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  • Marta Rizo Garca

    Filosofa y comunicacin. Dilogos, encuentros y posibilidades

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    Marta Rizo Garca

    Coordinadora

    Filosofa y

    Comunicacin Dilogos, encuentros y

    posibilidades

  • Marta Rizo Garca

    Filosofa y comunicacin. Dilogos, encuentros y posibilidades

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    Autores Marta Rizo Garca (Coord.) Leonarda Garca Jimnez

    Vivian Romeu Aldaya Roberto Aguirre Fernndez de Lara

    Carlos E. Vidales Gonzles Tanius Karam Crdenas

    Portada Fotografa de la coordinadora de la obra, Marta Rizo Garca Filosofa y Comunicacin. Dilogos, encuentros y posibilidades CECYTE, N.L.-CAEIP, Andes N 2720, Colonia Jardn CP 64050, Monterrey, N. L., Mxico. Telfono 0181-83339476 Telefax 0181-83339649 e-mail: [email protected] Primera edicin: mayo de 2012 Coleccin. Altos Estudios N. 36 Impreso en Monterrey, N. L., Mxico Distribucin gratuita. Prohibida su venta. Se autoriza la reproduccin con fines educativos y de investigacin, citando la fuente. La versin electrnica puede descargarse de la pgina www.caeip.org

    Directorio Rodrigo Medina de la Cruz Gobernador Constitucional del Estado de Nuevo Len Jos Antonio Gonzlez Trevio Secretario de Educacin del Estado de Nuevo Len y Presidente de la H. Junta Directiva del CECyTE, N.L. Luis Eugenio Todd Prez Director General del Colegio de Estudios Cientficos y Tecnolgicos del Estado de Nuevo Len (CECyTE, N.L.)

    Personal del CAEIP Ismael Vidales Delgado Editor Linda Estrada Rodrguez Preedicin, formatacin y diseo de portada Rosa Aid Prez Alcocer, Jessica Alejandrina Gonzlez Contreras Revisin y correccin de textos

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    ndice

    Presentacin / 9 Primera parte: El dilogo entre la filosofa y la comunicacin Captulo I. El dilogo entre la filosofa y la comunicacin. Lecturas y posibilidades. Marta Rizo Garca / 11 1.1 Dos campos de conocimiento en dilogo / 11

    1.1.1. Algunas pinceladas sobre la historia del pensamiento filosfico / 12

    1.1.2. Breve bosquejo de la historia del pensamiento comunicacional / 15

    1.2. La comunicacin en el espacio filosfico / 17 1.2.1. Lecturas filosficas de la comunicacin / 18

    1.2.2. Un apunte sobre la filosofa de la comunicacin desde la perspectiva de la ontologa y la tica / 25

    1.3. Los porqus de una obra sobre Filosofa y Comunicacin / 31

    1.4. Bibliografa / 36 Segunda parte: Ser, Sujeto, Tiempo y Conocimiento. Exploracin de algunos tpicos filosficos en el campo de la comunicacin Captulo II. Lo humano como paradigma complejo de la accin interactiva. Una apuesta ontolgica para la comunicologa posible. Leonarda Garca Jimnez / 41 2.1. Introduccin / 41 2.2. La informacin como magnitud bsica del cosmos:

    la interaccin como fuerza productora y reproductora de vida / 43

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    2.3. El problema de la palabra metafrica en el humanismo retrico / 49

    2.4. La propuesta de Vico como va de aprehensin de la interaccin simblica: la importancia del contexto histrico, la imaginacin y el verum factum / 52

    2.5. A modo de conclusin / 57 2.6. Bibliografa / 59

    Captulo III. Intersubjetividad y comunicacin. El encuentro alter-ego como eje conceptual para pensar la relacin entre filosofa y pensamiento comunicacional. Marta Rizo Garca / 61 3.1. Presentacin / 61 3.2. Aproximacin histrica al concepto de intersubjetividad. De la intersubjetabilidad trascendental a la intersubjetividad mundana / 62

    3.2.1. De la primera Fenomenologa a la Sociologa Fenomenolgica / 66

    3.3. Comunicacin e interaccin en el pensamiento de Alfred Schtz / 73

    3.3.1. Hacia una definicin socio-fenomenolgica de la comunicacin / 76

    3.4. Intersubjetividad, comunicacin e incomunicacin / 78 3.5. Cierre sinttico / 81 3.6. Bibliografa / 83 Captulo IV. Dilogo y sujeto. Apuntes para una discusin sobre la teleologa de la comunicacin humana. Vivian Romeu Aldaya / 85 4.1. Introduccin / 85 4.2. Sujeto, subjetividad e interpretacin: el papel de la comunicacin y el lenguaje en la construccin del sujeto / 86 4.3. Propuesta conceptual para pensar la naturaleza dialgica de la comunicacin humana / 92 4.4. Dilogo y autorreflexin. Propuesta para una discusin necesaria / 96 4.5. Bibliografa / 98

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    Captulo V. Tiempo y comunicacin humana. La temporalidad como organizadora de la situacin comunicativa. Roberto Aguirre Fernndez de Lara / 103 5.1. Introduccin / 103 5.2. Tiempo y comunicacin como fenmenos del universo / 103 5.3. La reflexin filosfica sobre el tiempo / 106

    5.3.1. La experiencia subjetiva del tiempo en la tradicin filosfica / 106

    5.3.2. La temporalidad en la vivencia subjetiva de la comunicacin humana / 109

    5.3.3. La averiguacin psicolgica sobre la vivencia del Tiempo / 110

    5.4. Tiempo y lenguaje / 111 5.4.1. El Tiempo como organizador de la situacin

    comunicativa humana / 111 5.4.2. La progresin de la temporalidad en

    el evento de habla / 112 5.5. Simetra temporal y variedad estimular en la comunicacin humana / 113 5.6. Conclusiones / 118 5.7. Bibliografa / 120

    Captulo VI. Comunicacin, semiosis y conocimiento. Una mirada semitica y comunicativa a la construccin de conocimiento. Carlos E. Vidales Gonzles / 123 6.1. Introduccin / 123 6.2. Los fundamentos semiticos para la formulacin de un punto de vista particular: el observador, la observacin y el conocimiento / 126 6.3. Semitica y Biosemitica: la semiosis como la base de una forma de observar el conocimiento / 134 6.4. Bibliografa / 139

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    Captulo VII. Existe un pensamiento latinoamericano de la comunicacin? Reflexiones desde la filosofa y la cultura. Tanius Karam Crdenas / 143 7.1. Algunos ejes temticos en el pensamiento latinoamericano / 143 7.2. El pensamiento latinoamericano en el bosquejo de los enfoques para el estudio de la comunicacin / 148 7.3. Algo sobre ideales y aspiraciones en el pensamiento comunicacional latinoamericano / 152 7.4. Para la discusin / 155 7.5. Bibliografa / 159

    Acerca de los autores / 163

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    PRESENTACIN

    odo libro tiene una historia. Y ste no es la excepcin. Filosofa y comunicacin. Dilogos, encuentros y posibilidades nace del inters por el mbito de la teora

    de la comunicacin, por un lado, y por la necesidad de establecer vnculos entre los estudios de la comunicacin y otras reas de conocimiento afines, por el otro. El origen de la obra est en los trabajos realizados por el Grupo hacia una Comunicologa Posible (GUCOM, Mxico) durante el periodo 2003-2009. En estos aos, el GUCOM, formado por nueve acadmicos de universidades de Mxico, Espaa y Colombia, trabaj en la sistematizacin de la historia del pensamiento comunicacional, as como en la propuesta de construccin de una ciencia general de la comunicacin. En el primer frente de trabajo, la denominada comunicologa histrica, se propusieron nueve fuentes cientficas histricas de la ciencia de la comunicacin: la sociologa funcionalista, la sociologa cultural, la sociologa crtica, la economa poltica, la psicologa social, la sociologa fenomenolgica, la lingstica, la semitica y la ciberntica. La exploracin de la sociologa fenomenolgica, la fuente de corte ms filosfico, fue desarrollada por la autora de esta obra, quien ha continuado explorando las relaciones establecidas o por establecer- entre el pensamiento filosfico y el campo de la comunicacin. El vnculo entre la filosofa y la comunicacin no es claro y no ha despertado mucho inters acadmico en el campo de la comunicacin. Ello se ve en la relativamente escasa produccin acadmica sobre este tema. Si bien existen algunas aproximaciones a la denominada Filosofa de la Comunicacin, algunas veces equiparada al mbito de la Teora de la Comunicacin, Filosofa y Comunicacin. Dilogos, encuentros y posibilidades, se desmarca de esta perspectiva. Y lo hace porque no busca tanto proponer una Filosofa de la Comunicacin, sino ms bien explorar las

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    posibilidades de dilogo que presentan los dos campos de conocimiento, la Filosofa y la Comunicacin. As entonces, la comunicacin no es vista slo como objeto de conocimiento filosfico, sino sobre todo como un espacio conceptual y acadmico que requiere de miradas distintas para complejizar sus propuestas tericas. Aqu hemos optado por revisar algunas de estas posibilidades, a partir de corrientes filosficas como la ontologa, el existencialismo, las filosofas del dilogo, la fenomenologa y la semitica, y con nfasis en nociones tales como el sujeto, el dilogo, el tiempo y el conocimiento. Los seis textos que conforman Filosofa y Comunicacin. Dilogos, encuentros y posibilidades, pueden ser ledos de forma independiente, pues cada uno de ellos presenta una clave de lectura para establecer dilogos entre la Filosofa y la Comunicacin. Pero tambin pueden ser concebidos como una unidad, toda vez que en todos ellos subyace una idea: la necesidad de hacer dialogar estos dos campos de conocimiento con el fin de complejizar el concepto de comunicacin, que a menudo ha sido reducido a visiones simplistas que lo asocian nicamente con la comunicacin mediada. El inters, por lo tanto, es contribuir a la discusin conceptual en torno a la comunicacin humana, y la Filosofa, creemos, ofrece interesantes y sugerentes propuestas para ello.

    -Marta Rizo Garca Mxico, D.F., mayo de 2012

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    Primera parte

    El dilogo entre la filosofa y la comunicacin

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    CAPTULO I. EL DILOGO ENTRE LA FILOSOFA Y LA COMUNICACIN. LECTURAS Y POSIBILIDADES

    Marta Rizo Garca

    De todo se puede hacer filosofa:

    no hay mbito de la experiencia que escape a la reflexin filosfica, y tanto mejor si el campo ya ha sido arado por una de las ciencias humanas.

    - Pareyson, L. 1998

    1.1. Dos campos de conocimiento en dilogo

    a relacin entre filosofa y comunicacin ha sido bastante explorada desde el pensamiento filosfico contemporneo, y no tanto as desde las llamadas

    Ciencias de la Comunicacin, que en el mejor de los casos han reflexionado tericamente sobre su propia especificidad como campo de conocimiento y han debatido asuntos tericos y epistemolgicos relacionados con la construccin del saber comunicativo. Es la comunicacin un objeto de conocimiento filosfico? Ofrece la filosofa una mirada especfica sobre los fenmenos comunicativos? Cmo dialogan las miradas filosfica y comunicativa? Tienen algo en comn? stas y otras preguntas guan las presentes pginas, en las que se presenta un mapa general en torno a las relaciones entre estos dos campos de estudio: la Filosofa y la Comunicacin.

    Someter a dilogo dos campos de conocimiento con historias tan dispares es ciertamente riesgoso. La filosofa tiene ms de 2000 aos de historia; la comunicacin escasamente un centenar. La filosofa traspasa las fronteras de su propio campo y se sita como un mbito que va ms all de lo acadmico y lo cientfico; su racionalidad es

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    distinta a la de las ciencias sociales, puesto que su conocimiento es ontolgico1. La comunicacin a penas se est institucionalizando como campo acadmico. La filosofa es reconocida y legitimada como el arte de pensar. La comunicacin, en el mejor de los casos, es reconocida como un campo de conocimiento cuyo objeto de estudio la comunicacin- es compartido por otros campos de conocimiento, sobre todo vinculados a las ciencias sociales. La Filosofa se asocia comnmente con las Humanidades, aunque trasciende cualquier intento de ubicacin en reas especficas del saber. La Comunicacin se asocia con un saber-hacer emprico, mientras que la filosofa se presenta como un conocimiento trascendental de la realidad, ya que permite trascender el plano objetivo del ente y, as, comprender el ser y su proyeccin (Ure, 2010: 32)2.

    Esta disparidad obliga a realizar, antes que cualquier otra cosa, un breve bosquejo que permita al lector ubicar sendos campos de conocimiento.

    1.1.1. Algunas pinceladas sobre la historia

    del pensamiento filosfico Plantear la historia de la filosofa es una empresa inabarcable. Son muchas las versiones que tenemos de ella, muchas las propuestas de organizacin del pensamiento filosfico en etapas, genealogas, mapas, etc. En este breve bosquejo nos proponemos nicamente ofrecer un mapa general en torno a qu es la filosofa y cmo se ha

    1 En palabras de Ure (2010:31), La filosofa no es un saber construido sobre el mtodo emprico ni un saber prctico orientado a mejorar estndares profesionales. Se trata de un saber terico, que por cierto repercute en el modo de vida, pero que se propone especficamente comprender el sentido. As, toda vez que el conocimiento de la naturaleza de la cosa es til en tanto la interpretacin del ser requiere la mediacin del ente, es viable la pregunta filosfica por la naturaleza de la comunicacin. 2 La distincin entre filosofa y ciencia queda de manifiesto en la siguiente aseveracin de Heidegger (1999:31-32): La ciencia es conocimiento del ente y no conocimiento del ser.

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    desarrollado el pensamiento filosfico a lo largo de su extenssima historia. El trmino filosofa viene del griego, de la unin de filos (amor) y sofa (sabidura). De ah que en trminos muy genricos, la filosofa pueda definirse como el amor a la sabidura. Sin tomar en cuenta el denominado pensamiento pre-filosfico (situado en China, India y Roma, entre otros lugares), se considera que son los griegos los que por primera vez empezaron a formular de manera profunda preguntas sobre su entorno. La filosofa, desde entonces, se hace preguntas ltimas sobre el hombre y el mundo. Preguntas que, al no tener fines pragmticos (como s los tienen la mayora de las ciencias), se convierten en un fin en s mismas. En este tenor, puede afirmarse que la filosofa es el campo del saber ms importante para el ser humano, pues a decir de Francis Bacon, su origen radica en la satisfaccin de las necesidades humanas. Como amor a la sabidura, la filosofa es una ciencia inconclusa, una ciencia que no cesa, que no puede llegar a verdades absolutas, pues est en constante movimiento y cambio. Como ciencia que aspira a la totalidad, la filosofa se pregunta por la existencia, por el conocimiento, por la verdad, por la moral, por la belleza, por la mente, por el lenguaje. Se distingue de la religin y del misticismo por poner al centro los argumentos provenientes de la razn, y se distancia tambin de las ciencias experimentales porque no investiga de manera emprica ni con fines prcticos, sino con base en mtodos a priori como la especulacin, la interpretacin y el anlisis conceptual. Aunque son muchas las clasificaciones que se han planteado sobre las distintas ramas de la filosofa, una de las que goza de mayor legitimidad es la que divide a la filosofa en la metafsica (aquella que busca investigar la naturaleza, estructura y principios fundamentales de la realidad en general); la gnoseologa (cuya preocupacin bsica es el estudio del origen, la naturaleza y los lmites del conocimiento humano); la lgica (que estudia los principios de la inferencia vlida); la tica (que estudia la moral, la virtud, el deber y la felicidad, entre otros temas); y la esttica (el estudio de la belleza). De estas ramas se desprenden

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    reas especficas del conocimiento filosfico, centradas en aspectos concretos como la lgica, el lenguaje y la mente, por citar algunos.

    Un punto aparte merece la ontologa, que como se ver posteriormente, es un rea particularmente interesante para comprender los aportes de la filosofa a la comunicacin. Y es que plantear el estudio de la comunicacin en el nivel filosfico lleva a enfrentarse a cuestiones clsicas y centrales para la ontologa, tales como la relacin esencia-existencia y sustancia-accidente. Aunque es prcticamente imposible abarcar a cabalidad la historia de la filosofa, suele considerarse que el pensamiento filosfico ha transitado por, al menos, las siguientes etapas: la filosofa antigua (con Grecia al centro); la filosofa medieval (desde la cada del imperio romano y hasta el Renacimiento); la filosofa renacentista (que se desarroll entre los siglos XV y XVI); la filosofa moderna (que abarca los siglos XVII y XVIII); la filosofa del siglo XIX (cuyas corrientes principales fueron el idealismo, el existencialismo, la filosofa analtica y la fenomenologa, entre otras); y la filosofa contempornea o del siglo XX (con la continuacin de la fenomenologa, el estructuralismo y el postestructuralismo al centro)3. Como veremos posteriormente, es en las filosofas del siglo XIX y las contemporneas o del siglo XX donde se desarrolla pensamiento en torno a la comunicacin y temas afines, con reflexiones sobre el ser y el lenguaje al centro.

    3 Hegel, en sus Lecciones sobre la historia de la filosofa (1985), plantea que la filosofa antigua, es decir, el pensamiento griego, desarroll el pensamiento hasta la idea, mientras que la filosofa medieval y la filosofa moderna o contempornea (ambas de matriz germnica o cristiana) concibieron al pensamiento como espritu.

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    1.1.2. Breve bosquejo de la historia del pensamiento comunicacional

    Aunque el campo de la comunicacin tiene a penas cien aos como espacio acadmico institucionalizado, no es empresa menor plantear su historia. Y no lo es porque son muchas las versiones que tenemos de l. Por ello, ms que presentar una historia del pensamiento comunicacional (que en sentido estricto inici mucho antes de la existencia de la comunicacin como espacio acadmico institucional), presentamos algunas propuestas de formas de organizacin del pensamiento comunicacional.

    La denominacin plural ciencias de la comunicacin pone en evidencia el carcter interdisciplinario de este campo de conocimiento, su construccin con base en objetos que pueden ser mirados por muchas disciplinas. Y entonces, la Ciencia de la Comunicacin, no estudia, aborda y comprende el mundo desde un enfoque particular?, no tiene un espacio conceptual que lo distingue de otros campos cientficos y a partir del cual genera conocimiento?, es slo un objeto de estudio que se puede abordar desde varios enfoques? La falta de definicin terica de la ciencia de la comunicacin ya se ha puesto en evidencia en varias ocasiones, y desde hace varias dcadas. Por ejemplo, segn John Peters (1986:528), la comunicacin ha llegado a ser definida no conceptual sino administrativamente. Cada departamento, escuela o universidad recrea el rea segn su propia imagen. La teora fracasa como principio de definicin, como fracasa tambin el intento de determinar la comunicacin como un objeto distinto. Esta idea se inserta en el debate acerca de la autonoma y entidad disciplinaria de la comunicacin, que tiene su origen en los aos sesenta, en las reflexiones de autores como Wilbur Schramm, entre otros. Segn Schramm4 la comunicacin no es una disciplina acadmica, en el sentido en que se designa a la fsica o a la economa, sino ms bien una disciplina de encrucijada en la

    4 Citado en Lazar (1996:5).

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    que son muchos los que pasan, pero pocos los que se quedan.

    Una revisin de la historia del pensamiento en comunicacin pone de manifiesto el carcter fundamentalmente socio-cntrico de esta disciplina, puesto que desde sus inicios ha sido la sociologa la que ha jugado un papel primordial en el abordaje de los fenmenos comunicativos. Ya la Escuela de Chicago, durante la primera mitad del siglo XX, desarrollaba un enfoque general de la teora social, subrayando el papel de la comunicacin en la vida social. Sin embargo, ninguno de los padres fundadores del pensamiento sobre comunicacin forma parte de esta escuela: Paul Lazarsfeld (1944), matemtico-socilogo, principal exponente de la investigacin sobre audiencias y efectos de los medios; Kurt Lewin (1958), psiclogo social, estudioso de los problemas de la comunicacin de grupo; Carl Hovland (1958), psiclogo experimental, especialista en el estudio de la formacin de actitudes; y Harold Lasswell (1948), politlogo, dedicado al estudio de la propaganda y la creacin de actitudes colectivas.

    La revisin de algunas propuestas de organizacin del pensamiento sobre la comunicacin puede ayudar a comprender cmo ha sido organizado el campo acadmico de la comunicacin en cuanto a sus propuestas tericas. La constitucin fragmentaria del campo acadmico de la comunicacin hace necesario observar dicho campo a partir de sus configuraciones cognoscitivas, es decir, de las estructuras de conocimiento que han organizado su produccin acadmica.

    Judith Lazar (1996) apunta directamente a la consideracin de las fuentes tericas que han contribuido a la creacin de la ciencia de la comunicacin. Segn la autora, estas fuentes seran las siguientes: ciberntica, antropologa, psicologa, semiologa y estructuralismo. Otra propuesta es la de Bernard Mige (1996), quien considera a la ciberntica, el funcionalismo, el estructuralismo lingstico, la sociologa de la cultura y la psicologa como corrientes fundadoras del pensamiento comunicacional. Por su parte, Armand Mattelart (1997) considera que la sociologa funcionalista est en el

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    origen de la teora de la comunicacin, sobre todo a partir de los trabajos de la Mass Communication Research; tambin destaca la importancia de la teora matemtica de la informacin de Shannon y Weaver (1948), la economa poltica, la teora crtica, el estructuralismo lingstico, los estudios culturales y la sociologas interpretativas e intersubjetivas. Otro autor, Robert T. Craig (1999), seala que la comunicacin ha sido construida con base en siete tradiciones tericas: retrica, semitica, fenomenolgica, ciberntica, socio-psicolgica, sociocultural y crtica.

    En las propuestas de organizacin del pensamiento sobre la comunicacin planteadas en el prrafo anterior aparece una primera hiptesis: el pensamiento filosfico en el campo de la comunicacin se reduce casi exclusivamente a la presencia de abordajes cercanos a la fenomenologa y la hermenutica.

    1.2. La comunicacin en el espacio filosfico

    La separacin entre ciencias y humanidades permea la historia del pensamiento en occidente. La comunicacin parece estar en la encrucijada: aunque suele ser ubicada del lado de la ciencia, bebe tambin de los aportes de las humanidades: Existe una separacin, una distancia, una tensin, entre la Filosofa y la Ciencia desde el siglo XIX, en este dilema de opciones y posturas, la comunicacin tiende a caer del lado de la ciencia, pero tambin cae en ocasiones del lado de la filosofa (Galindo, 2008:3).

    En este tenor, nos parece importante ofrecer un panorama en torno a lo que la filosofa ha planteado sobre la comunicacin como objeto de pensamiento. Para ello, en un primer momento retomamos un artculo de Jess Galindo (2008) en el que el autor revisa la presencia de la voz comunicacin en varios diccionarios especializados de filosofa, para posteriormente plantear algunas reflexiones en torno al dilogo, real y posible, entre sendos campos de conocimiento. Y en un segundo momento, trazamos algunas rutas de reflexin para pensar la comunicacin desde una

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    ptica filosfica sobre todo proveniente de la ontologa, pero tambin con aportes de la tica.

    1.2.1. Lecturas filosficas de la comunicacin

    La mayora de libros sobre historia de la filosofa no le dan un lugar relevante a la reflexin sobre la comunicacin hasta bien entrado el siglo XX. Incluso, an en el siglo XXI hay obras sobre historia del pensamiento filosfico donde la comunicacin no aparece como asunto central sobre el que valga la pena hablar (Galindo, 2008). El autor revisa la presencia de la comunicacin en algunos diccionarios de filosofa, con el fin de ofrecer algunas respuestas posibles a la pregunta en torno a si existe pensamiento sobre la comunicacin en la historia del pensamiento filosfico. El primer diccionario referido es el de Ferrater Mora (1984), en el que la comunicacin aparece en el apartado dedicado a la filosofa del lenguaje, a la filosofa de la lingstica y a la semitica. Ferrater Mora aborda los que considera los dos principales aspectos de la comunicacin: el lingstico y el existencial. Los lingistas sostienen que toda comunicacin es, en el fondo, transmisin de informacin y, por consiguiente, transferencia de smbolos, de modo que la llamada comunicacin existencial tiene que ser asimismo simblica. Los existencialistas, por otra parte, mantienen que toda comunicacin lingstica y simblica se da dentro de un contexto existencial, dentro de una actitud, de una situacin, de un horizonte, etc. (Ferrater Mora, 1984. Citado en Galindo, 2008:7). Sobre el aspecto lingstico de la comunicacin, el filsofo profundiza en torno a la comunicacin lingstica como sinnimo de la transmisin de informacin, que tiene, cuando menos, dos formas fundamentales: la semntica y la pragmtica. Afirma que la mayora de filsofos que se preocuparon por la comunicacin desde el punto de vista lingstico se interesaron especialmente por nociones como signo, denotatum de un signo e intrprete del signo. Otros

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    filsofos se interesaron por la naturaleza del discurso y por los posibles tipos de discurso. En lo que se refiere a la visin existencialista de la comunicacin, Ferrater Mora toma en cuenta, fundamentalmente, las aportaciones de Karl Jaspers. Segn Jaspers, la comunicacin existencial se halla en el lmite de la comunicacin emprica, que se manifiesta en diferentes grados: como conciencia individual coincidente con la conciencia de pertenencia a una comunidad; como oposicin de un yo a otro; y como aspiracin a una trascendencia objetiva. As, la comunicacin existencial tiene lugar entre seres que son s mismos y no representan a otros. Slo en tal comunicacin, el s mismo existe para el otro s mismo en el mundo. Ser s mismo no es ser aisladamente, sino serlo con otros s mismos en libertad. Otros autores importantes para dar cuenta de las aproximaciones existenciales a la comunicacin son Jean Paul Sartre y Martin Buber. Para Sartre, el lenguaje no es un fenmeno sobrepuesto al ser-para-otro: es originalmente el ser para otro, es decir, el hecho de que una subjetividad se experimente a s misma como objeto para otros. Por su parte, Buber distingui entre comunicacin, comunin y participacin: la primera es simblica y propia de la vida social; la comunin es intrapersonal e implica la reciprocidad en la relacin yo-t; y la tercera es una penetracin en la realidad primaria. Lo anterior da cuenta de que la comunicacin no es un tema importante en la agenda filosfica del Diccionario de Ferrater Mora. Las referencias a la comunicacin se reducen a algunos comentarios sobre los aportes de la lingstica a teoras sobre la transmisin de la informacin, por un lado, y al papel de la fenomenologa de corte existencialista en la definicin de la organizacin simblica del mundo social en el que los seres humanos adquieren conciencia de s y de los otros, por el otro. El segundo diccionario que retoma Jess Galindo es el de Nicola Abbagnano (1966). En esta obra se incluye un apartado sobre la comunicacin, fenmeno que aparece como indisociable de las relaciones humanas. Afirma el autor que los filsofos usan el concepto de comunicacin

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    para referirse a las relaciones humanas como relaciones de participacin recproca o de comprensin. Por lo tanto, el trmino viene a resultar sinnimo de co-existencia o de vida con los otros e indica el conjunto de modos especficos que puede adoptar la coexistencia humana, modos en los que queda a salvo una cierta posibilidad de participacin o de comprensin. El filsofo rescata una definicin de comunicacin que no reduce el fenmeno al simple contacto fsico. Para Abbagnano, la importancia de la comunicacin en la filosofa contempornea se debe a tres factores principales: 1) El abandono de la nocin romntica de conciencia infinita de s, en la cual el uso de nociones como espritu absoluto, que implican la identidad de todos los hombres, inutiliza el concepto mismo de comunicacin interhumana; 2) El reconocimiento de que las relaciones interhumanas implican la alteridad entre los hombres mismos y sus relaciones posibles; y 3) El reconocimiento de que tales relaciones no se agrupan en un segundo momento a la realidad ya constituida entre las personas, sino que la constituyen como tal. Por lo anterior, el concepto de comunicacin, afirma Abbagnano, tiene presencia en diversas filosofas, de las cuales se recuperan las de Heidegger, Jaspers y Dewey, tres propuestas cercanas al existencialismo y que, por tanto, se centran en la comunicacin como capacidad de relacin inherentemente humana. Para Heidegger, el concepto de comunicacin debe ser entendido en un amplio sentido ontolgico, esto es, como una comunicacin existencial. En esta comunicacin, los sujetos se construyen unos con otros, y por tanto, la comunicacin es, en esencia, el co-encontrarse y el co-comprender (Heidegger, 1962). Por su parte, Jaspers (1958), parte de una crtica de las visiones que sobre la comunicacin han propuesto ciencias empricas como la psicologa, la sociologa o la antropologa. Segn Jaspers, stas se limitan a considerar las relaciones humanas y no las posibles. Y para Jaspers la comunicacin es, precisamente, posibilidad de relaciones. Por ltimo, Dewey (1848) comparte con Heidegger y Jaspers que la comunicacin constituye

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    esencialmente la realidad humana; la considera como una forma especial de la accin recproca de la naturaleza y cree, por lo tanto, que puede o debe ser estudiada a travs de la investigacin emprica.

    El Diccionario de Abbagnano se plantea con un criterio ms sociolgico. De ah que el autor aborde el concepto de comunicacin desde la aproximacin a la coexistencia social, a la vida con los otros. La comunicacin aparece vinculada con la interaccin, con las relaciones interhumanas, como espacio de posibilidades basado en vnculos horizontales.

    El ltimo diccionario revisado por Galindo (2008) es el de Miguel A. Quintanilla (1985). Este diccionario dedica tambin varias pginas a la voz comunicacin. En ellas se parte de una primera y fundamental diferencia entre la teora de la informacin, donde la comunicacin queda reducida a la funcionalidad cuantificable, y la teora filosfica de la comunicacin, donde sta aparece como algo irreductible por cuanto condicionante de la interaccin humana. Afirma el autor que en la Filosofa se sustituye el trmino general comunicacin por su equivalente filosfico, el discurso: pues si el hombre se halla siempre ya en intercomunicacin, es en el discurso donde la comunicacin del hombre se convierte en comunicacin humana propiamente tal.

    Quintanilla considera que el proceso de comunicacin se constituye en la relacin entre un emisor y un receptor sobre la base de una transmisin de informacin. Comunicar es comunicar informacin, lo que convierte a todo proceso comunicacional en un proceso selectivo. El emisor ha de elegir unas seales o signos para transmitir su informacin, y a su vez, el receptor ha de seleccionar la informacin en una respuesta efectiva correspondiente. Este proceso se verifica sobre el baremo de un vehculo o mdium lingstico. La mediacin lingstica es entonces en la condicin de la comunicacin, que aparece como un procedimiento correlacional de codificacin lingstica (encoding) por parte del emisor y de decodificacin lingstica (decoding) por parte del receptor. Pero, para

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    Quintanilla, ms importante para la Filosofa es afirmar que toda comunicacin logra su verificacin en el descifrado. Descifrar es interpretar, y por lo tanto el proceso de comunicacin es un proceso intersubjetivo de interpretacin. El cdigo es la mediacin objetiva-subjetiva de la comunicacin y ello permite formular una teora crtica del sentido: ste no emerge en cuanto sentido humano (antropolgico) en la mera inmediatez irrelata de estmulo-respuesta, sino en su mediacin interpretativa o, como dira Peirce, en y por la referencia al cdigo en cuanto regla o norma convencional basada en un consenso y convenio intersubjetivo que define a la comunicacin como comunicacin especficamente humana. Por ltimo, plantear una teora crtica de la comunicacin genera, segn Quintanilla, algunos problemas filosficos importantes. Si la comunicacin se funda en la mediacin de unos cdigos definidos como convencionales, entonces la propia accin de verdad y lo que ella implica de posibilidad crtica vlida tambin parece tambalearse. La verdad queda revisada como verdad convenida y consentida, interpretada en cuanto tal, es decir, intersubjetivamente verificada: la verdad es tal en la comunicacin interhumana y, por tanto, hace referencia esencial a nuestros pactos, quereres, deseos y, en ltima instancia, necesidades; con ello la verdad aparece en su renitencia y la realidad humana como verdad relativa, pero precisamente entonces como objetiva.

    El planteamiento de la comunicacin que se desprende de las pginas de este diccionario propone una posible teora crtica de la comunicacin como hermenutica pragmtica. Quintanilla descalifica la teora de la informacin y aquellas aproximaciones que ven a la comunicacin como mera transmisin de informacin. Partiendo de la relacin entre codificacin y decodificacin, el autor aborda el problema de la interpretacin humana, determinante en la comunicacin. Para ello, se apoya en la lingstica, la antropologa y la semitica, y plantea una propuesta emancipatoria de la comunicacin, donde sta aparece estrechamente vinculada con la libertad humana.

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    A partir de la revisin del tratamiento de la comunicacin en los tres diccionarios especializados en Filosofa, Jess Galindo (2008) plantea interesantes consideraciones para poner en dilogo los dos campos de conocimiento. El punto de partida bsico para ello es que existe una distancia notable entre el sentido de la comunicacin en la filosofa del siglo XX y el pensamiento filosfico antecedente. Otro elemento bsico que permea las reflexiones de Galindo es la relacin entre las lecturas filosficas de la comunicacin y los tres ejes bsicos, en torno a los cuales se estructura la propuesta del Grupo hacia una Comunicologa Posible5: las fuentes cientficas histricas de la ciencia de la comunicacin o Comunicologa (sociologa funcionalista, sociologa fenomenolgica, sociologa crtica, sociologa cultural, psicologa social, economa poltica, semitica, lingstica y ciberntica); las cuatro perspectivas epistemolgicas (positivismo, fenomenologa-hermenutica, dialctica y sistmica); y las cuatro dimensiones de la Comunicologa (difusin, interaccin, expresin, estructuracin).

    En este contexto, en el diccionario de Ferrater Mora aparecen la lingstica, la semitica y la ciberntica. Tambin tienen presencia de alguna forma la psicologa social y la sociologa fenomenolgica. Por otra parte, aparecen todas las epistemologas, salvo la dialctica, y las dimensiones comunicolgicas de la difusin y la interaccin son las ms explcitas. La lectura filosfica de la comunicacin planteada en este diccionario pone ms nfasis en la accin y en el proceso de intercambio de informacin entre seres humanos. Por su parte, en el diccionario de Abbagnano aparece la filosofa fenomenolgica como central, aunque tambin tienen presencia el pragmatismo y la semitica. Las epistemologas mayormente referidas son la fenomenolgica

    5 Las propuestas del grupo estn recogidas en las siguientes obras, entre otras: 1) Galindo, Jess (coord.) (2008) Comunicacin, Ciencia e Historia. Fuentes cientficas histricas hacia una comunicologa posible, McGraw Hill, Madrid; 2) Galindo, Jess (coord.) (2011) Comunicologa posible. Hacia una ciencia de la comunicacin, Universidad Intercontinental, Mxico.

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    y la sistmica. Toda vez que se observa a la comunicacin como constructora de la realidad social, la dimensin comunicolgica ms presente en la obra de Abbagnano es la estructuracin, aunque por la referencia a la comunicacin como esencia de las relaciones humanas tambin observamos la presencia de la interaccin. La definicin de comunicacin que emerge de este diccionario pone en el centro a la comprensin, la participacin recproca, la coexistencia y la vida con los otros. Por ltimo, en el diccionario de Quintanilla se aprecia mayor similitud con la propuesta del Grupo hacia una Comunicologa Posible. Las fuentes con mayor presencia son la semitica, la ciberntica, la lingstica, la sociologa crtica, la sociologa cultural y sociologa fenomenolgica. La epistemologa hermenutica es la ms notoria en la lectura filosfica de la comunicacin que recupera Quintanilla y las dimensiones comunicolgicas ms presentes son la interaccin y la estructuracin.

    Las conclusiones a las que llega Jess Galindo (2008: 34-35) son, de forma sinttica, las siguientes: 1) La relacin entre comunicacin y filosofa debe analizarse en el pensamiento filosfico del siglo XX;2) La fenomenologa existencialista es la corriente que ms ha aportado a una lectura filosfica de la comunicacin; 3) Existen dos posiciones bsicas de la filosofa frente a la comunicacin: una filosofa que ensaya una visin de la comunicacin en un dilogo directo con el conocimiento de su tiempo, la ciencia, buscando comprensin del asunto a partir de su propia poca; y una filosofa que mira a la comunicacin desde una tradicin que no corresponde a lo contemporneo, sino que mira lo contemporneo desde el siglo XIX; 4) En su relacin con la comunicacin, el lenguaje es el gran tema de la filosofa del siglo XX. Por lo anterior, puede decirse que el espacio conceptual de la comunicacin parece ser una consecuencia de la centralidad del inters del pensamiento filosfico y cientfico del siglo veinte en el lenguaje (Galindo, 2008:37).

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    1.2.2. Un apunte sobre la filosofa de la comunicacin desde la perspectiva de la ontologa y la tica

    Si bien la filosofa no fue del todo ajena a la problemtica de la comunicacin, no hay figuras que la hayan tratado de manera articulada y satisfactoria. El existencialismo y la hermenutica son las corrientes que ms se interesaron por la cuestin, intentando destacar el plano ontolgico del dilogo (Ure, 2010:17). He aqu el centro de la cuestin: la mirada filosfica de la comunicacin debe ser una mirada que ponga el acento en lo ontolgico, en el ser, en la esencia dialgica de lo humano.

    Mariano Ure (2010) plantea que existen dos formas de ver filosficamente a la comunicacin: la sociolingstica, tambin denominada derivada o expresiva; y la ontolgica, tambin conocida como originaria o existencial. En ambos casos, pero de forma mucho ms clara desde la perspectiva ontolgica, la concepcin filosfica de la comunicacin trasciende el mero intercambio de significados, para instalarse en una dimensin en la que las personas comprometen su propia existencia. En este sentido, la dimensin ontolgica de la comunicacin concibe a sta como el medio para vencer el solipsismo y orientarse en el mundo.

    La ontologa se ocupa del ser. Y la comunicacin sin duda alguna est sujeta al modo de ser. La ontologa de la comunicacin se preocupa por revertir el olvido del ser en la prctica comunicativa () esto implica indagar si la comunicacin cumple el sentido del ser, que quiere entregarse, y si la comunicacin, en su realizacin pragmtico-lingstica, cumple su sentido en la orientacin hacia el ser (Ure, 2010: 39).

    Junto a los aportes de la ontologa, a los que se regresar posteriormente, la filosofa se interes por la comunicacin desde lo que se conoce como filosofa del lenguaje, que puso el lenguaje en el centro de las investigaciones filosficas para determinar cmo es posible el pensamiento y de qu manera es expresable la experiencia. En esta corriente filosfica existen al menos dos tradiciones,

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    que a menudo presentan reflexiones encontradas. Por un lado, est la tradicin analtica, que se interesa por las reglas de juego para el uso del lenguaje y los mecanismos de fijacin de los significados; por el otro, est la tradicin de corte existencialista, que por su inters en la exploracin de las distintas posibilidades de ser-en-el-mundo tiene sin duda relacin con las aproximaciones ontolgicas. Interesa, entonces, poner nfasis en esta filosofa del lenguaje de corte ontolgico, que concibe al lenguaje como mediador entre el hombre, el intrprete y la realidad. Para Ricoeur (1978), por ejemplo, el lenguaje est abierto al ser en tanto es capaz de indicarlo y comunicarlo a otros. El milagro de la comunicacin es factible gracias a que lo comunicado es justamente lo notico, es decir, el ser intencional.

    Para las ciencias de la comunicacin y la filosofa del lenguaje, afirma Ure (2010), la investigacin sobre los procesos comunicativos se reduce al plano lgico-gramatical y, en ltima instancia, al pragmtico. Hay comunicacin, por ende, en la medida en que un contenido conceptual explcito es transmitido de un emisor a un receptor y esto produce un efecto en su conducta () slo es comunicable lo que es codificable, es decir, pensable a travs del lenguaje (Ure, 2010:35). Pero hay que ir ms all, afirma el autor, y concebir como verdadera comunicacin nicamente a aquella en la que los interlocutores se apropian del sentido del ser y de la coexistencia, y no meramente de un contenido inteligible (Ure, 2010:36).

    La perspectiva ontolgica define la comunicacin existencial como la dimensin de intercambio (entre humanos) que supera lo sgnico, el inters pragmtico y la mera transmisin de experiencias de mundo, para culminar en la maduracin ontolgica de la persona. En esta definicin la relacin es central: mi ser yo mismo depende del vnculo con el otro. Como afirma Ure (2010:85), el hombre se realiza por y en la comunicacin. Una vez establecido el dilogo originario, posibilitado por el derivado la conversacin-, los hablantes ya no son los mismos. All adquieren un plus ontolgico.

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    Pero, qu hace posible a la comunicacin? La respuesta de la ontologa es muy clara: la realidad verifica la posibilidad. Si se produce un intercambio lingstico y esto repercute en el comportamiento social del individuo, es porque el acercamiento entre los interlocutores era posible. Y, por qu era posible? Porque ambos comparten un espacio comn (Ure, 2010:43). Por tanto, la comunicacin es posible por la similar colocacin ontolgica de las personas. El mismo autor seala que comunicar implica un trnsito, un fluir de uno hacia otro o de uno hacia muchos e inversamente de muchos hacia uno-, por lo que su entidad consiste en el acto de unir. La comunicacin, de hecho, es una circulacin: de significados, por un lado, y del ser bajo ciertas condiciones con esos significados, por otro (Ure, 2010:43).

    La principal condicin subjetiva que hace posible la existencia de la comunicacin es el ejercicio de la alteridad, que implica superar el solo reconocimiento cognoscitivo del otro: implica abrirse al otro, transgredir el propio yo que sale del s mismo en su involucramiento con el otro. Por lo tanto, para que exista comunicacin debe haber apertura ontodialgica de la persona y ejercicio de la alteridad. Ello tiene que ver con la aproximacin existencialista propuesta por Buber, para quien la comunicacin no es slo el proceso de emisin y recepcin de significados, sino que sobre todo es el proceso de intercambio de dones personales en el que los interlocutores desnudan su interioridad (Buber, 1998: 34).

    Queda claro, entonces, que la concepcin existencial u ontolgica de la comunicacin se centra en su dimensin originaria. En toda relacin de comunicacin se produce un encuentro intersubjetivo en el que la interioridad de los participantes es entregada al resto. All hay verdadera transmisin, pero a diferencia de lo que proponen las aproximaciones informacionales-lingsticas y pragmticas-relacionales, lo transmitido es el ser, por ms que para ello sea necesario el soporte del hacer y del decir. En este sentido, la comunicacin existencial es la circulacin del ser,

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    pues el ser no puede ser ms que siendo-los-unos-con-los-otros (Nancy, 1996:19).

    Un aspecto bsico de este modelo es la interdonacin, entendida por Martin Buber como el encuentro intersubjetivo en el que hablante y oyente (yo y t) desnudan su interioridad y entregan los tesoros ms profundos de su ser. As, lo intercambiado es el ser con el don de uno mismo. O dicho de otra manera, la comunicacin se desarrolla entre el yo y el t, pero lo que circula es el ser. Mientras que el xito del nivel lingstico se mide de acuerdo con el entendimiento, y el del pragmtico segn la eficacia, en el onto-relacional cuenta la adquisicin de un plus ontolgico () una vez terminado el dilogo los hablantes ya no son los mismos; salen de l transfigurados, reconvertidos ontolgicamente (Ure, 2010:57)6.

    Siguiendo a Nancy, el plus ontolgico adviene cuando el yo descubre y realiza el sentido de la existencia, que no es otro que cumplir el sentido del ser en el nosotros. Dialogar es, por tanto, promocionar al otro. La interdonacin no se cumple all donde hay asimetra (Ure, 2010:58).

    Las aproximaciones ontolgicas a la comunicacin tienen antecedentes en las aproximaciones fenomenolgicas de autores como Alfred Schtz. El autor, en Making music together (1996), afirmaba que la comunicacin excede lo lingstico: comunicar es el acto por el cual el yo transfiere una vivencia, que da lugar a la apropiacin de esa experiencia por el t en su tiempo interno. Pero Schtz no daba cuenta de que el puro intercambio puede darse de forma fra e interpersonal, y en la interdonacin, desde la ptica de la ontologa, ese intercambio debe ir acompaado del inters por otro. La interdonacin, por tanto, no puede realizarse sin la decisin de reconocer al otro, que se concreta gracias a la atencin, el respeto y el inters.

    6 Esta aseveracin ya fue realizada por Gadamer, entre otros autores protagonistas del denominado giro hermenutico en la filosofa. Para Gadamer (1995:230 y ss), all donde se logra realmente una conversacin, los interlocutores ya no son exactamente los mismos cuando se separan. Estn ms cerca el uno del otro. Hablar es un hablar-conjunto, y esto crea algo comn.

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    En los prrafos anteriores se anticipan algunas ideas sobre la relacin entre la ontologa y la tica. Para la tica, como para la ontologa, la comunicacin buena es la comunicacin verdadera. Puesto que el hombre se realiza por y en la comunicacin, sta cumple su sentido en la promocin del otro. Su tarea consiste en emancipar, y la emancipacin a la que aspira la comunicacin buena es la que corresponde a la libertad positiva, es decir, a la libertad para y no a la libertad de (Ure, 2010).

    La pregunta tica adquiere peso porque comunicar es siempre un riesgo (Fabris, 2004:13). Se puede establecer con precisin cundo comienza y cules son las razones que llevan al yo y al t a entrar en contacto, pero es imposible prever con plena certeza cundo acabar o qu direccin tomar. Lo dicho puede ser malinterpretado y, entonces, generar una distancia aun mayor entre los hablantes. Pero tambin puede esconder una voluntad manipuladora. Con una u otra intencin, los resultados de la conversacin son impredecibles (Ure, 2010:125). Por ello, la pregunta tica sobre la comunicacin se interesa por la comunicacin acontecida, para apreciar si fue buena o mala, y a partir de all proyectar las futuras situaciones de habla (Ure, 2010: 126). El autor afirma que buena ser la comunicacin si corresponde a su naturaleza forjadora de vnculos y no desmanteladora-, a su necesidad orientada a la intensificacin de la relacin con el ser- y a sus condiciones reconocimiento del otro en cuanto otro-. (Ure, 2010:127-128).

    Para analizar si un acto comunicativo es bueno o malo, si alcanza el grado de lo moral o se circunscribe a lo conveniente, hay que tener en cuenta el contenido, la forma y la intencin. En la propuesta tica de la comunicacin de Habermas, la prctica discusiva tiene que seguir cuatro principios: nadie que pueda hacer una contribucin relevante puede ser excluido de la participacin; a todos se les dan las mismas oportunidades de hacer sus aportaciones; los participantes tienen que decir lo que opinan; la comunicacin tiene que estar libre de coacciones tanto internas como externas, de modo que las tomas de posicin

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    con un s o con un no ante las pretensiones de validez susceptibles de crtica nicamente sean motivadas por la fuerza de conviccin de los mejores argumentos (Habermas, 1999:76).

    As, slo desde las condiciones subjetivas enunciadas anteriormente y sobre la base de la libertad, la comunicacin deja de ser una herramienta de poder para transformarse en una herramienta de servicio cuando responde a un genuino inters por el otro (Ure, 2010:265).

    Para la perspectiva ontolgica, la humanizacin del mundo no est sujeta a cualquier acto de comunicacin, sino al dilogo que conduce al involucramiento, en el cual los interlocutores asumen la respuesta como responsabilidad por el otro. La ontotica, en este tenor, apunta a que el sentido de la comunicacin trasciende los bienes sociales obtenibles gracias a los intercambios informacionales con fines pragmticos para instalarse en la verdad.

    En conclusin, la coexistencia, el ser-con-otros, es un encuentro ontolgicamente enriquecedor que ayuda a la persona a vencer su soledad y a satisfacer sus deseos de relacin, algo que ya fue enunciado por Buber y Jaspers7, entre otros autores. En la comunicacin se intercambian tanto bienes sociales como bienes ontolgicos: los primeros pueden ir orientados al entendimiento; y los segundos tendran que ver con la personalizacin, atendiendo a la propuesta de la comunicacin ontolgica, que pone el acento en la presencia del ser en la comunicacin.

    7 Segn Jaspers (1958:458), la sumisin del otro por obediencia a m no me deja encontrarme a m mismo; su dominio sobre m, tampoco. Slo en el mutuo reconocimiento llegamos a ser ambos nosotros mismos. Slo juntos podemos alcanzar lo que cada uno quiere alcanzar.

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    1.3. Los porqus de una obra sobre Filosofa y Comunicacin

    La comunicacin est en todo, acompaa todo tipo de actividad humana. All donde est el hombre, habr comunicacin. Por lo tanto, es vlida y pertinente la pregunta filosfica sobre la comunicacin, y como ya se ha mostrado en el apartado anterior, la filosofa es capaz de brindar un significativo aporte a la comprensin del fenmeno comunicativo. Por ello mismo, es vlido y pertinente ofrecer una mirada reflexiva en torno a las relaciones entre los dos campos de conocimiento que dan ttulo a esta obra. A continuacin, los antecedentes que justifican tal pertinencia.

    El Grupo hacia una Comunicologa Posible trabaj de 2003 a 2009 con la intencin de fundamentar una ciencia de la comunicacin, la Comunicologa. Las estrategias fueron varias: en un primer momento, se realiz una revisin bibliogrfica de las obras fundamentales para el pensamiento en comunicacin a lo largo de la historia8; en un segundo momento se trabaj la historia de la ciencia de la comunicacin, de la cual surgi la propuesta de las nueve fuentes cientficas histricas de la comunicologa9; la tercera y ltima fase de los trabajos se centr en la construccin epistemolgica de la Comunicologa, derivada de las nueve fuentes detectadas en la fase anterior10.

    8 Producto de esta fase es la siguiente obra: Galindo, Jess; Karam, Tanius y Rizo, Marta (2005) Cien libros hacia una comunicologa posible. Ensayos, reseas y sistemas de informacin, Universidad Autnoma de la Ciudad de Mxico, Mxico. 9 Producto de esta fase se generaron las siguientes obras: 1) Galindo, Jess (coord.) (2008) Comunicacin, ciencia e historia. Fuentes cientficas histricas hacia una comunicologa posible, McGraw Hill, Madrid. 2) Galindo, Jess y Rizo, Marta (coords.) Historia de la comunicologa posible. Las fuentes de un pensamiento cientfico en construccin, Universidad Iberoamericana Len-Puebla, Len-Puebla, Mxico. 3) Galindo, Jess (coord.) (2010) Sociologa y comunicologa. Historias y posibilidades, Universidad Catlica de Salta, Salta, Argentina. 10 La obra producto de los trabajos de esta tercera fase es la siguiente: Galindo, Jess (coord.) (2011) Comunicologa posible. Hacia una ciencia de la comunicacin, Universidad Intercontinental, Mxico.

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    El trabajo realizado da cuenta de la poca presencia de la perspectiva filosfica en el campo de la comunicacin, afirmacin que permite justificar la pertinencia de esta obra. Justificacin que tambin se hace evidente en otros trabajos realizados por algunos miembros del grupo, tales como la revisin de manuales de teoras de la comunicacin11 o la propuesta de abordaje de las teoras de la comunicacin desde una perspectiva semitica que trasciende lo realizado desde el campo de la comunicacin12. As, la relacin entre la filosofa y la comunicacin es un campo frtil que puede dar lugar a muchas reflexiones de inters para sendas disciplinas. La centralidad de la comunicacin en las sociedades cotidianas, los cambios en el espacio y en el tiempo derivados de nuevas formas de comunicacin, la comunicacin como base de las sociedades democrticas, entre otros temas, dejan entrever que la comunicacin debe seguirse pensando, con formas de aproximacin ms complejas que permitan abordajes distintos a los socio-cntricos y a los asociados con el saber-hacer emprico que ha caracterizado al campo durante gran parte de su historia. La filosofa, sin duda, es una matriz de pensamiento que ofrece esta posibilidad.

    El ttulo de la segunda parte de esta obra, de voluntad introductoria y divulgadora, es bastante explcito: Ser, sujeto, tiempo y conocimiento. Exploracin de algunos tpicos filosficos en el campo de la comunicacin. Se trata de ofrecer al lector algunas reflexiones en torno a los temas ms recurrentes de la Filosofa de la Comunicacin, es decir, de presentar un recorrido por las principales aristas de reflexin que nos ofrece la concepcin filosfica de la

    11 Ver Rizo Garca, Marta (2005) La Teora en el campo acadmico de la comunicacin. Anlisis de manuales de teora de la comunicacin desde la propuesta de la Comunicologa Posible, en Martell, Lenin; Rizo, Marta; Vega, Aime (2005) Polticas de comunicacin social y desarrollo regional en Amrica Latina, Asociacin Mexicana de Investigadores de la Comunicacin (AMIC), Mxico, pp. 185-223. 12 Ver Vidales Gonzles, Carlos (2010) Semitica y teora de la comunicacin, Tomos I y II, Colegio de Estudios Cientficos y Tecnolgicos del Estado de Nuevo Len, Monterrey, Mxico.

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    comunicacin planteada en los apartados anteriores. Esta segunda parte est conformada por seis textos. Los autores, provenientes de Mxico y Espaa, abordan tpicos de inters tanto para un pensamiento filosfico interesado en la comunicacin como para un pensamiento comunicacional interesado en los abordajes filosficos de los fenmenos comunicativos. El ser, el sujeto, el tiempo y el conocimiento son los cuatro grandes ejes en torno a los cuales se articulan las aproximaciones que nos ofrecen los autores de los seis captulos. La eleccin de los textos no es balad: las aproximaciones filosficas que mayor inters han mostrado en la comunicacin son las existencialistas-ontolgicas (con el ser, el dilogo y el tiempo en el centro), y las encaminadas a los estudios del lenguaje (como principal vehculo de construccin de conocimiento sobre el mundo). En todos los casos, la comunicacin es vista como un fenmeno intrnseco a lo humano que va mucho ms all del uso de dispositivos para la transmisin de informacin. Los textos han sido organizados bajo el criterio conceptual que da ttulo a esta segunda parte de la obra. En El mundo visto desde la comunicologa: por una nueva perspectiva de anlisis para la era de la informacin, Leonarda Garca Jimnez, de la Universidad de Murcia (Espaa), plantea una ontologa de la disciplina comunicativa. Este estudio, a decir de la autora, puede ser til para comprender la ontognesis comunicolgica y esbozar, con ello, las peculiaridades de la mirada comunicativa. Garca Jimnez plantea una ontologa basada en la palabra, dado que es sta una construccin simblica capaz de generar y articular los procesos de interaccin (de intercambio de informacin) ms complejos del cosmos.

    Por su parte, Marta Rizo Garca, de la Universidad Autnoma de la Ciudad de Mxico, en Intersubjetividad y comunicacin. La relacin alter-ego como fundamento de la comunicacin, plantea una lectura sinttica de las aportaciones que ofrece la filosofa, sobre todo en su vertiente fenomenolgica, a la conceptualizacin de la comunicacin. sta aparece entendida como el encuentro intersubjetivo, el vnculo, la puesta en comn. A lo largo del

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    texto, la autora presenta la genealoga del concepto de intersubjetividad, para posteriormente explorar con ms detalle las concepciones de comunicacin e interaccin en la trayectoria socio-filosfica de Alfred Schtz, representante mximo de la sociologa fenomenolgica.

    Siguiendo con el sujeto en el centro, el texto Dilogo y sujeto en la comunicacin humana, de Vivian Romeu Aldaya, de la Universidad Autnoma de la Ciudad de Mxico, reflexiona sobre el dilogo como proceso donde ocurre intercambio de informacin significante que posibilita el impulso de los procesos de construccin de la subjetividad. El texto de Romeu contribuye a la discusin sobre la comunicacin humana como proceso de comunicacin pblica, pero tambin individualizado, tico y transformador, desarrollando la idea de que las relaciones de sentido gestadas durante el dilogo no slo constituyen el punto de partida de la comunicacin, sino tambin el germen de la autorreflexin como fin ltimo de la misma.

    De las reflexiones sobre el ser y sobre el sujeto como constructor de sentidos por medio de relaciones intersubjetivas, se llega al cuarto captulo de esta segunda parte, El horizonte temporal de la comunicacin, de Roberto Aguirre Fernndez de Lara, mexicano radicado en Barcelona. El autor toma como eje de reflexin la categora de tiempo, de importancia indudable para el pensamiento filosfico, y tambin vlida para comprender cientficamente a la comunicacin humana. Aguirre propone la temporalidad como organizadora de toda situacin comunicativa y parte de considerar que el tiempo precede a la comunicacin, y ambos, a la especie humana. El autor presenta un acercamiento sinttico a la reflexin filosfica y cientfica acerca del tiempo, reitera la necesidad de concebir a la temporalidad como un esquema organizador de las situaciones comunicativas, y concluye con el desarrollo de un modelo de evento comunicativo humano desde el criterio de la organizacin espacio-temporal del mismo.

    El centro de inters del siguiente texto se halla en el papel semitico de la comunicacin en los procesos de construccin de conocimiento. En Una mirada semitica y

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    comunicativa a los procesos de construccin de conocimiento, Carlos Vidales Gonzles, de la Universidad de Guadalajara, plantea como punto de partida los elementos centrales de la propuesta de Peirce de una ciencia de los signos, para presentar posteriormente algunos de los nuevos desarrollos de la semitica, tales como la biosemitica. La propuesta de Vidales integra a la semiosis y la comunicacin como elementos para observar la emergencia y la construccin misma del conocimiento.

    Por ltimo, Tanius Karam, de la Universidad Autnoma de la Ciudad de Mxico, en Existe un pensamiento latinoamericano de la comunicacin?, plantea una reflexin en torno a la interrogante de si existen premisas transversales que puedan encontrarse en distintos autores, corrientes, escuelas y espacios, para fundamentar una teora comunicacional en la regin latinoamericana. El objetivo general del ensayo es clarificar lo que por latinoamericano se entiende dentro de los estudios de comunicacin, y mostrar las principales preocupaciones que articulan la produccin acadmica en este mbito.

    La propuesta global de la obra no es otra que la de ofrecer algunas lecturas posibles sobre tpicos que pueden, interesar a la reflexin cientfica sobre la comunicacin, as como han interesado a diferentes perspectivas filosficas a lo largo de la historia. Queda en manos de los lectores el hacerse ms y mejores preguntas en torno a las relaciones entre la filosofa y la comunicacin.

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    Segunda parte

    Ser, Sujeto, Tiempo y Conocimiento. Exploracin de algunos tpicos

    filosficos en el campo de la comunicacin

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    CAPTULO II. LO HUMANO COMO PARADIGMA COMPLEJO DE LA ACCIN INTERACTIVA.

    UNA APUESTA ONTOLGICA PARA LA COMUNICOLOGA POSIBLE13

    Leonarda Garca Jimnez

    2.1. Introduccin

    a ontologa de la comunicacin14 es el estudio de la esencia del ser comunicativo, aquello que caracteriza a la mirada con la que la comunicologa analiza el mundo.

    Esta cuestin, enmarcada en la filosofa de la ciencia, ha sido poco explorada en las ciencias de la comunicacin. Histricamente, las reflexiones filosficas (a pesar de la Escuela de Frankfurt) y sobre todo reflexiones en torno a la ontologa (filosofa de la ciencia) han tenido una menor presencia en la investigacin en comunicacin que otros campos del saber como la sociologa (Escuela de Chicago), psicologa y ciencia poltica (teoras de efectos funcionalistas), antropologa (estudios de carcter etnogrfico), economa (economa poltica de la comunicacin) o los estudios sobre la cultura (estudios culturales). Adems, el originario carcter pragmtico del campo en Estados Unidos, junto con la histrica

    13 Este captulo naco como respuesta al intercambio que tuvo lugar durante el mdulo que impart en el V Seminario hacia una Comunicologa Posible, Universidad Autnoma de la ciudad de Mxico, julio 2009. Agradezco las suguerencias y crticas all recibidas. Tengo tambin que agradecer enormemente la ayuda que me han prestado Pedro Jess Teruel y Ma. Dolores Garca Gimnez durante los primeros pasos en la elaboracin de este captulo. 14 La ontologa reflexiona acerca de la onto-gnesis de la investigacin en ciencias de la comunicacin, los supuestos que se asientan en su misma base. Esta cuestin la he desarrollado ms ampliamente en otro lugar (Garca Jimnez, 2008a).

    L

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    fragmentacin y la emergencia en la universidad de nuestros estudios ms asociados a los medios que a la comunicacin en general, ha hecho que la reflexin ontolgica sea una de nuestras tareas pendientes.

    Por ello, este captulo desarrolla una propuesta ontolgica basada en la palabra y valedera para la comunicologa15, es decir para una teora general de la comunicacin capaz de explicar la produccin y reproduccin de las especies y el universo mediante el intercambio de informacin -la informacin como magnitud bsica del cosmos al igual que la gravitatoria o la electromagntica- (Chalmers, 2003). Por qu la palabra (metafrica)? Porque se trata de una construccin simblica capaz de generar y articular los procesos de interaccin (de intercambio de informacin) ms complejos del cosmos. Adems, la palabra, ontognesis de la investigacin en comunicacin, permitir pre-parcelar una disciplina comunicolgica que podr ser conocida y comprendida, dado que de acuerdo con Vico el conocimiento depende del conocimiento de las causas, por lo que slo podemos conocer aquello que en algn sentido causamos, producimos o hacemos (Rockmore, 2000:194), como es el caso de la comunicacin.

    La (capacidad de) palabra permitir plantear a la persona humana, concretamente su distintiva clase de interaccin simblica, como paradigma complejo de la interaccin entre los seres vivos: Ser hombre quiere decir ser simultneamente cosa, planta, animal y espritu, pero todo ello de forma unitaria (Stein, 2007:47). Esto quiere decir que la esencia de la disciplina comunicativa sera el problema de la palabra que implica a la vez la problemtica de la interaccin humana paradigma de los procesos interactivos a un nivel ms general,- a un nivel cosmolgico. Por tanto, se propone el humanismo retrico, que comienza por el problema de la palabra, como una posible base comn para la investigacin en comunicacin.

    15 La comunicologa es un proyecto que es posible. En este sentido, destaca la iniciativa del Grupo hacia una Comunicologa Posible (GUCOM).

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    Para dar respuesta a estas cuestiones, he organizado el presente trabajo de la siguiente manera: en primer lugar (apartado 2), desarrollar la idea de que la informacin es una magnitud bsica del cosmos (en pie de igualdad con la fuerza gravitatoria o la electromagntica) dado que es el principio a travs del que se producen y reproducen las especies. As, de entre todas las interacciones de los seres vivos, es la humana (simblica y no regida nicamente por pautas mecnicas) la que presenta un mayor grado de complejidad y es por ello que la presento como un vlido paradigma para la investigacin en comunicacin, caracterizada por la heterogeneidad de sus tradiciones de pensamiento16. De ah que en el apartado tercero, me centrar en el problema de la palabra metafrica como paradigma de la interaccin compleja, es decir, humana. La corriente de pensamiento que se ha hecho eco de esta problemtica ha sido el humanismo retrico. Por ltimo (apartado 4), desarrollo la propuesta de Giambattista Vico, padre del constructivismo y el humanismo retrico, filsofo del siglo XVII que present un paradigma alternativo al racionalismo cartesiano y que apunta algunas de las cuestiones que hoy debe contemplar la investigacin en comunicacin.

    2.2. La informacin como magnitud bsica del

    cosmos: la interaccin como fuerza productora y reproductora de vida

    La interaccin como intercambio de informacin es la accin que explica la reproduccin y mantenimiento de los distintos niveles vivos que integran el cosmos. Ahora bien, las diferentes interacciones entre los seres que conforman el

    16 Craig y Muller (2007) apuntan siete, concretamente: retrica, semitica, fenomenolgica, ciberntica, socio-psicolgica, sociocultural y crtica. De manera similar, la obra Comunicacin, ciencia e historia (Galindo et al., 2008) recoge las siguientes: funcionalista, crtica, cultural, economa poltica, fenomenologa, psicologa social, semitica, lingstica y ciberntica.

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    universo no operan sistemticamente en el mismo nivel ontolgico. La informacin estara en todos los niveles, s, aunque los procesos de intercambio de informacin en los mundos vegetal, animal, humano y cosmolgico no seran perfectamente equivalentes dado que pertenecen a niveles ontolgicos diferentes. Es decir, no compiten en un mismo nivel explicativo, pues si bien en todos tiene lugar la accin interactiva, su naturaleza y finalidades son sustancialmente distintas (en todos los casos el significado; en lo humano, adems, el sentido). As, la interaccin entre los seres vivos produce el significado, por lo que aqu la informacin es entendida como los datos que son intercambiables en el proceso. En la interaccin humana, nica en la que adems del significado emerge el sentido (Vidales, 2011), la informacin tiene una naturaleza ms compleja, dado que tambin es construida simblicamente (informacin como dato y como construccin simblica al mismo tiempo). Adems, la emergencia del sentido es lo que posibilita la aparicin del fenmeno comunicativo. Esta dimensin simblica es lo que provoca que la interaccin humana sea la que presenta mayores niveles de complejidad del cosmos. Y, por tanto, en este captulo ser conceptualizada como paradigma de la interaccin entre los seres vivos.

    En general, la evolucin del universo puede ser explicada a la luz del intercambio de informacin (interaccin), lo que implica concebir a la informacin como una magnitud bsica del cosmos. La interaccin sera la pauta/principio que explicara la produccin y reproduccin de los diferentes niveles que integran el universo, sera la pauta que explicara la evolucin de los sistemas vivos a lo largo de la historia de la humanidad.

    La interaccin entre los seres vivos es la accin que reproduce el significado y, por tanto, se trata de una accin bsica que mantiene y reproduce las especies. Ahora bien, la interaccin humana es la nica en la que, adems del significado y el sentido, el intercambio de informacin se produce de manera auto-consciente, reflexiva y voluntaria. Esto quiere decir que el sujeto inicia (o mantiene) el proceso como resultado de una eleccin, por lo que la interaccin

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    humana no es exclusivamente una reaccin automtica regida por leyes (cuestin que s podra ser atribuida a animales o plantas); emerge aqu con fuerza la idea de la libertad (como libre eleccin) caracterstica del hombre (Stein, 2007:62). La emergencia del sentido es entendida como una accin que, adems de naturaleza informativa, tendra una naturaleza comunicativa, dado que el sentido que resulta de la interaccin humana es lo que posibilita que en un momento determinado podamos hablar de comunicacin, o lo que es lo mismo, de entendimiento. Es en esta posibilidad de sentido donde se encuentra la comunicacin. Por lo que no toda interaccin producira sentido (comunicacin-entendimiento), pero s que toda comunicacin se producira como consecuencia de la interaccin humana.

    Por eso mismo, la interaccin humana es un paradigma que presenta un mayor nivel de complejidad que la interaccin entre los sistemas vivos, porque en ella, adems de la informacin (significado), tiene lugar la comunicacin (sentido). As, la interaccin humana se presenta como la clave definitoria de la ontologa comunicolgica que incluye las pautas interactivas que explican la evolucin del mundo social, natural y cosmolgico.

    La comunicacin como realizacin de lo humano es la metfora que servira para explicar la comunicacin como realizacin de la vida. La comunicacin es el dato ontolgico definitorio del hombre (Garca Jimnez, 2008a), pero esta cuestin trascendera hasta el nivel social, de ah que se haya definido a la sociedad como un proceso comunicativo ms, ya que es gracias a la accin de esta naturaleza por la cual el orden social se mantiene y reproduce, mediante la integracin de las relaciones simblicas dentro de la estructura social (Carey, 2009:XII).

    Pues bien, la informacin (que en el nivel humano es simblica y es lo que hace posible la comunicacin) supera el nivel humano y societal para llegar a convertirse en el principio que explica la reproduccin y supervivencia de los sistemas vivos, es decir, la informacin como principio del

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    cosmos. De lo humano a lo cosmolgico pasando por lo social.

    Supongo que en este punto la pregunta bsica sera responder a por qu es el ser humano el nico ser vivo capaz de establecer el sentido en sus interacciones. La respuesta ser la mayor complejidad que presenta el alma humana. Apunta Stein (2007) la existencia de las almas17 vegetativa, animal y humana (retomando la diferenciacin que empezara Aristteles y siguiera tambin Santo Toms de Aquino), donde el hombre es el nico que rene todos los estadios posibles puesto que es simultneamente cosa, planta, animal, espritu y todo ello de forma unitaria. Por tanto, se presenta como un microcosmos en el que se unen todos los estadios.

    De esta forma, el alma vegetativa, en general, est caracterizada por la falta de conciencia y la ausencia de apertura hacia dentro (slo presenta apertura hacia fuera, es decir, es capaz de responder a los estmulos externos). Por el contrario, las almas animal y humana estn abiertas hacia fuera, pero tambin hacia dentro, dado que son ambas sensitivas, cuerpos sintientes que experimentan estmulos externos y que tambin se sienten a s mismos.

    El alma animal est dotada de sentido y posee vida interior: Los fenmenos expresivos animales nos revelan alegra y tristeza, furia y miedo, es decir, toda una escala de emociones o movimientos anmicos, una real vida del alma, que nos interpela y con la que entramos en ntimo contacto (Stein, 2007:56). Se distingue hacia abajo del alma vegetativa, que todava no es sensitiva; y hacia arriba del alma humana, que tambin es sensitiva, pero cuya apertura no solamente es sensitiva. Porque para el hombre, la doble experiencia de la que es capaz (interna y externa) se configura como una sola unitaria -engloba a las dos a la vez-, experiencia bidimensional-unitaria que es exclusivamente humana. De esta forma, se revela como un organismo de estructura muy

    17 El alma es el principio vital interno: Tener alma quiere decir poseer un centro interior en el que se percibe cmo entrechoca todo lo que viene de fuera (Stein, 2007: 55).

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    compleja, como un todo vital en continuo proceso de hacerse y deshacerse. Adems, esta doble experiencia favorece que en la percepcin sensorial los hombres podemos experimentar interiormente en nosotros mismos qu quiere decir ese percibir sensitivo y ese actuar reactivo. Disfrutamos de esta posibilidad porque no somos seres meramente sensitivos, sino que tambin estamos dotados del conocimiento espiritual (Stein, 2007:89).

    Como vemos, el alma humana es la nica reflexiva y autoconsciente que experimenta las impresiones sensibles no como puros estmulos sensoriales, sino revestidas de una configuracin objetiva e inscritas en la estructura de un mundo sensorialmente perceptible compuesto de cosas: Vemos los colores como cosas de colores, omos los sonidos como procedentes de cosas capaces de emitirlos (Stein, 2007:89). No se trata solamente de ser, sino de saber sobre mi ser y mi vida, tomar conciencia y comprender mis propias circunstancias. Supone un ordenar el material sensible acumulado a travs de la experiencia en una misma estructura, emergiendo el entendimiento (conmigo mismo y con el otro), el sentido que hemos visto en el anterior apartado. Este intelecto nos lleva a la reflexin (volver al pasado), a la abstraccin (poner de relieve la estructura formal de las cosas) y a inferir supuestos desde el pasado con respecto al futuro.

    Por tanto, los rasgos distintivos de la persona humana, y su consiguiente interaccin, pueden ser resumidos en: individualidad/pluralidad, responsabilidad, intencionalidad/iniciativa, libertad y anhelo de trascendencia. La individualidad es ontolgicamente la nota que imprime especificidad y exclusividad al alma humana con respecto a sus congneres, adquiriendo con ello un nuevo sentido que no posee ninguna otra criatura. Arendt (2006:22) define a esta condicin como pluralidad, dado que nadie es igual a cualquier otro que haya vivido, viva o vivir, de tal manera que la pluralidad humana tiene el doble carcter de igualdad y distincin.

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    Acerca de la responsabilidad, sera posible decir que cuando el hombre no desarrolla sus capacidades especficas, sus potencialidades -lo que nos puede llevar a la no realizacin de la persona segn Buber (1990:90)-, aparte de justificar esta carencia por la incidencia de factores externos, decimos que l es el responsable de lo que ha llegado a ser o no ser. El hombre es un animal condicionado por los propios rasgos de la existencia (la vida, natalidad, mortalidad, mundanidad, etc.) pero stos nunca pueden explicar lo que somos o responder a la pregunta de quines somos por la sencilla razn de que jams nos condicionan absolutamente (Arendt, 2006:25). En este sentido, el alma animal es muda, incapaz de ir detrs de s, incapaz de captarse, de salir de s. El sujeto puede y debe formalizarse y el alma cumple la funcin de la conciencia aprobando o reprobando nuestros actos (Stein, 2006:109).

    Hasta aqu, queda claro que la responsabilidad implica intencionalidad y voluntad (de hacer o no hacer, de tomar o no la iniciativa), un querer y poder que nos lleva directamente a la libertad. La libertad quiere decir yo puedo, implica libre albedro y voluntariedad (frente a la accin animal ms sujeta a frreas leyes, aunque no sometido a una legalidad puramente mecnica). Para Arendt, adems, la libertad es la capacidad para trascender lo dado y empezar algo nuevo (Cruz, 2006:VIII).

    Este anhelo de trascendencia, no solamente como un re-comenzar sino como la trascendencia de la propia vida terrena, es un rasgo constitutivo y distintivo de lo humano, segn ha apuntado Unamuno. Para el filsofo, no es hombre verdadero quien no se plantea la cuestin de la trascendencia, el anhelo de no morir es lo que otorga la humanidad al sujeto (Unamuno, S.T.:I).

    Libertad para trascender y como consecuencia de dicha libertad, el hombre tambin es capaz de constituir el lenguaje. De acuerdo con Stein, no podra hablarse en sentido estricto del lenguaje de los animales, porque ellos no tienen la posibilidad de elegir ya que en realidad sus intercambios de seales responden ms a reacciones regidas por leyes (Stein, 2007:62).

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    Por todo ello, podra decirse que la intersubjetividad (entendida como el espacio generador de sentido y entendimiento), la libertad y, como consecuencia de la misma, el anhelo de trascendencia y el lenguaje, seran algunos de los principales rasgos definitorios de la condicin humana y su posibilidad de interaccin. As, slo el sujeto humano puede comunicar su propio yo, preguntarse por su origen, su presente, su futuro y comprenderlos. Y slo l es capaz de vivir, al mismo tiempo, la alteridad (Arendt, 2006: 201), cuestiones todas ellas que evidencian la complejidad de la interaccin humana.

    2.3. El problema de la palabra metafrica en el

    humanismo retrico

    Como hemos visto, la posibilidad del lenguaje es uno de los rasgos diferenciadores de la condicin humana. Una vez expuesta la interaccin, esto es, la informacin como fuente de vida en el primer apartado y la cuestin de lo distintivamente humano en el segundo, en ste indagar sobre el problema de la palabra, que se ubicara al centro mismo de la ontologa comunicolgica que planteo en este captulo. La corriente que se ha hecho eco de esta cuestin ha sido el humanismo retrico, que revaloriza el valor de la palabra metafrica como fuente de conocimiento, presentndose por ello mismo como una concepcin alternativa a la racionalidad cartesiana, que veremos ms ampliamente en el siguiente apartado. La especfica significacin filosfica del humanismo no consiste en una vuelta a la metafsica tradicional -de cuo platnico-, ni en una antropologa que ponga el acento en el hombre y sus valores inmanentes, sino en un filosofar sobre y a partir del problema de la palabra (Damiani, 1997:424).

    Es muy probable que sta no haya sido la interpretacin ms extendida del humanismo en el pensamiento social contemporneo, que con frecuencia ha reducido la corriente humanstica a la problemtica del hombre, cuestin que no representara el todo, sino una parte de dicha corriente filosfica. En este sentido, Grassi

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    (1992 y 1993) apunta la existencia de dos humanismos: el platnico, que no se diferenciara de la metafsica tradicional, y el antiplatnico (o retrico), que cambia por completo los problemas, el punto de partida y las metodologas utilizadas. Damiani resume muy acertadamente esta segunda tendencia:

    El Humanismo antiplatnico -reconstruido por Grassi- considera a la palabra como una respuesta del hombre a las necesidades que lo interpelan en su contexto histrico determinado. Ante estas necesidades, el ingenio permite detectar relaciones entre lo supuestamente independiente y desenlazar lo supuestamente relacionado. La palabra, en sentido originario, no es un instrumento de la razn para definir al ente. ste se revela en y por la palabra gracias a la actividad del ingenio () Contra el intento de fijar unvocamente el significado de una palabra mediante su definicin racional, el humanista -intrprete de textos- descubre que toda palabra puede recibir un significado distinto en cada nuevo contexto () En la filosofa del Humanismo (antiplatnico), por tanto, el problema del verbum tiene primaca sobre el de la res. Slo en y por la palabra puede descubrirse el ente en su respectiva situacin histrica. (Damiani, 1997:424).

    Esto implica que el ente es revelado y, por tanto, construido en y a travs de la palabra. Una palabra que es contextual e histrica (reconoce el aqu y el ahora), dado que su significado es construido y toda interaccin tiene lugar en un contexto determinado que la influye directamente. Se trata de una palabra abstracta, no racional, que toma un significado dependiendo del contexto literario o filosfico o dependiendo de las situaciones histricas, por lo que la palabra en su esencia no es racional, sino metafrica (Grassi, 1992:28), la palabra como origen y destino del hombre. Desde este punto de vista, la metfora se presenta como liberacin, puesto que es ingeniosa, no racional, ilimitada, y, por todo ello, el autntico vehculo para expandir la imaginacin humana. Esta concepcin, como vemos, niega la existencia de una ley natural universal e inequvoca, como que pareca apuntar el paradigma cartesiano.

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