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lo mejor de lo mejor en periodismo

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Periodista yo?Por Fabin MedinaPara finales de 1986, recin haba terminado mi servicio militar, y me present al Zonal de Frente Sandinista, en Ocotal, donde viva, a reclamar la promesa que nos hicieron antes de irnos: un trabajo en el Estado. Yo necesitaba trabajar porque ya tena 20 aos y mi familia de seis hermanos se mantena con los exiguos salarios de profesores de primaria de mis padres.Tenemos una plaza, en Radio Segovia De periodistame dijo Eunice Valenzuela, la funcionaria que me atendi. Yo arrugu la cara desconsolado.De periodista? No habr otra? De CPF Mensajeroterci.No es que yo considerara el trabajo de periodista indigno. No. Es que yo no crea tener alma de periodista. La figura de periodista que yo tena en ese entonces, era el de las celebridades locales: Chico Len Cceres, Isidora Acua, Monchito Ardn, Moncho Peralta Personas labiosas, capaces de agarrar un micrfono en cualquier evento y hacer de maestros de ceremonia o improvisar en vivo la trasmisin de cualquier evento. O Abelardo Snchez, quien recorra las calles de Ocotal con un aire de Sherlock Holmes, y me pareca el eptome del hombre culto. Yo era todo lo contrario! Flaco, tmido, desordenado y, de remate, ms tirado a las matemticas que al espaol en las clases.Pero la necesidad, ya saben ustedes, tiene cara de perro, y un buen da me present al Departamento de Prensa de Radio Segovia ante un periodista ecuatoriano que lo diriga, Darwin Granda, quien luego resultara uno de mis ms importantes maestros y uno de mis mejores amigos.Djenme decir algo a mi favor. He tenido como regla en mi vida, que cuando me meto a algo, me esfuerzo por hacerlo lo mejor posible. No me gusta la mediocridad. Si barrer me toca, lo intentar hacer como lo hara el mejor. Sabe Dios los Domingos que me fui a meter solito a la oficina de prensa a estudiar el archivo para saber cmo escriban mis colegas de mayor experiencia. Busqu como pude algunos libros sobre periodismo de lo poco que se poda conseguir para ese entonces, y hasta intent estudiar en unos cursos que ofrecan los lunes en Managua. Me vena desde Quilal a veces, desde el da anterior, a dormir en unos escritorios para estar temprano era de los primeros en llegar en las clases de profesores como Mario Fulvio Espinoza o Juan Ramn Huerta.En honor a la verdad, nunca me sent periodista. Senta que la chaqueta me quedaba demasiado grande.Una de las primeras actividades que me mandaron a cubrir fue un encuentro de madres de cachorros del Servicio Militar. Era un domingo. Llegaron medios de Managua, y para ingresar a la base militar se pasaba frente a un teniente que registraba los nombres, equipo y medio al que perteneca cada quien. Pasaba Canal Seis, con sus cmaras, micrfonos y grabadoras, Barricada, con fotgrafos de chalecos y todo cuento, y ah iba yo detrs con solo una libreta en la mano, cuando el teniente me detiene.Eh, eh, y para dnde va usted?Soy periodistale digo con una voz que no era ma de Radio Segoviay le muestro el logo de la libreta que era la nica identificacin que tena. Me qued midiendo con la mirada durante unos largos segundos.Pasedijo por fin Ahora cualquiera es periodistale escuch decir aun mientras me perda en el bullicio.Tuve un bautismo de fuego. Literalmente. Me asignaron cubrir Quilal y San Juan del Ro Coco. Sabe alguno de ustedes lo que significaba salir en una moto de Ocotal a Quilal a las cuatro de la tarde, con un AK terciada a la espalda en aquel duro ao de 1987? Era como jugar a la ruleta rusa. Era una zona de guerra donde la vida no vala nada. Estuve en tantos combates como periodista que ni siquiera notaba que ya haba salido del servicio militar. Vesta uniforme militar, ms por necesidad que por obligacin, cargaba un fusil y estaba en una zona de guerra. Entre mis tas de Quilal cog fama de agorero de combates, porque tan pronto llegaba al pueblo comenzaba alguna balacera por algn lado, y entre mis compaeros de la radio cog reputacin de recogedor de efectos especiales porque me gustaba grabar las ametralladoras disparando, el fuego de artillera, las voces de mando que se daban por radio en un combate, y hasta los llantos y las maldiciones de los familiares de los cados.Ya para entonces me estaba gustado el periodismo. Descubr que tena facilidad para redactar, tal vez porque siempre fui un lector compulsivo. Y, es una mxima, que quien lee, escribe.Y as fue que comenz esta historia. Una historia larga, que lleva 28 aos. Me dediqu al periodismo de por vida.Managua, 1 de marzo de 2015