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EL MOLINO CAÍDO, EL OTRO “ESCULTOR” DE FELIPE II

GUÍA ARQUEOLÓGICA DE LA SIERRA DE GUADARRAMA» artículo

Periodo histórico: finales del siglo XVI. Localización: El Escorial.

Apuntes de la Sierra • 5

C uando nos paramos a contemplarla belleza del Tabernáculo de laBasílica del Monasterio de SanLorenzo de El Escorial apenas

podemos imaginarnos el duro trabajoque supuso para su autor, el escultoritaliano Jacometrezzo. Sobre planostrazados por Juan de Herrera, el arquitectode Felipe II, el maestro itálico comenzó atrabajar en la obra en 1579, teniéndolafinalmente terminada en 1587. Lasdificultades derivadas del abastecimientode materiales, ese jaspe enlucido que luceel Tabernáculo, y la dureza de esta piedra,fueron sus principales quebraderos decabeza. Fueron esos escollos los queempujaron a Jacometrezzo a ideárselas

para cortar y pulir el jaspe y así, dandomuestras inequívocas de sus muchasfacetas, ideó un ingenio que aprovechandola fuerza hidráulica pudo con la dura pielde aquella piedra.

También puso su escuadra en aquellaocasión Juan de Herrera, quien echó unamano al escultor milanés, con el fin últimode satisfacer el sueño de su regio señor.Finalmente el lugar elegido fue el caucedel arroyo del Batán, cuyas aguasmoverían el artificio que serraba, bruñíay labraba los mármoles y jaspes quedespués serían trasladados hasta elMonasterio de San Lorenzo de El Escorial.La fuerza de este caudal, tributario del ríoAulencia, que sufre un gran estiaje en

los meses de verano, fue el músculoincansable que dio la forma y el lustre alTabernáculo, que hoy brilla sin parangónen el Altar Mayor, para disfrute de propiosy extraños. Esta es la historia de la“herramienta”, sin la cual, hubiera sidoimposible realizar esta insigne obra; elMolino Caído.

EL INGENIO HIDRÁULICODentro del molino aguardaban entre

otros Juan de Herrera y Jacometrezzo,quienes, de vez en cuando, intercambiabanmiradas nerviosas ante la inminente puestaen marcha del ingenio bajo la examinadoramirada de Felipe II. Uno de los jóvenesayudantes del escultor le informó

Dibujo de Félix Bernardino

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alborozado la llegada del séquito real.Todos se estiraron los ropajes, en un últimointento por presentar el mejor aspectoposible ante el monarca. Éste bajó su yaanciano cuerpo del sobrio carruaje que lehabía llevado hasta el molino, bajo lasolícita presencia de sus pajes y la vigilantemirada de su guardia personal, que lucíarelucientes sus armas. Herrera se aprestóa salir al encuentro de Felipe II, quienlevantó su cansada mirada del suelo parasaludar con un movimiento de su cabezaa su arquitecto predilecto.

Una vez estuvo el monarca en elinterior de la estancia que albergaba el“ingenio” tan renombrado, miró aJacometrezzo, que al instante dispensóla merecida reverencia regia. El rey semostró al momento irremediablementeatraído por aquella maquinaria que notenía demasiado claro que fuera capazde realizar la tarea para la que fue creada.Herrera se le acercó cautelosamente por

su diestra y le preguntó si daba su graciapara abrir el caz que daría paso al agua, la“sangre” de la maquinaria. Felipe II salióde su breve ensimismamiento y dio laorden sin más prolegómenos, retirándoseunos pequeños pasos hacia atrás. Almomento se oyó el agua chocando contralas paredes del cono impulsor donde seconcentraba con furor la corriente quecomenzaba a mover el rodezno y con él lasdos ruedas dentadas, que a su vez movíansendas bielas, que en su final estabanequipadas con unas sierras con las quecortaba la piedra.

MOLINO DE JASPES, PAPEL Y HARINERO

Por suerte la maquinaria ideada porJacometrezzo funcionó y se pudieroncortar los jaspes adecuadamente. Elmonarca a buen seguro que se sentiríasatisfecho con aquella obra, que situó almolino como la infraestructura hidráulica

puntera de su época, dotada de la “másavanzada tecnología de su tiempo”. Asínos lo apunta José Javier RamírezAltozano en su trabajo Historia de losBosques Reales de San Lorenzo de ElEscorial, gracias a la cual tenemos unaserie de notas y referencias históricasque nos ayudan a reconstruir el pasado delMolino Caído. A esto se unen los planos

trazados por Ángel Segovia Martín, conlos que comprobamos el aspecto quetuvo en su día el molino, integrando enalzados y plantas los pocos restos con losque hoy nos encontramos.

Una recomendación sobre este punto.Cuando nos acerquemos al lugar queocupó en su día el Molino Caído lo mejorserá llevar en nuestra mochila este número

de Apuntes de laSierra, entre las queaparecen los planosantes citados, y quedarán forma a losmuros y arcos que aúnse aguantan en pie. Tales el estado deconservación delmolino. De la presa,que queda a los piesmismos del talud delas vías del tren, apenasqueda una ínfima parte

de su muro. El azud ha desparecido,quedando uno de los arcos que corríansobre el arroyo del Batán y el cubo dondedesembocaba el caz. En la otra orilla seadivina otro muro, en el que se apoyabael molino y terminaba la arcada. ¿Y qué hapasado con toda la estructura faltante? Esde suponer que toda esa ingente cantidadde piedra de calidad y bien tallada fuereutilizada en otras edificaciones.

Así sería a partir del año 1750, cuandodejaron de moverse para siempre susruedas, en las que se molía, por aquellas,

trigo con objeto de obtener harina. Y esque el molino tuvo diferentes usos a lolargo de su historia. En un primermomento, como ya hemos visto, fueutilizado para trabajar mármoles y jaspes.Después sirvió para fabricar papel,satisfaciendo la demanda salida delMonasterio de San Lorenzo de El Escorial.A la muerte de Felipe II fue abandonadoeste uso y así el propio molino, momentoen el que debió originarse el decliveestructural del molino, dado que elnombre de Molino Caído se origina en

Cuando nos paramos a contemplar la belleza del Tabernáculo de la Basílica del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial apenas podemos imaginarnos el durotrabajo que supuso para su autor, el escultor italiano Jacometrezzo

Planos del Molino trazados por Ángel Segovia Martín y cedidos por el Ayuntamiento de la Villa de El Escorial.

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este momento. Pero siguieronaprovechándose las aguas delB a t á n , m o v i e n d o l amaquinaria de un molinoharinero que se construyó ene s e m i s m o l u g a r, q u efinalmente se arruinó amediados del siglo XVIII.

UNA MUERTE SEGURAY volvemos al punto en el

que arrancábamos esta entregade nuestra Guía arqueológicade la Sierra de Guadarrama.Olvidado, desconocido,

arruinado, al borde mismo de la desaparición.Así se encuentra el molino que jugó un papelprincipal en la consecución de la grandiosidadde la Basílica del Monasterio. En nuestrocaminar por los restos aún vivos de la historiadel Guadarrama nos hemos encontrado conmuchos muros caídos, pero sin duda, las

últimas huellas del Molino Caído son en lasque peor estado se encuentran. A pesar de suvalor cultural, a pesar de ser patrimonio detodos, a pesar de formar parte de la intrínsecahistoria del Monasterio de San Lorenzo deEl Escorial… Aún con todo lo que se nosocurra, el molino desapareceráirremediablemente, sin que casi nadie seentere, comido por la fronda y socavados loscimientos de sus muros supervivientes porel incasable arroyo. ¿Alguien se apiadará? �

Texto: Jonathan Gil Muñoz – Director de elguadarramista.com

Documentación Gráfica: Félix Bernardino.

Héctor Partida.Ángel Segovia Martín.

Ayuntamiento de la Leal Villa de ElEscorial.

Librería Cocheras-Coliseo.Creative Commons.

El Molino Caído se encuentra en El Escorial. La mejor forma deencontrar sus pocos restos es tomar la carretera que une ElEscorial con el puerto de la Cruz Verde. Yendo en esta direcciónpararemos justo antes de pasar por debajo del puente sobre elque pasa el tren. Si vamos en coche lo podemos dejar en elcamino que nace a nuestra izquierda, inmediatamente después depasar el puente. En la margen izquierda de la carretera, siempredirección a la Cruz Verde, pegado al talud, se abre un estrechopaso en la alambrada que delimita la zona. Desde allí, en línearecta, nos daremos de bruces con el arroyo del Batán, tras pasarpor debajo de la línea férrea. Unos pocos metros cauce abajoencontraremos, a ambas orillas, los restos del molino.

CÓMO LLEGAR AL MOLINO CAÍDO

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Parte de las dos ruedas dentadas, que movían sendas bielas,que en su final estaban equipadas con unas sierras con las quecortaba la piedra

Lámina del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. A la derecha se puede ver identificado el Molino de Jaspe

Cauce del arroyo

del Batán

Olvidado, desconocido, arruinado, al borde mismo de la desaparición. Así se encuentra el molino que jugó un papel principal en la consecución de la grandiosidad de la Basílica del Monasterio