PARTE 2 Abraza Fausto el sueo americano

Fue en las canchas de basquetbol de la montaa de Guerrero donde Fausto Armenta Sabino y otro amigo planearon su viaje a Nueva York. El adolescente mixteco, de 14 aos, tena razones de sobra para dejar su tierra natal El Platanar.

A su alrededor no haba oportunidades de empleo por lo cual sus padres, l y tres hermanos vivan "arrimados" en la casa de un to y en ese hacinamiento tambin se producan roces y conflictos. Para la familia, la nica manera de terminar con las rencillas era construir un patrimonio propio.

Saban que mediante la agricultura o la elaboracin de sombreros de paja no obtendran suficientes recursos; por ello, en 2002, Rodolfo y Juan, su hijo mayor, tomaron camino rumbo a Estados Unidos.

Todo esto meditaba Fausto en las canchas, en 2005, recuerda Delfina, una de sus primas.

"l dijo: 'est bien me voy a ir, le voy a ayudar a mis paps a salir adelante, porque aqu por ms que uno trabaje pos no hay trabajo, le voy a echar ganas'".

Fausto, a diferencia de sus hermanos, tena mayor cercana con su madre, la protega, consenta y jams le alz la voz. "Mi hijo es muy callado, muy respetuoso cuando lo regaaba no me responda, ni siquiera se enojaba, tena risa mi chamaco", murmura doa Margarita Sabino.

El alumno de sexto ao resquebraj el alma de su madre cuando anunci su partida. La decisin representaba una mayor desintegracin familiar y la ausencia de su hijo el preferido.

Ese 1 de mayo de 2005, Margarita lo tiene presente. Eran las cuatro de la madrugada cuando Fausto sali de El Platanar con una pequea mochila en la espalda. Con dolor, la mujer vio a su hijo desaparecer rumbo a la ciudad de Tlapa donde a l y a una decena de jvenes los esperaba un pollero. Slo le dio la bendicin.

"Yo le dije vete cuando tengas 15 o 16 aos, y l dijo: 'No mami, s me voy'; me puse a llorar, ni modo mijo que Dios te bendiga", recuerda.

El Platanar tiene 700 habitantes. Seran casi mil, si permanecieran todos en la comunidad. Por lo menos 225, en su mayora hombres jvenes, viven en NY.

Silvia Garibay, responsable del DIF Guerrero, describe la circunstancia de los migrantes guerrerenses: "Tienen la creencia de que la gente que ha migrado regresa con un carro y dlares. Se quedan con la idea de que les fue bien, pero no platican todo lo que pasaron porque no les conviene que sepan que fracasaron la primera vez.

"La situacin psicolgica de los nios que he regresado, viene deteriorada porque estn tratando de cruzar por el desierto. Es un desgaste total, viajan solos, y a veces tardan das. Otros no logran cruzar y se quedan abandonados en la frontera", indica.

En la montaa, las familias asumen tradicionalmente los sacrificios econmicos y emocionales del sueo americano.

Algunos padres consiguen dinero para patrocinar el viaje de sus hijos; en otros casos, el pollero paga la travesa y se encarga de que la inversin retorne a su bolsillo cobrando el sueldo de los migrantes ya en EU.

Fausto obtuvo recursos gracias a la ayuda de Eligio, el ex esposo de Delfina, y sigui la ruta de todos los de El Platanar.

Los habitantes actualmente pagan de inicio de 5 a 6 mil pesos al pollero, eso incluye llegar a la Ciudad de Mxico y abordar un vuelo en aerolneas de bajo costo hacia Hermosillo, Sonora.

En Nogales o Mexicali ubican a otros traficantes, quienes cobran de 3 mil 500 a 4 mil 800 dlares -50 mil pesos en promedio-, para cruzarlos a territorio yanqui; por carretera llegan a Nueva York.

Se establecen cerca de Manhattan, isla ubicada en las cercanas de la costa noreste de EU, por encima de Pennsylvania, Virginia, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Georgia.

En Times Square, los mixtecos han hallado fuentes de trabajo en docenas de restaurantes.

"Caminamos en el desierto tres, cinco das, corriendo. Nos lleva en el camino una persona adelante y otro atrs. Nos mientan la madre, a veces hasta nos patean porque no puedes seguirles el paso.

"En el desierto encontramos esqueletos. A veces, llevamos tres bules de agua y si nos cansamos ah los dejamos para otra gente que viene atrs", describe Fernando, to de Fausto.

La "pasada", agrega, se ha complicado por el aumento de vigilancia y de la delincuencia organizada. Antes camionetas de 25 o 30 muchachos salan de El Platanar; incluso, cada mes y el grupo entero ingresaba sin problemas a la Unin Americana. Ahora, muchos regresan sin dinero, tras mltiples intentos.

Los habitantes de El Platanar se muestran fuertes ante el miedo. "Cuando salimos, todos los hijos nos lloran, nos abrazan, se despiden. Si acaso nos van a dejar a Tlapa porque no sabemos si llegaremos bien o nos morimos, nos pueden secuestrar.

"Saliendo de mi casa me despido de mi virgencita, me persigno con ella y le pongo una veladora", solloza Fernando, quien cruz la frontera en tres ocasiones aunque otros vecinos lo han hecho en ms de ocho.

Los pobladores de la montaa son devotos del Santo Entierro, al que adjudican milagros. Su imagen est en la cabecera municipal, en Xalpatlhuac. All acuden decenas para ofrendarle fajos de dlares o pesos al tiempo que le rezan para que proteja el xodo de sus familiares y la estancia en Nueva York.

A menos de dos semanas de la partida de Fausto, el sonido del telfono devolvi la tranquilidad a Margarita. Su hijo le anunci que haba cruzado sin problema el desierto y la mitad de territorio estadounidense.

Fausto se aperson en Manhattan, Nueva York. Los primeros 24 meses vivi en un departamento cerca de Manhattan con su hermano mayor Juan, su pap y su prima Delfina; luego, los varones se mudaron al condado de Queens.

En ese tiempo, merm la salud de doa Margarita. Sus padecimientos se acentuaron por los conflictos habituales con sus cuados derivados de la pugna por el terreno que compartan.

Fausto convenci a su padre de volver a Guerrero y el indgena se qued en Nueva York.

Los mixtecos llevaban una vida tranquila en el departamento que rentaban en un multifamiliar de Corona, condado donde se asientan hispanos que tienen como vecinos a italo americanos, irlandeses, griegos, polacos, afroamericanos y caribeos.

El adolescente desarroll su potencial en cocinas de los restaurantes, donde los migrantes son contratados para lavar trastes, cortar verduras, cocinar, limpiar mesas y entregar alimentos.

A los mnagers no les importa la situacin legal de sus trabajadores, slo buscan que elaboren velozmente los platillos indicados en las comandas de los meseros.

Los dobles turnos eliminan vacaciones y tiempos de descanso, ms en temporadas altas.

Los sueldos de los migrantes se han desplomado. Un lustro atrs, la hora se pagaba a ms de 20 dlares. Ahora, no llega ni a los 5, y hay que quedarse tiempo extra porque es el doble de ganancia.

Margarita recuerda que Fausto y Juan enviaban remesas de 350 a 400 dlares al mes cada uno.

"En Mxico no buscamos trabajo porque nos pagan mil 500 a la semana, pero no es trabajo sencillo, de albail cargando cemento... All tambin es pesado. Trabajamos 14 horas sin parar y nos entendemos a puras seas", dice Fernando, to deFausto, quien vivi seis aos en Manhattan.

Los migrantes pagan hospedaje de 800 o mil dlares mensuales alimentos, pasajes, ropa y servicios mdicos. A algunos les alcanza para adquirir un carro, divertirse en bares y organizar las bodas, 15 aos y bautizos de sus familiares.

La meta de Fausto se concret en 2008, tres aos despus de su llegada a EU. Con el apoyo de su hermano compr un terreno en El Platanar donde erigi una casa con tres habitaciones, cocina, sala y comedor.

Su madre ya tena un lugar propio para vivir, l se senta orgulloso y feliz.

Margarita adorn las paredes de las recmaras con las portadas de los discos de los Temerarios, Bukis, Guardianes del Amor y otros grupos musicales que a Fausto le gustaban, tambin colg fotografas familiares.

Bajo ese techo nacieron Yahir y Katy Lizbeth, los ms jvenes de la familia, de 3 y 2 aos.

"Nueva York ha trado grandes beneficios, casas grandes para los que han sabido aprovechar, porque muchos andan metidos en la droga, en el alcoholismo", dice el seminarista de El Platanar, Jorge Castillo.

Fausto, describe Delfina, era un nio ejemplar preocupado por su madre.

Tmido con desconocidos, pero sonriente con gente de confianza. Era noviero, no beba, tampoco fumaba. Cada una de sus actividades era vigilada de cerca por su hermano Juan.

Delfina comenta que en medio de su felicidad, el adolescente constantemente pensaba en la muerte. Deca que le regalara a su novia un disco del grupo Los Mendivil para que lo escuchara en caso de que muriera.

"Si la muerte me sorprende antes que a ti, con amor la aceptar, y cuando est rindiendo cuentas al Seor, le pedir que me deje guardar tus pasos, para que cuanto t mueras all en el cielo seguirnos por siempre amando", dice la cancin "Si Dios me lleva con l".

"Siempre la escuchaba y se pona a llorar. Le deca: 'Por qu escuchas eso si eso es para los que se mueren' y me deca: 'T nunca sabes hasta dnde vas a llegar a vivir, ahorita t ests bien, pero el da de maana algo te puede pasar, nadie tiene la vida comprada'".