fidelidad en el nuevo testamento
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Breve estudio sobre el concepto de fidelidad en los Evangelios y las Epístolas PaulinasTRANSCRIPT
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Fidelidad en el NT como signo de
desarrollo Cristiano
El desarrollo de un cristiano, significa pasar de una etapa a otra,
para ir creciendo en la relación con Dios (gracia), como en su
relación con otros creyentes (testimonio) y en el ejercicio del
ministerio al que Dios le llamó (ministerio). Estas tres grandes
áreas del desarrollo cristiano, en realidad no son etapas que se
inician y concluyen, para dar paso a la siguiente, sino más bien
van creciendo de manera orgánica, en la experiencia vital de
cada persona. De modo tal que aún no hemos completado la
primer fase, cuando ya están en desarrollo las otras. Se trata de
un crecimiento orgánico, donde si bien existen etapas naturales
de desarrollo otras se habrán de desarrollar de manera
simultánea a lo largo de todo el proceso que nos lleve a ser
como Cristo. Podemos decir que en algún momento de nuestra
vida todos los elementos que conformar a un cristiano maduro
ya están e germen en nosotros, pero que hace falta su
desarrollo. De allí la idea de describirlo como desarrollo
orgánico.
El punto de partida es nuestra conversión y arrepentimiento de
nuestra anterior forma de vida. Esto se produce como un acto
de Dios, la regeneración espiritual en nuestra vida que nos
brinda la oportunidad de desarrollarnos en Cristo. Este proceso
de regeneración es descrito por el apóstol Pablo en los
siguientes términos: 28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas
les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su
propósito son llamados.
2
29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó
para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo,
para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. 30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los
que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó,
a éstos también glorificó. Romanos 8:28-30
Un esquema más amplio sería:
Dentro de este esquema, nos interesa en particular la
Santificación y Perseverancia, por ser las áreas donde los
creyentes somos llamados a crecer de fe en fe en forma
orgánica. Reconocemos que si bien en este espacio somos
participantes, por cuanto el crecimiento ha de darse en
nosotros. Es Dios que finalmente lo produce y no producto de
nuestro esfuerzo. Como lo reconoce el apóstol Pablo. 6 Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado
Dios. 7 Así que ni el que planta es algo, ni el que riega,
sino Dios, que da el crecimiento. 1 Corintios 3:6-7
El crecimiento o desarrollo cristiano, que Dios produce en el ser
humano, cuando nos ponemos en sus manos y ponemos en
práctica su Palabra, lo podemos describir como orgánico, ya que
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si bien algunos elementos van primero que otros, también se
desarrollan todas las partes de forma simultánea.
Este desarrollo puede ser esquematizado como en el cuadro
siguiente.
Cada una de las fases esta presente aunque también cada una
de ellas ha de desarrollarse. Por ejemplo, recibimos fe, desde
nuestra conversión, pero esa fe ha de desarrollarse en la medida
que vamos creciendo en nuestra vida cristiana. De tal manera
que la fe infantil llegue a ser una fe madura, a la medida de la
plenitud de Cristo. Y lo mismo podríamos decir de las otras
áreas. Cuando consideramos el desarrollo orgánico del
creyente, también hemos de enfatizar, que el solo desarrollo de
una de las áreas no sería un crecimiento sano. Pues si bien cada
elemento es importante, es el conjunto lo que integra al ser
humano completo. De modo que si un creyente tiene un
conocimiento amplio, pero su dominio propio es deficiente en
lo general, habrá de afectar su testimonio, en áreas, como
misericordia, fraternidad o amor.
El desarrollo sano, que Dios provee es entonces integral, para
que de modo orgánico nos desarrollemos e integremos al
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cuerpo de Cristo (note que muchas de las figuras, que se usan
en la biblia, denotan a la iglesia, como organismo y no como
institución).
Entre las distintas áreas que integran el desarrollo cristiano, la
fidelidad o perseverancia ocupa un lugar central.
Esta área la podemos vislumbrarla desde dos aspectos.
1. Los cristianos perseveramos o nos mantenemos fieles
por la obra que Dios hace en nosotros.
2. Dios usa nuestra fidelidad a Él y a su consejo, para
hacernos crecer y desarrollarnos como creyentes
maduros.
Entonces podemos decir que un signo del crecimiento cristiano
es el perseverar o mantenerse fiel. En contraste con esto, los
evangelios, nos presentan diversos ejemplos de los que no
permanecen.
Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado
mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios. Lucas 9:62
Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás,
y ya no andaban con él. Juan 6:66
Con esto hemos de acercarnos en primera instancia a
considerar que dicen los evangelios sobre la idea de un siervo
fiel y posteriormente consideraremos el concepto de fidelidad
cristiana en las epístolas, como un referente a este tema para la
iglesia apostólica.
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Fidelidad del siervo de Dios en los Evangelios
En medio de un discurso sobre el final de los tiempos. Jesús hace
una pregunta:
¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su
señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo?
Mat 24:45
De entrada es una pregunta que confronta, por el escenario
mismo donde es hecha la pregunta. En el escenario donde es
anunciada la segunda venida de Cristo, el cuestionamiento es
sobre si estamos preparados para nuestro encuentro con
nuestro creador y salvador.
También la pregunta hace que revisemos como esta nuestra
fidelidad, al respecto de la mayordomía que nos ha sido
encomendada y de nuestro propio andar con Cristo.
De esto podemos decir de forma anticipada que, si el día y la
hora de la Segunda Venida de Cristo no los conoce nadie más
que Dios, entonces toda la vida debe ser una constante
preparación para ese acontecimiento. De allí que la fidelidad es
un criterio central para ver reconocer a los que son de Cristo.
Para contestar a la pregunta de ¿Quién es el siervo fiel y
prudente? Hemos de recurrir a tres de las parábolas que Jesús
conto sobre este mismo tema y que habrán de orientar nuestra
respuesta.
La Parábola de los talentos. Mateo 25: 14-30
En esta parábola la fidelidad, se muestra en el ejercicio de la
mayordomía que le ha sido encomendada al siervo.
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El Señor (κύριος) entrego talentos (τάλαντον) a cada siervo
(δουλ̂ος), y cada uno de ellos ha de ser responsable de
multiplicarlos, como una forma de reconocimiento a su Señor
La relación entonces queda establecida
Señor Siervo fiel (πιστός) Talento
El que es supremo en autoridad
Un esclavo confiable
Recurso para ejercer
El hecho de que el talento denotara algo pesado ha venido a dar
al término castellano el sentido de un don o capacidad
En esta parábola. El siervo confiable, es aquel que multiplica los
talentos que ha recibido. Las consecuencias de este ejercicio, se
encuentran en los siguientes versículos.
Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has
sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu
señor. Mateo 25:23
Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que
no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Mateo 25:29
Por tratarse de una parábola enmarcada en el concepto del
Reinado de Dios, hemos de ver que los talentos son algo más
que dinero que se les ha encomendado. Podemos entonces
interpretarlos como dones, que le son encomendados al siervo
para reproducirlos a favor del Reinado de Dios. Al que es
confiable en esto, se le otorga una mayordomía más amplia,
para que siga multiplicándola.
El siervo vigilante. Lucas 12:35-40
El contexto del siervo que vigilante espera la venida de su Señor,
tiene tras de sí una serie de breves relatos que nos señalan en
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que consiste el estar despierto (γρηγορέω) abrigando una
esperanza (προσδέχομαι), por el regreso de su Señor.
1. Apartarse de conductas fingidas (v.1)
2. Respeto reverencial ante Dios (v.5)
3. Reconocer públicamente a Dios (v.8)
4. Usa sus bienes para Dios (v.21)
5. Confían en la provisión de Dios (v.22)
6. Ponen su corazón en el Señor (v.34).
Como puede observarse, los que despiertos esperan al
advenimiento del Reino de Dios, tienen una conducta afín con
el Reino. Que se traduce en honestidad en su forma de vivir. Al
tiempo de en privado o en público, manifiestan su fe y confianza
en Dios. Quienes tienen esperanza en el Señor, han depositado
su confianza en Él y saben que no serán defraudados.
Parábola del mayordomo infiel Lucas 16:1-15
Aquí se nos presenta una anti-historia que da pie a diversas
aplicaciones:
1. La primera es una especie de crítica. Los hijos de este siglo
(v.8) son más hábiles, en su trato con sus semejantes que
los hijos de luz. Los cristianos seríamos mejores, si
estuviéramos interesados en vivir nuestra fe hasta las
últimas consecuencias, como los no cristianos lo hacen
para conseguir dinero. Nuestra vida cristiana será real y
efectiva cuando dediquemos tanto tiempo e interés al
Evangelio, como le dedicamos a las cosas que nos
proporcionan satisfacción.
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2. Las posesiones materiales (v.9) han de usarse para
fomentar relaciones en las que se hallan los valores reales
y permanentes de la vida.
3. La forma en como realizas tarea pequeña es la mejor
demostración de si estamos capacitados para algo mayor
(vs.10:11-9). En este mundo nos hacemos cargo de cosas
que realmente no son nuestras, porque al dejar este
mundo no las podremos llevar. Nuestra mayordomía en
este mundo es un ejercicio para cuando estemos en la
presencia de Dios y allí recibamos lo verdadero.
4. Un siervo (δουλ̂ος) solo puede servir a un señor (κύριος)
(v.13), pues todo su tiempo y sus energías son del que es
su dueño. Así sucede con el servicio de Dios: no puede ser
algo a tiempo parcial o fuera de horas. Cuando
aceptamos servir a Dios, todos los momentos de nuestro
tiempo y todas las energías de nuestro ser le pertenecen
a Él. O somos suyos por entero, o no
Siendo fieles en lo que Dios nos dio
Después de revisar estas historias sobre el servicio y la fidelidad,
podemos volver a nuestra pregunta inicial. ¿Quién es el siervo
confiable y hábil, al cual Dios le encomendará su casa?
De las historias anteriores, podemos describir el tipo de
fidelidad que Dios busca en los suyos.
1. Multiplicador de los talentos que ha recibido de Dios.
2. Se mantiene atento a ser grato delante de Dios.
manifestando su confianza en El de manera pública y
privada.
3. Se dedica eficientemente a servir a su Señor
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Cuando vemos esta tarea, frente a nosotros, es posible que
podamos dudar y considerar que esta más allá de nuestras
fuerzas y capacidades. Y tendremos razón. Este tipo de fidelidad
no se puede alcanzar por nosotros mismos. Pero antes de
desanimarnos hemos de recordar, que administramos lo que se
nos ha confiado. Y que el Evangelio consiste en darnos cuenta
de que Cristo esta ahora con nosotros, actuando en nuestra vida
para que como Él se mantuvo fiel hasta el final, nosotros
también habremos de dar buenas cuantas de nuestra
mayordomía, cuando dejamos que El obre en nuestra vida.
Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor
venga, le halle haciendo así. De cierto os digo que sobre
todos sus bienes le pondrá. Mateo 24:46-47
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Fidelidad en la Iglesia Apostólica
En la iglesia apostólica, el tema de la fidelidad fue un asunto
muy importante, ya que de ello se derivaba la transmisión del
mensaje cristiano. Se necesitaba que los creyentes fueran fieles
en el mensaje que habían recibido y que así mismo lo
transmitieran. En ese sentido las palabras del Apóstol Pablo, nos
muestran cuán importante es para ellos la transmisión fidedigna
del mensaje de Jesucristo.
Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo
recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme
a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al
tercer día, conforme a las Escrituras; 1 Corintios 15:3,4
Es necesario hacer la observación que el concepto de fidelidad,
aquí tiene por lo menos dos elementos. Si los ponemos en orden
temporal serían:
1. Fidelidad a las Escrituras: conforme a las Escrituras.
Para la iglesia la fidelidad a las escrituras del Antiguo
Testamento eran esenciales. El ministerio de Jesús, es
el cumplimiento de las escrituras.
2. Fidelidad en la transmisión del evento Crístico:
Compartir la historia de Cristo, con veracidad. Su
transmisión fiel nos permite de esta forma estar en
contacto con el mismo Cristo, que estuvo predicando en
Galilea, Jerusalén y Samaria.
Ambos conceptos pueden quedar englobados en la Palabra
Evangelio. De modo que compartir el Evangelio para la Iglesia es
compartir no un mensaje, sino a Cristo mismo. De allí que la
infidelidad en este sentido requiere una total desaprobación.
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Más si aún nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare
otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea
anatema. Gálatas 1:8
Las primeras implicaciones contemporáneas para la iglesia son:
1. La Iglesia ha sido llamada a transmitir la Palabra con
veracidad. Tal y como nos fue dada. Buscando en cada
momento transmitir el sentido original del texto, y
apropiando sus principios eternos para la vida actual de
la iglesia.
2. Cuando compartimos de Cristo, hemos de cuidar de
mantenernos fieles, en transmitir Su Palabra. El
mensaje transformador, se encuentra en Su Voz, no en
la voz de la Iglesia. Las personas hoy en día como en la
época apostólica, necesitan escuchar a Cristo, en
primera persona, incluso sin la mediación de la Iglesia.
La Iglesia de los fieles
Hay más de una forma de caracterizar a la iglesia. Las dos
principales distinciones son las de organización y organismo. La
primera de ellas sin duda refiere a la experiencia de personas
que se reúnen para ciertos fines comunes. La segunda y sin duda
la más importante señala a la iglesia, como el conjunto de
aquellos que han sido agregados al cuerpo de Cristo.
La confesión de fe de Westminster, distingue entre Iglesia
visible e invisible.
1. La iglesia universal, que es invisible, se compone del
número de los elegidos que han sido, son o serán
reunidos en uno, bajo Cristo la cabeza de ella; y es la
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esposa, el cuerpo, la plenitud de Aquel que llena todo
en todo.1
2. La iglesia visible, que también es católica o universal
bajo el evangelio (no está limitada a una nación como
anteriormente en el tiempo de la ley), se compone de
todos aquellos que en todo el mundo profesan la
religión verdadera, (1) juntamente con sus hijos, (2) y es
el reino del Señor Jesucristo, (3) la casa y familia de Dios,
(4) fuera de la cual no hay posibilidad ordinaria de
salvación. (5)2
Si tratamos de resumir las dos propuestas para caracterizar a la
Iglesia. Podemos decir que en la organización hay creyentes,
pero no son iglesia, porque forman parte de la organización,
sino porque están unidos a Cristo, y forma parte de su cuerpo.
Estos son los que conforman parte de la iglesia invisible.
La iglesia visible está integrada con creyentes, y se le han
asignado muy importantes ministerios que ejerce a favor de su
Señor (el ministerio, los oráculos y los sacramentos de Dios,
para reunir y perfeccionar a los santos en esta vida y hasta el fin
del mundo; y por su propia presencia y espíritu, de acuerdo con
su promesa los hace eficientes para ello),3 sin embargo como
organización, está expuesta a la impureza y el error.4
1 CFW. XXV. I. Efesios 1:10,22, 23; 5:23,27,32; Colosenses 1:18. 2 CFW. XXV. II. (1) 1Corintios 1:2; 12:12,13; Salmos 2:8; Apocalipsis 7:9; Romanos 15:9-12. (2) 1 Corintios 7:14; Hechos 2:39; Ezequiel 16:20-21; Romanos 11:16; Génesis 3:15; 17:7. (3) Mateo 13:47; Isaías 9:7. (4) Efesios 2:19; 3:15. (5) Hechos 2:47. 3 CFW. XXV. III. 1 Corintios 12:28; Efesios 4:11-13; Isaías 59:21; Mateo 28:19,20. CFW. XXV. III. 4 CFW. XXV. IV.
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Este tipo de distinciones de diversas formas fueron reconocidas
por la iglesia apostólica y por ello se previene a la iglesia del
error. Pero de forma primaria la Iglesia es reconocida como
compuesta por los fieles. Es decir, a por los que permanecen
fieles a Cristo.
Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, a los
santos y fieles en Cristo Jesús que están en Efeso. Efesios
1:1
a los santos y fieles hermanos en Cristo que están en
Colosas: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro
Padre y del Señor Jesucristo. Colosenses 1:2
Aquí el término fieles, tiene un carácter pasivo, que debe ser
considerado, como el permanecer en El. No se trata en este caso
de una actividad para ser fieles, sino de los que confían en Dios.
En la parábola sobre la Vid de Juan 15, Jesús nos describe de una
mejor forma la idea de permanecer en El.
Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano
no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la
vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Juan
15:4
Entonces ser fieles en este caso es permanecer en Cristo. Se
trata de la unión orgánica al cuerpo de Cristo, a su Palabra (Juan
15:7). Donde El y Su Palabra, son una misma identidad.
Permanecer en Él es la condición para poder dar fruto. Que será
el ejercicio de los dones o ministerios que Dios delega a su
Iglesia.
Podemos decir entonces, que, el verdadero Israel es el de los
creyentes, que confían en su Señor, ellos son la iglesia
verdadera y pueblo de Dios. Su confianza, no está en su linaje o
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en obras exteriores, sino en la transformación interna que Dios
ha hecho en ellos.
Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la
circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; sino
que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es
la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual
no viene de los hombres, sino de Dios. Romanos 2:28,29
Los fieles son una iglesia que sirve
Debido a la unión orgánica que guardan con Cristo, la iglesia, es
una extensión de Él. Por ello es denominada como el cuerpo de
Cristo.
así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo,
y todos miembros los unos de los otros. Romanos 12:5
Al ser el cuerpo de Cristo, de modo natural la iglesia, sirve a sus
propósitos. Buscando como Jesús que El Padre sea glorificado y
que el pueblo de Dios sea bendecido.
A lo largo de las epístolas podemos ver que en la iglesia
apostólica la fidelidad es asunto también de ministrar a favor de
otros, y en particular a la iglesia.
como lo habéis aprendido de Epafras, nuestro consiervo
amado, que es un fiel ministro de Cristo para vosotros,
Colosenses 1:7
El servicio hacia los otros es la expresión genuina de los
seguidores de Cristo. Donde servimos a los otros, como
seguimiento del que no vino a ser servido, sino a servir. Marcos
10:45
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Así que servir no es cuestión de opción o de realizar alguna obra
meritoria por parte nuestra. Servir tiene que ver con la
verdadera naturaleza que nos ha sido dada en Cristo. Esa es la
condición natural de los que están unidos a Cristo. La
motivación para hacerlo se encuentra en la presencia de Cristo
en nosotros, así que servir tiene entonces la misma motivación
que tuvo Cristo cuando vino a este mundo a servir, es decir el
amor. De modo que el servicio no es en sí mismo una obligación,
sino una forma en como mostramos que Cristo esta en
nosotros.
Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a
Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos
por amor de Jesús. 2 Corintios 4:5
Cuando el amor es la motivación para servir a Dios y a su pueblo
hemos de realizarlo con el mayor empeño, pues es en virtud del
Dios al que servimos que vamos a hacerlo de la mejor forma y
con los mejores recursos que nos sean dados, es por ello que la
recomendación apostólica apunta un ejercicio en fidelidad.
Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo,
y administradores de los misterios de Dios. Ahora bien, se
requiere de los administradores, que cada uno sea
hallado fiel. 1 Corintios 4:1,2
La fidelidad se refiere a usar eficientemente los dones que Dios
nos ha conferido. Usando el texto de Romanos 12:4-16
podemos ver 5 afirmaciones que nos permitirán ubicar con
mayor facilidad a que se refiere la idea de ser fieles
administradores de lo que Dios ha puesto en nuestra mano.
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1. Reconocer que existen diversidad de dones y
ministerios, pero que todos sirven a un mismo Señor,
por ello no son ministerios en competencia, sino
complementarios unos de los otros.
Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos
miembros, pero no todos los miembros tienen la misma
función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo
en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.
Romanos 12:4-5
2. El uso de los dones ha de estar orientado por la fe y el
don esta vinculado con un ministerio especifico, el cual
se ejerce dentro de un espacio de gratuidad.
De manera que, teniendo diferentes dones, según la
gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme
a la medida de la fe; o si de servicio, en servir; o el que
enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la
exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que
preside, con solicitud; el que hace misericordia, con
alegría. Romanos 12:6-8
3. El servicio y la fidelidad, se desarrollan dentro de un
ámbito honestidad sincera.
El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid
lo bueno. Amaos los unos a los otros con amor fraternal;
en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.
Romanos 12:9-10
4. La fidelidad está vinculada, con realizarlo a tiempo y en
escenario de empatía con las personas a las que
servimos.
En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en
espíritu, sirviendo al Señor; gozosos en la esperanza;
sufridos en la tribulación; constantes en la oración;
compartiendo para las necesidades de los santos;
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practicando la hospitalidad. Bendecid a los que os
persiguen; bendecid, y no maldigáis. Gozaos con los que
se gozan; llorad con los que lloran. Romanos 12:11-15
5. El uso fiel de los dones, ha de crear unidad en la Iglesia
Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos
con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia
opinión. Romanos 12:16
Como podemos leer administración fiel de los dones que el
Señor nos da es amplia. Y si podemos agregar nos llama a ser
fieles en todo. Obviamente ser fieles de suyo significa dejar de
lado prácticas, contrarias a la fidelidad.
Las mujeres asimismo sean honestas, no calumniadoras,
sino sobrias, fieles en todo. 1Timoteo 3:11
No defraudando, sino mostrándose fieles en todo, para
que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador.
Tito 2:10
Nuestra fidelidad en la administración de dones es una forma
de honrar el nombre de Dios.
Pero la fidelidad, que mostramos a Dios no es algo como
esfuerzo propio. Pues como antes hemos mencionado nuestra
permanencia y fidelidad se debe a la unión orgánica que
tenemos con Cristo
De este modo podemos decir que nos mantenemos fieles, no
precisamente por nuestras capacidades, sino porque Dios es
Fiel.
Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra
esperanza, porque fiel es el que prometió. Hebreos 10:23
Dándose así la interacción donde nuestra fidelidad es producto
de la fidelidad de Dios obrando en nosotros.
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Fieles por la fiel obra de Dios en nosotros
El objetivo de nuestra fidelidad, no es que obtengamos
reconocimiento. Pues la nueva vida que tenemos en Cristo tiene
como propósito la gloria de Dios. Y al tiempo que esto ocurre,
nosotros podemos disfrutar del proceso y nuestra vida, dones y
ministerios, sirven para bendición de las personas que están a
nuestro derredor. De modo que podemos decir, que la fidelidad
es a Dios, y Dios mismo es quien actuando en nuestra vida nos
da la bendición de ser fieles.
Fiel es el que os llama, el cual también lo hará. 1
Tesalonicenses 5:24
El mismo que nos llamó a experimentar vida eterna, y que a su
tiempo nos redimió. Es el mismo también que nos preserva y
produce el crecimiento en nosotros, para que nos
mantengamos fieles hasta el final, porque:
Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión
con su Hijo Jesucristo nuestro Señor. 1Corintios 1:9
Entonces más allá de nuestras fuerzas y capacidades,
aprendemos a reconocer que es la obra de Dios en nosotros, la
que nos hace ser fieles, sin embargo eso no quiere decir
tampoco que los creyentes no hacen nada. Nuestro papel es
permanecer en El. Esa es nuestra fidelidad. Y Dios actuará en
nosotros.
Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer
como el hacer, por su buena voluntad. Filipenses 2:13
De modo que es a través nuestro la manera en como Dios realiza
su obra en este mundo. Por ello se requiere que seamos fieles
en poner en práctica los dones y ministerios que Él nos ha dado,
para gloria suya y bendición de su pueblo.
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Con todo es posible que hasta el momento no hayamos sido
muy conscientes de la fidelidad de Dios y de la fidelidad con la
que hemos de vivir delante de Él. Pero antes que desalentarnos
hay que recordar la enseñanza de la Escritura.
Si fuéremos infieles, él permanece fiel; El no puede
negarse a sí mismo. 2 Timoteo 2:13
Esto nos brinda, entonces la oportunidad de retomar e área que
hayamos dejado y poniéndola en práctica ser fieles a Dios.