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PRESENTACIÓN "LA CRÍTICA"

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Presentacin de PowerPoint

ELBORADO POR:EDGAR JES SANTIAGO PACHECOPABLO TOMS ARAGN MANUELJOS NGELFREDI BERNAB CRUZ SILVADOCENTE:

MATERIA:HISTORIA DE LA EDUCACIN

GRADO: 1ER. SEMESTRE GRUPO: 102

CENTRO REGIONAL DE EDUCACIN NORMAL DE OAXACA.IIILA CRTICAI. BOSQUEJO DE UNA HISTORIA DEL MTODO CRTICO Hace mucho que se esta de acuerdo en no aceptar ciegamente todos los testimonios histricos. Mas de un texto se da como perteneciente a una poca y aun lugar distintos de los que realmente les corresponde; no todas las narraciones son verdicas y, a su vez, las huellas materiales pueden ser falsificadas. El verdadero progreso surgi el da en que la duda se hizo examinadora como deca Volney. Los historiadores no tienen ms que recitar lo que las fuentes ofrecen. Que nos den la historia segn la reciben y no segn la estiman.La critica, esa especie de antorcha que nos ilumina y nos conduce por las rutas oscuras de la Antigedad, hacindonos distinguir lo verdadero de lo falso, tal como se escribe Ellies du Pin.La duda ha sido considerada como una actitud mental puramente negativa, como una sencilla ausencia. Se estima que, racionalmente conducida, puede llegar a ser un instrumento de conocimiento. Es una idea que se sita en un momento muy preciso de la historia del pensamiento. Una afirmacin no tiene derecho a producirse sino a condicin de poder ser comprobada. Y un historiador, si emplea un documento, debe indicar, lo mas brevemente posible, su procedencia, es decir, el medio de dar con el, lo que equivale a someterse a una regla universal de probidad.A medida que la historia ha sido llevada a hacer un empleo cada vez mas frecuentes de los testimonios involuntarios, dejo de poder limitarse a calibrar las afirmaciones explicitas de los documentos. El historiador no es, o es cada vez menos, ese juez de instruccin, arisco y malhumorado, cuya imagen desagradable nos impondran ciertos manuales de iniciacin a poco que nos descuidramos. Se ha vuelto, crdulo. Sabe que sus testigos pueden equivocarse y mentir. Pero ante todo se esfuerza por hacerles hablar, por comprenderlos.

No puede negarse que el falso testimonio fue el excitante que provoc los primeros esfuerzos de una tcnica dirigida hacia la verdad. II. LA PERSECUCIN DE LA MENTIRA Y EL ERRORDe todos los venenos capaces de viciar un testimonio, la impostura es el mas violento. Puede tomar dos formas:Primero es el engao acerca del autor y de la fecha. Viene luego el engao sobre el fondo. Caso elemental de la narracin

En sus memorias Marbot cuenta con gran abundancia de detalles, un rasgo de valenta del que se presenta como hroe: si se le cree, en la noche del 7 al 8 de mayo de 1809 atraves en una barca las agitadsimas aguas del Ro Danubio, por entonces en plena crecida, para hacer en la otra orilla algunos prisioneros austriacos.

Cmo probar la ancdota?

Poseemos las rdenes, los cuadernos de ruta , los informes dados por el ejrcito enfrentados; atestiguan que, durante esa famosa noche, las fuerzas austriacas de las que Marbot pretende haber encontrado, ocupaban todava la rivera opuesta. Adems puede leerse en la Correspondencia de Napolen que el 8 de mayo todava no haba empezado la crecida agua.Acudiendo a otros testimonios, en los cules ninguno concuerda con el testimonio de Marbot.De un lado, pues, las Memorias y de otro lado un lote de textos que los invalidan. Conviene examinar estos testigos irreconciliables.Aqu pues, la comprobacin de un desacuerdo arruin uno de los testimonios opuestos.As lo exiga el ms universal de los postulados lgicos: que un acontecimiento pueda ser y no ser al mismo tiempo es cosa que prohbe inexorablemente el principio de contradiccin.

Cualquiera que tomara parte en la batalla de Waterloo supo que Napolen la perdi. Pero dos testigos, o sedicentes testigos, describiran la batalla con las mismas palabras? O, aun a costa de cierta diversidad de expresin, exactamente con los mismos detalles?Si las dos narraciones aseguran haberse basado directamente en la realidad, es necesario que por lo menos una de ellas falte a la verdad.As la crtica se mueve entre estos dos extremos: la similitud que justifica y la que desacredita.Para que un testimonio sea reconocido como autntico hemos visto que el mtodo exige que presente una cierta similitud con los testimonios vecinos. Sin embargo, si se aplicara este precepto al pie de la letra, qu sera de los descubrimientos?

En nuestra poca, ms que nunc expuesta a las toxinas de la mentira y de los falsos rumores, es vergonzoso que el mtodo crtico no figure ni en el ms pequeo rincn de los programas de enseanza, pues no ha dejado de ser sino el humilde auxiliar de algunos trabajos de laboratorio. Esos dos aspectos de la mentira plantean problemas muy distintos, cuya soluciones tambin lo son.No hay duda que de la mayora de los escritos dados bajo un nombre supuesto mienten tambin por su contenido.Los protocolos de los sabios de Sion , a dems de no ser de los sabios de Sion, se apartan en su sustancia lo mas posible de la realidad.Debera de ser superfluo recordar que , al revs, testimonios insospechables en cuanto a su proveniencia no son, por necesidad, testimonios verdicos.pero antes de aceptar un documento como autentico, los eruditos se esfuerzan tanto por pesarlo en sus balanzas que no siempre tienen el estoicismo de criticar despus sus afirmaciones .

El 21 de abril de 1834, antes del proceso de las sociedades secretas , escriba Thiers al prefecto del bajo rin le recomiendo el mayor cuidado en su aportacin de documentos para el gran proceso que va a instruirse lo que importa dejar bien en claro es la correspondencia de todos los anarquistas, la intima conexin de los acontecimientos de Pars, Lyon y Estrasburgo, en una palabra, la existencia de una vasta conjuracin que abarca a Francia entera. He aqu , incontestablemente, una documentacin oficial bien preparada.

Las actas notariales mas regularmente establecidas estn llenas de inexactitudes voluntarias, y recuerdo que hace mucho tiempo puse un fecha anterior a la real , por orden, con mi firma , al pie de un expediente mandado hacer por una de las grandes administraciones del estado.Pero no basta darse cuenta del engao , hay que descubrir sus motivos, aunque solo fuera , ante todo, para mejor dar con el; mientras subsista la menor duda acerca de sus orgenes sigue habiendo algo rebelde al anlisis, y, por ende, algo solo probado a medias.Seria pueril enumerar, en su infinita variedad, las razones que puede haber para mentir . Pero los historiadores , naturalmente llevados a intelectualizar demasiado a la humanidad , harn muy bien recordando que todas esas razones no son razonables.

En el mes de julio de 1857, el matemtico Michel Chasles puso en conocimiento de la academia de ciencias un lote de cartas inditas de pascal, que le haban sido vendidas por su proveedor habitual, el ilustre falsario Vrain Lucas, segn ellas, el autor de las provinciales haba formulado, antes que newton, el principio de la atraccin universal.

Existe una forma mas insidiosa del engao: en vez de la mentira brutal, completa y , si puede decirse, franca, el solapado retoque; interpolaciones en cartas autenticas; o el bordado en las narraciones, sobre un fondo aproximadamente verdico, de detalles inventados.De la simulacin pura y simple al error enteramente involuntario existen muchos matices aunque solo sea en razn de la fcil metamorfosis con el que embuste mas burdo y sincero se trueca, si la ocasin es propicia, en mentira habitual.No es menos cierto que muchos testigos se equivocan de buena fe. He aqu, pues, llegado el momento para el historiador, de aprovechar los excelentes resultados que dan, desde hace algunas dcadas, la observacin in vivo y que ha forjado disciplina casi nueva: la psicologa del testimonio.En algunos espritus la inexactitud cobra aspectos verdaderamente patolgicos.

Muchos momentos histricos no han podido ser observados sino en momentos de violenta conmocin emotiva, o por testigos cuya atencin fuera solicitada demasiado tarde , si no haba sorpresa, o retenida por las preocupaciones de la accin inmediata, era incapaz de fijarse suficiente en aquellos rasgos a los que el historiador