, en 1924, un pequeño tomo titulado Cuatro estampas

extremeñas con su marco, Viuda de Montero, Valladolid, en una edición

NO VENAL de 200 ejemplares, es decir no dedicados a la venta, cuyo

ejemplar nº 26 es de mi propiedad, libro que sería ampliado en 1932 y

publicado por Espasa Calpe con el nombre de Ocho estampas extremeñas

en su marco, en una edición de 1000 ejemplares no dedicados a la venta,

cuyo nº 720 y firmado por el autor, también forma de mi biblioteca. Este

importante libro fue reeditado dentro de la Biblioteca de Autores

extremeños con un prólogo de Enrique Segura en el año 1953 y,

finalmente, ha vuelto a reeditarse por la Diputación Provincial de Badajoz,

en 1993, con una excelente introducción y notas de los profesores Manuel

Simón Viola y José Luis Bernal. Finalmente, la obra de Francisco Valdés

se completa con la publicación del libro Vida y Letras (páginas selectas),

Madrid, 1980, con un prólogo de Manuel Hidalgo, que es una amplia

recopilación de textos muy anteriores y que la familia, equivocadamente,

en su afán de suavizar la última trayectoria literaria del escritor ha

expurgado y eliminado de manera inmisericorde aquellos textos que han

considerado que puedan dañar su imagen de “radicalismo” político.

En estos últimos textos de clara tendencia regionalista como lo

puedan ser los libros de Reyes Huertas, Francisco Valdés se atreve a

denunciar valientemente los problemas por los que atraviesa Extremadura,

su atavismo endémico, su retraso cultural e industrial, la falta de iniciativas

de los encargados de potenciar sus recursos naturales. A Valdés, desde su

posición ventajosa no le duelen prendas y denuncia valientemente los

hechos, por lo que también se atraerá las críticas de los terratenientes y

ganaderos. En el pueblo hace una vida monótona y aburrida, como

corresponde a un señorito sin ningún tipo de obligación donde repartir el

tiempo libre; tan sólo las frecuentes lecturas de los libros que se trae de

Madrid le hacen olvidar su permanente rechazo a lo que ve. Por otra parte,

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la vida cultural de su ciudad es nula y llega un momento en que el mismo

Valdés, como en un grito de socorro, le escribe a su amigo Ruiz Contreras:

Don Benito es un pueblo de 20.000 almas: tiene tres Casinos, setenta

tabernas, seis conventos, doce iglesias regentadas por veinticinco clérigos

seglares. Don Benito tiene un hospital y ninguna biblioteca pública.3

Primer libro de Crítica literaria

Gran enamorado de la naturaleza (aunque sea su naturaleza) ve con

dolor y nostalgia los ataques que al campo extremeño se le vienen haciendo

sin ningún tipo de racionalización por parte de los mismos agricultores. En

una bella y bucólica estampa –la quinta– va a volcar Valdés su dolor por un

mundo que muere arrasado por las nuevas formas agresivas de explotación:

Nos dice en Las Retamas: Aquí he vivido yo. Me he criado entre mis

retamas, que antes fueron de mi padre, y antes de mi abuelo, y antes de mi

bisabuelo. Salvo una temporada pasada baldíamente en la Universidad

madrileña, mi vida estuvo adscrita a este retamal con sus viejas encinas.

Eran mi fiel consuelo y la flor de mi existencia…”4

Los acontecimientos políticos que se van viviendo, la llegada de la

tan deseada como emblemática II República y las consignas de odio y

enfrentamientos entre las dos partes de la sociedad le llenan de

intranquilidad. Él sabe muy bien que la injusticia social es el mejor cultivo

_______________

3.- Ricardo Hernández Megías.- Escritores extremeños en los cementerios de España. Página 28.

4.- Estampa nº 5 “Las Retamas” de Ocho estampas extremeñas con su marco.

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para los enfrentamientos; observa en los ojos de los campesinos el odio y el

resentimiento hacia los de su clase y pretende, con su carga de buenas

intenciones, poner un punto de raciocinio en el enrevesado mundo que se le

va abriendo a sus pies: Sí, yo quiero para ti y para los tuyos pan; pan mejor

cocido, más sabroso, más abundante. Quiero para tus pequeños pañales

limpios y abrigantes, fuego para tu hogar…

Lo que yo no quiero, labrantín senarero, es que truequen tus nobles

virtudes, tus vernáculos sentires, tus amores seculares por gritos iracundos

y rebeldes, por imprecaciones odiosas.5

Última obra, la mejor, publicada por Valdés

Francisco Valdés, junto con un numeroso grupo de amigos

extremeños, entre los que se encuentran Arturo Gazul, Luis Chamizo,

Eugenio Frutos, su primo Ernesto Nicolau y el novelista Reyes Huertas,

fundará una revista en Don Benito, para dar respuesta a las cada vez más

radicalizadas influencias doctrinarias de la izquierda. Anteriormente ya

había participado con trabajos literarios en el Correo de la mañana, de

_______________

5.- Estampa nº 3 “Jayán y gañanero” de Ocho estampas extremeñas con su marco.

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Badajoz, diario conservador dirigido por López Prudencio.

Mientras tanto, en los pueblos españoles desangrados de sus hijos

por la impopular e injusta guerra de África y escaldados en sus salarios por

señoritos parásitos, los campesinos van agrupándose y concienciándose de

la fuerza de sus brazos frente a sus explotadores.

Valdés, desde su posición dominante –defensor del poder

establecido, también interviene, en contra de sus deseos, en la política local

como Concejal del Ayuntamiento y al frente de la revista Semana, dándole

réplica a Bandera Roja, órgano oficial del partido socialista, pero con un

importante y amplio contenido cultural– no llega a entender del todo lo que

se le viene encima a España. Él sigue defendiendo sus propiedades y

formulando doctrinas que tranquilizan a los de su clase social más que a

sus obreros. Veamos cómo desde una postura paternalista define a sus

trabajadores del campo en una nueva estampa: ¡Hombre del campo, tú,

viejo amigo, que vives señero y contento con tu yunta, tus aperos, tu senara

y tu trigo candeal! Tú, que ignoras la corrupción del moderno vivir. ¿Por

qué no sigues proyectando en tus hijos y en tus nietos tu indómita rectitud y

cordialidad?6

Edición en 1997 de las Cartas a su esposa

_______________

6.- Estampa nº 3 “Jayán y gañanero” de Ocho estampas extremeñas con su marco.

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La historia de su muerte no tiene la menor importancia para el

trabajo que estamos realizando. Como tantos otros hombres en aquellas

fatídicas fechas, tanto de un bando como del otro, este hecho está más que

contado en numerosísimos trabajos sobre la guerra civil. Francisco Valdés,

un hombre culto y defensor de la no violencia como la mejor forma de

convivencia entre los hombres se fue radicalizando, de tal manera, que se

convirtió en el máximo objetivo de los enemigos del bando contrario.

Muere fusilado en las tapias del cementerio de Don Benito la madrugada

del 4 de septiembre de 1936. Su cuerpo reposa, junto a los de otros muchos

represaliados por el bando izquierdista, en una fosa común en el cementerio

de su pueblo, sobre la que se ha levantado la famosa cruz franquista

dedicada a los caídos del bando nacional. Junto a ella, en el otro lado del

paseo, otra fosa común recuerda a los represaliados por el bando franquista.

Dos España irreconciliables desde tiempos remotos. Dos monumentos al

odio irracional entre hermanos, que no supieron –o no quisieron– encontrar

un punto equidistante en su controvertida convivencia. Dos tumbas frente a

frente. Para toda la eternidad, pero no separadas; para que sirvan de

ejemplo –aún hoy día y con un gobierno democrático– de quienes no

supieron, ni saben, perdonar y olvidar unos hechos ya muy lejanos en la

historia.

Retrato de Francisco Valdés en su mocedad

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BIBLIOGRAFÍA

Bernal Salgado, José Luis.- Francisco Valdés: el viaje inacabado de un

escritor de vanguardia. Anuario de estudios filosóficos, 9, páginas 33-53,

1986.

Bernal Salgado, José Luis.- Dos casos de marginación: Antonio

rodríguez-Moñino y Francisco Valdés. Cuadernos Populares nº 34. UBEx,

1991.

Bernal Salgado, José Luis.- Edición, introducción y notas en Letras

(notas de un lector). Editora Regional, Serie Rescate, nº 10. Mérida, 1993.

Hernández Megías, Ricardo.- Escritores extremeños en los cementerios

de España. Editorial Beturia, tomo páginas

Hidalgo, Manuel.- Prólogo a Vida y Letras (páginas selectas), edición de

Magdalena Gámir y Manuel Valdés, 1980.

Hidalgo, Manuel.- Prólogo a Cartas de amor a Magdalena Gámir.

Excmo. Ayuntamiento de Don Benito. 1997.

López Prudencio, José.- Reseña en ABC, en su Sección “Crítica y noticias

de Libros”, de fecha abril de 1933, del libro Letras.

Pecellín Lancharro, Manuel.- Literatura en Extremadura, Editorial

Universitas, tomo II. Badajoz, 1981, páginas 198-199.

Revista Don Benito.- Número dedicado a Francisco Valdés. Número 12,

año III, Don Benito (Badajoz), agosto de 1949.

Rozas, José Manuel y Torres Nebrera, Gregorio.- El grupo poético del

27. Ediciones Cincel. Madrid, 1980.

Segura Otaño, Enrique.- Para una biografía de Francisco Valdés.

Cuadernos de Literatura. Tomo IV, nº 10-11-12. CSIC, 1948, páginas 265-

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Segura Otaño, Enrique.- Biografías 3 (López Prudencio, Adolfo Vargas y

Francisco Valdés). Editorial Arqueros. Badajoz, 1951.

Segura Otaño, Enrique.- Prólogo a 8 estampas extremeñas con su marco.

Biblioteca de Autores extremeños. Talleres Arqueros. Badajoz, 1953.

Segura Covarsí, Enrique.- “La Ginestra” y “Las Retamas”. Cuadernos

de Literatura. Tomo IV, páginas 258-289. CSIC, 1948.

Segura Covarsí, Enrique.- “La Ginestra2 y “Las Retamas”, epílogo a la

edición de 8 estampas extremeñas con su marcos. Arqueros, 1953.

Biblioteca de Autores extremeños.

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Simón Viola, Manuel y Bernal Salgado, José Luis.- Edición,

introducción y notas a 8 estampas extremeñas con su marco. Colección

Clásicos extremeños. Diputación Provincial de Badajoz, 1998.

Simón Viola, Manuel.- Medio siglo de Literatura en Extremadura (del

cambio de siglo a los años cincuenta). Diputación Provincial de Badajoz,

2003.