filosofia hannah arendt

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Hannah Arendt. Filosofía de la autora 1. Introducción El texto pertenece a Los orígenes del totalitarismo de Hannah Arendt. Esta obra se publicó en 1951, pocos años después del final de la Segunda Guerra Mundial, y en ella nuestra autora expone una explicación muy completa del totalitarismo. Según Hannah Arendt, el totalitarismo alcanzó su máxima expresión no solo en la Alemania nazi, sino también en la URSS de Stalin. En su opinión, la equiparación entre estos regímenes es posible porque en ambos se produjeron hechos similares, como los siguientes: el aniquilamiento por parte de los nazis de 6 millones de judíos y el aniquilamiento de millones de campesinos, sobre todo en Ucrania, como consecuencia de las medidas premeditadas ordenadas por Stalin para dar un escarmiento a los kulaks la persecución y destrucción sistemática de todo movimiento político democrático las purgas dentro del partido el terror cotidiano la desaparición de intelectuales y artistas los campos de concentración, de trabajo y de exterminio la supresión de una sociedad civil autónoma Además de abrir la polémica sobre la equiparación de ambos regímenes, Hannah Arendt elaboró una teoría política general del totalitarismo. Algunas ideas básicas de esta teorías son las siguientes: 1. el totalitarismo es una forma de opresión política esencialmente distinta a otras que ha conocido la humanidad 2. los movimientos totalitarios son movimientos de masas 3. el objetivo del totalitarismo no es la conquista del poder en un Estado, sino el movimiento 4. en los regímenes totalitarios impera un terror que, en lugar de disminuir, aumenta cuando desaparece la oposición política interna 5. los seguidores de un movimiento totalitario y los habitantes de un país totalitario viven una ficción ideológica absoluta que les prepara para el doble papel de víctimas y ejecutores 6. la dominación totalitaria se basa en la soledad 2. Los movimientos totalitarios son movimientos de masas Los movimientos totalitarios gobiernan y se afirman con el apoyo de las masas. Sin este apoyo no podrían haber mantenido su dominio sobre enormes poblaciones y haber sobrevivido a tan numerosas crisis interiores y exteriores. Ahora bien, ¿qué son estas masas que los movimientos totalitarios pretenden organizar? ¿Cómo surgen? ¿Por qué se sienten tan atraídas por un fenómeno tan nocivo? Las masas surgen a partir de la revolución industrial cuando, como consecuencia de las nuevas circunstancias económicas (capitalismo) y políticas (Estado liberal), los vínculos sociales entre las personas (familiares, profesionales, amistosos, religiosos, intereses comunes, etc.) se van debilitando 1 . El debilitamiento de estos vínculos sociales va acompañado de un creciente aislamiento de los individuos 2 . Se va formando así la sociedad de masas, una sociedad constituida por una enorme cantidad de individuos indiferenciados que forman parte de ella como átomos 3 . Este proceso llega a un punto culminante y traumático con la Primera Guerra Mundial 4 . Según H. Arendt, el término masa se aplica a esas personas que existen en todos los países y que son políticamente indiferentes. Son las personas neutrales, o la mayoría de ellas, que jamás se 1 Antes de la aparición del industrialismo las personas vivían en comunidades muy cohesionadas, donde los vínculos sociales eran fuertes y nunca nadie estaba solo, exceptuando tal vez ciertas condiciones sociales marginales como la vejez. 2 No solo el aislamiento, sino también la soledad, han sido el azote de las masas a partir de la revolución industrial. Esta experiencia cotidiana se ha agudizado con el auge del imperialismo y la ruptura de las instituciones políticas y las tradiciones sociales. En relación con este fenómeno están el desarraigo, no tener en el mundo lugar reconocido, y la superfluidad, no pertenecer en absoluto al mundo. 3 La sociedad de masas es una sociedad atomizada, es decir, una sociedad en la que los individuos son elementos aislados de ese conjunto que es la sociedad. Lo contrario es una sociedad de la que cada individuo participa, no como mero individuo aislado, sino como miembro de distintas comunidades, asociaciones, clases sociales, grupos de interés, etc. 4 Fue en ese momento cuando, según H. Arendt, se produjo en Alemania la ruptura del sistema de clases. Esa ruptura se produjo en otros países en momentos diferentes; por ejemplo, en Francia después de la II Guerra Mundial. Lo que supone es que la última barrera que quedaba para que los individuos se encontraran aislados unos de otros quedó quebrada.

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Hannah Arendt

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Page 1: Filosofia Hannah Arendt

Hannah Arendt. Filosofía de la autora

1. Introducción

El texto pertenece a Los orígenes del totalitarismo de Hannah Arendt. Esta obra se publicó en 1951, pocos años después del final de la Segunda Guerra Mundial, y en ella nuestra autora expone una explicación muy completa del totalitarismo. Según Hannah Arendt, el totalitarismo alcanzó su máxima expresión no solo en la Alemania nazi, sino también en la URSS de Stalin. En su opinión, la equiparación entre estos regímenes es posible porque en ambos se produjeron hechos similares, como los siguientes:

el aniquilamiento por parte de los nazis de 6 millones de judíos y el aniquilamiento de millones de campesinos, sobre todo en Ucrania, como consecuencia de las medidas premeditadas ordenadas por Stalin para dar un escarmiento a los kulaks

la persecución y destrucción sistemática de todo movimiento político democrático las purgas dentro del partido el terror cotidiano la desaparición de intelectuales y artistas los campos de concentración, de trabajo y de exterminio la supresión de una sociedad civil autónoma

Además de abrir la polémica sobre la equiparación de ambos regímenes, Hannah Arendt elaboró una teoría política general del totalitarismo. Algunas ideas básicas de esta teorías son las siguientes:

1. el totalitarismo es una forma de opresión política esencialmente distinta a otras que ha conocido la humanidad2. los movimientos totalitarios son movimientos de masas3. el objetivo del totalitarismo no es la conquista del poder en un Estado, sino el movimiento4. en los regímenes totalitarios impera un terror que, en lugar de disminuir, aumenta cuando desaparece la oposición política

interna5. los seguidores de un movimiento totalitario y los habitantes de un país totalitario viven una ficción ideológica absoluta que les

prepara para el doble papel de víctimas y ejecutores6. la dominación totalitaria se basa en la soledad

2. Los movimientos totalitarios son movimientos de masas

Los movimientos totalitarios gobiernan y se afirman con el apoyo de las masas. Sin este apoyo no podrían haber mantenido su dominio sobre enormes poblaciones y haber sobrevivido a tan numerosas crisis interiores y exteriores. Ahora bien, ¿qué son estas masas que los movimientos totalitarios pretenden organizar? ¿Cómo surgen? ¿Por qué se sienten tan atraídas por un fenómeno tan nocivo? Las masas surgen a partir de la revolución industrial cuando, como consecuencia de las nuevas circunstancias económicas (capitalismo) y políticas (Estado liberal), los vínculos sociales entre las personas (familiares, profesionales, amistosos, religiosos, intereses comunes, etc.) se van debilitando1. El debilitamiento de estos vínculos sociales va acompañado de un creciente aislamiento de los individuos2. Se va formando así la sociedad de masas, una sociedad constituida por una enorme cantidad de individuos indiferenciados que forman parte de ella como átomos3. Este proceso llega a un punto culminante y traumático con la Primera Guerra Mundial4.

Según H. Arendt, el término masa se aplica a esas personas que existen en todos los países y que son políticamente indiferentes. Son las personas neutrales, o la mayoría de ellas, que jamás se adhieren a un partido y rara vez acuden a votar. Los partidos tradicionales habían pensado que estas personas indiferentes hacia la política no contaban. Y durante mucho tiempo fue así hasta que su nivel de insatisfacción y desesperación5 aumentó de forma crítica. Entonces se convirtieron en una masa de furiosos individuos que no tenían nada en común excepto convicciones como las siguientes: a) que las esperanzas de los miembros de los partidos se hallan condenadas; b) que los miembros más respetados, diferenciados y representativos de la comunidad son unos imbéciles; y c) que todos los poderes existentes son tan malos como estúpidos y fraudulentos. Cada uno de estos individuos interpretó su destino como un fracaso individual, a la vez que contemplaba al mundo entero en términos de injusticia. Estos individuos aislados e incapaces de mantener relaciones sociales normales se sintieron atraídos por los movimientos totalitarios, que supieron organizar políticamente a los que hasta entonces habían rechazado la política6. Ante la alternativa de aceptar una realidad caótica e ininteligible en la que nada tiene sentido, o la ficción ideológica, perfectamente coherente y en la que todo encaja, aunque sea irreal, que ofrecen los movimientos totalitarios, las masas optaron por lo segundo. La psicología del hombre-masa encaja a la perfección con los movimientos totalitarios. Es más, el totalitarismo no puede desarrollarse en una sociedad estructurada en clases, sino que necesita de una sociedad de masas, es decir, una sociedad atomizada e individualizada, donde las personas se convierten en individuos completamente aislados e incapaces de tener relaciones sociales normales. Solo a estos individuos se les puede exigir la lealtad total que necesita el totalitarismo para alcanzar su objetivo.

1 Antes de la aparición del industrialismo las personas vivían en comunidades muy cohesionadas, donde los vínculos sociales eran fuertes y nunca nadie estaba solo, exceptuando tal vez ciertas condiciones sociales marginales como la vejez.

2 No solo el aislamiento, sino también la soledad, han sido el azote de las masas a partir de la revolución industrial. Esta experiencia cotidiana se ha agudizado con el auge del imperialismo y la ruptura de las instituciones políticas y las tradiciones sociales. En relación con este fenómeno están el desarraigo, no tener en el mundo lugar reconocido, y la superfluidad, no pertenecer en absoluto al mundo.

3 La sociedad de masas es una sociedad atomizada, es decir, una sociedad en la que los individuos son elementos aislados de ese conjunto que es la sociedad. Lo contrario es una sociedad de la que cada individuo participa, no como mero individuo aislado, sino como miembro de distintas comunidades, asociaciones, clases sociales, grupos de interés, etc.

4 Fue en ese momento cuando, según H. Arendt, se produjo en Alemania la ruptura del sistema de clases. Esa ruptura se produjo en otros países en momentos diferentes; por ejemplo, en Francia después de la II Guerra Mundial. Lo que supone es que la última barrera que quedaba para que los individuos se encontraran aislados unos de otros quedó quebrada.

5 ¿Indignación?6 El éxito de los movimientos totalitarios supuso el final de creencias admitidas por los países democráticos y el sistema de partidos: 1) Que el

pueblo en su mayoría había tomado una parte activa en el gobierno y que cada individuo simpatizaba con su propio partido o con el de otro. La realidad era que las masas políticamente neutrales e indiferentes podían ser fácilmente mayoría en un país gobernado democráticamente. Es decir, una democracia puede funcionar perfectamente según normas activamente reconocidas solo por una minoría. 2) Que las masas políticamente indiferentes no importaban, que eran verdaderamente neutrales y no constituían más que un fondo indiferenciado de la vida política de una nación. La realidad era que el gobierno democrático había descansado tanto en la aprobación tácita y en la tolerancia de los indiferentes como en las instituciones y organizaciones diferenciadas y visibles. Cuando los movimientos totalitarios invadieron el parlamento con su desprecio a las instituciones parlamentarias, parecían inconsecuentes; en realidad, convencieron al pueblo de que las mayorías parlamentarias eran espurias y no se correspondían con la realidad del país.

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3. El objetivo del totalitarismo no es la conquista del poder en un Estado, sino el movimiento

Si el totalitarismo tuviera como objetivo la conquista del poder en un Estado, no sería una forma de opresión política esencialmente distinta a otras como la dictadura, la tiranía, el despotismo, etc. El fin del totalitarismo es conseguir un movimiento que se mantenga constantemente en marcha. Es decir, la dominación permanente de cada individuo en cada una de las esferas de la vida. La conquista del poder por los medios de la violencia nunca es un fin en sí mismo, sino un medio. La conquista del poder en un país determinado es solo una fase transitoria, nunca la conclusión del movimiento. El objetivo práctico es organizar a tantos pueblos como le sea posible dentro de su marco y ponerlos y mantenerlos en marcha. No hay un objetivo político que constituya el fin del movimiento, porque el objetivo es el movimiento.

Subyacente a las creencias ideológicas concretas de nazis y bolcheviques está la idea de que la sociedad actual (bolcheviques) o la especie humana actual (nazis) es el producto de un gigantesco movimiento histórico que discurre según su propia ley (p. 8). Este movimiento histórico (o natural) no se detiene con el estado actual de las cosas. La realidad está en movimiento, está en marcha, está en continua evolución. Pero no la hace de cualquier manera, sino según unas leyes, las leyes del movimiento (p. 8).

De ahí las afinidades entre el concepto de evolución de Darwin y las ideologías que adoptaron los totalitarismos. Para Darwin la naturaleza está moviéndose y ese movimiento no es circular, sino unilineal, indefinidamente progresista (p. 9). En concreto, el ser humano, como especie, es producto de una evolución natural que no se detiene necesariamente en la especie actual (p. 8). Esta evolución no discurre de cualquier manera, sino según una ley, la ley de la supervivencia del más apto. La ley natural de la supervivencia del más apto puede ser utilizada tanto por el racismo como por el marxismo (p. 9). El racismo utilizará esta ley transformándola en la supervivencia de la raza superior en el contexto de la lucha de razas por la existencia. El marxismo la utilizará transformándola en la supervivencia de la clase trabajadora en el contexto de la lucha de clases (capitalistas/proletarios). Engels advirtió claramente las afinidades entre las concepciones básicas de Marx y de Darwin.

4. El terror no tiene como objetivo acabar con la oposición política

Estas leyes del movimiento (según las cuales discurre la naturaleza o la historia) no son traducidas en leyes positivas, como se haría según una concepción iusnaturalista (p. 10)7. El iusnaturalismo defiende que hay unas leyes naturales que, para que se lleven a cabo en una sociedad concreta, necesitan ser traducidas por leyes positivas. En cambio, las leyes del movimiento son traducidas por el terror (p. 10). El terror ocupa el lugar que ocupan las leyes positivas en los gobiernos no tiránicos. Por eso el terror es la esencia del totalitarismo8 (p. 10). El objetivo del terror no es acabar con la oposición (p. 10). Si fuera así, el terror desaparecería al desaparecer la oposición o cualquier amenaza para el poder. Pero no solo no desaparece, sino que aumenta cuando nadie se alza en su camino. El objetivo del terror es la realización de la ley del movimiento (p. 11).

Aunque el movimiento es imparable y no puede a la larga ser obstaculizado, puede ser retrasado por la libertad humana. Es en este punto donde queda claro el verdadero papel que juega el terror en el totalitarismo, que no es acabar con la oposición, sino acelerar el movimiento. El terror, como instrumento incomparable para acelerar el movimiento, envuelve a los seres humanos en un anillo de hierro que les impide moverse, les impide ser libres.

Los habitantes de un país totalitario se ven atrapados en una realidad en la que solo pueden ser ejecutores o víctimas de la ley del movimiento. No solo eso, sino que tienen que estar preparados para ser ambas cosas: los que hoy eliminan razas, individuos no aptos, clases moribundas o pueblos decadentes, pueden ser mañana los que deban ser sacrificados por formar parte de una nueva categoría que se haya formado y que se considere como obstáculo para el movimiento. Esta preparación que les hace doblemente aptos para el papel de ejecutores y víctimas es la ideología.

5. Los seguidores de un movimiento totalitario y los habitantes de un país totalitario viven una ficción ideológica absoluta que les prepara para el doble papel de víctimas y ejecutores

Resulta tremendamente inquietante para cualquier observador externo el altruismo de los seguidores de los movimientos totalitarios. Es comprensible que un bolchevique o un nazi no se sientan flaquear en sus convicciones por los delitos contra las personas que son hostiles al movimiento o que simplemente no pertenecen a él. Lo sorprendente es que no es probable que se conmuevan cuando el monstruo comienza a devorar a sus propios hijos, y ni siquiera si ellos mismos se convierten en víctimas de la persecución, si son acusados y condenados, o si son enviados a campos de concentración. Para sorpresa del mundo civilizado, pueden mostrarse dispuestos a colaborar con sus propios acusadores y solicitar para ellos mismos la pena de muerte. Este fanatismo es preparado por la ideología.

El mundo que vivimos parece ser algo caótico, oscuro, ininteligible, accidental, fortuito, decadente, etc. Frente a esta inseguridad del mundo que nos toca vivir, la ideología nos ofrece una alternativa en la que todo puede ser explicado a partir de una idea. La ideología explica todo lo que ocurre, por misterioso que parezca: los secretos del pasado, las complejidades del presente y las incertidumbres del futuro.

Ahora bien, hay que tener en cuenta que para que una doctrina sea ideología no basta con que tenga una idea que lo explique todo. Hace falta además que a esa idea se le aplique la lógica9. Cuando a una idea se le aplica la lógica, se convierte en la premisa a partir de la cual se deducen consecuencias. Si se acepta la idea básica, hay que aceptar las consecuencias que se derivan de ella, de lo contrario se caería en contradicciones. Esto supone que la ideología, es decir, la aplicación de la lógica a una idea, impide al que la sigue pensar libremente10.

En esta aplicación de la lógica a la idea se puede llegar a conclusiones terribles y criminales desde el punto de vista del sentido común11. Por

7 El iusnaturalismo es una doctrina jurídica, política y filosófica que defiende dos tesis: 1) que hay unos valores morales universalmente válidos y accesibles a la razón (leyes naturales); y 2) que las leyes positivas deben inspirarse en esos valores morales.

8 Del mismo modo que la legalidad es la esencia del gobierno no tiránico y la ilegalidad la esencia de la tiranía. 9 Literalmente ideología significa la lógica de una idea. 10 Lo que se puede pensar es lo que se deduce lógicamente de esa idea. El resto no pude pensarse porque se entraría en contradicción con la idea,

que previamente se ha aceptado. El poder de la ideología es el poder autocoactivo de la deducción lógica. Si se admite A (idea principal) hay que admitir B y C y D y … en un proceso de estricta deducción lógica.

11 Quien no extraiga las consecuencias lógicas que se derivan de la idea es por ignorancia o por cobardía. Por eso, en este sentido, Hitler y Stalin son los principales ideólogos del siglo XX, no porque añadieran algún contenido a las ideas existentes (que no lo hicieron), sino porque en uso estricto de la lógica, sacaron las conclusiones que se derivaban de esas ideas que habían ido triunfando durante el siglo XIX. Y el hecho de que las conclusiones a las que llegaron fueran criminales no les acobardó. Por ejemplo, si admites el racismo, es decir, que hay una lucha de razas por la existencia, tendrás que admitir que en esa lucha, algunas razas tendrán que ser eliminadas para que otras sobrevivan. Esto significa eliminar a quienes pertenecen a esas razas. Si admites la lucha de clases, tendrás que admitir que en esa lucha, las clases que pierden desaparecen de la historia. La consecuencia es eliminar a los que pertenecen a esas clases (las clases moribundas). Lo curioso es que no hay en las ideologías que seguían Hitler y Stalin nada que las haga más totalitarias que las otras, excepto por el hecho de que los movimientos totalitarios se apoderaran de ellas. En realidad, cualquier ideología, cualquier ismo contiene elementos totalitarios y, por tanto, podría jugar su

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eso, en condiciones normales, por muy convencidos que estemos de una idea, el sentido común nos inmuniza contra las conclusiones más absurdas, radicales o criminales que se deducen lógicamente de ella12. Dicho de otro modo, la tiranía de la lógica, la sumisión de la mente a la lógica, la entrega de la libertad íntima, solo es posible cuando las condiciones normales en las que viven las personas han quedado destruidas, solo es posible en aquellos individuos que padecen aislamiento y soledad. Por eso, para que alguien esté dispuesto a ser de verdad consecuente con lo que proclama la idea y lo que se deriva de ella, debe estar aislado y debe experimentar esa radical y desesperada situación que es la soledad.

6. El totalitarismo se basa en la soledad

H. Arendt establece una clara distinción entre el aislamiento y la soledad. El aislamiento es el objetivo de cualquier gobierno tiránico, ya que en esa situación los individuos se ven incapaces de actuar conjuntamente en la búsqueda del interés común. Que los individuos estén aislados significa que han perdido los contactos políticos entre ellos. Pero no significa que todos los contactos entre los individuos hayan desaparecido, ni que todas sus capacidades humanas hayan sido destruidas. El hombre que está simplemente aislado ha perdido su vida pública, pero conserva su vida privada.

El aislamiento es suficiente para que cualquier tiranía funcione, pero no lo es para el totalitarismo. El totalitarismo necesita además la soledad. El aislamiento hace referencia a la política, la soledad hace referencia a la vida humana tomada en su conjunto. La soledad13 es una experiencia mucho más radical y desesperada que el aislamiento. En soledad el individuo no tiene vida pública, pero tampoco privada. Esto quiere decir que quien está solo es incapaz de tener relaciones normales con otras personas14, con el mundo15 y consigo mismo16. En esta situación, no solo de aislamiento, sino también de soledad, el individuo está preparado para el escape suicida de la realidad que propone el totalitarismo. La única capacidad de la mente humana que se mantiene intacta en soledad es el razonamiento lógico. El que está solo está, por tanto, preparado para aceptar la ideología y abrazar todas las consecuencias que se deriven lógicamente de la idea, por criminales y absurdas que parezcan. Ya se puede ser víctima o ejecutor, según convenga al movimiento en un momento dado. Por eso, el totalitarismo necesita la soledad y se basa él mismo en la soledad.

papel en un aparato de dominación totalitaria.12 Cuando un individuo está aislado y no es capaz de relaciones sociales normales con otras personas su sentido común se disipa. Hay que tener en

cuenta que el sentido común, como su propio nombre indica, es algo compartido por el común de las personas. Esto no es posible cuando no se comparte nada con nadie.

13 Conviene aquí aclarar que, para H. Arendt, no es lo mismo la soledad que la vida solitaria. El hombre solitario no está solo, sino que está acompañado de sí mismo. ¿Qué es pensar sino dialogar con uno mismo?

14 El hombre en soledad no puede relacionarse con otras personas sino como víctima o ejecutor. Pero no mediante las relaciones sociales normales de amistad, familia, clase social, intereses comunes, etc.

15 Que el hombre en soledad no tiene relaciones normales con el mundo significa que ha perdido dos capacidades importantes para todas las personas: la capacidad para la fabricación y la capacidad para la experiencia del mundo material.

La capacidad para la fabricación es la capacidad que tienen todos los seres humanos de añadir algo propio al mundo común. Es creatividad. A veces esta creatividad es imposible de ejercer. Sucede cuando todas las actividades humanas se han transformado en trabajo y lo único que importa es la mera supervivencia. Es una situación similar a la de los esclavos de la antigüedad y supone la ruptura de la relación del hombre con el mundo. El hombre en soledad queda abandonado por el mundo.

La capacidad para la experiencia del mundo material y sensualmente dado depende de hallarse en contacto con otros seres humanos, de nuestro sentido común. El sentido común regula y controla todos los demás sentidos (vista, olfato, etc.) y, sin él, cada uno de nosotros estaría encerrado en su propia particularidad de datos sensibles que en sí mismos son inestables y traicioneros. Solo porque tenemos sentido común, es decir, solo porque la tierra está habitada por muchos seres humanos, no por un solo, podemos confiar en nuestra inmediata experiencia sensible.

16 Que el hombre en soledad no tiene relaciones normales consigo mismo significa que ha perdido la capacidad para el pensamiento. Pensar es dialogar con uno mismo. Por eso no es lo mismo soledad que vida solitaria. El hombre que lleva una vida solitaria puede pensar. El problema es que esta dualidad que se da en el pensamiento solitario, necesita de los demás para volver a convertirse en uno. Estos dos en uno de la vida solitaria necesita de los demás para convertirse en uno de nuevo. Por eso el peligro de la vida solitaria es que se convierta en soledad, cuando yo mismo soy abandonado por mi yo. Lo insoportable de la soledad es la pérdida del sí mismo. En esta situación se pierde la confianza en el sí mismo, como compañero de mis pensamientos, y en el mundo, como lo que es necesario para realizar experiencias. El sí mismo y el mundo, la capacidad para el pensamiento y la experiencia, se pierden al mismo tiempo.