fabula

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I. E. P. San Ignacio de Recalde Estudiante: Jessenia Rosas Quispe Docente: Erica Salazar Coronel _____________________________________________________________ _____ “El Pájaro y el Árbol” Érase una vez en un lugar lejano muy seco y árido, un árbol que no tenía amigos y estaba muy solo, hasta que un día un pájaro se paró en una de sus ramas y el árbol exclamo: - ¡Quien eres tú! Muy contento le contento el pájaro: - yo soy un Colibrí y me gustaría que fuéramos amigos, a lo que contesto el árbol: - ¡claro que sí!, pues así todos los días el pájaro iba a visitar a su amigo el árbol y conversaban por largo tiempo. Un díasu amigo el Colibrí no fue a visitarlo porque había muerto ya que era muy viejo, ese día el árbol se puso muy triste porque era su único amigo que tenía “el Colibrí”. Los días pasaron y la luna al escucharlo llorar todos los días por su único amigo también se puso triste y así mismo comenzó

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Page 1: Fabula

I. E. P. San Ignacio de Recalde

Estudiante: Jessenia Rosas Quispe

Docente: Erica Salazar Coronel __________________________________________________________________

“El Pájaro y el Árbol”

Érase una vez en un lugar lejano muy seco y árido, un árbol que no tenía amigos y

estaba muy solo, hasta que un día un pájaro se paró en una de sus ramas y el

árbol exclamo: -¡Quien eres tú! Muy contento le contento el pájaro: - yo soy un

Colibrí y me gustaría que fuéramos amigos, a lo que contesto el árbol: - ¡claro que

sí!, pues así todos los días el pájaro iba a visitar a su amigo el árbol y conversaban

por largo tiempo.

Un díasu amigo el Colibrí no fue a visitarlo porque había muerto ya que era muy

viejo, ese día el árbol se puso muy triste porque era su único amigo que tenía “el

Colibrí”. Los días pasaron y la luna al escucharlo llorar todos los días por su único

amigo también se puso triste y así mismo comenzó a llorar y las lágrimas de la

luna se convirtieron en una lluvia muy intensa.

Después de un largo tiempo la lluvia intensa dejo de caer, el ánimo del árbol

cambio pues veía que cerca de donde él se encontraba estaba creciendo una

pequeña plantita, y nuevamente el árbol se echó a llorar de la alegría que le daba

que al fin podría tener una compañía, con la cual podía conversar, exclamando:

“Yo te voy a cuidar para que nada malo de pase”.

Moraleja: la verdadera amistad siempre prevalecerá