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"Aquí se viene a correr...", por Fernando De Trazegnies Sobre la naturaleza de las universidades FERNANDO DE TRAZEGNIES Profesor principal de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú Las universidades medievales eran comunidades de personas comprometidas con el saber, donde cada uno aprende del que más sabe y enseña al que menos sabe. Por eso, la universidad medieval tiene mucho de convento: la preocupación es el saber y, consecuentemente los verdaderos universitarios comprometen su vida con la universidad. Estos universitarios consideran que deben también hacer participar a otras personas de su saber; y es así como surgen las especializaciones con plazos determinados, vencidos los cuales el universitario-estudiante abandona la universidad para poner sus conocimientos en práctica en la vida social. De pronto aparecieron las “carreras” para calificar la función de enseñanza que, entre otras, tiene la universidad. La palabra me parece muy poco apropiada: da la impresión de que se trata de pasar corriendo por la universidad para sacar un título e irse pronto a buscar fortuna a la calle. Las verdaderas universidades, aún hoy en día y con los ajustes que exige la modernidad, no son meras escuelas sino comunidades de saber que deben dedicarse fundamentalmente a la investigación y la reflexión, a desarrollar el conocimiento. Esta es la función fundamental de la universidad: la creación del saber. Entre sus funciones adicionales está también - particularmente en la universidad moderna - la difusión de ese saber con fines de ponerlo en la práctica de la vida social. Pero esta función es consecuencia de la primera: una universidad que no invente ni descubra,

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"Aqu se viene a correr...", por Fernando De TrazegniesSobre la naturaleza de las universidadesFERNANDO DE TRAZEGNIESProfesor principal de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Catlica del PerLas universidades medievales eran comunidades de personas comprometidas con el saber, donde cada uno aprende del que ms sabe y ensea al que menos sabe. Por eso, la universidad medieval tiene mucho de convento: la preocupacin es el saber y, consecuentemente los verdaderos universitarios comprometen su vida con la universidad. Estos universitarios consideran que deben tambin hacer participar a otras personas de su saber; y es as como surgen las especializaciones con plazos determinados, vencidos los cuales el universitario-estudiante abandona la universidad para poner sus conocimientos en prctica en la vida social.De pronto aparecieron las carreras para calificar la funcin de enseanza que, entre otras, tiene la universidad. La palabra me parece muy poco apropiada: da la impresin de que se trata de pasar corriendo por la universidad para sacar un ttulo e irse pronto a buscar fortuna a la calle.

Las verdaderas universidades, an hoy en da y con los ajustes que exige la modernidad, no son meras escuelas sino comunidades de saber que deben dedicarse fundamentalmente a la investigacin y la reflexin, a desarrollar el conocimiento. Esta es la funcin fundamental de la universidad: la creacin del saber. Entre sus funciones adicionales est tambin - particularmente en la universidad moderna - la difusin de ese saber con fines de ponerlo en la prctica de la vida social. Pero esta funcin es consecuencia de la primera: una universidad que no invente ni descubra, que no ponga continuamente en cuestin todas las verdades aceptadas, sino que se dedique simplemente a ensear lo ya sabido, no es una universidad. Puede ser una escuela tcnica, una escuela superior o lo que sea... pero no es una comunidad de estudiosos, que es la definicin de la universidad.Por principio, soy enemigo acrrimo de que el Estado intervenga dentro de la administracin de las universidades o que intente determinar su lnea intelectual, el contenido de la enseanza, la designacin de profesores, etc. Creo firmemente en la autonoma universitaria como elemento esencial para que pueda desarrollarse el saber. Pero, atencin, estoy hablando de universidades y no de escuelas tcnicas o escuelas superiores disfrazadas con el nombre de universidad ni de otras instituciones absolutamente indefinidas e inadecuadas para el cultivo del saber propiamente universitario (esto, es universal). Esas no son universidades. Actualmente se est produciendo una nefasta fusin - o, mejor, confusin - entre las propiamente universidades y otros tipos de centros de enseanza. A esos otros centros podemos llamarlos de cualquier forma; pero entendamos que no son universidades. No pueden no deben otorgar maestras ni licencias porque estos son ttulos acadmicos que slo imparte la universidad.Estas consideraciones nos crean dos problemas: dnde est el lmite entre una escuela superior y una universidad; qu se debe hacer con las universidades que no son tales y, quin debe hacerlo. En cuanto al primer punto, creo que la distincin est en que las escuelas superiores son meros centros de enseanza y no comunidades de estudio que requeriran investigacin y vida universitaria. En cuanto al segundo y al tercer punto, las respuestas son difciles porque si la seleccin la realizan las propias universidades, se podra pensar que unas limitan a las otras en su propio beneficio. Y si la seleccin la realiza alguna dependencia del Estado, podra ponerse en peligro la libertad universitaria. En cualquier caso, deben establecerse reglas muy estrictas, discutidas por todas las partes interesadas, que permitan de manera objetiva distinguir entre las universidades que dan ttulos acadmicos y las otras instituciones de enseanza que deben estar autorizadas - si lo merecen - slo a dar licencias profesionales.En los ltimos das hemos visto en TV algunas universidades chichas en el Per que son verdaderamente lamentables. El local es rudimentario: se entra por una pequea puerta, entre una tienda de baratijas y otra de butifarras, encima de la cual aparece un cartel igualmente chicha que lleva el ttulo genrico de Universidad en las letras ms grandes posibles, dejando en letras pequeas el nombre especfico de la tal universidad. Por dentro, las llamadas aulas son mnimas, una pizarra pequesima y unas cuantas sillas. Con el pretexto de abrir sucursales (sic) de supuestas universidades, se crean recintos absolutamente inadecuados que recuerdan ms una cafetera que una universidad. Ciertamente, no hay biblioteca, ni laboratorio ni sala de conferencias ni nada que se les parezca. La comunidad acadmica no existe y, en muchas de ellas, los alumnos vienen slo una vez al mes para recibir instrucciones de los presuntos profesores, porque la enseanza es no presencial...As la llamada universidad se constituye ms bien como un hipdromo virtual, abundante en carreras y pobre en resultados.Se ha dicho que las universidades chichas contribuyen, pese a todo, a la educacin nacional. Eso es falso. Contribuyen solamente a la psima impresin que se tiene en el extranjero de la educacin y la ciencia en el Per y a la desilusin de los chicos estudiantes cuando se den cuenta de que sus estudios no les sirven para nada en la vida real. La forma de contribuir a la educacin es convertir esas presuntas universidades en escuelas superiores y darles todo el apoyo del Estado. Por otra parte, es preciso aumentar la posibilidad de becas para que los jvenes de todo el Per tengan a su alcance universidades tradicionales y respetables donde podrn obtener una visin acadmica y una profesin que realmente sea reconocida como verdadera por sus futuros clientes.

http://elcomercio.pe/opinion/columnistas/aqui-se-viene-correr-no-pensar-fernando-trazegnies-noticia-1708452