feldman sobre cage

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Es ampliamente conocida la influencia del budismo zen en Cage y no lo es menos el lugar que este compositor tuvo en el desarrollo de las vanguardias musicales. En todo caso, se puede mencionar dos cosas: que fue la figura más notable de la -no en vano- llamada "vanguardia radical" y que incluso a sus 70 años seguía liderando la escena vanguardista causando no poca sorpresa, tanto en los Estados Unidos como en Europa. De todos los compositores clásicos, e incluso de todos los vanguardistas, Cage es el más infantil en el sentido nietzscheano del término: un músico que no dejó de jugar, de ampliar los límites, alterar las reglas, que no amilanaba su fuerza creadora, que no se resentía y no permitía que los conceptos le quitasen libertad ni sensibilidad. No sé del grado del compromiso religioso o filosófico de Cage con el budismo (tengo entendido que nunca se adhirió a las prácticas Zen del canto y la meditación), pero su arte muestra claramente una preeminencia del aspecto lúdico y jovial que quizás sólo tenga paralelo con la música de Erik Satie (que también le influyó decisivamente). Lo que quiero decir es que, poniendo entre paréntesis la metafísica del nirvāṇa (del que se desprenden el ascetismo que Nietzsche criticaba a Schopenhauer, la meditación, etc.), hay en el budismo, por ese mismo distanciamiento con el mundo fenoménico (samsāra), una magnífica paradoja: la entrega estética al mismo. No tiene sentido abandonar el mundo -por ilusorio que éste sea- porque la condición humana está en todo caso

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articulo sobre las diferencias esteticas y filosoficas de los compositores.

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Es ampliamente conocida la infuencia del budismo zen en Cage y no lo es menos el lugar que este compositor tuvo enel desarrollo de las vanguardias musicales. En todo caso, sepuede mencionar dos cosas: que fue la fgura ms notable de la -no en vano- llamada vanguardia radical y que incluso a sus !" a#os segu$a liderando la escena vanguardista causando no poca sorpresa, tanto en los Estados %nidos como en Europa. &e todos los compositores clsicos, e incluso de todos los vanguardistas, Cage es el ms infantil en el sentido nietzsc'eano del t(rmino: un m)sico que no de*+ de *ugar, de ampliar los l$mites, alterar las reglas, que no amilanaba su fuerza creadora, que no se resent$a y no permit$a que los conceptos le quitasen libertad ni sensibilidad. ,o s( del grado del compromiso religioso o flos+fco de Cage con el budismo -tengo entendido que nunca se ad'iri+ a las prcticas .en del canto y la meditaci+n/, pero su arte muestra claramente una preeminencia del aspecto l)dico y *ovial que quizs s+lo tenga paralelo con la m)sica de Eri0 1atie -que tambi(n le infuy+ decisivamente/. 2o que quiero decir es que, poniendo entre par(ntesis la metaf$sica del nirv34a -del que se desprenden el ascetismo que ,ietzsc'e criticaba a 1c'open'auer, la meditaci+n, etc./, 'ay en el budismo, por ese mismo distanciamiento con el mundo fenom(nico -sams3ra/, una magn$fca parado*a: la entrega est(tica al mismo. ,o tiene sentido abandonar el mundo -por ilusorio que (ste sea- porque la condici+n 'umana esten todo caso atada a (l. &e 'ec'o, (sta es la diferencia esencial con el nirv34a del 'induismo, que est ms claramente opuesto al sams3ra. 5or eso 'ay en el budismo dos prcticas para olvidar el s$-mismo -atman/ e iluminarse:una ms pasiva, orientada al no 'acer ni pensar, que es la meditaci+n -b'avana/6 y otra ms activa, que consiste en lapermanente entrega, plena e incondicional, a la acci+n que se est realizando en el instante presente. Es por este segundo camino que lo est(tico y las representaciones art$sticas adquieren relevancia, ya que el artista, aun cuando enfatice su no-yo -an3tman/, como 'ac$a Cage con la indeterminaci+n y la aleatoriedad, y precisamente por eso, se entrega plenamente, sin reservas ni imposiciones sub*etivas, al *uego del arte. El 7uda volvi+ sobre las representaciones dramticas. Cage se entrega a la m)sica, que, seg)n su c(lebre defnici+n, lo es todo.Este apartarse del mundo cotidiano, donde predomina la certeza que acompa#a a nuestra percepci+n sensible, supone en s$ mismo una actitud est(tica antes que una moral o religiosa. &e lo que se trata es de aprender a *ugar con lo que 'ay en este mundo, *ugar con las representaciones. 8ugar signifca relativizar las creencias que sobre (l se asientan como certezas -como si fuese la realidad ob*etiva/. El arte y la actitud est(tica que (ste preferentemente despierta afectan a nuestro modo de comprender la vida y el mundo, as$ como a nuestra manera de vivirla. 5ero no podemos, en cuanto al budismo, de*ar delado aquello que pusimos entre par(ntesis6 esto es, su metaf$sica, porque es precisamente por ella que (ste vuelvepositivamente sobre el mundo. Como con el cristianismo de 8es)s, el budismo cree que la realidad ob*etiva est fuera del mundo y logra as$ la felicidad en el mundo. Eso y s+lo eso es lo que en el fondo signifca la frase de 8es)s: tu fe te'a salvado. -1e trata, adems, de fe y no de un conocimiento teol+gico que para buena parte de la tradici+n*ud$a est vedado/. El sufrimiento, la enfermedad y la muerte, as$ como la obsesi+n por las posesiones materiales,pierden su peso ob*etivo porque el mundo en el que vivimosno es real. Esa raz+n no la acepta ,ietzsc'e. 9 con esto se quiere decir que 'ay matices importantes por los que, fnalmente, se distancian el budismo y el ni'ilismo activo. 1ibien el budismo se cuida de los dogmatismos teniendo en cuenta la impermanencia -anitya/ y la insustancialidad -an3tman/, que son modos de colocar todos los fen+menos en el devenir, esto, para ,ietzsc'e, no *ustifca ni se desprende de la e:istencia de una suerte de sustancia incondicionada fuera del mundo -el nirv3na/. En eso, el budismo sigue siendo una religi+n celestial. 5or irreligioso que se le pretenda, esa es su divinidad. En cambio, por mspiedad o religiosidad que se quiera 'allar en el pensamientode ,ietzsc'e, (sta no de*a de serlo en todo caso como una fdelidad a la tierra: los dioses s+lo estn en ella, y en buena cuenta el traba*o de ,ietzsc'e es un intento por restituir una espiritualidad que no se ena*ene del mundo, dela vida, de la sensibilidad, asumiendo la ausencia de un suelo metaf$sico, incluso si (ste tiene forma de ,ada -o de signo de interrogaci+n, como en el agnosticismo contemporneo que ,ietzsc'e previ+ y critic+ tambi(n/. Elloimplica asumir que ni siquiera 'ay apariencias, puesto que la divisi+n misma entre realidad y apariencia 'a sido disuelta. ,o es que todo entre en un relativismo donde tododa igual, que es lo que piensa el cristiano desesperado -a lo&ostoievs0y/. El punto es de*ar de pretender que nuestras valoraciones sean, de un modo u otro, inmunes a la fuerza transvaloradora que es la vida misma. 5ero, si nos enfocamos s+lo en lo epistemol+gico, perderemos de vista el aspecto que podemos llamar e:istencial, que es al que ,ietzsc'e le da importancia decisiva. El ni'ilismo activo supone una aceptaci+n radical de la vida, de todo lo que ella ofrece, incluyendo lo feo y lo malo, incluyendo a nuestros deseos e incluyendo al sufrimiento. 5or eso, a partir de un poema de 2ou von 1alom( que (l musicaliz+ -;imno a la vida/, escribe: El dolor no es considerado como una ob*eci+n contra la vida: a)n tienes tu sufrimiento?@ -Ecce ;omo/. El budismo, en cambio, de*a en el propio mundo fenom(nico algo a lo que le da una valoraci+n distinta, ob*etiva a pesar de todo: el sufrimiento.&e cualquier modo, no es la supresi+n del sufrimiento lo que resalta en el arte musical de Cage. 1$, en todo caso, la supresi+n del yo, de la voluntad sub*etiva. En principio, ,ietzsc'e se opone a este tipo de despersonalizaci+n, de desapego -ne00'amma/. 1e opone a esa pretensi+n de desinter(s -como la 0antiana/ porque la aceptaci+n de la vida implica aceptar tambi(n los deseos personales6 es decir, la voluntad de poder en tanto que ella pueda manifestarse sub*etivamente, ,egar la sub*etividad es otro modo de negar la vida. 5ero 'ay que tener en cuenta dos cosas: 5rimero, que la ontolog$a trgica de ,ietzsc'e no requiere una metaf$sica de la sub*etividad, como pretend$a ;eidegger, sino que parte ms bien de una cr$tica del sub*etivismo moderno, fundamentalmente el ego cartesiano. Aue ,ietzsc'e mantenga una sub*etividad emp$rica -est(tica- no supone una aceptaci+n de ese su*eto moderno. 1egundo, que el no-yo del budismo no implica tampoco una supresi+n de la personalidad, de la consideraci+n sub*etiva que, a fnal de cuentas, es por la que actuamos en el mundo. Esta es, por lo tanto, s+lo una cuesti+n de matices muy sutiles. El no-yo del budismo, al menos en el terreno del arte, como lo muestra tambi(n su infuencia sobre el m(todo de direcci+n de orquesta de 1ergiu Celibidac'e, es ms que nada un asunto de ampliaci+n de la percepci+n, de renovaci+n de sentidos, en tanto que representaci+n-desrepresentacional. Cuando ,ietzsc'e va en contra de la determinaci+n conceptual de la m)sica -que es lo que 'ace Bagner en contra de 1c'open'auer y siguiendo a 7eet'oven y a ;egel-, no va enuna l$nea muy distinta. Claro, podr$a quizs ob*etarse que Cage es un artista conceptual. 5ero (ste es un malentendido fomentado por los artistas y los te+ricos del arte idealistas que, en su reducido esquema, piensan que todo arte de vanguardia es arte conceptual. Corton Deldman, compositor y amigo muy cercano de Cage, lo ten$a claro:2a relaci+n de Cage con &uc'amp 'a sido completamente malinterpretada. 1on las dos caras de la moneda. E...F son opuestos. 5or e*emplo, el inter(s que suscit+ &uc'amp en tanta gente *oven se debe a que llev+ la e:periencia fuera del o*o, fuera de la retina, y la convirti+ en un concepto. Cage la sac+ fuera del aspecto conceptual desinteresado por lo auditivo que primaba en el pasado y la puso directamente en el o$do. Eso es absolutamente diferente, Gse entiendeH ;asta donde yo s(, el ms grande &uc'amp musical fue 7eet'oven -Driedman, 7. ;. -ed./, Iive Cy Jegards to Eig't' 1treet. Collected Britings of Corton Deldman, Cambridge: E:act C'ange, K"""/.LMNNMM, en contra de lo que algunos m)sicos y te+ricos, generalmente cr$ticos pero tambi(n adeptos, creen, no es una obra de arte conceptual. Es, si se quiere, una obra de arte perceptiva, que nos devuelve al o$do y nos lo ensanc'ao, para ser ms precisos, lo 'ace ms fno. 1on dos cosas bien distintas y que 'ay que saber distinguir para no confundir la l$nea idealista del arte con la propiamente est(tica, la que es ms bien vitalista, tambi(n en el sentido nietzsc'eano del t(rmino. Auien corresponde a &uc'amp en la m)sica no es Cage, sino, como afrma el mismo Deldman, 5ierre 7oulez: los dos E&uc'amp y 7oulezF coinciden en que lo que se ve o lo que se escuc'a no es tanimportante como la instancia 'ist+rica que le dio lugar -$dem/. 5or eso los 'istoriadores del arte entran en (:tasis con &uc'amp. 5or eso el dictum de 7oulez no es el todo esm)sica de Cage, sino su 1c'Onberg 'a muerto. Es con la 'istoria con la que se miden. Duera de ella, s+lo generan bostezos.Auiero llamar la atenci+n, para fnalizar, sobre un )ltimo punto a prop+sito de Cage y el budismo que Deldman e:presa como su )nica discrepancia con (l. 1e trata precisamente de la m:ima de Cage que est detrs del todo es m)sica6 a saber: el proceso deber$a imitar a la naturaleza en su manera de operar. Deldman observa, acertadamente, que 'ay una decisi+n impl$cita en permitir que todo sea arte. ;ay, dir$amos, una afrmaci+n que es de todos modos sub*etiva. Deldman, que es tambi(n seguidor del budismo, se refere a un acerti*o zen: GPiene un perro lanaturaleza de 7udaH Jesponda de una o de otra manera, usted pierde su propia naturaleza de 7uda. Q lo que apuntaDeldman es que el budismo zen, sobre todo en lo que toca ala divinidad -la naturaleza/, e:'orta a mantenerse en la suspensi+n del *uicio: mantenernos en suspenso, vacilantes, entre las dos respuestas posibles. ,unca, a riesgo de perder nuestra propia divinidad, nos est permitido decidir. Ci desacuerdo con Cage es que (l decidi+ -$dem/. &e*emos el asunto de qui(n es me*or budista a los especialistas, que se divierten con este tipo decuestiones. ,osotros podemos concederle a Deldman dos cosas: R/ Cage decide y apuesta por una respuesta. K/ 2as decisiones de Cage contradicen, en cierto modo, la indeterminaci+n budista. 1obre K/, diremos que las contradicciones no tendr$an que ser una ob*eci+n demasiado seria sobre una fe que es abiertamente parad+*ica. Cage tambi(n es parad+*ico. 9 ,ietzsc'e tiene asimismo afrmaciones parad+*icas. Iuiarse por el principio de identidad o de no-contradicci+n es algo que correspondeen el budismo a la duplicidad enga#osa -m3y3/. ,ietzsc'e alza armas tambi(n contra ese principio: la vida no tiene por qu( ser co'erente. 9, respecto a R/, si el budismo implica un estricto estado de suspenso, como el de la meditaci+n, lo ms adecuado ser$a mantenerse en silencio -como 'acen quienes meditan/. 5ero eso es enga#oso precisamente en el sentido en que Cage lo 'ace manifesto con LMNNMM: no 'ay silencio. Podo es m)sica. Juido y silencio es m)sica. 2a vida es m)sica, dir$a ,ietzsc'e. Poda verdad es en el fondo m)sica. Podo en la mu*er que se ama es m)sica. 2a m)sica est as$ en un permanente devenir que se nos escapa una y otra vez, y en el que el artista es comoel danzante que simplemente agarra el ritmo -y que en ese mismo sentido lo transforma/. 1e 'a visto que 'ay otro camino en el propio budismo, uno que lleva a abrazar la acci+n que se est 'aciendo. Este es un camino afrmativo del desasimiento, del desapego, parad+*icamente, apegndose. 9 si esto fuese en defnitiva salir del budismo, =tanto me*or> 5orque lo que pretende Deldman es *ustamente lo que ,ietzsc'e califca como cansancio, d(cadence, ni'ilismo pasivo. 1e medita y se recurre a lo mental cuando la voluntad est cansada, enferma. &i*imos antes que, para ,ietzsc'e, la diferencia )ltima estriba en decidir, en apostar, en afrmar parad+*icamente. 5ues bien, la discrepancia de Deldman no 'ar$a sino confrmarnos que Cage es alguien que no est cansado6 que es un ni#o, un ni'ilista activo.