ficha de clase nº 3

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Especialización Superior en Historia Argentina Materia: Seminario de Historiografía Argentina Docente: Tamara Drajner Ficha de Clase Nº3: Historiografía positivista La ideología positivista desempeñó en la Argentina un considerable papel hegemónico en el tránsito del siglo XIX al XX. La incorporación al mercado mundial y las tareas de homogeneizar las estructuras sociales para tornar gobernables los países post-independentistas coincidieron con la etapa de centralización estatal y la penetración y difusión de la filosofía positivista. El ensayo positivista guiado por la necesidad de solucionar los problemas generados por la inmigración masiva, la nacionalización de las masas y la denominada cuestión social: es decir la construcción de la Nación argentina, busca sus modelos en la los principios de otras ciencias, la neuropsiquiatría, psicología, economía biológica, sociología. Significa un traslado del énfasis en el Estado y los grandes hombres que producen la historia a los fenómenos sociales, mentales, culturales o económicos que los condicionan. Generan así una brecha con la historiografía argentina de Mitre, López y la Nueva Escuela Histórica. Un punto de partida podría ser la publicación de la Neurosis de los hombres célebres en la historia argentina en 1878 por José María Ramos Mejía en el cual propone releer el comportamiento de grandes figuras del pasado argentino, en especial de Rosas, a través de su patología nerviosa, es decir una aplicación de los avances de la psiquiatría al estudio de la historia. Posteriormente en Las multitudes argentinas traslada estos análisis al estudio del comportamiento colectivo de la multitud, la plebe de Buenos Aires en época de Rosas. Ramos Mejía, proveniente de la facultad de medicina esboza su análisis mediante analogías organicistas, la sociedad es tratada con un organismo cuyas crisis se asocian a enfermedades y el político al médico que mediante diagnostico otorga la solución política y cura. Se evidencia una preocupación por la educación de las masas, el disciplinamiento de la fuerza de trabajo se logrará mediante estrategias político culturales: la organización de la liturgia y el ritual patriótico tienen por objetivo la nacionalización de los hijos de inmigrantes. Esta actitud paternalista se relaciona con la confianza en la potencia integradora y pedagógica del medio argentino y con la idea de una transmisibilidad genética de los caracteres adquiridos, es decir el ser nacional. Esta obra no es sólo un ensayo sociológico sino un proyecto prescriptivo que refleja la necesidad de integrar y disciplinar a los inmigrantes. También en Agustín Álvarez se encuentra la preocupación, aunque desde una óptica más moralista, por desentrañar los males que aquejan a la Argentina para elaborar las correcciones para lograr una nación laica y moderna. En su libro South América (desde el título anglófono decide enunciar la realidad argentina), desde una psicología social reflexión sobre la identidad

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Page 1: Ficha de clase Nº 3

Especialización Superior en Historia Argentina

Materia: Seminario de Historiografía ArgentinaDocente: Tamara Drajner

Ficha de Clase Nº3: Historiografía positivista

La ideología positivista desempeñó en la Argentina un considerable papel hegemónico en el tránsito del siglo XIX al XX. La incorporación al mercado mundial y las tareas de homogeneizar las estructuras sociales para tornar gobernables los países post-independentistas coincidieron con la etapa de centralización estatal y la penetración y difusión de la filosofía positivista.

El ensayo positivista guiado por la necesidad de solucionar los problemas generados por la inmigración masiva, la nacionalización de las masas y la denominada cuestión social: es decir la construcción de la Nación argentina, busca sus modelos en la los principios de otras ciencias, la neuropsiquiatría, psicología, economía biológica, sociología. Significa un traslado del énfasis en el Estado y los grandes hombres que producen la historia a los fenómenos sociales, mentales, culturales o económicos que los condicionan. Generan así una brecha con la historiografía argentina de Mitre, López y la Nueva Escuela Histórica.

Un punto de partida podría ser la publicación de la Neurosis de los hombres célebres en la historia argentina en 1878 por José María Ramos Mejía en el cual propone releer el comportamiento de grandes figuras del pasado argentino, en especial de Rosas, a través de su patología nerviosa, es decir una aplicación de los avances de la psiquiatría al estudio de la historia. Posteriormente en Las multitudes argentinas traslada estos análisis al estudio del comportamiento colectivo de la multitud, la plebe de Buenos Aires en época de Rosas.

Ramos Mejía, proveniente de la facultad de medicina esboza su análisis mediante analogías organicistas, la sociedad es tratada con un organismo cuyas crisis se asocian a enfermedades y el político al médico que mediante diagnostico otorga la solución política y cura. Se evidencia una preocupación por la educación de las masas, el disciplinamiento de la fuerza de trabajo se logrará mediante estrategias político culturales: la organización de la liturgia y el ritual patriótico tienen por objetivo la nacionalización de los hijos de inmigrantes. Esta actitud paternalista se relaciona con la confianza en la potencia integradora y pedagógica del medio argentino y con la idea de una transmisibilidad genética de los caracteres adquiridos, es decir el ser nacional.

Esta obra no es sólo un ensayo sociológico sino un proyecto prescriptivo que refleja la necesidad de integrar y disciplinar a los inmigrantes.

También en Agustín Álvarez se encuentra la preocupación, aunque desde una óptica más moralista, por desentrañar los males que aquejan a la Argentina para elaborar las correcciones para lograr una nación laica y moderna. En su libro South América (desde el título anglófono decide enunciar la realidad argentina), desde una psicología social reflexión sobre la identidad nacional, enumerando una serie de lastres que dificultan la constitución de una ciudadanía cabal. El culto al coraje, la incapacidad de autocrítica, el saber que persigue el engaño del otro, patrioterismo, personalismo, etc.

Anticatolicista militante, antihispanista busca renovar el ambiente ético sustituyendo la fe en los milagros por la fe en el trabajo, la fe de la mentira teológica por la fe en la verdad científica, la fe en el privilegio por la fe en la justicia. Adhería a los principios liberales pero limitados a las circunstancia nacionales, es decir a la necesidad de un tutelaje didáctico previo al voto universal.

Sostenía que la incapacidad southamericana para el progreso no provenía de un estigma racial sino de la "fábrica moral". Así, en el marco de la valoración positiva de la inmigración, para Álvarez la consolidación de la nacionalidad no podría descansar solamente en el espontaneismo alberdiano de la pedagogía de las cosas inducida por vapores y caminos de hierro, sino también en la prospectiva sarmientina de la difusión de la escuela, la prensa y los libros. No es la sangre de los extranjeros la que mejora el tipo humano argentino, sino las ideas y los sentimientos. La formación económica no debe agotarse en la instrucción sino en una auténtica educación con fuerte presencia moral.

Las causas de los males argentinos también serán analizadas por Carlos Octavio Bunge, aunque desde parámetros ideológicos que lo colocan como un caso extremo de biologicismo positivista y sus correspondientes traducciones racistas. Pretende extender la cientificidad al terreno de las disciplinas sociales, concibiendo a la sociedad como un organismo psíquico.

En su libro Nuestra América (1903) la concepción organicista de la sociedad se manifiesta a través de la cuasi literal "autopsia" del cuerpo nacional con el fin de "coadyuvar modestamente a algún diagnóstico para que atienda a sus dolencias". La organización social se fundaría en factores étnicos y del ambiente físico y económico. La política criolla constituye la "enfermedad objeto de este tratado de clínica social".

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Al interior de un pensamiento tan atraído por variables raciales los efectos racistas son notorios, Bunge considera inconveniente el entrecruzamiento de razas no afines o incongruentes entre sí. Estas postulaciones racistas desembocarán en otras aún más marcadas: un paralelismo entre los caracteres somáticos y psíquicos de los individuos que determinaría que "todo mestizo físico (...) es un mestizo moral". Estas concepciones lo conducen a bendecir el alcoholismo, la viruela, la tuberculosis por los efectos benéficos que habrían acarreado al diezmar a la población indígena y africana de la provincia de buenos Aires.

Sobre estos postulados teóricos Bunge construye las razones del contraste entre esta "Nuestra América" y los Estados Unidos de América en donde la modernidad ha podido nacionalizarse exitosamente. Un factor central de icho desarrollo lo encontrará en el puritanismo de los colonizadores norteamericanos, que impidió todo contacto sexual interracial y con ello la degeneración étnica que en todos los casos del mestizaje hispanoamericano produjo cierta inarmonía psicológica, esterilidad y ausencia de sentido moral. Finalmente Bunge le otorga un papel privilegiado a la Argentina, dado que la inmigración puede corregir el fondo racial hispánico, negro e indígena en las zonas europeizables.

Para ello, en sus estudios sobre la educación contemporánea había anotado que ante la arraigada tradición levantistica de la juventud nativa es conveniente que el pedagogo argentino se preocupe de inculcar sentimientos de disciplina desde la infancia, para que aprendan los niños, a respetar y obedecer. A este disciplinamiento escolar le sumará una pedagogía más alberidiana fundada en la ética del productivismo y cristalizada en la consigna "civilicémonos por el trabajo!" como parte de una valoración positiva del aporte inmigratorio siempre y cuando se enseñe "las tradiciones y glorias de la patria para que la reverencien y amen" Esta preocupación surge de la propagación de los ideales socialistas, anarquistas internacionalistas que muchos inmigrantes también ayudaron a propagar. Así, este nieto de inmigrantes se mostraba también preocupado por los efectos no deseados del imprescindible aporte extranjero para la constitución de la sociedad moderna.

El discurso positivista más difundido en el campo cultural argentino corresponderá a José Ingenieros (1877-1926), hijo de inmigrantes italianos socialistas comienza militando en el Partido Socialista y se vuelca en 1898 hacia un positivismo darwiniano y evolucionista, compartiendo una visión organicista de la sociedad que busca atacar la enfermedad social. En el caso de Ingenieros y como parte de su herencia socialista, se pone de manifiesto un determinismo económico fuerte "las sociedades humanas evolucionan dentro de leyes biológicas especiales, que son leyes económicas".

A partir de 1900, ya desafiliado del PS, su experiencia intelectual se centrará en la investigación psiquiátrica y criminológica demandando la emergencia de ciencias sociales que permitan integrar el disenso a la sociedad y segregar aquellos estratos sociales patologizados.

Ingenieros imagina un destino manifiesto argentino tendido hacia la hegemonía en la región latinoamericana, ya que el imperialismo es concebido como expresión de la lucha darwiniana entre las naciones en donde la Argentina puede aspirar al liderazgo dada su creciente riqueza, su clima templado y sus franjas de población blanca en aumento.

Así como el imperialismo es visto como algo natural, la trilogía republicana de libertad, igualdad y fraternidad es cuestionada dado que estos valore se oponen al determinismo, a la disparidad observable en el mundo biológico y al postulado darwiniano de lucha por la vida.

También en Ingenieros surgirá la problemática de la nacionalización de las masas, para quien la variable represiva no es la solución sino la educación de la clase obrera y el mejoramiento de las condiciones de vida que ya propugnaba el código laboral de Joaquín V. González. Era necesaria la identificación y exclusión de los núcleos migratorios en donde la extranjería se conecta con la marginalidad, y por lo tanto, la delincuencia, locura y mendicidad. Así, para detectar estas franjas inasimilables Ingenieros apelará parcialmente a las doctrinas de Lombroso que se refería a la ausencia de caracteres físicos que permitirían definir el tipo clásico de criminal nato. Ingenieros va a privilegiar los factores psicológicos sobre los morfológicos, pero aun así apuntaba a sustituir la pena ante el crimen consumado por la detección previa de la temibilidad del individuo y posibilitar la prevención del delito. Los mundos de la locura, la criminalidad, el pre capitalismo y la violencia deben ser exorcizados para tornar viable la modernización argentina.

Bibliografía:

- DEVOTO, F - PAGANO, N.: Historia de la historiografía Argentina, Buenos Aires, Sudamericana, 2009

-TERÁN, OSCAR: Positivismo y nación en la Argentina, Buenos Aires, Punto Sur, 1987.

Page 3: Ficha de clase Nº 3

Anexo 2:

"Sistemáticamente y con obligada insistencia se les habla de la patria, de la bandera, de las glorias nacionales y de los episodios heroicos de la historia; oyen el himno y lo cantan y recitan con ceño y ardores de cómica epopeya y en su verba accionada demuestran cómo es de propicia la edad para echar la semilla de tan noble sentimiento" (José María Ramos Mejía)

"(...) este organismo; que no por ser social y político deja de tener, como todos, una fisiología, en la que agentes tóxicos que guarda en su seno, si bien producen acciones nocivas, dejan a veces un beneficio, que se aprecia más tarde (...) el virus que destruye y la enfermedad que consume a los organismos puede despertar en los tejidos vigoroso la vida que dormita en la inercia (...) favorables o nocivos, según la circunstancia de su empleo. Medicamentos o venenos, según las dosis, tal es la función de los virus conocidos y tal es también, trataremos de demostrarlo, la de las multitudes en la historia del Río de la Plata"(José María Ramos Mejía)

"El hombre de la multitud ha sido entre nosotros el individuo humilde, de inteligencia vaga y poco aguda, de sistema nervioso rudimentario e ineducado, que percibe por el sentimiento y piensa con el corazón, el hombre cuya mentalidad evoluciona lentamente (...) Para que haya multitud, es menester que exista, pues, comunidad de estructura, facilidad de contagio, favorecida por analogías fisiológicas (...) ¿Por qué vence la multitud con tanta frecuencia? en la multitud aparte de sus especiales condiciones psicológicas tan distintas de un ejército, todo es inesperado para el veterano que se ajusta a un patrón establecido, todo es bizarro, violento, incalculable" (José María Ramos Mejía)

"La pereza, la tristeza y la arrogancia criollas, esas tres cualidades típicas de los hispanoamericanos, están vinculadas tan íntimamente entre sí, que forman un todo compacto y homogéneo: el carácter de raza. Este carácter es inverso al europeo, al menos al carácter ideal de los pueblos más ricos y fuertes de Europa, cuyas tres condiciones capitales serían: diligencia, alegría y democracia” (Carlos Octavio Bunge)

“No hallo, pues, sino un remedio, un solo remedio contra nuestras calamidades: EUROPEIZARNOS. ¿Cómo? Por el trabajo. Trabajar la tierra, la usina, la escuela, la imprenta, la opinión, el arte… nunca nos será dado cambiar nuestras sangres ni nuestra historia ni nuestros climas, pero sí podemos europeizar nuestras ideas, sentimientos, pasiones”. (Carlos Octavio Bunge)

"¿Cuántas veces obedece un niño al día al ejecutar actos armónicos, de conjunto, acompasados, que no dependen de su voluntad? (...) la escuela, la gimnastica, la fila, la hullera, el compás van disminuyendo las crispaciones; la regla, la repetición de movimientos vienen amasando al animalito bípedo que cuando llega a la plenitud de su fuerza es un hombre y no un tigre (...) las escuelas salvarán doscientas vidas anualmente, con la gimnástica, y el sentarse y levantarse metódicamente" (Carlos Octavio Bunge)

"Una raza de hombres no se mejora durablemente por la cruza de otras ya mejoradas, como los ganados, sino por la mejora de sus propias ideas, sentimientos y costumbres (...) una raza de hombres no semejara por su transformación étnica, sino por su transformación mental" (Agustín Álvarez)

“Como ser vivo, el hombre es un producto de la naturaleza; como ser moral, es un producto de la sociedad en que vive” (Agustín Álvarez)

"Las aptitudes que el hombre tiene para adaptarse a las circunstancias naturales del suelo y del clima, lo habilitan para adaptarse igualmente a las circunstancias morales e intelectuales, que su facultad de pensar le permite crear y modificar indefinidamente; y el animal que por el cambio sucesivo de ideas, sentimientos y costumbres, acrecienta su poder sobre la naturaleza, robustece el cuerpo, ensancha el alma, suaviza y alarga la vida, cambia de naturaleza más aún que si cambiara de especie animal” (Agustín Álvarez)

"Al que dice "Igualdad o muerte", replica la naturaleza "la igualdad es la muerte". Aquel dilema es absurdo. Si fuera posible una constante nivelación, si hubieran sucumbido alguna vez todos los, individuos diferenciales, los originales, la humanidad no existiría. No habría podido existir como término culminante de la serie biológica. (...) Igualar todos los hombres sería negar el progreso de la especie humana. Negar la civilización misma" (José Ingenieros)

Page 4: Ficha de clase Nº 3

"La anomalía psíquica del individuo se convierte en causa determinante de su actividad antisocial" (José Ingenieros)

Respecto a la matriz económica "un molde que engendra cada una de las formas de organización revestidas por la sociedad humana, y constituye el substratum en que se arraigan y sustentan las diversas instituciones políticas, jurídicas, morales, etcétera, que constituyen la superestructura de la sociedad en cada momento histórico" (José Ingenieros)