fernández- la psicologización de lo social

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Intervención de EPS en las inundaciones de Santa Fe ¿Es el río que creció, o el país que se hunde? Carlos Sica De voces y miradas... La pasión de escuchar y el valor del silencio Mariana Danani, Marina Gubbay Afectos “encorsetados” en el consultorio El espacio en que curamos Graciela Peyrú La etica y la estética en las nuevas prácticas de ciudadanía Afirmar la potencia de la vida Marisa Greeb Desde cuatro latitudes Resonancias del Congreso de Psicodrama Reflexiones a partir de la investigación sobre asambleas barriales La psicologización de lo social Ana María Fernández Cuerpos teóricos poéticos Inocencia Victoria Larrosa Relaciones en el equipo de trabajo La coterapia como un proceso de compañerismo Robi Friedman 46 Esta esperanza que come panes desesperados. Juan Gelman Año 5 Nº 46 Junio de 2003 $ 4.-

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Texto de Ana María Fernández

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  • Intervencin de EPS en las inundaciones de Santa Fe

    Es el ro que creci, o el pas

    que se hunde?Carlos Sica

    De voces y miradas...

    La pasin deescuchar

    y el valor delsilencio

    Mariana Danani, Marina Gubbay

    Afectos encorsetados en el consultorio

    El espacio en que curamos

    Graciela Peyr

    La etica y la esttica en las nuevas prcticas de ciudadana

    Afirmar la potencia

    de la vidaMarisa Greeb

    Desde cuatro latitudes

    Resonanciasdel Congreso

    de PsicodramaReflexiones a partir

    de la investigacin sobre asambleas barriales

    La psicologizacin

    de lo social Ana Mara Fernndez

    Cuerpos tericos poticos

    Inocencia Victoria Larrosa

    Relaciones en el equipo de trabajo

    La coterapia como un proceso de compaerismoRobi Friedman

    46

    Esta esperanza que come panes desesperados. Juan Gelman

    Ao 5 N 46 Junio de 2003 $ 4.-

  • Carlos Sica [email protected]

    Cmo contar?Cmo embalar en palabras, sonidos, escenas, imgenes, olores, sentimientos?Cmo sintetizar decenas y decenas de historias crudas, relatos

    dolorosos, que escuchamos, que todava resuenan en nosotros, los 16integrantes del EPS (Emergencias Psicosociales) que en esta oportu-nidad trabajamos en Santa Fe?

    La tareaContencin emocional a los afectados directos, evacuados en los

    Centros, auto evacuados, gente en los techos, a las orillas de los ba-rrios sumergidos, y tambin a enfermeros y voluntarios exhaustos conjornadas de ms de 12 horas de asistencia.

    Sera demasiado extenso desarrollar en este espacio la teora y lamodalidad operativa de nuestras intervenciones en situaciones de cri-sis y angustia pblica. S nos parece pertinente compartir con ustedesaqu, algunas vivencias y reflexiones sobre esta nueva tragedia, quenos afect a todos.

    Una pelcula de terror, que desgraciadamente no fue pelcula.Cristian, 18 aos, Profesor de natacin: ...mis viejos y mi hermano

    estn bien, ellos tienen trabajo y van a salir adelante, pero yo... no scmo voy a seguir... pude salvar del agua a ocho chicos, pero a otrosmuchos no los pude salvar. Cuatro hermanos se ahogaron, el paptampoco los pudo salvar y se peg un tiro en la boca. En slo trescuadras se ahogaron veinte chicos.

    Noelia, 70 aos, viva junto a su familia en una de las casas del Ba-rrio Chalet: El agua entr de golpe, como en olas y con mucha fuer-za, en pocos minutos lleg hasta el techo... era de noche, se haba cor-tado la luz, no se vea nada. A salvo en el techo el hijo tuvo que obli-garla a subir a una canoa, ella no quera, el miedo la paraliz, ademsno entenda como poda bajar del techo de su casa, a una canoa.

    Emilia, alrededor de 70 aos: ... vivo en una planta alta y jamspensamos que nos bamos a inundar, a la tarde mi hijo trajo a mi nue-ra con la bebita, porque ellos viven en un barrio bajo, ms tarde vinomi otra hija con su nena de dos aos, todos a mi casa porque era se-gura, alrededor de las seis de la tarde el agua comenz a subir mu-cho y un vecino en su bote se llev a los chicos con sus madres, lle-garon vecinos trayendo televisores y otras cosas y decidimos quedar-nos todos juntos. Veamos que el agua cada vez tapaba ms todo, al-rededor de las once de la noche el agua llegaba al techo de la plantabaja con una fuerza que se escuchaban los golpes en mi piso, eran co-mo olas rebotando, yo pens, somos quince personas, ms todos lostelevisores y muebles, esto no va a resistir, se va a derrumbar y nosvamos a ahogar todos. A una de mis vecinas le agarr un ataque denervios y se puso a gritar, otra lloraba, yo me puse a rezar, dije Diosnos tiene que ayudar.

    El vecino del bote que se pas toda la noche sacando gente vino abuscarnos y se fueron siete personas, el resto nos quedamos unas ho-ras ms hasta que regres y as salimos todos. Yo por momentos creque no iba a salir viva del lugar.

    Irma cuenta su dramtica huda: no haba luz, el agua casi llega-ba a los cables de electricidad, en la oscuridad tenamos que tratarde esquivarlos, estaba tan oscuro que iba nombrando a mis hijos pa-ra asegurarme de que estuvieran todos en el bote que nos sac..

    Otras dos mujeres jvenes con chicos en los brazos se suman al en-cuentro, son vecinas de Irma, una de ellas cuenta que se fue tempranode la casa por miedo, pero su hermana con cinco hijos no lo hizo y lalancha que los rescat no tena lugar para todos.

    Mi hermana tuvo que elegir de los cinco, a tres. Se llev a losms chicos y tuvo que dejar a dos de 15 y 17 aos que le pedan quesalvara a sus hermanitos. Fueron rescatados ms tarde y ahora estntodos juntos.

    Otra madre, al subir a un bote en la fuerte correntada, el beb decinco meses que llevaba en brazos cae al agua. En la desesperacin elbote quiere seguir, ante los gritos desgarradores un vecino se tira des-de el techo y lo rescata.

    As como estas, cientos de historias a lo largo de los das.En casi todos los relatos surgen vivencias de haber estado a merced

    de acontecimientos que no podan controlar, los rezos y el pedido aDios son una constante.

    Superados los primeros momentos, los del caos, los de la lucha porla supervivencia, salvar a los hijos, a la familia, en muy pocos casosalguna que otra pertenencia, ahora el desafo... empezar de nuevo.

    El regreso a casaTan duro como la huda. Cuando las aguas suben el miedo crece,

    cuando las aguas bajan, crece la tristeza.El regreso a casa. Con la esperanza empujar al miedo, con la espe-

    ranza empezar de nuevo.Juan, alrededor de 30 aos, habitante del Barrio Chalet dice: ...es-

    to para mi es como el juego de la Oca, los dados me dicen, vuelve alpunto de partida, y yo vuelvo. Pero me pregunto, mi viejo, podr em-pezar de nuevo?

    En nuestra tarea de contencin emocional hemos escuchado cientosde historias crudas, dolorosas. Registramos con el alma crnicas de unacontecer impiadoso.

    Nuestros odos escucharon interminables inventarios de cosas per-didas.

    El agua se llev vidas, pedazos de historia, hizo naufragar la iden-tidad de miles y miles de seres que tendrn que empezar de nuevo.

    Ya no estn ni las fotos ni los objetos que pretendan detener la eva-nescencia que produce el paso del tiempo. El registro vvido de la his-toria familiar. Miles de seres que tendrn que recurrir al banco de da-tos de su mundo interno, para reconstruir su historia, su identidad.

    No estuvieron, no estn solos. El pas entero se identific y solida-riz con ellos. Entre otras, la respuesta de los porteos fue inmediata.

    En algn momento se dijo que slo salieron a la calle cuando se lestoc el bolsillo.

    Ahora salieron porque la tragedia les toc el alma.Por una cosa o por otra aprendemos que siempre es bueno salir, par-

    ticipar. Vacunarse contra el virus de la realidad virtual que emana delos televisores.

    En el Barrio Barranquitas acompaamos a las familias que regresa-ban a sus casas, a lo que quedaba de ellas. Nos hacan pasar, necesi-taban ms ojos para absorber tanta desolacin.

    El olor ptrido nos envolva a todos para que no queden dudas de lacatstrofe.

    Comenzaba la lucha de la esperanza para erigirse sobre el miedo, labronca y la tristeza. Necesitan contar todo una y otra vez, poner en pa-labras tanto dolor. Volver a pararse, hacer pi, reconstruir y recons-truirse. Son miles de personas que quedaron encerrados afuera.

    El desastre los desaloj del tiempo. De los hbitos cotidianos conlos que los seres humanos estructuramos la vida.

    En qu contexto de pas surgi este texto de dolor?poca de elecciones. Un pas entero en bsqueda de su destino.Representativa y pattica la imagen del Centro de evacuados, en la

    abandonada estacin del ferrocarril Gral. Belgrano -como la estacinConstitucin, un poco ms pequea- familias enteras agolpadas sobreprecarios colchones, con insuficiente abrigo sobre el piso del hall cen-tral y en la planta alta, atravesados por correntadas de fro que sumana la destemplanza del alma, la destemplanza del cuerpo.

    Otrora una hermosa estacin, smbolo de un pas que pujaba por undestino mejor.

    Ahora, con sus ramales muertos, andenes poblados de flacos caba-llos, carros de cartoneros, ropa mojada en improvisados tendederos,smbolo de una clase poltica corrupta y entregadora.

    Es imposible dejar de hacerse estas preguntas. Es el ro que creci, o el pas que se hunde?Podremos los argentinos reaccionar ante las alarmas, o slo segui-

    remos reaccionando ante las catstrofes?

    Campo Grupal / 2

    DirectorRomn MazzilliSecretario de redaccinWalter VargasRedaccin: Luis Gruss, Daniel Seghezzo, Denise Najmanovich, Patricia MercadoPublicidadDaniel Tripoli, Mara Eugenia CondeColaboran en esta edicinVictoria Larrosa, Marisa Greeb, CarlosSica,Ana Mara Fernndez, GracielaPeyr, Rosanna Nitsche Meli, RasiaFriedler, Graciela Piperno, SusanaTommasi, Silvia Schverdfinger, RobiFriedman, Mariana Danani, NarinaGubbay, Mara Casariego. CorresponsalesJuan Daz (Baha Blanca)Juan Lovari (La Plata)Roberto Snchez (Mar del Plata)Marta Carbonero (Bariloche)Rodrigo Campos Alvo (Tucumn)Montse Fornos (Espaa)Ral Sintes (Uruguay)Pedro Mascarenhas - Sergio Antonio Carlos (Brasil)Enrique Guinsberg (Mxico)Terenzio Formenti (Italia)Jacinto Inbar (Israel)Rosa Jaitin (Francia)Ilustraciones: Fotos de HenrryCartier Bresson

    Redaccin y PublicidadConesa 473 P.B. B(1426) Capital - ArgentinaTel/fax: (54-11) 4553-1226E-mail: [email protected]: www.campogrupal.comImpresin: Gnesis S.A.Distribucin: Motorpsico (Capital)En Chile: Librera OlejnikEn Uruguay: Mario CambiassoCampo Grupal es una publicacinde Ediciones Presencia.

    SuscripcionesPor 11 ediciones anuales:Argentina: $ 55.-Amrica Latina: u$s 50.-Otros pases: u$s 60.-

    El hombre exacto no tiene fantasas. El hombre feliz no tiene camisas. El hombre puro no tiene sombras. Proverbio persa

    Intervencin de EPS en las inundaciones de Santa Fe

    Es el ro que creci, o el pas que se hunde?

    Casa reciclada en Palermo Viejo5 Consultorios - SalaAlquiler x hora - mensual

    4831-6272 4832-5625www.casasoler.cjb.netSecretara y mensajera permanente

    Atencin de 8 a 22 hs.

    SEMINARIO TERICO PRCTICO DE INVESTIGACIN EN PSICOLOGA SOCIAL

    Julio a noviembreInicia: 4 de julio - 19 hs.

    Dto. de Investigacin en Psicologa Social

    24 de Noviembre 997 Capital Telefax: 4957-1907/[email protected] http://www.psicologiasocial.esc.edu.ar

  • Ana Maria Fernndez [email protected]

    I. Tres ejemplos

    Del muy vasto material que nos ofrece esta nueva situacin so-cial se toman aqu tres breves ejemplos que a mi criterio mues-tran claramente el desafo tico, terico y clnico que la crisisArgentina, a partir del 19 y 20 de diciembre pone frente a la prcticaprofesional de psiclogos/as:

    Durante las noches de los primeros cacerolazos espontneos,en el servicio telefnico de Atencin al Suicida del Gobierno dela Ciudad de Buenos Aires, casi no se registraron llamados te-lefnicos de eventuales suicidas.La noche de los asesinatos en la estacin de trenes de Avella-neda posteriores a la represin de los piqueteros en el puente,una vecina del barrio de Colegiales que nunca haba participa-do de la asamblea del mismo se acerco a la reunin y dijo alpresentarse: vine a la asamblea, porque tena miedo.En un libro de reciente aparicin denominado De la culpa a laautogestin del Movimientos de Trabajadores Desocupadosde La Matanza, Toty Flores, uno de sus autores y trabajador de-socupado plantea que el sentimiento de culpa por no conseguirtrabajo es uno de los elementos que hace estragos en los deso-cupados. Imaginar que son responsables de su desocupacin nosolo los enva a situaciones de alcoholismo y violencia sino quees uno de los principales escollos para agruparse y organizarsepolticamente para combatir este flagelo.

    Estos tres ejemplos, que hablan por s solos, nos enfrentan con lanecesidad de repensar muchas de las categoras con las que trabaja-mos en nuestras profesiones.

    II. Algunas reflexionesAlgo de este orden ya habamos planteado en 1997 en el IX Con-

    greso Metropolitano de Psicologa: Los profesionales psi hemos di-seado de tal modo nuestras herramientas que podemos trabajar sinduda con alta experiencia en aquellos malestares que hacen necesa-rio re-significar el pasado, pero solemos encontrarnos mucho ms de-sarmados con los nuevos enfermos, aquellos que padecen de futu-ro.1

    Qu significara padecer de futuro?. Se hace necesario pensar qucapacidades psquicas se encuentran alteradas, inhibidas, coartadas,cuando alguien no pude hacer proyectos para su vida futura. Vivir per-manentemente en estrategias de supervivencia supone no solo un co-tidiano de excesiva actualidad que se consume en el da de hoy sinotambin un vivir, pensar y sentir desde una lgica del instante. No po-der planificar al mediano y al largo plazo tiene entre otras cosas comoconsecuencia la disminucin, cuando no la anulacin de la capacidadde ensoar.

    Cuando estos rasgos se presentan en poblaciones enteras quedan es-trechas las categorizaciones psicopatolgicas tradicionales, estamosen presencia de modos de subjetivacin propios de un momento so-cio-histrico crtico que atraviesa diversos sectores sociales.

    As por ejemplo en una investigacin realizada con alumnos de laFacultad de Psicologa de la Universidad de Buenos Aires pudo obser-varse que a partir de la dcada del noventa eran cada vez ms escasas

    escenas de futuro profesional2. Estos alumnos en un momento en quems habran de necesitar de su imaginacin para poder hacerse un lu-gar en un campo profesional cada vez ms devastado por la desocu-pacin, donde los recin egresados tendran muy poca chance de in-sertarse laboralmente, no podan ensoarse como profesionales.

    Para poder pensar los efectos psquicos de estas nuevas realidadessociales, para poder pensar los costos psquicos de esta crisis, para po-der abordar estos nuevos enfermos de futuro se hace imprescindiblerepensar nuestra caja de herramientas. Para ello, ms all de nuestrasbuenas intenciones es necesario abrir interrogacin crtica a dos fuer-tes naturalizaciones de nuestros campos profesionales:

    I. La cultura psi.II. Los procesos de dogmatizacin de las teoras y de ritualizacin

    de las prcticas.

    III. Cultura psiLa cuestin posiblemente se inscriba en un marco mayor, aquel que

    cre las muy diversas condiciones de un campo estratgico de saberesy prctica que, de los aos 50 en adelante instituy universos de sig-nificaciones de una novedad: la cultura psi.3

    Podra acordarse en denominar cultura psi a aquel universo designificaciones, prcticas, sensibilidades, etc. que organizan particula-res ordenes de prioridades, modos de pensar y de vivir, considerandoque las elecciones y caractersticas singulares de las personas tienensiempre un fundamento, un sentido no evidente, de orden psicolgico.Implica considerar tambin que los problemas que las aquejan, losconflictos que no pueden resolver, son igualmente de origen psicol-gico. Por ende, son explicados en una lgica de causa psquica y abor-dados por dispostivos psi. Pueden variar las orientaciones tericas ylos modos de intervencin, pero se considera que la gente sufre porsus conflictos individuales que no puede resolver cada uno por smismo.

    La cultura psi ha naturalizado su psicologizacin de lo social. Es-

    Campo Grupal / 3Amar es combatir. Si dos se besan el mundo cambia. Octavio Paz

    POR HH O POR GG(humores grupales)

    Walter Vargas [email protected]

    Haba pensado escribir acercadel flamante presidente, de laperfecta alegora a que invita(nada mejor que las riendas enmanos del Seor K: o no so-mos un pas ms o menos kaf-kiano?), pero despus me vinoun no s qu, retroced, me ba- de prudencia, me dije esperun tiempito, si total al primeraguacero se despintar el caba-llo disfrazado de cebra y estecirco recobrar su patetismoinexorable.Entonces pens en Cuba, y enla poca repercusin que poraqu ha tenido el fusilamiento delos tres disidentes-conspirado-res-lacayos de Washington. Re-cord el malentendido devenidoen polmica que suscitaron al-gunos dichos mos, el malestardel entraable Tato Pavlovsky, yalgunas pelotas que me queda-ron picando por aquellos das,julio-agosto de 2001. Por ejem-plo, la distancia -difcil de esta-blecer- entre los problemas deri-vados de la sistemtica hostili-dad de United States, del blo-queo, y los que crecen comohongos al interior de la Revolu-cin. Tres-ideas-tres: 1) Porms vuelta que le d, no alcan-zo a distinguir los atributos pon-derables de las ejecuciones; 2)Tengo para m, y hace dcadasque los hechos as lo atesti-guan, que el gobierno de La Ha-bana dispone de tolerancia ceropara observaciones y crticasque les lleguen por izquierda.Dentro de la sumisin todo, fue-ra de la sumisin, nada; 3) Serargentino, ergo, latinoamerica-no, y concebir a Cuba como auna ajenidad, me despierta elmismo estupor que me desper-tara saber de un carpintero de-sentendido de la madera.Pero todo tiene que ver con to-do. (As suele sentenciar el con-ductor de tev Pancho Ibaez,el bigotn, con quien tuve elgusto de trabajar en la desapa-recida radio Del Pueblo, all por1979). Como estos humoresgrupales coinciden con la pre-sencia de Fidel en el pas, su-pongo que conceder entrevis-tas, y si es por suponer tambinsupongo que lo que diga levan-tar polmica de la buena.Kirchner, vuelvo a Kirchner: mellama la atencin el jbilo queha despertado en los acredita-dos y respetables muchachosde Veintitrs y de Da D. Sospe-chan que el q.e.p.d del Turcoabre la puerta de una Argentinanueva. Un pas mejor, titul larevista en su edicin del 15 demayo. Hago, entonces, un lla-mado a la solidaridad de ami-gos, conocidos, lectores, y com-patriotas de buena voluntad:ser que est pasando un ele-fante frente a mis ojos y yo, co-mo un reverendo chambn, nolo veo?

    Reflexiones a partir de la investigacin sobre asambleas

    La psicologizacin de lo social

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  • te modo tan particular de pensar, sentir, actuar, juzgar, elegir, si bientiene sus puntos de partida en las capas medias, -particularmente en laArgentina- hoy se extiende a partir de mltiples focos del tejido social.Bueno sera aqu, recordar a Bajtn cuando deca que no hay nada in-dividual en lo que expresa un individuo.

    La psicologizacin de lo social implica toda una tendencia a redu-cir al mximo los investimentos en lo pblico y a aumentar -lo msposible- las prioridades de la vida privada. Forma parte de un doblemovimiento: Psicologizacin de lo social - subjetivacin de lo pbli-co y tiene entre sus principales consecuencia fuertes retracciones deobjetivos comunitarios.

    La cultura psi no es una nueva sofisticacin cultural de unos po-cos, sino que ha sido y es un dispositivo fundamental en la transfor-macin de las sociedades disciplinarias.

    Los profesionales psi tienen, en general, poca disposicin a ge-nealogizar el surgimiento de sus campos de saberes y prcticas, es de-cir a realizar anlisis crticos de la urgencia social para la que susprofesiones fueron y son respuestas. Esto no es bueno ya que los co-loca en una rentable ingenuidad respecto de la inscripcin social desus profesiones. Esto no es bueno, ya que les impide diferenciar cun-do intervienen en problemticas donde es absolutamente pertinente subagaje de saberes y prcticas y cuando realizan ortopedias sociales.Dichas ortopedias llenan de sentido psi aquello que debera errar ensus propias vacancias, aquello que debera quedar abierto -errante- pa-ra no cesar de interpelarnos; aquello que podra instituir nuevas signi-ficaciones sociales.

    Despolitizar lo social no ha sido gratis. Tampoco la cultura psi essu nico responsable, ni el terror que la dictadura dej explica todaslas dificultades para pensar en trminos polticos los procesos de de-sarticulacin comunitaria que padecemos.

    III. Dogmatizaciones: captura de sentidoCundo un pensamiento innovador, transgresor, se hace un dog-

    ma?, cundo se transforma en un sistema de creencias y en una prc-tica ritualizada vuelta muchas veces inoperante? Cundo procesosinstitucionales aprisionan de tal modo la produccin de un pensadorinnovador?4

    De los tres grandes pensadores de la sospecha de la modernidad,que para Foucault fueron Freud, Marx y Nietzsche, con el pensamien-to de los dos primeros se formaron escuelas y estas aprisionaron, cris-talizaron y en muchos casos anularon la eficacia productiva del ele-mento subvertidor de su pensamiento.

    Estemos advertidos. Esto no significa negarse a instituir institucio-nes, sino a inventar dispositivos que operen como alertas permanentesfrente a los procesos de burocratizacin.

    Un campo de saberes y prcticas no descubre ni describe realidades,construye sistemas de pensamiento.

    Estos se transforman en regmenes de produccin de verdad cuan-do:

    Suponen que en un texto-autor hay una verdad a descifrar. Unasola lectura vlida; la lectura abandona as la prctica de la her-menutica y se transforma en lectura bblica de texto.Imaginan su campo terico como completo. Supone que los au-tores fundadores ya lo han dicho todo. Pensar se convierte ensinnimo de citar.Ritualizan las prcticas: A una sola verdad corresponde una so-la prctica vlida, sea el grupo operativo, el divn o la huelgageneral.

    El nico modo de mantener la verdad nica, la teora completa y laprctica ritualizada, ser accionar dentro de ghettos marginales, cir-cuitos cerrados, donde la riqueza y la complejidad inacabada de la rea-lidad no pueda entrar y desmentir el dogma.

    Criticar la verdad nica no es abogar por el eclectisismo. Criticar eldogmatismo no es abrir el pensamiento a ninguna postura post-moder-na, brazo intelectual del neoliberalismo, sino muy por el contrario.Es de-construir, genealogizar, desarmar los sistemas de pensamientode los maestros-fundadores, para que -al desfetichizarse- recuperen supotencia subvertidora, la radicalidad que alent sus producciones de

    origen.Desarmar la dogmatizacin es recuperar lo no pensado de un cam-

    po de saber. Todo campo de saberes y prcticas produce sus reas devisibilidad y sus enunciados. Lo que no ve -y por ende no puede enun-ciar- no son sus fallas o sus errores. Lo que no ve es interior al ver; seconstruyen as los objetos prohibidos o denegados de un campo deter-minado. Dichos objetos son sus necesarios impensados. Con esto nose hace referencia a aquello que est fuera de l, sino aquello denega-do en lo que se afirma.

    Desdogmatizar es ofrecer las teoras al juego abierto de lo inacaba-do y no al cierre de sentidos por el cual se supone que una teora haaprehendido de modo completo la realidad de la que intenta dar cuen-ta.

    Genealogizar, deconstruir, es poner en discurso los impensables, demodo tal que un campo de saberes no se agote en la repeticin insti-tucional de sus certezas.

    Producir efectos de fetichizacin- ya que de eso se trata la dogma-tizacin- implica varios mecanismos simultneos:

    -Tomar la parte por el todo.-Hacer de la parte verdad.-Invisibilizar los procesos de produccin de los conceptos, que se

    transforman en verdades eternas.-Ritualizar las prcticas,por todo lo cual un campo de saberes queda transformado en un sis-

    tema de creencias. Y en tanto tal, privado de porvenir.Pensar de otro modo lo ya sabido es abrir nuevos campos de proble-

    mas, es desmarcar las teoras de algunas marcas de poca. Es poder re-cuperar, actualizar, poner en nuevos actos la potencia subvertidora queanim la intencin de los maestros fundadores. Recuperar la inten-cin, aunque no toda la letra.

    Recuperar lo que de estos grandes innovadores mantenga actualidaden la inmensa y urgente tarea de analizar nuevas realidades e inventarnuevas prcticas de transformacin. Como deca Foucault en El na-cimiento de la Clnica:

    Lo que cuenta en el pensamiento de los hombres no es tanto lo quehan pensado, sino lo no pensado que desde el comienzo del juego lossistematiza, hacindolos para el resto del tiempo infinitamente sensi-bles al lenguaje y abiertos a la tarea de pensarlos de nuevo.

    Pero cuando se obtura el movimiento intelectual-deseante de pensarde otro modo lo ya sabido, se estrecha la puerta por donde debe pasarla imaginacin para pensar lo an no pensado. Nuevas realidades,nuevo pensamiento, para el cual los maestros fundadores sern, al de-cir de Derrida, indispensables pero tambin insuficientes en su formaactual.

    Notas1 Fernndez, A.M. Cap. XI El nio y la tribu en Instituciones Es-

    talladas, Fernndez A.M. y Cols. Editorial Eudeba. Buenos Aires,2001.

    2 Fernndez, A.M. y Lopez, M. Cap. VII Imaginarios estudiantilesy produccin de subjetividad en Instituciones Estalladas. Ob.cit.

    3 Fernndez, A.M. Los asedios a la imaginacin, publicado en elSuplemento Madres Plaza de Mayo. Diario Pgina 12 del 24 /2/2000y en la Revista El campo grupal. Ao 3, n 21- Marzo 2001.

    4 Fernndez, A.M, Los asedios a la imaginacin. Ob. Cit.

    Campo Grupal / 4 Hoy paso el tiempo, demoliendo hoteles. Charly Garca

    Denise Najmanovich [email protected]

    La polisemia, la multiplicidad de signi-ficados, lejos de ser una aberracincomo piensan los cultores de la pure-za de la lengua y del pensamientoclaro y distinto, es la clave de la po-tencia y la gracia de lenguaje. Parapoder apreciarlo propongo seguir al-guno de los derroteros del significadoque ha adquirido la pasin puestoque nos brindan un recorrido exquisitopor los laberintos del pensamiento y laemocin, de sus encuentros y desen-cuentros, de las resonancias y diso-nancias, que hacen a la condicin hu-mana necesariamente apasionada.Incontables son los entreveros y veri-cuetos que la humanidad ha recorridointentando aprehender la pasin sinlograrlo plenamente, aunque sin fraca-sar nunca por completo. La pasin seniega a la definicin, se burla de lamedida, se derrama subrepticia o bro-ta de nuestro ser sin permiso y sinaviso.La etimologa como siempre nos dasabrosas pistas, algunas sorprenden-tes, otras no tanto. Pasin derivadel latn passio, de pati, padecer; queproviene a su vez del griego pathos,que tambin nos ha legado las nocio-nes de patologa y de paciente.Pathos refiere a la modificacincualitativa -o afeccin- que una cosasufre por accin de otra. En Aristte-les, por ejemplo, la pasin se opone ala accin, ya que remite a lo que nosafecta y que recibimos pasivamente.Sin embargo, sta no ha sido la nicaacepcin del trmino, que tambin hasignificado emocin o deseo intensoso violentos. Las concepciones griegas instalaronen Occidente una serie de dicotomasentrelazadas que llevan a una viven-cia de la pasin particularmente escin-dida: placentera y dolorosa al mismotiempo, simultneamente deseable ytemible: la pasin nos parece tan ne-cesaria como potencialmente letal.

    Las pasiones son los vientos que in-flan las velas del navo. Algunas ve-ces le hacen hundirse, pero sin ellasno podra navegar. Voltaire (1694-1778)

    Todos los pensadores antiguos y mo-dernos han reconocido que inevitable-mente hemos de convivir con las pa-siones y que por tanto es preciso ha-cer algo con ellas. Los racionalistasproponen contenerlas, sujetarlas, do-minarlas, atemperarlas. Los romnti-cos no han hecho otra cosa que exal-tarlas, venerarlas, dejarse poseer ysucumbir a ellas. En uno y otro casosiempre bajo la dualidad agente-pa-ciente, amo-esclavo, es decir presosde la dicotoma, atrapados en la esci-sin.

    Todas las pasiones son buenas cuan-do uno es dueo de ellas, y todas sonmalas cuando nos esclavizan. JeanJacques Rousseau (1712-1778)

    La ofuscacin y el temor frente a lapasin se debieron en buena parte alterror, tanto griego como moderno,frente a lo no definido, lo ilimitado y ladesmesura. Este terror llev a buscaren ambos casos formas de control,vigilancia y dominio de las pasiones,aunque con estilos, problemticas ysoluciones diferentes. Ni unos ni otros lograron nunca salirdel crculo vicioso de las polaridadesexcluyentes: un eterno combate entreCaos y Cosmos. Mientras tanto, la vi-da est en otra parte, tan ajena a estabatalla como la pasin. Ni una ni otraadmiten cristalizarse ni disolverse.Hoy, que tenemos la suerte de vivirla crisis de esta perspectiva dicotmi-ca: seremos capaces de aprovecharla oportunidad para atravesar la com-puerta evolutiva que nos lleve haciaotros territorios? Podremos crearpaisajes vitales donde podamos nave-gar las intensidades sin intentar do-mesticarlas? Podremos dejarnosatravesar por la pasin sin sujetarla,jugar con entusiasmo confiando en lapotencia y sabidura de la vida, sin te-mor a perder la ilusin de un controlque nunca hemos tenido?

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    El hombre inteligente encuentra casi todo ridculo, el hombre sensible casi nada.

    Von Goethe, 1749-1832

    Sollozos y gritos? Susurros y carcajadas? Muchas veces resulta ms llamativo el modo en que transmitimos un mensaje que el mensaje en s mismo. Cuanto ms civilizada es

    el habla, menor es la cantidad de exclamaciones, matices y curvas queadopta la comunicacin.

    Comunicacin a travs de la palabra o del cuerpo?Comunicacin real o virtual?Mala comunicacin o buena comunicacin? Y tantas otras pregun-

    tas . . . Nos proponemos ahondar en el tema de la comunicacin, contenido

    troncal de la Expresin Corporal; nuestra investigacin pretende seruna invitacin a la sospecha, la duda y la discusin.

    Nos identificamos con el concepto de Ariel yCobas que plantea que el sujeto se presenta y si-multneamente el cuerpo se pronuncia. Al presen-tarse, el sujeto comunica su nombre, su profesin,su estado civil y los motivos que lo traen al en-cuentro. Sin embargo, esta presentacin se com-pleta con el lenguaje del cuerpo; el cuerpo se pro-nuncia en la manera de ocupar el espacio, en la ma-nera de andar y en la forma que el cuerpo adoptaestando parado o sentado.

    El cuerpo a menudo expresa aquello que el suje-to prefiere callar, o no sabe cmo decir. El cuerporevela ms ntidamente estados de nimo que el su-jeto no llega, no se atreve, no tiene agallas paraenunciar. Cuerpo y sujeto se complementan, secombinan, se alternan y se superponen en sus dis-tintos lenguajes y maneras de manifestarse. El len-guaje del cuerpo a diferencia del lenguaje del suje-to es ms primario y por lo tanto desnuda, develacon ms claridad el mensaje. El lenguaje del suje-to a veces se contradice y otras es avalado por ellenguaje del cuerpo; as entonces, cada sujeto /cuerpo teje la propia trama para comunicarse con-sigo y con los otros, de un modo nico y singular.

    Es posible una buena comunicacin con el otro si no hay comuni-cacin consigo mismo? No se puede dar lo que no se conoce, aquelloque no se tiene. Y a la vez, cuando se entablan vnculos de comunica-cin con el otro, se va desarrollando y enriqueciendo una mejor comu-nicacin con uno mismo. Ser un buen comunicador es un aprendizajeque transcurre durante toda la vida, de quien quiera tener voluntad co-municativa. Si uno es un buen comunicador, seguramente modificarsu registro de la situacin en cada contexto de codificacin-decodifica-cin.

    A qu modos de comunicacin nos referimos?Bucear de la piel hacia adentro y navegar de la piel hacia afuera nos

    proyecta hacia el otro u otros facilitando una comunicacin cada vezms sensible.

    Sensible es una escucha presente y en estado de alerta hacia la per-cepcin de uno, del otro y los otros.

    El ir para adentro alimenta el ir para afuera y viceversa. Hablar decomunicacin con uno mismo es hablar de la escucha que cada unopueda ir encontrando de la piel hacia el adentro del cuerpo, hacia elgran universo que es el cuerpo mismo (piel, musculatura, huesos, rga-nos). Agudizar la audicin interior para poder estar atento a lo que ema-na desde lo ms medular del cuerpo, es decir, afianzar lo que denomi-namos la intra-comunicacin. El cuerpo emite seales constantemente,y la idea es poder escuchar y tomar en cuenta aquello que el cuerpo di-ce para calmarlo si habla de dolores, para desanudar lo anudado, paraabrir lo guardado, para expandir lo encerrado, y as darle cauce al dis-frute y al placer que el cuerpo genera.

    En su libro Arte y Psicoanlisis Ariel y Cobas se refieren a que ladanza se goza en el espacio que la imaginacin deja en blanco. Cuan-do bailamos intentamos despojarnos de ideas preconcebidas y estereo-tipos para disponer del imaginario y estar atentos a lo nuevo que se pre-senta. No buscamos originalidad sino encontrar lo desconocido dentrode lo aparentemente conocido, comunicar aquello que no es comunica-ble en el lenguaje comn, ya que si algo puede decirse, porqu bailar-lo entonces?

    Seguramente porque la potica del movimiento proyecta ms que elmero decir. Para algunos comunicar por medio del arte es ms sencilloque a travs del lenguaje de la palabra, lleno de supuestos, ambigeda-des y redundancias, difcil de clarificar y darle significado.

    El lenguaje artstico es infinito, brinda innumerables posibilidades deexpresin y comunicacin. Sin embargo, cuando hablamos de que el

    arte pinta bordes, lmites en la vida y en la eternidad nos referimos me-tafricamente a una comunicacin ms ntima y sutil con uno mismo.En la danza, a menudo sentimos el roce de nuestro cuerpo con sus pro-pios lmites y con la realidad que el cuerpo en el espacio nos ofrece.

    Cmo traspasar tantos lmites en la comunicacin?El cuerpo mismo es fuente inspiradora y el dejarnos llevar por l es

    un buen punto de partida para el inicio del dilogo, ya sea con uno mis-mo o con los otros.

    La danza crea un vaco en las apariencias, un vaco capaz de desa-nudar la imaginacin, afirman Ariel y Cobas. El no-hacer, la quietud,tiene que ver con el silencio y resulta una buena instancia en la comu-nicacin, tanto en la vida como en el arte. Por otra parte, el vaco se en-cuentra en el silencio, difcil de hallar pero genuino en su naturaleza yorigen.

    Y porqu otorgarle tanto valor al silencio? Porque cuanto ms seahonda en el silencio, ms plena y verdadera es la comunicacin. Esdecir, que la comunicacin tiene menos interferencias, mayor capaci-dad de emitir y recibir claridad en el mensaje.

    Pero no es tan sencillo dar con el silencio. Sabemos que existen di-ferentes formas de silenciarse.

    En su libro El silencio primordial Kovadloffhabla de silencios que aprisionan realidades posi-bles de explicitar. Son silencios nocivos y dainostanto para uno como para los otros. Se cargan demiedos, impotencia y angustia que al callar, gene-ran una energa negativa para uno mismo y para lacomunicacin con los otros. Este silencio nuncaconduce a un estado genuino que le d el valor jus-to al discurso siguiente. Las ocasiones de callar yde hablar se presentan en igual cantidad, pero amenudo observamos la preferencia por el hablarque el provecho duradero de callar.

    Tambin Kovadloff sostiene que el silencio no esel fracaso sino la culminacin del lenguaje. En lasprcticas de Expresin Corporal buscamos el silen-ciarnos y aquietarnos a modo de entrar en el traba-jo sin la carga de ideas preconcebidas o de prejui-cios. Buscamos estos silencios para bailar aquelloque las palabras, tal vez, no llegan a expresar. Bai-lamos la escucha del silencio, sus pasos, su cerca-na y su misterio dejndonos rozar por su contun-dencia y su magnetismo, y tal vez de este modo,

    acercarnos a la frontera de nuestra existencia. Se dice que oyendo m-sica, el hombre se escucha pasar . . . Podemos diferenciar ambos tiposde silencio en lo cotidiano?

    Paul Auster, escritor norteamericano, seala que la claridad es algoas como una generosidad del espritu y que no se escribe por las pa-labras en s sino que se escribe para decir algo sobre el mundo. Ver,tocar, oler, escuchar, degustar realmente . . . Ahondar en la claridad delos cuerpos, moverse en la luz. La claridad se liga con lo genuino, conlo puro, con algo que es.

    La transparencia en la comunicacin nos permite entablar un buenvnculo con el otro u otros, no importa de qu asunto se trate: amor-odio, placer-displacer, alegra-tristeza. La transparencia es lo que nospermite saber dnde estamos parados y saber con qu contamos en re-lacin con los otros. Se necesita transparencia como antdoto de lamentira y la corrupcin.

    Claridad y transparencia se asocian con el compromiso y estos con-ceptos se complementan. Dicha claridad es la que intentamos encontraren la comunicacin. Buscamos la danza que dice, que cuenta algo y nola danza como despliegue de movimientos en el espacio. Paul Austeropina que lo nico verdaderamente perturbador y subversivo es la cla-ridad.

    La mezquindad del espritu no genera claridad, por lo tanto, la mez-quindad tiene que ver con la mala comunicacin, con mensajes tergi-versados que generan ruido.

    Cuanto menos ruido hay, mejor es la comunicacin, ms claro es elmensaje.

    Delicado equilibrio entonces, el de ser un buen comunicador. Man-tener vivos los matices, los rizos del lenguaje. No ahogar aquel modode decir que los nios derrochan en cada dilogo. Volver a ellos, escu-charlos jugar y contar historias. All existe una fuente donde embeber-se de ganas de decir, de contar, de comunicar.

    Claridad en las palabras, en el gesto o cuando hay silencio en el si-lencio . . .

    Buena o mala comunicacin? Queda abierta la reflexin a modo deobservacin y registro constante del entorno. Y ante el impulso de lavoz, de las manos o de la piel por querer decir algo, dejarlas contar.Porque todos tenemos algo que decir a los dems, algn mensaje quemerece ser escuchado.

    La verdad no nace espontneamente; requiere ser deseada, espera-da, acechada y, una vez acaecida, debe ser acunada hasta que logre,por medio de las palabras su forma de expresin Esther Daz.

    Campo Grupal / 5

    De voces y miradas...

    La pasin de escuchary el valor del silencio

    No todos los ojos cerrados duermen, ni todos los ojos abiertos ven. Bill Cosby

    FidelQuerido Romn: aunque parezca in-creble debo decirte que todava ten-go arrebatos adolescentes. Y pocosdas atrs -cuando escuch el impre-sionante discurso de Fidel en Dere-cho- fui vctima de uno de esos inex-plicables y tardos ataques. Porque lalarga charla del cubano improvisadaen las escalinatas de la facultad fuepara m (ms all de todas las reali-dades y frustraciones que conoce-mos bien) un momento histrico enel mejor sentido de la palabra. Fuealgo que sin duda llen de esperan-zas e ilusiones a un montn de genteharta de no soar, cansada de no ir aPars como dira Neruda-, deseosade recuperar, en plena era del vaco,el olvidado sentido de las palabrasintensas. El discurso me hizo pensartambin en lo que deca Shakespea-re, eso de que todos estamos he-chos de la sustancia de los sueos.Porque si ese hombre, autodefinidocomo soador, logr despertar uto-pas en alguien, yo le digo: bienveni-do! Bienvenida la ilusin, las emocio-nes, la sensacin de que no todo es-t perdido. Porque en definitiva todoo casi todo en la vida humana -tam-bin el amor, tambin la poltica, tam-bin la muerte- resulta producto deuna construccin. Hacemos un arma-do incesante de figuras, manchas,personajes, cuerpos, paisajes, exis-tencias, desapariciones, pases, mu-jeres. La vida sin sueos -como laexistencia desprovista de amor o defrutillas- es un rbol seco que no dafrutos. Te cuento que apenas terminese discurso, bien tarde en la noche,me llamaron mis hijos. Carolina medijo que llor con el hasta la victoriasiempre con que se despidi Fidel ycon el que tambin se despeda elChe antes de que los ideales absolu-tos lo llevaran al desastre. Y mi hijoLautaro apenas poda hablar des-pus de lo que haba escuchado ysentido. Te confieso que yo tambindej caer algunas lgrimas, Romn.Y lo hice an sabiendo tantas cosasreales, desagradables e indiscutiblesque conoc en mis cuatro viajes a laisla. Y no s por qu de pronto extra- la poca en que crea, el tiempoaquel en que confiaba, cuando veaal mundo como una eterna senda ha-cia el progreso, hacia la mtica revo-lucin y la alegra. Ahora veo a nues-tro pequeo planeta como una eter-na senda en marcha hacia la auto-destruccin. Pero qu bueno -en me-dio de las ruinas y los misiles y lasmentiras y el desierto-, qu bueno re-sulta escuchar a un viejito de enormeestatura y valenta probada decir vivala humanidad o recordar que a pesarde todo un mundo mejor es posible.Y pensar que si alguna vez el mundorealmente mejora, bueno, habr en-tonces que decir nuevamente: unmundo mejor es posible, otra vida esimaginable, decir que no voy a seguirigual aunque me sienta feliz y reali-zado. Quisiera volver a creer, Ro-mn. No s si se nota. Quisiera (quvivo, no?) nacer de vuelta y poderpronunciar sin vergenza palabrascomo esas que Fidel nos record atodos: autoestima, dignidad, honor,patriotismo, sentido de la vida. Medespido, como siempre, con un abra-zo lleno de esperanzas.Luis Gruss

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    Espacios habitados

    La tarea psicoteraputica incluye crear estructuras transitorias ca-paces tanto de otorgarle sentido transitorio al caos como de con-mover sentidos congelados. Para realizarlo, necesitamos recur-sos y marcos adecuados que permitan movilizar lo que est rgido, co-menzar a fraguar con lo desordenado, lo inexplicable. Tcnicas y es-pacios propios que le permitan a quien consulta instaurar sus propiossentidos, creando nuevas formas con antiguos contenidos alienados.

    Los espacios que habitamos y en los que trabajamos pueden ser pen-sados en los procesos teraputicos desde distintas polaridades: inter-no/ externo, privado/ pblico/ personal/ social, ntimo/ abierto, prote-gido / expuesto.

    Estos espacios no estn determinados slo por sus caractersticas f-sicas, se construyen tambin con nuestros vnculos interpersonales.

    Las relaciones sociales, en que nos criamos y vivimos, determinanlos modos en que podremos utilizar los espacios fsicos, tambin de-finen la representacin (las imgenes internas) del espacio.

    La psicologa evolutiva ha demostrado que las cualidades fsicas delespacio que habitamos son cruciales para el desarrollo del psiquismo.Estas cualidades, co-construyen con nuestros vnculos ms bsicos lasposibilidades de lograr relaciones humanas dotadas de intimidad ycontacto.

    Vnculos y hbitat posibilitan o impiden que emerjan la confianzabsica, la empata y la resonancia.

    A su vez, estos vnculos construyen los ambientes psquicos, susmuros, sus tabiques. Nuestras relaciones infantiles conforman los mo-delos bsicos del espacio interno / externo que habitamos.

    No nacemos en un espacio social claramente delimitado, y sonnuestras relaciones ms tempranas las que confluirn para delimitarlo.Las distintas modalidades vinculares co -determinan cada concepcindel espacio social que finalmente utilizamos. Pasamos de espaciosms estrechos originales a otros ms libres, transitando por un espacioal que llamamos transicional o intermediario.

    Intermediaria ser aquella zona espacio que no queda claramente nidentro ni fuera de nosotros mismos, que nos permite tanto crecer co-mo llegar a separarnos. Se trata de un espacio especial en la constitu-cin de los vnculos democrticos. Ser posible construirlo slo envnculos emocionalmente generosos y empticos.

    Para los terapeutas hallar, en cada tratamiento, el vnculo amorosoque construye este espacio y recrearlo ser matriz esencial de todocambio.

    Vnculos y espacio

    Una de las polaridades que en tensin, en nuestras sociedades post-modernas, se dibuja alrededor de las configuraciones vinculares de laviolencia y la solidaridad. Violencia, que puede tambin ser entendida(segn nuestros distintos modos de pensarla), como individualismoextremo, narcisismo o egosmo. Solidaridad, que a su vez puede pen-sarse como relacin objetal (relacin con el otro), vinculo nutricio ogenerosidad.

    Violencia y solidaridad, en otros sentidos, podran estar relaciona-das con el abuso de poder o con la democracia. Las relaciones socia-les violentas y los vnculos solidarios se diferencian entre s por cons-truir y delimitar espacios internos / intermediarios / externos muy di-ferentes.

    Las murallas, las rejas, los alambres, las sogas, de los vnculos vio-lentos restringen el espacio en que podemos desenvolvernos y crear,no nos permiten probar, errar, cambiar. Constrien el mbito en quenos podemos desplazarnos, pautan y marcan a fuego la repeticin, lanica manera posible de actuar.

    El asfixiante encierro del espacio violento nos priva de todo apoyopara confiar y genera un espacio singular, densamente ocupado, en elcual se experimenta un intenso vaco emocional. La alternativa de losvnculos solidarios construye un espacio personal amplio y menosdensamente ocupado, en el cual abundan los sentimientos de plenitud.

    La relacin entre los vnculos nutricios, la generosidad y la posibi-lidad de un espacio adecuado para lograr la individuacin / separa-cin, ha sido explorada con notable agudeza por Italo Calvino en elcuento Todo en un Punto que remite de modo literario a los comien-zos del Big - Bang. El autor ubica el comienzo de la historia, en unafusin original mtica entre todos los seres y las cosas, en los comien-zos mismos del universo. En su Gnesis, lo primero no es el Verbo si-no el amor:

    "...en el momento en que toda la materia del universo estaba con-centrada en un solo punto, antes de empezar a expandirse por el espa-cio. Naturalmente que estbamos todos all... Que pudiese haber espa-cio, nadie lo saba todava. Y el tiempo, dem: Qu quieren que hici-ramos con el tiempo, all apretados como sardinas? He dicho "apreta-dos como sardinas" por usar una imagen literaria... Cada punto de no-sotros coincida con cada punto de los dems en un punto nico queera aquel donde estbamos todos... Estbamos tan bien juntos, tanbien, que algo extraordinario tena que suceder... Bast que en ciertomomento ella dijese: Muchachos, si tuviera un poco de espacio, co-mo me gustara amasarles unos tallarines! Y en aquel momento todospensamos en el espacio que hubieran ocupado los redondos brazos deella movindose adelante y atrs con el rodillo, el pecho de ella bajan-do lentamente sobre el gran montn de harina y huevos... pensamos enel espacio que hubiere ocupado la harina, y el trigo para hacer la hari-na, y en los campos para cultivar el trigo y las montaas de las que ba-jaba el agua para regar los campos y los pastos para los rebaos de ter-neras que daran la carne para la salsa... Y en el mismo momento depensarlo ese espacio se formaba... el punto que la contena a ella y atodos nosotros se expanda en una irradiacin de distancias de aos luzy siglos? luz y millones de milenios luz, y nosotros lanzados a las cua-tro puntas del universo... y ella disuelta no se en que especie de ener-ga luz calor... un verdadero impulso de amor general, dando comien-zo a la vez al concepto de espacio y al espacio propiamente dicho, yal tiempo, y a la gravitacin universal, y al universo gravitante, ha-ciendo posibles millones de soles, y de planetas.

    El espacio metafrico de Moreno

    Los griegos, como Calvino en ste cuento, construyeron una teolo-ga natural: sus dioses personificaban las fuerzas de este mundo. Eluniverso haba hecho a los dioses y no los dioses al universo. Los grie-

    Campo Grupal / 6 Si doy de comer a los pobres me llaman Santo. Si pregunto por qu hay pobres Comunista. Obispo Helder Cmara

    Ral Sintes [email protected]

    Una luz roja distrada acompaa-ba, en la penumbra de un bosquemgico, los jugueteos inocentesde una familia de osos. De impro-viso, en el otro extremo del esce-nario, aparece la figura gibosa,envuelta en un reflejo amarillo,del cazador del circo. Entre gritosy forcejeos la msica se vuelvechocante, violenta, y el oso es se-cuestrado. El pblico, hipnotiza-do, est viendo al mismo tiempoun oso capturado para que traba-je en el circo, una vctima de ladictadura, una escena de secues-tro express y un smbolo de losdespojos que sufrimos da a da. El oso, cargado en un vagn delferrocarril del circo, tiene queamontonarse entre otros anima-les, y hay un mono que le gritaque se vaya, que ya no hay lugar,que la comida no alcanza, mien-tras aprieta contra su cuerpo a supequea hija. La tigresa se en-crespa y los focos se apagan en-tre rugidos, tirones, intentos deescapar. Y otra vez se nos amon-tonan las escenas: son animalesen un vagn del circo?, la genteque duerme entre diarios y carto-nes en las calles fras de Montevi-deo? o quizs, simplemente, esossentimientos rebajados, vergon-zantes, arrancados de vaya a sa-ber qu oscuros atavismos des-pertados por el capitalismo salva-je, que para muchos nacen con lafalta de trabajo y la desespera-cin por defender las ltimas mi-gajas, pero para otros porquequieren mantener los privilegios oconseguir poder, o votos.Despus el pblico se multiplicen escenas y vimos la broncacontra los milicos, dos fusilamien-tos, una madre superada por larutina, una fabulosa mquina paraducharse, una larga fila de genteque emigraba, dos pibes intentan-do conquistar a una minita, un t-tere- abuelo conversando con sunieta ...El viernes a las ocho de la nochela sudestada barra prolijamentelas calles desiertas de Montevi-deo. No estaba como para alejar-se de la estufa, del guiso de len-tejas, del refugio de cada uno.Llegamos al teatro apaleando fro,mojados y morfando viento, ca-llndonos el miedo de que no fue-ra gente; porque con una nocheas...Pero el teatro, amplio y moderno,se fue llenando poco a poco. LaTute (Troupe Uruguaya de TeatroEspontneo) ayud a las ganasde un montn de uruguayos deestar juntos en una noche de in-vierno, inventando historias,creando entre todos, sintiendoque todava podemos ser prota-gonistas.Era Spinoza el que deca quelos poderes nos dominan inyec-tndonos pasiones tristes, empo-breciendo nuestra potencia de ac-tuar, exacerbando la tristeza y eldesnimo, no es cierto? Y el tipoya deca eso en el siglo XVII...!qu brbaro! no?

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  • gos construyeron, tambin, un importante espacio dramtico en la ba-se misma de sus sociedades. El drama era, para los griegos, un inten-to de elevar la conciencia de toda la comunidad y el espacio dramti-co una a lo que en nuestra cultura contempornea seran el teatro, lareligin, la poltica y el psicodrama. Se trataba de un espacio socialsingular y comn.

    Rescatando para las terapias esa raz profunda de la humanidad,Moreno mostr como los decorados los sostienen a las paredes y no ala inversa: telones y escenografas crean las paredes de las casas, y lasmentes. Con los decorados, reales imaginarios, los hombres creamoslos espacios ms primarios, marcamos la significacin de cada esce-na, damos sentido a nuestras conductas y a nuestros sentimientos.

    Moreno recuper un espacio esencial, el espacio escnico y ese es-pacio sostuvo la creatividad transformadora de las tcnicas de su po-ca. Su nuevo / antiguo hbitat teraputico logr extraer por vez prime-ra a las psicoterapias de los consultorios mdicos (o sus equivalentes,los gabinetes psicolgicos), donde la ciencia formal las tena encarce-ladas.

    Hasta la revolucin de Moreno, los fundadores de las psicoterapiasmodernas permanecieron atrapados en las mallas de la corporalidadrestrictiva, desapegada y ausente de los mdicos. En los consultoriosy los gabinetes el cuerpo y la accin quedaron restringidas a las prc-ticas consolidadas del espacio mdico. Intervenciones verbales, con-troladas debidamente por los textos, la ciencia y las buenas costum-bres de una sociedad entera. Normas de urbanidad, no por co-rrectas menos violentas, fueron y son el cors restrictivo del afectoen muchos tratamientos.

    Salir de los consultorios y abrir los escenarios para explorar el su-frimiento, abri la fuerza dramtica y el apoyo del pblico a los dina-mismos de los cambios internos. Quiz nuestras terapias hoy no nece-siten de un teatro y las butacas, tampoco de dramatizar siempre. De loque no podemos prescindir es de su espritu, aunque hoy lo ubique-mos en un rea virtual y pequea del espacio teraputico.

    Si ayudar a cambiar es ayudar a parir nuevos sentidos, ms propiosy plenos, nos es imprescindible utilizar espacios intermedios, dondelas normas y la dura exigencia de la realidad social queden suspendi-dos, por un tiempo. Slo as puede emerger la subjetividad, el ensayoy el cambio de quien est sufriendo.

    Los procesos de cambio psicolgico necesitan del permiso, del de-sarmado de lo que est congelado y quieto, para ponerlo en movi-

    miento. En la entrada al espacio intermedio un letrero dir "Usted es-ta ahora en un territorio especial, en el que no podr utilizar viejos c-digos y libretos. Quedan en suspenso, los programas restrictivos conlos que hasta ahora vena viviendo".

    Lo dir desde el espacio y tambin desde las propuestas del vncu-lo teraputico. Las psicoterapias demandan experiencias vincularescorrectivas. Ensayos, nuevos roles, nuevos finales vividos con cuerpoy alma. Finales sostenidos con afectos, que lleguen ayuden a construirnuevos vnculos con la vida mas all del proceso teraputico.

    La sociedad separa territorios y designa especialmente espacios pa-ra los ensayos, marca terrenos para experimentos: se llaman ciencia yarte. Arma con decorados y telones, fija las nuevas reglas, da va a loslibretos y los roles. Se trata de espacios intermediarios donde se ensa-ya y se progresa, sin el riesgo inminente del caos y la deconstruccinde las revoluciones. En ocasiones, se llama campo teraputico.

    Las terapias necesitan, para facilitar nuevos conocimientos de acti-tudes plenas de los terapeutas y espacios democrticos. Se trata espa-cios materiales, por cierto, donde poder hacer terapia sin sujetar quienconsulta en la malla social de las normas correctas para la mente y elcuerpo. Un territorio teraputico, donde se pueda ensayar ser unomismo sin recibir ni premios ni castigos. por el intento. Qu mejormetfora para un espacio teraputico que el escenario psicodramticoque nos don Moreno?

    Notas1 Parte de la ideas aqu expuestas fueron presentadas por la Dra. GracielaPeyr en el coloquio cerrado: El Espacio que Habitamos, dentro del en-cuentro: El Espacio y el Hombre, realizado en el Centro Cultural GeneralSan Martn y auspiciado por el mismo y por las Facultades de Arquitectura yUrbanismo y la Facultad de Psicologa de la Universidad de Buenos Aires.2 Winnicott, D. W. The Maturational Processes and the Facilitating Environ-ment. New York. Intrenational Universities Press, 1965.3 Calvino, Italo Cosmicomicas.4 Moreno, J. L. Who shall survive: foundations of sociometry, group psycho-terapy and sociodrama. New York, Beacon ediciones. 1953

    Campo Grupal / 7Lo mejor es salir de la vida como de una fiesta: ni bebido ni sediento. Aristteles

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    En caso de angustia rompa la ta-pa. Terapia de crisis. Teora y tecni-cas. Alfredo Moffatt. Editorial Astra-lib. 2003.

    Juan Daz [email protected]

    Por la dcada del 60, se haca unamuestra foto-antropolgica en los pa-sillos de la entonces UNBA . Semostraban all re-cortes de la reali-dad de Villa Fiori-to mirados por unarquitecto deveni-do fotgrafo. Esasfotos exponanuna sensibilidadpor la que se tra-suntaba una reali-dad que estaba ala vuelta de la es-quina y lejos de la convulsionadaParis, de la dolorida Vietnam o delos hechos que ocurran del otro ladodel muro. Este arquitecto conoce a Pichon co-mo fotgrafo y como arquitecto cons-truye plazoletas con los internos delBorda. Es Pichon quien presenta su libroESTRATEGIAS PARA SOBREVIVIREN BUENOS AIRES, un libro en elque a m se me parece mas a un so-cilogo que a un Arquitecto, Fotgra-fo, Antroplogo Laborterapeuta. Enel Hospital Psiquitrico de Broo-klin psiclogo comunitario; en BrasilPsiquiatra; terapeuta de crisis duran-te la dictadura militar. Inventor delBancadero, antes de la Pea CarlosGardel en el Borda, del Banca Pibes,propiciador del Psicoclub (Carlos Si-ca), de la FM La Colifata y de variasEscuelas de Psicologa Social. El ltimo libro de Alfredo Moffatt diceque el loco descubri el secreto finalde la conciencia, el ADN de la histo-ria de vida, lo que l llama la EscenaCero; descubri que la concienciaarcaica est originalmente vaca,cautiva y paralizada. Y supo que loque llamamos la realidad, con su es-tructuracin del espacio y del tiem-po, es una construccin artificial demiles de aos del lenguaje y de lacultura. El loco supo existencialmen-te que el mar esta dentro y el barcoesta afuera. Que estamos encerra-dos en la conciencia, en la intimidadde nuestros pensamientos que slopuede ser transmitida con el pobrerecurso de canjear imgenes por so-nidos. Creo que Terapia de crisis. Teoratemporal del psiquismo, libro de1982, busca revancha en este re-cin aparecido: En caso de angus-tia rompa la tapa y lo hace avan-zando sobre lo que all se supona. Y, en el avance, se constituye comoun dispositivo que apunta a ciertospresupuestos hegemnicos de lo ins-tituido que son, a su vez, constituti-vos de la modernidad. Y, sin ponersepor fuera de ella, da seales de unrechazo a la filosofa occidental tal ycomo es construida por la moderni-dad; que el conocimiento no espuesto en un lugar de privilegio ab-soluto (conocer por anticipado inven-ta la angustia); que no se muestra ala razn como inmune a las vicisitu-des de la historia (es un invento delos tiempos olvidados) y que se aten-ta contra el axioma moderno de quela realidad sera una entidad inde-pendiente de nuestras practicas. Alfredo, a los setenta, todava andajodiendo (como le gusta decir a l)por el territorio del pobrero, los locosy los pibes de la calle. Y, por lo quese ve, tambin tiene tiempo para ex-poner algunas fotos, algunas ideasen las superficies a veces tan prolijasde nuestro campo de quehaceres. Imagino que a veces debe sentirsesolo. Tambin imagino que Don Artu-ro Jauretche, Discepoln, Art y nues-tro Enrique Pichon Rivire se senti-ran muchas veces solos en estosdesalmados tiempos que corren. Acuerdo con propuesta de que debe-ramos pedir un hbeas corpus parael alma.

    LIBROS

    Creatividad en Desarrollo Personal y Organizacional

    Directora: Lic. Silvina Waisman

    Psicodrama y Tcnicas de Creatividad

    Formacin Continua - Semi-presencial - Seguimiento PersonalizadoTalleres Intensivos Mensuales - Capital y Quilmes

    Orientaciones: Clnica - Pedaggica - Comunitaria - Organizacional4674-3631 /4223-2983 / 15-5-666-6646

  • Campo Grupal / 8

    Durante los primeros das de mayo serealiz en Buenos Aires el IV CongresoIberoamericano de Psicodrama. Cerca demil participantes provenientes de todalatinoamerica, Espaa y Portugal, ledieron el marco a este evento que contcon decenas de talleres, mesas redondasy un espacio abierto a la comunidad.Publicamos las resonancias y reflexionesde cuatro participantes de distintas lati-tudes, adems del texto presentado porla brasilera Marisa Greeb en la MesaEtica y esttica en las nuevas prcticasde ciudadana.

    Reflexiones desde ChileRosanna Nitsche Meli

    [email protected]

    Me paro frente a la audiencia y emito un sonido. Alprincipio tenue, luego de mayor intensidad. Esun sonido puro, claro y suave de muy bajo volu-men y de tonos impensables para un ser humano. Es un so-nido lleno de matices, muy profundo, del alma. Es la vozde la tele, les digo.

    Eso fue un sueo, pero tambin fue un deseo. El deseode poder compartir, de poder expresar lo que senta duran-te el cierre del congreso y lo que aun ahora, das despus yya en mi pas, sigo sintiendo y que quiero expresar antesde que el tiempo y la racionalidad desdibujen lo vivido.

    En ese saln no se respiraba oxgeno, no; se respirabanemociones. Las emociones de los otros entraban en micuerpo me alimentaban, me daban, me llenaban y luego lasexpiraba ya confundidas con las mas.

    Una amiga me dijo un poco despus, Ser eso comu-nin?. Primero pens en la misa catlica, en religionestradicionales, y me dije qu tiene que ver?. Pero luego mesurgi de nuevo la palabra, la busqu en el diccionario:

    En el cristianismo, acto de recibir los fieles la eucaris-ta

    Participacin en lo que es comn; Unin o contacto en-tre personas o cosas

    Congregacin de los que profesan la misma fe, esp. re-ligiosa, y estn sujetos a la misma disciplina

    Participacin que los fieles tienen y gozan de los bie-nes espirituales, mutuamente entre s, como partes ymiembros de un mismo cuerpo.

    Eso ltimo. Lo que se plasm ese da en ese gran salnfue COMUNIN. Fue la participacin de los sentimien-tos, de las emociones, de la espiritualidad de muchas per-sonas y muchos pases que por momentos me haca sentirque eramos todos uno solo, que nos entendamos, nos vea-mos, nos encontrbamos (el tan anhelado ENCUENTRO).

    Fue tambin un orgasmo colectivo que me deja la sensa-cin de disolucin de lmites, de ser uno con los otros, deser ms que yo por unos momentos. Un orgasmo estimula-do por el encuentro, por la vivencia comn, por el compar-tir constante de dos das y medio de espacios donde cadapersona puso lo mejor de si mismo, donde poco a poco seme fue olvidando que el Colegio Nacional de Buenos Ai-res es muy grande, fro e imponente, que parece viejo ycansado, que los techos son altos y los pasillos eternos, quetiene escaleras muy pesadas (y que los argentinos le dicentercer piso a lo que en realidad es el cuarto). Se me fue ol-vidando que hubo dificultades, que la organizacin no eraperfecta, que estaba lejos de mis hijos... y me fui sintiendoparte de algo.

    Entonces comprend lo que deca el lema del congreso yvivenci como el psicodrama lo posibilita: salir del aisla-miento e ir al encuentro.

    Y no es que los psicodramatistas sean o seamos libres detodo mal. Tambin encontr rabia, prejuicios, frustracio-nes, luchas de poder, incomprensin, desnimo en mu-chos, y en mi tambin y eso lo hace ms real, no es unapantalla, no es un producto final, el psicodrama y la vidason un proceso.

    Un viaje del aislamiento.... al encuentro.

    Muchas manos Graciela Piperno

    [email protected]

    Pinsalo imposible y lo hars imposible.Bruce Lee

    No sabiendo que era imposible, el fue y lo hizo.Annimo, extrado de mi agenda

    Una de mis principales preocupaciones, desde el lu-gar de responsable de Prensa y Difusin, era la deencontrar una imagen para este Congreso, que seasuficientemente representativa de lo que en verdad nos es-taba pasando. Entonces recorr por meses archivos y archi-vos y ms archivos. Romn me facilit la coleccin com-pleta de Campo para que me agenciara de algo, mis pa-cientes pintores me acercaban dibujos y mis alumnos dise-adores grficos me armaban collages con imgenes entre-mezcladas de Moreno, Freud y Deleuze (gracias Humber-to Sabatini, de Imagen Cristal). Pero todo eso no alcanza-ba el grado de representatividad que mi hiper-exigencia re-clamaba. Entonces Luis Fau me dijo: hay que producirla,esa imagen hay que producirla. Ya tenamos un logo conescenarios entrelazados, unidos, pero algo ms tena queunirse y ramos nosotros mismos. Guardarnos el yo por unrato para construir un nosotros ms o menos annimo.Muchos caciques y pocos indios, deca mi abuela. Pero fi-nalmente pudimos. Algunos pudimos ms y otros pudimosmenos, pero todos pudimos por lo menos un poco, y coneso alcanz para que, llegado a trmino el periodo de ges-tacin, el beb naciera sanito.

    Pensndolo desde la complementariedad funcional decualquier grupo operativo, yo dira que fue absolutamentepertinente unir la experiencia de mltiples recorridos conla que contaban muchos miembros del comit organizadorcon la ingenuidad de un par de novatos (en este palo me in-cluyo) que, desconociendo absolutamente aos y aos dehistorias de desencuentros se porfi en que s poda hacer-se.

    La verdad, verdad, es que no hubo un equipo que tenaque parir un Encuentro, hubo un grupo hetergeneo quetuvo que devenir en equipo mientras gestaba y para unCongreso Internacional. Y no tenamos (me atrevo a hablaren plural) una clara imagen de cmo se hace semejante co-sa, sino que hubo que producirla, hubo que crearla.

    Despus vino el asombro: del nmero final de inscrip-tos, de la adaptacin amorosa de todo el mundo a la auste-ridad que ofrecamos, de cmo se pudo lograr una convi-vencia donde la sangre no lleg al ro en ningn momento-porque todos pusimos nuestros cuerpos para construir undique de carne y hueso para evitarlo-, de la riqueza de lostalleres, de los videos y de las mesas...

    Siempre habr alguno ms hiper-exigente que yo pen-saba despus, en la tarde del domingo, cuando todo termi-n- que le habr encontrado la quinta pata al gato. Pero elxito est en haberlo hecho, en haber salido al combate,ms all de los resultados. Como tica y como ideologaque debemos transmitirle a nuestros alumnos, no s, se meocurre, digo...

    Haber sido un mosquetero ms en esta hazaa no deja dehacerme sentir muy orgullosa. Y lo digo en voz alta, por-que no fue nada fcil, porque todos los que pusimos manosa la obra dejamos en banda cosas personales y profesiona-les, porque fue costoso tambin desde lo anmico, porquela situacin social no nos ayud en nada, porque aparecie-ron voces desconfiadas...

    Entonces por qu seguimos adelante? Yo no s los de-ms, pero yo sigo sintiendo que en esta vida hay cosas queno tienen precio, que valen la pena a toda costa, por mscaras que parezcan.

    Jilgueros y ruiseoresRasia Friedler

    [email protected]

    Una a una, las manos abandonan sus ataduras con lamsica del aire, sorprendidas por el toque mnimoproducido por otros dedos, a modo del rasgueo deuna guitarra.

    S, existen manos que arrancan una bandera para izarotra idntica, pero trs esa maleza de ptalos cerrados, dor-midos y circunspectos hay un despertar lento y delicado deotras virtualidades, otros hilos que se tensan pero no serompen.

    Unas manos estn quietas y otras no paran de moverse,son pequeas olas agitadas libradas a su propio antojo. Al-guien toma una mano y la mueve lentamente, explorandosus pliegues que luego prolonga en otras manos.

    Hay manos-pulpo que enlazan con sus tentculos, y tam-bin otras distanciadoras, temblorosas que se echan haciaatrs, replegadas sobre su interior. Suplementarias, msque complementarias, no hay ms razn en una que enotra, todas se mezclan al azar. No hay vencedores ni ven-cidos, apenas una asuncin ms plena del devenir.

    Hay manos grandes y pequeas, sueltas y aprisionadas,todas silenciosas como lucirnagas en la oscuridad, con elodo aguzado hacia cada pulsacin minscula. Todo pare-ce una cuestin de movimiento y propagacin.

    Hay manos-almohada de otras manos durmientes o in-ventadas. Extremidades que se rinden a la dulce pesadezde otras. No existe ningn criterio unificador, apenas unatica del reconocimiento mutuo.

    Inventamos un crculo de manos-ventanas que se abreny se cierran surcando el espacio, lugar de lo posible, comosu poesa atestigua. La piel hace lmite a una infinidad decontactos que inauguran otros decires invisibles, otrospunteados de las cuerdas musicales en una heterogeneidadcreciente. Luego las manos se aproximan entre s ms yms, enredndose como un ovillo de colores nuevos y des-conocidos que renuevan el espacio ambiguo del agrupa-miento en una potencia cada vez mayor. Las manos se ex-tienden hacia el centro, unas acostadas encima de otras enuna intimidad sorprendente, envueltas en una especie devapor transparente o exhalacin que tiende a elevarlas. Es-cudrian el horizonte en busca de seales nuevas de espe-ranza. Sujetadas a ese centro vaco las manos suben y ba-jan en una suerte de transversalidad cargada de energa. Unvaco que nadie pretende llenar sino distender, habitar y re-crear.

    Las manos solidarias cuidan, labran y resisten, como siquisieran tocar el mundo entero con la algaraba de sus ye-mas, un mundo disfrutado sin exclusiones. Son manos deondulaciones suaves como capullos de rosas, acaloradas,en nuevas combinaciones discontinuas, dotadas de un m-petu comn a favor de la vida, a la que ninguna puede sus-traerse, a pesar de su autonoma.

    Las manos convergen, tienden a confundirse proyecta-das sobre un lugar comn, sin fronteras, ofrecidas a la cir-culacin de ese gran caleidoscopio mltiple, soporte de lasdiferencias, que emana del encuentro. As, la imagen ganauna nueva consistencia en ese juego tctil y sonoro que nocesa de desplegarse, sin culminacin. Hay una afectividadpsicodramtica forjada en el hbito de hacer con otros yuna infinidad de posibilidades an flotantes de encuentro.Diamantes en bruto. Flechas de luz. Bosquejos de libertad.

    Ojos con ojos, aprendices todos, y entre ellos sonidosmurmurados de boca en boca, resonantes, nacidos de sue-os imbricados en otros. De ah que las miradas cristalinasy creadoras repartidas por diversas plazas del mundo, des-concentradoras del poder, lograran avanzar del sueo a lavigilia. Es que esos cantos simultneos han hecho nido enrboles de ramas gruesas, y de esas ramas ha brotado estefluir vivo de imgenes fugitivas que, al escribirse, han de-venido jilgueros y ruiseores.

    Sobre el Espacio abierto Susana Tommasi

    [email protected]

    Dentro de las actividades de los cuatro das del Ibero,el Espacio abierto a la comunidad del sbado 2, fuela oportunidad para los psicodramatistas de mostrarque hacemos en el mbito comunitario, en nuestros lugaresde procedencia a todo el que tuviese curiosidad.

    Julin Presas y yo, fuimos honrados con la responsabili-dad de la actividad de cierre de la Jornada.

    Vinimos desde Concordia, ciudad que supo ser flore-ciente econmica y culturalmente, y que hoy genera porlas mrgenes, desde sus orillas movimientos contracultura-les casi siempre autogestivos como alternativas al abando-

    no que nos ha llevadla ciudad con ms ppas, con sus consecuga que no hemos inimienzan a derrumbaruna vez ms como rCon que derecho sedo de rer, bailar, abrla posibilidad de habenidades por cuatro dgalarnos y regalar, dchazar articulacionespsicodrama en tan dVinieron hacia m covivencias de los encuno de ellos, en Colono Ricardo Santilln Gantropologa vivencidonde citaba a Josephsentido de sus palabrsolo un trabajo llenoprospere la fiesta.Quvienen de la misma rala otra se seca.

    Imgenes de la guedas entre nosotros cohambre y la desespesin trabajo, muchos dnes que consideran qsalida, esfuerzos latrueque como recursoesto que giramos estodramtico, que da cudad, de las afectacion

    Fue en esa sintonintegracin de intensluntades y energas, eal salir los diferenteselegido.

    Tambores ,fue nuestonces a amigos msiConcordia a acompacal y movimientos lRostros abiertos ibansaliendo de talleres dportando mscaras ratrevida del tango y lcin en las voces, deinterno de la escuela era de EEUU que lubero: Porto con la vmi pas hacen al restvimientos rituales conde integracin,como

    En medio de tantamanos, sentimos hoydad logr convocar asionales con enormeneros, a las nuevas ggente de la cultura y ticipantes o no del ibras de liberarnos de mbras, y aprender unosbrada, del mismo talloventada entre todos y

    El momento elegido por el azar, vale siempre ms que el momento elegido por nosotros mismos. Proverbio chino

    Reflexiones y emociones a flor de piel

    Resonancias del IV CongresoIberoamericano de Psicodrama

  • Campo Grupal / 9El cuerpo, si se le trata bien, puede durar toda una vida. Noel Claras

    do a aparecer en las estadsticas comopersonas bajo la lnea de pobreza deluencias de miseria, docentes en huel-iciado las clases, en escuelas que co-rse. En ese marco nos preguntbamosregenerar-nos el derecho a festejar? Ontimos el profundo deseo tan conoci-razarnos y agradecernos mutuamenteer hecho un corte en nuestras cotidia-as para intercambiar, escucharnos, re-debatir e intercambiar, reafirmar o re-s, interpretaciones y aplicaciones deldiferentes como semejantes lugares?omo siempre al rescate las poderosascuentros de teatro antropolgico. Enonia (R.O.U.), el antroplogo tucuma- Guemes, acompa sus propuestas deial con un artculo de su produccinh Pipper. Una vez ms resueno con elras: Es de suponer -dice Pipper, queo de sentido puede ser suelo donde

    uiz ambas cosas, trabajar y celebrar,az, de manera que si la una se apaga,

    erra an calientes, se mezclaban estoson las de la inundacin en Santa F, eleranza en tantos rostros de hermanosde nuestros hogares despidiendo jve-que hay que irse o no encuentran otraaborales injustamente remunerados,o de sobrevivencia...es en sintona conos das en torno al dispositivo psico-uenta permanentemente de esa reali-nes que produce...o las niega.a que diseamos esta media hora desidades producidas, de reunin de vo-en plena ebullicin, an sin procesar,s grupos de los talleres que hubiesen

    stra primera imagen. Convocamos en-icos-percusionistas de Buenos Aires yar la propuesta de improvisacin vo-libres sobre sugerencia bsicas afro.n llegando, sonrientes y movilizados,de Multiplicacin dramtica, escenas,recin fabricadas, o con la improntala salsa en el cuerpo, de la improvisa- modo que de pronto tuvimos el patio lleno de gente celebrando. La compa-uego nos dara en el cierre final del Ii-vergenza de lo que los gobiernos deto del mundo dialogaba con sus mo-n los tambores, como un smbolo ms metfora esperanzadora.s penurias propias y de nuestros her-

    y que el espacio abierto a la comuni-al intercambio enriquecedor a profe-s y reconocidas trayectorias, los pio-

    generaciones en el mbito, a artistas y los derechos humanos, personas par-ero, que fuimos capaces por unas ho-mezquindades, competencias, y som-s de otros. Porque esa semilla fue sem-o brot el sentido ritual de la fiesta in-

    y la utopa estuvo presente.

    Marisa Nogueira Greeb [email protected]

    Escolhi escrever em aforismos por ser ummodo de expresso adequado para expli-citar o pensamento em rede. So emissesque dependem do tipo de aproximaes que sefaz, ou seja, no uma escrita gerada em umpensamento linear e dedutivo. So frases abso-lutamente condensadas que constituem um es-pao de abertura que engendra novas formas deleituras e percepes. como acompanhar a di-nmica de um grupo. Linhas que se entrecru-zam, fluxos que se agenciam gerando novas res-sonncias que mudam o tema e geram novosfluxos. Movimento constante. Luzes e sombras.Um modo de ser caleidoscpico.

    Um olhar: o socionmicoA ruptura privado e pblico acontece atra-

    vs da cidadania. Esta o canal de uma terapiaque articula macro e a micro poltica, o molar eo molecular, o fora e o dentro.

    reconhecimento da dobra. O dentro perce-bido como a dobra do fora e, as psicoterapiasque tm um olhar socionmico realizam infle-xes na dobra, isto , uma clinica da subjetivi-dade produzida que se prope como singularida-de produtora, gerando novos modos, tico, pol-tico e esttico. Isto acontece propiciando um ou-tro olhar sobre o real e abrindo para possveislinhas de fuga.

    Esta a proposta de um Psicodrama Implica-do com a cidadania articulada com o meio am-biente, as relaes sociais e com a produo deuma nova subjetividade.

    Um combate: foras ativas e reativasCampos de foras e novos vetores 2001O FSM 2001 tem seu significado como frum

    intelectual orgnico - como Gramschi queria.Um aglutinador das foras das organizaes nogovernamentais e dos movimentos sociais. For-as e fluxos nmades que se organizam num ou-tro campo, o campo social.

    Uma contra posio hegemnica: FED FrumEconmico de Davos: representantes das foraseconmicas organizadas e da globalizao neo-liberal.

    Um sociodrama em curso: o confronto da eco-nomia com a Vida, afinal, qual o valor maior ?A cena se inicia no FSM, mas o que o propicia o efeito multiplicador dos movimentos sociais eas organizaes no governamentais. O conhe-cimento de aes similares geram novas alian-as que so alimentadas por compartilhamentoscontnuos, favorecidos pela internet, se desdo-brando em outros Fruns, por temas ou emer-gncias. Ex. FSA.

    A bipolaridade j est posta. Que plo ser in-tensificado por cada um de ns?

    A escolha tica e a TrasvaloraoEstamos no fio da navalha: o encaminhamen-

    to para um Imprio que exercita a biopoltica,desejante da captura de nossa biopotncia, denossos corpos e almas e a mudana dessa hege-monia para uma sociedade com uma economiamais solidria, uma sociedade mais femininamais acolhedora, com uma opo pela simplici-dade voluntria, com o desejo mais genuno pe-lo gosto e menos produzido para o desnecess-rio. Esta uma opo por uma nova tica. No a eliminao dessas foras que constituem oImprio, nem a opo pelo paraso, mas pela he-gemonia.

    Um outro homem est emergindo, o homemdo desejo como produo, fadado orfandade eabandonado prpria responsabilidade. O ho-mem, como foi tematizado na Grcia, o homemda falta est morrendo e com ele o Estado demo-crtico do um. Do pai, do Imprio.

    Seria esta uma alucinao ou uma virtualidade?

    Uma novidade: as multides e a simultanei-dade

    A ampliao da articulao internacional e asmultides se manifestando com a fora da simul-taneidade d um sentido novo e se manifestaagora em outro tipo de combate, no mais do con-fronto, mas o da resistncia, do a favor de, quetambm vem prenhe de sentido, quer gerar inclu-so, solidariedade e afirmao da vida. O annciode uma transvalorao. Novas prticas de cidada-nia se manifestam desde Seatle e com a intensifi-cao das aes do Imprio, e atravs da imedia-ta organizao pelo FSM surge mais uma novida-de a simultaneidade dessas aes. Novidade estacaptada na sua virtualidade e tornada possvel ereal. Atualizada j nos Psicodramas de 21 de mar-o 2001 que teve repercusso mundial, inclusiveno conselho do Frum e reinventada nos Psico-dramas de 12 de outubro abarcando 16 pases.

    Uma Protagonizao: LulaLula , na sua singularidade, condensa senti-

    mentos e autoriza public-los enquanto protago-nista. Os sentimentos se desenham com clarezaporque esto ancorados em projeto de ao. Es-se projeto intensifica os sentimentos acontecendouma intensificao mtua entre protagonista eprotagonizados porque identificados. Reconhe-ce-se Lula como protagonista dando expresso alegria, afetividade, medo e coragem gerando aconstruo de uma identidade que se apropriaprodutivamente de suas caractersticas singula-res. A auto-estima e a alegria do bom encontro sepotencializam. O esgotamento do desnimo e oreconhecimento da fora do cidado acontecemvia movimentos e articulao FSM. Um outromundo possvel, ns tambm somos possveis.Uma nova subjetividade est se tornando visvel.Singular e criativa.

    Gerou-se um novo modo de governar com opovo no poder executivo.

    O primeiro diploma: o de presidente de meupas.

    A emoo desterritorializa os protocolos.A alegria genuna da conquista e o sem medo

    de ser feliz passam a ser dominantes, a esperan-a venceu o medo, e conquista-se o cuidado nogrego, cura.

    A diferena respeitada e bem vinda porquetemos um projeto claro. E a poltica da inclusocomea a ser possvel.

    A inverso da economia como valor maior.Agora a Vida valor maior e a economia develhe dar sustentao. a tica gerando polticas.

    Uma outra economia entra no cenrio de go-verno com a criao da secretaria de economiasolidria. Uma contradio e um cuidado. O estPas est convalescente. O movimento socialconquista a instncia governamental. E o ora-mento participativo comea a engatinhar comuma metodologia de coordenao de grupo gera-da tambm na experincia psicodramtica.

    A protagonizao reconhecida e compartilhadafaz com que a articulao, entre protagonista eprotagonizados, gere uma novidade que a tran-versalizao em todas as classes sociais com odesejo de produzir um outro modo de lidar comas contradies e os combates. Com alegria, ex-presses de afetos e intensidades. Conquistandocoraes e mentes.

    Somos protagonistas de um novo fluxo tico,poltico?

    Situao E Oposio no E que est con-tida toda criatividade

    As novas prticas da cidadania no Brasil foramcontaminadas por uma multiplicidade de vetores.Uma delas vinha sendo construda, durante esses23 anos, pela organizao de um grupo no confor-mado ao direcionamento da vida e suas polticas

    que geraram uma enorme excluso social e a sub-misso ao CMI. (capitalismo mundial integrado)

    Uma organizao partidria articulada com osmovimentos sociais. O PT - um partido E um mo-vimento. Uma articulao macro E micro polti-ca. Hoje situao E oposio. tico, o outroexiste e precisa ser ouvido. Reconhece diferentesposionamentos. Conflita. E se supera. Cresce. Em2001, Marta Suplicy, psicloga eleita e propeo Psicodrama da Cidade, o Psicodrama da tica,buscando ouvir a fala do povo. A resultante maisinesperada desse evento foi a subjetividade ter si-do considerada e publicada como uma determi-nante poltica pelo poder pblico. E hoje, no pla-nejamento estratgico das subprefeituras, isto es-t contemplado na formao das suas equipes nofoco da tica compreendida como cidadania. Des-dobrando-se em vrios trabalhos realizados emoutras cidades, com a populao, com servidorespblicos e governos, na compreenso da dinmi-ca relacional: Governo-Servidor-Cidado, bus-cando a superao das relaes vampirescas eafirmando a tica da alegria, do inocentar-se, damultiplicidade e dos devires.

    O virtual, o possvel e o realA experimentao do Psicodrama 2001, nos le-

    vou a perceber a importncia da visibilidade dasimultaneidade e que as inflexes, assim realiza-das, levam a uma ao disrruptiva porque rom-pem modos conservadores de tratar os cidados,a cidade e as relaes cotidianas. uma ao re-volucionria porque semeia, o desejo de aescidads. uma ao feliz porque gera alegria,vontade de viver e amplia a potncia criativa. uma ao teraputica porque leva busca da su-perao das foras ressentidas da vtima e ao res-gate das foras ativas e criativas, favorecendo aauto poieses. E ainda, uma ao disparadorade novos fluxos porque gera novos movimentosde cidadania no dia-a-dia.

    A terapia como um servio pblicoE a funo de captao das virtualidades se

    torna prioritria no contexto atual. A subjetividade reconhecida publicamente

    sustenta novas prticas, as prticas cidads den-tro dos processos teraputicos, sejam eles indivi-duais, de duplas, de grupos, nas instituies ounas praas com a contrapartida de no perdemoso trem da histria. A dicotomia psico-social umposicionamento claro das prticas imperiais. Istoseria um bom objeto de estudo e responsabilida-de dos terapeutas reconhecidos como da rea psi.Penso que esta uma reduo sbia promovidapela subjetividade capitalstica. A especialidadeno domnio de territrio e corporativismo, sim olhar cirrgico para o aprofundamento deconhecimento.

    Ser tico fundamentalmente considerar aexistncia do outro e afirmar a potncia da vida.Ser poltico agir nessa correspondncia e o seresttico aquele que intui o mundo. Toda estti-ca surge simultaneamente tica que j postu-ra liberadora de potncia.

    Quero completar com um texto do livro Imp-rio de Antonio Negri e Michel Hardt. -Ed. Re-cord pag. 379- que indico para todos que queiramcompreender a contemporaneidade a partir destatica. E ainda como contribuio desta amplitu-de de nossas funes e papis:

    Por virtual entendemos o conjunto de pode-res para agir (ser, amar,transformar, criar) quereside na multido...o conjunto virtual de pode-res da multido construdo por lutas e consoli-dado em desejo. Agora precisamos investigar co-mo o virtual pode exercer presso nas bordas dopossvel, e assim tocar o real. A passagem do vir-tual atravs das bordas do possvel para o real o ato fundamental da criao. Trabalho ativo oque constri a passagem do virtual para o real; o veculo da possibilidade.

    La etica y la esttica en las nuevas prcticas de ciudadana

    Afirmar la potencia de la vida

  • Silvia Schverdfinger [email protected]

    - l saldr del encierro de afuera,si se le abren las puertas hacia adentro -

    Edgar (pintor)

    Edificio reciclando todo su frente. Obrero en silleta, obrero enbalcones, obreros trabajando. Sala grupal entibiada , transpira-da en las personas del grupo conversando (reunin informativaacerca de nuestros cursos de formacin en psicodrama y coordinacingrupal). Suena el timbre, vengo a buscar a mi compaero que quedencerrado. Buscamos por las distintas salas, no aqu no est, saqu est encerrado, atraviesa la sala y se dirige a la ventana balcn,ayuda a su compaero a entrar para poder salir. Se suma algn inte-grante. Abrimos las puertas para entrar y para salir.

    Agradecen y se van. Seguimos con la reunin.Clima de intensidades...Imprevisin. Azar. Un timbre y el azar.

    Cuerpos inquietos, impulsos, cuerpos en movimientos, yendo al en-cuentro de otro. Cuerpos venciendo la frontera (la ventana-balcn),cuerpos excludos, cuerpos sostenedores y sostenidos. Cuerpo intrusi-vo que avanza por entre otros cuerpos. Subvirtiendo el orden , la or-ganizacin establecida. Cuerpos alertas rozando otros cuerpos. Dan-zando juntos al rescate de otro cuerpo. Todo dur tres o cuatro minu-tos. Rpido, veloz, vertiginoso, algunos no entendan que estaba pa-sando, hubo vibraciones, intensidades, cuerpos sorprendidos, cuerpostontos, cuerpos sabios. Algunos intentaron explicar a los otros.

    Narracin , relato, texto escrito de la escena producida. Otros expre-saban sus sentimientos.

    Hubo el azar, hubo lo imprevisto, hubo cuerpos en movimiento , searm una mquina mgica y fugaz entre los cuerpos.

    Surgieron las versiones de cada uno, sentimientos, pensamientos,accin. Reflexin. Haba otro clima, entusiasmo, alegra, desconcier-to, algo de inquietud, algo de pasin.

    Nos volvimos a mirar, encuentros y desencuentros de miradas.Otras maneras de mirarnos.

    Otros gestos. Otros ritmos respiratorios y cardacos. Resonancias.Surgieron comentarios acerca del edificio, del barrio, de las calles, dela noche y de las noches en Buenos Aires, del trabajo de los obreros,del trabajo, de la desocupacin, de las ganas de llegar, de las ganas deirse, de sus mbitos de pertenencia, de sus exclusion