firket mt (adelanto 1) - marcelo miceli

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FIRKET MISION TROPICAL – marcelo miceli editorial nudista 2015 Ejercicios respiratorios Firket da un paseo por Plaza Naranjo, con sus quinces palmeras y su fuente sin agua. La bandera se enredó al mástil por el viento. Las palomas son gordas y tontas, y los turistas (franceses y americanos en zapatillas) les sacan fotos. A la casa de gobierno la llaman El Palacio: un caserón que en tiempos mejores fue británico, con tres balcones al frente y cinco columnas dóricas, de las que parece sobrar una. Un par de guardias con medias escolares vigilan el ingreso de empleados y funcionarios. La Casa de la Moneda se encuentra en la otra punta de la plaza y la Catedral, entre los dos. En la esquina hay un café llamado Elby. Esto es todo. Empleados municipales cortan el pasto y revitalizan los canteros de la plaza. El sol anticipa su calor. Firket se sienta bajo la sombra de una de las palmeras bajas, semejantes a ananás enterrados. Desdobla el plano de la ciudad que le facilitó el conserje locuaz del hotel. A sesenta kilómetros se encuentra la selva beliheña: fuente de conflicto por la creciente tala de árboles. Las pasteras instaladas junto al lago son de capital holandés. Rosales se opone a la devastación, dicen, solo para ganar votos progresistas. Pregunta a un empleado por la calle de las putas, ausente en el mapa. Ahí extiende el tijerón bajo su nariz y señala hacia El Palacio.

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un adelanto de la novela FIRKET MISION TROPICAL, de Marcelo Miceli. muy pronto en editorial nudista.

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  • FIRKET MISION TROPICAL marcelo miceli editorial nudista 2015

    Ejercicios respiratorios

    Firket da un paseo por Plaza Naranjo, con sus quinces palmeras

    y su fuente sin agua. La bandera se enred al mstil por el

    viento. Las palomas son gordas y tontas, y los turistas

    (franceses y americanos en zapatillas) les sacan fotos.

    A la casa de gobierno la llaman El Palacio: un casern que

    en tiempos mejores fue britnico, con tres balcones al frente y

    cinco columnas dricas, de las que parece sobrar una. Un par de

    guardias con medias escolares vigilan el ingreso de empleados y

    funcionarios.

    La Casa de la Moneda se encuentra en la otra punta de la

    plaza y la Catedral, entre los dos. En la esquina hay un caf

    llamado Elby. Esto es todo. Empleados municipales cortan el

    pasto y revitalizan los canteros de la plaza.

    El sol anticipa su calor. Firket se sienta bajo la sombra de

    una de las palmeras bajas, semejantes a anans enterrados.

    Desdobla el plano de la ciudad que le facilit el conserje locuaz

    del hotel.

    A sesenta kilmetros se encuentra la selva belihea: fuente

    de conflicto por la creciente tala de rboles. Las pasteras

    instaladas junto al lago son de capital holands. Rosales se

    opone a la devastacin, dicen, solo para ganar votos

    progresistas.

    Pregunta a un empleado por la calle de las putas, ausente

    en el mapa.

    Ah extiende el tijern bajo su nariz y seala hacia El

    Palacio.