filosofía y ciencias sociales · e idealismo permanece a lo largo de la historia de la filosofía...

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FILOSOFÍA Y CIENCIAS SOCIALES Materialismo e idealismo

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FILOSOFÍA Y CIENCIAS SOCIALES Materialismo e idealismo

DEL MISMO AUTOR

LA CRISIS, Grijalbo, 1978.

EDUCACIÓN Y SOCIEDAD, Universidad Autónoma del Estado

de México, 1981.

EL ANTIMÉTODO, Joaquín Mortiz, 1982.

MÉXICO: ECONOMÍA DE LA FICCIÓN, Grijalbo, 1983.

EL DESAFÍO MUNICIPAL, Centro Nacional de Estudios

Municipales, 1983.

LA DESCENTRALIZACIÓN, Grijalbo, 1984.

DICCIONARIO PRÁCTICO DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA

MUNICIPAL, Comuna, 1997.

EXPERIENCIAS MUNICIPALES REPETIBLES, INSTITUTO DE

ADMINISTRACIÓN MUNICIPAL, A.C., / Comuna, 1999.

EL CUARTO ORDEN DE ESTADO Y DE GOBIERNO: LA

COMUNIDAD. Comuna, 1999.

EL PODER COMUNITARIO EN TLAXCALA: LAS PRESIDENCIAS

DE COMUNIDAD, Comuna, 1999.

LA SALUD Y EL MUNICIPIO, Comuna, 2000.

LA UNIVERSIDAD EN LA ERA DE LA GLOBALIZACIÓN

NEOLIBERAL, Comuna, 2001.

PARTICIPACIÓN CIUDADANA Y ORGANIZACIÓN VECINAL,

UNAM-Comuna, 2007.

RAÚL OLMEDO

FILOSOFÍA Y CIENCIAS SOCIALES

Materialismo e idealismo

En torno al libro de Lenin Materialismo y empiriocriticismo

Comuna

Primera edición, 2008

Filosofía y Ciencias Sociales, Materialismo e idealismo

£ 2008, Raúl Olmedo

<aj> 2008, Editorial Comuna

[email protected] / www.iam.org.com

Este texto no puede ser reproducido, total o parcialmente, sin la autorización

escrita del editor.

ISBN: en trámite

Impreso en México / Printed in México

Diseño y formación: Th'INK! Bureau de diseño / www.bureauthink.com

ÍNDICE

NOTA PRELIMINAR ................................................................... 9

PRESENTACIÓN: ¿QUÉ ES LA

RELACIÓN MATERIALISMO- IDEALISMO? ............................... 11

INTRODUCCIÓN: DESPUÉS DEL

DERRUMBE DEL SOCIALISMO ................................................ 27

PRIMERA PARTE: ¿POR QUÉ LEER

MATERIALISMO Y EMPIRIOCRITICISMO? ............................... 33

SEGUNDA PARTE: TESIS SOBRE LA FILOSOFÍA ......................... 49

/.- LA CATEGORÍA FILOSÓFICA DE MATERIA ........................... 49

II.- LA PLURALIDAD DE LAS FILOSOFÍAS ................................ 61

111.- EL CRITERIO DE LA PRÁCTICA ........................................ 66

IV.- VERDAD RELATIVA, VERDAD

ABSOLUTA Y VERDAD OBJETIVA .................................... 71

V- EL AGNOSTICISMO ........................................................... 80

VI.- LA RELACIÓN ENTRE LA FILOSOFÍA,

LAS CIENCIAS Y LA POLÍTICA .......................................... 85

VIL- EPÍLOGO ....................................................................... 92

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NOTA PRELIMINAR

a parte principal de este texto fue originalmente redactado en forma de ensayos escritos bajo mi dirección por varios estudiantes del tercer semestre de Sociología

durante un seminario de lectura del libro de Lenin Materialismo v empiriocriticismo efectuado en 1972 y 1973. Los autores son: Margarita Barrientos Lavín ("La categoría filosófica de materia"), Eduardo Barraza González ("El criterio de la práctica"). Marco Antonio González Gómez ("La crítica al agnosticismo 'marxista'"), Guillermo Knochenhauer Miil ler ("La relación entre la filosofía, la ciencia y la política"), Marta Mújica ("Verdad relativa y verdad absoluta") y Víctor Manuel Muñoz ("La dialéctica"). Con una presentación ("Leer Materialismo y Empiriocriticismo") redactada por mí, fue publicado en la Revista Mexicana de Ciencia Política de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (número 78, octubre-diciembre de 1974) y sirvió como introducción e inducción a la lectura a fondo del libro /:'/ capital de Marx en el seminario que creamos para ello y que funcionó entre 1973 y 1980. En 1992 reformulé el texto y redacté un prólogo que reflejaba la crisis del marxismo después de la caída del socialismo en la URSS. Para la presente edición lie escrito un nuevo prólogo que intenta explicar la importancia y la actualidad de retornar a la reflexión sobre el materialismo y el idealismo a la luz de las profundas transformaciones del sistema social, económico y tecnológico, de 1990 a la fecha (2007). Hoy el estudio de la obra de Marx y de Lenin parecería ya no tener sentido. El "pensamiento único" del neoliberalismo

L

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los ha arrinconado. Sin embargo, la realidad que ellos analizaron sigue vigente, en particular la dominación ideológica del idealismo, que ha permitido someter y pacificar a la sociedad frente a la crisis creciente del sistema económico industrial que nos está conduciendo al gran holocausto de la humanidad y del planeta.

La parte medular de este texto fue redactado en forma de tesis,

siguiendo el estilo de Feuerbach en Tesis provisionales para una

reforma de la filosofía, de Marx en sus Tesis sobre Feuerbach y

de Althusser en el Curso de filosofía para científicos. La forma

de redacción por tesis ayuda a formular ideas sintéticas, de las

que se desprenden explicaciones o ampliaciones. Las tesis

permiten lijar pensamientos centrales que luego pueden ser

desarrollados -y aún corregidos- por el lector mismo.

Las citas textuales llevan entre paréntesis el número de página del libro Materialismo y empiriocriticismo, Editorial Grijalbo, México, 1967.

Ciudad de México, octubre de 2007

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PRESENTACIÓN

¿QUÉ ES LA RELACIÓN

MATERIALISMO-IDEALISMO?

o podemos hablar de materialismo sin referirnos al

idealismo, ni del idealismo sin referirlo al materialismo.

Materialismo e idealismo son las dos caras de una

misma moneda. Y la moneda es la pregunta: ¿en el preciso

momento en que el ser humano produce conocimiento, cuál es el

elemento determinante para producir ese conocimiento: la idea

o la materia, el sujeto o el objeto, el pensamiento o la realidad

que se quiere conocer?

Esta es una pregunta difícil de responder, en la medida en que para producir el conocimiento se necesita tanto al sujeto (pensamiento, idea) como al objeto (realidad externa al sujeto, es decir, realidad objetiva, materia).

Los que responden que sin el pensamiento no puede haber conocimiento y que, en consecuencia, la idea es lo determinante para producir el conocimiento, parecieran tener tanta razón como los que responden que sin el objeto no puede haber conocimiento del objeto y que, en consecuencia, sin materia no puede haber conocimiento de esa materia.

N

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Quienes afirman que la idea es lo determinante para producir el conocimiento se denominan idealistas, mientras que los que afirman que la materia es lo determinante se denominan materialistas. Tanto materialistas como idealistas tienen el mismo derecho de tomar posición en esta controversia entre materialistas c idealistas. Y precisamente por ello la historia de la filosofía ha sido siempre la historia de esta controversia entre filósofos materialistas y filósofos idealistas.

Ahora bien, existe una diferencia fundamental entre el materialismo y el idealismo:

El materialismo no hace más que afirmar su posición (la materia es lo determinante para producir el conocimiento) y deja a las ciencias que expliquen cómo se produce o se ha producido cada conocimiento específico.

Por el contrario, el idealismo, además de afirmar su posición {la idea es lo determinante para producir el conocimiento) intenta explicar cómo el pensamiento aprehende los objetos que desea conocer; es decir, pretende construir una "teoría del conocimiento" (teoría sobre cómo se produce el conocimiento en general, teoría llamada también "método general"). Así nace la filosofía y su núcleo generador: la teoría del conocimiento o método general de producción del conocimiento. La historia de la filosofía ha sido la historia de las sucesivas y diferentes teorías que pretenden explicar la producción del conocimiento en general a partir de los mecanismos y procesos del pensamiento en general.

En contraste, el materialismo no crea una teoría del conocimiento en general, ni un método de producción del conocimiento en general, es decir, no crea una filosofía, pues deja que cada ciencia explique cómo se construye cada conocimiento particular y específico. El materialismo no tiene una historia

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equivalente al idealismo, pues se limita a la simple afirmación

de que en la producción del conocimiento lo determinante es la

materia (realidad objetiva) y no la idea (pensamiento, subje-

tividad). Por ello, los idealistas desprecian a los materialistas y

los califican de ingenuos, de simplificadores, de dogmáticos, de

necios, de ignorantes y de faltos de imaginación, que no pueden

ir más allá de su afirmación axiomática.

Sin embargo, en la medida en que la polémica entre materialismo e idealismo permanece a lo largo de la historia de la filosofía (unos afirmando que en la producción del conocimiento la idea es lo determinante, y otros que la materia es lo determinante), puede decirse que la relación materialismo-idealismo no tiene una historia como tal, ya que se trata de una mera toma de posición: soy idealista, soy materialista.

Desde este punto de vista, pareciera que la polémica entre idealismo y materialismo es inocua, pues para producir el conocimiento se necesita tanto al sujeto (idea) como al objeto (materia), y tanto idealistas como materialistas tienen la razón. Sería cuestión de preferencia personal elegir a la materia o a la idea como lo determinante.

Pero en los hechos, los idealistas acaban construyendo teorías fantasiosas que pretenden explicar cómo el pensamiento conoce al universo, sustituyendo así a la historia verdadera de cada una de las ciencias particulares y desembocando siempre en la teología que afirma que, a final de cuentas, el universo ha sido creado por la Idea Universal, es decir, por Dios. En este sentido, toda filosofía es idealista. El materialismo no produce filosofías. Tan solo afirma que la materia es lo determinante para producir el conocimiento y deja a las ciencias decir cómo lo produce.

De esta manera, la historia de la filosofía es la historia de las

múltiples y diversas teologías que pretenden explicar

fantasiosamente

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cómo la idea en general (el "método científico en generar') produce el conocimiento del universo.

Las consecuencias sociales del idealismo, que siempre

desemboca en teología, son el reforzamiento de la esclavitud

del ser humano al mandato de un ser supremo que lo ha creado

y que se desdobla, por una parte, en Dios y en la

personificación del ser supremo que es el Estado (y el patrón

que lo explota), y, por otra, en el supuesto método científico

general al cual supedita su pensamiento ''racionar'. El ser

humano acaba adorando, deseando y sometiéndose

voluntariamente a su amo y a su esclavitud en todos estos

dominios: religión, política y ciencia. De ahí que el idealismo

es la forma sublimada del poder de dominación a través del

deseo de sometimiento de los dominados.

Por ello, el materialismo ha sido siempre rebelde y subversivo ante la dominación y los poderes dominantes. La divisa de los anarquistas "Ni Dios ni Amo", sintetiza el principio básico del materialismo. Y el marxismo surge de la crítica al idealismo y a la teología para demostrar que la sociedad puede liberarse de la dominación y adueñarse de su destino.

En su libro Materialismo y empiriocriticismo (1908) Lenin analiza cómo científicos de la física, que se dicen marxistas. caen en el idealismo cuando se descubre, a principios del siglo XX, que el átomo, supuestamente la base de la materia, desa-parece bajo la forma de energía. Ellos interpretan que la materia se desvanece y que, en consecuencia, el materialismo deja de tener fundamento. Entonces elaboran teorías del conocimiento retomando conceptos de diversos filósofos que pretenden reconstruir la materia a partir del pensamiento y, particularmente, de la percepción sensible. Así, de su posición filosófica materialista saltan a la posición opuesta: el idealismo subjetivo más extremo que afirma que, puesto que la materia se ha desvanecido, sólo existe lo que puede ser percibido; "ser es percibir" (como

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decía el filósofo y obispo Berkeley, máximo exponente del "solipsismo" ("sólo yo"), que considera como única existencia la conciencia propia o el yo. Es decir, que al desvanecerse o desaparecer la materia sólo puede percibirse a sí misma la conciencia, la idea, de tal manera que el universo es idea.

Esto motiva a Lenin a reflexionar sobre la relación entre

materialismo e idealismo y sus efectos en la política y en la lucha

por la revolución en la Rusia de su época, que es el combate

contra la dominación del Estado y de la religión.

Para Lenin el conocimiento es simplemente la propiedad subjetiva de la realidad objetiva, es decir, que la materia (el objeto) se enriquece con un nuevo atributo en el acto de producir su conocimiento: ahora es el objeto más su conocimiento. El objeto adquiere una nueva propiedad al ser procesado por el pensamiento. Cómo se produce esa nueva propiedad o atributo cognoscitivo. es cuestión de la ciencia, no de la filosofía.

Lenin explica que, en sus afanes filosóficos, los científicos tratan de extrapolar y generalizar los nuevos descubrimientos de sus ciencias a la "teoría del conocimiento" y de ahí a la ciencia so-cial y a la política. Pero en este intento acaban por reforzar la dominación de la idea sobre la materia, del Estado sobre la per-sona. de Dios sobre el creyente que desea su sometimiento. En ese sentido, Lenin explica cómo toda filosofía -y toda teoría del conocimiento, que a final de cuentas termina en teología-refuerza el estado de dominación y de explotación de la sociedad. La tarea de los materialistas sería, entonces, eliminar todo intento de extrapolación de los conceptos de las ciencias a la explicación de los fenómenos sociales.

El filósofo francés Luís Althusser tiene el enorme mérito de haber retomado este trabajo de Lenin, sesenta años después (1967), en su libro Filosofía y filosofía espontánea de los científicos

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(Maspéro, París, 1974. En español, Curso de filosofía pava científicos, Fontamara, México, 1975), producto de un seminario al cual tuve el privilegio de asistir. En febrero de 1968 Althusser presentó una ponencia ante la Sociedad Francesa de Filosofía, que publicó en un pequeño libro con el título Lenin y la filosofía (Maspéro, París, 1969. En español, Siglo XXI, 1970).

El trabajo que hoy presento, y que toma como punto de partida esos libros de Althusser, sirvió como texto de estudio y de batalla en mi seminario de lectura de El capital de Marx en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (1973-1979). Sin embargo, cabe aclarar que este texto, a diferencia de los de Althusser, se enfoca más a la explicación de las categorías filosóficas desarrolladas por Lenin en su libro Materialismo y empiriocriticismo. La finalidad de este texto es mostrar cómo los sociólogos modernos explotan a las diferentes ciencias para fabricar sus teorías sociológi-cas, que no dejan de ser filosofías cuya pretensión es sustituir la explicación de la sociedad que desarrolló Marx, particularmente en El capital. De manera que la lectura de Materialismo y empiriocriticismo se convertía en una invitación seductora al estudio de El capital.

Durante los últimos años de su existencia, Althusser llevó hasta sus últimas consecuencias la idea de Lenin de que toda filosofía es idealista. Trabajó sobre los filósofos griegos materialistas presocráticos. particularmente sobre Epicuro, y escribió en 1982 un texto demoledor contra toda filosofía, tanto idealista como materialista: "La corriente subterránea del materialismo del encuentro*' (publicado de manera póstuma en Ecritsphilosophiqueset politicjues, Tomo 1, Stock/IMEC, París, 1994), en el cual forja su idea del "materialismo aleatorio" que descarta la causalidad racionalista y afirma que la creación del mundo y su evolución se debe al puro azar. La filósofa mexicana Fernanda Navarro publicó una larga entrevista con Althusser sobre este tema: Filosofía

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y marxismo (Siglo XXI, México, 1988). Althusser se acercó así

a la concepción de Nietzsche sobre la naturaleza de la filosofía

y de su función ideológica para la esclavización del ser

humano.

Hoy en día (primera década del siglo XXI) la tendencia hacia el idealismo, e incluso hacia el solipsismo, se ha reforzado en virtud del surgimiento de la televisión y de la computadora, las cuales transforman al homo sapiens, producto de la cultura escrita, en homo videns, ahora producto de la cultura basada en la imagen. La primacía de lo visible sobre lo inteligible equivale a la primacía del percibir sobre el pensamiento abstracto, que es el único que permite conocer la realidad objetiva. Aún más, con la informática la "realidad virtual" adquiere la supremacía sobre la "realidad real", es decir, la idea es lo primario y la materia lo secundario. Giovanni Sartori publicó en 1997 su libro Homo videns. La sociedad teledirigida (Taurus, Madrid. 1998), en el que describe este trascendental cambio histórico, que ocurre a mediados del siglo XX, de la cultura fundada en el lenguaje y el razonamiento abstracto a la cultura fundada en la visión y la imagen.

Treinta años antes que Sartori, Guy Debord publicó, en 1967. su libro La sociedad del espectáculo (Gallimard, París, 1992). y más tarde, en 1988, Comentarios sobre la sociedad del es-pectáculo (Gallimard, París, 1992), que también dan cuenta de la primacía de la imagen sobre la razón. Más interesante aún es que Debord inicia su libro de 1967 con un epígrafe del filósofo materialista Ludwig Feuerbach (1804-1872). que tanto influyó en el joven Marx, tomado del prefacio a la segunda edición de su libro La esencia del cristianismo (1841):

"Y sin duda nuestro tiempo (...) prefiere la imagen a la cosa, la copia al original, la representación a la realidad, la apariencia al ser (...) Lo que es sagrado para él no es más que la ilusión, pero lo que es profano es la verdad. Mejor aún, lo sagrado crece a sus ojos en la medida en que decrece la verdad y que la

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ilusión crece, si bien es que el colmo de la ilusión es también

liara él el colmo de lo sagrado."

Debord fue uno de los fundadores del movimiento

"situacionista", que tuvo influencia en los líderes del gran

movimiento estudiantil de 1968 en Francia. Entendió que el

sistema económico industrial (producción masiva y

estandarizada para un consumo masivo y estandarizado) se

había convertido también en un sistema espectacular donde la

imagen genera el deseo de consumir. A continuación transcribo

algunos pasajes de esta obra visionaria de Debord:

"El espectáculo es la principal producción de la sociedad actual (...) Ahí donde el mundo real se cambia en simples imágenes, las simples imágenes devienen seres reales, y las motivaciones eficientes de un comportamiento hipnótico. El espectáculo, como tendencia a hacer ver por diferentes mediaciones especializadas el mundo que no es ya aprehensible, encuentra normalmente en la vista el sentido humano privilegiado que fue en otras épocas el tocar ( . . . ) El espectáculo es el heredero de toda la debilidad del proyecto filosófico occidental, que fue una comprensión de la actividad dominada por las categorías del ver (...) El espectáculo es la reconstrucción material de la ilusión religiosa (...) El espectáculo es una guerra del opio permanente (...) El establecimiento de la dominación espectacular es una transformación social tan profunda que cambió radicalmente el arte de gobernar."

Sartori, a su vez, afirma que "la televisión transforma todo en espectáculo" y que, entonces, todo el sistema de valoraciones cambia, es decir, que la imagen toma el lugar de lo real. A la manera de Durkheim (1858-1917) en su obra Las formas elementales de la vicia religiosa (1912), Sartori reconoce que la ciencia y la religión no son incompatibles. Dice:

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"El progreso de la ciencia -se nos ha dicho desde la Ilustración en adelante- liberaría al hombre de las creencias irracionales. No obstante, la tecnología, a medida que avanza, está produciendo un hombre incluso más crédulo e 'inocentón* que el hombre medieval (...) Entonces, no es paradójico que el país que dispone de una mayor ciencia tecnológica, Estados Unidos, sea también el país de mayor credulidad y que más abraza cultos de poca monta."

Las tecnologías más avanzadas y sofisticadas como la televisión y la informática amplían el campo de acción del pensamiento idealista y religioso, no por ser tales tecnologías sino por la explotación que hace de ellas la política para someter a la sociedad a la explotación del sistema económico industrial.

"Hacia (mes del siglo XX, el homo sapiens ha entrado en crisis, una crisis de pérdida de conocimiento y de capacidad de saber", señala Sartori. En virtud de la televisión y de la informática, "el animal racional está siendo atacado profundamente, más de cuanto lo haya estado nunca (...) El telespectadores más un animal vidente que un animal simbólico. Para él las cosas representadas en imágenes cuentan y pesan más que las cosas dichas con palabras. Y esto es un cambio radical de dirección, porque mientras que la capacidad simbólica distancia al homo sapiens del animal, el hecho de ver lo acerca a sus capacidades ancestrales, al género al que pertenece la especie del homo sapiens (...) El lenguaje no es sólo un instrumento del comunicar, sino también del pensar. Y el pensar no necesita del ver (...) A decir verdad, las cosas en las que pensamos no las ve ni siquiera el que puede ver: no son 'visibles* (...) La televisión nos muestra imágenes de cosas reales, es fotografía y cinematografía de lo que existe. Por el contrario, el ordenador cibernético (para condensar la idea en dos palabras) nos enseña imágenes imaginarias. La llamada realidad virtual es una irrealidad que se ha creado con la imagen y que es realidad

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sólo en la pantalla. Lo virtual, las simulaciones, amplían

desmesuradamente las posibilidades de lo real; pero no son

realidades."

"Lo esencial -dice Sartori- es que el ojo cree en lo que ve; y, por tanto, la autoridad cognitiva en la que más se cree es lo que se ve. Lo que se ve parece 'real', lo que implica que parece verdadero". "La fuerza de la imagen está en la propia imagen (...) la imagen es enemiga de la abstracción, mientras que explicares desarrollar un discurso abstracto (...) Lo visible nos aprisiona en lo visible. Para el hombre que puede ver, lo que no ve no existe (...) 'Non vidi, ergo non esf (...)" Sartori relaciona la primacía del ver sobre el pensar (de la imagen sobre lo real, de la idea sobre la materia) con la política y concluye que el poder de la televisión es determinante en la política, tanto en los procesos electorales como en la legitimación o deslegitimación de las diferentes fuerzas políticas. Los propietarios y los patrocinadores de los medios masivos de comunicación, y especialmente de la televisión, constituyen un poder decisivo en las correlaciones de fuerzas políticas de una nación. La sociedad y la "opinión pública" están "teledirigidas". La irracionalidad prima sobre la racionalidad. Dice Sartori: "La televisión es una formidable multiplicadora de estupideces. Cuando se dicen en la pantalla, las estupideces crean opinión: las dice un pobre hombre balbuceando a duras penas, y al día siguiente las repiten decenas de miles de personas (...) La inundación de estupideces es evidente, c Internet en sí misma las multiplica de un modo increíble (...) El vídeo-dependiente tiene menos sentido crítico que quien es aún un animal simbólico adiestrado en la utilización de los símbolos abstractos. Al perder la capacidad de abstracción perdemos también la capacidad de distinguir entre lo verdadero y lo falso (...) han sido suficientes pocas déca-das para crear el pensamiento insípido (homo insapiens), un clima cultural de confusión mental y crecientes ejércitos de nulos mentales/'

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El idealismo y el solipsismo han acabado por invadir también

el campo de la economía. Las intuiciones de Guy Debord sobre

la sociedad del espectáculo se actualizan hoy con la economía del

espectáculo y la economía de la experiencia, donde la imagen

adquiere definitivamente la primacía sobre lo real y el valor

económico de los bienes y servicios se mide ya no por el es-

fuerzo social en producirlos sino por la experiencia memorable

que deja en la persona al consumirlos.

El espectáculo es consumido en la medida en que se va produciendo. En un concierto, por ejemplo, la música es consumida por el espectador en el instante en que se produce. Lo que queda de esa materialidad (la orquesta, el escenario en el que se desarrolla el espectáculo) es el recuerdo subjetivo, la "experiencia", placentera o no. En este sentido, pareciera que la materia se desvanece (es lo perecedero) y la idea, es decir, la experiencia subjetiva, permanece (es lo imperecedero). La conclusión filosófica sería la creencia de que la idea es lo determinante del valor económico y la materia y el trabajo lo determinado. La sociedad del espectáculo y la economía de la experiencia refuerzan así la posición filosófica idealista y solipsista. Las consecuencias políticas de esta concepción son el minimizar el papel del trabajo de la sociedad y de las materias primas que entran como insumos de la producción y el exagerar el papel del consumidor que tiene el poder adquisitivo para comprar bienes y servicios a título de "experiencias memorables". El consumidor ya no compra una silla sino la experiencia maravillosa de sentarse en una silla maravillosa.

En su libro La economía de la experiencia. El trabajo es teatro y cada empresa un escenario (Granica, México, 2000), Joseph Pine y James Gilmore plantean que la producción industrial (en masa y estandarizados) de bienes y servicios tiende a bajar la ganancia, en la medida en que la competencia tiende a reducir los costos de producción mediante las innovaciones tec-

?">

nológicas. Asimismo, tiende a generar desempleo. Pero esta

economía basada en la "utilidad" y en el "valor de cambio"

tasado en la cantidad de trabajo requerido para la producción está

en declinación. Surge entonces una nueva economía basada en

la "experiencia", es decir, en las sensaciones placenteras que ob-

tiene el consumidor. Se trata de una economía "subjetiva", más

radical que la economía subjetiva de los marginalistas de los

años 1870 (Léon Walras, 1834-1910, introdujo el concepto de

"escasez", equivalente al de "utilidad marginal"). ¿Qué es lo

que hace que una tasa de cale cueste 10 pesos en una cafetería

normal y 100 pesos en una cafetería "teatralizada", tipo Hard

Rock Café? Es el goce de la experiencia teatral izada. Es una

economía basada en la valoración subjetiva del consumidor. La

tasa de café vale lo que aprecia el consumidor en el contexto

(teatro) en el que lo consume. De manera que lo que se con-

sume no es tanto la tasa de café, ni su costo en trabajo, sino el

contexto, el escenario, el espectáculo.

El turismo, los conciertos, los rituales religiosos, el teatro, los espectáculos en general, son los pioneros de la nueva economía fundada en la "experiencia" memorable. Mientras más perdurable y profunda es la experiencia más valor económico genera. A medida que la crisis del capitalismo industrial avanza, la competencia mercantil toma como campo de batalla la subjetividad, la experiencia, el deseo, el goce. "¿Qué cosas valora verdaderamente un cliente? O mejor, ¿por qué cosas estaría dispuesto a pagar más?", dice la contraportada del libro de Pine y Gilmore. La respuesta es: experiencias. "Está a punto de alzarse el telón sobre la 'economía de la experiencia', una nueva era económica en la que cada empresa es un escenario y todas ellas deben urdir memorables 'puestas en escena*, para asistir a las cuales hay que pagar la entrada." En La economía de la experiencia, los autores examinan de qué manera las compañías que tienen éxito, utilizando los bienes como utilería y los servicios como escenario, crean experiencias capaces de involucrar

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a sus clientes de un modo muy personal. "¿Por qué una taza de café cuesta más cuando se la sirve en una confitería de moda que si se la bebe en el bar de la esquina o en casa? Lo que determina el mérito de lo que se ofrece y el trabajo de la empresa es el valor que el individuo asigna a la experiencia (...) La economía de la experiencia marca el debut de un enfoque penetrante y original, aunque eminentemente práctico, para ayudar a las compañías a escribir el libreto y llevar a la escena experiencias cautivantes. A tal fin todos los que trabajan en ellas pasan a ser actores que deliberadamente deben producir efectos concretos en su clientela. Y las experiencias que escenifican crean impresiones memorables -y perdurables- que son las que. en última instancia, transforman a las personas." La teoría de Guy Debord es hoy más válida que hace cuarenta años, cuando la escribió: "El espectáculo es la principal producción de la sociedad actual."

En su libro La era del acceso. La revolución ele la nueva economía (Paidós, Barcelona, 2000), Jeremy Rifkin señala la importancia de la economía de la experiencia: "El empleo en las industrias de la experiencia está creciendo dos veces más rápido que en el sector de los servicios en su conjunto'*. Asimismo, "Hoy día, viajar por placer es el tercer gasto doméstico, después de la comida y la casa." Cita al futurólogo James Ogilvey: "El consumidor de hoy no se pregunta ya tanto '¿Qué quiero tener que aún no tenga?', como '¿Qué quiero experimentar que no haya experimentado ya?'." Luego afirma: "La venta del producto se vuelve algo secundario con respecto a la venta de la experiencia. Nike, tengámoslo en cuenta, no vende tanto calzado deportivo como la imagen de lo que supondría calzarlo (...) En la nueva era del marketing 'la imagen no representa el producto. sino que el producto representa la imagen' (...) El marketing fabrica la hiperrealidad. Su éxito viene determinado por su capacidad para hacer que la simulación o la falsificación sean más atractivas que (y un buen sucedáneo de) la realidad. Por

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ejemplo, aunque algunos consumidores de experiencia prefieren aventurarse en la auténtica naturaleza, muchos millones más eligen viajar al 'Reino salvaje' de Disneylandia, donde pueden disfrutar de los animales en un entorno artificial. Prefieren la representación teatral del drama, que les parece más intensa."

"Así como la fase manufacturera del capitalismo se caracterizaba por la producción, la fase cultural se distingue por la representación. El consultor empresarial Tom Peters afirma que 'no es exagerado decir que todo el mundo está en el negocio del espectáculo.' Peters advierte a sus clientes que 'la verdad última en la vida comercial es la suma de representaciones creadas por nuestros clientes'. Los conceptos clave son ahora, según Peters, mito, fantasías e ilusión."

Hoy existen condiciones muy favorables para que el idealismo predomine sobre el materialismo y, en consecuencia, para que las personas sean adiestradas de manera sofisticada para someterse voluntariamente a la dominación de la economía, del Estado, de la religión, de la filosofía y de la metodología, que son las diversas formas del poder explotador de la sociedad. El advenimiento, desde hace medio siglo, de la producción, distribución y consumo de imágenes, bajo el modelo industrial de masificación y estandarización, ha dado lugar al surgimiento de la sociedad del espectáculo y de la economía de la experiencia, donde la televisión y ahora la computadora y la Internet juegan un papel fundamental. La idea, la percepción, la experiencia, la memoria, la imagen, lo virtual, parecen ser lo más importante de la existencia individual y social, mientras que lo material, el trabajo, los recursos naturales, las necesidades de la sociedad, parecen ser lo secundario. Aún más, el motor del "progreso" de la humanidad parecería ser hoy la subjetividad de los consumidores y la creatividad de los "mercadólogos" con sus instrumentos clave: la televisión, la computadora y la Internet. En cambio, el trabajo de la sociedad, sustituido cada

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día más por las tecnologías de la información, y los productos de la naturaleza, sometida a la destrucción despiadada, se vuelven prácticamente superfluos. El poder de la mente y de la idea determina la existencia del universo. Estamos inmersos en un medio en el que las ciencias y las tecnologías, lejos de eliminar a la religión, como era la concepción de los racionalistas de los siglos XVIII, XIX y principios del XX, le dan nueva vida, con todas las consecuencias políticas que se derivan del sometimiento voluntario, y hasta deseado, a los poderes supremos y eternos. Es el gran salto hacia el pasado oscurantista, en nombre de la ciencia, la tecnología y el progreso. De ahí la necesidad imperiosa de retornar a las bases conceptuales del materialismo, del idealismo y de su permanente conflicto.

Ciudad de México, a 12 de julio de 2007.

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INTRODUCCIÓN

DESPUÉS DEL DERRUMBE DEL SOCIALISMO

• ¿Por qué plantearse hoy -en los términos más sencillos y elementales- el problema filosófico del materialismo y del idealismo?

Pareciera que con el derrumbe del socialismo y el triunfo de la globalización neoliberal capitalista no quedara más que un "pensamiento único" que haría superflua e innecesaria la reflexión filosófica en torno al eterno dilema entre materialismo e idealismo.

Sin embargo, estoy convencido de que en este periodo de incertidumbre -e incluso de desorientación y hasta de decepción- teórica es necesaria y urgente volver a los principios fundamentales tanto de la filosofía como de la economía política y de la teoría de la historia.

Retornando a estos principios fundamentales de la teoría recuperaremos la confianza en las constantes de la historia de la humanidad. A partir de estos cimientos podremos entonces reconstruir las explicaciones de lo que ha ocurrido, de lo que ocurre y de lo que ocurrirá.

¿

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Volver a los principios fundamentales implica trabajar en una

operación de limpieza, de desenmarañamiento, de desbrozamiento,

de todas aquellas argumentaciones que han deformado, ocultado,

disfrazado, atacado, confundido, a estos principios fundamentales.

Tal operación de limpieza es tanto más necesario practicarla

cuanto que la influencia de los medios de comunicación de

masas ha ganado terreno en los espacios mentales y afectivos

de las personas y de las colectividades, llenando de basura a las

mentes y a los corazones.

Al redactar este ensayo sobre los principios fundamentales de la filosofía he retomado la confianza perdida y quebrantada por los acontecimientos históricos de los últimos años, desde el derrumbe del Muro de Berlín. Naturalmente, he modificado varias de mis concepciones sobre lo que la filosofía misma significa. Mi objeto de atención y de crítica se ha desplazado del sistema "capitalista" al sistema "industrial". Creo ahora que la falla principal de la teoría marxista fue el no subrayar suficientemente la distinción entre los modos de producción preindustriales y postindustriales, por un lado, y el modo de producción industrial, por otro. El marxismo se dejó influir demasiado por la filosofía hegeliana que veía "superaciones" (aufhebun) por todos lados, como expresión del contagio optimista de un modo de producción industrial ascendente que irradiaba sus beneficios a capas cada vez más extensas de la población. De ahí la creencia inicial de que el capitalismo más avanzado desembocaría necesariamente en el socialismo.

El marxismo se desarrolló bajo el supuesto de que la contradicción principal era entre el capitalismo y el socialismo. Pero la trágica realidad presente de principios del siglo XXI nos acaba de revelar que la contradicción principal es entre el modo de producción industrial y los modos de producción no industriales (pre, post, o como se los quiera llamar).

29

Lo interesante y paradójico es que la ideología industrial ista dominante ha retomado la contradicción secundaria capitalismo-socialismo como si fuera la contradicción principal para erigirla en ideología dominante y ocultar así la verdadera contradicción fundamental "modo de producción industrial versus modos de producción no industrial. Los partidarios del industrialismo logran así desplazar la atención de las masas hacia contradicciones secundarias, amortiguando los descontentos.

Un estudio atento de la evolución del pensamiento de Marx -y especialmente de su obra mayor El capital- nos mostraría que su idea original era que, en la historia de la humanidad, los modos de producción no industriales (preindustriales) cedían el paso al modo de producción industrial, el cual, a su vez, al entraren una crisis de desarrollo, cedería el lugar a otros modos de producción no industriales (posindustriales: socialismo primero y comunismo finalmente).

En otras palabras, Marx percibió correctamente que la contradicción principal de la historia era entre modos de producción no industriales y modo de producción industrial. Pero como el desarrollo del modo de producción industrial estaba íntimamente vinculado al desarrollo del intercambio y de la mercancía, acabó dando la impresión de que pensaba que la contradicción fundamental e histórica era entre el capitalismo y el socialismo, entendiendo el socialismo como la eliminación progresiva del intercambio y de la mercancía, lo que implicaba la eliminación de la propiedad privada, pues el intercambio de mercancías es el modo como se distribuyen los productos entre propietarios privados independientes. La forma acabó predominando sobre el contenido.

Por supuesto, la tragedia del "socialismo realmente existente"

no obedece a una confusión teórica sino a múltiples prácticas

30

regidas más bien por la lógica del poder. Por ello, resulta absolutamente indispensable ahondar en el análisis de la lógica del poder, como lo han hecho desde los sesenta muchos pensadores sin acabar de articular completamente sus ideas con la dicotomía "modo de producción industrial versus modos de producción no industrial. Ivan Illich ha pensado una manera de expresar esta dicotomía como la dicotomía entre lo "vernáculo" y lo "industrial", y ha abierto una veta extraordinaria de investigación y de interpretación política. Ciertamente, esta interpretación política dista mucho de la posibilidad de ponerla en práctica porque supone una verdadera conversión de las actitudes y de las maneras de vivir, de pensar y de actuar, de las personas y de las colectividades. Pero lo importante es que Illich pone sobre los pies lo que antes estaba de cabeza, siguiendo la metáfora que el propio Marx utilizó cuando analizaba la filosofía de Hegel.

De lo que a estas alturas no me cabe duda es que las nuevas

teorías y estrategias revolucionarias tendrán que partir

necesariamente de la contradicción principal que es la contra-

dicción entre el modo de producción industrial y los modos de

producción no industriales, entre lo industrial y lo vernáculo.

Estas consideraciones conducen a planteamientos políticos novedosos dentro del contexto mundial actual, y especialmente dentro del contexto mexicano. Por lo que he visto, estos planteamientos nuevos surgen balbucientes apenas en algunos pequeños grupos de activistas "vernáculos". Sus teorías son prometedoras aunque sus prácticas están apenas abriendo brecha con los pocos y rudimentarios machetes que se han fabricado ellos mismos. A diferencia del siglo XIX, en el que los países en vías de industrialización (hoy países altamente industrializados) señalaban la vía a los países preindustriales, en la actualidad de finales del siglo XX son los países no industrializados, o escasamente industrializados, los que abren po-

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sibilidades de realización inmediata de modos de producción no

industriales.

No se trata en este ensayo de desarrollar ideas sobre el modo

de producción industrial sino de resaltar la importancia de

volver a los principios fundamentales de la teoría y de la filosofía.

Retornar a la reflexión sobre el materialismo y el idealismo

tiene hoy una vigencia extrema, pues la influencia de los medios

de comunicación de masas ha llegado a condicionar a las

personas para que adopten inconscientemente los postulados

del idealismo más radical: el solipsismo, definido por Berkeley.

su principal exponente, con la frase essere est percipi (ser es

percibir). Sólo las percepciones existen; las percepciones son la

realidad. Los medios de comunicación de masas son capaces de

convencer a la persona de que lo que percibe a través de la

pantalla de televisión o de la página de periódico o de la voz

radiofónica es la realidad. Así, la eficacia de los "mass media"

radica en el adiestramiento de la persona para que asuma una

postura filosófica solipsista.

De la misma manera, el derrumbe del socialismo real (es decir, de los países socialistas) ha obligado a las personas a realizar "saltos mortales" teóricos con el fin de explicarse lo ocurrido. En consecuencia, el agnosticismo, o sea, la posición filosófica que permite oscilar entre el materialismo y el idealismo, se ha vuelto la filosofía más cómoda para adaptarse a las nuevas realidades políticas.

De hecho, desde antes del derrumbe del socialismo real el agnosticismo se había convertido en la filosofía predominante de las llamadas "clases medias", las cuales, en su vida cotidiana. oscilan entre posiciones favorables a las clases dominantes (quisieran llegar a ser como ellas) y posiciones favorables a las clases dominadas (su realidad de clases dominadas los ancla a la realidad, en última instancia). Y es necesario darse cuenta de

32

que la ideología industrialista se ha encargado, a través de los

"mass media", de convencer a los dominados de que todos son

"clase media" que tiene la oportunidad de convertirse en "clase

alta" si se esfuerza para lograrlo. Los obreros, los campesinos y

los trabajadores por su cuenta pobres (artesanos, vendedores

ambulantes, etcétera), a través de sus modos de consumo (que

subordinan subjetivamente, no objetivamente, a los modos de

producción) han sido convencidos de que son "clases medias"

que pueden pasar de una posición social menor a otra mayor, a

condición de que adopten el punto de vista de la clase social a

la que aspiran pertenecer.

El solipsismo y el agnosticismo son, así, las posiciones

filosóficas -espontáneas o razonadas- de las mayorías silencio-

sas influidas por los "mass media".

Por lo tanto, retornar a los principios básicos de la filosofía -materialismo e idealismo- constituye un paso necesario para tratar de eliminar los ensueños de las "clases medias", para despertarles y orientarlas a que vean la realidad. De esta manera, la filosofía reasume su papel subversivo, de promotor de la transformación social.

(Ciudad de México, septiembre de 1992)

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PRIMERA PARTE

¿POR QUÉ LEER MATERIALISMO Y EMPIRIOCRITICISMO?

a única obra sistemática de Lenin sobre la filosofía es Materialismo y empiriocricismo, escrita en 1908 para revelar los sutiles mecanismos a través de los cuales la

ideología burguesa y la teología lograban penetral" en la ciencia social bajo el disfraz del marxismo, produciendo deformaciones en el conocimiento de la realidad social y, en consecuencia. generando divisiones en la teoría marxista y en la acción política.

Más aún, esta obra es la más importante del marxismo sobre

lo que hoy se denomina "metodología" y que la tradición

filosófica llamaba "teoría del conocimiento", que consiste en la

ilusoria tarea de establecer un método general para la producción

del conocimiento científico. En ella Lenin analiza los

mecanismos lógicos de esa ilusión y sus electos políticos en la

ciencia social y en la lucha de clases. No es una obra filosófica

sino una obra sobre la filosofía, es decir, una obra científica que

analiza a la filosofía desde fuera de la filosofía, enfocándola

como una realidad objetiva que tiene una materialidad teórica y

una función social.

L

3-1

Materialismo y empiriocriticismo es una obra que todo estudiante que aspire a dominar la ciencia social -marxista o no- debería leer, asimilar, practicar. Gracias a ella el estudiante será capaz de reconocer y delimitar el obstáculo mayor que se opone a su formación científica y que lo desvía hacia el '"aprendizaje" de ideologías sociológicas. Este obstáculo mayor es la "metodología" (el método "científico"), caballo de Troya a través del cual la ideología dominante logra invadir y minar a la ciencia social.

A continuación presentaremos las tesis principales que hemos derivado de nuestra lectura de Materialismo y empiriocriticismo. Entendemos que nuestra concepción sobre la filosofía y sobre el método va generalmente en sentido contrario a las concepciones aceptadas y enseñadas tradicionalmente. Esto no quiere decir que tengamos la pretensión de innovar. Tan sólo deseamos y practicamos el retorno a la originaria teoría marxista sobre la filosofía, mediante el estudio directo de los textos de Marx, Engels y Lenin. Este retorno ha significado para nosotros, casi siempre, un retorno contra la corriente, y a pesar de la corriente, para desprendernos paso a paso de las concepciones idealistas que dominan el ámbito de las ciencias sociales, y dentro de las ciencias sociales al marxismo, sobre todo al marxismo universitario. Retorno difícil de explicaren unas cuantas páginas. Sabemos que dentro de la filosofía el espíritu de partido tiende a predominar sobre el razonamiento científico acerca de las diferentes filosofías en juego. Cada quién se sitúa desde el principio, es decir, desde antes de comprender, en el punto de vista de su partido. Sin embargo, sabemos también que el universitario puede cambiar de concepciones filosóficas. Este es un hecho que cada quién puede constatar reflexionando sobre su propia biografía intelectual. Es por ello que pedimos al lector que al leer este ensayo no se sitúe desde el principio contra nuestra concepción, sino por encima de ella, con el fin de razonarla y de comprenderla. Le pedimos al lector

35

que se sitúe fuera de la filosofía y no dentro de la lucha de partidos filosóficos. También nosotros tuvimos que comenzar la lectura de los textos de Marx, Engels y Lenin sobre la filosofía siguiendo la corriente de la concepción dominante en la Universidad. Mas a medida que avanzamos nos hallamos contra la corriente. El retorno al marxismo clásico ha sido contra la corriente. Y hoy más que nunca, después del "derrumbe" del socialismo.

Una última aclaración: la lectura de las obras de Marx y Engels sobre la filosofía nos ha llevado a las mismas conclu-siones que la lectura de Materialismo y empiriocriticismo:

1: No existe en el marxismo una teoría del conocimiento, es decir, una teoría de las condiciones, los procedimientos y las garantías de la producción del conocimiento científico, un método de transformación del conocimiento "ideológico" ("sensible") en conocimiento "científico", "racional", una metodología general de las ciencias. Esta es una creencia teológica, que no sólo es fundamento de la ideología dominante sino que permanece profundamente arraigada en el marxismo contemporáneo. Creer que el materialismo-dialéctico es la teoría del conocimiento del marxismo, el "método marxista" de las ciencias, es una super-vivencia idealista, un residuo teológico entre los marxistas.

2: La ideología no es previa (anterior) a la ciencia. El "método" no transforma al conocimiento ideológico en conocimiento científico. Es exactamente al contrario: el "método" transforma al conocimiento científico en conocimiento ideológico, transforma a la ciencia en ideología. Más aún, el "método" es el instrumento de la ideología para explotar a las ciencias. Sólo explotando a las ciencias puede existir la ideología, en tanto que cuerpo organizado de creencias aparentemente fundadas en conocimientos "científicos", "evidentes", "realistas", "objetivos". En la historia de una ciencia no existe la oposición y

36

transformación de la ideología en ciencia. Lo que existe es una

relación entre verdades relativas y verdad absoluta, en el sentido

de que todo nuevo conocimiento relativo es un acercamiento al

conocimiento de la realidad objetiva, al conocimiento del

universo, único y absoluto.

3: El materialismo-dialéctico es la negación radical de todo método general, de toda metodología de la ciencia, de toda teoría del conocimiento en general y de toda explotación de la ciencia por la ideología. Es, al mismo tiempo, la afirmación radical de que cada conocimiento específico es producto de su propio método específico -diferente a los demás métodos específicos- y que es en la especificidad y en la diferencia de los conocimientos, y no en sus rasgos generales y comunes, en donde radica el progreso científico. El materialismo no dialéctico es el materialismo que cae en la ilusión del método general. En este sentido, todo materialismo no dialéctico, es decir, toda filosofía materialista, está "minada" de idealismo, pues toda filosofía-materialista o idealista- es una combinación, compuesta y organizada por el "método", de elementos materialistas e idealistas, con dominación, unas veces, de elementos materialistas (materialismo), y otras, de elementos idealistas (idealismo). El materialismo-dialéctico no es una filosofía, es la negación de toda filosofía. Es la más simple intuición (Engels) del conocimiento como producto del universo, intuición que no puede ser definida sino tan sólo enunciada en forma de tesis: "el conocimiento es la propiedad subjetiva (el 'reflejo') de la realidad objetiva". La "teoría del reflejo" no es una teoría del conocimiento, no es un método general de producción del reflejo subjetivo de la realidad objetiva (el conocimiento). Por lo tanto, define al reflejo no como reflejo "mecánico", ni como reflejo "dialéctico", ni como reflejo de "espejo", etcétera. Postular un método general equivale a negar la tesis materialista de que el proceso de conocimiento del universo es tan infinito y absoluto como el universo mismo y que, por lo tanto, no es posible definir

37

en ningún momento una "estructura última, absoluta, común y definitiva" del universo (llámese a esta estructura "categorías puras del entendimiento", "dialéctica", "totalidad orgánica", "estructura sobredeterminada", etcétera). Definir al universo (realidad objetiva, materia) es tarea del proceso infinito de las ciencias y no de la filosofía. La "teoría del reflejo" de Lenin es la negación de toda definición del modo de funcionamiento del reflejo en general. Son las ciencias particulares -y no la teoría del conocimiento- las únicas que pueden definir los métodos de producción de cada conocimiento particular.

4: Entre la filosofía (teoría del conocimiento, método general) y las ciencias existe una relación política, pero nunca una relación científica. No existe una aplicación científica de la filosofía a la ciencia, en el sentido de que, al ser aplicada a un dominio de conocimientos, el método genere a la ciencia (por ejemplo, la creencia de que el "método dialéctico" aplicado a sociología generó al materialismo-histórico). Lo que existe es una aplicación política del método general a la sociología, con el objetivo político de sustituir el método específico de la ciencia social (contenido fundamentalmente en El capital de Marx) con métodos elaborados a base de generalizaciones de otras ciencias: matemática, mecánica, biología, psicología, cibernética, etcétera. Las múltiples variedades de la sociología burguesa (aun aquellas que parecen marxistas) están construidas con este procedimiento.

El materialismo-dialéctico no es un método que genere al

materialismo-histórico. La única función del

materialismo-dialéctico es eliminar toda posibilidad de

aplicación política del método general al

materialismo-histórico, con el fin de que éste se desarrolle sin

obstáculos. En efecto, quien decide cómo debe producirse un

nuevo conocimiento específico sobre la sociedad y cuál debe ser

el criterio para juzgar la cientificidad o no cientificidad de este

conocimiento es, en cada momento histórico, la

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propia ciencia social, es decir, el materialismo-histórico. El materialismo-dialéctico se limita a ser el arma política que posee el materialismo-histórico para defender su dominio científico y su cientificidad contra la intervención de la ideología dominante, la cual se sirve de la explotación de otras ciencias para, a través del método, invadir y deformar a la ciencia social con la finalidad de que el conocimiento de la realidad social sea oscurecido y que la lucha de clases se incline a favor de la clase dominante. El materialismo-dialéctico es el guardia rojo del materialismo-histórico.

Hemos expuesto así las conclusiones principales sobre la

filosofía que Lenin desarrolla en Materialismo y

empiriocriticismo, y que le han valido a este libro el "rechazo"

de la Universidad porque invierte el orden en el que se funda la

legitimidad de la filosofía y de la sociología universitaria. Es

necesario ahora reflexionar sobre los efectos de estas

conclusiones, tanto en lo que se refiere a la enseñanza de las

ciencias sociales en la universidad como a la lucha de clases

ideológica en general:

I: La lectura de Marx, a través de las tesis de Lenin, rompe con la creencia de que Marx no tuvo la ocasión de redactar, de exponer en forma explícita, su "método general", y de que es tarea urgente de los marxistas el extraerlo de su obra. La lectura leninista (materialista-dialéctica, es decir, materialista antimetodológica) de la obra de Marx demuestra que esa creencia es un mito. Desde su primera obra {Crítica a la filosofía del listado de Hegel, 1843) Marx rompe con ese mito: descubre que el método para conocer la historia de la sociedad no está en la filosofía y que la teoría del conocimiento es una ilusión. Este descubrimiento de Marx es decisivo: lo aparta progresivamente del dominio "general" de la filosofía y lo conduce al dominio específico de la ciencia de la historia de la sociedad. Marx consagra toda su vida a la redacción en forma explícita del único método histórico-social científico: El Capital. Jamás

39

formuló un ilusorio método de la historia en general. Las únicas

intervenciones filosóficas que realizó (1843: contra Hegel;

1844-1845: contra los filósofos hegelianos; 1847, 1859, 1882:

contra los economistas "hegelianos") fueron precisamente para

combatir esa creencia, porque tenía efectos políticos sobre la

lucha de clases a través de la deformación del

materialismo-histórico.

II: La creencia -profundamente arraigada en la Universidad-de

que el método general (el "método científico") es previo, que

funda y determina a la ciencia social, tiene efectos muy graves

en la formación intelectual y en el comportamiento político del

estudiante:

1) Induce al aprendiz de las ciencias sociales a consumir y

agotar sus esfuerzos en "aprender" y "dominar" el método, la

metodología, ya que supuestamente se encuentra ahí la clave

del conocimiento científico. La Universidad posee toda una

ideología y una organización de los programas de estudios,

destinadas a inyectar en los estudiantes la obsesión del método,

obsesión que los conduce a empantanarse en la filosofía y a no

alcanzar nunca la ciencia social. La obsesión del método es el

obstáculo número 1 que los estudiantes tienen que derribar para

poder consagrar sus mejores esfuerzos en aprender y dominar la

ciencia.

2) Introduce en el estudiante la posición filosófica adecuada al sistema de jerarquías del capitalismo: el agnosticismo, que es el idealismo "democrático" capaz de admitir en su seno a todas las variedades del idealismo, pobres y ricas.

El agnosticismo es una posición filosófica "puente" que permite, en filosofía, pasar tranquilamente, sin cargos de conciencia, del materialismo al idealismo, y viceversa; en ciencia social, pasar tranquilamente, sin cargos de conciencia, del

40

marxismo a la sociología burguesa ("funcionalismo", etcétera),

y viceversa; y en política, pasar tranquilamente, sin cargos de

conciencia, de la crítica radical de "izquierda" a los puestos de la

tecnocracia, y viceversa.

El agnosticismo es, así, la posición filosófica más apropiada

a la promoción individual de status de los universitarios y al

carácter de la Universidad como institución de Estado. El

agnosticismo es la ideología dominante en la Universidad en

la época actual, cuando la ideología dominante ya no puede

impedir la creciente afluencia e influencia de las ideas

marxistas en la Universidad más que "agnostizando" el

marxismo, con el fin de recuperarlo y de someterlo a su

dominación.

La polémica que Lenin entabla en 1908 contra los

"empirio-criticistas" (que eran sus camaradas en el partido

bolchevique, pero que eran "izquierdistas" en política por ser

"agnósticos" en filosofía y, en consecuencia, por querer

construirle al marxismo la teoría del conocimiento que "le

faltaba") tiene hoy una vigencia mayor, porque en 1908, antes

de la Revolución de 1917, la "marxizacion" de la ideología

burguesa, -o su correlativo, la "agnostización" del marxismo

eran espontáneas, mientras que hoy son deliberadas, son ya

una solución institucional y sistemática de la ideología

burguesa para integrar y someter a su dominación al

marxismo.

3) Introduce en el estudiante la confusión entre ideología

marxista y ciencia marxista. Hoy en día es fácil decirse

"marxista", sobre todo en la Universidad, y más todavía en las

escuelas de humanidades y de sociología. Todos los medios de

difusión de la burguesía, e incluso los gobernantes, hablan

hoy de la amenaza que significa para el propio capitalismo el

instinto depredador de la ganancia: arrasamiento y

contaminación del medio ambiente (en mar, tierra y cielo);

agotamiento de materias primas y energéticos; intensificación

de la explotación

■II

imperialista en los países atrasados; incremento de las tensiones

sociales y psicológicas en las ciudades a causa del crecimiento

urbano anárquico; inflación y crisis económica; etcétera.

En este medio ideológico de "crítica" c "impugnación" al sistema capitalista resulta relativamente fácil "convertir" a un estudiante con ideología burguesa en estudiante con ideología "marxista". Basta con hacerle aprender el "método dialéctico" y algunas "nociones" de "materialismo-histórico": enajenación, estalinismo, burocracia, lucha de clases, práctica, etcétera. La "dialéctica" -el ilusorio método general del marxismo- se vuelve así el instrumento de "conversión" ideológica por excelencia, capaz de cambiar la ideología de un sujeto en corto tiempo y sin esfuerzos ni requerimientos mayores de cultura, tanto por parte del ideologizador como del ideologizado. Sin embargo, la dialéctica nunca es una garantía de que el estudiante logrará encauzarse hacia el aprendizaje -de largo tiempo y de grandes esfuerzos y requerimientos de cultura- de la ciencia social marxista (materialismo-histórico: en primer lugar El capital). Por el contrario, la dialéctica puede implicar el gravísimo peligro de hacer pasar la ideología "marxista" por ciencia marxista.

III: El grave peligro que entraña la "dialéctica" (método general) de hacer pasar la ideología "marxista" por ciencia marxista es aprovechado por la ideología burguesa para producir efectos contrarios al marxismo:

1) Puede conducir al estudiante a estancarse en la ideología "marxista". El "método" -y en el caso del marxismo el "método dialéctico"- tiende a "sustituir" a la ciencia y a "ahorrar" al estudiante el laborioso trabajo de aprender la ciencia. Se trata de un hecho que todos podemos comprobar: el estudiante en ciencias sociales generalmente "sabe", por ejemplo, mucho método dialéctico, pero no ha leído, ni mucho menos asimilado.

42

El capital. Se cree capaz de hacer con él solo método dialéctico

el análisis de la sociedad, de las contradicciones ("dialécticas")

entre las clases sociales, sin sospechar que precisamente el

capítulo sobre las clases sociales es el último de El capital,

porque Marx entendía que el análisis de las contradicciones

entre las clases sólo es posible cuando se han comprendido y

analizado todos los mecanismos del intercambio capitalista.

2) Puede conducir al estudiante a rechazar el estudio de la historia de la ciencia social y a caer, así, en un proceso de "depauperación intelectual" (empobrecimiento cultural y científico, atronamiento de la capacidad de análisis, etcétera). Puesto que la ilusión del método consiste en creer que es la dialéctica la que origina y genera a la ciencia, la que convierte a la ideología en ciencia, todo lo que entonces se sospecha anterior o fuera de la "dialéctica" se considera ideológico: "ideología burguesa", conocimiento "empírico", "ideológico", "sensible". Se llega así al error de establecer una oposición excluyente entre cultura "burguesa" y cultura "proletaria", donde la cultura y la ciencia "burguesas" deben ser eliminadas por "ideológicas".

Sabemos cómo Marx estaba convencido de que no podría redactar El capital antes de estudiar y asimilar la historia de su ciencia. Prueba de ello es el voluminoso "cuarto libro" de El capital: la Historia de las teorías de la plusvalía. Sabemos también

que en Rusia fueron los marxistas-empiriocriticistas (es decir, los marxistas-agnósticos, los creyentes del método general que querían elaborar la teoría del conocimiento que le "faltaba" al marxismo) los que fundaron el peligroso movimiento sectario del Proletkult (movimiento de cultura proletaria, 1909-1932), que no sólo podía conducir a la depauperación intelectual, cultural y científica, sino que amenazaba con dividir y debilitar la revolución y la construcción del socialismo, pues el "método" divide, o une para dividir, mientras que la ciencia siempre une.

43

El derrumbe del "socialismo realmente existente" muestra hasta qué punto estas ilusiones sobre la metodología general sólo justificaban a un modo de producción industrial ista buro-crático y autoritario.

Lenin supo ver, mejor que nadie, que los efectos políticos de la ilusión filosófica (es decir, de la creencia en el método general) podían ser eliminados únicamente si se eliminaba su raíz filosófica. Escribir sobre la filosofía era así. en 1908. la tarea política más eficaz y urgente: desmontar pieza por pieza la ilusión del método general para demostrar cómo la filosofía se transforma en política y la política en filosofía, y cómo materialismo y empiriocriticismo conducen a líneas políticas y a concepciones opuestas sobre la historia de la sociedad, la historia de la cultura y la historia de la ciencia social. Es preciso insistir sobre la necesidad de asimilar y repensar las grandes obras teóricas de la cultura de la humanidad.

Nuestras dos afirmaciones: a) El "método general" es una ilusión; hay que leer Materialismo y empiriocriticismo para saber cuáles son los mecanismos que engendran esta ilusión, y, /;) La ciencia marxista de la sociedad está contenida, en lo fundamental, en El capital, son afirmaciones indicativas. Indican las dos grandes vías que debe seguir todo estudiante para adquirir las bases -solamente las bases- de una formación marxista sólida. Sin embargo, es necesario entender que estas bases sólo pueden desarrollarse si se alimentan de lo mejor que ha producido y sigue produciendo la cultura de la humanidad. El capital es lo fundamental de la ciencia social marxista. Pero la diferencia entre la filosofía y la ciencia consiste precisamente en que todas las filosofías postulan a su "método general" como definitivo, acabado, mientras que la ciencia social se afirma siempre como proceso, como ciencia siempre en vías de constitución y de perfeccionamiento, es decir, como historia de la ciencia. Para hacer progresar a la ciencia social marxista es

II

i ¿ario enriquecerla con las aportaciones, con las preguntas,

con las respuestas, con las preguntas sin respuesta, con las

respuestas sin preguntas, que la cultura humana ha planteado so-

bre el conocimiento de la sociedad.

Los estudiantes marxistas deben realizar con todo detalle la

lectura marxista de las grandes obras clásicas no marxistas de

la ciencia social (filosofía, política, economía, antropología,

psicología, etcétera) para medir sus distancias respecto a esas

obras, es decir, para saber cuáles son los problemas a los que el

marxismo ha dado solución, cuáles los que quedan por resolver

y cuáles los que quedan, apenas, por plantear en forma correcta o

aún por esbozar. En otras palabras, los estudiantes marxistas

deben saber situarse históricamente para poder orientar a la

ciencia marxista de la sociedad -el materialismo-histórico-

hacia su enriquecimiento científico y hacia la solución de los

verdaderos problemas de la sociedad.

En octubre de 1820 Lenin escribió lo siguiente, a propósito

del congreso del Prolctkult, que quería organizar una "cultura

proletaria" pura, rechazando a la "cultura burguesa":

"El marxismo ha adquirido una importancia histórica en tanto que ideología del proletariado gracias a que, lejos de re-chazar las mayores conquistas de la época burguesa, ha, por el contrario, asimilado y repensado todo lo que había de precioso en el pensamiento y en la cultura humanas más de dos veces milenarias. Sólo el trabajo efectuado sobre esta base y en este sentido (...) puede ser considerado como el desarrollo de una cultura verdaderamente proletaria." (Lenin, "De la Cultura Proletaria", Oeuvres, París, Ed. Sociales, T. 31, p. 328)

3) Puede conducir a la imposibilidad de reconocer a la ideología dominante y a la imposibilidad de delimitar la lucha de clases ideológica. Cuando el estudiante se queda en el solo nivel de la

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ideología le es imposible distinguir cuál es la ideología y cuál es la ciencia, pues es claro que el criterio para distinguir a la ciencia de la ideología no lo puede dar la ideología sino solamente la propia ciencia. Por lo tanto, le es también imposible distinguir cuál es la ideología burguesa "marxizada" y cuál la ideología marxista aburguesada, cuál el marxismo científico y cuál el marxismo agnóstico, cuál el socialismo científico y cuál el socialismo utópico. Esta confusión, esta imposibilidad de distinguir entre la ideología dominante y el marxismo científico, cumple un papel preciso dentro de la Universidad.

Es necesario no olvidar jamás que la Universidad es una institución de Estado, y que el Estado es una institución que existe solamente porque existe la lucha de clases y que su fun-ción es solucionar esta lucha mediante la dominación de una clase sobre las demás. En la Universidad la lucha de clases asume la forma de lucha de clases ideológica (pues en ella no existen directamente clases en el sentido económico y político) y la función de la Universidad como institución de Estado es la de solucionar la lucha de clases ideológica mediante la dominación de la ideología de una clase sobre las ideologías de las demás clases. Puesto que en el Estado capitalista la ideología dominante es generalmente la ideología de la clase dominante (la ideología burguesa), la función de Estado de la Universidad capitalista es hacer que la ideología burguesa someta, "recupere" y "capitalice", a su favor a las otras ideologías, en especial a la ideología resultante de la ciencia marxista. Hoy en día, la crisis del sistema capitalista mundial y la crisis de la Universidad implican el incremento de la lucha de clases, lo cual favorece que aumente con rapidez la potencialidad contra la ideología burguesa.

De esta manera, la lucha de clases ideológica, que es la verdadera forma de la lucha de clases nacional dentro de la Universidad, es neutralizada, recuperada y sometida por la ideología

46

dominante, y los universitarios son, o bien desmovilizados

política e ideológicamente, o bien movilizados hacia formas

ilusorias de lucha de clases que conducen al fracaso.

Todo esto nos demuestra que la única solución que hoy en día le queda a los universitarios para poder distinguir entre ideología burguesa y marxismo científico es la de abandonar el terreno de la ideología, el terreno del "método general", el terreno del "método dialéctico", para entrar y avanzar con profundidad en el terreno de la ciencia marxista, estudiando y asimilando, antes que todo, El capital. Leer El capital es, entonces, la tarea política más importante de los universitarios marxistas, principalmente de los estudiantes y profesores en cien-cias sociales (escuelas de economía, filosofía, ciencias políticas y sociales, psicología, etcétera). La tarea política mayor es así una tarea teórica, científica.

4) Puede conducir al universitario a prácticas políticas erróneas destinadas al fracaso y a la represión. Al esfumarse la distinción entre ideología y ciencia, entre ideología burguesa "marxista" y ciencia marxista, la lucha de clases ideológica -que es la forma de la lucha de clases propia a la Universidad- es neutralizada y sometida. Aparecen entonces formas ilusorias de la lucha de clases dentro de la Universidad, convenientes a la clase y a la ideología dominantes en el Estado. Ilusorias, porque en realidad no son formas de lucha de clases, no son luchas entre clases, sino todo lo contrario: son prácticas "políticas" destinadas a desplazar, a poner en último plano, a ocultar, la verdadera y esencial lucha de clases dentro de la Universidad, la lucha de clases ideológica, con el fin de preservar la dominación de la ideología de la clase burguesa. Conocemos cuáles son estas formas ilusorias de lucha de clases en la Universidad: la lucha entre el estudiante y el profesor, la lucha entre la "base" de estudiantes y profesores y los administradores y autoridades de la Universidad, la lucha entre la Universidad y el Estado (lo cual

47

oculta el carácter de institución de Estado de la Universidad),

etcétera.

En todos estos casos, uno de los términos es identificado con la clase "dominada" (estudiantes, "base" universitaria, Universidad), y el otro con la clase "dominante" (profesores, administradores y autoridades, Estado). Tales conflictos existen pero nunca son, ni pueden ser, luchas de clases. Son simplemente conflictos que obedecen a razones diferentes que las de la lucha de clases.

49

SEGUNDA PARTE

TESIS SOBRE LA FILOSOFÍA

/. LA CATEGORÍA FILOSÓFICA DE MATERIA

n la filosofía, y especialmente en la "teoría del conocimiento", la categoría de materia es fundamental. De la concepción que se tenga sobre esta categoría

depende el curso del razonamiento de una filosofía. En el caso del materialismo resulta todavía más importante el definir la categoría de materia.

TESIS 1: "La materia es una categoría filosófica que sirve para designar a la realidad objetiva que es dada al hombre en sus sensaciones, que es copiada, fotografiada, reflejada por nuestras sensaciones, que existe independientemente de ellas." (98)

La materia es el nombre de la realidad objetiva. La materia es la realidad objetiva. La realidad objetiva existe independientemente de las sensaciones del ser humano. Lo que hacen las sensaciones es reflejar (captar, copiar, fotografiar) a la realidad objetiva (materia) en la mente del ser humano.

La realidad objetiva (materia) es todo lo que existe, incluyendo al ser humano y sus sensaciones, ideas, pensamientos.

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En otras palabras, las ideas son también realidades objetivas y, en ese sentido, son materia. Las ideas -las de otros y las mías son materia porque tienen una existencia objetiva, independientemente de que mis sentidos las capten o no. Las ideas que yo mismo produzco existen independientemente de que otros o yo mismo las captemos a través de nuestras sensaciones.

La conciencia es materia cuando es enfocada como objeto de estudio, porque es una realidad objetiva exterior a otra conciencia: la de aquél que la estudia. La conciencia (objeto de estudio) le es dada al estudioso (sujeto) en sus sensaciones como cualquier otra forma de la realidad objetiva.

Lenin señala: "Naturalmente, la contradicción entre la materia y la conciencia no tiene significado absoluto más que dentro de los límites de un dominio muy restringido: exclusivamente dentro de los límites de la cuestión gnoseológica (teoría del conocimiento, epistemología) fundamental acerca de qué es lo que hay que reconocer como lo primario y qué hay que reconocer como lo secundario. Más allá de estos límites, la relatividad de tal contraposición no suscita duda alguna." (114)

TESIS 2: La idea es materia en tanto que es realidad objetiva

que tiene existencia independientemente de que se la

conozca o no. Es decir, hay identidad absoluta entre idea y

materia en tanto que ambas son realidad objetiva. La

oposición entre idea y materia sólo surge cuando se

establece una relación de conocimiento entre un ser humano

(sujeto) y una determinada realidad objetiva (objeto). Esta

realidad objetiva a conocer puede ser también una idea, como

cuando estudiamos un libro o analizamos las ideas propias o

de otros.

La idea tiene, así, un doble estatuto: Por una parte, es materia en su estatuto de realidad objetiva (objeto) que existe independientemente de que se la conozca o no. Por otra parte, es idea

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-en oposición a la materia o realidad objetiva- en su estatuto de

conciencia del sujeto que emprende el conocimiento de un

objeto o realidad objetiva.

En otras palabras, la idea es objetiva en tanto que materia, o

subjetiva en tanto que conciencia que emprende el acto de

conocimiento de la materia o realidad objetiva.

La división de la realidad objetiva en materia e idea sólo adquiere sentido en el momento preciso en que el ser humano (sujeto) está realizando el acto de conocer (de someter a sus sensaciones) a la materia o realidad objetiva (objeto). Fuera del acto de conocimiento (es decir, fuera de los límites de la relación de conocimiento) la idea vuelve a su identidad absoluta con la materia.

En consecuencia, la división y oposición entre idea y materia es relativa -es decir, está en relación con el acto de conocimiento-, mientras que la identidad entre idea y materia es absoluta fuera del acto de conocimiento.

Lenin está de acuerdo con Engels cuando éste califica de

"confusionismo" todo intento de mantener -absolutizar- la

división y separación entre materia e idea fuera del acto de

conocimiento. Este "confusionismo" presenta tres vertientes:

1) Establecer una división, separación y oposición absolutas entre idea y materia, entre el ser y el pensar, con la finalidad de demostrar que hay dos mundos: el de la idea y el de la materia. Se llega así a la conclusión idealista de que el mundo de la idea (lo eterno) crea y determina al mundo de la materia (lo efímero).

2) Establecer una identidad entre idea y materia, pero a partir de (y conservando) la distinción u oposición entre ambas, con la finalidad de dar el salto del materialismo al idealismo: si la idea es

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idéntica a la materia, es que la materia es idea. Es decir, la realidad

objetiva (materia) es idea. Se llega así al idealismo absoluto.

3) Intentar ir más allá ("superar") de la oposición entre idea y

materia. Se llega así al "agnosticismo" que oscila entre el ma-

terialismo y el idealismo, entre el realismo y el solipsismo.

TESIS 3: Mantener la división, separación y oposición en-

tre idea y materia fuera del acto de conocimiento conduce a

diferentes vertientes de idealismo.

Considerada en tanto que realidad objetiva, la idea (el pensamiento, la conciencia, las sensaciones, los conocimientos) no es más que una forma, propiedad o atributo, de la materia, de la misma manera que una piedra o una planta son formas, propiedades o atributos, de la realidad objetiva, como lo de-muestra la teoría de la evolución del planeta y de las especies. El conocimiento (pensamiento) es el "producto supremo" de la naturaleza.

Fuera del acto de conocimiento las ideas producidas son realidades objetivas, formas diferentes de la materia en su permanente evolución. Por ello mismo, no es posible hablar de una correspondencia o equivalencia entre el conocimiento y el objeto, como si el conocimiento fuese la imagen ideal del objeto material que se mira en un espejo (concepción especular). Cuando el conocimiento de un objeto ya ha sido producido, este conocimiento o idea concreta no es más que una expresión, una modalidad, un atributo más, una propiedad más, una particularidad más, del objeto (realidad objetiva) y, en consecuencia, ese conocimiento forma parte de la realidad objetiva y del objeto en cuestión.

TESIS 4: Suprimir la distinción, la separación, la oposición, entre idea y materia durante el acto de conocimiento con-duce al idealismo.

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Pensar que idea y materia, sujeto y objeto, son idénticos durante el acto de conocimiento equivale a eliminar la distinción entre la realidad objetiva exterior a los sentidos (la cosa en sí) y el conocimiento de esa realidad exterior (la cosa para nosotros). Equivale también a eliminar la distinción entre lo determinante (la realidad objetiva, la materia) y lo determinado (el conocimiento, la idea).

Al eliminar en el proceso de conocimiento la distinción entre realidad objetiva (objeto) y sensaciones (sujeto) se llega a la conclusión de que los conocimientos son puramente sensa-ciones y que permanecen siendo sensaciones. Esto equivale, por un lado, a suprimirle a los conocimientos su calidad de realidad objetiva. Pero, por otro lado, equivale también a creer que la realidad objetiva es pura sensación (solipsismo: sólo yo, sólo existe lo que yo percibo. Ser es percibir, essere estpercipi, decía Berkeley, el filósofo solipsista por excelencia).

Al eliminar -durante el acto del conocer- la distinción, la

separación y la oposición entre idea y materia, entre sujeto y

objeto, se elimina, de hecho, la teoría del conocimiento y la

cuestión básica de la gnoseología, las cuales consisten precisa-

mente en saber si la realidad objetiva es o no la que suscita las

sensaciones. En otras palabras, elimina la cuestión de saber qué

es lo determinante en el proceso del conocimiento: la materia o

la idea, la realidad objetiva o las sensaciones.

Dice Lenin: "Es una confusión pretender que en la noción de materia hay que incluir también al pensamiento, puesto que con tal inclusión pierde sentido la antítesis gnoseológica entre la materia y el espíritu, entre el materialismo y el idealismo".

TESIS 5: Eliminar durante el proceso de conocimiento la distinción, separación y oposición, entre idea y materia

conduce a la imposibilidad de conocer a la realidad

objetiva. Igual

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ocurre si se mantiene la distinción, separación y oposición,

entre idea y materia fuera del proceso de conocimiento.

En efecto, si se elimina la separación entre idea y materia se llega a la conclusión de que sólo puedo conocer mis sensaciones pero nunca podré conocer "realmente" lo que está fuera de mis sensaciones (la "caverna" de Platón, donde sólo se veían las sombras de la realidad exterior pero nunca la realidad exterior misma). Solipsismo.

De igual manera, si se mantiene eternamente la separación entre idea y materia se llega a la conclusión de que el mundo material y el mundo ideal son de naturaleza diferente y que, en consecuencia, no me es posible conocer la cosa en sí, sino únicamente las sensaciones de algo que me es inaccesible. En otras palabras, que me es imposible transformar la cosa en sí en cosa para mí.

Lenin: "El agnóstico ni siquiera admite la idea de las cosas en sí, declarando que no podemos conocer nada cierto acerca de ellas". (81)

Finalmente, hay filósofos que pretenden "superar" la

distinción, separación y oposición entre idea y materia, entre

pensar y ser, entre realidad objetiva y sensación -tanto dentro

del acto de conocimiento como fuera de él- sosteniendo que "la

verdad no se encuentra en el justo medio entre corrientes

enemigas (materialismo e idealismo) sino fuera de ambas"

(Bogdanov).

Es decir, que estos filósofos pretenden elaborar una gnoseología (teoría del conocimiento, epistemología) que escape de la gnoseología y que "supere" la distinción básica entre los dos elementos del proceso de conocimiento: el universo a conocer (realidad objetiva, materia) y el sujeto que procede a conocerlo (idea). Esta pretensión conduce, a final de cuentas, al idealismo,

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en cuanto que acaba por diluir a la realidad objetiva en las

sensaciones, que son las únicas seguras para esos filósofos,

puesto que la realidad objetiva en sí misma permanece

inabordable ahí, se la conozca o no.

TESIS 6: La filosofía trabaja con categorías, la ciencia con

conceptos. Las categorías son conceptos absolutamente

generales y abstractos. Los conceptos de las ciencias son

particulares y concretos. Las categorías no son

conocimientos sino simples indicaciones que señalan una

dirección. Los conceptos sí son conocimientos. Confundir

categorías con conceptos, o conceptos con categorías,

conduce al idealismo.

La distinción entre filosofía y ciencia tiene como correlato la distinción entre las categorías de materia e idea y los conceptos de las diversas formas de la realidad objetiva (incluyendo las ideas, las cuales existen independientemente de que las conoz-camos o no).

Los conceptos de la ciencia se refieren a las diferentes formas o expresiones de la materia (realidad objetiva), mientras que las categorías de la filosofía no se refieren a ninguna forma o expresión de la materia sino que simplemente designan a la materia (realidad objetiva) como tal, fuera del acto del conocimiento, o a la idea como tal, durante el acto de conocimiento.

TESIS 7: La categoría filosófica de materia es la abstracción

de todas, absolutamente todas, las formas particulares de la

materia. Designa pura y simplemente a la realidad objetiva

que existe independientemente de nuestros sentidos,

independientemente de que la conozcamos o no.

La categoría filosófica de materia sirve únicamente para designar lo más general que existe: la realidad objetiva. En ella no cabe hablar de formas particulares de la materia. Son las

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ciencias, y no la filosofía, las que se interesan en las diferentes

expresiones o formas particulares de la materia, con la finalidad

de conocerlas. Toda ciencia tiene un dominio específico de

estudio de la realidad objetiva, cuyo conocimiento se realiza a

través de sucesivas transformaciones de la "cosa en si en "cosa

para nosotros", que descubren progresivamente nuevos aspectos

y propiedades del objeto de estudio. Los conceptos científicos

son las expresiones de esos nuevos conocimientos de la

realidad. Siendo el conocimiento de una realidad un proceso de

transformación, el conocimiento se halla en un constante e

interminable proceso de definición y de profundización.

Por el contrario, la categoría filosófica de materia no aspira a ser especificada ni definida, pues ella misma no es más que el objeto general al que las ciencias en su conjunto aspiran a conocer, es decir, es la realidad objetiva. La categoría de materia no puede ser definida por la filosofía: definirla es tarea de las ciencias.

No tener clara la distinción entre concepto científico de materia y categoría filosófica de materia puede conducir con facilidad al error de convertir la definición científica de una forma de la materia en "definición" filosófica de la materia (realidad objetiva en general), es decir, de convertir ilusoriamente una forma específica de la materia en la materia en general y, por lo tanto, al error de confundir ciencia y filosofía, conclusiones científicas y conclusiones gnoseológicas.

Es esta confusión la que permite a los científicos caer en el error de intervenir en la filosofía con motivo de los nuevos descubrimientos que producen en sus ciencias, es decir, con motivo de las nuevas definiciones científicas de la materia, transformándolas en nuevas "definiciones" de la materia en general (realidad objetiva), confundiendo así a la parte con el todo.

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TESIS 8: Confundir categoría filosófica de materia y concepto

científico de materia conduce a los científicos erróneamente

a pretender "definir" a la categoría filosófica de materia a

partir de los conceptos de sus ciencias particulares. Con

ello confunden la parte con el todo, confunden una forma

particular de la materia con la materia en general

(metonimia). Caen en el error de creer que la parte

determina al todo, es decir, caen en el idealismo.

En su obra Materialismo y empiriocriticismo Lenin critica a los científicos de la física Mach y Avenarius por pretender hacer filosofía y querer definir a la materia en general a partir del descubrimiento de que el átomo no tiene "materia" sino que es energía. De ahí derivan que la "materia" ha desaparecido. Lenin señala que aceptar la "desaparición" de la materia equivaldría a aceptar también la desaparición de las ciencias, pues desapa-recería el objeto de las ciencias: la realidad objetiva.

El hecho de que el avance de la ciencia física permita profundizar en el conocimiento del átomo, considerado como el elemento fundamental de la materia, no altera en lo más mínimo a la categoría filosófica de materia, ni mucho menos "desaparece" a la materia (realidad objetiva). Dice Lenin:

"Que la materia desaparece quiere decir que desaparecen los límites dentro de los cuales conocíamos la materia hasta ahora, y que nuestro conocimiento se profundiza. Desaparecen propiedades de la materia que anteriormente nos parecían absolutas, inmutables, primarias (impenetrabilidad, inercia, masa, etcétera) y que hoy se revelan como relativas, inherentes solamente a ciertos estados de la materia. Porque la única 'propiedad' de la materia con cuya admisión está ligado el materialismo filosófico es la propiedad de ser una realidad objetiva, de existir fuera de nuestra conciencia". (207)

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"No puede permitirse de ningún modo confundir, como lo hacen los adeptos de Mach, la doctrina sobre esta o la otra estructura de la materia con la categoría gnoseológica; contundir la cuestión de las nuevas propiedades, de las nuevas variedades de la materia (de los electrones, por ejemplo), con la vieja cuestión de la teoría del conocimiento, con la cuestión de los orígenes de nuestro conocimiento, de la existencia de la verdad objetiva". (98)

Lenin advierte que toda confusión o identificación entre la categoría filosófica de materia (cuya función es señalar la única propiedad general de la materia que es la de existir independientemente del pensamiento) y los conceptos científicos de materia (cuya función es expresar las infinitas propiedades de las infinitas formas de la materia) conduce a la negación de esa única propiedad filosófica de la materia que es ser realidad objetiva y, por lo tanto, conduce a la negación de la realidad objetiva. Podría parecer que una confusión entre categoría filosófica y concepto científico de materia es una confusión inocente. Sin embargo, es todo lo que piden el idealismo y la religión para sustraer de la posición materialista al filósofo.

Lenin: "Una vez que negáis la realidad objetiva que nos es dada en la sensación habéis perdido ya toda arma contra el fideísmo, puesto que habéis caído ya en el agnosticismo o en el subjetivismo, y el fideísmo no os pide más". (274)

"El idealismo no es más que una forma afinada, refinada, del fideísmo, que persiste armado con todas sus armas, dispone de muy vastas organizaciones y, sacando provecho de los menores titubeos del pensamiento filosófico, continúa incesantemente su acción sobre las masas". (285)

El avance de las ciencias es la reafirmación de que la realidad objetiva puede ser conocida, a través de los sentidos, pro-

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gresivamente con mayores detalles, con mayor profundidad, con mayor definición.

La categoría filosófica de materia no tiene como función más que designar a la realidad objetiva que es dada a los sentidos. Agregarle algo más, conduce a confundirla con algún concepto científico relativo a un aspecto particular de la materia (realidad objetiva).

TESIS 9: Las dos únicas categorías con las que trabaja la fi-

losofía son la categoría de materia y la categoría de idea. La

filosofía únicamente establece la relación jerárquica entre

estas dos categorías. La filosofía materialista establece que

la materia determina a la idea, es decir, que la materia es lo

primario y determinante en el proceso del conocimiento. La

filosofía idealista, a la inversa, establece que la idea es lo

primario y determinante en el proceso de producción de los

conocimientos. En otras palabras, la única definición que

admiten las categorías filosóficas de materia y de idea es la

definición de su jerarquía: la materia determina a la idea

(materialismo), o la idea determina a la materia (idealismo).

Fuera de esta definición no puede haber otras

"definiciones" filosóficas de materia e idea.

Lenin: "No es posible dar otra definición de las dos últimas categorías de la gnoseología más que indicando cuál de ellas es considerada como primaria." (113) "El materialismo considera a la naturaleza como lo primario y al espíritu como lo secundario; pone al ser en el primer plano y al pensar en el segundo. El idealismo hace precisamente lo contrario." (74)

Las categorías filosóficas de materia y de idea no se definen por ningún contenido, por ninguna forma específica de la materia o de la idea. Su única definición es la relación jerárquica entre ellas en el proceso de conocimiento.

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Plantearse la cuestión de la jerarquía entre materia e idea fuera del proceso de conocimiento no tiene sentido, ya que en una ciencia no cabe decir que un concepto es idealista o ma-terialista. Por ello, Lenin y Engels llaman "confusionismo" al hecho de plantear la dicotomía materia/idea fuera de la relación gnoseológica.

Confundir categorías filosóficas y conceptos científicos, así como pretender "definir" a las categorías filosóficas ("definir" a la materia, a la realidad objetiva) es perder el tiempo construyendo castillos en el aire, lo cual no hace avanzar un milímetro a la ciencia de la cual parte la pretensión filosófica de "definir" a la materia o a la idea.

TESIS 10: La filosofía materialista sostiene una única proposición: el conocimiento es la propiedad subjetiva de la realidad objetiva. La filosofía idealista sostiene que el conocimiento es la propiedad subjetiva de la idea, de la sensación, lo cual es una tautología: la idea es la idea.

Para el materialismo, las sensaciones, las ideas, los

conocimientos, sólo son formas, expresiones, de la realidad

objetiva. Pero estas formas son producidas mediante la

vinculación entre la realidad objetiva y el sistema sensible del

ser humano (las sensaciones). Así, los conocimientos son

expresiones o productos subjetivos (productos del sujeto

sensible) de la realidad objetiva. Suponer que los conocimientos

son el producto de las sensaciones equivale a una tautología: un

conocimiento es un conocimiento, un conocimiento es el

producto de otro conocimiento.

Lenin: "El sofisma de la filosofía idealista es considerar a la sensación no como vínculo de la conciencia con el mundo exterior sino como un muro que separa a la conciencia del mundo exterior; no como la imagen de un fenómeno exterior correspondiente a la sensación sino como lo único existente'." (36)

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Lo más interesante de todo es que, por lo general, el

idealismo hace un "rodeo" por el materialismo, es decir, parte

de la suposición de que el mundo -la realidad objetiva- es pro-

ducido o determinado por la idea, pero que después, a nivel

humano y terrenal, la idea -los conocimientos- son derivados

del mundo exterior al sujeto.

Lenin distingue entre dos tipos de idealismo: 1) el idealismo "sencillo" o idealismo subjetivo, que es el que toma partido inmediatamente por el idealismo (la idea determina a la materia) sin mayor rodeo (por ejemplo, Berkeley); y 2) el idealismo "complicado" o idealismo objetivo, que da un rodeo por el materialismo para llegar al idealismo (por ejemplo, Hegel).

Lenin: "La esencia del idealismo consiste en tomar lo psíquico como punto de partida; la naturaleza está deducida de él, v ya después la conciencia humana ordinaria es deducida de la naturaleza." (179)

"También en Hegel la experiencia psíquica (bajo el nombre de idea absoluta) viene en primer lugar, y luego el mundo físico, la naturaleza, situada 'más alta', y por fin el conocimiento humano que, a través de la naturaleza, concibe a la idea absoluta." (179)

//. LA PLURALIDAD DE LAS FILOSOFÍAS

TESIS 11: Todo intento de dar una definición de la categoría de materia o de la categoría de idea más allá del simple señalamiento de la jerarquía entre ambas categorías equivale a reducir la realidad objetiva a alguna de sus formas particulares.

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Los físicos "definen" a la materia a partir, por ejemplo, del

concepto de estructura mecánica y así construyen una filosofía

"mecanicista". Los biólogos parten del concepto de organismo

para concluir que la estructura fundamental de la materia es el

organismo y así construyen la filosofía "organicista". Los

matemáticos modernos generalizan su concepto de sistema

para definir a la materia y así construyen la filosofía

"cibernetista" o "sistémica".

Lenin: "El mundo es la idea absoluta, decía Hegel. El mundo es voluntad, decía Schopenhauer. El mundo es noción y representación, dice el inmanentista Rehmke. El ser es conciencia, dice el inmanentista Schuppe. Lo físico es la sustitución de lo psíquico, dice Bogdanov." (180)

En efecto, debemos distinguir entre la filosofía "pura" y las diferentes "formas" que asume la filosofía cuando se opera la generalización de una definición particular de la materia, a partir de alguna de las ciencias, a la materia en general (realidad objetiva). Es pertinente notar que esta generalización de una definición particular de materia a la realidad objetiva equivale a una reducción de la realidad objetiva a una de sus múltiples definiciones o formas o conceptos.

En otras palabras, la operación que consiste en "definir" a la categoría filosófica de materia se desdobla en dos operaciones simultáneas: 1) convertir la parte en el todo {generalización); 2) convertir el todo en la parte (reducción).

Mediante esta operación se construyen las diferentes "formas" de la filosofía y se construye al mismo tiempo el "espacio de conflicto entre las diferentes formas de la filosofía". En efecto, cada nueva o diferente forma (definición) de la filosofía surge precisamente en virtud de que la persona que construye la nueva forma no está de acuerdo con las formas existentes de la filosofía.

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TESIS 12: Cada "definición" de la materia o de la idea

conduce a construir una "forma" de la filosofía. Puesto que

cada ciencia particular pretende definir a la materia o a la

idea desde sus conceptos particulares, se conforman tantas

filosofías -sistemas filosóficos o formas de la filosofía- como

conceptos particulares de las diversas ciencias se erijan en

definiciones de la materia o de la idea en general.

La "definición" de la categoría de materia o de idea consiste en convertir a la estructura de una forma particular de la realidad objetiva en supuesta estructura fundamental, última, esencial, de la realidad objetiva en general (entendiendo que la realidad objetiva es considerada como materia o como idea, según que la filosofía sea materialista o idealista).

TESIS 13: Las ciencias unen. La filosofía divide.

La generalización de un concepto particular de una ciencia a la realidad objetiva (o lo que es lo mismo, la reducción de la realidad objetiva a un concepto particular) ha sido siempre una práctica común del ser humano. Es por ello que existen tantas filosofías ("formas" o sistemas de la filosofía) como operaciones de generalización-reducción se efectúan en un momento histórico dado. En el ámbito de la filosofía hay, por lo tanto, tantas interpretaciones de la realidad objetiva como operaciones de generalización-reducción se efectúen (cada cabeza es un mundo). En cambio, en las ciencias la definición (conocimiento científico) de cada uno de los aspectos de la realidad objetiva es prácticamente única y es reconocida con unanimidad cuando ya ha sido probada por los criterios específicos de cada ciencia.

Es por ello que los conceptos de la ciencia unen a los seres humanos, mientras que las formas de la filosofía los dividen.

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La función de las formas de la filosofía es justamente servir de

apoyo a las divisiones y conflictos que existen por otros motivos

(económicos, políticos, sociales) entre los seres humanos, lo cual

explica la vigencia permanente de la pluralidad de filosofías.

TESIS 14: Toda definición de la realidad objetiva (materia) conduce al idealismo.

La gran trampa en la que los materialistas caen y que los conduce al idealismo es la tentación de definir a la materia en su búsqueda del "método científico" (método general) que les permita producir conocimientos científicos materialistas.

Definir a la realidad objetiva a partir de un concepto científico particular equivale a convertir a ese concepto particular en "esencia" de la realidad objetiva.

La noción de "esencia" es producida por esta operación de

"definir" a la realidad objetiva. En otras palabras, la "esencia"

(estructura fundamental, última, la estructura común a todas

las estructuras particulares existentes) de la realidad objetiva es

el resultado de la doble operación de generalizar la parte en el

todo y de reducir el todo a la parte.

La "esencia" es la característica de todo idealismo y de toda teología, pues a la "esencia" se le atribuyen todas las "propiedades" de Dios: es la estructura de todas las estructuras habidas y por haber; por lo tanto, es la estructura previa a toda existencia particular; es eterna y omnipresente; es independiente de toda existencia particular y concreta; es la idea, el espíritu, el alma que toma cuerpo en la materia, es decir, en las formas particulares de la materia.

TESIS 15: La "esencia" -resultado de la "definición" de la

realidad objetiva- es convertida en método general para

producir el conocimiento de la realidad objetiva.

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Cuando se generaliza el conocimiento de la estructura de una forma particular de la realidad objetiva y se le convierte en es-tructura fundamental - 'esencia' -de la realidad objetiva en general. esa estructura se convierte al mismo tiempo en método general O procedimiento general para producir los conocimientos "científicos" de los múltiples aspectos de la realidad objetiva.

El método general (es decir, la "esencia" o estructura

fundamental de la realidad objetiva) se "aplica" a la realidad

objetiva para producirle su conocimiento científico.

La aplicación de un método general a la realidad objetiva genera un sistema filosófico.

De esta manera, pueden generarse tantos sistemas filosóficos (o filosofías, o formas de la filosofía) como métodos generales (o esencias) puedan generarse a partir de una "definición" de la categoría de materia o de la categoría de idea. Al mismo tiempo, puede haber tantas definiciones de las categorías de materia o idea como lo requieran los filósofos, en función de sus circunstancias. La pluralidad de las filosofías está siempre abierta a "nuevas" filosofías.

Veremos más adelante que el "método general" se aplica no a la realidad objetiva sino a los conocimientos que las diversas ciencias ya han producido con sus métodos específicos. El "método general" únicamente impone -como un sello- a esos conocimientos la estructura que ese filósofo ha erigido como "esencia" de la realidad objetiva.

En el caso del filósofo idealista puro (es decir, que no da un "rodeo" por el materialismo para llegar al idealismo) existe la conciencia y la convicción de que la "esencia" o "método general" es el procedimiento para combinar, ordenar, estructurar, a las sensaciones para convertirlas en conocimientos científicos.

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TESIS 16: El idealismo también puede conducir hacia el

materialismo.

Hume señalaba que si se duda de la existencia del mundo

exterior (realidad objetiva, materia) no hay razón de que no se

dude también de un Ser Supremo. Ambos tendrían la misma

dificultad para comprobar su existencia.

Lenin: "Recurrir a la veracidad del Ser Supremo para demostrar la veracidad de nuestros sentidos es ciertamente dar un rodeo completamente imprevisto (...) Tan pronto como pongamos en duda la existencia del mundo exterior, difícilmente podríamos encontrar argumentos con qué poder probar la existencia de tal Ser". (23)

Esta tesis es de la mayor importancia porque nos lleva a la

cuestión política y filosófica siguiente: ¿Cómo un idealista

puede convertirse en materialista? ¿Cómo un creyente en Dios

puede convertirse en ateo?

En nuestros días (inicios del siglo XXI), cuando el idealismo no sólo es difundido e infundido por la filosofía o las Iglesias sino fundamentalmente por los medios de comunicación de masas (essere est percipi), la clave de la politización materialista consiste en saber cómo el idealismo presenta un "talón de Aquiles". Si el idealismo es el opio de los pueblos, la tarea política fundamental es prevenir y curar esa adicción al opio idealista.

///. EL CRITERIO DE LA PRÁCTICA

Tesis 17: Cuando no se establece la separación y distinción

entre materia e idea durante el proceso de conocimiento se

cae inevitablemente en el idealismo, es decir en la identidad

(.7

entre materia e idea, realidad objetiva y conocimiento. A partir de entonces, el "criterio de verdad" para saber si el conocimiento de una realidad objetiva (objeto) corresponde efectivamente a esa realidad objetiva consiste en una comparación entre dos ideas: por un lado, ese conocimiento (idea) y, por otro, la realidad objetiva u objeto identificado a la idea, que resulta ser ese mismo conocimiento. En otras palabras, el "criterio de verdad" se convierte en una tautología: Idea=Idea, conocimiento=conocimiento, realidad objetiva=realidad objetiva.

En efecto, cuando durante el acto de conocer no se establece la separación entre la materia y la idea (realidad objetiva y conocimiento de esa realidad objetiva) el problema de la "verdad" se convierte en un falso problema que se resuelve mediante tautologías, de donde resulta que el conocimiento producido por el filósofo siempre es "verdadero" porque siempre coincide con el objeto (convertido, a su vez, en conocimiento). La comparación tautológica es, así. el mecanismo mediante el cual toda "teoría del conocimiento" y toda filosofía se reafirman a sí mismas como verdaderas. La tautología es la razón de existencia y permanencia de toda filosofía. El mecanismo de la tautología es lo que sostiene, en consecuencia, la pluralidad siempre abierta de las filosofías porque reafirma a toda filosofía como "verdadera", por opuesta que sea a las demás.

Para todas las filosofías (toda filosofía es, en este sentido.

idealista) el "criterio de verdad" es infalible.

TESIS 18: Cuando sí se establece -durante el acto del conocer- la separación y distinción entre la materia y la idea, entre la realidad objetiva y el conocimiento de esa realidad objetiva, el "criterio de verdad" (saber si el conocimiento corresponde efectivamente a esa realidad objetiva) ya no puede ser la comparación tautológica entre ideas iguales sino que tiene que ser la experimentación práctica.

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La única manera de salir del círculo vicioso de la tautología idealista y de comprobar si efectivamente el conocimiento cor-responde a la realidad objetiva que enfoca es someter a ese conocimiento a la experimentación práctica.

En otras palabras, el "criterio de verdad" de un conocimiento no puede establecerse en el interior del conocimiento sino que tiene que establecerse en relación con la realidad objetiva ex-terior al conocimiento. Esta relación, este vínculo, entre cono-cimiento y realidad objetiva es la práctica.

Lenin: "La práctica humana demuestra la justeza de la teoría materialista del conocimiento, decían Marx y Engels calificando de 'escolástica' y de 'subterfugios filosóficos' los intentos de resolver la cuestión gnoseológica fundamental al margen de la práctica". (106)

Lenin citando a Engels: '"Desde el momento en que aplicamos las cosas, con arreglo a las propiedades que percibimos de ellas, a nuestro propio uso, sometemos las percepciones de nuestros sentidos a una prueba infalible en cuanto a su exactitud o falsedad. Si estas percepciones fuesen falsas, lo sería también nuestro juicio acerca de la posibilidad de emplear la cosa de que se trata, y nuestro intento de emplearla tendría que fracasar forzosamente. Pero si conseguimos el fin perseguido, si encontramos que la cosa corresponde a la idea que nos formábamos de ella, que nos da lo que de ella esperábamos al emplearla, tendremos la prueba positiva de que, dentro de estos límites, nuestras percepciones acerca de esta cosa y de sus propiedades coinciden con la realidad existente fuera de nosotros'". (82)

TESIS 19: Cuando, fuera del acto del conocer, se establece

una separación absoluta entre la realidad objetiva y el

conocimiento, se cae en la imposibilidad de saber si el cono-

cimiento corresponde efectivamente a la realidad objetiva

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que enfoca, puesto que se parte del hecho de que esta separación absoluta nos impide conocer a la realidad objetiva misma y que sólo podemos conocer a nuestras sensaciones. De esta manera, el "criterio de verdad" sólo puede establecerse al interior del conocimiento (tautología). Es decir, de la separación absoluta entre realidad objetiva y conocimiento se llega inmediatamente a la identidad absoluta entre objeto y conocimiento (tautología).

TESIS 20: El criterio de la práctica, en tanto que sustituye al

"criterio de verdad", tiene como función el impedir caer en las

dos vertientes del idealismo: 1) cuando se establece. durante el

acto del conocer, la identidad absoluta entre realidad objetiva y

conocimiento; 2) cuando se establece, fuera del acto del

conocer, la separación absoluta entre realidad objetiva y

conocimiento.

TESIS 21: La práctica es una categoría filosófica que designa la relación (el vínculo) entre el conocimiento y la realidad objetiva. En tanto que categoría filosófica, la práctica no admite ninguna "definición" particular. Todo intento por "definir" la categoría filosófica de práctica conduce a convertir a una práctica específica en método general y, en consecuencia, conduce al idealismo. En otras palabras, reducir la categoría filosófica de práctica a una práctica específica de alguna ciencia equivale a erigir a una práctica específica en categoría general de práctica supuestamente válida para todas las prácticas.

TESIS 22: La categoría filosófica de práctica debe distinguirse de los conceptos científicos de práctica correspondientes a ciencias y a conocimientos específicos. De hecho, la categoría filosófica de práctica establece la separación absoluta entre la filosofía (materialista o idealista) y las ciencias. En las ciencias sólo existen prácticas específicas

70

y concretas. La categoría filosófica de práctica sólo designa

al conjunto infinito de prácticas científicas, es decir, al

conjunto de relaciones entre el conocimiento y la realidad

objetiva durante el proceso de conocimiento.

El criterio de la práctica-que es lo opuesto al "criterio de verdad" tautológico- rompe con todo intento de construir teorías del conocimiento basadas en métodos generales de producción del conocimiento en general, es decir, rompe con todo intento de construir métodos científicos "previos" a las ciencias. El criterio de la práctica designa la necesidad de "practicar" directamente los métodos específicos propios de cada ciencia como única garantía para llegar al conocimiento científico. En este sentido, la categoría filosófica de práctica establece una línea de demarcación entre la filosofía y las ciencias, impidiendo así tanto la invasión de la filosofía sobre las ciencias (a través de métodos generales) como la invasión de las ciencias (o más bien de los científicos) sobre la filosofía, invasión que tiene también por finalidad generar métodos generales que, a su vez, sirvan para invadir, de retorno, a las ciencias. Es decir, a través de la invasión de una ciencia sobre la filosofía, esta ciencia en cuestión invade a las otras ciencias al quererles imponer un supuesto método general para producir sus ciencias respectivas. El criterio de la práctica alude a una realidad ajena a la filosofía: las prácticas particulares de cada ciencia.

Cada conocimiento científico particular tiene la prueba de su correspondencia (verdad) con la realidad objetiva, de la cual es propiedad subjetiva, en su propia práctica (teórica y material) específica. Es obvio que el conocimiento sobre la sociedad no puede probarse mediante las prácticas de la ciencia química, por ejemplo, o viceversa.

La transformación de un concepto particular en método

general tiene, entre otras, la finalidad de sustituir con un cono

71

cimiento artificial lo que todavía no puede ser conocido por la ciencia específica, es decir, de encubrir la ignorancia de una realidad con el conocimiento de otra realidad diferente. El filósofo materialista Holbach (I lelvetius) decía que para evitar la construcción de métodos generales (siempre idealistas) había que ''tener la valentía de ignorar lo que todavía no puede ser conocido".

TESIS 23: El marxista vulgar reduce la categoría filosófica de práctica a la noción que él tiene de la práctica. O lo que es lo mismo, erige su noción particular de práctica en categoría filosófica de práctica; es decir, "define" a la categoría de práctica. Al hacer esto, cae en el mecanismo tautológico: "mi práctica es La práctica, La práctica es lo que yo practico; por lo tanto, tengo la razón, compruebo que mi teoría es la verdadera puesto que la he sometido a la prueba de la práctica." En estas condiciones, el criterio de la práctica, cuya función original es romper con la tautología idealista, se convierte en lo contrario, en una tautología más. La práctica tautológica es la negación del criterio de la práctica, el cual es convertido en mera justificación de la práctica (conducta asumida) de ese marxista vulgar.

IV VERDAD RELATIVA, VERDAD ABSOLUTA Y VERDAD OBJETIVA

TESIS 24: El criterio de la práctica (que se opone y sustituye al "criterio de verdad") establece relaciones entre la realidad objetiva y el conocimiento, que se expresan como relaciones entre, por un lado, la verdad y el error, y, por otro lado, entre la verdad absoluta, la verdad relativa y la verdad objetiva.

Lenin: "El problema de si al pensamiento humano se le

puede atribuir una verdad objetiva no es un problema teórico

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sino un problema práctico. Es en la práctica donde el hombre tiene que demostrar la verdad, es decir, la realidad y el poderío, la tcrrenalidad de su pensamiento. El litigio sobre la realidad o irrealidad de un pensamiento aislado de la práctica es un problema puramente escolástico [...] La expresión 'verdad objetiva' del pensamiento no significa otra cosa que la existencia de los objetos (= 'cosas en sí'), reflejados verdaderamente por el pensamiento". (78)

En otras palabras, la verdad objetiva es el reconocimiento de que

el concepto es la expresión subjetiva de una realidad objetiva.

En este sentido, no se puede hablar de verdad objetiva cuando

se establece una relación de comparación (o de correspondencia)

exclusivamente en el seno del pensamiento entre dos conceptos

(conocimientos, ideas), como ocurre con el "criterio de verdad"

tautológico. Hablar de verdad objetiva es hablar de la relación entre

la realidad objetiva y su conocimiento (expresión subjetiva).

Bcrkeley decía que el problema de la correspondencia entre un conocimiento y su objeto (realidad objetiva) es un falso problema, ya que, por un lado, no es posible hacer corresponder dos cosas de diferente naturaleza, y, por otro lado, no es posible afirmar o negar la existencia de la realidad objetiva, ya que la materia prima del conocimiento son las sensaciones y no los objetos exteriores e independientes al pensamiento.

Lenin cita a Berkeley: '"Consideremos al mundo exterior, a la naturaleza, como una 'combinación de sensaciones' suscitadas en nuestra mente por la divinidad. Admitid esto, renunciad a buscar fuera de la conciencia, fuera del hombre, los 'fundamentos' de estas sensaciones'". (19)

Los agnósticos (como Kant) afirman en un principio la existencia de las "cosas en sí" (realidad objetiva), independientes de

73

la conciencia. Pero inmediatamente después afirman que estas

"cosas en sí" son incognoscibles, y que lo único que podemos

conocer son las imágenes que estas "cosas en sí" imprimen en

nuestros sentidos (sensaciones). En consecuencia, sólo podemos

confiar en la existencia de nuestras sensaciones, mas no en la

existencia de la "cosa en sí".

Lenin resume los argumentos de los agnósticos: "Nosotros -dicen- no queremos salir 'más allá de los límites de la experiencia' (es decir, de las sensaciones); para nosotros la 'representación sensible' es precisamente la realidad existente fuera de nosotros". (91) "El agnóstico dice: yo no sé si existe una realidad objetiva cuyo reflejo, cuya imagen, es dada por nuestras sensaciones, y declara imposible conocer esto [...] De aquí la negación de la verdad objetiva por el agnóstico". (97)

En la medida en que los empiristas (idealistas) no quieren salir más allá de los límites de la experiencia (sensaciones), se niegan a plantear una relación de correspondencia entre el conocimiento y la realidad objetiva, es decir, rechazan el criterio de la práctica (por "burda") y la categoría de verdad objetiva.

TESIS 25: Al negar o rechazar -durante el acto del conocer o

proceso de conocimiento- la relación y la vinculación entre

la realidad objetiva y el conocimiento de esa realidad

objetiva, se niega y se rechaza al conocimiento como verdad

objetiva. Y al mismo tiempo -en el mismo movimiento de

negación y de rechazo- se rompe la relación entre verdad

relativa y verdad absoluta, lo que conduce al relativismo,

por un lado, y al absolutismo, por otro, que son formas de

idealismo.

TESIS 26: Los relativistas reducen la verdad absoluta a verdad relativa. Los absolutistas erigen una verdad relativa en verdad absoluta. Ambos hacen equivalentes a la verdad absoluta

74

y a la verdad relativa. Así, el relativista es absolutista bajo la forma del relativismo, mientras que el absolutista es relativista bajo la forma del absolutismo. Los relativistas convierten a lo absoluto en relativo: toman el todo por la parte. Los absolutistas convierten a lo relativo en absoluto: toman la parte por el todo.

En su libro Materialismo y empiriocriticismo Lenin explica

cómo el relativismo en el campo de la física se originó en el

momento en el que los grandes descubrimientos de la

estructura del átomo, a principios del siglo XX, vinieron a

refutar las anteriores teorías que afirmaban que el átomo era la

estructura última de la materia, y a resquebrajar las concepciones

filosóficas correspondientes que veían en el átomo la unidad

del universo, es decir, de la materia en general, y daban así por

agotada la investigación de la estructura última de la materia.

Cuando la nueva física descubre que el átomo no es lo último

que puede ser conocido sino que al interior de éste se halla aún

un universo a conocer, los nuevos físicos se apresuran a hacer la

filosofía de estos descubrimientos y declaran que la materia ha

desaparecido y que de ella no queda sino una pura energía

inmaterial, totalmente relativa. Surge así una nueva filosofía

idealista que niega la existencia absoluta de la materia (realidad

objetiva), explotando los nuevos resultados de la ciencia física.

Lenin: '"La materia desaparece' (dicen los físicos-filósofos empiristas): esto quiere decir que desaparecen los límites dentro de los cuales conocíamos la materia hasta ahora, y que nuestro conocimiento se profundiza; desaparecen propiedades de la materia que anteriormente nos parecían absolutas, inmutables, primarias (impenetrabilidad, inercia, masa, etc.) y que hoy se revelan como relativas, inherentes solamente a ciertos estados de la materia. Porque la única propiedad de la materia con cuya admisión está ligado el materialismo filosófico, es

75

la propiedad de ser una realidad objetiva, de existir fuera de

nuestra conciencia". (207)

Los empiriocriticistas (empiristas) interpretaron la profundización de los conocimientos sobre la materia como la refutación de la existencia de la materia; confundieron las nuevas propiedades de la materia encontradas por la ciencia con la categoría gnoseológica de materia.

TESIS 27: La verdad objetiva es el resultado de la relación

entre la verdad absoluta y la verdad relativa.

Lenin: "Ser materialista significa reconocer la verdad

objetiva, que nos es descubierta por los órganos de los sentidos.

Reconocer la verdad objetiva, es decir, independientemente del

hombre y de la humanidad, significa admitir de una manera o

de otra la verdad absoluta." (101)

"El conocimiento es esencialmente relativo en el sentido que: 1) el hombre se va acercando progresivamente al conocimiento de los objetos a través de la suma de los conocimientos parcia-les, relativos, que tiene acerca de estos mismos objetos; 2) el objeto se halla en constante transformación, es decir, que no es igual en todas las etapas de su existencia."

Lenin dice que para Engels la verdad absoluta se constituye de verdades relativas.

Lenin cita a Engels: '"La verdad y el error, como todas las determinaciones del pensamiento que son opuestas radicalmente, no tienen valor absoluto sino en muy estrechos límites [...] Cuando transportamos fuera de este limitado orden circunscrito la antítesis de verdad y error, ésta se hace relativa y no puede utilizarse en el lenguaje riguroso de la ciencia, y si tratamos de aplicarla fuera de ese orden, dándole un valor absoluto, nuestro fracaso es

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completo, pues los dos polos de la antítesis se convierten en sus

contrarios, la verdad deviene error, y el error, verdad [Engels se

refiere, por ejemplo, a que la ley de Newton sigue siendo válida

entre ciertos límites, aunque fuera de esos límites ya no. como lo

demostró Einstein. Pero negar esa verdad sería un error) (102).

La soberanía del pensamiento se realiza en una serie de hombres

que piensan de un modo muy poco soberano; el conocimiento

que puede alegar títulos incondicionales de verdad se impone a lo

largo de una serie de errores relativos; ni uno ni otro (ni el

conocimiento absolutamente verdadero ni el pensamiento

soberano) pueden convertirse en plena realidad más que a través de

una duración infinita de la vida de la humanidad.*" (101).

Engels: "Y henos de nuevo ante una contradicción semejante a la que ya señalamos entre el carácter del pensamiento, que nos representamos como absoluto, y la realidad de este pensamiento en una multitud de seres humanos individuales de pensamientos limitados: es una contradicción que sólo puede resolverse en el progreso infinito en la serie, al menos prácticamente infinita, de las generaciones humanas sucesivas. En este sentido, el pensamiento humano posee la soberanía y no la posee, y su capacidad de conocer es tan ilimitada como limitada. Soberano e ilimitado, por su naturaleza, su vocación, su potencia. y por su objetivo final en la historia; pero sin soberanía y limitado en cada una de sus determinaciones y en uno cualquiera de sus estados." (102).

Lenin: "Así, pues, el pensamiento humano, por su

naturaleza, es capaz de darnos y nos da en efecto la verdad

absoluta, que resulta de la suma de verdades relativas. Cada fase

del desarrollo de la ciencia añade nuevos granos a esta suma de

verdad absoluta: pero los límites de verdad de cada tesis

científica son relativos, tan pronto ampliados como restringidos

por el progreso ulterior de los conocimientos." (103).

77

Lenin cita a Dietzgcn: '"Sólo relativamente podemos conocer la naturaleza y sus partes, pues cada parte, aunque es solamente una parte relativa de la naturaleza, tiene, sin embargo, la naturaleza de lo absoluto, el carácter de la totalidad de la naturaleza en sí que el conocimiento no puede agotar [...] Desde el punto de vista del materialismo moderno, es decir, del marxismo, son históricamente condicionales los límites de la aproximación de nuestros conocimientos a la verdad objetiva, absoluta, pero es incondicional la existencia de esta verdad'." (103).

En otras palabras, el progreso del conocimiento de una cosa (realidad objetiva) está condicionado históricamente por el desarrollo alcanzado hasta ese momento por las ciencias y las técnicas. Pero del hecho de que en un momento dado sólo se llegue hasta un cierto límite del conocimiento de esa porción de la realidad objetiva no puede desprenderse que ese conocimiento no corresponda a la naturaleza absoluta de esa realidad objetiva. Por otro lado, el conocimiento científico de la realidad objetiva realizado en la sucesión de generaciones humanas es un conocimiento incondicionalmente objetivo, es decir, es una verdad objetiva que existe independientemente de los hombres individuales, y que ha demostrado, por su validez a través de generaciones, su correspondencia con la realidad objetiva y su tendencia hacia alcanzar el conocimiento absoluto, la verdad absoluta. El hombre sólo tiende a conocer lo absoluto (la realidad objetiva) parcialmente, progresivamente, desechando las ideas erróneas acerca de ese absoluto. Pero cada progreso del conocimiento es un acercamiento a la verdad absoluta, a sabiendas de que ese acercamiento nunca será absoluto, ya que la realidad objetiva se halla en constante transformación.

Lenin: "De la suma de verdades relativas en el curso de su

desarrollo se forma la verdad absoluta; las verdades relativas

son imágenes relativamente exactas de un objeto independiente

de la humanidad; tales imágenes llegan a ser cada vez más

78

exactas; cada verdad científica contiene, a pesar de su relatividad, elementos de verdad absoluta." (246)

El punto por donde el relativismo efectúa el tránsito al idealismo no consiste en el reconocimiento de la relatividad de nuestros conocimientos sino de negar, en nombre del relativismo. toda medida o modelo objetivo existente independientemente del hombre, en declarar que nada es verdadero, que todo es relativo, y que por ser relativo es igualmente posible que toda cosa sea o no sea. Por este camino, dice Lenin, puede tomarse la posición que cada quién considere más cómoda: la posición científica o la posición religiosa.

Lenin señala que el relativismo, al confundir verdad relativa

y verdad absoluta deja de plantearse la cuestión de la verdad

objetiva: " I) ¿Existe una verdad objetiva, es decir, puede haber

en las representaciones mentales del hombre un contenido que

no dependa ni del hombre ni de la humanidad?; 2) Si es así, las

representaciones humanas que expresan la verdad objetiva

¿pueden expresarla de una vez, por entero, incondicionalmente.

absolutamente, o sólo de un modo aproximado, relativo? Esta

segunda cuestión es la cuestión de la correlación entre la verdad

absoluta y la verdad relativa [...] No se puede negar la verdad

absoluta sin negar la existencia de la verdad objetiva." (93).

Lenin aclara que cuando Engels habla de la verdad absoluta "no se trata en modo alguno de la esencia inmutable de las cosas, ni se trata de una conciencia inmutable, sino de la correspondencia entre la conciencia que refleja la naturaleza |relativo y la naturaleza reflejada por la conciencia [absoluto]." El materialismo dialéctico, dice Lenin, "reconoce la relatividad de todos nuestros conocimientos, no en el sentido de la negación de la verdad objetiva sino en el sentido de la condicionalidad histórica de los límites de la aproximación de nuestros cono-cimientos a esta verdad." (104).

79

La relación entre verdad absoluta y verdad relativa se refiere

al grado de conocimiento al que llega la humanidad respecto a su

mundo en cada momento histórico determinado.

Tanto el relativismo (reducir el todo a la parte) como el absolutismo (erigir la paite en todo) concluyen en un punto común: que la parte conocida, es decir, la idea, es el elemento determinante en la producción del conocimiento.

TESIS 28: Verdad absoluta, verdad relativa y verdad objetiva, son categorías filosóficas que se refieren al grado de conocimiento que la humanidad va teniendo del mundo, es decir, que se refieren al proceso histórico del conocimiento. La verdad absoluta se refiere a la realidad objetiva (materia, mundo) que es conocida progresivamente; la verdad absoluta (o sea, el conocimiento del mundo) es tendencial-mente la suma de las verdades relativas, entendiendo que el conocimiento absoluto del mundo o de una parte del mundo es inagotable, infinito. La verdad relativa se refiere al grado de conocimiento de esa realidad objetiva alcanzado históricamente. La verdad objetiva se refiere al hecho de que esa verdad relativa constituye también una realidad objetiva (materia) que existe independientemente de las personas que la produjeron (por ejemplo, la existencia objetiva de una ciencia constituida progresivamente por generaciones de científicos).

TESIS 29: La verdad y el error no tienen valor absoluto sino en muy estrechos límites. Fuera de esos límites, la antítesis de verdad y error se hace relativa.

TESIS 30: La verdad absoluta no es una verdad eterna. Las verdades eternas son conocimientos aparentemente definitivos: por ejemplo, "París está en Francia", "Napoleón murió el 5 de mayo de 1821", que son conocimientos triviales.

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TESIS 31: Refutar una verdad eterna no implica refutar la verdad absoluta, pues con ello se refutaría a la realidad objetiva.

V. EL AGNOSTICISMO

TESIS 32: El agnosticismo es una posición filosófica que

oscila entre el materialismo y el idealismo.

La sensación es el concepto clave que maneja el agnosticismo. El

agnosticismo juega con dos versiones opuestas de la sensación:

1) versión materialista: La sensación es el vínculo entre la realidad objetiva y la conciencia. No hay contradicción entre el conocimiento y la "cosa en sí" (realidad objetiva). El conocimiento tiene como punto de partida la realidad objetiva. El conocimiento es una propiedad (atributo, expresión, reflejo) de la realidad objetiva que se genera cuando ésta entra en contacto con el sistema sensorial del ser humano y se convierte en sensación, idea, conocimiento.

2) versión idealista: La sensación es el muro que separa a la realidad objetiva de la conciencia. Existe contradicción (diferencia de naturaleza) entre el conocimiento y la "cosa en sí" (realidad objetiva). El conocimiento tiene como punto de partida la sensación, ya que la "cosa en sí" (realidad objetiva) no puede ser conocida directamente.

El agnosticismo (del griego "a" = no, y "gnosis" = conocimiento) admite la existencia de la realidad objetiva pero a la vez niega la posibilidad de conocerla en sí misma. En este movimiento de afirmación y de negación de la realidad objetiva el agnosticismo oscila (vacila, bascula) entre el materialismo y

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el idealismo. Esta oscilación conduce al '"eclecticismo". Kant y

Hume son los filósofos clásicos del agnosticismo.

Lenin: "Tanto el solipsista, es decir, el idealista subjetivo.

como el materialista pueden reconocer como fuente de nuestro

conocimiento a las sensaciones." (96).

No existe ninguna contradicción entre el materialismo y el idealismo cuando ambos consideran como fuente del conocimiento a la sensación. Al contrario, en esto concuerdan. Lo que los distingue es su posición con respecto al problema de cuál es la relación entre la sensación y lo que origina a la sen-sación, entre la percepción y la fuente de la percepción, y, en consecuencia, entre el conocimiento y lo que origina al conocimiento. Si la sensación es entendida como los agnósticos, que la consideran como la base única del conocimiento, se arribará sin remedio a la negación de la realidad objetiva (materia) como origen de nuestro conocimiento.

Lenin: "El materialista no interrumpe en ningún lado la continuidad de la naturaleza, no considera a la materia y al espíritu como cosas radicalmente distintas entre sí, sino solamente como los dos aspectos de una sola y misma cosa, y. por consiguiente, no tiene necesidad de recurrir a ningún truco para aproximar el espíritu a las cosas." (160).

Los idealistas acusan de metalsico al materialismo argumentando que el reconocer a la materia como algo objetivo es traspasar los "límites de la sensación", los límites de la "experiencia".

TESIS 33: Para los agnósticos la "experiencia" es un término equivalente a la "sensación".

El término "experiencia" facilita al agnóstico su constante

tránsito entre la posición idealista y la posición materialista. Es

82

un término ambiguo y confuso ("experiencia empírica", "experiencia subjetiva

1) que se adecúa al eclecticismo.

El agnóstico efectúa su razonamiento en dos etapas:

1) reconoce que la realidad objetiva ("cosa en sí") existe independientemente de la conciencia. Y reconoce también que la conciencia pretende producir el conocimiento de esa "cosa en sí'. El punto de partida de las sensaciones es la realidad objetiva.

2) afirma que la "cosa en si no puede ser conocida tal cual, y que lo único que podemos conocer de ella son las sensaciones que provoca en nuestro sistema sensorial, de manera que, a final de cuentas, sólo podemos conocer las sensaciones provocadas por la "cosa en sí. El punto de partida del conocimiento son las sensaciones. En consecuencia, el "objeto" de conocimiento son las sensaciones y no la "cosa en sí" (realidad objetiva). Todo el proceso de conocimiento de un objeto ocurre en la conciencia y consiste en el ordenamiento de las sensaciones por medio de la lógica (categorías puras, método general, etcétera). Ello significa que tanto el "objeto" como el "conocimiento" están formados por sensaciones, y que cuando comparamos al "conocimiento" con el "objeto" para verificar (criterio de verdad) si el conocimiento corresponde con el objeto estamos comparando unas sensaciones con otras, una idea con otra.

De aquí resulta que el agnosticismo efectúa un desdoblamiento del proceso de conocimiento: por un lado, establece una separación absoluta entre el objeto (en tanto que realidad objetiva, "cosa en sí") y el conocimiento (sensaciones ordenadas); y, por otro lado, establece una unidad absoluta (identidad absoluta) entre el objeto de conocimiento (en tanto que sensaciones desordenadas) y el conocimiento de ese objeto (en tanto que sensaciones ordenadas).

83

El agnóstico oscila entre estos dos movimientos en que desdobla al proceso de conocimiento.

Para Kant una es la cosa real y otra, absolutamente diferente, es la representación que nuestra conciencia produce de la cosa. El contenido de las impresiones (sensaciones) que esta cosa suscita sobre nuestros órganos sensoriales engendra una imagen que no tiene la misma naturaleza o contenido que la cosa. La cosa real forma parte del "más allá", es decir, del exterior de la mente; en cambio, la sensación (representación) pertenece al "más acá", al interior de la mente. Los contenidos de la "cosa en sí" son inaccesibles por la vía del conocimiento, son incognoscibles como tales. Para Hume, lo único accesible a nuestra mente son las sensaciones o percepciones; los sentidos son canales para transportar las sensaciones provocadas por la cosa real pero no establecen ninguna relación directa entre la mente y la cosa real.

Así, el conocimiento del mundo, es decir, lo que el mundo es

para el filósofo agnóstico, queda subordinado a la conciencia

del sujeto, ya que si ella es la única fuente del conocimiento,

reconstruirá al mundo de acuerdo con las leyes de su

pensamiento y no de acuerdo con las propiedades objetivas de

las cosas exteriores a la mente.

TESIS 34: Al admitir, por un lado, la separación absoluta entre realidad objetiva y conciencia, y, por otro lado, la identidad absoluta entre objeto (sensación) y conocimiento (también sensación), el agnosticismo conduce al idealismo y al fideísmo, ya que el conocimiento resulta ser el conocimiento de algo que no se sabe si existe o no fuera de la mente, pues nosotros sólo podemos conocer nuestras sensaciones.

El agnosticismo crea (inventa) límites entre el objeto y el sujeto, establece barreras entre nosotros y la realidad objetiva.

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divide el mundo en lo real y lo ideal, abriendo así la puerta a la

religión y a la fe.

TESIS 35: El agnosticismo convierte la relación exterior entre

universo y conocimiento de ese universo, en relación interior

entre sensaciones desordenadas y sensaciones ordenadas.

Al hacer absoluta la separación sujeto-objeto (separación que sólo es relativa) el agnóstico declara no poder conocer al objeto en sí y, en consecuencia, concentrará toda su atención en el sujeto (pensamiento): el proceso de conocimiento quedará ahora reducido al interior del sujeto, y la distinción entre objeto y sujeto será una distinción en el interior del sujeto. El objeto de conocimiento serán las sensaciones producidas por ese algo exterior desconocido "en sí"; el sujeto será el que estructure, ordene o enlace esas sensaciones; el conocimiento será el resultado de esa ordenación, estructuración o enlazamiento de las sensaciones por el sujeto.

TESIS 36: El agnosticismo crea lógicas para ordenar las sensaciones desordenadas. Esas lógicas son consideradas como "teorías del conocimiento": teorías generales para producir el conocimiento en general. Estas lógicas o teorías del conocimiento, al ordenar las sensaciones, generan empirismo y antihistoricismo.

En la medida en que, para el idealismo, su objeto de

conocimiento son siempre sensaciones, es decir, una materia

prima siempre de la misma naturaleza ideal, resulta posible

construir una lógica o teoría del conocimiento en general que

ordene, estructure o enlace a esas sensaciones en general para así

producir el conocimiento de los objetos en general. Esa lógica o

teoría del conocimiento es, así, previa al conocimiento. Pero al

hacer esto. el filósofo se siente capaz de producir el conocimiento

de todo aquello que aún no puede ser conocido por las ciencias

partícula -

85

res, ya que con su lógica construida puede ordenar las sensaciones

que tiene de lo que supone o sospecha son los objetos exteriores.

Es por este mecanismo especulativo que los filósofos pretenden

explicar lo que todavía no es explicado por las ciencias. La

filosofía pretende sustituir así, imaginariamente, a las ciencias.

Esa lógica construida funciona como "conciencia trascendental" que organiza y reconstruye al universo, de modo que ya no es la realidad objetiva la que determina a la conciencia del sujeto sino que es la conciencia trascendental la que configura y determina al mundo exterior.

La lógica o teoría del conocimiento genera empirismo porque impone un orden artificial al "objeto" (sensaciones). Y genera, a la vez, antihistoricismo porque cree explicar la historia del objeto describiendo la génesis de esa ordenación lógica que le impone. Sustituye al conocimiento científico por una ordenación lógica y sustituye la historia real por una historia lógica.

VI. LA RELACIÓN ENTRE LA FILOSOFÍA, LAS CIENCIAS Y LA

POLÍTICA

TESIS 37: No existe una relación científica entre la filosofía y

las ciencias.

La filosofía no tiene un contenido científico. Su contenido consiste simplemente en la relación jerárquica entre materia (realidad objetiva) e idea (pensamiento) enfocada al acto del proceso de conocimiento. La filosofía es una toma de posición respecto a decidir cuál de los dos términos de la relación de conocimiento -materia o idea, realidad objetiva o pensamiento es el elemento determinante en la producción de los conocimientos. Si el filósofo decide que el elemento determinante

86

es la materia, entonces toma una posición filosófica

materialista: si decide que es la idea, toma una posición

idealista.

La filosofía no pretende definir ni a la materia ni a la idea; es

decir, no pretende producir el conocimiento de la estructura y

del contenido ni de la materia ni de la idea. Son las ciencias

particulares las que tienen como función producir (definir) el

conocimiento de los infinitos y diversos aspectos de la realidad

objetiva (incluyendo el pensamiento y las ideas como

realidades objetivas). La filosofía no pretende (ni puede)

producir conocimientos.

La única definición que la filosofía puede dar de la materia con el fin de situarla en la relación de conocimiento es que la materia es la realidad objetiva que existe fuera e independientemente de nuestra conciencia. Y la única definición que la filosofía puede dar de la idea es que la idea (el conocimiento) es la propiedad (expresión, traducción, reflejo) subjetiva de la realidad objetiva.

Todos los intentos de '•superar" la dicotomía entre materia e idea conducen al idealismo. No puede haber una "tercera posición" aparte del materialismo y del idealismo.

Todo intento de generalizar la dicotomía entre materia e idea fuera del aeto de producción del conocimiento conduce al idealismo.

Cualquier intento de la filosofía por definir "científicamente" la estructura y el contenido de la materia o de la idea conduce a la construcción de teorías del conocimiento, de métodos generales, de "esencias", de lógicas para "producir" conocimientos. Estas construcciones se presentan como las premisas determinantes del conocimiento, de tal manera que la conclusión es que la idea es el elemento determinante en la producción de

87

conocimiento. Es decir, cualquier intento de la filosofía por

"producir conocimientos" conduce al idealismo.

TESIS 38: No existe una relación de "aplicación" científica de la filosofía (bajo su expresión de teoría del conocimiento o de lógica o de método general) para producir conocimien-tos científicos.

La idea de "aplicar" un "método científico general" (llámese "método científico experimental", llámese "método dialéctico", etcétera) para asegurar la cientificidad de los conocimientos que se producen es una ilusión. Pero esta ilusión tiene una función: intervenir en las ciencias para producir efectos políticos.

TESIS 39: La producción de conocimientos científicos es

absolutamente independiente de la filosofía. Cada ciencia

produce los conocimientos particulares de su objeto

mediante los métodos y procedimientos particulares que les

son propios en su circunstancia histórica.

Sin embargo, la filosofía siempre ha pretendido, por un lado,

llenar las lagunas de las ciencias y, por otro, "interpretar" o "dar

sentido" a las ciencias. Es para estos propósitos aparentes que

la filosofía interviene en las ciencias. Pero el propósito de

fondo es el producir efectos políticos.

TESIS 40: Las filosofías existen en virtud de su pretensión de conocer lo que aún no puede ser conocido por las ciencias.

El filósofo materialista francés Helvetius decía que era necesario tener la valentía de ignorar lo que todavía no podía ser conocido por las ciencias. Pero la filosofía pretende sustituir la ignorancia por conocimientos artificiales, no por motivos científicos sino para producir efectos políticos.

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TESIS 41: Las filosofías existen en virtud de su pretensión de "dar sentido" a las ciencias.

Los sistemas filosóficos constituyen la ordenación o sistematización de las ciencias para este propósito aparente de darle sentido tanto al conocimiento del universo como al universo mismo. Pero este sentido es un sentido político. La filosofía le da un sentido a las ciencias con el fin de producir efectos políticos.

TESIS 42: La relación entre la filosofía y las ciencias es una relación política: La filosofía entra en relación con las ciencias para producir efectos políticos en la sociedad. Existe una relación orgánica entre la filosofía, las ciencias y la política.

La intervención de la filosofía en las ciencias tiene como finalidad producir efectos políticos. La filosofía de las ciencias es la política en las ciencias. Los científicos que hacen filosofía de su ciencia producen efectos políticos, es decir, hacen política.

Aún más. la filosofía es, por sí misma, política, ya que su

única función real es tomar posición, tomar partido, entre la

materia y la idea. Por más que asuma la forma de filosofía de

tal o cual ciencia o del conjunto de las ciencias, la filosofía es

siempre, en última instancia, toma de posición, toma de

partido, idealismo o materialismo.

Para sustituir-pretendidamente- la ignorancia de lo que aún no puede ser conocido por las ciencias, o para interpretar o dar sentido a las ciencias, la filosofía se vale de la generalización abusiva de cualquier concepto científico (y especialmente de algún descubrimiento reciente); es decir, se vale de la transformación de un conocimiento particular en método general. En otras palabras:

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TESIS 43: La filosofía explota a las ciencias con el fin de producir efectos políticos. La filosofía establece una relación de explotación hacia las ciencias.

La explotación consiste en la extrapolación de un conocimiento particular de una ciencia a otra u otras ciencias, y particularmente a la ciencia social (sociología, historia, economía. política, psicología...). Precisamente, la producción de efectos políticos por la filosofía pasa necesariamente por la ciencia social (interpretación de los fenómenos sociales).

TESIS 44: La filosofía produce efectos políticos cuando la explotación y extrapolación de conceptos científicos se orienta, a final de cuentas, hacia la ciencia social, es decir, hacia la interpretación de lo que ocurre en la sociedad. Si la filosofía no interviniera, a través del caballo de Troya de los conceptos científicos, en la ciencia social, difícilmente podría producir efectos políticos.

TESIS 45: La filosofía explota (extrapola) los conocimientos

de las ciencias para interpretar la historia de la sociedad.

La filosofía extrapola un concepto biológico, por ejemplo. para explicar (interpretar) el movimiento de la sociedad.

Lenin: "Bogdanov no se dedica a ninguna investigación marxista sino a revestir con una terminología biológica y energética los resultados anteriores de la investigación marxista [...] No hay nada más fácil que aplicar una etiqueta 'energética' o 'biológico-sociológica' a unos fenómenos tales como las crisis, las revoluciones, la lucha de clases, etcétera, pero tampoco hay nada más estéril, más escolástico y más muerto que dicha ocupación [...] Lo fundamental de la crítica de Lange hecha por Marx no estriba en que Lange introduzca especialmente el malthusianismo en sociología sino en que la aplicación de las

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nociones biológicas en general a las ciencias sociales es una

frase" (262).

De igual manera, la filosofía puede interpretar a la sociedad como un sistema cibernético, como un sistema físico, etcétera, originando así a las diversas "sociologías" o teorías sociológicas.

TESIS 46: Toda interpretación de lo social, en este caso a través

de la explotación-extrapolación de conceptos provenientes de

alguna ciencia, produce efectos políticos en la sociedad.

Toda persona necesita elaborar su interpretación sobre la sociedad en la que vive y actúa, incluyendo su interpretación sobre la historia de esa sociedad, con el fin de situarse en ella y determinar la posición que le conviene o que le es adecuada en cada momento de su historia personal y social. En este sentido, la persona modifica su posición -y por lo tanto, su interpretación-en función de los cambios tanto de su historia personal como de la historia de la sociedad en la que vive.

La filosofía, precisamente, le sirve a la persona como instrumento para elaborar su interpretación de su historia personal y de la historia de su sociedad. En otras palabras, la filosofía le sirve para elaborar la justificación que sostiene y avala su posición en y ante la sociedad. Toda interpretación de la sociedad y de la historia es justificación de una posición. Si esta posición es compartida por un conjunto de personas puede transformarse en posición de grupo o bien de clase social.

Pero, en todo caso, la posición de una persona, de un grupo o de una clase social, es una posición política que tiene efectos en la correlación de fuerzas dentro de la sociedad, de manera que la filosofía, al relacionarse con las ciencias para buscar explicaciones de lo social con las cuales interpretar y justificar una posición social, siempre produce efectos políticos.

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TESIS 47: La filosofía puede producir electos políticos

revolucionarios, conservadores o reaccionarios, como

expresión de las diferentes posiciones sociales que juegan

en la correlación de fuerzas en cada momento de la historia

de la sociedad en cuestión.

Cuando la filosofía se transforma en justificación actuante de

una posición política se convierte en ideología.

TESIS 48: La ideología es la filosofía actuando en política a

través de su relación con las ciencias.

TESIS 49: El agnosticismo es la filosofía que más se presta al cambio de interpretaciones sobre la sociedad y la historia y, por lo tanto, al cambio de justificaciones que sostienen y apoyan el cambio de una posición política.

Así como la filosofía agnóstica permite al filósofo oscilar entre el idealismo y el materialismo, así permite a la persona (al grupo o a la clase social) oscilar de una posición a otra en política e incluso tratar de "superar" o "sintetizar" diversas posiciones políticas.

Lenin: (El agnóstico diría]: "Ni socialismo ni liberalismo. Nada de diferenciación de las direcciones fundamentales e inconciliables de la filosofía: el materialismo y el idealismo, sino una aspiración a elevarse por encima de ellas." (254).

"Detrás del escolasticismo gnoseológico del empiriocriticismo [agnosticismo] no se puede por menos de ver la lucha de los partidos en la filosofía, lucha que expresa, en última instancia, las tendencias y la ideología de las clases enemigas dentro de la sociedad moderna." (285).

"En realidad -una realidad velada por nuevos rótulos pseu-do-científicos y charlatanescos, o bajo una mediocre no perte

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nencia a ningún partido-, los partidos en lucha son el materialismo y el idealismo [...] El papel objetivo, de clase, del empiriocriticismo |agnosticismo] se reduce puramente a servir a los lideístas (aquéllos que sustituyeron el racionalismo por la ley) en su lucha contra el materialismo en general y contra el materialismo-histórico en particular." (285).

"La actitud ante la religión y la actitud ante las ciencias

naturales ilustra a maravilla esta utilización verdaderamente

clasista del empiriocriticismo [agnosticismo por la reacción

burguesa." (274).

"Existe un lazo indisoluble entre la gnoseología reaccionaria y los esfuerzos de la reacción en el terreno de la sociología." (267).

TESIS 50: A diferencia de las otras ciencias, la ciencia social es siempre interpretación de la sociedad y de la historia y justificación de una posición política. En esa medida, la ciencia social mantiene una relación orgánica con la fi-losofía, la cual le suministra instrumentos para elaborar cada interpretación-justificación. De alguna manera, la ciencia social es siempre filosofía social.

vil. EPÍLOGO

Tesis 51: No existe la filosofía materialista, pues toda filosofía es idealista, es teología. Sólo existe el materialismo como línea de demarcación entre la teología y la ciencia. Y por eso no tiene contenido ni conceptos. El materialismo es un bisturí. Un bisturí cuya función es cortar y extirpar al idealismo, a la teología, para la salud del ser humano: para que el ser humano se emancipe de su esclavitud volun

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taria que lo hace un ser subhumano y se convierta en un ser humano libre, que Nietzsche llamaba "superhombre", en contraste con el subhombre esclavizado por la religión y, en consecuencia, por el sistema de dominación social.

Es importante entender, esta vez a partir de la lectura del libro

de Lenin Materialismo y empiriocriticismo, escrito en 1908.

porqué Feuerbach, Nietzsche, Marx, Althusser y otros filósofos

materialistas, coinciden en esta concepción de la filosofía.

Dice Nietzsche: "Poco a poco se me ha ido manifestando qué es lo que ha sido hasta ahora toda gran filosofía, a saber: la autoconfesión de su autor y una especie de memoires [memorias] no queridas y no advertidas". Dice también que la Verdad es una mujer que seduce pero que no se deja conquistar por nadie. Es decir, que todos los filósofos son seducidos (desviados. descaminados, conducidos por caminos errados) por la Verdad que tanto anhelan. Nietzsche define a los filósofos como los buscadores de la Verdad. Y en esta búsqueda construyen sus filosofías, que no son sino sus autobiografías, sus autoconfesiones, sus memorias inadvertidas, y que ellos creen que es el camino para llegar a la verdad, a la cientificidad. A final de cuentas, toda filosofía no es más que proyección de la subjetividad del filósofo. Las filosofías son creaciones semejantes a las obras de arte, especialmente a la literatura novelesca y poética, es decir, son otra cosa que la verdad inalcanzable.

Althusser llega, al final de su vida, a partir de Epicuro. A conclusiones parecidas a las de Nietzsche: Toda filosofía es idealista. Sólo existe el materialismo aleatorio, el azar objetivo, impredecible (Écriis phihsophiques etpolitiques, Tomo I, Stock/lmec, París, 1994: "Le courant souterrain du materialisme de la rencontre.'* 1982).

Así como nos gusta leer novela, leer poesía, ver una obra de arte plástico, una obra de teatro o una ópera, escuchar música,

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así nos gusta leer las obras filosóficas. La filosofía pertenecería al campo de la estética y no al campo de la ciencia. Y se la juzga como obra de arte y no como conocimiento científico. La "búsqueda de la verdad" pertenece a la estética y al dominio de la creación subjetiva. La ciencia no es la búsqueda de la verdad, pues la verdad es un ideal que cada quien se forja a su manera. La ciencia no busca sino que encuentra. Sus criterios de "producción" son diferentes a los de la filosofía.

Los diccionarios definen a la Estética como la parte de la filosofía que tiene por objeto el estudio de la belleza. Sin embargo, parecería que es al revés: la estética no es una parte de la filosofía sino que la filosofía es una parte de la estética. Toda filosofía es una creación estética. Lo cual no contradice el hecho de que la filosofía es la política por otros medios. La estética es también política. Tiene intenciones y efectos políticos. Una gran parte de las obras de arte han girado en torno a Dios, es decir, a la divinidad administrada por la Iglesia: la idea de la verdad eterna, la verdadera verdad, la verdad-verbo, la verdad-signo. Su función política ha sido hacer aceptable la dominación y el sometimiento. Y de igual manera, el "realismo socialista" o el mural i SITIO mexicano no fueron sino una estética política.

Toda filosofía pretende ser la "ciencia de las ciencias": pretende explicar cómo se produce la verdad, la verdad a secas, la verdad en general. Por eso, lodo filósofo es buscador de la ver-dad y, en el fondo, de la verdad de las verdades. Y por esa vía se convierte en teología: Dios es la Verdad. La Verdad es eterna e inmaterial. En ese sentido, Lenin, Nietzsche y Althusser co-inciden: Toda filosofía es teología. La teología es una creación estética, simbólica: el ser humano proyecta en Dios su anhelo de trascendencia, su "esencia", como lo explicó Feuerbach en La esencia del cristianismo (1841).

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Para Nietzsche, todo filósofo acaba siendo un sacerdote, un

teólogo administrador de la creencia en Dios, administrador de

la fe, explotador de la ingenuidad del que cae en su telaraña.

Todo filósofo es aliado, si no es que empleado, de los

poderosos, pues su función es convencer a las personas de que

debe obedecer y someterse al poder del ser superior (Dios),

encarnado en el padre, en el patrón de la empresa y en el

Estado.

(Este epílogo fue escrito en noviembre de 2007)