evaluaciÓn de la funcionalidad de los … · la reducción de la agrobiodiversidad, como explican...
TRANSCRIPT
UNIVERSIDAD DE MATANZAS “CAMILO CIENFUEGOS” ESTACIÓN EXPERIMENTAL DE PASTOS Y FORRAJES
“INDIO HATUEY”
EVALUACIÓN DE LA FUNCIONALIDAD DE LOS COMPONENTES DE LA BIODIVERSIDAD
EN LA FINCA AGROECOLÓGICA “LAS PALMITAS” DEL MUNICIPIO LAS TUNAS
Autora: DMV. Yamilka Leonor Salmón Miranda
Tutores: Dr.C. Fernando R. Funes Monzote M.Sc. Yanelys Garcés Franco
Tesis presentada en opción al Título Académico de Máster
en Pastos y Forrajes
Las Tunas, 2011 “Año 53 de la Revolución”
FRASE CÉLEBRE "No podemos resolver los problemas con los mismos modelos de pensamientos que nos
condujeron a ellos… No podemos pretender que las cosas cambien si seguimos haciendo
siempre lo mismo"
Albert Einstein
DEDICATORIA Dedico esta tesis a la persona que más amo en esta vida, a mi hija, mi principal motivación
para luchar por esta meta.
A mi esposo, por su apoyo incondicional.
A mis padres, por guiarme por la senda que traza mi futuro.
A todos los que luchan por causas justas.
AGRADECIMIENTOS Agradezco a la Revolución Cubana por darme la oportunidad de superarme.
A mis tutores por su ayuda, respaldo y consejos oportunos en cada momento.
Al Dr.C. Anesio Mesa Sardiñas por su entrega y dedicación para la culminación de este
programa académico.
A mi esposo por su apoyo en toda circunstancia.
A mis compañeros de trabajo (Olguita, Misle, Pedro, Alicia).
Quisiera dejar constancia indeleble como muestra de mi gratitud, el reconocimiento a todas
las personas que sin escatimar esfuerzos y de manera desinteresada contribuyeron a la
realización de esta tesis.
RESUMEN La agroecología provee las bases para el mantenimiento de la biodiversidad en la agricultura
a partir de la integración de los componentes de los agroecosistemas, con mínima
dependencia de insumos agroquímicos y energéticos, lo que propicia que los sistemas
agrícolas y pecuarios alcancen producciones sustentables. Dos de los principales problemas
identificados en la actualidad son la deforestación y la pérdida de biodiversidad, por lo que el
objetivo del presente trabajo fue la evaluación del impacto de los componentes de la
biodiversidad funcional sobre la productividad y la eficiencia de la producción. El estudio se
realizó en la finca “Las Palmitas”, en la localidad de Villanueva del municipio Las Tunas, con
un área de 15,44 hectáreas dedicadas a la producción diversificada de cultivos, frutales y
animales. A partir del diseño de un modelo de análisis de los indicadores de la biodiversidad:
diversidad de árboles, diversidad de la producción y riqueza de especies, se realizó una
caracterización agroecológica, en la que se evaluó la funcionalidad de la biodiversidad,
arrojando como resultado su influencia positiva en el mejoramiento de los recursos naturales
del sistema. Las fuentes de información primaria utilizadas fueron la observación directa, las
entrevistas informales y la aplicación de una encuesta semi estructurada que incluyó las
variables de interés para el diagnóstico. Durante el período de un año agrícola, noviembre
2009 a octubre 2010, se cuantificó el número de individuos de cada especie y se calcularon
los índices de diversidad de la producción y la diversidad de árboles (Shannon), cuyos
resultados fueron de 3,23 y 2,50, respectivamente. El índice de diversidad de especies
(Margalef) fue de 7,29. Estos valores de los indicadores de diversidad del agroecosistema se
consideran óptimos para sistemas diversificados, lo que garantiza autosufiencia alimentaria,
eficiencia e incremento de la productividad. El estudio de caso realizado constituye un
modelo para su diseminación en condiciones locales o similares a las estudiadas, que
contribuye a la preservación del medio ambiente y a la correcta utilización de los recursos
naturales.
ÍNDICE INTRODUCCIÓN .................................................................................................................................. 1 CAPÍTULO I. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA .......................................................................................... 5 1.1 Biodiversidad en los agroecosistemas ............................................................................................ 5 1.2 El enfoque agroecológico desde la perspectiva cubana ................................................................ 8 1.3 Factores que contribuyen al funcionamiento de la biodiversidad ................................................ 11 1.4 Interacciones suelo-planta–animal ............................................................................................... 14
1.4.1 Componente suelo .................................................................................................................. 16 1.4.2 Componente vegetal ............................................................................................................... 17 1.4.3 Componente animal ................................................................................................................ 18
1.5 El enfoque de sistemas en la producción agropecuaria. Determinantes de los sistemas diversificados de producción ............................................................................................................... 20 1.6 Caracterización agroecológica de los sistemas de producción agropecuaria ............................. 23 CAPÍTULO II. MATERIALES Y MÉTODOS ....................................................................................... 27 2.1 Localización de la finca en estudio ............................................................................................... 27 2.2 Características físico–geográficas ................................................................................................ 27 2.3 Hidrografía ..................................................................................................................................... 27 2.4 Suelos ............................................................................................................................................ 27 2.5 Clima .............................................................................................................................................. 27 2.6 Flora y fauna .................................................................................................................................. 28 2.7 Vegetación ..................................................................................................................................... 28 2.8 Modelo de análisis ......................................................................................................................... 29 2.9 Definición de los indicadores de la biodiversidad y criterio de selección ..................................... 30 2.10 Fuentes de obtención de la información ..................................................................................... 30 2.11 Composición botánica del pasto ................................................................................................. 32 2.12 Análisis de los datos .................................................................................................................... 32 CAPÍTULO III. RESULTADOS Y DISCUSIÓN ................................................................................... 33 3.1 Diagnóstico agroecológico ............................................................................................................ 33 3.2 Infraestructura................................................................................................................................ 33 3.3 Inventario de biodiversidad del sistema ........................................................................................ 36 3.4 Características de la biodiversidad y su contribución a la eficiencia y productividad de la finca 41 3.5 Indicadores de diversidad y su funcionalidad en el sistema ........................................................ 43 3.6 Aspectos sociales .......................................................................................................................... 48 3.7 Aspectos económicos ................................................................................................................... 49 CONCLUSIONES ................................................................................................................................ 51 RECOMENDACIONES ....................................................................................................................... 52 BIBLIOGRAFÍA .................................................................................................................................... 53 ANEXOS
1
INTRODUCCIÓN
La agroecología provee las bases ecológicas para el mantenimiento de la biodiversidad en la
agricultura, además del rol que puede desempeñar en los sistemas agrícolas y pecuarios
para alcanzar una producción agropecuaria sustentable. El establecimiento de sistemas
agropecuarios biodiversos promueve una variedad de servicios ecológicos en los
agroecosistemas que, de no existir, pueden ocasionar costos significativos (Méndez, 2010).
Reemplazar los sistemas especializados con baja diversidad por sistemas diversos, o
incorporar mayor diversidad a los sistemas existentes, favorecerá la abundancia de la flora y
la fauna y sus beneficios para los agroecosistemas ganaderos. Los sistemas biodiversos
disponen de variadas opciones en cuanto a su funcionalidad, por ejemplo, para hacer frente
a los efectos del cambio climático (Ríos et al., 2011) y a la escasez de recursos alimentarios
e insumos externos. Por lo tanto, reducen los riesgos derivados de la variabilidad en los
recursos disponibles, las condicionantes biofísicas y las agroclimáticas.
Los distintos tipos de organismos vivos que habitan nuestro planeta han estado sometidos a
una permanente co-evolución, estableciéndose nuevas especies a la vez que otras han ido
extinguiéndose, por tal razón son el resultado de este proceso evolutivo. Se calcula que sólo
sobreviven en la actualidad alrededor del 1% de las especies que alguna vez han habitado la
Tierra (FAO, 2002a). El proceso de extinción parece ser, por tanto, algo natural, pero los
cambios que los humanos han provocado al ambiente en el último siglo están acelerando
peligrosamente el ritmo de desaparición de las especies y como consecuencia la disminución
alarmante de la biodiversidad.
La Convención de Diversidad Biológica distingue tres niveles de agrodiversidad: diversidad
varietal y genética, diversidad de especies de cultivos y animales, y diversidad de los
sistemas agrícolas o de los agroecosistemas (UNEP, 1992). Sin embargo, otros autores
como Brookfield y Padoch (1994), al analizar los sistemas agropecuarios, consideran la
agrodiversidad como “las diferentes maneras en que los productores utilizan la diversidad
natural del medio ambiente para la producción, incluyendo no solo su opción de cultivo, sino
también su manejo del suelo, el agua y la biota en su conjunto”. Cinco años más tarde,
Brookfield y Stocking (1999) hacen una diferenciación entre agro-diversidad y agro-
biodiversidad y sugieren que la segunda forma parte de la primera, lo cual es lógico. Buena
parte de la agro-diversidad y heterogeneidad de los sistemas agrícolas no se debe solo a la
2
característica de diversidad genética, sino también al diseño y las interacciones de los
componentes de tales agroecosistemas.
Durante los años de aplicación de un modelo ganadero especializado y de altos insumos, en
Cuba se redujo la diversidad con el objetivo de lograr un mayor control del sistema
productivo. La reducción de la agrobiodiversidad, como explican Funes-Monzote et al.,
(2009) hace que estos sistemas, altamente dependientes de insumos externos, sean más
frágiles e insostenibles, al depender de fuentes externas de recursos que si dejan de estar
disponibles en algún momento hacen que el sistema colapse. De igual forma, ha sido
comprobado científicamente el papel de la biodiversidad en el incremento de la productividad
(Pretty et al., 2006).
La reciente política nacional, que identifica al sector agrícola como estratégico y priorizado
para el futuro del país (Castro, 2008) no solo favorece la diversificación de los sistemas y la
descentralización de la toma de decisiones, sino también presta especial atención a la
autosuficiencia alimentaria. Cuba ha llegado a importar más del 50% de los alimentos que
consume, lo cual presupone la erogación de más de dos mil millones de USD anualmente. El
sector cooperativo y campesino aporta el 74,6% del total de los cultivos varios que se
acopian en el país, el 64,7% de la leche vacuna, el 72,7% de la carne de cerdo, el 68% de
café y el 71% de los productos apícolas, lo cual demuestra la eficiencia y productividad del
sector (Trabajadores, 2011).
El pujante sector campesino, formado por pequeños agricultores individuales y los agrupados
en Cooperativas de Créditos y Servicios (CCS) y Cooperativas de Producción Agropecuaria
(CPA) se ha convertido en el modelo para el desarrollo de políticas para la producción de
alimentos a pequeña y mediana escala en el país. Esto se añade a los aproximadamente 380
mil agricultores urbanos y periurbanos y a un número creciente de fincas en Unidades
Básicas de Producción Cooperativas (UBPC) ganaderas, cañeras y de cultivos varios que
han adoptado, en su mayoría, métodos agroecológicos de manejo.
Dada la prioridad conferida por el Estado a la diversificación de la producción agropecuaria y
el sostenido desarrollo que han tenido los sistemas productivos agroecológicos en Cuba, se
identifica como un aspecto prioritario el estudio de sistemas biodiversos y su potencial para el
logro de sistemas agropecuarios sostenibles. El país enfrenta hoy un reto decisivo en sus
aspiraciones por lograr impulsar un sistema agropecuario sostenible, capaz de avanzar hacia
3
un estadio superior en la protección del medio ambiente y el uso racional de los recursos
naturales. Para lograrlo se pretende como estrategia desarrollar sistemas de producción,
basados en el manejo de los recursos locales, estimulando la transición hacia sistemas más
económicos con mayor carácter familiar y una alta biodiversificación.
En la búsqueda de alternativas racionales, más auto-sustentables y compatibles con el
ambiente, el sector campesino se ha convertido en foco de interés de los investigadores y los
ecólogos, a medida que se reconoce su magnitud e importancia en la preservación y
aplicación sistemática de prácticas, métodos y concepciones agroecológicas. Son numerosos
los campesinos que han conservado y/o potenciado agroecosistemas diversificados,
integrados, sustentables y manejados con recursos locales, fuentes alternativas de energía y
un mínimo uso de insumos (Machín Sosa et al., 2010). Estos sistemas han perdurado incluso
en los momentos de mayor respaldo económico y auge de la agricultura especializada, así
como en los peores momentos de la economía nacional.
Lo antes mencionado condiciona que cualquier proceso productivo, que intente mejorar sus
resultados productivos o cualitativos, debe ir aparejado al conocimiento detallado de las
funcionalidad de los agroecosistemas y de los factores que ocasionan la alta variabilidad
productiva que permita, simultáneamente, clasificar o determinar sus causas (Ruiz, 2000).
Dos de los principales problemas identificados en la Estrategia Nacional del CITMA son la
deforestación y la pérdida de biodiversidad (CITMA, 1997). La biodiversidad en el campo
sufrió una gran disminución, no solo por la desaparición de árboles y arbustos, sino también
porque las especies asociadas a estos emigraron como resultado de la pérdida de su hábitat.
La disminución de la diversidad confirió alta vulnerabilidad a los agroecosistemas para la
producción de alimentos y para garantizar la autosuficiencia alimentaria de los seres
humanos y animales en presencia de bajos insumos externos. Por lo antes señalado el
problema científico de la presente investigación es: ¿Cuál es la funcionalidad de los
componentes de la biodiversidad en un sistema agroecológico?
Hipótesis: Un sistema agropecuario diversificado permite alcanzar mayores niveles de
eficiencia y productividad, a partir de las características de la funcionalidad de dicha
biodiversidad.
4
Objetivo general
Evaluar el impacto de los componentes de la biodiversidad funcional sobre la
productividad y la eficiencia de la producción en la finca “Las Palmitas”.
Objetivos específicos
Diagnosticar y caracterizar los componentes de la biodiversidad en la finca “Las
Palmitas”.
Identificar los factores que contribuyen al funcionamiento de la biodiversidad en un
agroecosistema (estudio de caso), bajo circunstancias específicas del municipio Las
Tunas, localidad de Villanueva.
Evaluar y analizar la funcionalidad de los componentes de la biodiversidad y su relevancia
en el comportamiento a nivel de sistema agroproductivo.
5
CAPÍTULO I. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
1.1 Biodiversidad en los agroecosistemas
En la actualidad, el entendimiento de los problemas que tiene la agricultura en nuestro país
tales como la pérdida de la biodiversidad, la sequía, la deforestación y la degradación de los
suelos (CITMA, 1997) se han visto asociadas a malas prácticas de manejo entre las que se
encuentran el uso excesivo de fertilizantes químicos y maquinarias, el empleo irracional de
insumos externos y los monocultivos, entre otras.
La decisión de diseñar nuevas alternativas, más viables para disminuir los problemas
existentes, exigen un análisis profundo e interdisciplinario que logre la integración de los
sistemas agropecuarios diversificados y su entorno socioeconómico. Se puede afirmar que
tan importante son los conocimientos técnicos y su aplicación, la manera en que se organiza
la producción, su estructura, funciones, así como las aspiraciones, creencias y tradiciones de
los agricultores. Todo este entramado socio-económico-tecnológico es el origen, la causa y la
consecuencia de la agricultura, vista no solo como el mero acto de producir alimentos, sino
también como la forma de hacerlo en armonía con la naturaleza y la sociedad (Pretty, 2002).
La agroecología, a través de un análisis histórico del desarrollo de la agricultura industrial y
su impacto negativo en el ambiente y la sociedad, propone alternativas que se proyecten
hacia la sostenibilidad. Estas alternativas están vinculadas generalmente a un mejor
entendimiento de los procesos y principios del funcionamiento de los ecosistemas naturales y
al conocimiento ancestral de las comunidades y pueblos originarios de cada región (Altieri,
2004; 2009).
En la mayoría de los círculos agrícolas científicos se ha llegado a la percepción general de
que la agricultura moderna enfrenta actualmente una crisis ambiental sin precedentes
(Rosset, 2009; IAASTD, 2009; Godfray et al., 2010). La raíz de esta crisis radica en el uso de
prácticas agrícolas intensivas, basadas en el uso de altos insumos que conllevan a la
degradación de los recursos naturales mediante procesos de erosión de los suelos, la
salinización, la contaminación con pesticidas, la desertificación, la pérdida de la fitomasa y
por ende, la reducciones progresivas de la productividad (Altieri, 1994; Pretty et al., 2011a).
El desarrollo del concepto de la agricultura sustentable es una respuesta relativamente
reciente a la preocupación por la degradación de los recursos naturales, asociada a la
6
agricultura industrializada (Altieri, 1997). Este concepto ha provocado mucha discusión y ha
promovido la necesidad de realizar ajustes en la agricultura convencional para que esta
pueda enfrentar los retos ambientales, sociales y económicos (Funes-Monzote, 2009; De
Shutter, 2010).
La estrategia agroecológica propone el diseño y la implementación de agroecosistemas con
mínima dependencia de insumos agroquímicos y energéticos (Pimentel et al., 2005) y que
enfaticen las interacciones y sinergismos entre los varios componentes biológicos de los
agroecosistemas (Perfecto et al., 2009), mejorando así la eficiencia biológica, económica y la
protección del medio ambiente.
A pesar de los numerosos proyectos de investigación, del impulso conferido al desarrollo
tecnológico para lograr la sustentabilidad agrícola y las muchas lecciones que se han
aprendido, el enfoque agrícola sigue siendo dominantemente tecnológico e industrial (Tillman
et al., 2002; Godfray et al., 2010). Por un lado, se ha enfatizado en el empleo de la
biotecnología y el desarrollo de variedades transgénicas resistentes a herbicidas u otros
factores, y por el otro, una agricultura orgánica de sustitución de insumos que promocione un
reemplazo de insumos agroquímicos y costosos por insumos alternativos (biofertilizantes y
biopesticidas) más benignos ambientalmente (Wezel et al., 2009). Ambas concepciones no
parecen ser coexistentes debido a que se contradicen en principios básicos como el de
equivalencia sustancial y el principio precautorio. La agricultura basada en variedades y
especies transgénicas constituye un alto riesgo al equilibrio de los agroecosistemas y a la
salud humana y atenta contra la diversidad (Funes-Monzote y Freyre, 2010).
Los enfoques productivistas no hacen nada por ir al centro de los problemas ambientales de
la agricultura, ni cuestionan la estructura del monocultivo que es la base ecológica de la
inestabilidad de la agricultura moderna (Altieri, 1999; Pretty et al., 2011b). Aún prevalece una
visión estrecha que se enfoca sobre las causas específicas que afectan la producción, por lo
que la superación del factor limitante, aún con insumos alternativos, continúa siendo el
objetivo principal para lograr la diversificación y las producciones rentables. Esta visión no ha
dejado a muchos investigadores apreciar las bondades, el contexto y la complejidad de los
procesos agroecológicos (Gliessman, 2006).
En la búsqueda para reincorporar una racionalidad más ecológica es necesario comprender
mejor un punto crucial en el desarrollo de una agricultura más autosuficiente y sostenible: el
7
entendimiento profundo de la naturaleza de los agroecosistemas y los principios que
gobiernan el funcionamiento de la biodiversidad (Kenmore, 2003). Sin embargo, la
protección de la biodiversidad y la producción estable no son los únicos propósitos de la
agroecología. De hecho, en el contexto de la agricultura campesina, la sostenibilidad no es
posible sin la preservación de la diversidad cultural, que ha evolucionado con las agriculturas
locales y una producción estable, esto solo es posible en el contexto de una organización
social que proteja la integridad de los recursos naturales y que nutra la interacción armónica
entre el hombre, el agroecosistema y el ambiente (Altieri, 1997; Vázquez, 1999; Toledo y
Barrera-Bassols, 2009).
El incremento en el Sur del no uso de tecnologías limpias, impuestas por el propio
subdesarrollo y por los gobiernos y transnacionales del Norte desarrollado, están provocando
la reducción acelerada de la biodiversidad (Noa, 2002), puesto que existen especies en
proceso de extinción natural. Por ello se realizan esfuerzos para su conservación o para
retardar su desaparición total. La persistencia de los patrones de desarrollo basado en la
explotación indiscriminada de los bosques para la producción de alimentos, el deterioro
ambiental de aguas, suelos y atmósfera, así como la marcada diferenciación entre ricos y
pobres pone en riesgo la capacidad de un desarrollo armónico y sustentable desde el punto
de vista humano y ecosistémico (Toledo y Barrera-Bassols, 2009).
La biodiversidad en los agroecosistemas puede ser tan variada como los diversos cultivos,
malezas, artrópodos o microorganismos, de acuerdo a localidades geográficas, climáticas,
edáficas, humanas y a factores socioeconómicos (Kenmore, 2003). Algunas de estas
interacciones pueden ser utilizadas para introducir efectos positivos y directos en el control
biológico de plagas específicas de cultivos, en la regeneración y/o aumento de la fertilidad
del suelo y su conservación (Uphoff, 2002; Ríos et al., 2011). La explotación de estas
interacciones o sinergismos en situaciones reales involucra el diseño y el manejo del
agroecosistema y requiere del entendimiento de numerosas relaciones entre los suelos,
microorganismos, plantas, insectos herbívoros y enemigos naturales (Altieri, 1999; Vázquez,
2011).
La biodiversidad desempeña un papel clave en la satisfacción de las necesidades humanas
básicas, al mismo tiempo que mantiene los procesos ecológicos de los que depende el
funcionamiento de la biosfera y nuestra propia supervivencia. Se estima que
aproximadamente el 40% de la economía global se basa en productos y procesos biológicos,
8
y que los bienes y servicios proporcionados por los ecosistemas alcanzan un valor que sería
el doble de la producción total (FAO, 2002a). Sin embargo, la biodiversidad se encuentra
experimentando cambios drásticos y una pérdida en términos absolutos de biodiversidad,
como consecuencia de las actividades desarrolladas por el hombre.
La deforestación es la principal causa que provoca la destrucción de hábitats naturales en la
actualidad. En la prehistoria, los bosques tropicales cubrían un área se aproximadamente 1,6
x 106 km2 y se estima que hacia finales de los años 70 se habían reducido a 1,0 x 106 km2.
La tasa estimada de deforestación global está entre el 0,7 y el 1% anual; si se toma la
fracción 0,7% esto equivaldría a que cada año la deforestación abarca un área de selva
similar al tamaño de Costa Rica. A su vez, esta tasa de deforestación tiene aparejada una
tasa de pérdida de 0,2-0,3% de las especies tropicales por año, que equivale a decir que el
valor de caída de la biodiversidad tropical es de 4-6 x 103 especies por año (FAO, 2002 b).
Todo lo anteriormente expresado ratifica el papel de la agroecología en la conversión de una
agricultura de monocultivo y de altos insumos externos a una agricultura con criterio de
sostenibilidad, aunque se rompan los viejos esquemas de análisis y las valoraciones sean
más integrales, incorporando dimensiones culturales, socioeconómicas, biofísicas y técnicas.
1.2 El enfoque agroecológico desde la perspectiva cubana
Ante la continua ineficiencia de las extensas empresas estatales, tanto en términos
productivos como económicos, energéticos y ambientales, en 1993 se constituyeron las
Unidades Básicas de Producción Cooperativas (UBPC), redimensionadas a partir de
anteriores empresas, pero apadrinadas y con principios y tecnologías similares a las de
estas. A pesar de estos esfuerzos organizativos, se ha continuado importando más del 50%
de los alimentos y ha existido una gran cantidad de tierras ociosas o mal utilizadas. Mientras
tanto, la agricultura cooperativa y de agricultores pequeños diversificados, con sólo el 25-
30% del área, ha producido del 65-70% de los alimentos agropecuarios del país (Granma,
2006).
Los sistemas de producción orgánica en Cuba están fuertemente ligados al concepto
agroecológico que combina componentes productivos, ecológicos, económicos y sociales de
la sostenibilidad agrícola. Debido a la alta heterogeneidad, la diversidad y el dinamismo de
los sistemas orgánicos en la isla, no sería posible caracterizar un modelo cubano típico de
producción ecológica. La falta de normas ha permitido que la agricultura orgánica se entienda
9
más como una actitud hacia el uso racional y la conservación de los recursos disponibles
localmente que como un producto para el mercado (Funes y Funes-Monzote, 2009).
El desarrollo alcanzado por la agricultura urbana en los últimos años, representada
especialmente por los organopónicos y huertos intensivos, ha convertido este método de
cultivo hortícola en uno de los más productivos, agroecológicos y extendidos por todo el
territorio nacional.
A pesar de encontrarse aún en constante perfeccionamiento, la producción organopónica ha
ido paulatinamente avanzado en la solución de un problema de alta sensibilidad para la
población: el abasto de hortalizas frescas durante todo el año, con el convencimiento de que
junto con las demás producciones agrícolas de hortalizas, se llegará a entregar en la mesa
familiar, como mínimo, 300 g per capita de hortalizas diarias (MINAG, 2009).
Actualmente en Cuba se elaboran proyectos orientados a crear sistemas agrícolas
diversificados. La provincia de Las Tunas está enfrascada en esta tarea desde una
perspectiva de sustitución de importaciones con una tendencia que emplea el mínimo de
insumos (Garcés et al., 2007). Debido a la necesidad del territorio de hacer un uso racional
de los recursos locales con protección del medio ambiente, se buscan alternativas viables y
se implementan las tecnologías que tributan a la conservación del ecosistema. Es importante
desarrollar todo lo que se establece en los subprogramas de la agricultura ecológica, la
agricultura sustentable; hay que proteger el medio ambiente, el suelo y garantizar además,
la eficiencia en el riego (Rosales, 2009).
Los sistemas agroecológicos tienen como objetivo esencial integrar el agroecosistema de
manera tal que aumente la eficiencia biológica general y se mantenga la capacidad
productiva. Las rotaciones de cultivos, policultivos, el intercalamiento de cultivos, la
integración ganadería-agricultura son estrategias para restaurar la diversidad agrícola en
tiempo y espacio y lograr una mejor optimización de nutrientes y materia orgánica, conservar
el agua y el suelo, cerrar el flujo de energía y balancear las poblaciones de plagas y
enemigos naturales (Altieri, 2001).
Como alternativa de lucha biológica se crearon los Centros de Reproducción Entomófagos y
Entomopatógenos (CREE), con el objetivo de eliminar los productos químicos y reproducir
una gran variedad de insectos que se alimenten de las diferentes plagas en sus distintos
estados (huevos, larvas, ninfas, pupas y adultos).
10
Es aceptado que la diversidad del agroecosistema está asociada con la estabilidad, a largo
plazo, de las poblaciones de insectos presentes, presumiblemente porque una variedad de
parásitos, depredadores y competidores está siempre disponible para suprimir el crecimiento
de la población potencial de especies de plagas.
Los sistemas de cultivo diversificados tales como aquellos basados en policultivos,
agroforestería o uso de cultivos de cobertura, han sido el objeto de varias investigaciones
recientes. Esto se relaciona con la amplia evidencia que ha emergido últimamente de que
estos sistemas de cultivo son más sustentables y conservan los recursos naturales. Muchos
de estos atributos de sustentabilidad están asociados a los altos niveles de biodiversidad
funcional (incluyendo enemigos naturales) inherentes a los sistemas complejos de cultivo. La
clave es identificar el tipo de biodiversidad preferible para mantener o incrementar los
servicios ecológicos deseados, y determinar así las mejores prácticas para incrementar los
componentes deseables de biodiversidad (Vandermeer, 1995).
La idea es un manejo eficaz de las prácticas agrícolas, con el objeto de incrementar y
regenerar el tipo de biodiversidad que pueda subsidiar la sustentabilidad de los
agroecosistemas, a través del mejoramiento de la eficacia del control biológico de plagas.
Si se está pendiente del desarrollo del cultivo y de sus diferentes plagas, se podrá evitar las
aplicaciones de los insecticidas químicos y así utilizar los insectos benéficos y
entomopatógenos, además de los extractos de plantas para el control de estos, logrando
producciones agrícolas ecológicas.
Muchos campesinos en diversas zonas del territorio mantienen el concepto de diversificación
e integración en sus áreas, conservando tradiciones de gran valor, estos también han usado
las tecnologías convencionales (Bello et al., 2005). La integración de las investigaciones
científicas y la experiencia campesina en Cuba ha permitido asumir y adoptar las tecnologías
agroecológicas y ha demostrado que pueden obtenerse beneficios productivos aparejados a
la conservación y al mejoramiento de los recursos naturales y a la viabilidad económica.
Los sistemas agroforestales (SAF) constituyen una alternativa agroecológica debido a su
multifuncionalidad, lo que promueve el desarrollo de interacciones y conexiones entre los
componentes del agroecosistema. Los SAF muestran muchas ventajas tanto ambientales
como económicas, ya que permiten producciones estables de frutas, leña y forrajes para la
producción de miel; fijan nitrógeno y sirven para postes vivos muy duraderos; en medio de
11
fluctuaciones climáticas, sin ser dependientes de insumos externos y con bajos costos de
producción conservan también los recursos naturales.
Los SAF realizan funciones que hoy en día se llevan a cabo en nuestro país como
estrategias y que son consideradas servicios ambientales:
− Mejora de la calidad y fertilidad de suelos: Contribución a las especies leguminosas, pero
los árboles que no fijan nitrógeno biológicamente lo hacen al adicionar cantidades
copiosas de materia orgánica al suelo y reciclando nutrientes.
− Conservación de agua: El balance hídrico de una finca dada está influido por las
características funcionales y estructurales de los árboles.
− Regulación de plagas y enfermedades: La composición florística y la alta diversidad de
plantas protege a los SAF de la incidencia de plagas y enfermedades.
− Secuestro de carbono: La incorporación de árboles y arbustos en SAF incrementa la
cantidad de carbono secuestrado por el forraje.
− Conservación de biodiversidad: Los SAF contribuyen a la conservación de la
biodiversidad al proveer hábitat a muchas especies y al servir de fuentes de colonización
de la fauna.
− SAF y polinizadores: Muchos campesinos que manejan los SAF dependen de poblaciones
de abejas para la polinización de los árboles y cultivos. Los SAF diversificados garantizan
amplias oportunidades para preservar y estimular una gama de especies silvestres
polinizadoras al proveer de flores y sitios de nidificación (Altieri y Nicholls, 2011).
1.3 Factores que contribuyen al funcionamiento de la biodiversidad
La evidencia experimental y la literatura agroecológica confirman la importancia del
mantenimiento de la biodiversidad y de los mecanismos, mediante los cuales contribuye a la
estabilidad de los agroecosistemas (Altieri, 1999; 2009). Muchos investigadores coinciden en
que las consecuencias de la reducción de la biodiversidad son más evidentes en el campo
del manejo de plagas que en ninguna otra área (Vázquez, 2011). La inestabilidad de los
agroecosistemas se manifiesta a través del aumento de la mayoría de los problemas de
plagas, que se han ligado a la expansión de monocultivos a expensas de la vegetación
natural que provocan desequilibrios y alteraciones inmanejables.
En los agroecosistemas modernos, la evidencia experimental sugiere que la biodiversidad
puede ser utilizada para mejorar el manejo de plagas (Altieri, 2009; Vázquez, 2011). Varios
12
estudios han demostrado que es posible estabilizar las poblaciones de insectos en los
agroecosistemas, mediante el diseño y la construcción de arquitecturas vegetales que
mantengan poblaciones de enemigos naturales o que posean efectos disuasivos directos
sobre los herbívoros-plaga (Virasoro, 1996).
Los monocultivos son ambientes en los que es difícil inducir un control biológico eficiente,
debido a las prácticas culturales perturbadoras a menudo utilizadas y a que estos sistemas
no poseen los recursos adecuados para que los enemigos naturales puedan actuar en forma
efectiva. Actualmente se están aunando esfuerzos para pasar a un estadio superior en los
rendimientos agrícolas del país y restaurar la diversidad agrícola en tiempo y espacio
mediante el uso de las prácticas ecológicas.
En cambio, los sistemas de cultivo diversificados contienen ciertos recursos específicos para
los enemigos naturales provistos por la diversidad de árboles, cultivos, animales, que
interactúan en forma de sistema, donde cada elemento actúa sobre el otro de forma positiva,
siempre y cuando su manejo sea adecuado (Simón, 2001).
Generalmente los agroecosistemas no son alterados con pesticidas, pues son manejados por
agricultores con cultura ecológica y pobres en recursos, quienes no utilizan tecnologías de
alta inversión (Machuca, 2007). Así, al reemplazar los sistemas simples por sistemas
diversos o al agregar diversidad a los sistemas existentes, es posible ejercer cambios en la
diversidad del hábitat que favorezcan la abundancia de los enemigos naturales y su
efectividad (Vázquez, 2011).
Es así como el proceso de conversión de un sistema convencional de altos insumos a otro de
bajos insumos externos es de carácter transicional y, según Vázquez (1999), está compuesto
de cuatro fases:
1. Eliminación progresiva de insumos químicos.
2. Racionamiento del uso de agroquímicos mediante un manejo integrado de plagas (MIP) y
nutrientes.
3. Sustitución de insumos agroquímicos por otros alternativos de baja energía y de carácter
biológico.
4. Rediseño diversificado de los sistemas agrícolas con un óptimo equilibrio de cultivos y
animales, estimulando sinergismos de manera que el sistema pueda subsidiar su propia
fertilidad, permitir la regulación natural de plagas y optimizar la producción de los cultivos.
13
La rotación de cultivos dentro de los sistemas diversificados juega un papel beneficioso para
la conservación del suelo, la productividad de las plantaciones así como para atenuar los
agentes causales de plagas. Para establecer una rotación continua (Méndez, 2010) señala
que al planificar es necesario tener en cuenta algunas normas:
1. Rotar plantas con sistemas radiculares y exigencias nutricionales diferentes.
2. Alternar plantas de familias distintas.
3. Favorecer o evitar ciertos cultivos precedentes.
4. Introducir abonos verdes y plantas leguminosas.
El subsistema de policultivos se considera una alternativa agroecológica que asegura
mejores condiciones de disponibilidad de alimentos, el uso de residuos para la crianza
animal, el reciclaje de nutrientes, la fertilidad natural del suelo, el incremento de la diversidad
del sistema y los ingresos familiares, aportándole a la base de recurso que lo sostiene y por
ende, aumentando los rendimientos productivos (Vandermeer et al., 1998; Funes-Monzote,
2009).
Existen factores que influyen en la funcionalidad de los sistemas diversificados, que han
tenido poca significación y no han sido debidamente recomendados a los productores, como
el caso de los jardines de diferentes plantas que florezcan como apoyo al sostenimiento de
los parasitoides y depredadores de patógenos causales de plagas, que se alimentan de las
mieles de las flores y del polen (Méndez, 2010). Dentro de las plantas posibles se
encuentran: clavel, orégano, manzanilla, hierba buena, amapola criolla, margarita, rosas,
hortensia, gladiolo, ruda, entre otras.
Aparejado a lo anterior, se encuentra el papel de las abejas, las flores en estrecha relación
con los postes vivos encontrados dentro del sistema en estudio y la colección de plantas
apícolas, que en su mayoría son postes vivos donde se destaca el cidrao (Lipia lisioydes),
coralillo blanco y rosado (Antigonum leptopus), mango (Mangifera indica), piñón cubano
(Glyricida sepium), baría (Gerancantus gerancantus), leucaena (Leucaena leucocphela),
mamoncillo (Melicoca bejuga) y varios tipos de cítricos (Citrus aurantium y Citrus lemos), tres
tipos de ateje (Americano, Blanco y del País), piñón botija (Jatropha curcas), campanillas
blancas y rosadas (Ribea corimbosa e Ipomea triloba).
Con esta biodiversidad arbórea como postes vivos se garantiza la alimentación y el hábitat
de muchos animales, beneficiándolos con su sombra en las horas más calurosas. Este
14
detalle importante de los sistemas, es muestra del cuidado y manejo de las fincas, logrando
una agroforestación que constituye una excelente fuente de ingreso, pues abarata el costo
de los cercados, es una alternativa alimentaria y fuente de proteínas, no solo para el hombre,
sino también para la explotación animal.
1.4 Interacciones suelo-planta–animal
El conocimiento del estado del balance de los nutrientes en los ecosistemas ganaderos
constituye una herramienta útil para realizar el manejo eficiente de los recursos disponibles
en el proceso productivo. Esto permite el desarrollo de estrategias encaminadas a garantizar
el equilibrio en el flujo de los nutrientes, tanto en el ecosistema en general, como en cada
uno de sus componentes (Lok, 2005).
Entre las soluciones tecnológicas más apropiadas para el manejo ganadero en el trópico se
encuentra la introducción de árboles en áreas de pastoreo. El agrosilvopastoreo es el
conjunto de técnicas y procedimientos mediante los cuales se manejan de forma racional y
sostenible los cultivos agrícolas o el ganado de diferentes tipos, en asociación con los
bosques, persiguiendo con ello el uso múltiple y el rendimiento máximo de los terrenos
forestales. Entre los diversos tipos que conforman los sistemas silvopastoriles, los bancos de
proteínas y las asociaciones múltiples de leguminosa y gramíneas son las más importantes
en Cuba para producir carne y leche. Se perfilan en la actualidad, como sistemas a
generalizar, integrados al conjunto de propósitos productivos de la ganadería vacuna del
país. No obstante, otros como las cercas vivas perdurables, y más económicas, pueden
aportar alimentos de gran valor nutritivo para el ganado y lograr la auto sostenibilidad del
sistema, propiciando la máxima recirculación de nutrientes y la protección y mantenimiento
del medio ambiente (Iglesias et al., 2007).
La provincia Las Tunas por su tamaño representa el 15,2% del territorio nacional, con una
extensión de 6 587 km2, de los cuales 4 847 constituyen el fondo agrícola. Su relieve es
bastante llano con una altura máxima de 154 m (ACC, 2010). Por los problemas existentes
de desertificación y sequía hay en el territorio 286,7 ha afectadas por uno o más factores,
entre los que se señalan: la salinidad, la erosión, el mal drenaje, la degradación de la
cubierta vegetal, la reducción de la materia orgánica y por ende, la fertilidad de los suelos.
Dichos factores limitan la fertilidad del área agrícola del territorio. En la tabla 1 se mencionan,
además de las áreas (ha), los porcientos de afectación.
15
Tabla 1. Factores limitantes de la fertilidad del suelo.
Factor limitante Área (ha) Afectación (%) Salinidad total 133 793,23 22,70 Débilmente salino 67 889,13 11,52 Medianamente salino 20 159,46 3,42 Fuertemente salino 15 108,70 2,56 Muy fuertemente salino 30 635,94 5,20 Problemas de drenaje 333 376,64 56,56 Erosión total 155 336,05 26,35 Baja fertilidad natural 106 399,32 18,05 Problemas de acidez 30 551,44 5,18
La productividad de los suelos tuneros, según Hernández (1999), y la agroproductiva son
bajas y se han visto afectadas en los últimos 15 años por los efectos de la desertificación y
los cambios climáticos en el territorio, lo que ha incidido en sus niveles productivos (Castillo,
2008).
Lograr la armonía entre los componentes de los sistemas agropecuarios favorece su
estabilidad. Cuando no se logra interrelacionar e integrar los eslabones se aprecian
afectaciones que puede tomar años para recuperarse, por ejemplo, los animales actúan
perjudicialmente cuando no se realiza un manejo adecuado:
a) Por pisoteo el animal compacta el suelo, disminuyendo la aireación e infiltración de agua.
El pisoteo provoca lesiones a las plantas. Además del daño a la planta en sí, dichas
lesiones significan una disminución del forraje cosechable.
b) Por alteración del balance natural entre especies por selectividad.
c) Por alteración en el crecimiento de las plantas por deyecciones.
En la figura 1 se muestra un esquema detallado de la forma en que ocurre una óptima
relación de los componentes suelo-pasto-animal dentro de un sistema (Crespo et al., 2009).
En ella se distinguen los tres componentes principales de este sistema y el complicado flujo y
reciclaje de los nutrientes que ocurren entre estos componentes.
16
Figura 1. Sistema suelo-planta-animal.
1.4.1 Componente suelo
El suelo es el componente clave que regula los ciclos de los nutrientes en los ecosistemas
terrestres. Constituye el “almacén” que recibe, acumula y libera la mayoría de los nutrientes
esenciales a través de los procesos físicos, químicos y biológicos (Treto et al., 2001; Sylvia et
al., 2005). Entre estos, la fijación, la volatilización, el lavado y la mineralización son eventos
que ocurren con mucha frecuencia. Los nutrientes, en sus formas orgánicas e inorgánicas,
están involucrados en estos procesos.
El uso de abonos verdes, cultivos de cobertura, la producción de humus de lombriz y
compost en la producciones agrícolas permite mantener adecuadas condiciones físicas,
químicas y biológicas del suelo para que las plantas cultivadas en él puedan desarrollarse
(Treto et al., 2001). La macrofauna constituye el grupo de animales del suelo que mayor
efecto producen en sus propiedades, puesto que intervienen no solamente en los procesos
de desintegración y distribución de los restos orgánicos, sino que también modifican su
estructura mediante la formación de macro poros y agregados (Sánchez, 2009).
17
El manejo de los nutrientes contenidos en los abonos orgánicos difiere del de los fertilizantes
químicos. Así, mientras que la acción de estos últimos muestra cierta independencia de la
actividad biológica del suelo, la eficacia de los abonos orgánicos se potencia a partir de una
suficiente actividad de la macro, meso y microfauna. Este proceso favorece la efectiva
mineralización de los nutrientes presentes en los compuestos orgánicos y los convierten en
formas fácilmente asimilables para las plantas (Sylvia et al., 2005). Los estiércoles animales
y los residuos de cosecha constituyen la fuente principal de materia orgánica disponible en
los suelos de la ganadería.
Se ha demostrado la actividad renovadora que las lombrices, las termitas, las hormigas y los
artrópodos realizan, influyendo en la estructura del suelo y en la dinámica de los nutrientes a
través de sus efectos en la movilización y la humificación. La degradación de los suelos es
un problema que no solo afecta la biodiversidad en su conjunto, sino también la propia
subsistencia del hombre porque cada vez más se reducen las áreas con propiedades
apropiadas para los cultivos de interés.
Fenómenos como la pérdida de la capa arable por erosión como consecuencia de la tala de
los bosques, la salinización provocada, entre otras causas, por la destrucción de manglares,
el aumento del grado de acidez de los suelos, entre otros, están llevando a la alteración de la
vegetación natural de muchos lugares y con ello a la reducción de la diversidad de especies
animales, vegetales y de microorganismos. Muchos de estos factores conducen a procesos
de desertificación (UNESCO, 2000).
1.4.2 Componente vegetal
Las plantas absorben los nutrientes asimilables del medio para garantizar el crecimiento y la
reproducción. Una parte de esos nutrientes absorbidos son translocados dentro de la planta y
utilizados en varios eventos metabólicos. En el pastizal, el ganado consume una gran
proporción de las partes aéreas de los pastos y es común encontrar una utilización que
fluctúa entre 60-85% (Crespo et al., 2009). Este mismo autor plantea que las ramas, hojas,
tallos y raíces senescentes, que constituyen la hojarasca, contribuyen también al reciclaje
interno de los nutrientes y ayudan a mantener la materia orgánica en el suelo y la
composición nutritiva de la vegetación existente.
El empleo de los árboles en los sistemas pecuarios es una tradición milenaria que tiene uso
directo en la producción animal, como lo es el caso de las leguminosas, que aportan un
18
alimento fibroso de mayor digestibilidad y contenido proteico y disponible incluso en los
períodos de mayor escasez de alimentos, incrementa los contenidos de materia orgánica del
suelo, y a la vez la biodiversidad del ecosistema al facilitar la nidación de muchas especies
de aves (Rodríguez, 2007). Pedraza (2005) plantea que cuando se utilizan árboles
leguminosos, como leucaena, piñones, algarrobos, entre otros, estos son capaces de fijar al
suelo parte del nitrógeno del aire, lo que puede significar aproximadamente 100 kg de
nitrógeno por hectárea al año (equivalente a más de cuatro sacos de urea), además de
mejorar el ambiente para los animales y extraer nutrientes desde lo más profundo del suelo y
ofrecerlo como alimento.
En estas condiciones, el retorno de nutrientes vegetales al suelo a través de la hojarasca
producida por el pastizal, puede ser mayor que el retornado por las excreciones de los
animales. Por lo tanto, el retorno de los nutrientes vegetales y el subsiguiente reciclado vía
consumo vegetal puede ser manipulado mediante la selección de especies de pastos que
produzcan elevada cantidad de hojarasca de fácil descomposición, y a través del manejo
animal que permite una adecuada acumulación de esta. Dichos aspectos pueden ser
manejados de tal forma que faciliten sincronizar el suministro de nutrientes por esta vía y la
demanda del pasto.
Para desarrollar este manejo se requiere un conocimiento adecuado de las características de
la descomposición y la liberación de los nutrientes de la hojarasca, producida por las
diferentes especies de gramíneas y leguminosas comúnmente empleadas en las condiciones
de pastoreo.
En los sistemas integrados el componente vegetal, visto a través de la rotación de cultivos y
policultivos, se desarrolla con el fin de estimular la fertilidad natural del suelo, controlar las
plagas, restaurar la capacidad productiva y obtener mayor uso equivalente de la tierra (UET);
ello demostró ser esencial para alcanzar altos niveles de producción (Wright, 2005).
1.4.3 Componente animal
Los animales como eslabón fundamental en la estabilidad de los sistemas diversificados
reciclan algunos nutrientes, como el K, que retorna a través de la orina, mientras que otros,
P, Ca, Mg, Cu, Zn, Fe y Mn retornan principalmente en las excretas. Por su parte, el N, Na,
Cl y S retornan en proporciones similares en las excretas y en la orina, lo que tiene una
incidencia directa en el aporte de nutrientes (Silva, 2009).
19
Las excretas de los bovinos están compuestas por agua, hierbas no digeridas, productos
resultantes del metabolismo animal y por una variada población de microorganismos y
productos del metabolismo de estos, que confluyen en el enriquecimiento de la materia
orgánica que nutre la macroflora.
Los nutrientes que retornan al pastizal por medio de las deyecciones pueden perderse
también por lavado, volatilización, escorrentía y erosión, mientras que la lluvia, el agua de
riego y la fijación biológica de nitrógeno producen importantes entradas en el ecosistema de
pastizal.
Más del 80% del N, P y K que consume el ganado vacuno se devuelve de nuevo al pastizal
mediante las deyecciones (bostas y orina). En las primeras los nutrientes se presentan
básicamente de forma orgánica, de modo que algunos de ellos son asimilados rápidamente
por las plantas, pero otros requieren el proceso de mineralización. Por su parte en la orina la
mayor parte de N y K se presenta en forma rápidamente asimilable (Crespo et al., 2009).
El alto contenido de fibra (47-68%), celulosa, lignina y hemicelulosa de las excretas refleja la
baja digestibilidad que normalmente tienen los pastos consumidos. Por su parte, el contenido
de carbohidratos estructurales de la excreta está inversamente relacionado con la
digestibilidad del pasto ingerido. Entre el 40-50% de la materia seca (MS) soluble en
detergente lo forman principalmente células bacterianas vivas y muertas que se originan en
el tubo digestivo del animal más algunos productos metabólicos solubles en agua de origen
endógeno y microbiano.
La consistencia de las excretas varía grandemente con la dieta y es afectada principalmente
por el contenido de agua y de carbohidratos estructurales del pasto. Así, la hierba con alto
contenido de humedad y bajo contenido de carbohidratos estructurales y alta digestibilidad,
producen excretas líquidas.
En la degradación de la bosta y en la liberación de sus nutrientes en el pastizal influyen
principalmente dos procesos:
− la ruptura física, causada fundamentalmente por el impacto de las lluvias en el pisoteo;
− la degradación biológica producida principalmente por hongos, bacterias, lombrices y
escarabajos.
La degradación inicial depende mucho de los factores que afectan la ruptura física. La
ruptura física de las bostas es grandemente influenciada por el clima y por su consistencia
20
inicial. Cuando sigue un periodo seco posterior a la disposición de las bostas se forma una
costra superficial que la protege parcialmente del efecto erosivo del impacto de la lluvia. Los
factores climáticos, especialmente la temperatura, influyen en gran medida en la
descomposición de las bostas.
La rápida descomposición microbiana de la bosta es esencial para la liberación de la mayor
parte del N y el S presente en combinaciones orgánicas. Esto puede ocurrir durante el
proceso de degradación de la bosta y/o después de que esta se ha dispersado y sus
partículas han sido lavadas hacia el suelo por las lluvias. Los invertebrados coprófagos,
principalmente los escarabajos, las larvas de dípteros y las lombrices desempeñan un
importante papel en la descomposición de las bostas, al promover la aireación y la actividad
microbiana, así como su incorporación en el suelo (Rodríguez et al., 2008).
1.5 El enfoque de sistemas en la producción agropecuaria. Determinantes de los sistemas diversificados de producción
En los últimos años se ha enfatizado en un análisis multidimensional de la agricultura,
motivado por las evidencias de la llamada “crisis de la agricultura convencional” o de la
agricultura del período de post-guerra, surgiendo así diferentes “propuestas” o alternativas,
como la agricultura ecológica, agricultura biológica, agricultura sustentable, entre otras.
En realidad la mayoría de los especialistas coinciden en que existe una crisis de la también
llamada agricultura “moderna” y entre otros argumentos se refieren a que ha sido causante
del incremento de las plagas, el excesivo uso de plaguicidas sintéticos, la adquisición de
resistencia de las plagas a estas sustancias, a los cambios climáticos, la deforestación,
además de otros aspectos negativos en el orden ecológico, económico y social.
Independientemente de las alternativas que se han propuesto, esta situación dio origen al
surgimiento de una novedosa ciencia: la Agroecología. Se trata de una nueva “herramienta”
que proporciona los métodos para un análisis más profundo e integral de la agricultura,
basado en el enfoque de sistema que realmente requiere el problema antes referido.
La agroecología va más allá del panorama unidimensional de la genética, la agronomía y la
edafología de los agroecosistemas, para comprender los niveles ecológicos y sociales de la
coevolución, la estructura y la función. En lugar de enfocarse en un componente particular
del agroecosistema, la agroecología enfatiza la interrelación de todos los componentes del
sistema, así como las complejas dinámicas de los procesos ecológicos (Rosset, 1998).
21
La escala o los límites del agroecosistema son difíciles de delimitar, aunque por lo general se
caracterizan por unidades geográficas pequeñas, en las que el énfasis está puesto en las
interacciones entre las personas, los recursos naturales y la producción de alimentos, el
medio ambiente dentro de una finca o un campo específico.
Cada región tiene un conjunto singular de agroecosistemas que son el resultado de variantes
locales, el clima, el suelo, las relaciones económicas, la estructura social y la historia. Así, el
diagnóstico de los agroecosistemas habrá de producir agriculturas tanto comerciales como
de carácter familiar, empleando niveles elevados o bajos de tecnología, dependiendo de la
disponibilidad de tierra, recursos y trabajo (Altieri, 1996a).
El agroecosistema posee determinados recursos, los cuales por supuesto interactúan y
pueden estar agrupados en las siguientes categorías (Norman, 1979, citado por Altieri,
1996b):
• Recursos naturales: tierra, agua, clima, vegetación natural explotada.
• Recursos humanos: personas que viven y trabajan dentro del predio y explotan sus
recursos para la producción agrícola.
• Recursos de capital: bienes y servicios creados, comprados o tomados en calidad de
préstamo por las personas asociadas a la granja para facilitar su explotación.
• Recursos de producción: producción agrícola de la finca, como los cultivos y los
animales. Se invierten en recursos de capital cuando se venden y los residuos
(cultivos, estiércol) son insumos nutrientes reinvertidos en el sistema.
Los agroecosistemas modernos carecen en particular de la capacidad de reciclar los
nutrientes, conservar el suelo y regular las poblaciones de plagas, por ello dependen de una
continua intervención que empeora la funcionalidad de sus componentes.
Estos sistemas agrícolas defieren no solamente en sus niveles de productividad por
superficie o por unidad de trabajo de insumo, sino también en las propiedades
fundamentales. Es claro que si bien la tecnología ha incrementado enormemente la
productividad en el corto plazo, también ha disminuido la sostenibilidad, la equidad, la
estabilidad y la productividad del sistema agrícola.
No se conoce cuanto más podrá el hombre seguir incrementando la magnitud del subsidio
sin agotar los recursos naturales y sin provocar una mayor degradación del ambiente
(Conway, 1985).
22
Los sistemas agroproductivos, conocidos como alternativos, orgánicos o ecológicos se basan
en la diversificación de la agricultura y la integración de sus distintas ramas. En ellos prima el
concepto de inocuidad biológica y ambiental, aparejado a la elevación de la eficiencia y
productividad; también se acometen métodos ecológicamente fundamentados como: el uso
de variedades de pastos asociados con leguminosas, la regionalización de los cultivos, los
abonos orgánicos, la tracción animal, el laboreo mínimo, los subproductos agroindustriales
usados en la alimentación animal, los sistemas silvopastoriles y el control biológico. Estos
programas contribuyen a la sostenibilidad agropecuaria, ahorran energía y resultan más
económicos.
Estas y otras evidencias de alternativas tecnológicas han demostrado la factibilidad de lograr
producciones aumentadas, a la par que se preservan los recursos naturales. En este
contexto es más importante atender los beneficios ambientales de las prácticas eco-
amigables, diversificadas y menos dependientes de insumos externos, que atender las
demandas de un mercado a merced de los cambios globales.
Pero a diferencia de otras ramas de la actividad humana, se carece de experiencias que,
sobre bases científicas, demuestren la viabilidad de la ganadería vacuna agroecológica y
cómo puede alcanzar implicaciones que van más allá del proceso tecnológico–productivo,
influyendo directa o indirectamente en patrones socioeconómicos (Hernández et al., 2004).
Los sistemas especializados de producción requieren generalmente de flujos exógenos de
recursos, por lo que su mantenimiento no depende de su capacidad propia de sustento. En
cambio, los sistemas productivos integrando agricultura y ganadería muestran mayor
capacidad de sostenerse a sí mismos, pues aprovechan óptimamente los recursos locales y
generan sinergias que permiten potenciar las capacidades naturales del sistema y restaurar
su equilibrio productivo, socioeconómico y ecológico (Monzote et al., 2001a).
Altieri (1999) define los sistemas silvopastoriles como una modalidad de los sistemas
agroforestales, en la cual se combinan las especies leñosas perennes con componentes
tradicionales del pastizal. En los últimos 20 años se han considerado una opción para la
rehabilitación de áreas degradadas y para el diseño de sistemas de producción animal en
regiones marginales. Actualmente, es mayor el interés por diseñarlos y manejarlos, no solo
con dichos propósitos, sino también como un enfoque válido y necesario para el
mejoramiento de toda actividad pecuaria (Murgueitio, 2003).
23
El uso de los sistemas agrosilvopastoriles puede contribuir a la mitigación de los impactos
negativos por su complejidad estructural, permiten mejorar y diversificar la productividad de
las fincas, asegurar su sostenibilidad y brindar servicios ecológicos, tales como la
preservación de las fuentes de agua, la conservación de la biodiversidad y el secuestro de
carbono. Además, los árboles disminuyen los efectos del ganado sobre el suelo, aumentan el
reciclaje de nutrientes mediante el aporte de nitrógeno (leguminosas) y materia orgánica al
suelo, reducen el efecto de las temperaturas ambientales sobre los animales, disminuyen el
impacto erosivo de la lluvia y permiten la integración de la ganadería con otros sistemas de
producción.
Dentro de los beneficios de la introducción y retención de árboles en potreros se encuentra el
aumento en los ingresos del productor a causa de la diversificación en la producción con
productos como maderas, postes, sombra y fuente de alimento para el ganado. Esto lo
demuestran estudios realizados Garcés et al., (2007), donde los productores encuentran
múltiples ventajas al incorporar árboles en sus pasturas y utilizarlos en la suplementación
animal durante la época seca logrando que el ganado no pierda peso, mantener la
producción de leche, que las vacas aumenten la frecuencia de celo, la reducción del intervalo
entre partos, bajar la mortalidad e incidencia de enfermedades y evitar el traslado del ganado
a otras áreas en búsqueda de forraje.
1.6 Caracterización agroecológica de los sistemas de producción agropecuaria
Para proponer alternativas bajo un enfoque agroecológico es necesario conocer con
profundidad los problemas y las virtudes presentes en los sistemas de producción, sólo de
esa manera tendremos una visión holística de todos los componentes que interactúan y las
fallas que existen. Esta es la finalidad de los diagnósticos, cuyos procedimientos permiten
cuantificar, describir qué sucede y por qué sucede. Un diagnóstico, describe el problema e
identifica sus causas y efectos, o sea, es un conjunto de procedimientos para detallar y
analizar los sistemas, identificar las limitaciones con sus causas y potencialidades o posibles
soluciones para mejorar su funcionamiento (García y Marrero, 1999).
Hasta los años 70, los agentes del desarrollo se valían de las visitas y las encuestas para
obtener información sobre el mundo subdesarrollado (Katrin, 1997). No obstante, debido al
bajo grado de confiabilidad de la información por riesgos en la recolección de esta, los altos
costos y el tiempo para procesar los datos, se crearon las metodologías. Según los autores
24
citados anteriormente, los más conocidos en el sector agropecuario han sido: los
Diagnósticos Rurales Rápidos y los Diagnósticos Rurales Participativos.
En la década de los 80 surge el Diagnóstico Rural Rápido (CATIE, Costa Rica), que es una
herramienta efectiva cuando se requiere una valoración rápida y eficiente de las condiciones
locales. Pero, por su rapidez, no incluye la opinión de los moradores de la comunidad y la
capacidad de estos para generar sus propias soluciones. Surge entonces el Diagnóstico
Rural Participativo, utilizado por primera vez en Kenya en 1988 por el World Resources
Institute, a partir del uso de técnicas grupales y visuales sobre la base de un enfoque
participativo. Esta metodología se orienta, según Díaz (1999), a los intereses de las
comunidades y al fortalecimiento de su capacidad de decisión. La meta del DRP es lograr la
vinculación de los productores en la identificación de sus problemas, reconocer sus
fortalezas y las prioridades de desarrollo en que deben trabajar y posibilitar que sean
protagonistas de su propia transformación local y/o empresarial.
Un reto más reciente nace de la necesidad de incorporar el criterio de sostenibilidad a los
proyectos de desarrollo, utilizando indicadores de sustentabilidad sobre la base de un
enfoque participativo. Por ello, el mundo académico se ha enfrascado en la búsqueda de
nuevos métodos que definan, midan, evalúen, monitoreen y vuelvan operativa la
sostenibilidad, como lo hacen el MESMIS (Masera et al., 1999 y López–Ridaura et al., 2004),
y ECOFAS que incorpora también los métodos multivariados (Funes-Monzote et al., 2002),
por citar algunos ejemplos.
Son diversos los trabajos que describen modalidades de diagnósticos. Fernández (1998), por
ejemplo, realizó un diagnóstico agroecológico en una UBPC de la provincia Villa Clara
empleando la metodología descrita por la FAO (1991), pero modificada a las condiciones del
área e incorporando técnicas del DRP. López (1999), por su parte, realizó un diagnóstico
agroecológico a nivel de finca, utilizando la metodología descrita por Katrin (1997), con la
incorporación de indicadores de sostenibilidad. Igualmente, Díaz (1999) incorporó los
indicadores de sostenibilidad a la caracterización agroecológica.
Según Monzote y Funes-Monzote (2003), esta y otras metodologías han sido dirigidas a
sistemas agrícolas especialmente y no directamente a las ganaderas aunque se ha tenido en
cuenta. El diagnóstico agroecológico en la ganadería tiene presente los niveles de
deforestación, la escasa utilización del estiércol como recurso para la fertilización de los
25
suelos, la escasez de combustibles, la falta de fuerza laboral en el campo, entre otros
aspectos que constituyen problemas claves para definir estrategias sostenibles de
conversión hacia la conservación de los recursos naturales y el mejoramiento de las
producciones. Además, la evaluación de los sistemas se ha centrado en la cuantificación de
la producción de alimentos, fibras y, hasta cierto punto, la condición del suelo, el agua y los
recursos relacionados. El control del estado de los componentes o procesos biológicos
esenciales de los agroecosistemas, especialmente ganaderos, necesitan ser estudiados con
más profundidad.
Los elementos que permiten integrar los factores ambientales, económicos, sociales y
culturales se conocen como indicadores y, en general, posibilitan valorar las posibilidades
técnicas y la viabilidad de cualquier actividad agraria. Meyer et al., (1992), citado por Altieri
(1999) proponen tres indicadores de evaluación de los agroecosistemas:
a) Sustentabilidad: entendida como capacidad para mantener el nivel de productividad de los
cultivos a lo largo del tiempo, sin arriesgar los componentes estructurales y funcionales de
los agroecosistemas.
b) Contaminación de los recursos naturales: alteración de la calidad de aire, agua y suelo
causada por las prácticas agrícolas, los insumos químicos o los productos de los
agroecosistemas.
c) Calidad del paisaje agrícola: diversas formas en que los modelos agrícolas de uso de la
tierra modifican el entorno e influencian los procesos ecológicos.
Con estas herramientas se puede recopilar información para describir las características
básicas de la zona de estudio, identificar los problemas que limitan los rendimientos y la
productividad y, a partir de esto, comenzar a considerar posibles mejoras en las prácticas de
los agricultores. El uso activo de estos métodos en las investigaciones agropecuarias y en los
procesos de extensión de los resultados definirá en gran medida el éxito de estas y el empleo
óptimo de los recursos que dispongan las entidades productivas o comunidades.
La severa crítica desencadenada con respecto a los sistemas modernos de producción ha
madurado la necesidad de un desarrollo sostenible, no sólo en la agricultura y en las
restantes actividades productivas primarias, sino también en el campo del desarrollo rural, las
políticas y las teorías generales de la mejora social. En Cuba, la voluntad política para
incorporar la sostenibilidad en el proceso de desarrollo se ha reflejado en la elaboración y
26
puesta en marcha de la Política Ambiental Cubana, que se concentra en la problemática
ecológica como punto de partida para la toma de decisiones.
Históricamente, la evaluación de la actividad agropecuaria se ha limitado a cuantificar la
producción de alimentos o fibras y, en cierta forma, la eficiencia, el consumo energético y sus
fuentes, el estado de los recursos naturales y, en menor medida, la disposición final de los
residuos generados. Los principales impactos ambientales de la ganadería no han sido
estudiados con profundidad, según expresa (Murgueitio, 2003). Los problemas de tipo
ambiental como erosión, deforestación, contaminación de los cuerpos de agua y pérdida de
la biodiversidad son aspectos que, aunque se conocen, continúan latentes o no se les da la
prioridad requerida en los sistemas ganaderos.
Los esfuerzos académicos por lograr un mejor entendimiento de las interrelaciones presentes
en los ecosistemas, estimar el comportamiento que tendrán en un futuro al ser alterados por
las acciones humanas y conocer la magnitud de los impactos negativos o positivos sobre el
medio natural han incentivado la búsqueda de herramientas tales como la evaluación del
riesgo, el estudio de impacto ambiental y la evaluación del impacto ambiental. Estas son
definidas como el conjunto de estudios que evalúan o predicen los efectos de una acción u
obra sobre el ambiente, así como su corrección, prevención y valoración a fin de ser
aceptado, modificado o rechazado.
Inicialmente, las aproximaciones para evaluar el medio ambiente estuvieron limitadas a la
información que describía la calidad medioambiental y la calidad del cambio, en términos de
descarga contaminante o algún otro indicador bioquímico o biofísico. Con el tiempo se hizo
evidente que, si bien esto está directamente vinculado con algún cambio específico en el
entorno, el procedimiento tiene que calzar la toma de decisión para mejorar el manejo de la
producción (FAO, 1999).
27
CAPÍTULO II. MATERIALES Y MÉTODOS
2.1 Localización de la finca en estudio
El estudio se realizó en la finca “Las Palmitas”, ubicada en la localidad de Villanueva,
municipio Las Tunas, en la región oriental del país. Villanueva tiene una extensión territorial
de 95 km2 y limita al norte con el municipio Manatí, al sur con el municipio Jobabo, al este
con Majibacoa y al oeste con la provincia de Camagüey.
2.2 Características físico–geográficas
La altura promedio de la zona es de 48-50 msnm. Una de las características físico -
geográficas más significativas del territorio es el relieve, típico de llanuras planas, con
escasas elevaciones que no sobrepasan los 200 msnm.
2.3 Hidrografía
La red fluvial es poco desarrollada, formada por ríos como el Hórmigo, Tana, la Gallina y el
Jobabo, de poco caudal y cauces pocos profundos, que se desbordan en el período lluvioso.
Existen cuencas de aguas subterráneas evaluadas en 159 millones de m3 de agua al año.
2.4 Suelos
En el municipio Las Tunas, los suelos predominantes en el sector ganadero son los de
textura arenosa, erosionados, de baja fertilidad natural, poca profundidad efectiva, baja
capacidad de intercambio catiónico y niveles muy bajos en su contenido de materia orgánica,
fósforo y potasio.
Los suelos predominantes, según la nueva versión de la clasificación genética de los suelos
de Cuba (Hernández, 1999), son los pardos con un 29,6%, los vertisuelos con un 19,8% y los
fersialíticos con un 17,63%, los que presentan factores limitantes que disminuyen la
productividad.
2.5 Clima
El tipo de clima es “Caribe Noroccidental” con vientos variables y calmas con influencias
estacionales del continente. Se caracteriza por fuertes fluctuaciones de lluvias y
temperaturas, con un marcado período poco lluvioso que comprende los meses de
noviembre a abril y otro lluvioso que se extiende desde mayo a octubre (tabla 2). La
temperatura media anual es de 25,3ºC, siendo enero el mes más frío. Los días promedio
28
anual de lluvias son 127 y las precipitaciones anuales medias oscilan alrededor de los 1 718
mm.
En la región donde se encuentran la finca de estudio, el régimen de precipitaciones anuales
es de 1 140 mm, con 12,3% en el período poco lluvioso (143 mm), con 41 días de lluvias
anuales.
Tabla 2. Valores climáticos promedios del municipio de Las Tunas.
Meses Temp.
Media (oC) Temp.
Máx. (oC) Temp.
Mín. (oC) Humedad
(%) Precipitación
(mm) 23,6 28,6 20,2 80 26,7
F 23,9 29,8 18,8 76 82,1 M 23,8 28,8 20,6 78 90,9 A 25,0 30,9 20,5 72 28,6 M 25,3 31,3 21,6 81 215,1 J 26,9 32,2 23,2 79 135,6 J 27,0 32,8 23,0 78 278,3 A 27,1 32,8 23,2 78 133,5 S 28,1 32,3 22,4 81 301,1 O 25,6 30,0 22,9 85 387,7 N 24,1 28,2 20,9 78 31,1 D 24,0 29,2 20,6 77 8,0
Acumulado o promedio 25,3 27,8 23,2 78,5 1 718,7
Estación meteorológica. Las Tunas, (2009-2010)
2.6 Flora y fauna
La fauna terrestre se caracteriza por poseer una gran diversidad de especies, formas,
colorido y tamaño. Dentro de estas se encuentran las codornices, diferentes tipos de
palomas, tojosas, cernícalos, tomeguines, zunzunes, cartacubas, y otras, que unido a su
endemismo las convierte en joyas del lugar. La flora es rica en especies endémicas de
mucho interés para la zona.
2.7 Vegetación
La vegetación natural del área es abundante, predomina la de tipo arbórea que ha sido la
menos afectada por la tala y la sequía, por ser propiedad privada y debido a su buen
establecimiento. Dentro de los principales cultivos de la zona se destacan: maíz, yuca, caña,
plátano burro, calabaza, entre otros.
29
Los sistemas de cultivos más conocidos son los policultivos, las rotaciones y los cultivos de
cubierta.
2.8 Modelo de análisis
En aras de organizar la investigación se realizó el diseño de un modelo de análisis de los
índices de diversidad (figura 2) a través de los indicadores seleccionados, donde se
esquematizan los aspectos a tener en cuenta para el estudio de la diversidad de un sistema.
Figura 2. Modelo de análisis de los indicadores.
Como resultado del estudio del modelo propuesto se realizaron valoraciones concretas de los
componentes estructurales de un sistema, su relativa autosuficiencia, agrobiodiversidad y su
resiliencia al cambio climático.
El diseño experimental empleado se basó en un estudio de caso con un enfoque científico de
sistema en el que los principios y prácticas de manejo son replicables (Checkland, 1999).
30
2.9 Definición de los indicadores de la biodiversidad y criterio de selección
Para la selección de la finca se tuvo en cuenta la información histórica, su tiempo de
explotación, la biodiversidad, el empleo de prácticas agroecológicas tradicionales por más de
sesenta años, el nivel de productividad y estrategias en el uso racional de los recursos
naturales y locales, su vinculación a diferentes proyectos de investigación y de desarrollo
local, entre otros.
Se elaboró un modelo de análisis que guía la investigación para la interpretación de los
indicadores, así como su influencia en la eficiencia y productividad del sistema, teniendo en
cuenta el modelo de sistema propuesto por Funes-Monzote (2009).
A partir de la revisión de la literatura sobre el análisis de la diversidad en sistemas
agroecológicos, se encontró que existen tres indicadores básicos para la evaluación de la
diversidad de especies a nivel de sistema (Funes-Monzote, 2009). Entre estos indicadores se
seleccionaron los de riqueza de especies, diversidad de la producción y diversidad de
árboles (diversidad planificada). En la tabla 3 se describe el método de cálculo empleado
para evaluar tales indicadores. Para el cálculo de los índices de Shannon y Margalef, se
consultó Gliessman (2001).
Se cuantificó el número de especies e individuos de cada una durante el período de un año
(2009-2010) y se caracterizaron dichas especies de acuerdo a su funcionalidad dentro del
sistema agroproductivo. Se cuantificó además el número de individuos por especie para
calcular los índices de Shannon y Margalef, tal y como fue realizado por Funes-Monzote
(2009) en sus estudios en sistemas agroecológicos cubanos descritos en la metodología
ECOFAS.
2.10 Fuentes de obtención de la información
Para el diagnóstico de los componentes de la biodiversidad se emplearon diferentes
elementos de los enfoques participativos de investigación: diagnóstico rural rápido, métodos
de investigación funcionales e interactivos, entre otros (McCracken et al., 1998; Bellon,
2001).
31
Tabla 3. Indicadores de diversidad a evaluar.
Indicador Unidad Método de cálculo Riqueza de especies
Índice de Margalef (IM)
Incluye especies de cultivos, árboles y animales domésticos.
Donde: S = Número total de especies N = Número total de individuos de todas las especies incluyendo animales, cultivos, frutales y forestales
Diversidad de la producción
Índice de Shannon (H)
Incluye la producción total de cada producto agrícola o pecuario y la total del sistema.
⎟⎠⎞
⎜⎝⎛−= ∑
= Pp
PpH i
S
i
iS ln*
1 Donde: S = Número de productos Pi = Producción de cada producto P = Producción total
Diversidad de árboles
Índice de Shannon (H)
Incluye número de especies de árboles frutales, maderables y postes vivos.
⎟⎠⎞
⎜⎝⎛−= ∑
= Nn
NnH i
S
i
iS ln*
1 Donde: S = Número de especies de árboles ni = Número de individuos de cada especie N = Número total de individuos
El principal trabajo de documentación se realizó durante las visitas periódicas a la finca,
recurriéndose a varias herramientas para la obtención de la información:
1. Visitas y recorridos. Se realizaron no menos de ocho visitas a la finca en el período de
2009-2010 en compañía de los productores, buscando horarios pertinentes que no
afectaran sus actividades o labores y aprovechándose al máximo la observación directa y
el diálogo.
2. Encuestas formales. Se diseñó una encuesta estructurada, en cinco secciones, con las
variables de interés, esta ofreció elementos que permitieron la caracterización del
agroecosistema (anexo 1).
3. Entrevistas informales. Las entrevistas consistieron en preguntas sobre temas de tipo
general y/o específicos. Los temas se orientaron hacia aspectos más cualitativos, como
)ln(1
NSIM −
=
32
las diferentes prácticas de los agricultores (qué hace) y sus motivos para realizarlas (por
qué lo hace). Las preguntas se realizaron en un ambiente distendido, sin crear situaciones
de presión al agricultor. No se ofreció una explicación detallada sobre el estudio para
evitar una respuesta previamente prejuiciada.
2.11 Composición botánica del pasto
Se realizó un estudio de la composición botánica del pasto, tomándose 25 muestras por
hectárea, según el método de `t Mannetje y Haydock (1963) ampliamente validado en Cuba.
El método consiste en lanzar un marco de 50 x 50 cm al azar, desplazándose en zigzag o en
líneas paralelas a través del campo, tratando de cubrir la mayor área posible. Para cada
marco lanzado se registran las especies presentes que más abundan, luego se cuantifican
las frecuencias totales de cada especie en cada muestra. Posteriormente se realiza el cálculo
y se obtiene la representatividad cada una en por ciento de ocurrencia en el pastizal.
2.12 Análisis de los datos
Se realizó un análisis de los datos tomando en cuenta el enfoque de sistema y se comparó
un modelo conceptual (teórico) y otro real (práctico), donde se identificaron las diferentes
funciones de la agrobiodiversidad en relación con los indicadores de productividad y
eficiencia del sistema (Spedding, 1988; Checkland y Holwell, 1998; Schiere et al., 2002;
Funes-Monzote, 2009).
33
CAPÍTULO III. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
3.1 Diagnóstico agroecológico
El diagnóstico realizado permitió la caracterización detallada del agroecosistema en estudio,
así como de los elementos que lo componen y sus interacciones, a partir de los resultados de
la encuesta, siguiendo las pautas del enfoque científico de análisis de sistemas (Checkland,
1999).
El área de la finca cuenta con una amplia gama de pastos resistentes a las condiciones de
sequía de la provincia, además de su diversidad que garantiza el desarrollo del sistema y por
tanto la crianza animal. En la tabla 4 se aprecia el por ciento de pasto, suelo desnudo y
leguminosa del área en estudio, resultados satisfactorios que coinciden con los obtenidos por
Iraola et al. (2007), quienes plantean que un aumento o mantenimiento de especies
deseables es un índice de buen manejo y atención al pastizal. Cuando prosperan las
indeseables se indica un manejo deficiente en el pastizal.
Tabla 4. Composición botánica del pasto.
Mediciones % Pasto 57,8 Suelo desnudo 31,4 Leguminosas 10,9 Total 100,0
Las especies indeseables son las que casi nunca come el ganado, estas pueden
reproducirse y aumentar la población en condiciones de sobrepastoreo y de malas
atenciones culturales al pastizal, en este caso se encuentran en un número no significativo,
por eso no se tuvo en cuenta en el análisis.
El mantenimiento de las áreas de explotación, así como el manejo agroecológico del sistema,
serán la garantía del aumento de los rendimientos productivos sin empleo de insumos
externos.
3.2 Infraestructura
Las instalaciones están conformadas por una construcción rústica con medios propios que
incluyen una nave de 10 x 6 m, cobijada con guano y cercas perimetrales.
La finca posee dos pozos profundos y caudalosos. Una parte de ella es atravesada por un río
de 500 metros lineales, arborizado en toda su rivera, lo que evita la erosión del suelo en sus
34
orillas y reduce la evaporización del agua. Esta fuente superficial es la que suministra el agua
que beben vacunos, equinos, ovinos y caprinos, fundamentalmente.
El sistema en estudio no tiene una compleja estructura productiva pero debido a la
integración existente se derivan un gran número de actividades. Entre las más importantes
está sembrar, desyerbar, recolectar estiércol y arar. Para estas actividades se contrata fuerza
de trabajo que, en cooperación con la familia, contribuye al mantenimiento del sistema.
La infraestructura general del sistema, así como las distintas áreas de cultivo, pastoreo,
instalaciones, fuentes de abasto de agua, garantizan la estabilidad e integración ecológica.
Estos se representan en el croquis de la finca (figura 3).
Leyenda: Color azul: área de cultivo. Color carmelita: instalaciones. Círculos azules: pozos. Línea azul: río
Figura 3. Croquis de la finca “Las Palmitas”.
El manejo de los sistemas agroecológicos, entre otros elementos, se debe a la integración e
interrelación de los indicadores de diversidad. Este estudio se concentró en el análisis de tres
indicadores en un agroecosistema y se evaluó como la mayor agrodiversidad en cuanto a
árboles, especies y producción. Vistos como eslabones fundamentales de los sistemas
agrícolas integrados y multifuncionales favorecen el incremento de la productividad, la mayor
adaptabilidad a situaciones extremas, el uso racional de los recursos locales y otros bienes.
En la figura 4 se presenta un esquema conceptual de los componentes de la diversidad
planificada, las interacciones como sistema, las entradas y las salidas de la finca, así como la
contribución de cada elemento estudiado al sistema.
35
Figura 4. Esquema conceptual de los indicadores de diversidad y su funcionalidad dentro del
sistema.
Las entradas del sistema están en función de lograr el uso eficiente de todos los recursos
locales y el humano como recurso fundamental (Pedraza, 2005). Además se logra la
aplicación de tecnologías acordes a los avances actuales (nuevas variedades,
regionalización de los cultivos, mejoras genéticas de la producción animal, entre otras).
Las salidas del sistema están representadas por producciones agrícolas, pecuarias, y
servicios ambientales, entre otras, que garantizan de forma práctica la sustentabilidad
agroecológica. Los sistemas integrados y diversificados ofrecen considerables oportunidades
para lograr la intensificación sostenible de los agroecosistemas y la eficiencia en el uso de
los recursos (Herrero et al., 2007).
36
3.3 Inventario de biodiversidad del sistema
Inventario de biodiversidad de pastos y forrajes
Entre las principales especies de pastos y forrajes utilizadas para la alimentación animal se
encuentran: la pangola (Digitaria decumbens), el pasto estrella (Cynodon nlemfuensis), el
king grass, el clon CT-115 (Pennisetum purpureum), y la caña de azúcar (Saccharum
officinarum).
En las áreas de pastoreo también se encuentran presentes especies de pastos nativos como
la camagüeyana (Bhotriocloa pertusa), la tejana (Paspalum nostatum), la guinea común
(Panicum maximun), el teramnus (Teramnus labialis), el centrosema (Centrosema pubescens
y Centrocema plumieri), la leucaena (Leucaena leucocephala), la algarroba de la India
(Albizia procera) y la algarroba de olor (Albizia lebeck).
También está presente en gran escala la guásima (Guasuma ulmifolia), la algarroba del país
(Albizia saman) y la leucaena (Leucaena leucocphela), que proporcionan frutos y follajes
empleados en la alimentación animal porque crecen rápido y tienen la facultad de resistir
cortes sucesivos. Como recurso forestal, el suministro de la algarroba tiene buena
aceptación, resultado que coincide con lo expuesto por Ribaski (2000), su potencial reside en
sus características de precocidad, resistencia a la sequía y producción de madera de buena
calidad para diversos fines, además de la producción de vainas de elevada palatabilidad y
valor nutritivo, con la ventaja de fructificar en la época seca.
En la tabla 5 se puede apreciar algunas de las especies forrajeras del sistema empleadas en
la alimentación animal.
Tabla 5. Algunas de las especies forrajeras del sistema.
Especies Número de individuos Usos dentro del sistema
Leucaena 237 Banco de proteína, silvopastoreo, postes vivos, sombra en los pastizales, protección del suelo
Morera 23 Postes vivos, alimentación animal, sombra Titonia 17 Postes vivos, alimentación animal, sombra Algarroba (sp. varias) 39 Alimentación animal, sombra, maderable. Guásima 87 Alimentación animal, sombra, maderable
37
Inventario de biodiversidad arbórea
Con la biodiversidad arbórea se garantiza la alimentación y el hábitat de muchos tipos de
animales, que de cierta forma son útiles al hombre, incluyendo los microorganismos del
suelo, las aves que enriquecen el entorno de la finca (codornices, diferentes tipos de
palomas, tojosas, cernícalos, tomeguines, zunzunes, cartacubas y otras), así como las
crianzas que sirven para mantener la economía y subsistencia de los dueños de la finca,
tales como: ovino-caprino, diez razas o especies de aves de interés económico, (pavos,
gallinas guineas, semirrústicas, camperas, cuello desnudo, rizas, kikiriqui, finas, patos
criollos, patos pequineses), vacunos, equinos y cerdos.
Los postes vivos se utilizan en el cercado en sustitución del cercado convencional de postes
de cemento (González et al., 2004). En el recorrido por las áreas se realizó un censo de
alrededor de 925 postes vivos, fundamentalmente piñón cubano (Glyricida sepium) y piñón
botija (Jatropha curcas), aspecto positivo que contribuyó al aumento del número de
árboles/ha en el sistema y de la biodiversidad.
Además de los antes mencionados se encontraron postes vivos de ciruelo (Spondia lutea),
cedro (Cedrela odorata), baría (Gerancantus gerancantus), algarroba del país (Albizia
saman), algarroba de olor (Albizia lebeck), algarroba de la India (Albizia procera), lo que le da
un valor agregado a la finca, para la producción de muebles y de la propia familia.
Los postes vivos en su mayoría son árboles de gran tamaño que benefician a los animales
con su sombra en las horas más calurosas. Esto, como detalle importante en el sistema, fue
una prueba irrevocable de los muchos años que tiene la finca con este diseño en explotación,
donde los diferentes subsistemas se han mantenido manejados por la mano de un
campesino tradicional.
En la tabla 6 se cuantifica la diversidad de árboles presentes en la finca por especie y
propósito. Los sistemas agroforestales son estrategias de producción diseñadas para
promover una dieta más variada, nuevas fuentes de ingresos, estabilidad de la producción,
uso eficiente de la mano de obra, entre otras.
La biodiversidad vegetal presente en la finca (tabla 6) muestra la armonía del sistema y
favorece la disponibilidad de alimentos tanto para el hombre como para la crianza animal. Se
coincide con Monzote y Funes-Monzote (1997) en cuanto a que el incremento de los
componentes animal y vegetal, en función del área, favorece la eficiencia energética del
38
sistema mediante el aprovechamiento correcto de los potenciales e interacciones posibles
entre ambos componentes, se enriquece el sistema aumentando su eficiencia y productividad
en la producción de alimentos para el hombre.
Tabla 6. Diversidad de árboles por especies.
Frutales No. Individuos Frutales No. individuos Frutales No.
individuosAnón 48 Del Perú 12 Lima 2
Almendra 3 Granada 3 Mandarina 16 Ciruelo gobernadora 2 Garcinia 1 Marañones 8
Ciruelo (3 especies) 148 Guanábana 9 Mamoncillo 5
Canistel 1 Jambolán 6 Mango 56
Chirimoya 6 Limón francés 3 Naranja dulce 8
Fruta bomba 30 Limón del país 4 Naranja agria 6 Guayaba n-6 17 Limón
mandarina 2 Rolina 2
Maderables No. individuos Postes vivos No. individuos
Cedro 68 Piñón cubano 800 Baria 120 Piñón botija 125 Algarrobo del país 16 Morera 23 Bijagua 73 Titonia 17 Guásima 87 -
La biodiversidad vegetal presente en la finca (tabla 6) muestra la armonía del sistema y
favorece la disponibilidad de alimentos tanto para el hombre como para la crianza animal. Se
coincide con Monzote y Funes-Monzote (1997) en cuanto a que el incremento de los
componentes animal y vegetal, en función del área, favorece la eficiencia energética del
sistema mediante el aprovechamiento correcto de los potenciales e interacciones posibles
entre ambos componentes, se enriquece el sistema aumentando su eficiencia y productividad
en la producción de alimentos para el hombre.
La finca se está mejorando para coto de reserva zoogenética y citogenética, donde se
encuentran tres variedades de sorgo, alrededor de seis de caña, cuatro de yuca, varios tipos
de anonáceas, (anón, guanábana, chirimoya, rolina), dos de marañón, canistel, dos de limón
39
(Citrus lemon), naranja agria (Citrus aurantium), tres de coco, frijol gandul, quimbombó, tres
tipos de ciruelo (jobo, roja, amarilla). En toda la finca existe una distribución equitativa de los
árboles.
Existe una colección de plantas apícolas donde se destaca el cidrao (Lipia lisioydes), el
coralillo blanco y rosado (Antigonum leptopus), el mango (Mangifera indica), el piñón cubano
(Glyricida sepium), la baría (Gerancantus gerancantus), la leucaena (Leucaena leucocphela),
el mamoncillo (Melicoca bejuga), varios tipos de cítricos (Citrus aurantium y Citrus lemos), el
piñón botija (Jatropha curcas), las campanillas blancas y rosadas (Ribea corimbosa e Ipomea
triloba).
Inventario de la biodiversidad de cultivos
El subsistema agrícola y pecuario está compuesto por 14,2 ha donde se produce variadas
frutas, viandas, forraje de caña y de leguminosas, principalmente leucaena, piñón cubano y
canavalia.
En la tabla 7 se observa la diversidad de cultivos que sustentan la finca, si bien estos
indicadores se aprecian con poca diversidad, su producción satisface las necesidades de
alimentación humana y la explotación animal con resultados satisfactorios. La restauración
de la diversidad agrícola se puede lograr con diferentes alternativas locales y la integración
de los cultivos y los sistemas de producción animal (Toledo y Valladores, 2010).
Tabla 7. Diversidad de cultivos (t base fresca).
Especies 2009 Caña 50,00 Yuca 5,0 Ñame 0,12 Calabaza 0,21 Plátano burro 0,50 Plátano fruta 0,45 Sorgo 0,30 Sagú (intercalado) 0,10 Frijol carita 0,98 Tomate 4,53
Se aprovechan los residuos de cosecha para la alimentación animal: boniato (tubérculo y
bejuco, maloja de maíz, desecho de yuca (raíz, hojas y tallos). Según Cervantes et al. (2007) estos alimentos constituyen un elemento importante en los sistemas sostenibles de
producción en virtud de su bajo costo.
40
Los sistemas de cultivos diversificados ya contienen ciertos recursos específicos para los
enemigos naturales provistos por la diversidad de plantas, y generalmente, no han sido
alterados con pesticidas, especialmente cuando son manejados por agricultores pobres en
recursos, quienes no pueden utilizar las tecnologías de alta inversión.
Así, al reemplazar los sistemas simples por sistemas diversos o al agregar diversidad a los
sistemas existentes, es posible ejercer cambios en la diversidad del hábitat que favorecen la
abundancia de los enemigos naturales y su efectividad (Vázquez, 1999).
Inventario de biodiversidad animal
La biodiversidad, como componente fundamental de la caracterización de los sistemas
diversificados, permite establecer las relaciones existentes entre los elementos esenciales
suelo-planta- animal y por ende, la búsqueda de alternativas para armonizar la triada antes
mencionada con prácticas agroecológicas.
Para la crianza animal en las diferentes áreas donde radican, se crearon condiciones con la
siembra y el establecimiento de árboles como: el ateje criollo, blanco y americano, el mango,
(Mangifera indica) el marañón (Anacardium occidentale), el mamoncillo (Melicoca bejuga), y
diferentes especies de anonáceas, que junto a otras como la guayaba (Psidium guajaba)
proporcionan alimentos de los que consumen estas especies y que se recogen en la
diversidad del sistema.
Gráfico 1. Diversidad animal del sistema.
Las principales crianzas de la finca la constituyen los vacunos, las aves, los ovinos, los
caprinos y los cerdos. El gráfico 1 muestra la cantidad y diversidad de animales que se
Número de individuos por especies
020406080
100120140
Ovino - Caprino
GallinasVarias
GallinaGuinea
Patos Varios
Pavocriollo
Oca Cerdos Conejos Equino Bovino
Especies
41
explotan en la finca; la principal producción es la leche y la carne vacuna en pie; pero
también se obtienen producciones de carne ovina, caprina, huevos, carne de ave en pie y
carne de cerdo para el autoabastecimiento y la comercialización.
El papel de los animales en los agroecosistemas resulta beneficioso para la agricultura y
quienes la ejecutan, sus papeles principales se relacionan con su contribución al reciclaje de
nutrientes, la conservación del suelo y la capacidad de transformar la fitomasa en fuentes de
alimentos y bienes de uso para el hombre y el propio animal.
Según Muñoz (2003), sus principales beneficios son: la contribución a la fertilidad del suelo y
el reciclado de nutrientes; el aprovechamiento de los residuos de cosecha y la vegetación
espontánea; los desperdicios de la alimentación humana y el área no cultivable; la
producción de proteínas; grasas y otros recursos útiles (pieles, lana, plumas); el aporte de
energía para el trabajo y el transporte (tracción animal), todo esto permite aumentar los
ingresos y el balance financiero de la finca; además posibilita un mejor balance nutricional de
la familia y actúa como controladores biológicos de insectos y hierbas no cultivadas.
La crianza animal se lleva de forma integrada a la agricultura donde se aprovecha todos los
beneficios que esta proporciona desde el empleo de residuos de cosecha, el suministro de
forrajes arbustivos, hasta el manejo de los animales para lograr el equilibrio y la
incorporación de nutrientes al sistema. El pastoreo animal se realiza dentro de la finca en
potreros destinados para este fin, pastan aproximadamente nueve horas diarias.
3.4 Características de la biodiversidad y su contribución a la eficiencia y productividad de la finca
Es conocido que las fincas pequeñas se caracterizan por una marcada diferencia en el papel
“multifuncional” y la intensidad con que utilizan la tierra, pues se aprovecha todo el espacio y
los recursos naturales en función de objetivos más diversos (Perera, 2002). Sin embargo, el
diagnóstico nos reveló que incluso los productores privados, cuando tienen como principal
objetivo la producción intensiva de leche bovina, utilizan casi la totalidad de sus tierras en el
cultivo de pastos y forrajes, productos agrícolas y explotación de otras especies para la
alimentación humana y animal.
Es evidente que existe una diversificación de la producción considerable auque no se
aprovechan al 100% todos los productos obtenidos; 41 productos entre producción pecuaria
y agrícola significan un indicador de importancia al evaluar la sustentabilidad del sistema.
42
Pérez et al., (2004) reporta una finca de 32 ha en la provincia de Holguín que durante cinco
años estableció una producción diversificada con 17 productos de origen animal y vegetal.
Altieri (1996) y Funes-Monzote (2004) plantean la necesidad de descartar la concepción de
que existe un componente principal, causante de la simplificación de los agroecosistemas, e
insisten en la multifuncionalidad agrícola como vía para incrementar la biodiversidad. En
otras palabras, el desarrollo de actividades productivas agroecológicas más variadas puede
reducir los efectos que ocasiona la explotación ganadera sobre la biodiversidad, por
dedicarse únicamente a producir leche a partir de una alimentación basada en pasturas
naturales y monocultivos de especies forrajeras, que no es el caso de la finca en estudio.
Cada agroecosistema deberá funcionar con la utilización óptima de alternativas apropiadas y
adaptadas en el propio entorno, donde las metas, las aspiraciones, la cultura y los
conocimientos del hombre sean manipulados a través de decisiones y acciones especificas
como es el caso del uso de fertilizantes orgánicos.
La biodiversidad tiene su contribución en la eficiencia y productividad del sistema,
especialmente a través del uso directo del estiércol animal, fuente muy preciada de
elementos necesarios para los suelos, principalmente de nitrógeno. Funes-Monzote (2004)
comprobó que este tipo de abono aporta al suelo materiales nutritivos que influyen
positivamente sobre la estructura del terreno, haciendo más fuertes los suelos sueltos,
disgregando lo más pesados y beneficiando en general a la microflora y microfauna.
Sánchez (1994) y Paneque y Calaña (2004) consideran que el estiércol es una fuente lenta;
pero estable de sustancias nutritivas de gran utilidad para mantener la capa vegetal del
suelo, reducir la incidencia de malezas, plagas y enfermedades, amortiguar el impacto de las
lluvias y evitar serios problemas de contaminación a las fuentes de agua.
Esto puede dar una idea de los beneficios económicos que brindan los sistemas integrados
ganadería-agricultura coincidiendo con Gómez et al. (2004), quienes plantean que los
sistemas alternativos familiares dejan al productor excedentes por ha superiores a los
convencionales.
La eficiencia y los resultados de la finca concuerdan con los obtenidos por Riechmann
(2004), donde la productividad y el reciclaje de nutrientes se encuentran estrechamente
relacionados ya que, conforme los tejidos crecen, secuestran nutrientes, mientras que al
morir los devuelve al suelo.
43
3.5 Indicadores de diversidad y su funcionalidad en el sistema
A partir de los datos ofrecidos del diagnóstico agroecológico de la finca se procedió al
análisis e interpretación de los índices de diversidad seleccionados para el estudio.
Los indicadores de biodiversidad seleccionados (tabla 8) abarcan tres aspectos: riqueza de
especies, diversidad de la producción y diversidad de árboles. Ellos se relacionan
estrechamente con dos de los mayores problemas ambientales asociados a modelos de
monocultivo agrícola que el estado cubano ha identificado: la pérdida de biodiversidad y la
deforestación.
Tabla 8. Comportamiento de los indicadores agroecológicos y de productividad de la finca, promediados en un período de un año.
Indicadores Unidades Sistema de producción
Riqueza de especies Índice de Margalef 7,29 Índice diversidad de la producción Índice de Shannon 3,23 Índice diversidad de árboles Índice de Shannon 2,50
Indicador diversidad de especies
El índice de Margalef, que mide riqueza de especies al combinar el número de especies en el
sistema con el número de individuos, alcanzó el valor de 7,20. Este índice proporciona una
medida más significativa de la diversidad a nivel de la finca.
En la tabla 9 se muestra la diversidad de la finca en su época de siembra y el inicio y período
de cosecha, lo que dio elementos para demostrar como la diversidad de especie dentro del
sistemas favorece la disponibilidad de alimentos en distintas épocas del año, coincidiendo
con Rosset (1999), quien le atribuye la mayor productividad a las fincas pequeñas, ya que
por lo general, tienden a mantener una mayor biodiversidad con la siembra de varias
especies (policultivos) y a integrar la ganadería con la agricultura, mientras las entidades de
mayor escala se basan en monótonos y extensos cultivos de una especie.
La simple comparación de la producción por unidad de superficie de un monocultivo y un
policultivo revela el papel de la biodiversidad al aumentar la productividad del sistema,
aunque en la explotación de mayor escala la productividad de cada uno de los cultivos pueda
ser mayor que en la pequeña finca.
44
Tabla 9. Descripción de la ubicación temporal de la biodiversidad general. (Peña et al., 1996).
Principales cultivos Época de siembra Inicio cosecha Período cosechaNormal Óptima Anón t/año oct.-nov. junio junio-agost. Almendra t/año t/año mayo mayo-julio Cirhuelo gobernadora t/año t/año abril abril-junio Cirhuelo (3 especies) t/año t/año abril abril-junio Chirimoya t/año octubre julio julio-septiembre Canistel t/año oct-dic marzo marzo-junio Calabaza sept.-mayo feb.-mayo 70-110días 90-160 días Frijol carita junio marzo julio Julio-agosto
Fruta bomba t/año oct.-enero 7-8 mes nica 6-7 mes mar t/año
Garcinia t/año t/año julio julio-agosto Guanábana t/año t/año mayo mayo-junio Granada t/año oct.-enero junio junio-agosto Guayaba n-6 t/año t/año febrero febrero-abril Del Perú t/año t/año abril abril-mayo Jambolán t/año mar-abril agosto agost.-sept. Limón del país t/año abr.-sept. t/año t/año Limón mandarina t/año abr.-junio noviembre nov.-marzo Limón francés t/año abr.-junio mayo mayo y dic Mandarina t/año abr.-junio noviembre nov.-enero Mamoncillo t/año oct.-dic. julio julio-sept. Marañones t/año t/año abril abril-mayo Mango t/año abr.-sept. abril abril-agosto Naranja agria t/año t/año noviembre nov.-marzo Naranja dulce t/año t/año noviembre nov.-marzo Ñame enero-mayo mar-abril 9 meses 9-10meses Plátano burro t/año oct.-nov.-abr. 14-17meses 14-17mes Plátano fruta t/año t/año t/año t/año Rolina t/año t/año mayo mayo-julio Sagú (intercalado) t/año mar.-abril diciembre t/año Yuca t/año nov./1 feb./15 7-10 meses 7-12 meses
Pastos y forrajes
Cultivos Época de Siembra Rendimiento MV (t/ha)
Cortes al año Normal Óptima
Sorgo junio-septiembre agosto-septiembre 0,6-1,3 - Caña t/año mayo-julio 40-50 1 CT-169 julio Julio-agost 9,2 -11,4 2 CT-115 julio Julio-agost 10,7-14,3 3
Además, Perera (2002) explica que es una expresión cuantitativa de la autonomía
alimentaria del productor privado, quien busca la máxima suficiencia en alimentos dentro del
agroecosistema para satisfacer las necesidades de la unidad familiar y lograr cierto grado de
45
autosuficiencia. La cantidad de productos alimenticios también es un indicador de los niveles
de biodiversidad logrados. La finca alcanza rangos superiores al de 18-27 productos que,
según Monzote et al. (2001b) se encuentra comúnmente en estos sistemas.
Diversidad de árboles
Los indicadores de diversidad de producción y diversidad de árboles aparecen representados
por el índice de Shannon, que combina el número de productos o de especies de árboles
(diversidad) con el rendimiento por producto, o el número de individuos por especies
(abundancia).
En la finca evaluada se alcanzaron buenos índices de diversidad de la producción (3,23) y
diversidad de árboles (2,50). Los resultados obtenidos concuerdan con Gliesman (2001) en
que los valores del índice de Shannon tienden a ser mayores cuando la distribución de
especies e individuos es más equitativa, y para los ecosistemas naturales relativamente
diversos puede ser entre tres y cuatro.
La finca en estudio tiene una proporción aproximada de 115 árboles/ha coincidiendo con los
resultados obtenidos por Simón (1999), que plantea que un rango de 70-100 árboles por
hectáreas resulta satisfactorio, niveles superiores a estos pueden afectar el desarrollo de los
pastos.
Los árboles multipropósitos, brindan sombra, aportan forrajes y frutos, fijan nitrógeno
atmosférico, reciclan nutrientes, abaratan el costo de los cercados, conservan y mejoran el
suelo y la vegetación herbácea, protegen el potencial híbrido del lugar y sirven de hábitat a
muchas especies de animales; por lo que constituyen verdaderas joyas dentro de un sistema
diversificado, según lo planteado por Paretas (2001).
Debido a la influencia de los árboles como mejoradores del entorno y la creciente importancia
que se le concede al recurso forestal dentro de las estrategias y acciones orientadas a la
protección del medio ambiente, especialmente en la esfera agropecuaria, la diversidad
arbórea con potencial agrosilvopastoril existente en la finca. En la finca se valora la riqueza y
la abundancia proporcional de estas especies y el papel que desempeñan dentro de los
agroecosistemas.
Los resultados obtenidos coinciden con Shelton et al. (2005), quienes plantean que el uso de
forrajes de árboles como suplemento puede incrementar la producción de leche entre un 18 y
27% cuando la cantidad y calidad de los pastos no es suficiente.
46
En sentido general, en la finca las áreas de sombras son abundantes para los animales en
explotación vacunos, ovino-caprino, por lo que no están expuestos a estrés de calor durante
el día, siendo este factor favorable en los niveles productivos.
Algunas especies de árboles y arbustos forrajeros, además de producir gran cantidad de
follaje, presentan buen balance de nutrientes y pueden contribuir a reducir la dependencia de
insumos importados para la alimentación del ganado. Según Pérez (2003), el follaje de la
mayoría de las especies leñosas muestra contenidos de proteína cruda (PC) y de
digestibilidad in vitro de la materia seca (DIVMS), dos o tres veces superiores al de los
pastos tropicales y, en varios casos, también resultan superiores al de concentrados
comerciales comúnmente usados en la alimentación vacuna.
En el gráfico 2 se cuantifica de forma general y por propósito los árboles que se encuentran
dentro del sistema, estando mejor representados los postes vivos que brindan un valor
apreciable a los animales en explotación así como a la fauna silvestre de la zona y abejas,
entre otros beneficios.
Gráfico 2. Diversidad de árboles por propósito.
Anualmente se comercializan alrededor de 1 500 postes vivos de piñón cubano y 250 de
piñón botija. Estos resultados difieren de los obtenidos por Peña (2002), quien plantea que a
pesar de las ventajas ecológicas, los sistemas agroforestales son un uso de la tierra que no
da rendimientos económicos rápidamente y por ende, son pocos los incentivos para
establecerlos y mantenerlos.
Árboles por especie
0
200
400
600
800
1000
Frutales Maderables Postes vivos MelíferasTipos de árboles
47
Con lo anterior se demuestra el potencial que tiene la presencia de los árboles para la
alimentación animal y el ecosistema, los cuales pueden constituir excelentes opciones,
cuidando siempre su manejo y ordenamiento para obtener un óptimo rendimiento de ellas
(Lascano, 1996; Restrepo, 2002). En Cuba, este sistema alcanza unas 17 000 ha sembradas
(Martín et al., 2000).
Diversidad de la producción
En la tabla 10 se muestran los resultados de la producción pecuaria de la finca haciendo este
sistema autosuficiente para satisfacer las necesidades de carne, leche y producción de
huevo de los integrantes de la familia, sin el empleo de insumos externos y con prácticas
ecológicas.
Esta investigación concuerda con Preston (2002), quien señala que una estrecha integración
de la actividad pecuaria en el sistema agrícola, donde se reciclen todas las excretas, será la
base de una agricultura que puede ser altamente productiva y sostenible.
Tabla 10. Resultados de la producción pecuaria.
Producciones 2009 Leche vacuna (L) 10 500 Carne vacuna (kg) 1 387 Carne ovina (kg) 537 Carne caprina (kg) 630 Carne cerdo (kg) 427 Carne aves (varias especies) 140
La diversificación de la producción permite a los campesinos disminuir los riesgos que
dependen de factores naturales (clima y plagas) y aquellos relacionados con el mercado de
productos e insumos, como fluctuaciones en los precios o en la demanda de los productos
campesinos. En correspondencia con el aumento de la agrobiodiversidad se eleva la
autosuficiencia alimentaria, lo que se manifiesta en una mayor producción del sistema; estos
resultados confirman el potencial que tienen los sistemas integrados ganadería/agricultura
para enfrentar las limitaciones productivas de las regiones tropicales (Funes et al., 2001).
La diversificación también está estrechamente relacionada con la dualidad
autoconsumo/mercado que caracteriza a una gran parte de las sociedades campesinas
modernas, ya que permite asignar o destinar una parte de su producción a su propia
subsistencia, y otra parte al mercado. Implementar una estrategia de diversificación implica
una seria organización de la unidad campesina.
48
De esta forma se aprecia la factibilidad de aplicación de estos sistemas y la necesidad de
desarrollarlos con riqueza de especies explotadas en medio de una agricultura necesitada de
altas producciones, con eficiencia y sin afectar al ambiente (Fundora y Tellería, 2010).
Con esta diversificación e integración se logra crear un ambiente de confort para todo los
tipos de crianza y permite el empleo de los subproductos de la agricultura en la alimentación
de los diferentes tipos de animales, cuyas excretas ayudan a mantener tanto la fertilidad de
la áreas de pastoreo como la parte agrícola, donde se extraen anualmente grandes
cantidades de nitrógeno, fósforo y potasio por las cosechas que se obtienen (Funes-
Monzote, 2004).
3.6 Aspectos sociales
El promedio de edad de los trabajadores de la finca es de 35 años y 12 grado de escolaridad.
En la finca viven el administrador, la esposa, el padre (eventualmente) y un niño. Utilizan un
hombre para determinados tipos de labores. El jefe de la finca es Técnico medio y matriculó
en la Universidad en la carrera de agronomía, la esposa es Técnico medio en Veterinaria, y
el padre es Ingeniero Pecuario y posee conocimientos sobre la Agroecología. Rivero (2002)
plantea que el factor social es determinante para el éxito de las tecnologías a implementar.
El relevo generacional esta en función de la formación profesional, el grado de escolaridad
de los integrantes de la familia es muestra de su preparación para seguir enriqueciendo los
elementos que forman parte de la cultura campesina.
La finca como centro de capacitación para la comunidad se encuentra insertada en varios
proyectos como el Programa de Innovación Agropecuaria Local de la Universidad de Las
Tunas (ULT), el proyecto de producción de leche de ACPA, también forma parte del proyecto
de campesino a campesino, entre otros; lo que transferir conocimientos y tecnologías a los
demás productores de la zona y la diseminación e importancia de la necesidad de diversificar
los sistemas del Consejo Popular No. 9 (Villanueva) y del municipio.
En el contexto actual cubano, a partir de la necesidad de aplicar alternativas viables y
ecológicas y la puesta en marcha del decreto ley-259 de la entrega de tierras en usufructo,
se trabaja por convertir este tipo de fincas en escuelas para el aprendizaje y la generalización
de tecnologías que van encaminadas a lograr la eficiencia y la productividad de los
agroecosistemas.
49
Para lo antes mencionado se trabajó en el diseño y elaboración de aulas rústicas en
diferentes fincas, en las que ya se han desarrollado talleres participativos en la zona,
logrando el intercambio de experiencias y el conocimiento de nuevas tecnologías productivas
para que los campesinos las apliquen en sus sistemas productivos.
3.7 Aspectos económicos
El valor total de la producción de la finca “Las Palmitas” en el año 2009 fue de $ 66 383,93
(tabla 11), correspondiendo a la producción pecuaria el mayor aporte a la economía del
sistema, aunque el valor total de la producción agrícola fue significativo. Según Fonseca y
Vázquez (2004), la diversificación de la producción es la vía más certera para obtener
buenos resultados económicos y productivos.
Tabla 11. Producciones de la finca año 2009.
Renglón UM Cantidad Precio unitario * Importe en $ M.N Leche vacuna L 10 500,0 2,5 26 250,00 Carne ovina kg 537,0 13,0 7 002,48 Carne cerdo kg 427,0 23,9 10205,80 Yuca kg 4 997,9 2,0 9795,90 Calabaza kg 209,8 0,9 182,49 Plátano burro kg 501,4 1,1 541,51 Mango kg 9 995,8 0,3 3298,61 Plátano fruta kg 450,0 1,0 468,00 Ñame kg 119,6 0,7 77,74 Frijol carita kg 980,0 2,9 2793,00 Tomate kg 2 530,0 2,3 5768,40 Ingreso total 66 383,93
*Los precios unitarios que aquí se establecen son los precios topados para el año 2009 propuestos por la delegación territorial de la agricultura y aprobados por el gobierno de la provincia de Las Tunas.
De esta forma se puede valorar el comportamiento de la producción (gráfico 3), donde tanto
la producción pecuaria como la agrícola contribuyeron de forma importante en los resultados
económicos, lo cual coincide con los resultados alcanzados por Jova et al. (2001) en
sistemas integrados de producción agropecuaria.
50
0
5000
10000
15000
20000
25000
30000
Lech
e vac
una
Carne o
vina
Carne c
erdo
Yuca
Calaba
za
Plátan
o burr
o
Mango
Plátan
o frut
aÑam
e
Frijol c
arita
Tomate
Producto
Valo
r
Gráfico 3. Comportamiento de la producción pecuaria y agrícola.
La biodiversidad lograda en la finca permite plantear la positiva estabilidad ecológica y
económica que debe tener el agroecosistema, asegurado en la medida en que se alcance un
manejo adecuado del suelo, los cultivos y los animales.
El desarrollo de actividades que generen ingresos, diversifiquen la producción, prioricen el
uso de recursos naturales disponibles, minimicen los insumos externos, promuevan la
agricultura familiar, apliquen las tecnologías ecológicas, traerá consigo la factibilidad
económica.
51
CONCLUSIONES
El diagnóstico y evaluación del estudio de caso de la finca “Las Palmitas” permitió realizar
una caracterización agroecológica y un inventario de la biodiversidad, que permitió
evaluar su funcionalidad, a partir del diseño de un modelo de análisis de los indicadores,
la diversidad de árboles, la diversidad de la producción y la riqueza de especies.
Los indicadores de biodiversidad identificados tuvieron valores óptimos que contribuyeron
a la funcionalidad de los sistemas diversificados. Se comprobó que este hecho garantiza
la protección del medioambiente, el uso racional de los recursos locales, la eficiencia y la
productividad.
El modelo de análisis a través de indicadores seleccionados puede ser considerado un
modelo de referencia para posteriores estudios de los indicadores de la diversidad
funcional de un sistema de manejo tradicional, con alto nivel de diversificación e
integración.
52
RECOMENDACIONES
Incorporar los resultados de este estudio en los programas de capacitación y superación
postgraduada del sector agropecuario para su implementación en el diseño de integración
del complejo docente-científico-productivo.
Difundir los resultados obtenidos a otras localidades de la provincia.
Continuar aplicando y perfeccionando las tecnologías y los modelos de sistemas
agroecológicos hasta lograr diversificación, eficiencia y productividad.
53
BIBLIOGRAFÍA 1. Academia Ciencias de Cuba. 2010. Caracterización edafoclimática de la provincia de Las
Tunas. Informe del Centro de Meteorología Provincial Las Tunas. Impresión Libre. 11 p.
2. Altieri, M.A. 1994. Bases agroecológicas para una producción agrícola sustentable.
Agricultura Técnica (Chile). 54 (40): 373-386.
3. Altieri, M.A. 1996a. El “estado del arte” de la agroecología y su contribución al desarrollo
rural en América Latina. En Agroecología y Agricultura Sustentable. CLADES-CEAS-IS-
ISCAH (La Habana, Cuba) 60-77 p.
4. Altieri, M.A. 1996b. El Agrosistema: determinantes, recursos y procesos. En:
Agroecología y Agricultura Sustentable. CLADES-CEAS-IS-ISCAH (La Habana, Cuba),
102-121 p.
5. Altieri, M.A. 1997. Agroecología. Bases científicas para una agricultura sustentable.
CLADES/ACAO, La Habana, Cuba. 249 p.
6. Altieri, M. A. 1999. Bases agroecológicas para una agricultura sustentable. En: García, L.
Agroecología y Agricultura sustentable. Modulo I: Agroecología: Bases históricas y
teóricas. 2ª ed. La Habana: CEAS-UNAH. 90-111 p.
7. Altieri, M.A. 2001. Agroecología: Principios y estrategias desde la perspectiva Cubana.
En: Transformando el campo cubano. Casa editor ACTAF, 1ra edición, La Habana, Cuba.
284 p.
8. Altieri, M.A. 2004. Linking ecologists and traditional farmers in the search for sustainable
agriculture. Frontiers in Ecology and the Environment 2: 35-42.
9. Altieri, M.A. (ed.) 2009. Vertientes del pensamiento agroecológico. Sociedad Científica
Latinoamericana de Agroecología (SOCLA) Medellín, Colombia. 364 p.
10. Altieri, M. A., Nicholls C.I. 2011. El potencial agroecológico de los sistemas agroforestales
en América Latina. Revista de agroecología Leisa 27 (2), 32-34.
11. Bellon, M.R. 2001. Participatory research methods for technology evaluation: A manual
for scientist working with farmers. CIMMYT, Mexico, D. F., Mexico.
12. Brookfield, H., Padoch, C. 1994. Appreciating agrodiversity: A look at the dynamism and
diversity of indigenous farming practices. Environment 36 (5), 6-8.
13. Brookfield, H., Stocking, M. 1999. Agrodiversity: Definition, description and design. Global
Environmental Change 9, 77-80.
54
14. Castillo, P.N. 2008.Tesis presentada en opción al grado científico de Doctor en Ciencias
Tecnicas y agropecuarias. Universidad Polictenica de Madrid. España. 116 p.
15. Castro, R. 2008. Mientras mayores sean las dificultades, más exigencia, disciplina y
unidad se requieren. Discurso pronunciado en las conclusiones de la sesión constitutiva
de la Asamblea Nacional del Parlamento cubano. Granma, Febrero 25, 2008.
16. Cervantes, Migdalia., Pereda, J., Fernández, A., Monzote, M., Muñoz, D. 2007. Una
hectárea sostenible. En: MEMORIAS SIGA. III Simposio Internacional sobre Ganadería
Agroecológica. Santi Espíritus. 3 al 5 Diciembre 2007. 62-63 p.
17. Checkland, P., Holwell, S. 1998. Action research: Its nature and validity. Systemic
Practice and Action Research 11 (1), 9-21.
18. Checkland, P., 1999. Systems thinking, systems practice. John Wiley., Sons,
Chichester, UK. 19. CITMA (Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente). 1997. Estrategia nacional
ambiental de la República de Cuba. CITMA. La Habana.
20. Conway, G. 1985. R Agroecosystems analysis. Agricultural Administration 20: 31-55.
21. Crespo G., Rodríguez, I. 2009. El reciclaje de nutrientes en el sistema suelo-planta-
animal. II Simposio Científico – Técnico. Varadero. Matanzas. Mayo. 120-121 p.
22. De Schutter, O. 2010. Report submitted by the Special Rapporteur on the right to food.
Un General Assembly. Human Rights Council Sixteenth Session, Agenda item 3
A/HRC/16/49.
23. Díaz Casas, R. F. 1998. Alimentos no convencionales y suplementos alimenticios. En:
Producción bovina sostenible. La Habana. ACPA. 75-89 p.
24. Díaz, V. J. 1999. Contribución a una metodología para la caracterización agroecológica
de fincas y su validación en la “Vaquería 25” de la UNAH. Tesis en opción al título
académico de Master en Ciencias. CEAS-UNAH. La Habana, Cuba. 76 p.
25. FAO. 1991. Desarrollo de sistemas agrícolas, pautas para la conducción de un curso de
capacitación. Organización de las naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.
Roma, Italia. 504 p.
26. FAO. 1999. Anuario de producción. Roma. Italia. FAO.
27. FAO. 2002a. La Economía Mundial. Los Bosques al Servicio del Desarrollo. 3 p.
55
28. FAO. 2002b. Biodiversity and the Ecosystem Approach in Agriculture, Forestry and
Fisheries. FAO Inter-departamental Working Group on Biological Diversity for food and
agriculture. 312 p.
29. Fernández, M. O. 1998. Diagnóstico agroecológico de la UBPC “7 de diciembre”,
provincia de Villa Clara. Tesis en opción al título académico de Máster en Agroecología y
Agricultura Sostenible. CEAS-UNAH, La Habana, Cuba. 77 p.
30. Fonseca, L.; Vázquez, M. L. 2004. Gestión Económica integral de la UBPC “Maniabo”,
Las Tunas. Cuba. Memorias II Simposio Internacional sobre ganadería Agroecológica
(SIGA). La Habana. IIPF. 29-30 p.
31. Funes, F., García, L., Bourque, M., Pérez, Nilda. & Rosset, P. M. (eds.), 2001.
Transformando el campo cubano: Avances de la agricultura sostenible. Asociación
Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales, La Habana. 286 p.
32. Fundora Mayor Zoila., Tellería, Teresita. 2010. La sensibilidad sobre la conservación de la
diversidad vegetal. Revista Agricultura Orgánica. 16 (2), 7.
33. Funes-Monzote, F., Marta Monzote., E. Latinga. 2002. Ecological Framework for
Assessment of Sustainability (ECOFAS) to design Alternative Mixed Crop/livestock
Farming Systems in Cuba. Proceedings of XIV IFOAM Congress, Victoria, Canadá. 111
p.
34. Funes-Monzote, F. 2004. Integración ganadería-agricultura con bases agroecológicas.
Plantas y animales en armonía con la naturaleza y el hombre 3a ed. La Habana: ANAP-
IIPF. 57 p.
35. Funes-Monzote, F.R., Monzote, M., Lantinga, E.A., Ter Braak, C.J.F., Sánchez, J.E.,
Van Keulen, H. 2009. Agro-Ecological Indicators (AEIs) for dairy and mixed farming
systems classification: Identifying alternatives for the Cuban livestock sector. Journal of
Sustainable Agriculture 33 (4), 435-460. DOI: 10.1080/10440040902835118.
36. Funes-Monzote, F.R. 2009. Agricultura con futuro. La alternativa agroecológica para
Cuba, Indio Hatuey, Matanzas. 196 p.
37. Funes-Monzote, F.R., Monzote, M., Lantinga, E.A., Van Keulen, E. 2009. Conversion of
specialised Dairy Farming Systems into sustainable Mixed Farming Systems in Cuba.
Environment, Development and Sustainability 11, 765-783. DOI: 10.1007/s10668-008-
9142-7.
56
38. Funes-Monzote, F.R., Freyre-Roach, E.F. (Eds) 2010. Transgénicos: ¿Qué se gana?
¿Qué se pierde? Textos para un debate en Cuba, Acuario, La Habana. 320 p.
39. Funes, F., Funes-Monzote, F.R. 2009. El Movimiento Orgánico y Agroecológico en
Cuba: Apuntes Generales. II Simposio Científico – Técnico. Varadero. Matanzas. Mayo.
15-17 p.
40. García, L., Marrero, P. 1999. Agroecología y medio de producción rural. Diagnóstico
agroecológico. Monografía. Dirección de información científica y tecnológica. UNAH. La
Habana. Cuba. 33 p.
41. Garcés, F. Yanelys., González, A., Fernández, J., Losada, A. 2007. Integración
Ganadería-Agricultura en la CCS “Gerardo Rodríguez” del Municipio Las Tunas. En:
MEMORIAS SIGA. III Simposio Internacional sobre Ganadería Agroecológica. Santi
Spiritus. 3 al 5 Diciembre 2007.
42. Glisessman, S. R. 2001. Agroecology: Ecological Processes in sustainable Agriculture,
CRL Lewis publishers, Boca Raton.
43. Gliessman, S. R. 2006. Agroecology: The ecology of sustainable food systems.
CRC Lewis Publishers, Boca Raton, USA. 44. Godfray, C., Beddington, J.R., Crute, I.R., Haddad, L., Lawrence, D., Muir, J.F., Pretty, J.,
Robinson, L., Toulmin, S.M. 2010. Food security: the challenge of feeding 9 billion people.
Science 327, 812-818.
45. Gómez Ángela M., Forero, J., Corrales, Elay. 2004. Viabilidad económica, cultural y
ambiental de sistemas de producción ganaderos alternativos de ladera en Colombia.
Memorias. II Simposio Internacional sobre ganadería agroecológica (SIGA) La Habana:
IIPF. 15-16 p.
46. González, A., Fernández, P., Bu, A., Polanco, Carmen., Aguilar, R., Dresner, J., Tansini,
R. 2004. La ganadería en Cuba: desempeño y desafíos. Instituto Nacional de
Investigaciones Económicas. (INIE). Ciudad de la Habana. Cuba. 287 p.
47. Granma. 2006. Necesarios cambios en relaciones con el sector cooperativo-campesino.
Granma, diciembre 18, 2006.
48. Hernández, A. 1999. Nueva versión de clasificación genética de los suelos de Cuba.
Instituto de Suelos del Ministerio de La Agricultura de Cuba. Agrinfor, La Habana. 64 p.
49. Hernández, H., Hernández; Maria E., Martínez; H. L.; Rodríguez, E., Ávila H., Vega
Susana., Cancio, T. 2004. Resultados productivos de la finca agroecológica. “La
57
Bienvenida”, Santi Spiritus, Cuba. Memorias II Simposio Internacional sobre Ganadería
Agroecológica (SIGA) La Habana. IIPF. 23-24 p.
50. Herrero, M., Bossio, D., Thornton, P. K., Dixon, J., Macmillan, S., Notenbaert, A. M.,
Peters, M., Gerard, B., Van de Steeg, J., McDermott, J., Wood, S., Seré, C., Lynam, J.,
Msangi, S., Freeman, H. A., Parthasarathy Rao, P., Rosegrant, M. 2007. IMPACT:
Generis Household-level Databases and Diagnostic Tools for Integrated Crop-livestock
Systems Analysis. Agricultural Systems 92, 240-265.
51. IAASTD (International Assessment of Agricultural Knowledge, Science and Technology
for Development). 2009. Agriculture at a Crossroads. In: International Assessment of
Agricultural Knowledge, Science and Technology for Development Global Report, Island
Press. Washington, D.C.
52. Iglesias, I., Milera, M., Simón, L., Hernández, E., Castillo, E., Ruiz, R. 2007. Sistemas
silvopastoriles para producir carne vacuna. Revista ACPA 26 (3), 51.
53. Iraola, J., Muñoz, E., Torres, V. 2007. Caracterización de pequeñas fincas. I. Significado
Familiar para la finca. En: CD II Congreso Internacional de Producción Animal Tropical. IV
Encuentro Regional de Extensión, Transferencia de Tecnologías y Desarrollo Rural. La
Habana. ICA.
54. Jova, Yenima., Pereda, J., Cervantes, Migdalia., Ramos, R. 2001. Indicadores socio
económicos en una finca agroecológica del municipio de Jimaguayú, Camaguey.
Memorias. En: I Simposio Internacional sobre Ganadería Agroecológica. (SIGA). La
Habana: IIPF. 35-36 p.
55. Katrin, A. 1997. El diagnóstico rural participativo: Un método para la planificación de
proyectos en comunidades rurales. En: Manual para el Sistema Regional de
Transferencia Tecnológica Agropecuaria. (Modulo 11). CIAT, México. 94 p.
56. Kenmore, P. 2003. Biodiversity and the ecosystem approach in agriculture,
forestry and fisheries. Proceedings of the Satellite event on the occasion of the
Ninth Regular Session of the Commission on Genetic Resources for Food and
Agriculture. FAO Inter-Departmental Working Group on Biological Diversity, FAO,
Rome, Italy.
57. Lascano, C. E. 1996. Oportunidades y retos en la utilización de leguminosas arbustivas
como forraje de doble propósito. En: leguminosas forrajeras arbóreas en la agricultura
tropical. Universidad de Zulia. Venezuela. 29 p.
58
58. Lok, S. 2005. Estudio y selección de indicadores de la estabilidad en el sistema suelo-
planta de pastizales en explotación. Tesis presentada en opción al grado de Doctor en
Ciencias Agrícolas. Instituto de Ciencia Animal, La Habana. 130 p.
59. Lópes Pérez, A. 2009. Propuesta metodológica para el desarrollo sostenible de los
agroecosistemas. Contribución al estudio de la agrobiodiversidad”. Estudio de caso:
Comunidad “Zaragoza”, La Habana, Cuba. Tesis de doctorado INCA, La Habana.
60. López-Ridaura, S., Masera, O., Astier, M. 2004. Evaluating the sustainability of complex
socio-enviromental systems. The MESMIS framemurk. Ecological Indicators. 35(20), 1-14.
61. Machuca, J. A. 2007. Crianza Animal Integrada Andar de Nueva Agricultura. Editorial
Oriente. Guantánamo. 330-331 p.
62. Machín-Sosa, B., Roque-Jaime, A. M., Ávila-Lozano, D. R., Rosset, P. M. 2010.
Revolución agroecológica: El Movimiento de Campesino a Campesino de la ANAP en
Cuba. ANAP, La Habana. 80 p.
63. Mannetje, L., Haydock, K. D. 1963. The dry-weight-rank method of the botanical analysis
of posture. J. Brit. Grassl. Soc. 18:Z 68-275.
64. Martin, G. Milera., Simón, L., Hernández, I., Iglesias, J., González, E. 2000. La
agroforestería para la producción animal en Cuba. Revista de pastos y Forrajes de la
EEPF Indio Hatuey. 23:251.
65. Masera, O., Astier, M., López-Ridaura, S. 1999. Sustentabilidad y manejo de recursos
naturales. El marco de la evaluación MESMIS. Grupo Interdisciplinario de Tecnología
Rural Apropiada. A.C. México: Mundi Prensa. 109 p.
66. McCracken, J. A., Pretty, J. N., Conway, G. R. 1998. An Introduction to Rapid Rural
Appraisal for Agricultural Development, International Institute for Environment and
Development, London, Reino Unido.
67. Méndez, B. A. 2010. Desequilibrio Ecológico: Un reto para las actuales generaciones.
Universidad del pacífico. Buenaventura - Valle del cauca. Colombia. 47-64 p.
68. MINAGRI. 2009. Movimiento de Agricultura Urbana. Informe de la Delegación Provincial
de la Agricultura Las Tunas. Impresión Libre. 7 p.
69. Monzote, Marta., Funes-Monzote, F. 1997. Integración ganadería-agricultura: Una
necesidad presente y futura. Revista de Agricultura Orgánica 3(1), 7-10 p.
59
70. Monzote, Marta., Funes-Monzote, F. 2003. Experiencias Metodológicas para evaluar el
proceso de conversión de la producción bovina hacia una ganadería integrada
agroecológica. En: Funes, F, ed. Curso Internacional. Ganadería. Desarrollo sostenible y
Medio Ambiente. Metodologías. (Módulo IV). La Habana: IIPF-MES. 40-55 p.
71. Monzote, Marta., Funes-Monzote, F., Martínez, H. L., Pereda, J., Serrano, D., Suárez,
J. J., Gonzáles, A., Rodríguez, Maria., Fernández, J., Rodríguez, E., Cino, Delia M.,
Cordov, E., Sosa, Maricela. 2001a. Desarrollo de diseños ganadería-agricultura a
pequeña y mediana escalas. Memorias, I Simposio Internacional sobre Ganadería
Agroecológica (SIGA) La Habana: IIPF. 131-133 p.
72. Monzote, Marta., Muñoz, E., Funes-Monzote. 2001b. Integración ganadería agricultura.
En: Transformando el campo cubano. Avances de la Agricultura sostenible, ACTAF-
CEAS. Ciudad de la Habana. Cuba. 235-256 p.
73. Murgueitio, R., M. Ibrahim. 2003. Agroforesteria pecuaria para la reconversión de la
ganadería en Latinoamérica. Retos Futuros. Curso Internacional: Ganadería, Desarrollo
Sostenible y Medio Ambiente. Modulo V, 30-39 p.
74. Muñoz, E. 2003. Uso de tierras integrando cultivos y crianzas con bases agroecológicas.
En: Curso Internacional de Ganadería, Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente.
Diagnóstico y Marco conceptual (Módulos I y II). Instituto de Investigaciones de Pastos y
Forrajes. La Habana. Cuba.
75. Noa, M. A. 2002. Biodiversidad y conservación. Universidad Pedagógica Félix Varela.
Villa Clara.
76. Paneque, V. M., Calaña, J. M. 2004. Abonos orgánicos. Conceptos prácticos para su
evaluación y aplicación. Edición ACTAF. La Habana. Cuba. 54 p.
77. Paretas, J. 2001. Árboles multipropósitos para los sistemas ganaderos del país. Rev.
ACPA. 14(01), 39-45.
78. Pedraza, R. M. 2005. Sistema de producción animal y la necesidad de utilizar los
recursos locales. Revista ACPA 24 (1), 50-51.
79. Peña, H., Díaz, J. A., Martínez, T. 1996. Fruticultura tropical. Instituto colombiano para el
fomento de la educación superior. Tomo I. 65, 216 p.
80. Peña, Caridad. 2002. Factores que influyen en el deterioro económico-productivo de la
UBPC “Factor Rojo” Trabajo de curso; Organizaciones cooperativas. La Habana. 11 p.
60
81. Perera, A. 2002. Evaluación de la metodología “de Campesino a Campesino” utilizada
para la promoción de la agricultura agroecológica. Tesis en opción al título académico de
Master en Agroecología y Agricultura Sostenible. CEAS-UNAH, La Habana. Cuba. 95 p.
82. Pérez, R. 2003. La Ganadería Cubana en transición. En: Curso Internacional de
Ganadería, Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente. Diagnóstico y Marco Conceptual.
(Modulo I y II) IIPF. La Habana, Cuba, 62-72 p.
83. Pérez, R., Pérez-Osorio, R., Oquendo, G. 2004. Producción agropecuaria con enfoque
agroecológico en una finca de Holguín. Cuba .Memorias. En: II Simposio Internacional
sobre Ganadería Agroecológica (SIGA). La Habana: IIPF. 45-46 p.
84. Perfecto, I., J. Vandermeer., A. Wright. 2009. Nature’s matrix: linking agriculture,
conservation and food sovereignty. Earthscan, London. 272 p.
85. Pimentel, D., Hepperly, P., Hanson, J., Douds, D., Seidel, R. 2005. Environmental,
energetic and economic comparisons of organic and conventional farming systems.
Bioscience 55, 573-582.
86. Preston, T. 2002. Hacia sistemas integrados a partir de recursos locales. LEISA. 17 p.
87. Pretty, J. 2002. Agri-culture: Reconnecting people, land and nature. Earthscan, London,
UK. 261 p.
88. Pretty, J. N., Noble, A. D., Bossio, D., Dixon, J., Hine, R., Penning, T., Devries, Morrison I.
L. 2006. Resource-conserving Agriculture Increases Yields in Developing Countries»,
Environmental Science and Technology, No. 40, 2006. 1114-1119 p.
89. Pretty, J., Sutherland, M. J., Ashby, J., Auburn, J., Baulcombe, D., Bell, M., Bentley, J.,
Bickersteth, S., Brown, K., Burke, J., Campbell, H., Chen, K., Crowley, E., Crute, I.,
Dobbelaere, D., Edwards-Jones, G., Funes-Monzote, F.R., Godfray, H. C. J., Griffon, M.,
Gypmantisiri, P., Haddad, L., Halavatau, S., Herren, H., Holderness, M., Izac, A., Jones,
M., Koohafkan, P., Lal, R., Lang, T., McNeely, J., Mueller, A., Nisbett, N., Noble, A.,
Pingali, P., Pinto, Y., Rabbinge, R., Ravindranath, N.H., Roling, N., Sage, C., Settle, W.,
Sha, J.M., Shiming, L., Simons, T., Smith, P., Strzepeck, K., Swaine, H., Terry, E.,
Tomich, T. P., Toulmin, C., Trigo, E., Twomlow, S., Vis, J. K., Wilson, J., Pilgrim, S. 2011a.
Las cien preguntas más importantes para el futuro de la agricultura global. International
Journal of Agricultural Sustainability 9 (1), 1-20. DOI: 10.3763/ijas.2011.0100
61
90. Pretty, J., C.Toulmin., S. Williams. 2011b. Sustainable intensification in African
Agriculture. International Journal of Sustainable Agriculture 9: 5-24.
91. Restrepo, L. 2002. Relaciones entre la cobertura arbórea en potreros y la producción
bovina en fincas ganaderas en el trópico seco, Cañas, Costa Rica. Tesis en opción al
título académico de Máster en Desarrollo Sostenible de los Sistemas Agrarios. CATIE.
Turrialba, Costa Rica. 102 p.
92. Ribaski, J. 2000. Influencia da algarroba (Prosopis juliflora (SW) DC.) sobre a
disponibilidade e qualidade da forragem de capim-búfel (Cenchrus ciliaris) na região
semi-árida brasileira. Tese (Doutorado) - Escola de Florestas - Universidade Federal do
Paraná, Curitiba, 165 p.
93. Riechmann, J. 2004. Agricultura, Ganadería y Seguridad alimentaria: La necesidad de un
giro hacia sistemas alimentarios sustentables. Disponible en:
http://ww.isias.net/ma/areas/seguridad/seg 25 puf.
94. Ríos, H., Vargas, D., Funes-Monzote, F.R. (comps.). 2011. Innovación agroecológica,
mitigación y adaptación al cambio climático. La Habana. 248 p.
95. Rivero, J. L. 2002. Establecimiento de fincas integradas de referencia para los municipios
tuneros. Proyecto de innovación tecnológica. Estación Experimental de Pastos y Forrajes
de las Tunas. Instituto de Investigaciones de Pastos y Forrajes. MINAGRI. Las Tunas.
11 p.
96. Rodríguez, R. 2007. Leguminosas arbustivas: Una necesidad para la recuperación
ganadera en Cuba. Revista ACPA 26 (1), 53.
97. Rodríguez Idalmis., Crespo, G. 2008. Reciclaje de nutrientes en los agroecosistemas de
pastizales. ICA.
98. Rosales del Toro, U. 2009. Décimo Seminario Nacional de la Agricultura Urbana y
Primero de la Suburbana. La Habana.
99. Rosset, P. 1998. La crisis de la agricultura convencional, la sustitución de insumos y el
enfoque agroecológico. Policy brief Institute for food and development policy. (California,
USA) 15 p.
100. Rosset, P. 1999. “La crisis de la agricultura convencional, la sustitución de insumos y el
enfoque agroecológico” En: García, L. 1999. Agroecología y Agricultura sostenible. Curso
para Diplomado de Postgrado. Módulo I Agroecología: Bases Históricas y teóricas. La
Habana: (CEAS-UNAH- ACTAF). 2-12 p.
62
101. Rosset, P. M. 2009. Food sovereignity in Latin America: confronting the new crisis.
NACLA Report on the Americas. May-June, 16-21
102. Ruiz, T. E., Febles, G., Jordán, H., Castillo, E., Galindo, J. 2000. sistemas
silvopastoriles. Análisis conceptual de las investigaciones. Los árboles y arbustos en la
ganadería tropical. IV Taller Internacional Silvopastoril, del 29 de Noviembre al 1 de
diciembre del 2000. Estación Experimental de Pastos y Forrajes “Indio Hatuey”, Central
España Republicana, Matanzas, Cuba.499 p.
103. Sánchez, P. A. 1994. Tropical soil fertility research towards the second paradigm. 15 th.
World Congress of Soil Science. Inaugural and state of the art conferences (Volumen I).
Acapulco. México. 65 p.
104. Sánchez Saray. 2009. Manejo integrado de la fertilidad del suelo en ecosistemas
agropecuarios. II Simposio Científico Agrodesarrollo 2009. Varadero. Matanzas. Mayo.
121 p.
105. Schiere, J. B., Ibrahim, M. N. M., Van Keulen, H. 2002. The role of livestock for
sustainability in mixed farming: Criteria and scenario studies under varying resource
allocation. Agriculture, Ecosystems and Environment 90, 139-153.
106. Shelton H. M., S. Franzel., M. Peters. 2005. Adaptation of tropical legume. Technology
around the world: analysis of success. En: Grassland a global resource. Editado por D.A.
Mc Gilloway: XX International Grassland Congress, Dublin, Ireland, del 26 Junio al 1 de
Julio 2005. 149 p.
107. Silva, E. E., Azevedo, P. H. S., Almeida, M. M. T. 2009. Indicadores de Calidad del
Suelo en diferentes Sistemas de Cultivos de Taro, bajo manejo orgánico. Revista
Brasileña de Agroecología. 4 (2).
108. Sylvia, D. M., Fuhrmann, J. J., Hartel, P. G., Zuberer, D. A. 2005. Principles and
applications of soil microbiology. Pearson Prentice Hall, New Jersey, USA. 640 p.
109. Simón, L. 1999. Sistemas silvopastoriles. Formas y uso. Rev. ACPA V 4(99). 83 p.
110. Simón, L. 2001. Resultados en la aplicación de los sistemas silvo pastoriles para la
producción de leche y carne en Cuba. Conferencia del Cuarto Encuentro Internacional
Silvo pastoril. EEPF Indio Hatuey, Matanzas.
111. Spedding, C. R. W. 1998. An introduction to agricultural systems, 2nd Edition. Elsevier,
Amsterdam, The Netherlands.
63
112. Tilman, D., Cassman, K. G., Matson, P., Naylor, R., Polasky, S. 2002. Agricultural
sustainability and intensive production practices. Nature 418, 671-677.
113. Toledo, V. M., N. Barrera-Bassols. 2009. La Memoria Biocultural: la importancia
ecológica de las sabidurías tradicionales. ICARIA Editorial, Barcelona.
114. Toledo Loyda, Valladares, J. A. 2010. Biodiversidad en La Esperanza. Revista ACPA
№1. 13-15 p.
115. Trabajadores. 2011. Sencillamente guajiro. 16 de mayo.
116. Treto, E., García, M., Martínez, R., Febles, J. 2001. Avances en el manejo del suelo y la
nutrición orgánica. En: Funes, F., García, L., Bourque, M., Pérez, N., Rosset, P. (eds.),
Transformando el campo cubano: Avances de la agricultura sostenible. ACTAF, La
Habana. 167-190 p.
117. UNEP. 1992. Convention on biological diversity. United Nations Environmental
Programme, Nairobi, Kenya.
118. UNESCO. 2000. La biodiversidad: fuente de toda vida. Revista el Correo de la
UNESCO. Mayo. 16-37 p.
119. Uphoff, N. 2002. Agroecological Innovations: Increasing Food Production with
Participatory Development. Earthscan, London. 306 p.
120. Van Keulen, H., Lantinga, E., A Van Laar, H. (eds.). 1998. Mixed farming systems in
Europe. Landbouwuniversiteit Wageningen, Wageningen, Holanda. 231 p.
121. Vandermeer, J. 1995. The ecological basis of alternative agriculture. Ann., Rev. Ecol.
Syst. 26:201-224
122. Vandermeer, J., Van Noordwijk, M., Anderson, J., Ong, C. H., Perfecto, I. 1998. Global
Change and Multi-species Agroecosystems: Concepts and Issues. Agriculture,
Ecosystems and Environment 67, 1-22.
123. Vázquez, M. L. L. 1999. Curso sobre bases agroecológicas para el manejo integrado de
plagas. Matanzas. Del 22 al 26 de febrero.
124. Vázquez, M. L. L. 2011. Cambio climático, incidencia de plagas y prácticas
agroecológicas resilientes. En: Ríos, H., Vargas, D., Funes-Monzote, F.R., (comps.).
Innovación agroecológica, adaptación y mitigación del cambio climático. INCA, Habana.
pp. 75-102. ISBN: 978-959-7023-53-1.
125. Virasoro, C. 1996. Conservación de la biodiversidad. Las múltiples formas de acción.
Cartilla de Difusión No. 7. Museo Prov. C. Naturales “F. Ameghino” (Santa Fe,
Argentina). 9 p.
64
126. Wezel, A., S. Bellon, T., Doré, C. Francis., D. Vallod, C. David. (2009) Agroecology as a
science, a movement, and a practice. Agronomy for Sustainable Development, 29(4):
503–515.
127. Wright, J. 2005. Falta petroleo! Cuba´s experiences in the transformation to a more
ecological agriculture and impact on food security. Wageningen. University,
Wageningen, Holanda. 351 p.
Anexo 1. Encuesta utilizada para la caracterización de la finca.
Estación Experimental de Pastos y Forrajes. Las Tunas MINISTERIO DE LA AGRICULTURA
Fecha_______ Año que se evalúa ________ Nombre del productor: ___________________________________________________ Origen de la propiedad: Heredada ____ Comprada ____ Cambiada ____ Usufructo__ Años de constitución de la finca: _______ años. 1.- Identificación y localización de la finca Nombre de la Finca: ________________________ Municipio: _________________ Provincia: ________________________ 2.- Áreas de la finca (U.M. hectáreas) Total_________ Agrícola________ Instalaciones_________ Accidentes nat.________ Pastos_________ Natural________ Cultivado_________ Leguminosas_________ Forrajes_________ King grass_________ Caña_________ Otros________ Otros ___ Cultivos________ Arboleda _________Monte y manigua________ Aroma y Marabú_________ 3.- Propósito productivo Leche_______ Carne_______ Agrícola_______ Mixta_______ Indefinida_______ Otro________ 4.- Tipo de organización a que pertenece Granja Estatal_____ Productor individual_____ UBPC_____ CPA_____ CCS_____ Usufructuario_____ Nombre de la organización (Empresa, UBPC, CPA, CCS) _______________________ 5.- Infraestructura Vías de acceso: B_____ R_____ M_____ Tipo de instalaciones: Típica_____ Rústica____ Capacidad instalada (U.M. número de animales): Constructiva_____ Actual_____
Instalaciones Naves de sombra Sí____ No_____ Condiciones B_____ R_____ M_____ Nave de ordeño Sí_____ No_____ Condiciones B_____ R_____ M_____ Nave de maternidad Sí_____ No_____ Condiciones B_____ R_____ M_____ Estercolero Sí_____ No_____ Condiciones B_____ R_____ M_____ Almacenes Sí_____ No_____ Condiciones B_____ R_____ M_____ 6.- Abasto y suficiencia de agua para los animales (marque X) Abasto de agua para beber y otros usos: B_____ R_____ M_____ Tipo de método de abasto: Acueducto_____ Presa_____ Río_____ Pipa_____ Tranque_____ Pozo_____ Molino de viento_____ 7.- Fuentes de energía (marque X) Eléctrica_____ Eólica_____ Combustible_____ Biogás_____ 8.- Equipos e implementos (marque X) Tractor_____ Carreta_____ Yunta de bueyes_____ Carretones_____ Pipa_____ Molino forrajero _____ Molino de granos_____ Arado_____ Surcador_____ Chapeadora_____ 9.- Estado de los cercados y mangas (marque X) B_____ R_____ M_____ Número de cuartones_____ Tipo de cercado: Alambre púas: ________ Eléctrico: ________ Otros________ 10.- Intensidad de la fuerza de trabajo (U.M. número de trabajadores y horas) Trabajadores totales vinculados con la producción _______ Técnicos_____ Administrador_______ Horas promedio de trabajo diario _____ Horas hombre totales diario _____ Horas de trabajo anual ______
11.- Biodiversidad animal y vegetal (U.M. número de cultivos o crianzas económicas) ESPECIES DE ANIMALES Especies No. de individuos Especie No. De individuos ESPECIES DE PLANTAS Cultivos Área Pastos y Forrajes Área ESPECIES DE ÁRBOLES Frutales No.
Individuos Forestales No. individuos Postes vivos No. individuos
12.- Producciones totales y rendimiento Producto (animal o vegetal) Área (ha) Producción (t) Rend. (t/ha)
14. Datos tecnológicos Sistema de pastoreo. ¿Dónde pastorean los animales? Dentro de la finca ______ Fuera de la finca ______ (especifique el lugar). Potrero: _____ Cuneta: ______ Áreas en barbecho: ______ Orillas de un río: ______ Marabú_______ ¿El área está dividida en cuartones? Sí ______ No ______ ¿Cuántos cuartones son? _______ ¿Cuántas horas destina para pastoreo? _______ AM y _______ PM Utiliza la quema como método para reestablecer los pastos: Sí _____ No ____
Sistema de alimentación. ¿Con qué alimenta a los animales? Pastos _____ Forrajes ______ Residuos de cosecha _____ Pienso _____ Otros ___ ¿Cuáles son los forrajes que utiliza? King grass _____ Caña de azúcar _____ Otros. ¿Utiliza forrajes arbustivos para alimentar al ganado? Sí ______ No ___ Integración ganadería – agricultura. ¿Utiliza los residuos de cosechas para alimentar a sus animales? Sí __ No _____
¿Qué residuos utiliza? Fertilizantes: Sí ______ No ______ Químicos ______ Orgánicos ______ Plaguicidas: Sí ______ No ______ Químicos ______ Orgánicos ______ Herbicidas: Sí ______ No ______ Químicos ______ Orgánicos ______ ¿Rota las áreas agrícolas y ganaderas? Sí ______ No ______ 15. Datos ambientales Biodiversidad. Tipo de vegetación existente en la finca Pastos _______ Leguminosas herbáceas _______ Leguminosas arbóreas ________ Cultivos agrícolas _____ Plantas medicinales ______ Plantas ornamentales ______ ¿Hay árboles frutales? Sí _____ No _____ ¿Cuáles? __Guayaba, ___Mango, ____Naranja___, Níspero,_____ Otros_______ Cantidad: Muchos _______ Pocos ________ Escasos ________ ¿Hay árboles maderables? Sí _____ No _____ ¿Cuáles? _________________________________________________ Cantidad: Muchos ________ Pocos ________ Escasos _______ ¿Cómo están distribuidos los árboles espacialmente? Dispersos en toda el área ______ En las cercas ______ Localizados en arboledas ______ En las márgenes de un arroyo______ Otra forma de agrupación ______ Preparación de los suelos ¿Cómo prepara el suelo? Con bueyes _________ Con tractor __________ Ambos __________ ¿Qué labores realiza? __________________________________________________________________________________________________________________________________________ Fuente de agua. ¿Cuáles son las fuentes de abasto actual? Pozo ______ Presas_______ Micro presas _______ Tanques _______ Otros _____ ¿Hay ríos o arroyos dentro de la finca? Sí ____ No _____ ¿Los ríos tienen árboles en las orillas? Sí _____ No ____ Dispone de riego: Sí _____ No _____ En toda el área ______ En parte del área ______ Área bajo riego actual ______ha.
16. Datos productivos ¿Qué animales explota? Para subsistencia: ___________________________________________________ Con fines productivos: ______________________________________________ Producción de carne: ________________ Producción diaria de leche por vaca: __________litros/ vaca. Tipo de insumos utilizados:
Tipo de Insumo Cantidad Costo Concentrado Bagacillo Miel Urea Forraje Miel Combustible diesel (l) Electricidad (k.w/h) Fertilizante químico Herbicida
17. Reciclaje de nutrientes Utilización de estiércol para la fertilización de los cultivos o los forrajes Sí______ No______ Cantidad (toneladas) ______________ Fabricación de abonos orgánicos Tipo Cantidad Tipo Cantidad Compost Otros Humus de lombriz Estiércol curado Lodo de biodigestor Residuales líquidos
18. Datos socioeconómicos ¿Cuál es su nivel de escolaridad?
Nivel Primario: ______
Nivel Medio (Secundaria Básica): ______
Nivel Medio Superior (Preuniversitario): ______
Nivel Superior (Universitario): ______
¿Cuánto tiempo hace que cría animales? __________ Años.
¿Cómo adquirió usted los conocimientos técnicos sobre la explotación animal?
Por tradición familiar _____
En la práctica _____
En un curso del centro laboral _____
Escuela taller _____
Escuela de Técnicos y obreros _____
Universidad _____
¿Cuál es la composición del núcleo familiar?
Total: ______ Hombres: ______ Mujeres: ______ Jóvenes: ______ Niños: ___
¿Cuántos participan en el trabajo con los animales?
Total: ______ Hombres: ______ Mujeres: ______ Jóvenes: ______ Niños: ___
¿Le gusta trabajar con el ganado? Sí _____ No _____
Contrata personal externo para el trabajo en la finca: Sí ____ No _____
Motivación hacia el trabajo: Sí______ No______ Debido a:
a) Condiciones de la vivienda B_____M_____ R_____
b) Ingresos Satisfactorios_____ Insatisfactorios_____
c) Condiciones de trabajo B_____ R_____ M_____
d) Otras motivaciones: ______________________________________
Servicios domésticos: Electricidad _________Agua__________ Gas__________
Nivel de vida: Muy buena _____ Buena _____ Regular _____ Mala _____ Muy mala