falcone 2010 historia psicologia en argentina, cruce de influencias europeas y caracter nacional

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11 Bicentenario: Ayer y hoy de la Psicología Argentina Historia de la Psicología en Argentina Cruce de influencias europeas y carácter nacional ROSA FALCONE La Argentina ha sido uno de los principales países latinoamericanos en los que se han desarrollado las diversas corrientes y prácticas psi- cológicas y psicoanalíticas. Los valiosos avances que se han produ- cido en el país, la cantidad de profesionales destacados a nivel mun- dial que han pasado por aquí, los infinitos intercambios con países europeos, a lo largo de la última centuria son hitos en el campo de la disciplina psicológica, psiquiátrica y psicoanalítica que merecen ser recordados. La memoria no se limita al recuerdo de un acontecimien- to, sino a resignificar ese pasado, una nueva mirada sobre lo aconte- cido que interpela el pasado y la propia identidad. La historia es por derecho natural de todos y cada generación reinterpreta ese pasado de acuerdo con su presente. La convocatoria de las Jornadas de Psi- cología de este año “Bicentenario en Psicología: ayer y hoy” son el marco propicio para generar un clima de intercambio para que cada uno reinterroge y reflexione acerca de la historia de nuestra disciplina desde su esfera particular. Mi mirada hacia el pasado de la Psicología en Argentina descubre una disciplina de constitución compleja, un campo con diversidad de problemas teóricos y metodológicos difíciles de transitar al margen de otras ciencias. La trama de la conformación de los discursos y las prácticas de la Psicología se suceden indisolublemente ligados a la filosofía, la biología, la medicina, la criminología, la pedagogía, etc.

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Trabajo de Rosa Falcone sobre Historia de la psicologia argentina

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  • 11Bicentenario: ayer y hoy de la Psicologa argentina

    historia de la Psicologa en argentinacruce de influencias europeas y carcter nacional

    Rosa Falcone

    La Argentina ha sido uno de los principales pases latinoamericanos en los que se han desarrollado las diversas corrientes y prcticas psi-colgicas y psicoanalticas. Los valiosos avances que se han produ-cido en el pas, la cantidad de profesionales destacados a nivel mun-dial que han pasado por aqu, los infinitos intercambios con pases europeos, a lo largo de la ltima centuria son hitos en el campo de la disciplina psicolgica, psiquitrica y psicoanaltica que merecen ser recordados. La memoria no se limita al recuerdo de un acontecimien-to, sino a resignificar ese pasado, una nueva mirada sobre lo aconte-cido que interpela el pasado y la propia identidad. La historia es por derecho natural de todos y cada generacin reinterpreta ese pasado de acuerdo con su presente. La convocatoria de las Jornadas de Psi-cologa de este ao Bicentenario en Psicologa: ayer y hoy son el marco propicio para generar un clima de intercambio para que cada uno reinterroge y reflexione acerca de la historia de nuestra disciplina desde su esfera particular.

    Mi mirada hacia el pasado de la Psicologa en Argentina descubre una disciplina de constitucin compleja, un campo con diversidad de problemas tericos y metodolgicos difciles de transitar al margen de otras ciencias. La trama de la conformacin de los discursos y las prcticas de la Psicologa se suceden indisolublemente ligados a la filosofa, la biologa, la medicina, la criminologa, la pedagoga, etc.

    AdministratorCuadro de texto Glora E. Autino, Alicia N. Cayssials & Rosa Falcone (Eds.) (2010). Bicentenario: ayer y hoy de la psicologa argentina. Buenos Aires: Fundacin de Ciencias Empresariales y Sociales

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    Los enlaces o puentes con otros campos del saber resultan inevita-bles en el camino de reflexin sobre el pasado de la disciplina que se intentar desentraar. Es posible reconocer en esta mirada una confi-guracin de conceptos y de prcticas asistenciales preexistentes a la profesionalizacin de la Psicologa (1957) que merecen su evocacin. Reconstruir esas instancias de debate precedentes a la creacin de la Carrera de Psicologa no hace ms que explicitar la pluralidad de tra-diciones discursivas que convergen en su marco referencial. La identi-dad profesional funciona, aunque no sea fcil demostrarlo, como una letra tallada por la experiencia vivida y la experiencia transmitida que conforman entre el ayer y el hoy un proceso histrico concreto.

    La recepcin del positivismo europeo y el naturalismo mdico. El estado conservador y la inmigracin. La Psicologa experimental y la Criminologa (1880-1918)La realidad histrico social de la Argentina hacia 1880 marca un rumbo. Se inicia un proyecto institucional de estabilizacin del po-der, que a travs de una elite ilustrada logra colocar a nuestro pas en el mundo. Se organiza la modernizacin econmica e institucio-nal y la generacin del ochenta se lanza a conformar las bases de la Repblica Moderna. A fines del siglo XIX, Argentina se convirti en la ms dinmica y opulenta de las Repblicas latinoamericanas. La expansin econmica adquiri una escala sin precedentes. Una densa red de ferrocarriles reemplaz al viejo sistema de transporte por carretas de bueyes y mulas y sirvieron a los fines de integrar el territorio posibilitando el desarrollo de la agricultura y la ganadera. La construccin y el comercio en las ciudades se asociaron con una industria pujante y hasta el interior ms tradicional encontr como beneficiarse. Esta expansin requiri de mano de obra y en consecuencia nuestro pas se vio obligado a promocionar la poltica inmigratoria. La apertura del pas hacia la inmigracin se convertira en una de las premisas ms claras en el programa de gobierno trazado por la generacin de la Joven Argentina. Por el lado de Europa, la emigracin era estimula-da por la creencia que en Amrica encontraran progreso y mejora en su condicin social y econmica. Entre 1880 y 1910, llegan a nuestro pas tres millones de inmigrantes que representaron el 14% del to-tal del movimiento inmigratorio mundial. El censo de 1895 registra la presencia de un milln de extranjeros en un 80% concentrados en la Capital, la provincia de Buenos Aires y el Litoral. La superpoblacin producto del aluvin inmigratorio haca sentir amenazada a la socie-dad por la percepcin de la potencial peligrosidad de los trabajadores

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    extranjeros. Comienzan los primeros movimientos anarquistas y las diversas reivindicaciones sociales y polticas.

    Se destaca as la relacin de causalidad entre el florecimiento econmi-co del pas y el surgimiento del positivismo en Argentina. La tcnica, la ciencia y el progreso material emparentados con la doctrina positivista arriban a nuestro pas junto con los ferrocarriles, las importaciones, la gran masa inmigratoria y los monopolios. La Generacin del ochenta viva un pas que se transformaba rpidamente y se hace eco de los de-seos e inquietudes de la oligarqua identificada con el progreso material. La doctrina positivista en sus vetas cientificistas se haba convertido a esta altura en la ideologa dominante. Esta generacin se nutre de esta tendencia cientfica y al mismo tiempo sirve a los fines del liberalismo representado en la figura de Julio A. Roca, pensador que sintetiz de un modo preciso su doctrina en la expresin orden y progreso.

    En 1896, se funda la Facultad de Filosofa y Letras en la Universidad de Buenos Aires. Sus profesores ms destacados Rodolfo Rivarola, Nicols Matienzo y Carlos Mero. En referencia a la enseanza de la Psicologa, son tres las ctedras que concentran esta enseanza: Bio-loga, donde se acenta el aspecto neurolgico y filogentico; Psico-loga experimental, que es fisiolgica y patolgica; y por ltimo la c-tedra de Psicologa, llamada pura, donde se investigan los procesos psquicos ms complejamente humanos.

    En 1901, se inauguran los primeros cursos de Psicologa que dan paso a la nueva escuela, que bajo el modelo fisiolgico queda representado en la Universidad de Buenos Aires por Horacio Piero. Piero haba fundado el primer Laboratorio de Psicologa experimental en 1898, en el mbito del Colegio Nacional Buenos Aires, bajo la notoria influencia de las ideas de Amadeo Jacques. En 1901, traslada ese laboratorio a la Facultad de Filosofa y Letras, mientras era decano Miguel Can, escritor de Juvenilla y discpulo de Jacques. Piero, cultor de la Psico-loga experimental basada en la metodologa wundtiana de estudios de laboratorio, se apoya en criterios biolgicos, sean fisiolgicos o sensoriales e inaugura la biotcnica con la confeccin de las fichas antropomtricas. Trabaja en psicofisiologa y concibe la conciencia como una cualidad de los fenmenos orgnicos. Se propone el estu-dio de la expresin fisiolgica de los estados psquicos y su medicin por medio de aparatos. Persigue el mismo objetivo que la psicologa cientfica en Europa y el espritu de la nueva Psicologa de Wundt: emancipar definitivamente a la psicologa del saber de la especulacin filosfica. La tradicin wundtiana no solo brinda la novedosa expe-riencia de los laboratorios, sino un discurso propio para la psicologa.

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    Con el ingreso a nuestro pas de las corrientes del positivismo, pensa-dores como Comte, Spencer, Haeckel y Le Dantec, sin dejar de men-cionar la solvencia que adquieren los principales representantes de esta corriente entre nosotros, en su mayora formados en las discipli-nas mdicas: Florentino Ameghino, Jos Mara Ramos Meja, Carlos Octavio Bunge, Jos Ingenieros, Agustn lvarez, tuvieron el mrito de elevar el positivismo a cientificismo con fines sociales. Ingenieros, doctorado en medicina, supo infundirle vigor a esta corriente, tarea en la que tuvo un xito descollante. En el campo de la psicologa, los primeros intentos de aplicar la doctrina positivista condujeron a la fre-nologa, aunque no todos siguieron por ese camino.

    Ingenieros, perteneciente a la generacin de Roberto Arlt y Leopoldo Lugones, propici el avance de los estudios psicolgicos y sociol-gicos principalmente a travs de sus obras Principios de psicologa (1911), y Sociologa (1913). La vasta obra de Ingenieros adquiere la significacin indiscutible de asimilar teoras psicolgicas modernas, sin renunciar por ello a los postulados del cientificismo. Para el autor el conocimiento es una funcin biolgica y depende del nivel de de-sarrollo biolgico y social del hombre. Por su formacin y preferencias su pensamiento oscila entre el positivismo y el evolucionismo: como psiclogo prefiere a Spencer y Le Dantec manteniendo con el primero mltiples contactos doctrinales. Influido por su ambiente y por su pro-pia prdica moral al afirmar el monismo cientificista no se diferencia mucho de los materialismos y pantesmos deterministas.

    Los problemas derivados del proceso demogrfico y de urbanizacin iniciados hacia 1880 en Argentina, traen aparejado un aumento de la delincuencia y otros subsidiarios: hacinamiento, deficiencia sanitaria, enfermedades, vagancia, alcoholismo, prostitucin. Se crean peni-tenciarias, asilos y servicios especiales y encuentran amplia difusin las ideas hereditarias de la enfermedad. El mdico se convierte en agente del proceso en pro del bienestar pblico. El enfermo, el loco o el criminal como problemas sociales especficos encuentran su rege-neracin aislados y confinados a un orden disciplinado. La reclusin en hospitales, manicomios y crceles se convierte en el destino de los convalecientes con el fin de eliminar su peligrosidad social. Un matiz moral enlaza el enfrentamiento contra la enfermedad y los des-rdenes sociales que amenazan el futuro de la Nacin. La psiquiatra pasa a desempear un rol capital especialmente en lo que hace a dos problemas bsicos la locura y el delito y con ellos se desarrolla una nueva especialidad cientfica: la Criminologa, y una nueva figura: el Criminlogo.

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    Jos Ingenieros dirige a instancias de De Veyga, el Instituto de Cri-minologa en la Penitenciara Nacional y participa en la publicacin Crimonologa Moderna, entre 1896 y 1900, con varios ensayos sobre Sociologa y Antropologa criminal. All publica su primer artculo titu-lado Valor de la Psicopatologa en la Antropologa Criminal (1896). Discute la tesis de degeneracin de Lombroso y las clasificaciones de Ferri y defiende la independencia absoluta de la Criminologa como ciencia. Estudia los aspectos psicopatolgicos y psicogenticos del delincuente y llega a la conclusin que la actividad psquica consti-tuye un proceso biolgico, unitario, pero con tres aspectos funcio-nales diferenciados: afectividad, inteligencia y voluntad, que pueden ser predominantes o estar equilibrados en cada individuo. Su obra Criminologa, de 1907, reunir estos conceptos y en ese mismo ao crea un Gabinete de Psicologa Clnica y Experimental destinado al estudio del delincuente.

    La actuacin de Ingenieros en el Instituto Frenoptico, sus observa-ciones clnicas en el Hospital San Roque, su trabajo en el Servicio de Observacin de Alienados de la Polica logran delinear su prctica. Su inters demuestra que es un precursor y sus inclinaciones culminan en dos hechos con fuerte repercusin en el campo de la psicologa: toma a cargo el Curso de Psicologa, en 1907 -en el que haba sido suplente en 1904-, y participa de la fundacin de la Sociedad de Psicologa de Buenos Aires, en 1908. Como psiclogo fue bien conocido en Europa y como moralista su libro El hombre mediocre (1913) le mereci fama de maestro entre los jvenes.

    Ambiente reformista, primeros pronunciamientos antipositivistas y afianzamiento de la subjetividad (1918-1943)Las posturas positivistas y cientificistas suscitaron una reaccin de signo contrario. La guerra haba significado en Europa el fracaso del dogma positivista y las corrientes antipositivistas haban encontra-do el ambiente propicio para el auge de los estudios filosficos. La Universidad argentina se hace eco de estas ideas, amparada en el movimiento reformista de 1918, y se inicia un cambio profundo que comprende la recuperacin de los valores, la libertad y los enunciados generales de una filosofa que defienda los derechos y goces sociales. Se desnudan las insuficiencias de las propuestas cientificistas y del cerrado materialismo y se asiste a una poca que expresa fundamen-talmente sus discusiones filosficas.

    Cabe destacar la importancia que tuvo Ortega y Gasset en la difusin en nuestro pas de la filosofa contempornea proveniente de Europa.

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    Su presencia signific un acontecimiento para la cultura filosfica ar-gentina, autodidactos y diletantes tuvieron ocasin de escuchar la pa-labra de un maestro, creci el amor al estudio y afloj el imperio de las doctrinas positivistas desde su llegada en 1916. Sus visitas frecuentes afianzan las posiciones antipositivistas y acompaa al grupo argen-tino en la labor de remover la cultura filosfica hispanoamericana. La filosofa del valor y la afirmacin de la libertad, acentuando el carcter de la persona humana libre y responsable, son una de las formas que adopta la refutacin del positivismo naturalista, procurando estable-cer una distincin entre el mundo biolgico y el mundo de las reali-zaciones humanas, problemtica que impacta indudablemente en el campo de la psicologa.

    Alrededor de 1910, entre los estudiantes de Filosofa y Letras y en torno a la figura de Coriolano Alberini (egresado de filosofa en 1911) comienza a corporizarse la reaccin contra el positivismo a la que se suman profesores de prestigio como R. Rivarola y Alejandro Korn. Alberini es quien junto a Alejandro Korn (entre otros) funda el Cole-gio Novecentista y en 1918 redacta su manifiesto en el que se define contra el positivismo y promueve un regreso a Kant y a un idealismo militante que defienda la libertad humana. Francisco Romero deno-mina normalizacin filosfica al proceso que articula la superacin del positivismo y la autonoma de la filosofa respecto de otras mani-festaciones discursivas. C. Alberini, a travs de su actividad poltico institucional, la docencia y su produccin bibliogrfica es sealado como uno de los artfices del proceso.

    Este clima es paralelo a la creciente crtica del movimiento estudiantil que agit a las Universidades argentinas y que desemboc en la Re-forma Universitaria de 1918. Los estudiantes y profesores reformistas, con la simpata de Irigoyen, fueron ocupando posiciones hasta que la mayora de sus exigencias se hicieron realidad. En resumidas cuentas planteaban la autonoma financiera, administrativa y cientfico peda-ggica y dentro de esta ltima postulaban el cogobierno, la extensin universitaria y la democratizacin del sistema docente. Pero lo que poda ser un simple cambio de estatutos pronto se convirti en una nueva visin de Argentina y de Amrica latina en general. Deodoro Roca, uno de los miembros de la Federacin Cordobesa, sintetiz esta apertura cuando dijo buscando un maestro ilusorio, descubrimos un mundo nuevo. Estos acontecimientos generan el clima necesario a partir del cual se logra una diversificacin de los estudios de filosofa. El ambiente reformista facilita los desarrollos de una psicologa des-de una perspectiva fuertemente humanista fundada en la tica de los

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    valores, realzando la subjetividad y los problemas humanos. La psico-loga, en esta perspectiva, queda ubicada en las ciencias del espritu y de la cultura rechazando en forma drstica el fundamento biolgico determinista y causalista. Los cultores de la reforma en Buenos Aires, con un fuerte ascendiente en Ortega remiten a Bergson, quien desde la perspectiva francesa retoma el romanticismo alemn del siglo XIX, con importantes referencias a la psicologa intencional de Brentano, la Fenomenologa de Husserl y Dilthey, el valorismo de Max Scheller y Stern. Esta psicologa terica filosfica se despliega en el Curso de Psicologa de Alberini en Filosofa y Letras de la Universidad de Bue-nos Aires por espacio de ms de 20 aos.

    Los comienzos del Psicoanlisis en ArgentinaDesde 1922, circula en amplios crculos intelectuales de Buenos Ai-res la primera traduccin al espaol de Freud por Lopez Ballesteros y prologada por Ortega y Gasset. Por la misma poca, Enrique Mouchet habla de Psicoanlisis reducindolo a una vuelta a las corrientes idea-listas de la Filosofa, al tiempo que lo incluye como contenido de los Cursos de Psicologa en Filosofa y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA). En 1923, Anbal Ponce bajo el seudnimo de Luis Cam-pos Aguirre publica un breve artculo La divertida esttica de Freud, critica el pansexualismo freudiano y define al psicoanlisis como una moda para la sociedad portea. En 1926, aparece el artculo La signi-ficacin del Psicoanlisis de E. Mouchet donde considera al Psicoa-nlisis ni ms ni menos que el retorno al introspeccionismo de la Psi-cologa clsica. Pierre Janet y G. Dumas visitan la Argentina y Ortega y Gasset publicaba en la Revista de Occidente artculos con una postura favorable al Psicoanlisis. En 1936, se funda en Crdoba la Revista Psicoterapia, dirigida por Gregorio Bermann, que dedica su nmero de setiembre a Freud. Pizarro Crespo publica all un trabajo sobre los usos de la psicoterapia en Francia elogiando la tesis doctoral de Lacan en 1932. Garma escribe tambin an desde el exterior. James Mapeli dicta conferencias sobre psicoterapia e hipnotismo. Un sucinto pano-rama de referencias crticas y adscripciones al Psicoanlisis que son el botn de muestra que Freud no ha sido indiferente en nuestro medio.

    Paralelamente, llegan a Argentina el hngaro Bela Szekely quien ha-ba estudiado con Stern, Carl, Adler y Charlotte Bubler; y el espaol Mira y Lpez, para dictar sus famosas conferencias en la Facultad de Ciencias Mdicas de la UBA, en 1940, donde expresa la necesidad de ensear psicoterapia para lograr una mejor comprensin psicosom-tica de la medicina. Desde Pars regresa a la Argentina Celes Crca-mo, luego de una estada en el Instituto Psicoanaltico de Pars, haba

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    controlado sus pacientes con Lowenstein y Odier, y tena un anlisis didctico, entre 1936 y 1939. Tambin desembarca en Argentina, en 1938, ngel Garma, mdico espaol, quien haba participado del Ins-tituto Psicoanaltico de Pars, donde entr en relacin con Laforgue y Lagache, y quien haba recibido su formacin en el Instituto de Berln, desde 1928, conociendo a Jung, Adler, Steckel y se haba analizado con Theodor Reik.

    En este entorno y con figuras destacadas en su formacin en Psicoanlisis acontece una reunin no oficial con el objetivo de fundar en Buenos Aires la Asociacin Psicoanaltica Argentina-A.P.A. (1940). Algunos integrantes de esa reunin eran Bela Szekely (el nico que no era mdico), ngel Garma, Celes E. Crcamo, Gregorio Bermann, Jorge Thnon, Arnaldo Rascovsky, Enrique Pichon Rivire y Guillermo Ferrari Hardoy (paciente de Crcamo). Hay all tres nombres Bermann, Bela Szekely y Jorge Thnon que no aparecen, a pesar de haber participado de las reuniones inaugurales, en el acta fundacional de la Asociacin Psicoanaltica Argentina dos aos despus en diciembre de 1942.

    La fundacin de la A.P.A. produce efectos significativos, uno de ellos es que comienzan a plantearse dos alternativas por un lado la de los psiquiatras reflexolgicos cuyos nombres reconocidos son Jorge Thnon, Pizarro Crespo y Bermann, quienes optan por mantener sus espacios adquiridos en mbitos hospitalarios y estatales; y la segunda alternativa la del Psicoanlisis como prctica privada al interior de la A.P.A.

    El proceso de institucionalizacin del Psicoanlisis en Argentina co-mienza con el reconocimiento oficial de la A.P.A. por la Asociacin Psicoanaltica Internacional (1942). La fundacin fue concretada so-bre todo por dos Psicoanalistas ngel Garma y C. Crcamo que por haber tenido experiencia profesional en el extranjero estaban capaci-tados para analizar pacientes. Desde las autoridades se establece la diferencia entre el Psicoanlisis silvestre que ejercan miembros no pertenecientes a la Asociacin y el practicado y controlado por espe-cialistas o Psicoanlisis puro que reciban la formacin del Instituto de Psicoanlisis. De manera que paulatinamente la A.P.A. fue convir-tindose en una institucin cerrada con una estructura jerrquica y con dificultades para el ingreso de nuevos miembros -entre ellos los Psiclogos al recibirse-, todo lo cual motiva en las dcadas siguientes fuertes quiebres institucionales.

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    Los debates de los aos 50 y la Creacin de la carrera de PsicologaLos aos 50 se inician en medio de un debate acerca de la profesio-nalizacin de la psicologa. Se crea por esos aos la Seccin Psico-loga que inscribe un nuevo proyecto que colabora en la produccin del primer diseo de la Carrera y en la formacin de los primeros pro-fesionales. El momento histrico impona un cambio de padrinazgo intelectual, las explicaciones fenomenolgicas y existencialistas eu-ropeas de post-guerra estaban declinando y prevalecan los intereses pragmticos de orientacin clnica por sobre los intereses tericos. El debate repercute hacia el interior del grupo mdico al tiempo que la Asociacin Psicoanaltica Argentina resuelve iniciar una fuerte poltica de expansin y difusin pblica a travs de actividades como mesas redondas, cursos anuales y conferencias, dirigidos a estudiantes de Medicina con la pretensin de incorporar el Psicoanlisis dentro de la seccin Neurologa y Psiquiatra de la Asociacin Mdica, un gesto amistoso que se transforma rpidamente en una tentativa de subordi-nar el Psicoanlisis a la Medicina.

    La creacin de la carrera de Psicologa con independencia en el cam-po acadmico, aunque con dependencia de la Facultad de Filosofa y Letras, lanzara al mercado laboral -con los primeros egresados en 1962, una nueva generacin de profesionales que disputaran terri-torio con el grupo de los mdicos-psiquiatras y psicoanalistas- que gozaban de una larga tradicin en el arte de curar. La bsqueda activa de una metodologa propia para los estudios psicolgicos fue trazando para la psicologa el camino del hallazgo de su preciada au-tonoma. Se busca ganar terreno propio entre las proposiciones tradi-cionales de las ciencias naturales y las ciencias del espritu, inquietud ya expresada por Freud en Psicoanlisis y Medicina.

    Creada la carrera de Psicologa, en el segundo cuatrimestre de 1957, se contratan profesores con reconocida vocacin psicoanaltica, algu-nos de los cules procedan de la A.P.A., preocupados por la clnica y nutrindose del Kleinismo de los 50, con base en teoras socializantes y culturalistas con fuerte sesgo reformista. Bajo el patrocinio del Rec-tor Risieri Frondizi se incorpora a J. Bleger al plantel de profesores, por condensar dos caractersticas que hacan imprescindible su presencia en la Universidad: su vocacin psicoanaltica y su posicin poltica progresista. Siguiendo el camino de Bleger se suman a la Universidad Fernando Ulloa, David Liberman, Arminda Aberastury, Edgardo Rolla, Len Ostrov, Joel Zac, Isabel de Lamana, Mauricio Abadi, etc., prove-nientes de la A.P.A.

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    Este grupo conforma una subcultura que denota una cohesin grupal, fruto de una fuerte identificacin al Psicoanlisis como movimiento social, como causa ideolgica y de transformacin del individuo y la sociedad. El porvenir perteneca a los Psiclogos abiertos al mundo, ms all del encierro de los consultorios privados, sola deca Marie Langer. Si pretendiramos precisar estos primeros aos diramos que este grupo daba entrada a un conductismo maduro aggiornado con la lectura de los franceses y a un Lewin ya instalado en EE.UU., quienes habilitan una relectura del Psicoanlisis desde el materialismo dialcti-co francs (Politzer y Laplanche) y con el espritu integrador de Daniel Lagache. Esta lnea se confirma porque por la misma poca Enrique Butelman reemplaza al primer Director del Departamento de Psicolo-ga Marcos Victoria (mdico psiquiatra), quien tena amplia experiencia en el Departamento de Sociologa recin fundado.

    Todo este movimiento de una profesin joven de una Carrera recin creada queda clausurado en 1966 con el golpe de Ongana. Ese mis-mo ao la Facultad de Psicologa permanece cerrada por un ao. El amanecer de la noche de los bastones largos nos despierta con la Ley 17132 (1967) que reglamenta la actividad de los psiclogos junto a otros auxiliares de la Medicina, que por ser una Ley de un Gobierno de facto ataca fundamentalmente el ideal social de los Psiclogos de la generacin de los 60 y daa gravemente la legitimacin de la pro-fesin. Seguirn a estos acontecimientos largos aos de silencio y de lucha a la espera de la sancin de la tan ansiada Ley del Ejercicio Pro-fesional de la Psicologa con habilitacin al ejercicio de la Psicoterapia (Ley 23.277/1985) conjuntamente con el regreso a la democracia.

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  • 21Bicentenario: ayer y hoy de la Psicologa argentina

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