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41 40 41 V engo de una Isla que es garante y escenario de las conversaciones de paz para Colom- bia, y donde mujeres y hombres hemos seguido con interés, durante los dos últimos dos años, la aparición periódica en las pantallas tele- visivas de los voceros de una y otra parte, con comunicados que dan cuenta del avance de las negociaciones para buscar la paz con justicia social por medio del diálogo. Hemos estado al tanto tam- bién de la llegada de grupos de víctimas y de diver- sas comisiones de expertos, deseosos de que este país hermano y siempre cálido, cercano y querido, pueda alcanzar la paz. Vengo de una isla latinoamericana y caribeña que por más de medio siglo ha tenido que man- tener y renovar estrategias de resistencia, y cons- truir la paz a pesar de condiciones extraordinarias de asedio, precariedad y contingencia, para poder crecer y desarrollarnos en medio de un proceso revolucionario que ha sintetizado ideales de inde- pendencia, emancipación y justicia social, y que hoy aspira a construir un socialismo próspero y sostenible. Vengo de Cuba, donde hemos vivido en medio de una paz amenazada por peligros y agresiones tanto como por adversidades y sacrificios. Hemos Vivian Martínez Tabares PENSAMIENTO Y RESISTENCIA DESDE EL TEATRO LATINOAMERICANO Fotos: V.M.T. Teatro La Candelaria en Si el río hablara

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Vengo de una Isla que es garante y escenario de las conversaciones de paz para Colom-bia, y donde mujeres y hombres hemos

seguido con interés, durante los dos últimos dos años, la aparición periódica en las pantallas tele-visivas de los voceros de una y otra parte, con comunicados que dan cuenta del avance de las negociaciones para buscar la paz con justicia social por medio del diálogo. Hemos estado al tanto tam-bién de la llegada de grupos de víctimas y de diver-sas comisiones de expertos, deseosos de que este país hermano y siempre cálido, cercano y querido, pueda alcanzar la paz.

Vengo de una isla latinoamericana y caribeña que por más de medio siglo ha tenido que man-tener y renovar estrategias de resistencia, y cons-truir la paz a pesar de condiciones extraordinarias de asedio, precariedad y contingencia, para poder crecer y desarrollarnos en medio de un proceso revolucionario que ha sintetizado ideales de inde-pendencia, emancipación y justicia social, y que hoy aspira a construir un socialismo próspero y sostenible.

Vengo de Cuba, donde hemos vivido en medio de una paz amenazada por peligros y agresiones tanto como por adversidades y sacrificios. Hemos

Vivian Martínez Tabares

Pensamientoy resistenciadesde el teatrolatinoamericano

Foto

s: V.

M.T.

Teatro La Candelaria en Si el río hablara

Orquídeas a la luz de la luna, de Carlos Fuentes

relaciones entre Cuba y los Estados Unidos a partir del 17 de diciembre pasado. Aunque el bloqueo aún no se ha modificado –lo que depende de una deci-sión del Congreso de los Estados Unidos–, la posi-bilidad gradual de acuerdos comerciales bilaterales y otras formas de diálogo que se abren, permiten vislumbrar la posibilidad de un camino nuevo que contribuya a nuestro desarrollo. En las calles de La Habana es fácil encontrar, a pie o montados sobre flamantes convertibles de los años 50, a curiosos ciudadanos estadu-nidenses que “descubren” mi país

con miradas asombradas. Son nuevos visitantes como avanzada de una posible relación diferente, y sím-bolo de expectativas económicas para la Isla hasta ahora proscritas.

Sin embargo, no podemos sustraernos a las ideas contenidas en el discurso de Barack Obama el 17 de diciembre, cuando al exclamar: “Hoy estamos cambiando la historia”, anunciara tam-bién que emprendían un “nuevo enfoque”, o una nueva manera de mantener el compromiso con la libertad y la democracia, según ellos la entienden, o lo que es lo mismo –y lo cito otra vez–: “yo creo que podemos hacer más para apoyar al pueblo cubano y promover nuestros valores a través del compromiso”,2 en abierta declaración de cambio de tácticas en busca de los objetivos de siempre,

2 Barack Obama: “En aquellos aspectos en los cuales no coincidimos, abordaremos esas diferencias directa-mente” (texto de la comparecencia televisiva sobre el restablecimiento de relaciones con Cuba), Granma, 18 de diciembre de 2014, pp. 1-3.

crecido y creado en las treguas entre una amenaza y otra, primero militar, luego económica y siempre política e ideológica, con las implicaciones para la cultura y para el imaginario en el que se genera la creación artística.

Hemos trabajado y soñado a contrapelo de los efectos de un bloqueo económico, comercial y financiero, impuesto por el gobierno imperial de los Estados Unidos desde 1962, sustentado por una docena de disposiciones jurídicas que se apli-can incluso más allá del territorio de la Isla, y cuyo daño a la economía cubana asciende a alrededor de un billón de dólares, lo que afecta de modo sensible todas las esferas de la vida.1 La enorme cifra no incluye los daños cualitativos relacionados con la salud, ni el efecto psicológico y de desgaste sobre el ser humano. Y ni la resistencia del pueblo cubano, ni el casi unánime repudio mundial al blo-queo, expresado en diversos foros internacionales como la Asamblea General de la ONU desde 1992, lograron que se vislumbrara una salida por más de cincuenta años.

No obstante, los artistas de todas las discipli-nas del teatro cubano hemos podido trabajar en paz, con la garantía del respeto para el ejercicio de nuestra profesión y del valor preciado que tiene en nuestro sistema, imperfecto por humano, y humanista, la cultura. Y como un rasgo de resis-tencia de la escena de la Isla, con vocación política y acento crítico también contra dogmas y oportu-nismos, los temas urgentes de los más notables artistas e intelectuales cubanos hoy tienen que ver con contradicciones inherentes al propio proceso revolucionario, desde la necesidad de perfeccionar un sistema que por su propia esencia está obligado a ser mejor. Personajes involucrados en procederes que ponen en juego la conducta moral y cuestio-nan el sentido de la vida, discuten en la escena contradicciones ligadas con la migración, la doble moral, el alto precio del sacrificio o las tensiones entre aspiraciones y realidades en medio del pro-ceso revolucionario.

Hoy, las circunstancias de la política –y de la geopolítica, en la nueva correlación que predomina en el continente–, parecen indicar que la tensión se rompe, con el giro que comenzaron a tomar las

1 Ver Informe de Cuba sobre la resolución 68/8 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, titulada “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”, julio 2014, http://www.cubavsbloqueo.cu/sites/default/fi-les/informe_de_cuba_2014.pdf y http://www.ecured.cu/index.php/Bloqueo_Econ%C3%B3mico_contra_Cuba

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lo que, diplomacia mediante, traslada la confron-tación al terreno de las ideas y de la cultura.

Por eso, consecuente con sus ideas, a propósito dijo Fidel:

No confío en la política de EE.UU. ni he intercam-biado una palabra con ellos, sin que esto signifi-que, ni mucho menos, un rechazo a una solución

pacífica de los conflictos o peligros de guerra. Defender la paz es un deber de todos. Cualquier solución pacífica y negociada a los problemas entre EE.UU. y los pueblos o cualquier pueblo de Amé-rica Latina, que no implique la fuerza o el empleo de la fuerza, deberá ser tratada de acuerdo a los principios y normas internacionales. Defenderemos siempre la cooperación y la amistad con todos los pueblos del mundo

y entre ellos los de nuestros adversarios políticos. Es lo que estamos reclamando para todos.3

Para confirmar sus antiguas aspiraciones hege-mónicas, ahora EE.UU. se lanza contra Venezuela, y junto con el proceso de negociaciones que sigue avanzando con el inevitable forcejeo, miles y miles de cubanos repudiamos el ridículo decreto que declara al país hermano una “amenaza extraordinaria e inusual para la seguridad nacional de Estados Uni-dos”. Esta vez tampoco estamos solos, pues cua-tro tuitazos virales alrededor del globo y millones de firmas de apoyo a Venezuela marcan el rumbo hacia la otra Cumbre, la de las Américas, que comenzará muy pronto y paralela a esta reunirá a los pueblos de nuestra región y a sus máximos representantes.

La primera persona del plural desde la cual se formula parte del título de este panel, cuando dice: “Nadie nos quita lo bailao”, me interpela y me pro-voca a iniciar mi intervención desde esa misma persona verbal, desde el nosotros que me hace parte del pueblo de esa Isla de dónde vengo pero también de ustedes. Y la frase, que nace del aliento de la música popular latinoamericana y caribeña –pues debe tanto al título de un tango como al de una pieza de salsa–, desalmidona cualquier tono lastimero y sitúa a las víctimas en posición de resistencia y en gesto de acción contra el olvido.

Nadie puede quitarnos lo bailao cuando la escena se vuelve espacio que denuncia las secue-las de la guerra y potente arma simbólica en favor de la memoria.

Nadie podrá quitarles lo bailao a los teatreros de Centroamérica cuando tratan de explicarse, dolorosa, pero creativamente, un pasado que no comprenden. Así, el dramaturgo y director Luis Carlos Pineda en Guatemala eterna, suerte de tea-tro testimonio, recrea hechos que no son mera-mente producto de su imaginación, sino flashazos del horror que sucedió a la traición a la Revolución del 44, con sucesivas dictaduras militares, y un estado de cosas que los Acuerdos de Paz, firma-dos en 1999, no han logrado superar. El drama-turgo acota que su obra recoge:

Argumento, sucesos históricos, personajes, contra-dicciones, visiones. (…) Los libros de la Comisión de la Verdad. Documentos desclasificados. Archi-vos fotográficos. Documentos sociológicos. Novelas

3 Fidel Castro Ruz: “Para mis compañeros de la Federación Estudiantil Universitaria”, Cubadebate, 26 enero 2015, http://www.cubadebate.cu/noticias/2015/01/26/fidel-cas-tro-para-mis-companeros-de-la-federacion-estudiantil-universitaria/

de ex militantes. (…) audiovisuales. Documentos, todos, en busca de alumbrar el oscuro vacío de la memoria histórica, y, sobre todo, de aportar prue-bas que empujen el carromato de la justicia. (…)Lo anterior sumado a los testimonios recibidos por mi persona en primera voz de sus protagonistas y/o testigos. De los relatos de mi familia. Y de mis propios recuerdos y sensaciones registradas en esta ciudad. En medio de esta guerra atroz en plena niñez. Viviéndola sin comprenderla en su totalidad.Los nombres de las víctimas son verdaderamente los nombres de las víctimas. Los muertos que aquí se nombran aún viven en algún rincón del corazón de nuestro pueblo.4

Desde El Salvador, Jorgelina Cerritos, actriz devenida dramaturga desde la labor con el grupo independiente Los del Quinto Piso, creó La audiencia de los confines y Bandada de pája-ros, primer y segundo ensayo sobre la memoria,

4 Ver Luis Carlos Pineda: Guatemala eterna, Conjunto n. 169 (edición monográfica dedicada a la escena guatemalteca, en homenaje al centenario de Manuel Galich), oct.-dic. 2013, pp. 31-65.

respectivamente. En la pieza inicial advierte –y es curioso como todos estos autores necesitan hacer pública su intención–:

En pleno siglo XXI, luego de guerras, catástro-fes, insurrecciones, genocidios, Acuerdos de Paz, inmigración, pandillas, y demás, en nuestros países, constantemente, se nos enseña a olvi-dar. A olvidar un pasado que –como piezas de rompecabezas– no ha sido siquiera recons-truido para poder salir a la luz. Confinados en el olvido, la desmemoria se pasea entre nosotros, reinando en la oscuridad y nuestra historia se tergiversa día a día con el tiempo.Verdad, memoria e historia se conjugan en este texto a través de tres personajes extraviados en el devenir de los tiempos de El Salvador, una pequeña comarca centroamericana, o de cual-quier otra nación del mundo que aún se encuen-tre con una audiencia histórica pendiente, para encontrar las luces de su propia verdad, y poder asumir, por dura que sea, una propia identidad.5 Y la complejidad del conflicto, las marcas de

dolor y de violencia que dejó la guerra sucia en la mente y el cuerpo de los habitantes de ese pequeño país, me las confirmó hace poco el académico Walter Raudales, con su intervención en una mesa como esta, celebrada en la sala Che Guevara de la Casa de las Américas el pasado 24 de marzo, en conmemoración del Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia, con el objetivo de rescatar la memoria de cada una de las naciones latinoamericanas que han sido víctimas de regímenes dictatoriales.

En “el pulgarcito de América”, como llamó Gabriela Mistral a El Salvador, Raudales comentó que “se ha ganado el gobierno, pero todavía no el poder y mucho menos la memoria”, para denun-ciar la existencia de “una derecha sangrienta que no escatima”. Su país está dividido en dos partes, y un hecho sencillo sirve para comprobarlo cada domingo en la Catedral de San Salvador, donde se celebran dos misas: una en la cripta, para los pobres, como las que oficiaba Óscar Arnulfo Romero, de la izquierda, y otra encima, ante el altar mayor, de la derecha.

Raudales contó también que en el monumento a la memoria, una larga pared erigida en el centro de San Salvador, están inscritos en pequeñas letras los nombres de los desaparecidos, y según el estu-dioso, “si se insiste salvar la memoria, lo hacemos con la idea de rescatarnos a nosotros mismos”, 5 Ver Jorgelina Cerritos: “A manera de prólogo”, La audiencia

de los confines, primer ensayo sobre la memoria, Conjunto n. 167, abr.-jun. 2013, pp. 61-79.

Wilson Pico en Los materiales de la ira y el amor

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para que jamás se repitan masacres como las del río Sumpul, donde fueron asesinadas trescientas personas, muchas de ellas madres.

Nadie podrá quitarle lo bailao tampoco a la artista, activista y profesora chilena María José Contreras Lorenzini, cuando el 10 de septiembre de 2013, en la víspera de los cuarenta años del golpe fascista en su país, con un grupo de ami-gos convocó y organizó a 1210 hombres y muje-res, jóvenes y viejos de Santiago de Chile, para crear juntos una acción sorpresiva al tenderse en el suelo en una larga fila de cuerpos que recorrió desde la Plaza Italia hasta el Palacio de la Moneda –dos kilómetros de una línea humana palpitante–, y rememorar así a los 1210 detenidos desapare-cidos por la dictadura fascista. Con el título de #quererNOver, la artista y sus colaboradores con-trarrestaban declaraciones públicas de miembros de sectores del país que por esos días afirmaban que, en su momento, habían ignorado las sistemá-ticas violaciones a los derechos humanos ejercidas por el aparato del Estado durante la Dictadura Mili-tar, y con sus propios cuerpos restituían para la memoria la identidad de las víctimas.

En el relato de la gestación y organización de la acción callejera, Contreras Lorenzini narra:

Recuerdo un correo de la madre de un detenido desaparecido que había recibido hace unos días, ella me preguntaba si podía llevar la foto de su hijo colgada al pecho. “¡Por supuesto!” había contestado con pudor: qué podría haberle dicho yo a esa madre sobre cómo participar en esta acción, que en el fondo era también un homenaje a su lucha y a la de tantas otras madres. La imaginé tendida en la acera con su foto al pecho, sola, como tantas otras veces

y exigiendo justicia ante un Chile sordo que prefiere negar este vergonzoso pasado. Se me partía el alma de sólo imaginar que si esto no resultaba sería un nuevo dolor para esa madre que no conocía.6

Nadie podrá quitarle lo bailao a los teatristas mexicanos participantes en la 35 Muestra Nacio-nal de Teatro de ese país, celebrada en la ciudad de Monterrey en noviembre de 2014, cuando después de cada una de las funciones –y fueron treinti-cinco–, el elenco de turno pedía a los espectado-res un minuto de silencio por los 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa, en el estado de Guerrero, secuestrados y desaparecidos impu-nemente desde el 27 de septiembre de 2014, y luego de lo cual toda la audiencia contaba en voz alta del 1 al 43 para exigir justicia.

Nadie podrá quitarme lo bailao ni el goce pro-fesional y cívico de haber sido editora y promotora

6 Ver María José Contreras Lorenzini: “#quererNOver: acción de memoria para los detenidos desaparecidos a 40 años del Golpe de Estado en Chile”, Conjunto n. 174, ene.-mar. 2015, pp. 85-95.

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Teatro La Candelaria en Si el río hablara

de textos sobre estas y otras obras, puestas en escena y performances, desde las páginas de la revista Conjunto, que edita la Casa de las Américas, ni la posibilidad de comentarlas para ustedes, aquí y ahora, como actos que conquistan para el tea-tro latinoamericano el derecho de construir otros mundos ficcionales y, con ellos, de proponer la uto-pía de un mundo real mejor y posible.

Comencé hablando de Colombia y me despe-diré con ella.

Nadie podrá quitarle lo bailao ni a los artistas ni a los espectadores que compartimos en enero del 2014 una experiencia única, cuando en la segunda función del Teatro La Candelaria en La Habana con la puesta en escena de Soma Mnemosine, la primera fila de la platea inclinada del Centro Cul-tural Bertolt Brecht estaba ocupada por espectado-res muy atentos y que emanaban singular energía: se trataba de un grupo de guerrilleros de los que forman parte de las conversaciones por la paz, que acudieron al encuentro con el teatro de su país y descubrieron un mundo que no les era ajeno. La obra reflexiona sobre el mundo del dolor y sobre la necesidad de reparar pérdidas y ausencias, de sanear el cuerpo herido del país. Sus personajes y sus actores representan y presentan testimonios que se nutren de la vida de ellos mismos y de las voces de infinidad de víctimas.

En mi memoria de espectadora interesada que frecuenta los teatros, atesoro algunas impresiones e imágenes que por diversas razones han calado hondo y no me abandonan. La escena de Soma Mnemosine con la proyección del video que reco-rre el verde infinito de la selva colombiana visto

desde el aire y el sonido amenazante del motor de un helicóptero en contraste con los bellísimos acor-des de la música, y las dos siluetas humanas que penden por un rato hasta caer al vacío, es por sí misma estremecedora. Para mí lo fue mucho más, al complejizarse con otras siluetas, las de la hilera de cabezas vivas en la primera fila, y el impacto del conjunto ha pasado a enriquecer desde entonces mi memorioso archivo personal.

Por último, nadie podrá quitarme lo bailao, con el llanto y las risas incluidos, con la emoción y el placer que alcanza lo verdadero, de haber podido ver a tres madres de Soacha, tres entre muchas de las mujeres que destaparon el horror de los mal llamados “falsos positivos”, junto con otras muje-res víctimas y sobrevivientes del genocidio político contra la Unión Patriótica, y con un puñado de actrices, contarnos su historia en Antígona, tribunal de mujeres, para mostrarnos, con sencillez y econo-mía de medios escénicos, pero con enorme fuerza y valor simbólico, un acto de denuncia en el que no falta la ternura ni la capacidad de activar la memoria para hacer de ella, como ha defendido Todorov, el mejor uso: “aquel que sirve a una causa justa, no el que se conforma con reproducir el pasado.”7

Y como las puestas en escena mencionadas, tantas que participan de la excelente Muestra de Teatro Nacional y Latinoamericano Teatro y Con-flicto, que compartimos por estos días.

El maestro Santiago García ha afirmado –y es pórtico del programa de esta Cumbre para la Paz–, que: “El artista no puede ser indiferente hacia la sociedad y la época en que vive; al contrario, debe ser agente activo para la toma de conciencia social y política.” El teatro cobra un especial sentido humanista cuando une su valor artístico a la cua-lidad de ser acto de resistencia para las víctimas.

Gracias a los organizadores de esta Cumbre Mundial de Artes y Cultura para la Paz de Colom-bia por permitirme intercambiar saberes con todos ustedes y por el privilegio de compartir, otra vez, con algunas de esas valerosas mujeres. 8 m

7 Tzvetan Todorov: “Los dilemas de la memoria” (conferen-cia magistral impartida en la Cátedra Latinoamericana Julio Cortázar, Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades y el Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, Universidad de Guadalajara), Los mil y un textos en una noche (CD), v. II, Centro Teórico Cultural Criterios, La Habana, 2009.

8 Presentado como parte del Panel “Nadie nos quita lo bai-lao, resistencia de las víctimas desde el arte”, Teatro Jorge Eliecer Gaitán, lunes 6 de abril de 2015.

Violeta Luna en Vírgenes y diosas II: Piedras de memoria