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Marzo 6 del año 2016 - año 14 - N° 727 IV DOMINGO DE CUARESMA - CICLO C Dirección y Diseño: Área de Comunicación Social - Litodiocesana Calle 20 N° 7-40 Tel: 3387622 - 23 - 3387626 Curia Episcopal Pereira Reflexión “Los Medios al Servicio del Evangelio” P ara no pocos, Dios es cualquier cosa menos alguien capaz de poner alegría en su vida. Pensar en él les trae malos recuerdos: en su interior se despierta la idea de un ser amenazador y exigente, que hace la vida más fastidiosa, incómoda y peligrosa. Poco a poco han prescindido de él. La fe ha quedado "reprimida" en su interior. Hoy no saben si creen o no creen. Se han quedado sin caminos hacia Dios. Algunos recuerdan todavía "la parábola del hijo pródigo", pero nunca la han escuchado en su corazón. El verdadero protagonista de esa parábola es el padre. Por dos veces repite el mismo grito de alegría: "Este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y lo hemos encontrado". Este grito revela lo que hay en su corazón de padre. A este padre no le preocupa su honor, sus intereses, ni el trato que le dan sus hijos. No emplea nunca un lenguaje moral. Solo piensa en la vida de su hijo: que no quede destruido, que no siga muerto, que no viva perdido sin conocer la alegría de la vida. El relato describe con todo detalle el encuentro sorprendente del padre con el hijo que abandonó el hogar. Estando todavía lejos, el padre "lo vio" venir hambriento y humillado, y "se conmovió" hasta las entrañas. Esta mirada buena, llena de bondad y compasión es la que nos salva. Solo Dios nos mira así. Enseguida "echa a correr". No es el hijo quien vuelve a casa. Es el padre el que sale corriendo y busca el abrazo con más ardor que su mismo hijo. "Se le echó al cuello y se puso a besarlo". Así está siempre Dios. Corriendo con los brazos abiertos hacia quienes vuelven a él. El hijo comienza su confesión: la ha preparado largamente en su interior. El padre le interrumpe para ahorrarle más humillaciones. No le impone castigo alguno, no le exige ningún rito de expiación; no le pone condición alguna para acogerlo en casa. Sólo Dios acoge y protege así a los pecadores. El padre solo piensa en la dignidad de su hijo. Hay que actuar de prisa. Manda traer el mejor vestido, el anillo de hijo y las sandalias para entrar en casa. Así será recibido en un banquete que se celebra en su honor. El hijo ha de conocer junto a su padre la vida digna y dichosa que no ha podido disfrutar lejos de él. Quien oiga esta parábola desde fuera, no entenderá nada. Seguirá caminando por la vida sin Dios. Quien la escuche en su corazón, tal vez llorará de alegría y agradecimiento. Sentirá por vez primera que en el misterio último de la vida hay Alguien que nos acoge y nos perdona porque solo quiere nuestra alegría.

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Marzo 6 del año 2016 - año 14 - N° 727 IV DOMINGO DE CUARESMA - CICLO C

Dirección y Diseño: Área de Comunicación Social - Litodiocesana Calle 20 N° 7-40 Tel: 3387622 - 23 - 3387626 Curia Episcopal Pereira

Reflexión

“Los Medios al Servicio

del Evangelio”

Para no pocos, Dios es cualquier cosa menos alguien capaz de poner alegría en su vida. Pensar en él les

trae malos recuerdos: en su interior se despierta la idea de un ser amenazador y exigente, que hace la vida más fastidiosa, incómoda y peligrosa.Poco a poco han prescindido de él. La fe ha quedado "reprimida" en su interior. Hoy no saben si creen o no creen. Se han quedado

sin caminos hacia Dios. Algunos recuerdan todavía "la parábola del hijo pródigo", pero nunca la han escuchado en su corazón.El verdadero protagonista de esa parábola es el padre. Por dos veces repite el mismo grito de alegría: "Este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y lo hemos encontrado". Este grito revela lo que hay en su corazón de padre. A este padre no le preocupa su honor, sus intereses, ni el trato que le dan sus hijos. No emplea nunca un lenguaje moral. Solo piensa en la vida de su hijo: que no quede destruido, que no siga muerto, que no viva perdido sin conocer la alegría de la vida.El relato describe con todo detalle el encuentro sorprendente del padre con el hijo que abandonó el hogar. Estando todavía lejos, el padre "lo vio" venir hambriento y humillado, y "se conmovió" hasta las entrañas. Esta mirada buena, llena de bondad y compasión es la que nos salva. Solo Dios nos mira así. Enseguida "echa a correr". No es el hijo quien vuelve a casa. Es el padre el que sale corriendo y busca el abrazo con más ardor que su mismo hijo. "Se le echó al cuello y se puso a besarlo". Así está siempre Dios. Corriendo con los brazos abiertos hacia quienes vuelven a él.El hijo comienza su confesión: la ha preparado largamente en su interior. El padre le interrumpe para ahorrarle más humillaciones. No le impone castigo alguno, no le exige ningún rito de expiación; no le pone condición alguna para acogerlo en casa. Sólo Dios acoge y protege así a los pecadores.El padre solo piensa en la dignidad de su hijo. Hay que actuar de prisa. Manda traer el mejor vestido, el anillo de hijo y las sandalias para entrar en casa. Así será recibido en un banquete que se celebra en su honor. El hijo ha de conocer junto a su padre la vida digna y dichosa que no ha podido disfrutar lejos de él.Quien oiga esta parábola desde fuera, no entenderá nada. Seguirá caminando por la vida sin Dios. Quien la escuche en su corazón, tal vez llorará de alegría y agradecimiento. Sentirá por vez primera que en el misterio último de la vida hay Alguien que nos acoge y nos perdona porque solo quiere nuestra alegría.

Hermanos, con la alegría propia de este cuarto domingo de Cuaresma llamado por la Iglesia “Laetare”, que significa día de la alegría por la proximidad de la Pascua, y en con tex to de e s t e Año de l a Misericordia, dispongámonos a escuchar de manera personal la invitación a volver a la casa paterna y vivir como hermanos la fiesta de la reconciliación, que el mismo Dios Padre nos ha preparado en su hijo Jesucristo.

No se dice Gloria.

Señor, que reconcilias contigo a los hombres por tu Palabra hecha carne, haz que el pueblo cristiano se apresure, con fe viva y entrega generosa, a celebrar las próximas fiestas pascuales.

Por Nuestro Señor Jesucristo…

En aquellos días, el Señor dijo a Josué: «Hoy os he despojado del oprobio de Egipto.» Los israelitas acamparon en Guilgal y celebraron la Pascua al atardecer del día catorce del mes, en la estepa de Jericó. El día siguiente a la Pascua, ese mismo día, comieron del fruto de la tierra: panes ázimos y espigas fritas. Cuando comenzaron a comer del fruto de la tierra, cesó el maná. Los israelitas ya no tuvieron maná, sino que aquel año comieron de la cosecha de la tierra de Canaán.

Lector: Palabra de Dios.Todos: Te alabamos, Señor.

NuestraEucaristía Ciclo “C”

2 Oración Colecta

4 Salmo Responsorial

1 Monición de Entrada

IV DOMINGO DE CUARESMA

Del Salmo 33

Salmista: Gustad y ved qué bueno es el Señor

Todos: GUSTAD Y VED QUÉ BUENO ES EL SEÑOR

* Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.

* Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre. Yo consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias. R/.

* Contempladlo, y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias. R/.

El que es de Cristo es una criatura nueva. Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado. Todo esto viene de Dios, que por medio de Cristo nos reconcilió consigo y nos encargó el ministerio de la reconciliación. Es decir, Dios mismo estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, sin pedirle cuentas de sus pecados, y a nosotros nos ha confiado la palabra de la reconciliación. Por eso, nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo os exhortara por nuestro medio. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios. Al que no había pecado Dios lo hizo expiación por nuestro pecado, para que nosotros, unidos a él, recibamos la justificación de Dios.

Lector: Palabra de Dios. Todos: Te alabamos, Señor.

Lector: Me pondré en camino adonde está mi padre y le diré: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti”

Canto al Evangelio6

3 Primera Lectura

DEL LIBRO DE JOSUÉ(5,9A.10-12):

Segunda Lectura5DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS CORINTIOS(5,17-21)

En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharle. Y los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos: «Ése acoge a los pecadores y come con ellos.» Jesús les dijo esta parábola: «Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: "Padre, dame la parte que me toca de la fortuna." El padre les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, emigró a un país lejano, y allí derrochó su for tuna viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad. Fue entonces y tanto le insistió a un habitante de aquel país que lo mandó a sus campos a guardar cerdos. Le entraban ganas de llenarse el estómago de las algarrobas que comían los cerdos; y nadie le daba de comer. Recapacitando entonces, se dijo: "Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros." Se puso en camino a donde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió; y, echando a correr, se le echó al cuello y se puso a besarlo. Su hijo le dijo: "Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo." Pero el padre dijo a sus criados: "Sacad en seguida el mejor traje y vestidlo; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y matadlo; celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado." Y empezaron el banquete. Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y el baile, y llamando a uno de los mozos, le

Oración de los fieles8

preguntó qué pasaba. Éste le contestó: "Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha matado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud." Él se indignó y se negaba a entrar; pero su padre salió e intentaba persuadirlo. Y él replicó a su padre: "Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mi nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; y cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado." El padre le dijo: "Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo: deberías alegrarte, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado."»

Lector: Palabra del Señor. Todos: Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

Celebrante: Elevemos nuestra súplica a Dios Padre que nos trata con mise r icord ia y sabe nues t ras necesidades, y digámosle confiados:

Todos: Te rogamos, óyenos.

1. Por la Iglesia, llamada a ser instrumento de salvación y de concordia entre los pueblos, para que durante la celebración del Año jubilar se comprometa aún más en el anuncio de la misericordia.

2. Por los gobernantes de las naciones, encargados de regir el progreso y el bienestar de los pueblos, para que no escatimen esfuerzos en la búsqueda de la paz y la justicia.

3. Por quienes causan grandes males a la sociedad, para que crezca en ellos el deseo de la conversión y busquen acogerse a la misericordia y perdón de Dios.

4. Por todos los que participamos en e s t a c e l e b r a c i ó n , p a r a q u e alimentados con la Palabra y la Eucaristía progresemos en la santidad y crezcamos en la conciencia de ser hijos amados de Dios.

7 Evangelio

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS (15,1-3.11-32):

9 Oración sobre las Ofrendas

10Oración post-comunión

“Proteja su núcleo familiar con la tarifa más económica de la ciudad, desde $1.500 pesos por persona”

/DiocesisPereira

www.diocesisdepereira.org.co

@DiocesisPeiEscúchanos en vivo Ahora en TuneinRadio

www.radiocatolicapereira.org

Oficina Administrativas, ventas y salas de velación:

Av. 30 de Agosto No. 46-173 - Tel: 334 3072Somos dueños del Cementerio San Camilo,

Campo santo Prados de Paz y Hornos Crematorios

Celebrante: Dios Padre, lleno de amor y de misericordia, escucha nuestra súplica confiada, y aviva en nosotros el deseo de agradarte cada vez más

Por Jesucristo, Nuestro Señor...

Amén

A l o f r e c e r t e , S e ñ o r , e n l a c e l eb rac ión gozosa de e s t e domingo, los dones que nos traen la salvación, te rogamos nos ayudes a celebrar estos santos misterios con fe verdadera y saber ofrecértelos por la salvación del mundo.

Por Jesucristo, Nuestro Señor….

Amén.

Señor Dios, luz que alumbras a todo hombre que viene a este mundo, ilumina nuestro espíritu con la claridad de tu gracia, para que

nuestros pensamientos sean dignos de ti y aprendamos a amarte de todo corazón.

Por Jesucristo, Nuestro Señor…

Amén.

Liturgia de Las Horas: Salterio: semana IV / Morado

Lunes: Is 65, 17-21 / Sal 30(29) / Jn 4, 43-54Martes: Ez 47, 1-9. 12 / Sal 46(45) / Jn 5, 1-3a. 5-16Miércoles: Is 49, 8-15 / Sal 145(144) / Jn 5, 17-30Jueves: É x 3 2 , 7 - 1 4 / S a l 106(105) / Jn 5, 31-47Viernes: Sb 2, 1a. 12-22 / Sal 34(33) / Jn 7, 1-2. 10. 25-30 o Jn 19, 17-24Sábado: Jr 11, 18-20 / Sal 7 / Jn 7, 40-53

Esta semana celebramos:

Lunes: S a n t a s P e r p e t u a y Felicidad, mártiresMartes: San Juan de D ios , religiosoMiércoles: Santa Francisca Romana, religiosa