filosofías de la juventud: prescripción, descripción y

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Universidad de La Salle Universidad de La Salle Ciencia Unisalle Ciencia Unisalle Filosofía y Letras Facultad de Filosofía y Humanidades 1-1-2018 Filosofías de la juventud: prescripción, descripción y enunciación, Filosofías de la juventud: prescripción, descripción y enunciación, tres sendas para el estudio de la juventud en la filosofía de tres sendas para el estudio de la juventud en la filosofía de occidente occidente Jesús David Zarama Arias Universidad de La Salle, Bogotá Follow this and additional works at: https://ciencia.lasalle.edu.co/filosofia_letras Citación recomendada Citación recomendada Zarama Arias, J. D. (2018). Filosofías de la juventud: prescripción, descripción y enunciación, tres sendas para el estudio de la juventud en la filosofía de occidente. Retrieved from https://ciencia.lasalle.edu.co/ filosofia_letras/105 This Trabajo de grado - Pregrado is brought to you for free and open access by the Facultad de Filosofía y Humanidades at Ciencia Unisalle. It has been accepted for inclusion in Filosofía y Letras by an authorized administrator of Ciencia Unisalle. For more information, please contact [email protected].

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Universidad de La Salle Universidad de La Salle

Ciencia Unisalle Ciencia Unisalle

Filosofía y Letras Facultad de Filosofía y Humanidades

1-1-2018

Filosofías de la juventud: prescripción, descripción y enunciación, Filosofías de la juventud: prescripción, descripción y enunciación,

tres sendas para el estudio de la juventud en la filosofía de tres sendas para el estudio de la juventud en la filosofía de

occidente occidente

Jesús David Zarama Arias Universidad de La Salle, Bogotá

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Citación recomendada Citación recomendada Zarama Arias, J. D. (2018). Filosofías de la juventud: prescripción, descripción y enunciación, tres sendas para el estudio de la juventud en la filosofía de occidente. Retrieved from https://ciencia.lasalle.edu.co/filosofia_letras/105

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FILOSOFIAS DE LA JUVENTUD:

Prescripción, descripción y enunciación, tres sendas para el estudio de la juventud

en la filosofía de occidente.

JESUS DAVID ZARAMA ARIAS

UNIVERSIDAD DE LA SALLE

FACULTAD DE FILOSOFÍA Y HUMANIDADES

FILOSOFÍA Y LETRAS

BOGOTÁ 2018

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FILOSOFIAS DE LA JUVENTUD:

Prescripción, descripción y enunciación, tres sendas para el estudio de la juventud

en la filosofía de occidente.

JESUS DAVID ZARAMA ARIAS

Trabajo realizado para obtener el título de profesional en Filosofía y Letras

Director de trabajo de grado Decano Hernando Arturo Estévez

Doctor en Filosofía

UNIVERSIDAD DE LA SALLE

FACULTAD DE FILOSOFÍA Y HUMANIDADES

FILOSOFÍA Y LETRAS

BOGOTÁ 2018

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Tabla de contenido

PRESENTACIÓN 5

CAPÍTULO I. FILOSOFÍA PRESCRIPTIVA DE LA JUVENTUD: fundamentación de la juventud según Occidente 11

INTRODUCCIÓN 11

1. Filosofía prescriptiva de la juventud: fundamentación de la juventud según Occidente. 14

1.1. La juventud antigua: El concepto de juventud en Platón y Aristóteles. 15

1.1.1. Prescripciones de la juventud antigua.........................................................................21

1.2. La juventud medieval: el concepto de juventud de los santos Agustín de Hipona y Tomas de Aquino. 24

1.2.1. Las confesiones de San Agustín, una dominación de la juventud.................................24

1.2.2. Santo Tomas de Aquino: Los jóvenes sometidos al gobierno de dios, la naturaleza y la razón. 27

1.2.3. Prescripciones de la juventud medieval.......................................................................28

1.3. Juventud moderna: el Emilio de Rousseau y pedagógica Kantiana. 31

El Emilio de Rousseau.................................................................................................................31

La pedagógica kantiana...............................................................................................................33

1.3.1. Prescripciones de la juventud moderna........................................................................36

Fundamentación de la juventud según Occidente. 38

2. CAPITULO II. FILOSOFÍA DESCRIPTIVA DE LA JUVENTUD: análisis de las condiciones juveniles según la filosofía de occidente. 40

2.1. Filosofía descriptiva de la juventud. 42

2.2. Descripciones de la juventud 43

2.2.1. Juventud y experiencia. La ruptura de la conciencia histórica guiada por Giorgio Agamben......................................................................................................................................46

2.2.2. Juventud y dispositivos de control, la juventud descrita por Foucault...............................52

2.2.3. Juventud y cultura: Bourdieu y Passeron analizan la juventud...........................................58

Problematización de la juventud según Occidente. 62

3. CAPÍTULO III. FILOSOFÍA ENUNCIATIVA DE LA JUVENTUD: un diálogo con el joven Walter Benjamín. 64

3.1. Filosofía de la juventud benjaminiana. 67

3.1.1. Juventud y experiencia: Una enunciación de la subjetividad del sujeto joven..............67

3.1.2. Juventud y moral - Dispositivos de descontrol:............................................................70

3.1.3. Juventud y cultura........................................................................................................72

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3.2. Filosofía de la juventud, reflexiones desde Colombia en el siglo XXI. 73

Experiencia y sentido...................................................................................................................74

La filosofía enunciativa: una voz en la infinidad del sonido........................................................77

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Filosofías de la juventud: Prescripción, Descripción y Enunciación: Tres sendas para

el estudio de la juventud en la filosofía de Occidente.

Palabras clave.

Filosofía/ juventud/ prescriptiva/ descriptiva/ enunciativa.

Philosophies of youth: Prescription, Description and Enunciation: Three paths for the

study of youth in the philosophy of the West.

Keywords.

Philosophy / youth / prescriptive / descriptive / enunciative.

PRESENTACIÓN

Apreciado lector, el presente trabajo es el fruto de una reflexión filosófica con relación al

tema de la juventud. Deseo confesar que mi interés inicial era elaborar una genealogía de la

juventud, es decir, configurar el significado del concepto de juventud a través de la historia

de la filosofía de Occidente. Sin embargo, dicha empresa es quijotesca dada la amplitud de

épocas, enfoques, sistemas y autores. Además, la facultad de filosofía de la Universidad de la

Salle me solicitó reiteradamente reducir mi investigación a un autor, o a un concepto

confrontado entre dos autores.

Durante más de cuatro años de asesoría y formación por parte de la facultad en el área de

investigación filosófica, logré delimitar el problema que presento en la siguiente tesis, la cual

se denomina: Filosofías de la juventud: Prescripción, Descripción y Enunciación: Tres

sendas para el estudio de la juventud en la filosofía de Occidente. El presente estudio

establece la relación entre tres formas de hacer filosofía teniendo en cuenta a la juventud.

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La prescriptiva es aquella en la que el filósofo hace uso de la filosofía para

prescribir, determinar y/u orientar el destino de los jóvenes.

La descriptiva es aquella en la que el filósofo comprende a la juventud como un

fenómeno social y establece los estudios y análisis de este sector de la sociedad.

La enunciativa es aquella en la que el joven desarrolla una reflexión filosófica

desde condición de joven, desarrollando filosóficamente el problema de la

existencia como sujeto joven, basado en su propia experiencia.

A cada uno de estos tipos de filosofía dedicaré un capítulo de la presente tesis, estableciendo

éste como mi aporte ante este problema de investigación.

Entiendo que al establecer el concepto de la juventud en el estudio de la filosofía, son

múltiples las expectativas que surgen para la lectura académica de dicho problema de

investigación. De esta manera deseo señalar algunas recomendaciones a tener en cuenta en la

lectura del presente trabajo, con el fin de no establecer falsas expectativas y de solicitar

respetuosamente al lector no pedirle al texto respuestas que como autor no he establecido en

el presente estudio. Sin embargo, deseo invitar al lector a seguir ahondando el problema de

investigación de juventud y filosofía, debido a que el estado del arte en este tema es bastante

pobre. A la vez, seguir mi investigación respecto al tema, las cuales en un mediano plazo

deseo consolidar en un trabajo de genealogía de la juventud.

Los siguientes son aspectos importantes para establecer una lectura apropiada del presente

trabajo.

1. El presente trabajo no es una genealogía.

Éste trabajo también presenta una división por épocas de la filosofía: la antigua, la

medieval, la moderna y la contemporánea. En cada una de estas épocas me permito

tomar la voz de dos icónicos autores y sus conceptos sobre la juventud para evidenciar

el tipo de filosofía que se desarrolla en su época. El criterio para establecer este

numero fue el de abarcar respetuosamente y con un análisis lo suficientemente

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ilustrativo a los autores y sus aproximaciones al tema. Un número mayor de autores

representaría mayor cantidad en las páginas del texto.

Cabe aclarar que en este trabajo no me interesa saber que pensaron todos los filósofos

de cada una de las épocas, sino establecer que en cada una de las épocas existieron

algunos filósofos que trataron el tema de la juventud de acuerdo con los tipos de

filosofía que bajo mi investigación me permito establecer.

Intencionalmente he decidido no vincular bibliografía de mas autores en cada una de

las épocas, puesto que un trabajo de esta forma se asemejaría precisamente a una

genealogía. No es mi intención mostrar gran cantidad de autores y sus expresiones

sobre la juventud para analizar si estos autores o estas épocas son prescriptivas,

descriptivas o enunciativas, sino simplemente tener evidencia de texto, que me

permita afirmar que en efecto existen estos tres tipos de filosofía con relación al

concepto de juventud.

la intención del trabajo no es hacer una genealogía, no acudimos a la historia para

comprender el contexto integro de cada una de las épocas. El interés radica en el

pensamiento que tenían los filósofos con relación a los jóvenes. En este sentido

aunque me encantaría incluir textos históricos como La Ciudad Antigua, del autor

Fustel de Coulange o las obras de Jaeger en el caso de la edad antigua, o el texto El

queso y los gusanos del autor Carlo Ginzburg en la alta edad media, o El año mil,

donde se resalta la baja edad media, con el fin de ilustrar a las juventudes de esos

tiempos con bellos pasajes culturales, religiosos y sociales propios de cada una de las

épocas, debemos recordar el objeto del presente trabajo, el cual es el análisis

filosófico del concepto de juventud. Y la poca cantidad de espacio para desarrollar

este proyecto.

2. Prescripción, descripción y enunciación: tres senderos, pero no los únicos.

El proceso de investigación filosófica lo comprendo como un ejercicio académico en

el cual a través de: el leer, el meditar y el escribir, se genera un nuevo proceso de

conocimiento. Mis aportes conceptuales y el resultado de mis procesos intelectuales

son un producto que se presenta como nuevo conocimiento. Es como un ladrillo que

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alguien pone en una muralla que no tiene limites ni vertical ni horizontalmente. Al

escribir sobre la manera mediante la cual se ha hecho filosofía sobre la juventud,

quiero poner uno de los primeros ladrillos, atreviéndome a señalar que he identificado

tres maneras mediante las cuales el filosofo se ha acercado a desarrollar este tópico.

El prescriptivo, el descriptivo y el enunciativo.

Mi trabajo de grado solo busca evidenciar que durante la historia de filosofía de

Occidente ha sido cierto que existen tres maneras de aproximarse al problema de la

juventud, prescribiendo, describiendo y enunciando.

No es de mi interés señalar que estas son las únicas sendas que tiene la filosofía para

aproximarse al tópico de la juventud. Realmente espero que surjan otras sendas en

diferentes investigaciones que se realicen con relación a este tema.

Tampoco es de mi interés atender a otros objetos de investigación en el presente

trabajo; No quiero complejizar la lectura de quien se aproxime a estas páginas, con

intricados juegos de preguntas, tale como: ¿hay autores que siendo prescriptivos

también se dieron a la tarea de describir? ¿el filósofo que está enunciando su

experiencia acaso no la describe? ¿la intensión muy superior del autor que describe a

la juventud no es quizá tener herramientas para prescribir nuevas formas de ser de la

juventud?

Estas preguntas en lugar de acercarnos al conocimiento, nos aleja, nos dispersa y

restan en rigor y seriedad al presente trabajo.

Aclaro que el objeto de la presente investigación es establecer que existen tres sendas

de aproximación filosófica con relación al concepto de juventud identificadas

anteriormente. Ya como se relacionan estas categorías, podrían hacer parte de otro

trabajo de investigación muy distinto al presente.

3. La filosofía de la juventud es diferente a la juventud que hace filosofía.

Respetado lector, al socializar el presente texto con personas allegadas y otros, así

como algunos comentarios de los jurados en la primera entrega, se me ha hecho saber

que hay una expectativa con relación a los filósofos que siendo jóvenes desarrollaron

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trabajos muy elaborados de la filosofía en diferentes de sus enfoques y tópicos. Como

ejemplo de ello, podemos destacar al filósofo analítico Frege, quien a sus 16 años

descrestaba al mundo académico con su genialidad. También podemos destacar a

Schelling quien era muy joven cuando escribió su primer sistema. Incluso tenemos

varios ejemplos de filósofos que siendo jóvenes publicaron su perspectiva filosófica

que contrastó drásticamente con su perspectiva filosófica de su vida madura, como el

caso de Wittgenstein o el mismo Nietzsche.

Frente a lo anterior cabe destacar que yo tengo el mismo afán de generar

conocimiento al respecto y con seguridad estudiaré fervorosamente estos

acontecimientos filosóficos. Pero en el presente texto no son de mi interés

investigativo.

Incluso, sabiendo que los filósofos escriben y publican desde muy jóvenes, sobre

problemas filosóficos de gran profundidad, para el presente trabajo me interesa lo que

se habla acerca de la condición del ser joven.

La intención del presente trabajo es precisamente abordar lo que han escrito filósofos

sobre la juventud y jóvenes filósofos sobre su condición de joven, y no lo que han

hablado sobre la vida, sobre los sistemas filosóficos, ni su manera de ver el mundo.

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CAPÍTULO 1.

FILOSOFÍA PRESCRIPTIVA DE LA JUVENTUD: FUNDAMENTACIÓN DE LA

JUVENTUD SEGÚN OCCIDENTE.

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CAPÍTULO I. FILOSOFÍA PRESCRIPTIVA DE LA JUVENTUD: fundamentación de

la juventud según Occidente

INTRODUCCIÓN

La noción de juventud siempre ha estado presente en la tradición filosófica de Occidente.

Múltiples han sido los tratamientos sobre la juventud y variadas han sido las

responsabilidades otorgadas desde la filosofía. Dichas comprensiones han variado según la

tradición filosófica y el contexto en que se circunscriben. Verbigracia: Aristóteles en su texto

La Política enunciaba que la juventud debía educarse en función del Estado. San Agustín

afirmaba que la juventud tenía un espíritu particular y propio a su edad, el cual debía ser

conducido a la gracia de Dios. Kant contempló todo un sistema pedagógico para educar a la

juventud de su época de acuerdo con los postulados de su sistema filosófico. Lo anterior

permite ver que el concepto de juventud tiene una tradición histórica que con facilidad se

puede rastrear en los textos filosóficos.

A pesar de lo anterior (Feixa. 2006) se atreve a señalar que:

Según la historiografía canónica, la adolescencia fue inventada al principio de la era

industrial, pero no se empezó a democratizar hasta alrededor de 1900, cuando diversas

reformas en la escuela, el mercado de trabajo, la familia, el servicio militar, las

asociaciones juveniles y el mundo del ocio, permitieron que surgiera una nueva

generación consciente de crear una cultura propia y distintiva, diferente a la de los

adultos. (Pág. 3).

En el presente trabajo uno de mis propósitos secundarios es evidenciar que la noción de

juventud ha estado presente a lo largo del desarrollo de la filosofía occidental y no solamente

desde la revolución industrial.

No obstante, el valor de mi trabajo, más allá de encontrar evidencia del concepto de juventud

en la filosofía desde sus inicios, radica en comprender y descifrar cuál ha sido el tratamiento

de dicho concepto, estableciendo una lectura analítica que me permita identificar los ejes

temáticos, las particularidades de cada contexto histórico y por qué no, establecer una

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diferencia en las filosofías de la juventud que hayan surgido a lo largo de la historia: desde

los inicios de Occidente en la antigüedad helénica hasta la filosofía contemporánea.

Como fruto de un trabajo realizado durante más de 6 años de lectura de textos filosóficos,

sociológicos y de opinión sobre el concepto de juventud, he podido establecer que existen

tres tipos de filosofía en Occidente que abordan de manera diferenciada al concepto de

juventud. A saber: en primer lugar, una filosofía prescriptiva, en la cual el filósofo piensa a la

juventud y prescribe una serie de normas para este sector poblacional. En segundo lugar, una

filosofía descriptiva, en la cual el filósofo describe los fenómenos sociales, culturales,

políticos y económicos en los que se desenvuelven los jóvenes. Y, en tercer lugar, una

filosofía enunciativa, donde son los mismos jóvenes quienes desarrollamos nuestra propia

voz filosófica teniendo en cuenta nuestro lugar de enunciación como jóvenes.

De acuerdo con lo anterior, lo prescriptivo, lo descriptivo y lo enunciativo se convierten en

las categorías a desarrollar en el presente trabajo, otorgando a cada categoría su propio

capitulo.

En este primer capítulo definiremos la filosofía prescriptiva, contextualizando además el

marco histórico en la cual se desarrolla y estableciendo las posturas epistemológicas de la

filosofía prescriptiva.

Un enfoque prescriptivo, presente en la tradición de la filosofía antigua, medieval y moderna,

en la cual se concibe al joven como un objeto y al filósofo como el sujeto de conocimiento,

quien tiene la potestad de prescribir.

El filósofo es el sujeto y el joven el objeto. El filósofo define el deber ser del joven, por tanto,

el joven solo debe obedecer lo que establece normativamente el filósofo. En este sentido el

filósofo es la fuente de las prescripciones políticas, éticas, sociales y de la educación que

deben asumir los jóvenes para desarrollar aportes a los sistemas económicos, sociales y

políticos presentes en cada época.

Este trabajo consistirá en el ejercicio de una lectura y una hermenéutica sobre las anotaciones

realizadas por los autores respecto a la juventud. Verbigracia, en la época antigua Aristóteles

en su texto La política, no solo lo conduce al conocimiento, sino que lo moldea de acuerdo

Page 15: Filosofías de la juventud: prescripción, descripción y

14

con el sistema filosófico que propone. En la época medieval, San Agustín, usa sus

confesiones para exhortar a los jóvenes de su época, a seguir el modelo que propone acorde a

los postulados escolásticos. Finalmente, Rousseau y Kant elaboran un manual para educar al

joven de su época, en sus textos El Emilio y La pedagogía, respectivamente. Los anteriores

ejemplos denotan la postura prescriptiva de la filosofía con relación a la juventud.

A la lectura realizada la acompañaremos con la exegesis de la noción de juventud de cada

uno de estos autores, así como las prescripciones y molduras establecidas por estos autores

para que su filosofía fuese transmitida a las juventudes de sus respectivas épocas.

Por otra parte, en la filosofía enunciativa el joven es filósofo, es decir sujeto de conocimiento,

autónomo en el ejercicio de la comprensión de su existencia y de su condición humana; y lo

más importante, se empieza a concebir al joven como trasformador de su realidad.

Cabe resaltar que el objeto de investigación del presente trabajo es el tratamiento de la

filosofía con relación al concepto de juventud. En primer lugar, para evidenciar que no es un

concepto que nace en el siglo XXVIII y en segundo orden para establecer la existencia de

establecer tres tipos de filosofía con relación al estudio del concepto de juventud.

El presente capitulo se constituye de tres títulos: i) Juventud antigua: El concepto de juventud

en Platón y Aristóteles. ii) juventud medieval: el concepto de juventud de los santos Agustín

de Hipona y Tomas de Aquino iii) juventud moderna: juventud moderna: pedagógica

Kantiana y el Emilio de Rousseau.

Page 16: Filosofías de la juventud: prescripción, descripción y

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1. Filosofía prescriptiva de la juventud: fundamentación de la juventud según

Occidente.

El joven en su constitución como sujeto busca tener su autodeterminación y descubrir por sí

mismo el ejercicio propio de su ser. En este camino se encuentra con una serie de fuerzas que

buscan gobernarle. La juventud al buscar su autonomía debe descubrir el rostro de estas

fuerzas que le gobiernan. La primera fuerza, es sin duda la del hombre adulto, dueño del

poder y del gobierno de la naturaleza humana. Un hombre moderno, que se siente en la cima

de la naturaleza, la cultura y del conocimiento humano. Este hombre, es una fuerza que busca

moldear y obligar a la juventud a convertirla en servil para él. Al hombre joven lo moldea

bajo su sombra y lo convierte en ese tipo de hombre moderno: autoritario y dominante. A la

mujer joven también la educa para que sea servil y fructífera en la adultez a sus caprichos y

órdenes.

A lo largo del presente trabajo evidenciaremos como se cosifica a la juventud desde la

normatividad, la moral y el derecho, una serie de instrumentos que le inhiben su propia

esencia, delimitan su ser y lo obligan a actuar como autómata en el orden prescrito. También

se le describe para analizar sus comportamientos y desarrollar políticas que permitan

controlarlo. Pero sin duda, la fuerza más enigmática es la filosofía occidental, la misma que

desde un principio se estableció como el desarrollo del conocimiento humano, donde arrojó al

joven al lugar de los residuos, lo único importante era el saber, y la juventud se concibió

como un objeto que debía ser moldeado, sin voluntad, sin pensamiento propio, solo como

objeto y como medio para hacer posible los diferentes proyectos y sistemas filosóficos. Pero

en un momento de la historia, la juventud, tomó a la filosofía como herramienta para darse

sus propias determinaciones, para definirse a sí misma, para generar su propia conciencia,

para transformar al mundo… en consecuencia se muestra, no solo un cambio epistemológico

del sujeto joven, sino un manifiesto de la juventud desde su autonomía.

He aquí las dos maneras de fundamentar a la juventud desde Occidente. La filosofía como esa

fuerza que gobierna a la juventud, prescribiéndola y describiéndola y la filosofía como la

herramienta que permite a la juventud a enunciarse a sí misma.

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El presente texto descubrirá entonces el rostro de la filosofía con relación a la juventud.

Presentando una de estas dos maneras de fundamentación filosófica: la prescriptiva y la

descriptiva. La juventud es contemplada por la filosofía tradicional como uno de los

problemas transversales, pero no importantes. La juventud como tema ha estado presente

durante toda la tradición filosófica occidental, pero no se ha tratado de manera específica, es

decir: no se ha visto como un objeto de estudio de la filosofía tradicional, es este sentido

vemos que no ha sido de relevancia como tema específico en el trabajo de la filosofía.

Apenas, en la filosofía actual se ha dado un tratamiento específico y se ha visto a la juventud

como un problema filosófico.

El siguiente análisis busca identificar cómo ha sido el tratamiento del concepto de juventud

desde la filosofía de Occidente. Para ello indagaremos tan solo algunos autores de la tradición

occidental de la filosofía. Esto con el fin de demostrar que en un primer término y anclado en

la filosofía de Occidente, la juventud ya era tenida en cuenta, solo que la postura filosófica

era prescriptiva, es decir, que se concebía a la juventud como un objeto, lo que permite

comprenderle como un momento de moldeamiento por parte de la filosofía hacia los jóvenes

para cumplir los fines del Estado. Lo cual ilustraremos con textos de la época durante el

desarrollo del presente capítulo.

A este ciclo que comprende a la filosofía antigua, medieval y moderna, la denominamos

filosofía prescriptiva. En este apéndice del texto examinaremos el tratamiento que dan

autores como Platón, Aristóteles, San Agustín, Santo Tomas, Rousseau y Kant a la noción de

juventud. Sus concepciones frente a la juventud eran la de prescribir el deber ser de la

juventud. Ejerciendo una autoridad desde la filosofía hacia la juventud: Objetivándola,

moldeándola y definiéndola acorde a sus sistemas y proyectos filosóficos.

1.1. La juventud antigua: El concepto de juventud en Platón y Aristóteles.

Platón y Aristóteles en sus textos plasmaron claramente cuál debería ser el rol de los jóvenes

en la sociedad griega. Para empezar, al joven se le consideraba como un ser inacabado en

proceso de crecimiento intelectual y físico, por lo cual el estado debía determinar los roles y

funciones de los jóvenes de acuerdo con su casta. Pero en cualquiera de los casos los adultos

eran quienes determinaban los destinos de los más jóvenes hasta que se convirtiesen en

adultos.

Page 18: Filosofías de la juventud: prescripción, descripción y

17

El ejercicio en el presente título radica en la socialización de los preceptos sociales y políticos

en los cuales se debían enmarcar a los jóvenes, descritos por Platón y Aristóteles en sus

textos la república y la política, respectivamente. El método de ilustración de dichos

conceptos es la muestra de su pensamiento mediante un dialogo al estilo del discípulo de

Sócrates. En dicho diálogo se alterna la ficción del con las citas textuales de estos textos

canónicos. Finalmente, se hace un análisis de las determinaciones impuestas por los adultos

hacia los jóvenes encontrando que existen varias prescripciones, es decir que el filósofo al

reflexionar filosóficamente sobre la juventud, (el orden del Estado, los roles y funciones de

los jóvenes en la sociedad) está normativizando e imponiendo su visión al joven heleno.

La argumentación filosófica en este título está apoyada por los autores que sirven de

referencia y un número de investigaciones filosóficas que permitan demostrar que la filosofía

antigua era eminentemente prescriptiva frente a la juventud.

En la antigua Grecia, cerca al año 370 a.c. en uno de sus viajes a Sicilia, el filósofo Platón,

tuvo la disposición para elevar su pluma al diseño de su república. Al parecer por aquella

época definiría lo que hoy conocemos como el libro V de esta obra. En este libro, se da lugar

a un dialogo ficticio Entre Glaucon, Adimanto, y el propio Sócrates, entre los cuales disputan

sus argumentos para hacer la “mención de la procreación de los hijos, la manera de

educarlos, en una palabra, de todo lo que pertenece a la comunidad de las mujeres y los

hijos” (Platón, S.f. 449 d.), por su parte Aristóteles responde a este respecto mediante su

texto, La Política. Específicamente en su libro segundo, denominado “Examen crítico de las

teorías anteriores y de las primeras constituciones” cuyo primer capítulo es examen de la

Republica de Platón, “Crítica de sus teorías sobre la comunidad de las mujeres y de los hijos”

(Aristóteles, S.f. 1260b).

A continuación, se presenta un dialogo ficticio entre estos dos pensadores, con relación a sus

diferentes concepciones del joven en relación con la dinámica del Estado.

- Ya hemos reiterado una y mil veces, Platón. Que frente al desarrollo de los individuos

debemos tener presentes el concepto del poder y de la autoridad. Cómo bien sabes, y lo

pudiste aprender de Sócrates. Estos se ejercen en razón de la condición natural del

hombre. El hombre como animal político constituyó una serie de instituciones a las cuales

Page 19: Filosofías de la juventud: prescripción, descripción y

18

les debe obediencia y servidumbre. Entre estas se encuentran el poder doméstico, el poder

del estado y por supuesto la religión como un poder menor. En cada uno de estos, el

hombre se somete a sus designios y debe proveer sus riquezas, su racionalidad y sus

fuerzas para que estos tipos de poderes se consoliden a través del paso del tiempo.

- SÍ Aristóteles, consiento en parte lo que dices. Ya recuerdo yo, que cuando estabas en las

lecturas de mis diálogos, eras uno de los aprendices más brillantes. Pero dime, ¿A dónde

quieres ir con esta conversación?

- Platón, como bien sabes, he revisado en detalle tu obra y además de valorar tu gran

esfuerzo, y de haberme dejado llevar por mi juvenil ímpetu ante tus palabras, ahora que ya

he madurado tengo la sabiduría para llevarte a ti y a tu propuesta de república, contra la

pared, pues he encontrado una serie de errores sistemáticos en los planteamientos que

propones.

- Ay Aristóteles, por Zeus, si vieras lo acongojado que estoy por estos días. Como sabes:

Sócrates ha tenido un juicio en su contra, y la ciudad lo ha desterrado. Pero su decisión ha

sido el envenenamiento. No creas, que en esta transición no he dejado de traer a mi mente,

los personajes y los diálogos que escribí a lo largo de estos años, donde Sócrates

compartió sus enseñanzas con el pueblo ateniense. Tú ahora me acusas, tal como lo hizo la

ciudad con Sócrates. Precisamente la acusación consistió en que este honorable pensador

atrofiaba y corrompía a los jóvenes de la ciudad. Ahora dices que yo te corrompí en tu

juventud y pones tu condición de joven para decirme que ahora que maduraste puedes no

solo librarte de mí, sino además superarme en los asuntos del estado. Pero precisamente

justo antes de que tu entraras, estaba recordando un dialogo que estableció Sócrates con

Céfalo, acerca de la vejez y la juventud. Te quisiera proponer que la discusión que hoy me

traes, la centremos acerca de la juventud, sin dejar de lado los asuntos del estado. Puesto

que los jóvenes, como todos los ciudadanos, son instrumentos para que la ciudad, la

religión y el hogar mantengan su orden.

- Así es, pero antes de dialogar contigo de este tema que me presentas ahora desde tu

perspectiva, quisiera saber qué opinaba Céfalo con respecto a la vejez y la juventud.

- Si recuerdas Aristóteles, yo escribí, la Republica, allí en algunas líneas (Platón, S.f. 328

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e), Sócrates le inquirió a Céfalo su opinión sobre la vejez de la siguiente manera.

- “Yo me complazco infinito en conversar con los ancianos. Como se hallan al

término de una carrera que quizá habremos de recorrer nosotros algún día, me parece

natural que averigüemos de ellos si el camino es penoso o fácil, y puesto que tu estas

ahora en esa edad, que los poetas llaman el umbral de la vejez, me complacería mucho

que me dijeras si consideras semejante situación como la más penosa de la vida, o

cómo la calificas.

(Platón, S.f. 329 a).

- por Zeus, Sócrates, - le respondió-.te diré mi pensamiento sin ocultarte nada. Me

sucede muchas veces, Según el antiguo proverbio1, que me encuentro con muchos

hombres de mi edad, y toda la conversación por su parte se reduce a quejas y

lamentaciones; recuerdan con sentimiento los placeres del amor, de la mesa, y todos

los demás de esta naturaleza, que disfrutaban en su juventud. Se afligen de esta

pérdida, como si fuera la pérdida de los más grandes bienes. La vida de entonces era

dichosa, mientras que la presente no merece ni el nombre de vida…

Posteriormente continuaría (Platón) “…la vejez, en efecto, es un estado de reposo y de

libertad respecto de los sentidos. Cuando la violencia de las pasiones se ha relajado y

se ha amortiguado su fuego, se ve uno libre” (S.f. 329 c).

Y concluiría finalmente (Platón) “con cordura y buen humor la vejez es soportable;

pero, con un carácter opuesto, lo mismo la vejez que la juventud son desgraciadas.

(S.f. 329 d).

- Sí recuerdo, y precisamente allí en tu texto de La República, es donde he encontrado una

serie de inconsistencias, por ello te invito a que revises las críticas que hago a tu texto, en

mi segundo libro de La Política. Pero sin querer irme por la tangencia de nuestra

conversación y a propósito del texto ya referido, quisiera hacer unas precisiones sobre tus

teorías sobre la comunidad de las mujeres y de los hijos. Pero antes de querer adentrarme

en las refutaciones quisiera que volvieras a compartir tus propuestas teóricas sobre la

sociedad y el rol de los jóvenes y las mujeres.

- Bien Aristóteles, me gusta mucho que seas contundente, y expreses de manera sencilla

1 “las personas de la misma edad gustan de estar juntas” (Fedro, 240 c.)

Page 21: Filosofías de la juventud: prescripción, descripción y

20

tus expectativas y solicitudes para el presente diálogo. Respecto a mis propósitos con

relación a las mujeres y los hijos, opino lo siguiente. para dar a los hombres nacidos y

educados de la manera que hemos dicho buenas reglas sobre la posesión y uso de las

mujeres y los niños, no tenemos otra cosa que hacer, en mi opinión, que mandarles que

sigan el mismo camino que hemos trazado al comenzar” (Platón, S.f. 451 c). Además,

coincidirás conmigo en que “el hijo tiene una perfecta analogía con su padre.” (Platón,

S.f. 508 c). y es por ello por lo que, así como fueron educados sus padres los hijos también

deben educarse de la misma manera: “habrán de ejercitarse en gran número de ciencias,

para ver si su espíritu es capaz de sostener los estudios más profundos” (Platón, S.f. 503

e). Y estos estudios deberán de culminar en la idea del bien.

Por otra parte, amigo mío, cómo pudiste observar en la lectura de la república, mi proyecto

es igualar el Estado perfecto, donde los gobernantes sean filósofos y los ciudadanos tanto

hombres como mujeres sean guardianes. Para ello, las mujeres y los hombres se entrenarán

y cuidarán del estado como perros fieles. Ninguno tendrá una clase más que los otros.

Ninguno tendrá intereses privados que atenten contra la integridad del Estado, razón por la

cual, no existirá la familia, los hijos serán hijos del estado y no conocerán a sus padres, así

no existirán lazos filiales que atenten contra la constitución del estado. Así los jóvenes

crecerán y se educarán para mantener el orden y su único padre será el estado, su fuerza,

riqueza y voluntad serán para todos, los menesteres que deben ofrendar al Estado.

- Bien Platón, como te dije al principio, tengo una serie de críticas a tu modelo de

Estado ideal, que posteriormente dialogaremos, pues veo que Adimanto, viene hacia

nosotros, y por su rostro de agitación creo que viene con noticias para ti. Sin embargo, con

relación a los hijos y la educación que deben recibir quiero anotar un par de elementos. Ya

hemos dicho que la familia y su administración se basan en tres tipos de poder: el del

señor, el del padre y el del esposo. Se manda a la mujer y a los hijos como seres

igualmente libres, pero sometidos, sin embargo, a una autoridad diferente. Que es

republicana en caso de las mujeres y regia respecto de los hijos. El hombre, generalmente,

de manera natural tiene mejores cualidades para mandar, que la mujer. Así como el ser de

más edad y mejores cualidades es el propicio para mandar a los más jóvenes y aun

incompletos. En la constitución republicana se pasa de la obediencia a ejercer la autoridad,

lo cual otorga cierto grado de igualdad entre los seres que se relacionan, lo cual no impide

que siempre se permita distinguir la posición entre jefe u subordinado, este el caso de la

mujer. Pero en el caso de los jóvenes, la autoridad del padre sobre sus hijos es regia, es

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21

decir las afecciones y la edad les dan un poder inmarcesible a los padres, lo mismo que a

los reyes. (Aristóteles, 1274b). por esta razón, Platón te invito a que revises tus

planteamientos pues el poder que se debe ejercer frente a los jóvenes y las mujeres puede

verse afectado en tu estado ideal. Además, como lo señalé en mi política los jóvenes no

son ciudadanos, por lo tanto, deben permanecer en las funciones del hogar, hasta que sean

completos y entonces entren en la dinámica del gobierno. ” Los jóvenes que no han

llegado aún a la edad de la inscripción cívica, y los ancianos que han sido ya borrados de

ella se encuentran en una posición casi análoga: unos y otros son, ciertamente,

ciudadanos, pero no se les puede dar este título en absoluto, debiendo añadirse, respecto

de los primeros, que son ciudadanos incompletos, y respecto de los segundos, que son

ciudadanos jubilados.” (Aristóteles, S.f. 1275 a).

En ese instante, llega Adimanto, le dice a Platón que de manera urgente acuse su presencia

ante Sócrates, puesto que está por cumplir su sentencia y antes de beber la cicuta quiere

entablar un último dialogo con su más ferviente discípulo.

Antes de partir a visitar a Sócrates, Platón le dice a Aristóteles. Estimado amigo siento que

tenemos mas puntos de encuentro que puntos en desacuerdo en esta cuestión referente a

los hijos y las mujeres, los cuales deben ser educados para satisfacer las necesidades del

Estado. Tanto tu como yo, vemos en los jóvenes la base de la sociedad futura, pero

también contemplamos que son seres incompletos que deben educarse, en los valores

intelectuales, físicos, militares, así como en las leyes y en la comprensión del Estado.

Nosotros como adultos debemos educarlos bien, para que no caigan en flaquezas del alma

y de la voluntad. Reconozco que, en nuestra ciudad, hay diferentes fuentes de

conocimiento, y que nuestros jóvenes son educados bajo diferentes dogmas, algunos se

acercarán a la verdad y al bien y otros serán enceguecidos con los sofismas y las

debilidades del mal. Pero ambos haremos inmensos esfuerzos por no permitir que los

jóvenes sean gobernados por la flaqueza y la ignorancia. Somos como pastores que

conducen los rebaños.

Aristóteles le ofrece su mano en señal de despedida, diciendo. Platón, ha sido interesante

conversar contigo sobre la enseñanza de las cuestiones del Estado y sobre el papel que

deben tener los jóvenes en su estructura. Si hay algo que debo concordar contigo, es que

somos nosotros quienes tenemos la obligación política de orientar, guiar y acompañar a los

Page 23: Filosofías de la juventud: prescripción, descripción y

22

jóvenes para que gobiernen y mantengan las cosas en su orden. Te dejo, debo irme porque

debo llegar a tiempo a dar las clases a Alejandro III de macedonia, hijo del rey Filipo II de

Macedonia.

El anterior texto, permite evidenciar la postura prescriptiva que tenían estos filósofos de la

edad antigua.

1.1.1. Prescripciones de la juventud antigua.

a. Definición del joven en la filosofía antigua.

Como se hizo evidente en el dialogo entre Aristóteles y Platón, el concepto de juventud en la

antigüedad estaba ya presente, es decir como concepto no nace con la modernidad, puesto

que ya existía una distinción de las características propias de los individuos en razón a su

edad y las capacidades y habilidades que les eran propias. Ya se contemplaba como joven a

aquel individuo que cumplía con ciertas características de lozanía, temeridad y vivacidad,

además, de contar con el requisito de tener una edad temprana. Se suponía que, en dicha

condición, estaría dispuesto a recibir la formación de los adultos y se debería preparar para

asumir los designios y las leyes de las ciudades estados. Además, se comprendía a la etapa de

juventud como un momento de desarrollo tanto físico como racional, puesto que el joven era

un sujeto incompleto. En ese sentido el rol que debían asumir los jóvenes era el de tener

vocación para ser formados a pesar de que su criterio no fuese sólido, ellos tan solo al llegar a

ser adultos, se podrían comprender como sujetos completos, entonces podrían defenderse o

tener venganza, en tanto no hubiesen alcanzado la adultez serían sus padres o hermanos

mayores quienes abogaran por ellos.

b. Prescripción al joven frente al Estado.

En la época de nuestros filósofos la ciudad-estado estaba constituida de tal manera que los

valores cívicos eran imprescindibles para la salud de la ciudad. La religiosidad también tenía

cierta preponderancia en el destino de las vidas, los ritos y las conductas de los ciudadanos.

En este sentido existía un estricto orden respecto a las costumbres, los ritos y los

procedimientos políticos, religiosos y morales. Cada segmento social de la población tenía

una serie de deberes y modos de relacionarse entre ellos, con la ciudad y con los dioses tanto

domésticos como los dioses generales de la ciudad, y los jóvenes eran el foco de la formación

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23

y el pilar para que las ciudades continuaran con su prestigio y grandeza. Los jóvenes eran

entonces los responsables de aprender los ritos de la ciudad y en consecuencia la única

garantía para la sostenibilidad de las sociedades tal cómo se conocía. Además, en la Grecia

antigua la sociedad estaba jerarquizada y se generaba una subordinación de forma casi

natural, y los jóvenes eran entonces la base del sistema político, pues sustentaban el gobierno

de los viejos y debían acatar sus disposiciones con obediencia. De esta manera, la juventud

en la filosofía clásica se presenta como un estadio de la naturaleza humana, en la cual ha de

generar los procesos de la educación para que el hombre sea obediente. Por lo anterior

podemos afirmar que, para la filosofía antigua, los jóvenes eran sujetos que servían como

pilar de la sociedad y al igual que los ciudadanos atenienses, estaban al servicio de la poli, no

tenían autogobierno ni autonomía. Sin embargo, por su condición de jóvenes ni siquiera

tenían plena conciencia, ni criticidad, porque de acuerdo con la intención de los interlocutores

estos estaban sujetos a ser manipulados. Además, no tenían voz propia, la interlocución ante

los adultos debía estar mediada por otros adultos y como lo afirmaba Aristóteles los jóvenes

debían una autoridad regia ante sus padres y ante las instituciones.

c. Prescripciones al joven frente a la cultura.

La ley antigua no solo prescribía como debía ser la educación de los jóvenes y concebirse

como uno de los procedimientos más serios del estado, sino que además prescribía una serie

de prohibiciones, gobernando entonces desde el poder de la ciudad, la vida de cada individuo

joven, “La ley debe prohibir a los jóvenes asistir a la representación de piezas satíricas y

comedias, hasta la edad de tomar asiento en las comidas comunes y beber vino puro.

Entonces la educación los resguardará de los peligros de estas reuniones.” (Aristóteles, 1281

b). Además, se establecían mecanismos de control y vigilancia para velar por las conductas

de los jóvenes, con el fin de ejercer dominio frente a estos. ” La pedonomía, la gineconomía y

cualquiera otra magistratura especialmente encargada de vigilar la conducta de los jóvenes y

de las mujeres son instituciones aristocráticas y no tienen nada de populares.” (Aristóteles,

1991. Pág. 98).

d. Prescripciones al joven frente a la filosofía.

En este sentido tanto para Aristóteles como para Platón, la juventud es una masa

estrictamente moldeable, sin voluntad, con minoría de edad y con total disposición para la

subordinación, además a la que se debe educar cuidadosamente para que cumplan los fines

del estado y sobre la que se debe ejercer control y vigilancia para garantizar la eficacia de los

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24

propósitos anteriormente señalados. Es decir, ellos ejercen un concepto eminentemente

prescriptivo de la juventud.

Hemos sido testigos de la modelación de la juventud acorde a los intereses de la filosofía

antigua: al hombre joven lo han moldeado bajo su sombra y lo han convertido en ese tipo de

hombre: autoritario y dominante, ante la naturaleza, ante sus propios sentimientos y ante la

humanidad entera. Pero además también han otorgado un rol para la mujer joven, a la mujer

joven también la educaron para que fuese servil y fructífera en la adultez a los caprichos y

órdenes de los hombres de la razón.

Page 26: Filosofías de la juventud: prescripción, descripción y

25

1.2. La juventud medieval: el concepto de juventud de los santos Agustín de

Hipona y Tomas de Aquino.

En el presente apartado, se analizará la obra de San Agustín de Hipona (siglo IV) y de Santo

Tomas de Aquino (siglo XIII), como dos filósofos compartieron una postura prescriptiva

frente a la juventud. Cabe resaltar que se toma a San Agustín por su fuerte influencia en el

pensamiento medieval, y santo Tomas de Aquino como uno de los mas icónicos

representantes de dicho pensamiento.

En primer lugar, se desarrollan las principales ideas Agustinianas sobre la noción de

juventud mediante una exegesis de sus confesiones. Posteriormente, se analiza como la

juventud es prescripta en el sistema filosófico de Santo Tomas.

1.2.1. Las confesiones de San Agustín, una dominación de la juventud.

En la lectura de las confesiones, específicamente el primer capítulo del segundo libro, se hace

una referencia a la juventud misma de San Agustín, tras un recorrido por su infancia el doctor

africano, ha decidido hacer una lectura de su propia juventud. En esta lectura denominada:

Como llegando a la juventud se entregó a los vicios; San Agustín confiesa una serie de

eventos que lo alejaban de la gracia de dios y de la sabiduría. A sus 16 años en el año 370 de

nuestra era,

Agustín comenzó sus estudios de retórica en Cartago. Los estilos licenciosos del gran

puerto y centro de gobierno, la visión de los ritos obscenos relacionados con cultos

importados de Oriente, combinados con el hecho de que Agustín, el meridional, era ya

un hombre, con pasiones vivas y vehementes, le llevaron a una práctica ruptura con

los ideales morales del cristianismo, y no tardó en buscarse una amante, con la que

vivió durante diez años, y de la que tuvo un hijo en su segundo año de Cartago.

(Copleston, F. 1957. Pág. 36).

En concreto, al preguntar, como se puede definir la juventud desde la perspectiva de estos dos

autores, se logran encontrar algunos rastros en los textos de filósofos como los de San

Agustín quien al describirse a sí mismo como un joven, se narró de la siguiente manera. (San

Agustín, 1957)

Page 27: Filosofías de la juventud: prescripción, descripción y

26

Tenía yo, señor, en mi adolescencia una sed insaciable de hermosuras terrenas, y qual

satyro, o fauno (exemplares sylvestres de los bosques en sombríos amores de torpezas)

llegó a faltarme la especie humana, degenerando en bruto, cadáver corrompido a tu

presencia, complaciendo a mi gusto, y deseando agradar a los hombres. (Pág. 68).

Tras este ejemplo, se puede señalar que la juventud comprendida por estos dos autores se

resuelve entre lo profano y lo sagrado, se sitúa en medio de dos fuerzas que la gobiernan: la

religión y la cultura. San Agustín en su obra permite descubrir los procesos cronológicos del

individuo humano y se presta a sí mismo como ejemplo, para comprender que durante la vida

se presentan diferentes estadios, como la infancia, la adolescencia, la juventud y la vida

adulta. En cada uno de estos estadios, el ser se desenvuelve de manera diferente, en los

primeros sin conciencia ni madurez. Esto se hace evidente en tanto que su texto las

confesiones son una representación descriptiva de su proceso de vida. En las confesiones de

San Agustín se plasman con claridad y distintamente sus diferentes ciclos.

Una de las etapas de vida que más interesa sobre la vida de San Agustín, es su juventud, en

ella, el pensador de Hipona reconoce que tuvo un proceso importante de formación

intelectual, sin embargo, dicha formación intelectual distaba de la educación moral.

Reconoce que sus estudios le llevaron a ser reconocido entre los hombres “confieso que

aprendí de buena gana aquellas falacias, y miserable me deleitaba en ellas; y por esto me

llamaban muchacho, de cuyas flores podían esperarse frutos grandes.” (San Agustín, 1957,

Pág. 54). Sin embargo, comprendió que sus actividades juveniles le distaban de la voluntad

divina y reconoce además que se dejó llevar por los “azafranes y dulzuras de la juventud”

(San Agustín, 1957, Pág. 55). hasta el punto de desobedecer a su madre Santa Mónica, quien

como buena cristiana le reprendía para que obrase acorde con las posturas del naciente

cristianismo. En el siguiente aparatado de sus Confesiones, recuerda las reprensiones de su

madre y los llamados de atención que le hacía, así como los consejos que le daba. De igual

manera recuerda su actitud repulsiva y desafiante ante ella.

Acuérdome, señor, que varias veces, amonestándome a solas, me decía, que huyese de

la lascivia, y esto me lo repetía con gran solicitud; y especialmente las mujeres ajenas.

Mas yo los despreciaba, como consejos de mujer, teniendo por materia vergonzosa

Page 28: Filosofías de la juventud: prescripción, descripción y

27

llegar a obedecerlos. Y yo, siendo hijo suyo, en su deprecio te despreciaba a ti, siendo

hijo de tu esclava, y siervo tuyo. (San Agustín. 1957, Pág. 78).

En estos apartados de la obra de San Agustín se puede ver a una juventud distante de la

filosofía cristiana. Como se enunció anteriormente San Agustín vivió alejado de la doctrina

grecorromana en su etapa inicial de la juventud, etapa en la cual se dio a toda clase de

acciones que turbarían posteriormente a su propia conciencia. En esta juventud mal llevada,

San Agustín se avergüenza de haber hurtado, no por necesidad sino por el hecho de hurtar, y

vio allí un extraño placer. Placeres similares al entregarse a las pasiones del cuerpo,

alimentándose desproporcionadamente y teniendo intimidad con gran número de mujeres

incluso estando casado. También cuestiona con profundidad, su postura maniqueista de

comprender la cosmología como un hibrido de la bondad y la maldad, donde el ser puede

fluir a sus anchas y actuar indiscriminadamente sin consecuencias éticas. Finalmente, y sobre

todo cuestiona la osadía de caer en el ejercicio intelectual de la retórica, acercándose a la

simpatía de los hombres, sumiéndose en la ignorancia: alejándose de la verdadera sabiduría,

la summa ciencia, trascendente a la altura de Dios.

El filósofo encuentra en la juventud una etapa en donde el carácter y la voluntad pueden ser

débiles, y al igual que en la época de la antigua Grecia, los jóvenes pueden caer en las

debilidades de la carne y de la vida mundana, tal como lo hizo él en su juventud. Por esta

razón exhorta a los adultos de su época a gobernar a esas voluntades propias de los jóvenes.

Y les dice a los jóvenes que por encima de sus propios designios y de la voluntad de sus

padres, ellos están sometidos a la voluntad divina. Deben encontrar entonces reposo de su

alma y guardar su voracidad y apetitividad para causas que agraden más a Dios.

Finalmente, el autor, usa sus confesiones para exhortar a los jóvenes de su época, a seguir el

modelo que propone acorde a los postulados cristianos.

Porque tú, señor, eres mi Rey y mi Dios; y así te ruego, que sea obsequio tuyo quanto

útil aprendí siendo niño: sirvate quanto escribo, quanto leo, quanto hablo, y cuento;

pues estudiando yo en vanidades, tu eres, Señor quien me reprehendias, y me

perdonaste en aquellas delectaciones, que tenía yo, pecando en semejantes delirios.

Muchas palabras aprendí en los libros profanos; pero también se pueden aprender en

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28

libros, no vanos, sino provechosos; y este es el camino, que deben andar los jóvenes.

(San Agustín, 1957, Pág. 50).

1.2.2. Santo Tomas de Aquino: Los jóvenes sometidos al gobierno de dios, la

naturaleza y la razón.

La perspectiva eminentemente teológica de Santo tomas y su proyecto de generar un

encuentro entre la tradición cristiana y la filosofía aristotélica, llevó al autor a desarrollar un

sistema filosófico bastante prolífico. “Sería santo Tomás quien lograría la expresión de la

ideología cristiana en términos aristotélicos y quien utilizaría el aristotelismo como un

instrumento de análisis y síntesis filosóficas y teológicas” (Copleston, 1957, Pág. 249). En

sus extensos tratados sobre la religión, las virtudes sociales, de la fortaleza, la templanza, los

estados de la vida cristiana y muchos otros. El autor reitera que:

«la filosofía primera se dirige completamente al conocimiento de Dios como último

fin», y de que «el conocimiento de Dios es el fin último de todo conocimiento y

operación humanos». Pero el hombre fue creado para un conocimiento de Dios más

profundo y más íntimo que el que puede alcanzar mediante el ejercicio de su razón

natural en esta vida, y por eso la revelación era moralmente necesaria para que la

mente humana pudiera ser elevada a algo más alto que lo que su razón puede alcanzar

en esta vida, y para que pudiera desear y tender celosamente, hacia algo «que excede

totalmente del estado actual de la vida» (Copleston, 1957, Pág. 255).

Según el santo, el hombre en términos generales fue creado para conocer a Dios, interpretar

la realidad y comprender el orden de las cosas. Los jóvenes en consecuencia, al igual que

todos en la tierra, son creados para conocer a dios.

Santo Tomás establece la existencia de cuatro leyes que determinan la existencia de todo lo

creado, estas leyes son: la eterna, la divina, la humana y la natural. Estas leyes son

comprendidas como un corpus jurídico teológico-racional. En dicho cuerpo jurídico se

permite encontrar los elementos necesarios para gozar de un grato viaje, el viaje la vida y la

transición a la vida eterna.

Page 30: Filosofías de la juventud: prescripción, descripción y

29

La Ley Eterna gobierna sobre todo lo creado; no se refiere únicamente a la conducta del

hombre, sino todo en cuanto ha sido creado por Dios: Físys, Química, Biología, Psique, etc.

La Ley Divina es la revelada a través de las Sagradas Escrituras dirigida a los hombres. La

Ley Humana es la que dicta el gobernante en el ejercicio del poder humano, relación hombre

– hombre. Y finalmente la Ley Natural es comprendida como la voluntad de Dios que entra

en el hombre, por la puerta de la razón.

En este sentido el joven se homogeniza con hombres y mujeres de todas las edades, su lugar

en el mundo es el de una transición temporal que permite el goce de la voluntad divida,

concibiéndose al sujeto como instrumento.

Santo Tomás contempla al joven como un estado temporal, en su texto: La Suma teológica,

cuando se pregunta ¿deben entrar en religión únicamente aquellos que se han ejercitado en

los mandamientos? Señala que:

“El Señor aconsejó la perfección al joven que dijo que había guardado los

mandamientos desde su juventud (Mt 19,20). Ahora bien: todo estado religioso tiene

origen en Cristo. Luego parece que sólo deben ser admitidos al estado religioso

aquellos que se han ejercitado en los mandamientos.” (Santo Tomás en San Agustín,

1963, pág. 734).

1.2.3. Prescripciones de la juventud medieval.

a. La noción de juventud en San Agustín de Hipona y Santo Tomas de Aquino.

El concepto de juventud en la edad media, al igual que en la Antigua, es uno de esos

elementos que no se tienen plenamente identificados como elementos propios del

conocimiento. Sin embargo, aparecen contenidos en la comprensión antropológica del

hombre. En este aspecto se debe tener en cuenta que la propuesta antropológica del ser

humano se concibe desde la perspectiva de la eternidad, de la comprensión del ser y de la

relación que este tiene con Dios. “¡Señor santo! ¿Cómo es posible que haya en mí algo capaz

de ti? Porque a ti no pueden contenerte ni el cielo ni la tierra que tú creaste, y yo en ella me

encuentro, porque en ella me creaste”. (San Agustín, 1957, Pág. 13).

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El joven como lo vimos con el ejemplo de San Agustín es aquel que trasgrede, que se deja

gobernar por las apetencias del placer. El rol de la filosofía en este caso es el de orientar al

joven desprevenido para que comprenda el sentido de la vida y encuentro el bien supremo,

que se asocia con la vida eterna, con la sabiduría y la misma experiencia de Dios.

Tú eres Sumo y Óptimo y tu poder no tiene límites. Infinitamente misericordioso y

justo, al mismo tiempo inaccesiblemente secreto y vivamente presente, de inmensa

fuerza y hermosura, estable e incomprensible, un inmutable que todo lo mueve. (San

Agustín, 1957, Pág. 21).

b. Prescripción al joven sobre la religión.

El desarrollo de los procesos medievales en el plano de la filosofía, se desarrollaron en un

plano muy cercano a la teología, incluso los procesos desarrollados desde la experiencia

laica, de una u otra manera terminaban aduciendo a problemas, nociones y conceptos propios

de la cuestión de Dios. De esta manera se podría afirmar que las cuestiones del pensamiento

occidental en la edad media dilucidaban alguna cuestión relacionada con la teología. En este

sentido los procesos de interpretación de lo antropológico, lo epistemológico, lo moral o lo

político estaban constreñidos al sistema Teo-filosófico propio del medioevo. Por ello nada

podría escapar del cristianismo, en el desarrollo de los modelos políticos, estos hacían

reverencia al poder supremo de la religión, incluso el poder político se subsumió ante el

poder religioso, la heteronomía era generalizada.

La religión prescribía al joven religioso, el adoctrinamiento era tal que el joven debía

considerarse en servicio a Dios y a la creciente iglesia y las creencias epistémicas, metafísicas

y culturales que ya desde el siglo IV empezaron a generar una doctrina respetable. San

Agustín decidió convertirse a la religión y motivado por la gracia de Dios, transformó

drásticamente sus hábitos y costumbres. Habiendo vivido una suerte de accidentes de los

cuales en su adultez decidió arrepentirse, se condujo a formar una serie de jóvenes para que

no cayesen en los pecados que él mismo vivió en carne propia.

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31

Por su parte Santo Tomás, casi diez siglos después, fue la muestra extrema de la total

prescripción de la religión sobre los jóvenes de su época. Nacido, criado y educado en un

contexto integralmente eclesial, Santo Tomás de Aquino pasó toda su infancia, su juventud, y

su vida adulta, (puesto que falleció casi quincuagenario), en un ambiente totalmente religioso,

y su proceso de vida consistió en profundizar aún más en la comprensión de la gracia divina.

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32

1.3. Juventud moderna: el Emilio de Rousseau y pedagógica Kantiana.

La modernidad ancla sus aportes en el prodigio de la razón. La precisión y rigurosidad del

conocimiento científico, los aportes sistemáticos del conocimiento y el desarrollo de modelos

teóricos han logrado que el hombre determine la realidad y establezca las leyes y los

procedimientos para erigirse sobre el progreso y así alcanzar la libertad. La modernidad hace

del joven un sujeto de conocimiento, que debe aprender a dominar la ciencia y la naturaleza,

incluso comprenderse como un animal racional y de esta manera educarse para domesticar su

animalidad y hacer florecer la humanidad.

Dos grandes pensadores que nacieron a principios del siglo XVIII fueron Jean Jaques

Rousseau e Immanuel Kant, estos autores el primero suizo y el segundo alemán (en esa época

prusiano), también dedicaros algunos de sus esfuerzos para pensar el concepto de la juventud.

El filósofo nacido en Ginebra ha sido referente en las ciencias políticas: pilar fundamental de

la constitución de los estados modernos y profundo investigador de la cultura humana. Por su

parte, el nacido en Königsberg fue el pionero en el idealismo trascendental, ha establecido los

límites de la razón y ha generado todo un marco ético sobre la cultura de Occidente. Ambos

autores fueron europeos, fervorosos creyentes protestantes y sobre todo forjadores de una

tradición filosófica, fueron un hito en la modernidad. La pregunta con relación a la juventud

se responde en sus textos sobre la educación: Rousseau nos comparte su visión sobre la

juventud en el texto, el Emilio y Kant nos señala los rasgos de la juventud en su obra

Pedagogía.

El Emilio de Rousseau

Rousseau contempló todo un sistema filosófico para establecer los criterios sobre comoeducar al joven moderno. En su esfuerzo, desarrollo un texto en el cual describió los pasosque se deben tener en cuenta para educar a un joven, estableciendo los preceptos pedagógicosen función de su sistema filosófico centrado en la razón y las leyes, así como la sociedad delcontrato social.

El Emilio se ocupa del aspecto propiamente educativo; en él expone Rousseau un

método pedagógico que aspira a formar al hombre de acuerdo con su auténtico ser

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33

natural, con el fin de evitar la corrupción que la entrada en sociedad lleva consigo. En

esta obra se atiende al hombre considerado como ser individual con el fin de

proporcionarle todo aquello que necesitará al llegar a la madurez y entrar a formar

parte del tejido social. La educación consiste, por tanto, en la tarea lenta y gradual que

hace posible el ejercicio de las capacidades que el hombre ha recibido de la

naturaleza, es decir, le pone en condiciones de aprender a vivir. (Santacruz, 2005, Pág.

360).

Rousseau en su libro IV del texto el Emilio o de la educación, hace referencia a las

instrucciones que debe recibir Emilio en la edad temprana de la juventud específicamente de

15 a 20 años. Haciendo de esta manera una propuesta directa para el gobierno del sujeto

joven, en su proceso de educación.

El niño debe ser considerado no como un adulto o un hombre incompleto, sino como

un ser en sí mismo, sin juzgar su comportamiento y actitud según parámetros propios

de la edad adulta, pues esto supondría hipotecar su felicidad presente con vistas a un

futuro que no está garantizado… hay que considerar al hombre en el hombre y al niño

en el niño. (Santacruz, 2005, Pág. 365).

Con esta clara distinción Rousseau nos permite pensar al joven y al niño como un sujeto

diferente del adulto. Él considera que el proceso de educación del niño debe darse en un

ambiente ajeno a la sociedad constituida en las ciudades, según el filósofo se debe generar un

proceso educativo mostrativo y experiencial, el cual aproxime al individuo con sus

necesidades básicas en un contexto natural que le permita desarrollar sus habilidades

mediante la superación de los obstáculos del contexto y mediante la cual el individuo

desarrolle su razón mediante sus propios descubrimientos.

En la adolescencia, señala el autor, es cuando debe dársele a Emilio la educación moral y

religiosa, así como la formación adecuada para el matrimonio.

Se trata de una etapa crítica en la que tiene lugar lo que Rousseau llama el «segundo

nacimiento», pues constituye el verdadero despertar del hombre a la vida. En este

momento adquiere relevancia la noción de amor de sí que es, según él, la pasión

primitiva a partir de la cual se originan todas las demás. La moralidad no es otra cosa

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34

que el desarrollo o despliegue de las pasiones o sentimientos naturales del hombre y

su comienzo está señalado por la aparición de la voz de la conciencia, que es fruto de

la doble relación del hombre consigo mismo y con los demás. (Santacruz, 2005, Pág.

366)

Rousseau plantea que el hombre debe entregarse a los designios de la buena razón, y debe

hacerlo mediante un proceso de descubrimiento individual. La sociedad tal como se presenta

contiene una serie de dinámicas que en sí mismas pueden ser nocivas para la moral y la

religiosidad del individuo. Las instituciones y las prácticas: educativas, religiosas, políticas

están corruptas y atienden a las pasiones humanas. Los hombres deben educarse para

establecer los sentidos de justicia y restablecer esas prácticas y esas instituciones. “De este

modo, el instinto, el impulso físico y el apetito, que imperaban en el estado de naturaleza, son

sustituidos en el estado social por la justicia, el deber y el derecho, que se abren al mundo de

la moralidad.” (Santacruz, 2005, pág. 368).

Mediante esta metodología Rousseau define al joven como un sujeto de conocimiento, y le

prescribe la manera mediante la cual debe comprender su propia condición animal y humana.

le orienta para que sea un buen ciudadano, para que aprecie a Dios y le rinda obediencia y

gratitud, estableciéndole la conciencia moral como un absoluto, regla única de la acción que

domine sus pasiones y le haga útil para la sociedad.

La pedagógica kantiana

Kant fue un ferviente lector de Rousseau y vio en él al Newton del mundo moral y conservó

del filósofo suizo “la idea, que la conciencia moral es un absoluto, regla única de la acción y

fundamento de las certezas metafísicas… toda moralidad reside en la pureza de intención, sin

referencia a la materia o al objeto de los actos humanos” (Verneaux, 1977, Pág. 161).

Kant es sin duda uno de los filósofos más determinantes en la cultura de Occidente, sus

profundos estudios sobre la epistemología, la ciencia y la moral, se resaltan como los aportes

más importantes en el sistema filosófico de Occidente. La crítica de la razón pura es un hito

filosófico.

Page 36: Filosofías de la juventud: prescripción, descripción y

35

Kant es el filósofo de la cultura moderna. Kant no se limitó a formular una teoría del

conocimiento científico; meditó asimismo con hondura y sagacidad en los temas de la

cultura moral, de la religión y del arte, no menos en las exigencias políticas y

pedagógicas que iba reclamando ya la vida contemporánea. (Larroyo, en Kant 2008,

Pág. IX).

De igual manera su razón práctica puede comprenderse como la piedra angular de la sociedad

de derecho y del orden mundial que lleva al cosmopolitismo. Dicho orden requiere de un

dominio de la razón en las conductas y las relaciones del individuo humano y sus

comunidades.

Kant pone al ser humano en el centro del pensamiento, como actor protagónico, con el poder

total de dominar la naturaleza y sus implicaciones. Mediante la razón el individuo humano

puede comprender las leyes científicas y gobernar el uso de estas para la transformación de la

experiencia. Kant incluso propone al individuo humano el permitirse construir una moral

razonada que permita la ecumenicidad y la estabilidad de las leyes para que el gobierno

universal y armónico sea posible. Kant prescribe un recetario de conductas mediante las

cuales la razón aflore para permitir una armonía social, política, religiosa de orden universal.

Kant establece en la conciencia humana la base para el desarrollo una sociedad ecuménica,

justa y ordenada. “en el protestantismo se trata de la conciencia religiosa, libre para

interpretar la escritura sin compromisos dogmáticos... Kant transporta la idea al plano moral:

la conciencia es autónoma, solo obedece a las leyes que se da a sí misma” (Verneaux, 1977,

Pág. 159).

Al filósofo alemán no le basta solo con desarrollar el concepto de autonomía en la conciencia

moral, exhorta a cada persona para que sea responsable de sus propios designios. Además,

concibe la moral como un imperativo que tras el ejercicio de la razón le permita al hombre

desarrollarse progresivamente hacia la perfección.

En Kant llama la atención su profunda creencia en la idea de progreso del género

humano hacia lo mejor, idea heredada de Wolff cuya tesis principal es la

perfectibilidad el hombre. Por esta razón para Kant, el hombre es producto de lo que

la educación hace de él “Arrebata imaginar que la naturaleza humana se desarrolle

Page 37: Filosofías de la juventud: prescripción, descripción y

36

cada vez mejor mediante la educación y que ésta pueda adquirir una forma adecuada

para la humanidad. Esto nos abre la perspectiva de un futuro género humano más

feliz” (Kant, 2003, Pág. 20).

El progreso al que se refiere Kant no es un progreso intelectual o material, es un progreso

moral. Por ello el filósofo alemán señaló que:

la moral en la medida en que se funda en el concepto del hombre como un ser libre,

pero también, por lo mismo atado, por su razón, a preceptos imprescindibles, no

necesita ni la idea de otro ser por encima de él (el hombre) para reconocer su deber, ni

ningún otro estimulo que precepto mismo para cumplirlo. (Kant, 2003, Pág. 23).

De esta manera establece el ejercicio de la autonomía moral como un acto de la conciencia

humana. De cierta manera se puede enunciar que Kant plantea un sistema filosófico en el que

la autonomía es el fin de la educación del joven. Sin embargo, dicha autonomía solo se puede

conseguir mediante un riguroso proceso pedagógico. Un proceso en que se educa al joven

para que comprenda todas las pautas sociales, las pautas morales y sobre todo el intelecto

para comprender la naturaleza, sus normas y sus leyes. Incluyendo en la naturaleza a los seres

humanos y sus sociedades. De esta manera se podría decir que Kant prescribe la autonomía,

sin que esto sea una antinomia.

A continuación, analizaremos las prescripciones que establece Kant para que el joven se

eduque con base al sistema filosófico que propone en su obra: Pedagogía.

La pedagógica kantiana parte de la siguiente premisa “El hombre es la única criatura que ha

de ser educada. Entendiendo por educación los cuidados (sustento, manutención), la

disciplina y la instrucción, juntamente con la educación. Según esto, el hombre es niño

pequeño, educando y estudiante.” (Kant, 2003, Pág. 29). El filósofo de Königsberg, en su

texto pedagogía, recoge una serie de reflexiones construidas en sus clases como profesor, en

ellas realiza un fuerte llamado a los educadores para cultivar una serie de valores en los

estudiantes.

En primer lugar, rememora las apuestas pedagógicas de la Grecia clásica, aludiendo a la

capacidad de educar en las ciencias, la vida política y las costumbres morales. En el texto

también se evidencia la influencia de la ilustración y la confianza desmedida en la razón

Page 38: Filosofías de la juventud: prescripción, descripción y

37

humana, siendo ésta la principal vía para la cultivación del hombre. Finalmente resalta los

ideales pedagógicos relacionados al naturalismo, expuestos por Rousseau en el Emilio.

Kant, le prescribe al joven de su época que debe someterse al gobierno de su razón,

determinando cuatro características para el desarrollo de su proceso formativo. El joven debe

ser disciplinado, cultivado, prudente y moral. En este sentido debe despojar la animalidad de

la humanidad. Debe dotarse de instrucción científica y aprender los contenidos de la historia,

el derecho, la política para tener mayor inteligencia. De igual manera debe entrenarse en las

prácticas cívicas y respetar la ley. Finalmente debe ser crítico y establecer un orden entre los

fines y los medios, como una práctica de su moral.

1.3.1. Prescripciones de la juventud moderna.

a. La noción de juventud en Rousseau y Kant.

Como hemos visto en el análisis de los textos pedagógicos de Kant y Rousseau, los filósofos

conciben al joven como un sujeto de conocimiento, el cual debe ser educado, entrenado e

instruido, con el fin de que conciba a la razón como el único medio para superar la

animalidad que universalmente se sitúa en la condición humana. En esta lectura se denota la

fuerte creencia que el joven debe ser educado en función de la sociedad y las normas

establecidas en el contrato social, y la educación debe contemplar una serie de ejercicios para

que la razón le dé su condición de sujeto social.

El joven debe además reconocer en la sociedad y en las leyes un estadio de superación

humana debe constituirse como un ser capaz de dominar sus propias pasiones y disponerse

para vivir en sociedad, respetando las normas civiles, creciendo intelectualmente y

debiéndole respeto y agradecimiento al dios moderno.

El joven para ambos filósofos es un sujeto ya domesticado, es un ser que mediante la

exploración del mundo ha aprendido a desarrollarse física e intelectualmente, justamente la

edad de la juventud es la edad en la que el joven debe educarse en la ética y empezar a ser

partícipe de las disposiciones cívicas y políticas.

Page 39: Filosofías de la juventud: prescripción, descripción y

38

Es decir, ha dejado de ser niño y ahora puede empezar a inmiscuirse en las determinaciones

políticas, para lo cual debe dejar que la razón le gobierne y ayude a consolidar una sociedad

de derecho, ordenada y respetuosa de la norma.

b. Prescripciones al joven frente a la razón y la naturaleza humana.

El joven debe tener completo gobierno de su razón, pero debe someterse a los designios de

esta. Es autónomo en la medida que por sus propios medios debe llegar a los razonamientos

universales, pero debe someterse a las leyes de su propia razón y debe destruir lo que en él

haya de salvaje o animal. Debe eliminar las pasiones.

Básicamente el joven prescrito por la filosofía moderna debe confiar plenamente en su razón

y a partir de ella construir una sociedad normativa, ecuménica y ordenada. Dejando a un lado

los sentimientos y las emociones. Heredero de la tradición cartesiana, debe acogerse a la res

cogitas, y ver con desconfianza la naturaleza y las ilusiones de la res extensa.

Page 40: Filosofías de la juventud: prescripción, descripción y

39

Fundamentación de la juventud según Occidente.

Sin duda la filosofía de Occidente ha tenido una preocupación por el desarrollo del concepto

de la juventud. La filosofía de Occidente ha determinado el rol de los jóvenes y ha prescrito

el desarrollo de la juventud en función de la sociedad, de la religión y de la razón. Desde la

filosofía antigua, la medieval y la moderna, se ha construido al joven como un ser que debe

ser moldeado, educado, instruido a imagen de la filosofía para que sea un ser que contribuya

a la sociedad.

En las etapas que revisamos: la antigua, la medieval y la moderna, el filósofo en Occidente

tiene la envestidura de ser preceptor y prescriptor de la realidad, desde los sistemas

filosóficos que diseña quiere involucrar a las sociedades para que funcionen como

experimentos y de esta manera se generen sociedades más ordenadas.

El joven debe ser respetuoso de la norma, dominar sus pasiones, doblegar lo salvaje o animal

que en él habita para que todo permanezca en orden. Tanto para el joven de la polis y los

dioses domésticos de la antigua Grecia, o para el joven religioso de la edad media, quien debe

doblegar su voluntad ante la gracia de Dios, e incluso para el joven ilustrado de la edad

moderna, quien debe ser fuente de sabiduría y mediante la razón erigirse a un estadio superior

del ser humano con el fin de generar mayor armonía en su sociedad.

He aquí el proyecto prescriptor de la filosofía de Occidente con relación a la juventud.

Page 41: Filosofías de la juventud: prescripción, descripción y

40

Capítulo 2.

FILOSOFÍA DESCRIPTIVA DE LA JUVENTUD: ANÁLISIS DE LASCONDICIONES JUVENILES SEGÚN LA FILOSOFÍA DE OCCIDENTE

Page 42: Filosofías de la juventud: prescripción, descripción y

41

2. CAPITULO II. FILOSOFÍA DESCRIPTIVA DE LA JUVENTUD: análisis de

las condiciones juveniles según la filosofía de occidente.

INTRODUCCIÓN

Hemos revisado el papel de la filosofía de Occidente con relación a la juventud desde el

enfoque prescriptivo, determinando que las filosofías de la edad antigua, la medieval y la

moderna, hicieron inmensos esfuerzos por definir una ruta pedagógica para prescribir el

deber ser de la juventud. En el capítulo anterior analizamos los intentos de los filósofos por

generar un modelo de educación para hacer que los jóvenes desarrollaran una serie de valores

morales, cívicos, políticos y hasta sociales, con el objetivo de contribuir en la construcción de

sociedades más justas, ecuánimes y ordenadas. Sin embargo, sus textos no nos permiten

identificar cual fue el resultado de dichas empresas. Lo que si podemos determinar es que

cada época tuvo una apuesta en función de la educación de los jóvenes y desde luego cada

una de ellas respondían a sus propios contextos históricos y filosóficos.

En el siglo XX, la filosofía de Occidente tiene una transición a procesos de pensamiento que

atienden a la realidad global, ya no es posible diseñar más sistemas filosóficos con la

pretensión de que la sociedad se moldee según el pensamiento de un filósofo sentado en su

escritorio. La realidad ha implicado la existencia de múltiples sistemas de pensamiento, de

realidades como los conflictos bélicos universales que sacuden la sociedad o la entrada de

una economía salvaje que hace que la relación entre Estados, sociedades e individuos resulte

llena de múltiples realidades. En este contexto surge la filosofía contemporánea, y el rol del

filósofo atiende ahora a las convulsiones del mundo emergente. El filósofo entre diversos

roles se detiene a observar y a describir los fenómenos de esta realidad. Una rama de la

filosofía abre camino a la sociología, a la psicología y otras ramas del conocimiento

generando diálogos muy interesantes para describir estas realidades de una manera que

enriquece el conocimiento social.

En Occidente a finales del siglo XIX y comienzos del XX la filosofía contemporánea generó

una serie de rupturas en la filosofía tradicional, como consecuencia de las grandes

conmociones políticas, económicas y sociales resultantes de las guerras mundiales.

Page 43: Filosofías de la juventud: prescripción, descripción y

42

Estos procesos de ruptura modificaron la forma de hacer filosofía, permitiendo que la noción

de juventud tuviese un tratamiento totalmente diferente, al prescriptivo. La crítica sobre la

condición del sujeto como ser de la existencia y sobre la subjetividad, propia en la filosofía

contemporánea y actual permiten desarrollar una filosofía descriptiva, que para el caso de la

juventud generan una lectura filosófica con una intención diferente al de prescribir, poniendo

al joven como un objeto que se autodetermina y desarrolla sus propias lógicas.

Ya no espera a que los filósofos adultos prescriban sus existencias, sino que asumen su

postura y desarrollan conocimiento a partir de ella. Ejemplo de esto, es el proceso conocido

como mayo del 68 con filósofos como Michel Foucault y otros autores que posteriormente

desarrollan una postura hermenéutica sobre la constitución de las juventudes

contemporáneas, como Giorgio Agamben. Para el presente texto analizaremos Los

innombrables e Historia de la sexualidad de Foucault y el Infancia e historia de Agamben

Posteriormente se contrastará la visión de la juventud desde los filósofos contemporáneos y

actuales quienes reconocen al joven como actor autónomo en el desarrollo de los procesos

políticos y epistemológicos.

La filosofía descriptiva, se concibe como la que surge de la reflexión de los filósofos que, en

su condición de jóvenes, han tenido una serie de posturas filosóficas, que permitieron

desarrollar una filosofía desde la juventud, crítica frente a la realidad y constructora de

nuevos mundos. En este enfoque de la filosofía se describe a la juventud y se descubre su rol

activo, transformador y en cierto sentido trasgresor.

La filosofía descriptiva es propia de la filosofía contemporánea y actual, y nos guiaremos con

los aportes de Michel Foucault, Giorgio Agamben y Pierre Bourdieu. Tres pensadores de la

descripción y la reflexión histórica sobre el rol de la juventud en el desarrollo de las

sociedades. Estos textos buscan responder entonces a los siguientes interrogantes ¿Qué piensa

el autor con relación a la noción de juventud? ¿Cuál es el tratamiento que el autor da a la

noción de juventud?

Page 44: Filosofías de la juventud: prescripción, descripción y

43

2.1. Filosofía descriptiva de la juventud.

En el capítulo anterior se revisó la postura de algunos autores clásicos con relación al

concepto de juventud, en dicho ejercicio, se evidenció el carácter prescriptivo de esta

filosofía, lo cual nos permitió concluir que el tratamiento filosófico de la filosofía antigua,

medieval y moderna, se constituía en su postura prescriptiva con relación a la juventud. La

juventud en consecuencia se comprendió como un estadio del ser humano en el cual el joven

debía ser educado, y moldeado ante las necesidades de la sociedad que lo cobijaba. A pesar

de las transiciones y el desarrollo epistémico de cada época, el filosofo se vio como el

responsable en la educación de los jóvenes.

En el presente capitulo se revisará el tratamiento de autores de otras épocas y por supuesto

desde otro enfoque filosófico. Precisamente durante el presente capitulo veremos ¿cómo

comprende la filosofía contemporánea el tema de la juventud?

La tesis que sustentaré en el presente capitulo es: la filosofía contemporánea comprende a la

juventud no desde un enfoque prescriptivo sino descriptivo. Habermas señala que la

modernidad es descriptiva por su lógica universalizaste, es decir agencia una serie de formas

de pensar e interpretar el mundo para atender a problemas globales y dar respuestas a dichos

problemas. Por otra parte, Heidegger, señala que la filosofía contemporánea enuncia al sujeto

desde sus condiciones, desde su propia condición, desde su lugar de interpelación de la

realidad. Estas dos perspectivas hacen que la filosofía del siglo XX describa al sujeto en el

mundo, en relación con el mundo. Este es el contenido de la filosofía descriptiva.

Recordemos que la filosofía prescriptiva de la juventud involucra a la filosofía antigua,

medieval y moderna. Filosóficamente aquí haremos una distinción entre la filosofía moderna

y la filosofía contemporánea, si bien la filosofía moderna también genera algunos ejercicios

de una filosofía descriptiva, frente al concepto de juventud, la filosofía contemporánea tiene

una clara intención de describir que es la juventud, de confrontarla con las realidades y de

establecer una serie de categorías que permiten configurar un concepto de juventud más

determinado.

Page 45: Filosofías de la juventud: prescripción, descripción y

44

La ruta que seguiremos es precisamente de las diferentes descripciones que se han

desarrollado con relación a la juventud desde la filosofía. En el presente capítulo se

contrastarán tres descripciones de la filosofía contemporánea sobre la juventud y se hará un

análisis sobre sus alcances filosóficos. A saber:

En primer lugar, tendremos la descripción de Giorgio Agamben, mediante la relación

juventud y experiencia, tomando como referencia su texto infancia e historia.

Enseguida analizamos la descripción de Michel Foucault, de quien analizaremos sus textos

Los innombrables y Vigilar y castigar. En esta lectura se establecerá la relación juventud y

dispositivos de control.

Finalmente, Bourdieu en su texto Los Herederos nos aporta una revisión analítica de la

juventud con la descripción desde la perspectiva juventud y cultura.

2.2. Descripciones de la juventud

La comprensión de la filosofía contemporánea hacia la juventud es diferente a la compresión

de la filosofía clásica, ya no se interesa por prescribir la conducta de los jóvenes, no establece

normas para que las sociedades condicionen a este sector poblacional, en contraste, a la

filosofía contemporánea se le atribuye el rol de ser observadora, dándose la tarea de

comprender a la juventud como un objeto a transformar sino como un objeto-sujeto que tiene

sus propias condiciones.

En este sentido ya no establece un modelo pedagógico para conducir a la juventud

hacia el sendero de la plenitud según la filosofía, sino que en cambio se describe a la

juventud como un sujeto social. Cabe aclarar que desde la filosofía ya no se pretende

generar modelos pedagógicos, sin embargo, en el curso de la historia el siglo XX

estuvo plasmado de diferentes escenarios en los cuales líderes políticos y sistemas

como el fascismo o el comunismo, sí diseñaron modelos pedagógicos para educar y

vincular a los jóvenes en sus propios sistemas. (Feixa, 2006, Pág. 13).

Page 46: Filosofías de la juventud: prescripción, descripción y

45

En Occidente a finales del siglo XIX y comienzos del XX la filosofía contemporánea generó

una serie de rupturas en la filosofía tradicional, como consecuencia de las grandes

conmociones políticas, económicas, sociales resultantes de las guerras mundiales. Estas

rupturas son metodológicas, en la forma de asumir la filosofía, en la forma de detenerse ante

su época y poder develar las luces y las sombras, es tener la capacidad de precisar los ritmos

de su época y pensar filosóficamente sobre los acontecimientos. “contemporáneo es aquel

que tiene fija la mirada en su tiempo, para percibir no las luces, sino la oscuridad… aquel que

sabe ver esta oscuridad, que está en grado de escribir entintando la lapicera en la tiniebla del

presente.” (Agamben, 2008, Pág. 3). Bajo este ejercicio metodológico la filosofía también

habla sobre la juventud, describiéndola.

La filosofía contemporánea permite generar una lectura de la realidad de manera atemporal,

lo que busca el contemporáneo el descifrar las lógicas mediante las cuales se presentan

algunas realidades, independiente del tempo y el espacio.

El contemporáneo no es solamente aquel que, percibiendo la oscuridad del presente

aferra la inamovible luz; es también aquel que, dividiendo e interpolando el tiempo,

está en grado de transformarlo y de ponerlo en relación con los otros tiempos, de leer

de modo inédito la historia, de citarla según una necesidad que no proviene en algún

modo de su arbitrio, sino de una exigencia a la cual no puede no responder.

(Agamben, 2008, Pág. 7).

Estos procesos de ruptura modificaron la forma de hacer filosofía, permitiendo que la noción

de juventud tuviese un tratamiento totalmente diferente al prescriptivo. Después de un largo

trasegar, al parecer, la filosofía ha sido humanizada. El conocimiento en general y la

epistemología misma se han acercado a los límites humanos y se han vinculado a la

condición humana: fragmentada, diversa, compleja y contextualizada a la vez. En este

escenario aparece la juventud como un sector social que desarrolla ejercicios políticos que lo

orientan a humanizar más a la episteme, aparece la subjetividad de la juventud como una

nueva voz en los escenarios sociales y políticos.

Esta postura filosófica postmoderna permite cuestionar principios del conocimiento como la

objetividad y el universalismo, enmarcados en esta tensión de la filosofía tradicional

(fuertemente representada en la filosofía moderna, pero fundamentada sobre pilares de la

Page 47: Filosofías de la juventud: prescripción, descripción y

46

filosofía antigua y medieval), en contraste la filosofía postmoderna, significada por su

trasgresión epistémica y por la invitación implícita de relacionar el conocimiento con el poder

del individuo que reflexiona, piensa y actúa filosóficamente.

La crítica sobre la condición del sujeto como ser de la existencia y sobre la subjetividad,

propia en la filosofía contemporánea y actual, permiten desarrollar una filosofía descriptiva,

que para el caso de la juventud generan una lectura filosófica de manera autónoma.

El joven al desarrollar sus propios procesos de reflexión filosófica se sitúa como actor

político y filosófico, definiendo su postura y describiendo su realidad, de esta manera

presenta su punto de vista cómo joven en la sociedad, sus propuestas de transformación frente

al mundo, y sobre todo su manera de sentir la realidad. Un ejemplo de ello es el caso del

joven Walter Benjamín.

En 1914 un joven estudiante de filosofía, Walter Benjamín, publicó un artículo

titulado Metaphysik der Jugend (Metafísica de la juventud), en el cual planteaba que

las nuevas generaciones habían de encabezar una revolución cultural de naturaleza

espiritual. Durante los mismos años en los que se difundían los boy scouts, emergió

toda una literatura edificante, de signo religioso y moral, que al tiempo de dirigir y

proteger" a los jóvenes, reconocía la especificidad de su modo de vida. (Feixa, 2006,

Pág. 5).

Es decir, es una filosofía que parte desde el sujeto, que describe al sujeto, y que en

consecuencia hace una ruptura con la tradición filosófica tradicional. Ya no espera a que los

filósofos adultos prescriban sus existencias, sino que asumen su postura y desarrollan

conocimiento a partir de ella.

Page 48: Filosofías de la juventud: prescripción, descripción y

47

2.2.1. Juventud y experiencia. La ruptura de la conciencia histórica guiada por

Giorgio Agamben.

La contemporaneidad es, entonces, una singular relación con el propio tiempo, que adhiere a

él y, a la vez, toma distancia; (Agamben, 2008, Pág. 2).

La comprensión de la juventud debe darse desde un análisis que supere la mirada histórica.

Agamben nos permite develar que el concepto de juventud es un pilar en la comprensión del

ser humano. Ser joven significa trasgredir la comprensión de la historia. Su análisis

filosófico en infancia e historia nos permite señalar que la juventud se puede constituir como

categoría de análisis con relación a tres elementos:

1. La conciencia histórica se instala como elemento fundamental de la juventud.

2. La descentralización de la época como foco de comprensión de la juventud.

3. la comprensión histórica de la juventud en Agamben.

El pensamiento crítico visto desde el enfoque individual sitúa al propio sujeto como

consecuencia de la construcción histórica del conocimiento. Es decir, sitúa al sujeto

como el producto de las secuencias históricas del pensamiento: determina una lectura

progresiva de un punto “a” a punto “b”. Encasilla en este sistema al sujeto como

heredero de una serie de construcciones y determina su accionar, brinda un campo de

acción limitado por las bases de su pasado y por la finalidad de avanzar en esa línea

progresiva. Es decir, encierra al sujeto en el supuesto de ser un eslabón más en la cadena

del conocimiento. En este orden ha especificado los saberes y los trabajos de manera

segmentada, haciendo al sujeto esclavo de determinado conocimiento y el conocimiento

para ellos no es un fin sino un medio para alimentar la idea de progreso, pero un

progreso que obviamente no van a disfrutar. En conclusión, el conocimiento humano

desde el punto de vista de su función histórica ha decaído y se aleja de reivindicación de

la condición humana. (Agamben, 2007.)

Ante este panorama el sujeto crítico, el que ha asumido la consciencia de su subjetividad

ahora debe asumir una ruptura ante esta cadena del conocimiento; el sujeto critico debe hacer

Page 49: Filosofías de la juventud: prescripción, descripción y

48

una ruptura de la conciencia histórica. Y esta ruptura se hace necesaria puesto que “partimos

de la ciencia histórica como un hecho, y estudiamos la función real y efectiva de que el

concepto de tiempo cumple en esta ciencia” (Heidegger, 2009, Pág. 18). y esta ruptura solo es

posible si concebimos que “el pasado siempre tiene sentido, sólo cuando lo miramos desde un

presente. Desde nuestra perspectiva, lo pasado no sólo no, es más, sino que incluso fue algo

diferente de los que somos nosotros y del contexto en el que vivimos hoy en el presente.”

(Heidegger, 2009, Pág. 18). Es decir, la segunda acción específica del pensamiento crítico es

desacralizar el tiempo y la ciencia histórica. La cual entre otras cosas sólo es la expresión de

determinadas épocas desde un enfoque determinado por los sujetos.

La conciencia histórica se instala como elemento fundamental de la juventud, en la era

contemporánea, “nacieron nuevos discursos, de carácter progresista, que proclamaban la

emergencia de una nueva cultura juvenil creada en los ambientes escolares y que habría de

renovar profundamente la sociedad.” (Feixa, 2006, Pág. 13).

La juventud se comprende no como una condición de las tensiones y entre jóvenes y adultos

específicos de una época determinada, sino como una condición humana que es una

característica propia del sujeto.

La juventud remplazaba al proletariado como sujeto primario de la historia y la

sucesión generacional substituía la lucha de clases como herramienta principal de

cambio. Sin embargo, aparte de vagas observaciones sobre la capacidad orgánica y la

dialéctica elites-masas, Ortega y Gasset nunca se ocupó de cómo los grupos de edad

desarrollaban una conciencia común y empezaban a actuar como una fuerza histórica

coherente. Fue otro pensador, Karl Manheim, quien en la misma época y de forma

independiente desarrolló la teoría de las generaciones, considerando sus

estratificaciones internas a partir del concepto de unidad generacional (Feixa, 2006,

Pág. 6). De esta manera se genera la descentralización de la época como foco de

comprensión de la juventud.

En el presente texto realizaremos la comprensión histórica de la juventud con relación a las

categorías historia y experiencia, a la luz de los aportes filosóficos de Giorgio Agamben.

Page 50: Filosofías de la juventud: prescripción, descripción y

49

Giorgio Agamben desarrolla el tema sobre la juventud y su comprensión de la historia. Para

Agamben la compresión de la historia debe relacionarse con la experiencia. En su texto

Infancia e Historia hace un análisis sobre el hombre contemporáneo, en dicho análisis sitúa al

joven como un sujeto despojado de la experiencia.

En la actualidad, cualquier discurso sobre la experiencia debe partir de la constatación

de que ya no es algo realizable. Pues, así como fue privado de su biografía, al hombre

contemporáneo se le ha expropiado su experiencia: más bien la incapacidad de tener y

transmitir experiencias quizás sea uno de los pocos datos ciertos de que dispone sobre

sí mismo. (Agamben, 2007, Pág. 7).

Agamben manifiesta que la juventud es heredera de la tradición cartesiana. La juventud ha

despojado la experiencia del conocimiento puro, lo cual es problemático, puesto que para

Agamben la historia se constituye de la experiencia.

El principal error de la humanidad fue el de aceptar el cogito cartesiano como única

posibilidad de comprensión de la realidad. Al invalidar a la res extensa como fuente de

cualquier tipo de conocimiento, hizo que el mismo sistema cartesiano se asemejara a una

filosofía de la pobreza.

Una filosofía de la pobreza puede explicar el actual rechazo a la experiencia de parte

de los jóvenes. Pues son como aquellos personajes de historieta de nuestra infancia

que pueden caminar en el vacío hasta tanto no se den cuenta de ello: si lo advierten, si

lo experimentan, caen irremediablemente. (Agamben. 2007, Pág. 11).

Con este apartado Agamben describe a la juventud precisamente como la heredera de una

tradición filosófica eminentemente heterónoma. La juventud adolece de experiencia, las

leyes, las normas, la comprensión del mundo le ha sido dada por la filosofía occidental. La

juventud ha optado por comprender el mundo cartesianamente sin ninguna objeción,

apartándose de la imaginación, de las sensaciones y de la metafísica. Apartándose

explícitamente de la experiencia.

Esta separación de la experiencia es problemática puesto que para Agamben la historia es

posible si ella es epicentro de diacronías y sincronías, si confluye entre el juego y el rito, si se

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contrasta entre la vida y la muerte. La historicidad del ser humano se fundamenta en la

diferencia y la discontinuidad, la historia solo es posible si la experiencia transita entre las

diversas generaciones, si se transmite de los viejos a los niños, si se inventa por los niños y si

permanece en las fluctuaciones del tiempo.

La historia más que transmitida es impuesta generación tras generación, la invención del

tiempo lineal ha inscrito los rituales del calendario, cada fecha común en el calendario es un

espejismo del tiempo. El tiempo inventado como una categoría lleva al hombre a desarrollar

su proceso histórico como un continuum donde los jóvenes siguen las pautas anteriores a su

generación y la ausencia de experiencias dan continuidad a está historicidad lineal.

Desde esta comprensión se establece al joven como un sujeto que simplemente es receptor y

transmisor de la historia, haciendo de su experiencia un cumulo de acontecimientos

intrascendentes. Agamben en su crítica a la historia sitúa a los jóvenes en la posición más

incómoda de la juventud ante la sociedad y su rol como supuestos continuadores de la

historia.

No deja de ser instructivo observar la función que nuestra sociedad les asigna a los

jóvenes. Pues ciertamente no es un indicio de salud que una cultura esté tan

obsesionada por los significantes de su propio pasado que prefiera exorcizados y

mantenerlos con vida indefinidamente como fantasmas en lugar de sepultarlos, o que

tenga tal temor a los significantes inestables del presente que no logra verlos sino

como portadores del desorden y de la subversión. (Agamben. 2007, Pág. 126).

Sin embargo, con estas palabras Agamben descubre la posibilidad de que los jóvenes sean

trasgresores de la historia, pues en ellos está la decisión de mantener los fantasmas de las

tradiciones: las leyes, las estructuras, o por el contrario se comprendan como los significantes

de su propio pasado, como intérpretes de su continuum histórico (el cual pueden sepultar). El

autor al comprender a la juventud como el significante inestable del presente contempla la

relación que se establece entre juventud y sociedad; juventud subversiva y desordenada –

sociedad anquilosada e inmarcesible.

El joven concibe el mundo bajo una serie de leyes y órdenes establecidos: los sistemas de

pensamiento, los sistemas económicos, los Estados, las lenguas, las jurisprudencias, las

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religiones, etc. Todo al parecer está dado e impuesto por la sociedad. Los jóvenes en

particular se ven circunspectos, prudentes y pasivos, se ven como receptores de la cultura y

de la historia, se ven como aprendices de las tradiciones, de los ritos y de los juegos sociales,

se ven a sí mismos como continuadores de la civilización. Este estado de incertidumbre ante

la historia hace que el joven se sumerja en la cotidianidad, disolviéndose entre los

acontecimientos sin experiencia real. Se ve como el estudiante acucioso devorador de la

cultura y los discursos de orden cartesiano, envuelto en el transito abrumador de la ciudad

contemporánea, apremiado por los ritmos de los centros comerciales y las filas bancarias,

sumergiéndose día tras día en la agotadora cotidianidad. Sin vivir experiencias que le

permitan convertir su cotidianidad en experiencia.

Los adultos de la etapa entreguerras fueron contundentes al criticar a los jóvenes por su falta

de experiencias auténticas:

Nunca se vio sin embargo un espectáculo más repugnante de una generación de

adultos que tras haber destruido hasta la última posibilidad de una experiencia

auténtica, le reprocha su miseria a una juventud que ya no es capaz de experiencia. En

un momento en que se le quisiera imponer a una humanidad a la que de hecho le ha

sido expropiada la experiencia, una experiencia manipulada y guiada como en un

laberinto para ratas, cuando la única experiencia posible es horror o mentira, el

rechazo a la experiencia puede entonces constituir -provisoriamente- una defensa

legítima (Agamben. 2007. Pág. 12)

Juventud sin experiencia autentica, juventud repetidora de experiencias, juventud que

alimenta los fantasmas de la historia lineal. ¿De qué manera interpretan la historia?, ¿cómo

quebrantas su linealidad, cómo trasgredes la comprensión histórica cartesiana, de qué manera

incluyes la experiencia (los contextos, las realidades, los lugares de enunciación) en la

comprensión del conocimiento? Agamben señala que la historia es una ilusión, y el joven

puede ser transgresor de la idea lineal de la historia, el joven recrea la historia, el joven

alimenta a la historia con su propia presencia en el tiempo y en el espacio, el joven en su

multiplicidad y diversidad le da color a la historia. El joven se sitúa en nuevos paradigmas del

conocimiento para enriquecerlo.

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52

Ya hemos visto como los jóvenes se desenvuelven en un mundo que condiciona su

comprensión histórica. Las estructuras sociales, políticas, económicas y culturales determinan

contundentemente las condiciones de desarrollo de las y los jóvenes del mundo.

Para romper con estos condicionamientos de la sociedad sobre el individuo, el sujeto joven

descentra el conocimiento humano, descentra el concepto de tiempo histórico, y desmitifica

la verdad como base del conocimiento. El sujeto joven se permite construir un dialogo de su

propia subjetividad con otras, permitiéndose ampliar el concepto de conocimiento humano,

permitiéndose reconocer como un sujeto contextualizado que valida la diversidad histórica y

la diversidad de voces en diferentes épocas, así como, la posibilidad de leer diversas épocas

en el presente.

Page 54: Filosofías de la juventud: prescripción, descripción y

53

2.2.2. Juventud y dispositivos de control, la juventud descrita por Foucault.

El sujeto joven comprende las condiciones en las cuales se desenvuelve su rol como actor

social, comprende cuales han sido los diferentes condicionamientos de la sociedad sobre la

juventud. Se pone en el lugar de su subjetividad como joven y se contrapone a la subjetividad

adulto-céntrica. De esta manera el joven genera un conocimiento en contravía del sujeto que

hasta el momento había desarrollado el conocimiento, y que Lucy Irigaray refiere como el

hombre blanco, occidental, adulto, autoritario y dictador de la verdad. Sobre el cual se refiere

de la siguiente manera “el sujeto será... múltiple, plural, a veces de-forme, pero seguirá

postulando aún ser la causa de todos los/sus espejismos, cuya enumeración re(evoca), sin fin,

la reunión” (Iriigaray, 2009, Pág. 121). Refiriéndose al hombre que se auto cerciora y se

reafirma como ser pensante y quien ve en las demás cosas de la naturaleza (el resto)

simplemente cómo objeto de estudio.

El sujeto joven puede comprender que el conocimiento humano ha sido fundamentado desde

una postura homogenizante y brindar la posibilidad de desarrollar una lectura amplia que

cobije la diversidad. En esta tarea de comprender el condicionamiento de la sociedad sobre

los sujetos, Michael Foucault nos aclara el panorama al descifrar y describir lo que denomina

los dispositivos de control.

Michael Foucault describe al joven desde los ejercicios del poder, sitúa al joven como un

sujeto controlado. Describiendo tres tipos de control: Control del cuerpo, control de la

subjetividad y sociedades disciplinarias.

Para controlar el cuerpo, se hace un control sobre la sexualidad, las tecnologías del yo y el

poder sobre la sexualidad son dos tradiciones que han situado al joven en un auto

adiestramiento, donde se clausuran las pasiones y se da la imposición del tabú.

El control de la subjetividad se da mediante la prohibición del hacer y la obligación de decir.

Prohibir ciertas conductas y decir a cierta autoridad los actos ilegales cometidos.

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54

Finalmente se instauran un cumulo de acciones, protocolos, normativas y hasta leyes que se

han desarrollado artificialmente para controlar a los sujetos, a los anormales, a los diferentes.

Esto solo es posible si se ejerce un poder de tal magnitud que logre condensar las

subjetividades de los individuos en las sociedades, tal poder es el poder de la razón. Esto se

denomina las sociedades de control.

Control del cuerpo

Michael Foucault describe al joven desde los ejercicios del poder, sitúa al joven como un

sujeto descrito por su posibilidad de ser controlado. Describe al joven como un sujeto

controlado. En sus estudios críticos acerca de las instituciones sociales, tales como: las

ciencias humanas, la medicina, la psiquiatría, el sistema de prisiones y la historia de la

sexualidad humana, desarrolla un profundo análisis sobre el poder. Los principales trabajos

del filósofo francés se destacan por el énfasis sobre las relaciones entre poder, conocimiento

y discurso.

Los ejercicios del poder en la instrumentalización de los cuerpos ejercen un control por parte

de las sociedades a los individuos. De esta manera Michel Foucault aborda la descripción de

la población joven, interpretando que la sociedad desarrolla un proceso de control, mediante

las tecnologías del yo y el poder sobre la sexualidad, haciendo que los jóvenes sean sujetos

controlados.

Foucault encuentra los primeros dispositivos de control sobre los cuerpos en la historia

antigua, en esta lectura hace énfasis en el papel de la juventud y cómo debe ser controlada,

para que se cumplan los fines de la sociedad. En el siguiente fragmento nos señala que la

juventud ha sido controlada desde la misma época helenística, ya que la primera pedagogía es

comprendida como entrenamiento, adiestramiento, control de sí mismo y control de las

pasiones juveniles. Pero además control de todos los sujetos.

Existe el problema de la relación entre estar ocupado consigo mismo y la pedagogía.

Para Sócrates, ocuparse uno de sí mismo es el deber de un hombre joven, pero más

Page 56: Filosofías de la juventud: prescripción, descripción y

55

tarde, durante el período helenístico, se considera como una obligación permanente

que dura toda una vida. (Foucault, 1998, Pág. 26).

Foucault señala las razones de su interés por la sexualidad y su relevancia en el campo de la

ética. El pensador francés, plantea que la obligación de decir la verdad acerca de uno mismo a

través de la sexualidad es un acoplamiento singular entre la prohibición de hacer y la

obligación de decir.

Dos serán las formas cristianas mediante las que se propicia esta manifestación de la

verdad acerca de uno mismo: la expresión dramática por parte del penitente de su

estatuto de pecador, manifestada en un dominio público; y la expresión dramática y

verbalización continua de pensamientos llevada a cabo en una relación de completa

obediencia a una voluntad ajena… la preocupación de sí no es sólo obligatoria para la

gente joven interesada por su educación, es una manera de vivir para todos y para toda

la vida. (Foucault, 1988, Pág. 29).

Control de la subjetividad

Prohibir ciertas conductas y decir a cierta autoridad los actos ilegales cometidos, se presentan

como dispositivos de control, sobre la subjetividad del sujeto. Lo cual se hacía evidente en el

confesionario de la iglesia cristiana y hoy se hace evidente en el diván del psicoanalista. Esta

transición no fue únicamente de la religión a la psicología, sino también al Estado mismo,

quien es el observador perenne, quien exime de sus culpas a los ciudadanos y quien regula la

relación entre estos, a través del sistema de justicia y el sistema carcelario.

Foucault como maestro de la genealogía, desarrolla un ejercicio del concepto de cuidado de si

y cuidado del otro en la literatura clásica de occidente, remitiéndose a la época helenística.

De esta manera hace una descripción de la juventud. Esta vez, no para prescribir, sino para

describir como eran narrados los jóvenes. Como lo veremos en el siguiente texto.

El primer texto epicúreo que sirvió como manual de moral fue la Carta a Meneceo

(Diógenes Laercio, 10-122-38). Epicuro escribe que nunca es demasiado pronto ni

demasiado tarde para ocuparse uno mismo de su propia alma. Uno debería filosofar

Page 57: Filosofías de la juventud: prescripción, descripción y

56

cuando es joven y también cuando es viejo. Era una tarea que había que cumplir a lo

largo de toda la vida. Las enseñanzas sobre la vida cotidiana se organizaban

alrededor del cuidado de sí con el fin de ayudar a cada miembro del grupo en la obra

mutua de salvación. (Foucault. 1998. Pág. 23).

El joven era narrado como un actor que debería filosofar al igual que el viejo, con el fin de

encontrar las enseñanzas sobre la vida que servirían para su propio beneficio y para un

beneficio social.

El poder es el pastor del hombre. En el caso de la juventud el maestro es el pastor de sus

alumnos, y el pastor de esos alumnos, les trasmite a esos jóvenes la ideología del poder en la

educación. Y si los jóvenes intentan trasgredir esto se puede denominar subversión

ideológica. Porque la visión de la historia es una sola y es la que dice el maestro en la clase.

Y esa visión es la visión del poder pastoral. De esta manera se controla la subjetividad de la

juventud.

Precisamente, para quebrantar el control de la subjetividad, Foucault propone poner en el

centro a la estructura y al sujeto ponerlo dentro de la estructura. Sometiéndolo así a infinidad

de indeterminaciones. Sin embargo, los jóvenes le dicen a Foucault, las estructuras no salen a

la calle, los que salen a la calle son los individuos, así se consolidó el mayo del 68. De esta

manera la subjetividad de las juventudes estudiantiles se consolidó como subjetividad y se

encarnó como actor social y político.

Lo que se propone hacer el estructuralismo, es salir del sujeto cartesiano como sujeto de

conocimiento. El sujeto como punto de partida de la epistemología ha alejado a la experiencia

de toda suerte de episteme. Puesto que descartes manifestó que el conocimiento se da en el

plano de la res cogitas. Por otra parte, el individuo que no está en el centro ni domina la

realidad, el individuo que pertenece a la trama histórica pero no es un individuo constituyente

de la realidad, sino un individuo constituido. Es un individuo que no puede relacionarse con

el sujeto del conocimiento, el individuo como tal, pertenece a la experiencia, pertenece a la

realidad que es ajena al sujeto cartesiano, en consecuencia, no se puede esperar ningún tipo

de conocimiento por parte de dicho individuo. Pues las opiniones de esos individuos son solo

emanaciones de la subjetividad. Son subjetividades invisibles. El joven común, que hace

parte de las interpretaciones del filosofo y es objeto de conocimiento, jamás tendrá conciencia

Page 58: Filosofías de la juventud: prescripción, descripción y

57

de su condición de objeto en el conocimiento. Esta es la magnitud del control de la

subjetividad.

Las sociedades disciplinarias.

Finalmente, además de control del cuerpo y del control de la subjetividad, un tercer modo de

dispositivo de control son las sociedades disciplinarias, es decir, un cumulo de acciones,

protocolos, normativas y hasta leyes que se han desarrollado artificialmente para controlar a

los sujetos, a los anormales, a los diferentes.

Esto solo es posible si se ejerce un poder de tal magnitud que logre condensar las

subjetividades de los individuos en las sociedades, tal poder es el poder de la razón.

La razón ha sido instaurada para dominar a los hombres y los hombres con mayores dotes o

galardones de conocimiento son quienes han asumido las riendas de la dominación.

Para dominar a los hombres por medio de la razón se debe comprender que lo común es la

razón, se debe comprender que el deber ser de las sociedades es que todos los integrantes

sean sujetos razonables, quienes no usen la razón mediante el entendimiento de las normas y

las conductas, serán entonces los irracionales, los locos, los anormales, los peligrosos para la

sociedad. La razón entonces debe ser apartada de la locura, de la criminalidad. A los locos se

les amontona en los manicomios y a los delincuentes en las cárceles.

Yo querría que de vez en cuando, tras de haber preparado las inteligencias por medio

de un discurso razonado sobre la conservación del orden social, sobre la utilidad de

los castigos, se condujera a los jóvenes, incluso a los hombres, a las minas, a los

trabajos, para contemplar la suerte espantosa de los proscritos. (Brissot, Théorie des

lois criminelles, 1781, En Foucault, 1998, Pág. 48).

Las sociedades tipifican una serie de conductas que son normales, lo normal se comprende

como lo racional, lo irracional no razona, no se incluye en la episteme, los irracionales son

excluidos del conocimiento. El racional es sujeto, el irracional es objeto: El que razona,

cosifica al otro, hace al otro algo que es juzgado, pero jamás un ser humano.

Los jóvenes entonces han sido comprendidos como los anormales, como los

diferentes, como los incompletos, como los que adolecen de educación, de temple, de

moral. Quienes debían ser corregidos, conducidos a un estado ideal de personalidad, a

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58

una racionalidad uniforme y conductualmente controlable. “es la forma disciplinaria

en el estado más intenso, el modelo en el que se concentran todas las tecnologías

coercitivas del comportamiento. Hay en él algo del claustro, de la prisión, del colegio,

del regimiento". (Foucault, 1998).

El dispositivo de control por excelencia para los jóvenes siempre ha sido la escuela. La

sociedad disciplinaria por excelencia es la escuela. No solo porque en esta institución social

se instaura dominio del cuerpo, el dominio de la subjetividad y se instaure la disciplina como

conducta uniforme, sino porque la estructura de la pedagogía no se asemeja a un gimnasio

sino a una cárcel.

En el libro vigilar y castigar (Foucault. 1998) nos revela el reglamento redactado por Léon

Faucher para la Casa de jóvenes delincuentes de París, del cual podemos señalar que tiene

varias similitudes con el reglamento de una escuela, no solo de la época sino aun presentes en

el siglo XXI:

ART. 17. La jornada de los presos comenzará a las seis de la mañana en invierno, y a

las cinco en verano.

ART. 19. La oración la hace el capellán y va seguida de una lectura moral o religiosa.

ART. 21. Comida. A las diez, abandonan los presos el trabajo para pasar al refectorio;

van a lavarse las manos en los patios, y a formarse por divisiones. Después del

almuerzo, recreo hasta las once menos veinte.

ART. 22. A las once menos veinte, al redoble del tambor, se forman las filas y se entra

en la escuela por divisiones. La clase dura dos horas, empleadas alternativamente en

la lectura, la escritura, el dibujo lineal y el cálculo.

ART. 23. A la una menos veinte, abandonan los presos la escuela, por divisiones, y

marchan a los patios para el recreo. A la una menos cinco, al redoble del tambor,

vuelven a formarse por talleres.

ART. 24. A la una, los presos deben marchar a los talleres: el trabajo dura hasta las

cuatro.

ART. 26. La comida y el recreo que la sigue duran hasta las cinco; en este momento los

presos vuelven a los talleres.

ART. 27. A las siete en verano, y a las ocho en invierno, cesa el trabajo; se efectúa una

última distribución de pan en los talleres. Un preso o un vigilante hace una lectura de

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59

un cuarto de hora que tenga por tema algunas nociones instructivas o algún rasgo

conmovedor y a la que sigue la oración de la noche.

He aquí, pues, un suplicio y un empleo del tiempo. No sancionan los mismos delitos,

no castigan el mismo género de delincuentes. Pero definen bien, cada uno, un estilo

penal determinado.

Los jóvenes son descritos como sujetos que son controlados, adiestrados, dominados,

encerrados, mutilados, es decir víctimas de un sistema que se ha venido construyendo con el

curso de los años y que se ha modelado para gobernar la subjetividad y la individualidad.

Esta superposición de modelos diferentes permite circunscribir, en lo que tiene de

específico, la función de encauzamiento de la conducta. Los jefes y subjefes de no

deben ser del todo ni jueces, ni profesores, ni contramaestres, ni suboficiales, ni pa-

dres, sino un poco de todo esto y con un modo de intervención que es específico. Son

en cierta manera unos técnicos del comportamiento: ingenieros de la conducta,

ortopedistas de la individualidad. Tienen que fabricar unos cuerpos dóciles y capaces

a la vez” (Foucault, 1998, Pág. 36).

Las descripciones planteadas por Foucault frente a la juventud son problemáticas. Señala que

la juventud es controlada. Sistemáticamente es orientada para satisfacer las necesidades de la

sociedad. Que existe una suerte de orden estructurado que gobierna la subjetividad de los

jóvenes. Dejándonos una gran interrogante y es ¿Qué hacer frente a esta condición de control

sobre los jóvenes?

2.2.3. Juventud y cultura: Bourdieu y Passeron analizan la juventud.

La escuela ha existido para dominar la conducta de los jóvenes en general, pero no todos los

jóvenes se ven afectados de la misma manera. Unos jóvenes son formados, moldeados y

dominados para que en su vida adulta sirvan de fuerza de trabajo en beneficio de la sociedad.

El capital acumulado por la fuerza de trabajo de una generación va dirigido a unas cuantas

familias que se adueñan de las materias primas, de los medios de producción, de las escuelas,

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60

de los sistemas de salud, para hacer funcionar todo a su favor. En este sentido los jóvenes son

esclavos de un mega sistema que nunca comprenden.

Pero hay jóvenes que deben educarse para mantener ese sistema a su favor, las nuevas

generaciones de los dominantes también son jóvenes, y se educan para administrar el sistema,

para comprender la dimensión del poder que tienen y para desarrollar procesos de control a

los otros jóvenes.

Esta clasificación de jóvenes dominantes y jóvenes dominados puede encontrarse en el texto

los herederos de Pierre Bourdieu. Básicamente en este libro, Bourdieu y Passeron expusieron

que las instituciones escolares operaban de modo jerarquizante, puesto que concedían títulos

y galardones académicos a los jóvenes dominantes, quienes hacían parte de dinámicas

culturales, sociales y económicas privilegiadas, los cuales a su vez prolongaban las

desigualdades sociales de origen, además, tenían la creencia que dichos privilegios estaban

ligados a sus altos grados de inteligencia y dones naturales superiores.

De esta manera el curso en los diferentes niveles educativos formales consagraba, en su

mayoría y no a todos, a los estudiantes de procedencias familiares-culturales, económicas y

de vinculaciones sociales- los colocaban en situaciones aventajadas, o de complicidad

objetiva, ante la acción escolar igualitaria, que beneficiaban las sensibilidades,

predisposiciones y conocimientos que traían de sus hogares y de las actividades culturales

propias de las familias adineradas, en múltiples aspectos coincidentes con los contenidos y

habilidades impartidas como nuevas para todos, pero que los privilegiados ya conocían.

De acuerdo con la lógica del privilegio que brinda a los estudiantes provenientes de

medios acomodados el gusto y el placer de inferir a terrenos extraacadémicos los

hábitos cultos, la frecuentación de cineclubs, práctica a la vez económica,

compensatoria y cuasi académica, parece ser sobre todo un hábito de los estudiantes

de sectores medios. Para los individuos provenientes de sectores desfavorecidos, la

educación sigue siendo el único camino de acceso a la cultura y esto en todos los

niveles de enseñanza. (Bourdieu y Passeron, 2009, Pág. 37).

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De este modo, los sistemas escolares reproducían y premiaban, bajo la adjudicación de

desigual capacidad intelectual o interés frente al conocimiento, lo que, en realidad, eran las

consecuencias asimétricas sociales que coronaban simbólicamente.

Bourdieu describe en su texto Los Herederos la importancia de comprender al joven en su

contexto cultural, se describe al joven como un individuo que es permeado por la cultura y

por los medios económicos con los que cuenta. Se resalta la capacidad de recorrer el mundo,

de conocer su literatura, de visitar los museos, de acceder a las diversas historias del mundo a

través del cine, de leer cuentos, historias biográficas, de deleitarse con obras musicales, de

tener instrumentos y sumergirse en el universo de la música mediante la interpretación, o por

el contrario de limitarse de esto debido a que su cultura se reduce al aprendizaje de un oficio

que hereda de su padre para ser trabajado durante su vida adulta hasta la muerte.

Pero más allá del enfoque económico Bourdieu también describe al joven como un sujeto que

recrea su propio mundo, que, a pesar de sus condiciones económicas y culturales, puede

desarrollar nuevos matices en sus vidas y se circunscribe entonces en la subjetividad de la

juventud, del estudiante.

Por diferentes que sean, por mayores que puedan ser las desigualdades que los

separan, tanto en sus condiciones de existencia, como en sus posibilidades de éxito,

los estudiantes tienen al menos en común el realizar, aunque no sea sosteniendo el

mito de la unidad antes que el juego de la diversificación, la identificación individual

con algo que, sin ser un modelo, es menos que una idea y más que un estereotipo, y

que define una esencia histórica del estudiante. (Bourdieu y Passernon, 2009, Pág.

60).

En esta descripción encuentra al joven como un sujeto indeterminado, autónomo, dueño de su

propio destino, consiente de su historia de vida y trasgresor del destino. El joven ahora es un

ser incomodo, critico, pensante, trasgresor y rebelde. Incluso cuestiona el propio espacio de la

universidad.

¿Cómo no ver que la rebeldía contra el sistema académico y la evasión hacia

entusiasmos heterodoxos cumplen, por caminos retorcidos, con los fines últimos que

persigue la universidad? Al suscitar, incluso contra sus preferencias, la adhesión

Page 63: Filosofías de la juventud: prescripción, descripción y

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rebelde a una anticultura considera más viva y verdadera. (Bourdieu y Passernon,

2009, Pág. 70).

La juventud ahora es descrita como un grupo social consiente de su condición etaria, las

distinciones culturales y económicas parecen no satisfacer sus necesidades humanas ni

metafísicas, los jóvenes herederos parecen en ocasiones subvertir el orden natural de su

propia naturaleza, y por un momento de sus vidas quieren trascender, los jóvenes dominados

quieren escapar de sus diferentes dominadores.

es por eso por lo que tienden más que todos los demás a confundir las rupturas

simbólicas de la adolescencia con una realización intelectual. Así, numerosos

estudiantes para quienes tantas elecciones siguen regidas por los modelos más

tradicionales construyen la imagen que se hacen del intelectual sin ataduras.

(Bourdieu y Passernon, 2009, Pág. 71).

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Problematización de la juventud según Occidente.

Las descripciones sobre la juventud desarrolladas por Agamben, Foucault y Bourdieuestablecen una serie de cuestiones importantes sobre la conceptualización de la juventud deOccidente. Los aprendizajes que se establecen en dichas descripciones invitan al joven acomprenderse de una manera muy distinta a la de ser un sujeto que debe ser educado paraservir a su sociedad.

El hecho de trasgredir la historia, de asumir la responsabilidad de romper con el hilo de lahistoria y permitirse crear nuevas historias; el hecho de situar otros momentos en su propiavida, romper con la rutina del calendario y ser dueño de su destino, son paradigmas que ledan al joven un sentido diferente con relación con su propio ser. Agamben, un maestro de lahistoria y la subjetividad del individuo en la trasgresión, sin duda ha cimentado una nuevamanera de interpretar la existencia. Es plausible que situé precisamente al joven como unsujeto descentrado, como el sujeto que, gracias a su inexperiencia, puede hacer unatrasformación radical de las experiencias individuales y de la experiencia humana.

En contraste con lo anterior, Foucault problematiza radicalmente la condición de joven yprecisamente abogando a la fuerza de las tradiciones históricas, condena a la juventud a lacondición de sujeto controlado. Al joven se le describe como un sujeto condenado a lahistoria, pues la historia ha centrado tanto al joven que le ha controlado su cuerpo, susubjetividad y la misma sociedad en la que se sumerge.

Bourdieu por su parte describe al joven en relación con la cultura, que va mas allá de lahistoria y lo sitúa en el espacio y las relaciones humanas. Nos muestra a los jóvenes como lasdos caras de una misma moneda, los dominados y los dominantes. Los jóvenes además de lassubjetividades, además del peso de la historia, además de la posibilidad de la trasgresión y larevolución, terminan heredando el mundo, se convierten en adultos y asumen el desarrollo deeste, bajo las condiciones de la cultura, en la cual se evidencia la existencia de dos clasessociales los dominados y los dominantes. Pero por encima de todo ello, esta su condición dejoven. Un estadio etario que le permite orientar sus designios de acuerdo con sus propiospreceptos.

Estas descripciones son esperanzadoras y desesperanzadoras a la vez. Son miradas complejasde la juventud del siglo XX, y son el aviso para nuevas formas de interpretar y de vivirnuevas juventudes.

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Capítulo 3.

FILOSOFÍA ENUNCIATIVA DE LA JUVENTUD: UN DIÁLOGO CON EL JOVENWALTER BENJAMÍN.

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3. CAPÍTULO III. FILOSOFÍA ENUNCIATIVA DE LA JUVENTUD: un diálogo con el joven Walter Benjamín.

El joven al desarrollar sus propios procesos de reflexión filosófica se sitúa como actor

político y filosófico, definiendo su postura y describiendo su realidad, de esta manera

presenta su punto de vista cómo joven en la sociedad, sus propuestas de transformación frente

al mundo, y sobre todo su manera de sentir la realidad. Es decir, es una filosofía que parte

desde el sujeto, que describe al sujeto, y que en consecuencia hace una ruptura con la

tradición filosófica tradicional. El joven al ser un filósofo que reflexiona sobre su condición

de joven se enuncia desde la juventud a esta filosofía la denominaremos la filosofía

enunciativa de la juventud.

La filosofía enunciativa la debemos comprender como una filosofía de la subjetividad, donde

el sujeto desde su condición de ser enuncia de una manera consciente su experiencia. Por

supuesto que cualquier filosofo puede hablar de juventud, o de la mujer, o del hombre negro,

etc. Sin embargo, la filosofía enunciativa emerge del sujeto que ha experimentado un

sinnúmero de reflexiones surgidas de su propia experiencia. Es aquí donde benjamín se hace

doblemente importante. En primer lugar, porque siendo filósofo se percató de su condición

joven y realizó filosofía sobre el concepto de juventud teniendo en cuenta su subjetividad

como joven. En segundo lugar, porque Benjamín ha resignificado el concepto de experiencia,

y da un valor especial a la experiencia vivida, no solo mimetizada, ni reproducida. Lo anterior

no hace que el trabajo del filosofo sea mas importante o tenga mejores aportes que el filosofo

que no se narró desde su propia subjetividad. Solo que al haberlo hecho puso sobre la mesa la

posibilidad de hacer este tipo de filosofía.

Preludio.

En los capítulos anteriores se ha establecido que la filosofía ha abordado el estudio sobre la

juventud desde dos perspectivas: la prescriptiva y la descriptiva. En ambos casos el filósofo

se sitúa desde su condición de sujeto y sitúa a la juventud como objeto. Tanto en la filosofía

prescriptiva como en la descriptiva el trato del filósofo hacia la juventud es un trato

impersonal. El filósofo se centra como el dueño del conocimiento: observa, analiza,

interpreta y enuncia su saber con relación al joven. El filósofo representa al hombre

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eurocéntrico, quien se auto determina como la voz de la filosofía tradicional. El filósofo, al

hablar sobre la juventud, unas veces prescribe el deber ser del joven y en otras simplemente

se limita a comprenderlo como un fenómeno histórico o como un actor social del cual se

pueden hacer afirmaciones. En síntesis, la filosofía ha cosificado a la juventud y en tanto, o le

ordena cómo comportarse o se limita a estudiarla para interpretar su conducta.

Sin embargo, en la historia de la filosofía existe un caso, en el cual, la filosofía se enunció

desde una subjetividad eminentemente juvenil. Siendo Walter Benjamín el portavoz de la

filosofía de la juventud. Al texto La metafísica de la juventud, lo considero como un

momento de lucidez desde la particularidad de un joven quien comprendió que la filosofía no

solo debe prescribir y describir a la juventud, sino que la filosofía debe comprenderse como

una plataforma para dar voz a los jóvenes.

Walter Benjamín desarrolla una postura filosófica que no es ni prescriptiva ni descriptiva,

sino una postura autónoma, es una filosofía desde la subjetividad de la juventud. En este

sentido es importante descifrar algunos rasgos de la subjetividad juvenil. Precisamente las

categorías de experiencia, control y cultura, abordadas en el capítulo anterior, han sido

abordadas también por Walter Benjamín, solo que en esta ocasión la voz de la filosofía es una

voz desde la subjetividad. El Joven filosofo habla sobre su propia condición de joven.

De esta manera avanzaremos hacia los senderos de la una filosofía de la juventud,

conociendo los razonamientos y las posturas de un joven, que se sitúa como filosofo para

expresar la subjetividad de su ser, en su condición de joven. En primer lugar, abordando la

conceptualización de juventud y experiencia. En seguida, veremos la postura del joven frente

a la moral y esos dispositivos de descontrol a los que exhorta Benjamín, finalmente se

presenta una crítica sobre la cultura.

El objeto del presente capitulo es generar un dialogo desde la filosofía propuesta por un joven

colombiano del siglo XXI en contraste con la filosofía de Walter Benjamín, enunciada en su

texto la Metafísica De La Juventud.

Advertencia: En los capítulos anteriores y el presente preludio, el autor de esta tesis ha

utilizado un lenguaje adecuado para el ejercicio académico, dando como resultado un tono

prescriptivo y descriptivo frente a la filosofía que habla de la juventud. De esta manera se ha

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67

situado al filósofo tradicional como un objeto de estudio: analizado y observado a través de

sus textos. El autor considera que el trato al filósofo Walter Benjamín debe tener una

metodología diferente a una hermenéutica o una analítica de su discurso. En el presente

capitulo se intenta comprender el propósito de su obra, el método es entrar en un forzado

diálogo, en donde a partir de la voz de la filosofía de la juventud de benjamín se realizan unas

reflexiones filosóficas sobre la juventud en el contexto colombiano en la primera década del

siglo XXI.

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68

3.1. Filosofía de la juventud benjaminiana.

Walter Benjamín autor de la Metafísica De La Juventud (una compilación de textos escritos

antes y durante la Primera Guerra Mundial, en los que analizó el mundo juvenil europeo,

dentro y fuera de los ambientes universitarios) nos convoca a los jóvenes a construir nuevos

valores espíritu-culturales, en la defensa de una sólida formación intelectual y creativa. Nos

presenta la necesidad de una reforma de la enseñanza. Su espíritu reformador pretende ir más

allá de lo estrictamente escolar y académico, nos convoca a constituir una cultura de la

juventud.

Benjamín, haciendo referencia al proceso de secularización acaecido en la modernidad, nos

pide que abramos los ojos ante la noción de progreso y plantea que:

Gracias a la ilustración hemos podido levantar el velo encubridor de la religión sobre

la realidad y el pensamiento para enfrentarnos con la necesidad y miserias del mundo

y comprobar que no existe una justicia igualitaria, aunque por otra parte la propia

ilustración también se ha convertido en una nueva religión. (Benjamín, W, 1994, Pág.

45).

La consolidación de la juventud como actor social autónomo se da en la cultura, la utilización

de la crítica como una actividad propia del pensamiento y la toma de conciencia por parte del

individuo de los problemas sociales es la posibilidad para que como jóvenes no hagamos

parte de la industria mundial de seres vivientes en función de las religiones y los poderosos,

sino en función de nosotros mismos.

3.1.1. Juventud y experiencia: Una enunciación de la subjetividad del sujeto joven.

Es necesaria la trasgresión a la voz adulta que durante siglos se ha posado por encima

de una juventud. Juventud que ha padecido, adormecida, el yugo de la experiencia.

(Benjamín, 1994, Pág. 93).

La juventud ha sido descrita por los adultos como una etapa inconclusa del ser, que además

de la formación, el carácter, y el entrenamiento físico el joven debe adquirir experiencia para

ser un sujeto completo.

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69

Los adultos usan a la experiencia como un arma para combatir a la frágil juventud, los

adultos viven en una suerte de capsula, su mundo adulto: el cual es insensible, gris, rutinario,

amargado.

La máscara de los adultos es la experiencia (erfahrung) es una máscara inexpresiva,

impenetrable, siempre igual a sí misma. Todo lo han vivido ya estos adultos: juventud,

ideales, esperanzas, mujeres. Todo resultó ser una ilusión. A menudo se encuentran

encorbatados o amargados. Probablemente tengan razón los adultos. ¿Qué podemos

responderles? Aún no hemos experimentado nada. (Benjamín, 1994, pág. 93).

La experiencia es nuestra esencia de la juventud. No debe pedir el adulto que el joven tenga

mejores experiencias que las que tuvo, sus aprendizajes siempre serán ajenos al joven

inexperimentado, la juventud es precisamente ese experimentar. “los adultos se sonríen con

aire de superioridad: a nosotros también nos sucederá lo mismo. Desprecian de antemano los

años vividos por nosotros y hacen de ellos un tiempo de dulce idiotez juvenil.” (Benjamín,

1994, pág. 93).

El ser joven es la adquisición de experiencia. Más allá de saber si esta experiencia es

cartesiana o no, si esta experiencia es real o no, inclusive si es una experiencia equivocada o

no. Lo esencial en la juventud es que es el escenario de múltiples experiencias. La juventud

es una experiencia de la vida, y por lo que dice Benjamín, es el único escenario de

experiencia, puesto que los adultos ya carecen de ella.

El concepto de experiencia en benjamín tiene diversas acepciones:

Puede decirse que el desarrollo del concepto benjaminiano de experiencia, tan cargado

de matices, corre al menos en tres direcciones simultáneamente: a) hacia la

recuperación de la riqueza misma de lo sensorial, su capacidad expresiva y la

vinculación emotiva que allí parece superar los límites de la relación sujeto/objeto; b)

hacia el potencial mnémico y cognitivo de la experiencia que abre la posibilidad de

crear formas de memoria y conocimiento integrativas y no restrictivas, a través de las

cuales los individuos construyen sentido de mundo en diálogo crítico con las

tradiciones y los distintos ámbitos del conocimiento; y c) hacia la reflexión histórico-

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70

crítica de las formas de experiencia acumuladas históricamente y las relaciones

conflictivas de poder que se han desarrollado entre ellas. (Molano, 2014, Pág. 176)

La experiencia esta acompaña de la voluntad, una voluntad que hace posible que los jóvenes

asumamos empresas que limitan con la utopía, o que son utópicas en sí mismas.

“Nosotros conocemos algo distinto que ninguna experiencia nos ofrece, a saber: que

existe la verdad, aunque todo lo pensado hasta ahora sea un error, que la honradez

debe mantenerse por mucho que hasta el día de hoy nadie haya sido honrado. Esta

voluntad no nos puede arrebatar ninguna experiencia.” (Benjamín, 1994, pág. 94).

He aquí la distancia entre el mundo adulto y el mundo juvenil.

Con Benjamín denunciamos que el mundo adulto es quien gobierna, moldea y adormece a la

juventud. Además, que este proceso se presenta una y otra vez a lo largo de los años. En el

momento en que la primera guerra mundial entra en furor también son los adultos quienes

disponen de las vidas de los jóvenes para que derramen sus sangres, en función de los

discursos y los intereses de los adultos. Un siglo después el panorama es similar, aunque

ahora existen leyes de los Estados que promueven y garantizan la participación juvenil. Una

participación con voz, pero sin poder de decisión, y a lo largo del mundo siguen las batallas

derramando sangre de jóvenes que desconocen las razones por las cuales entregan sus vidas.

En este plano se centra la importancia de comprender que el mundo es gobernado por la

experiencia de los adultos, la voz de los jóvenes no es una voz que sea tenida en cuenta, su

inexperiencia es la causa de su inutilidad ante la sociedad.

Por eso Benjamín resalta que la vida de los adultos es una vida sin sentido, una vida estéril

que solo transmite su amargura y genera caos. Le dice al mundo adulto, y quizá se dice a si

mismo cuando haya alcanzado su propia adultez.

Dígale usted que aprecie

Los sueños de su juventud

Cuando llegue a ser un hombre.

(Benjamín, 1994, Pág. 96)

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71

3.1.2. Juventud y moral - Dispositivos de descontrol:

Experiencia y voluntad son dos categorías que nos constituyen como jóvenes. La experiencia

por su parte ha pertenecido a los adultos por siempre, según los adultos los jóvenes no

tenemos experiencia. La voluntad de los jóvenes es el segundo enemigo de los adultos,

precisamente la voluntad de los jóvenes es vista por los adultos como irresponsabilidad, como

rebeldía, como falta de educación moral.

De esta manera podemos intuir que el mundo adulto ha diseñado una serie de dispositivos

que gobiernan y adormecen a la juventud. En el presente apartado analizaremos las formas

mediante las cuales se ha buscado adormecer a la juventud.

Benjamín dice que los adultos al preocuparse por educar a los jóvenes han diseñado una

estrategia sistemática que se encarga de dominar esa voluntad del joven y en consecuencia

gobierna su libertad. “El gran escollo de la educación moral se encuentra en todo lo referente

a la motivación y legitimación de la voluntad pura, o lo que es igual, en la constricción de la

libertad” (Benjamín, 1994, pág. 87). Los adultos han puesto la mayoría de sus fuerzas en

controlar y domesticar la voluntad salvaje de la juventud. El programa que ha diseñado es el

siguiente:

1. “la enseñanza de lo moral resulta ser exigible como algo universal y necesario. Y en

la medida en que esto es así, esta exigencia misma necesita ser probada también

teóricamente.” (Benjamín, 1994, Pág. 83).

2. “se vinculan la enseñanza moral y ciertas exigencias pedagógicas absolutas”

(Benjamín, 1994, Pág. 83).

3. “la meta de la educación moral es la construcción de una voluntad moral” (Benjamín,

1994, Pág. 85).

Por lo anterior podemos afirmar que el mundo adulto ha encontrado en la educación al

sistema para llevar a cabo la domesticación de la voluntad del joven, y dicha voluntad solo es

aceptada si es una voluntad moral.

Sin embargo, señala Benjamín que este sistema ha fracasado. Puesto que, “cómo el proceso

de la educación moral difícilmente se articula con cualquier racionalización y

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esquematización, quiere decirse que apenas tiene algo que ver con la educación como tal.”

(Benjamín, 1994, pág. 86).

Ante esta situación, Benjamín plantea la importancia de separar lo educativo de lo moral.

Además, hace una crítica a Kant, porque gracias a su racionalidad, se ha concebido el

matrimonio entre conocimiento y moral, haciendo que la moral se de en el plano normativo

legal. “Por lo que se refiere a lo que hemos de considerar moralmente bueno, no es suficiente

que esto sea conforme a la ley moral, sino que debe ser ante todo algo que ocurre por dicha

ley” (Kant en Benjamín. 1994, Pág. 83).

Benjamín plantea que la moral de los jóvenes se construye en comunidad. Que, si bien

distinguimos moral de normatividad, debemos revisar bien la construcción de lo moral en el

plano religioso. En el plano comunitario. Aquí parece que el principio de la libre comunidad

escolar (freien Schulgemeinde) constituye el fundamento de la comunidad moral.

Benjamín considera que la libertad del estudiante le permite indagar, experimentar y construir

los parámetros morales para la coexistencia, la supervivencia y la convivencia. Cuando se

genera un escenario libre, la voluntad del joven sale a flote y sus sueños, sus anhelos, su

comprensión del mundo ideal y utópico le llevara a construir mejores valores morales que los

impuestos por el mundo adulto, los cuales solo por el hecho de ser impuestos, le son ajenos,

incomodos e infructíferos.

Los jóvenes somos quienes construimos una nueva moral, desde nuestra voluntad y nuestra

experiencia en desarrollo. Una moral que permite los errores, una moral que se constituye con

los valores de las nuevas voluntades de los jóvenes quienes se desenvuelven con los avatares

de sus contextos. Debe ser una moral que se adscriba a las culturas juveniles y que entre

contundentemente a criticar a la moral que le es impuesta por su pedagogo.

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73

3.1.3. Juventud y cultura.

Ahí surgió, luminosa, la juventud; de las

Conversaciones más oscuras. Y la esencia, ahí, resplandeció.

Metafísica de la juventud (Benjamin.1994).

Hay una fuerte relación entre los patrones culturales y las expresiones de acción colectiva

vivificada por los jóvenes. Expresiones como la música, el uso de neologismos, las

expresiones simbólicas, la moda, entre otros factores son elementos que definen algunas

generaciones.

La cultura es un escenario de desarrollo humano, no solo un accesorio o un divertimento para

los adultos. La cultura es un lugar donde los jóvenes ponemos nuestra voz ante los poderosos,

Benjamín veía que la literatura de su época era el escenario de denuncia, la creación de otros

mundos posibles donde la verdad aterradora del mundo era aceptada. La creación de mundos

posibles era un escenario para la denuncia y para la crítica al absurdo adulto céntrico.

La literatura en ese sentido tenía una utilidad y era la denuncia política, era la herramienta

para difundir las ideas reformistas, era el pasadizo secreto por el cual transitaba la voz de la

juventud que se levantaba ante la guerra.

Los adultos han comprendido esto muy bien y han visto en la cultura y las artes, el

mecanismo para adormecer a la juventud de un siglo después. La cultura es ahora un mercado

y una mercancía. Los jóvenes consumidores que consumen sus vidas, sus experiencias y sus

voluntades para satisfacer placeres superficiales.

La juventud del siglo XXI se desvanece mientras la cultura crece y la engulle como un

monstruo ante una presa involuta y distraída.

Un siglo después podemos afirmar que el espíritu de la filosofía del joven Benjamín, se ha

visto contrario con la realidad actual.

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3.2. Filosofía de la juventud, reflexiones desde Colombia en el siglo XXI.

El silencio es un lugar que ya no es común.

El mundo estridente aturde a la juventud con sus gritos.

Encandila con el brillo de las pantallas, su visión.

Ensordecida y ciega, habita la juventud un mundo aturdidor.

Empero, aparece la juventud, que se resiste.

Con brotes de conciencia y dignidad.

Jóvenes embriagados de drogas y de placer,

Coinciden en festines que desvanecen su tiempo,

Que banalizan su vida y velan la macabra faz de la realidad.

Empero, aparece la juventud, que se resiste.

Con brotes de denuncia y compromiso.

Ante el agobiante análisis del científico social adulto-centrista

La juventud estalla, se explota a si misma

Ya no es una sola juventud. Son múltiples juventudes.

Las juventudes deambulan con el mundo

Unas permanecen ciegas y sordas: caen al desenfreno del consumo

Otras compran la vida que los poderosos venden mediante las pantallas.

Otras yacen en las cifras del bono demográfico y los jornales del trabajo.

Otras madrugan todos los días y entregan sus fuerzas y su juventud al patrón.

Otras caen ante la desgracia de la droga, el crimen y la prostitución.

Otras heredan el poder y hacen de la política una fábrica de corrupción y manipulación.

Otras consideran al arte y la educación como herramienta para el progreso.

Otras se cansan de los abusos y los absurdos, decidiendo quitarse la vida.

Otras son manipuladas y conducidas a los embates de las guerras.

Otras simplemente resisten.

Otras muchas otras, existen y no son contadas ni narradas.

Las juventudes son múltiples y deambulan construyendo y destruyendo el mundo.

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Experiencia y sentido

La juventud es la edad de la fuerza, es la edad de la resistencia física, es el tiempo de nuestros

propios descubrimientos. En el caso de Colombia, hemos sabido comprender esto con el rigor

de la realidad.

Una juventud de tantas juventudes es la mía, una narrada en Colombia, la cual fue vivida

desde el paradigma de la transformación.

Como joven me convencí de que era necesario apartarme de las largas filas del transporte

público, decidí detenerme ante el desenfreno y el afán de la clase trabajadora. Decidí no

cumplir una lista de chequeo impuesta por la sociedad tercermundista. Decidí abrir paso y

camino ante la posibilidad de transformar una sociedad injusta e inequitativa: la sociedad

colombiana. Decidí hacer visible mi inconformidad ante la miseria y la violencia que podía

ver de lejos en la ventana de mi casa. Decidí salir de mi casa y conocer la periferia de mi

municipio. Un municipio dormitorio donde la clase trabajadora recicla sus sueños a la vez

que conoce una sociedad que se pudre como producto de la guerra.

La voluntad mía era la de aprender y comprender la realidad política del municipio. Apenas

con unos meses de haber terminado mi educación básica secundaria, y con una inmensa

incertidumbre, decidí aceptar la invitación de mi mejor amigo, a los procesos de participación

juvenil. La juventud se había convertido en una problemática nacional puesto que eran los

jóvenes quienes engrosaban las estadísticas de deterioro social, y los indicadores eran

alarmantes. El Estado colombiano había decidió implementar una ley de juventud, donde se

estableció la participación de la juventud como una prioridad.

En este proceso conocí el funcionamiento del Estado, aprendí a formular políticas públicas de

juventud, me comprometí con el desarrollo de procesos políticos de la juventud, a nivel

municipal, departamental y nacional. Incluso me convertí en consultor de agencias de

cooperación internacional que trabajan con jóvenes. Finalmente, fui participe de la

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76

construcción de una nueva ley, el estatuto de ciudadanía juvenil, que recogía los aprendizajes

de una década de trabajo por el sector juvenil en el país.

Del municipio de Soacha llegué al escenario nacional, dialogando con otros jóvenes,

conociendo sus procesos, aprendiendo y retroalimentando, viajando por el territorio,

denunciando la vulneración de derechos humanos, percatándome que el Estado aún tiene

mucho que mejorar, convenciéndome que la ley, el dialogo y el debate son las armas políticas

más eficaces para transformar las justicias y las inequidades. Durante una década de procesos

con los jóvenes que nos encontramos y construimos, tuvimos voz, pero nunca poder de

decisión. El poder siempre ha sido ejercido por los adultos.

Más de una década de trabajos con relación a los temas de juventud me permitieron

reconocer los diferentes sujetos jóvenes que habitan el territorio nacional, me permitieron

comprender que de esta amalgama de vivencias se puede comprender como una experiencia.

La experiencia no es un cumulo de vivencias, experiencia es encontrar un sentido a lo que

haces y transformar la realidad que habitas.

Mi experiencia y su sentido

Caminarte incesantemente anhelo

Oh tierra que resistes un inmenso peso.

Pasos, muchos pasos he recorrido:

dialogando, conociendo, soñando.

Pasos, muchos pasos he avanzado:

descifrando tus complejos hitos.

Pasos, inmensos pasos trasegados

Por tu hermosa geografía y tus ritos.

Bellas culturas, y una similar historia

De un conflicto armado que es tuyo y mío.

Mi juventud la entregue para construir

Lo que sería mejores oportunidades a tus hijos.

Como olvidar que investigando en Soacha

encontré la muerte y el miedo como vestido

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77

de los jóvenes que pobremente habitaban

y fueron víctimas de lo inédito.

Cuando empecé con todo esto me enseñaron

que el Estado es padre y la ley el único camino.

Mucha sangre en la historia derramada

Y por otras formas de hacer política, luchaba con ahínco.

Empero el Estado en nuestro caso

fue inmisericorde, cruel y asesino;

Instrumentalizando a mis amigos y vecinos,

los disfrazaron de guerreros y los cegaron

para siempre sin ningún tipo de prejuicios.

Oh cruel mundo de los adultos,

Macabros planes estratagemas y conflictos.

Sus intereses son los suyos, muy distantes de los míos.

De los nuestros, juventudes sobrevivientes

Que soñamos con incidir en nuevos destinos.

La experiencia no es cumulo de vivencias

La experiencia es el sentido de lo vivido

La experiencia reclama no más muertes

La experiencia convoca a vivir por siempre con buen brío.

La experiencia dice que los adultos mueren vivos

en sus negocios, sus holocaustos y sus líos.

La experiencia exige respeto, por las juventudes,

nuestras de vivir, de expresar y hacernos próximos.

Debemos tener el poder de decidir lo que sean nuestros destinos.

La experiencia es haber aprendido de lo vivido.

Nunca más seremos seres irreflexivos

Nuestra acción y omisión es causa de la realidad,

Como juventudes seguiremos caminando,

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Transformando en las leyes, en la cultura, en lo cotidiano, todas las prácticas con relación a

nuestros destinos. Las juventudes son múltiples, diversas y divergentes, unas consientes, otras

dispersas en el vacío. Todas simulando la felicidad, la complacencia y la plenitud de los años

que en la fuerza han vivido. Esta es mi experiencia y su sentido.

La filosofía enunciativa: una voz en la infinidad del sonido.

Narrarse a uno mismo como joven es brindar la oportunidad de descentrar el conocimiento.

Las expectativas frente al conocimiento o al quehacer académico siempre exigen narraciones

heroicas, del progreso, o del triunfo. La narración del autor, en el caso Colombia siglo XXI,

seguramente trasgredió la narrativa formal académica. Seguramente no entró en sintonía con

la voz del progreso y del triunfo que la historia de Occidente nos acostumbró a narrar.

Seguramente tuvo un tono nostálgico o victimizante. Seguramente cayó en una falacia

ontológica donde se confundió el personaje-autor y el problema, es decir el concepto de

juventud. Seguramente adquirió un aspecto metafísico.

Pero precisamente si algo nos enseñó Benjamín hace un siglo, fue que las experiencias no

suelen mostrarse igual para todos. Nos enseñó que es posible generar otras rutas para acceder

al conocimiento. Nos aproximó a una metafísica de la juventud, permitiendo alimentar

nuestra psique y nuestra alma con conceptos diferentes de lo que significa ser joven.

Seguramente el autor de los poemas, en el texto Filosofía de la juventud, reflexiones desde

Colombia en el siglo XXI, no quiso enaltecerse como un héroe de la juventud, de hecho, acató

la recomendación de su tutor de trabajo de grado, quien tiene el alma más joven que él autor.

Seguramente el autor no quiso narrar a toda la juventud en su nombre, como tampoco fue la

intención de Benjamín en su momento. Seguramente el lector halló en el texto poético el

sentido de la filosofía enunciativa. Hace un siglo se hablaba de una juventud. Hoy se habla de

múltiples juventudes: Las que se educaron y se siguen educando bajo el paradigma

prescriptivo; las que se describieron en el siglo pasado, las que se siguen describiendo y las

que aún no han sido descritas. Y por supuesto las pocas que se han enunciado, así como las

que jamás se han narrado, y las que jamás serán narradas.

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Las juventudes son múltiples, y los senderos para llegar a ellas son múltiples también. Los

filósofos las pueden seguir prescribiendo y describiendo y los que son y no son filósofos se

pueden enunciar cuando su experiencia así se lo aconseje.

El anterior texto de análisis se puede comprender como una voz de un sujeto joven frente a la

abundante producción de voces en la historia. Benjamín en su tesis sobre el concepto de

historia señala, precisamente la importancia de enunciar las voces pequeñas de la historia,

encontrando en ellas una ruptura a la historia contada según los preceptos de tipo hegeliano,

donde se ha comprendido a la historia como una meta narración hacia el progreso y el

desarrollo.

El cronista que hace la relación de los acontecimientos sin distinguir entre los grandes

y los pequeños responde con ello a la verdad de que nada de lo que tuvo lugar alguna

vez debe darse por perdido para la historia. Aunque, por supuesto, sólo a la

humanidad redimida le concierne enteramente su pasado. Lo que quiere decir: sólo a

la humanidad redimida se le ha vuelto citable su pasado en cada uno de sus

momentos. (Benjamín, 1982.)

Este trabajo representa una enunciación de una subjetividad juvenil. Una que quiere ser

interpretada como singular. Una que quiere exhortar a que otras subjetividades juveniles se

enuncien y de esta manera contribuir al conocimiento sobre la juventud. Seguramente la

filosofía seguirá prescribiendo, seguirá describiendo y los jóvenes se seguirán enunciando. Y

seguramente se seguirán descubriendo nuevas sendas para el estudio del concepto de la

juventud en la filosofía.

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Capítulo 1

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