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¿POR QUÉ LEEMOS? ARTE EN CONTRA DE LA DEPRESIÓN GLAMOURED JOSÉ BERGAMÍN 20 NOVELAS QUE HAY QUE LEER ANTES DE MORIR POESÍA JOSÉ BERGAMÍN COMO QUIEN OYE LLOVER

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Número cincuenta y seis del suplemento cultural Findesemana, hoy le presentamos una compilación de las diez novelas fuera de América Latina y las diez novelas de América Latina que hay que leer antes de morir según algunos especialistas. Una nueva terapia en contra de la depresión utiliza el arte en un museo de España, una veta que es explorada desde hace años. Por qué leemos, es una pregunta interesante con muchas respuestas, cual más personal. Cassandra Wilson es, si no la mejor, una de las tres mejores voces del jazz actual, hay que escucharla. En la poesía tenemos al español José Bergamín, poeta de altos vuelos líricos. Que lo disfruten.

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¿POR QUÉ LEEMOS?

ARTE EN CONTRA DE LA DEPRESIÓN

GLAMOURED JOSÉ BERGAMÍN

20 NOVELAS QUE HAY QUE

LEER ANTES DE MORIR

POESÍA JOSÉ BERGAMÍNCOMO QUIEN OYE

LLOVER

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CONTENIDO

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Partimos del hecho irrebatible de que toda antología, selección o lista es arbitraria, depende de quién la hace, de quién la manda hacer, sin embargo, en cuanto a las...

El año del 2010, en septiembre, el departamento de acción social del Museo de Arte Contemporáneo Gas Natural de ACoruña en España, echó a andar el programa...

Especialistas de la conducta humana, metodólogos, pedagogos, investigadores, a lo largo de la historia de la literatura se han preguntado por qué leen los seres...

La cantante de jazz Cassandra Wilson nació en Jackson, Virgina, Estados Unidos, en 1955, a los siete años inició estudios de guitarra y piano, antes de los veinte años de...

Como quien oye lloverTe pido que oigas mis versos:Con atención tan profunda Como se escucha el silencio.Como se escucha a los árbolesCuando los menea el viento...

Por Víctor Arellano

Número cincuenta y seis del suplemento cultural Findesemana, hoy le presentamos una compilación de las diez novelas fuera de América Latina y las diez novelas de América Latina que hay que leer antes de morir según algunos especialistas. Una nueva terapia en contra de la depresión utiliza el arte en un museo de España, una veta que es explorada desde hace años. Por qué leemos, es una pregunta interesante con muchas respuestas, cual más personal. Cassandra Wilson es, si no la mejor, una de las tres mejores voces del jazz actual, hay que escucharla. En la poesía tenemos al español José Bergamín, poeta de altos vuelos líricos. Que lo disfruten.

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20 NOVELAS QUE HAY QUE LEER ANTES DE MORIRPartimos del hecho irrebatible de que toda antología, selección o lista es arbitraria, depende de quién la hace, de quién la manda hacer, sin embargo, en cuanto a las grandes novelas de la historia universal de la Literatura, hay grandes coincidencias entre los mismos escritores, críticos, académicos, editores y lectores, por lo menos no nos costó mucho trabajo presentarle las consideradas las diez mejores novelas de fuera de América Latina y las diez mejores novelas de América Latina de todos los tiempos.

Hay que señalar puntualmente que no está considerado el hecho de mayor número de ventas ni de fama ni de conocimiento por muchas personas, sino estrictamente por calidad artística, por valor literario, así que en primer lugar le presentaremos las diez mejores novelas de

la historia de la Literatura de fuera de América Latina y que usted no puede morir si no las ha leído.

Indiscutiblemente El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra es la novela que durante muchos años, muchos, ha sido considerada la mejor novela de toda la historia. Después de esta primera vienen las complicaciones, así que le presentaremos las otras nueve sin colo-carlas en orden de importancia, nada más enumerándolas. El Ulises del ir-landés James Joyce, En busca del tiempo perdido del francés Marcel Proust. La metamorfosis del checo Franz Kafka. Madame Bovary del francés Gustave Flaubert. Crimen y castigo del ruso Fiodor Dostoyevski. La guerra y la paz y Ana Karenina del ruso León Tolstoy. Los miserables del francés Víctor Hugo y La divina comedia del italiano Dante Aligiheri.

Por supuesto que cada quien puede poner y quitar novelas a esta lista, sin embargo son las que mayor número de especialistas señalaron como las mejores, pero como siempre, en el arte, toda opinión es subjetiva y cada quien lee desde su biografía, así que sobran las razones para elaborar una lista personal válida y valedera.

En cuanto a las novelas escritas en América Latina, hay menos divergen-cias, las obras escogidas fueron señaladas por la mayoría de los encuestados durante muchos años y aún a la fecha no han variado mucho las preferencias. En primer lugar y lejos del resto de las otras nueve, en cuanto a preferencias, está Cien años de soledad del colombiano avecindado en México Gabriel García Márquez, las otras nueve, como en el caso de las arriba señaladas, están arriba o abajo, según sea el que lo menciona, con razones y argumen-tos, así que, igualmente, las mencionaremos sin que esto signifique que ese es su orden de importancia literaria, nada más señalándolas como las más votadas. Rayuela, del argentino Julio Cortazar. Pedro Páramo del mexicano Juan Rulfo. La región más transparente del aire del mexicano Carlos Fuentes. El señor presidente del guatemalteco Miguel Ángel Asturias. La ciudad y los perros del peruano Mario Vargas Llosa. Doña Bárbara del venezolano Rómulo Gallegos. Gran Serton Veredas del brasileño José Guimaraes Rosa. El astil-lero del uruguayo Juan Carlos Onetti y Los pasos perdidos del cubano Alejo Carpentier.

Usted preguntarse porque no está Jorge Luis Borges en esta última lista y la respuesta es sencilla, Borges no escribió novela, pero sin duda es un escri-tor que hay que leer antes de morir. No son todos los que están ni están todos los que son, pero son las obras que mayor número de menciones recibieron, nosotros le proponemos, pero al final, cosa que aplaudimos, usted lee lo que quiere y decide cuál es la mejor novela que ha leído en su vida.

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Arte en contra de la DEPRESIÓN

El año del 2010, en septiembre, el departamento de acción social del Museo de Arte Contemporáneo Gas Natural de ACoruña en España, echó a andar el programa Acompañarte, una experiencia pionera en centros de este tipo para trabajar con personas a quienes la soledad les supone un lastre que les paraliza.

El programa Acompañarte fue ideado, elaborado y puesto en práctica por la sicóloga María Lemos quien sigue siendo la responsable de la iniciativa y comanda a un grupo de terapeutas, artistas, profesores de actividades artistas, psiquiatras y sicólogos.

Tras dos años y medio de trabajo y con 175 usuarios, Acompañarte sigue adelante, trabaja en un museo inaugurado en 1995 y que diez años después dio un giro completo a su vo-cación para convertirse en lo que es hoy: un espacio racionalista de ocho mil metros cuadra-dos, con un acervo de más de seiscientas obras y que el año pasado recibió a unos cuarenta y un mil visitantes. La actual directora, Carmen Fernández Rivera, tuvo algunos problemas de depresión en su juventud, lo cual le animó a apoyar la creación de este programa que trabaja con personas con problemas de depresión, acompañándolas para salir del túnel con un argumento muy sencillo: cada jueves a las cinco de la tarde, tienen una cita de dos horas en el museo para encontrarse con otras personas y trabajar en actividades relacionadas, de cerca o de lejos, con el arte.

Grupos de doce o quince personas durante todo el curso escolar, algunos de los cuales no han estado nunca en un museo o en una exposición, nunca se han planteado si les gusta o no el arte, no importa, es el primer paso para romper el círculo, para obligarse a bañarse, peinarse, arreglarse, salir de casa y acudir a un sitio público a encontrarse con otras per-sonas que sufren lo mismo para reaprender, para relacionarse. Este es el primer paso para romper la espiral de la depresión. El arte como herramienta de inclusión social.

María Lemos, sicóloga responsable de Acompañarte y Jesús Rodríguez, sicólogo de la Seguridad Social de A Coruña, que deriva pacientes a este programa, ayudan a entender qué es lo que hacen: Acompañarte es un programa de apoyo social a través del arte para

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para personas en situación de aislamiento. El concepto de salud incluye no solo la salud física y la mental, sino también la salud social. Porque entre las condiciones objetivas exter-nas que influyen en la calidad de vida y que contribuyen a mejorar el estado sicológico de las personas, destaca el tipo y la calidad de los contactos sociales. Hay personas que pasan ocho o nueve horas al día sin hablar con nadie, personas que no reciben ni una llamada tel-efónica a la semana, así un mes tras otro. El ser humano es un ser social, aquí les hacemos ver que no se puede vivir solo y cuando alguien falta un jueves, le llamamos por teléfono para interesarnos, para saber por qué no ha venido, es impresionante porque se quedan muy sorprendidos de que alguien les extrañe, que alguien se preocupe por ellos.

Ese apoyo social percibido es crucial para que ganen en autoestima y, por tanto, para que desarrollen sus habilidades sociales. El curso no sólo les ayuda a arreglarse y salir de casa, sino que les aporta material para su vida cotidiana, tienen algo que contar. Usan las obras de arte como excusa, como medio, para desarrollar habilidades sociales y muchas piezas de arte contemporáneo son perfectas para trasladar la idea de que no todo es unívoco, de que no hay una sola realidad y que todos podemos reinventarnos. Es un complemento de la intervención clínica; sentirte acompañado ayuda a sentirse mejor, tratamos de que se perciban formando parte de un grupo social, que a partir de estas actividades sean capaces de crear un grupo de relación y se pongan de acuerdo para después del curso tomar un café o se llamen por teléfono. El museo es un espacio normalizador, mucho más que un centro social, un hospital o una consulta clínica.

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¿POR QUÉ LEEMOS?E

specialistas de la conducta humana, metodólogos, pedagogos, investigadores, a lo largo de la historia de la literatura se han preguntado por qué leen los seres humanos novelas, cuentos, dramaturgia, poesía, ensayo literario. Las respues-tas no se han hecho esperar, algunas que van en el mismo sentido, algunas

contrastantes, algunas disparatadas, otras prudentes, cautas, Algunos hablan de di-versión, otros de juego, más allá de placer, otros de conocimiento, lo cierto es que nadie, a la fecha, sabe a ciencia cierta por qué leemos, por qué hemos leído y por qué seguiremos leyendo.

Por supuesto que es muy diferente leer un texto científico a leer una novela, son dos acciones humanas diferentes con diferentes finalidades. En alguna ocasión le preguntaron a un escritor que afirmaba que escribir es otra forma de leer y que prefe-ría leer a escribir, que por qué leía, el escritor contestó: no creo que leer me haga más sabio ni más tonto, leo porque leer me hace más feliz.

A pesar de que los editores, las instituciones educativas, algunos maestros y mu-chos escritores se quejan de la falta de lectores, la verdad es que leer sigue siendo un acto solitario, igual que escribir, nunca sabremos en realidad cuántas personas leen regularmente, nunca tendremos una cifra que corresponda exactamente con la reali-dad de lectores que no pueden vivir sin leer y que siempre tienen un libro a la mano. Ya lo hemos comentado en este espacio, normalmente se manejan cifras emitidas por las cámaras de la industria editorial que corresponden a la venta de libros nuevos, sin tomar en cuenta a la cada vez mayor cantidad de librerías de viejo, sitios de inter-cambio y al gran intercambio de libros que hay entre amigos, conocidos y familiares, en lo que se ha denominado las cadenas democráticas de la cultura y que incluyen también discos y películas.

Se lee por placer, por gusto, por pasión, por curiosidad, para conocer lugares que nunca podremos conocer físicamente, personas, épocas, para pasar el tiempo mien-tras esperamos una consulta médica, un trámite burocrático, para evadirnos unas horas, por costumbre, por afición, por hábito, porque no tenemos otra cosa qué hacer, porque no nos queda de otra, por formación profesional, por encargo, por trabajo. Se lee por muchas razones, mismas por las cuales no se lee.

Muchos lectores compulsivos señalan que empezaron a leer en la infancia porque en su casa había libros y la curiosidad les llevó a abrir un libro y en ese momento quedaron contagiados por esa deliciosa infección que es la lectura. Muchos otros porque en la infancia sufrieron una enfermedad que les llevó a pasar un tiempo en cama y alguien les regaló un libro para pasar la convalecencia, otros por esto y los de más allá por aquello, muchas pasiones lectoras se iniciaron en la infancia, la mayoría, pero también hay casos de grandes lectores que empezaron su pasión en la juventud o adultez por razones extraordinarias como la prisión, los grandes viajes marinos, las enfermedades, las circunstancias anormales.

Dicen los estudiosos de la lectura que la contigüidad, es decir, la presencia de libros en la casa familiar es un factor determinante, es muy difícil que alguien que crece en una casa sin libros adquiera a temprana edad el hábito de la lectura, después está el ejemplo, es posible que hijos de padres lectores adquieran el hábito de la lectura y después está que se descubra a una edad temprana que se tienen cuali-dades naturales para la lectura, condiciones innatas.

Leer es un acto personal, no hay en el mundo dos personas que lean igual, es decir, que lean igual una misma obra literaria, debido a que cada quien lee desde su bio-grafía, desde lo que es, de lo que hace, de lo que piensa. Por esto es que actualmente hay una discusión si la literatura puede enseñarse, a partir de qué parámetros, de qué referentes. Nadie puede decirnos categóricamente que tal obra es tal o cual cosa, significa única y nada más tal cosa, no hay una obra literaria en el mundo que tenga única y nada más una lectura. Dicen algunos estudiosos que a lo más que se puede aspirar es a contagiar la pasión por la literatura, pero enseñarla, significa que nada más tiene una lectura, lo cual es una equivocación. En lo que sí se ponen de acuerdo los investigadores es que una obra literaria está incompleta cuando el escritor la pública, se completa cuando es leída, cuando encuentra un lector.

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GLAMOUREDCassandra Wilson

La cantante de jazz Cassandra Wilson nació en Jackson, Virgina, Esta-dos Unidos, en 1955, a los siete años inició estudios de guitarra y piano, antes de los veinte años de edad era cantante de un grupo que actuaba en fiestas. Una vez que descubre el jazz y que decide cantar

jazz, se muda a Nueva Orleáns, cuna del jazz, pero después de un año des-cubre que no es el mejor lugar para desarrollar una carrera de cantante y se muda nuevamente a Nueva York, donde vive desde 1982.

En 1985 graba su primer disco, Songbook, disco que la impulsa definitiva-mente en el mundo del disco y le consigue presentaciones, grabaciones, con-ciertos y giras, mismas que no han terminado a la fecha, pero que además le han convertido en una de las grande voces del jazz femenino. A la fecha Cas-sandra ha grabado 18 discos, difícil decir cuál es el mejor, todos son de una calidad extraordinaria, porque Cassandra es una buena pianista, lo cual le hace escoger a los mejores instrumentistas para acompañar su voz, además de que su director artístico y el musical le ayudan a escoger los temas en los que su cálida y acariciante voz mejor luce.

Para grabar Glamoured, Cassandra escogió a los guitarristas Fabrizio Scoti y Brandon Ross, a los bajistas Reginald Veal y Calvin Jones, a Gregoire Maret en la harmónica, Jeffrey Haynes en las percusiones, Teri Lynne Carrington en la batería, Herlin Riley en la tabla de lavar y ella en la guitarra acústica. Con su director artístico Bruce Lunndvall decidió que harían versiones en jazz de éxitos del rock, encargaron a Fabrizio Scoti los arreglos y la producción y fueron doce temas los escogidos, un paseo por el jazz bajo el sello clásico de Blue Note apareció en el 2003 este disco maravilloso, para mí el mejor de Cassandra, declaración aventurada si las hay.

La voz de Cassandra es una caricia, pero cuando es necesario, su fraseo adquiere resonancias de grandes felinos y se convierte en un rugido. Dueña de un estilo apacible, melódico y melancólico, la cantante no gusta de can-ciones en las cuales tenga que recurrir a los decibeles, pero hay pasajes en los cuales tiene que hacerlo y lo hace bien, aunque no es su estilo, lo suyo es lo atmosférico, la cadencia, el terciopelo, un jazz nocturno propio para fiestas para dos personas, fiestas rociadas con vino y alumbradas por rosas.

La voz de Cassandra es única, quizá, forzando un tanto la situación, se le puede encontrar similitudes con Betty Carter, pero similitudes lejanas, no hay, al momento, una cantante como Cassandra en el panorama del jazz. Es inconfundiblemente afroestadounidense, eso sí, ese toque de negritud es notable desde la primera nota, pero el timbre, la textura y la tesitura no se parecen a ninguna otra voz y vaya que en el jazz hay voces femeninas sobre-salientes, al lado de las cuales está ya Cassandra Wilson con sus grabaciones y conciertos por todo el mundo. Glamoured es, considero, el mejor disco para descubrir a esta cantante o para reafirmar el gusto por una de las grandes y ya inmortales.

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Como quien oye llover

Como quien oye lloverTe pido que oigas mis versos:Con atención tan profunda Como se escucha el silencio.Como se escucha a los árbolesCuando los menea el viento, Y caer, como hojas secas, Las horas muertas del tiempo.Como el crepitar sonoroDe las llamas en el fuego,Y en los cielos el calladoArder de los astros muertos.

JOSÉ BERGAMÍN

GLAMOURED

POESÍA