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FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES SEDE ECUADOR PROGRAMA DE ESTUDIOS DEL DESARROLLO Y TERRITORIO CONVOCATORIA 2010-2012 TESIS PARA OBTENER EL TÍTULO DE MAESTRÍA EN CIENCIAS SOCIALES CON MENCIÓN EN DESARROLLO LOCAL Y TERRITORIAL AGRICULTURA URBANA EN QUITO: AGRUPAR UNA INICIATIVA LOCAL QUE APORTA A LA CONSTRUCCIÓN DE UNA CIUDAD SUSTENTABLE ÁNGELA MARCELA CASTILLO BURBANO QUITO, JUNIO DE 2013 www.flacsoandes.edu.ec

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FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES

SEDE ECUADOR

PROGRAMA DE ESTUDIOS DEL DESARROLLO

Y TERRITORIO

CONVOCATORIA 2010-2012

TESIS PARA OBTENER EL TÍTULO DE MAESTRÍA EN

CIENCIAS SOCIALES CON MENCIÓN EN DESARROLLO

LOCAL Y TERRITORIAL

AGRICULTURA URBANA EN QUITO: AGRUPAR UNA INICIATIVA LOCAL QUE APORTA A LA CONSTRUCCIÓN

DE UNA CIUDAD SUSTENTABLE

ÁNGELA MARCELA CASTILLO BURBANO

QUITO, JUNIO DE 2013

www.flacsoandes.edu.ec

FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES

SEDE ECUADOR

PROGRAMA DE ESTUDIOS DEL DESARROLLO

Y TERRITORIO

CONVOCATORIA 2010-2012

TESIS PARA OBTENER EL TÍTULO DE MAESTRÍA EN

CIENCIAS SOCIALES CON MENCIÓN EN DESARROLLO

LOCAL Y TERRITORIAL

AGRICULTURA URBANA EN QUITO: AGRUPAR UNA INICIATIVA LOCAL QUE APORTA A LA CONSTRUCCIÓN

DE UNA CIUDAD SUSTENTABLE

ÁNGELA MARCELA CASTILLO BURBANO

Asesora: VERÓNICA ISABEL ANDINO

Lectores: Nicolás Cuvi

Manuel Suquilanda

QUITO, JUNIO DE 2013

DEDICATORIA

A mi madre Amparo Burbano y a mi padre Julio Castillo,

quienes con su infinito amor me enseñaron el valor de la insistencia

que en mi vida me motiva a buscar caminos de

esperanza y solidaridad.

AGRADECIMIENTOS

Deseo entregar un agradecimiento afectuoso a las agricultoras y los agricultores urbanos

del proyecto AGRUPAR por abrirme las puertas de sus huertos, por compartir sus bellas

experiencias y su grande amor por la tierra.

A Verónica Andino por su tiempo, por su paciencia, por su entrega sincera y por sus

valiosas recomendaciones que me permitieron canalizar mis motivaciones personales en

el desarrollo de esta investigación.

Al equipo coordinador del proyecto AGRUPAR, quienes muy amablemente me

permitieron conocer la experiencia y el trabajo constante que durante más de diez años

vienen realizando en el Distrito Metropolitano de Quito.

A mi familia, en especial a mi hermana Mayerli por su cariño y apoyo. A mis bellas

sobrinas Valentina y Valeria quienes con su existencia y sus sonrisas me permiten

recibir el amor de Dios y la esperanza. A Deicy, por su constante compañía y buenos

deseos para que todo salga bien.

A mis compañeros de maestría por aportar en el deseo constante de sentir un fuerte latir

latinoamericano. A Edson por su compañía en todo el proceso de trabajo de campo de

esta investigación.

A mis amigos de la colonia pastusa en Ecuador, Ángelita N., Ronald, Mauricio, Diego,

Chamo, Andrés y Luis Carlos, por sus saberes y los buenos momentos compartidos que

alentaron alegremente la culminación de esta investigación.

A mis amigos y amigas que me acompañan siempre y a todas las personas que el

universo colocó en mi camino, y aportaron de alguna u otra forma en la presente

investigación.

ÍNDICE

RESUMEN ....................................................................................................................... 1

INTRODUCCIÓN ........................................................................................................... 2

CAPÍTULO I ................................................................................................................... 8

EL PARADIGMA DE LA SUSTENTABILIDAD Y LA CIUDAD SUSTENTABLE

........................................................................................................................................... 8

La sustentabilidad un paradigma alternativo al desarrollo: estado de la cuestión ........ 8

La aproximación a una ciudad sustentable ................................................................. 15

Pensar la Agricultura Urbana desde el Paradigma de la Sustentabilidad ............... 19

De la actividad agrícola a la sustentabilidad: el concepto de agricultura sustentable 21

Agricultura urbana: concepción y enfoques ............................................................... 22

La agricultura urbana sustentable: una práctica económica alternativa acorde a los

principios de la agroecología y de la solidaridad ....................................................... 24

Dimensiones y parámetros de análisis de la sustentabilidad en la agricultura urbana 26

Contribución de las Experiencias de Agricultura Urbana Sustentable en el

Proceso de Transformación Local Hacia Ciudades Sustentables ............................. 28

Soberanía alimentaria, agricultura urbana y ciudades sustentables ............................ 28

Las transformaciones en el espacio urbano a partir de experiencias de agricultura

urbana sustentable....................................................................................................... 31

Dimensiones para analizar el potencial de la agricultura urbana sustentable para la

transformación gradual de la localidad urbana en una ciudad sustentable ................. 33

Integración de la agricultura urbana con procesos culturales, sociales y políticos 34

Inserción en redes de colaboración y de apoyo mutuo ........................................... 35

Fomento de la agricultura urbana dentro y fuera de programas públicos .............. 35

La Agricultura urbana acorde a las luchas contra la sociedad patriarcal ................ 37

Involucrar en el sistema productivo formas alternativas de conocimientos –

Diálogo de saberes .................................................................................................. 38

Mecanismos de evaluación de la iniciativa: de forma gradual e incluyente .......... 38

Relaciones de sinergia entre la agricultura urbana con alternativas de otras esferas

de la economía y la sociedad .................................................................................. 39

CAPÍTULO II ................................................................................................................ 40

AGRICULTURA URBANA Y CIUDAD: QUITO Y LAADMINISTRACIÓN

ZONAL QUITUMBE .................................................................................................... 40

La urbanización en el Municipio del Distrito Metropolitano de Quito: factor de

insustentabilidad ......................................................................................................... 40

Acceso a los alimentos en la escala urbana ............................................................ 42

Agricultura Urbana en la Ciudad de Quito ................................................................ 44

Administración Zonal Quitumbe: Localidad Urbana en el Sur del Municipio del

Distrito Metropolitano de Quito................................................................................... 44

Características del territorio........................................................................................ 45

Aspectos Sociales ....................................................................................................... 47

Procesos locales de organización social en la zona ................................................ 48

Aspectos Económicos ................................................................................................. 48

CAPÍTULO III .............................................................................................................. 50

METODOLOGÍA.......................................................................................................... 50

Objetivo General: ....................................................................................................... 50

Objetivos Específicos: ................................................................................................ 50

1) Sustentabilidad de la agricultura urbana en la Administración Zonal Quitumbe .. 50

2) Aportes de la agricultura urbana sustentable como práctica económica alternativa a

la transformación de la localidad urbana .................................................................... 51

Variables de Control ..................................................................................................... 52

Tipología de organización de cada huerto urbano ...................................................... 52

Ubicación y vocación del huerto ................................................................................ 52

Diseño y herramientas metodológicas ......................................................................... 52

Estudio de Caso .......................................................................................................... 53

Técnicas de recolección de datos para el Estudio de Caso ..................................... 53

Población y Muestra ...................................................................................................... 55

CAPITULO IV............................................................................................................... 57

AGRICULTURA URBANA Y SUSTENTABILIDAD: REALIDADES Y

DESAFÍOS DE LA EXPERIENCIA EN LA ADMINISTRACIÓN ZONAL

QUITUMBE ................................................................................................................... 57

La Agricultura Urbana y la Tipología de Experiencias Alrededor de la

Administración Zonal Quitumbe ................................................................................. 57

Tipo de organización: familiar o comunitario ............................................................ 59

Tiempo de experiencia en la práctica de la agricultura urbana: en años o meses ...... 60

Destino de la producción: Autoconsumo, comercialización (vecinos, bioferias y otros

mercados).................................................................................................................... 61

“Uso de Recursos y Cuidado de la Tierra”: Dimensión Ecológica de la

Sustentabilidad en la Agricultura Urbana de la Administración Zonal Quitumbe 62

La diversidad y rotación de cultivos ........................................................................... 62

Recurso hídrico y fuentes de abastecimiento ............................................................. 64

Semillas, abonos y herramientas ................................................................................ 65

Semillas .................................................................................................................. 65

Abonos .................................................................................................................... 68

Herramientas ........................................................................................................... 70

Manejo de plagas y enfermedades .......................................................................... 71

Manejo de residuos orgánicos e inorgánicos .............................................................. 71

“Relaciones Económicas Hacia la Reproducción y Desarrollo de la Vida”:

Dimensión Económica de la Sustentabilidad en la Agricultura Urbana en la

Administración Zonal Quitumbe ................................................................................. 72

Crecimiento de la actividad económica ...................................................................... 73

Destino de la producción obtenida en la agricultura urbana ...................................... 74

Organización del trabajo productivo .......................................................................... 75

Fuente de ingresos secundarios .............................................................................. 76

Distribución de los ingresos económicos recibidos por la comercialización ......... 77

Creatividad en los procesos de producción que generan ingresos económicos

adicionales .............................................................................................................. 77

Empleo generado por la agricultura urbana ................................................................ 78

“Alimentación, Educación y Cohesión Social”: Dimensión Social de la

Sustentabilidad en la Agricultura Urbana en la Administración Zonal Quitumbe 80

Alimentación y consumo sustentable ......................................................................... 80

Percepción de los consumidores sobre la agricultura urbana ................................. 81

Actividad educativa de la agricultura urbana ............................................................. 84

Cohesión social: fortalecimiento de lazos familiares, comunitarios y de armonía con

la tierra ........................................................................................................................ 85

“Simbologías y Diversidad”: Dimensión Cultural de la Sustentabilidad en la

Agricultura Urbana en la Administración Zonal Quitumbe ..................................... 86

Simbologías en la agricultura urbana ......................................................................... 86

Diversidad cultural ..................................................................................................... 87

La importancia de un modelo de huerta andina sobre un modelo de huerta occidental:

reflexión ...................................................................................................................... 88

Vivencia rural factor de motivación para hacer agricultura urbana ........................... 90

Los Agricultores y la Agricultura Urbana: El Significado de la Práctica en la Vida

de los Agricultores ......................................................................................................... 91

Principales objetivos por los cuales los participantes se motivaron a realizar

agricultura urbana ....................................................................................................... 91

Significado de la agricultura urbana en la vida de los participantes .......................... 91

Razones por las cuales los participantes abandonarían la agricultura urbana ............ 93

Las Transformaciones en el Espacio Urbano a Partir de las Experiencias de

Agricultura Urbana Sustentable .................................................................................. 94

Ciudad justa ................................................................................................................ 94

Cuidad bella ................................................................................................................ 96

Ciudad diversa y creativa ........................................................................................... 96

Ciudad con contacto personal y comunitario ............................................................. 96

Ciudad compacta y policéntrica ................................................................................. 97

Ciudad ecológica ........................................................................................................ 98

Dimensiones de Análisis del Potencial de la Agricultura Urbana Sustentable para

La Transformación Gradual de la Localidad Urbana en una Ciudad Sustentable 99

Integración de la agricultura urbana con procesos culturales, sociales y políticos .... 99

Participación de los agricultores urbanos en procesos culturales, espacios públicos

y socio-políticos ...................................................................................................... 99

Inserción de la agricultura urbana en redes de colaboración y de apoyo mutuo ...... 102

Redes de colaboración con sindicatos, ONGs, fundaciones, iglesia, organismos

económicos alternativos, organizaciones privadas de promoción a proyectos

sociales, empresas capitalistas .............................................................................. 102

Redes de colaboración con otros agricultores urbanos y/o agricultores

agroecológicos ...................................................................................................... 103

Fomento de la agricultura urbana dentro y fuera de programas públicos ................ 104

El papel del Estado en esta iniciativa de agricultura urbana ................................ 104

Gestión del proyecto AGRUPAR dentro del MDMQ .......................................... 109

Relación entre el Estado, las organizaciones y los movimientos sociales ........... 110

Procesos de certificación en la agricultura urbana ............................................... 111

La agricultura urbana acorde a las luchas contra la sociedad patriarcal .................. 113

Participación de las mujeres en las experiencias de agricultura urbana ............... 113

La agricultura urbana involucra formas alternativas de conocimientos – dialogo de

saberes ...................................................................................................................... 114

Conservación de costumbres, hábitos, creencias o saberes populares en la práctica

de la agricultura urbana ........................................................................................ 114

Criterios de evaluación de la agricultura urbana ...................................................... 114

Mecanismos de evaluación de la iniciativa: gradual, incluyente que incluya

realizaciones y fracasos ........................................................................................ 114

Relaciones de sinergia entre la agricultura urbana y otras alternativas de otras esferas

de la economía y la sociedad .................................................................................... 115

Relación de la agricultura urbana con procesos de compras públicas incluyentes,

comercio justo, redes de mercados, complementariedad, entre otros. ................. 115

CONCLUSIONES ....................................................................................................... 116

BIBLIOGRAFÍA ......................................................................................................... 121

ANEXOS ...................................................................................................................... 129

ÍNDICE DE GRÁFICOS

Gráfico 1. Ciudad sustentable: Elementos de la ciudad sustentable que se tienen en

cuenta en esta investigación ........................................................................................... 19

Grafico 2. Estructura poblacional por grupos de edad .................................................... 47

Gráfico 3. Establecimientos Económicos por sector - AZQ ........................................... 49

Grafico 4. Variables y dimensiones de análisis de la sustentabilidad ............................. 51

Grafico 5. La agricultura urbana y el aporte a la construcción de una ciudad sustentable

......................................................................................................................................... 51

ABREVIATURAS

AGRUPAR Proyecto de Agricultura Urbana Participativa

AU Agricultura Urbana

AZQ Administración Zonal Quitumbe

BCS Bio Certificadora Servicio Limitada

CLAES Centro Latino Americano de Ecología Social

CMMAD Comisión Mundial del Medio Ambiente y el Desarrollo

CONQUITO Agencia Metropolitana de Promoción Económica

EMC Estrategia Mundial de la Conservación

FAO Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura

INEC Instituto Nacional de Estadísticas del Ecuador

FLACSO Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales

MAGAP Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca

MDMQ Municipio del Distrito Metropolitano de Quito

PEA Población Económicamente Activa

PMOT Plan Metropolitano de Ordenamiento Territorial

PMD Plan Metropolitano de Desarrollo

PNUMA Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente

RUAF Red Internacional de Centros de Recursos en Agricultura Urbana

SPG Sistema Participativo de Garantías

UICN Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza

WWF World Wide Fund for Nature

1

RESUMEN

La presente investigación analiza a través de un estudio de caso la sustentabilidad de la

agricultura urbana en la Zona Quitumbe y los factores mediante los cuales puede

contribuir a la construcción de una ciudad sustentable. Los ejes de la investigación son:

el paradigma de la sustentabilidad, las alternativas al desarrollo, la agroecología, la

economía solidaría y las transformaciones locales en la construcción de una ciudad

sustentable. Con la pregunta orientadora de la investigación: ¿En qué forma la

agricultura urbana en la Zona Quitumbe es sustentable y puede ser una práctica

emancipadora para aportar a la construcción de una ciudad sustentable?, se encontró que

las prácticas de agricultura urbana tienen características de sustentabilidad en las

dimensiones ecológica, económica, social y cultural; las mismas han generado cambios

positivos en el modo de vida de las agricultoras y los agricultores. Además, se

encontraron transformaciones en la localidad urbana que aportan a una ciudad justa,

bella, diversa, creativa, con contacto personal y comunitario, compacta y policéntrica y

ecológica; sin embargo, los factores que le permitirían a la agricultura urbana tener un

potencial fuerte para generar procesos emancipadores de cambio a nivel de la ciudad,

son débiles y deben fomentarse mucho más.

2

INTRODUCCIÓN

“La tierra puede sobrevivir bien sin amigos, pero los humanos,

si quieren sobrevivir, deben aprender a ser amigos de la tierra” Jhon Muir

La búsqueda de espacios que brinden alternativas a la crisis civilizatoria en la ciudad,

fue la principal motivación para el desarrollo de la presente investigación. Las ciudades

son los territorios en los que vivirá gran parte de la población mundial en los próximos

años: 60% de la población mundial para el año 2030 (Di Pace et al., 2004). Dicha

situación, genera un incremento de las actividades productivas destinadas a la

satisfacción de las necesidades humanas de los habitantes de la ciudad, utilizando cada

vez mayor cantidad de recursos físicos y energéticos, que no necesariamente se

encuentran en los límites del territorio urbano.

Las ciudades se alejan del campo y del entorno natural, generando en el

ecosistema urbano escenarios artificiales y semiartificiales. Para que el ecosistema

urbano sea eficiente se debe buscar alternativas que permitan optimizar y dar prioridad a

la circularidad de recursos en los temas de provisión de alimentos, vivienda, servicios

básicos, entre otros. Adicionalmente, la ciudad debe generar espacios para propiciar la

inclusión social, fomentar relaciones sociales solidarias, de reciprocidad y cooperación;

de forma tal que se que pueda aportar a un modo de vida sustentable para las ciudadanas

y los ciudadanos. De lo contrario, la ciudad queda sometida a ser únicamente el centro

de producción y reproducción de capital dentro del sistema dominante.

El tema de la provisión de alimentos para las ciudades es un tema complejo y

hace parte de la crisis civilizatoria que vive la humanidad en la actualidad. Las personas

que habitan las ciudades pierden soberanía sobre los alimentos que están consumiendo.

En este sentido, fue interés de esta investigación estudiar la agricultura urbana ya que es

bien conocida como una práctica que puede generar múltiples beneficios para la

población urbana y para el territorio, con potencialidades para constituirse en una

alternativa que aporte a otra configuración de la ciudad. No obstante, pese a conocer los

beneficios de dicha actividad, surgió el interés de analizar de que forma la agricultura

urbana es sustentable en la medida de generar beneficios integrales involucrando los

aspectos sociales, económicos, ecológicos y culturales. Además también fue importante

3

identificar qué significado tiene dicha actividad en la vida de cada una de las mujeres y

hombres que la practican la agricultura en la ciudad de Quito.

En Quito desde hace más de diez años atrás se viene ejecutando un proyecto de

agricultura urbana llamado AGRUPAR – Agricultura Urbana Participativa. Esta

iniciativa ha posibilitado que la agricultura urbana crezca en las distintas zonas de la

ciudad. El proyecto es coordinado por la Agencia Metropolitana de Promoción

Económica – CONQUITO, una institución que tiene aportes del sector público de la

ciudad. Con las características mencionadas, se adelantó la investigación justificando un

estudio en el marco de la sustentabilidad ya que durante todo el tiempo de intervención

que lleva el proyecto no se había realizado un estudio que analice conjuntamente

componentes sociales, económicos, culturales y ecológicos.

Se eligió como territorio para hacer el análisis a una de las ocho

administraciones zonales que tiene Quito, a la Zona Quitumbe un territorio localizado al

sur de la ciudad. La mencionada zona urbana es poco densificada, la gran parte de sus

habitantes conservan en sus memorias experiencias de convivencia rural e

históricamente han habitado familias que trabajaron en las grandes haciendas agrícolas

que existieron en la zona, estas razones generan un ambiente positivo para que se

conserve la actividad agrícola en dicha centralidad urbana. Quitumbe también ha sido

un territorio con algunos problemas sociales, por ejemplo, la evidencia desnutrición

infantil.

Con los antecedentes y las motivaciones anteriormente expuestas se formuló la

pregunta de investigación: ¿En qué forma la agricultura urbana en la Administración

Zonal de Quitumbe es sustentable y puede ser una práctica emancipadora para aportar a

la construcción de una ciudad sustentable?

Para estudiar el tema en mención se abordó el paradigma de la sustentabilidad.

La discusión teórica propiciada al respecto, permitió retomar postulados de la

agroecología y la economía solidaría, para precisar que tan sustentable puede ser la

práctica de agricultura urbana. Asimismo, el marco de la ciudad sustentable y de

transformaciones graduales en los territorios, posibilitaron estudiar el potencial que

puede tener una práctica alternativa como la agricultura urbana, para generar cambios y

transformaciones a nivel de la ciudad.

4

Metodológicamente para responder al interrogante planteado se desarrolló un

estudio de caso con 15 experiencias de agricultura urbana, distribuidas alrededor de las

cinco parroquias urbanas de la zona Quitumbe. Adicionalmente, se generaron

entrevistas a consumidores y a expertos en temáticas relacionadas a la agricultura

urbana.

Los resultados del trabajo de campo se presentan en dos capítulos de la

investigación. El primero denominado: “Agricultura urbana y sustentabilidad:

realidades y desafíos de la experiencia en la Administración Zonal Quitumbe”, presenta

el análisis de la sustentabilidad de la agricultura urbana en las cuatro dimensiones

analizadas: ecológica, social, económica y cultural. También presenta la significancia de

la agricultura urbana para el modo de vida de cada uno de las agricultoras y los

agricultores. El segundo capítulo denominado “Aportes de la agricultura urbana

sustentable a la transformación de la localidad urbana”, se presenta las transformaciones

que en la Zona ha generado la agricultura urbana y los factores que permitirían generar

cambios emancipadores a nivel de ciudad.

Como principales conclusiones del estudio se encontró que la agricultura urbana

en la Zona Quitumbe de Quito es sustentable con beneficios positivos en las

dimensiones analizadas. La dimensión social y la ecológica de la sustentabilidad son las

más fuertes. En lo social se encontró que las agricultoras, los agricultores, sus familias y

los consumidores están cambiando su alimentación por un consumo sano y sustentable

acorde a sus tradiciones, la agricultura urbana ha brindado una alternativa para aprender

conocimientos nuevos y fortalecer una actividad ocupacional para muchas de las

personas que participan de la actividad. En la parte ecológica fue gratificante encontrar

la apropiación de técnicas agroecológicas y el deseo continuo de seguir aplicándolas.

Aunque el proyecto AGRUPAR se impulsa con fines económicos para generar

ingresos a la población beneficiaría, en la dimensión económica los beneficios son el

autoconsumo, la reducción de la dependencia a los mercados de alimentos y la

generación de un ahorro familiar; los aspectos mencionados son importantes y propios

de una economía basada en valores solidarios. La dimensión cultural de las experiencias

visitadas fortalece el resto de dimensiones ya que existe una relación simbólica que

armoniza la relación entre las agricultoras y los agricultores con la tierra, este aspecto

cualitativo permite brindar sustentabilidad a la agricultura urbana y fortalece la

5

actividad ya que las personas no tienen el deseo de abandonar la actividad si el proyecto

termina o se reduce todo el acompañamiento que les brinda AGRUPAR.

La agricultura urbana tiene potencialidades para constituirse en una alternativa al

desarrollo porque permite construir un espacio saludable en la ciudad para las

ciudadanas y los ciudadanos, además no privilegia como fin último el crecimiento

económico expresado en la generación de ingresos monetarios. Se articulan otras formas

de relación del hombre con la naturaleza y se contemplan también las espiritualidades y

sensibilidades en el desarrollo de la práctica productiva analizada.

8

CAPÍTULO I EL PARADIGMA DE LA SUSTENTABILIDAD Y LA CIUDAD SUSTENTABLE

La sustentabilidad un paradigma alternativo al desarrollo: estado de la cuestión

Es intención de este trabajo comprender a la sustentabilidad como un paradigma de

carácter sistémico que se posiciona como una alternativa al paradigma del desarrollo.

Acorde a lo anterior, Trigo y Kaimowitz sostienen la necesidad de contextualizar la

concepción de sustentabilidad “en los niveles concretos para dotarla de su contenido

real” (Trigo y Kaimowitz, 1995). Por eso, esta investigación a través de un estudio de

caso, realiza una aproximación para abordar el paradigma de la sustentabilidad basado

en una práctica que se realiza en el contexto de la ciudad. De tal manera, se expone el

contenido del paradigma de la sustentabilidad a través los debates que se han generado

alrededor del concepto para precisar la definición que se adopta en esta investigación.

El debate alrededor del concepto de la sustentabilidad ha generado algunas

interpretaciones erróneas entre los teóricos que han trabajado dicha temática. Una de

ellas, es la discusión que algunos académicos han propiciado para distinguir

sustentabilidad de sostenibilidad. En esta investigación dicha dicotomía no se tiene en

cuenta, ya que se coincide con algunos teóricos en que la discusión radica en una

confusión por la traducción del “término originario en inglés sustainability por

sostenibilidad, durabilidad o sustentabilidad” (Naredo, 1996: 12). Otra interpretación

que se realiza del concepto de sustentabilidad, es la visión reduccionista que la presenta

únicamente como un capítulo anexo al desarrollo sostenible.

Haciendo un breve recorrido en el tiempo sobre la concepción de la

sustentabilidad se encuentra que la primera concepción del término sustentable proviene

de la ciencia de la biología, aproximadamente a partir de la década de 1960. Esta

temática ha sido estudiada por la rama de la biología de las poblaciones a través de la

cual se entendía a la sustentabilidad como la “posibilidad de extraer o cosechar recursos

renovables mientras se lo hiciera dentro de sus tasas de renovación y reproducción”

(Gudynas, 2011: 3). A su vez, “la extracción de los recursos debía estar directamente

orientada a satisfacer las necesidades humanas y asegurar la calidad de vida” (CLAES,

2001: 3), de esta manera, los sectores forestales y pesqueros fueron los que más

trabajaron el concepto, ya que la sustentabilidad consistía en aprovechar los recursos

dentro de sus tasas anuales de reproducción (Dixon y Fallon, 1989 citado por Gudynas,

9

2003: 43). Con este primer concepto de sustentabilidad entregado por la biología, se

entiende, que se busca una complementariedad entre las necesidades del hombre y los

límites de la naturaleza.

Los aportes posteriores al concepto de la sustentabilidad aparecen con algunos

informes científicos que alertan la crisis ambiental que se veía venir. Entre los estudios

más representativos se encuentra, el del Club de Roma sobre los límites del crecimiento,

este estudio conservacionista del año 1972, evidenció las problemáticas ambientales de

un sistema económico sin límites (Gudynas, 2003: 43). La importancia de dicho estudio

fue activar el debate sobre la imposibilidad de un desarrollo soportado en un constante

crecimiento económico.

Partiendo de ese precedente, se conforman estamentos nacionales e

internacionales para tratar la temática ambiental y diseñar políticas (Delague, 2000

citado por Pierri, 2005: 34). Por lo tanto fue así como se propiciaron: la Declaración

sobre el Medio Humano de la Organización de las Naciones Unidas - ONU en

Estocolmo, el Eco-desarrollo como un humanismo crítico y la propuesta de la

Fundación Bariloche a través de su Modelo Mundial Latinoamericano; esta última

propuesta criticaba con fuerza las bases económicas y políticas actuales con el fin de

proponer un orden social diferente (Pierri, 2005: 52). Hasta ese entonces, las propuestas

tenían como principal objetivo propiciar el debate sobre la crisis ambiental, más

adelante, esto se modificó a los intereses que traía consigo el paradigma del desarrollo.

A partir de la Primera Estrategia Mundial de la Conservación - EMC promovida

en 1981 por UICN, PNUMA y WWF, se determina que se debe relacionar el tema

ambiental al debate actual y conceptual del paradigma del desarrollo (CLAES, 2011:3),

es así como se lanza la hegemonía del desarrollo sustentable como la estrategia que

“permitiría” mantener el statu quo del desarrollo ya que debido a, “una serie de hechos

ambientales y económicos que evidenciaron más la gravedad y dimensión de la crisis

ambiental” se acentuó “la prioridad de retomar el crecimiento económico, pero con

alternativas tecnológicas y energéticas” (Pierri, 2005: 53).

Lo realizado por la EMC en 1981 permitió concretar la Comisión Mundial del

Medio Ambiente y el Desarrollo- CMMAD, más conocida como La Comisión

Brundtland efectuada en el año 1983. En esta comisión se definió de manera más

concreta la versión más citada de lo que actualmente se conoce como desarrollo

10

sustentable: “está en manos de la humanidad hacer que el desarrollo sea sostenible, es

decir, asegurar que satisfaga las necesidades del presente sin comprometer la capacidad

de las futuras generaciones para satisfacer las propias” (CMMAD, 1987 citado en

Gudynas, 2003). Pese a la anterior concepción de desarrollo sustentable, el informe

denominado Nuestro Futuro Común contempla en algunos de sus apartes elementos que

permiten concluir que el nuevo concepto no se aleja del paradigma del desarrollo

convencional, el cual expone como meta principal el crecimiento económico. Un

ejemplo de la anterior aseveración es la siguiente afirmación que se encuentra en dicho

informe: “Hoy, tenemos que preocuparnos también con el modo como el deterioro

ambiental puede impedir o revertir el desarrollo económico. Área tras área, el deterioro

del medio ambiente está minando el potencial de desarrollo” (CMMAD, 1987: 38-39

citado en Pierri, 2005).

Lo anterior, refleja lo tibio que resulta la concepción del desarrollo sustentable.

El párrafo a continuación permite sintetizar lo expuesto:

En primer lugar, se postula un desarrollo orientado a la satisfacción de las necesidades humanas, en consonancia con algunas posturas alternativas de aquellos años, y se lo extiende en un compromiso con las generaciones futuras. En segundo lugar, se admite la existencia de límites, con lo cual hay un acercamiento a la línea de pensamiento iniciada con informe al Club de Roma, pero enseguida se los diferencia entre aquellos que son rígidos (por ejemplo, los que son propios de los ecosistemas), y otras que son flexibles en tanto responden a los propios seres humanos (es el caso de las tecnologías o la organización social). Finalmente, la definición se cierra con un giro conciliador: el desarrollo sostenible debe orientarse al crecimiento económico. De esta manera, la vieja oposición entre crecimiento y conservación, ecología y economía, desaparece. Se vuelve a sostener que el desarrollo implica crecimiento económico, y para lograr eso, la conservación de los recursos naturales pasa ser una condición necesaria. Lo que antes estaba opuesto ahora pasa a estar mutuamente condicionado (CLAES, 201: 3-4).

La concepción del desarrollo sustentable deja débil el tema de la conservación y la

organización social, no obstante, se debe rescatar el carácter multigeneracional que se

incluye en este nuevo enfoque del paradigma del desarrollo, ya que la característica

mencionada permite tener en cuenta a las generaciones que no están presentes

actualmente en el mercado.

En 1991 se suscito la Segunda Estrategia Mundial de la Conservación, en 1992 el

Eco 92 en Rio de Janeiro, en el año 2002 se llevo a cabo la Tercera Cumbre Mundial

11

sobre Ambiente y Desarrollo en Johannesburgo y así sucesivamente se ha ido

ampliando la institucionalidad ambiental para el mundo y para América Latina

(Gudynas, 2003), involucrando temas que evidencian la problemática actual, uno de

ellos (el más debatido) el cambio climático.

Si bien, se han propiciado los espacios para la discusión de la problemática

ambiental, estos en su mayoría han estado y siguen enmarcados en el paradigma del

desarrollo sustentable/sostenible, incluso así se tituló el evento más reciente para

analizar la problemática ambiental: La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el

Desarrollo Sostenible Rio+20, en dicho evento, los países participantes ratificaron su

compromiso para poner en “práctica políticas, planes, programas, medidas y proyectos

concretos encaminados a promover el desarrollo sostenible y la erradicación de la

pobreza” (Organización de las Naciones Unidas, 2012: 59). Además, se involucraron

nuevas concepciones para mantener en boga el desarrollo sostenible, una de ellas es la

economía verde, que se impulsó como una estrategia para

contribuir a la erradicación de la pobreza y el crecimiento económico sostenible, aumentando la inclusión social, mejorando el bienestar humano y creando oportunidades de empleo y trabajo decente para todos, manteniendo al mismo tiempo el funcionamiento saludable de los ecosistemas de la Tierra (Organización de las Naciones Unidas, 2012: 10).

En la anterior concepción se encuentra la típica contradicción de creer que la

sustentabilidad ecológica y el crecimiento económico son compatibles, tema que ya ha

sido ampliamente debatido por autores como Nicholas Georgescu-Roegen, Herman

Daly, Robert Ayres, entre otros (Martínez, 2011: 11).

El tema de la sustentabilidad no solamente ha sido trabajado desde el enfoque de

institucionalidad ambiental, también ha sido analizado por disciplinas como la

economía ambiental y la economía ecológica. La economía ambiental basada en los

postulados de la economía neoclásica, propone una categoría inicial, la sustentabilidad

débil. En dicha categoría, el tema del ambiente se valora monetariamente tal como lo

realiza la economía dominante. La economía ecológica, un poco más crítica, involucra

en el debate el principio de la inconmensurabilidad de valor, a través del cual se acepta

que existen recursos naturales, sociales, culturales, etc. que no se pueden valorar en

términos monetarios y son esenciales para la vida humana y no humana, por tanto,

12

deben ser considerados aunque no necesariamente medidos. Así, se da paso a utilizar

otras unidades de valoración para determinar si existe o no sustentabilidad.

Existen algunos autores que realizan una crítica importante a las concepciones

de sustentabilidad presentadas anteriormente porque consideran que se asocian

automáticamente con el tan debatido paradigma del desarrollo. Al respecto, Arturo

Escobar sostiene que: “la reconciliación epistemológica y política de la economía y la

ecología propuesta por el desarrollo sostenible intenta crear la impresión de que solo se

necesitan pequeños ajustes al sistema de mercado para iniciar una era de desarrollo

ambientalmente benigno” (Escobar, 1998: 371). Aunque la economía ecológica se

escampa en el paraguas del desarrollo sostenible/sustentable, no se puede negar el

aporte teórico y las herramientas metodológicas que dicha disciplina ha generado, como

por ejemplo, los distintos lenguajes de valoración de recursos, el análisis físico del

sistema económico, entre otros. No obstante, se reconoce que estos aportes deben dar un

paso más allá y trabajar la sustentabilidad por fuera del marco desarrollista. Porque el

paradigma del desarrollo como bien lo expone Gustavo Esteva es un mito en agonía, ha

sido un tema político que ha contemplado en el discurso el alcance de múltiples

objetivos para la sociedad, no obstante, las evidencias actuales indican que es una

amenaza para todo tipo de vida en el planeta. Muestra de ello, es que antes de que el

rumbo desarrollista se implantara (en países considerados como subdesarrollados)

existían evidencias de que en la India, en América Latina y en Asia se buscaban

caminos de transformación social autónoma y en armonía con la naturaleza.

Lastimosamente, al vencer la idea de progreso que vendía el paradigma del desarrollo se

generó de alguna forma, un cambio estructural que reemplazo entornos, solidaridades,

costumbres y saberes tradicionales por elementos y estructuras modernizantes (Esteva,

2009: 1-5).

Es este punto es necesario preguntarse: ¿Cómo conceptualizar adecuadamente a la

sustentabilidad superando el marco del paradigma del desarrollo actual? Actualmente

existen distintas corrientes y movimientos que proponen alternativas al desarrollo y por

tanto mantienen una concepción propia de la sustentabilidad, entre ellas se encuentran

algunos trabajos alrededor de la ecología, el buen vivir de los países andinos, el

biocentrismo, algunas corrientes del feminismo, las posturas de desmaterialización de

las economías, entre otras.

13

Para contextualizar el paradigma de la sustentabilidad en el Ecuador; territorio

donde se adelantó la investigación, se adoptó al Sumak Kawsay1 de la cosmovisión

indígena andina, como una apuesta alternativa al desarrollo2. Los principios generales

de la propuesta son: abandonar el proceso lineal que impone el paradigma del

desarrollo, dar cabida a otras formas de relación con la naturaleza, saber que no todas

las relaciones sociales son económicas, comprender que la calidad de vida y bienestar

no dependen únicamente del nivel de ingresos y por último superar lo materialista al

contemplar las espiritualidades y sensibilidades (Gudynas, 2011: 18-19).

La búsqueda de alternativas que permitan reconocer que otros modos de vida y

de organización social son posibles acorde a los imaginarios, culturas y saberes de la

gente, es algo que en el campo de las ciencias sociales debería constituirse en un desafío

permanente. Sin embargo, el recomendar acciones para armonizar la relación entre el

hombre y la naturaleza, fue algo que se perdió en el sistema de producción dominante.

Por tal razón, es necesario tener presente la reflexión que realiza el autor José Luis

Coraggio, quien en el marco de la economía solidaria advierte la necesidad de:

Cuestionar y sustituir el esquema mental de la sostenibilidad de vertiente neoliberal […] porque el desarrollo de otras formas innovadoras de producción requiere voluntades concertadas que compartan criterios, valores y expectativas, y una valoración social que las reconozca como formas legítimas y socialmente valiosas de organización del trabajo para responder a las necesidades particulares y al bien común (Coraggio, 2005: 8).

Los principios mencionados son acordes al paradigma de la sustentabilidad. Sin

embargo, actualmente la sustentabilidad se encuentra debatida entre los enfoques

ambientales-ecológicos y de la corriente humanista crítica. Donde los primeros le han

otorgado primacía a los elementos económico-ecológicos y los segundos le han dado

primacía al aspecto social3 de la sustentabilidad (Pierri, 2005). Tal polaridad ha negado

la posibilidad de comprender a la sustentabilidad como un paradigma sistémico que

1 Se recomienda al lector revisar el documento de Fernando Huanacuni: “Buen Vivir / Vivir Bien: Filosofía, políticas, estrategias y experiencias regionales andinas”. Allí se puede ampliar la propuesta del paradigma comunitario de la cultura de la vida para vivir bien realizada por los pueblos ancestrales indígenas. Cabe resaltar que el debate es más amplio y muy debatido actualmente por diversos académicos y autores sociales en América Latina. 2 Cabe aclarar que para efectos de este estudio se deja de lado el debate político existente que ha generado el protagonismo de dicha propuesta, porque no es objetivo de la investigación realizar un estado del arte sobre el concepto del buen vivir, contrario a esto, se adoptan y se comparten los principios que contempla el Sumak Kawsay. 3 En los enfoques de la corriente humanista crítica predominan la ecología social y el marxismo.

14

debe integrar elementos económicos, ecológicos, sociales, y culturales. Por esa razón, se

hace necesario apostarle a la construcción de un marco fuerte que permita cambiar la

mentalidad que se tiene sobre la sustentabilidad. Así lo reitera Enrique Leff en la

siguiente afirmación:

Se trata de acercarnos a los imaginarios de los pueblos, de comunidades diferenciadas culturalmente en sus ideologías, cosmovisiones e intereses, capaces de generar una disposición colectiva para comprender y actuar ante la crisis ambiental y el cambio climático. Esto nos llevará a explorar los imaginarios culturales y sociales, no sólo por el interés de conocer cómo percibe la gente el riesgo ecológico, sino desde la perspectiva de su posible constitución como actores sociales y de sus estrategias de reapropiación del mundo desde sus mundos de vida (Leff, 2010).

La propuesta de Enrique Leff intenta superar esa contradicción existente entre la

economía ecológica, la ecología social y demás disciplinas que intentan conceptualizar

la sustentabilidad. Así mismo, evidencia la debilidad de las ciencias para conceptualizar

a la sustentabilidad de una manera holística, como un paradigma emancipador para

lograr una transformación del destino de los territorios. Específicamente, se propone

comprender y estudiar a la sustentabilidad a través del descubrimiento de los

imaginarios sociales en cada territorio. Los imaginarios sociales,

expresan la diferencia entre sociedades diversas, la irreducible alteridad de sus mundos respectivos, así como la ruptura por la cual una sociedad se convierte en una nueva sociedad, en su encuentro con otros mundos de vida. Los imaginarios sociales dan cuenta de la pluralidad de los mundos sociales y de las creaciones culturales en las diversas formas en que han asimilado y significado sus condiciones ambientales de existencia (Leff, 2010).

Para profundizar lo que representan los imaginarios sociales, Leff propone abordar un

dialogo de saberes, entendido como

Una estrategia de construcción de la sustentabilidad global en la conjunción de procesos diferenciados, en un encuentro de otredades entre los imaginarios de la tradición y los paradigmas de la modernidad; en las hibridaciones entre la economía, la tecnología, las culturas y los saberes de la vida; en los procesos de reidentificación y de emancipación del ser cultural en su relación contradictoria con el mundo globalizado, y en la reapropiación de sus territorios de vida (Leff, 2010).

Conceptualizar los imaginarios sociales permite analizar los modos de vida de cada

grupo social de una manera alternativa, como una forma de “resistencia a la

racionalización […], y al mismo tiempo como un potencial de creatividad y alteridad en

la construcción de sociedades sustentables” (Leff, 2010).

15

Esta investigación se enmarca dentro del pensamiento de Enrique Leff. A través

del estudio de la forma como los actores de una zona del MDMQ practican y conciben

la sustentabilidad en el marco de la agricultura urbana, se propicia una reflexión sobre la

capacidad de esta experiencia para constituirse en un proceso emancipador que pueda

aportar a la construcción de un territorio sustentable, y más específicamente como

aporta a la construcción de una ciudad sustentable.

La aproximación a una ciudad sustentable

Considerando que la ciudad es el territorio donde millones de personas viven su día a

día, y construyen allí sus modos de vida y su constante crecimiento4, es evidente la

necesidad de repensar la forma como se conciben y operan las ciudades. En las ciudades

de América Latina la urbanización ha sido “vista como complemento necesario de la

industrialización”, por tanto la urbanización tiene sus raíces en el crecimiento

económico (Coraggio, 1989: 13), y no necesariamente ha contemplado un tipo de

urbanización acorde a la vida humana y no humana sustentable. De hecho, la expansión

de las ciudades a causa del crecimiento poblacional o de la migración campo-ciudad

demanda una creciente e insostenible cantidad de recursos físicos y energéticos para su

funcionamiento o tomar seriamente el reto de pensar en alternativas de vida sustentable

para la población actual que vive en las ciudades y para la población futura que se

emplazará en las mismas.

Teniendo en cuenta lo anterior, para repensar la vida en un territorio como la

ciudad o el espacio urbano, es interesante comprender la configuración espacial de un

territorio. El geógrafo brasileño Milton Santos explica que la configuración espacial de

un territorio se la puede comprender si se tiene en cuenta que la misma “tiene una

existencia material propia, pero su existencia es social, es decir, su existencia real,

solamente viene dada por el hecho de las relaciones sociales” (Santos, 2000: 54). Por lo

tanto, para entender la construcción de la ciudad sustentable es clave concebir que el

4 De acuerdo al trabajo de María Di Pace esa es una realidad ya que, hacia el año 2030, el 60% de la población mundial vivirá en las ciudades. Una enorme cantidad de individuos se concentrará en grandes ciudades, las llamadas megalópolis (urbes con más de 10 millones de habitantes). En 1950 solo había una ciudad con una población superior a 10 millones de personas. En 2015 habrá 21 ciudades de esa magnitud y 37 más tendrían entre cinco y 10 millones. La combinación de urbanización y concentración de población y actividades hace de las ciudades los territorios protagonistas de los cambios sociales, económicos y ambientales del siglo XXI.

16

territorio no es únicamente ese medio físico estático tal como lo sostenían algunas

corrientes ortodoxas de la geografía, sino, es un elemento dinámico más amplio. Dicha

dinámica está influenciada, de acuerdo con Ardila por el hecho de que: “el territorio no

es tan sólo nuestra ubicación espacial, es también nuestro referente de ubicación social

y, por tanto, el referente para nuestro comportamiento en la relación con los demás, en

cada instante de nuestra vida” (Ardila, 2006: 14).

En ese sentido, el proceso de construcción de una ciudad sustentable debe priorizar

la interacción social, así mismo, contemplar las relaciones de flujos materiales e

inmateriales que en la ciudad se demandan. En este mismo orden, como lo expone la

ecología urbana, la ciudad puede ser concebida como un ecosistema urbano5. Un

ecosistema “que tiene como componentes los recursos naturales y construidos, la

población que allí vive y desarrolla sus actividades, y el intercambio de productos que

recibe y produce” (Di Pace et al., 2004: 48-49). Cabe aclarar que la ciudad difiere del

funcionamiento de un ecosistema natural, porque es una construcción hecha por el

hombre y que en su creación desplazó al ecosistema natural originario; por tanto, las

ciudades no sustentables no se comportarían como un ecosistema natural en el sentido

que éstas demandan cada vez más recursos físicos y energéticos para asegurar su

funcionamiento como ecosistema urbano, y los residuos resultantes del ciclo productivo

no son reutilizados de manera significativa en una nueva producción. Esto desata las

principales problemáticas ambientales que dan origen en la ciudad.

Sobre la base de las condiciones anteriores, una ciudad insustentable es la que, a

medida que se expande, utiliza mayores recursos físicos y energéticos para dar

satisfacción a las necesidades básicas de la población (alimentación, vivienda, servicios

de agua, luz, alcantarillado) y para posibilitar procesos de acumulación y concentración

de los factores de producción y de capital. Una ciudad insustentable también es la que,

dando primicia a la idea de progreso y avance económico, genera exclusión social y

olvida la esencia de las relaciones sociales que involucra las relaciones de solidaridad,

reciprocidad, cooperación, entre otras, que pueden aportar a un modo de vida acorde a

5 El ecosistema urbano se estima como un conjunto de biotopos artificiales (edificios, industrias, infraestructuras), biotopos semiartificiales (pequeños jardines, arbolado, huertos urbanos) y biotopos seminaturales (grandes parques, bosques urbanos, parques fluviales, agrosistemas). Definición otorgada por Marina Alberti y Virginio Bettini por cuanto la ciudad puede ser examinada a través de sus componentes, entendidos éstos como factores ecológicos, con un soporte abiótico (biotopo) y un componente biótico, las biocenosis.

17

imaginarios sustentables para los ciudadanos. La insustentabilidad de las ciudades es

una evidencia de la crisis civilizatoria que vive el planeta, producida por la pérdida de la

armonía tripartita entre el ser humano, naturaleza y tecnología (Max-Neff, 1986).

Los trabajos teóricos que han aportado al análisis de la sustentabilidad en las

ciudades se desarrollan alrededor de las siguientes esferas: ambiente natural, población,

recursos, economía, cultura y sociedad (Alberti y Bettini, 1998: 183-213). En este

propósito, esta investigación realizó un acercamiento a la sustentabilidad de la ciudad

abordando el tema de la producción de alimentos, específicamente a través de la

práctica de la agricultura urbana como una actividad con potencialidades para aportar a

la construcción de una ciudad sustentable.

Este tema es de interés actual porque existe una realidad ambiental innegable: el

incremento de la huella ecológica alimentaria. Dicho indicador generalmente es el que

mayor porcentaje aporta a la huella ecológica6 de las principales ciudades del mundo, ya

que son grandes concentraciones de emisiones de CO2 las que se generan por ser las

ciudades unos imanes de consumo insustentable (Dubbeling et al., 2009).

Desde una realidad social y económica, la insustentabilidad en las ciudades

también se evidencia por la “urbanización de la pobreza” (Ravallion, 2007). Un proceso

de exclusión a través del cual se incrementa la inseguridad alimentaria a causa del

incremento de los precios en los alimentos, los cuales son producidos por un tipo de

agricultura que se sustenta en el petróleo, y por efectos directos, si suben los precios del

petróleo, suben los precios de los alimentos (Dubbeling et al., 2009).

Frente a lo anterior, el tema de sustentabilidad se convierte en un desafío por

buscar estrategias que permitan que la satisfacción de las necesidades humanas generen

relaciones ecosistémicas en la ciudad, es decir que las relaciones que se efectúan en la

ciudad “sean capaces de mantener un equilibrio por sí misma” (Tiezzi, 1995: 59-79

citado en Bettini, 1998: 118), un equilibrio para la vida.

Girardet plantea el camino que las ciudades deben seguir para ser sustentables:

Las ciudades necesitan esforzarse para convertirse de nuevo en centros de civilización, que sean lugares para la convivencia y la creatividad, con nuevas formas de gestionar y de vivir nuestras vidas urbanas. Establecer un contexto cultural, para impulsar un cambio profundo de

6 Indicador físico que mide en número de hectáreas la cantidad de superficie necesaria para la provisión “de alimentos, agua y energía que son transformadas en bienes y servicios y parcialmente restituidas al ambiente en forma de residuos y emisiones”.

18

actitudes, un cambio espiritual y ético, que reconcilie la gente con la naturaleza acompañado de un cambio de valores de nuevas actitudes políticas y nuevas prácticas económicas (Girardet, 2001).

La conceptualización del tema de la sustentabilidad en la ciudad apareció como una

crítica a la propuesta de la ciudad compacta7. Dicha propuesta tenía una visión optimista

de las ciudades y proponía estructuras densas con mucha confianza en la tecnología y en

el urbanismo para asegurar eficiencia ambiental. Ante el escenario propuesto, los

trabajos teóricos sobre la sustentabilidad en la ciudad surgen como reacción a la

incapacidad que tiene la misma para reducir su huella ecológica (Muñiz, et al., 2011).

Así, surgen a partir de los años noventa algunos de los trabajos teóricos que

conceptualizan la ciudad sustentable de una manera más amplia, estos son: la teoría de

la ciudad verde o de las ciudades autosuficientes8,

Desde la perspectiva de la ciudad verde o ciudades autosuficientes, se trata de:

Actuar sobre el metabolismo de la ciudad potenciando su circularidad mediante un uso más eficiente -y preferente- de los recursos locales, capitalizar la multifuncionalidad de las áreas verdes, integrar los espacios libres en la ciudad, proteger los ecosistemas locales, o minimizar el uso de recursos no renovables” (Girardet 1992, 1999; Rees, 1997; Doughty y Hammond, 2004; Jones y Flint, 2005 citado en Muñiz, et.al ,2011).

Finalmente, para dar por concluida esta sección se presenta en el gráfico 1 un resumen

con los puntos más importantes que aluden a la ciudad sustentable, el gráfico se realizó

en base a las consideraciones realizadas anteriormente.

7 Un modelo de ciudad que engloba todos los usos de suelo, incluso los agrícolas, los ganaderos y los industriales. Genera una compacidad de funciones, una mezcla e interrelación de actividades, favorecidas por la densidad, que comparten un mismo tejido urbano, no segregadas por una zonificación unifuncional.

19

Gráfico 1. Ciudad sustentable: Elementos de la ciudad sustentable que se tienen en

cuenta en esta investigación

Según se ha visto, el debate de la ciudad sustentable, invita a pensar en caminos,

estrategias y demás hilos que permitan tejer un espacio más armónico. Dicha armonía,

implica la posibilidad de la vida y la reproducción de la misma para todos los habitantes

de la ciudad. En este orden de ideas se puede citar a Hinkelamerth y Mora, habla sobre

la reproducción de la vida como la principal eficiencia a la cual el mundo y el sistema

actual deberían hacer referencia (Hinkelammert y Mora, 2009). En los procesos de

reproducción de la vida es clave la no exclusión; esto también aplica para el tema de los

alimentos. El acceso y la calidad de los alimentos para el consumo de los habitantes de

la ciudad es un punto indispensable para permitir procesos reproductivos, por tanto,

pensar en prácticas incluyentes para aportar a la soberanía alimentaria es un desafío para

todos los estudios sociales y territoriales, aún más en ciudades y metrópolis, contextos

en los cuales se viven cada día procesos acelerados de expansión.

Pensar la Agricultura Urbana desde el Paradigma de la Sustentabilidad

La agricultura ha estado presente en las ciudades desde épocas atrás, sin embargo,

algunos autores sostienen que ese evento no necesariamente implica sea agricultura

20

urbana9 (Pérez: s/f). No obstante, lo que importa en esta sección es destacar a través de

una mirada retrospectiva que la agricultura ha estado siempre ligada a las ciudades.

Ante la situación planteada, Vásquez presenta algunos casos en los cuales la

agricultura aparece en las ciudades: el caso de las civilizaciones Azteca, Maya e Inca y

su experiencia de producción de alimentos para el autoabastecimiento urbano en el

periodo precolombino, la experiencia en Ghana, Pakistán, Irak, India y China, en donde

se descubrieron sistemas complejos de irrigación, producción de abono, control de

enfermedades y técnicas de manejo del suelo, el caso de los Marais en Paris que

diseñaron estructuras de altas paredes, bóvedas de cristal y paneles de paja para guardar

el calor haciendo el símil de un invernadero, estos últimos, también realizaban la

práctica de la rotación de cultivos (Vásquez, 2010: 17).

De manera semejante, en siglos más recientes la agricultura aparece en las

ciudades con distintas funciones, por ejemplo, en Reino Unido para el año 1801 la

agricultura urbana se fomentó para brindar estabilidad social y subsistencia, en

Alemania para el año 1864 la función fue educativa e higienista, en Francia la función

fue estabilidad social, moral e higienismo, en Estados Unidos la función fue estabilidad

social y subsistencia debido a las depresiones económicas de 1893 y 1929.

Adicionalmente, la agricultura urbana fue funcional en épocas de guerra, así en Reino

Unido y en Estados Unidos la función fue patriótica y de subsistencia. Desde 1970 se

puede argumentar que la agricultura urbana se especifica en una experiencia para la

subsistencia a través de huertos familiares y comunitarios y en el siglo XXI la

agricultura urbana se ha convertido en un practica para respaldar la seguridad

alimentaria, el autoempleo, terapias ocupacionales, y de mitigación a la crisis ecológica

que se vive en la actualidad (Morán, 2010).

Es importante mencionar por último en el contexto latinoamericano el caso de

Cuba en el cual aprovecharon la agricultura urbana como una estrategia para superar la

caída de la producción agrícola en espacios rurales a partir de la década de 1990, se

empezó a desarrollar la actividad para sustituir la importación de alimentos. Se

implementó una forma de organización desde lo municipal hasta lo nacional y eso 9 La agricultura en las ciudades se la considera como una estrategia de sobrevivencia, informal, en espacios no destinados para hacerlo, mientras a la agricultura urbana se la considera como una actividad que pertenece más a la ciudad, que ha sido practicada por un número relativo de años, que existe por tanto una cultura alrededor de ella y que existe un reconocimiento pleno por la sociedad y las autoridades de su importancia.

21

permitió incrementar la producción de alimentos y lograr la soberanía alimentaria y

generando un importante porcentaje de empleos directos cada año, para el 2009 se

obtuvo una suma de 58.000 empleos. De igual manera, los procesos de agricultura

urbana en Cuba han implementado nuevos sistemas de producción acorde a las

tradiciones y cultura de su población, también han implementado tecnologías propias

para mejorar la producción.

De la actividad agrícola a la sustentabilidad: el concepto de agricultura sustentable

La agricultura es entendida como la “manipulación que hacen los seres humanos de la

energía en los ecosistemas. Los humanos usamos a los agroecosistemas para capturar y

convertir energía solar en alguna forma particular de biomasa que puede ser usada como

comida, como unidad, como fibra o como combustible” (Gliessman, 2002: 271).

Dependiendo del sistema de producción la agricultura se diversifica en tres tipos: la

convencional, la tradicional y la agroecológica (Garcés, 2011: 34).

La agricultura convencional surge de las tecnologías promulgadas bajo la

Revolución Verde después de la II Guerra Mundial. Este tipo de producción tiene entre

sus principales objetivos “maximizar la rentabilidad y la productividad en el corto

plazo” a través del conocimiento formal y el aporte de las ciencias agronómicas. La

agricultura convencional es “desarrollada por un pueblo o una nacionalidad indígena”,

sus planteamientos principales son subsistencia y mantenimiento constante de la

productividad, un tipo de conocimiento no formal que hace parte de conocimientos

ancestrales y experimentales (Garcés, 2011: 34). Una vez conocido lo que contemplan

estos dos tipos de producción se realiza una precisión en términos de conceptualizar la

sustentabilidad en la agricultura; se descarta el tipo de producción convencional porque

va en contra de los principios del paradigma de la sustentabilidad, dado que la

revolución verde implicó la perdida de saberes ancestrales y tradicionales agrícolas de

los pueblos que eran conservados por la población campesina en América latina, al

mismo tiempo, la revolución verde fue una estrategia de los países del primer mundo

para impulsar la compra de insumos químicos y fertilizantes para la producción agrícola

en grandes haciendas bajo el discurso desarrollista que se había implantando en la

Región para los años 60s (Cleaver, 1972: 177 citado en Garcés, 2011: 37).

22

El sistema de producción tradicional, acorde a la explicación anterior, puede

adaptarse a los principios del paradigma de la sustentabilidad, no obstante, no responde

a las características específicas de la agricultura en un contexto urbano, en el cual

confluyen habitantes con conocimientos ancestrales, con conocimientos formales o sin

conocimientos básicos y con disposición a aprender el saber agrícola. De acuerdo con

los razonamientos que se han venido realizando, se determina que el concepto de

sistema de producción agroecológico es el que mejor se adapta al análisis de

sustentabilidad de la agricultura urbana y se puede dimensionar como un sistema de

producción alternativo. El sistema de producción agroecológico se desarrolla en base a

experiencias y conocimientos de diversos lugares, sus planteamientos principales son

“sustentabilidad, productividad en el mediano y largo plazo, eliminar dependencia […]

hacia insumos externos”, la articulación entre conocimiento formal y no formal y el

aporte de múltiples disciplinas (Garcés, 2011: 34). Un elemento adicional de la

agricultura sustentable, es que la producción económica esté ligada a la concepción de

una economía para la comunidad. Será más sustentable entre mayores niveles de

autosuficiencia tenga ya que “cómo y dónde se cultiven los alimentos es algo

fundamental para la economía de una comunidad” (Daly, 1997: 246-248).

Agricultura urbana: concepción y enfoques

La agricultura urbana como se vislumbró anteriormente, es una práctica que se ha

realizado desde tiempos atrás como un sistema de producción agrícola en el espacio

urbano. Una actividad multipropósito, principalmente para mejorar la calidad de vida de

los habitantes y el entorno ambiental del sector urbano.

La agricultura urbana es tan solo una de muchas prácticas económicas alternativas

que pueden aportar a la construcción de una ciudad sustentable, según Mougeot la

definición de agricultura urbana es:

una industria ubicada dentro (intra-urbana) o en la periferia (peri-urbana) de un pueblo, una ciudad o una metrópoli, que cultiva o cría, procesa y distribuye una diversidad de productos alimenticios y no-alimenticios, (re)utilizando en gran medida recursos humanos y materiales, productos y servicios que se encuentran en y alrededor de dicha zona urbana, y a su vez provee recursos humanos y materiales, productos y servicios en gran parte a esa misma zona urbana (Mougeot, 2006: 91).

23

La agricultura urbana “es diferente y complementa a la agricultura rural en los sistemas

locales de generación de alimentos: la agricultura urbana está integrada en el sistema

económico y ecológico urbano local” (Mougeot, 2007: 1). La integración de la

agricultura urbana con el ecosistema urbano de la que habla Mougeot posibilita en

términos ambientales la generación de un “mejor microclima, conservar las tierras,

minimizar los desechos urbanos y mejorar el reciclaje de nutrientes, mejorar el manejo

del agua, la biodiversidad, el equilibrio de O2-CO2, y la conciencia ambiental de sus

habitantes” (Deelstra y Girardet, 2007: 49).

Por su parte la integración de la agricultura urbana con el sistema socioeconómico

urbano posibilita la generación de ingresos económicos y fuentes de empleo, la mejora

en las categorías alimenticias y nutricionales de las familias, la participación y

empoderamiento de actores locales alrededor de la actividad agrícola, la

complementariedad de relaciones entre lo intra-urbano y peri-urbano, la creatividad en

el desarrollo de los tipos de producción y comercialización, la recuperación de espacios

ociosos, el bienestar comunitario, entre otras incidencias positivas.

Aún cuando se reconocen los beneficios directos de la agricultura urbana, cabe

aclarar que no toda la agricultura que se realiza en la ciudad apunta a ser sustentable;

por tanto, es interesante tener en cuenta algunos problemas identificados que se pueden

desatar por el ejercicio de dicha actividad. Para ejemplificar tal consideración la RUAF

explica que los problemas que se pueden generar son: el “manejo inadecuado de

residuos orgánicos, problemas sanitarios con repercusiones en la salud por uso de

agroquímicos que afectan el suelo, el agua” y al agricultor y prácticas que aceleran la

erosión (RUAF, 2001: 2 citado en Cantor, 2009: 26).

Ahora bien, que la agricultura urbana adopte técnicas de producción agrícola

orgánica, no significa que por ello sea una práctica sustentable. En la actualidad una de

las críticas fuertes realizadas a este tipo de agricultura, es que existe una alta

comercialización que promueve el uso de “plaguicidas biológicos de alto costo,

compostas comerciales, enemigos naturales criados en insectarios comerciales, extractos

vegetales” y demás componentes comercializados en grandes casas comerciales

agrícolas, generando dependencia de los agricultores a insumos externos y alterando los

ciclos biológicos del suelo (Guthman, 2004 citado en Nicholls y Altieri, 2012: 30).

Estos elementos no son compatibles con el paradigma de la sustentabilidad en el que se

24

enmarca esta investigación ya que la producción orgánica en la medida que no sea bien

manejada o difundida, puede priorizar el incremento de la productividad generando

dependencia de los agricultores locales a proveedores externos, contrastando con la

calidad, la reutilización de recursos, el ahorro familiar y los beneficios para los recursos

involucrados en la producción: mano de obra, tierra, agua, semillas, entre otros, que

puede generar una actividad agrícola sustentable.

La agricultura urbana sustentable: una práctica económica alternativa acorde a

los principios de la agroecología y de la solidaridad

La hipótesis de que la agricultura urbana sustentable puede constituirse en una práctica

económica alternativa, se sostiene en la necesidad de imaginar y pensar una ciudad justa

en la cual las relaciones económicas no tengan los matices de explotación, exclusión y

dominación que predominan en las prácticas económicas capitalistas.

El lector podría considerar que la agricultura urbana es una práctica pequeña para

generar alternativas o transformaciones en el sistema económico dominante. Por el

contrario, lo importante de este proceso investigativo es reflexionar y reconocer sobre

formas de sociabilidad anticapitalistas que se generan en los territorios locales en el

siglo XXI. Sobre la base de las consideraciones anteriores, se resalta en el que hacer de

esta investigación a los autores Santos y Rodríguez quienes desarrollaron un trabajo

académico sobre formas económicas de producción no capitalista, estas alternativas

económicas que persisten en la actualidad no son tan grandiosas como la propuesta del

socialismo centralizado; aún así, la motivación investigativa es estudiar la factibilidad y

el potencial emancipatorio que puedan tener dichas experiencias alternativas, las cuales

son capaces de generar “formas de organización económica basadas en la igualdad, la

solidaridad y la protección del medio ambiente” (Santos y Rodríguez, 2011: 17), en

otras palabras, se podría decir formas de organización que apunten al paradigma de la

sustentabilidad.

Como ya se ha aclarado, para que se considere a la agricultura urbana como una

práctica económica alternativa, la misma debe alcanzar niveles de sustentabilidad que

fomenten la igualdad, la solidaridad y la protección del medio ambiente; es por tal razón

que esta investigación considera que la agroecología y la economía solidaría brindan

25

elementos fundamentales para que esta práctica pueda tener un potencial emancipatorio

y generar cambios en el territorio, en este caso en la localidad urbana.

En referencia a lo anterior, se sustenta a la agroecología como un paradigma que

ha surgido como un enfoque nuevo al desarrollo agrícola más sensible a las complejidades de las agriculturas locales, al ampliar los objetivos y criterios agrícolas para abarcar propiedades de sustentabilidad, seguridad alimentaria, estabilidad biológica, conservación de los recursos y equidad junto con el objetivo de una mayor producción. El objetivo es promover tecnología de producción estable y de alta adaptabilidad ambiental (Altieri y Nicholls, 2000: 29).

Otro punto importante al que aboga la agroecología es defender la diversidad biológica

y socio cultural del ámbito local donde se lleva a cabo la producción agrícola, por tal

razón es que Sevilla y Woodgate, consideran que “tal diversidad es el punto de partida

de sus agriculturas alternativas, desde las cuales se pretende el diseño participativo de

métodos endógenos de mejora socioeconómica, para el establecimiento de dinámicas de

transformación hacia sociedades sostenibles”(Sevilla y Woodgate, 1997 citado en

Sevilla, 2009: 1).

La agroecología también involucra un marco económico acorde a una producción

que se realice para la vida, por tal razón se encuentra con los principios de la economía

solidaria, como por ejemplo, “el establecimiento de redes entre las unidades productivas

para generar sistemas de intercambio de las distintas formas de conocimiento

tecnológico en ellas producidas. De igual forma, estas redes han de extenderse hasta los

procesos de circulación estableciendo así, mercados alternativos en los que aparezcan

formas de intercambio solidarias como consecuencia de las alianzas establecidas entre

productores consumidores” (Sevilla, 2009: 2).

El intento por conciliar la economía y la solidaridad en un mismo lenguaje,

permite

que la solidaridad opere y actué en las distintas fases del ciclo económico […]. Ello implica producir con solidaridad, distribuir con solidaridad, consumir con solidaridad, acumular y desarrollar con solidaridad. Y que se introduzca y comparezca también en la teoría económica, superando una ausencia muy notoria en una disciplina en la cual el concepto de solidaridad pareciera no encajar apropiadamente (Razeto, 1993).

La concepción de la solidaridad es amplia, no obstante, se puede establecer que se

valora la solidaridad de una práctica (en este caso de la agricultura urbana), cuando la

26

misma adopta valores como el respeto a la diversidad, el cuidado por los demás

miembros de la comunidad, la autodependencia y la reproducción ampliada de la vida,

de esta manera la producción como medio para obtener bienes básicos de subsistencia

para el hombre, deja de ser el renglón de prioridad para las organizaciones, los espacios

locales se van construyendo en base a un proyecto común, donde lo colectivo forma

parte de la vida cotidiana de cada participante.

Para estudiar estos fenómenos sociales Eduardo Sevilla en su texto “la

agroecología como estrategia metodológica de transformación social”, hace alusión a

los criterios metodológicos para abordar una investigación agroecológica, estos son: “el

ecológico-productivo, el socioeconómico de acción local; y el sociopolítico de

transformación social”. Estos criterios “no son mutuamente excluyentes sino que se

solapan con un carácter acumulativo que permitan una indagación-acción cada vez más

profunda de y en la realidad” (Sevilla, 2009: 3).

Por todo lo dicho, analizar la sustentabilidad en una práctica económica es

importante en la medida que dicha práctica puede convertirse en una alternativa al

desarrollo, y a su vez generar transformaciones no solo en el ámbito económico, sino

también en el ámbito social, ecológico y cultural de las dinámicas locales del territorio.

Dimensiones y parámetros de análisis de la sustentabilidad en la agricultura

urbana

Los estudios que han trabajado el tema de la sustentabilidad en la agricultura urbana,

generalmente han hecho énfasis en las características ambientales o socieconómicas de

las experiencias. Por mencionar algunos de los trabajos más representativos en este

tema, se encuentra, el trabajo de Jackson Mosquera en Bogotá – Colombia que analiza

los efectos socioeconómicos y ambientales de la agricultura urbana en una localidad de

la ciudad (2009), el trabajo de Kelly Cantor igualmente desarrollado en la ciudad de

Bogotá analiza la sostenibilidad de la agricultura urbana como un medio de vida para

los participantes de dicha experiencia (2009). Con un análisis político se encuentra el

trabajo de Andrea Lara en el cual se analizan las implicaciones de la agricultura urbana

en la construcción de una ciudad sustentable en la ciudad de Bogotá, en dicha

investigación se consideran elementos de política pública para la ciudad basados en la

práctica de la agricultura urbana (2008).

27

Las investigaciones mencionadas son referencias importantes en la temática

tratada. Sin embargo, cabe resaltar que son pocas las investigaciones que analizan

agricultura urbana y ciudad sustentable y utilizan un estudio de caso como estrategia

metodológica. En tal sentido, la investigación de Larissa Vásquez en San Cristóbal de

las Casas – México es interesante porque presenta una ruta metodológica para abordar

el tema de la sustentabilidad de forma más integral, teniendo en cuenta las siguientes

dimensiones: social, económica, ambiental y cultural (2010). Para la presente

investigación se adoptaron las cuatro dimensiones de análisis de la sustentabilidad

comentadas, las mismas que se complementaron con el análisis teórico presentado en

las secciones anteriores sobre el paradigma de la sustentabilidad, ciudad sustentable y

agricultura urbana. Como consecuencia de esto, a continuación, se presenta la

explicación y los parámetros de análisis a través de los cuales se realizó el análisis de la

agricultura urbana en la Administración Zonal Quitumbe del Municipio del Distrito

Metropolitano de Quito - MDMQ.

Tabla 1. Dimensiones de análisis de la sustentabilidad

Dimensión Explicación Parámetros de análisis

Ecológica

Esta dimensión hace referencia a los factores naturales, su uso y manejo en el proceso productivo en base a los postulados que brinda la agroecología y el aporte que realiza Altieri más enfocados al contexto urbano. Se hace mención a las condiciones del suelo, el agua y demás recursos naturales en el desarrollo de la agricultura urbana.

*Diversificación de la actividad: integración de animales y cultivos. *Biodiversidad presente en los cultivos (abundancia de especies animales y vegetales). *Rotación de cultivos. *Producción de compost a partir de materia orgánica. *Tratamiento y aprovechamiento de residuos domésticos. *Bio control de plagas * Sistema de irrigación: lluvia, agua superficial o agua subterránea. * Uso de recursos e insumos locales (reducción de la dependencia de recursos externos y el combustible necesario para su transporte desde largas distancias).

Económica

Esta dimensión hace referencia a la valoración de la producción generada en la agricultura urbana y el aporte que la misma realiza al autoconsumo, el ahorro familiar, también la capacidad para generar procesos de venta a vecinos y a consumidores de la ciudad sin intermediarios.

* Consumo de recursos locales. * Tipos de producción (orgánica o convencional). * Nivel de integración entre mercados. * Impacto en el ingreso doméstico. * Recursos humanos (tiempo invertido). * Alternancia con otro tipo de actividades (usualmente fuentes primarias de trabajo e ingreso). *Ahorro Familiar.

28

Social

Esta dimensión hace énfasis a los factores que inciden en las relaciones sociales que se generan a través del desarrollo de la agricultura urbana, relaciones sociales entre los actores que participan directamente de la actividad.

*Nivel y tipo de organización. *Aspectos de género (rol de la mujer en la agricultura urbana). *Diversidad social (edad, género). *Calidad de la dieta y nutrición (acceso equitativo a una fuente alimenticia segura, nutritiva, viable económicamente y producida lo más ecológicamente responsable).

Cultural

Esta dimensión aporta a comprender esos imaginarios a los que hace alusión Leff cuando aborda el paradigma de la sustentabilidad hacen alusión a los significados, símbolos, cosmologías e identidades sociales que marcan el modo de vida de los agricultores urbanos como actores principales de dicho proceso.

* Consideración de saberes populares *Diversidad sociocultural (que puede asegurar una diversidad biológica de las especies que se cultivan, diversidad en las formas de producir, consumir).

Fuente: Elaboración propia con base en los aportes teóricos presentados en esta investigación y los aportes de los autores De la Salle , Spiaggi et al., Altieri, Nurse, 2010.

Contribución de las Experiencias de Agricultura Urbana Sustentable en el Proceso de Transformación Local Hacia Ciudades Sustentables

Soberanía alimentaria, agricultura urbana y ciudades sustentables

La alimentación y el acceso a los alimentos en las ciudades, es un tema que en la

actualidad requiere gran atención si se adopta el reto de pensar en ciudades sustentables.

Conseguir que todas las personas que están habitando las ciudades “tengan acceso a

alimentos sanos y asequibles supondrá un gran desafío para la cadena” (FAO, 2002) de

producción de alimentos. Las características que aporta la sustentabilidad deberían estar

presentes en cada uno de los eslabones de la cadena de producción de alimentos:

recursos, producción, distribución, consumo y residuos. Contrariamente a lo que se ha

expresado, en la actualidad las ciudades se han constituido en espacios que tienen

dificultades para conciliar la oferta y la demanda de alimentos, además los mayores

esfuerzos en “el transporte, la conservación y la distribución de los mismos” hacen que

la producción agrícola evidencie pérdidas y se genere por tanto un aumento de los

precios (FAO, 2002), dicho aumento perjudica a la población que no cuenta con los

recursos monetarios para acceder a los mismos.

El estudio realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la

Alimentación y la Agricultura indica que en temas de alimentación en ámbitos urbanos,

los consumidores de sectores más pobres:

29

*Gastan de un 60 a un 80 por ciento de sus ingresos en comida, lo que les hace especialmente vulnerables al aumento de los precios de los alimentos como, por ejemplo, los causados por el costo del transporte o las prácticas monopolísticas de los comerciantes poderosos. *Gastan una media de un 30 por ciento más en comida que en las zonas rurales pero consumen menos calorías. *Son el último eslabón de una larga cadena alimentaria y disponen de pocas posibilidades de elección para comprar, con lo cual aumenta el riesgo de que se consuman alimentos de mala calidad (FAO, 2002).

Como se puede entender, las anteriores características reflejan la insustentabilidad del

espacio urbano. En igual forma, la producción de alimentos para proveer a la ciudad

avanza al uso de territorios cada vez más alejados del contexto urbano, lo cual propicia

que se generen: sistemas de producción de monocultivos que utilizan gran porcentaje de

insumos químicos, mayores distancias de transporte para llevar los productos del campo

a la ciudad, numerosos procesos de intermediación para la comercialización de los

alimentos, entre otros factores, que además de incrementar el precio inciden a que los

habitantes de la ciudad que finalmente pueden acceder a los alimentos pierdan la

conexión que existe entre el valor alimentación y la importancia del mismo para la vida.

Es evidente que la desconexión entre el productor agrícola y el consumidor final

a causa de las largas distancias y las tantas cadenas de intermediación, hace que el

consumidor urbano pierda la noción e interés sobre cómo se produce su alimento y las

consecuencias que tiene su consumo en el entorno natural, social y cultural. Esta

situación es un tema de conciencia para los habitantes urbanos. Activar la conciencia

respecto al consumo implica apostarle a un consumo sustentable en la medida de

“desvirtuar y dejar de lado cierto modelo cultural que justifica la satisfacción inmediata

de los siempre renovados impulsos sociales de consumo (Ghersi, et.al 2004 citado en

PNUMA, et.al, 2006).

Dadas las condiciones que anteceden, es indispensable que se propicie el debate

sobre la alimentación, producción y consumo sustentable de alimentos en el espacio

urbano. Por tal razón, surge la necesidad de construir soberanía alimentaria desde la

ciudad. La soberanía alimentaría aparece en 1996 gracias al movimiento Vía Campesina

con el fin de superar los argumentos contemplados bajo el concepto de seguridad

alimentaria acuñado por la FAO en el año 1970, a través del cual se promovía una

suficiencia en la cantidad de alimentos para la población sin tener en cuenta los

30

mecanismos de producción y acceso a los mismos (Bustos y Bustos, 2010). La

soberanía alimentaria implica

acceso, propiedad y distribución de la tierra, agua, insumos; acceso a recursos tecnológicos y financieros; infraestructura productiva (carreteras, almacenamiento, movilización); acceso directo al mercado, para lograr mejores precios e ingresos para los productores; defensa del patrimonio biológico nacional y defensa de los sistemas alimentarios culturales (Bustos y Bustos, 2010: 25-26).

El concepto de soberanía alimentaria recoge la denuncia y la resistencia de los

campesinos frente al modelo neoliberal implantado a través de la Revolución Verde,

además, se constituye en una oportunidad para abordar el tema de la alimentación y su

significado en el paradigma de la sustentabilidad porque permite retomar valores

culturales y conocimientos ancestrales que se mantienen a través del fomento de la

agricultura tradicional la cual en su sistema de producción concilia elementos acordes a

los principios propuestos por la agroecología.

Al mismo tiempo, el marco de la soberanía alimentaria es útil para pensar los

procesos de sustentabilidad de una ciudad, en primer lugar porque permite pensar en la

importancia de la autonomía relativa de un territorio en el abastecimiento de su

alimento, en segundo lugar porque permite pensar las articulaciones urbano-rural desde

una relación armónica entre actores de la urbanidad y la periurbanidad. De tal manera,

los agricultores urbanos pueden ser considerados como actores estratégicos que

contribuyen a la construcción de la sustentabilidad y la soberanía alimentaria de la

ciudad. En el mundo se estima que existen alrededor de 200 millones de agricultores

urbanos que proveen de alimentos a la cuarta parte de la población urbana mundial

(FAO, 2003: 8).

Con dicha situación, retoma importancia la producción agrícola local en áreas

urbanas y periurbanas, lo cual no implica restarle importancia a la producción agrícola

realizada en áreas rurales, ya que históricamente la ruralidad ha brindado múltiples

beneficios a la humanidad; de lo que se trata es de generar criterios que permitan

articular procesos de complementariedad entre el campo y la ciudad acordes a las

realidades de cada contexto, de igual manera flujos de relaciones más ecosistémicas,

transparentes y que permitan el autoabastecimiento de por lo menos un porcentaje del

alimento de las ciudades. Significa entonces que la agricultura urbana como práctica

local puede ayudar a mejorar los sistemas de acceso a los alimentos en la ciudad, a pesar

31

de ello, la misma enfrenta una grave problemática estructural ya que “los agricultores

urbanos no tienen tierra, agua, ni conocimientos suficientes” (FAO, 2002) para llevar a

cabo sistemas productivos sustentables.

En síntesis, para analizar la construcción de soberanía alimentaria en la ciudad se

requiere tratar los temas de propiedad, acceso, distribución, consumo, y producción de

los alimentos; ahora bien, se debe tener claro que el análisis de la agricultura urbana

sustentable es tan solo un factor de muchos que puede aportar a propiciar una soberanía

alimentaria para los habitantes urbanos y por ende aportar a la construcción de una

ciudad sustentable. En este orden de ideas, analizar la temática en territorios locales es

importante, porque según Boaventura de Sousa Santos, la transformación hacia una

nueva forma de sociedad sustentable y solidaria hay que buscarla desde las prácticas

locales, las cuales poseen variada experiencia de participación y emancipación social, la

cual ha sido desperdiciada por el dominio de la racionalidad occidental. De manera que

las monoculturas instauradas por el sistema dominante puedan ser superadas a través de

reconocer los saberes y conocimientos a nivel local (Santos, 2009: 98-125).

Después de lo anterior expuesto, es clave profundizar sobre procesos locales que

permitan dar cuenta de que otra forma de relación entre los hombres, y de éstos con la

naturaleza es posible. De igual manera, es clave analizar en qué medida esta otra forma

de relación puede adoptarse en una mayor escala. Así, las investigaciones sobre

experiencias alternativas, por pequeñas que parezcan, aportan a un proceso emergente

de reinvención de las ciencias sociales, para que las mismas sean parte de solución a los

problemas civilizatorios actuales, y a su vez reconozcan las múltiples alternativas que

están presentes en las experiencias y modos de vida de algunos grupos sociales (Santos,

2006: 19-20).

Las transformaciones en el espacio urbano a partir de experiencias de agricultura

urbana sustentable

Esta investigación parte de la hipótesis de que la agricultura urbana sustentable como

práctica económica alternativa puede aportar a la generación de cambios positivos que

posibiliten la construcción de una ciudad sustentable. La agricultura urbana puede

aportar a distintos aspectos de mejoramiento en el espacio urbano que van más allá de la

satisfacción de la necesidad de alimentación. Para ejemplificar tal consideración, los

32

autores Silva e Iracheta identifican en el marco de la ciudad sustentable los aspectos a

los cuales la agricultura urbana puede aportar en esa configuración distinta de ciudad.

Tabla 2. Aportes de la agricultura urbana a la ciudad sustentable

Fuente: Elaboración propia con base en los autores Carlos Silva y Alfonso Iracheta, 2007 citados en Vásquez, 2010.

Existen casos de territorios locales en los cuales se muestra como desde la agricultura

urbana se puede avanzar hacia la construcción de espacios urbanos sustentables. De tal

modo, las alternativas para “la buena vida” como lo llama Gustavo Esteva (2009), se re-

conocerán en los imaginarios de los ciudadanos, en las prácticas e iniciativas lideradas

para gestionar sistemas viables de producción para lograr un modo de vida alternativo al

que propone el sistema dominante y su marco desarrollista. Por tal razón, de acuerdo

con Soja, las investigaciones de las ciudades deben romper con las tesis convencionales

que se limitan a analizar el origen y organización de la ciudades para comprender que

“las innovaciones de mayor importancia y de un desarrollo social significativo pueden

provenir de culturas comunitarias relativamente igualitarias” (Soja, 2001: 72). El deseo

33

de construir ciudades sustentables se puede constituir en un imaginario válido para

desatar la creatividad e innovación de los ciudadanos en pro de generar un modo de vida

alternativo.

Un ejemplo de lo anterior, puede verse en la experiencia de agricultura urbana en

Bogotá - Colombia en los barrios de Ciudad Bolívar y Soacha, quienes participan de la

agricultura urbana en la mencionada experiencia tienen la siguiente percepción: “el

valor de la huerta es que representa un espacio tranquilo, autónomo y de resistencia al

medio hostil de la ciudad, reflejando una lucha entre la identidad campesina y la vida de

ciudad” (Cantor, 2009: 109). En este caso, la reproducción de la vida es algo que

además de implicar la satisfacción de unas necesidades básicas, también significa un

derecho territorial para llevar a cabo un proyecto de vida común. Dicho proyecto de

vida común está íntimamente relacionado con el derecho a la alimentación accesible a

todos los miembros de la comunidad y con la autosuficiencia alimentaria.

Otro caso similar es el del programa de agricultura urbana la ciudad de Cuenca-

Ecuador, el cual además de mejorar la calidad nutricional de las familias participantes,

generar empleo e ingresos para las mismas, permitió consolidar la organización barrial y

comunitaria de manera que las huertas de producción agroecológica de algunos barrios

se replicaron en otros, las acciones desarrolladas permitieron establecer ferias, redes de

fortalecimiento y un trabajo a nivel de política pública municipal (Cosecha Urbana,

2004: 3-4). Por las consideraciones anteriores, también se puede afirmar que la

reproducción de la vida es un factor que permite escalar a otras características de

política que involucra a otros actores del territorio en relación a una temática específica.

Dimensiones para analizar el potencial de la agricultura urbana sustentable para

la transformación gradual de la localidad urbana en una ciudad sustentable

Para operacionalizar este análisis se adoptó el trabajo desarrollado por Boaventura de

Sousa Santos y Cesar Rodríguez en su trabajo titulado: Producción para vivir: Los

caminos de la producción no capitalista. Basados en estudios de caso de experiencias

alternativas al modo de producción y distribución capitalista en distintos países del

mundo, los autores determinan nueve tesis que son elementos comunes entre prácticas

económicas alternativas, por tal razón, si las tesis se refuerzan se generarían procesos

transformadores no solo en el sistema económico de producción, sino también, en la

34

generación de espacios más igualitarios, solidarios y sustentables (Santos y Rodríguez,

2011). Se acogió esta propuesta porque permite teorizar el tema de alternativas

económicas de producción desde evidencias prácticas en distintos territorios, además el

trabajo de los autores hace especial énfasis en evaluar el potencial emancipatorio de

dichas prácticas, para tonarlas más visibles y creíbles en el proceso de apostarle a una

globalización contrahegemónica10.

En términos metodológicos para esta investigación se adoptó siete de las nueve

tesis teóricas que proponen los autores, las cuales se modificaron a la práctica

económica que se analizó, la agricultura urbana. Dichas tesis se constituyen en factores

que pueden contribuir a que la agricultura urbana sustentable como práctica económica

alternativa apunte a construir procesos sustentables en la ciudad.

Integración de la agricultura urbana con procesos culturales, sociales y políticos

Los autores sostienen que una alternativa de producción no es solamente económica y

su potencial emancipador, así como su éxito depende en gran medida de la integración

que logre la misma con procesos culturales, sociales y políticos. Aunque las prácticas

económicas tengan un importante acento en la producción por considerar al incentivo

económico como un elemento clave para la organización y la participación de los

actores, las dinámicas no económicas, es decir, las dinámicas culturales, sociales,

afectivas, políticas, entre otras, también se deben asociar a la producción. En tal sentido,

lo económico y lo no económico en la práctica se deben sustentar mutuamente.

En los casos analizados, las prácticas económicas de producción tienen relación

con actividades sociales que tienen funciones de cuidado de personas, integración

social, habitación, usufructo; actividades culturales con funciones de cuidado de la

tierra, lúdicas, educativas, de afirmación de tradiciones locales; actividades políticas con

funciones de fomento de democracia participativa, procesos de toma de decisiones. Las

alternativas de producción son iniciativas híbridas y diversas. Concluyendo,

10 Para los autores existen importantes evidencias en el mundo de movimientos y organizaciones que han mantenido la indignación y resistencia a los valores y prácticas del sistema económico dominante y su forma de civilización.

35

Las actividades económicas suministran el sustento y el incentivo material, mientras que el sentimiento de vinculo y los procesos de educación e integración social generados en torno a éstas suministran la energía y el entusiasmo necesarios para que los participantes persistan y la alternativa no se desmorone o se desvirtúe (Santos y Rodríguez, 2011: 50).

Inserción en redes de colaboración y de apoyo mutuo

El éxito de una alternativa de producción depende de cómo se inserta en redes de

colaboración y de apoyo mutuo, esto es importante, ya que las experiencias inician

siendo pequeñas o impulsadas por sectores marginados de la sociedad, por tanto son

frágiles y precarias. En igual forma, para que los proyectos no se deformen o fracasen se

hace necesario que la fragilidad que las prácticas puedan tener, se contrarresten con la

integración de un movimiento social amplio.

En la agricultura urbana (práctica que compete a esta investigación), la

integración debería fomentarse con iniciativas relacionadas a la agricultura sustentable,

la agroecología, el consumo sustentable, la soberanía alimentaria, entre otros

movimientos, organizaciones o entidades. Los autores definen que las redes de apoyo

mutuo están compuestas por: “sindicatos, organizaciones no gubernamentales (ONG) y

fundaciones” (Santos y Rodríguez, 2011: 51), estos tres tipos de entidades pueden

fortalecer a los proyectos en actividades que necesiten apoyo, generalmente en las

actividades que superan el ámbito económico.

Fomento de la agricultura urbana dentro y fuera de programas públicos

La política pública puede contribuir a la transformación de espacios que apunten a una

ciudad sustentable. Para esto se debe tener en cuenta cual es la visión que se le está

otorgando a Quito como ciudad, es decir ¿En los planes y estrategias de los gobiernos

locales, se habla de un Quito sustentable? ¿De qué manera? ¿Mediante que estrategias?

Distintos interrogantes pueden surgir, la clave es comprender que los procesos de

planificación a nivel local en ámbitos metropolitanos, como plantea Coraggio deben ir

“más allá de agregar alguna dimensión social a una realidad de exclusión y

degradación. Es necesario evidenciar las consecuencias letales o disgregadoras de

ciertas actuaciones o proyectos” (1999). Lo anterior implica que no basta con acciones

que apunten a generar beneficios socioeconómicos para la población vulnerable, el

36

análisis de la política debe ser más amplio en la medida de que los beneficios sean

integrales, ya que no sería coherente financiar acciones que beneficien a un grupo de

población cuando se puede generar perjuicios a otro grupo o al contexto en general, es

decir no caer en la lógica excluyente de funcionamiento del mercado capitalista en el

accionar de los proyectos de característica pública.

Boaventura de Sousa Santos y César Rodríguez sostienen que las prácticas

económicas alternativas deben ser impulsadas dentro y fuera del estado, ellos son

conscientes de que las relaciones entre los sistemas alternativos y el estado son

ambiguas, generan desconfianzas y en algunos casos pueden ser hasta negativas. La

desconfianza generada entre este tipo de prácticas y el Estado proviene del el “riego de

cooptación de éstas por parte del Estado, la pasividad de éste ante los problemas de las

clases populares y el peligro de que las iniciativas se vuelvan dependientes de la ayuda

estatal” (Santos y Rodríguez, 2011: 52). Las relaciones pueden ser complejas, por tal

razón, los autores sostienen que es importante que las luchas alternativas se den dentro y

fuera del estado, por dos razones.

La primera, para no ceder terreno político al poder económico hegemónico y movilizar los recursos del estado a favor de los sectores populares. La segunda, para mantener su integridad, no depender de las fluctuaciones del ciclo político y seguir formulando alternativas al statu quo (Santos y Rodríguez, 2011: 53).

Este tema es importante analizarlo en esta investigación porque el estudio de caso

realizado analiza la situación de un proyecto de carácter público, el cual es ejecutado

por una Agencia de Desarrollo Económico del MDMQ. En ese sentido, es importante

hacer énfasis en cómo debe ser el acompañamiento del agente externo a estos proyectos,

cual es el papel que este cumple y cuáles son los desafíos que se presentan en el camino.

Algunas reflexiones sobre este tema plantean que para que una práctica

económica conserve las características de solidaridad o sustentabilidad el

acompañamiento del agente externo debe combinar “recursos, capacidades laborales,

tecnológicas, organizativas y comerciales de carácter tradicional con otras surgidas de

dinámicas económicas contemporáneas, para generar una variada y heterogénea

cantidad de actividades productivas orientadas a asegurar la subsistencia” (Arboleda y

Zabala, 2011: 79).

Lo anterior implica que las estrategias planteadas en cualquier proyecto deben

dar apertura a que se combinen los saberes de tradición y de modernidad. Además es

37

fundamental en términos de generar una participación activa, permitir que las decisiones

más importantes sean construidas conjuntamente entre todos los actores participantes,

más aún cuando es un proyecto que incide en la satisfacción de las necesidades básicas

que posibilitan la reproducción de la vida.

En este orden de ideas, se puede citar un estudio el cual basado en la experiencia

de distintos casos, considera cinco fases que deben cumplir los agentes externos en el

acompañamiento de prácticas sociales o económicas: En una primera etapa, brindar

procesos de capacitación y formación permitiendo a los participantes generar un sentido

de autonomía, en una segunda etapa, brindar acompañamiento en la búsqueda de

información y mercados, y en el descubrimiento de alternativas de financiamiento, en

una tercera etapa, ya cuando la práctica ha iniciado, el agente externo debe colaborar en

la formación de aptitudes específicas cómo: gestión, ventas, trámites administrativos y

legales, entre otros. En una cuarta etapa, cuando la práctica económica lleva alrededor

de dos y cuatro años, el agente externo cambia su papel de creador para convertirse en

asesor y consejero con el fin de dar respuesta autónoma a las problemáticas del

desarrollo, en una quinta y última etapa, a los cinco años suele suceder las crisis por el

tema financiero ya sea por descontrol o por manejo inadecuado de las finanzas, ante

dicha situación, el agente externo asume el papel de consejero para ayudar a manejar el

crecimiento o contribuir a producir cambios en el rumbo de la iniciativa (Fantova, 1995:

60-62 citado en Arboleda y Zabala, 2011: 84).

La Agricultura urbana acorde a las luchas contra la sociedad patriarcal

Los aportes de las teorías y movimientos feministas han dejado huella no solo en dar

apertura a tan importante debate, también han propiciado la generación de actividades

económicas de producción no capitalista que a su vez “forman parte de las luchas contra

todas las formas de opresión: el patriarcado, la explotación, el racismo, etc.”, las

iniciativas de producción alternativa nutren la lucha constante contra una sociedad

patriarcal; las mujeres no solo han sido “objeto de opresión de género, sino las

principales víctimas de la explotación y marginación económica; las iniciativas y teorías

sobre economías alternativas no pueden avanzar sin la participación destacada de ellas”

(Santos y Rodríguez, 2011: 53). Por tal razón, es importante analizar cuál fue el aporte y

38

la participación de la mujer en la experiencia económica analizada de agricultura urbana

en Quito.

Involucrar en el sistema productivo formas alternativas de conocimientos – Diálogo de

saberes

Acorde con las alternativas al desarrollo, el paradigma de sustentabilidad y la propuesta

de Enrique Leff al mismo, las formas alternativas de conocimientos son importantes en

las prácticas económicas alternativas porque permite hibridar los saberes culturales o de

tradición de los participantes de la iniciativa, con las propuestas realizadas por los

agentes externos, las cuales generalmente se encuentran ligadas a temas de la

modernidad. El aprendizaje mutuo que se puede generar a partir de propiciar un dialogo

sincero entre las partes, puede aportar realmente a consolidar formas alternativas de

producción.

Como Santos y Rodríguez plantean “hay formas de enfrentar/ver el mundo que

establecen una relación radicalmente diferente de la capitalista/moderna entre seres

humanos y naturaleza, entre producción y consumo, entre trabajo y tiempo libre, entre el

uso y el lucro, entre desarrollo y crecimiento” (Santos y Rodríguez, 2011: 56). Enrique

Leff y autores que trabajan temas de sustentabilidad sostienen que cada forma de ver el

mundo sostiene una matriz de racionalidad, el dialogo entre dichas matrices de

racionalidad es lo que se debe generar a fin de dar apertura “a otras culturas y clases

sociales, a otros saberes, formas de sentir, pensar y actuar” (Leff, et.al, 2002: 527).

La invitación que hacen los autores es respetar y aprender de la diversidad

cultural, porque es esta la que permite que otras visiones del mundo estén presentes en

numerosas acciones alternas que subsisten en el contexto de la globalización neoliberal.

Mecanismos de evaluación de la iniciativa: de forma gradual e incluyente

El éxito o fracaso de una práctica económica alternativa, implica recurrir a criterios de

evaluación alternos a los utilizados usualmente para evaluar las prácticas económicas

dentro del sistema capitalista. Se requiere de una evaluación gradual en todas las etapas

de la intervención y que la misma se nutra de la participación de los actores vinculados

a la iniciativa. De igual manera, se evita el riesgo de que se asuma una posición

pesimista o de desesperanza; particular de la hegemonía capitalista ante las iniciativas

39

locales alternativas. No se debe cometer el error de tener como “único criterio de

evaluación de éxito de las alternativas no capitalistas, la transformación radical de la

sociedad en el corto plazo, mediante la sustitución del capitalismo por otro sistema de

producción” (Santos y Rodríguez, 2011: 57).

Los estudios de caso revisados por Santos y Rodríguez han propiciado

transformaciones graduales dentro, o en los márgenes del sistema capitalista. Dichas

transformaciones han incidido fundamentalmente en las condiciones de vida de los

participantes de las iniciativas. Así, la invitación de los autores es identificar los

cambios graduales que se van presentando en las iniciativas económicas alternativas y

tener en cuenta que esos cambios pueden también aportar a transformaciones

estructurales, si las mismas cuentan con un potencial emancipatorio. Finalmente se debe

tener en cuenta que la evaluación debe ser incluyente en la medida que contenga no solo

los éxitos y las realizaciones, sino también los fracasos en el alcance de objetivos,

recordando que estos pueden ser económicos y no económicos (2011:57).

Relaciones de sinergia entre la agricultura urbana con alternativas de otras esferas de

la economía y la sociedad

El eje de la producción no es el único tema económico en el que deben centrarse las

iniciativas alternativas, existen otras esferas de la economía y la sociedad como por

ejemplo el comercio justo, políticas de inversión con normas éticas en países del sur,

políticas de libre movilidad de personas, políticas fiscales de fomento, entre otras, las

cuales se enmarcan en procesos contrarios a la globalización neoliberal. Dichas esferas

posibilitan relaciones de sinergia hacía con las prácticas económicas alternativas con el

fin de que las mismas subsistan, se expandan o no sean absorbidas por las

organizaciones capitalistas (Santos y Rodríguez, 2011: 58).

40

CAPÍTULO II AGRICULTURA URBANA Y CIUDAD: QUITO Y LAADMINISTRACIÓN

ZONAL QUITUMBE

Acorde con el paradigma de la sustentabilidad, para presentar el contexto del territorio

donde se desarrolló la investigación se presentarán algunas dinámicas espaciales que

van más allá de los límites territoriales del MDMQ, a manera de comprender

sistémicamente las relaciones que se suscitan entre los territorios. Por todo lo dicho, las

escalas territoriales identificadas en la espacialización de la temática son: la global, la

regional, la distrital y la local urbana.

Escala global, porque la sustentabilidad es una temática que surge de la

existencia de problemas ambientales y estructurales de la organización social y

económica que indican que el mundo está viviendo una crisis civilizatoria (Max-Neff:

1986). Escala regional, porque existen variables y fenómenos de insustentabilidad que

se generan en la ciudad pero los efectos y consecuencias exceden los límites del

territorio donde se ubica el MDMQ. Escala urbana porque una de las hipótesis

implícitas del estudio fue demostrar que la agricultura urbana podía ser una práctica

económica que en la medida que sea sustentable puede aportar a la construcción de una

ciudad sustentable. Y por último, la escala local urbana, porque el trabajo de campo se

realizó en una Administración Zonal del MDMQ, la Administración Zonal Quitumbe, la

cual es conformada por cinco parroquias urbanas.

La urbanización en el Municipio del Distrito Metropolitano de Quito: factor de

insustentabilidad

Como se explico en la sección anterior, son determinados procesos de urbanización los

que hacen un territorio insustentable. Esta situación en el Ecuador no ha sido una

excepción como lo explica Andrea Carrión la urbanización como muestra de la

dinámica territorial

se relaciona también con patrones históricos derivados de: las formas de implantación y ejercicio del poder que desde la época colonial tendió a privilegiar los centros administrativos y de transferencia de recursos de la economía agraria hacia las ciudades; la transformación de los entornos naturales para la satisfacción de necesidades una población creciente, en condiciones de una fuerte migración campo-ciudad durante el siglo XX; Y los patrones de inserción y articulación

41

de la economía doméstica en/con la economía internacional (Carrión, 2010: 1).

Sobre la consideración anterior, se puede evidenciar que el proceso histórico a nivel

nacional favoreció que se crearan y planificaran ciudades en las cuales se prefería una

concepción de mundo, que favorecía al sistema dominante occidental. Como

consecuencia de ello, Quito como ciudad se estableció como un punto estratégico para

el progreso nacional. En la actualidad, la hipótesis anterior podría mantenerse si se tiene

en cuenta algunos esquemas de planificación de la ciudad. Sin embargo, se debe tener

claridad que los territorios son estructuras dinámicas que viven constantes cambios, y

también en ellos subsisten representaciones sociales que demuestran resistencia en

cuanto a modos de vida se refiere, por tal razón, la ciudad también puede ser un

territorio en transformación y Quito como capital del Ecuador puede evidenciar dichas

realidades, reconociendo la diversidad ecológica, cultural, social y económica que existe

en el territorio.

En igual forma, el reto de construir ciudades sustentables, se refuerza y se

convierte en una necesidad para ser analizada cuando existen evidencias de que el

proceso urbanizador avanza cada vez más. En el contexto ecuatoriano, realizando una

revisión retrospectiva, se puede apreciar que el país “se inscribe en una dinámica de

urbanización […] en la cual el 61% de la población habita en áreas urbanas, mientras

que el restante 39% reside en zonas rurales” (Censo de Población y Vivienda, 2001

citado en FLACSO y PNUMA, 2011). Paralelamente, durante el período 2001-2010, en

Quito “la tasa de crecimiento del área suburbana casi triplica la tasa de crecimiento de la

ciudad (4,1% respecto a 1,5%), en lo cual se manifiesta un proceso de peri-urbanización

hacia los valles próximos que inició en los años 1990” (PMOT, 2012: 11). Dicha

situación sucedió tal como lo predecían las proyecciones realizadas en el anterior censo

poblacional, en el cual se contemplaba que entre 2001 y 2010 Quito reflejaría dos

tendencias bien definidas: por un lado, se experimentaría un estancamiento o

disminución en la parte central de la ciudad, y por otra parte se desarrollaría un

apreciable incremento poblacional localizado en los extremos norte y sur (FLACSO y

PNUMA, 2011).

El nivel de crecimiento urbano, ya había venido afectando desfavorablemente la

calidad de vida de la población de Quito de una forma alarmante, lo cual evidencia la

42

urbanización de la pobreza, de acuerdo al censo de población y vivienda de 2001, el

42,90% de los hogares del área urbana estaban bajo la línea de pobreza. Dicho indicador

disminuyó significativamente, según los datos del censo más reciente los hogares en

condición de pobreza en Quito son de 16,1% (PMD, 2012). Sin embargo, aunque los

niveles generales de pobreza hayan disminuido en el territorio, no se debe perder de

vista que la pobreza existente es dramática porque ha afectado principalmente a la

población infantil y se ve relaciona con el tema de acceso y consumo de alimentos.

En promedio en el MDMQ existe una prevalencia de desnutrición crónica en

niños menores de 5 años del 28,93%, de esa situación las zonas censales con mayor

prevalencia del 39,1% al 46,8% son Guamaní, Turubamba, Calderón, El Condado,

Comité del Pueblo (Larrea, 2008). Cabe resaltar que Guamaní y Turubamba son

parroquias urbanas pertenecientes a la jurisdicción de la Administración Zonal

Quitumbe. Dichas características convierten a la localidad urbana en un territorio

insustentable.

Acceso a los alimentos en la escala urbana Como se evidenció en la sección anterior, el acceso y consumo de alimentos en la

ciudad afecta la reproducción ampliada de la vida, no solo para los seres humanos, sino

también para el hábitat natural que se aproxima a la ciudad, ya que como se vio en el

capítulo anterior la producción de alimentos para suplir a las ciudades puede generar

impactos negativos al medio ambiente por el mayor uso de recursos materiales y

energéticos que se necesitan, los cuales a su vez incrementan el precio de los alimentos.

Al respecto, un estudio reciente realizado por la Secretaria de Ambiente del

MDMQ indicó que la huella ecológica de un habitante de Quito para el año 2006 fue de

2,4 hectáreas globales, frente a 1,9 hectáreas globales que representa la huella ecológica

de un habitante del Ecuador. Lo anterior indica que “si todos los habitantes vivieran

como un residente promedio de Quito, necesitaríamos la biocapacidad de 1,4 planetas

para soportar nuestro consumo” (2011: 20). Del total de extensión demandada por un

residente de Quito, el 37% de la superficie es explicada por las actividades destinadas

para el consumo de alimentos y el 22% por la adquisición y consumo de bienes, esa es

una razón por la cual se sostiene que las ciudades son insustentables, al ser catalogadas

43

como imanes de consumo, acorde a lo que exponía Dubbeling (2009) en el capítulo

anterior.

De todo esto, se desprende la necesidad de retomar la apuesta por construir

soberanía alimentaria como una condición de sustentabilidad tanto para el campo, como

para la ciudad, respecto al tema en el Ecuador se encuentran características de

insustentabilidad, ya que

los campesinos que producen los alimentos para el consumo general de la población, se encuentran con serias limitaciones de acceso a recursos productivos, con problemas ligados a la productividad, a la degradación de los recursos naturales, al acceso a mercados remuneradores. Los consumidores rurales, y ahora también los urbanos, tienen dificultades en proveerse de alimentos en cantidad suficiente y de calidad (Chauveau et.al, 2010: 3).

Esta situación también imprime características de insustentabilidad en los eslabones de

distribución y consumo de la cadena de alimentos, muestra de ello es que

se estima que alrededor del 60% de la población de las grandes ciudades de Quito y Guayaquil compraría en supermercados, más precisamente entre 75 y 80% de las clases medias y altas compraría en los supermercados [Chiriboga, 2005, Berdegué, 2005, CESA, 2009]. De 1998 a 2008 el número de locales de supermercados paso de 85 a 300 en todo el país con una concentración actual del 88,87% de venta al por menor en las cuatro mayores empresas11 [SIPAE, Ruiz, 2009] (Chauveau et.al, 2010: 11).

Ante la situación planteada, se puede concluir que el consumo de alimentos en las

principales ciudades es cada vez más insustentable porque el consumo se realiza cada

vez más en supermercados, los cuales no respaldan un circuito corto de

comercialización, perjudicando así la producción de los agricultores locales, la cual

podría evitar toda la cadena de intermediarios que inciden en la cadena alimentaria.

Además, en dichos establecimientos, la calidad de los productos está limitada al tema de

precios, se evidencia una relación directamente proporcional entre la calidad y precios

de los alimentos, ya que si en un supermercado el consumidor urbano desea adquirir

alimentos de mejor calidad debe incrementar el precio.

11 Corporación La Favorita (Supermaxi), Corporación el Rosado SA (Mi comisariato), Mega Santa María SA y Magda Espinosa SA

44

Agricultura Urbana en la Ciudad de Quito

En el mes de abril del año 2000 en la ciudad de Quito se reunieron 20 delegaciones de

ciudades latinoamericanas para debatir experiencias de política y el potencial aún

inexplorado de la agricultura urbana. Dicho evento permitió la firma de una declaración

para formar un grupo de trabajo de agricultura urbana integrado por varias ciudades.

Partiendo de ese antecedente, se evidenció la importancia de fomentar la

agricultura urbana en las políticas municipales de Quito y en consecuencia de ello, se

realizó un proyecto piloto de agricultura urbana en la zona del Panecillo. El mencionado

proyecto, fue el inicio de la institucionalización de la agricultura urbana en la ciudad, tal

como se puede constatar en la afirmación realizada por Diego Carrión, director de

planificación en el año 2000: “No estamos interesados en el éxito del proyecto (local)

Panecillo en sí mismo sino en una estrategia que nos permita reproducir proyectos

similares en toda el área metropolitana” (Mougeot, 2006: 72).

Bajo dicha motivación en el año 2002, durante el gobierno de Paco Moncayo se

generó una Declaración en la cual se toma a la agricultura urbana como una estrategia

de lucha contra la pobreza. Posteriormente de haber implementado el proyecto piloto en

el Panecillo, el 2 de mayo del año 2002 nace el proyecto AGRUPAR – Agricultura

Urbana Participativa, desde ese entonces hasta el año 2004 el proyecto fue coordinado

por la Dirección Metropolitana de Desarrollo Sustentable del MDMQ, sin embargo,

desde el año 2005 hasta la actualidad AGRUPAR se encuentra bajo la coordinación de

la Agencia de Desarrollo Económico - CONQUITO (T1, 2011, entrevista).

Administración Zonal Quitumbe: Localidad Urbana en el Sur del Municipio del Distrito Metropolitano de Quito

Esta investigación se llevó a cabo en la Administración Zonal de Quitumbe ubicada al

sur de Quito. Se eligió esta zona por ser una de las más afectadas por la pobreza en

comparación con otras administraciones zonales de Quito y por lo tanto, por tener una

necesidad particular de promover prácticas agrícolas con altos niveles sustentabilidad.

En efecto, en la ciudad de Quito, la situación de pobreza es bastante dispareja.

De acuerdo al Censo de Población y Vivienda (2001), la pobreza tenía mayor

incidencia en las delegaciones Norcentral y Noroccidental con 64% y 57%

45

respectivamente. En las zonas Centro, Eloy Alfaro y Norte se presentaba una baja

incidencia de la pobreza con 15%, 14% y 8% respectivamente; lo contrario ocurría en

zonas periféricas como Quitumbe (30%) y Calderón (25%). En un punto intermedio se

encuentran las cifras correspondientes a la zona La Delicia (19%). Como se menciono

anteriormente, una evidencia de las condiciones de pobreza que se presenta en la zona

son los altos índices de malnutrición infantil, en esta administración zonal se presentó

una prevalencia de desnutrición crónica infantil superior a un 37% en las cinco

parroquias urbanas de la zona (Guamaní 38,4%, Turubamba 39,5%, Quitumbe 40,6%,

Chillogallo 37,9%, La Ecuatoriana 37%) (Larrea, 2008).

Un factor adicional que impulsa este estudio es que Quitumbe es una zona donde

el proceso de urbanización ha tenido como causa el proceso de migración rural-urbana y

por lo tanto, se esperaría que su población desee conservar esos saberes tradicionales de

cultivo que son una fortaleza para la implementación de prácticas exitosas de agricultura

urbana.

Características del territorio

La Administración Zonal de Quitumbe. Esta zona está ubicada al sur del Distrito

Metropolitano de Quito – DMQ, limita al sur con el cantón Mejía de la Provincia de

Pichicha, al norte y al este con la Administración Zonal Sur y al este con la

Administración Zonal Los Chillos. Cuenta con una superficie de 8934 Hectáreas, de las

cuales 4.928 son hectáreas de área útil y habitable y 4.006 hectáreas son áreas de

protección ecológica. La AZQ representa el 25% del área urbana de Quito, tiene una

temperatura promedio entre 10 y 11ºC.

46

Mapa 1. Administración Zonal Quitumbe

Fuente: Administración Zonal Quitumbe. Presentación denominada “Quitumbe: ser mítico, mitad ave,

mitad hombre”

Teniendo en cuenta características geológicas se puede decir que la zona es estable, de

material consolidado, apta para el uso urbano, la zona tiene riegos mínimos por impacto

volcánico. Es un territorio irrigado por una serie de afluentes menores al rio

Machángara; posee un suelo con “excelentes condiciones para la agricultura”, aunque se

sostiene que el suelo “ha sido ocupado y fraccionado en un proceso desordenado”

(Aguirre, 2003). Lo anterior afirmación respecto a la vocación agrícola de la zona se

refuerza con característica históricas que indican que la zona Sur de Quito los habitantes

eran “aglutinados en llactas cunas o parcialidades indígenas; la caza y la agricultura

eran sus actividades principales articuladas a un sistema de intercambio” con

poblaciones de la región occidental; es así, bajo dicho contexto y realidades cotidianas

que se va construyendo la cuidad hacia el sur, evidenciando en temas de planificación

una “concepción bipartita, Norte-Sur, podemos ver una ciudad con desigualdades

sociales, políticas, económicas y culturales que se han ahondado con el acelerado

crecimiento demográfico de las últimas décadas” (Tituaña: 117).

47

Aspectos Sociales

La AZQ está compuesta por cinco parroquias urbanas las cuales son: Guamaní,

Turubamba, La Ecuatoriana, Quitumbe y Chillogallo. En el año 2001 en base al Censo

de población y vivienda se encuentra un total de población en la zona de 208.126

personas (INEC, 2001), con el Censo del año 2010 se encuentra que la población de la

zona es de 319.857 (INEC, 2010), lo cual indica un incremento poblacional de

aproximadamente 53,68% en los nueve años.

De total de la población para el año 2010 el 50,72% eran mujeres

correspondientes a 162.231 personas y el 49,28% eran hombres correspondientes a

157.626 personas. La población total de la AZQ representa el 14% del total de

población de Quito. La edad media de la población es de 26,3 años de edad una

población más joven en comparación con la edad media de la población del DMQ, la

cual es de 29,5 años. El 34,06% de la población está conformada por población entre 20

y 40 años de edad.

Grafico 2. Estructura poblacional por grupos de edad

Fuente: INEC, 2010.

Un aspecto que se debe resaltar es que la AZQ es bastante densa demográficamente, ya

se tiene una densidad de 3608,7 habitantes por Km², lo cual al comparar con el nivel del

DMQ 529,3 habitantes por Km² se evidencia la gran diferencia. El promedio de

personas por hogar es de 3,8 superior al promedio del DMQ el cual fue de 3,5 para el

48

mismo año (INEC, 2010). Sin embargo, se debe tener en cuenta que el DMQ involucra

33 parroquias rurales lo cual hace que el promedio de habitantes por Km² disminuya.

Respecto al tema de educación, la tasa de analfabetismo a nivel del Distrito se

ubica en el 2,71% en cuanto a la población de 10 años y más; y en un 3,0% para la

población de 15 años y más, en cambio la AZQ tiene niveles de analfabetismo más

altos, 3,42% para población de 10 años y más y 3,87% para población de 15 años y más.

El promedio de años de escolaridad es de 9,06 años un poco más bajo que el promedio

del Distrito el cual se ubicó en 10,43 años.

Procesos locales de organización social en la zona Una característica que es importante resaltar de la zona que comprende la AZQ es que

se ha desarrollado un fuerte proceso de organización social con múltiples propósitos,

uno de ellos ha sido el cuestionamiento y análisis propositivo frente a la desigualdad

que ha producido la gestión y planificación de la ciudad, tal como ha sido realizada, a

partir de allí “se han ensayado experiencias inéditas como las organizaciones obreras y

cristianas de base: grupos de género, microempresas, cooperativas, asociaciones de

comerciantes y trabajadores informales” (1995: 2 citado en Tituaña:121). Lo anterior es

importante porque evidencia que en la zona existen “relaciones colectivas trabajando

desde la solidaridad, lo ético, la no-discriminación, la equidad y la integración, a partir

de una estructura permeable y horizontal vinculada a una especificidad política y social”

(Tituaña:122); dichas relaciones son acordes al paradigma de la sustentabilidad el cual

se apoya directamente con las relaciones de solidaridad lo que implica que en la

construcción del territorio y de una ciudad sustentable son importantes los imaginarios

sociales.

Aspectos Económicos

La población en edad de trabajar de la AZQ es de 251.473 personas, a su vez la

población económicamente activa es de 145.224 personas. A nivel del DMQ la PEA se

conforma con 1.097.515 personas, concentradas especialmente en las administraciones

de Eugenio Espejo, La Delicia, Eloy Alfaro, Manuela Sáenz y Quitumbe. De la

49

población cesante12 el 95,1% está ocupada, mientras que el 4,9% restante está

desocupada. Del total de ocupados el 59,2% son hombres y el 40,8% son mujeres, a su

vez de los desocupados el 47,4% son hombres y el 52,6% son mujeres, lo anterior

evidencia que los hombres hacen más presencia en el mercado laboral de la zona.

Existe una concentración especial de ocupados en la rama de comercio al por

mayor y menor (20,7%) y en las industrias manufactureras (13,5%). Por otro lado hay

una menor concentración de la PEA en ramas como actividades de organizaciones y

órganos extraterritoriales y en el suministro de agua, vapor y aire acondicionado. Casi la

mitad de la PEA se categoriza como empleados privados 49,2%, y el 18,5% son

trabajadores por cuenta propia. Perteneciendo el porcentaje restante empleado del sector

público, jornalero, patrón, socio, empleado domestico o trabajador no remunerado. Los

establecimientos económicos por sector ubicados en la AZQ, pertenecen en un 56% al

subsector comercio, en un 32% al subsector servicios y en un 12% al subsector

manufacturas (Véase grafico 3).

Gráfico 3. Establecimientos Económicos por sector - AZQ

Fuente: INEC, 2010.

12 Personas en edad de trabajar (10 años en adelante) que en la semana de referencia no estuvieron

ocupadas, habían trabajado anteriormente, buscaron trabajo y estuvieron disponibles para trabajar.

50

CAPÍTULO III METODOLOGÍA

Objetivo General:

Analizar de qué forma la agricultura urbana en la Administración Zonal Quitumbe es

sustentable y los factores mediante los cuales puede contribuir a la construcción de una

ciudad sustentable.

Objetivos Específicos:

• Caracterizar la sustentabilidad de la agricultura urbana que se practica en la

Administración Zonal Quitumbe.

• Examinar los factores que pueden contribuir a que la agricultura urbana

sustentable como práctica alternativa aporte a la transformación de la localidad

urbana y a su vez contribuya a la construcción de una ciudad sustentable.

Dimensiones de análisis

1) Sustentabilidad de la agricultura urbana en la Administración Zonal Quitumbe

Metodológicamente, en la investigación se realizó el análisis de sustentabilidad de la

agricultura urbana como una práctica económica alternativa, con un enfoque que se

enmarco en las alternativas al desarrollo. Para operacionalizar las variables de análisis

de este eje, se adopto un enfoque de cadena productiva solidaria involucrando cinco

eslabones: Recursos-Producción-Distribución-Consumo-Residuos. Superando el

enfoque convencional de cadena de valor que no incluye “un par de eslabones que casi

nunca son tenidos en cuenta por la economía, estos son: “la fuente de los recursos y el

desperdicio” (CLAES, 2011).

En el análisis de los eslabones mencionados se incluyó la dimensión ecológica,

económica, social, cultural en la medida que el análisis del estudio de caso evidenciara

que tan sustentable es la agricultura urbana como práctica económica para generar

espacios más sustentables en la ciudad.

51

Grafico 4. Dimensiones de análisis de la sustentabilidad

Fuente: Elaboración propia.

2) Aportes de la agricultura urbana sustentable como práctica económica

alternativa a la transformación de la localidad urbana

Esta variable dependiente es acorde al segundo objetivo específico propuesto en la

investigación se basa en los postulados teóricos del aporte de los autores Boaventura de

Sousa Santos y Cesar Rodríguez que se revisaron en el capítulo del marco teórico.

Grafico 5. La agricultura urbana y el aporte a la construcción de una ciudad

sustentable

Fuente: elaboración propia.

52

Variables de Control

Tipología de organización de cada huerto urbano

La tipología de huertos urbanos que se encuentran en la Administración Zonal

Quitumbe son de carácter familiar, comunitario e institucional. Cada tipología tiene

dinámicas de funcionamiento distintas. Por ejemplo, las huertos de carácter institucional

son experiencias de agricultura urbana que se promueven en centros de rehabilitación,

casas de acogida de adultos mayores o unidades educativas, apoyan procesos de

recuperación a adicciones de drogas, alternativas de terapias ocupacionales y a la

enseñanza de sembrar y cultivar sus propios alimentos a la población infantil; a su vez,

los huertos de carácter familiar o comunitarias son experiencias de agricultura urbana

que promueven la producción de alimentos para el autoconsumo y en algunos casos

para la comercialización. Teniendo en cuenta lo anterior, se eligieron como objeto de

estudio los huertos de carácter familiar o comunitario, ya que también interesa analizar

el tema de la comercialización en las experiencias.

Ubicación y vocación del huerto

Se eligieron las unidades de producción agrícola que se encuentren en las cinco

parroquias urbanas que hacen parte de la zona Quitumbe las cuales son: Guamaní,

Turubamba, La Ecuatoriana, Quitumbe, Chillogallo. Se analizaron los huertos urbanos

que tenían como vocación el autoconsumo y la comercialización.

Diseño y herramientas metodológicas

Mediante el presente diseño metodológico se realizó un tipo de investigación

descriptiva y exploratoria. Investigación descriptiva porque se detallaron las acciones

que se suscitan en la práctica de la agricultura urbana y de sus participantes. Esto

permitió describir lo evidenciado con base en las variables independientes priorizadas

en la presente investigación. Investigación exploratoria porque en el análisis de la

agricultura urbana como práctica económica se estudió los factores de potencialidad que

permitieran generar transformaciones en la localidad urbana en la medida que se vayan

hilando caminos que permitan aportar a la construcción de una ciudad sustentable.

53

El enfoque de la investigación es cualitativo porque se comprende un proceso

interpretativo de indagación en el cual se construye “una imagen compleja y holística,

analiza palabras, presenta detalladas perspectivas de los informantes y conduce al

estudio en una situación natural” (Creswell, 1998). Enfatizando en la importancia que lo

cualitativo le da a las representaciones empíricas y a sus interacciones, Marshall y

Rossman exponen de manera más detallada tres elementos que sostienen este tipo de

investigación:

la inmersión en la vida cotidiana de la situación seleccionada para el estudio, la valoración y el intento por descubrir la perspectiva de los participantes sobre sus propios mundos y la consideración de la investigación como un proceso interactivo entre el investigador y esos participantes, como descriptiva y analítica y que privilegia las palabras de las personas y su comportamiento observable como datos primarios. (1999: 7-8).

Estudio de Caso

Se consideró al estudio de caso como un método que permite hacer un análisis de

sustentabilidad porque la concepción de la misma es multidimensional e involucra la

dimensión social, económica, ecológica, política y cultural. Adicionalmente, este

método es útil tanto para la aplicación o comprobación de una teoría establecida, como

para proponer posibilidades de generar una nueva teoría (Vasilachis, 2006: 231).

Técnicas de recolección de datos para el Estudio de Caso a) Observación Participante Moderada

Se recurrió a la observación en este estudio de caso porque permitió

“comprender procesos, vinculaciones entre personas y sus situaciones por circunstancias, los eventos que suceden a través del tiempo, los patrones que se desarrollan, así como los contextos sociales y culturales en los cuales ocurren las experiencias humanas” (Jorgensen, 1989).

Teniendo en cuenta lo anterior, la observación se realizó en cada uno de los huertos para

evidenciar como se realizaba la agricultura urbana y como las personas se involucraban

en ella, también para identificar variables especificas como el tema de la

agrobiodiversidad y las características de contexto de la Administración Zonal

Quitumbe. Dicha información se registró en un formato diseñado para tal fin y

posteriormente se realizó la interpretación de las observaciones consignadas. Esta

técnica se aplicó desde el momento preliminar a realizar el trabajo de campo, ya que la

54

observación permitió realizar la localización de los huertos urbanos en la zona y realizar

las pruebas piloto para precisar las variables de análisis de la presente investigación.

Se realizó una participación moderada lo cual significa que se participó en

algunas actividades, pero no en todas (Hernández, 2010: 417), esto no quiere decir que

el análisis de la temática será fragmentado, simplemente significa que “aunque el

investigador no puede “estar” en todos lados, […]cada uno de los lugares en los que

está, como los distintos vínculos que establece con los individuos en el campo no son

más que puntos de referencia en un mapa complejo de relaciones sociales” (Ameigeiras,

2006: 127).

b) Entrevistas semi-estructuradas

Se eligió a la entrevista como un método de recolección de información de tipo

cualitativo porque permite establecer “una comunicación y la construcción conjunta de

significados respecto a un tema” (Janesick, 1998, citado en Hernández, et al, 2010:418).

Además, es flexible en cuanto a su diseño y aplicación de manera que se acopla a las

características y contextos de la unidad de análisis.

Se realizaron entrevistas semi-estructuradas que “se basan en una guía de

asuntos, o preguntas y el investigador tiene la libertad de introducir preguntas nuevas

para precisar conceptos u obtener mayor información sobre los temas deseados (es

decir, no todas las preguntas están predeterminadas)” (Grinnell y Unrau, 2007 citado en

Hernández, et al, 2010: 418). No obstante, cabe aclarar que las entrevistas involucraron

preguntas obligatorias acordes a las variables priorizadas en el capitulo metodológico de

esta investigación.

Los actores a los cuales estuvieron dirigidas las entrevistas son los siguientes:

agricultores urbanos, expertos en agricultura urbana y/o agroecología, coordinadores y

representantes del proyecto AGRUPAR y consumidores. La entrevista semi-

estructurada aplicada a los agricultores urbanos es la principal herramienta

metodológica de esta investigación. La entrevista semi-estructurada aplicada a los

expertos permitió conocer la percepción que tienen sobre la agricultura urbana como

práctica económica alternativa, sobre las características del proyecto AGRUPAR y

sobre los factores que pueden contribuir a que la agricultura urbana sustentable apunte a

la transformación gradual de la localidad urbana.

55

La entrevista semi-estructurada aplicada a los técnicos y representantes del

proyecto AGRUPAR sirvió para analizar el papel que ha tenido el Municipio en esta

iniciativa, el tema de la dependencia municipal y las relaciones con organizaciones y

movimientos sociales relacionados con la agricultura sustentable. La entrevista

estructurada aplicada a los consumidores que participan en las Bioferias, permitió

conocer la percepción que ellos tienen sobre la agricultura urbana, sobre los espacios de

comercialización y las motivaciones personales que tienen para realizar el consumo de

los productos.

c) Taller con agricultores urbanos de la Administración Zonal Quitumbe.

Temática: Devolución de información y potencial de la agricultura Urbana

para aportar a procesos sustentables en la Ciudad

Se consideró al taller como una herramienta metodológica que otorga un espacio de

discusión grupal. Se realizó un taller con los agricultores urbanos, con el fin de

compartir ampliamente la temática de la presente investigación y devolver la

información con los principales hallazgos encontrados en el trabajo de campo. Así

mismo, el taller fue una oportunidad para promover el interaprendizaje en las temáticas

de agricultura urbana y la construcción de ciudades sustentables.

Población y Muestra

El censo del proyecto AGRUPAR del 2011 para la Zona Quitumbe indicó que en la

zona existían 63 huertos urbanos, entre huertos institucionales, familiares y

comunitarios. Teniendo en cuenta las variables de control seleccionadas para fines de

este estudio: tipología (familiar y comunitaria, no institucional), ubicación (dentro de las

cinco parroquias de la AZQ), vocación del huerto (autoconsumo y comercialización). Se

seleccionaron 15 huertos que se constituyen en la población o universo de estudio de

esta investigación.

A los agricultores urbanos y representantes de cada huerto se les aplicó una

entrevista semi-estructurada que fue la principal herramienta metodológica de esta

investigación. Se realizó un muestreo intencional para seleccionar a los expertos en

agricultura urbana, ecología urbana y/o agroecología, consumidores y demás actores

56

claves que se identificaron en el desarrollo del trabajo de campo teniendo en cuenta la

potencialidad de los mismos para informar sobre el tema objeto de estudio (Patton,

1990).

Tabla 3. Población y muestra de la investigación

GRUPO PRINCIPAL HERRAMIENTA METODOLÓGICA

15 Agricultores Urbanos

• #1 Formato Entrevista semi-estructurada

• Taller Agricultura Urbana y Ciudad Sustentable

GRUPO INSTITUCIONAL

(2) Coordinadora proyecto AGRUPAR y

técnico del mismo en la Administración

Zonal Quitumbe

• #3 Formato Entrevista semi-estructurada

GRUPO ACTORES CLAVES

(5) Expertos en agricultura, ecología

urbana y/o agroecología

• #2 Formato de Entrevista semi-estructurada

30 Consumidores de las Bioferias (15 en

la Bioferia de la AZ Quitumbe y en 15 en

la Bioferia de Las Cuadras)

• #4 Formato Entrevista estructurada Taller Agricultura Urbana y Ciudad

Sustentable

Fuente: Elaboración propia.

57

CAPITULO IV AGRICULTURA URBANA Y SUSTENTABILIDAD: REALIDADES Y

DESAFÍOS DE LA EXPERIENCIA EN LA ADMINISTRACIÓN ZONAL QUITUMBE

Este capítulo da respuesta al primer objetivo específico planteado en la investigación.

Se encuentra dividido en seis partes. La primera, explica cómo se realizó la inserción en

el territorio para la elaboración del trabajo de campo y la tipología de las experiencias

visitadas. La segunda, tercera, cuarta y quinta parte hacen alusión a la incidencia de la

agricultura urbana en los aspectos relevantes de cada una de las dimensiones de la

sustentabilidad: la ecológica, la económica, la social y la cultural. La sexta parte

presenta una reflexión del significado que ha tenido la agricultura urbana para los

actores entrevistados.

La Agricultura Urbana y la Tipología de Experiencias Alrededor de la Administración Zonal Quitumbe

Los recorridos iníciales en la Zona Quitumbe se realizaron para localizar cada uno de

los huertos. En dichos recorridos se encontró una ciudad plasmada de colores gris y

verde. Gris, porque gran parte de la fachada de las casas y edificaciones se encuentra en

obra gris, y verde porque el territorio urbano del Sur de Quito indica una considerable

extensión del territorio que no se encuentra urbanizada. La vista panorámica refleja

dicha situación, es frecuente encontrar lotes vacíos o extensiones de terreno cultivadas;

en su mayoría huertos y jardines al borde de las casas. Por lo tanto, se evidenció que en

la zona existe la actividad agrícola de manera representativa, así ésta no sea considerada

necesariamente agricultura urbana como tal, por no estar vinculada a una dinámica

organizativa, al reconocimiento de las autoridades de la zona o a un proyecto de

fomento de la misma13.

13 Es importante hacer esta mención porque en Quito no existe un indicador estimado o una aproximación que permita saber cuánta extensión de terreno se destina a la agricultura urbana, o un indicador de cuantos hogares practican agricultura a través de huertos, por tanto, es difícil saber alrededor del territorio urbano cual es el aporte real que la agricultura urbana realiza a la dotación de alimentos en la ciudad; esta situación, es frecuente en este tipo de estudios; tener un estimativo con tales características sería un aporte a los estudios y análisis de ecología urbana para las principales ciudades.

58

Autora: Ángela M. Castillo (vista desde occidente y oriente de la zona Quitumbe).

Se visitaron en total 15 huertos alrededor de las 5 parroquias urbanas que tiene la

Administración Zonal Quitumbe durante los meses de abril a junio de 2012, los huertos

están distribuidos en el territorio de la siguiente manera: La Ecuatoriana (2), Guamaní

(4), Quitumbe (3), Turubamba (4) y Chillogallo (2). Las características principales de

organización y funcionamiento fueron los factores determinantes para realizar la

tipología de las experiencias visitadas que se presenta a continuación. Así mismo, la

tipología de las experiencias es determinante en la sustentabilidad de las mismas.

Tabla 4. Tipología de las experiencias de agricultura urbana

HUERTO

TIPO DE ORGANIZACI

ÓN

TIEMPO DE EXPERIENCIA EN

AU (años) DESTINO DE

LA PRODUCCIÓN

La Semillita Familiar 9

Etapa III Autoconsumo, Comercialización (Vecinos, Bioferias y otros

mercados) Asociación El

Porvenir 1 Familiar 2 Etapa II Autoconsumo, Comercialización

(Vecinos y Bioferias) Asociación El

Porvenir 2 Familiar 2 Etapa II Autoconsumo, Comercialización

(Vecinos y Bioferias) Hormiguitas Trabajadoras Comunitario

4 meses

Etapa I Autoconsumo

Huertos del Futuro Comunitario 3 Etapa II Autoconsumo, Comercialización

(Vecinos y Bioferias)

Las Chakareras Comunitario 10

Etapa III Autoconsumo, Comercialización (Vecinos, Bioferias y otros

mercados)

Agrovida Familiar 3

Etapa II Autoconsumo, Comercialización (Vecinos, Bioferias y otros

mercados)

Santa Rosa Familiar 1 Etapa I Autoconsumo

Vida Sana 1 Familiar 3 Etapa II Autoconsumo, Comercialización

(Vecinos y Bioferias)

Vida Sana 2 Familiar 3 Etapa II Autoconsumo, Comercialización

59

(Vecinos y Bioferias)

Vida Sana 4 Familiar 3

Etapa II Autoconsumo, Comercialización (Vecinos, Bioferias y otros

mercados)

El Rabanito Comunitario 6

meses Etapa I Autoconsumo, Comercialización

(Vecinos)

La Florida Familiar 4 Etapa II Autoconsumo, Comercialización

(Vecinos)

El Duraznito Comunitario 1 Etapa I Autoconsumo, Comercialización

(Vecinos)

Las Orquídeas Comunitario 7 Etapa III Autoconsumo, Comercialización

(Vecinos) Fuente: Elaboración propia.

Tipo de organización: familiar o comunitario

Los huertos están organizados de forma familiar o comunitaria. Los huertos familiares

en su mayoría son prácticas que se realizan en la casa-habitación de los agricultores, en

la cual participan los miembros de la familia, no obstante, siempre hay un representante

directo del huerto, quien es la persona del núcleo familiar que más tiempo le dedica a

las actividades de trabajo en la tierra. Los huertos de tipo comunitario son experiencias

conformadas por un grupo de personas que decidieron unirse a practicar la agricultura

urbana gracias a un objetivo común.

De las experiencias visitadas se encontraron 9 huertos de tipo familiar y 6

huertos de tipo comunitario. Los huertos familiares están compuestos en promedio por 5

personas, de las cuales una o dos dedican más horas de su tiempo al trabajo en la tierra

(5 horas en promedio al día); generalmente papá y mamá, el resto de integrantes de la

familia; hijos, hermanos, apoyan en labores específicas o en los tiempos libres. Una

característica de los huertos de tipo familiar es que la mayoría iniciaron siendo

comunitarios, porque uno de los requisitos de AGRUPAR para que se brindara la

capacitación y la intervención era que se debía conformar un grupo de 8 a 10 personas

mínimo. A pesar de dicho requisito, con la puesta en marcha de los huertos, los grupos

se fueron desintegrando quedando en ellos las personas que encontraron una mayor

motivación en el quehacer de la agricultura urbana. La principal razón por la cual se

desintegraron los grupos fue porque no contar con un objetivo común a la hora de

conformarse que impulsará el deseo por hacer agricultura urbana; si bien, existió interés

respecto a la actividad, no existía, un fuerte lazo social, cultural, político, económico o

religioso que brindará una motivación suficiente que les permitiera estar unidos e

60

impulsar de manera conjunta una actividad de trabajo arduo y disciplina permanente que

implica realizar acciones como la preparación del terreno, la siembra, el cuidado a la

plantas para su buen crecimiento, la prevención de plagas y enfermedades, la cosecha, la

comercialización (en algunos casos) y así sucesivamente, el ciclo de manera continua.

La situación comentada, generalmente sucede en algunos casos de proyectos

socioeconómicos locales que son impulsados por agentes externos, en los cuales se

promueve la asociatividad o el trabajo comunitario sin tener presente que uno de los

factores de éxito de dichas iniciativas como lo dice Eduardo Gudynas es que los

integrantes de las experiencias sean de culturas comunitarias relativamente igualitarias

(2001). No obstante, no es una condición per se encontrar culturas comunitarias

relativamente igualitarias en el espacio urbano, bastaría con el ideal de construir una

ciudad sustentable para que los ciudadanos encuentren múltiples objetivos comunes

para emprender un trabajo conjunto que motive sus ideales.

Para dar continuidad a los tipos de organización de los huertos; los huertos

comunitarios14 están compuestos en promedio por 7 personas, el huerto comunitario

más grande es Las Orquídeas con un total de 15 integrantes, y el huerto comunitario

más pequeño es El Duraznito con 3 integrantes. El objetivo común de los participantes

para conformar los grupos y desarrollar los huertos se puede clasificar en dos tipos:

primero, educación (2 huertos): porque el deseo de los participantes fue aprender la

práctica de la agricultura urbana y de una alimentación sana. Segundo, económico (4

huertos): porque los participantes buscaron una ocupación que les brindará beneficios

económicos ya sea a través del autoconsumo o de la comercialización de alimentos.

Tiempo de experiencia en la práctica de la agricultura urbana: en años o meses

Se consideró al tiempo de experiencia haciendo agricultura urbana en años o meses,

como una tipología relevante porque determina cambios en el funcionamiento y la

evolución de los huertos. Así mismo, determina pautas para el acompañamiento del

agente externo, en este caso, para el acompañamiento del proyecto AGRUPAR, acorde

al planteamiento realizado por Fantova en el marco teórico de esta investigación.

14 Esta es una clasificación otorgada al interior del proyecto AGRUPAR, para describir grupos de población de 3 personas en adelante que combinen el deseo para realizar agricultura urbana.

61

De los huertos visitados, cuatro tienen una experiencia en agricultura urbana que

va entre 4 meses y 1 año, a este tipo de huertos se les denominará en esta investigación,

huertos en etapa I15, porque son huertos que se encuentran en un proceso de

consolidación y los participantes se encuentran en proceso de capacitación, por lo tanto,

son los que más apoyo reciben por parte del agente externo. Ocho huertos visitados

tienen una experiencia entre 2 y 4 años, a este tipo de huertos se les denominará, huertos

en etapa II, porque son huertos que han evolucionado, perfeccionando sus técnicas de

cultivo de alimentos, dando paso a la comercialización y a la innovación en la

transformación de productos. Finalmente, tres huertos visitados, tienen una experiencia

entre los 5 y 10 años, a este tipo de huertos se les denominará huertos en etapa III,

porque son huertos que han disminuido la dependencia con el agente externo, se han

consolidado y cuentan con un reconocimiento por parte de los actores directos e

indirectos16 vinculados a la agricultura urbana.

Destino de la producción: Autoconsumo, comercialización (vecinos, bioferias y

otros mercados)

El destino de la producción es una tipología que indica si los agricultores destinan la

producción al autoconsumo, a la comercialización o a la venta en otros mercados. El

autoconsumo, implica que los alimentos cultivados satisfacen la necesidad básica de

alimentación del agricultor y su familia, también puede incluir los alimentos que

comparten con amigos y con el resto de su familia.

La comercialización, se divide en tres grupos: la venta de alimentos para

vecinos, la venta de alimentos para las Bioferias y la venta de alimentos para otros

mercados. Las Bioferias son como el proyecto AGRUPAR las define: “espacios

diferenciados para la venta de producción sana y solidaria” (MDMQ, 2011: 10). Son

diez lugares en habilitados en el MDMQ para que cada semana los agricultores urbanos

vinculados al proyecto, comercialicen sus productos. Los espacios habilitados para la

comercialización en la Zona Quitumbe son: el parque las Cuadras y las instalaciones

15 Ver las fases de acompañamiento de los agentes externos que se contemplaron en el marco teórico de la investigación. 16 Los actores directos vinculados a la agricultura urbana son todos los agricultores urbanos alrededor de la zona y los técnicos del proyecto AGRUPAR que fomentan las prácticas. Los actores indirectos vinculados a la agricultura urbana son los consumidores, vecinos y autoridades locales que inciden que el proyecto se mantenga en el tiempo.

62

físicas de la Administración Zonal Quitumbe. En la categoría otros mercados, se

encuentra la venta a clientes específicos que los agricultores han gestionado con algunas

personas o instituciones para proveerles de alimentos.

En los 15 huertos visitados se destina producción para el autoconsumo. Se

encontró que solo el huerto Santa Rosa tiene como destino exclusivo el autoconsumo.

Los 14 huertos restantes también destinan un porcentaje de su producción a la

comercialización. Dentro de ese grupo, 5 huertos comercializan solo con sus vecinos al

interior de sus barrios, 5 huertos comercializan con sus vecinos y en las Bioferias y 4

huertos comercializan con sus vecinos, en las Bioferias y en otros mercados. Esta

situación impone diferencias entre los huertos, por tanto, es una tipología que incide en

la caracterización de sustentabilidad de los mismos, tal como se evidenciará

posteriormente.

A continuación, con la información recolectada en las entrevistas y visitas de

campo realizadas a los agricultores urbanos en sus huertos. Se presenta el análisis de la

sustentabilidad de la agricultura urbana a través de las cuatro dimensiones

identificadas: ecológica, económica, social y cultural.

“Uso de Recursos y Cuidado de la Tierra”: Dimensión Ecológica de la Sustentabilidad en la Agricultura Urbana de la Administración Zonal Quitumbe

La diversidad y rotación de cultivos

En los 15 huertos visitados se encontró una importante diversidad de especies cultivadas

entre alimenticias y no alimenticias. Los cultivos alimenticios encontrados en orden de

importancia son: hortalizas, raíces y tubérculos, hierbas aromáticas/y especies

medicinales, granos, cereales y legumbres, y en menor medida especies frutales.

También se encontraron cultivos no alimenticios, como plantas ornamentales y plantas

para realizar control biológico o manejo de plagas (ver anexo 1).

La diversidad de los cultivos encontrados en los huertos es importante no sólo

por la riqueza genética de los mismos, sino porque al asociar una gran variedad de

hortalizas, con cultivos y flora y fauna de la zona se apunta a lograr un agroecosistema

equilibrado, el cual permite generar beneficios ecológicos importantes como: cultivos

más fuertes con mayor resistencia ante las plagas. Así mismo, los agricultores urbanos

63

complementan bien este proceso con la rotación de cultivos17 realizada (criterio básico

de la agroecología), en los huertos visitados, en cada cama18 o parcela de cultivo, no se

repiten cultivos pertenecientes a la misma familia. Desde las voces de los agricultores,

consideran que la rotación es una práctica que “nos han enseñado y estamos

convencidos de que es necesario” (A1, 2012, entrevista), este es un conocimiento del

cual se han apropiado muy bien todos los agricultores visitados, fácilmente ellos

comentan o brindan ejemplos de cómo realizan la técnica de la rotación: “se va

cambiando la cama, por decir esta siembra fue coles que es un producto para afuera, la

otra siembra va a ser remolacha o de cualquier producto que sea para adentro” (A2,

2012, entrevista), “en una cama está puesta algo de raíz, se le coloca algo de papa y se

le siembra vicia19 y avena para dejar descansar el terreno” (A3, 2012, entrevista),

además de los beneficios mencionados anteriormente, la rotación es una técnica

importante para mantener la fertilidad de la tierra del cultivo.

Autora: Ángela M. Castillo (Cultivos en los huertos Asoporvenir 2 y Agrovida realizados bajo

la técnica de camas).

17 Practica fundamental dentro de la agricultura ecológica. Cuando se repite un cultivo en una misma parcela, se está reduciendo sus nutrientes específicos y aumentando la probabilidad de que aparezca una plaga, por tanto la rotación ayuda a mantener las condiciones sanitarias del huerto y ayuda también a controlar el desarrollo de las hierbas adventicias. 18 La técnica de cultivos en camas consiste en realizar siembras de distintas especies en áreas delimitadas de tamaño variable, las cuales pueden aislar distintos sustratos, las mismas, están constituidas por distintos materiales tales como plásticos, resinas y otros. Su principal función es aislar un sustrato específico, permitiendo brindar mejores condiciones en el momento de realizar diferentes labores culturales ya sea de manejos de semilleros o de cultivos. 19 Vicia sativa: leguminosa que ayuda a fijar nitrógeno en el suelo.

64

Son los agricultores quienes reconocen tras la evidencia y el que hacer permanente en la

tierra que una de las razones por las cuales tienen la diversidad de cultivos es el

beneficio ecológico para su huerto, la representante del huerto La Semillita cuenta que

tiene la diversidad “para evitar las plagas y enfermedades y también para que no se

degaste el terreno, yo si he hecho la prueba de cultivar en la misma cama el mismo

producto y no me da, no me resulta, por eso yo práctico la rotación y tengo variedad”

(A2, 2012, entrevista).

Recurso hídrico y fuentes de abastecimiento

De los 15 huertos visitados, 12 tienen como fuente de abastecimiento hídrico el sistema

de agua potable de la ciudad, 3 realizan su abastecimiento a través de tanques

reservorios y mangueras y un (1) huerto cultiva alimentos de temporada, por tal razón,

utiliza agua lluvia en los meses de invierno para la irrigación de su huerto, en los meses

de verano se prefiere cultivar alimentos que no requieran demasiada irrigación.

En los meses de invierno los agricultores reconocen que disminuye el consumo

de agua potable destinado a los huertos, porque los mismos se riegan naturalmente. Sin

embargo, en las visitas de campo se evidenció que tan solo un huerto, Las Chakareras,

posee una adaptación de sistema de canales que permite hacer una recolección de agua

lluvia en época de invierno para generar un almacenamiento y aprovechamiento futuro

de dicho recurso.

La situación evidenciada en los huertos es un factor de in-sustentabilidad en la

mayoría de las experiencias visitadas porque se debate: ¿hasta qué punto se puede

justificar el consumo de agua potable para la irrigación de huertos urbanos, cuando el

uso del recurso hídrico en la ciudad tiene como prioridad el consumo humano? Frente a

dicho interrogante, cabe mencionar que pocos huertos tienen adaptado el sistema del

riego por goteo, este tipo de riego es ahorrador de agua, no obstante, no todos los

agricultores urbanos visitados tienen la factibilidad económica para adaptar dicho

sistema en su huerto.

El tema del consumo de agua para los huertos requiere una mirada más sistémica

por parte de los agricultores y de los técnicos del proyecto AGRUPAR que brindan los

procesos de capacitación y asistencia técnica, esto permitiría hacer énfasis en la

responsabilidad del uso y la conservación del recurso en el desarrollo de la agricultura

65

urbana. Se podrían contemplar practicas para optimizar el uso y almacenamiento de este

recurso, como por ejemplo, el reciclaje de aguas lluvias y aguas residuales “bajo un

proceso en el que se pueda matar lo bacteriano e incluso aprovechar el residuo orgánico

de la misma” (E1, 2012, entrevista)20.

En este punto, resulta oportuno revisar algunos casos en los cuales se han

implementado técnicas para el consumo de agua para huertos, incluso en territorios que

por su geografía tienen escasez hídrica. Un ejemplo de esto es el caso de Túnez, al norte

de África, en el cual se hicieron esfuerzos técnicos y socioeconómicos para el

establecimiento de unidades que permitieran el tratamiento, la recolección, el

almacenamiento y uso de las aguas de lluvia y aguas residuales para el aprovechamiento

de productos de invernadero como fresas, tomates, lechuga, pimentón dulce y plantas

ornamentales, en dicho caso se evidenció “que existe el potencial para recolectar 380

metros cúbicos de agua de lluvia en un área total de 700 m2 de azoteas y 250 m2 de

invernaderos, la misma que (luego de un almacenamiento temporal) permitiría el riego

de 500 m2 de cultivos en el invernadero” (Houman y Moez, 2009: 48). Así como la

experiencia de Tunez se podrían citar muchas más que brindan ejemplos de alternativas

en el uso del recurso hídrico para agricultura urbana. Sobre la base de ello, es preciso

recalcar que el proyecto AGRUPAR en sus procesos de asistencia técnica podría

implementar procesos de experimentación para trabajar técnicas de aprovechamiento

del recurso teniendo presente las características del territorio, las condiciones

socioeconómicas de los agricultores y los aportes de cada agricultor.

Semillas, abonos y herramientas

Semillas

Los agricultores de los 15 huertos visitados, comentan que cuando iniciaron su actividad

productiva, todos recibieron semillas de hortalizas por parte del proyecto AGRUPAR.

Dicha dinámica, fue cambiando conforme avanzó cada uno de los huertos; por tal razón,

para analizar la autosuficiencia de las semillas es importante tener en cuenta la tipología

realizada anteriormente: Huertos en etapa I, huertos en etapa II, y huertos en etapa III.

20 Se debe tener especial cuidado al implementar dichos procesos ya que las aguas residuales si no son tratadas adecuadamente, pueden generar problemas fitosanitarios y de contaminación por metales pesados.

66

Los huertos en etapa I: reciben semillas de parte del proyecto AGRUPAR, y se

encuentran aprendiendo a implementar semilleros en sus huertos. Los huertos en etapa

II: tienen espacios adecuados para sus semilleros, sin embargo, también realizan la

compra de semillas en casas comerciales agrícolas como Alaska S.A., Ecuaquimica,

también en las instalaciones de CONQUITO donde pueden adquirir semillas cuando lo

requieran; estos huertos generalmente ya no reciben semillas como donación por parte

del proyecto AGRUPAR, algunas veces, cuando lo hacen es porque desde el proyecto

se fomenta una especie de cultivo nueva, por ejemplo, cuando se realizaron los

recorridos en campo, era frecuente escuchar de los agricultores que ya no recibían

semillas constantemente, que la última semilla recibida era la del amaranto. Una

situación similar sucede en los huertos en etapa III, estos no reciben semilla por parte de

AGRUPAR, por tanto se evidencia una mayor autosuficiencia en este tema,

principalmente porque se han apropiado más del conocimiento y de la práctica para

realizar la reproducción de semillas. Dentro de este último grupo cabe resaltar el huerto

La Semillita representado por la señora Gloria Rosero, ella además de tener sus cultivos

diversos, tiene un gran invernadero que lo ha destinado a la producción de plántulas de

diversas especies, este huerto provee de plántulas a algunos huertos de la zona que le

realizan pedidos. Entre los agricultores urbanos visitados no se encontró experiencias de

intercambio de semillas, ni la participación de los mismos en redes o grupos que

trabajen el tema de conservación y protección de las mismas.

Autora: Ángela M. Castillo (Invernadero de semilleros del huerto La Semillita y semillero en caja de

madera del huerto Santa Rosa)

67

Escuchando las voces de los agricultores en el desarrollo de esta investigación, se

encontró que el tema de las semillas es algo complejo que tiene gran significancia en el

paradigma de la sustentabilidad. Las semillas son el pilar del sistema alimentario, por tal

razón, si no se trata dicha temática con atención, es ilógico hablar de soberanía

alimentaria. Al respecto, sobre la base de una entrevista realizada a un integrante de la

Red de Guardianes de Semillas21, él comparte una reflexión y unos puntos básicos para

tener en cuenta en el manejo de semillas en la práctica de una agricultura sustentable:

1) Favorecerse e incentivarse la libre circulación de las semillas, lo cual significa que a un nivel muy básico, no debe haber ningún impedimento para que las semillas sean manejadas por la población, comercializadas, intercambiadas, regaladas, lo que la gente quiera hacer con ellas, eso debe existir, porque es la base que mantiene la biodiversidad que necesitamos para poder alimentarnos...la agrobiodiversidad. 2) Para los productores agroecológicos se requiere que hayan semillas de calidad, las plantas evolucionan permanentemente de acuerdo a sus necesidades, si nosotros dejamos de seleccionar cuidadosamente la semilla, la semilla va a evolucionar hacia muchas direcciones, muchas de las cuales no van a ser buenas para nosotros como productores, eso significa que tiene que haber siempre personas que sepan cómo sacar semillas, cada especie es diferente, entonces la gente sabe sacar de las distintas semillas su especie de calidad. 3) No toda la población se vuelve experta en guardar semilla, lo que hemos visto alrededor de la historia humana es que la mayor parte de campesinos han sabido básicamente guardar una semilla productiva de los cultivos más comunes, pero siempre ha habido gente con mayor experiencia que nosotros, a ellos les llamamos guardianes de las semillas, personas que saben cómo preservar la calidad productiva de más semillas y al mismo tiempo tienen la capacidad de crear nuevas variedades. Todas estas personas tienen que tener la libertad de trabajar abiertamente y ofrecer sus servicios a nivel local. 4) La calidad no es un término científico, no es exacto, la calidad es completamente subjetiva y lo que nosotros defendemos por encima de todas las cosas, es que cada guardián de semillas debe tener la libertad de definir lo que para él o ella es calidad, es un riesgo enorme para nuestra supervivencia como especie, dejar que técnicos en este o en otro país digan cuales son los parámetros de calidad en semillas, la búsqueda de calidad es lo que ha creado diversidad, por ejemplo, la calidad puede variar en sabor, color, tamaño cada persona trabajando con sus parámetros, con sus gustos y necesidades va creando la diversidad la cual defendemos ahora (E3, 2012, entrevista).

21 Red de productores locales, que mediante la práctica trabajan ámbitos de la agroecología, educación, desarrollo de tecnologías apropiadas, economía y en difusión e incidencias política.

68

En el orden de las ideas anteriores, es clave que en los procesos agrícolas de producción

local; para este caso de agricultura urbana, se fomenten los conocimientos de los

agricultores que saben guardar o conservar semillas. Dicha dinámica, generaría

múltiples beneficios, como por ejemplo: reducir la dependencia de los agricultores a las

casas comerciales, fomentar la agrobiodiversidad, entre otros. Para el proyecto

estudiado, se considera necesario fomentar y complementar entre los agricultores de los

huertos en etapa I, II y III la discusión sobre las semillas en el marco de la

sustentabilidad, esto permitiría reconocer a las mismas como un recurso básico que

sustenta el sistema alimenticio y reforzar o aprender prácticas para el cuidado integral

del mencionado recurso.

Por lo anterior, se considera que los valores de intercambio y apoyo mutuo

pueden aportar en el tema de aprendizaje de cuidado de semillas entre los agricultores,

los valores se pueden impulsar por parte del agente externo (los técnicos del proyecto

AGRUPAR) o bien a través del relacionamiento de los agricultores con redes u

organizaciones que se encuentran investigando y trabajando con productores del

territorio en dicha temática.

Abonos22

En los 15 huertos visitados los agricultores utilizan abonos orgánicos derivados de

procesos de transformación de materia orgánica. La técnica más aplicada es la del abono

orgánico compuesto conocido como compost. Para producir el compost, los agricultores

urbanos recolectan todos los residuos orgánicos que obtienen de sus hogares, también

utilizan el estiércol de ganado, gallinas, cuyes y conejos, porque en 9 de los 15 huertos

visitados tienen espacio destinado a la crianza de animales. Cabe resaltar que en el

proceso de la obtención de estiércol se han generado relaciones de solidaridad con

vecinos o con algunas instituciones que donan este insumo a los agricultores, ya que

muchas veces el estiércol producido por los animales de sus huertos no es suficiente

para la elaboración de las composteras. Por ejemplo, en el caso de los huertos Agrovida

y Las Orquídeas, los agricultores reciben estiércol del Camal Metropolitano a cambio de

22 Se tomo este adopto este término y no fertilizantes. Ya que se entiende a los fertilizantes como compuestos derivados de síntesis químicas con altos grados de nutrientes en formas disponibles y asimilables para las plantas.

69

la compensación del costo de transporte al conductor (A1, A4, 2012, entrevista), en el

caso de los huertos: La Semillita, Huertos del Futuro y Santa Rosa, reciben el estiércol

de parte de los vecinos, en compensación a esto, los agricultores les regalan alimentos

cuando realizan sus cosechas (A2, A3, A5, 2012, entrevista).

Entre las razones por las cuales los agricultores utilizan el abono orgánico es

porque “no afecta ni al medio ambiente, ni al consumidor, ni al trabajador” (A6, 2012,

entrevista), “para que los productos sean sanos, nutritivos, ese es nuestro afán, alimentar

sano a la familias que consumen nuestros productos y por ende a nuestras familias” (A7,

2012, entrevista). En los testimonios brindados por los agricultores, es evidente que

prima el bienestar de las personas en el consumo de los alimentos y también el beneficio

para la tierra por encima del incremento en la productividad (objetivo frecuente del

modelo de economía agrícola industrial).

Cada agricultor en su huerto tiene una forma diferente de hacer su compostera,

por ejemplo, se encontraron composteras en cajas de madera y en pila. Cabe mencionar

que los huertos en etapa II y los huertos etapa III, son los que tienen un mejor espacio

diseñado para la elaboración de su abono (ver imágenes relacionadas). En las

experiencias en etapa I y II es común encontrar un compost casero utilizando recipientes

plásticos o metálicos; en este tipo de huertos es importante que a través de la asistencia

técnica se haga énfasis en realizar unos buenos procedimientos técnicos en cuanto al

manejo de espacio, temperatura y tiempo en la medida que la elaboración del compost

se realice correctamente y no se generen problemas sanitarios a causa del mismo.

Autora: Ángela M. Castillo (Espacios destinados para la compostera en los huertos Agrovida –

imagen izquierda- y Las Chakareras –imagen derecha-)

70

Si bien, el compost es la técnica más utilizada para abonar los huertos en las

experiencias visitadas, también se encontró que 8 huertos realizan la elaboración de

abonos orgánicos líquidos como: te de frutas, te de hierbas medicinales, te de plantas,

bioles, te de estiércol y purines (de hierbas y de ortiga y alfalfa). En los huertos

visitados no se encontró técnicas como el uso de lombrices y abonos verdes para la

elaboración de abono orgánico.

Autora: Ángela M. Castillo (Recipientes utilizados para la elaboración de abonos líquidos)

En efecto, la técnicas a través de la cuales los agricultores abonan sus huertos es una

práctica sustentable porque además de generar prolongadamente los nutrientes

necesarios a sus cultivos mejoran las condiciones del suelo y de los microorganismos

que en él se encuentran (Diputación de alicante, 2005). Al mismo tiempo, los abonos

utilizados no utilizan insumos derivados de petróleo, los cuales generan una condición

de insustentabilidad en la agricultura.

En las experiencias visitadas se encontró únicamente que tres agricultores tienen

conocimiento del uso de fertilizantes químicos en cultivos como la papa y el tomate

riñón; este conocimiento lo conservan por experiencias de cultivos familiares en épocas

pasadas, no obstante, reconocen que en sus prácticas actuales de agricultura urbana no

tienen interés de utilizar dichos insumos para su producción.

Herramientas

Las herramientas y demás materiales con los cuales los agricultores trabajan la tierra

como: azadones, palas, rastrillos, carretas, horcas, tijeras de podar, regaderas, entre

otros, son propios en la mayoría de los casos o se han adquirido con los ingresos

obtenidos por la venta de los alimentos. Se encontró solo dos casos en los cuales existe

la figura de préstamo o donación de las herramientas, es el caso del huerto comunitario

71

Las Orquídeas, en el cual obtuvieron sus herramientas gracias a la donación de unos

estudiantes universitarios que visitaron la experiencia (A4, entrevista, 2012), también el

caso de el huerto comunitario El Duraznito, en el cual trabajan con herramientas

prestadas por una vecina quien también les presta el espacio de terreno donde tienen

ubicado su huerto, en compensación, las agricultoras brindan alimentos a su vecina

cuando realizan sus cosechas (A8, entrevista, 2012).

Manejo de plagas y enfermedades Los agricultores urbanos para controlar la aparición de plagas y enfermedades en sus

cultivos realizan las siguientes acciones: técnicas de control biológico con plantas que

realizan dicha función, recolección manual de los organismos que producen la

enfermedad, trampas aéreas, preparación de remedios caseros que no son agresivos y

hacen la función de repelentes o fitoestimulantes como: extracto de ajo y ají, extracto de

wanto, caldo bordelés. En 5 casos se encontró que los agricultores también apoyan el

manejo de plagas y enfermedades con el uso de fungicidas autorizados para producción

orgánica los cuales adquieren en casas comerciales o en las instalaciones de

CONQUITO.

Autora: Ángela M. Castillo (Trampas aéreas en invernaderos)

Manejo de residuos orgánicos e inorgánicos

Según se ha visto, en las 15 experiencias visitadas los agricultores realizan la

reincorporación de residuos sólidos orgánicos al proceso productivo para la elaboración

de las composteras, se recolectan los residuos de la cocina, el estiércol de los animales

(generalmente cuyes y gallinas) y los desechos del huerto. No se reincorpora residuos

líquidos al proceso productivo en ninguna de las experiencias visitadas.

Respecto al manejo de residuos inorgánicos en 6 de las experiencias visitadas se

encontró que realizan procesos de reciclaje de plástico, vidrio y papel para usos

72

distintos, principalmente, para la venta de dichos materiales, también, para la

elaboración de contenedores y recipientes para realizar las siembras como en el caso del

huerto Santa Rosa y el huerto Hormiguitas Trabajadoras (ver imágenes). Si bien se

evidenció la recuperación de materiales inorgánicos en algunos huertos, este tema se

constituye en una debilidad de las experiencias de agricultura urbana en la Zona

Quitumbe, en tanto no se relaciona dicha acción con la actividad productiva que ellos

realizan. Dicha debilidad podría minimizarse si el tema se trabaja por parte del agente

externo u desde otra institución que desee apoyar en este aspecto de in-sustentabilidad

actual en la práctica. Esto es necesario porque los huertos que practican el reciclaje de

materiales en la actualidad, lo hacen luego de haber recibido capacitaciones previas en

sus barrios, también por el apoyo de los niños y niñas, hijos de los agricultores quienes

han aprendido a reciclar en sus escuelas y colegios.

Autora: Ángela M. Castillo (Materiales reciclados utilizados para la comercialización y para la

generación de contenedores o empaques para el cultivo.

“Relaciones Económicas Hacia la Reproducción y Desarrollo de la Vida”: Dimensión Económica de la Sustentabilidad en la Agricultura Urbana en la

Administración Zonal Quitumbe

73

Crecimiento de la actividad económica

De los huertos visitados, doce agricultores y agricultoras consideran que su producción

ha crecido desde que iniciaron la actividad, esto lo evidencian a través de la ampliación

del espacio de terreno destinado a la siembra de cultivos y por el mejoramiento de la

calidad de los productos cosechados. Ellos aluden que los factores claves que

permitieron que se generará dicho crecimiento (en orden de importancia) son: el

esfuerzo y la disciplina de cada agricultor, el apoyo de las familias y las técnicas de

producción orgánica aplicadas al cultivo.

Hecha la observación anterior, cabe mencionar que fue importante encontrar

como factores claves del crecimiento de la actividad a los lazos familiares y a la

tecnología utilizada. Esto es una evidencia de dinámicas sustentables en la agricultura

urbana, ya que se puede afirmar que como práctica económica la agricultura urbana se

constituye en una actividad en la cual su crecimiento no implica la generación de

relaciones de explotación, exclusión y dominación, las cuales predominan en las

prácticas económicas capitalistas.

Gloria Rosero brinda testimonio de la importancia que su familia ha tenido en el

proceso de crecimiento de la actividad: “la familia ha ayudado porque ellos a uno lo

motivan, se motivan a sembrar ellos también, mi esposo me dejo hacer la agricultura,

porque hay compañeras que las escucho que el esposo, no las deja participar de la

actividad” (A2, 2012, entrevista), del mismo modo, en la agricultura urbana se

encuentran relaciones económicas que fomentan la inclusión, la integración, y la

autonomía dentro de los núcleos familiares de los agricultores.

Tres agricultores consideran que tienen un crecimiento constante de la actividad

porque no disponen espacio físico para sembrar más (A6, A8, A9, 2012, entrevista). El

espacio productivo fue un aspecto que se identificó como un problema por parte de los

agricultores, incluso de quienes tienen un crecimiento positivo de su actividad, por

ejemplo, el huerto Las Chakareras; huerto en etapa III, destina gran parte de su

producción a la comercialización en las Bioferias y a la comercialización en otros

espacios que las agricultoras han gestionado, las integrantes de dicho huerto comentan:

“el espacio es muy pequeño, si tuviéramos algo más amplio para poder abastecer a las

Bioferias, o a las canastas que entregamos a la Contraloría General, sería mejor, a veces,

74

estamos en apuro porque no tenemos producto, por eso, a veces llamamos a las

compañeras para completar los pedidos” (A7, 2012, entrevista).

Con referencia a lo anterior entra en discusión ¿hasta qué punto es ideal que

estas iniciativas crezcan?, en la medida que un gran crecimiento de las mismas podría

generar un mayor nivel de ingresos económicos, pero a la vez podría generar un cambio

en la calidad de vida de los agricultores porque se generaría una mayor carga de trabajo

y se correría el riesgo de privilegiar el ingreso monetario frente a desvalorar la función

económica principal de estos huertos, el autoconsumo.

Para dar respuesta al interrogante planteado se puede mencionar que hasta el

momento en los 12 huertos que han experimentado un crecimiento de la actividad, no se

vislumbraron testimonios de prejuicios en la calidad de vida de los participantes. Así

mismo, los huertos visitados tienen en promedio una extensión de terreno de 545 mt2,

siendo el huerto más pequeño de 60 mt2 y el huerto más grande 3040 mt2, esto indica

que los huertos no tienen grandes extensiones de terreno que exijan más tiempo de

mano de obra. No obstante, para ampliar las extensiones de sus terrenos e incrementar la

actividad, algunos huertos de tipo comunitario tienen intenciones de solicitar un

comodato23 al MDMQ para usar terrenos que están sin uso para fomentar y desarrollar

la agricultura urbana.

Las acciones mencionadas incidirían positivamente en el crecimiento de la

actividad, lo cual sería beneficioso siempre y cuando se incluya a la participación

comunitaria y ciudadana en el desarrollo de dichos procesos como un pilar que puede

abrir puertas a nuevos actores de la zona, de no ser así, puede suceder que el

crecimiento de la agricultura urbana beneficie a unos pocos grupos de agricultores,

principalmente a los agricultores más consolidados en el proceso y de tal manera, se

reduciría el aporte que la agricultura urbana puede hacer a la construcción de un espacio

más solidario y sustentable.

Destino de la producción obtenida en la agricultura urbana

Al inicio de este capítulo se comentó que la producción generada por la agricultura

urbana es destinada al autoconsumo y a la comercialización, esta última puede ser a

23 Contrato temporal que otorga el Municipio a través de una resolución para que se haga uso de un mueble o bien raíz, siempre y cuando los beneficiarios cumplan con algunos requisitos y condiciones.

75

través de la venta a vecinos, en las Bioferias o en otros mercados. El porcentaje que en

promedio los agricultores destinan al autoconsumo y a la comercialización es 45% y

53% respectivamente. Los huertos en etapa I destinan un porcentaje mayor al

autoconsumo, 71, 2% en promedio, mientras que los huertos en etapa II destinan en

promedio un 34% y finalmente los huertos en etapa III destinan en promedio un 30%,

con estos datos es evidente que los huertos que más tiempo llevan en la práctica de la

agricultura urbana son los que más destinan su producción a la comercialización.

Respecto a quien toma la decisión sobre cuánto del volumen producido se vende y

cuanto se consume, se encuentra que la decisión es tomada por el representante del

huerto en el caso de los huertos familiares y por todos los miembros del grupo cuando

los huertos son comunitarios.

La producción de la agricultura urbana destinada a la comercialización, es una

producción que se canaliza a través de circuitos cortos de comercialización, porque no

existe la presencia de intermediarios en las Bioferias, o se da la presencia de tan solo un

intermediario, en el caso de clientes que compran la producción de los agricultores

urbanos para la venta en sus tiendas. Cabe rescatar que esta forma de comercialización

genera una relación productor-consumidor en la cual existe un poder alto de decisión

entre qué se produce, cómo se produce y qué es lo que se desea consumir, el precio de

los alimentos es definido a través de un valor que se fija con una lógica diferente a la del

mercado capitalista, porque el precio no está determinado a través de la oferta y la

demanda; contrario a esto, los precios son definidos previamente por los agricultores

bajo una nominación peso-precio, estos precios son permanentes, por tanto no sufren las

fluctuaciones que se puedan generar en el sector.

Organización del trabajo productivo

En este punto, es importante realizar un análisis económico de la organización del

trabajo productivo en la práctica de la agricultura urbana respecto al manejo de los

medios de producción. En una práctica económica el manejo de los medios de

producción puede generar relaciones de ya sea posesión o de separación de los medios

de producción. En la agricultura urbana se evidenciaron relaciones de posesión a los

medios de producción, lo cual se concreta en el autoconsumo y en relaciones

mercantiles simples.

76

El autoconsumo genera un beneficio individual, familiar y comunitario, esta

categoría económica generalmente no es valorado en las prácticas productivas porque

no se considera como riqueza o como acumulación y porque no se valida en el mercado.

A pesar de dicha realidad se debe hacer énfasis en que el autoconsumo constituye un

aporte importante a la autarquía y por ende a la sustentabilidad. Si bien es cierto que los

huertos visitados no son autárquicos en su totalidad, con el porcentaje de autoconsumo

encontrado la agricultura urbana está aportando a un tipo de racionalidad reproductiva

de la vida, porque resuelve necesidades de alimentación asegurando la reproducción de

la vida tanto para los participantes de la actividad, como para naturaleza porque se

busca beneficios para la tierra gracias a las técnicas utilizadas. Por lo explicado

anteriormente se puede decir que la agricultura urbana es una práctica que se acerca al

paradigma de la sustentabilidad, porque está generando una eficiencia social, al

contrario de las prácticas económicas capitalistas que en su racionalidad buscan

economizar recursos escasos y generar una eficiencia financiera.

Adicionalmente, en la experiencia también se encontró una relación mercantil

simple, porque los huertos que destinan un porcentaje de su producción a la

comercialización no tienen trabajo asalariado dentro del proceso productivo, por lo

tanto, los agricultores urbanos venden el producto que con su propio trabajo han

cultivado y no caen en la lógica mercantil y de explotación que impone las dinámicas

capitalistas en la economía.

Fuente de ingresos secundarios

La agricultura urbana es una fuente de ingresos económicos secundarios para los

agricultores que comercializan su producción. Es secundario, porque los agricultores

complementan su ingreso necesario para la satisfacción de necesidades, a través de otras

ocupaciones o con el aporte económico que realizan otros miembros del hogar. Los

agricultores que participan de la venta en las Bioferias, nueve en total, consideran que

en promedio obtienen por sus ventas en cada jornada $24,70. Ellos participan dos

jornadas a la semana de cada Bioferia, ya sea, en las que están ubicadas en la Zona

Quitumbe o de las que se organizan en el resto del MDMQ a las cuales participan

algunos agricultores de la zona, principalmente a las más cercanas. Así las cosas, se

podría estimar que los agricultores urbanos obtienen un aproximado de $197 mensuales

77

por la venta de sus productos en las Bioferias. Las ventas que se realizan a los vecinos

no se cuantifican fácilmente por parte de los agricultores, ellos comentan que este tipo

de ventas son esporádicas en las cuales se obtienen menores ingresos porque los

productos se venden en relación a los precios de alimentos que se pueden adquirir en los

mercados populares de abastecimiento de alimentos de la zona.

Distribución de los ingresos económicos recibidos por la comercialización

Los ingresos percibidos por la comercialización se destinan en primer lugar a la compra

de insumos para reincorporarlos al proceso productivo (semillas, alimentos para

animales, herramientas, materiales, empaques, transporte), en segundo lugar, al pago de

servicios públicos domiciliarios y en tercer lugar, a la compra de alimentos que no

obtienen de la agricultura urbana para complementar su canasta familiar. En el caso de

los huertos comunitarios se distribuyen entre los participantes los deberes para llevar los

alimentos a los espacios de comercialización, después de realizada la venta de

productos, dejan una parte del ingreso recibido para la compra de nuevos insumos para

el huerto y el ingreso restante se distribuye en partes iguales entre los participantes.

Creatividad en los procesos de producción que generan ingresos económicos

adicionales

Los alimentos y productos transformados que los agricultores destinan a la

comercialización se preparan los días previos a participar en las Bioferias. Quienes

participan en las Bioferias cosechan sus productos el día anterior a la venta, luego de

que se vaya el sol, los lavan, los empaquetan y al día siguiente los transportan hasta el

punto de venta. El proceso de post-cosecha no es totalmente técnico en todos los tipos

de huertos, no todas las experiencias poseen un espacio físico adecuado exclusivo para

realizar el lavado, empacado y etiquetado de los productos. Los huertos en etapa II y III

poco a poco perfeccionan sus técnicas post-cosecha, utilizando utensilios exclusivos

para la preparación de los alimentos que van a comercializar.

Las agricultoras de algunos huertos visitados han innovado y diversificado la

oferta de alimentos tanto para el consumo de sus familias como para la venta. Aquí se

hace énfasis en el género porque son los huertos liderados o conformados por mujeres,

los que además de producir alimentos frescos, producen también alimentos procesados

78

como: mermeladas, manjar de leche, snacks (papa, camote, chifles, zanahoria blanca),

galletas de quinua, pasteles (zanahoria, zucchini, naranja) alfajores, granola, tostados

(habas, garbanzo, soya, maní de sal y dulce), yogurth, leche de soya, leche de soya con

frutas, aguas aromáticas, entre otros. De los huertos visitados cinco agricultoras realizan

esta diversidad de productos, ellas aprendieron a realizarlo a través de las capacitaciones

recibidas por la técnica en transformación de alimentos del proyecto AGRUPAR, no

obstante, es clave resaltar que la diversificación y la innovación en temas de sabor,

presentación y demás en cada producto ofrecido, ha cambiado y mejorado gracias a las

ideas de cada una de las participantes en dicho proceso.

Autora: Ángela M. Castillo (Productos transformados encontrados en los puntos de

comercialización)

Manuela Villagómez integrante de Huertos del futuro comenta que la transformación de

alimentos fue una idea que surgió en un momento determinado por iniciativa de los

agricultores, desde allí los apoyaron desde el proyecto AGRUPAR con la capacitación y

poco a poco se han ofrecido más productos (A3, 2012: entrevista), en el caso de este

huerto comunitario es importante destacar que aunque el grupo está conformado por

hombres y mujeres, son las mujeres quienes hacen la actividad mencionada. Los

hombres del grupo, y en general los hombres del resto de huertos solo participan de las

actividades de siembra, cuidado y cosecha de los cultivos, cabe resaltar la participación

de Reynaldo Ruiz, un agricultor que además de cosechar sus cultivos, también participa

en la venta de los mismos en las Bioferias.

Empleo generado por la agricultura urbana

Los agricultores visitados tienen una producción permanente en sus huertos, para

realizar dicha producción como se explicó anteriormente se apoyan de la colaboración

79

de sus familias o en el caso de los huertos comunitarios organizan sus tiempos para

trabajar la tierra. No obstante, es importante revisar si la agricultura urbana ha sido una

actividad que ha generado empleo en el territorio y cuál es la calidad de ese empleo. De

15 los huertos visitados, solo en 2 se encuentra que necesitan gente adicional para que

les colabore con el trabajo en la tierra, estos huertos son los más grandes en términos de

espacio de terreno, 1.090 y 3.040 mt2 respectivamente. Los agricultores de los huertos

mencionados contratan a personas de la zona de manera ocasional, sólo cuando van a

iniciar el cultivo. Por tal consideración, se puede inferir que la agricultura urbana no es

una actividad que de manera significativa genere cantidades de empleo adicional a

personas de la zona Quitumbe. Sin embargo, no se puede negar que la agricultura

urbana incide en la generación de una ocupación autónoma para quienes participan de la

actividad.

Evidencia de la anterior afirmación, son los casos en los cuales los agricultores

antes de dedicarse permanentemente a la agricultura urbana tenían otros empleos y

tomaron la decisión de cambiar. Es el caso de la representante del huerto Vida Sana 1

ella comenta:

Yo tenía un gabinete [salón de belleza] antes de hacer agricultura urbana [y ¿qué paso? como fue ese cambio] ese cambio fue por no dejar solos a los hijos, porque yo primero trabajé en la Marín en un lugar ajeno, luego me arrendé un local en la Maldonado, allí trabajaba, pero ya mi hija estaba creciendo, ya no tenía tiempo y yo salía bien de noche (A10, 2012: entrevista).

En este caso se evidencia que se generó un cambio de ocupación, la adopción de la

agricultura urbana frente a la ocupación de estilista de belleza, en este cambio se generó

un costo de oportunidad en el cual se cambió un emprendimiento económico individual

con horarios extendidos que generaba ingresos monetarios suficientes, por una

ocupación que se desarrolla en su propio hogar, con la cual puede compartir más tiempo

con su familia, y tomar parte del cuidado de sus hijos, si bien es cierto que los ingresos

monetarios que obtenidos en la agricultura no son los mismos que los obtenidos en el

gabinete de belleza, se genera el autoconsumo, el cual aporta un valor importante en el

desarrollo de la actividad.

El tema del cuidado es fundamental en este análisis porque permite evidenciar

que la agricultura urbana como actividad productiva aporta a la reproducción de la vida

de los agricultores y de sus familias. Otro caso que refleja dicha situación fue el de la

80

agricultora del huerto Las Chakareras, en su testimonio comenta que antes iniciar con la

agricultura urbana se dedicaba a administrar un restaurante en una empresa florícola,

luego de dedicó a la elaboración de canastas solidarias de alimentos en su barrio y

finalmente, se dedicó a la agricultura urbana en el huerto de su casa; ella considera que

la agricultura urbana fue una opción que le permitió no dejar a sus cinco hijos solos todo

el tiempo. En la actualidad el huerto comunitario de la lideresa mencionada es uno de

los que más ha crecido y se ha consolidado, siendo el huerto visitado que más años tiene

en la actividad, 10 años (A7, 2012, entrevista). En igual forma, se encontraron 2 casos

de agricultoras que cambiaron sus ocupaciones de empleada doméstica y vendedora de

almacén por la ocupación de agricultoras urbanas (A3, A6, 2012, entrevista).

De los casos estudiados se desprende que la agricultura urbana fomentó

efectivamente un mejor empleo con criterios de calidad para la vida de las agricultoras.

No obstante, cabe anotar que también se encontraron casos en los cuales las agricultoras

combinan sus actividades con las actividades de ama de casa en el hogar; esta situación,

podría perjudicar la calidad de vida de las agricultoras por el incremento de la carga

laboral, a pesar de ello en los testimonios obtenidos, las agricultoras no identifican que

el ser amas de casa y agricultoras a la vez les haya traído prejuicios en su calidad de

vida, a su vez, no se encontraron casos en los cuales las mujeres contraten o reemplacen

la actividad del cuidado de sus hogares por el desarrollo de la agricultura urbana.

“Alimentación, Educación y Cohesión Social”: Dimensión Social de la Sustentabilidad en la Agricultura Urbana en la Administración Zonal Quitumbe

Alimentación y consumo sustentable

De toda la canasta de alimentos que los agricultores urbanos necesitan para suplir sus

necesidades alimenticias y la de sus familias, obtienen el 40% en promedio de la

agricultura urbana cada mes; el porcentaje restante lo adquieren en mercados de

alimentos de la zona. El aporte que hace la agricultura urbana se constituye en un ahorro

familiar; el autoconsumo generando un ahorro en los gastos mensuales de las familias

en el rubro de alimentación, por su parte los agricultores reconocen que disminuyeron

significativamente la frecuencia con la que ellos asistían a los mercados de

abastecimiento de alimentos, tal como opinan los agricultores: “yo insisto que esto es lo

81

que debemos consumir porque son productos cultivados personalmente” (A1, 2012,

entrevista).

Este consumo hace que la agricultura urbana apunte a ser sustentable,

adicionalmente, se han propiciado cambios en las práctica alimenticias de las familias,

por ejemplo, se encontró que desde que los agricultores hacen agricultura urbana,

comen más en cantidad y también más variado porque han incluido en su dieta

alimenticia, productos que antes no los consumían, esto sucede con productos como:

brócoli, coliflor, zucchini, chauchas, remolacha, espinaca, entre otros. De igual manera,

los agricultores han aprendido a ampliar las formas de preparación de los alimentos, la

forma de aprendizaje de estos nuevos saberes ha sido a través de charlas sobre nutrición

que han recibido en el grupo y también gracias al intercambiar recetas y formas de

preparación de alimentos con el resto de compañeros. El testimonio de una agricultora

permite comprender cómo se van generando estos cambios en la alimentación: “Mis

hijos ya se han enseñado al producto que nosotros cosechamos, por ejemplo, a ellos les

gusta la remolacha y la cocinan y la comen mucho, como si fueran papas, lo que no

hacen con la del mercado, porque esa es más dura y la tenía que poner en la olla presión

para poderla cocinar” (A8, 2012, entrevista). Como el ejemplo mencionado, se

encuentran diversas apropiaciones en el tema de consumo que apuntan no solo a generar

un consumo sustentable, sino también a construir soberanía alimentaria para los

agricultores y sus familias en el contexto urbano.

Percepción de los consumidores sobre la agricultura urbana

Se realizó un sondeo de opinión con 30 consumidores que compraron sus alimentos en

las Bioferias de la Zona, en el Parque Las Cuadras y en las Instalaciones de la AZ

Quitumbe. Los hallazgos más importantes que resaltan la importancia de la agricultura

urbana en el territorio constan en la tabla 5:

Tabla 5. Percepción de los consumidores sobre la agricultura urbana

CATEGORÍA

DE ANÁLISIS

OPINIÓN DE LOS CONSUMIDORES

Calidad de los De los consumidores entrevistados 18 consideran que la calidad de los productos que compran en las Bioferias es mucho mejor que los de otro lugar, 12 consideran que es mejor, consideran que es así porque son alimentos sin

82

productos químicos, orgánicos, reconocen que el sabor de los alimentos es mejor, más natural a los que pueden adquirir en un mercado de abastecimiento de alimentos convencional, existe una buena limpieza y presentación de los alimentos, además de un buen trato de los agricultores cuando realizan la venta.

Concepción de la

agricultura

urbana

Desde la percepción de los consumidores la agricultura urbana es en orden de importancia: una alternativa para comprar alimentos saludables (21), una actividad que genera beneficios ecológicos, económicos y sociales a la población y al territorio urbano (7).

Cambios en la

alimentación

La presencia de los circuitos económicos de comercialización – Bioferias ha incidido en que se hayan generado cambios en la alimentación de los consumidores que frecuentemente compran en dicho lugar (18). Los consumidores sostienen que compran alimentos que antes no incluían en su dieta alimentaria como hortalizas, granos, y alimentos tradicionales. También consideran que estos espacios permiten que se genere una reflexión en torno al consumo de alimentos para sus hogares, porque poco a poco a través de la relación productor-consumidor se van conociendo las técnicas de producción orgánica que utilizan los agricultores urbanos y las técnicas de agricultura convencional.

Precios Un aspecto importante fue encontrar la opinión de los consumidores respecto a los precios. Ellos consideran que los precios de los alimentos que compran en las Bioferias comparados con los de otros lugares donde ellos compran hortalizas, cereales, granos y tubérculos son iguales (18), apenas más altos (8), apenas más bajos (4). Quienes consideran que los precios son apenas más altos consideran que el precio más alto se genera en alimentos específicos, como por ejemplo, el tomate riñón. Sin embargo, consideran que esos precios que son apenas más altos son irrelevantes porque la calidad de lo que están adquiriendo es buena. La situación encontrada es importante porque permite desmitificar que los precios de los alimentos orgánicos son mucho más altos que los alimentos que se pueden adquirir en un mercado de abastecimiento de alimentos convencional.

Recomendaciones Entre las principales recomendaciones que los consumidores brindan para que se mejoren las Bioferias y la agricultura urbana se encuentra:

*Diversificar la oferta de productos en la medida que se encuentre más variedad de espacies frutales (la cual es reducida en los espacios de comercialización), más granos, legumbres y cereales.

*Difundir y comunicar sobre la existencia de estas alternativas en la medida que los habitantes de la zona puedan acceder a los espacios de comercialización.

*Buscar apoyo por parte de los entes de carácter municipal para que se mantengan estos espacios, se fomente más la agricultura urbana y se destinen más espacios verdes a la ciudad.

Fuente: Elaboración propia con base en base las entrevistas estructuradas realizadas a los consumidores.

Como se puede evidenciar en la tabla presentada anteriormente, los consumidores tienen

una percepción positiva de la agricultura urbana en su territorio. A pesar de ello, los

consumidores entrevistados son unos actores pasivos en el proceso de consolidación de

83

la agricultura urbana, porque no tienen un vinculo estrecho y permanente con los

agricultores o con los procesos que los mismos desarrollan, por ejemplo, no se han

generado espacios conjuntos entre consumidores y productores que les permita afianzar

relaciones de confianza y articular acciones para el sostenimiento de la actividad en la

zona. La generación de espacios que le permitan al consumidor visitar los huertos y las

técnicas que realizan los agricultores puede ser una buena alternativa para afianzar las

relaciones económicas entre el productor y el consumidor y que las mismas puedan

llegar a consolidarse en relaciones de reciprocidad, bajo las cuales: se da, se recibe y se

devuelve. Propiciar estos aspectos sería un aporte grande a la sustentabilidad de la

práctica y a fomentar el potencial de la misma para generar transformaciones en el

espacio urbano, por tal razón, esta debilidad identificada es una oportunidad para

potenciar la relación productor – consumidor, a favor de la agricultura urbana.

Autora: Ángela M. Castillo (Imágenes de Bioferias – espacios de comercialización de los agricultores del

proyecto AGRUPAR)

Los agricultores urbanos identifican a los consumidores que adquieren sus productos en

las Bioferias como personas que están informadas del proceso de producción que ellos

realizan, y así mismo tienen un buen nivel económico (A8, A6, A3, 2012, entrevistas).

Efectivamente, todos los consumidores entrevistados tienen alguna idea de que los

productos que se venden en las Bioferias son orgánicos o saludables para el consumo

humano, además se encontró que los clientes que visitan las Bioferias son

frecuentemente amas de casa o personas que tienen una formación académica de nivel

superior.

84

Actividad educativa de la agricultura urbana

La agricultura urbana se ha considerado como una opción para que los integrantes de los

huertos urbanos se inserten en procesos educativos. En dichos procesos los agricultores

han aprendido elementos específicos que los han llevado a la práctica. Como se puede

entender, en los testimonios brindados en los cuales consideran que uno de los cambios

más significativos en toda su participación como agricultores urbanos ha sido el

aprendizaje de técnicas para trabajar la tierra y el aprender a hacer agricultura: “ha sido

significativo, el aprendizaje para cada persona que es para toda la vida, porque se está

aprendiendo una ocupación más” (A11, 2012, entrevista). El aprendizaje evidencia

importantes cambios, ya que en ocho huertos visitados los agricultores sostienen que no

tenían conocimientos previos de agricultura, todo lo que actualmente saben lo

aprendieron cuando se vincularon al proyecto AGRUPAR e iniciaron los procesos de

capacitación; en los huertos restantes (7) los participantes tenían conocimientos previos

de agricultura, principalmente porque provienen de familias con tradición agrícola.

Esta función educativa de la agricultura urbana ha generado incentivos para que

los participantes continúen y se empoderen de la actividad. Cuando se afirma que las

capacitaciones recibidas por los agricultores han aportado en la formación de una

ocupación laboral, es porque, dentro del proyecto AGRUPAR para los líderes que han

demostrado mayor interés en el desarrollo de la agricultura urbana, se les imparte una

formación más específica y completa que genera una Certificación por Competencias

Laborales en “Agropecuaria Orgánica” esta certificación es avalada por la Secretaria

Técnica de Capacitación y Formación Profesional – SETEC.

Autora: Ángela M. Castillo (Evento de celebración 10 años proyecto AGRUPAR)

85

Estos procesos de reconocimiento y aval para los agricultores brindan sostenibilidad en

el aspecto social de la actividad porque los procesos formativos incrementan la

autoestima de los agricultores, además al sentirse parte activa de un proyecto a través

del cual obtienen el reconocimiento de distintos actores institucionales ya sea del sector

público o privado ellos se empoderan de la actividad. En el mes de agosto de 2012, en el

marco de la celebración de los 10 años del proyecto AGRUPAR, se realizó el evento de

graduación de la segunda cohorte de agricultores que recibieron la certificación en

Agropecuaria Orgánica.

Cohesión social: fortalecimiento de lazos familiares, comunitarios y de armonía

con la tierra

La agricultura urbana ha permitido que se generen relaciones de cooperación entre los

participantes de la actividad. En los 6 huertos de tipo comunitario visitados se encontró

una cooperación autónoma, en la medida que quienes participan de la actividad lo hacen

por decisión propia, a diferencia de una cooperación heterónoma en la cual se coopera a

la fuerza. Esto se evidenció porque los huertos de tipo comunitario visitados se han

mantenido gracias a la cooperación conjunta de los participantes.

Aún cuando se presenta la realidad mencionada, en algún momento del proyecto

si se generó una cooperación heterónoma. Esto sucedió cuando el proyecto AGRUPAR

colocó como requisito: conformar grupos mínimos de 8 personas para brindar la

intervención. Ante este requerimiento, se conformaban grupos entre vecinos y

conocidos de una misma zona, pero los grupos no respondían a una acción autónoma en

la cual se compartían valores comunes, ya sean estos de tipo familiar o cultural que

permitieran sostener los huertos. Dichos huertos comunitarios se desintegraron y

muchos de ellos decidieron constituirse como huertos familiares.

En los nueve huertos de tipo familiar visitados se evidencia que en ocho se han

mejorado las relaciones familiares gracias a la participación de los integrantes en la

agricultura urbana, en algunos casos estos huertos inician con el trabajo de solo un

miembro familiar, no obstante, el resto de miembros se van integrando a la actividad

poco a poco, como comenta el agricultor del huerto Santa Rosa “las relaciones

familiares han mejorado, mis hijos me han apoyado y yo he continuado con la

actividad” (A5, 2012, entrevista). En algunos casos los esposos o esposas colocan un

86

poco de prejuicio cuando sus parejas participan de la actividad, para el caso de las

mujeres que participan se evidencia que sus esposos a medida que ven la evolución de

la actividad, las apoyan, reconocen y valoran el trabajo que ellas se encuentran

realizando. Tan solo se encontró un caso en el cual no se genera esta dinámica, el

agricultor comenta: “yo colaboro con las mujeres que participan del proyecto y tienen

sus huertos, pero en mi familia…a mi mujer no le gusta que yo esté todo el tiempo acá

en el huerto” (A1, 2012, entrevista).

En el fortalecimiento de los lazos familiares, también es importante la

participación de los niños y niñas en la agricultura urbana. De los huertos visitados, en

seis hay presencia de niños o niñas menores de 15 años, en estas experiencias es

emocionante encontrar que los niños desde tan corta edad tienen una relación con la

tierra y sus funciones, fue una experiencia esperanzadora encontrar que desde muy

pequeños los niños aprendan aspectos específicos de la agricultura, ellos acompañan a

sus padres y en algunos casos les colaboran en labores mínimas como en la recolección

de los alimentos, la limpieza o etiquetado de los productos. Así mismo, cuando se

realizaron las entrevistas en cada huerto, era frecuente que ellos participaran y

respondieran algunas preguntas porque algunos de los niños participan también de la

agricultura urbana dentro de sus instituciones educativas.

Es intención de esta investigación hacer la anterior reflexión porque actualmente

con los avances de la globalización neoliberal existe una brecha grande entre la

interacción que puede existir entre los niños y la tierra, por tal razón es frecuente que la

población infantil de las ciudades muchas veces no tenga conocimiento de donde

provienen todos los alimentos que se consumen en los hogares, ya que el único referente

que tienen son los supermercados o grandes tiendas de la urbe.

“Simbologías y Diversidad”: Dimensión Cultural de la Sustentabilidad en la Agricultura Urbana en la Administración Zonal Quitumbe

Simbologías en la agricultura urbana

En los huertos comunitarios es frecuente encontrar que los agricultores destinan

espacios para compartir, conversar y charlar con los demás integrantes del grupo que

hacen agricultura urbana. Los agricultores también reconocen que las Bioferias son un

espacio para compartir e interactuar con los otros agricultores y con los consumidores.

87

Frecuentemente, los agricultores realizan alguna acción simbólica que genera un

vínculo entre ellos y el huerto, por ejemplo, encomiendan su huerto a algún santo o

hacen alguna oración para que sus cultivos sean prósperos, otros consideran que hablar

con las plantas diariamente es una práctica simbólica que les ayuda a tener armonía a

ellos y a sus cultivos.

Diversidad cultural

La agrobiodiversidad encontrada en los huertos no solo aporta a la dimensión ecológica

de la sustentabilidad como se vio anteriormente, la misma también aporta a la

dimensión cultural de la sustentabilidad, porque muchas de las especies vegetales

encontradas en los huertos hacen parte de los sistemas alimentos tradicionales y del

sistema de salud contemporáneo de los pueblos andinos de la sierra ecuatoriana24.

Se encontraron huertos en los cuales se han cultivado especies como: maíz,

mashwa, quinua, amaranto, chocho, frejol, trigo, melloco, cebada, entre otros alimentos

de gran importancia en experiencias de agricultura urbana porque vislumbran la

soberanía que los agricultores desean mantener en su producción al mantener sus

prácticas de cultivo tradicional. Así mismo, se debe resaltar que este tipo de producción

aporta a la oferta de granos cultivados con técnicas orgánicas, lo cual no es frecuente

encontrar en la gama de productos que se producen con técnicas cultivo orgánico o

agroecológico. Igualmente, es importante resaltar que en algunos huertos se ha logrado

adaptar productos que no son tradicionales de la zona pero que hacen parte de la cultura

del lugar de origen de los agricultores, como el zucchini, el calabacín, la jícama, entre

otros (ver anexo 2).

24 A lo largo de muchos siglos la actual sociedad quichua de los Andes Septentrionales, desarrolló una serie de conocimientos y prácticas para conservar y recuperar la salud de sus miembros. El fundamento del sistema andino es estar sano o tener salud integrando el “estar bien” individual y el “vivir bien” colectivo, así se fomentaba el uso de especies vegetales con fines medicinales (preventivos y curativos).

88

Autora: Ángela M. Castillo (Jícama – hortaliza andina tradicional de territorios al sur del país como Loja)

Los agricultores combinan la alimentación con el bienestar en salud, por ejemplo, entre

los alimentos que les gustaría tener se encuentra la mashwa y la oca “porque es buena

para la próstata y buena para los ovarios, también por gusto, para consumir uno mismo

y saber que son sin químicos” (A2, 2012, entrevista). Del mismo modo, se encuentran

en los huertos especies medicinales como caléndula, manzanilla, eneldo, cedrón, entre

otras (ver anexo 1).

Pese a lo anterior es importante hacer una reflexión respecto al abandono de la

dieta alimenticia tradicional en el consumo de las familias actuales, más de las familias

que habitan en el espacio urbano. La existencia de la agricultura urbana puede ser un

vinculo según se vio anteriormente para realizar ese acercamiento a las tradiciones

alimenticias de los pueblos de la región, para ello es indispensable preservar la

diversidad genética de las especies tradicionales. Por tal razón, sería óptimo que desde

el proyecto AGRUPAR se fomentará la conservación de semillas de especies

tradicionales, lo cual podría hacerse a partir de la creación de propuestas para la

conservación de material genético (a través bancos de germoplasma in situ25) y/o

fomentar el intercambio de semillas entre los agricultores urbanos.

La importancia de un modelo de huerta andina sobre un modelo de huerta

occidental: reflexión

Es necesario hacer una reflexión sobre la importancia de fomentar un modelo de huerta

andina en territorios locales, en la medida que se mantengan prácticas sustentables, y a

25 En el lugar de producción de los agricultores.

89

la vez se aporte realmente a la soberanía alimentaria. Este tema se debe tener muy en

cuenta en las políticas públicas, proyectos o instituciones que fomentan la agricultura

urbana, ya que es común encontrar que los proyectos socioeconómicos de diversas

instituciones impulsen paquetes técnicos de producción orgánica o ecológica basados en

un modelo de huerta occidental, el cual contiene una producción de alimentos que no

necesariamente provienen de las tradiciones y saberes culturales de los territorios. A

continuación, se presentan algunos puntos que resaltan la importancia de un sistema de

producción de huerta andina frente a un sistema de producción de huerta occidental.

La producción de alimentos para suplir las necesidades nutricionales de la

población en la zona andina, tradicionalmente se realiza en huertas de tamaño mediano,

con la utilización de pocas herramientas tecnológicas y la siembra de especies cuyo

centro de origen y distribución corresponden a dicha zona andina, el conocimiento

utilizado en el manejo de estos cultivos corresponde a un conjunto prácticas empíricas

desarrolladas por los propios campesinos en virtud de la experiencia adquirida en dicha

labor. Son varios aspectos (importantes en su mayoría) los que se evidencian en la

producción de alimentos en este tipo de huertas caseras, uno de ellos corresponde a la

disminución drástica del uso de insumos como fertilizantes y agroquímicos de

producción industrial ampliamente utilizados en sistemas intensivos de producción con

fines comerciales, dicha disminución se debe a que en su gran mayoría los procesos de

fertilización son llevados a cabo con fuentes de materia orgánica propias del mismo

sistema, lo que permite mejorar progresivamente variables de fertilidad potencial y

natural del suelo, a su vez permite regular de manera óptima balances nutricionales

adecuados en las plantas disminuyendo concentraciones excesivas especialmente de

nitrógeno, situación que permite disminuir parcialmente la incidencia de algunas plagas

y enfermedades. La disminución de la utilización de fungicidas y herbicidas constituye

una ventaja importante en la autorregulación de los organismos biológicos en las

huertas, permitiendo que las relaciones antagónicas entre dichos organismos se expresen

constantemente evidenciándose en la autorregulación de las dinámicas poblacionales y

por tanto no generándose sobre poblaciones de insectos y microorganismos las cuales,

pueden ser caracterizadas como plagas y/o epidemias.

La utilización en la siembra de especies tradicionales (cuyo centro de origen y

distribución corresponde a la zona andina), las cuales se caracterizan por su alto valor

90

nutricional, permiten que los procesos de conservación in situ por parte de los

agricultores sean de largo plazo al conservar germoplasma nativo y disminuir la perdida

de este y/o la contaminación de este con especies hibridas, dicho germoplasma

constituye además una fuente importante de nutrientes base de la alimentación de

comunidades asentadas en dicha zona, es de esperarse que bajo la producción de dichos

alimentos en las huertas caseras, estos incrementen su capacidad nutricional y

constituyan fuente importante de proteínas, vitaminas y minerales destinados al

consumo familiar (E4, 2012, entrevista), por tanto a un consumo sustentable.

Vivencia rural factor de motivación para hacer agricultura urbana

Al inicio de la investigación cuando se elaboró la estrategia metodológica se consideró

como variable relevante en el análisis de la sustentabilidad de la agricultura urbana a la

migración rural-urbana. Con el trabajo de campo realizado se encontró que existen

agricultores que han migrado desde territorios rurales como: Quevedo, Portoviejo,

Riobamba, Mejía, Patate, Latacunga. Sin embargo, la migración rural-urbana no fue un

factor que determinó el fomento de la agricultura urbana en la ciudad, porque las

personas no realizaron agricultura urbana ni en el corto, ni en el mediano plazo luego de

que migraron; contrario a esto, se encontró que la vivencia rural fue un factor

determinante que motivó a los agricultores a desarrollar la actividad.

Como vivencia rural se entiende al tiempo compartido en el campo con sus

familiares o parientes, en donde presenciaba o apoyaba de cerca las actividades

agrícolas de los territorios. Por tal razón, los agricultores consideran que la agricultura

urbana es una manera de conservar sus tradiciones familiares y la ocupación de sus

padres o abuelos. Los agricultores comentan: “la agricultura urbana me permite

conservar mis tradiciones porque estoy en lo que aprendí desde pequeño, siempre voy a

tener que comer, mientras tenga posibilidades de trabajar sé que no se va a morir del

hambre mi familia” (A1, 2012, entrevista), “hacer agricultura urbana es algo que me

nace verá…, porque parece que como yo me crie en el campo, fue algo que se produjo,

algo que salió de mi, que estuvo guardado, porque a mi si me gustaba el campo, como

me crié en el campo yo si era de esa mentalidad de habitar el campo, parece que eso

nació” (A10, 2012, entrevista). Así, se evidencia que aunque los agricultores

entrevistados no sabían totalmente las técnicas para cultivar, guardaban en sus

91

memorias, rutinas y experiencias, los momentos cuando interactuaban con sus

familiares agricultores en los espacios rurales de los cuales provienen. De los huertos

visitados tan solo se encontró uno en el cual los participantes no tenían la experiencia de

vivir en un territorio rural.

Los Agricultores y la Agricultura Urbana: El Significado de la Práctica en la Vida de los Agricultores

Principales objetivos por los cuales los participantes se motivaron a realizar

agricultura urbana

Los agricultores tienen múltiples objetivos por los cuales realizan agricultura urbana.

Categorizando lo comentado en las entrevistas realizadas se encuentra que en primer

lugar, el autoconsumo es un objetivo transversal a todos los huertos, todas las familias y

los grupos comunitarios tenían como objetivo producir sus propios alimentos para el

consumo familiar. En segundo lugar, se encuentra el objetivo de aprender a cultivar

sano y tener una buena alimentación, en tercer lugar está el ocuparse en una actividad

productiva para generar un aporte económico en la familia, el tema de la

comercialización aunque es un objetivo mencionado por los agricultores, se reconoce

que fue algo secundario, una de las agricultora que más tiempo lleva en el proyecto

AGRUPAR comenta:

La comercialización, es algo que motiva a todos los huertos, porque es hacer conocer el producto a otras personas, es un dinero extra que nos llega para cualquier necesidad, cualquier apuro, aprendí a perder el miedo para vender y a tener relaciones con las compañeras y con la gente de fuera, uno se despeja de distrae se quita la tensión de estar en la casa. La comercialización se pensó luego de que iniciamos, por el exceso de productos, con tantos huertos que venden en los barrios se hacia un exceso de productos y se pidió que nos dieran espacios para la comercialización (A2, 2012, entrevista)

Significado de la agricultura urbana en la vida de los participantes

Como se evidenció en la sección anterior, el objetivo para cultivar se acentúa en un

beneficio social y económico por el tema del aprendizaje, el autoconsumo de alimentos,

y una ocupación productiva. Ahora bien, se puede apreciar que los agricultores tuvieron

un impulso inicial para hacer la actividad, sin embargo, haciendo un análisis al conjunto

de las experiencias, se encuentra que la agricultura urbana ha significado para los

92

agricultores un modo de vida alternativo, a los modos de vida que convencionalmente

llevaban, porque han modificado muchas de sus rutinas diarias, abriendo la puerta a una

actividad que les ha generado múltiples beneficios.

En ese modo de vida alternativo que se ha configurado para los agricultores, el

beneficio principal ha sido el aporte a la salud ocupacional y mental de los participantes.

A partir de sus testimonios ellos comentan que la agricultura urbana ha significado: una

distracción, un trabajo alternativo, un entretenimiento, una forma de liberarse del estrés,

una terapia y una mejora en la autoestima. Así mismo, también ha significado la

oportunidad de aprender a tener contacto con la tierra en el contexto de la ciudad de

Quito.

A continuación, en forma de agradecimiento a lo enseñado por los agricultores

urbanos, me permito citar algunos reflejos de sus sentires compartidos en este proceso

investigativo: Un agricultor que es jubilado comenta que la agricultura urbana le ha

permitido…“Sentirme que todavía soy útil, que todavía puedo generar un beneficio

económico y aportar a la familia y la mayor satisfacción que estoy alimentando con

alimentos sanos a mi familia”, una agricultora que es ama de casa y que también es

modista, comenta:

para mí la agricultura urbana ha representado algo como distraerme y al mismo tiempo realizo un trabajo que yo sé que mis hijos van a consumir algo orgánico, porque antes de yo entrar acá a esto de la agricultura, […] claro que se hace las cosas en la casa, pero uno parece que vive con el estrés, en cambio, yo ahora me doy un tiempo para venir al huerto y luego me voy desestresada, aunque no puedo estar el tiempo que yo quisiera en el huerto, en lo poquito que yo estoy me siento tranquila de hacer algo, de no estar sólo metida en mi casa (A8, 2012, entrevista).

Una ama de casa que decidió hacer agricultura urbana por estar al lado de sus hijos…

“ha sido un entretenimiento, porque uno de desestresa y me olvido de todo, yo no lo

tomo como trabajo, uno se desestresa con las plantas, con la naturaleza, algo que yo no

me imagine, aquí en Quito, estar como si se estuviera en el campo, porque así fue que

nos criaron” (A8, 2012, entrevista). Un soldador que trabaja en su casa considera que la

agricultura urbana: “Es una manera para mejorar mi salud, estar ahí conversando con las

platas, trabajando, es muy bueno…para mi es una terapia, porque yo no soy jubilado,

nada, ni tengo trabajo fijo, entonces yo me dedico a esto” (A5, 2012, entrevista).

93

Razones por las cuales los participantes abandonarían la agricultura urbana

La razón principal por la cual los agricultores abandonarían la actividad de la

agricultura urbana y la producción de sus huertos, es en primer lugar por enfermedad o

problemas de salud que les imposibilite trabajar la tierra (9), en segundo lugar porque ya

no puedan utilizar el terreno donde cultivan, porque los huertos se encuentran en

condición de préstamo o comodato (3), en tercer lugar porque las familias de los

agricultores les retiren el apoyo (2) y en cuarto lugar porque se desintegre el grupo en el

caso del huerto comunitario (1). Es importante anotar que no es causa de abandono a la

agricultura urbana si el agente externo se va o retira el apoyo. Como puede observarse

los huertos visitados tienen un potencial significativo para sostener su actividad por un

tiempo prolongado. En ese sentido, son razones más de peso las que harían que el

agricultor abandone la actividad.

Ante la situación planteada, el tema de afectaciones a la salud es la principal

causa de abandono, por tal razón es importante explicar al lector cuál es la composición

de edad de los participantes con los que se realizó el trabajo de campo. Los agricultores

urbanos visitados tienen en promedio una edad de 54 años, el agricultor de menor edad

tiene 38 años y a su vez el agricultor de mayor edad tiene 78 años. Como se puede

evidenciar son adultos y adultos mayores quienes en mayor medida participan de esta

actividad en la zona, este factor refuerza el significado que la agricultura urbana tiene en

sus vidas, el beneficio a la salud ocupacional y mental.

94

CAPITULO V

APORTES DE LA AGRICULTURA URBANA SUSTENTABLE A LA

TRANSFORMACIÓN DE LA LOCALIDAD URBANA

En el capítulo anterior se analizó la sustentabilidad de las experiencias de agricultura

urbana de la Administración Zonal Quitumbe a través de las cuatro dimensiones

propuestas: ecológica, económica, social y cultural. En el presente capítulo, se da

respuesta al segundo objetivo específico planteado en la investigación. El capítulo se

divide en dos partes, en la primera parte se presentan los aportes que el desarrollo de las

practicas de agricultura urbana sustentable han generado a la construcción de espacios

más sustentables en la ciudad, teniendo en cuenta los criterios vistos en el marco teórico

de esta investigación: ciudad justa, ciudad bella, ciudad diversa, ciudad con contacto

personal y comunitario, ciudad compacta y policéntrica, ciudad ecológica y ciudad

creativa. En la segunda parte se presenta el análisis de las siete tesis de los autores

Boaventura de Sousa Santos y Cesar Rodríguez, a través de las cuales se dimensiona el

potencial que tiene la experiencia de agricultura urbana para generar procesos

transformadores que apunten a construir procesos sustentables en la ciudad.

Las Transformaciones en el Espacio Urbano a Partir de las Experiencias de Agricultura Urbana Sustentable

Con base en la investigación de Silva e Iracheta (2007) a la cual se hizo referencia en el

marco teórico de la investigación, se retomó el concepto de ciudad sustentable y las

categorías de análisis para visualizar el aporte que la agricultura urbana realiza a la

construcción de espacios sustentables en la Zona Quitumbe. Las categorías de análisis

que se tuvieron en cuenta son: ciudad justa, ciudad bella, ciudad diversa y creativa,

ciudad con contacto personal y comunitario, ciudad compacta y policéntrica y ciudad

ecológica.

Ciudad justa

La experiencia de los huertos urbanos vinculados al proyecto AGRUPAR contribuye a

la alimentación sana de los agricultores y de sus familias, a la generación de espacios

más justos porque son los agricultores quienes deciden y tienen la opción de cultivar

95

alimentos sanos y nutritivos acorde a sus gustos y prácticas culturales. En consecuencia,

el beneficio de salud en la alimentación también es compartido con los habitantes de los

barrios aledaños a los huertos quienes cuentan con una alternativa para acceder a

alimentos sanos cerca de sus hogares, ya sea a través de la compra directa de los

alimentos en cada uno de los huertos o en las Bioferias instaladas en la zona

(Instalaciones de la AZQ y parque Las Cuadras).

Los consumidores califican como buena la iniciativa de las Bioferias porque

reconocen que en la zona no existen suficientes alternativas para comprar alimentos:

“saludables y libres de químicos” como ellos lo denominan. En su mayoría, los

consumidores encuestados adquieren sus hortalizas y demás alimentos en mercados y

plazas públicas como: el Mercado Mayorista, el Mercado de Chillogallo y el Mercado

de Guamaní; los consumidores pueden acceder fácilmente a comprar sus alimentos en

los lugares mencionados, sin embargo, en los mercados y plazas públicas

convencionales se pierde la relación productor-consumidor, existe un alto grado de

intermediación, “no hay posibilidades de construcción de actores; no hay posibilidades

de conocer las formas de producción de alimentos y sus lugares de procedencia, y los

productores y consumidores no tienen la posibilidad de acordar y fijar precios de los

alimentos” (Escobar, 2010: 25), las características mencionadas, no solo se presentan en

la Zona Quitumbe, se presentan alrededor de todo el territorio de Quito.

En los marcos de las observaciones anteriores, la agricultura urbana ha aportado

a un espacio urbano más justo porque generó una actividad económica para algunas

familias que se encontraban en condición de vulnerabilidad, como es el caso de las

familias vinculadas a la Asociación El Porvenir, una asociación que se generó con el fin

de realizar acciones que permitieran ayudar a familias vulnerables vinculadas al Plan

Tierras26. Las familias de la Asociación El Porvenir decidieron optar por la agricultura

urbana, como una práctica económica que les permitió sustituir la acción de ofrecer su

mano de obra en el mercado laboral urbano por una oportunidad de trabajo más

autogestionaria, que generara beneficios directos para toda la familia. Miriam Santana

representante de la asociación y agricultora urbana comenta que para ella la agricultura

urbana ha sido “una ayuda para los pobres, una ayuda para nosotros, un sustento diario”

26 Un plan impulsado por el gobierno nacional de Rafael Correa para entregar títulos de propiedad a personas que han usufructuado la tierra, sin ser dueños de la misma.

96

(A6, 2012, entrevista). Así, el significado que tiene la agricultura urbana para los

participantes resalta en la importancia que tiene la misma para dar respuesta a la

satisfacción de las necesidades básicas de la población.

Cuidad bella

Los huertos urbanos visitados en la Zona Quitumbe, han generado una vista más

agradable en el espacio urbano, permitiendo que el panorama se llene de áreas verdes y

no se cubra únicamente con el color gris de las edificaciones. Adicionalmente, las

parcelas cultivadas contribuyen a la generación de biotopos semiartificiales en el

ecosistema urbano, tal como contribuyen los pequeños jardines y arbolados de la

ciudad. La atracción de fauna como mariposas o aves, también es otra característica de

belleza a la que aportan los huertos urbanos en la ciudad; por todo lo mencionado, los

huertos urbanos se convierten en una atracción para propios y extraños, por ello los

vecinos o personas interesadas visitan con frecuencia los huertos de los agricultores.

Ciudad diversa y creativa

La agricultura urbana ha generado un espacio urbano más diverso porque ha permitido

que en el desarrollo de la misma se encuentren personas de diferentes regiones del país,

por ejemplo, en las experiencias visitadas se encontraron 7 familias que son de

territorios distintos a Quito y sus alrededores. Los agricultores han compartido saberes y

experiencias en torno a: producción, consumo, propiedades medicinales de los

alimentos, entre otras características, por tal razón se considera a la agricultura urbana

como una práctica que ha potencializado la diversidad y la convivencia en el territorio

urbano. La diversidad social también ha sido un factor que permitió que la creatividad

fluya en el desarrollo de la producción agrícola, dicha situación se evidencia en cada

uno de los huertos visitados, en los cuales los agricultores con sus ideas han adaptado

acorde a sus necesidades las técnicas de cultivo y han ampliado la oferta de productos

que comercializan.

Ciudad con contacto personal y comunitario

La presencia de la agricultura urbana en el territorio ha posibilitado que los agricultores

participen de capacitaciones, ferias y espacios en los cuales se han generado relaciones

97

de amistad, de trabajo, y de apoyo entre el grupo de agricultores vinculados al proyecto

AGRUPAR de las ocho administraciones zonales del MDMQ. La dinámica comentada

ha generado una red de contactos, es decir, se han generado relaciones productor-

productor, productor-consumidor y consumidor-consumidor dentro del entramado

urbano. Un ejemplo de esta dinámica es lo que sucede regularmente en las Bioferias, ya

que es usual que los consumidores cuando realizan las compras de sus alimentos

establezcan un dialogo con los agricultores; un dialogo en el cual se explica de donde

provienen los alimentos y como se realiza la producción de los mismos, a su vez los

consumidores aportan ideas o recomendaciones para que los agricultores puedan

mejorar sus prácticas. Como se puede evidenciar la relación consumidor–productor, no

es usual en la mayoría de las practicas económicas porque la figura del intermediario de

los mercados convencionales hace que se pierda estas importantes relaciones, por tal

razón se considera que la agricultura urbana aporta a fortalecer las relaciones

ciudadanas y comunitarias en la ciudad.

Ciudad compacta y policéntrica

La agricultura urbana es tan solo una actividad que puede aportar a generar una ciudad

compacta que permita optimizar las funciones urbanas y que las mismas apunten a la

sustentabilidad. Por tal razón, la alternativa de comercialización en puntos estratégicos

que brindan las prácticas de agricultura urbana en Quito (Bioferias), es un aporte a la

generación de una ciudad policéntrica porque con la prestación de servicios de provisión

de alimentos en distintos sectores de la ciudad, se suple una necesidad básica con

criterios de sustentabilidad para los ciudadanos ya que se realiza a través de circuitos

cortos de comercialización.

De otro modo, para que exista un aporte significativo de la agricultura urbana

sustentable a los procesos de planificación y ordenamiento territorial de la ciudad se

debe en primer lugar, abrir las puertas al debate del paradigma de la sustentabilidad en

el espacio urbano y en segundo lugar, receptar las ideas y propuestas que estén

encaminadas a fomentar practicas sustentables ya sean en el ámbito económico, social,

cultural o ecológico. Al respecto, un profesor de ecología urbana, realiza una importante

reflexión sobre la manera en la cual la agricultura urbana puede aportar a la generación

de una ciudad compacta:

98

Se puede conseguir idealmente, utópicamente, una buena relación entre densificación de la ciudad y espacios productivos; de suelo productivo. Ahora, lo que tenemos en una ciudad como Quito, es que es una ciudad muy expandida, pero poco densa. Las casas tienen una planta, casi todas las casas en el Sur tienen una planta, o tienen proyectada una segunda, pero no la tienen; entonces: ¿qué es mejor en una hectárea? tener un edificio con gente viviendo hasta el décimo piso en apartamentos cómodos, compartiendo infraestructura de luz, de agua, estacionamiento y una gran parcela dedicada a área verde, otra gran parcela dedicada a cancha deportiva y otra gran parcela dedicada a la agricultura comunitaria urbana, o tener un montón de solarcitos en donde no hay un área comunitaria, entonces, a veces el argumento que se usa es: esa gente, esos huertos, están ocupando espacios que podrían ser destinados para vivienda; pero en una ciudad como Quito, concretamente es tan poco densa que si densificas más, puedes dejar espacios para usos como el de la agricultura (E1, 2012, entrevista).

Ciudad ecológica

Los servicios ambientales que puede brindar una agricultura urbana sustentable, son

algunos de los que se vieron en la dimensión ecológica de la sustentabilidad en el

capítulo anterior. Haciendo una síntesis se puede mencionar los más importantes: el

fomento de la agrobiodiversidad, una producción con criterios orgánicos que deriva en

el cultivo de alimentos sanos para el consumo humano, el reciclaje de residuos

orgánicos para la producción de abono disminuyendo el uso de insumos con derivados

del petróleo, la reducción en niveles de emisiones de CO2 por el fomento de circuitos

cortos de comercialización que disminuyen las distancias de transporte, la atracción de

fauna, entre otros aspectos que se pueden fomentar más si se amplía el número de

experiencias alrededor de la ciudad. Cabe aclarar que los servicios ambientales

mencionados no son suficientes para que Quito o la localidad urbana de la Zona

Quitumbe apunten a ser un territorio ecológico, hacen falta estudios que aborden el tema

del metabolismo de la ciudad, con el fin de analizar estrategias más eficientes en el uso

de recursos físicos y energéticos para la satisfacción de las demandas que la ciudad.

Hasta esta sección se mostró los aportes que la agricultura urbana realiza a la

configuración de una ciudad sustentable a partir de la localidad urbana de la Zona

Quitumbe, en la siguiente sección, se presentará el potencial de las experiencias

analizadas, en base a unas dimensiones que pueden incidir para que la agricultura

urbana sustentable genere transformaciones graduales importantes para la ciudad.

99

Dimensiones de Análisis del Potencial de la Agricultura Urbana Sustentable para La Transformación Gradual de la Localidad Urbana en una Ciudad Sustentable

Integración de la agricultura urbana con procesos culturales, sociales y políticos

Participación de los agricultores urbanos en procesos culturales, espacios públicos y socio-políticos La participación de los agricultores urbanos de la Zona Quitumbe vinculados al

proyecto AGRUPAR se ha generado en espacios públicos ya sea para la

comercialización o para la promoción de su actividad. Los agricultores que han

participado de las actividades mencionadas son los que llevan más tiempo haciendo

agricultura urbana, es decir los representantes de los huertos en etapa II y III. En el caso

de espacios para la comercialización los agricultores participan en las Bioferias

distribuidas en las ocho administraciones zonales del MDMQ. En el caso de espacios

para la promoción de su actividad han participado en ferias organizadas por

instituciones como el Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca –

MAGAP, el Gobierno Autónomo Descentralizado – GAD de la Provincia de Pichincha,

y en lugares como el Centro de Exposiciones Quito, este tipo de participaciones es

importante porque genera para los agricultores un reconocimiento por el desarrollo de

su actividad. Adicionalmente, se presenta a la ciudadanía esta alternativa para el

consumo de alimentos en el espacio urbano. Otros espacios en los que ellos participan

son: las jornadas de capacitación y/o conferencias que les brinda AGRUPAR para

fortalecer su actividad económica.

En las entrevistas realizadas fue importante preguntar si los agricultores

participaban de otros espacios u otros procesos que superen la esfera económica de la

producción o la comercialización, para el caso estudiado se encontró un bajo nivel de

participación de los agricultores urbanos en procesos educativos, de tradición local,

lúdicos, culturales, entre otros, que permitieran generar una hibridación de la actividad

con otros procesos no económicos.

Pese a lo anterior, se evidenció que los huertos con un tipo de organización

comunitaria son los que más se acercan a realizar otras actividades diferentes a la

producción económica. De las experiencias visitadas cabe resaltar el caso de los

huertos: Las Orquídeas, Hormiguitas Trabajadoras y La Asociación El Porvenir. El

huerto Las Orquídeas es una de las experiencias con más tiempo haciendo agricultura

100

urbana, siete años; este huerto está conformado un grupo de 15 personas de la tercera

edad vinculadas al programa 60 y piquito del MDMQ, los participantes decidieron

realizar agricultura urbana porque consideraron que es una forma de conservar sus

tradiciones familiares que venían de la ruralidad. Al respecto, se puede cita a Andrea

Macas una integrante de dicho grupo quien comenta como ha sido su experiencia y la de

sus compañeros:

Yo digo…yo he vuelto a vivir porque la tierra es vida, la tierra es salud, la tierra es todo, mediante el trabajo uno suda, uno sin querer hace ejercicio, el mismo hecho de caminar es bueno, y luego, usted va viendo que las plantas van naciendo, van haciendo su tarea que les corresponde...y que uno tiene que igual darles el alimento que ellas necesitan para que puedan producir, es una experiencia muy bonita para mi persona y hay muchos compañeros míos a los que les gusta, la pasamos bonito, la mayoría somos mujeres, solo hay seis varones, uno falleció, somos mujeres...por eso también nos gusta participar en danza, también nos gusta cantar, hay unas compañeras que también les gusta hacer teatro, hacemos locuras, pero la pasamos bonito (A4, 2012, entrevista).

El testimonio refleja que las actividades lúdicas y culturales como la danza y el teatro en

esta experiencia permitieron que se cree una integralidad en el modo de vida de las

personas, en la cual lo económico y lo no económico se sustenta mutuamente. Otra

experiencia fue la del huerto Hormiguitas Trabajadoras, en dicho huerto comunitario

conformado por un grupo de 8 madres de familia que tienen sus hijos en un Centro de

Estimulación Temprana, las mamitas se organizan un día a la semana para realizar las

actividades de la tierra, la decisión para realizar agricultura urbana la tomaron luego de

conocerse en el Centro y compartir actividades lúdicas y educativas al lado de sus hijos,

una última experiencia es la de la Asociación El Porvenir que como se menciono

anteriormente además de la agricultura urbana participan de un proceso político de

usufructo y habitación a través del Plan Tierras.

Así las cosas, sería injusto por parte de esta investigación decir que los

agricultores urbanos que no participan en procesos no económicos, no tienen la

intención o disposición de participar en otro tipo de procesos. Los bajos niveles de

participación de los agricultores urbanos (en especial de los que hacen parte de huertos

familiares) en procesos de democracia participativa, integración social, usufructo,

habitación, cuidado de la tierra, convivencia pública, políticas de soberanía alimentaria,

agrobiodiversidad, entre otros, es una situación que se genera por dos razones

101

identificadas: La primera, por desconocimiento de procesos que se están generando en

sus territorios que pueden fortalecer la actividad que ellos se encuentran realizando y la

segunda, porque no existe un impulso o fomento desde el agente externo para que ellos

accedan a participar de otros procesos.

El último tópico mencionado genera algunas tensiones en la experiencia de

agricultura urbana estudiada, ya que el trabajo de los agricultores permite que ellos

puedan articularse a otros procesos de carácter social, cultural, político, entre otros, sin

embargo, su participación dentro de AGRUPAR en ocasiones interfiere en su grado de

autonomía para participar en otros espacios, principalmente, por recibir donaciones que

se derivan de recursos públicos ante lo cual tienen que asumir un compromiso y cumplir

con algunos estándares establecidos.

Sobre la base de las consideraciones anteriores, es importante hacer hincapié en

la articulación de las experiencias de agricultura urbana con procesos sociopolíticos que

se están generando actualmente en el territorio relacionados con la agroecología, redes

de productores, consumidores, entre otros. Una evidencia de lo comentado, es que un

gran número de instituciones, movimientos sociales, productores y consumidores, han

participado de la construcción de la ordenanza para fomentar la producción de alimentos

agroecológicos en la Provincia de Pichincha, bajo la propuesta denominada: Por un

Pichincha Soberano y Agroecológico. La ordenanza tiene por objeto “crear un conjunto

articulado sinérgico de incentivos para fomentar el establecimiento y ampliación de

sistemas alimentarios sostenibles agroecológicos, la transformación de su producción y

comercialización” (Propuesta de ordenanza de Pichincha Soberana y agroecológica,

2011). Estas iniciativas generan un potencial substancial a las iniciativas que apuntan a

la sustentabilidad porque brindan el entusiasmo necesario para que los participantes

persistan y la alternativa no se desmorone o se desvirtúe, de allí, la importancia de no

desligar la actividad económica de los agricultores urbanos con estas prácticas que

presentan en el territorio analizado.

102

Inserción de la agricultura urbana en redes de colaboración y de apoyo mutuo

Redes de colaboración con sindicatos, ONGs, fundaciones, iglesia, organismos económicos alternativos, organizaciones privadas de promoción a proyectos sociales, empresas capitalistas En las prácticas de agricultura urbana estudiadas en esta investigación son reducidas las

redes de colaboración establecidas con algún tipo de organización diferente a

CONQUITO. En ocasiones, han surgido relaciones con otras organizaciones por

cuestiones coyunturales que no necesariamente han estado articuladas al proyecto

AGRUPAR. Dichas relaciones han sido autogestionadas por los agricultores para

fortalecer los aspectos económicos de la experiencia, por ejemplo, en el caso del huerto

Las Chakareras, sus representantes establecieron contactos con la Contraloría General

del Estado para entregar canastas orgánicas a los funcionarios de dicha institución. La

acción realizada por las agricultoras fue exitosa, y en la actualidad tienen una línea de

comercialización adicional.

Teniendo como precedente el caso comentado, es importante que desde el

proyecto AGRUPAR se reflexione sobre el papel que las ONGs, fundaciones y demás

instituciones pueden tener para fortalecer las prácticas de agricultura urbana. Con la

generación de alianzas estratégicas y un trabajo dinámico con las instituciones, el

proyecto AGRUPAR y los agricultores podrían fortalecer aspectos que son necesarios

teniendo en cuenta el avance de las experiencias, principalmente para los huertos en

etapa III. Por ejemplo, las instituciones podrían apoyar en: consolidar los procesos

organizativos y asociativos de los agricultores, generar redes con actores estratégicos

vinculados a la agricultura sustentable, implementar una estrategia comunicacional para

promocionar la agricultura urbana entre los ciudadanos, entre otras acciones que

técnicamente no se cuentan desde el proyecto AGRUPAR porque las líneas de acción

del mismo están enfocadas especialmente en el ámbito productivo; por esta razón se

explica que el equipo técnicos del proyecto se encuentre conformado por ingenieros

agrónomos, ingenieros agroalimentos e ingenieros agropecuarios, ahora bien, es preciso

que el acompañamiento de profesionales en el área social y económica pueda ser

articulado con instituciones como fundaciones, ONGs, universidades, entre otras.

103

Redes de colaboración con otros agricultores urbanos y/o agricultores agroecológicos Los procesos de colaboración con otros grupos de agricultores de prácticas similares son

reducidos. Existen relaciones de colaboración pero estas son entre los agricultores de

AGRUPAR. Comúnmente, se colaboran por la comercialización, con la compra y venta

de productos para cumplir con pedidos específicos, en estos casos se contactan entre

compañeros para suplir dicha situación que se genera en los huertos que destinan un

mayor porcentaje de su producción a la comercialización.

Cuando los agricultores articulan acciones para mejorar su producción y

comercialización, también generan procesos de colaboración para trabajar la tierra,

como el caso de los agricultores de Agrovida y Vida Sana 4; ellos comentan que

realizan los procesos de colaboración porque están conformando una asociación

denominada Asociación Proorganic, con la cual podrían cumplir con los requisitos

legales que necesitan para comercializar y vender sus productos en mayores cantidades

(A1, A12, entrevista, 2012).

Con referencia a lo anterior, se puede afirmar que las redes de colaboración que

se encontraron en las experiencias visitadas han surgido principalmente para fortalecer

los ingresos económicos de los agricultores. Sin embargo, es indispensable para todos

los agricultores urbanos articulados al proyecto AGRUPAR establecer redes no solo con

otros mercados, si no también, con otros productores agroecológicos en la medida que

les permita generar procesos de complementariedad para mejorar la oferta de sus

productos. Si bien, los agricultores tienen la capacidad de ofrecer hortalizas, algunos

granos y alimentos procesados; los consumidores en las Bioferias manifestaron (a través

de los sondeos de opinión realizados) que esperan encontrar una oferta alimenticia más

amplia con productos frutales, cereales y demás productos de consumo básico en la

medida que ellos no tengan que acudir a otro mercado para completar los productos que

necesitan en su canasta familiar. Como consecuencia de esto, trabajar en la

consolidación de redes que les permita articular con otros productores agroecológicos

periurbanos o rurales, es algo que por un lado les permitiría consolidar sus prácticas y

por otro lado les permitiría ampliar el mercado a otros consumidores.

104

Fomento de la agricultura urbana dentro y fuera de programas públicos

El papel del Estado en esta iniciativa de agricultura urbana El papel que ha tenido el Estado en esta iniciativa de agricultura urbana se analiza desde

dos términos. En primer término, desde la normativa que rige la planificación territorial

en el MDMQ y la segundo término desde la política pública a través de la cual se

encuentra enmarcado el proyecto AGRUPAR en la Agencia Metropolitana de

Promoción Económica CONQUITO.

a) La planificación territorial y la agricultura urbana en el Municipio del Distrito

Metropolitano de Quito

Las políticas de gestión ambiental en la actualidad exigen a las instituciones de

gobierno integrar variables sociales, económicas y culturales en los procesos de

planificación conforme a la evolución de dichos procesos a nivel mundial. Por tal razón,

cuando al MDMQ se le transfieren a través de la Ley de Régimen para el DMQ –

LRDMQ las competencias en áreas como el control del suelo, el medio ambiente y el

transporte (Vallejo, 2009: 55-56 en FLACSO–PNUMA, 2010), se hace necesario que el

ordenamiento territorial sea un proceso de constante evaluación y reconfiguración, más

aún cuando la dinámica de urbanización y ocupación territorial indica que para el

MDMQ entre el periodo 2003 a 2009, el suelo urbano se incrementó en un 76% pasando

de 25.472 hectáreas a 33.334 hectáreas (Secretaria de Ambiente, 2010 en FLACSO-

PNUMA, 2010: 59).

Ante el incremento de la urbanización -factor de insustentabilidad-, la

normatividad de la ciudad no debe ser un medio para restringir y controlar la agricultura

urbana, de forma contraría, estos marcos de planificación deben posibilitar estrategias

de fomento y conservación de la actividad siempre y cuando se genere con criterios de

sustentabilidad. Al respecto, es interesante observar la evolución que en temas de

agricultura urbana o periurbana se ha generado en los últimos planes de ordenamiento

territorial del Distrito, para ello se tiene en cuenta los siguientes planes de

ordenamiento: el Plan General de Desarrollo Territorial PGDT. 2005, el Plan de Quito

Siglo XXI y el Plan Metropolitano de Ordenamiento Territorial – PMOT. 2012 – 2022.

El PGDT en el MDMQ se enmarca en el modelo de ciudad compacta, se

concibe como un espacio moderno y eficiente para brindar beneficios a la población,

105

respecto al tema ambiental, sostiene que se tendrá una óptima calidad ambiental y un

manejo sustentable de los recursos naturales renovables y no renovables (PGDT, 2005).

Específicamente, respecto al tema de agricultura urbana o periurbana se propone

facilitar la implantación de servicios y equipamientos urbanos para todos los

ciudadanos, por tal razón se propone: “evitar la urbanización de tierras agrícolas y de

recursos naturales y el mantenimiento de las áreas preservadas (agrícolas o naturales)

como un todo continuo de gran presencia territorial y la provisión de lugares donde se

produzca el encuentro y la convivencia ciudadana” (PGDT, 2005). Para dar

cumplimiento a la propuesta se contempla una adecuación agro-productiva, la cual

intenta:

aplicar una zonificación y reglamentación del uso del suelo en el área no urbanizable que racionalice los procesos productivos y el manejo adecuado de los recursos naturales, fortalecer la gestión municipal hacia nuevas formas de participación para el desarrollo agroproductivo y promocionar la agricultura urbana y periurbana como actividad económica participativa que contribuya a mejorar las condiciones de nutrición de grupos de la población urbana (PGDT, 2005).

De los anteriores planteamientos se deduce que la agricultura urbana y periurbana en el

PDGT se reconoce como una actividad económica que permite mejorar las condiciones

de nutrición para la población urbana, además el plan indica que se considera a la

actividad como una práctica que incide sobre la soberanía alimentaria. En este

propósito, se entiende que desde la gestión municipal se contará con esfuerzos que

posibiliten el fomento de la misma. No obstante, para la materialización del discurso el

plan debió contar con estrategias claras que direccionen la ejecución de acciones,

proyectos o programas relacionados.

Por otra parte, el nuevo PMOT planteado para un periodo de tiempo entre el

2012 y el 2022 adopta las indicaciones del Código Orgánico de Organización

Territorial, Autonomía y Descentralización – COOTAD, el cual brinda autonomía para

la gestión territorial en un modelo que parte de lo local a lo regional. De modo que uno

de los objetivos estratégicos del plan para reconocer a la agricultura urbana podría ser:

“Regular y gestionar un desarrollo urbano y rural equilibrado, sustentable y seguro que

frene el crecimiento horizontal de la mancha urbana y promueve la consolidación y

compactación del suelo urbano servido” (PMOT, 2012: 30).

106

Por el contrario, aún cuando el plan está enmarcado en el paradigma del desarrollo

sustentable, alrededor de todo el documento no se encuentra un planteamiento

específico que incluya a la agricultura urbana o periurbana. El tema de la producción de

alimentos se lo trata haciendo una separación que desarticula el espacio urbano y el

rural para dichos fines, ya que la clasificación del suelo se rige a partir de lo siguiente:

• Suelo urbano: predominantemente destinado a las actividades residenciales, productivas secundarias, comerciales, de servicios y de administración o que tiene las aptitudes para ello y cuenta servicios básicos, accesos viales y muestra grados de consolidación de mínimo 30%; • Suelo rural: predominantemente orientado a las actividades productivas primarias (agrícolas, pecuarias, forestales, mineras), a la protección ambiental y del patrimonio social y cultural (comunas) (PMOT, 2012: 37).

Después de lo citado anteriormente, se puede resumir que bajo los esquemas actuales de

ordenamiento territorial, la agricultura urbana para territorios como el de la

Administración Zonal Quitumbe y de Quito ciudad, sería una actividad subvalorada

territorialmente que queda a expensas de la flexibilidad que pueda dar el término

“predominantemente” que se encuentra en el párrafo anterior. Además, un aspecto que

acentúa más esta situación es que en el PMOT se encuentra un fuerte impulso a

considerar la zona de Quitumbe como una zona no densificada, por tanto, óptima para

desarrollar políticas de vivienda y urbanización. Quitumbe tiene un 35,5% (PMOT,

2012: 18) de área de suelo urbano sin construcción, es claro que la ciudad también tiene

que dar respuesta a las necesidades de vivienda, aunque parezca posible, estas

proyecciones deberían contemplar acciones para combinar espacios verdes comunitarios

de agricultura urbana (E1, entrevista, 2012).

En este orden de ideas, para concluir se puede citar a la crítica que realiza

Deelstra y Girardet en el marco de las ciudades sustentables, los autores sostienen que

aunque los planificadores urbanos “suelen pensar que el cultivo urbano de alimentos es

un negocio desordenado, y no entienden la necesidad que tienen los residentes de la

ciudad de cultivar alimentos” (2007: 48), la agricultura urbana subsiste como una

práctica adoptada al estilo de vida una población que combina valores económicos,

sociales y culturales en procesos de convivencia con la tierra.

107

b) El papel del proyecto AGRUPAR de la Agencia Metropolitana de Promoción

Económica CONQUITO

El papel de AGRUPAR en la gestión de la agricultura urbana ha sido de fomento,

fortalecimiento y creación de nuevos huertos alrededor del MDMQ. El proyecto se ha

promovido con la finalidad de “contribuir a la seguridad alimentaria y nutricional de la

población más vulnerable del Distrito Metropolitano” (MDMQ, 2011: 6). El proyecto

AGRUPAR como se explicó anteriormente se encuentra articulado al plan operativo de

CONQUITO que es la Agencia Metropolitana de Promoción Económica, esta agencia

es de carácter público-privado, dentro del sector público está vinculada a la Secretaria

de Desarrollo Productivo y Competitividad del MDMQ.

AGRUPAR es un proyecto que en el año 2012 cumplió los 10 años de ejecución

en el municipio, específicamente su apoyo como agente externo ha sido: donación de

insumos (semillas, herramientas para la instalación de los huertos, abonos orgánicos),

capacitaciones, asistencia técnica, seguimiento en la implementación de huertos,

asesoría en la conformación de asociaciones y cajas de ahorro comunitarias,

transformación de alimentos y crianza de animales menores.

El equipo de trabajo del proyecto AGRUPAR está conformado por 14

profesionales, en su mayoría ingenieros agrónomos y de agroalimentos. El énfasis del

proyecto es económico, sin embargo, para ellos como técnicos la agricultura urbana ha

sido un reto, porque consideran que dentro del ámbito profesional “en las universidades

y en las facultades de agronomía forman técnicos para servir a otro tipo agriculturas, se

ve en un segundo plano la agricultura familiar y de autosustento” (T2, entrevista, 2012).

Desde la coordinación del proyecto se identifica gracias a la experiencia

recolectada alrededor de estos años algunas fortalezas y debilidades en la ejecución del

mismo. Como fortalezas más significativas se reconoce la experiencia en el manejo de

procesos técnicos de producción orgánica lo que les ha permitido generar un proceso de

capacitación que genera una certificación por Competencias Laborales en

“Agropecuaria Orgánica” (de la cual se comentó en el capítulo anterior), la intervención

en centros de rehabilitación, casa de adultos mayores e instituciones educativas, el

proceso de comercialización con estándares de calidad también consideran que ha sido

una fortaleza que se ha forjado pese a las múltiples complicaciones que en el camino se

han presentado, una fortaleza actual es el trabajo que se está generando para obtener el

108

registro sanitario para la producción y transformación de alimentos de los huertos con la

Secretaria de Salud del MDMQ.

Una incidencia importante en temas de normatividad y política pública que

demuestra que a través de la generación de estas alternativas económicas en el territorio

se pueden generar transformaciones para el espacio urbano, es el cambio de la

Ordenanza 048 de De la Tenencia, Protección y Control de la Fauna Urbana en el

Distrito Metropolitano de Quito; antes de la aprobación de esta ordenanza, el tema de

crianza y producción de animales se encontraba restringido en áreas urbanas, ante lo

cual, los agricultores tenían que restringir sus actividades solo al cultivo de alimentos.

Ahora el artículo 6 de la mencionada ordenanza contempla:

Obligaciones respecto a la tenencia de animales de consumo.- Está prohibida la crianza y producción de animales de consumo en el área urbana del Distrito Metropolitano de Quito, referida a criaderos de aves y especies menores como cuyes, conejos o cualquier otro tipo de explotación pecuaria, con la salvedad en los casos donde la autoridad municipal lidera proyectos de desarrollo económico sustentable y de conformidad con las normas técnicas establecidas de acuerdo a la especie para su reproducción. La comercialización de estos animales en el Distrito Metropolitano de Quito deberá cumplir con las normas técnicas requeridas en cuanto a espacio físico, transporte y alojamiento adecuado del animal, además contará con los documentos veterinarios requeridos que aseguren su aptitud para el consumo humano (Ordenanza municipal 048, 2011).

Según se ha citado, es una ganancia importante que los agricultores mantengan la

crianza de animales en la agricultura urbana y con ello complementen el valor

nutricional de su dieta alimenticia, además de los beneficios que dicha actividad genera

en la producción de las técnicas orgánicas de cultivo.

Entre las debilidades del proyecto se identifican algunas falencias en la

intervención de los procesos de comercialización, si bien se han abierto espacios para el

desarrollo del mismo, como son las Bioferias, actualmente, dentro del proyecto se ha

analizado que no hace falta abrir más puntos de venta, ahora hay una lógica de cambio;

ya no desean abrir más puntos de comercialización porque han constatado que por el

tamaño de los huertos no es posible generar alimentos suficientes para tener más

espacios de comercialización. Además, si no se amplía la oferta actual de hortalizas,

tubérculos, granos, frutales y alimentos transformados, no es factible la sostenibilidad

109

en el tiempo de las Bioferias, ese factor es algo que han identificado actualmente al

interior del proyecto y desean trabajar al respecto (T2, entrevista, 2012).

Otra debilidad identificada es que no se han generado los espacios necesarios

que permitan integrar a todos los agricultores urbanos del MDMQ en la medida que

ellos se reconozcan como tal, que compartan espacios para hablar de sus éxitos, sus

falencias o encontrar soluciones a los problemas. Por ejemplo, dentro el proyecto tienen

la idea de realizar un seminario de trabajo grande, con mesas temáticas en el cual

participen todos los agricultores, sin embargo, reconocen que esto no ha sido posible

hasta el momento por el tema de bajo presupuesto. Debido a esto, cabe resaltar que

desde los técnicos del proyecto AGRUPAR existen buenas ideas para realizar acciones

que ayuden a fortalecer no solo las practicas de agricultura urbana en la Zona Quitumbe,

si no las de todo el MDMQ, por lo tanto, es necesario canalizar dichas propuestas en

acciones en la medida que aporten a que las prácticas sean más sustentables.

Entre las lecciones aprendidas, en base al testimonio de la responsable del

proyecto AGRUPAR, se encuentran los siguientes puntos:

• Si el proceso para participar en la agricultura urbana no es requerido por la propia gente, el proyecto no funciona.

• Si la asociatividad no nace de la gente, no importan los esfuerzos que desde el proyecto se realicen, la evidencia ha demostrado que los grupos se disuelven.

• Existe mucho que aprender de los saberes tradicionales de la gente, el reto, como técnicos, es aprender e ir involucrando esos saberes en las prácticas.

• El tema del empoderamiento de la gente, es importante, de nada sirve un programa, si la gente no lo asume como suyo, si no existen esas contrapartes locales de los propios beneficiarios, junto al hecho de diversificar una oferta dentro de la agricultura urbana que no solo sea asistencialismo, engancha otros servicios como: certificación, transformación de alimentos, registro sanitario para los alimentos procesados, seguir aplicando técnicas más limpias para el ambiente, aún en contra de lo que piense cualquier persona (T2, entrevista, 2012).

Gestión del proyecto AGRUPAR dentro del MDMQ La ejecución de las actividades que realiza el proyecto AGRUPAR genera algunas

tensiones entre las autoridades locales del Municipio. Así, se encuentra que desde los

formuladores de política, y secretarios encargados de las políticas sectoriales del

MDMQ existe un respaldo al proyecto AGRUPAR por el impacto del mismo en la

población beneficiaria. No obstante, se reconoce que existe una desarticulación con la

110

Secretaria de Coordinación Territorial y Participación Ciudadana - SCTPC (que es la

que coordina las ocho administraciones zonales en las que se encuentra dividido el

MDMQ, entre ellas Quitumbe) porque se genera un conflicto de competencias entre una

entidad y otra.

Para entender lo anterior, es necesario comprender que las Administraciones

Zonales son entes ejecutores en el territorio de las políticas metropolitanas en medio

ambiente, cultura, salud, entre otros sectores. Ante la situación vista, el proyecto

AGRUPAR de CONQUITO, también se convierte en un ejecutor de política directo en

los territorios y por tal razón se genera la discrepancia mencionada. Las

Administraciones Zonales demandan ser los entes directos para realizar la ejecución de

un proyecto de tales características y por lo tanto, consideran que CONQUITO solo

debe dar lineamientos y propuestas de política pública. Frente a esta situación, algunas

Administraciones Zonales han decidido seguir articulando acciones con CONQUITO

para trabajar juntos en el territorio, otras han decidió ser autónomas y seguir trabajando

en los territorios sin articular acciones.

Como consecuencia de lo visto se generan problemas de gestión que colocan en

riesgo por un lado, la estabilidad del proyecto y por otro, las potencialidades que puede

tener la agricultura urbana sustentable para constituirse en una actividad emancipadora

que genere cambios hacía una ciudad sustentable. Ahora bien, es conveniente que desde

las autoridades mayores de la municipalidad se formulen estrategias para articular

adecuadamente acciones entre CONQUITO y las Administraciones Zonales, con el fin

de que se reconozca la experiencia y lecciones aprendidas por el proyecto AGRUPAR

durante los 10 años, y de igual manera, se reconozca la experiencia en conocer las

especificidades y características de cada territorio de las Administraciones Zonales del

MDMQ.

Relación entre el Estado, las organizaciones y los movimientos sociales La relación ente el Estado y otros entes es importante revisar en este caso porque

determina la factibilidad de que los agricultores puedan establecer redes para fortalecer

la agricultura urbana. En el caso estudiado se encontró, como se mencionó

anteriormente, una débil sinergia del proyecto AGRUPAR con otras redes de

productores o movimientos sociales que fomenten una agricultura sustentable. Esta

111

situación se reconoce desde la coordinación del proyecto; se identifican que existe una

serie de organizaciones que trabajan en el territorio con las cuales no se han podido

articular acciones ni generar espacios de encuentro en las metodologías de trabajo

porque el proyecto AGRUPAR tiene que adecuarse y cumplir unas normas técnicas del

sector público, y por tal razón, no es un proyecto autónomo totalmente, a diferencia de

otras redes de grupos de productos agroecológicos que se encuentran en el territorio.

Por la consideración anterior, se puede explicar que los agricultores urbanos de

AGRUPAR no tengan redes importantes de colaboración y apoyo mutuo con otros

movimientos u organizaciones, cuestión que genera tensiones para los agricultores,

porque ellos sienten que se cierran las oportunidades para participar en otros espacios.

Por ejemplo, los agricultores deben informar al proyecto si desean participar con

actividades relacionadas fuera del mismo. Esto indica que no son totalmente autónomos

en sus decisiones de la actividad económica productiva.

Lo anterior es un factor crítico dentro del proyecto, porque no se está

comprendiendo que la sustentabilidad de la práctica depende no solo del apoyo de

CONQUITO como entidad, sino también del apoyo u colaboración que puedan brindar

otros sectores. El objetivo es abrir la puerta a otras voces, a otros sectores, articular bajo

metodologías claras que se rijan por principios básicos, uno de ellos puede ser la

soberanía alimentaria, y/o la construcción de una ciudad sustentable, el más importante.

Así, se podría limitar esa debilidad encontrada en el caso estudiado. Así mismo, es

urgente que desde AGRUPAR se fomente la discusión sobre lo que implica la

autonomía de los agricultores, porque el reto de conservar el proyecto y los espacios de

comercialización depende también de la motivación, la autonomía y la participación que

tengan los agricultores no solo en el aspecto de estructuración económica del mismo,

sino también, en los aspectos sociales, culturales y políticos a los cuales se articula la

agricultura urbana.

Procesos de certificación en la agricultura urbana De los 15 huertos visitados, 7 cuentan con la certificación orgánica27 BCS Öko-

Garantie. En algunos casos el proyecto AGRUPAR aporta con un porcentaje del costo

27 La Certificación es un procedimiento voluntario que garantiza por escrito que un producto, proceso o servicio está en conformidad con los requisitos especificados en una normativa. Es una herramienta utilizada por los productores, para diferenciar sus productos en el mercado nacional e internacional, con el

112

total de esta certificación. Esta certificación alemana, es un tipo de certificación hecha

por terceros, la certificadora propone el paquete técnico que se debe implementar en los

huertos con el fin de obtener los estándares de calidad adecuados.

Desde el proyecto AGRUPAR se ha elegido este tipo de certificación para

producción orgánica porque consideran que al ser parte de un proyecto local que

administra recursos públicos deben acoger un mecanismo que este acorde a la ley, a la

normativa vigente para la producción orgánica en el país. Por parte de los técnicos del

proyecto si se reconoce que existen otros mecanismos de certificación que brindan

garantías, como por ejemplo, los Sistemas Participativos de Garantías - SPG, sin

embargo, consideran que

este tipo de certificaciones no están reconocidas, no están acreditadas ante el organismos ecuatorianos de certificación, ni ante AGROCALIDAD en el MAGAP, entonces, si como gobierno local entramos a ese círculo, estamos apartados del cumplimiento de la ley, creo que al momento que como país se apruebe y se reconozca a otras formas de certificación que sean participativas, nosotros tenemos la opción de escoger. Por el momento, preferiríamos mantener perfil bajo en ese sentido, creemos en esos procesos porque creo que son más soberanos, más propios, más entre la gente, pero también deben estar reconocidos” (T2, 2012, entrevista).

Frente a la realidad encontrada, es importante en esta investigación mostrar cual es el

otro enfoque de esta temática en la medida que se evidencie cual mecanismo de

certificación se adecua mejor a la práctica de agricultura urbana y aporta más a que la

misma sea sustentable. Los Sistemas Participativos de Garantías – SPG son mecanismos

de certificación que están diseñados más para sistemas de producción 100%

agroecológica que para sistemas de producción orgánica, porque incluyen principios

como: la visión compartida, la participación, la transparencia, la confianza, la

horizontalidad y el cuidado mutuo. Los sistemas de garantía de calidad de los productos

ecológicos son instrumentos para generar la credibilidad en los mismos (E5, 2012,

entrevista).

Existen diferencias significativas entre la certificación realizada por terceros

como es el caso de la certificación BCS y los SPG (ver anexo 6). En el marco de la

sustentabilidad se considera que los SPG permiten generar mejores relaciones entre los

actores vinculados a la agricultura y aportan factores positivos a la dimensión social y objetivo de alcanzar mayor competitividad. Es un mecanismo del mercado que educa a los consumidores y sirve de herramienta de control, manejo y evaluación para los productores.

113

cultural de la sustentabilidad, por tal razón, se considera que pueden potenciar más la

agricultura urbana en un territorio urbano.

De igual manera, esta investigación debe reconocer los esfuerzos que distintas

redes de productores y organizaciones, están haciendo en el territorio para que estos

mecanismos de certificación sean reconocidos en la normatividad nacional, con el fin

“incluir a las familias agricultoras que se han quedado al margen del desarrollo del

mercado de productos orgánicos” (E5, 2012, entrevista), algo que es importante y

acorde a lo que contempla la Constitución Nacional del Ecuador, cuando en sus líneas

hace alusión a la soberanía alimentaria como una estrategia primordial para cuidar el

patrimonio alimentario de los ecuatorianos.

La agricultura urbana acorde a las luchas contra la sociedad patriarcal

Participación de las mujeres en las experiencias de agricultura urbana Como se evidenció en el capítulo anterior, la participación de las mujeres en las

prácticas de agricultura urbana analizadas, ha generado múltiples beneficios. Se han

abierto espacios para que las mujeres desarrollen un nuevo rol; la autogeneración de una

actividad productiva que ha mejorado sus niveles de autoestima y les ha brindado

autonomía económica en el hogar. Esto demuestra que la agricultura urbana ha sido una

alternativa acorde a las luchas contra la sociedad patriarcal.

En algunos casos las agricultoras han presenciado prejuicios o resistencias por

parte de sus familiares:

el tiempo que yo estoy en el huerto yo me siento tranquila de hacer algo, de no estar metida en mi casa, entonces por esos avances tengo discusiones con mi esposo, porque no quiere que deje mucho tiempo a mi hijo solo, entonces cuando él sale yo salgo y antes de que el llegue a la casa yo regreso” (A7, entrevista, 2012).

Sin embargo, conforme ellas avanzan en la actividad, se generan cambios y

transformaciones al interior de su núcleo familiar, por ejemplo, las familias van

asimilando ese nuevo rol de agricultoras que han decidido tomar y se distribuyen las

cargas laborales en el hogar, entre los demás integrantes. La autonomía económica

también permite que ellas participen más de la toma de decisiones en sus hogares, por

tanto las relaciones familiares cambian de ser verticales a horizontales.

114

La agricultura urbana involucra formas alternativas de conocimientos – dialogo de

saberes

Conservación de costumbres, hábitos, creencias o saberes populares en la práctica de la agricultura urbana Culturalmente en los territorios de la sierra ecuatoriana, los abuelos y padres han sido

siempre agricultores y la memoria colectiva refleja esos saberes. Manuel Suquilanda,

profesor de agroecología de la Universidad Central del Ecuador - UCE comenta que

dichos saberes comienzan nuevamente a ser puestos en función de la agricultura con

estas prácticas alternativas como la agricultura urbana,

Entonces, uno va a los territorios y dicen, mi abuelito hacía así, dicen: voy a trabajar con la luna, hoy no puedo sembrar porque no la luna no es favorable, y comienzan a hacer todo ese recuerdo que es parte de nuestra cultura y que en buena hora la Constitución de nuestra República ya lo contempla” (E2, 2012, entrevista).

Los agricultores urbanos que se visitaron conservan sus tradiciones familiares como se

evidenció en el capítulo anterior, además, se encontró formas alternativas de producción

como la siembra con la luna, el uso de bueyes en lugar de maquinaría pesada en huertos

de grandes extensiones de terreno, la estacionalidad de las siembras, la permanencia de

cultivos tradicionales, el uso de plantas con efectos fungicidas, entre otras. Con estas

prácticas se evidencia que se recoge y se aplica los conocimientos adquiridos de la

memoria colectiva en la agricultura urbana.

Este punto es importante para el agente externo porque puede articular y dar

espacio a estos conocimientos en la medida, se genere ese dialogo de saberes real entre

los productores, consumidores y técnicos en pro de un trabajo con relaciones más

horizontales para compartir el poder de decisión y acción en la práctica de la agricultura

urbana sustentable.

Criterios de evaluación de la agricultura urbana

Mecanismos de evaluación de la iniciativa: gradual, incluyente que incluya realizaciones y fracasos Los procesos de evaluación que se han realizado a los avances del proyecto por parte de

CONQUITO son evaluaciones realizadas por agentes externos. Hay evaluaciones

socioeconómicas que parten de una línea base, pero no tienen una visión sistémica de

toda la experiencia de agricultura urbana, tampoco se ha analizado el tema de las

transformaciones en la localidad urbana.

115

Las evaluaciones realizadas se hacen en general para todo el MDMQ es

importante incluir una distinción entre las ocho Administraciones Zonales teniendo en

cuenta las características especificas de territorio. Desde la dirección del proyecto se

reconoce que han existido falencias en este aspecto, porque solo se ha privilegiado el

enfoque socio-económico ya que es desde allí que se evalúa el proyecto desde las

instancias de decisión (T2, 2012, entrevista). Ante esta situación, es importante que

desde el proyecto AGRUPAR se proponga un ejercicio autónomo de evaluación que

involucre a los distintos actores involucrados en la experiencia: productores,

consumidores y representantes de otros entes municipales, con el fin de fomentar la

actividad superando las debilidades que a lo largo del documento se han mencionado.

Relaciones de sinergia entre la agricultura urbana y otras alternativas de otras

esferas de la economía y la sociedad

Relación de la agricultura urbana con procesos de compras públicas incluyentes, comercio justo, redes de mercados, complementariedad, entre otros. Las experiencias de agricultura urbana visitadas no tienen una amplia participación en

otras esferas alternativas de la economía o la sociedad, se resalta el caso de agricultores

que venden sus productos a otras tiendas alternativas que venden productos

agroecológicos o solidarios como el CAMARI. No obstante, para acceder a otros

mercados como el de compras públicas o ferias inclusivas hay obstáculos como el tema

de la legalización de la actividad, responder con volúmenes y cantidades considerables

de producción, el grado de organización, además, en agricultura urbana “es difícil juntas

las distintas superficies y homogeneizar calidades” (T2, 2012, entrevista). Como

resultado de esa dinámica, la producción de los huertos urbanos no ha podido acceder a

las esferas mencionada. Se resalta el caso de un huerto en todo el MDMQ, el cual

articuló su producción al servicio de preparación de alimentos (Catering) y ganaron una

oferta público; en dicho caso los agricultores autogestionaron su propia iniciativa.

116

CAPITULO VI

CONCLUSIONES

Para dar respuesta a la pregunta orientadora de esta investigación: ¿En qué forma la

agricultura urbana en la Administración Zonal de Quitumbe es sustentable y puede ser

una práctica emancipadora para aportar a la construcción de una ciudad sustentable?

Fue conveniente cumplir con los objetivos específicos de la investigación, los cuales

permitieron concluir lo siguiente: Las experiencias de agricultura urbana en la Zona

Quitumbe tienen características de sustentabilidad en las dimensiones ecológica,

económica, social y cultural. Los huertos que llevan mayor tiempo haciendo agricultura

urbana y los huertos clasificados por el proyecto como comunitarios, son los más

sustentables en todas las dimensiones. La agricultura urbana ha generado cambios

positivos en el modo de vida de las agricultoras y los agricultores generando beneficios

no solo a nivel individual, familiar, sino también a nivel comunitario gracias al

reconocimiento en su territorio como agricultores urbanos.

Se han generado transformaciones valiosas, aunque pequeñas, en la localidad

urbana en la zona Quitumbe. Sin embargo, es importante resaltar que los cambios

podrían tener un mayor impacto y aportar significativamente a la construcción de una

ciudad sustentable, siempre y cuando se fomenten las siete tesis de análisis propuestas

por Santos y Rodríguez en el marco teórico de esta investigación; de lo contrario, la

evidencia demuestra que aunque las prácticas de agricultura urbana sean sustentables,

en los espacios del huerto urbano, el potencial de las mismas para generar procesos

emancipadores de cambio a nivel de ciudad es reducido.

El territorio donde se adelantó el trabajo de campo de esta investigación, la

Administración Zonal Quitumbe, tiene características de baja densidad urbana. La

agricultura es una actividad frecuente que se realiza alrededor de las cinco parroquias de

la Zona, esto obedece a la vivencia rural de las personas que han ido habitando el

espacio, allí habitan las familias que formaban parte de las grandes haciendas

agropecuarias que había en épocas pasadas en el territorio. Por todo lo encontrado, se

puede afirmar que existe una gran potencialidad para fomentar una agricultura urbana

sustentable en espacios donde se promueva el uso comunitario, lo que a su vez puede

tener un impacto positivo para reducir los niveles de desnutrición infantil que existe en

117

el territorio y ampliar la oferta reducida de puntos de comercialización alternativa de

alimentos en la zona. A su vez, beneficiaría la circularidad de recursos físicos y

energéticos que se utilizan en la cadena de alimentos para proveer a las ciudades.

De las dimensiones de sustentabilidad analizadas en la práctica: ecológica,

económica, social y cultural, unas son más fuertes que otras. En orden de importancia la

dimensión social es las más fuerte, le sigue la dimensión ecológica, la económica y por

último la dimensión cultural. Los aportes de sustentabilidad encontrados en cada

dimensión fueron. a) En la dimensión ecológica: se promueve la agrobiodiversidad y la

rotación de cultivos como mecanismos de equilibrio biológico para la tierra. En el tema

de recursos se realiza la reincorporación de residuos orgánicos para la elaboración de

abono a través de composteras, sin embargo, se debe mejorar el manejo de semillas en

los huertos en etapa I y II, el uso del recurso hídrico y el manejo de residuos

inorgánicos. b) En la dimensión económica: se ha generado un crecimiento económico

positivo de la agricultura urbana gracias al esfuerzo personal de los agricultores y al

apoyo de sus familiares. Se ha favorecido el autoconsumo, reduciendo la dependencia a

los mercados de alimentos y generando un ahorro familiar. Se han propiciado procesos

de toma de decisiones compartidas en la organización del trabajo. La agricultura urbana

también ha sido una fuente de empleo de calidad para los participantes de la

experiencia. c) En la dimensión social: se han generado cambios hacía una alimentación

y consumo sustentable para los agricultores, sus familias y para los consumidores que

participan de las Bioferias. La agricultura urbana se ha constituido en una opción

educativa para los participantes de los huertos y ha permitido fortalecer los lazos

familiares y comunitarios de los agricultores en su localidad urbana. d) En la dimensión

cultural: se evidenciaron simbologías que armonizan la relación de los agricultores con

sus huertos. La agrobiodiversidad encontrada responde a las tradiciones alimentarias

culturales de los agricultores, sin embargo, se hace una reflexión general sobre la

importancia de fomentar modelos de huerta andina en proyectos de fomento de

agricultura urbana-periurbana que posibiliten responder a la soberanía alimentaria en el

territorio.

Por la experiencia y los aprendizajes que dejó el trabajo de campo, se puede

considerar que la agricultura urbana es un práctica económica que tiene mucho

potencial para convertirse en una alternativa al desarrollo, teniendo en cuenta lo

118

siguiente: Se puede abandonar el proceso lineal que impone el paradigma del desarrollo

en el cual el principal objetivo es el crecimiento económico. Se da cabida a otras formas

de relación con la naturaleza en la cual se armonizan las relaciones con el hombre y la

actividad productiva que él realiza, la cual a su vez genera beneficios ambientales. Se

acepta que no todas las relaciones sociales son económicas porque se encontraron

relaciones culturales significativas. Se comprende que la calidad de vida y el bienestar

no dependen únicamente del nivel de ingresos, dependen también de la autonomía para

satisfacer las necesidades básicas en función de la reproducción de la vida. Por último,

se supera lo materialista al contemplar también las espiritualidades y sensibilidades, tal

como cuando los agricultores mantienen una práctica simbólica en sus huertos que les

ayuda a tener armonía a ellos y a sus cultivos.

La agricultura urbana, con las características de sustentabilidad encontradas, ha

generado algunas transformaciones en el espacio urbano de la Zona Quitumbe, estas

son: El aporte a una ciudad justa donde los ciudadanos que participan de la actividad

tienen el poder de decidir y elegir el cultivo de alimentos sanos y nutritivos acorde a sus

gustos y tradiciones culturales, poder que es compartido con vecinos y demás habitantes

de la Zona. El aporte a una ciudad bella por el incremento de espacios verdes y fauna

que amplía los biotopos semiartificiales del ecosistema urbano. El aporte a una ciudad

diversa y creativa, debido a la participación de personas de diversas culturas y territorios

que han confluido en la producción agrícola, mejorando sus prácticas acorde a sus

necesidades e imaginarios. El aporte a una ciudad con contacto personal y comunitario

que ha fomentado las relaciones: productor-productor, productor-consumidor,

consumidor-consumidor, las cuales se han perdido en la dinámica de mercado de

alimentos del entramado urbano. El aporte a una ciudad compacta y policéntrica por la

optimización de los servicios de provisión de alimentos de manera sustentable en la

ciudad. El aporte a una ciudad ecológica por los servicios ambientales que genera la

agricultura urbana en un territorio con un metabolismo social insustentable.

Respecto al potencial de la agricultura urbana sustentable para la transformación

gradual de la localidad urbana en una ciudad sustentable, basadas en las siete tesis de

Santos y Rodríguez, se encontró que la experiencia de agricultura urbana del proyecto

AGRUPAR es débil en la articulación con redes de colaboración y apoyo mutuo de

organizaciones que trabajan la agricultura sustentable y/o la agroecología. Así mismo,

119

es débil la participación de los agricultores y del proyecto AGRUPAR en espacios

culturales y socio-políticos relacionados con la alimentación y la soberanía alimentaria,

no obstante, esto se genera por desconocimiento de los agricultores y por falta de

gestión por parte del agente interventor público. La experiencia analizada debe

impulsarse no solo desde el ámbito público, sino, desde otros espacios que brinden

autonomía y participación a la ciudadanía, como una oportunidad para mejorar los

desafíos y debilidades que tiene el proyecto AGRUPAR en la actualidad. La agricultura

urbana ha sido una práctica económica alternativa acorde a las luchas patriarcales, ya

que ha propiciado la participación de las mujeres sin perjudicar la calidad de vida de las

mismas. Con la práctica de la agricultura urbana se han conservado costumbres, hábitos

y saberes tradicionales, sin embargo, es necesario un esfuerzo adicional para generar un

real dialogo de saberes entre los agricultores y los técnicos del proyecto. Los criterios de

evaluación de la experiencia se han realizado teniendo en cuenta la línea base

socioeconómica del proyecto, estas formas de evaluación deben replantearse dando

apertura a formas graduales de evaluación que sean realizadas por los actores

participantes de la misma.

Las siete tesis presentadas, basadas en los autores Santos y Rodríguez, dan

puntadas que podrían tener grandes posibilidades de éxito en las prácticas económicas

alternativas. Por tanto, el reto permanente debe ser analizar sí las prácticas económicas

alternativas que existen en los territorios locales, generan procesos de éxito o fracaso y,

sí pueden tener un potencial emancipatorio que permita avanzar en transformaciones

graduales a nivel estructural. Lo importante es dejar evidencia de que existen múltiples

actores que cultivan sus sueños y esperanzas en el accionar del día a día, un accionar

que silenciosamente genera transformaciones beneficiosas no solo a nivel individual,

sino también a nivel colectivo y para el territorio donde se encuentran. El reto de las

ciencias sociales es seguir estudiando ese canon de la producción. Un canon de carácter

económico, que invita a algo más amplio: la deconstrucción de la racionalidad

económica. Como dice Enrique Leff, es un despropósito que los filósofos de la

posmodernidad enriquezcan con sus deconstrucciones teóricas la filosofía, la cultura y

la literatura, y no pretendan tocar la ciencia económica (2010: 23). Por tal razón, el

120

objetivo no es codificar la economía en la relaciones del hombre y la naturaleza, el

objetivo final es disoñar28 otra economía.

28 Termino al que se hace alusión en algunos pueblos indígenas y campesinos del sur de Colombia significa lo que hacen quienes diseñan su vida de acuerdo con sus propios sueños, en el sentido de sentir la vida en todas sus expresiones, amarla , defenderla, abrir el espectro de los caminos para alcanzarlo, elegir uno, recorrerlo e intentar hacer propia la felicidad.

121

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2012. Entrevista A3: Manuela Villagómez. Agricultora urbana del huerto Huertos del Futuro,

abril 30, 2012. Entrevista A4: Andrea Macas. Agricultora urbana del huerto Las Orquideas, mayo 31,

2012. Entrevista A5: José Nieto. Agricultor urbano del huerto Santa Rosa, junio 3, 2012. Entrevista A6: Miriam Santana. Agricultora urbana del huerto Asociación El Porvenir 2,

mayo 20, 2012. Entrevista A7: Luz Trujillo y Angelita. Agricultoras urbanas del huerto Las Chakareras,

mayo 14, 2012.

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Entrevista A8: Leidy Carrillo y Luz María Lourdes. Agricultoras urbanas del huerto El

Duraznito, junio 2, 2012. Entrevista A9: Ernesto Chicaiza. Agricultor urbano del huerto Caupicho, mayo 23,

2012. Entrevista A10: Grace Cabezas. Agricultora urbana del huerto Vida Sana 1, mayo 17,

2012. Entrevista A11: Consuelo Quispe. Agricultora urbana del huerto Hormiguitas

Trabajadoras, mayo 15, 2012. Entrevista A12: Irene de La Cruz. Agricultora urbana del huerto Vida Sana 4, mayo 17,

2012. Entrevista E1: Nicolás Cuvi. Investigador de ecología urbana de la Facultad

Latinoamericana de Ciencias Sociales – Sede Ecuador, agosto 2, 2012. Entrevista E2: Manuel Suquilanda. Docente de agricultura alternativa y decano de la

Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad Central del Ecuador – UCE, agosto 8, 2012.

Entrevista E3: Javier Carrera. Integrante de la Red de Guardianes de Semillas -

Ecuador, noviembre 3, 2012. Entrevista E4: Cristian Gelpud. Ingeniero Agrónomo, especialista en la temática

investigada, octubre 10, 2012. Entrevista E5: Daisy Peña. Integrante de la Corporación Ecuatoriana de Agricultores

Biológicos - PROBIO, diciembre 6, 2012. Entrevista T1: Ingeniero agrónomo - técnico del proyecto AGRUPAR, septiembre 8,

2011. Entrevista T2: Ing. Alexandra Rodríguez. Responsable del proyecto AGRUPAR,

septiembre 8, 2011 y abril 5, 2012.

129

ANEXOS

Anexo 1. Herramienta Metodológica #1 Formato de entrevista para agricultores y agricultoras urbanas

• Explicación del tema y los objetivos de la investigación. • Explicación de cómo la información brindada y la experiencia de los agricultores urbanos

aporta a la investigación. • Explicación de la confidencialidad del entrevistado y del uso exclusivo de la información para

la realización de la investigación.

I. SUSTENTABILIDAD EN CADA PRÁCTICA DE AGRICULTURA URBANA 1.1 LOS AGRICULTORES Y LA TIERRA Dirección de la UPA: ______________________________________________________ Barrio: __________________________ Parroquia: _________________________ Fecha: _______________ Hora: ________________ Nombre del entrevistado/a____________________________________________________ Edad: _____ Nivel de Escolaridad ________ Número de integrantes familia: _________ • ¿Cuál es su lugar de origen? / ¿Hace cuanto tiempo vive en Quito?/ ¿Cuál fue la razón por la

que migro? / ¿Realizaba o tenía contacto con actividades agrícolas? • ¿Hace cuanto tiempo se dedica a la agricultura urbana? ¿Hace cuanto tiempo participa del

proyecto AGRUPAR? /Antes de practicar la agricultura urbana ¿Cuál era su ocupación? / ¿A parte de la agricultura urbana que otra actividad desarrolla?

• ¿Cuántas personas de su grupo familiar participan de las actividades de la AU? ¿Cuántas personas de la zona participan con usted de las actividades de la agricultura urbana? / ¿Quiénes son (relación de esa persona con el agricultor urbano, genero, edad, ocupación)? / ¿Reciben algún tipo de remuneración o compensación por su trabajo? ¿Cuál?

• ¿Cuánto tiempo le dedica diariamente a la actividad en horas (el agricultor urbano y las personas que participan de la actividad, ocupaciones)?

• ¿Donde es la ubicación de su huerto? / ¿Cuánto tiempo gasta en llegar allí? / ¿En qué medio de transporte se moviliza?

• ¿Cuánto espacio tiene en su huerto en hectáreas o m2? • ¿Cuál es el área destinada a los cultivos? ¿Cuál es el área destinada a la crianza de animales? • ¿Cuál es el tipo de propiedad del predio? / ¿Cómo es el pago del alquiler? ¿Existen otras

obligaciones o compensaciones con el propietario del predio? • ¿Considera que tiene problemas con su espacio productivo? ¿Cuáles?

1.2 RECURSOS: Hídrico e insumos básicos • ¿Cuál es su fuente de abastecimiento de agua? (Rio, Subterránea, Pozos, Potable, Residual,

Aguas lluvias) • ¿Cómo obtiene las semillas? / ¿Reciben semillas de alguna institución? / ¿Hace cuanto

tiempo? / ¿Ha realizado alguna vez intercambio o donación de semillas? • ¿Qué tipo de abono utiliza? (Orgánicos, Químicos, Una mezcla de ambos) / ¿Por qué? /

¿Tiene conocimiento de fertilizantes diferentes a los anteriores? / ¿Los aplica SI o NO? ¿Por qué? / ¿Reciben fertilizantes de alguna institución? / ¿Hace cuanto tiempo?

130

• ¿Cómo obtiene las herramientas y demás utensilios con los que trabaja la tierra? (alquiler, temporal, préstamo)

1.3 PRODUCCIÓN • Tecnologías: ¿Qué sistema de siembra emplea? // ¿Qué tipo de producción emplea?

(Hidropónicos, Orgánicos, Monocultivo, Rotaciones, Otra, ¿Cuál?) ¿Usted considera que ha obtenido beneficios o limitaciones con el uso de esas técnicas? / ¿Conoce otras formas? ¿Los aplica SI o NO? ¿Por qué?

• Temporalidad de la producción: ¿Su producción es permanente? / ¿Tiene en cuenta determinado tiempo o meses para cultivar?

• Diversidad de los cultivos: ¿Qué tipo de especies cultiva? Alimenticias (Hortalizas, Frutales, Tubérculos, Rastreras, Granos, Cereales, Nativas, huertos y animales), no alimenticias (ornamentales, medicinales, condimentarías) --Ver cuadro de Clasificación de cultivos / ¿Por qué tiene esa diversidad/o no? / ¿Tiene algún cultivo que no se daba aquí en Quito y usted ha logrado sembrar? / ¿Tiene algún cultivo exótico o raro? / ¿Qué cultivos le gustaría tener? / ¿Por qué le gustaría tener estos cultivos?

• ¿Cómo realiza el manejo de Plagas y enfermedades? • ¿Se realizan procesos de colaboración para realizar el cultivo? ¿Cuál son estos procesos de

colaboración? • ¿En qué momento siente que destina tiempo para compartir, conversar, charlar, con otras

personas que hacen agricultura urbana? / ¿Hace algún ritual, oración o actividad simbólica para que sus cultivos estén bien?

• Escala de la producción: ¿Considera que su producción ha crecido o disminuido? ¿Qué factores han propiciado eso? ¿Qué está haciendo actualmente para ampliar o mejorar su producción?

• ¿Cuál es el volumen de producción? (Semanal, Mensual) / ¿Lleva registros de sus proceso de producción?

• ¿Cuáles son sus costos de producción? ¿Conoce cuales son los componentes para calcular el costos de la producción?

1.4 DISTRIBUCIÓN • ¿Cuál es el destino de la producción? (Autoconsumo, venta a vecinos, venta en Bioferias,

Intercambio) ¿Cuánto del volumen producido se vende y cuánto no (%)? / ¿Cómo se toman las decisiones respecto a lo anterior?

• ¿Esta actividad representa sus principales ingresos o son complementarios? / ¿Cuál es el ingreso semanal/mensual generado por la agricultura urbana? / ¿A que se destina el dinero que percibe por la agricultura urbana?

• ¿Cómo prepara los productos que se van a comercializar? / ¿Cómo los transporta hasta el punto de venta? ¿Quién los lleva? / ¿Tiene un control de calidad? ¿Cuál?

• ¿Realiza procesos de transformación de sus productos? / ¿Qué tipo de transformación? / ¿Cómo lo hace? / ¿Tiene un control de calidad? ¿Cuál?

• ¿Cómo se fijan los precios de los productos que se comercializan? • ¿Cuándo usted sale a vender le queda mucho producto o le pasa que sale a vender y se queda

sin producto?

1.5 CONSUMO • De toda su canasta de alimentos ¿Qué porcentaje obtiene de la agricultura urbana? / ¿Cómo era

anteriormente dicha situación?

131

• ¿Usted siente que su familia come más desde que usted hace agricultura urbana? / ¿Existen alimentos que usted y su familia no comían antes y ahora desde que hace agricultura urbana los empiezan a comer en su casa?

• ¿Cuáles son los principales productos de la agricultura urbana que más consume? • ¿El hecho de que usted haga agricultura urbana hace que converse más sobre alimentación,

nutrición, cultivo de alimentos con sus hijos, familia o con otras personas? 1.6 RESIDUOS • ¿Reincorpora los residuos sólidos y líquidos al proceso productivo? ¿Cómo realiza dicho

proceso? • En su hogar ¿Realiza procesos de reciclaje de residuos sólidos no orgánicos?

1.7 PERCEPCIÓN DE LOS ACTORES DEL SISTEMA PRODUCTIVO - LA AGRICULTURA URBANA • ¿Cuál es el principal objetivo por el que usted cultiva? / ¿Cómo se siente al ser parte de una

iniciativa de agricultura urbana? • ¿Qué significa o que representa para usted la agricultura urbana? • ¿Por qué razones usted abandonaría esta actividad?

• De toda su experiencia en este proceso de producción: • ¿Cuáles han sido los cambios más significativos en el proceso? • ¿Qué elementos, factores, actores ayudaron a dichos cambios (interno, externo)? • ¿Cuáles han sido las cosas que quisieran cambiar y no han logrado? • ¿Cuáles han sido los obstáculos que no han ayudado (interno y externo)?

II. TRANSFORMACIONES GRADUALES QUE PUEDE GENERAR LA

AGRICULTURA URBANA COMO SISTEMA PRODUCTIVO SUSTENTABLE EN LA LOCALIDAD URBANA

2.1 INTEGRACIÓN DE LA AU CON PROCESOS CULTURALES, SOCIALES Y POLÍTICOS • Gracias a su actividad en la agricultura urbana ¿Ha participado en algún espacio (parques,

plazas) o evento público, en alguna festividad, etc.? SI o No ¿Cuáles? • ¿Usted como agricultor urbano participa de: • *Organizaciones políticas SI o No ¿Cuáles? ¿Qué papel desempeña en las mismas? • *Organizaciones relacionadas con la agricultura o la economía SI o No ¿Cuáles? / ¿Qué papel

desempeña en las mismas? • *Organizaciones barriales SI o No ¿Cuáles? ¿Qué papel desempeña en las mismas? • ¿Alguna organización diferente a las mencionadas anteriormente?

2.2 INSERCIÓN EN REDES DE COLABORACIÓN Y DE APOYO MUTUO

• ¿Recibe algún tipo de apoyo u colaboración en su actividad? / ¿Por parte de quien? / ¿Cómo es esa colaboración u ayuda? / ¿Apoya o colabora usted a las actividades que realizan otras organizaciones o personas?

• ¿Considera usted que es necesario un apoyo u colaboración a la actividad? / ¿Por parte de quién? / ¿De qué tipo?

132

• ¿Conoce a otros agricultores o consumidores que desarrollen esta actividad? / ¿Tiene contacto con ellos? ¿Por qué no se acercan?/ ¿Realizan algún procesos colaboración o ayuda entre ustedes?

• ¿Existe disposición para conocer a personas con actividades similares?

2.3 FOMENTO DE LA AU DENTRO Y FUERA DE PROGRAMAS PÚBLICOS

• ¿Cuál ha sido el apoyo específico por parte del proyecto AGRUPAR/CONQUITO al desarrollo de su actividad? / ¿Sigue recibido apoyo? SI o NO ¿Cuál?

• ¿Considera usted que le ha servido la información y la capacitación suministrada por los expertos? SI o NO ¿Por qué? / ¿Puede darme un ejemplo de algo que cambio luego de la capacitación?

• ¿Desde la creación de su huerto y su participación como agricultor urbano se ha impulsado la creación de nuevos huertos en la zona? / ¿Quién los creo? / ¿Usted ha apoyado de alguna manera la creación de más huertos en la zona? / ¿Qué otras actividades relacionadas a la agricultura urbana se han fomentado?

2.4 LA AU ACORDE A LAS LUCHAS CONTRA LA SOCIEDAD PATRIARCAL • ¿Ha evidenciado algún tipo de prejuicio, resistencia o queja por su participación como

agricultora urbana? SI o No • ¿Siente usted que la participación de las mujeres en la agricultura urbana es diferente a la de

los hombres? ¿Por qué? ¿La participación de las mujeres en la agricultura urbana ha generado cambios en sus relaciones familiares, en el tiempo destinado a las cosas de la casa? ¿Cómo ha sido esta situación?

2.5 LA AU INVOLUCRA FORMAS ALTERNATIVAS DE CONOCIMIENTOS – DIALOGO DE SABERES • ¿Usted recuerda algunos saberes o tradiciones que se pueda aplicar en su cultivo? SI o No ¿Las

aplica? ¿Por qué?/ ¿Considera usted que la agricultura urbana le permite conservar sus costumbres, hábitos, creencias o saberes populares? ¿Por qué?

2.6 CRITERIOS DE EVALUACIÓN DE LA AU • ¿Ha participado usted en conversaciones, talleres o espacios donde se analicen los logros o

dificultades de las experiencias de agricultura urbana? / ¿Cómo se sintió e ese espacio? / ¿Siente que su opinión o la de sus compañeros fue tomada en cuenta o sirvieron de algo para mejorar? ¿Puede darme un ejemplo de algo que haya cambiado luego de eso?

2.7 RELACIONES DE SINERGIA ENTRE LA AU Y OTRAS ALTERNATIVAS DE OTRAS ESFERAS DE LA ECONOMÍA Y LA SOCIEDAD • ¿Participa en otros mercados o puntos de comercialización distintos a los mencionados? /

¿Cuáles? / ¿Qué motivo y cómo se dio su participación allí? ¿Algo adicional que usted me quiera comentar de toda su experiencia como agricultor urbano?

Agradezco su tiempo, atención y colaboración.

133

Anexo 2. Especies encontradas en las experiencias visitadas

CLASIFICACIÓN NOMBRE COMÚN NOMBRE CIENTÍFICO

ESPECIES FRUTALES

Uvilla Physalis peruviana

Frutilla Fragaria vesca

Mora Rubus glaucus

Limon Meyer Citrus lemon

Claudia Prunus domestica

Pepino Dulce Solarum muricatum Aiton

Tomate de Árbol Chifomandra betacea

Naranjilla Solanum quitoense

Babaco Carica pentagona

Taxo Pasiflora mollisima

Chirimoya Annona Cherimola

Higo Ficus carica L.

Durazno Prunus pérsica

HORTALIZAS

Coliflor Brassica oleraceae

Acelga Beta vulgaris

Tomate riñon Solanum lycopersicum

Brocoli Brassica oleraceae

Lechuga seda Lactuca sativa.

Tomate cherry Solanum lycopersicum

Lechuga Lactuca sativa.

Col verde Brassica oleraceae

Apio Apium graveolens

Pepinillo - pepino Cucumis sativus.

Cebolla perla Allium cepa

Cebolla blanca Allium fistulosum

Col morada Brassica oleraceae

Espinaca Spinnacca oleraceae.

Nabo Raphanus sativus

Pimiento verde Capsicum annum.

Cebolla paiteña Allium cepa

Acelga samba Beta vulgaris

Ají Capsicum sp.

Lechuga samba Lactuca sativa.

Calabacin Cucurbita pepo

Zambo Cucurbita ficifolia

Zapallo Cucurbita máxima

Zucchini Cucurbita pepo

HIERBAS AROMATICAS/Y

ESPECIES MEDICINALES

Albahaca Ocimun basilicum

Cilantro Coriandrum sativum

Perejil Petroselinum sativum

134

Hierbabuena Mentha sativa

Orégano Origanum vulgare

Cedrón Aloysia triphylla

Toronjil Melissa officinalis

Tomillo Thymus officinalis

Menta Mentha spicata

Manzanilla Anthemis nobilis

Caléndula Calendula officinalis

Ruda Ruta graveolens

Malbolorosa (Hibiscus sp.)

Eneldo Anethus graveolens

Ajenjo Artemisia absynthium

Amaranto - Ataco Amaranthus quitensis

Alfalfa Medicago sativa

Magui (perejil silvestre) Chaerophyllum hirsutum

RAICES Y TUBERCULOS

Remolacha Beta bulgaris

Zanahoria Daucus carota.

Papa Solanum tuberosum

Rábano Raphanus sativus.

Mashwa Tropaeolum tuberosum

Meyoco Ullucus tuberosus Loz.

Jicama Perchyrhizus erosus

Ocas Oxalis tuberosa Mol.

GRANOS, CEREALES Y LEGUMBRES

Maíz Zea mays

Quinua Chenopodium quinoa

Frejol Phaseolus vulgaris

Arveja Pisum sativum

Haba Vicia faba

Trigo Triticum aestivum

Cebada Hordeum vulgare Fuente: Elaboración propia.

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Anexo 3. Diferencias entre la certificación de tercera parte y los SPG

CERTIFICACIÓN ORGÁNICA DE TERCERA PARTE SISTEMA PARTICIPATIVO DE GARANTÍA

Tipo de certificación o garantía

La certificación puede solicitarse por finca o por producto en pequeñas unidades de producción

Certificación por Productor/finca cualquier sea el tamaño de la finca

Ej. Si una unidad productiva tiene 30 productos en 200m², debe realizar el registro de todas las actividades de producción, para cada producto, una carga administrativa discriminatoria, que no permite acceso a productores que no saben leer ni escribir, solo para producir horchata orgánica (30 compuestos). En sistemas NOP, mientras más reducido es el sistema de producción, mas discriminatorios son los procesos de certificación: costo por superficie, aplicación de normas inadaptadas a dimensiones reducidas.

Ej.: Las visitas se realizan por agricultores viviendo una misma realidad, los registros son simples y accesibles e impulsan el constante mejoramiento. Se considera la riqueza de la agro-biodiversidad como componente indispensable del sistema de producción. Los procesos de garantía apoyan la pequeña agricultura diversificada sin regímenes diferenciados.

Costos muy altos

Circuito largo Circuito corto

Los costos son altos, previamente establecidos por la entidad certificadora y deben ser asumidos anualmente por los productores.

Se puede ajustar los costos de la garantía en situación de crisis, tanto la reactividad del sistema (Altieri, Agroecología, p64) como la subsistencia de la familia. Ej. "Si no nos da un cultivo siempre podemos recuperarnos con otro"

Los costos certificación superan la realidad de pequeños productores

Los costos son mínimo en términos financieros

Ej. Para un micro sistema de producción diverso, los costos pueden superar un total de 1000 $ por año bajo normas NOP.

Ej. Costo de 10$ / año / finca de más de 30 productos.

Aspecto técnico productivo : Sustentabilidad

Manejo fertilidad suelo

Sustitución de insumos químicos por insumos orgánicos externos a las unidades productivas. No observa la sostenibilidad de la finca

Cuida el origen local de la finca para la producción de abono y materia de la misma finca, continuo uso y reciclaje de los recursos locales

Ej. Continúa la dependencia de los insumos externos que están permitidos por la norma.

Ej. Las adaptaciones de insumos internos es una parte indispensable del proceso agroecológico

Dificultad en certificar un sistema de poli cultivo- crianzas, sin tomar en cuenta cumplimiento de la soberanía alimentaria; autoconsumo ni la calidad de la nutrición familiar Ej. En Cañar, donde existe la producción bananera orgánica de más alto rendimiento, coexiste los más altos niveles de pobreza.

Integralidad poli cultivo crianza: apoyo al sustento familiar e soberanía alimentaria, mejorando la nutrición familiar Ej. Al mantener un objetivo de autoconsumo alto y prioritario, se asegura la soberanía alimentaria dentro de la unidad productiva.

Transición

El cumplimiento de las normas básicas es la finalidad del agricultor.

El proceso de transición, más allá del cumplimiento de normas básicas, tiene como meta una innovación constante de las prácticas, a través de recomendaciones.

La transición contempla únicamente la sustitución de insumos a nivel de un sistema de cultivo o crianza

Consideración de un proceso de transición de finca integral Ej. En la comunidad de, los agricultores se comprometen cada año a lograr nuevos mejoramientos de prácticas agrícolas que son replicados en las fincas o unidades de producción de todos los agricultores.

Recomendaciones de técnicas de compostaje que no toman en cuenta condiciones climáticas andinas

Elaboración de compost adaptados por conocimientos ancestrales.

Se puede realizar monocultivo, con la única meta de cumplir requisitos para un producto valorado

La finca en su integralidad entra en proceso de transición, como metas de lograr la soberanía alimentaria, el rescate de la agro biodiversidad, y la sustentabilidad de la finca a largo plazo

Conocimiento y componente social

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El punto de partida es el cumplimiento de normativa necesaria para obtener el certificado.

La motivación de mejoramiento de la producción nace del impulso autónomo de los productores que se apropian de normas con valores de confianza y transparencia en grupos de productores y consumidores

No se genera relaciones directas con el consumidor, la entidad certificadora emite un certificado que es el nexo de garantía pero no se conoce la realidad local del productor y de la producción. Ej. No hay una relación permanente con autoridades locales, ni la creación de una dinámica territorial impulsada por el proceso de certificación o la entidad que implementa la misma

Se genera confianza local que permite al consumidor comprobar directamente la realidad productiva y social, creando una conciencia de ser parte de una economía local. Ej. La casi totalidad de los SPG están en un proceso de incidencia política con al menos una entidad pública o una autoridad local

No se contempla la familia. Ej. Reglamento (CE) no 889/2008 para la producción orgánica no menciona ningún aspecto de calidad de vida, ni el papel social del productor fuera del mercado y de protección de bienes públicos (p1))

El cuidado de la finca o unidad productiva se realiza con la colaboración de toda la familia, cada integrante tiene una actividad que desarrolla.

Imposición de reglamentos externos con obligación de cumplimiento

Ejercicio de conocimiento : se levantan las normativas desde el conocimiento de los mismos productores rescatando practicas ancestrales y conocimientos tradicionales

Modelo Socio económico

Producción enfocada a la exportación, motivada principalmente por volúmenes de producción y rentabilidad, con enfoque de agro-negocio.

Comercialización local que cuida los gastos energéticos

No se contempla las posibilidades de intercambio entre productores. Ej. Generalmente el certificado pertenece a una empresa o microempresa y los productos se comercializan a través de esta.

Se motiva la práctica del trueque entre productores, diversificando la alimentación básica, fortaleciendo el autoabastecimiento de semillas, etc. Ej. En la feria de , siempre existen intercambio de productos y saberes entre productores de la sierra y de la Costa.

No se discute los precios de compra al agricultor con el consumidor final

Existen espacios de discusiones del productor conjuntamente al Consumidor: decisión en la comercialización, decisión de un precio justo

El intermediario es en la mayoría de los casos el único canal de comercialización

No puede existir intermediarios

Sistema interno de control abalizados por las empresas certificadoras.

El proceso organizativo se realiza al interior de la unidad de producción, con el objetivo de cumplir los requerimientos del organismo certificador, no contempla la organización familiar ni social.

Se genera una implicación de los mismos productores para los consumidores, desde la realidad local y el contexto socio-económico

Relación entre actores

Relación a la autoridad Son acuerdos comerciales o de regulación. Los SPG impulsan:

dialogo directo con los gobiernos locales, Construcción participativa del concepto de calidad agroecológica, Apoyo a la población local, Espacio de relación entre campo y ciudad

No existe puntos de recomendación para incentivar un modelo de vida vinculado a la producción orgánica

Existe un proyecto de vida que se prepara a largo plazo a nivel local

Se genera un mercado desde la empresa con el productor Se genera un mercado desde la perspectiva de procesos organizativos, participativos y garantizados por consumidores, con instituciones de gobiernos locales y productores de un mismo lugar.