feiman cage

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Página/12 Domingo, 10 de marzo de 2013 John Cage, el maestro del silencio Por José Pablo Feinmann De la cantidad abrumadora de obras que compuso John Cage, la más célebre e interpretada es la que crea en 1952, a los cuarenta años (había nacido en 1912), e interpreta por primera vez su amigo el pianista David Tudor en Woodstock. Se trata de 4’ 33”. Habitualmente la utilizo en algunas clases de literatura para desarrollar el arte narrativo como no narración. O en clases de filosofía como introducción a la cuestión de la nada. (Cage ofreció cierta vez una Conferencia sobre nada, muy divertida, muy ingeniosa y bastante más que un juego para intelectuales ávidos de cosas nuevas. Por supuesto: antes que él Heidegger escribió en Qué es metafísica, un texto breve, algo infinitamente más profundo. El texto de Heidegger es de 1929. La conferencia de Cage se publica en Incontri musicali en 1959. Pero no queremos hacer ninguna comparación. Ya veremos que, en Cage, la idea de la nada adquiere tonalidades dramáticas que probablemente no estén en Heidegger. Sí,

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Pgina/12Domingo, 10 de marzo de 2013John Cage, el maestro del silencio

Por Jos Pablo FeinmannDe la cantidad abrumadora de obras que compuso John Cage, la ms clebre e interpretada es la que crea en 1952, a los cuarenta aos (haba nacido en 1912), e interpreta por primera vez su amigo el pianista David Tudor en Woodstock. Se trata de 4 33. Habitualmente la utilizo en algunas clases de literatura para desarrollar el arte narrativo como no narracin. O en clases de filosofa como introduccin a la cuestin de la nada. (Cage ofreci cierta vez una Conferencia sobre nada, muy divertida, muy ingeniosa y bastante ms que un juego para intelectuales vidos de cosas nuevas. Por supuesto: antes que l Heidegger escribi en Qu es metafsica, un texto breve, algo infinitamente ms profundo. El texto de Heidegger es de 1929. La conferencia de Cage se publica en Incontri musicali en 1959. Pero no queremos hacer ninguna comparacin. Ya veremos que, en Cage, la idea de la nada adquiere tonalidades dramticas que probablemente no estn en Heidegger. S, dira, en Sartre, que era, como Cage, un artista.) Si alguien ajeno a esta temtica, tal vez afortunadamente porque se va a enterar de algo fresco, nuevo, que alguna vez sucedi en el mundo gracias a la creatividad y la locura del seor Cage preguntara qu tal fue la interpretacin del pianista David Tudor no sabra qu decirle. Tiene una interpretacin 4 33? Ya veremos que s. Pero nada convencional. Imaginemos que estamos en Woodstock, que corre el ao 1952 y aparece en escena un pianista que conocemos. Es David Tudor. Se sienta en el taburete, frente al piano, pone una partitura sobre el atril y un reloj en algn lugar visible para l. Entonces, durante cuatro minutos y treinta y tres segundos no hace nada. Como la obra se divide en tres movimientos, da vuelta una pgina de tanto en tanto, slo eso. Luego se levanta y saluda al pblico. Qu hace el pblico? Desde sus inicios esta obra tuvo mucho xito. El pblico aplaude a rabiar. Mis alumnos suelen asombrarse y hasta enfurecerse. Eso es un chiste, es pura frivolidad, slo frivolidad. En Internet, los comentarios de los que escuchan la mucha y genial msica clsica que ah se ofrece entregan comentarios inteligentes. Lo saludable de leerlos ha sido para m enterarme de qu le pasa a alguien que escucha 4 33 y jams la haba escuchado antes. Uno dice: He perdido cinco minutos de mi vida. Otro: Bah, qu gracia! Yo tambin puedo no tocar el piano. Facilita estos comentarios desfavorables que David Tudor se ve mortalmente aburrido mientras est frente al piano en silencio. Otros pianistas consiguen un aire majestuoso: los poseedores de una sabidura que les pertenece a ellos y al compositor. Si el pblico puede entenderlos, mejor. Si no, no importa.Pero estamos ante una gran obra experimental. Siempre produce una spera incomodidad. Aun para quienes ya saben de qu se trata. El silencio es siempre incmodo. Esta incomodidad consigue que los espectadores hagan lo que suelen hacer en los conciertos. Ante todo: toser. Siempre hay alguien que tose en un concierto. Por nervios. Porque sabe que queda muy mal toser mientras una orquesta sinfnica toca una monumental partitura de Brahms. Peor si toca el movimiento lento del Concierto en sol mayor de Ravel. Ah se escucha hasta un estornudo laboriosamente sofocado. A los tosedores se les dice los tuberculosos. Uno est escuchando algo y suena la primera tos. Se fastidia y comenta a quien tiene al lado: Ya empezaron los tuberculosos. En 433 no bien suena la primera tos uno debe legtimamente decir: Empez la pieza de Cage. O ya la pieza de Cage empieza a tener sonidos. Luego, los nerviosos, los que se aburren o los que no entienden de qu se trata esa supuesta humorada se mueven en sus butacas y producen los correspondientes crujidos. O puede llegar desde la calle un lejano bocinazo. Ms sonidos para la obra de Cage. Pero la experiencia tiene su peso filosfico, terico. Cmo se ve un auditorio de casi dos mil personas en silencio mirando a un pianista no hacer nada? Existe el silencio total? Qu es el silencio? Wagner sola decir: En mi msica son tan importantes los silencios como la msica. Claro: pero los silencios a los que Wagner se refiere son los silencios como parte de una partitura. Hay un signo para marcar el silencio. Como hay un signo para indicar un Fa o un Do o un Re. Es la escritura musical. Pero en Cage el silencio no es parte de la msica. No hay msica. Hay silencio. El silencio es todo. Por decirlo de este modo: en Cage, el silencio no es el resto (como en Hamlet: el resto es silencio), el silencio es la totalidad. Todo es silencio. Podra decirse que los compositores de 433 son exteriores a la partitura. Son los sonidos que producen quienes escuchan esa partitura, que es puro silencio.Creo que la escuch por primera vez en una experiencia lejana de los aos sesenta que me marc. Ginastera y sus discpulos. Cunta msica atonal escuch durante la dcada del sesenta! Hoy, 433 no impone el respeto que sola imponer. Todos los que asisten a un concierto conocen la obra y saben a qu juego van a entregarse. Mir atentamente una filmacin de un concierto de la BBC Symphony Orchestra; su director era Michael Davis. Entra con una sonrisa, saluda, sube al podio, se pone serio, concentrado hondamente en s mismo y mueve su batuta. Frente a l, una orquesta enorme que no suena, que no toca. Davis tiene la partitura de Cage sobre el atril. Cuando termina el primer movimiento y da vuelta la pgina, hace algo que le pertenece por completo. Saca su pauelo y se seca la frente. Tanto el pblico como la orquesta profieren una carcajada. Hay nuevos sonidos para la obra de Cage. Carcajadas burlonas. Michael Davis le ha tomado el pelo. Sacar su pauelo y secarse una transpiracin que no puede tener porque no ha hecho nada es un chiste excelente. Si fuera el primer movimiento de una sinfona de Mahler o Shostakovich nadie reira. Como sea, Cage tena mucho sentido del humor y felicitara al maestro. Aport algo nuevo a su composicin. Todo se suma a 433. Si alguien arrojara una flatulencia ruidosa tambin sera bienvenido. Si otro eructara, lo mismo.Cage compuso cerca de doscientas obras. Su formacin como msico es rigurosa. Henry Cowell y Arnold Schoenberg fueron sus maestros. En Una declaracin autobiogrfica (1989), l lo explica as: Fui con Henry Cowell y, por consejo de Powell (...), con Adolph Weiss para preparar mis estudios con Arnold Schoenberg. Cuando le ped a Schoenberg que me enseara, me dijo: Probablemente no podr usted costear mi precio. Le dije: Ni lo mencione: no tengo un cntimo. Me dijo: Le dedicar su vida a la msica?. Y esta vez dije: S. Me dijo que me enseara gratis (John Cage, Escritos al odo, Colegio de Arquitectura, Murcia 1999, p. 34). Pero, dos aos ms tarde, los dos descubrieron que Cage no tena el ms elemental sentido de la armona, o casi. Me dijo que nunca podra escribir msica. Por qu no? Se dar usted contra la pared y no ser capaz de atravesarla. En tal caso me pasar la vida golpeando mi cabeza contra esa pared... (Cage, ibid., p. 34). La respuesta es conmovedora. Tal vez sea el momento ms emotivo en la vida y en la msica de Cage. El hombre que elige porfiadamente su destino y sabe que en ese acto se elige a s mismo y a su arte. Schoenberg, tempranamente, haba exhibido un dominio formidable de la armona (en Noche transfigurada, de 1899) aun cuando la extremara hasta llevarla a los bordes del atonalismo, movimiento del que sera creador. Cage abraza el atonalismo y se convierte en un valioso terico de esa tcnica de composicin. Hay msica tonal y msica a-tonal. La tonal es autoritaria, se basa en la figura del compositor, responde a su subjetividad. Por qu? Una nota hegemnica domina toda la obra, aun cuando los compositores cambin de tonalidad en su desarrollo. Tenemos, as, el Concierto en sol mayor de Ravel, el Concierto en la menor de Grieg, el Concierto en do sostenido menor de Rachmaninoff, el Concierto en fa mayor de Gershwin. Son slo ejemplos tomados de la msica para piano y orquesta. Esa tonalidad es autoritaria. Es lo que Gilles Deleuze y Flix Guattari llaman esquema arborescente. El rbol hunde sus races en la tierra y crece hacia arriba. El rbol o la raz inspiran una triste imagen del pensamiento que no cesa de imitar lo mltiple a partir de una unidad superior (Deleuze-Guattari, Mil mesetas, Pre-Textos, 2002, Valencia, p. 21). Y en seguida la crtica al psicoanlisis: somete al inconsciente a estructuras arborescentes (...) Tanto en el psicoanlisis como en su objeto siempre hay un general, un jefe (el general Freud) (Ibid., p. 22) El rizoma es la a-tonalidad. No hay estructura arborescente. Ninguna nota se impone sobre las otras. Cada una como en el rizoma tiene su centro en s misma. Los atonalistas inventaron el posestructuralismo y el posmodernismo. Este es otro de los motivos para estudiar a Cage. Para m, ms un terico que un gran msico. Pero es slo mi opinin. Cage siempre se seguir discutiendo. Hasta que no se discuta ms. Esa pequea Mazurca de Chopin que Bergman utiliza en Gritos y susurros, el segundo movimiento del Concierto de Ravel, el adagio de la Quinta sinfona de Shostakovich valen ms que toda su msica, que todos sus silencios.