falacias

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Petición de principio Es la falacia que ocurre cuando la proposición a ser probada, es decir la conclusión del argumento, se encuentra implícita o explícitamente entre las premisas. Por ejemplo, el siguiente argumento es una petición de principio: -Yo siempre digo la verdad. -Por lo tanto, yo nunca miento. En este argumento, la conclusión está contenida en la premisa, pues decir la verdad es sinónimo de no mentir. Las peticiones de principio resultan más persuasivas cuando son lo suficientemente largas como para hacer olvidar al receptor que la conclusión ya fue admitida como premisa. Formalmente, las peticiones de principio son argumentos deductivamente válidos, pues es deductivamente válido que de A se sigue A. Existe desacuerdo acerca de por qué algunos argumentos deductivamente válidos se consideran peticiones de principio y otros no. Una propuesta es que la diferencia es psicológica: si la conclusión nos parece demasiado obvia con respecto a las premisas, entonces consideramos que el argumento es una petición de principio; de lo contrario, no. La petición de principio es una forma de razonamiento circular y, como tal, puede dejar de ser falaz si es lo suficientemente amplia. Por ejemplo, en los diccionarios las definiciones son siempre circulares (pues definen palabras a partir de más palabras), pero no por eso dejan de ser informativas y por lo tanto no se consideran problemáticas. Del mismo modo, una petición de principio lo suficientemente amplia puede dejar de ser un círculo vicioso para pasar a ser un círculo virtuoso. Afirmación del consecuente Se comete al razonar del siguiente modo: -Si A, entonces B

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Page 1: Falacias

Petición de principio

Es la falacia que ocurre cuando la proposición a ser probada, es decir la conclusión del

argumento, se encuentra implícita o explícitamente entre las premisas. Por ejemplo, el

siguiente argumento es una petición de principio:

-Yo siempre digo la verdad.

-Por lo tanto, yo nunca miento.

En este argumento, la conclusión está contenida en la premisa, pues decir la verdad es

sinónimo de no mentir. Las peticiones de principio resultan más persuasivas cuando son

lo suficientemente largas como para hacer olvidar al receptor que la conclusión ya fue

admitida como premisa.

Formalmente, las peticiones de principio son argumentos deductivamente válidos, pues es

deductivamente válido que de A se sigue A. Existe desacuerdo acerca de por qué algunos

argumentos deductivamente válidos se consideran peticiones de principio y otros no. Una

propuesta es que la diferencia es psicológica: si la conclusión nos parece demasiado

obvia con respecto a las premisas, entonces consideramos que el argumento es una

petición de principio; de lo contrario, no.

La petición de principio es una forma de razonamiento circular y, como tal, puede dejar de

ser falaz si es lo suficientemente amplia. Por ejemplo, en los diccionarios las definiciones

son siempre circulares (pues definen palabras a partir de más palabras), pero no por eso

dejan de ser informativas y por lo tanto no se consideran problemáticas. Del mismo modo,

una petición de principio lo suficientemente amplia puede dejar de ser un círculo

vicioso para pasar a ser un círculo virtuoso.

Afirmación del consecuente

Se comete al razonar del siguiente modo:

-Si A, entonces B

-B

-Por lo tanto, A

Por ejemplo:

-La gente honrada está en libertad.

-Yo estoy en libertad.

-Por lo tanto, soy honrado.

Page 2: Falacias

La primera premisa solo nos da información de qué pasará si se es honrado, pero no dice

nada sobre qué sucede si se está en libertad. Uno puede no ser honrado pero estar en

libertad por no haber sido descubierto y juzgado.

-Todos los perros son bonitos.

-Doggy es bonito.

-Por lo tanto, Doggy es un perro.

Lo falaz de este argumento se puede ver con mucha claridad en la siguiente variación.

-Todos los perros son bonitos.

-El Sol es bonito.

-Por lo tanto, el Sol es un perro.

La conclusión puede llegar a ser verdadera de manera casual. En este caso podría

coincidir que hubiese un perro al que llamasen Doggy o el Sol. Aun acertando, el

razonamiento seguiría siendo una falacia, ya que esto no depende de la conclusión, sino

del razonamiento en sí mismo.

Generalización apresurada

Es una falacia lógica en la que se llega a una generalización inducida basada en muy

pocas pruebas.

Ejemplo: «Me encanta esta canción, por lo tanto me gustará también todo el álbum en el

que está». Es una falacia porque el álbum puede no ser tan bueno como la canción

escuchada.

Una muestra sesgada es una muestra que ha sido falsamente considerada como la típica

de una población de la cual ha sido tomada.

Ejemplo: Alguien puede decir «A todo el mundo le gustó la película» sin mencionar que

«todo el mundo» fue él y tres de sus compañeros, o un grupo que son fans del artista. Los

sondeos en línea y las muestras por llamadas voluntarias son un tipo particular de este

error, porque las muestras están implícitamente preseleccionadas o autoseleccionadas.

En el mejor de los casos, esto significa que las personas que se preocupan más sobre el

asunto responderán u opinarán y en el peor de los casos, solo aquellas que sintonicen

una radio particular, un periódico particular o una lista política.

Ejemplo: «He visto a hombres (Pedro y Juan) jugar bien al fútbol, por consiguiente todos

Page 3: Falacias

los hombres juegan bien al fútbol». Todas las citadas son falacias de generalización las

cuales se pueden agrupar dentro de una de las trece falacias identificadas por Aristóteles;

la falacia de destrucción de la excepción o accidente (falacia) a dicto simpliciter ad dictum

secundum quid. Ejemplo: 1) Cortar a personas con cuchillos es un crimen [aunque en

algunos casos esto no es cierto; es permisible, por ejemplo, en defensa propia]; 2) los

cirujanos cortan a las personas con cuchillos; 3) los cirujanos son criminales.

Post hoc ergo propter hoc

Es una expresión latina que significa «después de esto, luego a consecuencia de esto» es

un tipo de falacia que asume que si un acontecimiento sucede después de otro, el

segundo es consecuencia del primero. Es verdad que una causa se produce antes de un

efecto pero la falacia viene de sacar una conclusión basándose solo en el orden de los

acontecimientos, es decir, no siempre es verdad que el primer acontecimiento produjo el

segundo acontecimiento. Esta línea de razonamiento es la base para muchas

creencias supersticiosas y de pensamiento mágico.

Falacia del francotirador

Es una falacia lógica donde la información que no tiene relación alguna es interpretada,

manipulada o maquillada hasta que ésta parezca tener un sentido. El nombre viene de un

tirador que disparó aleatoriamente varios tiros a un granero y después pintó una diana

centrada en cada uno de los tiros para autoproclamarse francotirador. Tiene que ver con

el sesgo cognitivo ilusión de serie donde las personas tienden a ver patrones donde solo

hay números aleatorios. Esta falacia no se aplica cuando uno tiene una predicción o una

hipótesis particular antes de observar los datos. Uno podría tener una teoría de cómo

debería comportarse algo o el patrón que debe seguir algo y comprobar mediante pruebas

empíricas o datos que de hecho es así (método científico). Alternativamente, se pueden

tomar los datos observados para construir una hipótesis tal como hace el francotirador

pero luego es necesario ensayar la hipótesis con nuevos datos. Véase test de hipótesis.

Uno no puede usar la misma información para construir y después ensayar o testar la

hipótesis ya que incurriría en la falacia del francotirador.

Falacia del hombre de paja

Page 4: Falacias

Es una falacia lógica basada en la confusión de la posición del oponente. Generar un

«hombre de paja» es crear una posición fácil de refutar y luego atribuir esa posición al

oponente para destrozarlo. En realidad el argumento real del oponente no es refutado

sino el argumento ficticio que se ha creado. El nombre viene de los hombres de paja que

se usan para entrenar en el combate y que son fáciles de abatir. Es decir, se atacan los

flecos o posibles malinterpretaciones que se puedan hacer de la premisa. Ejemplo: Pedro:

«Pienso que los niños no deberían correr por calles con mucho tráfico». Juan aprovecha y

crea una posición clara de ataque: «Yo pienso que sería estúpido encerrar a los niños

todo el día sin respirar aire limpio». De esta manera, Juan puede atacar una posición

radical y fácil que Pedro nunca quiso dar a entender. La única manera de evitar el hombre

de paja es que Pedro lo destruya antes que Juan o poner en evidencia la intención de

Juan de crearlo para confundir.

Falacia del alegato especial

Esta falacia tiene lugar cuando alguien, en su argumentación, recurre o hace alusión a

una visión o sensibilidad especial del tema objeto de debate y, bien sea de manera

implícita o explícita, esta persona mantiene que el oponente posiblemente no puede

comprender las sutilezas o complejidades del tema en cuestión, porque no alcanza el

nivel de conocimiento o la empatía que supuestamente se requiere. Detrás de tal alegato

especial o pretensiones de una visión profunda o empatía se presume que las opiniones

del sujeto no pueden ser evaluadas por el oponente porque este no tiene la capacidad de

hacer ningún juicio válido. Todas estas pretensiones se deben tratar con profundo

escepticismo. Los alegatos especiales pueden tomar muchas formas y ser empleados en

una amplia variedad de contextos, siendo muy comunes en las columnas de opinión de

periódicos, discursos políticos, debates televisivos y similares. Con frecuencia

las religiones y las pseudociencias los utilizan como recurso retórico, al carecer

de argumentos válidos para demostrar o defender sus tesis.

Argumento a silentio

Page 5: Falacias

Consiste en considerar que el silencio de un ponente o interlocutor sobre un asunto X

prueba o sugiere que el ponente es un ignorante sobre X o tiene un motivo para

mantenerse en silencio respecto a X. En relación con esta falacia, es necesario hacer

referencia a la doctrina jurídico-procesal llamada «de los actos propios», por la cual, en

una de sus aplicaciones más frecuentes, si una de las partes en un proceso no alega

cierto hecho, dato, prueba o argumento disponiendo de trámite para hacerlo, se presumirá

que carece del mismo. Por tanto, aunque lógicamente el argumento a silentio o ex

silentio es una falacia, porque el silencio de un interlocutor no puede tomarse como

prueba de certidumbre de lo dicho por un interlocutor contrario, en el terreno de la pura

retórica puede ser un indicio de falta de argumentos o de falta de capacidad para

contrarrestar dialécticamente los argumentos expuestos por la adversa. Esta presunción

se realiza en el terreno jurídico por ser este un terreno subjetivo marcado por leyes que

están hechas para que la mayoría pueda quedar satisfecha. Y esto es así porque la

mayoría posee el prejuicio de que el silencio de un interlocutor implica la falta de

argumentos o un motivo particular para tenerlo y también porque el que rompe el estado

de normalidad tiene la obligación de probar con argumentos las acusaciones.

Argumento ad consequentiam

Es un argumento que concluye que una premisa (típicamente una creencia) es verdadera

o falsa basándose en si esta conduce a una consecuencia deseable o indeseable. Es una

falacia porque basar la veracidad de una afirmación en las consecuencias no hace a la

premisa más real o verdadera. Asimismo, categorizar las consecuencias como deseables

o indeseables es intrínsecamente una acción subjetiva al punto de vista del observador y

no a la verdad de los hechos.

«El presidente no ha robado fondos del Estado, porque si lo hubiera hecho, habría

perdido las elecciones».

«Dios debe de existir, porque si no existiera no habría moral y el mundo sería

horrible».

«El jugador hizo todo lo que pudo, porque, si no, no hubiéramos ganado el partido».

Argumento ad baculum

Page 6: Falacias

Es un argumento donde la fuerza, coacción o amenaza de fuerza es dada como

justificación para una conclusión. Es un caso especial negativo del argumentum ad

consequentiam. Este tipo de falacia se da en los casos en los que se duda en intervenir o

no, en un conflicto. Se basa la decisión en algunos, en la consecuencia de actuar o no

actuar, lo que justifica la intervención. Sin embargo, aunque estas decisiones preventivas

previas, modifican forzosamente las predichas y subjetivas consecuencias, no aclaran la

necesidad de actuar o no aseguran la verdad de las premisas en las mismas. El miedo a

las consecuencias no puede ser el motor de ninguna decisión ni es capaz por sí mismo de

hacer más veraz una posibilidad.

Ejemplo: «Iraq tiene armas de destrucción masiva. Como esto puede provocar una

guerra muy peligrosa debe ser verdad y por tanto es necesaria una intervención».

Ejemplo: «Debes creer en Dios, porque si no lo haces irás al infierno».

La única manera de saber la veracidad de una afirmación es basándose en los

argumentos que la apoyen. La intervención, que es una manera específica de resolución,

es también una acción que es independiente de la veracidad de la afirmación, y tiene más

que ver con la inteligencia para discernir cuál es la mejor manera de actuar, esta vez sí,

en función de las consecuencias deseadas y a partir de las verdades encontradas,

situación, entorno, etc. También es posible que se sea consciente de lo falaz de nuestra

lógica y que igualmente por otras razones como egoísmo, intereses o por miedo a la

simple probabilidad no nula de amenaza, prefiera uno equivocarse y actuar como si

estuviera seguro a esforzarse en hallar la verdad.

Argumento ad hominem

Consiste en replicar al argumento atacando o dirigiéndose a la persona que realiza el

argumento más que a la sustancia del argumento. Tu quoque en el que se desvelan

trapos sucios suele ser un mecanismo.

Por ejemplo, dices que este hombre es inocente pero no puedes ser creíble porque tú

también eres un criminal.

Argumento ad ignorantiam

Page 7: Falacias

Un argumento ad ignorantiam o argumentum ad ignorantiam, también conocido

como llamada a la ignorancia, consiste en sostener la verdad o falsedad de una

afirmación alegando que no existe evidencia o prueba de lo contrario, o bien alegando la

incapacidad o la negativa de un oponente a presentar pruebas convincentes de lo

contrario. Quienes argumentan de esta manera no basan su argumento en el

conocimiento, sino en la ignorancia, en la falta de conocimiento. Esta impaciencia con la

ambigüedad suele criticarse con la frase: «la ausencia de prueba no es prueba de

ausencia». Es decir, se comete esta falacia cuando se infiere la verdad o falsedad de

una proposición basándose en la ignorancia existente sobre ella. Un argumento ad

ignorantiam no respeta el principio de suficiencia, y viola también el principio de que la

carga de la prueba para cualquier afirmación general recae en la persona que establece la

afirmación.

Ejemplo: Scully: «¿Que tu hermana fue abducida por alienígenas? Eso es ridículo».

Mulder: «Bueno, mientras no puedas probar lo contrario, tendrás que aceptar que es

cierto».

Argumento ad populum

Es un argumento falaz que concluye que una proposición debe ser verdadera porque

muchas personas lo creen así. Es decir, recurre a que «si muchas personas lo creen así,

entonces será así». En ética el argumento falaz sería «si muchos lo encuentran

aceptable, entonces es aceptable». Esta falacia hace uso del prejuicio efecto carro

ganador. Esta falacia es un tipo de falacia genética o basada en el origen de las cosas. Es

una falacia porque el mero hecho de que una creencia esté ampliamente extendida no

soporta o no la hace necesariamente correcta o verdadera. Esto se basa en que si una

opinión individual puede ser incorrecta, entonces la opinión sostenida por muchas

personas también puede serla. La veracidad o falsedad de una afirmación es

independiente o no reside en el número de personas que creen en ella. Esta falacia se

usa mucho en publicidad.

Ejemplo: «Cincuenta millones de fans no pueden estar equivocados».

Ejemplo: «La marca X es la marca líder en Europa, por eso deberías comprar

productos de esta marca».

Page 8: Falacias

Ejemplo: «La mayor parte de la gente del planeta cree en algún dios, y no se conocen

entre sí. Eso no puede ser coincidencia: Dios debe existir»

Ejemplo: «Los ecologistas dicen que el calentamiento global está sucediendo porque

la mayoría de los científicos dicen y lo creen así».

Esto es una afirmación falaz. Sin embargo, la ciencia trabaja sobre la prueba, no sobre el

voto popular, así es apropiado fijarse más en las pruebas que se presentan más que en el

número de personas que lo afirman o lo niegan. Esto lleva a que los resultados

en democracia no pueden catalogarse como buenos o malos por el número de votantes

tan solo se puede afirmar que el resultado es el que el mayor número de personas quiere

y eso en democracia debe ser suficiente. Votar por una solución o voto plural como

método para saber si una afirmación es cierta o falsa es falaz e incorrecto. Un espectador

de un juicio que observa una votación y no los argumentos no puede deducir después de

la votación o por el resultado si lo votado es cierto o no. Esto es así porque la votación

pudo haberse llevado a cabo a través de los prejuicios y no a través de los argumentos.

De igual manera si la lógica es llevada solo a través de argumentos sólidos no sería

necesaria la votación. Tanto la democracia como los juicios no obvian esto sino que

simplemente hacen la falacia irrelevante definiendo leyes que son subjetivas más que

objetivas. Es decir, no se trata de hallar la verdad o lo mejor posible sino de encontrar una

solución que agrade a la mayoría. En los juicios por votación, para evitar en lo posible

un efecto carro ganador, existe la presunción de inocencia y, además, la idea de que la

simple posibilidad, suposiciones o pruebas circunstanciales no deben ser tenidas en

cuenta por el jurado. Existen excepciones como en etiqueta y protocolo. Estas solo

dependen de la aceptación mayoritaria de estos, es decir, son totalmente subjetivos al

número así que un argumento ad populum no es falaz en estos casos. Ejemplo: En Rusia

la mayoría piensa que es cortés entre hombres besarse en cada encuentro. Por

consiguiente, es cortés para los hombres hacerlo en Rusia. Otra excepción es cuando

el argumentum ad pópulum implica implícitamente un argumento «de seguridad» por

convención pero no se centra en si es mejor o peor el sistema. Ejemplo: Todos conducen

por la derecha. Por tanto, para no tener problemas deberías conducir por la derecha.

Argumento ad nauseam

Page 9: Falacias

Es un tipo de falacia dirigida a las emociones en el que las personas creen que es más

posible que una afirmación sea cierta (o sea aceptada como verdad) cuanto más veces

haya sido oída. Esta falacia está dirigida a las emociones porque el hastío o ad

náuseam que se genera subjetivamente o en cada persona por la repetición de la

afirmación es tal que puede hacer cambiar el concepto de ésta sin llegar a escuchar

ningún argumento válido. De esta manera, un argumentum ad náuseam es aquel que

emplea repetición constante de una afirmación hasta que los receptores se convencen de

esta. Este tipo de técnica falaz es usada mucho en política, donde ―sin emplear

argumentos o pruebas de un hecho― se repite una y otra vez la misma afirmación hasta

la conversión. Sin embargo, por mucho más que se repita o más esfuerzo se ponga en

hacerlo, esto no hace a la afirmación más real o verdadera. Esta falacia viene de la falsa

creencia de que si alguien se molesta o dedica tanta energía para la repetición de un

mensaje es porque éste debe ser más veraz que otro que no se molesta o puede

rebatirlo. Véase efecto del carro ganador y sesgo de la debilidad y fortaleza.

Argumento ad verecundiam

Esta falacia lógica consiste en basar la veracidad o falsedad de una afirmación en la

autoridad, fama, prestigio, conocimiento o posición de la persona que la realiza. Un tipo

especial de esta falacia es la falacia argumentum ad crumenam donde se considera más

veraz una afirmación porque la persona que la realiza es rica o por el contrario

en argumentum ad lazarum porque el pobre o de menor clase quien la realiza. La

veracidad de un hecho o afirmación no depende, en último estado, de la persona que la

realice sino de las pruebas o argumentos que se presenten. Esta falacia también puede

considerarse una variante del argumentum ad hominem ya que también subjetiviza la

veracidad o falsedad de una afirmación en la calificación de un individuo. Sin embargo, al

igual que a través de la experimentación se tratan de encontrar excepciones y si no se

encuentran se puede considerar una teoría como verdadera, igualmente se puede hacer

con las autoridades. Un argumento que apela a la autoridad y no falaz sino lógico en

función de sus premisas sería:

-A realiza una afirmación B

-A nunca está confundido, equivocado o deshonesto

-Por lo tanto, la afirmación B debe ser tomada en consideración, que no como cierta.

Tanto como la premisa 2 sea cierta su conclusión también lo será. Así apelar a una

autoridad puede ser lógicamente correcto mientras haya sido suficientemente probada su

Page 10: Falacias

autoridad y no se hayan encontrado excepciones. Esto no quiere decir que la afirmación

sea cierta y no se encuentre una excepción pero esto es algo que es inevitablemente y

energéticamente hablando no puede evitarse por el número de pruebas y test que

deberían hacer para tomar decisiones. Ejemplos falaces son los siguientes: «esa

afirmación es verdad, porque lo he visto en televisión» o «esto debe ser verdad porque

aparece en Wikipedia» o «lo dice la revista científica Nature, por consiguiente debe ser

cierto». En todos estos casos si no se conocen o se ha experimentado con las fuentes se

genera un ipse dixit.

Argumento ad antiquitatem

Es una falacia lógica típica en la que una tesis es proclamada como correcta basándose

en que ésta ha sido tradicionalmente considerada correcta durante mucho tiempo. En

definitiva, «esto es correcto porque siempre se ha hecho de esta manera». Este

argumento hace dos suposiciones:

-Que la antigua manera de pensar fue probada como correcta cuando se introdujo (lo cual

puede ser falso, ya que la tradición puede estar basada en fundamentos incorrectos);

-Las razones que probaron este argumento en el pasado son actualmente vigentes para

hoy. Si las circunstancias han cambiado esto puede ser falso. Por otro lado, esta falacia

también asume que mantener el statu quóes preferible o deseable ante la posibilidad de

un cambio, lo cual puede ser también incorrecto.

Por ejemplo: «En Navidad siempre hemos traído a casa árboles arrancados del bosque,

¿por qué ahora tendremos que comprar uno de plástico?».

Argumento ad conditionallis

Es un tipo de falacia en la que el fundamento o prueba del argumento está condicionado.

Sin embargo, el argumento no puede ser probado, ya que el hecho no existe. Se

caracterizan por estar acompañados de verbos conjugados en el tiempo condicional,

como: “sería”, “habría”, etc. Es común verlos en los títulos de los periódicos o diarios y el

principal recurso es la especulación.