A lo largo de la historia las personas de la humanidad siempre andan

en busca de su felicidad, ¿Pero existirá receta alguna para encontrarla? ,

seguramente la mayoría de las personas se han de cuestionar cual será

el camino hacia dicha prosperidad. Según Freud el ser humano desea por

naturaleza alcanzar la felicidad, pero, quizás no haya una receta

exacta como las de cocina, pero toda receta necesita un ingrediente

especial, que la hacen diferente a las demás. También para lograr todo

esto necesitamos aplicara en nuestra vida diferentes principios como

valores y virtudes ya que para tener una vida plena necesitamos aplicar

uno de los valores mas importantes el amor ya que sin el la vida se

frustra de tristeza y dolor.

La felicidad en la vida se empieza a desarrollar desde nuestra niñez

dentro del núcleo familiar, de ahí depende que lleguemos a ser personas

respetables y con una buena visión de nuestra vida.

En la sociedad actual, las familias son muy materialistas,

puesto que creen que el dinero lo es todo y tiene la

capacidad de comprar la felicidad, desdichadamente se

equivocan porque el amor no se compra, se proyecta y se

construye día con día un claro ejemplo el cuida que se

tienen con las plantas, ya que necesitan un cuido diario

para poder sobrevivir y esto mismo pasa con la felicidad,

puesto que no podemos pretender hacer felices a los demás

si estamos vacios por dentro.

Si queremos amor nos conviene aprender a darla, si queremos comprensión

debemos aprender a escuchar y comprender a los demás, si queremos trabajo

estamos comprometidos esforzarnos día con día ya que si queremos respeto

nos corresponde dar el ejemplo. Todo esto es indispensable para lograr la plena

felicidad.

Ya que dicha prosperidad no se puede encontrar en la fama, ni en

la riqueza, ni en los honores ni menos aun en el placer, también no

es solo pensar en si mismo sino de compartir esta hermosa

satisfacción hacia los demás, en dar a entender que el camino a la

comodidad del ser humano no es tan difícil como muchos nos hacen

creer, esto se resume en compartir con las personas brindando amor,

en ver las cosas maravillosas que se nos presenta en la vida, es

olvidar el ayer, vivir el presente y no anticipar el provenir.

“la felicidad es un camino, no una

estación, es un viaje, no un puerto, la

felicidad viene de adentro y no de afuera

y siempre hay tener presente que

contamos con una persona que nunca nos

va a defraudar que es Dios y de la mano

con el podemos llegar donde queramos”.