familias de hoy nro. 5

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SOLEDAD PASTORUTTI “Una familia sana siempre”. ¿LA MODA Y YO? Nos guste o no, la moda nos afecta. LA MUJER QUE SALVÓ A CIENTOS DE NIÑOS Irene Spanier cuenta cómo escapó de un campo de concentración y salvó la vida de casi 300 indefensos. MANOS A LA OBRA Jóvenes voluntarios y universitarios con ánimos de reconstruir la sociedad.

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De la mano de la Sole....

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Page 1: Familias de Hoy Nro. 5

SOLEDAD PASTORUTTI

“Una familia sana siempre”.

¿LA MODA Y YO? Nos guste o no, la moda nos afecta.

LA MUJER QUE SALVÓ ACIENTOS DE NIÑOSIrene Spanier cuenta cómo escapó de un campo de concentración y salvó la vidade casi 300 indefensos.

MANOS A LA OBRA Jóvenes voluntariosy universitarios con ánimosde reconstruir la sociedad.

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Editorial · 01

Familias de hoy · Año 2· N°5

Staff

Editor responsable Asociación para el Fomento de la Cultura

Director editorial Carlos Camean Ariza [email protected]

Editora Milagros Iroz

Consejo editorial José Luis Gómez López Egea Eduardo Schnitzler Carlos García Alesanco María Teresa Escobar

Colaboran en este número Dolores Navarlatz Adela Lo Celso Esteban Pittaro Jimena Colucci

Departamento de diseño Josefina Bernardi

Diseño gráfico y diagramación Carolina Menso www.id-idear.com.ar

Comercial [email protected] Tel: 011·15 6849 1404

Distribución Jorge Alberto Biaiñ

Impresión Impresora Americana S.A

Editorial

Quienes tenemos ya unos años, nacidos en la primera mitad del siglo pasado, notamos cambios en la cultura mucho más apoyados en la tecnología y el con-fort pero con frecuencia prescindentes del entorno.

Considero causa de este cambio, el dejar de lado, despreciar, dos valores de suma importancia que precisamente se evidencian en muchos de los artículos publicados en familias de hoy, la generosidad y el espíritu de servicio.

El meduloso primer artículo de este número, Verdad, amor y libertad, con-cluye indicando que “el amar es un arte que puede perfeccionarse cada día o abandonarse mientras crece el egoísmo”.

El arte de amar se perfecciona con la generosidad para buscar, cada día, iniciativas y destinar tiempo para conocer, convivir los problemas y éxitos de cada uno de los miembros de la familia. Con espíritu de servicio, estar pendiente de los detalles que causan alegría y atento a apoyar, colaborar con quien lo necesite y también, con la mayor comprensión, delicadeza y discre-ción, sugerir, respetando siempre la libertad de cada uno, corregir errores o desvíos que sabemos nos perjudican.

Claros ejemplos de generosidad y servicio se evidencian en el artículo La mujer que salvó a 270 niños del Holocausto quien sirvió con coraje y rescató a cientos de niños abandonados con un futuro muy tenebroso. También el gru-po de jóvenes de Manos a la obra para una sociedad mejor, quienes se ocupan de construir viviendas. Uno de ellos señaló: “Cambiar un fin de semana no es nada comparado con lo que reciben las familias. Das unos días para cambiar una vida”.

Que estos testimonios nos sirvan de ejemplo. No nos dejemos avasallar por el egoísmo y procuraremos día a día progresar en el arte de amar, no sólo en la familia, sino también expandiéndolo al ámbito de actuación de cada uno, amigos, colegas, compañeros de trabajo, etc., promoviendo algo tan sublime como la paz, producto de la alegría de mantener vivo nuestro arte de amar.

Pensemos y concretemos qué hacer en nuestras vidas, en nuestros ámbitos. ¡Ánimo, que se puede! •

Carlos García Alesanco

¡Tu oponión nos interesa! Escribinos a: [email protected]

Registro Nacional de Propiedad Intelectual en trámite. Todos los derechos reservados. Prohibida su reproduc-ción total o parcial. La revista Familias de Hoy es propiedad de la Asociación para el Fomento de la Cultura. Domicilio Legal: Conde 1612 - Capital Federal. C.U.I.T: 30-51798150-4

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02 · Sumario Punto de vista · 03

Punto de vistaVerdad, amor y libertad

Hay que ser libre para amar de verdad y amar de verdad para conquistar la libertad.3

Historias de vidaLa mujer que salvó a 270 niños del Holocausto A sus 90 años, Irene Spanier cuenta cómo se salvó a sí misma y a cientos de niños indefensos.6

Nota de tapa“Una familia sana siempre” La Sole Pastorutti habla sobre la maternidad y su vida fuera del escenario.10

Vida cotidianaEl uso (y no abuso) del celularSu uso supone grandes ventajas pero su abuso conlleva algunos riesgos; tips para encontrar el equilibrio.20

16Jóvenes de hoy¿La moda y yo? ¡Indiferentemente unidos! Un estilo de vida respira por los poros de una vestimenta; nos guste o no, la moda nos afecta.

16Experiencias solidariasManos a la obra para una sociedad mejor Jóvenes voluntarios y universitarios construyen casas en su lucha contra la pobreza.

No sabemos si en tu caso hace mucho tiempo que transitás la vida, compartiendo con tu esposa o esposo la responsa-bilidad de llevar una familia adelante. Ignoramos si estás pensando formar una y, junto a tu novia o novio, estás con-vencido o dudás de si vale la pena hacerlo.

Lo cierto es que la familia, tal cual la conocemos, ha sido siempre el ámbito donde la inmensa mayoría de nosotros nació y se desarrolló.

Buscar siempre la verdad, ser libre y amar apasionadamente son los pilares para formar una familia sólida. Una persona que no es capaz de plantarse en el mundo, como un ser libre, fallará al construir su propia familia. Para ser libre, hay que recono-cerse responsable, hacerse cargo de formar la propia conciencia buscando la verdad y hacer pasar por ella todas las presiones culturales presentes. Hay que ser capaz de “quererse a uno mis-mo”, aceptarse con los propios defectos, ser capaz de reírse de ellos y reconocerse querido.

Ser libre y tener una sana autoestima es lo opuesto a la sober-bia o a la falsa humildad. Quien es libre es dueño de sí mismo, vive sin miedo y en paz cualquiera sean las circunstancias. Es el que puede entregarse por amor cuando encuentra a quien lo complemente, lo respete y corresponda a su amor.

Si muchas veces la palabra libertad ha sido desgastada hasta confundir su sentido, la palabra amor ha sufrido una trans-formación mucho mayor. El amor impone un proceso donde el hombre y la mujer se conocen, comparten pequeñas cosas, pro-fundizan el afecto, comienzan a tenerse en cuenta, encuentran los detalles que enternecen al otro, reconocen sus diferencias y sus complementariedades. Poco a poco, se va descubriendo que se esta siempre pendiente del otro y entonces surge natu-

ralmente pensar en un proyecto que los una y los trascienda. Si este proceso se omite, si se presiona para obtener rápidamente una connivencia de intereses o solo de placeres compartidos, el riesgo de fracaso se incrementa exponencialmente.

Pero aun mayor es la responsabilidad de los que encabezan una familia, donde los hijos van aprendiendo con la experi-mentación diaria la disciplina más natural e importante que la vida exige. Un amigo me comentaba hace ya muchos años, la impresión que le causaban esos matrimonios –a veces con muchos años de casados– donde se podía registrar rápidamente descalificaciones sutiles, ironías, reacciones intempestivas, claras incomprensiones y un clima de frialdad congelante. Se formulaba entonces una demoledora pregunta: ¿Se habrán que-rido estos alguna vez?

Los hijos presencian inexorablemente estos climas; les duelen más que los golpes, sufren, les provocan miedo e inseguridad y si no presencian agresiones expresas, intuyen la hipocresía. ¿Podrá extrañarnos entonces que tengan luego reparos para formar una familia? Es igualmente cierto que en la dinámica de los seres humanos no existe un determinismo fatalista, son solo mayores o menores probabilidades.

Nuestras casas son las únicas escuelas donde se enseñarán las bases, la estructura y la función de la familia. Hogares que podrán ser luminosos, trasparentes, alegres, donde se palpe el cariño o cárceles sin rejas, pero opresivas y deprimentes, que eduquen en la inseguridad, el miedo y el egoísmo.

El amar es un arte que puede perfeccionarse cada día o abandonarse mientras crece el egoísmo. Hay que ser libre para amar de verdad y amar de verdad para conquistar la verdadera libertad. •

Verdad,amor y libertad

Por Eduardo Schnitzler

Buscar siempre la verdad, ser libre y amar apasionadamente

son los pilares para formar una familia sólida.Médico pediatra.

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Historias de vida · 05

Irene Spanier fue llevada a un campo de concentración durante la Segunda Guerra Mundial. Gracias a un falso diagnóstico médico logró escapar y dedicar sus años en guerra a salvar a los niños del poder nazi. Hoy tiene 90 años y una historia de vida de generosidad, coraje, fortale-za y entrega a los más indefensos.

Por Dolores Navarlatz

LA MUJER QUE SALVÓ A 270 NIÑOS DEL HOLOCAUSTO

Nombre: Irene Spanier.

Edad: 90 años.

Fecha y lugar de nacimiento:

8 de noviembre de 1920.

Aquisgrán, Alemania.

Estado civil: viuda de Franz Bendiner

con quien tuvo dos hijos.

Irene es hija de padres belgas, realizó el

bachillerato en París y conoce cuatro len-

guas: inglés, francés, alemán y español.

Arribo a la Argentina: 23 abril 1947.

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06 · Historias de vida Historias de vida · 07

“Me empujaron hacia un camión junto a otros judíos y nos trasladaron al campo de concentración de Drancy, conocido como la antesala de Auschwitz”.

“Había chicos de tres años a los que les tenía que decir: A partir de ahora te llamás Michel, no te olvides porque es importante para vos y tu futuro”.

bien rubias y de tipo francés para ayudar a cientos de niños”, recuerda Irene.

“Cuando los alemanes iban a las casas para hacer los arrestos, la mayoría de los chicos estaban en el colegio y cuando re-gresaban al mediodía veían que a sus casas les habían puesto un sellado, que sus padres ya no estaban y que quedaban en la calle. Entonces nosotras contábamos con la lista de los que habían arrestado a la mañana con la dirección y buscábamos a los niños antes de que volvieran los nazis a recogerlos”.

pequeños sobrevivientes

Al recordar aquellos tiempos, Irene aún se asombra del ins-tinto de supervivencia que tenían esos niños. “Había chicos de tres años a los que les tenía que decir: ‘A partir de ahora te llamás Michel, no te olvides porque es importante para vos y tu futuro’. Fue increíble como ningún chico de los 270 que rescaté se confundió. Eran tan indefensos, pero tan obedien-tes y valientes. Los chicos son extraordinarios. Ninguno se enfermó, ni se equivocó al decir su nuevo nombre”.

“Me subía al tren, nunca con más de dos niños, para ir a la Campiña francesa en busca de gente que los pudiera alojar. Había muchas mujeres que tenían a sus maridos como pri-sioneros de guerra y no tenían dinero para comer, así que aceptaban uno o dos chicos judíos por unos 500 francos que les pagábamos por mes”.

“Recuerdo que golpearon la puerta de mi departamento y gritaron mi nombre. Era la Gestapo que venía por mí”. Irene Spanier tenía 21 años, vivía en París con sus abuelos en una situación económica acomodada mientras cursaba el final del bachillerato de filosofía. “Me empujaron hacia un camión junto a otros judíos y nos trasladaron al campo de concentra-ción de Drancy, conocido como la antesala de Auschwitz. Eso fue el 16 de julio de 1942. De ahí en adelante cambiaría mi vida para siempre”, relata Irene Spanier.

un traslado que viró su destino

Irene Spanier ingresó al campo de concentración de Drancy y a causa de una fiebre fue asistida por Enfermería. Allí coincidió con un médico al que conocía y éste la trasladó al Hospital Ro-thschild simulando tener una comprometida afección medular. En esa institución ya no había oficiales de la SS (Schutzstaffel, guardia personal del líder nazi Adolf Hitler), sino policías fran-ceses y así al poco tiempo pudo abandonar el lugar.

“Escapé del campo de concentración, pero no tenía hogar. Me quedé sin mis abuelos, sin poder contactarme con mi familia y no tenía nada para comer. Tenía que dormir un día aquí y otro allí, siempre escondida durante varios años”.

“A los pocos meses me dijeron que una mujer quería ver-me. Su nombre era Juliette Stern, presidenta de la WIZO (Women’s International Zionist Organization) en Francia. Esta organización tenía como principal objetivo rescatar a los niños judíos de la persecución nazi y evitar que sean traslada-dos a los campos de concentración. Me contacté con ella y me dijo: Necesito chicas como tú, jóvenes, de aspecto ario, más

“Recuerdo que tuve un chiquito que era un campesino y que estaba siendo alojado en un departamento de lujo y a la vez un niño húngaro pianista muy bueno que estaba con campe-sinos, entonces conseguí que me los intercambiaran, lo cual era muy difícil, pero estuvieron ambos mejor y más felices”.

“dios nos cuida y nos ayuda”

“Un día me pidieron que llevara 15 pasaportes a la estación de subte Michel-Ange Molitor. Allí me encontraría con una chica a la que debía entregárselos sin que ninguna de las dos abriera la boca. Coloqué los documentos en un bolso de cuero y esa mañana, porque Dios nos cuida y nos ayuda, antes de subirme al subte me topé con un vendedor de latas de to-mates. Le compré cuatro latitas pensando en hacerme una sopa y las puse adentro del bolso junto con los pasaportes”, recapitula Irene.

“Yo venía de una estación de subte y tenía que hacer com-binación en otra para llegar a destino, pero veo que en cada salida había un oficial de la Gestapo y yo cargando un bolso con 15 pasaportes. Ellos eran muy vivos y si notaban que yo tenía miedo y no iba derecho estaba frita.

-¿Señorita adonde va?, me preguntó el oficial. Yo le dije que iba a otra estación, no la verdadera. -¿Qué lleva en el bolso?, continuó interrogándome.-Unas latas de tomate concentrado, le respondí.-¡Ábralo!, me ordenó. Entonces, le mostré el bolso, vio las latas y me dejó pasar. No se cómo no vio los documentos. Yo era bonita, así que me imagino que me miraba más a mí que al bolso. Y así pude entregar esos pasaportes”. Irene se estreme-ce mientras rememora ese episodio.

“Otra vez, recuerdo que me prestaron una habitación de ser-vicio para pasar una noche y dormir. A las cinco de la mañana me desperté con una sensación extraña, entonces me levanté, me vestí y bajé a caminar. A los 45 minutos volví y una señora me dijo que no subiera porque había oficiales de la Gestapo en mi habitación así que me fui. Alguien me había denunciado”.

el fin de la guerra y la vida en argentina

En agosto de 1944 los Aliados entraron a Francia y allí se orga-nizó el desfile de la Victoria por los Campos Elíseos de París. “Estábamos todos muy entusiasmados, volvíamos a vivir. Los norteamericanos tomaron el comando de todo y nosotros les entregamos la lista de donde estaban escondidos los chicos, que fueron reubicados por Estados Unidos e Israel, entre otros paí-ses. De todos los chicos, sólo dos volvieron a ver a sus padres”.

“Con respecto a mí, terminada la guerra dejé Europa y elegí como destino a la Argentina porque conocía el idioma y ade-más entregaban visa. Una vez aquí busqué una pensión y un trabajo como dactilógrafa gracias a que dominaba tres idio-mas. A los tres años de estar acá conocí a mi marido, Franz Bendiner, y a partir de ahí fue todo mucho más fácil. Forma-mos una familia, tuvimos dos hijos y nos quedamos en este país donde soy muy feliz desde el día que llegué”, confiesa Irene con una sonrisa.

“Si bien necesitaba descansar y tener una propia vida, no podía desentenderme y quedarme tranquila totalmente. Una vez en Argentina me contacté con una obra dedicada a los niños huérfanos de padres muertos en los campos de concen-tración. Yo ayudaba entregando ropa y comida para los chi-cos. Ahora contribuyo con dinero que me debitan de la tarjeta porque hay mucho por hacer, la gente necesita que la ayuden. Me cuesta ver a niños que pasan frío y hambre, y que la gente sea indiferente: ¡cómo no se dirigen a ellos y les dan un plato de comida y un par de zapatos!”, se lamenta con vehemencia. “Hay gente que es dura de corazón y es muy feo vivir así. La vida es demasiado corta para ser egoísta, pasa muy rápido.” •

“En Argentina formamos una familia, tuvimos dos hijos y nos quedamos en este país donde soy muy feliz desde el día que llegué”.

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08 · Nota de tapa

Una familia sana siempreCasada desde hace cuatro años, madre de una

beba de un año y dueña de una gran trayectoria

como folclorista, Soledad Pastorutti (30) habla de

su familia materna, de su marido Jeremías y de los

fuertes lazos con su hija Antonia. Cómo es su día a

día y cuáles son sus prioridades.

Por Milagros Iroz

Entrevista a Soledad Pastorutti

¿A un año de haber nacido tu hija, cómo te llevás con la ma-ternidad?Cada vez mejor porque uno se va acostumbrado. Lo difícil para una mujer –que creo que no ocurre en el caso del hom-bre– es que uno se dedica cien por cien al hijo. Al menos en mi caso la decisión fue querer estar siempre presente y hacerme cargo. Así lo pensamos nosotros, yo quiero estar siempre y dedicarme en casi todo momento. De hecho, no tengo ni-ñeras. Me arreglo con mi mamá y alguna amiga; quiero que Antonia sepa bien claro quién es su mamá. Después de los primeros meses en los que una se recupera del parto y se va adaptando a la maternidad te diría que es mara-villoso. Es un amor incondicional que no tiene explicación. Al momento que la ves ya la amás, no se te ocurre otra relación.

¿Cómo te organizás, con una beba chiquita, para seguir tra-bajando? Salgo todo el tiempo y las giras no son armadas según mi co-modidad sino según el trabajo lo requiera. Tenemos un micro

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10 · Nota de tapa Nota de tapa · 11

Por Milagros Iroz

10 · Nota de tapa Nota de tapa · 11

de gira preparado para todos nosotros y ella viaja conmigo. Si se trata de algo cerca, que puedo ir y venir en auto y en el día, lo hago yo sola y dejo a Antonia con mi madre que la cuida. Si es algo lejos, mi madre se viene también y cuida de ella mien-tras yo estoy en el escenario o cuando tengo que recuperar sueño. Pero lo cierto es que se va organizando sobre la marcha porque esto sucede muy a menudo y estamos preparados para dar respuesta a ello.

¿Y cómo lo lleva Jeremías? ¿Te ayuda con el cuidado de An-tonia? Sí, se ocupa mucho y sobre todo convivimos mucho durante el día porque trabajamos juntos. Si bien la baña, le cambia los pañales, la viste… nosotros fuimos criados “a la antigua”, donde la mujer se hace cargo de los chicos y de la casa. Pero sí,

artístico y está bien que así sea. Pero a mi casa entran mis familiares y amigos, como sucede en cualquier familia. La verdad es que nunca me sentí perseguida, ni antes de casar-me, ni después, ni ahora con la llegada de Antonia.

Hace poco conocimos a Antonia en una entrevista en el pro-grama de Susana Giménez. No debe ser fácil aceptar o recha-zar invitaciones o producciones. Sí, la invitación estaba hecha desde hace mucho; de hecho, ni bien quedé embarazada nos invitaron. Fue una decisión que me costó tomar. Me pregunto si hago bien o mal porque en mi caso, yo elegí la exposición pública pero mi hija por el momento no. Espero que nunca me lo reproche… Pero bueno, el programa de Susana es un programa en el que yo siempre me sentí muy bien tratada, respetada y además se dedica un poco a mostrar la familia. Y creo que hoy por hoy no hay mu-chos programas en la televisión argentina que muestren a las familias y me parece que está bien apoyar a este gran valor que se está perdiendo.

¿Se te ve como una persona a la que le gusta estar en familia? ¿Cómo disfrutan los fines de semana cuando no están de gira?En familia, los dos tenemos familias grandes y la pasamos muy bien. Tratamos de pasar un domingo con la familia de Jere y otro con la mía, pero priorizamos a la familia de él que no la vemos tanto durante la semana. Con mi familia, en cambio, convivimos mucho porque trabajamos todos juntos –mi papá, mi hermana y también mi mamá que se suma a las giras–. Además, vivimos casi en el mismo predio así que estamos muy cerca.

Hablás de una familia materna linda y unida, la tuya propia está creciendo; sos una de las cantantes populares más co-nocidas del país, has hecho miles de shows en Argentina y el resto del mundo… La vida te ha dado mucho, como vos una vez dijiste. ¿La Fundación Soledad Pastorutti es una conse-cuencia de ello?Lo que básicamente hace la Fundación es hacer de puente entre la gente que necesita ayuda y otra que quiere ayudar y no sabe cómo. Lo hago porque sinceramente me parece bueno hacer algo por el otro, no porque me haya ido bien o porque sea Soledad. Hay acciones que pasan muy desapercibidas, no se publicitan, pero a mí me hace muy bien hacerlas. Y sí, es verdad, soy una agradecida de la vida y de la familia que tengo.

me ayuda cuando lo necesito y lo hace muy bien.

La primera hija llegó después de varios años de matrimonio. ¿Cómo viven este hecho tan importante?Llevamos cuatro años de casados y siete de novios; hace on-ce años que nos conocemos. Nosotros realmente queríamos tener a Antonia, soñábamos con este momento y ahora dis-frutamos de lo maravilloso que es tener un hijo. Es verdad que a veces los hijos llegan en el mejor momento y otras veces no tanto pero en nuestro caso ha sido muy positivo.

¿Qué les gusta hacer como matrimonio? ¿Son de buscar y cui-dar sus propios tiempos? Cuidamos mucho la pareja pero no tenemos nada muy esti-pulado en cuanto a tipo de salidas o frecuencia. Los buenos momentos existen y se dan bastante naturalmente, gracias a Dios. Nunca fuimos una pareja de salir mucho y tampoco ahora. Por otro lado, vivimos mucho de gira entonces lo que más nos gusta es disfrutar de la casa. Pero nuestro aniversario, por ejemplo, es algo extraordinario y lo festejamos siempre.

Lamentablemente, hoy en día es bastante común ver que matrimonios jóvenes no prosperan. ¿Qué mensaje les darías como mujer, esposa y madre? Es muy difícil porque cada persona es esa persona y sus cir-cunstancias. No todas las familias son ideales y hay gente que sufre mucho por sus seres queridos. Pero sí creo que la familia va a estar siempre al lado nuestro, en las buenas y en las ma-las. El amor de una familia no se compara con nada, no tiene que ver con el dinero, no tiene que ver con si te va bien o mal en la vida, y es lo que te sana siempre. Diría que cuando hay amor, hay mucho por lo que pelear. Después, en la convivencia diaria, siempre va a haber roces y diferencias pero también es bueno aprender a dejar pasar, a callarnos la boca. A veces, el gran error que tenemos todos es querer cambiar al otro. El otro es así y nosotros lo elegimos así. De alguna manera es aceptar eso.

¿Ahora que sos madre y se sumó una personita más a tu fami-lia, cómo llevás el binomio vida privada / vida pública? Me considero afortunada en ese sentido pero quizá también porque las reglas del juego fueron planteadas desde el primer momento y siempre se respetaron; tanto de mi parte como de parte de la prensa. A través de los medios muestro mi lado

“Realmente queríamos tener a

Antonia, soñábamos con este

momento y ahora disfrutamos de lo

maravilloso que es tener un hijo”.

perfilFecha y lugar de nacimiento: Arequito, Santa Fe el 12 de octubre de 1980.

Estado civil: casada con Jeremías Audoglio

Hijos: Antonia, 1 año.

Profesión: folclorista; cantante, intérprete y compositora.

Ha grabado 12 discos, 3 DVD y varias ediciones especiales.

“De aquí a diez años no me imagino

nada muy distinto a lo que tengo

hoy en día; lo mismo pero para una

familia más grande”.

Tenés un perfil muy propio y un modo de ser y comportarte que hoy no abunda en el mundo del espectáculo, especial-mente en la televisión. ¿Cómo se logra y se mantiene eso? Pienso que hay que actuar con mucho sentido común, que nadie te pueda reprochar una acción. Se trata de ser coheren-te y así uno se gana el respeto de las personas y también de los medios. Gracias a Dios yo trabajo todos los fines de semana en diferentes festivales, estoy muy cerca de la gente y mi trabajo no depende pura y exclusivamente de la televisión.

Page 8: Familias de Hoy Nro. 5

12 · Nota de tapa

¿Por qué creés que la gente te quiere tanto?La verdad es que no lo sé, y yo a veces también me lo pre-gunto. No creo que sea porque canto bien o mal, no creo que sea tampoco por el género que elegí cantar. Pienso que debe ser por varias razones. Por lo pronto tengo muchas cosas en común con la gente, disfruto de las mismas cosas que ellos y eso hace que nos sintamos casi en familia. Lo que sí tengo claro es que hay un público que me aceptó, que me quiere, otro que se suma eventualmente y otro al que nunca le caí ni le caeré en gracia. Y eso hay que tenerlo claro.

¿De aquí a diez años, cómo te gustaría que fuera tu familia?Ojalá que Antonia no sea la única… Me gustaría seguir hacien-do mi trabajo, que me apasiona, y que la gente me siga eligien-do para poder hacerlo con tranquilidad. También me gustaría estar siempre rodeada de mis seres queridos con salud y mu-cha compañía. Nada muy distinto a lo que tengo hoy en día; lo mismo pero para una familia más grande, si Dios quiere.

¿No te voy a preguntar si te gustaría que tu hija fuera cantante pero sí qué música escucha o te gusta cantarle?En casa hay música todo el tiempo, tenemos el equipo prácti-camente siempre prendido. Vemos poca televisión y escucha-mos mucha música. Si le preguntás a Antonia “¿Cómo canta mamá?” te responde “ah, ah, ah…”. Escuchamos de todo un poco; desde música infantil, pasando por cumbias hasta rock and roll. Pero su tema preferido es Cuando me enamoro, que canta Enrique Iglesias con Juan Luis Guerra.

¿Ya tiene un tema preferido?Ese le gusta mucho. No sé por qué pero hay ritmos a los que no les presta mucha atención y otros que se los pone a bailar. Pero sí, la música es parte del día a día. •

“En la convivencia diaria siempre

va a haber roces y diferencias pero

también es bueno aprender a dejar

pasar, a callarnos la boca”.

“El trabajo en la Fundación lo hago

porque sinceramente me parece bueno

hacer algo por el otro, no porque me

haya ido bien o porque sea Soledad”.

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14 · Jóvenes de hoy Jóvenes de hoy · 15

Dentro de 100 años pondrán en una vitrina

nuestro paradigma de belleza. ¿Cuál será?

¿La delgadez extrema? ¿La exposición de los

cuerpos? ¿La cultura del unisex?

La persona glamorosa sería aquella que siente

vivir en una constante y luminosa pasarela; la

elegancia, en cambio, respondería más a una

belleza interior que se expande hacia fuera

La moda no se refiere solo a la pilcha que compramos o ima-ginamos para una ocasión, sino que se relaciona también con el consumo de experiencias y de objetos en sentido amplio. Justamente, algunos intelectuales sugieren titular “industria creativa” a este negocio. ¿Su lógica de mercado? La necesidad de marcar el quiebre entre lo pasado y la tendencia de lo que se viene para incitar el consumo. La moda es un dragón comercial que, con su fuego de novedad, devora todo lo precedente mar-cando la diferencia entre lo que se usa y lo que no.

historia, tecnología y proyección intelectual

Los museos de moda se han puesto de moda. Inmersos en la cultu-ra estética en la que vivimos –se privilegia socialmente la apa-riencia y el estatus– la indumentaria ocupa un lugar clave. En la última década se han inaugurado varios museos de moda en distintas ciudades del mundo, tales como: Milán, Londres, New York, Madrid. También la ciudad de Buenos Aires ofrece el suyo.

La denominación “museo de moda” puede generar ruido si se piensa que la moda es la tendencia viva que transita un perío-do histórico. Es cierto. En esos espacios recreados, los trajes se colocan de manera hierática (fría, distante) en el medio de la escena. Les falta el alma, la persona, el nombre de quien los ha portado, pero sus tejidos comunican la cultura precedente. La indumentaria, fiel reflejo de una historia, deja traslucir las re-laciones sociales que mantenían los personajes del momento, su concepto de belleza, de elegancia, su estatus.

Dentro de 100 años pondrán en una vitrina nuestro paradigma de belleza. ¿Cuál será? ¿La delgadez extrema? ¿La exposición de los cuerpos? ¿La cultura del unisex? ¿Qué dirán de nosotros? Sin duda resaltarán como positivo la libertad en la expresión de los estilos y la funcionalidad de las prendas. ¡Lejos de no-sotros el corsé y el cuello de camisa con mil dobladillos (gola) que no permitían más que inclinar la cabeza protocolarmente! La tendencia en los próximos años es el tech-a-porter, es decir, la tecnología aplicada a la indumentaria.

La socióloga argentina Susana Saulquin explica en su libro La moda después cómo, poco a poco, se pasará del Sistema actual de la moda a un Sistema General de Indumentaria donde el confort y la practicidad serán los cánones de venta. “Las fibras convencionales con terminaciones antisépticas, antimanchas, antideslizantes, entre otros revolucionarios procesos, permi-tirán la superación de los anuales recambios de vestimenta según las temporadas primavera/ verano, otoño/ invierno”. Con lo cual, una prenda podrá utilizarse en todas las estaciones climáticas ya que abrigará en invierno y refrescará en verano.

Tejidos camaleónicos que cambian de color al percibir varia-ciones de temperatura, telas antiácaros, pijamas con somní-fero, camisas con olor a jazmín, vestidos para diabéticos que medirán, a través de sensores, el nivel de glucemia… Hoy nos parece ciencia ficción pero diversos acuerdos entre empresas demuestran que el camino ya está trazado.

cuerpos sociales

Ya se ve que el reto contemporáneo no pareciera estar en la producción material: más bien allí se percibe un auténtico progreso que mejora la calidad de vida. Posiblemente el de-safío se dirija a reflexionar sobre la riqueza de ser cuerpos so-ciales. En la antigüedad, muchas divinidades se plasmaban en figuras humanas, especialmente, femeninas. ¿Por qué? Quizás sea porque un aurea recubre su ser cuerpo. Un perfume suave, dulce, cautivador proviene de la delicadeza y modestia feme-nina. Por contraste, la exposición corporal desmedida es capaz de avinagrar ese perfume.

La mujer es la protagonista principal de las relaciones sociales, el misterio a develar por el hombre. En este sentido, coque-tear y presumir parecerían verbos que mejor conjuga ella… son maneras vivas que responden a la conciencia de cuánto vale su intimidad, su ser femenino. Lucia Ruggerone –intelectual del Centro per lo studio della moda e della produzione culturale

Pues sí. Nos guste o no, la moda nos afecta. Fieles seguidores o declarados anti-moda, todos tomamos una postura ante ella. Y es que somos seres sociales que buscamos formar parte de un grupo que nos ayude a construir la propia identidad.

Por Adela Lo Celso

¿La moda y yo? ¡Indiferentemente unidos!

Robe chino en el Victoria and Albert Museum de Inglaterra. Vestido Elisa, del diseñador C. Balenciaga en el Museo del Traje de Madrid.

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16 · Jóvenes de hoy

El celular está sobre la mesa, la mirada se mueve ansiosa duran-te la conversación. Cada no menos de diez segundos los ojos mi-ran la pantalla del teléfono en busca del tan esperado led. Hasta que al fin se enciende esa lucecita que alerta sobre un post en Facebook, o un tweet en Twitter, o un nuevo correo electróni-co. Sin dudarlo, toma el teléfono y responde automáticamente. Una historia que se repite por millones a cada minuto en todo el

mundo. “Mi nombre es Luis y soy adicto a mi smartphone” ¿Será la próxima frase en los grupos de autoayuda?.

Según un estudio de la consultora Analysis Mason, publicado en la revista electrónica Tendencias 21, para el año 2014 ha-brá 1700 millones de smartphones o teléfonos inteligentes en el mundo. América Latina y Asia serán los continentes que

Por Jimena Colucci

(Modacult), Universitá del Sacro Cuore de Milán– sostiene que glamour es diverso de elegancia. La persona glamorosa sería aquella que se siente vivir en una constante y luminosa pasa-rela. La elegancia, en cambio, respondería más a una belleza interior que se expande hacia afuera. Una apreciación análoga sería la de “finura de espíritu”, en terminología de Rafael Al-vira, filósofo.

La vestimenta, por lo tanto, no solo recubre el cuerpo, sino que lo hace comunicable. A través de ella, puede conocerse de la persona: su oficio, su contexto cultural, su procedencia geo-gráfica, su grupo social, la jerarquía dentro de él, e, incluso, puede llegarse a percibir su estado anímico. Los objetos que poseemos delatan nuestro transcurrir social porque plasman un complejo y rico lenguaje simbólico.•

“Nuestras prendas forman demasiada parte de nosotros para que la mayoría nos sintamos totalmente indiferentes por su estado: es como si la tela fuese una extensión del cuerpo o, incluso, su espíritu”, Quentin Bell, citado en El cuerpo y la moda, de la socióloga Joanne Entwistle.

museos de moda

Madrid · Museo del TrajeCentro de Investigación del Patrimonio Etnológico, gran edificio ubicado en zona universitaria. Posee más de 100 mil piezas de colección. http://museodeltraje.mcu.es

Milán · Palazzo MorandoLos trajes son presentados en un encuadre histórico, rodeados por cuadros y esculturas. www.comune.milano.it

New York · The Fashion Museum Pertenece al Fashion Institute of Technology (FIT), State University of New York http://www.fitnyc.edu

Londres · The Fashion Museum Está ubicado dentro de Victoria and Albert Museum. Ofrece una antigua colección de trajes y una amplia variedad de actividades. http://www.vam.ac.uk

Buenos Aires · Museo Nacional de la Historia del Trajehttp://www.funmuseodeltraje.com.ar

Buenos Aires · Museo SaavedraContiene una excelente muestra sobre trajes y costumbres cotidia-nas argentinas. www.museosaavedra.buenosaires.gob.ar

Indarra (www.indarradtx.com) utiliza la tecnología en la creación de sus prendas. Telas que irradian calor y otras que permiten la carga de móviles.

Vidriera de zapatos en un negocio de Milán.

Vidriera de la boutique Chanel en una calle de Milán.

Vida cotidiana · 17

El uso (y no abuso) del celular

El teléfono inteligente se convirtió en el nuevo vicio de millones de

personas. Su uso supone grandes ventajas pero su abuso conlleva

algunos riesgos que dependen de cada usuario el no convertirlos en

desventajas. “¡Ey, dejá de mirar el celular que te estoy hablando!”.

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registren las mayores ventas de esta clase de aparatos. Según el mismo estudio, esa cifra representaría un crecimiento anual del 32% durante los próximos tres años. Esto hace pensar que la fiebre por la pantallita recién comienza y que el fenómeno se seguirá expandiendo cada vez más.

pendientes de una pantalla y algo más

No hace falta caminar mucho por las calles para notar la “adic-ción” que genera este tipo de teléfonos en los usuarios. La pregunta es si simplemente se vive un cambio en los hábitos y las costumbres que incluye una nueva forma de comunica-ción social, o si a causa de esta nueva adhesión las relaciones interpersonales se ven afectadas de un modo negativo. Teresa García, de 30 años, cuenta: “Me acostumbré a que mi mari-do estuviera todo el día pendiente de su teléfono celular y, en

varias ocasiones, tengo la sensación de que no me presta aten-ción cuando le estoy hablando”.

Los avisos del teléfono mantienen a sus usuarios en alerta constante. El primer movimiento de la mañana es tomar el te-léfono para apagar el despertador y ya de paso echar un vista-zo por los últimos correos recibidos. Las conversaciones entre amigos comienzan en el trayecto al trabajo a través del Twitter y de golpe hay miles de supuestos amigos a quienes se sigue a través de las redes sociales. El hábito de mirar a los ojos mien-tras se mantiene una conversación es prácticamente “cosa de antes”, ya que una de las partes se concentra en la pantalla.

Teresa reconoce que lo que más le molesta “es no saber si esas alertas y sonidos diferentes son cosas realmente importantes o tienen que ver con juegos, descargas y redes sociales”.

Matías Montenegro, estudiante de Comunicación de 21 años, adquirió su primer teléfono inteligente en 2008. Participa en redes sociales como Facebook, Twitter y Blogger, y confiesa que no podría imaginarse un día sin su teléfono. “Es algo que está tan arraigado que si te despegás aunque sea por un día, la gente se pregunta si te pasó algo. Si no respondés una llamada o un mensaje la otra persona se molesta”, asegura Matías.

Pero, ¿acaso no se mira demasiado la pantalla? Matías opina que “es un tema generacional”. “Mi generación está acostumbrada a estar mirando una pantalla, creo que se acepta, porque si estás con el mail o tu red social, significa que hay alguien del otro lado esperando tu respuesta, o que digas algo. No es que estás miran-do una pantalla dialogando con robots”, dice Matías.

hacer buen uso del celular

El uso del celular supone grandes ventajas más allá del fin bási-co del realizar y responder llamados: conexión a internet, en-viar y recibir correos, contactar con la empresa y los clientes, relacionarse en las distintas redes sociales y la posibilidad de realizar más tareas en menos tiempo. Pero también conlleva algunos riesgos, derivados del exceso de uso, que se pueden convertir en desventajas: estrés, incapacidad de desconectar en algún momento del día, deterioro en las relaciones sociales cara a cara, invasión del trabajo en el tiempo libre, pérdida de concentración y productividad.

Para evitar que se llegue al grado de “adicción”, existen algunos consejos respecto a su uso. En un artículo publicado en el sitio español Emprendedores se recogen diez tips de expertos para cui-

El gigante Google y la consultora Ipsos OTX realizaron –a finales de 2010– un estudio en Estados Unidos para conocer cómo se utilizan los teléfonos móviles en el día a día. Entre los hallazgos de The Mobile Movement, Understanding smartphone consumers se encuentran:

nuevas formas de distracción y ¿falta de cortesía?

El periódico estadounidense The New York Times publicó, en abril de este año, un artículo del experto en tecnología David Carr. En ese texto el perio-dista aborda el tema de la adicción a la pantalla del celular, y considera la posibilidad de que la actitud de estar todo el día con los ojos sobre el teléfo-no pueda considerarse una falta de cortesía.Carr analiza el efecto de las redes sociales y el chat en los celulares, principal-mente en el marco de las reuniones sociales, donde el teléfono se presenta como un obstáculo para la comunicación cara a cara. Plantea como un nue-vo logro de la revolución digital que “esté de moda ser descortés”.Como ejemplo, hace referencia a un encuentro de interesados en temas digitales (South by Southwest Interactive) del que participó. El periodista relata las actitudes de los asistentes al evento, siempre con los ojos sobre la pantalla, sin prestar atención a los conferencistas o sin siquiera disfrutar de una charla de colegas entre una conferencia y otra.David Carr tituló su disertación en ese congreso como: “Soy tan productivo que nunca logro hacer nada”. En ella expuso cómo la atención constante a las redes sociales y la necesidad de mantenerlas actualizadas diariamente, quita tiempo para las tareas realmente importantes o por las que se percibe un sueldo.

advertencia de la oms sobre el uso del celular

Una vez más se reavivó el debate sobre el uso del celular y el cáncer. La Or-ganización Mundial de la Salud (OMS) y la Agencia Internacional de Inves-tigación del Cáncer (IARC) vincularon el uso de teléfonos celulares con un “posible” riesgo de desarrollar cáncer cerebral. Ambas organizaciones anunciaron que los campos electromagnéticos ge-nerados por las radiofrecuencias de ese tipo de dispositivos se consideran “posiblemente carcinogénicos para los humanos”. Aunque no cuantificaron el riesgo, se refirieron a que un estudio, con datos hasta 2004, detectó un incremento del 40% en el riesgo de gliomas –un tipo maligno de cáncer ce-rebral– entre los usuarios más frecuentes de celulares: aquellos que utilizan su teléfono celular por más de 30 minutos diarios. No obstante, señalaron que las evidencias son “limitadas” por lo que no se pueden excluir otros factores en el desarrollo de este cáncer.Mientras tanto, ¿cómo utilizar el celular? Sugerimos considerar las si-guientes prácticas: 1 Utilizar el celular con auriculares o altavoz salvo que sean conversaciones breves, 2 Mantener el celular lejos del cuerpo (evitar llevarlo en la cintura o bolsillo), 3 Apagar o ponerlo en modo avión al dejarlo en la mesa de luz, 4 Crear conciencia en los hijos para que adopten prácticas seguras.

95% lo emplea para mirar información local

81% emplea su teléfono inteligente para navegar por internet

77% lo utiliza para buscar información

68% para emplear una aplicación

93% de quienes poseen un smartphone lo utiliza mientras está en casa

79% lo emplea para que los ayude a la hora de comprar

72% utiliza su teléfono mientras consume otros medios (con un tercio mientras mira tv)

¿Cómo se comportan los usuarios de smartphones?

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20 · Vida cotidiana Experiencias solidarias · 21

un proyecto magnánimo que atravesó fronteras

Un techo para mi país nació en Chile, en 1997, luego de que un grupo de de jóvenes universitarios, apoyados por el Padre Fe-lipe Berríos, sintiera la necesidad de denunciar la situación de extrema pobreza en la que vivían millones de personas y tra-bajara en la búsqueda de una solución concreta para erradicar ese flagelo. Fue así que el primer paso del proyecto consistió en la construcción de viviendas de emergencia y la ejecución de planes de habilitación social (véase recuadro).

“Miramos a nuestro alrededor y nos acostumbramos a que la gente viva así, nos acostumbramos a que no tenga baño o electricidad. Queremos que todos juntos le digamos al país que a esto no nos podemos acostumbrar”, manifestó el Padre Be-rríos –en 2009– al ser distinguido con el Philanthropy Award

No necesariamente son ingenieros. No necesariamente son ar-quitectos. No necesariamente son albañiles ni aficionados a la construcción. Son sobre todo jóvenes voluntarios, en su ma-yoría universitarios, que trabajan para que buena parte de la sociedad pueda mejorar su calidad de vida. Ellos son la mano de obra, y el corazón, de Un techo para mi país (utpmp), una organización no gubernamental con presencia en 19 países de Latinoamérica; entre ellos, Argentina.

“Nuestro sueño, que no creemos imposible, es dejar de ver fa-milias que tengan que vivir en la injusticia de los asentamien-tos o villas. No queremos conocer más familias que pisan tierra y no cuentan con los servicios básicos para poder vivir como todos debiéramos”, resume Magdalena Masseroni, de la Ofici-na de prensa de utpmp Argentina.

Son jóvenes voluntarios, en su mayoría universitarios, que se comprometen con los problemas actuales y buscan erradicar la pobreza en nuestro país y en todo el continente. Cómo lo hacen y qué los motiva.

Por Esteban Pittaro

Manos a la obra para una sociedad mejor

dar el uso y abuso del teléfono. Seleccionamos y ofrecemos seis de ellos para que el lector no deje de estar atento al tema:

1 desconectar el led (esa lucecita verde o roja que se enciende y vibra, produciendo impulsos irreprimibles);

2 configurar un modo racional de consulta (evitar estar pendiente de él las 24 horas);

3 distinguir entre lo urgente, lo importante y lo informativo (utilizar el teléfono sólo para leer los temas urgentes o priorita-rios y dejar el resto para el trabajo usual de oficina);

4 Las tareas, de una en una. Realizar varias a la vez lleva a invertir más tiempo y reduce la concentración y productividad.

5 apagarlo...una hora antes de ir a dormir (según un estudio encargado por la marca hotelera Crowne Plaza tiene los mismos efectos que tomarse un café doble antes de acostarse)…en las reuniones de trabajo (puede ser una fuente de distrac-ción)…en la comida y en la cena (para evitar la mirada perdida o el contestar con monosílabos, responder después o activar un mensaje automático que diga que se va a responder más tarde) …en el tiempo libre (evitar que se diluyan los límites entre las actividades laborales y la vida personal);

6 no dejar de socializar (no anteponer el teléfono a cual-quier aspecto de la vida –familia, sueño, ocio, hacer ejerci-cio…– o de lo contrario se habrá convertido en un esclavo de la tecnología). •

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El modelo de Un techo para mi país

El Modelo de Intervención Social (mis) comprende la realidad de los asentamientos y de las familias que viven en ellos desde un enfoque de vulnerabili-dad social. Este modelo cuenta con tres etapas de trabajo: La construcción de la vivienda permite generar un vínculo intenso y de confianza con la población de los asentamientos. La habilitación social implica la conformación de una mesa de trabajo para, en conjunto con los ve-cinos y otras instituciones, encontrar las solucio-nes a los problemas locales. De esta manera se trabajan planes de educación y salud, se otorgan microcréditos, etc. Tras estas dos etapas, utpm busca que la comunidad sea sustentable. Se pretende que los pobladores se sientan pertenecientes a la comunidad, se identifi-quen con ella y trabajen juntos por el bien común.

22 · Experiencias solidarias

perspectiva, a valorar mucho mas todo lo que tenés y te pasa”, describe el voluntario Santiago Montagna.

Nadia Fusco, otra voluntaria, asegura que “cada una de las fa-milias es la respuesta a la mayoría de las preguntas relaciona-das a Techo. Una vez que ves, sentís y vivís la experiencia de involucrarte con una familia y conocer su vida cotidiana, no querés faltar a una construcción”.

“Cambiar un fin de semana, dejar de lado el estudio y las sali-das para construir, no es nada comparado con lo que reciben las familias. Das uno o dos días para cambiar una vida”, enfa-tiza Carlos Felpeto.

El director de Formación y Voluntariado de Un techo en Buenos Aires recuerda una entrañable anécdota. “Una vez me tocó una familia donde eran todos obreros y, como es lógico, sabían más que nosotros del tema. A eso se sumaba que el grupo de volunta-rios eran todas mujeres. Lo lindo fue que al segundo día, las chi-cas construían y los hombres preparaban la comida. Fue emo-cionante ver cómo terminaron confiando en el otro”.

Indudablemente Un techo para mi país constituye una espe-ranza para los sin casa pero también para estos miles de jóve-nes que rechazan la injusticia y están dispuestos a colaborar para mejorar la sociedad en la que vivimos. •

¿Cómo se construyen las casas?

Las viviendas se construyen normalmente duran-te un fin de semana. Se levantan sobre 15 pilotes que las aíslan del suelo, son de fácil construcción y remodelación, y cubren un área de 18 m2. El costo aproximado de cada casa es de 2000 dólares. Para generar sentimiento de compromiso con las fami-lias beneficiadas, se les pide pagar el 10% del costo total. Existe además el programa “Construye con tu Em-presa” a través del cual los empleados de una organi-zación se agrupan en cuadrillas de 8 a 10 personas, y durante dos días trabajan junto con dos voluntarios de utpm en la construcción de una vivienda.

Al día de hoy, utpmp lleva construidas más de 75 mil viviendas en 19 países de Latinoamérica y moviliza a cerca de medio millón de voluntarios.

“Como se dice en Techo, la primera cons-trucción es un cambio de chip mental; es algo así como colocarse lentes de contacto que ya no se podrán quitar”, describe Santiago Montagna.

Experiencias solidarias · 23

otorgado por la revista Poder y The Americas Business Council; uno de los tantos reconocimientos que ha obtenido en repre-sentación de Un techo.

No fue necesario mucho tiempo para que la solidaridad traspasara las fronteras y el proyecto se expandiera por toda Latinoamérica. A partir de 2001, año en que El Salvador y Perú se vieron azotados por un terremoto, esta ong se organizó en una oficina central en Chile, con conceptos básicos claros, una forma común de trabajo y un mismo espíritu. Luego, lo que ellos denominan el Modelo de Intervención Social, se aplica en cada país según los desafíos propios de la pobreza en ese territorio concreto (véase recuadro).

“En todos los países en los que estuve se puede ver la misma ‘energía techera’: jóvenes motivados para trabajar en cualquier condición y terminar con la pobreza. A pesar de que los asen-tamientos son diferentes, las familias se sorprenden y agrade-cen mucho que vaya gente de otros países a ayudarlos”, rela-ta Florencia Bluthgen, una argentina que viajó en 2010 como voluntaria a Haití y desde este año trabaja como directora de Comunicaciones para utpmp en Colombia.

Al día de hoy, utpmp lleva construidas más de 75 mil vivien-das en 19 países de Latinoamérica y moviliza a cerca de medio millón de voluntarios.

una obra que empieza por dentro

Los jóvenes voluntarios coinciden en que se trata de una experien-cia que los moviliza en lo físico pero sobre todo en lo emocional. La relación que entablan con esas familias para quienes proporcionan un techo es muy impresionante y difícil de olvidar.

“Como se dice en Techo, la primera construcción es un cambio de chip mental; es algo así como colocarse lentes de contacto que ya no se podrán quitar. Comenzás a ver las cosas desde otra

“No queremos conocer más familias que pisan tierra y no cuentan con los servicios básicos para poder vivir como todos debiéramos”, dice Magdalena Masseroni de utpmp Argentina.

Un techo para Argentina

· Construyó 3400 viviendas en 57 barrios de cinco provincias. · En 2011 tiene previsto construir otras 2300 y estar presente en 100 barrios.· Este año capacitará a 600 personas en oficios y entregará 400 microcréditos.· El objetivo es involucrar a 20 000 nuevos voluntarios.

Para conocer más o saber cómo colaborar: http://www.untechoparamipais.org/argentina/

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24 · Ingenio y humor

Humor

SudokuEs un juego matemático con un tablero de número dividido en bloques, en 3 filas y 3 columnas. Dentro de cada bloque hay 9 números, también colocados en 3 filas y 3 columnas. El objetivo del juego es completar, incorporando los números que faltan en las casillas vacías, respetando esta regla: Toda fila, columna y bloque debe contener los nueve números: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9. Cada número debe aparecer una vez y sólo en cada una de filas, columnas y bloque del tablero.

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