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  • 7/26/2019 Foro Educadores Criticos Cuadernos 1

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    FORO DE EDUCADORES CRTICOS

    Cuadernos 1

    Febrero, 2016

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    Cuadernos 1

    O inventamos o e rramosSimn Rodrguez

    Cuadernos es una publicacin del Foro de Educadores Crticos.

    El Foro es un grupo de Facebook, que se form en diciembre de 2016, con la idea de crear un espa-cio de informacin y debate, entre quienes trabajamos en el mbito educativo y nos sentimos identi-

    ficados con las propuestas y logros de los ltimos 12 aos en educacin. En tanto se avizora, que e lmacrismo ejercer un fuerte dominio en la circulacin de la informacin (combinando el uso de losmedios de comunicacin dominantes y -ahora tambin- los medios estatales), queremos hacer un

    aporte a la circulacin de un discurso alternativo, en lo que a educacin se refiere.

    El grupo fue creciendo y en este momento rene a ms de 1.900 compaeros y compaeras.

    Esta publicacin es un intento de ir reuniendo, en varios compilados, artculos varios que se hancompartido en nuestro grupo y que por abordar temticas no necesariamente coyunturales y requerir

    mayor tiempo para su lectura, hacen recomendable producir un texto en un formato diferente a lospost de las redes sociales. Y, por otra parte, posib ilite que los que accedan a ella y les interese , pue-dan compartirla por diferentes medios digitales o impresos.

    En este primer nmero, en mi carcter de moderador del grupo, eleg de manera absolutamentearbitraria (y as lo admito) los textos a incluir. Mi propuesta, es que -de aqu en ms- sean todos/as

    los integrantes de Foro, les que vayan sugiriendo textos para compilar. Y, por supuesto, que nosacerquen sus propios textos para publicar.Un abrazo.

    Pablo Daniel VainPosadas, 29 de febrero 2016

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    NDICE

    Construir una mayora popular sin autocrtica?

    Alejandro Grimson 3

    Un relato amarillo.

    Eduardo Aliverti 6

    Los nios baleados.Norberto Alayn 9

    La Argentina despus del 76.Jorge Alemn 11

    Spinoza es lo que falta.Diego Sztulwark 13

    Polticas estatales activas y el derecho a la educacin .Myriam Southwell 15

    La inconsistencia de la memoria y la subjetividad poltica contempornea.Jaime Fernndez Miranda 18

    Notas para pensar la derrota e imaginar la resistencia.Pablo Daniel Vain 24

    Lectura de un presente sin certezas.Mempo Giardinelli 28

    La educacin como negocio.Adriana Puiggrs 30

    Las alas de los maestros y maestras fortalecern las calles una vez ms .

    Patricia Redondo33

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    Construir una mayora popular sin autocrtica?

    Existe en el gobierno de Cambiemos una estrategia para fragmentar a la opo-sicin? Qu riesgos implica esa fragmentacin? Cmo debe leer el actual

    panorama la militancia social, cultural y poltica? Alejandro Grimson plantea quesin un fuerte proceso de reflexin y autocrtica sobre los errores cometidos ysin la compresin de que la sociedad argentina es heterognea y compleja, las

    chances del campo popular de volver al gobierno son, si no improbables, muyescasas.

    Por Alejandro Grimson*(para La Tecl@ Ee)

    El carcter vertiginoso de las medidas arbitrarias y hasta autoritarias del gobierno de Mauricio Macriha generado un proceso de alta tensin que reclama una reflexin colectiva. Con sus DNU, sus des-

    pidos, algunas declaraciones y decis iones de fuerte peso simblico (como no recib ir a los organismosde derechos humanos) uno de los claros logros de Macri ha sido herir las subjetividades de quienessomos parte de la oposicin. Ha generado una significativa irritacin, un profundo malestar, que deriva

    en una paradoja. El do lor que produce ver a un presidente designando miembros de la Corte de modoinconstitucional o modificando leyes por decreto, slo consigue ser mitigado compartiendo la crticacon otros que tienen la misma visin poltica.

    Desacostumbrados como estamos de ver perritos en el silln de Rivadavia, corremos el riesgo de queel desprecio catrtico y e l estar juntos con los que pensamos parecido, al menos nos permitan sentir-

    nos un poco mejor.

    Muchas veces me he preguntado si las declaraciones de Menem sobre las novelas de Borges, comolector de Scrates o la idea de pizzacon champagneno estabanal menos en parte- destinados a

    irritar a las izquierdas que se tranquilizan al confirmar su caracterizacin, pero les cuesta ms pregun-tarse por qu Menem o Macri ganan elecciones. Ahora, en cambio, conociendo las cualidades deldiseo ecuatoriano, no caben dudas de que hay un plan muy claro: producir el amuchamiento del

    sector ms recalcitrante de la oposicin para que, a su vez, entre en una lgica de radicalizacin quelo asle de las grandes mayoras. Es que a las mayoras nunca les import ni Balcarce ni Scrates y,

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    en todo caso, se sentiran ms cerca de quien no pasa todos los exmenes que de cualquier seala-

    miento acadmico.El gobierno de Macri p lantea varios prob lemas para la Argentina, tanto en el crecimiento de la pobreza

    y desigualdad social, como en su desprecio por los derechos humanos, o su realineamiento interna-cional. Pero adems p lantea el prob lema de que cuenta con un apoyo mayoritario. Y si esto no escomprendido seguramente Macri lograr ir fragmentando a la oposicin y podra eventualmente per-

    manecer por un perodo extenso a cargo del poder ejecutivo.La fragmentacin de la oposicin es la nica opcin del gobierno para derrotar a la oposicin en 2017.Y, adems, para imponer sus medidas polmicas. Ese aislamiento es posib le porque fue de ese mismo

    modo que se comenz a gestar la derrota electoral con el macrismo: cuando se decid i s lo hablarlea los convencidos y no a los indecisos, que son la gran mayora. Macri no gan por arte de magia. Elkirchnerismo no supo y no pudo ofrecer una alternativa poltica que lo superara ampliamente. Sin una

    autocrtica honesta, profunda y constructiva ser imposible entender por qu gan Macri, por qu laArgentina atraviesa este perodo amargo y riesgoso. Sin entender, ser imposible volver.Claro que para hablarle a los indecisos el primer requisito es escucharlos, entenderlos y desplegar un

    dilogo. Ms que ir al ritmo vertiginoso del gobierno, la primera tarea de la oposicin es comprenderqu ha ocurrido y comprender a la sociedad. Algunas de las medidas ms polmicas de Macri se

    apoyan en debilidades, errores o graves deficiencias del gobierno anterior. Cmo hubiramos nece-sitado en esta coyuntura que atravesamos un INDEC respetable! Son varias las polticas que si sehubieran realizado debilitaran hoy la posic in del gobierno y fortaleceran al campo popular. Por ejem-

    plo, una poltica de transparencia en las contrataciones pblicas, una reforma impositiva y cambios enlas escalas de ganancias, y as se podra hacer un listado extenso.Para qu? Para rasgarse las vestiduras? Se trata de entender que en el voto a Macri hay amplios

    sectores que pueden retirarle el apoyo. Pero slo podran hacerlo, no para regresar a la situacinanterior, sino para aportar a un proyecto de futuro con la potencia de generar la ilusin de un pasmejor. La mayora de la sociedad no van a adherir a ninguna defensa acrtica de la Argentina de 2015,

    porque si no hubieran votado d iferente en noviembre. El problema es sencillo: haciendo lo mismo queya fracas, el resultado no va a ser diferente.

    Negarse a la autocrtica es hacerle el juego al gobierno. Hay un problema con la palabra autocrtica.Algunos creen que se trata de hacerse el harakiri, de un proceso de autoflagelacin. Otros dicen quela autocrtica se hace puertasadentro.En realidad, una reflexin sobre los errores cometidos que

    habilitaron un triunfo de Cambiemos slo tiene un inters prctico: cmo repensar y definir la estrategiapoltica hacia el futuro.Por otra parte, un pequeo grupo puede o no hacer la autocrtica puertas adentro. Una fuerza que

    gobern doce aos debe hacerla de cara al 48,6% y de cara a toda la sociedad.Al mismo tiempo que es posible que las fuerzas transformadoras y populares gobiernen en el futuro,es imposible volvera los mismos errores, simplemente porque la sociedad no acompaar a una

    fuerza que no pueda repensarse y redefinirse.Para esa amplia militancia social, cultural y poltica que rechaza graves decisiones de este gobierno,

    la disyuntiva es muy clara y sencilla. Se trata de unir a losnuestroso se trata de unir a todos losque rechacen medidas autoritarias, neoliberales o de ajuste? Estoy convencido de que aunque el ca-mino obvio es la segunda opcin, hasta ahora ha predominado la primera. Una oposicin basada en

    la identidad poltica pretende en cada accin de rechazo de una medida, reivindicar las polticas ante-riores. Pero agregar y articular heterogeneidades es algo muy distinto: hay que intentar unir a todoslos que rechazan una medida de ajuste, a todos los que rechazan el desconocimiento de los organis-

    mos de derechos humanos, o los despidos, o las restricciones a las paritarias, o las decisiones con

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    fuertes rasgos autoritarios. Eso no implica que cada sector de la oposic in exprese sus propias visio-

    nes sobre el pasado. Pero lo que est en juego ahora es el presente y el futuro.Una oposicin con proyeccin de mayora pasa necesariamente por la articulacin de heterogeneida-

    des. Una clave de la poltica en la que la oposicin actual tiene escaso entrenamiento.Sabemos que estn en juego dimensiones cruciales de la justicia social, de los derechos humanos,de la soberana nacional. Por eso mismo, se torna imperioso construir una estrategia compleja y en dis-

    tintos planos. Es clave lograr el rechazo parlamentario de los DNU que son inaceptables. Es clavelograr una articulacin sindical que permita detener de inmediato los despidos y la cada del salarioreal. Es crucial construir articulaciones sociales para enfrentar ahora el aumento de la pobreza. Deben

    buscarse las ms amplias adhesiones para defender la plena vigencia de los derechos humanos y delas polticas de memoria, verdad y justicia. Con ese tipo de objetivos es imprescindible aprender aescuchar a quienes tienen matices, crticas fuertes al kirchnerismo, buscar acordar modos de accin

    conjunto. Se trata de humildad militante.Todas las arrogancias sern obstculos insalvables en ese camino. No es momento de dejar la refle-xin y la autocrtica de lado. Si este gobierno logra fragmentar a la oposicin y aislar a los sectores

    ms decididos, habr que preguntarse si estos han sabido considerar la complejidad de la situacin yanalizar los caminos ms adecuados. En todos los momentos histricos el campo popular debe pre-

    guntarse a s mismo si haba opciones ms eficaces, ms inteligentes, para lograr los objetivos demo-crticos e igualitarios.El hecho es que hoy el 48,6% ya no existe ms. Primero, ese porcentaje no slo tena los votos de l

    FPV, que en realidad eran del 37%, sino muchos votos en contra de Macri, como sucede en todoballotage. Votos para los cuales el FPV no era su primera opcin en octubre, pero que preferan aScioli antes que a Macri. Segundo, acabamos de presenciar una nueva ruptura del FPV.

    Las acusaciones morales hacia quienes van por otros caminos no resolver ninguno de los problemas.La pregunta con las escisiones es qu proceso social o tensin representan. Si no representan abso-lutamente nada, slo un acuerdo d irigencial, todos esos votos permaneceran en el FPV. Nos guste o

    no, el hecho es que con el surgimiento de Massa eso no ocurri, ya que no se pueden invisibilizarcinco millones de votos. Y nadie cree que los gobernadores se vayan sin sus votos.

    Una estrategia para definir un proyecto popular para el futuro debe partir de un hecho contundente. Lasociedad argentina es heterognea y compleja. En trminos econmicos, territoriales, culturales, notiene vis iones uniformes ni acerca del gobierno de Cristina ni acerca del gobierno de Macri. Por eso,

    un proyecto popular con vocacin de mayora tiene como objetivo articular heterogeneidades.

    Buenos Aires, 9 de febrero de 2016

    * Doctor en Antropologa por la Universidad de Brasilia. Investigador de l CONICET y docente de l Ins-tituto de Altos Estudios Sociales (IDAES) de la UNSAM.

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    Un relato amarilloEduardo AlivertiFecha: 20 Febrero 2016

    Fuente: Marca de Radio (20-02-2016)

    Se superpusieron tres noticias, entre las ms destacadas, con un mismo y muy significativo hilo con-

    ductor. Se trata del marketing meditico y los recursos para negociar al paso, a pura circunstancia,

    como tcticas que el Gobierno considera determinantes para mantener su imagen positiva. Esastcticas estn contenidas en una estrategia o son la nica estrategia existente?

    Debe comenzarse a la fuerza por e l hecho ms asombroso de todos, que fue la propuesta del ministro

    de Educacin en la paritaria nacional docente.

    El 40 por ciento de aumento ofrecido por Esteban Bullrich, en apenas dos cuotas que contemplaban

    llevar el salario mnimo a 8500 pesos desde el 1 de julio, casi deja estupefactos a los propios dirigentes

    gremiales del sector. Y mucho ms cuando se vena, y an se est, en el pauprrimo ofrecimiento de

    Ciudad y de la provincia de Buenos Aires, para no hablar de la moderacin que con Mauricio Macri a

    la cabeza se exige a los reclamos sindicales. No podra pensarse -seriamente- que Bullrich lanz esa

    propuesta sin el aval de Economa y de l propio Macri; pero lo cierto, y nada menos que cuando el ala

    poltica del Gobierno viene tejiendo relaciones de compraventa con jefes provinciales para articularaprobaciones parlamentarias, es que la oferta desat un vendaval de preocupacin entre los gober-

    nadores. Si es que no se termina de entender de una vez por todas: excepto por las remesas que

    pueda enviar Nacin a travs del fondo respectivo de Incentivo Docente, que no remunera ni bonifica,

    y en algunos distritos del Fondo de Compensacin Salarial, el sueldo docente lo pagan enteramente

    las provincias porque, menemato mediante, lo ms real que virtual es que Argentina tiene un Ministerio

    de Educacin sin escuelas y, ya que estamos, uno de Salud sin hospitales. Eso y no otra cosa significa

    que a la paritaria nacional docente se la defina meramente como un convenio testigo, cuyo solo

    efecto -para el caso, nada ms y nada menos- es fijar el piso o aproximacin a que el gobierno nacional

    induce en los aumentos salariales de un sector que no controla. Acaba de ser e l ministro de Educacin

    cordobs, Walter Grahovac, quien lo record con todas las letras desde un distrito que no es precisa-mente opuesto al perfil de Casa Rosada: Esta es una paritaria sin sueldo porque Nacin acuerda pero

    no paga; las que pagan son las provincias. Algunas fuentes gremiales, no desmentidas, sealaron

    que Bullrich, en reunin privada, admiti el callejn sin salida en que se meti solo?, porque ahora,

    si quiere(n) dar marcha atrs, para temprano es tarde. Cmo hace(n) para retroceder desde lo admi-

    tido cual reconocimiento inflacionario, a nivel nacional, frente a un escenario que, como el docente, es

    http://espacioconvergencia.com.ar/2/index.php/nacionales/3670-un-relato-amarillohttp://espacioconvergencia.com.ar/2/index.php/nacionales/3670-un-relato-amarillohttp://espacioconvergencia.com.ar/2/index.php/nacionales/3670-un-relato-amarillo
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    de los popularmente ms sensibles? O cmo zafan de ese costo poltico? No lo pensaron mnima-

    mente? Slo es cuestin de impactar en el da a da para mantener fijacin de agenda, impacto

    coyuntural, como si decisiones o actitudes de esta naturaleza fueran emparentables con el humo de

    funcionarios en la cola del supermercado, los encuentros de gabinete al aire lib re o los vuelos en clase

    turista?

    El breve pero muy suculento artculo de Marcelo Justo, en Pgina/12 del viernes, bajo un ttulo de

    esos que convocan a la lectura de inmediato (El Holograma Macrista), es uno de los que mejor

    resumi, conceptualmente, la sorpresa de propios y ajenos por el ofrecimiento salarial engaapi-

    changa. El objetivo de comenzar las clases a tiempo es una de las postales con que el macrismo

    quiere enmarcar su primer ao de gobierno. Si finalmente hay acuerdo, las pantallas llenas de guar-

    dapolvos blancos y los editoriales republicanos, celebrando el regreso de un pas normal, sostendrn

    una dicotoma favorita del macrismo: caos -locura-irracionalidad K versus previsibilidad, normalidad,

    racionalidad M. Si b ien la nocin de normalidad est asociada a la de estabilidad y equilibrio, algo

    arrasado en los dos ltimos meses con la disparada de los precios, las tarifas y la suba del dlar, con

    el inigualable concurso de los medios se buscar crear este nuevo ho lograma. () En medio del primerempantanamiento seriomucho ms por la inflacin y los cortes de luz, que afectan al conjunto de la

    sociedad, que por hechos ms puntuales como despidos o arrestos - el Gobierno busca un respiro

    echando mano a una estrategia que fue muy efectiva desde la oposic in. El prob lema es que hoy, aun

    con huracn meditico a favor, el macrismo es gobierno. El holograma cubrir la realidad con una

    imagen de aparente plenitud (los nios felices en aulas y patios, la sonrisa de padres aliviados) a

    cambio de dejar a descubierto planes en otras reas (paritarias, inflacin) para las que tendr que

    buscar cuanto antes un nuevo holograma. Si, como agrega el colega, el deslizamiento de holograma

    en holograma tuviera xito, estaramos ante una nueva etapa del homo sapiens, porque de haber

    mutado al homo videns se pasara a una etapa superior de este ltimo, que busca clausurar la realidad

    misma. En vez de desempleo o hambre, pobreza cero, globito y baile.

    Artimaas de ese tipo, por mejor inteligencia comunicacional de que se disponga y por ms expecta-

    tivas favorables o esperanzadas que tenga o desee tener un grueso de la poblacin, podrn servir

    para ganar una eleccin pero es imposible que se sostengan por s solas en gestin de gobierno. O al

    menos son desconocidas las concreciones de tal cosa. Aunque todava no se observe, la derecha est

    comindose poco a poco el crd ito que acompaa a cualquier oficialismo en sus primeros tiempos y

    el caso docente es smbolo de un grado de improvisacincotidiano, con voceros mltiples descoor-

    dinados, que parece ajustarse a mandobles de campaa efectista y no de programas de fondo tcni-

    camente aguantables. Cul es el plan antiinflacionario, por ejemplo? Se lo preguntan ya los voceros

    periodsticos del macrismo, algunos en forma directa. Est claro o se deduce que la recesin, natural-mente. Pero no pueden explicar eso. Y entonces caen en un papeln como el del Indec, que en un

    sentido es peor que los falseamientos kirchneristas en el rea porque desplazan a la directora del

    organismo confesando, de manera abierta, que no puede esperarse a formular un ndice de precios

    serio. Debe sacarse rpido alguno y a como sea, para influir en las paritarias. Pero a la vez el apuro

    tambin rige para atestiguar con lo s docentes un 40 por ciento de incremento, de l que deben arre-

    pentirse a las pocas horas; y, como si fuera poco, haban dicho que mientras rigiera el apagn esta-

    dstico e ra mejor regirse por el ndice porteo, que por internas de l macrismo del distrito termin dando

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    ms alto que otro de los escogidos, e l de San Luis, y que el invento de l marcador del Congreso que

    en campaa les serva para acusar la inflacin real.

    En misma lnea, y con la pompa y circunstancia que tanto le cuestionaron a Cristina por sus anuncios

    en Casa Rosada, rodeada de tropa adicta, Macri present el nuevo mnimo no imponible de Ganan-

    cias. Sin cambios en la actualizacin de las escalas ni activacin del ajuste automtico, urgido tambinen esto para gesticular frente a las paritarias, Macri present unas modificaciones que en la mejor de

    las miradas alcanzan con suerte al diez por ciento de los asalariados, sin contar los exentos que ahora

    pasan a pagar, los autnomos que a igual ingreso que un trabajador en relacin de dependencia pa-

    garn varias veces ms y las provincias que, como la Afip recaudar menos, recibirn menos fondos

    coparticipables todava. Milagro del huracn meditico macrista, prensa oficial y de la siempre corpo

    titul con un desparpajo extraordinario, como si fuese un aumento masivo, que hay mejoras del 22 por

    ciento en los salarios. Nobleza obliga, tambin los prop ios especialistas econmicos de esos medios

    advirtieron en sus artculos que el anuncio est lleno de interrogantes y que las mejoras quedarn

    licuadas por la inflacin. Pero eso es en ttulos y prrafos ms remotos que principales. Los gordos

    cegetistas que fueron a Casa Rosada, slo ansiosos por la devolucin de fondos a sus obras socialesaunque tampoco aguardaban que Macri hiciera pblico semejante guio an no concretado, emergie-

    ron con cara de haber esperado ms. Lo cual lleva a esa recurrente pregunta de cun efectivos son

    los cartuchos que est gastndose el macrismo. Pasa otro tanto, sin que tampoco se advierta su in-

    viabilidad por ahora, con el plan antipiquetes que anunci otro ministro Bullrich, Patricia, con el plus

    de que se les dar a los manifestantes cinco o diez minutos para que por favor se retiren por las

    buenas () y si no, los sacamos. Msica para los odos de, a no dudarlo, una gran mayora de ar-

    gentinos o habitantes de la zona metropolitana de Buenos Aires, hartos de los cortes de calles y ac-

    cesos y nutridos por el discurso de los vagos que s lo quieren trabajar a costa de p lanes y choripanes.

    Vale preguntarles a la ministra y a su superior si creen de veras que el conflicto social inherente a

    cualquier sistema se arregla, o alguien lo arregl, a fuerza de camiones hidrantes, balas de gomasiendo optimistas y presos emblemticos por portacin de piel.

    Aferrado a que la buensima voluntad con los buitres le granjee el favor de un juez municipal neoyor-

    quino, la derogacin de leyes internas y con ello una tormenta de inversiones; a que los amigos no le

    contesten al corazn de clase con el bolsillo; a que los gobernadores, los intendentes del c onurbano

    bonaerense, los aliados conseguidos y los radicales -o como ahora se llamen- les permitan ganar

    tiempo; a que dure toda la vida el desamparo K (bien que necesita al kirchnerismo para tener enfrente

    un demonio a estigmatizar) y ante todo, o casi, a que sus guerreros mediticos lo sigan siendo, el

    Gobierno empez a toparse en estos das con su gran desafo. Mostrar si es una derecha con aptitudes

    de mediano y largo plazo. O una murga con relato de patas cortas.

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    Los nios baleados

    Norberto Alayn

    4 de febrerode 2016

    En la villa 1-11-14 de la ciudad de Buenos Aires, un grupo de vecinos -compuesto por nios, mujeresembarazadas, ancianos, adultos- integrantes de la murga Los Autnticos Reyes del Ritmo, practica-ban sus bailes para el prximo Carnaval. Hacia las 21,30 horas la Gendarmera Nacional inici un

    operativo que tena como objetivo el secuestro de dos automviles estacionados en la zona. Paradespejar el territorio, los gendarmes dispararon contra los vecinos que bailaban hiriendo por lo menosa once murgueros, entre ellos a nios de 5 a 10 aos de edad. Los adultos, los ancianos, las mujeres,

    los nios, gritando y llo rando, come nzaron a correr para evitar la balacera, refugindose en los pasilloso en las viviendas que encontraban al paso. A la par de las balas de goma, debieron soportar que losinsultaran y que los intimidaran con el democrtico y republicano dicho de negros de mierda. Las

    imgenes de los nios baleados son ilustrativas y aleccionadoras, permitiendo identificar la verdaderavaloracin humana que tienen de la infancia y la adolescencia determinadas concepciones ideolgi-

    cas y polticas.Los fiscales y abogados de PROCUVIN (Procuradura de Violencia Institucional) y de ATAJOS (Pro-grama de Acceso a la Justicia) presentaron un pormenorizado registro de los hechos, en cuya denun-cia aparecen testimonios de mujeres que llevaban a nios de 2 aos en sus brazos, otras que tenan

    entre cinco y se is hijos o nietos de menos de 10 aos, que escapaban horrorizadas de las escopetasde los gendarmes, perseguidas por los pasillos del barrio.

    Adems de las heridas producidas por las balas, cunto de violencia, cunto de dolor psicolgico,cunto de miedo, cunto de sensacin de injusticia, cunto de impotencia, cunto de rabia contenida,impactar en la conciencia de esas familias y, en particular, de esos nios y adolescentes, que podran

    llegar algn da a sentirse tentados o directamente impelidos a devolver comportamientos violentossimilares a los que perversamente padecieron en esta ocasin?

    La abogada Carolina Stanley es la Ministra de Desarrollo Social de la Nacin. Design como su Se-cretaria Nacional de Niez, Adolescencia y Familia a la tambin abogada Yael Silvana Bendel. Yaelhaba asumido el 24 de febrero de 2014 como Asesora General Tutelar de la CABA, en reemplazo dela especialista Laura Mussa. Su propuesta de designacin por el Gobierno de la Ciudad fue impugnada

    por diversas organizaciones: el CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales), la Asociacin Civil porla Igualdad y la Justicia, la Fundacin para el Estudio de Investigacin de la Mujer (FEIM), entre otras

    instituciones. Las distintas objeciones concluyeron en que no posee la mnima idoneidad tcnica parael correcto e jercicio del cargo. No obstante ello fue designada y ahora est, a nivel nacional, a cargode la SENAF. Bendel, a su vez, design a Mara Mercedes Agresti como su Subsecretaria de Derechos

    para la Niez, Adolescencia y Familia.En la Ciudad de Buenos Aires, donde fueron injustificadamente baleados los nios, el Jefe de Go-

    bierno, Horacio Rodrguez Larreta, design como Ministra de Hbitat y Desarrollo Humano (antes eraDesarrollo Social) a Guadalupe Tagliaferri, quien previamente haba desempeado importantes cargosen la CABA: Directora General de la Mujer, Subsecretaria de Promocin Social, Presidenta del Con-sejo de los Derechos de Nias, Nios y Adolescentes.

    Por su parte, Tagliaferri nombr a Gabriela Marcela Francinelli como Directora General de Niez yAdolescencia de la CABA. Ambas, Tagliaferri como Presidenta y Francinelli a cargo de la DireccinGeneral de Servicios de Atencin Permanente, haban sido funcionarias del Consejo de los Derechos

    de Nias, Nios y Adolescentes.

    https://www.facebook.com/norberto.alayon?fref=nfhttps://www.facebook.com/norberto.alayon?fref=nfhttps://www.facebook.com/groups/1752373074997844/permalink/1772290336339451/https://www.facebook.com/groups/1752373074997844/permalink/1772290336339451/https://www.facebook.com/norberto.alayon?fref=nfhttps://www.facebook.com/norberto.alayon?fref=nf
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    En la actualidad, en la misma fecha en que fueron baleados los nios que simplemente bailaban, la

    presidencia del Consejo de los Derechos de Nias, Nios y Adolescentes de la CABA es ejercida porIsabella Karina Leguizamn. La abogada Isabella, de 45 aos, tesorera de la Fundacin Unidos para

    Amar, reemplaz en este cargo a Guadalupe Tagliaferri. Oficialmente, el Consejo de los Derechos esdefinido como el organismo especializado en Infancia que tiene como finalidad promover, proteger ygarantizar los derechos de todas/os las/os nias, nios y adolescentes

    Impacta favorablemente observar la cantidad de Secretaras, Subsecretaras, Direcciones, Consejos,cuya misin formal aparece ligada a la defensa de los derechos de la infancia y la adolescencia.Ahora bien, Carolina Stanley, Yael Bendel, Mara Mercedes Agresti, Guadalupe Tagliaferri, Gabriela

    Francinelli e Isabella Karina Leguizamn intervendrn para mitigar en algo, aunque ms no fuera, ladiscriminacin y la violencia sufrida por los nios que simplemente disfrutaban bailando en su barrio yque fueron brutalmente baleados en un smil de prcticas dictatoriales? Intervendrn para evitar la

    reiteracin de estos brbaros hechos de represin a los nios, que representan a ciertas ideologasfundamentalistas de la poca?Si ello no llegara a suceder, UNICEF Argentina podra manifestarse al respecto en cumplimiento de

    la Convencin Internacional sobre los Derechos del Nio, aprobada en 1989 por la Asamblea Generalde Naciones Unidas y cuyo texto es Ley Nacional desde 1990 y que fue incorporado, en 1994, a la

    Constitucin Nacional Argentina (artculo 75, inciso 22)?

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    El pas | Sbado, 6 de febrero de 2016

    OPINION

    La Argentina despus del 76

    Por Jorge Alemn *

    La famosa sentencia de Adorno: Despus de Auschwitz no se puede escribir ms poesa, no se refera a lapoesa como gnero literario. Se trataba de inaugurar una reflexin sobre los alcances letales en todos los confinesde la vida, incluso en la lengua, una vez que un genocidio ha tenido lugar. Basta ver la Europa actual y susdistintos dispositivos de segregacin para confirmar el alcance de la tesis de Adorno.

    En la Argentina, despus del 76, nada es ya lo mismo. Ninguna identidad poltica ha quedado a salvo y elkirchnerismo supo interpretar este hecho constituyendo a Madres, Abuelas e Hijos en un sujeto poltico definitivo.Pero nunca es suficiente, como se puede apreciar en estos das y con este nuevo gobierno. Por eso, la nuevaorganizacin que surja como respuesta al gobierno gorila debe sobrellevar como imperativo tico lo sucedido en el76.

    Cualquier proyecto que se plantee tiene un lmite irreductible como responsabilidad histrica. Los delitos de lesahumanidad, el repudio a la teora de los dos demonios y la continuacin de los juicios a los cmplices de ladictadura cvico-militar. La afiliacin al PJ sin estas premisas innegociables es volver a la vieja poltica. La otracuestin crucial es, tal como lo vengo sosteniendo en estas intervenciones, es la frontera antagnica que delimiteel espacio poltico en un nosotros y ellos. Si estas dos cuestiones se realizan del modo conveniente y es el PJ, elperonismo, el que las puede asumir, bienvenido sea una vez ms el peronismo del siglo XXI.

    Si no las asume ser un proyecto dbil de entrada y entonces ms que entusiasmarnos en ganar unas elecciones acualquier precio sera mucho ms importante construir una organizacin poltica preparada para radicalizar latransformacin poltica que el kirchnerismo comenz. Hay compaeros peronistas, movimientos sociales,organizaciones kirchneristas, agrupaciones de distinto tipo, sectores que van a ser brutalmente excluidos por elproceso macrista, para organizar lo que Gramsci llamara un nuevo bloque cultural. Unica condicin a cumplir paraque esa organizacin poltica sea la verdadera heredera de lo que es el kirchnerismo.

    * Psicoanalista y escritor.

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    Spinoza es lo que falta // Diego Sztulwark

    http://anarquiacoronada.blogspot.com.ar/2016/02/spinoza-es-lo-que-falta-diego-sztulwark.html

    La miseria actual de lo poltico es ndice de una profunda normalizacin en curso ya desde hace aos.El deseo de orden contrasta con las subjetividades de la crisis y resulta directamente proporcional a

    la fobia al conflicto y a la divisin que toda poltica efectiva conlleva. Despojada de antagonismo, lapoltica pie rde toda relacin con la actividad crtica, todo fundamento en la dinmica material de la vidacolectiva para buscar apoyo en la entronizacin de los valores del orden como mxima justificacin.

    Este movimiento que va de la crisis al orden, de la crtica a la adecuacin, del antagonismo a la normaes irremediablemente binario: distingue el espacio de la gestin del sistema de las necesidades; lopoltico de lo econmico; lo subjetivo de lo objetivo. Lo poltico -subjetivo debe prevalecer y armonizar

    todo aquello que a nivel de lo econmico-objetivo conduce al caos.

    Lo poltico, para Carl Schmitt, hereda de la forma catlica esta prevalencia normativa de lo espiritual

    por sobre lo objetivo-material reducido a econmico tcnico. Lo poltico teme a la vida espontnea delas cosas, tambin en el campo de lo social secularizado. Tanto lo neoliberal que privatiza la decisinpoltica, como lo progresista que la equipara a lo pblico -estatal comparten la conviccin naturalista

    segn la cual la vida de las cosas libre de restricciones encuentra un orden racional propio: el delmercado. Para el reformismo laico, lo poltico viene pensado como un mbito exterior que pretende

    regular los procesos materiales sin penetrar en ellos. Y su polmica con los neoliberales gira entorno a las regulaciones necesarias para evitar que la economa desembozada acabe en polarizacinsocial, crisis y guerra.

    En todos estos casos, lo social fue escindido de lo poltico y degradado frente a l. Lo po ltico ha sidoenaltecido en detrimento de la dimensin econmica y material. Incluso en el caso de los neoliberales,

    para quienes lo poltico privatizado en el sistema de las corporaciones supone un pensamiento de lagestin de la complejidad. En todos los casos, lo poltico fue despojado de las subjetividadesproductivas. La vida concreta ha sido desprovista de toda dignidad poltica propia y convenientemente

    cauterizada. Lo poltico no es autogobierno de lo social sino forma-estado acaparada por la exigenciade gobernarsobrelo social.

    Con sus importantes diferencias, todas estas variantes de la teora polticade la tirana decisionistaa la gubernamentalidad neoliberal, pasando por los gobiernos llamados populistas- comparten el

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    hecho de ser respuestas normalizantes a la crisis. Su carcter reactivo no se evidencia tanto en

    justificar su legitimidad en su potencia de conjurar el caos, como en el hecho de que para conjurarlose introduzca una separacin fundamental entre vida activa y sistema de lo poltico, un fundamento

    espiritual para establecer la validez del orden jurdico.

    Spinoza ha escrito pginas imprescindibles contra este modotan dominante ayer como hoyde lo

    poltico. En un tratado especialmente dedicado a este asunto escribi que la libertad de pensamientoera el fundamento de la autntica paz y de la seguridad para el estado entendida como libre asociacinhumana. Aunque la tradicin moderada de la ilustracin ley su Tratado Teolgico Polticocomo un

    manifiesto en pos de la tolerancia religiosa, hay en sus pginas una teora alternativa del gobierno (elestado y la economa).

    La libertad de pensamiento de la que habla Spinoza no es simplemente el derecho a tener ideaspropias, creencias religiosas privadas y a expresar opiniones dis identes. Ms radical, lo que Spinozadefiende es una potencia de pensamiento que se descubre al poner en prctica premisas d iferentes:

    un poder colectivo que surge de la composicin entre los cuerpos. Esta puesta en continuo de afectoy concepto, entre derecho y potencia, supone un enfrentamiento con el fundamento de las teoras

    polticas del orden. A las que Spinoza llama teolgico -polticas, en la medida en que sustituye el ordende la concatenacin de los cuerpos por el de la supersticin (lo que Marx llamar fetichismo). Loteolgico poltico es el sistema de las trascendencias capturando lo po ltico, inoculando el temor y la

    supersticin en la vida de las masas populares como tcnica de gobierno por medio del sometimiento.

    Por supersticin Spinoza entiende el funcionamiento de unas imgenes separadas de toda potencia

    expresiva fundada en su insercin en el juego de las relaciones entre los cuerpos; la transmisin deunas ideas escindidas de sus causas, la completa degradacin del pensamiento sostenido enpremisas afectivas y determinaciones especficas; la postulacin de verdades trascendentes que

    actan como signos arbitrarios que exigen credulidad y obediencia. La naturaleza primera de lasupersticin es la abstraccin que separa a cada quien de lo que puede, la tristeza que aleja a cada

    quien de su involucramiento en el poder colectivo. La supersticin es el mecanismo que secuestra elentendimiento de su propio fundamento material; el conjunto de clichs que circulan comosupercheras propias de cada poca. Es el conjunto de d iques que imp ide la fuga de eso que define a

    un tiempo histrico como epocal.

    La afinidad entre supersticin y religin no es obvia ni necesaria. Spinoza antes que Nietzsche la

    atribuye a los telogos. Son ellos quienes elaboran, en base a esta conjuncin, los instrumentos parala dominacin poltica a travs de l gobierno de los afectos. Tomada como tcnica de dominacin, lareligin entra a formar parte de lo poltico, a ttulo de una pedagoga de la degradacin de lo material

    sensib le que condena a mujeres y hombres a una vida sin enraizamiento en la potencia, sometida ala oscilacin y la inconstancia anmica. Sin acceso alguno a un poder colectivo, de naturaleza (y

    racionalidad) diferente. La supersticin, para Spinoza, slo engarza en la vida humana mediante elmiedo. El temor es su causa y su esencia. El terror es el fundamento del poder poltico separado, delo po ltico separado (de lo teolg ico po ltico).

    La libertad de pensar en Spinoza es ante todo la libertad que resiste a la supersticin (en este sentidohay un Spinoza militante, muy bien retratado por Joanthan Israel en su libro La ilustracin radical). Es

    la libertad de limitar el poder teolgico . Es la capacidad de hacer del pensamiento un desafo respectode todo aquello que difunde el terror y el sistema de la obediencia. El pensamiento libre es

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    pensamiento libre de temor. Es decir, pensamiento que encuentra apoyo en el poder de los cuerpos,

    de los que dice que nunca sabremos del todo qu es lo que pueden, hasta dnde puede llegar supotencia colectiva. El pensamiento libre es investigacin colectiva sobre la potencia de los cuerpos no

    sometidos al terror.

    La banalidad de la cultura en que se apoya la miseria de lo poltico actual mete miedo. En nombre del

    orden se extiende un ideal de v ida como adecuacin a los poderes. La misma abstraccin, la mismaseparacin. No es cierto que ya no estemos en el siglo XVII. La economa poltica, el mundo de lasfinanzas gobernando a travs del mercado mundial los flujos de riquezas y, por tanto, de posibles

    vitales; el Estado como mera polea de transmisin entre ese orden de las finanzas y la temiblenormalizacin de las vidas renen todos los requisitos de lo teolg ico: la denig racin de lo corporalcomo fundamento, la postulacin de una instancia mediadora abstracta (el valor), la reivindicacin de

    un mando trascendente. Particularmente el mundo de las finanzas, con sus clculos de riesgo, sussistemas estocsticos, sus redes digitales y su pretensin de subsumir el futuro a variables de mandodel presente. Todo muy laico. Lo teolg ico poltico se ha secularizado, es decir, se ha realizado por

    completo. Su rasgo dominante, el terror, no ha dejado de propagarse a travs de los caminoshabituales (patriarcalismo, colonialismo, racismo, e l fetichismo de las mercancas extendido al entero

    campo social a partir del sistema de la renta). Su pedagoga est ms vigente que nunca. Tanto quese la festeja. Se la asocia con la inclusin, y con el cambio.

    Falta Sp inoza, quiere decir: falta romper la teora poltica de la normalizacin.

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    elmonitor.educ.ar http://elmonitor.educ.ar/secciones/dossier/una-universidad-para-estos-tiempo

    Polticas estatales activas y el derecho a la educacin

    La restitucin del lugar del Estado ha sido sin dudas una marca del perodo de gobierno que se desarrolla desde

    2003. Se trata, adems de un Estado activo, que se revisa a s mismo, que puede ver en su intervencin y

    regulacin un modo de equilibrar las desigualdades y responder a los desamparos.

    Las polticas educativas se enfrentaron con la necesidad de hacer mucho en un contexto en el que se le haba id

    quitando al estado casi todos los instrumentos de accin y de orientacin ms directa. El ao 2006 fue un momento

    decisivo, en el que un nuevo modo de vincular el Estado con la poltica educativa se expres en dos nuevas leyes

    la de Financiamiento Educativo y una nueva Ley Nacional de Educacin que reemplazara a la Ley Federal de 1993

    La primera de ellas regener el vinculo entre el Estado nacional y las provincias para atender y crecer en e

    financiamiento educativo y cumplir el propsito del 6% de PBI para educacin, propsito que se planteaba ya e

    Ley Federal de Educacin, pero que recin se cumpli en el ao 2010. La Ley Nacional de Educacin, cumpli co

    un inters muy extendido de reemplazar a la Ley Federal e introdujo un elemento crucial para la democratizacin

    educacional: la obligatoriedad del nivel secundario y el compromiso del Estado para esa universalizacin. La

    discusin de la nueva Ley Nacional no estuvo exenta de discusiones y cuestionamientos que debern

    profundizarse. Esa tensin a la construccin plural desde el Estado es un rasgo saludable porque pone en el centro

    el rol del Estado como quien asume las decisiones sobre lo colectivo, interpreta cuales deben ser las acciones par

    el bienestar comn y las impulsa para todos.

    A su vez, las polticas de esos aos repusieron la idea-fuerza de la igualdad impulsada por distintas poltica

    sociales: la Asignacin Universal por Hijo y la distribucin masiva de netbooks fueron -entre otras- poltica

    masivas que tienen un impacto significativo en el acompaamiento de la universalizacin de la escuela. Ell

    implica la conviccin de que la educacin ser buena slo si nos incluye a todos y si se conecta con la

    caractersticas que nuestra sociedad tiene hoy, no la que nuestro recuerdo selectivo parece celebrar en el pasado.

    En este Dossier de El Monitor, Aejandra Birgin escribe sobre las polticas de formacin docente que cruzaron la

    dcada y seala los desafos por venir; Ins Dussel analiza las transformaciones a partir de las nuevas tecnologa

    y la expansin de las prcticas digitales; Mariana Melgarejo discute el impacto de la Asignacin Universal por Hijo

    (AUH) en y para una escuela media en expansin; Octavio Falconi reflexiona sobre el derecho a la educacin y la

    tarea docente; y, finalmente, Myriam Southwell propone una mirada sobre el escenario universitario.

    Una universidad para estos tiempos

    Por Myriam Southwell *

    Los sistemas educativos y el argentino dentro de ellos- se expandieron durante dos siglos cumpliendo con una

    doble funcin: la incorporacin amplia delas personas a las sociedades nacionales y la seleccin de ciertossectores que desempearan papeles dirigentes en dichas sociedades.

    En la ltima dcada, la obligatoriedad de la educacin secundaria establecida por la Ley de Educacin Nacional N

    26.206, las polticas llevadas adelante para garantizar dicha obligatoriedad, la creacin de ms universidades y la

    generacin de medidas de acompaamiento (desde polticas de becas hasta mejores condiciones de

    infraestructura en edificios y transporte universitarios, por ejemplo) implican mucho mejores condiciones para el

    acceso de gran cantidad de jvenes que son la primera generacin dentro de sus familias en llegar a la universidad

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    Este profundo impulso produce condiciones inditas, ya que permite que muchos jvenes que terminan la

    educacin secundaria tengan como uno de sus horizontes de futuro posibles la continuidad de los estudios

    universitarios. A su vez, la cultura de las instituciones en las que concretaron su trayectoria educativa cambi. A

    diferencia de los recorridos de las dcadas pasadas, en los que los jvenes que llegaban a la universidad haban

    vencido los obstculos de un proceso selectivo, en la actualidad las escuelas secundarias tienen el imperativo de l

    inclusin.

    En este aspecto tambin, la universidad argentina se enfrenta a una situacin indita, tanto por las caractersticas

    de los alumnos que recibe cuanto por las condiciones histrico-polticas del sistema educativo del que forma parte

    Puede mantenerse la universidad sin cambios frente a las transformaciones de un sistema educativo inclusivo?

    Qu impacto tiene en la tarea docente universitaria asumir que la educacin es un derecho?

    Otra cuestin que se deriva de estas transformaciones es el contexto de significacin de los distintos aspectos de

    la vida cotidiana de la universidad. Para los estudiantes que provienen de familias con varias generaciones de

    trnsito por la universidad, existen muchos rasgos de la condicin de estudiante universitario que son habituales.

    El oficio del estudiante se encuentra sostenido por la experiencia de los padres o de otros miembros de la familia, y

    eso ofrece un soporte intangible para enfrentar condiciones selectivas presentes en las rutinas universitarias.

    En cambio, para aquellos estudiantes que son parte de la primera generacin de sus familias en llegar a los

    estudios superiores, esas experiencias familiares previas no estn disponibles. Eso hace que el peso de esas

    condiciones selectivas (la disposicin de informacin, el conocimiento de sus derechos como estudiantes

    universitarios, las prcticas de estudio, los cdigos de comunicacin con otros miembros de la comunidad

    universitaria, etc.) se magnifique y pueda convertirse en un factor de interrupcin en la trayectoria universitaria de

    estos estudiantes.

    Un tercer aspecto que debe ser tomado en consideracin es el tipo de relacin que los estudiantes desarrollan con

    el conocimiento. Si bien la funcin selectiva tradicional del sistema educativo se presentaba como un proceso

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    basado en el mrito acadmico, se ha probado en mltiples investigaciones que se trataba de una seleccin

    fundada, bsicamente, en las desigualdades sociales. As, quienes accedan a finalizar la educacin secundaria e

    ingresaban a los estudios universitarios eran, en su gran mayora, jvenes pertenecientes a los sectores sociales

    privilegiados. Generalmente, adems, se trataba de sectores sociales que eran conscientes de su situacin de

    privilegio y eso incida en su relacin con el conocimiento. Se trataba del mismo sector social que tena la

    capacidad para condicionar o determinar los principios de valoracin del saber para la sociedad en general. De las

    prcticas culturales, los valores y los gustos de este sector de la sociedad dependa la valoracin de lo que se

    consideraba alta o baja cultura, y tambin la seleccin de aquellos aspectos de la cultura que se consideraban lo

    suficientemente valiosos para ser transmitidos a travs de la educacin sistemtica.

    Sobre esta base, se produca la exclusin sistemtica de saberes prcticos (especialmente, los saberes del trabajo

    manual, pero tambin las prcticas culturales, los valores y los gustos de los sectores populares), que eran

    infravalorados o que directamente eran negados como formas de conocimiento.

    La ampliacin del acceso a la educacin universitaria plantea entonces un cambio en la posicin subjetiva de los

    estudiantes frente al conocimiento. Muchos de nuestros estudiantes actuales poseen experiencias laborales,

    vitales, prcticas que podran enriquecer su vinculacin con el conocimiento acadmico. Sin embargo, esto exige

    que, desde el plano de la enseanza, se reconozcan esos saberes, se les otorgue legitimidad y se produzcan las

    conexiones relevantes con los conocimientos acadmicos. Eso supone tambin que las escuelas medias confen

    en su capacidad de incidir en la vida de las personas y no retaceen esfuerzos impulsados por profecasautocumplidas- por convertirse en puente y potenciador de un trnsito exitoso hacia instituciones superiores, que

    den cabida al crecimiento y al cumplimiento de un derecho; para esa tarea, armar alianzas con otras instituciones

    sociales es crucial y posible. Esas medidas pueden potenciase para que el acceso a las instituciones se haga ms

    pleno, ms permanente, ms exitoso.

    * (CONICET-UNLP/FLACSO/UNIPE)

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    Psicologa| Jueves, 11 de febrero de 2016

    La inconsistencia de la memoria y lasubjetividad poltica contempornea

    A partir de una recorrida por la novela 1984, de George Orwell, y de los elementosmanejados por el marketing poltico y su labilidad, Fernndez Miranda plantea unamirada sobre la construccin del voto de Cambiemos y sus perspectivas futuras.

    Por Jaime Fernndez Miranda *

    (uno)

    El debate televisado de los candidatos a presidente anterior al ballotageplante una situacin francamente irrisoria, tanto ms irrisoria cuantoque pareca inevitable. Scioli deba demostrar y a ello se aboc durantetodo el debate que detrs de la retrica vaca del macrismo se ocultabaun programa neoliberal salvaje. Lo irrisorio es que slo tres das antesdel debate Macri y sus economistas, tal vez demasiado confiados en untriunfo inexorable, haban violado la estricta poltica de ocultamiento quese haban impuesto explayndose en todos los medios acerca de ladevaluacin, la quita de subsidios y el aumento de tarifas queejecutaran una vez asuman el gobierno. Entonces, por qu Scioli se abocaba con tanto mpetu a develar lo queestaba a la vista de todos?

    Develar lo evidente, curiosa paradoja que echa por tierra la frase canonizada: nadie resiste un archivo, y quedenuncia un rasgo fundamental de la subjetividad contempornea. Con la simple negacin de aquello que habadicho tres das antes y que toda la poblacin haba odo, Macri se mostr inmune al archivo. Mascullamos lasensacin de que es posible decir cualquier cosa, lo que sea, porque nada tiene consecuencias.

    Es interesante remarcar que entre los discursos (por momentos virulentos) que sostenan y an sostienen losvotantes de Cambiemos en las redes sociales, raramente se lea un franco acuerdo con las polticas neoliberales.Podemos suponer que algunos votaron a la alianza porque pertenecan al pequeo grupo que se vera favorecidopor un modelo neoliberal, otros porque se sentan individualmente inmunes al ajuste, otros porque no importaba quhara Macri con tal de que el kirchnerismo dejara el poder. Pero al margen de todas estas modalidades, quesuponen un cierto reconocimiento y diversos grados de aceptacin de las polticas econmicas ortodoxas queMacri aplicara, se destacaba un caudal importante de personas que parecan desconocer aquello que habacirculado por todos los medios, incluso por los medios corporativos. La cuestin es inquietante: aquello que es

    visto y odo parece no ser reconocido o incorporado.

    Esta situacin nos confronta con algo ms sutil y ms potente que la estrategia de ocultamiento del macrismo yque las operaciones de la prensa corporativa. Tanto una como la otra plantean una relacin a lo invisible por elcontrario, en el desconocimiento de lo visto y lo odo se trata de una relacin a lo evidente. Tan evidente que nose lo ve, como la carta robada de Poe? No, lo ms inquietante es que se lo ve y se lo puede reproducir al infinito,pero es como si no tuviera efecto alguno sobre el sujeto Qu hay aqu en juego, que modalidades subjetivas serevelan y ocultan detrs de este sntoma?

    En muchos casos, es cierto, ha operado el mecanismo que Freud llama desmentida, a partir del cual el sujetoimpugna la percepcin de aquellos elementos de lo real que amenazan una creencia en este caso, de todo aquelloque recusaba la inminencia del mundo feliz preconizado en la campaa de Cambiemos. La astuta idea de unacampaa del miedo ofreci un territorio donde fue a parar todo aquello que se saba, pero no se saba, aquello que

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    era percibido y desmentido en un mismo acto. Es interesante observar cmo unas pocas semanas ms tarde, antelas primeras medidas del gobierno de Macri que contradecan profundamente el mundo ideal de dilogo, alegra yrepublicanismo dibujado en la campaa, el destino de la desmentida fue un aferramiento enceguecido a la creenciarenegatoria con el consiguiente aumento de la violencia discursiva en las redes sociales.

    Pero al lado de este mecanismo quisiera situar otra modalidad de desconocimiento de lo que ha sido visto y odoen la que no se trata, como en la desmentida, de una impugnacin de la percepcin sino de una inconsistencia dela inscripcin psquica, modalidad ms sutil y ms radical que, pienso, ha sido decisiva en las ltimas eleccionespresidenciales y que delata un rasgo fundamental de la subjetividad contempornea en su relacin con la memoriay el tiempo. En la actualidad, a la sobreabundancia de registros exteriores (audios, videos, notas escritas) parece

    corresponderle un vaco a nivel del registro subjetivo, ms an, es posible decir que cuanto ms atiborrado deregistros objetivos est el sujeto, ms merma la capacidad de incorporar la informacin. Se trata del reversoperfecto del mecanismo de censura.

    (dos)

    En 1984, extraordinaria novela, George Orwell crea un mundo dividido en cuatro territorios. Winston Smith, elprotagonista principal, vive en la ciudad de Londres ubicada en uno de estos territorios Oceana, el cual estgobernado hace dcadas por un Partido totalitario que despliega una maquinaria de control absoluto y casi perfectosobre sus habitantes.

    ... en ese momento, en 1984 (si es que efectivamente era 1984), Oceana estaba en guerra con Eurasia y eraaliada de Asia Oriental. En ningn discurso pblico ni conversacin privada se admita que estas tres potencias sehubieran hallado alguna vez en distinta posicin cada una respecto de las otras. Winston saba muy bien que, hacaslo cuatro aos, Oceana haba estado en guerra contra Asia oriental y aliada con Eurasia. Pero aquello era sloun conocimiento furtivo que l tena porque su memoria fallaba mucho, es decir, no estaba lo suficientementecontrolada. Oficialmente, nunca se haba producido un cambio en las alianzas. Oceana estaba en guerra conEurasia por tanto, Oceana siempre haba luchado contra Eurasia. El enemigo circunstancial representaba siempreel absoluto mal, y de ah resultaba que era totalmente imposible cualquier acuerdo pasado o futuro con l.1

    A tal fin, el Partido procede a la eliminacin de todos los archivos, a la reescritura de todos los libros y al castigo atodo aquel que mencione el hecho que se intenta eliminar, se hacen desaparecer los testigos y testimonios, todovestigio de lo que sucedi deviene impronunciable. Winston Smith carga con un recuerdo absolutamente privadocuyo nico soporte es su memoria, restos de un acontecimiento que slo se halla conservado en su interior y quecontradice todos los testimonios exteriores. A la borradura del registro material por parte del poder le responde larebelda de una memoria singular que no se deja disciplinar, situacin inversa a la del sujeto contemporneo en quea la mostracin obscena de todo y a la accesibilidad absoluta a los archivos le corresponde un vaciamiento de lamemoria.

    El Partido dijo que Oceana nunca haba sido aliada de Eurasia. El, Winston Smith, saba que Oceana habaestado aliada con Eurasia cuatro aos antes. Pero dnde constaba ese conocimiento? Slo en su propiaconciencia, la cual, en todo caso, iba a ser aniquilada muy pronto. Si todos los dems aceptaban la mentira queimpuso el Partido, si todos los testimonios decan lo mismo, entonces la mentira pasaba a la Historia y seconverta en verdad (...) Era muy sencillo. Lo nico que se necesitaba era una interminable serie de victorias quecada persona deba lograr sobre su propia memoria (...) cmo iba usted a establecer el hecho ms evidente si noexista ms prueba que el recuerdo de su propia memoria?2

    La contemporaneidad dibuja un interesante revs de la fantasa de Orwell: todo se halla a la vista, los archivosestn disponibles en cualquier momento y lugar en que se disponga de conexin. Los dispositivos de enunciacinde la cultura actual no borran los archivos sino que hacen obsoleta su funcin, propiciando una inconsistencia de lamemoria que no opera, como en la censura, por borradura del soporte colectivo sino, segn la genial tesis de WalteBenjamin, por atrofia de la experiencia. Hace casi cien aos, Benjamin planteaba una idea absolutamente visionariacuya potencia se acrecienta al momento de pensar los dispositivos de enunciacin de la cultura contempornea:

    Si la prensa se propusiese proceder de tal forma que el lector pueda apropiarse de sus informaciones como partesde su experiencia, no alcanzara de ninguna forma su objetivo. Pero su objetivo es justamente lo opuesto, y loalcanza. Su propsito consiste en excluir rigurosamente los acontecimientos del mbito en el cual podran obrarsobre la experiencia del lector. Los principios de la informacin periodstica (novedad, brevedad, inteligibilidad y,sobre todo, la falta de conexin entre las noticias aisladas) contribuyen a dicho defecto tanto como lacompaginacin y el estilo lingstico. 3

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    La velocidad, el volumen, la novedad constante y, sobre todo, la equivalencia de todos los enunciados, rasgos quedefinen el flujo incesante de informacin en la actualidad, forjan una subjetividad regida por la temporalidad delinstante, despojada de la capacidad de asimilar los acontecimientos, condenada a elegir entre opciones del mismovalor. Los dispositivos de enunciacin de la cultura contempornea vuelven obsoleta la funcin del archivo comosoporte colectivo de la memoria. Por supuesto, aquello que ha sido visto-odo-ledo puede ser evocado y reevocadoa piacere por el individuo pero el hecho, an disponible para su evocacin, no se entrama en una historia y no pasaa formar parte de la experiencia. Esta all, asequible y anodino, despojado de subjetividad, perdido en un ocano demarcas que tienen idntico valor, pura informacin, nada...

    (tres)

    La incapacidad para asimilar los acontecimientos a la propia experiencia es inherente a los dispositivos deenunciacin de la cultura contempornea, hiptesis que recusa cualquier reduccin de la eficacia subjetivante delos medios de comunicacin a los enunciados. Esta idea que con diferentes matices fue formulada por IgnacioLewcowicz hace ms de dos dcadas, exige dos aclaraciones preliminares: en primer lugar, es imprescindible nohacerla derivar en un relativismo del sentido en el que es lo mismo decir cualquier cosa porque lo esencial no serael(los) sentido(s) sino la lgica discursiva. Este relativismo, que coquetea con el estructuralismo ms pobre, poneen un mismo plano, por ejemplo, las operaciones de la prensa corporativa con las numerosas propuestas de TVcreativas que han surgido en los ltimos aos. Ahora bien, estas propuestas no crean un sujeto poltico sino queson creadas por l. Por tomar slo el ejemplo ms notable, los nios no miran el canal Pakapaka porque les resultaa priori atractivo, sino porque ha habido una innegable transformacin cultural en vastos sectores de la sociedad,que hace que muchos padres piensen ms en la formacin cultural de sus hijos que en proveerles recursos para

    que tengan xito en un mundo de competencia descarnada (imaginario parental tpico de la cultura neoliberal). Pordecirlo de algn modo, en los 90 Pakapaka habra estado condenado a ser un canal de culto, una propuestaesttica e ideolgica notablemente creativa y novedosa con escasa eficacia subjetivante.

    En segundo lugar, poner el acento menos en los enunciados que en el dispositivo formal de enunciacin, no implicatampoco subestimar las operaciones de la prensa corporativa que, sin ninguna duda, han tenido un efecto decisivoen las ltimas elecciones. Ahora bien, mientras que la operacin de prensa es una tentativa en muchos casosexitosa de manipular el pensamiento, la discursividad massmeditica aniquila la capacidad de pensar. Ciertamentelos enunciados de la prensa corporativa moldean la vivencia de los individuos, pero para que ello sea posible esmenester un sujeto arrasado en su capacidad de construir su propia experiencia. Es decir que las operacionesmediticas muchas veces vergonzosamente burdas y explcitas slo son posibles en tanto los dispositivos deenunciacin de la cultura contempornea han abolido la capacidad de elaboracin subjetiva de los acontecimientos.

    La inconsistencia de la memoria es la marca de origen de un sujeto regido por la temporalidad del instante, cuyacapacidad de incorporar los acontecimientos a su experiencia est abolida por la irrupcin continua deinformaciones equivalentes, intercambiables, que se suceden al infinito dejando marcas superficiales, sin que elsujeto tenga otra potestad que la de elegir una en desmedro de las otras. De este modo, la praxis poltica essustituida por una prctica de consumo, es decir, por la eleccin en el puro presente entre diversas opcionesequivalentes segn la conveniencia o la opinin del momento, maleable, evanescente. Macri dijo explcitamenteque aplicara recetas neoliberales ortodoxas luego Macri dijo que esto era un invento del kirchnerismo... y elconsumidor se ve conminado a elegir entre dos o ms enunciados que se sitan en el mismo plano. Creo que porello, durante las semanas anteriores al ballotage, la respuesta ms recurrente de muchos votantes de Cambiemosen las redes sociales era: djenme elegir en paz, no intenten incidir en mi voto, es decir, no perturben este gestoestrictamente privado a que ha quedado reducida la democracia, no se entrometan en esta eleccin individual ysoberana que degrada la poltica en una prctica de consumo. Aqu, el significante eleccin crea una amalgamaque fusiona el sufragio libre con la libertad de consumo.

    En 1984 el Partido utiliza la operacin de censura abocndose a una incesante reescritura de la historia en funcinde sus intereses del momento. Ms radicalmente, la discursividad meditica contempornea borra la dimensinhistrica en cuanto tal. Esto deja el camino hollado para el marketing poltico, que bien han sabido explotar loshacedores de la campaa de Cambiemos. La lgica es bien conocida: identificar una necesidad actual en elmercado-electorado (una necesidad en germen, es decir, presente en el aire pero aun no nominada), forjar uncampo semntico que tenga la capacidad para nombrar ergo, crear esa necesidad y, finalmente, ofrecer unproducto que responda a esta demanda.

    El discurso de Cambiemos, resultado de un minucioso estudio de mercado, tiene una lgica similar y produceefectos similares a los libros de autoayuda. Tanto uno como otro propician una identificacin rpida y global:habla de m, dicen quienes han ledo un libro de autoayuda, frase que, con ciertos matices, he odo de boca demuchos votantes de Macri. El marketing tiende a moldear la vivencia de un sujeto sin capacidad de experiencia. De

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    este modo una vivencia sin memoria, siempre actual y por ello plena, inefable y visceral, urdida por el discurso delmarketing, usurpa el lugar de la experiencia subjetiva. Como sucede con toda buena publicidad. La discursividad yla temporalidad propia de la publicidad anulan la capacidad del sujeto para elaborar su impronta. De otro modo, noproducira efectos. Sometida al rgimen del marketing poltico, la votacin deviene una prctica de consumo. Unams, como tantas otras.

    En el artculo El primer presidente de Facebook, publicado en el diario La Nacin el 26 de noviembre de 2015,Julin Gallo director de contenido y estrategia en redes sociales y web de la Campaa Macri Presidente sita laslneas fundamentales de la laboriosa construccin de un nuevo producto comercial llamado Mauricio Macri. En estaconstruccin, la clave fue la utilizacin de las redes sociales muy especialmente, la cuenta de Facebook del

    candidato4, a travs de las cuales el empresario despectivo y fanfarrn, el millonario que esgrimi durante aossus aires de superioridad en todos los medios, fue deviniendo un personaje bonachn y clido, un hombre defamilia cercano a las necesidades del pueblo, alguien comn con quien la gente comn podra identificarse. Estaactualizacin permanente de la imagen pblica slo es posible a partir de la inconsistencia de la memoria quepropicia la discursividad massmeditica. En este marco, es importante subrayar que la campaa de Cambiemos harevelado una concepcin novedosa del marketing poltico, tal como lo escribe uno de sus principales gestores:

    Ya no estamos ms encerrados todos juntos dentro de una nica esfera meditica, a la que una cadena nacionalpuede interrumpir a su antojo para rociar a la gente desde arriba con su mensaje de propaganda. Ahora somos lasuma de innumerables pequeas burbujas individuales, que juntas producen una especie de espuma social (...)Macri eligi hablar como las otras personas en su mismo territorio y con el mismo lenguaje. Por eso puede decirseque es el primer presidente de Facebook.

    (cuatro)

    Claro que en el marketing no se trata de una creacin ex nihilo, su eficacia consiste en captar ciertos elementospreexistentes para transformarlos en una vivencia. Esto plantea una pregunta que sera material para otro ensayo, asaber, cules son los elementos que el marketing de Cambiemos identific en el electorado? Un deseo depacificacin contrastante con el caos que dibujaban los medios o el odio de clase? Los valores oficiales de laclase media o su reverso oscuro? Probablemente ambas cosas. De hecho, no es posible no ver que el discursoexplcito de Cambiemos, el que apostaba al dilogo, la alegra y la unidad de todos los argentinos, estaba plagadode gestos, guios, trminos (trapitos, choriplaneros, etc.) que componan su reverso y que estaban dirigidos, comouna contrasea, al reverso de los valores explcitos de la clase media.

    El hecho de que sea la primera vez que un partido abiertamente conservador accede al poder por la va electoralsupone, de ms est decirlo, la reaparicin de ciertos rasgos retrgrados y viscerales, siempre latentes en la clasemedia argentina, que ligan los destinos de grandeza de una nacin pretendidamente europea a la xenofobia y eldesprecio de clase (aquello que he llamado el reverso de los valores). Y sin embargo, esta reemergencia no habrasido posible sin el poder del marketing poltico, que identific y reuni estos elementos creando una vivenciasubjetiva plena, intensa e inapelable. Pero, finalmente, el marketing poltico slo cuenta con ese poder omnmodocuando el sujeto poltico est subsumido en el sujeto de consumo.

    Esta subsuncin produce una inquietante cantidad de votos lbiles que cambian de producto segn la necesidaddel momento, lo cual puede ser fcilmente argumentado si recordamos que hace slo cuatro aos CristinaFernndez de Kirchner gan la eleccin presidencial en primera vuelta con el 54 por ciento de los votos. Con locual, es evidente que una significativa porcin de ese electorado vot a Macri en el ltimo ballotage. Ms an,segn todas las encuestas, casi la mitad de aquellos que haban votado al FIT en la primera vuelta lo hicieron porla alianza Cambiemos en la segunda.

    Semejante mutacin no podra ser explicada por una nocin simplista de despolitizacin, entendida como laausencia de recursos intelectuales especficos que permitan un anlisis, lo cual, adems, trazara como nica vade salida posible aquello que ha sido llamado concientizacin, a saber, la transmisin didctica de contenidos queproducen una suerte de despertar auspiciado por un conocimiento de que antes se careca.

    La clsica escuelita de formacin, dudosamente fecunda para formar cuadros polticos, en ningn caso tienesentido cuando se trata de poltica de masas. Y en cuanto a la utilizacin de recursos del marketing, no creo quesea a priori desdeable a condicin de plantear algunas reservas: ante todo, si aceptamos la hiptesis de que elmarketing slo es verdaderamente eficaz cuando el sujeto poltico est subsumido en el sujeto de consumo, suutilizacin por parte de las organizaciones del campo popular slo podra justificarse en coyunturas electoralesluego, que en la guerra de enunciados diseados por el marketing no es posible competir con un partido concebidosegn una lgica empresarial, durante las semanas previas al ballottage, ha sido verdaderamente eficaz la adicin

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    de enunciados al ya saturado espacio pblico?

    Ms profundamente, pienso que las ideas de concientizacin y de politizacin cargan con un lastre terico preadode consecuencias prcticas. Ambas tienen como trasfondo la lgica binaria oscuridad-iluminacin, ambas suponenuna pedagoga vertical que permitira pasar de la primera a la segunda para poder ver lo que antes estaba velado,pedagoga a la que no suele serle ajena una cierta jactancia del saber.

    La poltica no es transmisible sino como praxis, con lo cual la nica respuesta polticamente viable alindividualismo neoliberal sigue siendo la multiplicacin de experiencias de fusin de la poltica con la vida, es decir,de militancia (trmino que no por azar fue tan devaluado por el auge del neoliberalismo en los aos 90 y es tan

    cuestionado en la actualidad). Para ello, ante todo, es imprescindible recusar una nocin de militancia comoprctica especializada y seguir avanzando en una concepcin reticular ms ligada a la gestin de la vida cotidianaen el seno de prcticas colectivas transformadoras de la realidad.

    La militancia comienza all donde el sujeto se siente concernido y constreido por algo que trasciende los interesesinmediatos del yo. Dicho de otro modo, el gesto tico que funda las diversas prcticas militantes como praxissubjetivantes es una renuncia narcisista que rompe la clausura que define al sujeto de consumo. Renuncianarcisista no es abnegacin ni resignacin del placer en nombre de un imperativo altruista sino, msmodestamente, la limitacin del propio narcisismo correlativa del reconocimiento del otro, como sola decir SilviaBleichmar. Es cierto, la militancia suele ser la ocasin de una emergencia de modalidades bien especficas declausura narcisista y de aplastamiento de la alteridad. Pero esto (que ameritara un anlisis aparte) es unadegradacin de la militancia abonada por su concepcin como prctica de especialista, cuyo efecto imaginarioinevitable es una ontologizacin del Ser Militante en que la afirmacin identitaria se inclina con facilidad hacia la

    petulancia del concientizador/politizador, del predicador que carga con un saber del que los dems carecen. Por ellocreo necesario insistir en una concepcin de militancia como fusin de la poltica con la vida, nocin que ampla enmucho aquello que clsicamente es considerado como tal.

    Como encarnadura de la poltica en el cuerpo, la militancia sita al sujeto en el meollo del acontecimiento poltico.Pero la capacidad de incorporar los acontecimientos a la propia experiencia ergo, de transformar lo real no es sinel encuentro con otros, sin ese tiempo de elaboracin que se va articulando en el seno de las ritualidadescolectivas. La poltica, la historia y la memoria se constituyen en la inevitable tensin entre lo singular y locolectivo, comprometen al sujeto como tal y al mismo tiempo lo exceden.

    Indudablemente uno de los mritos ms significativos del kirchnerismo ha sido la masificacin y la diseminacin dela militancia como eje mayor de una apuesta a la instalacin de una subjetividad histrica que tenga la potencia decorroer la cultura neoliberal, en la cual la poltica se halla subsumida en las prcticas individuales de consumo.

    En el futuro prximo, la imposicin de un programa neoliberal tendr dos obstculos. En primer lugar, la labilidad delvoto modulado por el marketing poltico fundamental en el triunfo electoral de Cambiemos siempre presto adevenir oposicin en cuanto las decisiones polticas del nuevo gobierno perturben su bienestar individual. Ensegundo lugar, la potencia de la militancia cuya conmovedora capacidad de expansin, movilizacin y organizacinen la diversidad se ha hecho evidente durante la campaa del ballotage y en estas primeras semanas del gobiernode Macri.

    * Psicoanalista. Director de la Maestra en Clnica Psicoanaltica con Nios (UNR).

    Notas

    1Orwell, G., 1984, Editorial Planeta (Booket), Buenos Aires, 2011, p 41.

    2 Op. Cit., p 42/43.

    3Benjamin, W., Sobre algunos temas en Baudelaire, en Ensayos escogidos, El cuenco de plata, Buenos Aires,2010, p 11.

    4 Escribe Julin Gallo en este artculo: Mauricio Macri es hoy uno de los tres medios digitales ms importantes dela Argentina. De acuerdo con el grado de interacciones de su pgina en Facebook es, sin duda, el ms popular. Enla categora poltica est entre los ms destacados del mundo, superando en las ltimas semanas el nmero deinteracciones semanales de Barack Obama, Angela Merkel y Dilma Rousseff. Algunos nmeros. Desde la nochedel 25 de octubre hasta el 1 de noviembre, Macri alcanz con sus posts en Facebook a ms de 23 millones depersonas. En esa semana, por ejemplo, slo el post que Macri hizo dedicado al periodista Diego Brancatelli alcanz

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    a ms de cinco millones de personas y tuvo 175.028 Me gusta. El da anterior, el post de agradecimiento a loselectores obtuvo el record de 11 millones de personas y 708.306 Me gusta, algo as como tres veces ms que elpost con ms Me gusta de toda la historia de The New York Times en Facebook.

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    NOTAS PARA PENSAR LA DERROTA E IMAGINAR LA RESISTENCIA

    Pablo Daniel Vain

    "La imaginacin al poder" fue la frase con la cual los estudiantes franceses, durante la famosarevuelta de Mayo del 68, llenaron las paredes de Paris. Habiendo pasado el tiempo y cambiado lascircunstancias, sigue teniendo validez la idea de pensar la relacin entre imaginacin y poder.

    En uno de los primeros artculos que publiqu en este Foro sealaba que creo que nos debemos, alinterior del campo nacional y popular, un debate acerca de las cuestiones que sirvan para

    comprender, por qu en la Argentina hemos vuelto al neoliberalismo, esta vez de un modo inusitado.Porque antes, las polticas que sostuvieron la dependencia vinieron de los golpes militares o -enalgunos casos- cooptando movimientos populares, como en el caso de Menem.

    Cules fueron las causas de la derrota electoral? Tambin en ese artculo mencionaba: Losprincipales motivos fueron externos al accionar del gobierno y al proyecto nacional y popular comofuerza poltica? Esto es: la presin invisible de Estados Unidos contra los gobiernos populares de

    Amrica Latina? Las acciones de los grupos reconcentrados del poder econmico (multinacionales,capitalistas agro-exportadores (el campo), etc.? Los poderes fcticos? Los interes es de los

    poderosos grupos mediticos (Clarn, La Nacin)? Los amantes de las dictaduras y defensores delos que perpetraron crmenes de lesa humanidad (militares, civiles, grupos econmicos y mediticos,etc.)?

    O las causas del fracaso electoral fueron internas? Errores del gobierno? Equivocaciones en laimplementacin de ciertas polticas pblicas? Estrategias de comunicacin de las accionesgubernamentales equivocadas o poco eficaces? Falencias en la organizacin poltica del proyecto

    nacional y popular? El modo en que se trabaj (o no) la sucesin de Cristina?

    Los motivos externos existen y existieron, y ello nos lleva -en parte- a otros interrogantes como: es

    posible la existencia de gobiernos populistas en Amrica Latina? (y aqu utilizar el significado queotorgaba Laclau al concepto de populismo). Cul es el margen de un estado de bienestar y

    polticas neokeynesianas, en un pas dependiente, frente al desarrollo de un capitalismo salvaje, anivel mundial? Caracterizo al populismo kirchnerista como un proyecto de recrear el estado debienestar, a partir de polticas neokeynesianas. Recordemos que en 2008, Nstor Kirchner defini

    como "keynesiano y heterodoxo" al rumbo de la poltica econmica de su gobierno. Y que AxelKicillof es el autor del libro Volver a Keynes. La cuestin, reitero, es cul es la viabilidad de unestado de bienestar en este siglo XXI de fuertes retracciones econmicas y crisis de l capitalismo?

    Tambin estn los poderes fcticos que operan al interior del pas, que en la mayora de los casosse alinean con las polticas del imperio (en el sentido que le otorgan al trmino imperio Michael Hardty Toni Negri). En nuestro caso son los monopolios mediticos (Clarn et al), los beneficiarios del

    modelo agroexportador (el campo), los que se enriquecen con la especulacin financiera, etc. Peroel anlisis de los factores externos quedara incompleto (como si la completud fuera posible), si no

    tuviramos en cuenta los procesos de subjetivacin social presentes en la Argentina y la sociedadcontempornea.La psicoanalista Silvia Bleichmar sealaba que la produccin de subjetividad no es un tema

    psicoanaltico, sino sociolgico. La produccin de subjetividad -para esta autora- se refiere al modomediante el cual las sociedades determinan las formas con la que se constituyen sujetos plausiblesde integrarse a sistemas que le otorgan un lugar. Consideraba la produccin subjetiva como

    procesos constituyentes e instituyentes, en tanto hace a un conjunto de elementos que van aproducir un sujeto histrico, socialmente definido.

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    Es bien interesante, para seguir pensando la derrota del proyecto nacional y popular, el artculo del

    tambin psicoanalista Jaime Fernndez Miranda publicado en Pgina 12. En ese texto, el autorpuntualiza El hecho de que sea la primera vez que un partido abiertamente conservador accede al

    poder por la va electoral supone, de ms est decirlo, la reaparicin de ciertos rasgos retrgrados yviscerales, siempre latentes en la clase media argentina, que ligan los destinos de grandeza de unanacin pretendidamente europea a la xenofobia y el desprecio de clase (aquello que he llamado el

    reverso de los valores). Y sin embargo, esta reemergencia no habra sido posible sin el poder de lmarketing poltico, que identific y reuni estos elementos creando una vivencia subjetiva plena,intensa e inapelable. Pero, finalmente, e l marketing poltico s lo cuenta con ese poder omnmodo

    cuando el sujeto poltico est subsumido en el sujeto de consumo.A qu se refiere FernndezMiranda cuando habla de sujeto de consumo? Podramos pensar que ese sujeto de consumo esproducto de los procesos de subjetivacin que se generan en el neoliberalismo. El neoliberalismo

    necesita para funcionar, sujetos que persigan alcanzar (material o simblicamente) altos niveles deconsumo; y por lo tanto no perciban las relaciones sociales en trminos de proyectos colectivos, sinode salvataje individual. Todo lo contrario al sujeto enunciado desde el imaginario sintetizado en la

    consigna La patria es el otro.Hace unos das conversaba con un amigo kirchnerista sobre la desazn y la angustia que nos

    produca ver como queridos amigos y familiares, otrora comprometidos con las causas populares, laverdad y la justicia, quedaban atrapados en discurso macrista del cambio. Fernndez Miranda,pensando en el modo de construccin de ese tipo de subjetividad plantea mientras que la

    operacin de prensa es una tentativa -en muchos casos exitosa- de manipular el pensamiento, ladiscursividad massmeditica aniquila la capacidad de pensar. Ciertamente los enunciados de laprensa corporativa moldean la vivencia de los individuos, pero para que ello sea posible es menester

    un sujeto arrasado en su capacidad de construir su propia experiencia. Entonces ese sujeto deconsumo, es un sujeto arrasado en su capacidad de construir su propia experiencia. Y est en lasantpodas de un sujeto que puede pensar su experiencia en el marco de lo colectivo. Algo as, como

    el viejo apotegma peronista "Nadie se realiza en una Comunidad que no se realizaPor eso uno de los mritos ms significativos del kirchnerismo -marca Fernndez Miranda- ha sido

    la masificacin y la diseminacin de la militancia como eje mayor de una apuesta a la instalacin deuna subjetividad histrica que tenga la potencia de corroer la cultura neoliberal, en la cual la polticase halla subsumida en las prcticas individuales de consumo.

    Clara y bellamente esto describe Daniela Bambill, una militante peronista que escribi una cartaabierta a Cristina Fernndez y que se viraliz. All dice: Fjese que no, soy una enamorada de lajuventud militante, me parece que uno de los logros ms maravillosos de nuestro proyecto poltico es

    haber logrado reconquistar el corazn de la juventud para la causa ms noble, como me ense miviejoLas columnas de alegra y cnticos, las fotos de los pibes amando a la Patria a travs de la accin

    militante concreta, los patios militantes y esas caras frescas escuchando horas han sido un motor enmomentos de quiebre, crame.

    Es este sentido de la poltica como construccin colectiva, se hace indispensable reflexionar sobre laderrota, mirando hacia adentro del movimiento nacional y popular, encarnado por el kirchnerismo.

    Una primera nota para ello, se relaciona con el llamado liderazgo. "Quera decirles compatriotas -deca Cristina en 9 de diciembre- que cada uno de ustedes tiene un dirigente adentro y que cuandocada uno de ustedes, cada uno de los 42 millones de argentinos, sienta que aquellos en los que

    confi y deposit su voto lo traicionaron, que tome su destino y sepa que es el constructor de sudestino. Esto es lo ms importante que he dado al pueblo argentino, el empoderamiento de las

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    libertades, los derechos, gracias por tanta felicidad, tanta alegra tanto amor." Afirmacin que sin

    duda comparto, pero que entraa cierta contradiccin. Porque si empoderarse significa hacersedueo de la propia historia, nada ni nadie puede darnos el empoderamiento

    En un texto anterior, subido a este Foro, seal que los que venimos del peronismo, recordamosestas palabras de Pern: Hay que recordar que mientras los movimientos gregarios mueren con suinventor, los movimientos institucionales siguen viviendo aun cuando desaparezcan todos los que lo

    han erigido. Porque el hombre no vence al tiempo, la organizacin es lo nico que puedevencerlo.Y sin embargo, fue el propio Pern el primero en sostener, hasta su muerte, su papelcomo inventor y nico conductor. Nstor y Cristina, tambin quedaron atrapados en esta lgica de

    los lderes providenciales?La idea de lderes providenciales que guiarn hacia un futuro mejor a los pueblos o las sociedades,adviene de una concepcin puramente religiosa que emana del "Mesianismo" Judeo-Cristiano,

    segn el cual el cambio de un estado del desarrollo de una sociedad ser originado por la llegada deun "mesas" o hroe, al que corresponde el establecimiento de un nuevo periodo que, superando lasdificultades del anterior, conducir al pueblo a una situacin mejor y casi utpica. Y en esto, hasta

    los procesos polticos fuertemente ateos y/o agnsticos como la revolucin rusa o la revolucinchina, se han revestido de mesianismo. Y entre nosotros, habitan o habitaron hroes mticos como

    Pern, Evita, Nstor y Cristina.En otros casos, la historia nos muestra que a estos lderes se han sumado o han sido reemplazadospor vanguardias esclarecidas. Un ejemplo claro de esta concepcin, es la idea de partido leninista.

    El partido poltico puede agrupar tan slo a una minora de la clase -deca Lenin- puesto que losobreros verdaderamente conscientes en toda sociedad capitalista no constituyen sino una minorade todos los obreros. Por eso nos vemos precisados a reconocer que slo esta minora consciente

    puede dirigir a las grandes masas obreras y llevarlas tras de s. Es decir, los pueblos necesitan deun grupo de iluminados que piensen por ellos y los guen hacia la construccin de una nuevasociedad. En los setenta hemos visto florecer en el campo popular, una serie de organizaciones que

    se pensaban a s mismas como vanguardias esclarecidas.Pero tanto la idea de lderes providenciales como la de vanguardias esclarecidas conllevan el peligro

    de reducir al pueblo (trmino venido a menos en el neoliberalismo) a un simple ejecutor y/obeneficiario, mutilando su capacidad de construir una sociedad verdaderamente democrtica yparticipativa.

    En estos marcos, el proceso de estos ltimos 12 aos de kirchnerismo estuvo signado por lapresencia de dos potentes lderes providenciales como Nstor y Cristina, que actuandofundamentalmente desde el gobierno del estado, fueron generando los cambios orientados a la

    construccin de una sociedad ms justa.

    Una segunda nota proviene de esta pregunta: es lo mismo e l gobierno que el poder? Tener a cargo

    el gobierno en democracias dbiles como la nuestra, muy lejos est de la construccin de un poderpara la transformacin social. Usamos aqu el concepto de democracias dbiles, en el sentido de

    organizaciones que discursivamente se enuncian como democrticas, pe ro que en su d inmicacotidiana y sus modos de operar, contienen fuertes sesgos de polticas autor