fernand braudel. el mediterraneo y el mundo en la epoca de felipe ii

8
EDUARDO PORTAS/MAESTRÍA EN HISTORIA MODERNA DE MÉXICO/ CASA LAMM/PRIMAVERA 2013 Fernand Braudel El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II Con Fernand Braudel continuamos la línea de pensamiento annalista que abordamos en nuestra entrega pasada cuando hablamos de forma breve sobre Los Reyes Taumaturgos de Marc Bloch. Para Braudel, la historia es mucho más que una serie de actos “explosivos” reservados para los políticos de cada época. La historia se comienza entender cuando analizamos las estructuras materiales e inmateriales de los pueblos, las cuales afectan la vida social y cultural de las personas que se desarrollan en ellos y van desde la geografía y las condiciones climáticas hasta, por ejemplo, las sillas que usan las personas de determinada cultura para sentarse a comer. La historia total de Lucien Febvre, mentor de Braudel, sigue viva con el autor de El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II (1949), quien asegura en el Prefacio de su obra que el historiador debe incorporar a sus estudios las perspectivas de distintas ciencias sociales como la economía, sociología, antropología y geografía para enriquecer su entendimiento de las personas y sus acciones en el pasado, que por cierto, muchas veces aun se pueden ver en el presente.

Upload: mariano-jelovina

Post on 30-Jan-2016

13 views

Category:

Documents


3 download

DESCRIPTION

Fernand Braudel. El Mediterraneo y El Mundo en La Epoca de Felipe II

TRANSCRIPT

Page 1: Fernand Braudel. El Mediterraneo y El Mundo en La Epoca de Felipe II

EDUARDO PORTAS/MAESTRÍA EN HISTORIA MODERNA DE MÉXICO/CASA LAMM/PRIMAVERA 2013

Fernand BraudelEl Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época

de Felipe II

Con Fernand Braudel continuamos la línea de pensamiento annalista que abordamos en nuestra entrega pasada cuando hablamos de forma breve sobre Los Reyes Taumaturgos de Marc Bloch. Para Braudel, la historia es mucho más que una serie de actos “explosivos” reservados para los políticos de cada época. La historia se comienza entender cuando analizamos las estructuras materiales e inmateriales de los pueblos, las cuales afectan la vida social y cultural de las personas que se desarrollan en ellos y van desde la geografía y las condiciones climáticas hasta, por ejemplo, las sillas que usan las personas de determinada cultura para sentarse a comer. La historia total de Lucien Febvre, mentor de Braudel, sigue viva con el autor de El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II (1949), quien asegura en el Prefacio de su obra que el historiador debe incorporar a sus estudios las perspectivas de distintas ciencias sociales como la economía, sociología, antropología y geografía para enriquecer su entendimiento de las personas y sus acciones en el pasado, que por cierto, muchas veces aun se pueden ver en el presente. 

En este sentido la duración de los hechos, las culturas y sus elaboraciones colectivas así como el medio ambiente en el cual se desarrollan sólo puede entenderse bajo tres tipos distintos de historias, las cuales Braudel describe en el Prólogo de su obra y se entrelazan a lo largo de la redacción de su texto: 1. La historia casi inmóvil (aquí también la llamaremos de larga duración) es aquella del hombre en sus relaciones con el medio que le rodea; historia lenta en fluir y

Page 2: Fernand Braudel. El Mediterraneo y El Mundo en La Epoca de Felipe II

en transformarse; hecha no pocas veces de insistentes reiteraciones y de ciclos incesantemente reiniciados, la cual el autor desarrolla extensamente en la primera parte del libro. 2. La historia lenta (mediana duración), entendida como la historia social, de los grupos y de las agrupaciones, elaborada en la segunda parte del libro. Y finalmente, 3. La historia tradicional o corta, confeccionada a la medida del individuo, la historia de los acontecimientos, la agitación de la superficie, las olas que alzan las mareas en su potente movimiento. Una historia de oscilaciones breves, rápidas y nerviosas, como apunta el autor1. En este pequeño texto desarrollaremos algunos ejemplos de estas tres duraciones a partir de la segunda edición francesa del texto de Braudel (1966),  obra corregida y aumentada y en donde, como el autor mismo precisa, tuvo que reescribir capítulos enteros a causa de las nuevas problemáticas desarrolladas en el intervalo desde la salida de la primera edición.  También salpicaremos nuestras explicaciones con ejemplos específicos de la forma en que la economía y la geografía intervienen en el desarrollo de los pueblos del Mediterráneo, materias que se interconectan de forma natural con las duraciones que utiliza el autor. Tomamos nuestros ejemplos del Capítulo primero de la parte inicial del libro titulada “La Influencia del Medio Ambiente”.

      Dejémoslo claro desde ahora: la obra aquí analizada es vasta. Los dos volúmenes del texto en castellano suman más de mil setecientas páginas. Pero a diferencia de otras obras históricas en las que la historia se narra de forma cronológica, Braudel salta de una conexión a otra porque el gran protagonista de su obra es el mar Mediterráneo, un complejo de mares. Es un ser que se entiende mejor cuando se analizan las llanuras y montañas alrededor de él y la vida que se mezcla con la tierra.  Porque el Mediterráneo también es diversidad, no todo es olivares y naranjos. También hay pasajes montañosos cubiertos de nieve contra los cuales, a

Page 3: Fernand Braudel. El Mediterraneo y El Mundo en La Epoca de Felipe II

sólo unos kilómetros de las soleadas costas, los hombres se han enfrentado desde hace miles de años (historia larga). El invierno recrudece las condiciones, por ejemplo, del Atlas marroquí, en donde León el Africano, en la primera mitad del siglo XVI, tuvo la mala fortuna de que le robasen el bagaje y la ropa cuando intentó franquearlo (historia corta)2. Al igual que Bloch, el autor enfoca el grueso de sus ejemplos en las clases subalternas, no en los grandes protagonistas de la historia, para ilustrar sus modelos basado en duraciones. Si aquí usamos a León el Africano es para explicar de manera clara lo que se propone el autor, que utiliza documentos muy diversos como fuentes (cartas religiosas, inventarios, mapas, textos académicos de su época, literatura clásica de cada país), así como observaciones antropológicas del presente, vivas. La realidad está hecha de estructuras que se intersectan entre sí, y los hombres juegan en ellas mientras están vivos. Los hechos de los grandes líderes son apenas movimientos trémulos en un inmenso tablero en donde se juega la vida y brotan los acontecimientos.  “Me parece que Paul Ricoeur expresa con lucidez el contenido del acontecimiento”, explica Corcuera, “el acontecimiento no es necesariamente breve y momentáneo como una explosión. Es una variable de la trama. El esquema de las duraciones permite a Braudel construir modelos que den cuenta de la realidad”3, tal como lo vemos cuando regresamos a nuestro ejemplo hídrico:

Estas nieves perpetuas nos explican la larga historia del “agua nieve” de la zona del Mediterráneo, que ya Saladino dio a beber Ricardo Corazón de León y de la que el príncipe Carlos abusó hasta encontrar la muerte, en el caluroso mes de julio de 1568, estando preso en el palacio de Madrid4.

      El “agua nieve” es la historia de larga duración, aquella que pasa con una recta trasversal distintas generaciones y que tiene una explicación específica, de corta duración, en la acción de los monarcas. Y ahora, sobre este miso tema, un ejemplo de la mediana duración, aquella que se vive como la

Page 4: Fernand Braudel. El Mediterraneo y El Mundo en La Epoca de Felipe II

historia social:

En la Turquía del siglo XVI, el «agua de nieve» no era siquiera un lujo de los ricos. En Constantinopla, y en otros lugares —Trípoli de Siria, por ejemplo, los viajeros mencionan a vendedores de agua de nieve, trozos de hielo y sorbetes, artículos que se pueden comprar por unas pocas monedillas. Belon du Mans nos refiere que la nieve de Brusa llegaba a Constantinopla en cargamentos enteros. Podía obtenerse en cualquier época del año, dice Busbec, quien se sorprende al ver que los jenízaros la beben diariamente en Amasia, en Anatolia y en los campamentos del ejército turco. El comercio de la nieve es tan importante que los Pachas se interesan en la explotación de las minas de hielo: Mehemet Pacha ganaba con ellas, según se dice en 1578, hasta 800 000 cequíes al año5.

       Más adelante, cuando Braudel nos habla de la vida en la montaña, profundizamos en la relevancia de la clases subalternas de la historia. “¿Diremos, entonces, que las montañas son algo así como los barrios pobres del Mediterráneo, sus reservas proletarias?”6,  pregunta el autor. En las siguientes páginas de su historia, explica que la vida en las montañas puede ser rica, favorecida por los recursos naturales, pues la misma es baluarte contra los soldados o los piratas y a veces, de baluarte temporal se convierte en refugio, definitivo7, tal como lo vemos en esta muestra de historia larga:

Lo demuestra con bastante claridad el ejemplo de los puszto-válacos, que desalojados de las llanuras por los campesinos eslavos y griegos, vagaron como nómadas durante toda la Edad Media a lo largo de los espacios libres de los Balcanes, de Galitzia a Servia y al mar Egeo, empujados sin cesar, pero empujando, a su vez, a otros8.

      La geografía y la economía de la montaña están íntimamente relacionados. Por un lado, la población de las montañas siempre es menor a las de las ciudades que se encuentran más abajo. Por eso, explica, la montaña se ve forzada a vivir de sí misma en cuanto a lo esencial; debe producirlo todo, como sea: cultivar la vid, el trigo y el olivo, aunque ni el suelo ni el clima sirvan para ello9. No hay

Page 5: Fernand Braudel. El Mediterraneo y El Mundo en La Epoca de Felipe II

montaña que no tenga tierras labrantías: Espoleto se halla en medio de una llanura extensa; Aquileya cultiva azafrán, trigo, cebada; en Cosenza se da el maíz. Además, la montaña es también el reino de los productos lácteos y del queso. La montaña es marginal, su historia consiste en no tenerla, agrega Braudel, porque las grandes civilizaciones del mundo pasan ante ella y la vida en las montañas sigue casi igual. El latín llega con mucho trabajo o de plano no llega, prolifera la magia y la superstición, y se guardan sistemas de gobierno muchas veces distintos a los de las poblaciones abiertas, como sucede con la vendetta hasta hoy día10.  Y cuando los montañeses migran a la ciudad, como lo han hecho en distintos ejemplos de historia media, traen sus costumbres, como los armenios, quienes deben su éxito a que eran gente ruda, acostumbrada a pasarlo mal, resistentes y de pocas necesidades, “verdaderos montañeses, en una palabra… Eso es realmente la montaña: una fábrica de hombres para uso ajeno; su vida difusa y pródiga alimenta toda la historia del mar”11.                  La vida se forjó en las montañas porque las llanuras primitivas, al inundarse, eran fuente de mosquitos y de malaria. Estas planicies no viven su edad de oro, su bonificación, hasta que el cultivo y la irrigación disminuyen la cantidad de agua estancada. Ejemplo de historia larga y comercio: la historia de los arrieros de España, que surcan las Castillas de norte a sur en el invierno y viceversa en el estío cargando trigo, sal, lana, madera, personas. La historia de España no se entiende sin esta trashumancia12 y tampoco sin el desarrollo de Sevilla, la planicie más rica del reino, la cual incluso concentraba las riquezas de América. Sevilla vive, también con una conexión al mar, y por eso, como todas las planicies acaba convirtiéndose en una potencia económica y humana, en una fuerza: “Pero no vive para sí misma: ha de vivir y producir para el exterior. Y esto, condición de su grandeza, es también —en un siglo XVI

Page 6: Fernand Braudel. El Mediterraneo y El Mundo en La Epoca de Felipe II

donde nadie tenía seguro el pan cotidiano— la causa de su dependencia y miserias”13. En síntesis: un ejemplo de historia larga y de geografía y economía indivisibles. Siglos pasan para que se desarrollen paroxismos y crisis, que algunos pueden confundir con determinismo14, y de estructuras que se construyen y también se deterioran y se alternan indefinidamente15, puesto que, al final de siglo XVI, las poblaciones comienzan a ver más allá del mar interior y voltean hacia Atlántico.

1 Fernand Braudel. El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II. Fondo de Cultura Económica, México, 1987, pp. XVII-XVIII.2 Ibid, p. 31.3 Sonia Corcuera. Voces y Silencios en la Historia Siglos XIX y XX. Fondo de Cultura Económica, México, 1997, p. 190.4 Braudel, Op.Cit, p. 33.5 Ibid.6 Ibid, p. 367 Ibid.8 Ibid, p.37.9 Ibid, p. 39.10 Ibid, pp. 41-49.11 Ibid, pp. 62-63.12 Ibid, pp.68-69.13 Ibid, p.105-10914 Corcuera, Op.Cit., p. 193.15 Braudel, Op.Cit, p. 132