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FRANCISCO GOMEZ "Probablemente, el médico colombiano se en- cuentra atrapado entre una realidad social muy cambiante, que exige nuevas cosas, incluso nue- vas formulaciones te6ricas y unos sistemas tradi- cionales rígidos que no se han modificado en lo fundamental" Marco Palacios Se describen, igualmente, algunas propuestas metodológicas que deben ambientar el nuevo currículo, tales como la diversificación de las fuentes de información, la selección de escenarios de aprendizaje, el establecimiento de prioridades en el conocimiento, la vinculación temprana al objeto de estudio y la formación investigativa. DA. FRANCISCO GOMEZ, Profesor Asociado, Departamento de Cirugía y Jefe de Educación Médica, Facultad de Medicina, Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia. El progreso científico y técnico y las transformaciones socioculturales exigen una permanente adaptación de la Universidad a las necesidades y demandas de la comunidad y de la práctica profesional. Partiendo de los antecedentes y los aspectos críticos del Modelo Biológico Reduccionista imperante en la práctica contemporánea de la medicina, se expresa la necesidad de formar un médico general con una mirada más amplia que, en su práctica, tenga claramente en cuenta y actúe sobre los aspectos psicoafectivos y socioculturales implícitos en el proceso salud-enfermedad. 59 IATREIANOL 3/No. 2/JULIO/1990

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FRANCISCO GOMEZ

"Probablemente, el médico colombiano se en-cuentra atrapado entre una realidad social muycambiante, que exige nuevas cosas, incluso nue-vas formulaciones te6ricas y unos sistemas tradi-cionales rígidos que no se han modificado en lofundamental"

Marco Palacios

Se describen, igualmente, algunaspropuestas metodológicas que debenambientar el nuevo currículo, talescomo la diversificación de las fuentesde información, la selección deescenarios de aprendizaje, elestablecimiento de prioridades en elconocimiento, la vinculación temprana alobjeto de estudio y la formacióninvestigativa.

DA. FRANCISCO GOMEZ, Profesor Asociado, Departamentode Cirugía y Jefe de Educación Médica, Facultad de Medicina,Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia.

El progreso científico y técnico y lastransformaciones socioculturales exigenuna permanente adaptación de laUniversidad a las necesidades ydemandas de la comunidad y de lapráctica profesional. Partiendo de losantecedentes y los aspectos críticos delModelo Biológico Reduccionistaimperante en la práctica contemporáneade la medicina, se expresa la necesidadde formar un médico general con unamirada más amplia que, en su práctica,tenga claramente en cuenta y actúe sobrelos aspectos psicoafectivos ysocioculturales implícitos en el procesosalud-enfermedad.

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I. PRESENTACION de servicio, la participación de la comunidad en eldiagnóstico de sus problemas, en el establecimientode prioridades, en la toma de decisiones y en elcontrol de la gestión, son algunas de las condicionesque imponen al médico nuevas responsabilidades yque le exigen conocimientos y destrezas hasta ahorano contempladas en nuestros planes de estudio conla debida claridad.

La reforma curricular de la Facultad de Medicinade la Universidad de Antioquia apunta pues, por loexpresado, al objetivo de propiciar la formación deun médico general con indiscutibles competenciascientfficas y técnicas, pero también con un clarosentido humanfstico y comunitario de su profesión,asf como con las destrezas y los conocimientos quele permitan entender y actuar con propiedad frentea los retos que le plantea una sociedad rápidamentecambiante.

II. MARCO TEORICO

E I desarrollo vertiginoso de la ciencia y la téc-nica parece ser la dominante cultural de la

época; ante esta perspectiva, la pretensión de ade-cuar los contenidos curriculares a la exigencia de loactual y de entrar en sintonfa con el bagaje cientffi-co y técnico que la comunidad médica pone al ser-vicio de toda la humanidad es, no sólo legftima sino,necesaria.

Sin embargo, al enterarnos de que más de la mitadde los habitantes de la tierra viven en condicionestales que la conquista de Marte o la manipulacióngen ética de la diabetes ni siquiera hacen parte de suimaginación, pues ésta se halla demasiado ocupadaen buscar alimento, dignidad, solidaridad y abrigo,comprendemos que la dominante cultural de la épo-ca no es el desarrollo vertiginoso de la ciencia y latécnica sino, como antes, la repartición desigual desus beneficios. Las diferencias entre los hombres (enellas inclufdo, con lugar de privilegio, el derecho a lasalud) son tan grandes, tan injustas y tan dolorosasque quien aspire, como médico, a ocuparse de lossufrimientos y de las expectativas del ser humano, a"orientar su práctica hacia el reconocimiento y larestitución de la dignidad humana" no puede desco-nocerlas ni situarlas en un plano secundario (1).

Nadie puede negar que para el médico de hoy yde mañana resulta indispensable conocer y dominarlos mecanismos biológicos del cuerpo humano y dela enfermedad; pero, a la I uz de un enfoque integradory universal de su quehacer, resulta también indispen-sable que ese médico sepa reconocer en su pacientea otro ser humano; un ser humano que es, por fortu-na, mucho más que la resultante de interaccionesfisicoqufmicas; poseedor de una procedencia y undestino, una historia y un futuro, una cultura, unareligión y unas fantasfas. y que conforma con sussemejantes una comunidad que, a su vez, será tam-bién infinitamente compleja, sana o enferma, rica opobre, poderosa o vasalla, en florecimiento o endecadencia.

Por otra parte, la dinámica de los procesos socialesy políticos de los últimos cinco años ha impuesto,quiérase o no, un cambio trascendental en el enfoquey en el estilo de prestación de los servicios de bienestar:la descentralización administrativa, la elección popularde los alcaldes, el nuevo régimen municipal, la diversi-ficación de las fuentes de financiación de los sectores

La medicina occidental, como se practica en nues-tros días y cuyas proezas nos tienen tan satisfechos,hunde sus raíces en el racionalismo cartesiano delsiglo XVII; el llamado Modelo Biomédico recibe du-rante el siglo XIX un decidido impulso con el desarro-110 de las ciencias naturales, particularmente labiología; la revolución tecnológica y la consecuenteindustrialización de la sociedad lo consolidaron defi-

nitivamente (2-6).Hoy, ese modelo ocupa casi todos los espacios

del quehacer médico. Según su base conceptual, laexplicación de todas las enfermedades radica en undesorden estructural a nivel orgánico, celular o mo-lecular. La causa de este trastorno es generalmenteúnica: una bacteria, un virus, una anomalía gen ética,un agente físico que, aunque no esté claramenteidentificado, siempre estará presente. El cuerpo hu-mano se concibe como una máquina y el médicocomo el reparador de sus averías (6, 7). Durante másde 300 años este modelo biologista ha dirigido elpensamiento y la acción de la medicina. Gracias a suaplicación, muchas enfermedades se han erradicadopara siempre de la faz de la tierra y ha sido posiblepenetrar recónditos secretos de la estructura orgáni-ca del hombre.

Sin embargo, el ejercicio cientifista de la medici-na y la visión del formidable aparato tecnológicoque posee, han creado una imagen social de la

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profesión que lleva implícita una oferta de triunfocontra la enfermedad. En la sociedad occidental exis-te la creencia, bastante generalizada, de que el mé-dico es omnipotente para explicar y curar todo lo queafecta negativamente la salud y que existe una inter-vención médica posible (medicamento o procedi-miento) para todas la afecciones (6-8).

1. UN MARCO PSICO HUMANISTICO

Se piensa que el íntimo conocimiento de los fenÓ-menos naturales basta para comprender el mundode la enfermedad y de los enfermos. Llevada de lamano por el método propio de las ciencias naturalesque explica los fenómenos aislándolos de su contex-to, a fuerza de reducir su objeto de estudio y deprofundizar y maravillarse con la explicación de laparte, la medicina ha venido extraviando su sentidouniversal, en cuanto humano.

La medicina es una práctica profesional apoyada enlas ciencias: exactas, naturales, humanas y sociales. Deellas se alimenta y en ellas fundamenta sus saltos alfuturo, pero no se confunde con cada una de ellas ni esuna simple sumatoria de sus saberes acumulados.Como lo señala Bearn, "el análisis químico del Hornosapiens no describe a un ser humano" (9). O, comohace 150 años advertía Claude Bernard, "es precisosaber que si se descompone el organismo viviente,aislando sus partes, no es más que para facilidad delanálisis experimental y no para concebirlas separa-damente" (10). Son este reduccionismo y la búsque-da obsesiva de una causa orgánica para cadaproblema de salud, los que han desviado la atenciónde la actividad médica desde el enfermo hacia laenfermedad y dejado por fuera de su campo deacción a una gama considerable de trastornos queno obedecen a un modelo taxonómico dado o queno expresan una causa orgánica detectable. Es elcaso de la gran mayoría de las d ificultades de relaciónentre los sujetos o de la percepción simbólica de símismo. Hablamos de los trastornos propios del con-texto psicológico. Esta situación la define Engel enforma ejemplar y brillante cuando, a propósito de latristeza, pregunta: ¿Son la fatiga y la debilidad de lamujer que recientemente perdió a su marido, sínto-mas conversivos, reacciones psicofisiológicas, mani-festaciones de un trastorno somático o unacombinación de ellos? y añade enseguida: "el pa-ciente que solicita la ayuda del médico debe tener

confianza en que su preparación lo ha hecho compe-tente para establecer esas diferencias" (7).

Ahora bien, quejas como las referidas por Engelconstituyen la causa más frecuente de consulta paracualquier médico general. En la mayoría de ellas elmédico se agotará buscando, sin hallarlo, un sustratoorgánico para explicarlas y curarlas. Bastará, en mu-chos casos, su escucha paciente y comprensiva y latranquilidad necesaria acerca de la naturaleza de sussíntomas para que el paciente resuelva satisfactoria-mente su situación. Entonces resulta difícil aceptaraquí el enfoque reduccionista que mira los trastornospsicológicos solamente desde el punto de vista neu-robiorógico y cuyo manejo dependería, por consi-guiente, fundamentalmente de un neurobiólogomolecular (11 ).

Reivindicamos aquí la necesidad de enfocar y lle-var a cabo la relación entre el médico y su pacientecon un sentido profundamente humano que la con-cepción fisiopatológica de la enfermedad, por sí mis-ma, es incapaz de establecer. El conocimiento de losmecanismos que regulan la conducta de los huma-nos, tanto la propia como la de los demás, es indis-pensable para lograr un acercamiento satisfactorio al

paciente.La prioridad y, en no pocos casos, la exclusividad

que se da a los procesos meramente orgánicos oinstrumental es en la atención de los pacientes, llevaa situaciones tan absurdas como la observada porprofesores del Departamento de Psiquiatría del Hos-pitar Universitario San Vicente de Paúl, de Medellín;según ellos, muchas de las interconsultas psiquiátri-cas de pacientes hospitalizados no se justifican y loque motiva el comportamiento extraño del pacientees la ausencia casi total de comunicación entre él ysus médicos (12). En este mismo orden de ideas,puede considerarse la preocupante proporción(25%) de pacientes que, encuestados en la fase diag-nóstica del proceso de reforma curricular, manifesta-ron no querer regresar a la consulta con el mismomédico que los atendió, al no sentirse escuchadosen la forma esperada, al no recibir explicacionessatisfactorias acerca de su motivo de consulta (13)cuando nó al sentirse abiertamente maltratados.

2. UN MARCO SOCIO CUL TURAL

La desviación de los recursos humanos, técnicos,

físicos y económicos hacia el aspecto curativo de la

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medicina y la concentración del esfuerzo médico engrandes centros de atención complejos y costosos,es otra de las consecuencias de la aplicación delmodelo biomédico. La recuperación de la saludmediante la utilización de alta tecnologfa consumeentre 50 y 70% de los recursos destinados al sector(14). En nuestro pafs, entre 1987 y 1988, 11 hospi-tales universitarios y 107 regionales dieron cuentade158% del presupuesto nacional para la salud. Los11 primeros consumieron 22% de dicho presupues-to, pero sólo atendieron al 5% de la poblaciónconsultante del pafs. Por otro lado, 505 hospitaleslocales y 3.000 centros de salud, que ocupan30.000 de los 70.000 funcionarios y que sirven13.000 de las 30.000 camas existentes, debieronconformarse solamente con e121% del gasto orde-nado (15). De la mano con esta concentración derecursos va el ejercicio especializado y hospitalo-céntrico de la medicina y la correspondiente es-tructura departamental izada en la prestación de losservicios. Esta organización predominante, estimu-lada por los sistemas públicos y privados de aten-ción y ampliamente aceptada por las comunidadesestá alimentada por un sub-sistema de formacióndel recurso humano que forma legiones de médi-cos generales en quienes no se tiene ninguna con-fianza, a quienes se les limita enormemente elcampo de acción y para quienes no existen, prácti-camente, salidas decorosas. En virtud de la aplica-ción del modelo, el pregrado se ha convertido, segúnla afortunada frase de Cano y Betancur (16) en un"sistema de inducción hacia la especialización," Úni-ca forma, al parecer, de escapar a la frustracióncotidiana que entraña el ejercicio de la medicina

general.Por otra parte, aunque el médico general no se

encuentra satisfecho en la realización de sus expec-tativas, la comunidad, a la cual teóricamente sirve,tampoco encuentra en él el elemento para satisfacersus necesidades. y de hecho, por lo menos en lo quetiene que ver con lo comunitario y colectivo, con lasacciones destinadas a la prevención y tratamiento delriesgo de enfermar, verdad es que poco o nada lassatisface. Preocupa el distanciamiento creciente en-tre lo aprendido en la facultad y lo realmente necesa-rio. Dicho en otras palabras, preocupa la falta decorrespondencia entre los perfiles académico y pro-fesional de nuestros egresados. Aventuremos aquf lahipótesis de que esta falta de correspondencia radi-~

ca, en parte, en la visión equivocada de la medicinacomo una ciencia universal en su abordaje y en suaplicación, es decir, totalmente independiente de losprocesos históricos, sociales, pollticos, económicosy culturales que, en continua y estrecha interaccióncon lo puramente biológico, tienen como efecto laenfermedad y la salud.

Si bien es cierto que la formulación de un pensa-miento alternativo para el dominio hegemónico de lobiológico en medicina no puede consolidar una he-gemonla de lo social (17), la necesidad de dar unarespuesta más satisfactoria a la comunidad que es-pera del sector acciones más eficaces y amplias,obliga a buscar una correspondencia más directaentre la teorla y la práctica, entre el aprendizaje y el

ejercicio profesional.Es muy posible que, en el futuro, rompiendo en dos

la historia, la salud deje de ser un estado que nomerece la atención de las personas y las institucionessino cuando se pierde. Para el efecto, será precisodesarrollar nuevas formulaciones teóricas que, juntocon la concepción ecológica y hollstica de la flsica yde otras ciencias, marcarán profundamente el pensa-miento, la visión del mundo y la acción de nuestrosinmediatos sucesores. Pero desde hoy, cada vez sereconoce con mayor claridad que la promoción yla protección de la salud, tanto en lo individualcomo en lo colectivo, son acciones obligadas delquehacer cotidiano, diluIdas en conceptos tan abs-tractos como la eficiencia del estado o el grado dedesarrollo socio-económico de los pueblos. Ade-más del proceso fisiopatológico, el lugar que losindividuos ocupan en la producción, sus condicio-nes de vida y su acervo cultural determinan, comobien lo señala Ferreira, riesgos y modos diferentesde enfermar y morir (18). En todo el mundo sediseñan y aplican pollticas y programas destina-dos a combatir tanto el riesgo de enfermar comola enfermedad misma (19,20).

Tales acciones exigen, necesariamente, nuevosconocimientos, nuevas destrezas y actividades porparte de nuestros egresados:

Conocimientos amplios sobre las dimensionesno biológicas que hacen parte del proceso salud-en-fermedad: los hechos históricos, sociales y pollticos;las transformaciones de los ecosistemas; la influenciade los medios de comunicación; los cambios admi-nistrativos, entre muchos otros, modulan el procesomediante el cual se goza o no, se pierde o no y se

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informática, los métodos audiovisuales, la explosiónbibliográfica, contienen mayor y mejor informaciónque la que puede almacenar el mejor profesor.

Al obligar al estudiante a hacer un esfuerzo debúsqueda de esta información se le está dando, almismo tiempo, un papel protagonista en su propioproceso educativo que será, asr, mucho más enri-quecedor. El docente, por su parte. pasará a jugarun papel más activo e interesante. Su misión con-siste más en despertar la curiosidad del estudianteque en satisfacerla (21 ). Coordina, canaliza, filtra ycritica la información adquirida por sus alumnos ypor él mismo. La responsabilidad del proceso se

comparte.

recupera o no la salud, en lo individual y en 10 colec-tivo.

Destreza acerca de la forma de diseñar y conducirplanes y programas de fomento de la salud, preven-ción de la enfermedad, gestión institucional, rehabili-tación y desarrollo de estrategias educativas, entreotras.

Actitudes que le permitan recorrer en sentido con-trario el camino del paciente. Dejar el consultorio ybuscar desprevenida mente a su comunidad. Integrarsea ella y trabajar, con sus aportes, por su desarrollo ybienestar. Sólo así el paciente recuperará la confian-za en su médico, cercano, humano, posible y élrecuperará la confianza en el inestimable papel quejuega en la sociedad.

2. SUPRESION DEL ENCICLOPEDISMO

III. ALGUNOS FUNDAMENTOS MET000..OGCOS

"La Universidad debe desprenderse de una vezpor todas de la falacia del enciclopedismo comovía al conocimiento. "

Vario Valencia

Se tiene -por tradición- la kjea de que el dominio detodas las áreas del conocimiento médico existente hoyes un sinónimo de ejercicio excelente del médico ge-neral. A nuestro docente le asalta la sana preocupaciónde que cualquier conocimiento, cualquier información,por mínima que sea, puede llegar a ser trascendentalen el momento en que su alumno se enfrente con lasituación correspond iente durante su práctica profesio-nal. O, por lo menos, quiere salvar su responsabilidadfrente a una eventual crítica por negligencia. DaríoValencia, en su excelente escrito "Hacia un proyectode Universidad", (22) comenta: "Parece que el su-puesto básico fuese que la calidad del profesionaldependa en forma directa de la cantidad de asigna-turas que curse, de la variedad de las mismas, de lacantidad de exámenes que presente...". Al no existirninguna jerarquía en la adquisición del conocimientose le da la misma importancia y se emplean el mismotiempo y la misma energía en la adquisición de cono-cimientos que no tienen el mismo valor para el ejer-cicio profesional. La adquisición de todo elconocimiento médico actual es imposible. En conse-cuencia, es preciso desarrollar la capacidad de refle-xiÓn, la habilidad para resolver problemas, el hábitode una actitud y un pensamiento creativos, antes quepretender poseer todo el conocimiento. Condenados-sin que parezca existir una solución viable en el

Nada que pueda justificar más una reforma enun plan de estudios que el mismo desarrollo delconocimiento en el campo de la educación. Si trasla-damos este concepto al campo de la enseñanza dela medicina, en el que la norma está constituída porla tradición y el apego tenaz a las formas más arcai-cas de transmisión del conocimiento, la justificaciónse hace aún más evidente.

Nuestro currículo sigue fundamentado en la ad-quisición de contenidos; en el dominio de asigna-turas. El énfasis se hace más en el conocimiento dela materia dictada que en el desempeño esperado.Existen muy poca coherencia y continuidad en elplan curricular. La memoria es la destreza mássolicitada, en detrimento de la capacidad de crearo, simplemente. de reflexionar. Pero, sobre todo,existe muy poca relación entre los contenidos, losambientes y los modelos del aprendizaje, por unaparte, y los acontecimientos, los escenarios y losactores que caracterizan la práctica profesionalreal, por la otra.

1. DIVERsiFICACION DE LAS FUENTES DEINFORMACION

La transmisión unidireccional del conocimiento(del profesor hacia el alumno) implica un elementodisociador, oportunamente identificado: la pasivi-dad con la cual el alumno recibe la información. Eldesarrollo tecnológico, por otra parte, ha diversifi-cado enormemente las fuentes de información: la

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mediano plazo- a que la formación del médico gene-ral esté bajo la responsabilidad de especialistas conconocimientos extensos y profundos en un área par-ticular de la medicina, es preciso que ellos reflexionenacerca de las limitaciones que, forzosamente, debenimponer a los contenidos que pretenden desarrollaren supuesto beneficio de sus alumnos. Por otra parte,es preciso recordar que el aprendizaje de la medicinade ninguna manera se limita al paso por la Universi-dad, durante los años del pregrado. Debe existirclaridad y confianza en los sistemas de EducaciónContinua que desarrollan los distintos centros edu-cativos pero, en lo fundamental, hay que desarro-llar en el estudiante la vocación y el hábito delautoaprendizaje perpetuo. Esa es la única garantraque permitirá producir y mantener, a lo largo de lavida profesional, médicos idóneos.

hospital de tercer nivel no puede ser ejemplo de loque es ordinario y cotidiano en la práctica general dela medicina.

Por consiguiente es indiscutible que los escena-rios donde normalmente actúa el médico general:hospitales regionales y locales. centros y puestosde salud. espacios comunitarios abiertos. gruposinterdisciplinarios de acción colectiva, etc., sonmás adecuados y pertinentes para el proceso deaprendizaje de la profesión, en sus aspectos pre-dominantes.

4. VINCULACION TEMPRANA A LA PRACTICAPROFESIONAL

3. SELECCION DE LOS ESCENARIOS DEAPRENDIZAJE MAS PERTINENTES

Durante su primera etapa de formación { el llamado"ciclo básico" el estudiante de medicina experimentaun gran vacro de identidad. La distancia que lo separade la práctica de la medicina, objeto de sus estudios,es enorme. Los esfuerzos intelectuales, generalmen-te importantes, destinados a adquirir información bá-sica no se ven compensados con el hecho de poderdemostrar. a sr mismo ya los demás, que ha adqui-rido ya algunos conocimientos y destrezas -asr seantan elementales como tomar una presión arteria! oinmovilizar una fractura cerrada- que tienen la virtudde identificarlo como estudiante de medicina, es de-cir, como un futuro médico.

Lo anterior se remedia con la exposición tempranasupervisada al objeto de sus estudios y con la opor-tunidad de asumir actitudes propias del médico. Porotra parte, este enfoque obliga a la interrelación ne-cesaria entre docentes y programas de ciencias bá-sicas y clrnicas, cuya necesidad es cada dra mayor.

5. EL EJERCICIO INVESTIGATIVO

Hasta ahora, el Hospital llamado Universitario hasido el escenario casi exclusivo del aprendizaje delos estudiantes de medicina. Constituye un símbolodel progreso científico y tecnológico que se halogrado particularmente en los últimos veinte otreinta años.

Sin embargo. el análisis, así sea somero, de lastendencias actuales de la prestación de serviciosde salud y de la correspondiente formación delrecurso humano, indica la necesidad de una impor-tante revisión del modelo biocientífico y hospitalo-céntrico, particularmente en los países de másavanzado desarrollo (14,23-25). La tendencia resul-tante a formar un médico más universal, orientadohacia la comunidad, capaz de diseñar y ejecutara nivel colectivo acciones de fomento, prevencióny rehabilitación, convierte al hospital de tercer nivelen un instrumento muy poco adecuado para el pro-ceso de aprendizaje del nuevo médico que quere-mos formar .

Lo expresado, es preciso anotarlo, no constituyeuna negación de la importancia que estos centrostienen en la formación del estudiante de medicina. Lacrítica está encaminada al predominio de ellos dentrodel proceso formador .

Al haber capitalizado un determinado tipo de aten-ciÓn, un determinado tipo de pacientes y una deter-minada forma de enfocar y ejercer la profesión, el

Aprender a investigar, para un futuro médicogeneral, significa adquirir un método de razona-miento disciplinado y riguroso, que le permitaenfrentar con éxito los futuros enigmas de suejercicio. Significa aprender a asumir, frente a supropio trabajo, una actitud científica. A procesarcon actitud cautelosa, expectante y crítica la in-formación que recibe. A procurar desarrollar unconocimiento original, recursivo y de impecable

pres,entación.De las distintas propuestas de los docentes de nues-

tra Facultad acerca de la manera como esta aproxima-

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ción deberfa hacerse. la estrategia conocida como deejercicios investigativos nos ha parecido la más ati-nada. En efecto. la vinculación sistemática de estu-diantes a las grandes Ifneas de investigacióncientffica de la Facultad, con toda la complejidad queellas implican. puede tener un serio efecto contra-producente. El estudiante. sin capacidad aún paracomprender la dimensión global del problema. aca-bará por asumir su parte en forma pasiva y bienpronto perderá el interés. En cambio, el diseño de

pequeños ejercicios investigativos, metodológica-mente rigurosos en los cuales el estudiante puedaformular y verificar sus propias hipótesis; cuya com-plejidad puede ser creciente a lo largo del proceso,jugará un papel mucho más positivo. Al respecto esimportante mencionar que esta estrategia ya ha sidopuesta en práctica con algunos grupos de estudian-tes (gen ética, farmacologfa) y ha resultado extraor-dinariamente provechosa.

ces de interesarse por los problemas de sus conciu.dadanos" (26).

IV. CONCLUSION

Con base en las premisas enunciadas, la Facul-tad de Medicina de la Universidad de Antioquiaexperimenta un lento proceso de reforma curricularque creemos tan necesario como inaplazable. Espreciso anticipar el escenario futuro del ejerciciomédico para no resultar perdidos en medio de unarealidad que, si no es estudiada a fondo, nos resul-tará incomprensible en poco tiempo. Y, por otraparte, es preciso que nuestros egresados tenganuna conciencia clara del mundo en que viven y delpapel que juegan en la sociedad. Ni la Universidadni el profesional pueden permanecer por más tiem-po alejados de la realidad. Hace veinte años, elprofesor Henri Pecquignot, de la Universidad deParís, escribía estas palabras a propósito de laeducación médica: "Parecería que, en el mundouniversitario, tanto docentes como estudiantes hanperdido contacto con la realidad y están tratandode reconstruir su mundo por medio de palabras, enuna especie de esquizofrenia colectiva. Las univer-sidades se han transformado en focos de desajustedonde los estudiantes abandonan el mundo real sindeseos de retornar a él jamás. Empezamos porenseñarles todo lo que es perjudicial para la medi-cina y luego los hacemos vivir en clausura dondesólo penetra una realidad tamizada. El resultado serefleja en el creciente número de médicos incapa-

SUMMARYCURRICULAR REFORM AT THE UNIVERSITYOF ANTIOQUIA MEDICAL SCHOOLScientific and technical progress as we" associo-cultural transformations require apermanent adaptation of the University to theneeds and demands of the community and ofthe professional practice. Starting with theantecedents and the critical aspects of theBiologic Reductionist Model, prevailing incontemporary medical practice, we express theneed to prepare a general practitioner with awider scope, whose practice takes into account,as basis for acting, the psycho-affective andsocio-cultural aspects implicit in the

health-disease process.We describe some methodological proposalsthat ought to be considered in designing ournew curriculum, namely: diversification ofinformation sources; proper selection oflearning scenes; setting of knowledge priorities;early contact with the object of study and

research training.

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