fragmentos del muro: una mirada hacia el imaginario

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UNIVERSIDAD AUSTRAL DE CHILE VICERRECTORÍA ACADÉMICA ESCUELA DE ARTES VISUALES TESIS FRAGMENTOS DEL MURO: Una mirada hacia el imaginario pictórico kitsch Vania Aguilera Obando Profesor patrocinante: Isabel Santibáñez Cavieres Profesor responsable: Iñaki Ceberio de León Profesor informante: Ana María Ordóñez Rivero Laboratorio de Investigación Pictórica Valdivia 2010

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Page 1: FRAGMENTOS DEL MURO: Una mirada hacia el imaginario

UNIVERSIDAD AUSTRAL DE CHILE VICERRECTORÍA ACADÉMICA ESCUELA DE ARTES VISUALES TESIS

FRAGMENTOS DEL MURO:

Una mirada hacia el imaginario pictórico kitsch

Vania Aguilera Obando Profesor patrocinante: Isabel Santibáñez Cavieres

Profesor responsable: Iñaki Ceberio de León Profesor informante: Ana María Ordóñez Rivero

Laboratorio de Investigación Pictórica Valdivia 2010

Page 2: FRAGMENTOS DEL MURO: Una mirada hacia el imaginario

2

RESUMEN

Los muros de cada hogar reflejan la pertenencia a un lugar, se conjugan tanto

épocas, como estilos y gustos. Se trata de un reflejo de lo que configura el imaginario

pictórico colectivo, debido a la inclinación hacia los motivos pictóricos de decoración. La

tesis busca generar una discusión enfocada a dicho imaginario, en como se proyecta la

identidad a través de los muros de un hogar, como se van generando ciertos espacios

que tal vez para ciertas élites se consideran ambiguos o de mal gusto, pero que sin

embargo, se transforman en un punto donde se conjugan tanto una historia familiar con

la pertenencia de una identidad.

El objetivo, tanto de la tesis y la obra plástica es evidenciar la situación de este

imaginario pictórico colectivo, para ello se realizará una revisión teórica y se hará un

muestreo que diagnostica el fenómeno. Inicialmente se hace referencia a una breve

revisión de la tradición pictórica en Chile, que contextualiza la situación abordada, por

tratarse de una tradición que no es propiamente nacional. Luego, se aborda el

fenómeno del kitsch, cómo este término ha sido fuente de análisis y se concatena con la

situación de nuestro imaginario pictórico, por tener éste último ribetes de lo que se

comprende por kitsch. Por último, el trabajo de campo, a modo de una breve etnografía,

compila impresiones teóricas y visuales, especialmente material fotográfico de espacios

domésticos, que evidencian la decoración de los muros de quienes pertenecen a mi

entorno cercano. Esto da pie para hablar de la obra “Fragmentos del muro” y como ésta

se configura desde la investigación.

En conclusión, se puede plantear que en Chile no existe una tradición pictórica

propia que refleje identidad, lo cual se manifiesta desde los comienzos de la pintura y

que se mantuvo durante casi la totalidad del siglo XX, lo que se manifiesta en nuestro

imaginario pictórico colectivo.

Palabras claves: pintura en Chile, imaginario pictórico, kitsch, identidad.

Page 3: FRAGMENTOS DEL MURO: Una mirada hacia el imaginario

3

AGRADECIMIENTOS

Agradezco eternamente a mi madre: por darme la fuerza de avanzar, la energía de explorar y el valor para decidir.

Page 4: FRAGMENTOS DEL MURO: Una mirada hacia el imaginario

4

ÍNDICE

RESUMEN………………………………………………………………………………………..2

AGRADECIMIENTOS……………………..........................................................................3

INTRODUCCIÓN…...……………………………………………………………………………7

I. La representación identitaria en la historia de la Pintura chilena……..…...……….......11

1.1 Irrupción de la fotografía…………………………………………………………………..19

II. El kitsch como fenómeno cercano…………………………………………………….…..21

III. Trabajo de campo: evidencias del kitsch……………..……………………………..…..25

3.1 Etnografía…………………………………………………………………………….…….26

IV. Acerca de la obra…...………………………………….………………………………..…38

CONCLUSIONES …………………...………………………………………………………...44

BIBLIOGRAFÍA ………………………………………………………………………………..46

ANEXOS……….………………………………………………………………………………..48

Page 5: FRAGMENTOS DEL MURO: Una mirada hacia el imaginario

5

Observo… siempre observo, todo me inquieta y viajo en un constante cuestionamiento.

Vania Aguilera

Page 6: FRAGMENTOS DEL MURO: Una mirada hacia el imaginario

6

La historia se ha encargado de demostrar que el arte jamás ha sido ajeno a los anhelos

vitales del hombre en su paso por el escenario de la vida. La obra de arte se constituye

en un testimonio visual que revela al hombre en su relación consigo mismo, con los

demás y con su mundo.

Milán Ivelic y Gaspar Galaz.

Page 7: FRAGMENTOS DEL MURO: Una mirada hacia el imaginario

7

INTRODUCCIÓN

Cada visita a un amigo o un pariente se torna un viaje diferente, aislarse en un

nuevo medio, cada hogar, cada espacio, cada muro con una historia particular, una

historia que estructura una identidad, ésta sea nacional, regional, social o cultural, pero

finalmente una identidad1. El muro refleja el sentimiento de pertenencia a un lugar, en

donde se conjugan tanto épocas, estilos y gustos, se trata de un reflejo de lo que

constituye el imaginario pictórico colectivo, debido a la evidente inclinación hacia los

motivos plásticos de decoración. Es así como el cuestionamiento sobre mi propio

imaginario pictórico, sumado a mi inquietud por pintar estos espacios domésticos que

frecuento, generan la presente tesis y su correspondiente obra plástica.

La tesis busca generar una discusión en torno al imaginario pictórico colectivo o

ciudadano, en como se proyecta la identidad a través de los muros de un hogar, como

se van generando ciertos espacios que tal vez para ciertas élites se consideran

ambiguos o de mal gusto, pero que, sin embargo, se transforman en un punto donde se

conjugan tanto una historia familiar con la pertenencia de una identidad. Esta mezcla de

estilos, recuerdos e imágenes es lo que a mi parecer genera un espacio kitsch el cuál

se verá reflejado en la obra plástica.

Como imaginario es posible comprender al universo de imágenes que se

corresponden en nuestro subconsciente, formado por todas aquellas imágenes que nos

invaden desde el exterior, como nuestro entorno cercano, en el que estamos insertos

día a día. La imagen es el elemento básico del imaginario y con ello su importancia y

revisión. Desde este punto es posible hablar desde mi propio imaginario, compuesto de

todas las imágenes a las que siempre estuve atenta, como los paisajes al óleo que

alguna vez me hicieron tomar un pincel y decidir pintar desde que era adolescente o

aquellos retratos familiares que parecían haber sido pintados sobre la fotografía o los

adornos o souvenirs con los que las personas buscan identificarse. Por otro lado, lo

que me parecía ser una constante: lo kitsch de dichas combinaciones, pero sin pensar

en que era una idea peyorativa, sino que me parecía algo así como una debilidad.

Fueron muchas alertas desde las que comencé a divisar esta temática.

1 Identidad según la RAE es un Conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracterizan frente a los demás.

Page 8: FRAGMENTOS DEL MURO: Una mirada hacia el imaginario

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De este modo, la tesis inicialmente tiene que ver con la búsqueda de un preciso

marco teórico, referente a una breve revisión de la tradición pictórica en Chile, que

contextualiza la situación abordada, lo cual va a apoyar directamente a la obra plástica.

El primer capítulo refiere a la línea de investigación teórica, que indaga en cuanto al arte

nacional, específicamente al quehacer pictórico. Por ello, es importante abordar al

historiador español Antonio Romera, quién realizó exhaustivos estudios y críticas a la

escena artística nacional, acotándome en sus investigaciones acerca de la historia de la

pintura. También se revisa a autores más contemporáneos como Ricardo Bindis, Milán

Ivelic y Cecilia Valdés, estos últimos ocupados de la investigación del quehacer

pictórico de los últimos cincuenta años, a manera referencial en cuanto a la historia de

la pintura. Este capítulo hace hincapié a la desmejorada situación de los inicios de la

pintura, incluyendo la influencia de la irrupción de la fotografía. El segundo capítulo

destaca las nociones de Clement Greenberg, Umberto Eco y Celeste Olalquiaga para el

concepto del kitsch, el cual se relaciona con el primer capítulo, en cuánto a la condición

de nuestro imaginario pictórico colectivo, compuesto por mucho más que la propia

pintura (fotografía, entre otros). El tercer capítulo refiere a la metodología, incluye el

trabajo de campo provisto de fotos de las visitas a los diferentes lugares de interés,

especialmente espacios domésticos que evidencian la problemática a tratar,

específicamente el muro, con su breve etnografía. Para finalizar, el cuarto capítulo

refiere a cómo se configura la obra plástica y las razones e inquietudes que la

anteceden.

Con respecto a lo que se había mencionado en cuanto a la situación nacional, y

lo que estos autores manifiestan, es importante mencionar que inicialmente, la pintura

por el siglo XVII toma un carácter hispánico, por influencias provenientes de Ecuador,

pero por diversas situaciones estas influencias se van tornando netamente europeas ya

por el siglo XIX (Bindis 2006: IX), de modo que la representación de la realidad no fue

tal. Se trató de una pintura de carácter muy academicista, impropia y europeizada

incluso en los primeros decenios del siglo XX.

Para el español Antonio Romera, en su libro Historia de la Pintura Chilena, los

artistas en Chile no se podían mantener al margen de las influencias provenientes de

Europa, la producción de obra refleja esta intencionalidad que se armoniza además con

otras constantes que se repiten: paisaje, color, influjo, carácter (1976: 12). Es notoria la

preocupación artística por lo técnico, más que por lo temático, se reflejan escenas

Page 9: FRAGMENTOS DEL MURO: Una mirada hacia el imaginario

9

cotidianas o naturalezas muertas, se trata de representar la realidad del campesinado,

pero se supera con la ocupación técnica (14). En cambio a mediados de siglo la

situación se va a tornar completamente diferente, debido a la ocupación por la

semántica de la obra, como lo manifiesta Cecilia Valdés en Pintura Chilena 1950-2000

(2006), donde se demuestra la nueva intencionalidad del arte en Chile.

El breve estudio de la historia de la pintura en Chile da paso al trabajo de campo,

el cual trata de visitas a ocho casas en mi entorno cercano, donde se realiza una breve

etnografía, compilando no sólo material teórico, sino también visual, especialmente

material fotográfico de espacios domésticos que evidencian la decoración de los muros

de quienes comprenden este entorno, y lo que para estos lugares existe como

evidencia de dicha “tradición”, lo que no sólo componen las pinturas, sino también

fotografías y souvenirs2. Estas tareas permiten la selección de un banco de imágenes a

trabajar sobre un soporte pictórico usual, tela sobre bastidor, evidenciando de forma

bidimensional el carácter del imaginario pictórico colectivo de mi entorno cercano.

Considerando el muestreo de imágenes se sostiene la hipótesis de que el

imaginario colectivo reflejado en el muro representa un carácter kitsch, de este modo se

considera transversalmente lo que plantea el crítico norteamericano Clement

Greenberg, quien realiza una revisión muy pertinente del fenómeno cultural en su

ensayo “Vanguardia y kitsch” de la compilación Arte y Cultura del año 1939, entendido

como una experiencia sustituta o falsa, que se contrapone a la vanguardia, como si se

tratase de una fuerza contraria. También se incluyen las nociones frente al tema de la

teórica chileno-venezolana Celeste Olalquiaga, quien es la referente más cercana hacia

esta temática.

El trabajo en general manifiesta un beneficio del tipo social y académico. El

primero por la investigación teórica-práctica de la supuesta tradición pictórica en Chile y

su consecuente evidencia de lo kitsch. En cuanto a lo académico, el trabajo puede

resultar una base para futuros proyectos de investigación en la línea de los procesos de

identidad en Chile, los cuales son cada vez más considerados como fuentes de estudio,

en los cuales se incluya la representación pictórica.

2 Según la RAE: Objeto que sirve como recuerdo de la visita a algún lugar determinado (en voz francesa).

Page 10: FRAGMENTOS DEL MURO: Una mirada hacia el imaginario

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Considerando el objetivo principal, tanto de la tesis y la obra plástica es

evidenciar el fenómeno que compone el imaginario pictórico colectivo. El primer objetivo

específico es determinar los motivos históricos y cotidianos que configuran el imaginario

pictórico colectivo. En tanto el segundo, es explorar el fenómeno kitsch como

característica de nuestro imaginario.

Debido a esto, la propuesta plástica se trabaja desde un trompe lóeil, lo cual en

español significa “trampa en el ojo”, se trata de un engaño visual, mediante una franja

de bastidores tratados al óleo, a modo documental como una evidencia del imaginario

colectivo. Dicha obra se lleva a cabo de acuerdo al banco de imágenes obtenido del

trabajo de campo. Este trabajo se realiza para obtener registro del abordaje de los

espacios comunes, referido a espacios íntimos, como salas de estar o living-room,

donde se denote esta imposibilidad que se manifestó anteriormente, ya sea por las

cualidades de lo expuesto en estos lugares o por lo recargado de las decoraciones,

evidenciando la característica kitsch de nuestro imaginario, de una forma documental a

través de la obra plástica y reflexiva desde la tesis.

Como referente pictórico para el desarrollo de esta obra plástica, considero la

obra del artista nacional Eugenio Diittborn, especialmente de una de sus exposiciones

dónde la identidad nacional es su problemática. Otro referente es la pintora chilena

María Elena Cárdenas, un referente a un nivel plástico, quién trabaja una pintura

realista, dónde a juzgar por su obra prefiere plasmar espacios domésticos. En cuanto a

la composición en sus obras, éstas generalmente mantienen el formato del políptico,

digamos varios bastidores componiendo la obra.

Page 11: FRAGMENTOS DEL MURO: Una mirada hacia el imaginario

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I. La representación identitaria en la pintura chilena

Con respecto a la situación del contexto nacional, Chile es un país donde el Estado

funciona de un modo autocrático, donde la mayoría étnica domina el poder (mestizos,

digamos los chilenos) y las minorías se ven subordinadas (Stavenhagen 1990). Esto se

debe a que el mestizo busca reflejar al colonizante. A esta situación se suma la

globalización3 donde prevalece el desarrollo económico por lo social y cultural, por lo

cual, no sólo influencia diariamente a la sociedad en general, sino también la acelera

exponencialmente, lo que alteró considerablemente el desarrollo de la cultura tradicional

chilena y su representación.

Los medios en general, referido a los medios de comunicación como

consecuencia de la globalización, proporcionan herramientas que interaccionan con los

actores colectivos o movimientos sociales, “los cuales deben viajar de modo paralelo

con la historia, en una dependencia que mantiene el sentido” (Touraine 1997). Los

medios son parte fundamental de la construcción del carácter de la identidad, la

imagen, como una de las piezas estructurales de estos, funciona como eje principal de

los medios de hoy, por ello la importancia del arte en esta construcción del sistema de

representación de cada lugar. De este modo, se aborda la pintura suponiéndola como la

representación de la realidad y según el norteamericano Clement Greenberg como una

autonomía de la operación social del arte, en este caso con una función más bien

documental.

De acuerdo a las consideraciones e importancia de la imagen, la pintura

constituye una pieza fundamental de la constitución de un imaginario pictórico. A partir

de ello es importante hacer una revisión de la historia de la pintura en Chile, para

comenzar a realizar un bosquejo de lo que representa el imaginario pictórico chileno y

comenzar a identificar lo que suele ser llamado como tradicional y si ésta en realidad se

manifiesta. De este modo comenzamos a establecer las principales ocupaciones

pictóricas de la llamada pintura tradicional chilena que se funda desde el academicismo

europeo. Para establecer estas nociones se revisa a teóricos dentro de la escena

3 Globalización entendida como un proceso multifacético caracterizado por la total interdependencia de los agentes colectivos e individuales a nivel planetario y por la circulación acelerada de los productos de las imágenes de las ideas y de los hombres que ninguna frontera natural o nacional pudiera impedir (Boccara 2000).

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artística nacional, que se han ocupado de indagar en dicha temática, la historia de la

pintura chilena.

La historia artística en Chile está dada por un desconocimiento cultural por parte

de la población, lo que incide en su aceptación y su desconocimiento de lo que puede

resultar como verdaderamente tradicional, todo esto producto de que existen escasos

seguidores de la cultura (Ivelic 2004: 16), aunque la pintura dentro de esta minoría que

se ocupa de la cultura, va a manifestar una adherencia mayor por la pintura, por tratarse

de una técnica artística para ellos más cercana y conocida, sobretodo por su

representación, que se va a tratar en sus comienzos del mundo visible. El público se

siente más cercano a la pintura por tratarse de lo que representa para ellos algo

reconocible. Los pintores durante más de un siglo se ocuparon de pintar lo que les

otorga el mundo visible, siendo lo más evidente la referencia del paisaje (Ivelic 2004,

26), siendo el paisaje campestre uno de los más cotizados, aunque los pintores también

se dedicaron a pintar el paisaje marino, lo que popularmente se conoce como las

llamadas marinas.

Por definición, la pintura de paisaje es la que tiene por objeto la representación

de un lugar natural o urbano, más bien figurativo. En la época helenística se consideró

el paisaje como elemento decorativo con personalidad propia dentro de la pintura, pero

se le debe a la escuela veneciana del siglo XVI el haber dado al paisaje un sentido

nuevo, capaz por sí mismo de expresar el estado de ánimo del pintor y ser protagonista

de la pintura4. Por ello la gran importancia de este género estilístico dentro de la Historia

de la Pintura.

Antonio Romera, autor de la “Historia de la pintura Chilena”, también se

cuestiona acerca de la existencia de algo propiamente chileno, una pintura tradicional

con carácter identitario propio tanto temático, como técnico, de modo que incursionó por

una profunda actividad investigativa en esta línea, apostando porque realmente existe

una pintura chilena, lo que no afirma esta tesis y que se buscará dilucidar. Para este

historiador, quien revisó la historia de la pintura chilena durante gran parte de su vida,

ésta se presenta con una existencia breve, que se manifiesta por su inicio tardío y su

permanente preocupación técnica, durante casi más de un siglo. Se trata de una

actividad pictórica muy frágil, y evidentemente amparada en el quehacer pictórico de

4 Véase: http://www.portaldearte.cl/terminos/paisaje.htm

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13

Occidente, tal como lo manifiesta en la introducción de su libro: “Los artistas chilenos no

podían permanecer ajenos a los influjos externos. La producción nacional refleja, con

frecuencia, idéntica inquietud a la pintura de Occidente” (Romera 1974: 12).

No sólo Antonio Romera evidencia esta carencia de lo propiamente chileno, sino

también lo hace Enrique Cueto y Guzmán en su texto ¿Existe o no el arte nacional? de

comienzos del siglo XX. Este autor considera que el arte nacional, en general, se

encuentra ayuno de caracterización, o de cualidades propias. Para Cueto esta

problemática se origina por la falta de un maestro que condicione características

propias, esto por la falta de tradición escolástica que impone un maestro. Estas

interrogantes no sólo surgen en el cotidiano chileno, sino también en otras latitudes

latinoamericanas, y no se trata de una pregunta netamente ociosa, sino de una

indagación que va más allá del juicio de que si tenemos tradición neta o no, se trata de

una reconstrucción de la identidad.

A la percepción de Romera, se suma el cuestionamiento más contemporáneo,

que sostiene el libro Pintura en Chile: desde la colonia hasta 1981, de Gaspar Galaz y

Milan Ivelic, donde se manifiestan claramente estas dudas ¿existe o no un arte

propiamente chileno?. En la visión de los autores, dicha situación es el estado

inconcluso que se da por el enfrentamiento del mundo occidental, desde la invasión de

la corona española y el mundo indígena, lleno de misticismos y rituales, cargado de

ideas contrarias a lo que profesaba el catolicismo de la colonia. De este modo, pocos

grupos indígenas logran mantener autenticidad frente al conquistamiento cultural.

Sin embargo, y en palabras de los propios autores, no se trata sólo de una

implantación del arte europeo, sino que de un arte simbiótico entre lo proveniente de

Occidente y el mundo indígena: “Por eso es que el arte tampoco fue mero trasplante

europeo; al contrario, se produjo una simbiosis que permitió el encuentro entre América

nativa y Europa hispana” (Ivelic y Galaz 1981: 15). Dicha simbiosis es la que comienza

a gestar los comienzos de la pintura en Chile y que su carácter, si bien no es

propiamente chileno, es lo que constituye nuestro imaginario.

El panorama de la pintura chilena, como se menciona anteriormente, se

comienza a perfilar influenciado, ya que son maestros extranjeros los que comienzan a

impartir clases y a conformar el círculo del arte, especialmente europeos, los cuales se

establecen por temporadas en Chile maravillados por la lejanía, lo exótico y exuberante

de su naturaleza, tanto como de sus costumbres, estos van a conllevar a un boom de la

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14

pintura paisajista en Chile, lo que se mantendrá durante largas décadas, desde los

comienzos de la pintura en Chile en el siglo XIX.

Entre estos extranjeros se encuentra José Gil de Castro, el llamado “Mulato” Gil,

quién con su estancia en Chile se insertó en la historia de la pintura chilena por su gran

influencia en ésta (Romera 1974: 16), este pintor junto con otros extranjeros como el

consagrado Raymond Monvoisin, francés, a quién le encomiendan la labor de iniciar la

Academia de Artes, comienzan a esbozar los caminos del arte pictórico en Chile.

Aunque fue el italiano Alessandro Cicarelli, director de la Academia de Pintura, el

antecedente de la Academia de Bellas Artes, quien en su discurso detalla el acontecer

de la plástica en sus comienzos. El discurso de Cicarelli está marcado dentro de un

contexto lleno de cambios, se trata del Gobierno de Manuel Bulnes, donde se buscaba

construir el imaginario en base a los acontecimientos históricos que ocurrían en la

época, la cual fue una de las finalidades de la creación de tal Academia. Esta

representación sería de modo ilustrativo que el arte demuestre los hechos recurrentes.

Otro punto considerable del discurso es su declaración en la función social del arte,

como objeto de culto y de recuerdo. Para lograr estos objetivos, las palabras del italiano

refieren a que se debe enseñar el arte de los griegos y el arte religioso.

Al trabajo que se realiza en la Academia se suman pintores chilenos, tales como

Manuel Ramírez Rosales, Francisco Mandiola, Manuel Caro, Vicente Pérez Rosales,

entre otros, los cuales van a contribuir a esta nueva empresa. Esta tendencia, si bien se

trata de una representación chilena, mantiene la visión romántica del paisaje, de modo

que la pintura es abordada de un modo pseudo-realista, añadiendo cierta ficción a los

paisajes, una ficción que se produce al evidenciar cierto idealismo proveniente desde

sus fuentes más cercanas, la educación académica europea, lo que para historiadores

como Romera se trata de un estilo muy francés.

Este estilo se mantiene durante largos años, logrando una verdadera escuela de

pintura paisajista, promovido por la reciente implantación de la pintura y por ser

representativo del mundo visible (Ivelic y Galaz 1981:28), lo que encadena

inmediatamente un reconocimiento inmediato del espectador, se trata de signos

reconocibles, con prácticamente un solo significado, donde se destacan los llamados

Grandes Maestros de la Pintura Chilena formada por Pedro Lira, Alfredo Valenzuela

Puelma y Alberto Valenzuela Llanos. Pero estos pintores comienzan a manifestar

cambios en la técnica, con motivo de hacer notar un resquicio de independencia de la

Page 15: FRAGMENTOS DEL MURO: Una mirada hacia el imaginario

15

academia europea, esto a través de una pincelada fragmentada y borroneando la

forma, que antes era muy definida.

Mientras se mantiene la ocupación temática por el paisajismo durante varias

épocas, aparecen al comienzo del siglo XX, dos grupos que denotan otra preocupación

plástica, que también buscará tradicionalidad. El primer grupo se denomina Generación

del trece, denominación que se le atribuye por el año en que exponen en los salones

del Mercurio los pintores de la Academia de Pintura de la Universidad Católica, los

cuales eran discípulos del pintor Pedro Lira. Estas pinturas demuestran el seguimiento

de la línea del paisaje, pero por otro lado manifiestan la inclusión del ser humano,

demostrando un paisaje social. El segundo grupo es el Montparnasse, el que demuestra

una fuerte inclinación a las tendencias europeas de la época, de modo que no evidencia

una tradicionalidad, sino más bien un apartamiento de lo propio, de este modo, el Grupo

Montparnasse contribuye a la notoriedad de emplear el modelo europeo, sobretodo

para estar al corriente de la época5.

5 Véase en http://www.portaldelarte.cl/terminos/montparn.htm

Fig. 1: Alberto Valenzuela Llanos, “Paisaje con cordillera”, Óleo sobre tela.

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16

Luego, la generación del 40, se muestra como discípulos de lo que fue el grupo

Montparnasse, pero no fue tan precoz como el grupo gestor, de modo que tuvieron

cierta estabilidad, aunque para Romera, esta estabilidad es ficticia. Estos artistas

enfrentan la pintura con un profundo espíritu gremial, este grupo aportará un lenguaje

generacional, pero no dejaron de ocuparse más por lo técnico que por lo temático

(Romera 1974: 12).

Más tarde se genera en la escena artística internacional otra preocupación dentro

de esta tendencia, se trata de la llamada muerte de la pintura, que se acuña durante los

años setenta, especialmente desde el arte conceptual en Europa y Estados Unidos,

afirmando que la pintura y su mundo narrativo carecían de ideas. Si bien estas nociones

son internalizadas, la pintura siguió coexistiendo, con artistas como Francis Bacon y

Lucien Freud. En el caso de Chile, el país también manifiesta cierta pretensión por estar

al corriente de los sistemas de representación europeos y norteamericanos,

distanciándose de la pintura y demostrar que los artistas están de lado de la

vanguardia, acercándose firmemente al informalismo, de modo que nacen corrientes

como la Pintura Geométrica (Valdés 2004).

La editora y coautora del libro “Pintura en Chile 1950-2000”, Cecilia Valdés, se

concentra en evidenciar que la pintura nunca ha perdido su importancia, siempre ha

persistido, sobretodo en el quehacer pictórico chileno, aún cuando fue desclasificada en

los años sesenta y setenta. La periodista le dedica incluso un capítulo a este tema

denominado “La persistencia de la pintura”. Este capítulo refiere principalmente a que

en Chile se origina una situación contraria en cuanto a la relación de la pintura con el

museo y con el arte propiamente tal. Estas relaciones se mantienen debido a que se

entienden como un modo de reconocimiento, el artista en Chile comprende el museo

como un espacio favorable de conocimiento y aceptación, además se tratan de

establecer nuevos horizontes en la pintura, con colectivos que van apareciendo desde

los años setenta.

Si bien la escena pictórica se formaliza y presenta grandes cambios hay quienes

siguen manteniendo sus dudas respecto a qué consiste en un arte propiamente chileno.

Es el caso de la obra de Bernardo Oyarzún, artista visual chileno, licenciado en Artes de

la Universidad de Chile, Proporciones de Cuerpo, donde evidencia un quehacer artístico

desde la propia etnia, auto considerado mapuche se representa y forma parte de su

propia obra, que incluye pintura, fotografía e instalación, incluyendo además fotos de

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17

sus orígenes ligados al sur de Chile6. En palabras del propio autor, la primera imagen

corresponde a una validación de un canon con proporciones mestizas, haciendo notar

las diferencias con el canon europeo, pero reivindicando una situación genética

igualmente aceptable. La obra también se enriquece de un texto que refiere a apodos y

sobrenombres que forman parte de los recuerdos del artista, sobrenombres con los que

lo llamaban de pequeño. En tanto la última parte de la obra se forma por 60 cajas de

luz, donde se han adosado placas fotográficas, que contienen los retratos de vecinos

del artista, lo que se interpreta como el establecimiento de una media del rostro

chileno7. Si bien no se trata de una representación pictórica, me parece importante

destacar su modo de hacer la evidencia y los descalces con los modelos tradionales.

Fig. 2: Bernardo Oyarzún, "Proporciones del cuerpo". 2003.

Montaje en fotografía digital

Otro artista que manifiesta preocupación por un arte propiamente chileno, o más

bien que alude a la identidad local en el arte chileno, es Eugenio Dittborn, quién también

se trata de un referente. Es con su exposición del año 1976 llamada 6 En http://www.artistasplasticoschilenos.cl/biografia.aspx?itmid=1289. Sitio Artistas Plásticos Chilenos, Biblioteca Museo Nacional de Bellas Artes, Santiago de Chile. 7 Véase en http://bernardooyarzun.cl/proporciones_obra.htm

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18

Delachilenapinturahistoria, donde a través de nueve láminas en papel couché, donde

parodia la idea del artista tradicional y la historia del arte nacional, porque la mostraba

como una historia inexistente, superada ampliamente por la irrupción de la fotografía.

Esta exposición genera una búsqueda de referentes pictóricos nacionales poco

tradicionales o que no pertenecían a lo convencional del arte. La búsqueda se realizaba

en revistas antiguas o documentos gráficos que tuvieran indicios de estos registros

visuales, para complemetar o visualizar de una mejor manera lo que había sucedido en

la historia de la pintura local.

Fig. 3: A la izquierda "El ñauca, Epopeya"; A la derecha "Monet en Limache". Eugenio Dittborn,

1976.

Page 19: FRAGMENTOS DEL MURO: Una mirada hacia el imaginario

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1.1 Irrupción de la fotografía y su consecuencia en la historia de la pintura chilena

Si bien la pintura se manifiesta tardíamente en toda la extensión de

Latinoamérica, lo contrario sucede con la fotografía, la cual irrumpe con fuerza en

Occidente a mediados del siglo XIX y es rápidamente conquistada desde el continente.

Dicha situación en la escena internacional genera una suerte de enfrentamiento entre la

tradición pictórica y la nueva fotografía, esta última por su forma documental, poniendo

en jaque a la pintura y su forma de representar la realidad, de modo que la corriente

pictórica se ve obligada a cambiar la técnica y sus temáticas, desplazándose hacia una

investigación de la impresión de la luz.

La fotografía en el “Nuevo Mundo”, como llamó Ronald Kay a Latinoamérica en

su ensayo Del espacio de acá (donde no sólo habla de teorías fotográficas, sino

también establece éstas cuestiones en torno a la irrupción del fenómeno), se enfrenta al

choque con la nueva pintura, ya que la tradición pictórica aún no estaba consolidada, ni

mucho menos masificada, porque como se revisó en el capítulo anterior se implanta

tardiamente alrededor del año 1860, de modo que la fotografía quita la posibilidad de

que la tradición pictórica se internalice en el imaginario colectivo. La pintura, en

palabras del propio Kay, pierde su posibilidad de desarrollo, mientras para Celeste

Olalquiaga, teórica cultural, la fotografía congestiona la visualidad a través de estas

nuevas imágenes, porque otorgan la instantaneidad que la pintura no facilita, como

también la cercanía y acceso a la recién generada y creciente clase media, todo esto

dado por la fuerte ilusión de clase que posee la imagen (Olalquiaga 1998:16).

Con esto me refiero a que la nueva clase social que se perfila creciente, la

llamada clase media, manifiesta su pretensión de poder en la adquisición de la imagen,

una imagen que ahora es reproducida por la fotografía, en su reproductibilidad técnica

que la hace cercana y accesible. La pretensión recae en mostrar cierto carácter de élite.

Se trata, a mi parecer, de la ilusión de clase que manifiesta esta clase social al adquirir

estas nuevas imágenes que antes les fueron negadas. Éste es el factor de tanto éxito

en la irrupción de la fotografía, porque la imagen que antes estuvo bajo la propiedad de

la Iglesia o la monarquía, siempre se mantuvo muy lejana a las bajas élites, pero desde

la aparición de la fotografía esta idea ahora baja representa simbólicamente que el

poder se ha compartido. Este síntoma cultural no es menor, considerando los

Page 20: FRAGMENTOS DEL MURO: Una mirada hacia el imaginario

20

fenómenos que se van generando más adelante. Para Olalquiaga es evidente que esta

situación es un antecedente del fenómeno kitsch y sus repercusiones que se mantienen

hasta la actualidad.

Walter Benjamin es uno de los pioneros en proponer la fuerza de la irrupción de

la fotografía, al establecer parámetros que distinguen la diferencia entre ésta y la obra

de arte tradicional que se manifiesta entre los términos del aura y el valor de culto de las

obras. El aura para Benjamin está dado por el aquí y el ahora de una obra, lo que pone

en juego a la temporalidad y el escenario donde es concebida, de este modo la

originalidad se le otorga tras estos aspectos contextuales, pero sin duda el espectador

tiene especial misión en evaluar dicho carácter aurático. Para el autor, la obra pierde

este carácter al ser reproducida mecánicamente, ya no contiene el misticismo del aura,

ni sus condiciones auténticas, de modo que estamos frente a una obra con carácter

masivo y poco auténtico por dicha masificación (2003).

Aún así considerando estas nociones, la fotografía en Chile tuvo una acogida

transversal en las clases sociales, ya que se utiliza en principio y durante mucho tiempo

con finalidades documentales, por lo que cuenta con una gran carga sentimentales.

Esto se debe a que la foto representa un valor familiar, de recordatorio, porque se

convierte en objeto de representación familiar, culto hacia a los fallecidos y más

adelante como medio de representación de acontecimientos especiales. De este modo,

estas condiciones se conjugan en el contexto nacional, lo que sostiene la premisa de

que la historia de la pintura está interrumpida por la fotografía en sus inicios, debilitando

el desarrollo de ésta, aunque se debe ser cuidadoso en que no se anula, pero sí se

demuestra un fuerte deterioro en éste. Esto se evidencia en la atención por la fotografía

y su demanda creciente en la época. Mucha gente manifestaba el interés de ser

retratado, así como la élite era retratada en la pintura.

Page 21: FRAGMENTOS DEL MURO: Una mirada hacia el imaginario

21

II. El kitsch como fenómeno cercano

Los capítulos anteriores nos referían a la historia de la pintura en Chile y la

fotografía, en cómo influye ésta última en el imaginario pictórico. De acuerdo a esto

surge en la investigación la noción de lo kitsch, en mi opinión es una constante en el

imaginario pictórico, es un fenómeno que no sólo emerge en Europa, sino que avanza

hacia Latinoamérica.

Existen varias definiciones del término kitsch, como de sus repercusiones y

alcances. Se trata de un término que ha sido algo mutante, por ser fuente de análisis y

discusión de muchos teóricos, que ya está perfilado como fenómeno. El término se

genera desde Alemania, comenzó a utilizarse en Munich desde mediados del siglo XIX

con la idea de manifestar una desvalorización del arte. Su etimología proviene desde

verkitschen que significa abaratar, y kitschen recoger trastos de la calle (Olalquiaga

2007, 39), lo que evidencia que refiere a un término de uso peyorativo para denominar a

quienes se adhieren o representan dicho fenómeno. La situación del kitsch es abordada

desde la visión de muchos autores, tanto europeos, como Umberto Eco o Abraham

Moles, americanos como Clement Greenberg y más cercanos como Celeste Olalquiaga

teórica cultural chileno-venezolana.

De acuerdo a este término es posible establecer una relación en el quehacer

pictórico de la obra. La obra se torna kitsch al conjugar en ella diversas formas de

representación, como la pintura tradicional o contemporánea frente a la fotografía o

incluso los souvenirs, las combinaciones al azar, incluso a veces guardando las

pretensiones que el kitsch quiere lograr.

El término, como se mencionó anteriormente, fue ampliamente utilizado por el

crítico norteamericano Clement Greenberg, en el ensayo “Vanguardia y kitsch” del año

1939, incluído en el libro Arte y Cultura, que incluye una recopilación de estos ensayos,

dando a conocer la utilización del concepto en un ámbito más cercano. De este modo,

para entender de que trata el fenómeno de kitsch, hay que considerar lo que significa la

vanguardia, ya que el autor norteamericano entiende lo kitsch desde esta idea. La

civilización, en idea de este autor, puede generar en su mismo círculo cultural obras de

alta o de baja cultura, lo cual merece ser considerado a partir de la consideración del

contexto social e histórico. En tanto, el artista se cuestiona lo verdadero en las

ideologías, mientras la sociedad burguesa crea la llamada cultura de vanguardia como

Page 22: FRAGMENTOS DEL MURO: Una mirada hacia el imaginario

22

un camino para mantener en movimiento la cultura entre la gran confusión ideológica de

la época, tratando de resolver los diversos cuestionamientos esperando validar las

obras de arte per sé. Pero con la vanguardia, siempre aparece una retaguardia, esto

corresponde a un nuevo concepto acuñado como el kitsch (Greenberg 2002: 21) que da

cuenta de el nuevo fenómeno cultural. Este término surge en Alemania como definición

para esta naciente cultura de mal gusto, por no ser genuina o tradicional y apuntar hacia

lo popular. Esto se considera como una conversión de la cultura desde la alfabetización

universal que no rescata la cultura axiológica fundada en las elites, y que va a generar

la nueva demanda de ocio.

El kitsch que utiliza como materia prima simulacros academicistas y degradados de la

verdadera cultura, acoge y cultiva esa insensibilidad. Ahí está la fuente de sus ganancias.

El kitsch es mecánico y opera mediante fórmulas. El kitsch es experiencia vicaria y

sensaciones falseadas. El kitsch cambia con los estilos pero permanece siempre igual

(Greenberg 2002: 22).

El kitsch va a describir la relación consumista que existe entre la clase media y el

consumo del ocio, de este modo se reestructura el quehacer artístico de la época. Esta

noción surge desde que esta parte de la sociedad, a partir de la Revolución Industrial,

tiene la posibilidad de necesidad de dedicar el tiempo al ocio, por lo que comienza a

perfilarse como una nueva masa que necesita consumir entretención.

El fenómeno kitsch se hace valer muchas veces por simulacros academicistas,

situación que no sólo se mantiene en los países de origen del fenómeno, sino que se

traslada por Occidente para generar una especie de hegemonía, ejerciendo una fuerte

presión en la sociedad, sobretodo en cuanto a su producción, ya que el fenómeno se

torna casi omnipresente, porque se puede observar lo kitsch en las decoraciones de

cualquier hogar, cómo en una revista o en modos de vestir, se trata de un fenómeno

que se ha tornado universal.

Lo kitsch ha desterrado las culturas autóctonas para dar paso a este complejo de

imágenes, colores o yuxtaposiciones. Esto se explica cuando se considera el coste de

la producción, lo que se traduce en bajo costo cuando se refiere a lo kitsch, mientras

una obra de arte considerada de alta cultura o elite es mucho mayor como también lo es

el de un objeto tribal, por ejemplo. A esta idea se concatena lo que nos evidencia Walter

Benjamin en su texto La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica, quien

Page 23: FRAGMENTOS DEL MURO: Una mirada hacia el imaginario

23

comparte las ideas de que los objetos con aura son exclusivos de las clases

acomodadas.

Cincuenta años más tarde, Umberto Eco, también establece generalidades en

torno a este fenómeno, menciona que una de las características que se pueden ver en

el arte es su apariencia kitsch, que está directamente relacionado con el ansia de

consumo de la sociedad. Lo kitsch representa la victoria de lo popular tras un largo

período dominado por las clases de la elite, la sociedad culta. Esta nueva forma de arte

se caracteriza por su apariencia artificiosa, grandilocuente y efectista a la vez que

vulgar con la que se pretende estimular los sentimientos concretos (Eco 2003: 90).

Lo kitsch está fundado desde la posmodernidad, de modo que la alfabetización

en correspondencia del progreso es la razón de esta nueva cultura dominante, debido a

la insensibilidad de las clases medias frente a lo llamado culto. Greenberg propone un

ejemplo muy claro con respecto a esta idea, ejemplifica a partir de la elección

campesino ruso frente a una pintura, al cual se le da a escoger entre una obra de Pablo

Picasso o una obra de Repin, que refiere al campo. El campesino según el autor escoge

la obra del último, debido a que le resulta más fácil de entender. Este ejemplo alude a

que lo kitsch, como la nueva cultura de las masas, es el modo eficaz y económico que

tienen los gobiernos capitalistas para satisfacer a las clases medias, debido a que

resulta más fácil hacer descender la cultura a las masas, que lo contrario (Greenberg

2002: 24).

El kitsch fuera de las convenciones sociales, como el fenómeno del mal gusto, da

la impresión que en Latinoamérica especialmente, se configura como un aspecto que

fuera de lo maldito que parece, no es tal, sino que refiere a un espíritu de la época, a

una convención social de lo que fuere tradicional. Se trata más bien de una cualidad

latina, que mezcla y entremezcla la versatilidad del fenómeno y su omnipresencia. Se

trata de un carácter que podemos observar en todos lados, estamos rodeados de él,

objetos que son reproducidos mecánicamente, que se vuelven kitsch por metamorfosis,

como otros que siempre han estado destinados a ser objetos kitsch.

Page 24: FRAGMENTOS DEL MURO: Una mirada hacia el imaginario

24

Este carácter está impuesto en la obra, donde se manifiesta la mezcla que otorga

el muro, una mezcla propia de mi entorno y de su condición inexperta, lo cual no refiere

a una declaración de clase o elite, sino que se refiere a una condición transversal, que

en mi opinión se repite en Latinoamérica; es un fenómeno que se puede apreciar en

cualquier hogar, sin ser un fenómeno denigratorio, sino que al revés, se trata de un

fenómeno particular de la idiosincracia del nosotros.

Page 25: FRAGMENTOS DEL MURO: Una mirada hacia el imaginario

25

III. Trabajo de campo: evidencias del kitsch

De acuerdo a lo visto anteriormente, considero que nuestro país también se ve

envuelto en esta simulación cultural. Por un lado, basado en la notoriedad de los

esfuerzos por aparentar cultura, porque existe un afán en calificar dentro de la idea de

cultura que otorgan las obras de arte. Por otro, el gusto por los objetos de reproducción

mecánica, tal como la rápida aceptación de la fotografía, por ser un método cercano de

representación. De este modo la obra será la representación de esta situación como

una evidencia, a partir de la revisión de la historia del quehacer pictórico chileno,

amparado desde la revisión teórica como de campo, para exponer la situación desde el

imaginario pictórico.

Para evidenciar la situación realizaré visitas de campo, éstas serán la base de

este breve estudio que darán forma al carácter documental que evidencia ésta

característica dentro de los espacios comunes, donde se puede encontrar el

enfrentamiento entre lo considerado tradicional con lo considerado más originario u

propio, como también este anhelo de evidenciar una cultura, del que se hablaba

anteriormente. Se trata de una observación directa, que se hizo a modo de trabajo de

campo.

Cuando precisé el trabajo de campo, ya imaginaba que quería pintar un muro, el

conjugar objetos, hacer un muestreo que me refiera a la imagen escogida. De esta

forma poder hacer un políptico que refiera a una simulación de un espacio que se

prolonga y manifiesta de diferentes formas.

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26

3.1 Etnografía

Este trabajo de campo trata de 8 visitas a hogares de mi entorno cercano,

lugares donde fotografié el muro y redacté lo que me ocurría al enfrentarme a ellos y a

sus diseñadores (dueños de casa), los por qué de sus diseños y cómo los configuraron.

El muro un lugar a mi parecer muy interesante, donde ocurren muchos cruces epocales,

enfrentamientos estilisticos y de valor, cultual y cultural.

VISITA 1

Lugar: Casa de Rosario, Futrono.

Fig. 4: Paisaje rural, óleo sobre tela.

Hoy se trata de una visita casi cotidiana, es la casa de mi abuela, quién tal vez ni

imagina que mi propósito tiene fines académicos. Entro como siempre por la puerta de

la cocina y lo primero que hago antes de comenzar a escribir esto es ir a la sala a tomar

un par de fotos a los muros (Fig. 4), no sólo había cuadros pintados al óleo, sino

también recuerdos familiares, y regalos de los nietos según cuenta la dueña de casa.

Se trata de una sala acogedora, con grandes ventanales que iluminan los grandes

Page 27: FRAGMENTOS DEL MURO: Una mirada hacia el imaginario

27

cuadros que se encuentran frente a frente… en el muro principal junto a un ventanal el

muro que me parece más interesante de la casa, de izquierda a derecha: una marina al

óleo, a su lado un grabado en xilografía de menor tamaño y por último un retrato

familiar, que se distingue a manera de árbol genealógico.

Fig. 5: Marina, grabado en xilografía y collage de fotos familiares.

Recuerdo las palabras de Milan Ivelic cuando se refiere en el Chile Arte Actual a

que el arte en Chile estuvo dado por mucho tiempo desde el mundo visible, situación en

la que concuerda Clement Greenberg al ejemplificar en “Vanguardia y Kitsch” sobre la

decisión de un campesino que le dan a escoger entre un Picasso y un Repin,

obviamente el campesino escoge lo proveniente del mundo visible, lo que le es más

cercano, más conocido.

En tanto el muro que se enfrenta se contiene entre una gran chimenea y un

cuadro que refleja el mundo rural, un paisaje campestre, un óleo sobre tela, que no

llama mayormente mi atención, a diferencia de la señora Rosario, que insiste en que fue

un buen regalo de uno de sus hijos, destacando que lo tiene hace mucho tiempo y que

piensa regalarlo a una de sus nietas.

Page 28: FRAGMENTOS DEL MURO: Una mirada hacia el imaginario

28

VISITA 2

Lugar: Casa de Claudia, Valdivia

Fig. 6: Paisajes al óleo.

Es un día primaveral, llego a casa de Claudia con la misión de observar y evaluar

humildemente lo que siempre observaba en visitas anteriores. Su sala de estar es la

escogida, al entrar lo primero que pienso es en el libro de Celeste Olalquiaga, que llevo

a la mitad de la lectura, especialmente cuando se refiere a los souvenirs, como la

primera noción de colección. Esta casa está invadida de recuerdos y de algunos de

estos souvenirs, mientras rápidamente se evidencia en el muro un gusto marcado por el

paisaje. Para comenzar, el muro del lado izquierdo de la entrada es bien sobrio, protege

dos pequeños bastidores con paisaje al óleo, estos sugieren un tratamiento del óleo

poco académico pero muy alegre, con colores vibrantes y muy fuertes, pero que no

llaman mayormente mi atención. Siguiendo mi recorrido, el muro colindante alberga un

óleo de apariencia muy romántica, me refiere al romanticismo inglés, de trazo

inmediato, preciso. Al hablar con la dueña de casa me cuenta que se trata de una

herencia familiar, un cuadro que ha estado por mucho tiempo dentro de la familia y que

entre risas me comentan no distinguen de quién es la autoría, por lo borroso de la firma.

Page 29: FRAGMENTOS DEL MURO: Una mirada hacia el imaginario

29

Fig. 7: Paisaje al óleo.

El muro que se enfrenta a éste manifiesta un gusto marcado por la botánica,

gusto que desarrolla la madre de Claudia como profesora de esa materia. Este muro

guarda también una acuarela de tamaño mediado, que es la evidencia de una casa muy

valdiviana, que se representa con el paisaje fluvial en una acuarela de Antonio Oyarzún.

Como anécdota me cuentan de que esta acuarela fue adquirida cuando el artista vendía

obra de modo informal, cuando sus obras aún no eran tan “tradicionales” de la zona, por

lo que no tenían un valor tan alto.

El souvenir está representado en el cúmulo de recuerdos del cual se abastece un

mueble que se posa debajo de la acuarela recién mencionada, es notorio observar que

hay vestigios de viajes o regalos de decoración, lo que se repite en el muro donde se

alberga un estante que refleja la cristiandad de quienes viven en la casa, más recuerdos

y pequeños souvenirs.

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30

VISITA 3

CASA DE MIREYA

Esta es mi casa, donde nacieron mis inquietudes, dónde siempre observé que el

muro era un gran collage de objetos, donde se transformaba la visualidad de una cosa

en pos de otra. Hoy me remito a observar objetivamente, sin pensar en que mis retratos

son los que está en la pared, ni que mis pinturas recorren uno de los pasillos.

Al entrar se observa un espacio amplio, donde las ventanas son las protagonistas,

existe un gran muro frente al ventanal que alberga dos grabados sencillos, en xilografía.

Hay una mesa de teléfono que guarda una pequeña escultura en madera que refiere a

la vida campestre, se trata de una carreta con bueyes de un artista local, quien en voz

de la dueña de casa se trata de un mal regalo, se nota que no es una figura de su

agrado. Hay un cuadro mediano debajo de la escalera, se trata de arte contemporáneo,

algo muy libre y texturado en óleo, Mireya me comenta que el cuadro fue adquirido para

regalar, pero que no se hizo el evento para el que estaba destinado y finalmente quedo

en la casa. Sigo caminando y me encuentro junto a una mesa que alberga una serie de

plantas de interior, se trata de una mezcla extraña, imagino que esto se da por la falta

de espacios más limpios sin ventanas.

Fig. 8: Xilografías.

Page 31: FRAGMENTOS DEL MURO: Una mirada hacia el imaginario

31

Siguiendo el recorrido no hay mucho que llame mi atención, se trata de una

decoración sencilla sin excesos, salvo en el mueble esquinero que se encuentra

apostado en el fondo de la sala, que guarda fotografías en el primer espacio, una en

particular llama mi atención, es la foto que según lo que me comentan es la mascota

preferida de la dueña de casa, junto con algunos pequeños adornos de mesa. En el

siguiente nivel del mueble se encuentran un conjunto de copas, algunas reflejan el

aspecto de souvenir ya que tienen grabado en su cuerpo de dónde han sido traídas.

Fig. 9: Cuadro en técnica mixta.

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32

VISITA 4

CASA CRISTIAN, FUTRONO

Fig. 10: Mueble de muro, compuesto por

fotografías.

Cristian me espera para la visita singular. A mi llegada me doy cuenta de que

desde mi última visita cambiaron algunas fotos de la pared junto con unos muebles. La

entrada consta de un mueble de muro gigante que me hace recordar la figura

metáforica de Rodney, el cangrejo que utiliza Caleste Olaquiaga en su libro “El reino

Artificial”, para describir la situación del kitsch debido a la cantidad de elementos que

contiene.

La sala consta de dos paredes muy congestionadas de fotos, recuerdos

familiares y bordados. La pared que más llama mi atención es donde se conjuga la

historia familiar de los dueños de casa, con fotografía en blanco y negro, junto a

cuadros con relieve que asemejan metal. Cristian me comenta que se trata de una

especie de santuario que refleja los recuerdos de su madre, la dueña de casa, por lo

tanto su misma historia, lo cual para su ojo de arquitecto no es el mejor reflejo de un

buen gusto, pero que, como me sigue contanto, no le molesta porque su pasado se

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33

refleja en la pared, como un recuerdo latente.

Fig. 11: Artesanía en ziña y collage de fotos.

Fig. 12: Fotografías familiares.

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VISITA 5

CASA KARIM

Fig. 13: Marina, óleo sobre tela.

Esta visita se da por casualidad, tenía que viajar a Temuco, por lo que aprovecho

para ir a estudiar a la casa de Karim, rápido concerto la cita y llego temprano. Es

temprano, no alcanza a ser las 10 de la mañana, un día muy veraniego, llegando me

inquietan los cambios que se han realizado en esta casa, que conozco desde que era

muy pequeña. La sala está invadida de lo que llamaba con mi profesora una suerte de

pintura de plaza en el muro de frente a la entrada, se trata de pintura liviana, poco

acádemica, no es del todo de mal gusto, pero no se conjuga con los demás cuadros

que manifiestan un gusto por el paisaje.

Mi recorrido sigue, hay un retrato en el fondo, éste según me cuenta Karim, es de

su hijo Munir, cuando él era muy pequeño, se trata de un retrato al

Page 35: FRAGMENTOS DEL MURO: Una mirada hacia el imaginario

35

Fig. 14: Retrato, Carboncillo en papel.

carboncillo, parece un ejercicio estudiantil, pero a mi parecer está muy bien logrado.

Luego una marina al óleo, lo cual he visto mucho en mi entorno cercano, se trata de un

paisaje muy reiterativo. Este recorrido es sencillo, la casa es pequeña y no hay más

muros que recorrer, pero me agrada mucho la representatividad del espacio, que aún

siendo pequeño colabora con mi premisa, aquí se entremezclan diferentes tipos de

pintura y diferentes elementos, que en suma denotan un aire muy kitsch.

VISITA 6

CASA LETICIA

La casa de Lety siempre me resulta particular, una casa enorme llena de cosas,

no tan antigua pero con un guiño setentero, muy valdiviana por sus adornos. Son las 7

de la tarde más o menos, toco el timbre rápido, me invitan a entrar por la cocina, de

modo que me desplazo desde el fondo hacia la sala de estar para tomar fotografías y

anotar estas observaciones.

Page 36: FRAGMENTOS DEL MURO: Una mirada hacia el imaginario

36

Fig. 15: Paisaje fluvial, óleo sobre tela.

La marina al óleo es una imagen fuerte dentro de la casa, se repite tres veces,

imágenes muy similares que me proponen que existe un gusto marcado. La marina en

acuarela también se muestra con notoriedad. Lety me cuenta que su hermana era

aficionada a la pintura, estudió pintura de forma particular en Valdivia, de modo que sus

ejercicios pictoricos siempre remitieron a la marina o al paisaje fluvial.

Aquí no hay mucho que llame mayormente mi atención, es evidente la tendencia

y me ayuda a establecer otra noción, que el paisaje, o el arte del llamado mundo visible,

son las tendecias más cercanas a mi entorno cercano dentro de su imaginario pictórico.

Fig- 16: Paisaje fluvial, óleo sobre tela.

Page 37: FRAGMENTOS DEL MURO: Una mirada hacia el imaginario

37

VISITA 7

CASA DANIELA

Esta casa tiene aire de novedad, no la conozco, todo un descubriento, escribo

mientras subo el ascensor. Es temprano, Valdivia y mucho frío, toco el timbre, se

demoran en abrir la puerta. Al abrir Daniela me saluda atenta y me invita a pasar,

reconozco algunas cosas del muro, seguro las trajo de su antigua casa.

En la entrada un pequeño mueble con fotografías familiares, arriba la evidencia

de su creencia religiosa, con una cruz adosada en la pared, me gustan estos cruces

que se dan en el muro, la religiosidad, junto a esto un paisaje. Sigo caminando y me

detengo en los paisajes que están acomodados como dípticos, cada díptico refiere a

una hora del día, son pequeños paisajes marinos en acuarela, muy pigmentadas, casi

me remiten a un gouache.

Fig. 17: Marina, acuarela sobre papel.

Page 38: FRAGMENTOS DEL MURO: Una mirada hacia el imaginario

38

IV. Acerca de la obra

El objetivo principal, tanto de la tesis como de la obra plástica, ya mencionado

antes, es evidenciar la situación del imaginario pictórico colectivo a través de un

pequeño muestreo que diagnostica el fenómeno. Debido a esto, la propuesta plástica se

trabaja desde la representación de un muro, mediante un políptico apostado como una

franja; se trata de bastidores tratados al óleo. Son alrededor de quince bastidores de

40x50cms. que funcionan a modo documental, como una evidencia del imaginario

colectivo.

Para llegar a esta idea, el camino que antes recorrí fue el de la apropiación de

obra, lo que consiste en tomar una obra de arte para producirla nuevamente

manteniendo los motivos y su técnica8. Sin embargo, en esta apropiación me propuse

hacer un descalce a la musa del artista. Tomé en apropiación la obra de Tiziano, el

pintor italiano renacentista, quien ocupó gran parte de su quehacer pictórico a la

representación de un arquetipo femenino, la mujer desnuda como su musa.

Particularmente me interesaba este pintor porque él comienza a cambiar la tradicional

representación femenina sumisa, haciendo participar la mirada de la musa y elevando la

pose, dándole un carácter más erótico o provocador9.

8 Véase en: http://www.liminar.com.ar/simposio/pdf/matewecki.pdf 9 Veáse en http://impreso.elnuevodiario.com.ni/2008/01/19/suplemento/nuevoamanecer/7761

Fig. 18: "Venus de Urbino", Tiziano, óleo sobre tela, 165 x 119 cms. 1538.

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39

En estas apropiaciones es donde realizo el descalce con el que buscaba

representar a una nueva musa, una musa mestiza olvidada en el pasado, de la cual

pocos se ocuparon, todo dentro de lo particular de un cuadro tradicional. Al cambiar la

musa cambiaba el gesto, porque en el trabajo de taller se sumaban las opiniones sobre

la relación el carácter kitsch del resultado, esto por lo forzado que resultaba la pose de

la modelo sumado a las diferentes proporciones con la modelo original.

Fig. 19: "Mestiza la musa". Obra de la autora, óleo sobre tela. 2009

Luego de varios trabajos del mismo tipo (véase anexo 1), en los cuales hacía

diferentes formas de apropiación con un descalce similar, donde no había claridad en la

propuesta surge la idea de seguir trabajando por un lado, con la idea de la debilidad de

una historia pictórica nacional. Por otro, la noción del kitsch que se manifiesta

transversal dentro del imaginario pictórico colectivo, debido a la invasión de la imagen y

una historia pictórica nacional confusa.

Dentro de este contexto surgen referentes como el artista nacional Eugenio

Dittborn, cuando comienza a investigar sobre la presencia de algo más chileno que lo

propiamente académico. Tras un tiempo en el extranjero, a su regreso el artista se

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40

vincula con la vanguardia, dentro de su carrera que se remitía en sus comienzos a la

gráfica, desde ahí que se desarrolla en el arte conceptual. Dittborn concentra su

quehacer pictórico en las críticas que realiza a la representación y la manera de ser del

hombre chileno y a la identidad nacional en el imaginario pictórico.

Otro referente que surgió es la artista chilena María Elena Cárdenas. La pintora

trabaja la pintura realista, dónde a juzgar por su obra prefiere plasmar espacios

domésticos. La composición de las obras de María Elena generalmente se trata de

polípticos, donde su preocupación temática es reiterativa en lo doméstico, aunque lo

más llamativo de su obra es que a veces ha optado por tomarse las salas de

exposiciones, adosando la tela en la pared generando tridimensionalidad. Su obra me

resulta muy interesante por generar un desplazamiento de la pintura realista tradicional,

refiriendo muchas veces a la memoria.

Fig. 20: María Elena Cárdenas. Sin título. óleo sobre lino, 2003.

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41

De este modo, con mis inquietudes y referentes surge la idea de realizar una

obra que sea más cercana y con una reflexión más directa, que evidencie el carácter

kitsch del entorno cercano. Este carácter, a mi parecer es muy reiterativo en cada

hogar, fuera de la investigación que he realizado, se presenta no sólo en lugares más

íntimos, sino también en lugares públicos.

Es así como decido crear la simulación de un muro, a partir de la composición de

un políptico. Según la Real Academia Española de la Lengua el políptico es una pintura,

grabado o relieve distribuidos en varios paneles que pueden plegarse sobre sí mismos.

En otras palabras se trata de una pintura que se divide en partes, originalmente se usó

en la Edad Media, en los retablos de las Iglesias, pero se sigue usando en la actualidad

para el desarrollo de obras plásticas otorgando diversos significados según su uso.

La obra “Fragmentos del muro”, como bauticé a la obra plástica parte de esta

tesis, está compuesta en formato de políptico porque tiene que ver con el movimiento

que éste permite, la movilidad que se puede generar a partir de una serie de cuadros

pequeños, de modo que la idea del fragmento se puede armar en cualquier sitio y de

diferentes formas, haciendo una analogía con el fenómeno kitsch, y sus incansables

combinaciones y presentaciones. Esta idea está mejor definida desde lo que significa

un trompe l’oeil, o trampanojo, lo que de forma más sencilla podemos definir como una

trampa para el ojo. Un trompe l’oeil tiene varias definiciones y acepciones, pero esta

tendencia pictórica es la que más acomoda para este caso es la de la simulación de la

realidad, ya sea recreando el espacio o poniendo objetos en uno.

Fig. 21: Bocetos de la composición del políptico.

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42

Escogí representar un muro que fue una constante en las casas que visité, el

muro de madera tan representativo del entorno cercano del cual afirmé la investigación,

porque otorga la cercanía e intimidad del espacio. Esta obra ha sido realizada en

tamaño real, de modo que el muro simulado es inmediatamente reconocido por el

espectador, y surja el instantáneo cuestionamiento acerca de la obra. Este

cuestionamiento tiene que ver con la reflexión del espectador frente a lo que acontece

en el muro, en esta representación del espacio cotidiano, sobre todo de acuerdo a las

imágenes que en él se encuentran y cómo éstas se van combinando.

Para ello realicé, como se vio en el capítulo anterior, un breve estudio de campo

que permite tener un banco de imágenes para seleccionar lo más reiterativo de estos

muros, como lo es el paisaje fluvial, que refiere a un tipo de paisaje que tiene como

motivo principal una afluente de agua como un río. Las marinas también se reiteran,

refieren al paisaje marino como principal elemento. El retrato fotográfico también es

muy relevante dentro del estudio, el atesoramiento del recuerdo se distingue en muchos

lugares a simple vista y se conjuga con otros elementos que le acompañan, tal como la

fotografía en sus diferentes usos o diversos souvenirs que también se pueden encontrar

apostados en cualquier muro de algún hogar.

Fig. 22: "Fragmentos del muro", Obra de la autora, óleo sobre tela, 2010.

Page 43: FRAGMENTOS DEL MURO: Una mirada hacia el imaginario

43

Este supuesto muro va a responder al cuestionamiento que la tesis propone, el

hecho de que nuestro país no cuenta con una tradición pictórica propia que refleje

identidad, sino más bien una configuración mixta en nuestro imaginario pictórico

colectivo. Sin embargo, otros países, incluso latinos como México, buscaron evidenciar

su historia a través de movimientos propios, como la Revolución Mexicana por ejemplo,

donde se utilizó el arte como medio educativo, aunque sus cimientos provenían de

Europa, representó pictóricamente a sus orígenes y la historia del pueblo mexicano. A

diferencia de nuestro país, que manifiesta un desmedro de su identidad, debido a una

falta de historicidad en su representación como se demuestra en el primer capítulo.

Fig. 23: "Fragmentos del muro". Obra de la autora, Óleo sobre tela, 2010.

Fig. 24: “Fragmentos del muro”. Obra de la autora. Óleo sobre tela. 2010.

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44

CONCLUSIONES

Es evidente que el trabajo de campo constata la premisa supuesta desde un

principio desde la investigación teórica. Es así como podemos establecer que la

representación identitaria en Chile está dada desde fuentes europeas, por lo que

nuestro imaginario está condicionado por aquellos afluentes occidentales, lo que en

este proceso provocó la debilidad del quehacer pictórico, sobretodo en cuanto este tipo

de temática se refiere. Este descalce en nuestra historia está dada por una pobre

iniciativa artística del país, lo cual se desarrolla con más fuerza hace no más de

doscientos años (Bindis 2006:13), como también por la invención casi paralela de la

fotografía y la llegada de los maestros europeos a Chile. Se trata de una pintura con

orígenes hispánicos en un comienzo, que luego se traslada a una visión afrancesada

del paisajismo, que en mi opinión poco demuestra nuestras raíces originarias o un

modo técnico que subraye chilenidad.

Por ello la obra representa el muro tradicional con el que se habita por lo menos

en mi entorno cercano, que si bien es una pequeña muestra, es bastante representativo

de lo que vemos en general. Aquel muro que alberga la pretensión de ser acreedor de

cultura mientras más variada sea la temática y la técnica de las obras, por lo que esto

evidencia el carácter kitsch del entorno que nos rodea, que más bien al ser analizada se

presenta con pobreza en poseer algo definitivamente propio o auténtico, todo esto

debido a la condición de nuestro imaginario.

A través de la representación del espacio cotidiano desde la pintura, se puede

distinguir que el encuentro de varios lenguajes, como la fotografía de recuerdos junto a

los paisajes, o los objetos decorativos como los souvenirs frente a obras de arte. Esto

demuestra un espacio mixto, combinable y cambiante, abierto a cualquier suma o

combinación.

Considerando esta situación, se puede plantear que en Chile no existe una

tradición pictórica propia que refleje identidad, ya sea social o plástica, lo cual se

manifiesta desde los comienzos de la pintura en nuestro país, desde el período

poscolonial, situación que se mantiene durante casi totalidad del siglo XX y que se

manifiesta en los muros de los hogares de los chilenos. Sin embargo, en otros países la

identidad y la historia se evidencian, México y la Revolución por ejemplo, donde existe

una educación artística que en sus cimientos provienen de Europa, pero que va a

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representar pictóricamente a sus orígenes y la historia del pueblo mexicano. De este

modo, comparativamente nuestro país evidencia un desmedro de su identidad, debido

principalmente a la falta de historicidad en su representación, asumiendo la identidad de

un otro occidental y colonizante.

Podemos entender también que el kitsch es un fenómeno que está muy presente

en nuestro imaginario. En mi opinión, estamos invadidos de objetos, espacios y

nociones de este fenómeno en nuestro cotidiano, ya más bien se podría establecer

como condición en mi entorno cercano y su imaginario pictórico, que responde a esta

idea, enfatizando en la noción de souvenir, en su estado residual y el recuerdo al cual

refiere. Un ejemplo de ello sería la imagen del paisaje fluvial que en algunas

oportunidades indica la nostalgia del lugar en el que se vive o el recuerdo de una visita.

Para finalizar, mi curiosidad no cesa y en lo personal esta investigación ha

tratado de responder a mis cuestionamientos frente a los imaginarios de la gente y

cómo éstos se configuran. Por un lado, revisando nuestra historia de la pintura, por otro,

la revisión de lo kitsch como característica de nuestro imaginario colectivo y su

evidencia en las visitas de campo, para reforzar la premisa inicial de que nuestro

imaginario pictórico colectivo tiene un carácter kitsch.

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de septiembre de 2010.

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ANEXOS

1. Trabajos realizados en el laboratorio de pintura, que manifiestan la inquietud de

enfrentar la pintura tradicional europea, en este caso la obra de Tiziano,

haciendo un descalce en la modelo principal, cambiando el estereotipo por una

modelo mestiza chilena.

Fig. 25: Mestiza la musa 2. Obra de la autora, Óleo sobre tela, 2009.

Fig.27: Mestiza la musa 3. Obra de la autora, Óleo sobre tela, 2009.

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