expresiones de forma que registra la violencia de género en las estudiantes del nivel superior de...

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0 T E S I S Expresiones de Formas que Registra la Violencia de Género en las Estudiantes del Nivel Superior de la Universidad Autónoma de Guerrero en Acapulco QUE PARA OBTENER EL TITULO DE LICENCIADO EN PSICOLOGÍA P R E S E N T A AYRAM MIJAIL ZAMACONA LÓPEZ DIRECTORA DE TESIS DRA. YOLANDA EMPERATRIZ CORTÉS DILLANES 2013

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T E S I S

Expresiones de Formas que Registra la Violencia de Género en las Estudiantes del Nivel Superior de la Universidad Autónoma de Guerrero en Acapulco

QUE PARA OBTENER EL TITULO DE LICENCIADO EN PSICOLOGÍA

P R E S E N T A

AYRAM MIJAIL ZAMACONA LÓPEZ

DIRECTORA DE TESIS

DRA. YOLANDA EMPERATRIZ CORTÉS DILLANES

2013

1

RESUMEN 02 INTRODUCCIÓN 03 CAPITULO 1 REFERENTES TEÓRICOS 07 1.1 VIOLENCIA 1.1.1 VIOLENCIA Y AGRESIVIDAD 07 1.1.2 DEFINICIÓN DE VIOLENCIA 08 1.1.3 TIPOS DE VIOLENCIA 09 1.2 GÉNERO 13 1.2.1 DEFINICIÓN DE GÉNERO 13 1.2.2 FEMENINO Y MASCULINO 18 1.2.3 GÉNERO Y PODER 22 1.2.4 PERSPECTIVA DE GÉNERO 25 1.2.5 DERECHOS HUMANOS DE LAS MUJERES 27

1.2.5.1 TRATADOS Y CONVENIOS INTERNACIONALES 27 1.2.5.2 DERECHOS DE LAS MUJERES NACIONAL Y ESTATAL 30

1.3 VIOLENCIA DE GÉNERO 35 1.3.1 MARCO INTERNACIONAL 35 1.3.2 MARCO NACIONAL 40 1.3.3 LEY GENERAL DE ACCESO DE LAS MUJERES A UNA VIDA

LIBRE DE VIOLENCIA 41 1.3.4 VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES 44 1.3.5 INVESTIGACIONES INTERNACIONALES Y NACIONALES

SOBRE VIOLENCIA DE GÉNERO EN LA UNIVERSIDAD 47 1.3.5.1 FORMAS QUE REGISTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO

EN LAS UNIVERSIDADES 56 1.3.5.2 PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO EN

UNIVERSIDADES 59 1.3.6 EL SEXISMO EN LA EDUCACIÓN 64 CAPITULO 2 METODOLOGÍA 67 2.1 OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN 67 2.2 HIPÓTESIS DE LA INVESTIGACIÓN 67 2.3 DESARROLLO DE LA INVESTIGACIÓN 68 2.4 ENCUESTA DE LA DINÁMICA DE LAS RELACIONES DE

GÉNERO EN MUJERES ESTUDIANTES DE NIVEL SUPERIOR EN LA UAGro ACAPULCO 68

3.5 ANALISIS DE LOS DATOS 72 3.5.1 EXPRESIONES DE FORMAS QUE REGISTRA

LA VIOLENCIA DE GÉNERO 72

CAPITULO 3. CONCLUSIONES GENERALES 80 BIBLIOGRAFÍA 83

2

RESUMEN

Las aportaciones de esta tesis forman parte de los resultados de la

investigación: “La aplicación de la psicología clínica –desde la perspectiva de

género- en el tratamiento de mujeres universitarias de la UAGro que viven con

violencia de género”, que por ajustes a la misma quedo como violencia de

género en el nivel superior de la UAGro en Acapulco, realizado por el CA:

Psicología Clínica, en donde participe como tesista.

El fenómeno de la violencia de género no es ajeno al contexto de las

facultades y los centros donde se está formando el futuro profesionista. La

violencia de género es una problemática social que afecta a las mujeres de

diferentes edades, clases sociales, culturas o niveles académicos y supera los

estereotipos respecto a quienes la sufren, por qué y dónde se produce. Los

datos de diversas investigaciones internacionales indican que es un fenómeno

que se da incluso en el ámbito universitario, existen iniciativas y experiencias en

muchas universidades del mundo que implementan medidas para prevenir y

evitar situaciones de violencia de género en el contexto universitario. (Valls,

2007).

Es preciso que en las instituciones en donde se van a formar los futuros y

futuras profesionales, así como en la sociedad en general, se haga realidad un

ambiente de intolerancia hacia cualquier manifestación de violencia de género.

Esta investigación supone una ruptura del silencio en torno a la violencia de

género en nuestra universidad. La existencia de la violencia de género en las

universidades hace décadas que se investiga en otros países como Estados

Unidos, Canadá, Reino Unido y España.

3

INTRODUCCION.

La Universidad Autónoma de Guerrero, al igual que muchas Universidades

Nacionales e Internacionales ha pasado por un proceso de feminización en su

matrícula, de tal manera, que actualmente cuenta con una población estudiantil

en los diferentes niveles educativos (periodo escolar, 2011-2012) de 66,791.

36,204 son mujeres y corresponde al 54% y 30,587 hombres, que corresponde

a un 46%. La población a nivel Licenciatura es de 24,265 de los cuales el 44%

son hombres y el 56%son mujeres

La población del nivel medio superior, es de 41,058 estudiantes, 19,281 son

hombres (47%) y 21,777 son mujeres (53%) representando la población de este

nivel académico el 63% de la matricula total de UAGro.

El Modelo Educativo y Académico de la UAG, aprobado por el Consejo

Universitario en marzo de 2004, plantea los siguientes contenidos

transversales: los derechos humanos, género, multiculturalidad, diversidad,

pluralidad, equidad, libertad, pobreza. El H. Consejo Universitario en el 2011

nombró la Comisión Universitaria para la Transversalización del Enfoque de

Género (CUTEGGro), que surge con el propósito de coordinar la construcción

de los fundamentos que propicien una cultura de equidad entre la comunidad

universitaria.

La CUTEGGro ha elaborado el documento: “Ruta para la incorporación del

enfoque de género (EG)” una estrategia para la equidad de género que permita

la aplicación de medidas articuladas estratégicamente mediante acciones

afirmativas que corrijan las desigualdades existentes entre mujeres y hombres,

que promuevan el desarrollo profesional, la capacitación y la participación en

los procesos de toma de decisiones.

El H. Consejo Universitario con fecha 3 de marzo del año en curso emitió el

siguiente “acuerdo 4. Se aprueba por unanimidad de votos…, la ruta

metodológica para la incorporación del enfoque de género en la Universidad

Autónoma de Guerrero, presentado por la Comisión Universitaria para la

Transversalización del Enfoque de Género de la UAGro.” En los resolutivos

finales del IV Congreso General Universitario presentados con fecha Marzo,

4

2012 se incluye como tema transversal la Incorporación del Enfoque de Género.

Con fecha 8 de Marzo, 2012 el Gobierno del estado de Guerrero acuerda

“…instrumentar acciones concretas a fin de transversalizar la perspectiva de

Género y de Derechos Humanos”.

La presente tesis nace de la necesidad de obtener un índice informativo

tangible de los acontecimientos de violencia de género que pueden estarse

dando dentro de la casa de estudios más grande del estado de Guerrero.

El trabajo de investigación está constituido por una temática informativa y

reflexiva, en los primeros capítulos se desarrollan los principales conceptos

como son violencia, género, violencia de género, violencia de género en las

universidades, prevención de la violencia de género, sexismo en la educación,

formas en que se registra la violencia de género en las universidades, tipos de

violencia, así como sus consecuencias.

El objetivo general de la investigación es “Conocer los índices de la violencia de

género en la UAGro” y el objetivo específico es conocer las “Formas que

registra la violencia de género en las estudiantes del nivel superior de la

UAGRO-Acapulco” la principal interrogante de la investigación la cual planteo a

manera de Hipótesis de la siguiente forma:

H1 La violencia de género es una realidad que está presente en las unidades

académicas de la UAGro en Acapulco y se expresa de distintas formas.

Se aplico la “Encuesta de la Dinámica de las Relaciones de Genero en mujeres

estudiantes de nivel superior en la UAGRO Acapulco” en las 16 Unidades

Académicas del Nivel Superior, tomando una muestra del 10% del total de

mujeres de cada grupo académico.

La violencia hacia las mujeres en el ámbito universitario ha sido objeto de

estudio desde hace varias décadas, principalmente en países desarrollados. El

problema ha sido abordado sobre todo desde enfoques epidemiológicos y de

salud pública, cuya prioridad suele ser la determinación de la prevalencia del

fenómeno y la identificación de las diferentes variables o “factores de riesgo”

que se le asocian. La inmensa mayoría de la investigación realizada en este

campo es de corte cuantitativo y transversal.

5

En México el tema ha comenzado a ser investigado apenas recientemente con

un enfoque similar y los trabajos aun son muy escasos, En Guerrero son pocas

las investigaciones sobre este fenómeno. El Instituto Nacional de Estadísticas y

Geografía (INEGI) realizo un estudio llamado “Mujeres en Guerrero” (2007)

obteniendo resultados estadísticos sobre desigualdad de género y violencia

contra las mujeres.

Algunos resultados: en la distribución de mujeres de 15 y más años casadas o

unidas por condición y tipo de violencia hacia ellas por parte de su pareja en los

últimos 12 meses, según ámbito de residencia urbano-rural. Entre la zona

urbana y rural se encuestaron a 620 955 mujeres de las cuales 359 586 en

zona urbana y 261369 en zona rural unos de los resultados relevantes fue que

de las 359 586 mujeres encuestadas en la zona urbana 162 912 mujeres

manifestaron haber vivido al menos un índice de violencia ya sea física,

psicológica, económica, por mencionar algunas es decir que de cada 100

mujeres 45.3 de ellas han sido violentadas y en la zona rural de 261 369

mujeres encuestadas 81 066 con al menos un índice de violencia es decir de

cada 100 mujeres 31.0 han sido violentadas.

La Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia (CONAVIM,) en el

año 2007 indicó que el Estado de Guerrero está entre los primeros seis estados

con el más alto índice de violencia hacia las mujeres.

La violencia forma parte de nuestra realidad y todos, en diferentes contextos

geográficos, políticos y culturales; independientemente de la condición

socioeconómica, raza, edad y sexo hemos sido objeto de esta a lo largo de

nuestras vidas. La violencia está presente en todas partes: en las calles, las

escuelas, centros de trabajo y en el hogar.

El uso de la violencia es motivo de preocupación y reprobación social, se

expresa en el rechazo a la guerra, al genocidio, feminicidio, homicidio y

terrorismo. Sin embargo estos fenómenos son valorados de distinta manera

según el contexto donde se presentan y a los grupos sociales que afecta, es

decir, lo que para una sociedad y un determinado contexto es violento para otra

puede no serlo.

6

La aceptación, tolerancia o sanción de conductas violentas varían de una

sociedad a otra y se modifican con el tiempo, siempre y cuando cambien las

creencias y valores de la sociedad, en la nuestra se expresa tanto en la

reprobación, como la tolerancia de manera ambivalente, en especial en algunas

de sus manifestaciones y ámbitos donde ocurra.

En México como en casi todo el mundo, persiste la creencia sobre lo que

deben ser los comportamientos femenino y masculino en base a los

estereotipos tan marcados como son los roles o maneras de comportarse del

hombre y de la mujer, es decir las mujeres son por naturaleza dulces, sumisas,

sentimentales y pasivas, los hombres son fuertes, activos, agresivos y

dominantes; de acuerdo a lo anterior se justifica que los hombres impongan su

voluntad y autoridad sobre las mujeres, incluso recurriendo a la violencia.

La norma oficial mexicana NOM-190-SSA1-(1999) identifica como grupos

vulnerables de la violencia: a las niñas, los niños, adolescentes, mujeres,

discapacitados y adultos mayores y la define como al “acto u omisión único o

repetitivo, cometido por individuo, en relación de poder, en función de sexo,

edad o condición física en contra de otro u otros integrantes de la misma, sin

importar el espacio físico donde ocurra el maltrato físico, psicológico, sexual o

abandono”.

7

CAPITULO 1 REFERENTES TEÓRICOS

1.1 VIOLENCIA

1.1.1 VIOLENCIA Y AGRESIVIDAD

Desde el origen de la sociedad y hasta la actualidad la violencia ha sido un

problema social presente en los hechos cotidianos de los seres humanos. Pese

al conocimiento de tal fenómeno, aún no se ha llegado a entender

completamente dicho fenómeno ya que se presenta en formas y espacios

diferentes.

Van Soest (citado por Saldívar Hernández, (2000) menciona que la violencia

se constituye por una pirámide con tres niveles, en donde la base se constituye

por la violencia estructural y cultural (como la discriminación de raza, género,

etnia, religión, orientación sexual, pobreza, racismo, entre otras); el segundo

nivel es la violencia institucional (oficinas gubernamentales, hospitales,

reclusorios, “universidades” etc.) y en el nivel más alto o en la punta de la

pirámide se localiza la violencia individual (que tiene que ver con relaciones

interpersonales)

La violencia no es solo un grave problema social, también es un delicado

problema de salud pública y mental; entendiendo con esto, que es el causante

de que existan a nivel mundial 1.6 millones de muertes, en su mayoría en edad

productiva (World Herlth Organization, 2002).

La violencia se puede manifestar de diferentes maneras y es ejercida a

distintos niveles, ya sea física, psicológica o afectivamente así como también la

que se ejerce para cortar la libertad y la capacidad para poder decidir; ésta se

puede presentar a nivel individual, familiar, grupos sociales o a nivel

institucional. (WHO, 2002).

En este punto es conveniente mencionar un término que se asocia

frecuentemente con la violencia pero su significado no es el mismo, dicho

termino es la agresividad, la cual se refiere a algo natural y que está

relacionado con la sobrevivencia; no así la violencia en donde está en juego el

abuso de poder; la agresividad se dispara cuando el individuo se siente

8

amenazado y la utiliza como mecanismo de sobrevivencia y la violencia se

refiere a aquellas acciones que se desencadenan sin un estimulo aparente

dañando la integridad de quien la recibe.

Corsi, (1994) hace una diferencia entre lo que es la agresividad y la violencia,

considerando a la agresividad como un “constructo teórico” conformado por tres

dimensiones: a) conductual a la que le llama agresión, b) fisiológica lo que se

relaciona con estados afectivos y c) vivencial o subjetiva que tiene que ver con

la experiencia del sujeto y señala que la violencia es un hecho en la que se

utiliza la fuerza y se manifiesta el poder.

La violencia es un fenómeno que ha estado presente en las relaciones interper-

sonales y sociales a lo largo de la historia. Su presencia cotidiana en el espacio

doméstico y privado así como en la esfera pública, la escuela, la comunidad, la

Nación y las relaciones internacionales entre otras, ha resultado en que se

perciba como un comportamiento natural o “normal intrínseco a las y los seres

humanos”.

Sin embargo, estudios en décadas recientes han indicado que si bien las

personas sentimos agresividad como mecanismo de defensa, ésta no se

convierte necesaria y automáticamente en conductas violentas. Por el contrario,

una respuesta violenta sigue a un conjunto de pautas socialmente aprendidas

en contextos culturales que marcan o determinan qué conducta es o no válida,

cuándo y cómo se ejerce, por qué y por quién.

1.1.2 DEFINICION DE VIOLENCIA

La conceptualización de la violencia contiene dificultades teóricas dadas la

gran variedad semántica de la palabra que abarca aspectos bastante disímiles.

El concepto de violencia se ha forjado poco a poco a través de la historia de la

humanidad. Sin embargo, no es sino hasta el siglo XX que se legisla en la

materia cuando se trata de proteger a la persona humana y, más recientemente

a la mujer.

La Organización Mundial de la salud (OMS) define a la violencia como “el

uso intencional de la fuerza física o poder, hecho o amenaza, contra uno

9

mismo, otra persona o contra un grupo o comunidad, que resulte o tenga una

alta probabilidad de resultar en lesión, muerte, daño psicológico, subdesarrollo

o privación.” WHO, (2000).

Corsi (1994) señala que la violencia está relacionada con estructuras de

poder o de dominio en la que siempre existirá el uso de la fuerza para producir

daño el cual puede ser físico, psicológico, económico, y político. Dicha violencia

es el medio para doblegar la voluntad del otro.

La violencia no solo se define como el accionar violento en sí, sino que además

incluye las consecuencias sufridas por otros, Webster´s, (1988) es decir:

1. Fuerza física usada para lastimar, dañar o destruir: acción

extremadamente ruda.

2. Fuerza o energía poderosa intensa, generalmente devastadora o

explosiva.

3. Uso injusto de la fuerza o poder, como en la violación de los derechos de

otros, etc. el daño hecho por dicho uso.

4. Gran fuerza de sentimientos, conductas o expresiones.

En resumen, para que una conducta violenta sea posible tiene que darse una

condición: la existencia de cierto desequilibrio de poder, que puede estar

definido culturalmente, por el contexto o producido por maniobras

interpersonales de control de la relación Corsi, (1999).

Israel Drapkin, (1989), señala que vivimos perseguidos por un mundo violento,

que en la mayoría de los casos, lo aceptamos y reproducimos porque no somos

capaces de diferenciar entre el conjunto de valores y anti-valores que dan

origen a las relaciones interpersonales de ciertos núcleos sociales, dando paso

a actos reprochables que después han de ser sometidos a juicio de la autoridad

por alterar las normas y la sana convivencia.

La palabra violencia está enunciada en numerosos ámbitos como lo son los

medios de comunicación, textos impresos (libros, periódicos, revistas, etc.) e

inclusive en las conversaciones que mantenemos cotidianamente con otras

personas. La escuchamos, la nombramos, la percibimos.

10

1.1.3 TIPOS DE VIOLENCIA

La Organización Mundial de la Salud, WHO (2002) reconoce los siguientes tipos

de violencia:

1. AUTOINFLINGIDA: aquella conducta intencional y dañina dirigida hacia

sí mismo, en la cual el suicidio seria la consecuencia extrema, se puede

incluir la auto-mutilación y conducta para suicida en la cual el intento es

autodestructivo, pero el fin no es la muerte.

2. INTERPERSONAL: aquellas conductas violentas entre individuos que no

son organizadas o planeadas por grupos sociales o políticos; en este tipo

de violencia existe la relación víctima-agresor, como sería el caso de la

violencia domestica que es familiar e intima.

3. ORGANIZADA: aquella conducta violenta motivada por cuestiones

políticas, sociales o económicas de un grupo social o político; ejemplo de

este tipo de violencia son las guerras y las mafias.

4. VIOLENCIA ESTRUCTURAL: Se ejecuta a nivel de estructuras sociales

y sus diferencias. Cascón (2007) opina que este tipo de violencia tiene

que ver con modelos organizativos y estructuras injustas que mantienen

a las personas en la insatisfacción de sus necesidades, es oculta y no

reconocida, por ejemplo: el racismo, la pobreza, el sexismo y la violación

a los derechos humanos

5. VIOLENCIA INSTITUCIONAL: forma de violencia que conserva parte del

concepto clásico de la misma, pero está determinada por relaciones

verticales de desigualdad.

6. VIOLENCIA SIMBOLICA: al sujeto se le dota de significados para que

actué como la sociedad lo determine, negándole la oportunidad de actuar

libremente, sin que afloren sus deseos, para lo cual hacen uso de

aspectos culturales como la religión, los mitos, chistes, canciones

creando así un marco ideológico y conceptual.

7. VIOLENCIA DE GÉNERO: forma mediante la cual se intenta perpetuar el

sistema de jerarquías impuestas por la cultura patriarcal, es una violencia

estructural dirigida a las mujeres con el objeto de mantener o incrementar

11

su subordinación al género masculino hegemónico.

8. VIOLENCIA DOMESTICA: la que tiene lugar en el espacio domestico.

9. VIOLENCIA FAMILIAR O INTRAFAMILIAR: abuso de poder que se

desarrolla en el contexto de las relaciones familiares y que ocasiona en

las victimas de esos abusos daños a diferentes niveles. Los grupos

vulnerables identificados en este campo son las mujeres, las niñas, los

niños y los adultos mayores.

Dentro de la violencia directa ejercida en contextos privados y de acuerdo

con García (2004) y Adame (2003) se encuentran:

10. VIOLENCIA FISICA.- comprende un rango amplio de agresiones que va

desde un empujón y pellizco hasta lesiones graves con secuelas físicas

permanentes o la muerte misma, incluye acciones tales como jaloneos,

bofetadas, jalón de cabellos, torcedura de brazo, golpes con el puño,

patadas, arrojar objetos, provocar quemaduras, apretar el cuello o

agresión con algún tipo de arma. Las consecuencias siempre son

traumáticas; la gravedad desde el punto de vista físico va desde

hematomas, heridas, fracturas, lesiones en órganos internos,

hemorragias, abortos, conmoción cerebral y muerte.

11. VIOLENCIA EMOCIONAL O PSICOLOGICA: engloba una serie de

comportamientos dirigida al menoscabo de la autoestima de la mujer,

comprende acciones de menosprecio a su persona o a sus ideas,

insultos, amenazas, celos y posesividad, criticas a lo que hace y a la

forma en cómo lo hace, burlas o comparaciones desfavorables con otras

personas, dejar de hablarle, resaltar defectos, poner sobrenombres

ofensivos, tratarla como menor de edad, destruir objetos personales o

muebles de la casa, proferir amenazas verbales contra ella o sus hijos e

impedirle frecuentar familiares y amigo.

Como consecuencia del maltrato psicológico se presenta la baja

autoestima, sentimiento de miedo, ira, vulnerabilidad, tristeza,

humillación y desesperación, además puede provocar trastornos

psiquiátricos como desanimo, ansiedad y estrés postraumático, abuso o

12

dependencia del alcohol, tabaquismo y otras sustancias nocivas,

ideación o intento suicida, entre otros, citado por la Secretaria de Salud

de México, SSA,(2000).

12. VIOLENCIA SEXUAL: son aquellas conductas que obligan a la mujer a la

realización del acto sexual sin su consentimiento ni deseo explicito,

hostigamiento sexual, critica a su comportamiento sexual, comparación

denigrante con otras mujeres, uso de objetos en la vagina y violación ,

forzarla a tener relaciones sexuales sin protección contra el embarazo

y/o infecciones de transmisión sexual, acusarla falsamente de actividad

sexual con otras personas, obligarla a ver películas o revistas

pornográficas o exigirle observar a la pareja mientras esta tiene

relaciones sexuales con otra mujer Venguer, T,. Fawcett, G., Vernon, R y

Pick, R. (1998).

Como consecuencia de este tipo de maltrato están las lesiones o

infecciones genitales, anales, del tracto urinario y oral embarazos que

son interrumpidos por procedimientos muy riesgosos y sin ningún tipo de

apoyo familiar, lo que representa un grave problema para su integridad

física y emocional.(SSA,2000).En el campo psicológico, este tipo de

violencia puede provocar baja autoestima, ideas y actos

autodestructivos, trastornos sexuales, abuso o dependencia a

sustancias, además produce alteraciones en el funcionamiento social e

incapacidad para ejercer la autonomía reproductiva y sexual. (SSA,

2000).

13. VIOLENCIA ECONÓMICA: se refiere al ejercicio abusivo del poder que

incluye el control y manejo del dinero, propiedades y en general de los

recursos de la familia. Algunas de las manifestaciones son: exigir a la

mujer todo tipo de explicaciones cada vez que requiere dinero, dar

menos del necesario a pesar de contar con él, inventar falta del mismo,

gastar sin consulta previa cantidades importantes, disponer del dinero de

ella, tener a su nombre propiedades derivadas del matrimonio, privar de

vestimenta, comida, transporte o refugio a la familia (Verguer, et al.,

13

1988).

14. VIOLENCIA POR ABANDONO: se refiere al incumplimiento de

obligaciones por parte de quien está comprometido a proveer de

cuidados y protección; esto puede verse reflejado en la alimentación,

higiene, control o cuidados rutinarios, en la atención emocional y del

desarrollo psicológico o en necesidades medicas atendidas tardíamente

o no resueltas (SSA,2000).

1.2 GÉNERO

1.2.1 DEFINICION DE GÉNERO

El término “género” surgió en las ciencias sociales a partir de que el

investigador John Money en 1955 acuñó la palabra rol de género para referir el

conjunto de conductas atribuidas a los varones y a las mujeres, pero fue Robert

Stoller en 1968 quién estableció más nítidamente la diferencia conceptual entre

sexo y género, apoyándose para ello en las investigaciones que hizo entre

niños y niñas, que debido a problemas anatómicos congénitos habían sido

educados de acuerdo a un sexo que no correspondía con el suyo.

Es decir, utilizó dicha aproximación para comprender los casos en los cuales no

existía adecuación entre el sexo de una persona y la vivencia y desarrollo social

de su personalidad. Para esto construyó una serie de precisiones conceptuales

y clínicas, que aunque cargadas de una visión normalizadora, incluyen tres

divisiones: el sexo denomina la estructura biológica; la identidad de género es la

percepción consciente e inconsciente de la pertenencia a un sexo; el rol de

género es el papel que se juega socialmente. Mercader (1997)

Delgado- Vallesteros (2002), define el concepto de género como aquellas

relaciones de poder que se ejercen entre las personas y las instituciones y que

a través de la cultura se han transmitido patrones de conducta, ideologías, roles

y estereotipos que han determinado la forma de actuar y sentir de las personas,

lo que implica el cómo nos vamos a comportar dependiendo de nuestro sexo.

Para Rohlfs, Borrell y Fonseca (citados en Rohlfs, y Valls- Llobet, (2003)

género, es el concepto sociocultural relacionado con costumbres y significados

14

que se dan a las atribuciones femeninas y masculinas, que pueden ser

diferentes en tiempo y entre las sociedades.

Barquet (et. al. 2004) comenta que el género es un conjunto de ideas,

creencias y atribuciones sociales construidas en cada cultura y momento

histórico, tomando como base la diferenciación sexual.

El Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES, 2006) dice que son las

practicas que determinan el tipo de características consideradas socialmente

como masculinas (adjudicadas a los hombres) y como femeninas (adjudicadas

a las mujeres).

Para Carrasco (1999) la diferencia sexual marca en toda cultura “modelos

normativos” acerca de cómo debe de ser un varón y una mujer; es decir, en

función del sexo, la sociedad distribuye roles, crea estereotipos e internaliza

modelos, realiza una clasificación de comportamientos, funciones,

oportunidades, valoraciones, y relaciones en dos modelos que son el masculino

y el femenino, así como una división especifica del trabajo, obligaciones y

derechos para mantener un sistema social.

El género es una categoría utilizada para analizar cómo se definen,

representan y simbolizan las diferencias sexuales en una determinada

sociedad. Por tanto, el concepto de género alude a las formas históricas y

socioculturales en que mujeres y hombres construyen su identidad, interactúan

y organizan su participación en la sociedad. Estas formas varían de una cultura

a otra y se transforman a través del tiempo.

Así, este concepto es resultado de un proceso de construcción social mediante

el que se otorgan simbólicamente expectativas y valores que cada cultura

atribuye a los hombres y las mujeres. El género se diferencia del sexo, porque

el primero es una construcción cultural, un aprendizaje, el resultado de un

proceso de formación y socialización, en tanto que el sexo corresponde a las

diferencias biológicas y físicas entre mujeres y hombres.

En otras términos, el género no proviene de la naturaleza, sino que se refiere a

los roles socioculturales que mujeres y hombres practican en la vida cotidiana.

Consecuencia de ese aprendizaje cultural, unos y otras exhiben los roles e

15

identidades que les han sido determinados por el género. De ahí, la

superioridad de lo masculino y la subalternidad de lo femenino, ingredientes

esenciales de ese orden simbólico que definen las relaciones de poder de los

hombres sobre las mujeres, origen de la violencia de género.

Una de las ideas centrales en los estudios de género es que los modos de

pensar, sentir y comportarse de ambos géneros, más que tener una base

natural o biológica, se deben a construcciones sociales y familiares establecidas

de manera desigual a hombres y mujeres. Lamas define género como el

conjunto de ideas sobre la diferencia sexual que atribuye características

“femeninas” y “masculinas” a cada sexo. Para la autora, esta simbolización

cultural de la diferencia anatómica sexual (vagina/pene) toma forma en un

conjunto de prácticas, ideas, discursos y representaciones sociales que dan

atribuciones de conducta objetiva y subjetiva de las personas en función de su

sexo.

En otras palabras, el género es el conjunto de maneras aceptadas de ser mujer

o ser hombre en una época y cultura determinadas. Como categoría de análisis,

tal como señala Burin, M.( 1998 ) es importante destacar la forma en que el

género, contiene tres principales rasgos que deben ser tomados en cuenta; es

siempre relacional, porque aparece a nivel de las interacciones, las cuales son

de poder; es una construcción histórico-social, que se ha producido a lo largo

del tiempo de distintas maneras y, como tercer punto, se debe tener presente

que jamás aparece en forma pura, puesto que la noción de género suele ofrecer

dificultades cuando se le considera un concepto totalizador ya que de esta

manera se vuelven invisibles la variedad de determinantes con que nos

construimos como sujetos (clase, etnia, raza, religión, edad, determinantes de

salud, lingüísticos, políticos, etcétera).

La teoría de género es por tanto un marco conceptual que permite comprender

la producción social de las contradicciones entre hombres y mujeres. Esta

producción es un constructo voluntario e involuntario, consciente e inconsciente.

La teoría de género es intensamente útil para entrelazar análisis múltiples que

destaquen la complejidad social. El género como categoría analítica es

16

necesario para abordar un fenómeno social e individual y tener una visión más

completa de la persona o el grupo en su conducta, características, emociones,

posición de poder y roles, por nombrar algunas. Esto recibe el nombre de

perspectiva de género.

Consiguientemente, el género es una categoría compleja y múltiplemente

articulada en la que se entrecruzan tres elementos básicos:

Capacidad, asignación o etiqueta de género: Es la rotulación que se da a

la/el recién nacida/o, a partir de los genitales externos, por parte de

médicos y familiares quienes representan el discurso cultural; refleja los

estereotipos de la feminidad/masculinidad para alcanzar la crianza

“adecuada” de ese cuerpo identificado.

Identidad de género: Resulta en el momento en que el infante descubre

la particularidad de sus órganos sexuales externos y se establece

aproximadamente a la misma edad en que se adquiere el lenguaje –

entre los dos y tres años- siendo anterior al conocimiento de la diferencia

anatómica de sexos.

Rol de género: Es el conjunto de normas y prescripciones que dictan la

sociedad y la cultura sobre el comportamiento femenino y masculino.

Desde la perspectiva biológica la diferencia es clarísima: hombres y mujeres no

tienen el mismo cuerpo ni disponen de las mismas capacidades fisiológicas. La

necesidad de aparearse para reproducir la especie (natural), fue remontada

hace mucho tiempo por una humanidad constituida por mujeres y hombres

culturalmente construidos. Sólo la ideología del poder patriarcal es capaz de

sostener que las mujeres están sometidas a la biología como destino y los

hombres a la cultura.

La noción de sexo utilizada al estudio de las diferencias entre hombres y

mujeres es imprecisa: por un lado y desde la perspectiva más divulgada, se

utiliza para designar las diferencias físicas y culturales que existen entre

mujeres y hombres (el sexo femenino y el sexo masculino), así como al acto

sexual en sí mismo. El discurso feminista va más allá de la simple reducción de

la diferencia sexual, biológica y fisiológica: las discrepancias esenciales de los

17

sexos se han construido sobre la complejidad de los significados, que a lo largo

de la historia han hecho de mujeres y hombres personas culturalmente

construidas

Una vez que socialmente se determina a mujeres y hombres un género, se

espera que se comporten como mujeres o como hombres de acuerdo a pautas,

valores, normas, estereotipos, modelos o figuras socioculturales que definen al

comportamiento femenino y masculino. La sociedad requiere que nos

comportemos de esta manera tanto en la vida social general como en la vida

cotidiana privada de cada mujer y cada hombre.

Los estereotipos de género incluyen tanto el repertorio de actividades

consideradas adecuadas para varones o mujeres (estereotipos de rol de

género) como las características psicológicas que se imputan a uno y otro sexo

(estereotipos de rasgos de género).

En esta diferenciación genérica, del hombre se espera competitividad,

agresión, fuerza, control, ser el sostén y jefe de familia, poseyendo además el

valor de ser productores, consumidores e intercambiadores de mercancías-

mujeres.

En consecuencia, padres y madres desarrollan en sus hijos varones las

habilidades necesarias para la resolución de problemas, conductas que

proporcionarán en la adultez autopercepciones de capacidad de afrontamiento y

toma de decisiones. El hombre, colectivamente, se instituye subjetivamente a

partir de la represión de lo pasivo, lo sentimental y lo femenino que tienen una

connotación social negativa; siendo así que la construcción de la masculinidad,

según Kaufman, (1989) se hace mediante la triada de la violencia hacia las

mujeres, hacia otros hombres y hacia sí mismo.

Además, de las mujeres se espera la comprensión, la sensibilidad, la sumisión y

un ideal materno que contenga incondicionalidad, altruismo, sacrificio, cuidado y

protección para los otros; es decir, las mujeres son precisadas,

tradicionalmente, en función de ser para los otros como madres, hijas y

esposas. Igualmente, en la educación de las niñas se desarrollan

18

fundamentalmente conductas de protección, que las traslada a auto percibirse

en el futuro como seres necesitados de ayuda.

Algunas de las conclusiones de los estudios de género que ayudan a la

comprensión del fenómeno de la violencia del hombre contra las mujeres son:

La subordinación de las mujeres es fruto de las relaciones que organizan

y producen la sexualidad y el género.

Las concepciones de género instituyen áreas de la vida tales como: el

trabajo, el ocio, la actividad religiosa, las relaciones de pareja, etc.

Se atribuyen las diferencias entre hombres y mujeres en expresiones de

pares de oposiciones, como mujer con naturaleza, interés privado y

doméstico, mientras que al hombre con lo cultural, el interés social y el

ámbito público.

Se demarca a la mujer en relación con el hombre (mujer de, hija de,

hermana de) y al hombre por sus estatus o papel en la sociedad

(guerrero, jefe, doctor, etc.)

La organización social del prestigio es la fachada que más afecta a los

elementos culturales de género y sexualidad. El parentesco y el

matrimonio poseen un lugar dentro de este sistema de prestigio.

Se jerarquiza lo masculino sobre lo femenino relacionando a la mujer con

lo débil y al hombre con lo fuerte, convirtiéndose en una clara relación de

poder.

1.2.2 FEMENINO Y MASCULINO.

A través de los años tanto a hombres como a mujeres se les ha representado

como seres totalmente opuestos, relacionando a la mujer con aquellas

características consideradas como negativas y dicho por Aumann e Iturralde,

(2003) a la mujer se le relaciona con características negativas y son conocidos

los argumentos relativos a la inferioridad femenina, colmada de terribles

peligros y debilidades.

Corsi (2003) menciona que la identidad masculina se construye bajo dos

19

procesos

1) la represión de los sentimientos

2) la obsesión por logros y el éxito

Esos procesos dan como resultado que su relación con el mundo se

caracteriza por:

1) conducta emocional restringida

2) actitudes basadas en modelos de control poder y competencia

3) dificultades para el cuidado de la salud

Todo esto trae consigo que el hombre debe de negar o acabar con aquellas

conductas consideradas como femeninas, así mismo, Corsi (1995) comenta que

al hombre se le hace creer que es superior a la mujer dentro de la sociedad

patriarcal.

Suarez (1994) menciona que entre los significados de género más difundidos

para el hombre son: la fortaleza, el control emocional, el éxito y para la mujer

son: la dulzura, la debilidad, la obediencia por mencionar algunos.

El modelo de masculinidad se caracteriza por mitos los cuales sirven para

explicar y mantener la estructura social:

-la masculinidad es la forma más valorada de la identidad genérica

-el poder, la dominación, la competencia y el control, son esenciales

como pruebas de masculinidad.

-la vulnerabilidad, los sentimientos y las emociones en el hombre son

signos de feminidad y deben evitarse.

-el autocontrol y el control sobre los otros y su entorno son esenciales

para que el hombre se sienta seguro.

-la sexualidad es el principal medio para probar la masculinidad;

-la sensualidad y ternura se consideran femeninas y deben ser

evitadas.

Con estos mitos al hombre se le ha significado como un ser capaz de todo y

con la fortaleza para poder controlar cualquier situación, adjudicándole un lugar

privilegiado dentro del sistema social para poder dirigir y tomar decisiones.

De acuerdo con Suarez (1994), estas características no son las únicas

20

relacionadas con este género, ya que la socialización masculina crea

estrategias de resolución de conflictos por medio de la manifestación de la ira y

la externalización de la culpa y si estas estrategias fallan lo que puede ocurrir es

que sobrevenga un ataque de frustración y provocar una cadena de violencia

con tal de lograr el control de la situación siendo estas las características de

este género.

En relación al modelo de feminidad, los mitos también juegan un papel

importante, los cuales sirven para fragilizar a la mujer y se le asigna un lugar

colocándola como “ser de otro o para otro” no como ser de “si” Fernández,

(1996)

Este modelo se construye por medio de los procesos de:

labilidad emocional

exclusión de la sociedad y su discurso

la asignación dentro de un lugar físico privado por el cual debe

velar.

Los procesos antes mencionados dan como resultado que su relación con el

mundo se caracteriza por:

ser de otro y para otro

relaciones de tipo sentimental

actitudes basadas en modelos de sumisión y dependencia

problemas de salud mental producto de la represión de sus

deseos.

Para González (1998) el mito juega un papel muy importante en la sociedad

ya que son la justificación de una realidad y que se divulgan con más fuerza

que los conocimientos de acuerdo a Díaz (2003) requieren de una elaboración

intelectual para ser demostrados; es decir, los mitos legitiman situaciones y

relaciones sociales, justifican un orden que pretende mantenerse como

inalterable y establecen códigos culturales marcando una diferencia de orden

moral, entre los hombres y las mujeres.

Por medio de los mitos, a la mujer se le enseña que su identidad va a

depender de la posibilidad de mantener una relación, que debe ser buena y

21

estar al servicio de otro, de no ser así, se volvería mala y digna de un castigo.

Estos promueven un modelo de feminidad que alteran la salud mental de las

mujeres (Ferreras y Heredia, 2006), ya que no les permiten hacer lo que

desean, la fragiliza de tal forma que en lugar de promover el reconocimiento de

sus deseos crean la necesidad de desear el reconocimiento. Con esto se

concluye que la construcción de la identidad de género se da por la asignación

de significados pero también por la aceptación de los mismos por parte del

individuo.

Para poder mantener el posicionamiento, las características de la feminidad

se asocian a tres mitos:

1) mujer = madre

2) amor romántico

3) pasividad erótica.

Existen diferencias biológicas entre mujeres y hombres, sin embargo, el valor

simbólico, político y ético que se les asigna es una distinción cultural. Las

diferencias internas y externas que corresponden a hembras y machos de la

especie son significadas y sirven de soporte cognitivo, descriptivo y auto

perceptivo para la conformación de lo femenino y lo masculino, la asignación de

identidades, roles, prohibiciones y obligaciones socialmente asignadas y

compartidas. Las diferencias entre los grupos son múltiples respecto a cuáles

son los elementos que conforman la masculinidad y la feminidad, lo cual es una

prueba empírica de que los atributos que se les asignan no son genéticos.

Por otra parte, lo biológico no existe en sí desligado de connotaciones

simbolizadas, que entremezclan el conocimiento y el poder. Si se asume como

correcta la visión antropológica, es pertinente indicar que la exploración,

observación y vivencia de los cuerpos nunca es totalmente individual, sino

socializada. La sexualidad tiene una historia social de prohibiciones,

permisibilidades y variantes espacio-temporales, que no implican un punto

neutro para el comportamiento y la clasificación.

Lo que se presenta, sin embargo, es una paradoja propia de las ideologías: las

identidades femenina y masculina han sido construidas por tradición cultural, sin

22

embargo, son vividas generalmente como algo natural e incuestionable, como si

lo propio del género (lo que socialmente se piensa y vive como femenino o

masculino) fuera un hecho causal motivado por las diferencias biológicas.

Los esquemas y las percepciones sobre las cuales descansa la distinción,

requieren la reflexión para extraer de ella la lógica de su devenir. La diferencia,

la auto designación y la hetero-designación a un sexo-género tiene, sin

embargo, enormes repercusiones, puesto que marcan la pauta en el

desempeño que tienen “hombres y mujeres en las instituciones sociales,

económicas, políticas y religiosas, que incluyen actitudes, valores y

expectativas que una sociedad dada conceptualiza como femeninas o

masculinas”.

La asignación sexo-genérica señala “obligaciones, prohibiciones y atributos

eróticos, económicos, sociales, culturales, psicológicos, de identidad y

políticos”, aunque en la práctica esto es bastante más móvil de lo que parece.

En la orientación lacaniana, ser hombre o mujer está asociado con un proceso

de sexuación de una estructura simbólica, que hace existir seres hablantes que

se encuentran todos en la función fálica (a los que podemos denominar

hombres) y seres hablantes que no están todos en la función fálica (a quienes

podemos denominar mujeres).

Los genitales y, en términos más amplios, la biología, no determinan la

identidad de género. Soler (2008) Al contrario, se modifica o revierte la

investidura biológica del cuerpo desde el orden imaginario, que incluye la

identidad, conciencia, autodeterminación, percepción y valoración del cuerpo y,

simultáneamente, en las elaboraciones simbólicas, conformadas entre otros

aspectos por el empuje de la búsqueda de un significante, de una

estructuración, el impulso del deseo. Hay hombres que transitan hacia lo que

socialmente se designa como mujer o viceversa.

Por ello, como indica Lamas, “lo que hace femenina a una hembra y masculino

a un macho no es pues la biología, el sexo; de ser así, ni se plantearía el

problema” La mas (1986) p. 111 El proceso radica más bien en términos de

sexuación, identidad, simbolización y socialización.

23

1.2.3 GENERO Y PODER

Según Foucault, el poder es la consecuencia del juego de relaciones sociales

dinámicas y no igualitarias. El poder se reproduce a través de un discurso de

verdad que se aplica mediante el derecho, la educación y la familia,

disciplinando los comportamientos individuales en todo lo que a la forma de

educar es considerada como normal. Promoviendo cierta manera de ver al

mundo, una determinada mentalidad que hace que se reproduzca una

determinada relación de poder. No es una categoría abstracta, es algo que se

practica, que se visualiza en las interacciones. Este ejercicio tiene dos efectos,

es opresivo y configurador porque determina formas de ver el mundo que

precisan existencias y subjetividades.

La desigual distribución del ejercicio de poder sobre otros lleva a la asimetría

relacional. La posición de género femenino o masculino, es uno de los ejes que

atraviesa las desigualdades de poder, y la interacción de pareja, el lugar

privilegiado en el que se manifiesta. Ser varón presume tener el derecho a ser

protagonista, la cultura patriarcal niega este derecho a las mujeres, que

corresponderá entonces conquistarlo.

Estas situaciones de poder, que desfavorecen a las mujeres suelen ser

invisibilizadas en las relaciones, se construye el mito de que en las relaciones

hombre-mujer se desarrollan prácticas igualitarias. Aunque no todas las

personas siguen al pie de la letra este precepto de género y que la dicotomía:

fragilidad de la mujer/fortaleza del hombre, está cada vez más en entredicho,

aún sigue siendo hegemónico el modelo genérico tradicional.

El género es un principio organizador de las relaciones de poder en las

sociedades humanas. El género se construye a partir de los discursos y

representaciones culturales de las diversas tecnologías sociales que van desde

los medios masivos de comunicación (mass-media), las relaciones de vida

cotidiana, pasando por los discursos institucionalizados de diferentes

disciplinas.

Tanto nuestro lenguaje, como nuestra historia cultural y las formas sociales

24

están generadas, es decir, responden a un sistema de relaciones de poder y de

género. Cada círculo cultural contiene sus rituales de reproducción simbólica y

material, respondiendo a sus normas y valores. Es diferente la pertenencia a

una clase u otra categoría social si se es hombre o mujer y es diferente ser

mujer u hombre de acuerdo con la clase, la casta y la raza.

Cada nación y cada etnia estructuran una organización genérica y una

cultura genérica correlativa con sus peculiaridades de identidad, con normas,

deberes y prohibiciones para las mujeres y los hombres, y desde luego con un

orden de poderes de género y un conjunto de concepciones sobre el mundo.

Esta relación cultural que se produce en la cotidianidad, es mediada por la

organización social genérica que no es más que el orden que establece que el

sexo, es decir, las características genitales, impliquen la asignación de

actividades, funciones, relaciones y poderes específicos, diferenciando a las

personas, asignándole un género, categoría que lógicamente va a determinar y

a regular la conducta y maneras de hacer de los sujetos en el ámbito social.

Esta relación que se establece, no solo implica un comportamiento en esa

esfera tan amplia como es la social, sino que dentro de la familia también estos

comportamientos van a regularse, enseñarse y censurar a los que no cumplen

lo establecido.

Esta organización es dinámica y variable en el tiempo, en cada época, las

sociedades hegemónicas han impuesto y trasladado sus modelos de

organización genérica a las sociedades bajo su influencia a través de procesos

de conquistas, colonización e imperialización. En sí misma, se constituye como

una red de poderes, jerarquías y valores. Las reglas básicas de este tipo de

configuración consisten en un poder que existe y aumenta por la existencia y

permanencia de otro al que se le niega este poder, a partir de la desvalorización

del otro. Este conjunto de mecanismos es el que asegura la desigualdad de

poderes en el orden genérico y su recreación permanente, de ahí que su labor

ha estado encaminada a cerrar las alternativas de búsqueda de la mujer y al

conocimiento.

Las mujeres y los hombres contemporáneos estamos conectados a un

25

sincretismo entre el patriarcado tradicional y la desconstrucción moderna de

esta configuración, desde principios del siglo XIX, la mujer ha ido conquistando

varias esferas de la vida pública, lo que le ha permitido ganar en autonomía e

independencia. El patriarcado es un orden genérico de poder, basado en un

modo de dominación cuyo paradigma es el hombre. Este orden asegura la

supremacía del sexo masculino sobre el femenino, basado o sustentado en la

desvalorización previa de las mujeres y de lo femenino.

Los sistemas culturales crean modelos explicativos sobre la naturalidad del

mundo, donde las personas se afanan por cumplir, no solo con sus deberes de

género, sino también porque estas sean afines a las de su raza, su clase, su

edad. Cada persona va a invertir sus energías para vivir de manera adecuada,

para que se corresponda con los estereotipos de identidad.

No cumplir con los deberes y los mandatos colocan a las personas en el

terreno de la prohibición sagrada, de la infracción, del tabú. Con esta pedagogía

de identidad se considera obvio, que está en la naturaleza de las mujeres ser

mujeres y femeninas, de los ancianos, ser ancianos, de los negros ser negros, y

así sucesivamente. El dogma consiste en que cada quien debe ser conforme a

la manera inherente de cada sujeto. Se hace creer que cada persona en su vida

está predeterminada por su sexo, lo que no es nada sencillo por lo que se hace

necesario divulgar constantemente evidencias contundentes de que solo es

posible ser y vivir de acuerdo a los estereotipos de género, para disminuir las

múltiples pruebas de lo contrario.

La mayoría de los comportamientos asociados con el género masculino o

femenino son flexibles, por lo que se hace necesario conocer los roles de

género de distintos sociedades y momentos históricos. Lo que parece evidente

es que los roles de género marcan las relaciones de poder, cualquier cambio

introducidas en ella repercute sobre la estructura social, cambiando el equilibrio

del sistema. El dominio patriarcal se ha ampliado, basado en la dominación

masculina y en la opresión de las mujeres.

Esta organización social va a estar marcada, por una clasificación de modos

de vida, características sexuales, económicas, culturales, psicológicas, de

26

identidad y políticos, que definen la pertenencia a determinados grupos de

poder o de subordinación. De esta manera se interpreta la relación género-

sexo, como algo predeterminado, hereditario e irrenunciable, una condición de

la cual no se puede escapar. De ese modo las personas quedan condenadas a

aceptar su condición sin oportunidad de cambiarla.

Uno de los mecanismos de dominación consiste en el impedimento de

representación propia que han tenido las mujeres, por lo que le ha

correspondido al hombre representarla simbólica, jurídica y políticamente.

1.2.4 PERSPECTIVA DE GÉNERO

La perspectiva de género es, de acuerdo a Pérez Duarte (2007): “un enfoque

analítico y metodológico que tiene como fundamento la teoría de género (…)

visualiza a hombres y mujeres en tanto sujetos históricos, construidos

socialmente, producto de una organización social determinada.” A su vez, la

teoría de género se integra por “los planteamientos teóricos, filosóficos, éticos y

políticos necesarios para comprender el complejo de relaciones de poder que

determina la desigualdad entre hombres y mujeres.” Cazes (1990).

La teoría de género requiere la interdisciplina. Para comprender los procesos de

subordinación y contar con herramientas para romper con ella, se demanda

utilizar congruentemente las ciencias y saberes que la especie humana ha

generado, aunque ésta y aquéllos hayan sido producidos, deliberadamente o

no, en una sociedad sexista y jerarquizada.

La perspectiva de género no se refiere únicamente a las mujeres, sino a las

relaciones de poder entre los sexos y los géneros, relaciones que incluyen

parentesco, economía, política, educación, trabajo, arte, vida cotidiana y en fin,

cada uno de los campos colectivos y personales en los cuales las personas

entran en relación unas con otras.

27

Debido a que la teoría y la perspectiva de género tienen un importante

componente de los feminismos y a que las mujeres son, en términos generales,

ubicadas en situación subalterna en relación con los hombres, receptoras de

violencia estructural e individual y con acceso inequitativo a los bienes

materiales y simbólicos, la perspectiva de género ha trabajado

predominantemente con las preocupaciones, derechos y necesidades de las

mujeres. En términos generales los varones, quienes se hallan en posiciones

hegemónicas y de poder directo, no hacen suyas las propuestas que cuestionan

la legitimidad de un dominio que se da por sentado.

Se reclama que la visión y comprensión de los fenómenos sociales pueden, y

deben recibir, un tratamiento metodológico y analítico que examine la existencia

diferenciada de los géneros, como constructos culturales. La biología no

establece la conformación e identidad de género. La identidad genérica se

regula y construye histórica-culturalmente. Lo masculino y lo femenino cambian

conforme con al grupo social; lo femenino en una cultura no necesariamente

será visto en otra como tal, lo mismo que los atributos que se asignan a lo

masculino.

La perspectiva de género se encarga de cuestionar, analizar y proponer

nuevas formas de vivir y visualizar los géneros, en un contexto de respeto por la

diversidad y los derechos humanos, sin desatender que las diferencias, cuando

implican inequidad y desigualdad, deben cambiar. Por ello, es de suma

importancia su inclusión en el diseño, planeación, ejecución y evaluación de

políticas públicas, la elaboración de investigaciones académicas y el apoyo en

programas y proyectos productivos, tanto de parte del sector público como de la

sociedad civil.

También, en las movilizaciones políticas y las modificaciones jurídicas, la

perspectiva de género integra parte de los dispositivos para su organización.

Este enfoque accede comprender la relación de los géneros entre sí y la

relación entre personas del mismo género y confiere, además, medios

reflexivos y metodológicos para el cambio social en búsqueda de la equidad.

28

1.2.5 DERECHOS HUMANOS DE LAS MUJERES

1.2.5.1 TRATADOS Y CONVENIOS INTERNACIONALES

La Historia de los Derechos Humanos inicia con la Declaración de Derechos de

Virginia y la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de

Norteamérica en 1776 y con la Declaración de los Derechos del Hombre y del

Ciudadano Francia, 1789. Sin embargo en ambos casos se deja fuera a las

mujeres. Olimpia de Gauges fue ejecutada en 1793 en Francia por atreverse a

publicar y difundir una Declaración de los Derechos de la Mujer. En 1848 en

Nueva York, EEUU, se reunieron 100 mujeres para exigir sus derechos a la

Educación, a la propiedad y al Derecho a votar y ser votadas. La reunión

culminó con la Declaración de Sentimientos, con la que se inicia el llamado

“feminismo histórico”.

Durante ese siglo (XIX), las feministas moderadas insistieron en los derechos

económicos y las más radicales en el derecho al voto, razón por la cual fueron

llamadas sufragistas.

En 1902 en Holanda se efectuaron las primeras Convenciones Internacionales

sobre los derechos de la mujer en lo relativo al matrimonio, el divorcio y la tutela

de los/as hijos/as menores. En 1904 y 1910 se realizaron otras Convenciones

relativas a la supresión de la trata de mujeres y niñas/os. A lo largo del siglo XX

distintas instancias y foros internacionales expidieron recomendaciones,

declaraciones a favor de la mujer, como la resolución de la ONU sobre los

Derechos Políticos de la Mujer, 1946, Convención Interamericana sobre

Concesión de los Derechos Civiles de la Mujer, 1948, Convención sobre los

Derechos Políticos de la Mujer, 1952, Declaración sobre los Derechos de la

Mujer, 1967.

Un importante momento de la historia del reconocimiento de los derechos

humanos es la Declaración Universal de los Derechos Humanos que se firmó

en la ONU en 1948, después que terminó la Segunda Guerra Mundial. Sin

embargo, en esta Declaración tampoco se reconocían explícitamente los

Derechos de las Mujeres.

29

Al iniciar la década de 1970 los movimientos feministas en distintas partes del

mundo denunciaron la situación de discriminación y opresión vivida por la

mayoría de las mujeres, por lo que la ONU decidió poner más atención a dicha

problemática y proclamó el año de 1975 como el año Internacional de la Mujer.

Esa misma organización declaró en diciembre de ese año el periodo de 1976 a

1985 el “Decenio de las Naciones Unidas para la Mujer”

En diciembre de 1979 las Naciones Unidas aprobaron la Convención para la

Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer, CEDAW, la

cual entró en vigor en septiembre de 1981. Con ella se da un hito en la historia

de los derechos humanos de las mujeres al incorporar la norma contra la

discriminación basada en el género, así como principios relativos a la mujer o

particularmente importantes para la mujer.

En Junio de 1993 en la ciudad de Viena, en Europa, se realizó la Conferencia

Mundial de Derechos Humanos de la ONU, y fue ahí donde por primera vez se

incluyeron las violaciones a los derechos humanos de las mujeres. Las

organizaciones sociales de mujeres, lograron presionar para que se

estableciera como compromiso de los países miembros de esta Organización,

que “los derechos humanos de las mujeres son parte inalienable, integrante e

indivisible de los derechos humanos universales, y que se concediera a la mujer

el pleno disfrute en condiciones de igualdad de todos los derechos humanos y

que ésta sea una prioridad para los gobiernos y para las Naciones Unidas.

En diciembre de 1993, la Asamblea General de la ONU aprobó la Declaración

sobre la Violencia contra la Mujer, basada en el género y se la definió como

cuestión crítica de los derechos humanos. La Asamblea General de las Naciones

Unidas adoptó la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia Contra las

Mujeres, que constituye un parte aguas en cuanto al reconocimiento específico de los

derechos humanos de las mujeres y define la violencia contra la mujer como: “Todo

acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un

daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la

privación arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en la

vida privada».

En 1995 se llevó a cabo en Pekín, China, la Cuarta Conferencia Mundial de la

30

Mujer en donde los gobiernos declaran que la discriminación y la violencia hacia

la mujer constituyen violaciones a sus derechos humanos fundamentales. En

esa conferencia, los países que participaron firmaron un documento llamado la

Plataforma de Acción, en el cual se comprometen a realizar acciones urgentes

para eliminar todas las formas de discriminación hacia las mujeres.

En la lucha por el reconocimiento y respeto de los derechos de las mujeres

destacan las cuatro Conferencias Mundiales realizadas hasta ahora:

1. México (junio, 1975);

2. Copenhague (julio, 1980)

3. Nairobi (julio, 1986)

4. Pekin, China (septiembre, 1995)

En la Plataforma de Acción de la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer

celebrada en Pekín, China (Beijing 1995), los gobiernos participantes

consideraron 12 puntos como los más importantes para combatir la

discriminación hacia las mujeres. Estos puntos son: 1. Mujer y pobreza, 2.

Educación y capacitación de la mujer 3. La mujer y la salud, 4. La violencia

contra la mujer, 5. La mujer y los conflictos armado, 6. La mujer y la economía,

7. La mujer en el ejercicio del poder y la adopción de las decisiones, 8.

Mecanismos institucionales para el adelanto de la mujer, 9. Los derechos

humanos de la mujer, 10. La mujer y los medios de difusión, 11. La mujer y el

medio ambiente, 12. La niña

En esta Cuarta Conferencia Cumbre de la ONU sobre la Mujer (Beijing, China),

se adoptaron recomendaciones enérgicas y detalladas para la promoción y

protección de los derechos humanos de las mujeres (Plataforma de Acción). Lo

interesante de esta Plataforma de Acción es su objetivo último, en el sentido de

que se debe integrar una perspectiva que tenga en cuenta el género en los

análisis y la aplicación de todos los mecanismos y normas de derechos

humanos existentes y futuros.

Es importante resaltar que las primeras normas mencionadas, se centraban en

los derechos de las mujeres desde sus papeles tradicionales en la sociedad, es

decir, en actividades encuadradas en la esfera de lo privado o doméstico como

31

el hogar, la familia (tener derecho a elegir con quién casarse, no ser obligada a

casarse siendo menor de edad, etcétera), y cómo fueron ampliándose los temas

abarcados hasta llegar a aspectos relacionados con la esfera pública de la

sociedad como son la participación política, judicial, social y económica, militar,

entre otras.

Ello nos habla de las transformaciones que se han ido originando al interior de

las sociedades nacionales e internacionales en cuanto a los roles desempeñado

por las mujeres y los cambios conceptuales y de acción de las cuales deben ir

acompañadas.

1.2.5.2 DERECHOS DE LAS MUJERES NACIONAL Y ESTATAL

En 1821 nuestro país alcanzó la independencia política pero ésta no era pareja

para todos/as: las mujeres no podían votar ni presentarse a elecciones ni

ocupar cargos públicos. No podían comerciar o ejercer su profesión sin el

permiso del marido o el padre; sus pertenencias pasaban a la propiedad del

marido al casarse, no podían firmar contratos ni atestiguar en un juicio.

La primera lucha por los derechos de las mujeres se llevó a cabo en el campo

de la educación: en 1866 se tituló la primera dentista; en 1887 la primera

médica cirujana y a finales del siglo XIX la primera abogada.

Después siguió la lucha por el derecho al trabajo y finalmente por las luchas de

los derechos legales y políticos.

Hasta 1953 se concedió a todo el país la ciudadanía plena de las mujeres.

La igualdad jurídica de las mujeres quedó garantizada en la Constitución hasta

1974 (como el derecho a la propiedad de la tierra o a ser titulares de ejido) en

igualdad de condiciones que los hombres.

Durante las décadas de 1970 y 1980 se dieron muchas luchas de las mujeres

organizadas (sindicatos, ONG, secciones femeniles de los partidos políticos,

campesinas, obreras, etc.) para denunciar los muchos aspectos de

discriminación contra las mujeres y para luchar contra ellos.

México ha sido un país defensor de los derechos humanos cuando se trata de

32

firmar tratados internacionales ratificó:

o En 1981 la Convención Interamericana sobre la Concesión de los

Derechos Políticos de la Mujer, de 1948;

o La Convención sobre los Derechos Políticos de 1952

o La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de

Discriminación, 1979

o Así como los acuerdos de las Cuatro Conferencias Mundiales de la

Mujer.

Sin embargo, asistir a los eventos internacionales, pronunciar discursos y firmar

acuerdos no garantiza que dentro del país se cumpla todo lo que se firma.

La lucha de las mujeres de todos los sectores de la sociedad mexicana ha sido

fundamental para el logro de los avances que ahora vemos en materia de

derechos humanos.

Es tarea del gobierno hacer valer los derechos humanos de las mujeres e

impulsar la igualdad de género a través de las diversas dependencias y

entidades de la administración pública. En este sentido, durante los años

setenta en el ámbito federal comenzaron a realizarse programas

gubernamentales dirigidos a las mujeres.

Los análisis y políticas hacia la mujer estaban comprendidas en el rubro de

políticas sociales, las cuales tenían un carácter asistencial y fueron ejecutadas

en su gran mayoría por instituciones como la Secretaría de Salubridad y

Asistencia (SSA), el Instituto Mexicano Seguro Social (IMSS) y el Instituto

Mexicano de Asistencia a la Niñez (IMAN), realizaron programas de desarrollo

comunitario, de promoción de actividades productivas, de asesoramiento

jurídico y, particularmente en el caso del IMSS, ofreciendo atención materno-

infantil y abriendo guarderías para los derechohabientes (Gómez, 2006).

La denuncia de la violación sexual y la demanda de una mayor atención por

parte del Estado sobre este problema, fueron las principales acciones de los

grupos feministas en la década de los setenta del siglo pasado. Su voz tuvo eco

con la creación del Centro de Orientación y Apoyo a Personas Violadas

(COAPEVI), de la primera Agencia Especializada del Ministerio Público en

33

Delitos Sexuales (AEDS) en la Ciudad de México.

En la administración de Ernesto Zedillo, se elaboró el Programa Nacional de la

Mujer 1995-2000, con objeto de auxiliar en el mejoramiento de la condición

social de la mujer. En el programa se aborda su participación en todos los

ámbitos de la vida social. (Lang, 2003).

Se instrumentó en el año 2002 el Fondo Pro-equidad que otorga financiamiento

a las organizaciones de la sociedad civil que realicen proyectos de mejora de

las condiciones de vida de la población femenina. Tiene tres emisiones, la

última de ellas en la administración federal 2006-2012. En México en el 2006 se

decreta la Ley de igualdad entre hombres y mujeres.

Durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa se formuló el Programa

Nacional para la Igualdad entre Mujeres y Hombres 2008-2012

(PROIGUALDAD) enfocado a institucionalizar una política Integrado por la

Secretaría de Gobernación (quien preside); de Desarrollo Social; de Seguridad

Pública; de Educación Pública; de Salud; además de la Procuraduría General

de la República; el Instituto Nacional de las Mujeres (Secretaría Ejecutiva); el

Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación; el Sistema Nacional para el

Desarrollo Integral de la Familia; y los mecanismos para el adelanto de las

mujeres en las entidades federativas, transversal con perspectiva de género,

garantizar la igualdad jurídica de las mujeres, su no discriminación, garantizar

su acceso a la justicia, seguridad y protección civil.

Para dar cumplimiento a los Convenios y Tratados Internacionales ratificados

por México en la materia, así como a la legislación mexicana en pro de los

derechos de las mujeres y la eliminación de todo tipo de violencia hacia ellas,

se estableció el Acuerdo Nacional para la Igualdad entre Mujeres y Hombres,

que compromete a cumplir con la Ley a todas las esferas y órdenes de

gobierno, así como a las entidades públicas y privadas que han firmado el

Acuerdo.

También el Poder Legislativo del Estado de Guerrero ha reconocido la

necesidad de que se construya el principio de igualdad de hecho entre mujeres

y hombres, por tal motivo firmó, por conducto de las Comisiones de Gobierno y

34

de Equidad y Género de la LVIII Legislatura al Estado de Guerrero, la adhesión

al Pacto Nacional por la Igualdad entre Mujeres y Hombres.

Con esto, el Congreso del Estado se comprometió a impulsar acciones para

incorporar la perspectiva y la transversalidad de género en el Presupuesto de

Egresos, mejorar la calidad de vida de las mujeres que se encuentren en

situación de pobreza, armonizar la legislación estatal con los lineamientos

señalados en los instrumentos internacionales que en materia de derechos de

la mujer ha ratificado el Estado Mexicano, materializar y desarrollar

efectivamente en los hechos, los mecanismos legislativos y administrativos de

defensa de los derechos de las mujeres, y establecer vínculos de coordinación,

entendimiento y cooperación entre los diferentes actores públicos, sociales y

privados para dar puntual seguimiento a las acciones emprendidas en la

materia.

Estableció como objetivo fundamental contar con un marco jurídico que propicie

la eliminación de cualquier forma de discriminación por razón de sexo; que

defina los principios básicos de la actuación de los poderes públicos y

establezca las bases de coordinación para la integración y funcionamiento de

un Sistema Estatal que asegure las condiciones necesarias tendientes a lograr

la igualdad entre mujeres y hombres.

La iniciativa expresa, entre otras, la obligación de los poderes públicos a

garantizar el derecho a la igualdad entre mujeres y hombres, propiciando el

derecho a un vida libre de discriminación por razón de sexo, la convivencia

armónica y equilibrada en los ámbitos de la vida personal, laboral y familiar,

encaminada a lograr el pleno desarrollo de los individuos, así como, el acceso a

la información pública necesaria para hacer efectiva la igualdad entre mujeres y

hombres, como sería: derechos, políticas, instrumentos y normas relativas a

esta materia.

Por otra parte, incorpora los lineamientos que deberán considerar las acciones

y políticas que se deben conformar, tendientes a lograr la igualdad de mujeres y

hombres en los ámbitos político, económico, social y cultural en materia de

igualdad entre mujeres y hombres, siendo, entre otros, los siguientes:

35

1. Fomentar la igualdad entre mujeres y hombres en todos los ámbitos de la

vida; Incluir en los planes de gobierno y en los presupuestos de egresos,

las partidas que sostengan, fundamenten y aseguren la aplicación y

seguimiento en el Estado de la transversalidad, así como de la creación,

aplicación y ejercicio de acciones afirmativas; y -Generar los

mecanismos que concreten la erradicación de roles y estereotipos; la

efectiva participación; la igualdad de acceso y la representación

equilibrada entre mujeres y hombres.

Para hacer efectivo lo anterior, plantea la creación de los instrumentos de

la política de igualdad entre mujeres y hombres, los que son: 1. El

Sistema Estatal y los Municipales para la Igualdad entre Mujeres y

Hombres, cuyos objetivos son los de establecer lineamientos en materia

de acciones afirmativas para la igualdad sustantiva y de resultados entre

mujeres y hombres y acciones a favor de las mujeres, con la finalidad de

erradicar la violencia y la discriminación por razón de sexo; así como

promover la progresividad en materia legislativa en lo referente al tema

de igualdad entre mujeres y hombres, a fin de armonizar la legislación

local con los patrones internacionales en la materia.

2. El Programa Estatal y los Municipales para la Igualdad entre Mujeres y

Hombres, cuya elaboración deberá tomar en cuenta las necesidades del

Estado y los Municipios, además de las particularidades específicas de la

desigualdad en el medio rural y zonas urbanas.

3. La vigilancia en materia de igualdad entre mujeres y hombres; función

que le corresponderá a la sociedad civil organizada, a los órganos de

defensa de los derechos humanos y de los derechos de la mujer y al

órgano para prevenir la discriminación. (Ley No 494 para la igualdad

entre mujeres y hombres del Estado de Guerrero 2010.)

4. Con fecha 8 de Marzo, 2012 el Gobierno del estado Guerrero acordó

instrumentar acciones concretas a fin de transversalizar la perspectiva de

Género y de Derechos Humanos.

36

1.3 VIOLENCIA DE GÉNERO

1.3.1 MARCO INTERNACIONAL

En relación a la violencia de género, el movimiento feminista, la acción del

movimiento de derechos humanos y los estudios de género en las Instituciones

de Educación Superior y en organismos especializados, han contribuido a

develar su naturalización y sus aportes han sido sustanciales para hacer de la

prevención, la atención, la sanción y la erradicación de la violencia hacia las

mujeres, un asunto de responsabilidad pública y de Estado. A nivel

internacional, la visibilización e intervención sobre el tema surgen abiertamente

en los años setentas del siglo pasado.

Un parte agua fundamental lo constituyen eventos internacionales como:

1. La Convención para la Eliminación de todas las Formas

Discriminación Contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés,

1979) se reconoce la discriminación de la que las mujeres han sido

parte, y promulga igualdad de oportunidades y equidad en derechos a

través de medidas especiales de carácter temporal o permanente a

fin de acelerar y lograr la igualdad.

2. En la Segunda Conferencia Mundial de la Mujer en Copenhague,

Dinamarca (1980), se asienta un precedente primordial que consiste

en develar a la violencia, como un asunto y responsabilidad del orden

público y no sólo del privado.

3. La Conferencia de Viena de 1993 de la Organización de las Naciones

Unidas, en el marco de la Conferencia sobre Derechos Humanos

(1994)reconoce por primera ocasión la violencia de género como una

violación a los derechos humanos y coloca en la agenda pública la

necesidad de reconocer explícitamente los derechos de las mujeres

como parte inalienable, integrante e indivisible de los derechos

humanos universales, planteando como objetivos prioritarios de la

comunidad internacional, la erradicación de todas las formas de

discriminación, particularmente “la violencia y todas las formas de

37

acoso y explotación sexuales, en particular las derivadas de prejuicios

culturales y de la trata internacional de personas”.

4. La Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la

Violencia contra las Mujeres fue determinante para el reconocimiento

de la violencia de género como una violación de derechos humanos,

también conocida como Convención Belém do Pará por la ciudad

donde se llevó a cabo en Brasil (1994), impulsada por la Organización

de Estados Americanos (OEA). En esta Convención se insiste en la

discriminación y se marca un precedente primordial que radica en

develar a la violencia, como un asunto y responsabilidad del orden

público y no sólo del privado.

Se enfocó particularmente al problema de la violencia contra las

mujeres, definiéndola como “toda conducta basada en su género que

cause muerte, daño, sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer

tanto en el ámbito público como en el privado”. Una de sus

particularidades es que reconoce explícitamente aquella violencia

ejercida o tolerada por los Estados o sus agentes, mismos que de

ningún modo están exentos de responsabilidad y sanción

También esta la Primera Conferencia Mundial de la Mujer (México, 1975) y la

Plataforma de Acción de Beijing (1995), conforme se circunscriben los actos o

las amenazas de violencia contra la mujer como conductas que causan miedo e

inseguridad en la vida de las mujeres e imposibilitan lograr la igualdad, el

desarrollo y la paz.

La Asamblea General de las Naciones Unidas desde 1993, año en que se

aprobó la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, ha

mostrado su preocupación por este tema, porque es un obstáculo para la

igualdad, el desarrollo y la paz y ha reconocido que detrás de este problema

están las relaciones de poder históricamente desiguales entre las mujeres y los

hombres, que se presentan en actos de control y dominación que llevan a la

discriminación y a la violación de los derechos humanos de las primeras.

38

Define la Violencia de Género como todo acto de violencia basado en el

género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o

psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la privación arbitraria de la

libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en la vida privada Asamblea

General de la ONU. Resolución 48/104, 20 de diciembre de (1993).

En el derecho internacional la violencia contra la mujer es considerada como

una violación de los derechos humanos.

Tres instrumentos importantes destacan sobre este asunto:

La Convención sobre la eliminación de todas las formas de

discriminación contra la mujer (CEDAW)

La Convención Belén do Pará

El Estatuto en Roma

La Convención sobre la Eliminación de todas formas de Discriminación

Contra la Mujer (CEDAW)

La CEDAW, adoptada en 1979 y en vigencia desde 1981, constituye el estatuto

internacional de derechos para la mujer y la referencia obligatoria en materia de

igualdad entre hombres y mujeres. Con su ratificación o adhesión, los Estados

están jurídicamente obligados a adoptar todas las medidas necesarias,

incluidas leyes y medidas especiales temporales, para que las mujeres posean

el disfrute pleno de todos sus derechos humanos y libertades fundamentales.

La Recomendación General 19 de la CEDAW se refiere de manera explícita a la

violencia contra la mujer como una de las formas que impide gravemente el

goce de derechos y libertades en igualdad con el hombre. Sostiene que a las

mujeres “de poco les sirve que se proclamen sus libertades civiles y políticas,

su derecho a la educación o a la salud, si no se garantiza con anterioridad su

derecho a la vida, a la libertad, a la integridad física y psíquica” (CEPAL, 2007,

Pág. 16).

En ese sentido, destaca el carácter integral e interdependiente de los diferentes

derechos conquistados por la humanidad y la forma en que la violencia de

39

género es una traba para el ejercicio de ellos por las mujeres. Si bien no se

refiere específicamente a la violencia, al definir la discriminación, hace inteligible

el vínculo entre discriminación y violencia.

Define la discriminación contra la mujer como “toda distinción, exclusión o

restricción basada en el sexo, que tenga por objeto o por resultado menoscabar

o anular el reconocimiento, goce o ejercicio por la mujer, independientemente

de su estado civil, sobre la base de la igualdad del hombre y la mujer, de los

derechos humanos y las libertades fundamentales en las esferas política,

económica, social, cultural y civil o en cualquier otra esfera” (CEPAL, 2007,

Pág. 16).

Se ha señalado que dicha definición tiene su origen en la Convención

Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación

Racial (1965), que al incorporar la noción de discriminación por resultados,

enriquece la doctrina del derecho al trascender la clásica idea de la igualdad de

oportunidades para enfatizar la igualdad de resultados. Además, rompe con una

de las fronteras clásicas de la doctrina que limitaba el ejercicio de los derechos

a la esfera pública (CEPAL, 2007, Pág. 16).

Años después, en 1999, la Asamblea General de Naciones Unidas adopta el

Protocolo Facultativo de la Convención sobre la eliminación de todas las formas

de discriminación contra la mujer, que crea el Comité para la Eliminación de la

Discriminación contra la Mujer, para examinar los progresos realizados en la

aplicación de las disposiciones de la Convención. Con este fin, los Estados

parte deben presentar periódicamente un informe sobre las medidas

legislativas, judiciales, administrativas o de otra índole que hayan adoptado

para hacer efectiva la Convención a nivel nacional. Estos informes son

examinados por el Comité, que emite conclusiones y recomendaciones

conocidas con el nombre de “Observaciones finales” (CEPAL, 2007, Pág., 15).

Además, el Protocolo introduce el procedimiento de peticiones o

comunicaciones individuales, por medio del cual personas o grupos de

personas pueden presentar quejas por violaciones de los derechos reconocidos

40

por la convención. Ello convierte al Comité en un organismo con capacidades

hacer efectivos los derechos consagrados en la Convención.

• La Convención Belém do Pará

El supuesto acerca de la neutralidad de las normas y leyes se tradujo en

exclusiones del sistema judicial, en discriminaciones legislativas y en prácticas

culturales quienes visibilizaban la violencia contra la mujer. Para enfrentar esta

situación, los países del sistema interamericano adoptaron en 1994 la

Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia

contra la mujer (Belém do Pará, 1994), que fue ratificada por todos los países y

a partir de la cual se dictaron leyes nacionales que reconocen diversas formas

de violencia.

Esta Convención define la violencia contra la mujer como “cualquier acción o

conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico,

sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el privado, e

incluye tanto la violencia física, sexual y psicológica” (CEPAL, 2007, Pág.18).,

destacando que no es el espacio físico donde se realiza la violencia el que la

define, sino las relaciones de poder que se producen y la naturaleza de las

relaciones interpersonales de las víctimas con sus agresores.

• El Estatuto de Roma

Adoptado en 1998 por la Corte Penal Internacional (CPI), y en vigencia desde el

año 2002, es un instrumento jurídico de carácter internacional, que permite a

todas las naciones del mundo contar con un tribunal permanente, independiente

e imparcial para juzgar a personas acusadas de cometer crímenes de

genocidio, lesa humanidad y de guerra.

Dicho Estatuto “reconoce la violencia sexual y de género como crímenes y

establece un conjunto de normas de procedimiento y prueba en relación con

víctimas y testigos, la protección y participación de ellos, la incorporación de

una definición de género, el acceso de las mujeres a los espacios de poder y en

el personal de la Corte Penal Internacional, y la incorporación del principio de

41

no discriminación sobre la base del género” (CEPAL, 2007, Págs., 20-21). Entre

esas ofensas criminales incluye violación, esclavitud sexual (incluido el tráfico

de mujeres), prostitución forzada, embarazo forzado, esterilización forzosa,

otras formas de violencia sexual grave y persecución por motivos de género.

1.3.2 MARCO NACIONAL

La década de 1990 fue importante para nuestro país, ya que el marco

internacional instituyó un precedente fundamental para que hacia el siglo XXI se

diera impulso a leyes, códigos, políticas públicas y estrategias dirigidas atender

el problema de la violencia no sólo al interior del espacio familiar, sino

concretamente el de la violencia de género en el espacio público.

En México en el 2006 se decreta la Ley de igualdad entre hombres y mujeres,

se reconocía la igualdad ante la ley, pero no se había legislado en la materia

para la igualdad de facto. En 2007 se aprueba en nuestro país la Ley General

de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, resultado del trabajo

del movimiento feminista y de legisladoras sensibles y comprometidas con los

asuntos de género y en particular con las mujeres. Esta ha sido el referente

básico para la elaboración de recientes legislaciones análogas en los distintos

estados del país, reformándose normatividades y códigos tanto civiles como

penales, y creándose instancias especiales para la atención de delitos

relacionados.

En el Estado de Guerrero se aprobó en el 2008 la Ley número 553 de Acceso

de las mujeres a una vida libre deviolencia del estado libre y soberano de

Guerrero.

En diversos documentos, el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES),

destaca a la Fiscalía especial para la atención de delitos relacionados con actos

de violencia contra las mujeres, como también a la Fiscalía Especial para los

delitos de violencia contra las mujeres y trata de personas. Ambas adscritas a la

Procuraduría General de la República y creadas una en 2006 y otra en 2008

respectivamente. El mismo Instituto subraya como precedente importante el año

2008, cuando por primera vez se asignaron recursos etiquetados de la

42

federación para prevenir, atender, sancionar y eliminar la violencia contra las

mujeres.

Además de los mecanismos internacionales, en la actualidad se cuenta a

nivel Nacional con diversos órganos y dependencias que se ocupan de la

violencia de género, de su atención, prevención, sanción y erradicación; desde

luego, el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) y los Institutos

estatales, algunos transformados al rango de secretarías, como la Secretaría de

la Mujer en nuestro Estado.

Destacan entre estas instancias, la Fiscalía especial para la atención de

delitos concernientes con actos de violencia contra las mujeres, como también

la Fiscalía Especial para los delitos de violencia contra las mujeres y trata de

personas. Ambas adscritas a la Procuraduría General de la República y creadas

una en 2006 y otra en 2008 respectivamente. La Secretaria de Gobernación

cuenta con la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra

las Mujeres (CONAVIM). Además existen instancias de atención a mujeres en

las Procuradurías a nivel estatal con diversas funciones en la materia. El

INMUJERES señala como precedente importante el año 2008, cuando por

primera vez se asignaron recursos etiquetados y significativos de la federación

para prevenir, atender, sancionar y eliminar la violencia contra las mujeres.

1.3.3 LEY GENERAL DE ACCESO DE LAS MUJERES A UNA VIDA LIBRE DE

VIOLENCIA

Las responsabilidades asumidas por México como Estado parten de la

Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia

contra las Mujeres o Convención Belém do Pará y están instrumentadas en la

Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y en la Ley

para la Igualdad entre Mujeres y Hombres.

Cabe señalar que la violencia contra la mujer es definida en la “Convención

Belem Do Para” como “…cualquier acción o conducta, basada en su

género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico

a la mujer, tanto en el ámbito público como en el privado”. La Ley General

43

de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia aprobada en 2007

mencionada, retoma la definición para establecerla en dicha ley, favoreciendo

así la armonización con la Convención regional anteriormente mencionada y la

define como: “todo acto violento que tiene por motivo profundo la pertenencia al

sexo femenino”.

Este tipo de violencia ocasiona además del sufrimiento inherente, un daño

físico, psicológico y/o sexual para las mujeres, inclusive las amenazas de tales

actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en

la vida pública como privada. La misma Ley define las modalidades de violencia

como: “las formas, manifestaciones o los ámbitos en los que se presenta la

violencia contra las mujeres” y los tipos de la misma como: “las formas que

reviste, siendo las primeras las que se refieren a la violencia en el ámbito

familiar, laboral, docente, comunitario e institucional y las segundas a la

violencia psicológica, física, patrimonial/económica, sexual, de pareja y de

género, así como los tipos análogos”.

Existen distintas formas de violencia de género que hoy se encuentran

articuladas y esquematizadas en el marco de las modalidades de violencia

descritas por la Ley General de Acceso:

Violencia familiar: Es el acto abusivo de poder u omisión intencional,

dirigido a dominar, someter, controlar, o agredir de manera física, verbal,

psicológica, patrimonial, económica y/o sexual a las mujeres, dentro o

fuera del domicilio familiar, cuyo agresor tenga o haya tenido relación de

parentesco por consanguinidad o afinidad, de matrimonio, concubinato o

mantengan o hayan mantenido una relación de hecho.

Violencia Laboral y Docente: Se ejerce por las personas que tienen un

vínculo laboral, docente o análogo con la víctima, independientemente

de la relación jerárquica, consistente en un acto o una omisión en abuso

de poder que daña la autoestima, salud, integridad, libertad y/o

seguridad de la víctima, e impide su desarrollo y atenta contra la

igualdad.

44

Violencia en la Comunidad: Son los actos individuales o colectivos que

transgreden derechos fundamentales de las mujeres y propician su

denigración, discriminación, marginación y/o exclusión en el ámbito

público.

Violencia Institucional: Son los actos u omisiones de las y los servidores

públicos de cualquier orden de gobierno que discriminen o tengan como

fin dilatar, obstaculizar y/o impedir el goce y ejercicio de los derechos

humanos de las mujeres así como su acceso al disfrute de políticas

públicas destinadas a prevenir, atender, investigar, sancionar y erradicar

los diferentes tipos de violencia.

Violencia Feminicida: Es la forma extrema de la violencia de género

contra las mujeres, producto de la violación de sus derechos humanos,

en los ámbitos público y privado, conformada por el conjunto de

conductas misóginas que pueden conllevar impunidad social y del

Estado y puede culminar en homicidio y otras formas de muerte violenta

de mujeres.

Modalidades que están cruzadas por los diversos tipos de violencia que pueden

mostrarse, también acotados y definidos por la Ley General de Acceso:

La violencia psicológica.- Es cualquier acto u omisión que dañe la

estabilidad psicológica, que puede consistir en: negligencia, abandono,

descuido reiterado, celotipia, insultos, humillaciones, devaluación,

marginación, desamor, indiferencia, infidelidad, comparaciones

destructivas, rechazo, restricción a la autodeterminación y amenazas, las

cuales pueden llevar a la víctima a la depresión, al aislamiento, a la

devaluación de su autoestima e incluso al suicidio;

La violencia física.- Es cualquier acto que inflige daño no accidental,

usando la fuerza física o algún tipo de arma u objeto que pueda provocar

lesiones ya sean internas, externas, o ambas;

La violencia patrimonial.- Es cualquier acto u omisión que afecta la

supervivencia de la víctima. Se manifiesta en la transformación,

45

sustracción, destrucción, retención y/o distracción de objetos,

documentos personales, bienes o valores, derechos patrimoniales y/o

recursos económicos destinados a satisfacer sus necesidades y puede

abarcar los daños a los bienes comunes o propios de la víctima;

Violencia económica.- Es toda acción u omisión del agresor que afecta

la supervivencia económica de la víctima. Se manifiesta a través de

limitaciones encaminadas a controlar el ingreso de sus percepciones

económicas, así como la percepción de un salario menor por igual

trabajo, dentro de un mismo centro laboral;

La violencia sexual.- Es cualquier acto que degrada o daña el cuerpo y/o

la sexualidad de la víctima y que, por tanto, atenta contra su libertad,

dignidad e integridad física. Es una expresión de abuso de poder que

implica la supremacía masculina sobre la mujer, al denigrarla y

concebirla como objeto, y

Cualesquiera otras formas semejantes que lesionen o sean capaces de

dañar la dignidad, integridad y/o la libertad de las mujeres.

1.3.4 VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES

La interpretación de la violencia contra las mujeres es símbolo cultural, remite

inevitablemente al machismo como trasfondo ideológico sobre el que se

sostiene la sociedad patriarcal, se expresa a través del maltrato físico o el

abuso verbal y está presente en casi todos los aspectos de la vida cotidiana de

hombres y mujeres, de tal suerte que deja ver un juego de poder: el deseo de

los hombres por controlar a “sus” mujeres en todas las áreas de su vida,

emocional, intelectual, sexual, laboral y política, trátese, como dice Marina

Castañeda, de su madre, esposa, hermana, hija, empleada o colega. Ellos son

los sujetos, ellas los objetos al servicio de las necesidades y deseos de los

varones. La violencia contra las mujeres es el mecanismo a través del cual se

perpetúa la dominación del hombre sobre la mujer y la desigualdad de género.

Desde esta representación, la violencia contra las mujeres es un castigo

46

impuesto por ellos a todas aquéllas que se deshacen a su control. La lucha por

la igualdad, la salida masiva de las mujeres al mercado de trabajo, su

agregación a la vida política y ciudadana, su ingreso también masivo a los más

altos niveles de escolaridad, la ruptura del nexo sexualidad-reproducción, el

cada vez mayor control sobre su sexualidad y la fertilidad, su empoderamiento

en y más allá de la esfera doméstica, su libertad de movimiento en un mundo

que históricamente era sólo para los hombres, ha llevado a una sociedad más

igualitaria entre mujeres y hombres, pero también como ocurre con las

transformaciones, ha encendido las reacciones: ellos no sólo han sido dejados

por ellas, sino que han perdido sus privilegios, ahora sus espacios están

además ocupados por mujeres y lo lastiman, reaccionan y castigan.

La atención a este problema se ha centrado, esencialmente, en la forma en que

las mujeres son violentadas por los estereotipos de género y son las más

sensibles dentro de la familia, esto ha derivado en una inquietud por combatir la

violencia hacia las mujeres.

A su vez, los movimientos que luchan por el derecho de las mujeres a una vida

libre de violencia, han promovido la creación de organizaciones y asociaciones,

donde hay iniciativas y propuestas para combatir la violencia de género, se

discuten políticas, reformas legislativas, estrategias, muchas de las cuales se

ponen en práctica; sin embargo los esfuerzos que hasta el momento se han

efectuado en este sentido han son insuficientes para combatir la violencia hacia

las mujeres.

Es importante estudiar la violencia contra las mujeres en todo su contexto,

primero, es un problema de salud pública; segundo, en función de las

relaciones sociales y por último, en términos de un problema psicosocial

atendiendo las situaciones familiares. De esta forma, se sitúa el problema de

violencia contra las mujeres en un contexto biopsicosocial y no se reduce solo a

la búsqueda de explicaciones en relación a los atributos individuales de las

mujeres.

Estudiar los fenómenos de violencia contra las mujeres es una de las

cuestiones donde se requiere sensibilizar apersonas e instituciones, ya que

47

presenta costumbres, patrones culturales y regularidades típicas de un

fenómeno colectivo que es importante cambiar reconstruyendo nuevas formas

de pensar.

Enfocar este problema desde el ejercicio de un derecho humano fundamental,

como lo es el derecho a una vida libre de violencia, amplía dos elementos más

a dicho contexto: el político y jurídico, colocando a las mujeres y sus derechos

humanos en el eje de la discusión, del debate y de la acción del Estado.

Indudablemente, la violencia de género imposibilita el empoderamiento de las

mujeres en las distintas esferas de convivencia, constituyendo un obstáculo al

pleno ejercicio de sus derechos. Desde esta perspectiva, una vida sin violencia

es una prerrogativa fundamental y una condición imprescindible para la

construcción de una sociedad equitativa, sin embargo, es un fenómeno

alarmante, por su cantidad y brutalidad y, ante este hecho, el Estado no está

enfrentando la problemática por su impacto y daño para la sociedad. De hecho,

la violencia feminicida queda disuelta en el elemento de la delincuencia.

En relación a la violencia familiar, tenemos que si bien cualquier integrante de la

familia puede ser susceptible de sufrir actos violentos de parte de otro

integrante, hay bastantes evidencias que muestran que son las niñas y las

mujeres quienes más sufren situaciones de violencia.

Bajo esta clasificación, se reconoce la violencia de género como una grave

problemática social que debe ser atendida y erradicada desde su posición

estructural, funcional y personal. Por ello se establece que la violencia contra

las mujeres es una cuestión de política pública que debe responder al derecho

a vivir una vida libre de violencia.

Según la Ley General de Acceso, la perspectiva de género se refiere a una

visión científica, analítica y política sobre las mujeres y los hombres, en la que

se propone eliminar las causas de la opresión de género como la desigualdad,

la injusticia y la jerarquización de las personas, basada en el género.

Por violencia de género se entiende, entonces, cualquier acción u omisión

intencional que dañe o pueda dañar a una mujer porque se desvía de los

estereotipos socialmente construidos, es decir, se le daña por el simple hecho

48

de ser mujer. Como la violencia de género contra el hombre no es

numéricamente significativa, habitualmente la expresión “violencia de género”

se refiere sólo a la violencia de género contra las mujeres. Así en este

documento, se utilizará el término “violencia de género” como sinónimo de

“violencia contra las mujeres”, sin desconocer que también que existe la

violencia de género contra los hombres.

1.3.5 INVESTIGACIONES INTERNACIONALES Y NACIONALES SOBRE

VIOLENCIA DE GÉNERO EN LA UNIVERSIDAD

El análisis de las investigaciones y la literatura científica manifiesta una labor

notable de investigación sobre la violencia de género en las universidades, en

diferentes partes del mundo, y primordialmente en Estados Unidos, Canadá y

España. Encontramos un importante número de investigaciones realizadas en

México que tratan sobre violencia de género en la universidad.

La mayoría de las investigaciones efectuadas maneja una metodología

cuantitativa para medir la presencia o el grado de violencia de género en las

universidades o entre universitarios y universitarias, obteniendo la información

mediante cuestionarios y escalas de medida de la violencia de género. En

relación a las investigaciones que no han utilizado cuestionarios ni otro tipo de

técnicas cuantitativas, han verificado una búsqueda documental de políticas y

medidas de actuación, efectuando un análisis del discurso combinado con otras

técnicas, como la observación participante.

Todas las investigaciones analizadas han ocupado una muestra superior a 100

personas, y algunas de ellas con una muestra superior a 500. Los cuestionarios

se aplican a estudiantes, especialmente con una muestra del sexo femenino, o

si, en el caso de las que han trabajado con una muestra mixta, el número de

cuestionarios administrados a las mujeres es superior.

Las investigaciones internacionales reconocen que la violencia de género

perturba a diferentes edades, clases sociales, culturas, niveles académicos y

espacios, de modo que se ocasiona, igualmente, en el terreno universitario.

49

Así, algunas investigaciones han examinado la presencia de la violencia de

género en el contexto universitario. Con muchas divergencias en el objeto

delimitado, instrumento de investigación, muestra y contexto, los datos

derivados revelan cifras que fluctúan entre el 13% y el 30% de personas con

algún tipo de violencia o situación sexual no deseada en el período

universitario.

Algunos estudios, a su vez, se han colocado en el análisis de las creencias y

actitudes por parte del estudiantado hacia la violencia de género, y

esencialmente, en la no identificación como tales de algunas actitudes y

escenarios que conciernen visiblemente a violencia de género. Esta no

identificación tolera una menor denuncia de situaciones.

Los estudios igualmente revelan la importancia de contar con personas de

confianza tanto para evidenciar las situaciones, como incluso para identificar

aquellas situaciones de violencia de género.

Las cantidades evidencian la necesidad de instituir medidas de prevención o de

resolución ante las situaciones de violencia de género en las universidades.

Algunas de las investigaciones analizados, brindan especial interés justamente

a cuál es la respuesta de las instituciones frente a este tipo de situaciones,

concluyendo que las universidades crean, como otras instituciones, espacios

más desfavorables para las mujeres que para los hombres, consiguiendo

dificultar activamente, en algunos casos, la denuncia por parte de las mujeres

violentadas.

Finalmente, algunos estudios se centran en el impacto o las consecuencias de

haber vivido violencia de género en lo personal y/o en las carreras profesionales

o científicas de las mujeres. Estos efectos pueden lograr al abandono de unos

estudios o de una carrera, y alteran no solo a las violentadas directas, sino

además a personas de su medio que se solidarizan con ellas.

La violencia de género en los espacios universitarios está presente en distintos

países y regiones, que ha sido expuesto a través de la investigación científica

internacional. No obstante, es poco reconocida en las mismas universidades y

50

en algunos casos, hasta por las mujeres que padecen los efectos de esta

violencia. La violencia de género en las universidades, necesita ser reconocida

para el diseño y puesta en marcha de programas para su prevención. Es

necesario conocer las prácticas efectivas contra la violencia de género que ya

han funcionado en otros escenarios, con el fin de instrumentar las políticas que

la prevengan y la erradiquen en las universidades que no cuentan con estas

herramientas.

Entre las investigaciones recientes relacionadas con violencia de género en las

universidades destacamos la de Smith, White y Holland (2003) que se centraron

en el desarrollo de la violencia en las citas de estudiantes en los Estados

Unidos a través de la realización de 5 encuestas dirigidas a un total de 1.569

estudiantes durante los cuatro años de duración de sus estudios universitarios.

Los resultados de su investigación muestran que las chicas que durante sus

estudios preuniversitarios habían sufrido actos de violencia tenían más

probabilidad de que durante sus estudios universitarios viviesen también

situaciones de violencia y que desde el instituto hasta el final del cuarto curso

universitario, un 88% de las estudiantes manifestaban haber sufrido algún

incidente de ataque físico o sexual.

También en Estados Unidos, Charkow y Nelson (2000) realizaron una

investigación dirigida a estudiantes universitarias para ver qué correlación

existía entre la dependencia en sus relaciones y la incidencia de los abusos en

las citas, llegando a una conclusión: las chicas que tienen relaciones de

dependencia tienden a sufrir más abusos.

DeKeseredy y Schwartz (1998) analizaron los resultados del Canadian National

Survey on Woman Abuse in Dating Relationships on University Campuses, una

encuesta llevada a cabo en 3.142 personas de diferentes universidades

canadienses en la que se demuestra que la violencia de género en las citas es

creciente y a pesar de que las estudiantes universitarias muestran más

preocupación por el riesgo de ser agredidas por personas ajenas en lugares

públicos, las estadísticas muestran que también deberían estarlo por sus

encuentros con compañeros en el campus universitario.

51

Por otra parte, las investigaciones sobre el tipo de medidas a implementar para

superar la violencia de género, están centradas mayoritariamente en los

recursos sanitarios y sociales dirigidos a las mujeres víctimas dentro del ámbito

familiar.

A pesar de esto, destacamos el trabajo de Carrie A. Rentschle (2000) y

Carolina Bolaños (2003) que tratan esta problemática centrándola en el

contexto universitario. Rentschle (2000) analiza el tipo de medidas

implementadas en la Universidad de Illinois para evitar que se produzcan actos

de violencia de género. Su conclusión es que el diseño de estas medidas tiene

que modificarse ya que éstas se dirigen únicamente a las posibles agresiones

de personas externas a la universidad cuando la realidad es que también se

producen agresiones por personas internas. Bolanos (2003) plantea la

necesidad de transformar las relaciones desiguales entre hombres y mujeres

que favorecen la violencia de género incidiendo en la creación de un currículum

universitario inclusivo que permita el cambio en las prácticas educativas y en la

comunidad universitaria para facilitar la transformación de la organización

patriarcal.

Estas investigaciones y actuaciones se realizan en un contexto en el que, hasta

los años 80, la problemática de la violencia de género ha sido un tema tabú y

muy silenciado tanto a nivel estatal como internacional.

En 1991 el Consejo Económico y Social y la Comisión de la Condición Jurídica

y Social de la Mujer de las Naciones Unidas reconocieron que era necesario

abordarlo a través de la adopción de medidas específicas. Un año después, el

Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer aprobó la

Recomendación general nº19 Integración de los derechos humanos de la mujer

y la perspectiva de género. La violencia contra la mujer. Estas medidas se

tomaban al mismo tiempo que las investigaciones sobre este fenómeno

aumentaban y existía una mayor presión de los movimientos de mujeres de

muy diferentes partes del mundo que reclamaban soluciones para erradicarlo.

Actualmente, en muchos países americanos y europeos existen ya diversos

programas que tienen como objetivo combatir la violencia de género.

52

El Parlamento europeo ha creado acciones que promuevan la investigación en

relación a la igualdad de las mujeres y los hombres y en concreto para combatir

la violencia contra las mujeres.

Un ejemplo es el Programa DAPHNE, un programa que desde hace años

pretende hacer un análisis global de lo que se está desarrollando a nivel

europeo sobre la violencia contra las mujeres para poder elaborar y proponer

orientaciones concretas que permitan comparar los datos estadísticos entre

países basándose en las buenas prácticas existentes. Algunas de las

actividades que se ha propuesto apoyar este programa son: Identificación e

intercambios de buenas prácticas y experiencias de trabajo especialmente

dedicadas a poner en práctica medidas de prevención y de ayuda a las

víctimas; Sistematización de las encuestas, estudios e investigaciones;

Formación y diseño de paquetes educativos; Desarrollo e implementación de

programas de tratamiento y apoyo para las víctimas y las personas en riesgo

así como para los perpetradores; Desarrollo de indicadores de violencia de

género para proponer políticas comunes para la Unión Europea y la

diseminación a escala europea.

Paralelamente a estos estudios, documentos como la Guía de buenas prácticas

para paliar los efectos de la Violencia contra las mujeres y conseguir su

erradicación (Instituto de la Mujer 2002) reúnen diferentes tipos de propuestas

de actuación: Coordinar los servicios públicos y las entidades sociales en cada

localidad; Concienciar sobre el tema de la violencia en el trabajo, de las

situaciones de acoso, en colaboración con las empresas y los sindicatos;

Trabajar con la población masculina, con métodos participativos; Crear

observatorios de la publicidad; Sensibilización de los profesionales médicos.

Cabe destacar que en el contexto europeo, la primera ley que aborda de forma

integral esta problemática es la Ley Integral contra la Violencia de Género de

España. No sólo constituye un referente a nivel político sino que también lo es

para los movimientos de mujeres de muchas partes del mundo, especialmente

en Europa, así como un nuevo marco que nos permite profundizar todavía más

en el problema de la violencia de género en nuestro país.

53

Las investigaciones en el ámbito internacional corroboran que la violencia de

género también se da en el ámbito universitario, y que existen ya en otros

países numerosas iniciativas y experiencias en universidades para prevenir y

erradicar la violencia de género en ellas.

De acuerdo a una investigación realizada en la Universidad de Barcelona la

mitad de las universitarias no identifican como violencia de género los ocho

comportamientos que son reflexionados como tales por la comunidad científica

internacional: agresiones físicas, violencia psicológica, agresión sexual,

presiones para mantener alguna relación afectivo-sexual, besos y caricias sin

consentimiento, sentirse incómoda o tener miedo por comentarios, difundir

rumores sobre la vida sexual, y comentarios sexistas.

En las conclusiones generales, un 14% de las estudiantes encuestadas

aseveran que conocen alguna situación de violencia de género sucedida en el

ámbito universitario. Sin embargo, cuando se les pregunta directamente por

situaciones concretas ese porcentaje se eleva al 58%. El estudio, el primero de

estas características que se realiza en España, confirma también la necesidad

de crear en las universidades servicios específicos a los que puedan concurrir

las jóvenes que se hallan en el problema.

Según la investigación coordinada por Valls indican que una dificultad para la

eliminación de la violencia de género es que el estudiantado universitario

español tiene dificultades para identificar escenarios de violencia de género, y

no siempre reconoce una situación de este tipo cuando la ve o niega que exista.

Al preguntar en la encuesta a estudiantes mujeres si conocían alguna situación

de violencia de género que haya acontecido en la universidad o entre personas

del ámbito universitario, el 14% respondió afirmativamente. Sin embargo este

dato no recoge toda la realidad, ya que cuando se le preguntó sobre situaciones

concretas que internacionalmente son considerados violencia de género:

agresiones físicas; violencia psicológica; agresiones sexuales; presiones para

mantener relaciones afectivo-sexuales; recibir besos y/o caricias sin

consentimiento; sentir incomodidad o miedo por comentarios, miradas, correos

electrónicos, notas, llamadas telefónicas o por haber sido perseguida o vigilada;

54

difusión de rumores sobre su vida sexual; comentarios sexistas sobre la

capacidad intelectual de las mujeres o su papel en la sociedad o comentarios

con connotaciones sexuales que las deshonran o las humillan- un 44% de las

mujeres encuestadas afirmaban haber sufrido o conocer al menos una de estas

situaciones en el ámbito universitario. Por tanto, cuando se les preguntaba si

habían sufrido o conocían a alguna persona que hubiera sufrido en la

universidad una serie de situaciones concretas que a nivel internacional se

consideran violencia de género la cifra ya no es de un 14% sino de un 58%

(VALLS et. At., 2008)

Existen hasta el momento pocas investigaciones sobre la violencia de género

en el ámbito universitario de México, a diferencia de países como Estados

Unidos, Canadá o España que han analizado la violencia de género en el

contexto universitario desde hace varias décadas. Diferentes universidades del

mundo están implementando medidas de prevención e intervención, partiendo

de que cualquier mujer que trabaje o estudie en el contexto universitario tiene el

riesgo de sufrir actos de violencia, promoviendo la solidaridad entre mujeres y

creando el contexto necesario que garantiza el apoyo a la víctima. En México,

este tipo de medidas son pocas las instituciones educativas que las están

aplicando y es necesario desarrollarlas para que salgan a la luz pública y se

puedan combatir.

Al centrarnos en la violencia de género en las universidades, nos ubicaremos

sobre las formas de relación entre hombres y mujeres al interior de la

universidad.

Partimos de la definición dada por la Organización de las naciones Unidas

(ONU en 1994), que en su artículo 2, inciso b señala como forma de violencia

contra la mujer: La violencia física, sexual y psicológica perpetrada dentro de la

comunidad en general, inclusive la violación, el abuso sexual, el acoso y la

intimidación sexuales en el trabajo, en instituciones educativas y en otros

lugares, la trata de mujeres y la prostitución forzada.

55

A partir de esta definición que plantea la violencia de género como problema

público, y no exclusivamente consignado a la esfera de lo íntimo o lo privado,

por violencia de género en las universidades se juzga: “cualquier tipo de

violencia física, sexual y psicológica perpetrada contra las mujeres en función

de su género y que se presenta al interior de la comunidad universitaria, tanto

dentro, como fuera del espacio físico de la universidad. Asimismo, por

comunidad universitaria se comprende a todos los miembros de esta institución

como estudiantes, profesorado, personal de administración y servicios”.

Los primeros estudios de investigaciones sobre la violencia de género en las

universidades han definido a la universidad como espacios donde también se

ejerce la violencia de género, son estudios cuantitativos que demuestran

estadísticamente y con procedimientos básicamente positivistas la violencia de

género como fenómeno a tratar ya no exclusivamente en la esfera de lo privado

(violencia doméstica)

En ellos se demuestra entre otros aspectos que la violencia de género entre

jóvenes universitarios es un problema independiente de la esfera privada, al

margen del matrimonio y la nacionalidad. Es un problema común aunque no así

visible en las universidades. Es creciente, entre el estudiantado sobre todo en el

ámbito de relaciones esporádicas, o 'citas' donde paradójicamente existe un

mayor riesgo. Hay predisposición a experimentar situaciones de violencia de

género en la universidad cuando se han vivido situaciones similares y de

dependencia en etapas previas. Afecta la salud de las mujeres experimentando

más tendencia a la depresión, ansiedad, insomnio, discapacidades, ideas de

suicidio y tabaquismo.

Diversos estudios sostienen que contrario a la percepción general, la

universidad puede considerarse como un espacio adverso a inclusión

respetuosa e igualitaria de las mujeres. El ámbito universitario es un espacio

predispuesto para agresiones contra las mujeres en términos de acoso y

hostigamiento sexual.

56

Ambos sexos padecen situaciones de hostigamiento sexual en el ámbito

universitario, sin embargo no se concibe ni se nombra como tal, lo cual alude a

un proceso de normalización.

Frente al acoso y el hostigamiento sexual procedido de profesores e

instructores, las estudiantes evaden el contacto con el acusado, y en el peor de

los casos retiran su participación en áreas disciplinares masculinizadas. Los

efectos del acoso y el hostigamiento sexual en términos psicológicos en las

mujeres que han vivido una experiencia de violencia de género en el contexto

universitario son: pérdida de autoestima, estrés, ansiedad y depresión, en

relación con su vida académica, pues afecta las decisiones que las estudiantes

toman en relación al desempeño escolar de corto, mediano y largo plazo.

Existe una baja asimilación de la agresión sexual como violación y por ende su

poca denuncia en casos especialmente realizados por novios, amigos o

conocidos.

Hay un proceso de normalización de la violencia durante la permanencia en la

universidad, en específico cuando ésta procede de personas cercanas

ocasionada por la auto culpabilización (sentimiento de incitar la situación), o por

evitar el malestar en la persona agresora.

Repercusiones en las decisiones académicas y profesionales de las mujeres

que han padecido alguna situación de violencia de género entre otros efectos,

la violencia de género en la universidad fomenta el ausentismo y el abandono

escolar o laboral, cambios en los proyectos de investigación previstos, además

de impactar negativamente las vidas personales y profesionales de las

personas que apoyan a las víctimas.

Los estudios señalan de la complejidad para enfrentarse y defenderse de

situaciones de acoso sexual en la universidad y la poca confianza que existe

por parte de las agredidas hacia la institución, sobre todo en términos del apoyo

que puede recibirse.

57

1.3.5.1 FORMAS QUE REGISTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO EN LAS

UNIVERSIDADES.

Hay una gran cantidad de maneras de agredir a una mujer por el simple

hecho de serlo (mujer), en todas el daño emocional es muy grande y en

ocasiones con secuelas irreversibles. A estas formas se les considera violencia

de género.

La Universidad Autónoma de Guerrero no es inmune a esas formas mismas que

afecta principalmente al género femenino. Es por eso que es de suma

importancia conocer los índices de violencia de género que se están dando en

la actualidad dentro de la misma y así saber si es una realidad que está

presente en nuestras unidades académicas.

Las siguientes formas fueron tomadas de una investigación muy relevante

realizada en España -violencia de género en las universidades españolas-

dirigida por ROSA VALLS, (2006-2008):

El acoso sexual en la escuela

La violación

El maltrato psicológico( insultos, humillaciones)

La discriminación por el simple hecho de ser mujer

El lenguaje sexista

Los silbidos e insinuaciones sexuales

Que los espacios de poder o de toma de decisiones se concentren

en los hombres

Ridiculizar e insultar a las mujeres

Bromear o hacer desprestigio hacia las mujeres

Besos y/o caricias sin consentimiento

Presiones para mantener relaciones afectivo-sexuales

Que alguien le persiga o vigile

Rumores respecto a la vida sexual de una mujer que la degraden

o humillen

58

Notas, mensajes de texto, llamadas telefónicas, correos

electrónicos por personas no deseadas con contenido

malintencionado.

Intimidaciones y amenazas

Hacer observaciones desagradables sobre la apariencia física de

una mujer (apodos)

Imágenes pornográficas enviadas por compañeros o maestros

Miradas y gestos con una connotación sexual que incomoda

Roses, contacto físico no deseado (manoseo).

Insultos y ofensas

Prohibición de que hables con otras personas

Critica o desvalorización de lo que haces

Hacer observaciones desagradables sobre tu apariencia física

Imponer la manera de vestir, peinar, comportarte en público

Exigir saber con quién y dónde estás

Lanzarte un objeto, agarrarte y/o empujarte violentamente

Pegarte o ejercer otras formas de agresión físicas contra ti

Utilizar la fuerza para mantener relaciones sexuales contigo

Obligarte a sostener relaciones sexuales por dependencia económica

Menospreciarte sistemáticamente

Intimidarte y amenazarte

Contra tu voluntad tocarte o poner las manos en diferentes partes

íntimas del cuerpo o acorralarte para besarte

Perseguirte insistentemente

Recibir llamadas, correos electrónicos, cartas malintencionadas, notas

insistiendo en mantener una relación contigo

59

Comentarios sobre tu aspecto físico y constantes piropos que

incomodan

Miradas y gestos con una connotación sexual que te incomoda

Comentarios sobre tu vida personal, sexual y amorosa

Relaciones sexuales bajo la presión de compañeros

Relaciones sexuales bajo la presión de maestros

Relaciones sexuales bajo la presión de directivos

Relaciones sexuales bajo la presión de tu pareja

Relaciones sexuales bajo la presión de encuentros ocasionales

Los puntos anteriores solo son algunos ejemplos de las problemáticas que se

podrían estar dando dentro de la UAGro y el conocer sus índices es un Objetivo

General de esta investigación.

La escuela todavía es vista como una de las pocas vías concretas de cambio

y de movilidad social disponibles para una gran parte de la población. La idea

de que la escuela es un sitio que debe ofrecer protección, un lugar que tiene

que ser preservado por la sociedad, ya no corresponde a la realidad de la

mayoría de los establecimientos escolares (Abramovay, 2002).

Para tener un panorama de como se manifiestan y perciben los acontecimientos

de violencia de género en las Unidades Académicas de la UAGro es necesario

resaltar sus consecuencias en base a investigaciones realizadas en otras

Universidades de prestigio a nivel mundial y detallar qué trae consigo la

violencia de género en distintos ámbitos y áreas de la Universidad.

AMBITO DE EDUCACION

aumento de ausentismo escolar

aumento de la deserción escolar

trastornos de conducta y de aprendizaje

bajas calificaciones

60

AMBITO DE LA SALUD

consecuencias para la salud física:

lesiones, embarazos no deseados, problemas

ginecológicos, discapacidad, aborto, fracturas, adicciones,

etc.

Consecuencias para la salud mental:

depresión, ansiedad, disfunciones sexuales, trastornos de

la conducta alimentaria, trastornos seudo-psicoticos, etc.

Trastorno del desarrollo físico y psicológico

Suicidio, homicidio.

1.3.5.2 PREVENCION DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO EN UNIVERSIDADES.

En las universidades de más prestigio internacional tales como: Universidad

de New Hampshire, Estados Unidos, Universidad de Barcelona, de Sevilla por

mencionar algunas tienen una política institucional definida sobre acoso, abuso,

agresión sexual u otro tipo de violencia de género, que va desde la aplicación

de medidas disciplinarias hasta la creación de servicios de atención y desarrollo

de actividades de prevención.

Es verdad que está habiendo un cambio social considerable con este tema,

entonces lo que se tiene que hacer es ponernos un poco a la par del cambio

social. Esto probablemente hace 20 años no se veía de ninguna manera, y

ahora socialmente se está aceptando que hay un problema de violencia de

género, que es un problema general, que tenemos que afrontar entre todos,

porque en una universidad es un contexto más donde se pueda producir, y

además es un contexto especialmente tóxico para este tema. Tóxico, digo, por

lo de los espacios de poder que se mantienen, que no figuran en ningún lado,

pero que ahí están.

En algunos casos que han salido a la luz pública dentro de la UAGro se ha

podido observar la ausencia de respuesta por parte de las autoridades

61

correspondientes, incluso con denuncia, o al menos manifestación pública del

problema todo queda en unas disculpas o en el total olvido.

La falta de una política clara y definida en la universidad ante este tipo de

situaciones hace que se perciba que no sirve de nada realizar una denuncia

formal en la universidad cuando se ha producido un caso. Normalmente, si se

explica la situación se tiende a acudir a personas más cercanas.

El hecho de que no existan políticas institucionales definidas en la

universidad para los casos que se produzcan de violencia de género, acoso,

etc. Ocasiona que se acaben aceptando, normalizando o “tolerando” estas

situaciones, potenciando el silencio y el miedo a la denuncia.

La comunidad universitaria percibe la necesidad de que exista una política

institucional sobre acoso que no sólo defina las medidas y los protocolos a

seguir cuando se produce un caso, sino que también contribuya a establecer un

clima de tolerancia cero y a romper el silencio ante cualquier situación de

acoso, abuso o agresión sexual u otro tipo de violencia de género que se puede

producir en la universidad. Se considera que la universidad tiene la

responsabilidad de desarrollar estas medidas.

Es conveniente que esto se lleve a cabo Estamos en un país en el que

tampoco existe una política de tolerancia cero. Tenemos ejemplos como

Estados Unidos y otros países europeos donde las universidades tienen una

política institucional definida.

Evidentemente, junto al apoyo informal que pueda tener. Si está una

instancia, una autoridad legitimada es mucho mejor, deben estar preparados

para afrontar estos casos de una manera profesional y sensibilizada con el

tema para poder darle un buen encausamiento.

Se valora que con la existencia de una oficina donde se pudiera denunciar se

62

superaría el problema de no saber dónde ir si se sufre una situación de

violencia de género en la universidad. La persona que sufre la situación se

sentiría más apoyada al denunciar. El hecho de que se garantizara una total

confidencialidad contribuiría a evitar críticas o represalias para la persona que

denuncia y para quienes le apoyan. Si se consiguiera que fuera un servicio

eficaz y de calidad se superara la percepción de que no sirve de nada

denunciar porque la universidad no hará nada. Tratando el problema de una

manera transversal y abierta.

Se insiste en la idea de que esta sería otra de las medidas que contribuirían

a visibilizar el problema y romper el silencio en la universidad. Además sería un

espacio que tendría que generar confianza a todos los colectivos. Por lo tanto,

tendría que implicarse toda la comunidad universitaria, estudiantes, profesores

y personal de administración y servicios.

Facilitar trípticos y documentos informativos de una manera masiva y

frecuente dentro de la comunidad estudiantil con información sobre el tema de

una manera que sea atractiva para los jóvenes y por lo tanto de provecho así

tendremos mayor conocimiento del tema y por lo tanto más concientización.

Con datos claves como dónde acudir si se sufre una situación de violencia de

género, así como información concreta sobre qué situaciones se consideran

acoso, abuso, agresión sexual o algún otro tipo de situación definida por las

investigaciones internacionales como violencia de género.

Como un servicio complementario también sería conveniente implementar lo

siguiente:

Líneas de atención telefónica y la página web también pueden ser un

espacio de denuncia complementario a la oficina, e incluso pueden ser servicios

que se coordinen también desde ésta. Este tipo de medidas que pueden marcar

una “distancia física”, en algunas situaciones puede facilitar la denuncia al

percibirse como una vía más rápida, directa y confidencial.

Actividades de prevención de la violencia de género

Profesores y estudiantes han realizado muchas aportaciones relacionadas

63

con el desarrollo de actividades de prevención y sensibilización por mencionar

algunos ejemplos tenemos las jornadas de información, cursos, seminarios,

conferencias, coloquios, congresos, platicas etc. Algunas de estas pueden ser

retomadas para ser llevadas a cabo de una manera sistematizada durante todo

el ciclo escolar dirigida con el fin de que trabajen en la identificación de las

situaciones de violencia de género, desmitificando aquellas que se normalizan y

no se viven como tales. Medidas de prevención y sensibilización que partan de

visibilizar ese tipo de situaciones ante las que se ha de romper un ambiente de

permisividad, normalización y silencio.

Se propone, tal como se ha realizado en campañas de concientización en

universidades de prestigio internacional, incidir en la sensibilización hacia la

solidaridad con las víctimas y no mostrarse indiferente ante una situación de

violencia de género.

Una de las propuestas más ambiciosas es la de introducir asignaturas

obligatorias en las carreras universitarias que formen en la detección precoz y

la prevención de la violencia de género, Medidas de Protección reconociendo la

educación como herramienta clave para la prevención y erradicación de este

problema social. Por lo tanto los profesores tendrán que capacitarse y

sensibilizarse con el tema.

Conclusión del tema:

Se percibe que la UAGro (Unidades Académicas del Puerto de Acapulco.) no

está dando respuesta ante las situaciones de violencia de género que se

producen.

Existe la percepción de que existe poca implicación por parte de la

institución universitaria cuando se produce una situación de violencia de

género. No existe una política institucional definida para hacer frente a esta

problemática, que en otros ámbitos laborales como la administración pública,

empresas etc., ya se están desarrollando. Algunas barreras percibidas a que se

cree este tipo de políticas por parte de las universidades es el no

reconocimiento de que se dan situaciones de violencia de género en la

universidad.

64

Este no reconocimiento fortalece el mantenimiento del silencio y la ocultación

cuando se produce algún caso. De esta manera, por parte de la institución se

acaba generando un clima de permisividad e impunidad para aquellas personas

que utilizan su situación de poder para ejercer algún tipo de violencia de

género.

No sirve de nada denunciar una situación que se haya producido porque el

problema se acaba silenciando y “olvidando” entre las instancias institucionales

o los núcleos de poder más cercanos. Algunas personas sienten miedo y no

acuden a la universidad para explicar una situación sufrida por temor a no ser

apoyadas o por posibles represalias tanto para la persona que sufre la situación

como para las personas que las apoyan.

Se percibe y se valora que las medidas de prevención y atención de la

violencia de género que se desarrollan en las universidades de más prestigio

internacional son adecuadas para su implementación en la UAGro.

Se ha insistido también en la importancia que tiene desarrollar tanto medidas

eficaces de atención y resolución de situaciones que ya se han producido (por

ejemplo, oficinas donde se asesore y se puedan realizar denuncias, etc.) como

medidas de formación y prevención que prioricen la identificación de situaciones

de acoso, abuso y agresión sexual y otras situaciones de violencia de género,

que creen ambientes de tolerancia cero y de solidaridad hacia las personas que

las han sufrido y quienes les apoyan.

Somos personas que nos hemos desarrollado en sociedades donde

coexisten diferentes modelos de masculinidad, algunos de los cuales están

asociados a valores que se pueden encontrar en las bases de actitudes de

violencia de género. Puesto que todos y todas estamos expuestos a estos

valores es necesario crear espacios para poder identificarlos, reflexionar sobre

sus efectos y definir mecanismos de prevención y nuevas formas de

socialización que los superen por otros valores igualitarios. Ahora tenemos no

sólo la responsabilidad sino la necesidad y la obligación de hacerlo realidad en

nuestras Unidades Académicas, tal y como se establece en la Ley Integral

Contra la Violencia de Género.

65

1.3.6 EL SEXISMO EN LA EDUCACION.

El término sexismo apareció en los Estados Unidos a mediados de los años

setenta, por analogía con el término racismo, con el propósito de demostrar que

el sexo constituye para las mujeres un factor de discriminación, subordinación y

desvalorización. Este término fue utilizado por los grupos de feministas que en

aquella época estaban surgiendo.

“El sexismo es una concepción ideológica y una práctica que legitima la

subordinación de la mujer y la excluye de participar en igualdad de derechos y

oportunidades, que el hombre, limita su acceso a los mismos lugares,

desempeñar las mismas tareas. Asigna roles rígidos, así como características y

formas de comportamiento a uno y otro sexo; se manifiesta en la discriminación

por razones de sexo.”

En virtud del sexismo las mujeres salen más mal paradas que los hombres,

por los ataques a los que son sometidas, ataques indirectos, que son resultado

del sistema social. Todo esto provoca que las mujeres, a consecuencia del

género, enfrenten situaciones que les impiden participar con plenitud en las

sociedades donde viven.

El sexismo se manifiesta en la escuela a través del currículo explícito y del

currículo oculto. En el caso del currículum explícito o abierto, este se pone de

manifiesto en los libros textos, material didáctico, programas, entre otros, donde

se resaltan las actividades realizadas por hombres, mientras se subestima, se

omite o se invisibiliza a las mujeres y niñas.

Con relación al currículum oculto, el sexismo se manifiesta a través del trato

diferenciado a mujeres y hombres por medio del lenguaje, los gestos, el tono de

la voz, la frecuencia y la duración de la atención proporcionada a unas y otros,

el tipo de preguntas y respuestas, el chiste, la caricatura y el sarcasmo al

alumnado por parte del profesorado.

Una premisa para la acción antidiscriminatoria es reconocer que la cultura

introduce el sexismo, o sea, la discriminación en función del sexo mediante el

género. Cada cultura establece un conjunto de prácticas, ideas, discursos y

66

representaciones sociales que atribuyen características específicas a mujeres y

a hombres. Esta construcción simbólica que en las ciencias sociales se

denomina género, reglamenta y condiciona la conducta objetiva y subjetiva de

las personas. O sea, mediante el proceso de constitución del género, la propia

sociedad construye las ideas de lo que se supone como "propio", “inherente,

“innato”, “característico” de cada sexo.

Existen elementos de la cultura, que refuerzan los mecanismos que

perpetúan la subordinación de las mujeres, es necesario continuar denunciando

las manifestaciones sexistas que aún en pleno siglo XXI continuamos

observando en las instituciones educativas, de las cuales no queda exenta la

“UAGro” así como los efectos injustos y discriminatorios que ello provoca.

“… las desigualdades entre los sexos no se pueden rectificar si no se tienen

en cuenta los presupuestos sociales que han impedido la igualdad,

especialmente los efectos que ha generado la división ámbito privado=femenino

y ámbito público=masculino”

Las investigaciones sobre el sexismo en la escuela se inician en los años

ochenta, anteriormente la Psicología de la educación no le prestaba atención a

la cuestión de la desigualdad en este ámbito, primero porque no se consideraba

a la escuela como una institución que discriminara a sus estudiantes, sino que

se consideraba como la mejor forma de garantizar la igualdad de

oportunidades, porque posibilitaba que el individuo alcanzara un determinado

nivel de instrucción para acceder a empleos equitativamente remunerados.

La investigación sociológica se encargó de demostrar que la escuela, por

una parte, no contribuía a la igualdad de oportunidades, y por otra reproducía

las desigualdades entre los grupos sociales.

En la Universidad Autónoma de Guerrero debe abrirse a una nueva

perspectiva didáctica que esté a favor de una educación igual para ambos

sexos, donde se critique y se rompa con el proceso de asimilación sexista de

género realizada en la escuela, cuyo propósito es que estén presentes en las

aulas modelos culturales iguales para todos/ as donde se de la integración.

67

¿Cuál es la dimensión de la Violencia de Género en las estudiantes del

Nivel Superior de la Universidad Autónoma de Guerrero en Acapulco?

Conocer Expresiones de Formas que Registra la Violencia de Género

en las Estudiantes del Nivel Superior de la Universidad Autónoma de

Guerrero en Acapulco.

CAPITULO 2 METODOLOGIA

La investigación consistió en un estudio cuantitativo, a través de una encuesta

aplicada a estudiantes mujeres de diferentes Unidades Académicas del Nivel

Superior de la UAGro, y de análisis documental.

2.1 OBJETIVOS DE LA INVESTIGACION

La presente investigación tiene como objetivo general saber:

Objetivo específico:

2.2 HIPÓTESIS DE LA INVESTIGACIÓN:

H1 La violencia de género es una realidad que está presente en las mujeres

estudiantes de las Unidades Académicas del Nivel Superior de la Universidad

Autónoma de Guerrero en Acapulco.

H2 La Violencia de Género se expresa de diversas formas en las mujeres

estudiantes de las Unidades Académicas del Nivel Superior de la Universidad

Autónoma de Guerrero en Acapulco.

Esperando que los resultados de esta investigación contribuyan al estudio de

la violencia de género en las universidades y coadyuvé a la búsqueda de la

68

equidad de género en la UAGro, los resultados serán de utilidad para incentivar

estrategias que colaboren a dicha pretensión, ya que al conocer los índices de

la violencia de género en esta casa de estudio nos dará un panorama amplio de

la situación real en que se encuentra la Universidad, ya que nuestro objetivo

específico nos aportara resultados contundentes acerca de las formas de

violencia de género que existen en la institución.

2.3 DESARROLLO DE LA INVESTIGACION

Los métodos utilizados son: Método analítico sintético en el planteamiento del

objetivo y preguntas de investigación, método de análisis matemático en el

estudio de las encuestas y el método histórico lógico en la elaboración de las

referencias teóricas.

2.4 ENCUESTA DE LA DINÁMICA DE LAS RELACIONES DE GÉNERO EN

MUJERES ESTUDIANTES DE NIVEL SUPERIOR EN LA UAGro

ACAPULCO.

Para el estudio cuantitativo de la presencia de violencia de género en las

Unidades Académicas del Nivel Superior en la UAGro, se diseñó y aplicó una

encuesta, apoyada en las que ya se están realizando a nivel nacional e

internacional. Se promovió la participación de estudiantes de psicología desde

el inicio hasta el final del proceso de investigación, así como se asesoró con la

coordinadora de Género de la UAGro, como de la presidenta del grupo

Calmecac, A.C. para el diseño del cuestionario y con el coordinador del CA:

Desarrollo Regional para la parte estadística del mismo.

Para la elaboración de la encuesta, utilizamos como marco de referencia los

fundamentos rescatados en la revisión bibliográfica. En el proceso de selección

de las investigaciones, elegimos las más sobresalientes por su calidad científica

dentro de la materia e incluimos también las que utilizaron encuestas como

instrumento de medición.

Así, partimos del trabajo elaborado en estas investigaciones, la metodología

utilizada en ellas y, más precisamente, las encuestas y variables que

69

manejaron. Nuestra encuesta, por tanto retoma las aportaciones de diferentes

investigaciones de calidad científica que han trabajado la violencia de género en

el ámbito universitario, tomando en cuenta el contexto universitario de la UAGro

y los objetivos específicos que nos planteamos medir con su aplicación.

Finalmente diseñamos la encuesta que denominamos: Encuesta de la dinámica

de las relaciones de género en mujeres estudiantes de Nivel Superior en la

UAGro Acapulco.

La encuesta está compuesta por 83 preguntas que se distribuyen en 5 bloques

temáticos:

1) Preguntas sociodemográficas.

2) Expresiones de formas que registra la violencia de género

3) Situaciones de violencia de género y diferentes maneras de reacción en

las estudiantes

4) Recursos de prevención, atención y sanción en relación a la violencia de

género que aplican las Unidades Académicas y/o la UAGro.

5) Propuestas de las estudiantes de medidas a implementar, dirigidas a

prevenir, resolver y eliminar la violencia de género en la UAGro.

Para la ejecución del cuestionario se diseñó:

1) Una portada que estaba engrapada a cada encuesta, que incluía:

presentación de la investigación, de la encuesta y una sección para los datos

sociodemográficos de la persona encuestada.

2) El equipo encuestador estuvo integrado por alumnas de décimo y séptimo

semestre, quienes recibieron capacitación sobre el manejo y aplicación de los

aspectos conceptuales y operativos de la encuesta, que les permitiera realizar

un levantamiento confiable y de calidad.

Se aplicaron diferentes estrategias en las Unidades Académicas participantes

para la ejecución de la encuesta, pero fundamentalmente se ajustan a las

siguientes formas:

Se solicitó permiso, con oficio, a los directores (as) de las diferentes Unidades

Académicas del Nivel Superior de la UAGro en Acapulco para aplicar la

70

encuesta, pidiendo un aula para que el estudiantado pudiera acudir a

responderla. En este caso las personas encargadas de aplicarla se

encontraban en el aula cedida por la Unidad Académica durante un periodo de

2 a 4 horas.

En ese margen de horario se informaba a las estudiantes (en las aulas, la

cafetería y los pasillos) sobre la investigación que se estaba llevando a cabo y

se ofrecía la posibilidad de colaborar acudiendo al aula donde se estaba

aplicando la encuesta para responderla.

Se seleccionó una muestra de estudiantes mujeres del 10% del total de mujeres

de cada grupo académico, las cuáles fueron elegidas al azar, ya sea

invitándolas a participar directamente de manera voluntaria o pidiendo al

maestro (a) que se encontraba en el grupo, al momento de acudir al salón, que

les solicitará a las estudiantes o les indicará que participaran, según fuera el

caso, después de explicarle el motivo de la encuesta.

Enfatizamos algunos aspectos en el proceso de ejecución de los cuestionarios,

entre ellos: la participación voluntaria para responder la encuesta por parte de

las estudiantes, ser seleccionadas al azar, ser anónima. La importancia de crear

en todo momento un clima tranquilo y respetuoso.

En la medida de lo posible se procuro aplicar la encuesta dentro de un aula en

grupos pequeños, procurando que la persona participante disfrutara de

suficiente intimidad para que sus respuestas no estuvieran condicionadas por la

presión de compañeros/as o sentirse observada por profesores, estudiantes u

otras personas. La entrevistadora realizaba una breve explicación de la finalidad

de la investigación y de la encuesta antes de que las personas participantes

respondieran las preguntas. La encuesta fue aplicada cara a cara por

estudiantes de psicología, previamente entrenados en temas de género,

violencia de género y entrevista. El tiempo aproximado de aplicación de la

encuesta por cada persona participante fue de 20 a 30 minutos.

El trabajo de campo cuantitativo se ha desarrollado sobre una muestra de 455

estudiantes mujeres con una edad media de 21 años.

Las Unidades Académicas participantes fueron las del Nivel Superior de la

71

Universidad Autónoma de Guerrero UAGro, ubicadas en Acapulco, Gro.

Nº de cuestionarios por Unidad Académica

Derecho 73

Contabilidad y administración 72

Psicología 63

Medicina 53

Turismo 47

Enfermería 44

Odontología 28

Sociología 25

Ciencias Ambientales 15

Matemáticas 10

Ecología 9

Ciencias Políticas 7

Licenciatura en ingles 3

Tecnologías de la información 3

Economía 3

Total 455

La información cuantitativa de la encuesta ha tenido la finalidad de identificar la

existencia de violencia de género en las Unidades Académicas del Nivel

Superior de la UAGro, a partir de la obtención de datos estadísticos en relación

a: datos sociodemográficas; expresiones de formas que registra la violencia de

género en la UAGro Acapulco; situaciones de violencia de género y diferentes

maneras de reacción en las estudiantes; recursos de prevención, atención y

sanción en relación a la Violencia de género, que aplican las Unidades

Académicas y/o la UAGro; propuestas de las estudiantes de medidas a

implementar, dirigidas a prevenir, resolver y eliminar la violencia de género en

la Universidad.

3.5 ANÁLISIS DE LOS DATOS

El análisis de los datos identifica expresiones de formas que registra la violencia

de género a través de: si las estudiantes identifican a la universidad como una

zona donde se presenta este fenómeno, que hechos clasifican como tales,

72

situaciones que conocen donde las estudiantes fueron perturbadas, de quién o

quiénes reciben la agresión, periodo que cursan las alumnas violentadas, y si

las afectadas sabían que vivían este tipo de violencia, entre algunos aspectos.

3.5.1 EXPRESIONES DE FORMAS QUE REGISTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO situaciones que se pueden

Para usted, ¿Dónde se produce más violencia contra la mujer? Los resultados obtenidos son los siguientes:

1 2 3 4

En la pareja 45.7 29.7 11.9 7.5

En la familia 33.2 35.2 11.9 14.3

En el trabajo 9.5 16.7 43.1 23.7

En la universidad 7.5 12.1 26.4 47.7

Las estudiantes identifican un mayor nivel de violencia contra las mujeres en la

pareja 45.7% lo afirman, seguido del contexto familiar con un 33.2%, enseguida

el escenario laboral con un 9.5% y por último en la universidad con un 7.5%.

Entre los siguientes hechos que le voy a mencionar, que sucedan en los espacios de la UAGro ¿Cuáles clasifica como violencia de género?

SI

NO

S/C

El acoso sexual en la Universidad 80.0 14.3 5.7

El maltrato psicológico (insultos, humillaciones) 79.3 14.5 6.2

Bromear o desprestigiar a las mujeres 78.9 15.6 5.5

Ridiculizar e insultar a las mujeres 77.6 16.9 5.5

Pensar que las mujeres son inferiores y que deben obedecer a los hombres

76.5 18.2 5.3

El lenguaje sexista (Uso exclusivo de uno de los géneros, en general el masculino)

73.4 19.3 7.3

La violación sexual 71.2 23.1 5.7

Los silbidos e insinuaciones sexuales 70.5 22.2 7.3

Que los espacios de poder o de toma de decisiones se concentren en los hombres

69.0 23.5 7.5

La discriminación en la universidad por ser mujer 68.8 25.1 6.2

Cuando le tocan las nalgas 67.0 26.4 6.6

Las heridas y golpes 57.8 36.0 6.2

Las imágenes pornográficas 53.0 39.8 7.3

Los datos reflejan que el estudiantado pareciera que identifica más fácilmente

73

aquellos comportamientos que implican violencia sexual, (obtiene el acoso

sexual un 80%), violencia psicológica específicamente insultos, humillaciones,

alcanza un 79.3, bromear o desprestigiar a las mujeres 78.9%, ridiculizar e

insultar a las mujeres 77.6%, pensar que las mujeres son inferiores y que deben

obedecer a los hombres 76.5%, mientras que tiene más dificultades para

reconocer como violencia de género la física, un 36% las heridas y golpes no

los considera violencia de género y un 26.4% cuando le tocan las nalgas.

Sin embargo existe un porcentaje significativo, que oscila entre el 20% y el 40%

aproximadamente, que no considera como violencia de género

comportamientos relacionados con dominio, control, subordinación, etc. Por

ejemplo, no consideran como violencia de género: un 39.8% las imágenes

pornográficas, un 25,1% la discriminación por ser mujer, un 23.5% que los

espacios de poder o de toma de decisiones se concentren en los hombres,

inclusive un 23.1% la violación sexual. Pareciera como si los tomaran como

algo natural y/o cultural.

¿Conoce alguna situación de violencia de género, entre personas de la UAGro, en la cual la afectada haya sido una estudiante? Un 63.1% responde que no conoce alguna situación de violencia de género,

entre personas de la UAGro, en la cual la afectada fue una estudiante

De las estudiantes que conoce que han vivido violencia de género en la UAGro, señale cuales de las siguientes situaciones han presentado:

A Violencia psicológica (verbal, acoso, intimidación y descalificación)

25.5%

B Hacerla sentir menos o mal frente a otras personas, humillarla u ofenderla

18.5%

C Agresiones físicas 16%

D Sentir miedo de ser atacada o abusada sexualmente 14.7%

Un 20.7% responde que si conoce alguna situación de violencia de género, entre personas de la UAGro, en la

cual la afectada fue una estudiante

74

E Sentir disgusto o miedo por comentarios, correos electrónicos, llamadas telefónicas

13.6%

F Rumores respecto a su vida sexual que degraden o humillen a la mujer

13.4%

G Ignorarla o no tomarla en cuenta 12.3%

H Presiones para mantener relaciones afectivo-sexuales 11.2%

I Haber sido perseguida o vigilada 11%

J Comentarios sexistas sobre la capacidad intelectual de las mujeres que minimizan su rol en la sociedad

10.8%

K Besos y/o caricias sin consentimiento 10.1%

L Agresiones sexuales 8.1%

Todos estos datos son significativos de situaciones de violencia de género que

se han presentado en la universidad y que se conoce que han vivido las

estudiantes. Resulta que las situaciones que más se producen son la violencia

psicológica por ejemplo: verbal, acoso, intimidación y descalificación (25.5 %),

sin embargo si a esto le agregamos que un 18.5% puntúa como hacerla sentir

menos o mal frente a otras personas, humillarla u ofenderla, 13.6% indica que

sentir disgusto o miedo por comentarios, correos electrónicos, llamadas

telefónicas, 13.4% marca rumores respecto a su vida sexual que degraden o

humillen a la mujer, 12.3% ignorarla o no tomarla en cuenta, 11% califica como

el haber sido perseguida o vigilada, y 10.8% registra comentarios sexistas sobre

la capacidad intelectual de las mujeres que minimizan su rol en la sociedad,

todos estos clasificados como violencia psicológica el 25.5% aumenta a un

100%.

Estos datos no deben quitar importancia a otros escenarios que se presentan

A 25.5%

B 18.5%

C 16%

D 14.7% E 13.6%

0 F 13.4%

G 12.3%

H 11.2%

I 11%

J 10.8%

0 K 10.1%

L 8.1%

75

en las unidades académicas del nivel superior en Acapulco y que habitualmente

son las más silenciadas, como por ejemplo las agresiones sexuales que

obtienen un 8.1%, pero si a esto le agregamos un 10.1% de recibir besos y/o

caricias sin consentimiento, un 11.2% presiones para mantener relaciones

afectivo-sexuales, y un 14.7% de sentir miedo de ser atacada o abusada

sexualmente, todas relacionadas con acoso u hostigamiento sexual hacen un

44.1%, .

Por último, es importante enfatizar que también se dan escenarios de

agresiones físicas que alcanza un 16%.

Violencia psicológica (verbal, acoso, intimidación y descalificación) 25.5 %

Violencia psicológica (todos los reactivos relacionados incluidos) 100%

Agresiones sexuales 8.1%

Todos los reactivos relacionados con acoso y/o hostigamiento sexual

44.1%

Agresiones físicas 16%

Éstos datos esclarecen que se presentan diversas formas de violencia de

género en la universidad y que, por lo tanto, esta institución necesita desarrollar

medidas de prevención y atención a las afectadas, así como medidas

disciplinarias para las personas que las cometen, rompiendo el silencio que

existe frente a estas circunstancias y la impunidad de la que en la actualidad

disfrutan las personas responsables.

Para usted, la violencia contra las estudiantes, en la UAGro, se da principalmente:

Entre los compañeros de salón 29.7

En la relación alumno-maestro 16.3

En la relación de pareja dentro de la UAGro 14.9

En una relación ocasional 9.7

Con estudiantes de otros grupos académicos 8.1

En la relación alumno-personal directivo 7.5

Con los amigos de la UAGro 6.8

En la relación alumno-jefe de grupo 3.7

En la relación alumno-personal administrativo 2.6

76

Las estudiantes identifican un mayor índice de violencia contra las estudiantes

entre los compañeros de salón con un 29.7%, seguido de en la relación alumno-

maestro con un 16.3% y en la relación de pareja dentro de la UAGro con un

14.9%.

¿Las personas de su entorno estudiantil que han pasado por una situación de violencia de género son?:

De los primeros semestres 37.1

De los semestres intermedios 15.2

De los últimos semestres 12.5

No contesta o no conoce 35.2

Las estudiantes más expuestas a pasar por situaciones de violencia de género

corresponden a los primeros semestres y los intermedios, entre ambos hacen

un 52.3%. Esto es importante para aplicar con mayor énfasis las medidas de

prevención y atención de la violencia de género en este sector de la población.

¿Las personas de su entorno estudiantil que han pasado por una situación de violencia de género son?:

Una estudiante de otra Unidad Académica 41.1

De otro grupo o semestre de su Unidad Académica 33.2

De su salón de clase 27

Una persona egresada de otra Unidad Académica 17.4

Una persona egresada de esta Unidad Académica 13.6

Las estudiantes identifican un mayor índice de violencia de Género en otras

unidades Académicas, incluso en otro grupo o semestre que en el suyo propio,

sin embargo un 27% reconoce que este problema se presenta en su propio

espacio.

Las estudiantes que vivieron situaciones de agresión ¿consideraban que vivían violencia de género?

Si 14.9%

77

No 15.6%

No se 29.7%

Aunque un 29.7% no sabía si la persona en cuestión reflexionaba si pasaba por

una situación de violencia de género, es importante destacar que el 15.6% no

pensaba que vivía violencia de género frente a un 14.9% que sí, estos datos

nos permiten visualizar la falta de reconocimiento de ésta.

La mayoría de las medidas de prevención que se efectúan en las universidades

de prestigio internacional se orientan a la identificación de situaciones como

violencia de género por el bajo grado de reconocimiento de éstas como tal.

Como expresan las investigaciones internacionales, el bajo reconocimiento de

la violencia de género está relacionado con la tendencia a no denunciar estas

situaciones.

Al analizar la reacción de las personas que han sido víctimas de situaciones de

violencia de género en la universidad, obtenemos datos que permiten visualizar

la falta de reconocimiento de ésta.

De las siguientes opciones en caso de haber solicitado ayuda indique adonde acudieron:

Dirección de la Unidad Académica 12.1

A ninguna 12.3

No sé 10.3

Maestro o maestra 9.2

Consejo de Unidad 5.5

Otra autoridad. Específica:_______________________

3.3

Consejo Universitario 2.4

Alguna otra dependencia de la UAGRO. Cuál:_______________

.9

Es significativo encontrar el mismo resultado entre acudir a la Dirección de su

Unidad Académica o a ninguna, pareciera que es lo mismo. Los porcentajes

En muchas ocasiones, las personas afectadas no creen ni saben que viven violencia de género y, por tanto, no denuncian.

78

que obtienen el acudir con el maestro o maestra (9.2%) y el de Consejo de

Unidad de Unidad son bajos y aún más el Consejo Universitario (2.4%), pudiera

creerse que hay poca confianza en ellos, baja respuesta o existe baja actitud de

la denuncia.

¿Cuál fue la respuesta que recibieron...?

La atendieron bien, la orientaron e informaron

9.6%

No hicieron nada, no le hicieron caso 6%

La humillaron o trataron mal 2%

Entre no hacer nada 6% y tratar mal 2% se obtiene un 8% muy cercano al 9.6%

que se le atendió bien e informó, que nos pudiera indicar la falta de capacitación

y consistencia al respecto por parte de las autoridades universitarias.

De las situaciones que se pueden dar en una relación (ya sea estable o esporádica), y que se den con estudiantes de la UAGro, dígame cuales SI considera violencia de género y cuáles NO.

SI NO

Insultos y ofensas 81.8 10.1

Menospreciar, humillar y avergonzar 79.3 12.3

Utilizar la fuerza para mantener relaciones sexuales 79.1 11.6

Contra su voluntad tocar o poner las manos en diferentes partes íntimas del cuerpo o acorralar para besar

77.8 13.6

Lanzarte un objeto, agarrarte y/o empujarte violentamente 77.4 14.5

Pegar o ejercer otras formas de agresión física 76.0 14.1

Obligar a sostener relaciones sexuales a cambio de dinero u otra cosa

74.7 15.8

Intimidar y amenazar 74.5 16.3

Hacer observaciones desagradables sobre la apariencia física

73.8 17.4

Critica o desvalorización de lo que haces 72.5 18.5

Llamadas telefónicas, correos electrónicos, cartas malintencionadas, notas insistiendo en mantener una relación

71.0 19.3

Exigir saber con quién y dónde estás 68.6 22

Prohibición de que hables con otras personas 66.8 24.0

Revisar objetos personales: celulares, bolsas, correos electrónicos

66.2 24.8

Prohibición de utilizar maquillaje y/o determinada ropa 65.9 20

79

Imponer la manera de vestir, peinar, comportarte en público

63.7 26.6

Perseguirle insistentemente 63.1 26.8

Los datos reflejan que las estudiantes identifican más fácilmente determinados

comportamientos que implican violencia psicológica como Insultos, ofensas,

(81.8%) menospreciar, humillar y avergonzar (79.3%) sin embargo, otras formas

de violencia psicológica como: perseguir insistentemente e Imponer la manera

de vestir, peinar, comportarte en público, un 26.8% y 26.6% respectivamente

no los considera violencia de género.

Con esto podemos decir que en realidad tienen más dificultades para reconocer

como violencia de género la violencia psicológica porque incluso un 24.8% no

considera como una situación de violencia de género revisar objetos

personales: celulares, bolsas, correos electrónicos, un 24% tampoco la

prohibición de que hables con otras personas y un 22% exigir saber con quién y

dónde estás.

Dentro de la violencia sexual identifican el utilizar la fuerza para mantener

relaciones sexuales como violencia de género un 77.4% y un 14.5% no lo

considera como tal. Mientras que un 77.8 considera que: contra su voluntad

tocar o poner las manos en diferentes partes íntimas del cuerpo o acorralar

para besar si es violencia de género y un 13.6% no.

En el tipo de violencia física encontramos que identifican como violencia de

género: lanzarte un objeto, agarrarte y/o empujarte violentamente 77.4 % y un

14.5 no y pegar o ejercer otras formas de agresión física 76.0% si y un 14.1

no.

En la violencia sexual y física no hay incongruencia en los resultados, por lo que

consideramos que les es más fácil identificarla como violencia de género en

cuanto a relación de pareja estable o esporádica se refiere, en comparación a la

violencia psicológica donde presenta mayores dificultades para identificarla y

sin embargo es la que más se presenta de diversas formas.

80

3. CONCLUSIONES GENERALES

A pesar de que en un principio las estudiantes estudiadas consideran que la

Universidad comparando con la pareja, la familia el trabajo, logra el índice más

bajo en relación con la violencia de género, sin embargo, el 20.7% responde

que si conoce alguna situación de violencia de género, entre personas de la

UAGro, en la cual la afectada fue una estudiante. Señalan que un 100% de

las mencionadas esta recibiendo violencia psicológica, un 44.1% acoso

y/o hostigamiento sexual, y el 16% agresiones físicas.

Consideran que los agresores más frecuentes de la violencia contra las

estudiantes son los compañeros de salón (29.7%), seguidos de los

maestros (16.3%) y de la pareja (14.9%) de la UAGro. Las estudiantes más

vulnerables a pasar por situaciones de violencia de género pertenecen a

los semestres de inicio de la licenciatura y los intermedios. Resalta que un

buen número de personas afectadas ignoraba que vivía violencia de

género, inclusive que pocas acuden a las autoridades de la UAGro a

denunciar.

En la violencia de género que se produce en la UAGro el estudio muestra que

las estudiantes pareciera que identifican más fácilmente aquellos

comportamientos que implican violencia sexual, y violencia psicológica,

mientras que tiene más dificultades para reconocer como violencia de

género la física. Es significativo que una cuarta parte de ellas y/o un poco

más, no toman como violencia de género comportamientos relacionados con

dominio, control, subordinación, etc. Por ejemplo, esa cuarta parte, no

consideran como violencia de género: las imágenes pornográficas, la

discriminación por ser mujer, los espacios de poder o de toma de decisiones se

centralicen en los hombres, e inclusive la violación sexual. Es como si los

tomaran como algo natural y/o cultural.

Sin embargo, en relaciones esporádicas y estables las estudiantes

identifican como violencia de género determinados comportamientos que

81

implican violencia psicológica como insultos, ofensas, menospreciar, humillar

y avergonzar, no obstante, otras formas de violencia psicológica como:

perseguir insistentemente e Imponer la manera de vestir, peinar, comportarte en

público, un poco más de la cuarta parte no los cataloga así.

Con esto podemos decir que en realidad tienen más dificultades para

reconocer como violencia de género la violencia psicológica porque incluso

cerca de una cuarta parte no cree que sean una forma de violencia de género

revisar objetos personales: celulares, bolsas, correos electrónicos, así como la

prohibición de que hables con otras personas y exigir saber con quién y dónde

estás.

La violencia sexual y física obtiene altos porcentajes en clasificarla como

violencia de género en cuanto a relación de pareja estable o esporádica se

refiere. Aunque existe un número menor, que tiene dificultades para

reconocerla como tal. Una de las consecuencias de la falta de reconocimiento

es no denunciar.

Podemos concluir, por tanto, que entre las estudiantes hay un bajo

reconocimiento de la violencia de género que se produce en la universidad. Se

dan situaciones que son definidas como violencia de género por parte de la

comunidad científica internacional y que no obstante un elevado porcentaje de

las personas encuestadas no reconoce como tal.

De acuerdo a los resultados en las Unidades Académicas del Nivel Superior

se producen diferentes formas de violencia de género, de las 455

estudiantes estudiadas, un 21% sabe de alguna forma de violencia de

género que se ha presentado, viéndose afectada una estudiante, de las

cuáles todas están recibiendo violencia psicológica, un 44.1% acoso y/o

hostigamiento sexual, y el 16% agresiones físicas.

Las formas de violencia y humillación que sufren las mujeres en las

universidades están relacionadas porque son expresiones de la práctica de los

hombres de dominar a las mujeres a través de la fuerza, la coerción, el abuso o

el silencio y lograr la perpetuación del poder de los hombres sobre las mujeres.

82

Es lo que se denomina continuum of violence against women, que abarca

desde el acoso sexual por hombres del entorno universitario (maestros, otros

profesionales) o por iguales (entre estudiantes universitarios), la agresión física

o sexual en la universidad hasta el sexismo en los debates y discusiones en las

aulas. (Osborne, R. 1995 citado por Valls, et. al. (2006-2008) En definitiva,

como indican Burgués y colaboradores (2006) en la universidad la violencia de

género no sólo se ejecuta, sino que también se consiente.

Estos datos desentrañan que se presentan diversas formas de violencia de

género en la universidad, por lo tanto, esta institución necesita desarrollar

medidas de prevención y atención, así como, medidas disciplinarias para las

personas que las ejecutan, rompiendo el silencio que existe frente a estos

acontecimientos y la impunidad que disfrutan las personas responsables.

Por último, la identidad y comportamiento de las mujeres dentro de la UAGro no

debe estar regida por ningún significado social que les fisura y limita en sus

actividades educativas, mucho menos que les etiquete, minimice y de ningún

modo deben de prevalecer los roles y estereotipos como una marca patriarcal,

cultural y social de sometimiento hacia ellas, la igualdad de género es el ideal

para una comunidad estudiantil que busca el progreso y la superación con

educación de calidad para mujeres y hombres sin discriminación de ninguno de

los géneros.

83

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