fanzine el rascabuche

24
Editorial La Voluntad Tarada Presenta: Fanzine EL RASCABUCHE (Poesía, relatos y notas.)

Upload: ignaciofederico

Post on 16-Nov-2015

59 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Primer número.

TRANSCRIPT

  • Editorial La Voluntad Tarada

    Presenta: Fanzine

    EL RASCABUCHE (Poesa, relatos y notas.)

    L

  • Conmiseracin dualista

    porque cuando est por llegar la visin

    haca dos das que rogaba reposar

    Y de nuevo, de repetido retorno

    para tomar aire: la simpleza

    Lo idiota, hasta que un fenmeno

    teja un puente y lo tengo que cruzar

    Y acaricio al gato mundo

    aunque andan muchos gatos en el patio

    esperando que me nazca darles restos de ayer

    Y el gato se queda en mi regazo y se va

    y no lo puedo seguir

    Estas manos, el Velo de Maya

    qu carajo, los arquetipos entran en discordia

    y ah las consecuencias para no numerar

    Parece que se me olvida todo en una estrategia

    sin tragedia y despus salta un verso

    marioneta cobrando vida pidiendo unidad

    y le digo que escuche

    Qu, qu y otros tantos qu

    Si habra una morada del otro lado un apoyo

    logstico tienen para que el puente no se derrumbe?

    Las publicaciones se meten en tu casa,

    desde cundo uno permite ocio en casa propia?

    Inventarse una mscara

    que nos gratifique, qu

    Descubrir, optar, elegir

    Se justifica con lo inminente

  • -Yo me tendra que ir.

    -Eh, tan as, vamos a jugar a la pelota. Quers una aspirina?

    -Bueno dale.

    Salimos de la estacin de trenes y nos sentamos bajo la columna. No

    me vena mal, la noche pasada me haban sacado de la terminal y de

    la misma estacin de trenes, as que andaba de caravana y con un

    pesado del que me iba a deshacer en alguna esquina.

    -Ahora me voy a lavar los dientes a la terminal, me cuids las cosas?

    Despus nos vamos a jugar al pool al bar del frente, anoche me

    echaron uh! Es riqusima, me la regalaron, toma, que no se

    vuele me echaron, estbamos mirando el partido

    Saqu una moneda y curt bastante del papel. Era rica en serio. l

    segua contando su historia. Se me vol un poquito, pero en vez de

    quejarse sigui relatando cmo lo haban echado del pool. No tena

    suerte para encontrar a alguien decente, en semanas.

    -Me cuidas las cosas? Me voy a lavar los dientes.

    -Puedo tomar otro?

    -Mandale. Cuando fui a La Renga, mis amigos haban llevado un

    huesito, andbamos re duros. Quisimos colarnos, todos, la polica nos

    sac a balazos de goma, mir, todava tengo marcas- Los moretones

    en la pierna y el estmago parecan tener pus.

    A la mierda mis poemas. Me acost en el banco de la estacin con mi

    bolso y el de este personaje, por veinte minutos hasta que volvi, so

    a una mujer desconocida proponindome algo. Caminamos un rato.

    En la esquina de siempre estaba Loly. Loly es un trava, la ms

    femenina que eh conocido, ella me haba enseado a no pasar hambre

  • llevndome a las plazas donde las iglesias daban platos de comida.

    Una noche le tuve que hacer la cola, por principio. Me regal unos

    fasitos porque estaba perseguida por la yuta. Despus de fumar en

    una plaza se me ocurri ir a visitar a los viejos con que estaba

    ranchando abajo del puente. al costado del ro. Tenan un colchn

    elstico y cobijas. Era cmodo, a pesar del olor a perro que tena. Una

    madrugada despert entre sueo, mir de reojo al costado y vi que el

    viejo guitarrita se estaba pajeando. Haca tiempo que no iba. Cuando

    llegbamos, la polica se los estaba llevando en el mvil de la

    costanera, sacndole las cosas de la escalera donde prendan fuego y

    cocinaban.

    Pero yo me tena que ir. Me deshice del personaje en una esquina

    metindole excusas y ste se qued gritndome ortiva. Gast los

    ltimos catorce pesos en el tren y me fui de la gran ciudad lo antes

    posible.

  • Con Mia habamos hecho un

    lindo peso

    tarjeteando

    y volvimos al puente con

    comida, tabaco y dos tintos.

    Pero la familia

    estaba en silencio, abrumada.

    Alguien haba robado un auto

    y la polica comando

    estaba custodiando la plaza,

    al que cayera

    a laburar lo meta al mvil.

    El laburo de cuidacoches

    haba terminado.

    Sus padres

    hablaban entre ellos

    y su hermana dorma con el

    guacho.

    Slo Walter nos hablaba

    Despus de la siesta,

    los cajones del inconsciente

    siguen desordenados

    Sentado

    mudo

    en la guitarra busco algo

    que no encuentro

    ponga los dedos como ponga

    no este atardecer

    el canto croto

    ebrio

    saliendo por la ventana

    al barrio

    para que en el bochinche

    se mezcle

  • Palpa el hambre

    habita el hambre

    s verbo en el hambre

    de la nada: el hambre

    resultante del hambre sin

    adjetivo

    no encontrars lo sublime

    en el hambre

    hambre con humo

    repasador y olla quemada

    hambre de doble Espina

    Hormiga obrera en los

    restos

    del hambre sin saciar

    hambre microcsmica

    hambrientas y hambrunas

    hambre

    que es tentacin

    de continuidad

    La vara y el maz

    del hambre quintaesencia

    Por tantos lados anda mi yo

    que siento un patrimonio

    en el corazn

    La fantasa indecorosa

    en el tiempo cado

    promete ver

    el paralelismo

    arquitectnico

    Ey!

    Ey!

    Ey!

    ngulo recto

  • Avenida

    Una vez, caminando por estas calles, vi a un seor intentando cruzar la avenida. Era una avenida muy transitada: colectivos repletos de gente con almas enjauladas, autos humeando una combustin hecha con tristeza y responsabilidad y motos que viajaban a miles de kilmetros por hora.

    Nada pareca que se iba a detener, ni siquiera por un segundo. El nico que poda hacer que eso pase era un semforo viejo y deteriorado que se encontraba a tres cuadras de esa esquina. Este semforo olvidado era slo un ejemplar, un vestigio de aquellos aos en que los semforos lucan con esplendor por nuestras calles. La decadencia tambin hizo su parte sobre ellos.

    Este hombre, que aparentaba unos sesenta aos, caminaba ayudado de su bastn. No s por qu, pero sent cierto aire familiar en l, como si lo conociera de algn lado. Hubo algo que nos conect.

    En fin, los vehculos pasaban y pasaban, sin darse cuenta de que este pobre seor tena la intencin de cruzar esa avenida.

    Pasaron dos minutos, tres, cinco, veinte Y nadie frenaba. Para nada.

    Y yo, que estaba colgado mirando esta escena, intent ayudarlo.

    Me acerqu y le pregunt:

    - Buenos das, lo puedo ayudar en algo?

  • El tipo volte su vista y me mir con sus ojos vacos, como intentando decir algo que nunca pude descifrar. Pude contabilizar un par de segundos eternos.

    Luego, volvi a mirar hacia el horizonte de esa avenida atiborrada de gente veloz para intentar cruzar. Insist:

    - Quiere cruzar junto conmigo?

    El hombre me volvi a mirar y me dijo:

    - No te preocupes, pibe. Estoy bien. Puedo solo.

    - Bueh... Me dije suspirando a m mismo.

    Extraado, cruc la avenida y segu caminando como de costumbre.

    Luego, a la tardecita de ese mismo da, volv a esa misma esquina y, otra vez, vi al tipo intentando cruzar la avenida. Pero esta vez estaba del otro lado, es decir, del lado del que me encontraba yo.

    Pensando en la situacin que haba vivido por la maana, y al ver que el tipo haba podido cruzar, decid ignorarlo y continuar con mi caminata.

    Al cruzar la avenida, comenc a sentir una extraa sensacin en el pecho, una inquietud, algo que nunca haba experimentado. Una especie de alerta, como dicindome que algo estaba por ocurrir.

    Trat de hacer el menor caso que pude y segu caminando, apurado por todas las cosas que me atan a la civilizacin.

    Al da siguiente, me enter que, a travs de esa avenida, el tipo decidi irse de viaje al lugar donde se encuentran todos los sueos de nuestras almas.

  • Yo pienso que si hubiera podido descifrar lo que sus ojos me intentaban decir en aquel momento en que pregunt si lo poda ayudar, podra haber descifrado la verdadera razn por la que se encontraba en aquel lugar intentando, largarse al vaco ms profundo al que podemos llegar.

    Y creo que lo hubiera logrado si solamente hubiera comprendido aquella mirada y no hubiera hecho tanto caso a la velocidad de los autos que pasaban, a cuntos minutos tard en cruzar o, sin ms, si hubiese dejado de lado por un segundo a las cosas que me mueven pero no me conmueven.

    Quizs el tipo precisaba ayuda, pero no para cruzar, sino otro tipo de ayuda que va ms all de todo. O quizs el hombre me quiso advertir sobre algo. Quin sabe.

    Si nos detuviramos y mirramos ms all de lo que podemos ver, intentando sentir las inquietudes de nuestras almas podramos, verdaderamente, salvarnos de este mundo que slo piensa en moverse cada vez ms rpido. Alexis Leandro Varela

  • Tengo que gritarlo, no es necesario explicarlo.

    El cambio se aproxima, y me habla de su

    cercana. Esto ya no es raro. Debes comprender

    que tu alma es un sacrificio, son solo das y

    pronto sers otra. Una nueva luz se encender

    dentro de ti. No debes temer, no debes temer.

    Mi diosa, dime para donde disparar. Una vez me

    discutiste, el cambio no es malo. Porque eres mi

    fantasma que se aparece por la noche y me

    arrastra hacia lo desconocido, me quita todo por

    un tiempo. Solo pido no derrumbarme de vuelta.

    Solo dime querida, que esta vez tus brazos de

    cristal me sostendrn. Porque el remolino me

    aturde, y no me dejas ir. No puedo ignorarlo.

    Porque de da tengo fri y de noche escalofri.

    Debo ir, debo ir. Porque esto es usual, y tengo

    que gritarlo. Este monstruo me desgarra por

    dentro, debo escucharlo, debo ir. Pronto

    volver, no me extraes. Porque la cabeza me

    estalla y caigo lentamente. El aire se agota, y no

    hay claridad. Porque es parte de mi cabeza, que

    manda a mi corazn. La revolucin explotando

    como dinamita dentro de mi interior. No importa

    lo que digas pronto desaparecer entre la

    oscuridad de mis das, esto no tiene que ser

    algo feo Me dejaras ir? Porque nunca supimos

    como rezar.

    (Sofa Dussin)

  • LOS MICRODIOSES

    por William Burroughs

    Durante miles de aos el hombre ignor la existencia

    de los virus. Aquellos individuos que a travs de los

    tiempos sospechaban la verdad, intentaron investigarla y

    dejar algn testimonio, fueron considerados poetas, farsantes,

    locos o msticos. Fue en el transcurso de La dcada del 90

    que las sospechas pudieron ser confirmadas. Los virus quedaron expuestos a la mirada del hombre.

    Espionaje celular

    Fue a mediados de la dcada del 30, gracias a la

    invencin del microscopio electrnico, que pudo

    realizarse una visualizacin directa del mayor enemigo

    de la vida terrestre: los virus. El microscopio

    electrnico cumpli la misma funcin que los grandes

    telescopios modernos: el hombre pudo explorar las

    galaxias microscpicas distantes a millones de aos luz

    dentro de su propio cuerpo. Una definicin muy

    conservadora de los virus en aquella poca fue la del

    primer gran experto en el tema, el doctor E H. Cricks:

    "Los virus forman una lnea divisoria entre el

    estado vivo y el estado muerto". Expresado en

    trminos ms simples, no estn ni vivos ni muertos,

    tienen una estructura inanimada y una conducta

    animada. Los legendarios "extraterrestres" anunciados

    por la ciencia ficcin y los populares ovnis difundidos

    por el esoterismo y por los mitos de distintos pueblos

    existan, pero eran microscpicos, cientos de veces ms

  • pequeos que una clula. Sus estructuras geomtricas,

    icosadricas y helicoidales, sus desplazamientos cuasi

    matemticos ;sus sistemas de acoplamiento, fueron

    conformando la imagen de una "cpsula espacial".Estos

    misteriosos navegantes se introdujeron en las clulas

    de un macromundo, probablemente sin distinguir la

    naturaleza de los huspedes a los que slo estudiaban

    con la intencin de imitar su estructura celular. Fue

    denominada por los expertos "la batalla de las

    protenas". Recin en el ao 1994, el doctor Besanon

    pudo confirmar experimentalmente lo que hasta ese

    momento eran slo conjeturas tericas: la existencia del

    virus hipotalmico, un autntico laboratorio montado

    en la corteza cerebral humana. La funcin de estos

    virus consista en segregar la sustancia denominada

    "imagen oral" o tambin "palabras visuales". Este

    descubrimiento desat la competencia ms despiadada

    entre los principales laboratorios del primer mundo

    para encontrar una vacuna capaz de neutralizar esta

    peste. La peste ms peligrosa de toda la historia

    humana, ms mortal que la peste negra o el sida. Los

    "palabrfagos" que circularon en los laboratorios de

    Alemania hicieron ms que incentivar la conducta

    destructiva de los virus. El trabajo del

    virus hipotalmico consista en analizar las sustancias

    qumicas producidas por el pensamiento humano y

    transformarlas en una invisible baba de palabras que

    cegaban la percepcin del husped. Los hombres

    dejaron de ver el mundo para ver slo palabras:

    botella, cielo, casa. Pero esa baba de palabras (el

    mtico Maya de los hindes) no slo serva para

    enceguecer al hombre sino que, adems, era utilizada

    por estos invasores como pantalla para proyectar su

    mandato.

  • Quines son?

    Los actuales adelantos tcnicos, especialmente los

    sondeos lser y la holografa microscpica, nos

    permiten hoy tener un identikit bastante aproximado

    del enemigo. El anlisis lser realizado por el equipo

    del doctor Andrs Loff sobre los muebles y las paredes

    de un cuarto permiti dibujar la invisible estrategia del

    invasor. La estructura geomtrica de las construcciones

    humanas, tanto en los microobjetos como en la ciudad que

    es la mayor de sus elaboraciones, hizo comprender a

    los investigadores que desde hace miles de aos

    el hombre ha estado reproduciendo el paisaje de otro

    mundo. Segn el experto en ciber virus A. Watterson, "el

    sometimiento de la especie humana fue realizado

    probablemente en tres etapas, y en cada una de ellas

    el intenso dolor que provocaba la manipulacin era

    calmado mediante la utilizacin de una anestesia

    adaptativa, que iba provocando en el husped adiccin

    qumica y placer sensorial" .Las palabras "evolucin"

    o "cultura" funcionan actualmente en la trama virsica

    como ilusiones lumnicas. El dolor no desapareci

    totalmente, se transform en malestar. En la primera

    etapa, cuando se produjo la invasin, fue insertado en

    el hipotlamo lo que en la dcada del 70 denomin

    Mente Reactiva. Escrib: "Situado detrs del cerebro, el

    hipotlamo es el centro regulador del sistema nervioso

    autnomo, que controla los procesos corporales y

    el metabolismo. El hipotlamo es, sin duda, el punto

    de interseccin neurolgico donde fue instalada la

    Mente Reactiva. Este mecanismo puede describirse como un

    centro regulador artificialmente construido que se inserta

    sobre el centro regulador natural. La Mente Reactiva es

    muy antigua, anterior a todas las lenguas modernas, y

  • sin embargo se manifiesta a travs de todas ellas. Este

    sistema simblico insertado cumple la funcin de

    recibir rdenes contenidas en las palabras y en las

    imgenes. La orden que se recibe hay que cumplirla a

    consecuencia de haber nacido. Estas rdenes estn

    basadas en tres proposiciones bsicas: a) buscar

    alimento; b) buscar refugio; c) buscar satisfaccin sexual.

    Estas rdenes fueron luego enfrentadas a su par

    opuesto: a) ser generoso b) salir a explorar c) amar al

    prjimo. Las rdenes son imposibles de cumplir y,

    cuando el sujeto reacciona contra ellas, la reaccin activa

    con ms fuerza el control. Para poder luchar contra

    esa Mente Reactiva debemos conocerla, alcanzar la

    fuente original desde donde manan las palabras y las

    imgenes; pero quienes utilizan estos instrumentos de

    control tratan de impedir toda investigacin". Dice el

    doctor Watterson: "Los invasores microvirsicos

    dominaron el grito animal introduciendo un cdigo de

    rdenes interceptoras electromagnticas, que fueron las

    consonantes. La funcin denominada 'razn' fue

    programada en la segunda etapa. Esta 'radio' de otro

    mundo comenz a sincronizar los movimientos

    humanos en todo el planeta. Podramos decir que en el

    pasaje que hubo de la cultura griega a la romana se

    logr la robotizacin del hombre. La tercera etapa se

    inicia en el siglo XX. La electricidad fue el instrumento

    ms poderosamente destructor que lograron imponer. Si la

    imprenta haba logrado difundir el cdigo del invasor,

    ste no alcanzaba para contagiar a toda la especie. Los

    aparatos elctricos uniformaron la comprensin y

    paralizaron al husped".

  • El poder del odio

    Ellos somos nosotros. Pero, qu es lo que de nosotros an

    no es Ellos? Para que cumpliera su funcin, el impulso

    del husped deba conservar un cierto grado de

    libertad reflexiva, de inteligencia optativa. Con el

    transcurrir de todo este proceso milenario, esa mnima

    independencia fue creando en el husped una

    zona marginal y autnoma: aunque parezca imposible,

    este animal lobotomizado descubri la existencia del

    invasor y lo odi. El odio es una sustancia qumica

    incompatible de ser replicada por el virus. Sus jeringas

    mentales no pudieron penetrar esas corrientes de odio

    animal que maana quizs sean capaces de quemar el

    paisaje de otro mundo. Las bases de operaciones

    instaladas en la espina dorsal, el cerebro, el aparato

    respiratorio y los rganos sexuales han acelerado en

    estas dcadas la produccin de enfermedades, y stas

    son el signo de que se prepara la ocupacin final del

    territorio. Este mundo no nos pertenece.

    Debemos abandonarlo. El trabajo es todos los

    das. Interceptar las cadenas asociativas. Disociar el

    sentido planificado de los actos. La serpiente de la

    espina dorsal se replegar hasta invertir su proyecto.

    Volvamos a los pantanos.

  • Quin sabe el xtasis de un cero

    no tiene fe en la realidad

    So una guerra

    partiendo hacia universos

    incognoscibles

    y sent nostalgia

    dependencia,

    la memoria estaba desamparada

    o quizs es la ltima vez

    de recordar este mundo

    lo que atrajo nuevos cielos revertidos

    Subo a la vida y hay algo que siempre

    lucha,

    la tristeza de un smbolo

    flota en las aguas sin esperanzas del

    misterio.

    La armona sufre en la visin

    de un amor,

    sin querer hago significados abstractos

    y la simpata se cansa sin los besos.

    Tu palabra me dej extenuado

    poca cosa es esta ilusin

    donde todo resulta efmero

    krmico

    Cada verano en las jornadas sin

    techo

    siento inventar valores

    pero no aprendo a cubrir

    los golpes bajos,

    soy un hroe muy cobarde

    con ms muertes

    que orgasmos

    No me pongo de espaldas

    a tu resplandeciente recuerdo

    donde ardo en mi cuerpo astral

    reflejado por la nada,

    lo ms sencillo

    es dormir

    tras este pucho

    y no puedo

    El tiempo, el bien y el mal,

    de tu joven vientre

    arranco los velos del sol negro

  • Entre la multitud caminaba con los ojos claros y lcidos de

    la maana, chorreaba de mis manos una naranja y a esas

    horas los de la calle ya hemos careteado frutas o bizcochos

    de ayer. Una bella preadolescente se tapaba el rostro

    sentada en la sombra con bolsas de morrones a un costado,

    su hermana del otro lado pregonaba ms de lo que venda. Y

    eso era la tristeza; las personas cambian de tono, surge un

    contraste inmenso, cuando ests en la calle. De pronto

    todas se muestran intiles, y hay odio, lo nico razonable en

    toda esta maquinaria estructurada en bases de amor.

    Cundo nos queda tiempo para la belleza? Una nueva

    barbarie deseamos, ay! Mi espritu. Me desbordan las

    percepciones intransferibles y de los bolsillos rotos caen

    las monedas. Lo que era noble de nuestra marginalidad se

    ha descompuesto como todo lo de este mundo. La polica

    nos manose el alma y la etiquet; mejor vendamos esa

    cosa infectada del universo basurero de la historia- a

    cambio de la vida y el desencadenamiento de toda sumisin.

    Salubre y renovado en mis paredes, con dieciocho aos

    puedo admitir que todos mis escritos fueron psimos.

    Mundo deseado, estoy a salvo de salvarme de tus dolores y

    de ser humano.

  • En los semforos

    hay limpiavidrios,

    malabaristas,

    algunos venden pan,

    peperina, flores,

    diarios,

    hay los nios

    que solo ponen la mano

    balda,

    es con confuso

    cuando conocs

    las dos partes,

    estar

    o pasar

    de largo.

    Comenzamos un buen da

    con el hombro bajo el sol

    con los locos los

    frustrados

    los pobres sin profesin

    Aventuro la vida al canto

    a los versos de cartn

    se me aflojan los tornillos

    y regresa siempre el sol

    Yo an no eh llegado

    y no espero an llegar

    mi corbata est torcida

    sin dejar de payasear

    Con naranjas o con palos

    un buen da un cordn

    me mostr tan alegre

    que no lo pude dejar

    Fileteado rascabuche

    pulmn, puchero y vino

    con el norte al sur

  • Eso de salir a la calle

    y comprobar racionalmente

    que la ciudad sigue estando ah

    Los enlaces que asocian las relaciones

    nos traspasan

    No hay dolor

    Luego de dos das

    guardado

    como gorrin adentro e`un cao

    en la pensin mugrienta

    dobls una esquina

    y te encontrs a algn amigo,

    se chamuyan,

    son cmplices

    No hay muerte

    Segus

    Prendes un cigarrillo

    mirs la mano

    y la extraas

    ests adherido

    es inexplicable

    Aquel viejo moribundo

    que es el viejo de todos los

    pueblos parado en la puerta

    del rancho sin revocar hace

    dcadas,

    con sus recuerdos repetidos

    de un hijo, una poca de

    boxeador, mucho trabajo de pen

    y borracheras que vuelve a

    agarrarse cuando

    se le calienta el pico

    en las fiestas

    No es ignorante

    no ignora

    slo mira lo que mira

    y nadie puede hacer un cambio

    en ese derecho inalienable

    A ese viejo del grupo de almas

    pobres y harapientas

    al que le debemos

    muchas botellas

    por los veinte pesos

    que nos regalaba de nio

    despus de jugar a la pelota

  • dijo

    poniendo el pulgar pa rriba

    y agitndolo frente a su cara

    me re

    y segu cayendo por el limbo

    contento de nada

    los que estaban en las veredas

    guardaban las reposeras,

    otros se iban en auto

    y las madres

    acarreaban un cochecito

    con los guachos detrs

    Dios del olimpo,

    cmo deseaba

    una bien jugosita, firme y rosada-

  • Para nuestra sociedad, insaciable de caprichos materiales (y

    materialismo histrico), todo ha quedado por fuera del ser.

    Somos ceremonias del alma, correspondida en Logos que

    flamean reflejndose; ms tambin, una mquina en desuso,

    porque la satisfaccin de contemplar nuestra obra, deviene

    rpida o tardamente en desentendernos de aquella y seguir

    buscando la perfeccin.

    Lo honorable y lo vergonzoso, en la historia de Occidente,

    se ha posado en el exterior, dejando dentro un vaco, un

    silencio, la confusin que hoy (y hoy no existe) se ve en la

    juventud adormecida por las tecnologas y la estupidez de

    su saber; porque el conocer ya no nos sirve, ni tampoco

    el mtodo cientfico hipcrita.

    Hay colectivos que creen que esta es una era de cambios

    sin sospechar que todo momento es cambio, en el constante

    fluir del tiempo. Para el humano, la comprensin del

    presente es una efmera retencin donde mira la conciencia

    fluyendo; el tiempo, en sus tres participaciones: pasado,

    presente y futuro, hace de la vida, una mera ilusin.

  • Poema XXIX

    No soy igual en lo que digo y escribo.

    Cambio, pero no cambio mucho.

    El color de las flores no es el mismo bajo el sol

    que cuando una nube pasa

    o cuando entra la noche

    y las flores son color de sombra.

    Pero quien mira ve bien que son las mismas flores.

    Por eso cuando parezco no estar de acuerdo

    conmigo

    fijaros bien en m:

    si estaba vuelto para la derecha

    me volv ahora para la izquierda,

    pero soy siempre yo, asentado sobre los mismos

    pies.

    El mismo siempre, gracias al cielo y a la tierra

    y a mis ojos y odos atentos

    y a mi clara sencillez de alma

    Fernando Pessoa

  • Fanzine autogestionado. Dibujos: Ignacio Federico. Escritos: Alexis Leandro

    Varela. Sofa Dussin. Ignacio Federico. Edicin: Malabaricus. NO FIN