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1 “Evaluación de impacto del programa nacional de desparasitación masiva - Argentina” por Erika Anabel Fernández Prieto Dissertação apresentada com vistas à obtenção do título de Mestre em Ciências, na área de Epidemiologia em Saúde Pública. Orientador principal: Prof. Dr. Geraldo Marcelo da Cunha Segundo Orientador: Prof. Dr. Eduardo Guarnera Rio de Janeiro, novembro de 2010.

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Page 1: “Evaluación de impacto del programa nacional de

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“Evaluación de impacto del programa nacional de desparasitación masiva - Argentina”

por

Erika Anabel Fernández Prieto

Dissertação apresentada com vistas à obtenção do título de Mestre em Ciências, na área de Epidemiologia em Saúde Pública.

Orientador principal: Prof. Dr. Geraldo Marcelo da Cunha Segundo Orientador: Prof. Dr. Eduardo Guarnera

Rio de Janeiro, novembro de 2010.

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Esta dissertação, intitulada

“Evaluación de impacto del programa nacional de desparasitación masiva - Argentina”

apresentada por

Erika Anabel Fernández Prieto

foi avaliada pela Banca Examinadora composta pelos seguintes membros:

Prof. Dr. Alejandro Javier Krolewiecki

Prof.ª Dr.ª Cláudia Torres Codeço

Prof. Dr. Geraldo Marcelo Cunha – Orientador principal

Dissertação defendida e aprovada em 15 de novembro de 2010.

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Agradecimientos. En el transcurso de esta etapa, personas e instituciones han contribuido a que la realización de este trabajo fuera posible. A ellos, quiero expresarles mi gratitud por el apoyo y la confianza brindada. A Marcelo, por sus relevantes aportes, críticas y sugerencias durante el desarrollo de esta investigación. Pero más aún por su incondicional presencia, su inmensa paciencia, su comprensión y su calidez humana. A las autoridades del Ministerio de Salud, por promover la capacitación de quienes trabajamos diariamente en pos de contribuir a un sistema de salud público más justo y equitativo. Al Doctor Eduardo Guarnera y Tec. Marta Cabrera, integrantes del Departamento de Parasitología del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas, “Dr. Carlos Malbran”- ANLIS, por su asesoramiento, momentos de discusión, colaboración y cariño. A mis compañeros de trabajo que me acompañaron en esta etapa y, que con una duplicación de su esfuerzo permitieron que pudiera desarrollar las instancias presenciales requeridas por la maestría y necesarias para el desarrollo de este trabajo. Por último - y en mayúsculas - a mis amigos/as y compañeros/as de ruta, pilares insustituibles en mi desarrollo personal y profesional. A ustedes que con su amor supieron comprender mis ausencias de este último tiempo pero con su gran entusiasmo me ayudaron a que hoy, finalmente, este escribiendo estos agradecimientos. Gracias!

“Solo sirven las conquistas científicas sobre la salud

si estas son accesibles al pueblo”

Dr. Ramón Carrillo.

Page 4: “Evaluación de impacto del programa nacional de

4

A mis tres mosqueteros,

Alejandro, Walter y Antonio.

Page 5: “Evaluación de impacto del programa nacional de

5

INDICE. Resumen……………………………………………………………………………………………………….6

CAPITULO I: LAS GEOHELMINTIASIS COMO PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA……………….8

1.- Intervenciones de Control……………………………………………………………………………9

1.1.- Tratamiento Antihelmíntico…………………………………………………………………...9

1.2.- Saneamiento Ambiental y Educación para la Salud……………………………………….12

2.- Aspectos a considerar en la implementación de un Programa con Tratamiento Masivo…… 13

2.1.- Diagnóstico……………………………………………………………………………………..13

2.2.- Medicamento utilizado………………………………………………………………………..14

2.3.- Intervalos de Tratamiento…………………………………………………………………….15

2.4.- Resistencia a los antihelmínticos……………………………………………………………..16

2.5.- Monitoreo y Evaluación………………………………………………………………………18

3.- Justificación del Proyecto…………………………………………………………….......................20

4.- Organización del Trabajo……………………………………………………………………………21

CAPITULO II. PROPUESTAS PARA EVALUACIÓN DE PROGRAMAS DE CONTROL MASIVO.22

1.- Estudios paralelos vs. Estudios con Grupo de Control Histórico……………………………..23

2.- Estudios de Cohorte vs Estudio(s) Seccional(es)………………………………………………….27

3.- Algunas propuestas de evaluación para Programas de Control………………………………..28

3.1.- Estudios Seccionales con grupo paralelo……………………………………………………28

3.2.- Estudios Seccionales con grupo de control histórico………………………………………29

3.3.- Estudios de Cohorte con grupo paralelo……………………………………………………32

3.4.- Estudios de Cohorte con grupo de control histórico………………………………………32

4.- Conclusiones…………………………………………………………………………………………36

CAPITULO III. PROPUESTA DE EVALUACIÓN PARA EL PROGRAMA NACIONAL DE DESPARASITACIÓN MASIVA EN LA ARGENTINA….……………………………………………….39

1.- Epidemiología en la Argentina…………………….……………………………………………….39

2.- Descripción del Programa……………………………….………………………………………….39

3.- Método de evaluación de impacto del PNDM……………………………………………………42

3.1.- Área y Población bajo estudio………………………………………………………………..42

3.2.- Información considerada en el estudio……………………………………………………...43

4.- Datos y modelo utilizado……………………………………………………………………………43

5.- Resultados obtenidos………………………………………………………………………………...46

5.1.- Ejemplo simulado……………………………………………………………………………...48

5.2.- Comparación con otros modelos……………………………………………………………..51

5.3.- Resultados directos esperados con el diseño de estudio propuesto por el PNDM……..52

6.- Discusión……………………………………………………………………………………………...54

CAPITULO IV: CONCLUSIONES GENERALES Y RECOMENDACIONES………………………….56

ANEXO I………………………………………………………………………………………………………60

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS………………………………………………………………………...62

Page 6: “Evaluación de impacto del programa nacional de

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Resumen.

El problema de las parasitosis intestinales ocasionadas por geohelmintos es considerado

mundialmente como un problema de salud pública. Frecuentemente, tratamientos

antihelmínticos masivos y reiterados son utilizados como estrategia de control y

prevención. Si bien pareciera existir un consenso respecto a las características que deben

tener este tipo de intervenciones, no sucede lo mismo con los esquemas de monitoreo y

evaluación a ser utilizados para dar cuenta del impacto de esta estrategia en la salud de la

población.

Este trabajo tiene como objetivo discutir los diferentes esquemas empleados para el

monitoreo y la evaluación de impacto de este tipo de intervenciones masivas y analizar los

datos del Programa de control de geohelmintiasis implementado en la Argentina entre 2005

e 2007. A partir de una revisión de literatura sobre evaluación de Programas de control fue

posible identificar cuatro tipos de estudios epidemiológicos posibles, cada uno con sus

respectivas ventajas y limitaciones.

Para el análisis de los datos del Programa implementado en Argentina se ajustó un

modelo estadístico con el propósito de evaluar el impacto de la intervención. Este modelo

estima de forma indirecta el impacto de la intervención a nivel de la comunidad, dadas las

características del diseño de evaluación propuesto por el Programa. El análisis no permitió

obtener conclusiones sobre la efectividad de la intervención debido a la pérdida de datos y,

escaso nivel de reporte de información por parte de algunas provincias.

No obstante, a la luz de las experiencias relevadas y el diseño de evaluación formulado

por este Programa, esbozamos propuestas y recomendaciones para el diseño de futuras

evaluaciones de Programas de control, tomando en consideración su contexto de

aplicación.

Page 7: “Evaluación de impacto del programa nacional de

7

Abstract.

Intestinal parasitosis caused by Geohelminths is considered a public health problem

worldwide. Control and prevention strategies include massive and repeated antihelminth

treatment, frequently. Though consensus about the characteristics of these types of actions

appears to exist, it is not the same with monitoring and evaluation schemes used to inform

about the impact of this strategy on people’s health.

The aim of this paper is to discuss the different schemes used to monitor and evaluate the

impact of this type of massive interventions and to analyze the data of the

“Geohelminthiasis Control Program” implemented in Argentina between 2005 and 2007.

After a literature review on control program’s evaluation four possible types of

epidemiological studies were possible to identified, each with their own advantages and

limitations.

To analyze the data of the implemented Program in Argentina a statistical model was

adjusted in order to evaluate intervention impact. Given the evaluation design

characteristics proposed by the Program, this model calculates indirectly the impact of the

intervention at a community level. The analysis did not allow to arrive to any conclusions

about the effectiveness of the intervention due to loss of data and low level information

report on behalf of some provinces.

However, in the light of the surveyed experiences and the evaluation design developed by

this Program, we outline proposals and recommendations for the design of future

evaluation control Programs, taking into account its application context.

Page 8: “Evaluación de impacto del programa nacional de

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CAPITULO I: LAS GEOHELMINTIASIS COMO PROBLEMA DE SALUD

PÚBLICA.

Las parasitosis ocasionadas por geohelmintos se encuentran entre las infecciones1 más

comunes a nivel mundial y, entre las de mayor prevalencia en poblaciones empobrecidas

en los países en desarrollo siendo una importante causa de morbilidad - y mortalidad

(Montresor, et al., 1998; Adedayo, et al., 2004). En 1998, la Organización Mundial de la Salud

(OMS) estimaba que alrededor de 3.500 millones de personas estaban afectadas por estas

parasitosis y que 450 millones manifestaban la enfermedad, siendo en su mayoría niños

(Zonta, et al.; 2007). Generalmente, el impacto que estas parasitosis tienen sobre la salud de

las personas queda enmascarado y hasta incluso subestimado por ser en su mayoría

asintomáticas, de difícil diagnóstico dada la inespecifidad de sus síntomas o la carencia de

laboratorios adecuados, por las cargas parasitarias bajas sin expresión clínica, o por las

dificultades para la consulta médica oportuna por parte de la persona afectada (OPS, 2003;

Novone, et al.; 2006; Kaiser, et al., 2008).

Los geohelmintos no se transmiten de persona a persona sino a través de la tierra

contaminada con heces humanas cuando éstas son portadoras de huevos o larvas de

parásitos. Ante la falta de facilidades para eliminar las excretas, éstas son dispuestas sobre

el terreno contaminando el ambiente. Los huevos embrionados pueden ingresar al aparato

digestivo por vía oral, cuando las personas tienen contacto directo con la tierra o con

alimentos y agua contaminados por ella (Ascaris lumbricoides y Trichuris trichiura), pero

también pueden hacerlo a través de larvas infectantes que penetren la piel (Strongyloides

stercoralis y Necator americanus). Las características del ciclo de los geohelmintos, así

como las condiciones de saneamiento ambiental y las características meteorológicas hacen

que las áreas de riesgo correspondan fundamentalmente a zonas con deficiente

saneamiento ambiental y población pobre en aglomerados urbanos (Sorensen, et al., 1994;

Navone, et al., 2006).

Este tipo de parasitosis pueden infectar a personas de todas las edades pero

principalmente afectan a niños en edad pre-escolar y escolar y a mujeres embarazadas. Los

adultos que trabajan en contacto directo con suelos y aguas contaminadas también son

considerados un grupo de riesgo (Montresor, et al., 1999; Garg, et al., 2002; OPS, 2004). El

comportamiento de estas parasitosis responde al de las enfermedades crónicas presentando

1 Se reconoce que en el caso de las parasitosis es correcto hablar de infestación. No obstante, comúnmente los textos utilizan el término infección para referirse a estas afecciones. Con el propósito de evitar confusiones y dinamizar la lectura, a lo largo del presente trabajo se utiliza el término infección.

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así bajas tasas de mortalidad pero manifestaciones de morbilidad luego de varios años

(PROAPS- Remediar, 2008; OPS, 2008). Entre las principales afecciones que ocasionan a los

niños es frecuente detectar anemia por deficiencia de hierro, mal absorción de

micronutrientes y diarreas condicionando su estado nutricional y su desarrollo físico así

como también alterando sus procesos cognitivos ocasionando grandes dificultades en el

proceso de aprendizaje (Zonta, et al., 2007; OPS 2008; Mupfasoni, et al., 2009). Similares

afecciones ocasionan en las mujeres embarazadas en quienes la falta de hierro afecta el

desarrollo y crecimiento del feto (OPS, 2008). Estas parasitosis pueden desarrollar

complicaciones más graves como infecciones u obstrucciones intestinales ocasionadas por

ovillos parasitarios que requieren de intervenciones quirúrgicas e incluso pueden llegar a

ocasionar la muerte en caso de no ser detectadas a tiempo (OPS, 2003; Alger, et al., 2007).

Debido a que estas parasitosis tienen su mayor prevalencia en comunidades con

condiciones socioeconómicas, culturales y ambientales desfavorables y con restringida

accesibilidad a servicios de atención médica, las estrategias de intervención medicamentosa

deben estar acompañadas de medidas de saneamiento ambiental, actividades de educación

sanitaria y difusión de hábitos sanitarios e higiénicos apropiados que promuevan la

participación de los integrantes de la comunidad (Asaolu, et al., 2003).

1.- Intervenciones de Control.

El tratamiento antihelmíntico periódico se acepta como la estrategia de control público en

las comunidades donde las infecciones ocasionadas por geohelmintos son endémicas

(Albonico, et al., 1998; Savioli, et al., 1992). Este enfoque, reconocido como Programas de

control, es posible dado que los medicamentos antihelmínticos (i) cuentan con un historial

de seguridad demostrada, (ii) son altamente eficaces con un buen grado de actividad de

amplio espectro, (iii) el tratamiento puede suministrarse como una dosis única por vía oral,

y (4) son de bajo costo.

1.1.- Tratamiento Antihelmíntico.

En salud pública suelen adoptarse tres tipos de intervenciones mediante el cual se

proporciona tratamiento medicamentoso con el propósito controlar la morbilidad

ocasionadas por geohelmintos en la comunidad siendo éstas el tratamiento selectivo,

dirigido y universal (OMS, 1996b).

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El tratamiento selectivo, habitualmente surge de un acto medico individual dirigido a

una persona en particular, sin tomar en cuenta los niveles de prevalencia o intensidad de

las infecciones que caracterizan a la comunidad en la que reside el paciente que se esta

tratando (Beltramino, 2003). En este sentido, se suministra la droga después de que la

condición de infección ha sido determinada. La OMS recomienda que esta estrategia debe

implementarse en aquellas áreas donde la encuesta de referencia arroja una prevalencia

baja, pero individuos densamente infectados, debido a que la teoría indica que el

tratamiento en poco individuos con elevada carga parasitaria reduce el riesgo de eventos

perjudiciales a la salud, reducen la morbilidad y la exposición al riesgo de infección de las

personas que comparten el ambiente (Crompton, & Savioli,, 2006)

No obstante, en áreas que se consideran endémicas, el relevamiento previo al tratamiento

selectivo resulta elevadamente costoso en términos de tiempo, recursos y requerimientos

relacionados con el diagnostico. Un ejemplo de la comparación entre el tratamiento

universal, dirigido y selectivo para el control de la morbilidad por Ascariasis se encuentra

en un estudio realizado en Nigeria por Asaolu et al. (1991).

Los tratamientos masivos consisten en el suministro de medicamentos a toda la

población o, a un grupo determinado de ella, en áreas con alta prevalencia, sin requerir

estudios de diagnóstico individuales de manera previa.

Ambas estrategias - tratamiento dirigido o universal – se enmarcan en la categoría de

tratamientos masivos y, se caracterizan por abarcar a una gran cantidad de personas del

área que se esta interviniendo. La diferencia radica en que mientras en las estrategias

masivas de alcance universal se trata a todas las personas, independientemente de su edad,

sexo, ocupación, estado de infección, o características sociales, las intervenciones dirigidas

se centran en un grupo definido en términos de riesgo u otra característica, como son los

niños en edad pre-escolar y escolar, los trabajadores de plantaciones o pescadores, entre

otros. La OMS recomienda implementar el tratamiento masivo universal a niños y adultos

en aquellas áreas donde la prevalencia supera el 50% y la intensidad severa se ubica por

encima del 10%. Respecto al tratamiento masivo dirigido, recomienda suministrar el

tratamiento a todos los niños de entre 2 y 14 años de aquellas poblaciones que presentan

prevalencias superiores al 50%, pero con infestaciones severas menores al 10% (Montresor,

et al., 1999).

La implementación de estas estrategias se vio favorecida con la introducción de los

tratamientos de esquema de dosis única. Debido a la gran movilización que implican estas

intervenciones, el tratamiento con dosis única permitió elevar las tasas de cobertura dado

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11

que facilita su dispensa en un único acto (Webbe, et al., 1990). Asimismo, como la mayoría

de estos Programas son implementados en las escuelas por los maestros o, en la comunidad

a través de trabajadores de la salud, el suministro del medicamento en un solo acto permite

que la toma del mismo sea supervisada.

Los supuestos que justifican esta estrategia de control se encuentran directamente

relacionados con una de las características propias de esta parasitosis como es la relación

directamente proporcional entre la carga parasitaria de las personas que tienen la infección

y la capacidad de transmisión (Bundy, et al., 1992; OPS, 2004). La administración de

antihelmínticos de forma masiva y reiterada a intervalos de tiempo regulares, garantiza que

los niveles de infección se mantengan por debajo de los que se asocian a morbilidad. A

diferencia de los tratamientos individuales, las estrategias medicamentosas masivas no

tienen como objetivo la cura individual de la persona infectada sino la disminución de la

intensidad de la infección2 en las personas con este tipo de parasitosis y por ende, una

disminución en la prevalencia de esas infecciones en la población mediante la reiteración de

tratamientos medicamentosos (Montresor, et al., 1999).

La importancia de esta estrategia radica en que los individuos con elevados niveles de

infestación son en quienes estas parasitosis ocasionan mayor daño y quienes constituyen la

mayor fuente de infección para el resto de los integrantes de la comunidad, aun cuando

suelen ser una pequeña proporción (Montresor, et al., 1999, Carvalho Zani, et al., 2004).

Debido a que existen evidencias de que en una comunidad endémica después de una

primera intervención, el retorno de la prevalencia y la intensidad de la infección a los

niveles iniciales de equilibrio puede ser muy rápido (Ruiz, et al., 1996; Montresor, et al.,

1999), se promueve la reiteración de las intervenciones masivas, con el objetivo de

disminuir paulatinamente la carga parasitaria reduciendo las posibilidades de re-

infestación y generar así un impacto positivo en la salud de la población. Por ello, el

tratamiento antihelmíntico masivo es la estrategia utilizada en los Programas de Control de

infecciones parasitarias intestinales (Savioli, et al., 1992).

Estudios referentes a intervenciones antihelmínticas masivas reiteradas en comunidades

con elevadas tasas de prevalencias iníciales, arrojan resultados alentadores a partir del

seguimiento de indicadores parasitológicos (Beltramino, et al., 2003; Keiser, et al., 2008).

2 La intensidad de la infección es una medida de la cantidad de vermes que infectan a un individuo a partir del recuento de huevos de geohelmintos en la muestra de materia fecal, permitiendo clasificar a las personas según alta, moderada o baja infestación. La OMS clasifica para Ascaris lumbricoides: infestación leve < 4.999 huevos por gramo de materia fecal, moderada 5.000 – 49.999 hpg e intensa > 50.000 hpg, mientras que para Trichuris trichuria: leve < 999 hpg, moderada = 1.000 – 9.999 e intensa > 10.000 hpg.

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Conclusiones disímiles se presentan entre estudios que evalúan si este tipo de

intervenciones contribuyen a mejorar el crecimiento y rendimiento cognitivo de los niños

en edad escolar, fines últimos que justifican la implementación de los tratamientos

antihelmínticos masivos (Dickson, et al., 2000). En revisiones sistemáticas se advierte sobre

la disparidad en las conclusiones alcanzadas respecto a este tipo de intervenciones

medicamentosas, ya sea que se implementen en pequeñas comunidades o áreas delimitadas

(Carvalho Zani, et al., 2004; Beltramino, et al., 2003) como en áreas de mayor extensión y

densidad poblacional (Kabatereine, et al., 2006). Sostienen que debido a los insuficientes

datos presentados, la disparidad de los análisis conducidos y/o las disímiles conclusiones a

las que arriban diversos estudios, la hipótesis de que el tratamiento antihelmíntico masivo

sería beneficioso para los grupos en riesgo se torna compleja de estudiar (Dickson, R. et al.,

2000; Taylor-Robinson D., et. At, 2008).

1.2.- Saneamiento Ambiental y Educación para la Salud.

Entre las acciones tendientes a la interrupción del ciclo de transmisión de los

geohelmintos no solo se encuentra el tratamiento medicamentoso masivo sino también el

desarrollo de mejoras en las condiciones sanitarias y, de actividades de educación sanitaria

que propicien conductas saludables. Se reconoce que el saneamiento tiene una relación

inversa con la contaminación ambiental y la transmisión de enfermedades, mientras que la

contaminación del medio ambiente y la transmisión de enfermedades están directamente

relacionadas (Huttly, 1990)

Hasta la década de 1970, los Programas de Control - especialmente los que se centraban en

la esquistosomiasis - giraban en torno al control del huésped intermediario con el supuesto

de que una disminución en la densidad de la población del huésped conduciría a una

reducción en la comunidad infectada por debajo del punto de equilibrio y, la infección se

extinguiría (Webbe, 1964). Posteriormente este supuesto se modificó, obedeciendo

principalmente a dos razones. Primero, se evidenció que a pesar del control del huésped y

su consecuente reducción, no se alcanzó a interrumpir la transmisión (OMS, 1980; Thomas,

1987). En segundo lugar, los avances en el diagnóstico de las infecciones parasitarias

(Feldmeier, 1993; OMS, 1998), y los medicamentos por vía oral, seguros y eficaces,

cambiaron el énfasis. Una de las ventajas del nuevo enfoque es la capacidad demostrada

por los tratamientos farmacológicos para alcanzar altos niveles de reducción de la

morbilidad. Sin embargo, la inevitabilidad de la reinfección (Abonico, et al., 1995) sugiere

Page 13: “Evaluación de impacto del programa nacional de

13

que los resultados alcanzados por estas intervenciones de control solo podrían sostenerse

con una disminución de los factores de exposición humana.

Asaolu, S. (2003), y otros, mediante una revisión de la literatura evaluaron el papel que el

saneamiento ambiental y la educación sanitaria desempeñan para alcanzar estos objetivos.

Concluyen que las intervenciones de saneamiento ambiental conducen a una reducción en

la prevalencia de las infecciones por helmintos, pese a que no identifiquen claramente el

efecto aislado que producen los programas de saneamiento ya que en su mayoría estas

intervenciones se conjugan con estrategias de suministro de agua segura, campañas de

educación para la salud y/o tratamiento medicamentoso.

No obstante, el éxito de las intervenciones de saneamiento dependerá del nivel de

cobertura en cada comunidad, su estado, funcionamiento y aceptación por parte de la

población para su uso correcto. Por su parte, a través de la educación sanitaria se promueve

la práctica de conductas sanitarias y el uso correcto de las instalaciones, la prevención y

tratamiento de las enfermedades endémicas y, se fomenta la participación comunitaria en

los Programas de control (Taylor et al., 1987; Kloos, 1995).

Por su parte, la OMS impulsa que las tres medidas – mejora en las condiciones sanitarias,

educación sanitaria y tratamiento antihelmíntico- se implementen de manera conjunta en la

comunidad, según la situación epidemiológica y los recursos disponibles. No obstante,

cuando la intensidad de la infección es elevada, el tratamiento medicamentoso es

considerado como una primera y rápida medida de control (Montresor, et al., 1999; OPS,

2003).

2.- Aspectos a considerar en la implementación de un Programa con Tratamiento

Masivo.

2.1.- Diagnóstico.

Considerando que una de las características de los Programas de control consiste en el

suministro del fármaco a la población de alto riesgo sin requerir un diagnóstico previo

individual, las áreas seleccionadas deben contar con una línea de base (encuesta de

referencia) que permita estimar el estado de la infección en la población de referencia

previa intervención. A partir de los resultados hallados en la encuesta de referencia se

determina el tipo de intervención necesaria y su alcance. En este sentido, la línea de base

Page 14: “Evaluación de impacto del programa nacional de

14

también se constituye en el punto de referencia para el monitoreo de las acciones a

implementar y, evaluación de la intervención.

Para el diagnostico de las geohelmintiasis y esquitosomiasis3 una muestra de materia

fecal es necesaria. Kato-Katz es la técnica recomendada actualmente por la OMS/OPS tanto

para estudios de diagnósticos individuales como para investigaciones epidemiológicas que

requieren de una encuesta de referencia para determinar la prevalencia e intensidad de la

infección. Esta técnica se utiliza tanto para la búsqueda como para el recuento de huevos de

helmintos de forma cualitativa (Kato) o cuantitativa (Kato-Katz) (OMS 1996, 1998,

Kobayashi, 2006).

De manera concordante con las recomendaciones internacionales, la mayoría de las

investigaciones y reportes de estrategias medicamentosas masivas implementadas utilizan

esta técnica para el diagnóstico de las parasitosis intestinales (OMS 1996; Morales, et al.,

1999; Marcos, 2003; Gamboa, et al., 2009). No obstante, hay estudios que sostienen que

mientras que el Kato – Katz es la técnica mas utilizada y apropiada para la detección de

huevos de Schitosoma mansoni, no lo es en igual medida para la detección de helmintos

transmitidos por el suelo, particularmente respecto a la cuantificación de la carga

parasitaria de anquilostoma debido a la fragilidad y pronta disolución de los huevos.

Tampoco es apropiada para la detección de larvas de Strongyloides stercolaris (OMS, 1996;

Geerts, S. & Gryseels, 2000; Booth, et al, 2003; OMS, 2008).

Asimismo, existen otros métodos de diagnóstico como Willis o Telemman para

determinación de las parasitosis, los que complementados con métodos de recuento de

huevos (Stoll) también permiten diagnosticar si hay infección parasitaria y cual es el nivel

de la misma. Los resultados obtenidos dependen fundamentalmente de la rigurosidad de

los métodos utilizados en las determinaciones coproparasitológicas. En este sentido, la

selección del método a implementar debe considerar aspectos relacionados la facilidad en

su aplicación y el bajo costo, existiendo un consenso previo acerca de su sensibilidad,

robustez y aplicabilidad (OMS, 2008).

2.2.- Medicamento utilizado.

Respecto a los tratamientos antihelmínticos contra las helmintiasis transmitidas a través

del suelo, la OMS recomienda la utilización de Albendazol, Levamisol, Mebendazol o

Pomato Pirantel, suministrados a intervalos de tiempo según la prevalencia e intensidad de

3 Para Schitosoma haematobium la muestra consiste en una determinación de orina de 10 ml para detectar la ausencia / presencia de hematuria

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15

la infección hallada en cada comunidad (OMS, 1996). Estas drogas fueron desarrolladas en

la década de 1970 para el uso veterinario, comprobándose luego su eficacia en medicina

humana. Actualmente, están incluidas en el Listado de Medicamentos Esenciales de la OMS

(OMS, 2007). Los medicamentos empleados en el tratamiento de las infestaciones por

geohelmintos son altamente eficaces, de bajo costo, generan escasas y poco importantes

reacciones adversas y, algunos de ellos, permiten ser administrados en esquemas de dosis

única lo cual permite realizar intervenciones masivas sobre una gran cantidad de población

en riesgo (OPS, 2003).

Los Programas de control de geohelmintiasis, principalmente, se implementan con el

propósito de prevenir y controlar las infecciones ocasionadas por Ascaris lumbricoides,

Trichuris trichiura y Uncinarias (Ancylostoma duodenale y Necator americanus) utilizando

presentaciones de dosis únicas de Albenzadol 400 mg o Mebenzadol 500 mg, ambas

consideradas drogas seguras por su bajo nivel de absorción y toxicidad (OMS, 1996).

Una revisión sistemática y meta-análisis realizada a partir de 168 estudios incluyendo 20

ensayos controlados aleatoriamente concluye que dosis únicas de Albendazol, Mebendazol

y Pirantel para la infección con Ascaris lumbricoides demostraron tasas de curación (con

intervalo de confianza de 95%) de 88% (79%-93%), de 95% (91%-97%), y de 88% (79%-93%),

respectivamente. Las tasas de curación (con intervalo de confianza de 95%) para la

infección ocasionada por Trichuris trichuira pos tratamiento con una dosis de Albendazol y

Mebendazol fue de un 28% (13% - 39%) y de un 36% (16% - 51%), respectivamente. Por su

parte, la eficacia (con intervalo de confianza de 95%) de Albendazol, Mebendazol y Pirantel

contra la anquilostomiasis fue del 72% (59%-81%), de 15% (1% - 27%), y de 31% (19%-42%),

respectivamente. En este sentido, concluyen que dosis únicas de Albendazol, Mebendazol y

Pirantel muestran altas tasas de curación para infecciones por Ascaris lumbricoides.

Respecto a las anquilostomiasis, el Albendazol es la droga que mayor eficacia demostró. No

obstante, el tratamiento con dosis única de antihelmínticos para Trichuris trichiura no fue

satisfactoria a partir de lo cual sugieren la necesidad de nuevos fármacos (Kaiser, et al.,

2008).

2.3.- Intervalos de Tratamiento.

Un determinante clave para el uso óptimo de los antihelmínticos consiste en decidir

cuando y con que frecuencia la población bajo Programa será tratada. Los tratamientos

masivos se caracterizan por suministrar el fármaco antihelmíntico de manera reiterada. No

Page 16: “Evaluación de impacto del programa nacional de

16

obstante, se observan diferencias respecto al intervalo de tiempo que transcurre para la

reiteración de la dosis. Algunas recomendaciones sugieren que los intervalos de tiempo no

deben ser mayores a los 4 meses, mientras que otros estudios informan buenos resultados

con lapsos de 6 e incluso 9 meses entre cada una de las intervenciones medicamentosas.

Desde el Programa de Investigación de APCO (Asian Parasite Control Organization) se ha

producido un amplio conocimiento acerca del diseño e implementación de Programas para

el control de las helmintiasis (OMS; 1996). Estudios puntuales sobre la transmisión de

Ascaris lumbricoides sostienen que la determinación de los intervalos del tratamiento

depende de a) el conocimiento de las tasas de reinfección después del tratamiento y (b) la

detección de posibles influencias estacionales en la transmisión de estados infecciosos4.

Desde el APCO, la recomendación indica que los intervalos adecuados para la

realización del tratamiento antihelmíntico es dos veces al año en aquellas comunidades con

tasas de prevalencia menores al 50% y, tres veces por año en las áreas donde las tasas de

prevalencia son mayores al 50%. No obstante, según la OMS la decisión acerca de los

intervalos entre dosis debe ser tomada después de considerar las circunstancias locales

(OMS 1996). La determinación del intervalo en el tratamiento a partir de las condiciones

específicas de cada área se refleja en diferentes experiencias. Mientras que en las Islas

Seychelles la desparasitación se realizó cada 4 meses en el transcurso del primer año del

Programa implementado, en Sri Lanka fue cada 6 meses. En Bemba, Zanzíbar, el

tratamiento se realizó entre los 4 y 6 meses. En México, se desparasita masivamente a los

niños una vez al año en el marco de la Semana Nacional de Salud (OMS, 1996).

2.4.- Resistencia a los antihelmínticos.

El posible desarrollo de resistencia a los antihelmínticos es un tema que concentra gran

interés. En las ciencias veterinarias, si la resistencia a los antihelmínticos apareció a

mediados de la década de los `80 como una cuestión de interés, diez años más tarde se

consideraba como un factor de preocupación (Waller, 1985; Van Wyk., et al., 1997).

Inquietudes similares comenzaron a plantearse respecto al uso de los antihelmínticos

frente a las parasitosis humanas. En 2001, Geerts y Gryseels afirmaban que el problema

podría estar surgiendo y, pasada una década, los médicos podrían estar afrontando

problemas similares a los de los veterinarios en caso de no considerarlo debidamente.

Advirtiendo contra el uso generalizado de antihelmínticos sostienen que aún cuando las 4 Los efectos estacionales pueden ser bastante sutiles, por estar relacionados con actividades tales como el uso de excrementos como abono en momentos puntuales.

Page 17: “Evaluación de impacto del programa nacional de

17

conclusiones de los estudios sobre helmintos en ganado no pueden extrapolarse

directamente a los seres humanos, las posibilidades de que fenómenos similares ocurran en

el sector médico son reales.

Si bien algunos estudios informaron la reducción de la eficacia de los Benzimidazoles

contra anquilostomas, las pruebas de resistencia no han sido demostradas. De hecho,

existen considerables discusiones acerca de si los informes sobre resistencia son casos

reales. Esta imposibilidad se explica por diversos motivos. Uno de ellos radica en la mayor

complejidad que implica el estudio de los parásitos humanos por sobre el estudio de los

parásitos animales debido a la dificultad de obtener los datos. Otro motivo radica en la baja

sensibilidad de los métodos disponibles para supervisar la eficacia de los fármacos

antihelmínticos y/o detectar casos reales de resistencia, controlando otras variables de

confusión que pueden afectar la eficacia del medicamento en intervenciones a gran escala

(Albonico, et al., 2004).

Si bien la resistencia a los antihelmínticos en los seres humanos no se presenta como una

amenaza que debiera interferir en las estrategias de intervención pública, características

derivadas de las ciencias veterinarias pueden considerarse relevantes para las ciencias

médicas. En este sentido, entre los factores similares a tener en consideración se encuentran

la frecuencia de los tratamientos, la población objetivo que se alcanza, el momento en que

se realiza el suministro de la droga (generalmente asociado a factores climáticos) y, una

baja dosis del antihelmíntico utilizado. En igual sentido, existen recomendaciones

tendientes a retrasar el posible desarrollo de la resistencia a estos fármacos. Un conjunto de

estas recomendaciones se encuentran directamente relacionadas con la estrategia a

implementar; a) dar prioridad al diagnóstico y tratamiento sintomático de los casos

individuales; b) evitar el tratamiento masivo e indiscriminado implementándolo solo si la

morbilidad es elevada; c) usar la dosis correcta, d) implementar el uso de las drogas

combinadas, o si no es posible, la rotación anual de drogas y; e) reducir la frecuencia de

tratamiento combinando el uso de fármacos con otras medida tales como programas de

educación sanitaria, construcción de letrinas, saneamiento ambiental, etc. Otro conjunto de

recomendaciones están orientadas al desarrollo de métodos con mayor capacidad de

detección de los casos de resistencia – técnicas de biología molecular (PCR) -, mayor

comprensión acerca de los mecanismos moleculares de resistencia a los antihelmínticos en

las parasitosis y, el desarrollo de modelos matemáticos empíricos y específicos utilizando

datos reales (Geerts y Gryseels, 2001; Albonico, et. al., 2004).

Page 18: “Evaluación de impacto del programa nacional de

18

Entre los esfuerzo por salvar estas lagunas de conocimiento, en el 2007 durante una

reunión de la OMS – Banco Mundial, el monitoreo de la eficacia de los antihelmínticos en

programas de intervención masiva fue establecido como una cuestión central.

2.5.- Monitoreo y Evaluación.

El monitoreo y evaluación de las acciones desarrolladas por un Programa de Salud

Pública no solo tienen por objeto contribuir a una eficiente implementación sino que deben

permitir identificar cambios en el estado de salud de la población que puedan entenderse

como resultados atribuibles a la intervención. Respecto a los Programas de Control de las

helmintiasis, las recomendaciones internacionales sostienen que las acciones tendientes a

monitorear y evaluar el impacto de la estrategia deben constituir un componente integral

de este tipo de Programas (Montresor, et al, 1999). En este sentido, pueden encontrarse un

conjunto de publicaciones que ofician de guías para el diseño de este tipo de intervenciones

contemplando la necesidad de que se adapten a las realidades particulares en función de

aspectos sociales, situaciones epidemiológicas específicas, etc. Aún reconociendo las

limitantes técnicas y/o económicas respecto a la posibilidad de que las autoridades lleven a

cabo el estudio inicial ideal, se recomienda el uso de los recursos principalmente en la

encuesta de referencia y, posteriormente, en el plan de monitoreo de los avances del

programa (OMS, 1996, 1998; Montresor, et al, 1999). Con el propósito de no desviar

recursos de la fase de implementación, la OMS recomienda que su costo no debiera superar

el 5% del presupuesto de los programas.

Considerando que los Programas de control basados en intervenciones medicamentosas

masivas no buscan las curas individuales de las personas infectadas, sino disminuir la

prevalencia en las áreas bajo intervención, el nivel al que se realiza la intervención es un

aspecto relevante en el diseño del estudio de evaluación y, en el análisis de sus resultados

(Kirkwood, et al., 1997). Evaluar intervenciones que se implementan en toda la comunidad

implica una mayor complejidad, en tanto que una mayor cantidad de factores deben ser

considerados.

Existe consenso respecto a que son los niños en edad escolar la población que mejor

permite evaluar el impacto de las intervenciones de control de las parasitosis intestinales.

Las encuestas epidemiológicas estratificadas por edad muestran que los perfiles de edad-

infección son típicamente convexos, con una prevalencia e intensidad que alcanza su punto

máximo en los niños mayores o en adultos jóvenes. La OMS sostiene que los datos

Page 19: “Evaluación de impacto del programa nacional de

19

recolectados de niños en edad escolar son representativos de la situación de la comunidad.

Este segmento de la población se considera el mas accesible; en el que se da el punto mas

elevado de las prevalencias para esquitosomiasis y geohelmintiasis (excepto

anquilostomas) y; por ende, es el que sufre mayores deficiencias nutricionales en un

periodo de intenso desarrollo físico y mental (OMS, 1998). Asimismo, se adiciona una

consideración práctica en la selección de los niños en edad escolar, dado que las escuelas se

presentan como buen punto para el seguimiento (Brooker, et al., 2004; OMS, 2004). Con el

propósito de obtener datos comparables entre diferentes Programas de control la OMS

sugiere que sean evaluados los niños de las clases de tercer grado de las escuelas primarias

(entre 9 y 10 años de edad).

En las evaluaciones de impacto de intervenciones medicamentosas masivas a nivel de la

comunidad, una distinción conceptual importante se da entre eficacia y efectividad

(Brooker, 2004; Crompton & Savioli 2006). Mientras la eficacia refiere al efecto del

medicamento contra un agente infectivo en condiciones ideales, la efectividad refiere al

efecto del fármaco contra un agente infectivo en el huésped pudiendo su resultado estar

influenciado por variables ecológicas, inmunológicas o determinantes epidemiológicos. Si

bien para cada medicamento antihelmíntico hay parámetros definidos que permiten

determinar la eficacia de su efecto terapéutico, esto solo es posible cuando son utilizados

bajo condiciones ideales. Cuando se utilizan fármacos antihelmínticos en el contexto de un

Programa de intervención masiva se ha convertido en práctica habitual evaluar su

efectividad en términos de medidas directas como la prevalencia, interpretada como "tasa

de curación" (TC) – y la intensidad de la carga parasitaria como “tasa de reducción de

huevos" (TRH).

La prevalencia da cuenta del número de personas infectadas en una comunidad pero no

permite conocer la intensidad de la infección, razón por la cual no puede ser considerado

como único indicador de la situación epidemiológica de las parasitosis intestinales. Ambas

medidas, prevalencia e intensidad, debieran ser evaluadas en los diferentes momentos; en

la línea de base inicial previa intervención y pos – tratamiento(s). En este sentido, observar

después de la reiteración del tratamiento medicamentoso, cambios menores en la

prevalencia no debe entenderse como el fracaso de la intervención dado que importantes

logros pueden alcanzarse con el tratamiento antihelmíntico en términos de una reducción

significante en el número de individuos altamente infectados5 (OMS, 2000). No obstaste, si

5 (Nº de individuos intensamente infectados / Nº total de individuos positivos)* 100. Según valores de referencia: A. lumbricoides: Leve = <5,000 epg / Moderada = 5,000 to < 50,000 epg / Intensa = > 50,000 epg

Page 20: “Evaluación de impacto del programa nacional de

20

bien algunos autores enfatizan que el control de los helmintos debería indagar siempre

sobre los posibles cambios en los niveles de intensidad de la infección (Brooker, et al., 2004)

reconocen que medir la intensidad de la infección requiere mucho mas tiempo, razón por la

cual no se evalúa de forma rutinaria en estudios de campo (Brooker, et al., 2009).

Otros programas buscan evaluar el impacto de la intervención sobre la morbilidad

crónica a través de marcadores indirectos tales como la anemia por deficiencia de hierro, las

dificultades en el crecimiento, la desnutrición, la reducción de la capacidad cognitiva y el

desarrollo social. Albonico, (2003), sostiene que estos síntomas, generalmente no específicos

pero insidiosos, podrían ser revertidos por el tratamiento periódico con beneficios para la

salud, mediante la reducción de la desnutrición (Stephenson, et al., 1993; Stoltzfus, et al.,

1997), mejoras en el estado del hierro (Stoltzfus, et al., 1998), en el desarrollo cognitivo y

social de los niños (Nokes, et al., 1994). No obstante, estos indicadores se consideran más

difíciles de evaluar, no se cuenta con una metodología estandarizada y están sujetos a una

gran variabilidad debido a factores de confusión socio-culturales y/o biológicos.

3.- Justificación del Proyecto.

Reconociendo a las parasitosis intestinales ocasionadas por geohelmintos como un

problema de salud pública y los efectos insidiosos que ocasionan en la salud de millones de

niños, estrategias de tratamiento antihelmíntico masivo han sido implementadas.

En la Argentina, el tratamiento masivo reiterado alcanzó una población de

aproximadamente 1,2 millones niñas/os completando en algunas áreas 4 intervenciones

medicamentosas propuestas. Aún reconociendo las dificultades técnicas y logísticas que

enfrenta la implementación de este tipo de Programas existen consensos respecto a un

conjunto de características que deben reunir estas intervenciones. No obstante, no se

observan los mismos acuerdos respecto a cuales serían los esquemas de monitoreo y

evaluación mas pertinentes para este tipo de intervenciones.

Considerando que evaluar adecuadamente las acciones de salud pública que se

implementan constituye una de las funciones esenciales de salud pública, este trabajo

propone una reflexión critica respecto de posibles estrategias de evaluación de Programas

de control, con intervención medicamentosa masiva, que se realizan a nivel de la

comunidad.

T. trichuria: Leve = <1,000 epg / Moderada = 1,000 to < 10,000 epg / Intensa = > 10,000 epg

Page 21: “Evaluación de impacto del programa nacional de

21

En función de lo expuesto, este trabajo propone evaluar el impacto del Programa

implementado en Argentina a partir de un modelo estadístico capaz de estimar la

prevalencia de infección de geohelmintiasis a nivel poblacional a lo largo de las

intervenciones medicamentosas y, revisar críticamente el diseño de evaluación propuesto

por dicho Programa.

Se espera que el presente proyecto de investigación contribuya a generar información

pertinente para el diseño de evaluación de futuras intervenciones, con la expectativa de

alcanzar las metas propuestas y conferir esquemas de sustentabilidad tendientes a lograr el

impacto epidemiológico y sanitario propuesto.

4.- Organización del Trabajo.

A continuación el trabajo se presenta estructurado en tres capítulos. En el Capitulo II, se

analizan diseños de estudios utilizados para evaluar Programas de control con

intervenciones medicamentosas masivas. Se identificaron sus similitudes y diferencias. Se

exponen las respectivas ventajas y limitaciones consideradas con el propósito de abordar el

caso argentino, analizar los datos disponibles y proponer mejoras a su diseño.

El Capítulo III presenta el Programa de desparasitación implementado en Argentina,

entre los años 2005 y 2007. A partir de los datos disponibles, se propone un modelo

estadístico para evaluar el impacto de la intervención, se analizan los resultados obtenidos

y se realiza una revisión critica del diseño de evaluación propuesto. Seguidamente, datos

simulados son utilizados para la validación del modelo propuesto y comparación entre los

diferentes diseños de estudio de evaluación.

En el último Capítulo, se esbozan recomendaciones conclusivas al problema que originó

el presente trabajo de investigación.

Page 22: “Evaluación de impacto del programa nacional de

22

CAPITULO II. PROPUESTAS PARA EVALUACIÓN DE PROGRAMAS DE

CONTROL MASIVO.

El objetivo del presente capitulo es analizar cuales han sido los diseños de estudios

desarrollados para evaluar Programas de control masivos. Identificar similitudes y

diferencias en los diseños de evaluaciones resultará de utilidad para abordar el caso

argentino, realizar el análisis de los datos y proponer mejoras a su diseño. A partir de una

clasificación de los diferentes tipos de estudios de evaluación se exponen sus ventajas y

limitaciones. Luego se presentan con mayor detalle diez estudios de evaluación de

Programas de control.

Un análisis de los diseños propuestos en esos estudios permite identificar estudios

paralelos, donde se cuenta con la presencia de dos o más grupos a partir de los cuales se

realiza la comparación externa. En este tipo de estudios la comparación se realiza entre dos

o más grupos utilizando al menos uno de ellos como grupo control, es decir, que uno de

ellos no será objeto de la intervención sobre la que se esta evaluando su impacto. Por

ejemplo, una evaluación que busca dar cuenta del impacto del tratamiento masivo en los

niveles de prevalencia puede comparar la variación de los indicadores seleccionados en

una comunidad donde realizo la intervención - suministro tratamiento antihelmíntico- y

una comunidad en la que no se suministro.

Otro tipo de estudio son los que se identifican como estudios con grupo de control

histórico, en los cuales no hay grupo de comparación externa ya que todos los individuos

reciben la intervención. En estos estudios la comparación se realiza sobre el mismo

conjunto de individuos en diversos momentos del tiempo. Aquí, por ejemplo, la

comparación se realiza sobre los individuos de una comunidad que recibe tratamiento

masivo después de cada una de las rondas de desparasitación.

A partir de esta primera clasificación, sea estudios paralelos o con grupo control

histórico, los estudios pueden dividirse en estudios seccionales, los cuales se caracterizan

por ser estudios de corte transversal en una misma población o en muestras de esa

población en diferentes momentos del tiempo, o un estudio de cohorte, donde las

mediciones se realizan siempre sobre el mismo grupo de individuos en los diferentes

momentos del tiempo.

Page 23: “Evaluación de impacto del programa nacional de

23

1.- Estudios paralelos vs. Estudios con Grupo de Control Histórico.

Los estudios paralelos se definen por contar con un grupo poblacional de control similar

al grupo bajo estudio en el cual la intervención no se realiza, permitiendo que las

diferencias halladas entre si - de manera posterior a la intervención - efectivamente sean

atribuidas a la intervención. Este diseño de estudios se enmarcan en los ensayos aleatorios

controlados considerados el patrón oro para evaluar intervenciones implementadas a nivel

individual (Kirkwood, et al., 1997). Este método puede utilizarse cuando las intervenciones

se realizan a nivel de la comunidad recurriendo a un diseño aleatorizado por

conglomerados, donde son grupos de individuos o comunidades las unidades que se

asignan al azar. No obstante, si bien la aleatorización aplicada sobre una gran cantidad de

individuos garantiza que los grupos a estudiar sean similares entre si al inicio de estudio,

no existen las mismas certezas cuando la aleatorización se realiza sobre un número

pequeño de unidades.

Por su parte los estudios de evaluación con grupo de control histórico indagan sobre los

efectos de la intervención en los mismos individuos o sobre individuos de las mismas áreas,

en más de un momento en el tiempo.

Que los estudios incluyan un grupo paralelo o bien, indaguen sobre los mismos

individuos en un estudio con grupo de control histórico, no solo tiene implicancias en el

tipo de análisis a realizar sino también sobre (los resultados y) las conclusiones alcanzadas

por cada uno de ellos. Un ejemplo ficticio puede contribuir a mostrar estas diferencias. Para

ello pensemos en dos situaciones hipotéticas resultando los escenarios (A) y (B)

representados en la Figura nº1. En ambos escenarios, tenemos dos comunidades con

elevadas tasas de prevalencia de geohelmintos. A partir del diagnóstico de elevada

prevalencia la autoridad local de una comunidad decide implementar un Programa de

control por el cual se suministra tratamiento antihelmíntico a todos los niños entre 2 y 16

años, cada 6 meses. En la otra comunidad no se decidió realizar tratamiento masivo. Con el

propósito de evaluar el efecto del tratamiento medicamentoso en los niños de la comunidad

bajo Programa se diseñó un estudio que contempla a los integrantes de una otra

comunidad sin tratamiento como grupo paralelo de control.

Page 24: “Evaluación de impacto del programa nacional de

24

Figura nº1 Escenarios hipotéticos que detallan la evolución de la tasa de prevalencia de geoehelmintos en dos comunidades.

ESCENARIO (A) ESCENARIO (B)

P(1,1); Tasa de prevalencia en la comunidad bajo tratamiento en el intervalo de medición posterior a la primera intervención. P(1,2); Tasa de prevalencia en la comunidad bajo tratamiento en el intervalo de medición posterior a la segunda intervención. P(0,1); Tasa de prevalencia en la comunidad sin tratamiento en el intervalo de medición posterior a la segunda intervención. P(0,2); Tasa de prevalencia en la comunidad sin tratamiento en el intervalo de medición posterior a la segunda intervención.

En el Figura nº1, en ambos escenarios (A) y (B) la línea roja refiere al comportamiento de

la prevalencia en la comunidad donde se suministró tratamiento masivo antihelmíntico. La

línea azul refiere a la tasa de prevalencia en la comunidad sin intervención medicamentosa.

Nótese que el diagnóstico inicial arrojó prevalencias similares en ambas comunidades (I0)

y, que la curva roja en la comunidad bajo Programa es la misma en los dos escenarios (A y

B).

Suponiendo que no tuviéramos un estudio de grupos paralelos, o sea, que no tuviéramos

que observar las prevalencias de un grupo control, el efecto del tratamiento masivo

después de la segunda intervención respecto a la primera intervención puede ser expresado

como:

),2,1()1,1(2 PP −=∆

donde los puntos P(1,1) y P(1,2) representan las tasas de prevalencia en la comunidad con

tratamiento masivo después de la primera (I1) y la segunda (I2) dosis de antihelmíntico,

respectivamente. Así, ∆2 representa la disminución en la prevalencia después de la

segunda intervención respecto a la primera intervención. Para medir este efecto también

podrían ser tomarse otras medidas como la razón entre P(1,2) y P(1,1). Como la línea roja es

Page 25: “Evaluación de impacto del programa nacional de

25

la misma en el escenario (A) y en el (B), el efecto observado sería similar en ambas

situaciones.

A partir de estos resultados podríamos afirmar que el tratamiento masivo tuvo un

impacto favorable en la disminución de la tasa de prevalencia en la comunidad bajo

Programa dado que la prevalencia disminuye intervención tras intervención.

Por su parte, si en ambos gráficos adicionamos la tasa de prevalencia de la comunidad

sin intervención (línea azul) estaríamos representando el estudio con grupo paralelo. Si

bien la línea roja es similar en ambas situaciones, supongamos que no sucede lo mismo con

la línea azul. Mientras que en el escenario (A) la tasa de prevalencia de la comunidad sin

intervención continua siendo elevada hasta el final del estudio, en el escenario (B) ésta se

comporta de manera similar a las tasas de prevalencias halladas en la comunidad con

tratamiento.

En este caso, el efecto del tratamiento masivo después de la segunda intervención en

relación a la primera puede expresarse como las diferencias entre las diferencias de tasas,

,)]1,1()1,0([)2,1()2,0(431

PPPP −−−=∆−∆=∆

donde los puntos P(0,1) y P(0,2) representan las tasas de prevalencia en la comunidad sin

tratamiento después de la primera (I1) y la segunda (I2) dosis de antihelmíntico,

respectivamente.

Concentrándonos en el escenario (A), observamos que el estudio con grupo paralelo

confirmaría los hallazgos del estudio con grupo de control histórico confirmando que el

efecto del tratamiento masivo fue positivo y, además, podría concluir en que medida el

impacto puede ser atribuido al tratamiento antihelmíntico exclusivamente después de la

segunda intervención ( 1∆ ). Incluso, dado que el ( 1∆ ) hallado en el estudio con grupo

paralelo resulta mayor que el ( 2∆ ) hallado en el estudio que solo contempla la comunidad

bajo tratamiento, podríamos suponer que este último diseño, podría incluso, subestimar el

efecto real del tratamiento masivo.

Por su parte, el escenario (B) también presenta los resultados de ambos estudio,

incluyendo a la comunidad sin tratamiento como grupo paralelo de control. A diferencia

del escenario (A) aquí los supuestos varían un poco. Supóngase que en ambas

comunidades organizaciones no gubernamentales ambientalistas (ONG) llevaron a cabo

obras de letrinización en los barrios de la comunidad y promovieron fuertemente la

Page 26: “Evaluación de impacto del programa nacional de

26

concurrencia de los niños en edad escolar a los Centros de Salud donde se realizaron

controles de su estado de salud. A los niños que presentaban sintomatología asociada a las

parasitosis intestinales se les proveyó la medicación para realizar su tratamiento individual.

Como puede observarse en el escenario (B) las tasas de prevalencia en la comunidad que

no implementó el tratamiento masivo descienden de forma muy similar a las de la

comunidad que si lo implemento. Incluso el ( 1∆ ) hallado en el estudio con grupo control

resulta menor que el ( 2∆ ) del estudio con grupo de control histórico. En esta situación (B),

si solo se consideraran los resultados del estudio que contempla un grupo de control

histórico, el efecto del tratamiento masivo estaría siendo fuertemente sobreestimado.

Este ejemplo ficticio pone de manifiesto un aspecto central del tipo de estudio que se

diseña para evaluar Programas que intervienen a nivel de la comunidad, es decir, en que

medida los aspectos metodológicos permiten (o no) dar cuenta de si los resultados

alcanzados pueden ser atribuidos a las intervenciones específicas por ellos desarrolladas.

No se discute que en la comunidad bajo tratamiento la prevalencia descendió ampliamente,

sino en que medida ese descenso es producto del tratamiento masivo. En el escenario (B) si

sólo se analizará la comunidad con tratamiento, estaríamos describiendo el

comportamiento decreciente observado en la tasa de prevalencia después de las

intervenciones, pero erróneamente esos resultados estarían siendo atribuidos al tratamiento

masivo antihelmíntico.

No obstante, pese a los aspectos metodológicos considerados en el ejemplo ficticio,

argumentaciones de orden ético y de carácter operativo sostienen que difícilmente las

intervenciones de salud que se implementan a nivel de la comunidad puedan ser evaluadas

por estudios que incluyan un grupo paralelo. Por una parte hay situaciones en las que

ningún grupo de control puede estar disponible según sea el tipo de intervención

implementada (Smith, 1987). Por otra, si el grupo control a incluir requiere que éste sea

similar en la mayor cantidad de características, por ejemplo aun en los niveles basales de

prevalencia, se torna dificultoso no contemplarlo en una intervención de salud pública.

Frente a ello existen recomendaciones que promueven la incorporación progresiva de las

comunidades a la intervención con el propósito de que las comunidades que no fueran

incluidas inicialmente en la intervención actúen como grupo control hasta el momento en

que estas pasen a recibir la intervención (Hall y Aaby 1990). Por ejemplo, siguiendo el

supuesto de la situación (A) planteada en el ejemplo ficticio, si después de las tres

intervenciones medicamentosas se observa que la prevalencia desciende a causa del

tratamiento masivo, la intervención podría extenderse a la comunidad sin tratamiento. No

Page 27: “Evaluación de impacto del programa nacional de

27

obstante, cierto es que difícilmente las intervenciones de salud pública a nivel nacional

planifiquen incorporaciones progresivas con intervalos de tiempo los suficientemente

amplios que permitan conducir evaluaciones de impacto con este esquema de estudio.

En este sentido, los estudios con grupo de control histórico presentan ventajas operativas

y carecen de oposiciones de orden ético. No obstante, por no tener patrón de comparación

externo, el azar y el sesgo pueden contribuir a incurrir en un error respecto a las diferencias

observadas en comparación con los estudios que incluyen grupo de control. Asimismo,

factores de confusión como cambios seculares de exposición tampoco son posibles de

medir.

2.- Estudios de Cohorte vs Estudio(s) Seccional(es).

Con el propósito de evaluar cambios en el tiempo, los estudios de evaluación de

intervenciones en la comunidad generalmente realizan estudios seccionales reiterados

sobre una población determinada, siguen a una cohorte de individuos de las áreas bajo

intervención, o bien ambas.

Cada uno de estos abordajes presenta ventajas y desventajas. Dierh, et al. (1995), analiza

las propiedades de los estimadores de cantidad de intereses, cuando se usa una cohorte o

estudios seccionales para estudiar el efecto de intervenciones que se implementan a nivel

de la comunidad, sea en un estudio que utiliza un grupo paralelo de control o diseños con

grupo de control histórico, ambos discutidos en la sección anterior.

Siguiendo a Dierh, et al., (1995), los estudios de cohorte, con grupo de control histórico o

grupo(s) paralelo(s), presentan ventajas respecto a la estimación del cambio de una medida

de interés en una comunidad seleccionada dado que utilizan a cada persona como su

propio control. Por eso, el tamaño de la muestra necesario en una cohorte no necesita ser

tan grande como el que se debiera considerar en un estudio seccional, para determinar un

mismo efecto.

Dierh, P., sostiene que en los casos que se considera una única cohorte, la correlación

entre los individuos produce estimaciones sesgadas para los parámetros de interés. Por lo

tanto, un análisis estadístico que de cuenta de la correlación de medidas realizadas en un

mismo individuo deben ser considerados, por ejemplo, en modelos marginales o modelos

con efectos aleatorios para datos longitudinales (Diggle, 2003).

Este cuidado no es necesario cuando consideramos estudios seccionales, una vez que los

grupos a ser comparados corresponden a muestras aleatorias independientes de la

población tomadas en diferentes momentos. En este sentido, los diseños seccionales son

Page 28: “Evaluación de impacto del programa nacional de

28

considerados más fáciles de analizar, pero la cantidad de casos necesarios pueden hacerlos

una alternativa más costosa.

Dierh, et al. (1995), sostiene que las estimaciones realizadas a partir de un diseño de

cohorte pueden estar fuertemente sesgadas si las perdidas de los individuos son elevadas o,

si en el transcurso del estudio se producen cambios en la comunidad que llevan a que la

cohorte deje de ser representativa de la población. Este parece representar el mayor desafío

en estudios que consideran el seguimiento de una cohorte para la evaluación de impacto de

tratamientos masivos reiterados. Una revisión de la literatura demuestra que evaluaciones

de este tipo de intervenciones presentan perdidas de casos de hasta un 60% (Touré, et al.,

2008; Kabatereine, et al. 2007). Este problema se torna aun más complejo si las pérdidas

ocurren en los individuos más infectados (Kabatereine, et al. 2007).

3.- Algunas propuestas de evaluación para Programas de Control.

A partir de una combinación de estos dos criterios descritos anteriormente y basándose

en una revisión bibliográfica, se originan cuatro (4) tipos de abordajes en los cuales pueden

ubicarse el conjunto de experiencias internacionales relevadas que presentan evaluaciones

de impacto de intervenciones medicamentosas masivas en el marco de Programas de

control: a) estudios seccionales con grupos paralelos, b) estudios de cohorte con grupos

paralelos c) estudios seccionales con grupo de control histórico o, d) estudios de cohorte

con grupo de control histórico. A continuación se presentan las características principales

de los estudios incluidos en la revisión. Al final de la sección una tabla resumen expone sus

similitudes y diferencias.

3.1.- Estudios Seccionales con grupo paralelo.

Con el propósito de evaluar el impacto del Programa Ecuatoriano de Eliminación de la

Onocercosis, mediante el cual se suministraron tratamientos masivos de ivermectina en

comunidades endemicas, con intervalos anuales o bianuales, en los últimos 17 años se

desarrollo un estudio transversal (Moncayo A.L. et al., 2008). Si bien, al momento solo se

había realizado una sola medición su diseño permite incluirlo en este tipo de estudios.

La ivermectina es un antihelmíntico de amplio espectro utilizado para el control de la

filariasis, incluyendo la oncocercosis y la filariasis linfática pero también es eficaz contra las

infecciones ocasionadas por helmintos, principalmente contra la ascariasis y

estrongiloidiasis. Para evaluar el efecto del tratamiento, inicialmente se seleccionaron

comunidades incluidas en el Programa y comunidades que no se encontraban bajo

Page 29: “Evaluación de impacto del programa nacional de

29

tratamiento. Estas últimas fueron seleccionadas por ser similares a las comunidades bajo

tratamiento en lo que respecta a su ubicación geográfica, superficie y actividad económica.

En ambos grupos de comunidades se realizaron estudios transversales.

Se recolectaron 3.705 muestras de materia fecal correspondientes a niños en edad escolar

de 31 comunidades (1.752 niños) bajo tratamiento y de 27 comunidades (1.953 niños) no

tratadas. Con el propósito de indagar el efecto del tratamiento en la transmisión de

geohelmintos, también se analizaron muestras de niños de 0-5 años que no había recibido

ivermectina. Se analizaron un total de 776 y 925 niños de 18 comunidades tratadas y 18

comunidades no tratados, respectivamente.

Se estimaron las odds ratio ajustadas para los datos de prevalencia utilizando modelos

logísticos multinivel. En el análisis, se controlaron potenciales factores de confusión. Se

utilizo un análisis multinivel debido a la gran variación que se observo en la prevalencia de

geohelmintos entre las comunidades bajo estudio. Respecto a la intensidad, por tratarse de

datos de conteo con muchos ceros y gran dispersión en los datos, se utilizo un modelo

binominal negativo de cero- inflado (ZINB). El tratamiento con ivermectina se asoció con

una reducción significativa en la prevalencia de la infección con cualquiera de los

geohelmintos y se observo una tendencia de descenso asociado con la edad en la

prevalencia e incidencia de ambas infecciones. En las comunidades tratadas, entre los niños

preescolares - no elegibles –las infecciones ocasionadas por alguno de los geohelmintos,

también fueron significativamente menores.

Este estudio demostró que los tratamientos periódicos con ivermectina de largo plazo

pueden tener importantes efectos sobre la prevalencia y la intensidad de las infecciones

ocasionadas por T. trichiura pero pocos efectos sobre A. lumbricoides y las infecciones

ocasionadas por anquilostomas. De hecho la prevalencia fue significativamente mayor

entre los niños tratados en comparación con los niños no tratados.

3.2.- Estudios Seccionales con grupo de control histórico.

Programas de Control implementados en cuatro países utilizan este tipo de diseño para

evaluar el impacto del tratamiento medicamentoso masivo en las áreas bajo Programa.

En México (OMS, 1996), con el propósito de evaluar el impacto del suministro masivo de

albendazol (400 mg) reiterado cada 4 meses que alcanzó a más de 10,5 millones de niños de

1.500 municipios se realizaron encuestas centinelas en niños de 18 comunidades, antes y

después de cada una de las 5 intervenciones. En éste estudio de evaluación, en todas las

Page 30: “Evaluación de impacto del programa nacional de

30

oportunidades se estudiaron los mismos conglomerados de viviendas, las mismas escuelas

y el mismo niño antes y después del tratamiento pero no necesariamente se estudiaron a los

mismos niños en las cinco reexaminaciones.

Los valores de referencia se obtuvieron de 9.337 niños, y para las reexaminaciones

posteriores se reunieron 8.644, 7.068, 7.360, y por ultimo de 6.883 niños. Las encuestas

centinela ofrecieron información sobre los grupos y sitios de interés (OMS, 1996) y

concluyeron en que el tratamiento masivo con albendazol a niños de 2 a 14 años de edad

residentes en municipios de alto riesgo produjo satisfactorias tasas de curación (del 83% a

93%) y una disminución en la intensidad de la infección.

Por su parte, en Indonesia (Oqueka, T., et al, 2005) donde desde el 2001 se implementa el

Programa Mundial de Eliminación de Filariasis linfática mediante el cual se realiza

anualmente tratamiento masivo a todas las personas en riesgo de infección con una dosis

de dietilcarbamazina combinada con albendazol se realizó un estudio de seccional en uno

de los pueblos bajo programa considerado endémico para B. timori. En este país,

inicialmente se había propuesto un estudio de evaluación en una cohorte pero debido a la

migración de sus habitantes por trabajos temporales los datos fueron analizados mediante

un enfoque transversal. Solo la información de aquel porcentaje de la población que

participo en todos los relevamientos fue analizado como una cohorte.

Así, en los cuatro (4) estudios seccionales realizados entre 2001 y 2004, se alcanzó

aproximadamente el 37 y 51% de la población (alrededor de 1.500 individuos). Respecto a

las cohortes, sólo 145 personas participaron en las cuatro encuestas para filariasis y 226 en

los tres estudios que se realizaron para helmintos.

Los autores sostienen que los resultados confirman que el tratamiento combinado de

DEC y ALB aplicado a nivel de la comunidad permite una reducción en la prevalencia y en

la intensidad de la infección de B. timori. Asimismo, sostienen que se evidenció un impacto

positivo en la disminución de la prevalencia de A lumbricoides y T. trichiura, pero

principalmente sobre la anquilostomiasis. Si bien se identifican variaciones, sostienen que

las tendencias de los resultados son similares en el estudio transversal como en el análisis

de cohorte.

En el marco de la misma iniciativa implementada en Haití, una evaluación de impacto se

llevo a cabo con el propósito de evaluar el impacto de las terapias combinadas (DEC+ALB)

en los helmintos intestinales, Ascaris, Trichuris y anquilostomas, después de dos rondas de

desparasitación masiva. Para el estudio, se seleccionaron cuatro (4) comunidades centinelas

de manera previa a la primera intervención en las cuales se recolectaron 2.716 muestras.

Después de la primera intervención, por cuestiones costos, solo se recolectaron se

Page 31: “Evaluación de impacto del programa nacional de

31

examinaron 508 niños de dos (2) comunidades pero nueve meses después de la segunda

ronda de desparasitacion las cuatro (4) comunidades fueron muestreadas nuevamente

adicionando un total de 814 niños (Beau de Rochars, M., et al, 2004).

Para el análisis de datos se utilizo regresión Poisson, controlando el efecto de las aldeas

para calcular las tasas ajustadas al riesgo del post tratamiento en relación con la línea de

base pre-tratamiento de Ascaris, Trichuris, y la infección por anquilostomas.

Para la estimación de la intensidad de la infección, las medias geométricas para la carga

huevos antes y después de dos años de tratamiento masivo se calcularon sobre la

transformación logarítmica de los datos. Se utilizo regresión lineal multivariada, y se

consideró el efecto de las aldeas y la edad del paciente para comparar el recuento de

huevos por gramo en el momento basal y dos años después del tratamiento masivo.

A partir del análisis de los datos los autores concluyen que después de dos rondas de

desparasitación masiva las prevalencias de las infecciones ocasionadas por Ascaris,

Trichuris y anquilostomas en las comunidades centinelas se redujeron en un 24,9%, 55,3% y

82,1%, respectivamente. También se produjo una disminución comparable o superior en la

intensidad de la infección.

De manera similar al diseño de evaluación utilizado en Haití, en Egipto también se

seleccionaron comunidades centinelas para evaluar el Programa de eliminación de filaria

linfática (Ramzy, et al., 2006). Si bien de manera previa al inicio del tratamiento, se

seleccionaron dos comunidades ubicadas en zonas que presentaban una mayor tasa de

prevalencia y otras dos en zonas con tasas más bajas de prevalencia, los residentes de las 4

comunidades recibieron tratamiento masivo combinado de DEC más ALB.

En las cuatro (4) comunidades seleccionadas se realizaron tres encuestas. Una en las

comunidades para evaluar el cumplimiento del tratamiento, las tasas de prevalencia de

antigenemia filarias y las tasas de prevalencia de microfilaremia; otra a escolares para

detectar anticuerpos contra un antígeno recombinante filarias (Bm14), y, un testeo de

mosquitos para determinar las tasas de infección. Se adicionaron aproximadamente 500

personas en cada comunidad, exceptuando una en la que solo se seleccionaron 250

individuos dado que su población total era menor. Las encuestas repetidas (transversales)

se realizaron antes de la primera ronda del tratamiento masivo y entre 7 y 10 meses

después de cada una de las intervenciones medicamentosas.

Modelos con efectos aleatórios para cada área fueron ajustados para estimar las tasas de

prevalencia de antigenemia filarias circulantes y microfilaremia y, para cargas de

microfilaremia en la comunidad con el propósito de evaluar los cambios en estas variables

a lo largo del tiempo.

Page 32: “Evaluación de impacto del programa nacional de

32

Los autores concluyen que, en general, en ambas comunidades todas las variables bajo

estudio, mostraron un descenso significativo desde el momento previo a la intervención

hasta completar las 5 rondas de tratamiento masivo, alentando que este tipo de

intervenciones puede eliminar la filariasis en las localidades más endémicas de Egipto.

3.3.- Estudios de Cohorte con grupo paralelo.

Este diseño de estudio se implemento en India, con propósito de evaluar los efectos de la

desparasitación sobre la desnutrición en niños (Awasthi, S., et al, 2008).

Para el estudio, del total de centros escolares localizados en los barrios marginales, que

cada 6 meses suministran a los niños menores de 5 años un complejo de vitamina A, se

seleccionaron 50 barrios de fácil acceso. De ellos, un grupo de 25 se selecciono al azar. En

todos los barrios se continúo con el suministro de vitamina A, a excepción de estos 25

barrios donde además se ofreció a albendazol (400 mg) junto con la vitamina A. Los

indicadores monitoreados para determinar posibles cambios en el nivel de desnutrición

fueron el peso y la altura, tanto en la encuesta de referencia como cada 6 meses durante dos

años, realizando en total 5 mediciones (monitoreos).

Para la encuesta de referencia se reclutaron 3.935 niños de los cuales, 1.968 pertenecían al

grupo que recibiría albendazol junto con la vitamina A y, 1.967 al grupo que continuaba

recibiendo de manera habitual la vitamina A. En las 5 visitas se obtuvieron datos del peso y

altura de al menos el 94% de los niños de cada grupo. A partir del análisis de los datos

realizados, los autores concluyen que los niños que integraban el grupo albendazol

mostraron un aumento de peso sustancial pero debido a que no analizan determinaciones

de laboratorio desconocen la carga parasitaria razón por la cual esos resultados no pueden

generalizarse u atribuirse por completo al suministro del antihelmíntico.

3.4.- Estudios de Cohorte con grupo de control histórico.

Este tipo de estudios fue utilizado por tres países en la evaluación de sus respectivos

Programas de control. Dos de ellos, pertenecen a la Iniciativa de Control de la

Esquistosomiasis (SCI) por la cual más de 20 millones de tratamientos fueron

administrados entre 2005 – 2006 en 6 países de África Subsahariana.

En este contexto a partir del 2004, Burkina Faso dio inicio a su Programa Nacional de

control alcanzando en el 2005 una cobertura superior a los 3,3 millones de niños en edad

Page 33: “Evaluación de impacto del programa nacional de

33

escolar con la primera dosis de tratamiento antihelmíntico (Touré, S., et al, 2008). La

estrategia adoptada en este país consistió en el suministro del tratamiento antihelmíntico de

una dosis de Prazicuantel (600 mg comprimidos) contra la esquistosomiasis y una dosis

única de Albendazol (400 mg) contra geohelmintiasis, una vez cada dos años, a todos los

niños de entre 5 y 15 años de edad.

La estrategia de evaluación de la intervención consistió en examinar una cohorte de

niños matriculados en las escuelas en la línea de base y, en dos momentos posteriores al

tratamiento masivo: al año del tratamiento (2005) y después de 2 años de tratamiento

(2006). Adicional a esta cohorte, se llevó a cabo un estudio transversal durante el segundo

seguimiento (2 años después del tratamiento), en el que un grupo de niños de entre 7 y 14

años que no formaban parte de la cohorte original con el propósito de confirmar y validar

los datos de la cohorte.

De 1.727 niños reclutados en la encuesta de referencia, 763 fueron seguidos

correctamente y re-examinados en los dos seguimientos. A partir de los exámenes

parasitológicos de Schistosoma haematobium y Schistosoma mansoni, se analizaron las

prevalencia e intensidad de las infecciones antes y después del tratamiento. Para el análisis

se utilizó la media aritmética de la intensidad de las infecciones. Las diferencias de los

datos longitudinales de la cohorte fueron analizadas mediante el test de McNemar para la

prevalencia y la prueba de Wilcoxon por suma de rangos para las intensidades medias.

Para el análisis de sección transversal se uso prueba de χ² para comparar las diferencias en

la prevalencia y la prueba de Kruskal-Wallis para comparar las diferencias en las

intensidades medias.

A partir del análisis de los datos los autores concluyen que una sola ronda de tratamiento

con Prazicuantel redujo considerablemente la prevalencia de la infección por S.

haematobium en un 87% y la intensidad de la infección un 92,8%, 2 años después del

tratamiento. Los resultados de la encuesta transversal confirmaron el impacto sobre la

infección, destacando que la proporción de niños en edad escolar densamente infectados

disminuyo de un 25% a cerca del 2-3%, a los 2 años del tratamiento.

En Uganda donde el Programa de Control suministra tratamiento antihelmíntico a nivel

poblacional a casi un total de 3 millones de habitantes (Kabatereine, N.B., et al, 2007) una

vez por año, se desarrollaron tres encuestas longitudinales anuales para determinar el

estatus de la infección, la concentración de la hemogoblina e indicadores clínicos en una

cohorte de de niños de entre 6 y 14 años seleccionados al azar en 37 escuelas localizadas en

8 distritos. Los distritos fueron seleccionados con el propósito de representar diferentes

escenarios de transmisión y, al interior de cada uno de ellos, las escuelas se estratificaron de

Page 34: “Evaluación de impacto del programa nacional de

34

acuerdo a la prevalencia de infección de S. mansoni, resultando: dos escuelas con alta

prevalencia (>50%), dos con prevalencia media (10 – 49%) y, una escuela con baja

prevalencia (< 10%). En cada escuela, se seleccionaron al azar 30 niños de cuatro grupos de

edad: 6, 7, 8 y 11 años, adicionando un total de 120 niños por escuela. En la encuesta de

referencia la cohorte adiciono 4.351 niños de 37 escuelas, de los cuales 2.815 (64,7%) fueron

examinados al año de seguimiento y, 1.871 (43,0%) permanecieron en el seguimiento por

los dos años.

Para investigar los efectos del tratamiento se utilizo un análisis multivariado. Se realizó

un análisis multinivel que dio cuenta de la interdependencia de las observaciones. Para

analizar los cambios en los niveles de Hb entre los niños en relación con categoría de

intensidad de la infección de S. mansoni y/o uncinarias, utilizaron modelos lineales con

efectos aleatorios, ajustados por edad, sexo y estado de la anemia. Al inicio y cada año

posterior al tratamiento la Hemoglobina fue modelada mediante modelos de 3 niveles,

donde el nivel 1 represento los tres puntos en el tiempo, el nivel 2 los niños y el nivel 3 las

escuelas.

Para el conteo de huevos se ajustó un modelo lineal jerárquico bayesiano sobre una

transformación logarítmica del conteo de huevos de S. mansoni. .

Los autores concluyen que el tratamiento antihelmíntico suministrado en el marco del

Programa de control logró una disminución en la infección y morbilidad así como también

mejoró la concentración de la hemoglobina. A partir del análisis de los datos observan que

el impacto de la intervención en la prevalencia e intensidad de la infección por S. mansoni y

Uncinarias fue similar al proyectado por los modelos matemáticos que predicen el impacto

de la quimioterapia y observaron mejoras en la concentración de hemoglobina entre los

niños que estaban anémicos en la línea de base.

Por su parte, en Nigeria (Emukauh, EC, et al, 2004) se distribuyeron más de 18,3 millones

de tratamientos de ivermectina oral con el propósito de prevenir la morbilidad relacionada

con la oncocercosis.

El igual que en Burkina Faso y en Uganda, para la evaluación de impacto se llevo a cabo

un estudio longitudinal de cohorte con el objetivo de determinar mediante cuatro

indicadores de morbilidad, si hubo una reducción en la prevalencia de la oncocercosis entre

los residentes de ocho (8) comunidades en las que se suministro ivermetica de manera

anual desde el año 1995. Previo al inicio de la intervención, se recolectaron datos de

referencia de una muestra al azar compuesta por entre 50 y 100 personas adultas en cada

una de las ocho comunidades centinelas. En el 2002 se reiteraron los exámenes.

Page 35: “Evaluación de impacto del programa nacional de

35

De las 462 personas que integraron la cohorte en 1995, 411 fueron localizadas para los

estudios en el 2002. Se estimo la prevalencia total de la cohorte para los cuatro indicadores

de morbilidad atribuible a la oncocercosis (nódulo, erupción cutánea, piel de leopardo, o la

pérdida de agudeza visual). En 1995 y 2002 las cifras de prevalencia para cada uno de los

indicadores de morbilidad se compararon estadísticamente como observaciones

independientes, usando el test de chi-cuadrado. La extrapolación de los resultados sobre el

impacto de la ivermectina en la agudeza visual a toda la población en riesgo del área, se

realizó aplicando las tasas de pérdida de visión antes y después en el período de ocho años

de la cohorte, al número estimado de adultos que viven en pueblos endémicos del Estado

de Imo.

Al reexaminarlas, se observo una importante disminución en todos los parámetros -69%

en las tasas de nódulo, 95% en la dermatitis popular y, 94% en la discapacidad visual grave

– a excepción de la piel de leopardo que se sostuvo en un 14%. Casi no se diagnosticaron

nuevas lesiones atribuibles a la oncocercosis.

Page 36: “Evaluación de impacto del programa nacional de

36

4.- Conclusiones

Esta revisión de literatura permitió identificar cuatro (4) diseños de estudio que buscan

dar cuenta del impacto de Programas de control que tienen por estrategia principal el

tratamiento masivo reiterado en diversas comunidades.

Si bien los estudios experimentales, es decir aquellos que incluyen un grupo control, son

considerados el paradigma que permiten realizar inferencias de relaciones causa – efecto,

su aplicación en evaluaciones de intervenciones de base comunitaria son difíciles de

desarrollar (Carneiro, 2002; Brooker, 2004). En la revisión de la literatura se observa que los

diseños mas utilizados fueron aquellos que indagan el impacto de la intervención a partir

de un grupo de control histórico ya sea en estudios seccionales o de cohorte. Los estudios

que utilizan una cohorte, en su mayoría, presentan una gran cantidad de perdidas de

individuos a lo largo del seguimiento. Como fue descrito previamente, esto representa un

serio problema de sesgo en la estimación de los parámetros de interés.

El análisis estadístico de los datos en cada estudio, depende del diseño utilizado para

evaluar el impacto. En este sentido, en los estudios de cohorte, dado que las observaciones

recolectadas pertenecen a los mismos individuos en diferentes momentos del tiempo, se

consideran modelos con efectos aleatorios con el objetivo de controlar una correlación

existente entre esas medidas. Modelos con efectos aleatorios también son considerados

cuando es necesario tener en cuenta el efecto de conglomerados, es decir, escuelas o

comunidades.

Asimismo, la mayor parte de ellos evalúan la efectividad del tratamiento a través de

indicadores parasitológicos es decir, prevalencia e intensidad de la infección, interpretadas

como la tasa de curación y la tasa de reducción de huevos, respectivamente. Una menor

cantidad de estudios evalúa el efecto del tratamiento a través de marcadores indirectos, ya

sea anemia por deficiencia de hierro, dificultades en el crecimiento, desnutrición, reducción

de la capacidad cognitiva o algún otro indicador de morbilidad asociado con la parasitosis

para la cual se suministra el tratamiento.

Respecto a la cantidad de mediciones realizadas en los estudios relevados, se observa que

los estudios seccionales que dan cuenta del comportamiento de las medidas parasitológicas

dan cuenta de una mayor cantidad de mediciones en el tiempo.

En lo que respecta al medicamento utilizado, gran parte de los Programas de control

utilizan terapias combinadas, en tanto buscan la reducción de más de una especie de

parasitosis. Respecto al fármaco utilizado contra las geohelmintiasis se observa la

utilización de albendazol.

Page 37: “Evaluación de impacto del programa nacional de

Maestría en Epidemiología en Salud Pública. FIOCRUZ - ANLIS Proyecto de Tesis

Anabel Fernández Prieto

37

Tabla Nº1.

Principales características de los estudios incluidos en la revisión.

Referencia Pais Tipo de estudio ObjetivoIntervalos de Tratamiento

Medicamento Poblacion bajo estudioCatindad de mediciones

Indicadores

Moncayo A.L., et al , 2008 EcuadorSeccional con grupo paralelo

Investigar el efecto del tratamiento masivo a largo plazo en prevalencia e intensidad

Anual o bianual Ivermectina

En 31 comunidades tratadas: 1,752 niños;En 27 comunidades no tratadas: 1,953 niños.726 niños no elegibles en 18 comunidades tratadas;925 niños no elegibles en 18 comunidades no tratadas.

1Parasitologicos (Prevalencia - Intensidad)

Awasthi, S., et al , 2008 IndiaCohorte con grupo paralelo

Evaluar los efectos de la desparasitación sobre la desnutrición

SemestralAlbendazol + Vitamina A

En 25 comunidades tratadas: 1.968 niñosEn 25 comunidades sin tratar: 1.967 niños

5Clinicos (Medidas antropometricas)

OMS, 2006 MexicoSeccional con grupo de control histórico

Investigar el efecto del tratamiento masivo en prevalencia e intensidad

Trianual Albendazol 18 comunidades. Posterioe a la 1º ronda: 9337, a la 2º ronda: 8644, a 3º ronda: 7068, a 4º ronda: 7360, y a 5º ronda: 6883, niños.

5Parasitologicos (Prevalencia - Intensidad)

Oqueka, T., 2005 IndonesiaSeccional con grupo de control histórico

Investigar efecto de la prevalencia y en la intensidad de las infecciones por de B. timori y helmintos.

AnualDieticarbamazina + Albendazol

1500 aproximado en cada estudio seccional;(1 cohorte de 145 individuos para filaria y 1 de 226 para helmintos)

4Parasitologicos (Prevalencia - Intensidad)

Beau de Rochars, M., et al , 2004 HaitiSeccional con grupo de control histórico

Evaluar el impacto de las terapias combinadas (DEC+ALB) en los helmintos intestinales

AnualDieticarbamazina + Albendazol

Línea de base: 2716. Posterior a 1º ronda: 508, a la 2º: 814 niños

3Parasitologicos (Prevalencia - Intensidad)

Ramzy, MRM., et al, 2006 EgiptoSeccional con grupo de control histórico

Evaluar impacto de la implementación de Programa de eliminación de filaria linfática

AnualDieticarbamazina + Albendazol

1750 individuos aprox. 5Parasitologicos (Prevalencia - Intensidad)

Touré, S., et al , 2008Burkina Faso

Cohorte con grupo de control histórico.

Investigar el efecto del tratamiento masivo en prevalencia e intensidad

BianualPrazicuantel y Albendazol

763 niños (44% de la cohorte inicial de LB) 2Parasitologicos (Prevalencia - Intensidad)

Kabatereine, N.B., et al , 2007 UgandaCohorte con grupo de control histórico.

Investigar el efecto del tratamiento masivo en prevalencia e intensidad

AnualPrazicuantel y Albendazol

4351 niños de 37 escuelas en LB, de los cuales 2.815 (64,7%) fueron examinados en el I seguimiento y, 1.871 (43,0%) en el II

3Parasitologicos (Prevalencia - Intensidad)Clínicos

Emukauh, E.C., et al , 2004 NigeriaCohorte con grupo de control histórico.

Evaluar efecto del tratamiento masivo en prevalencia de la oncocercosis

Anual Ivermectina 462 individuos en LB, 411 a los 5 años. 2Clinicos (indicadores de morbildad)

Page 38: “Evaluación de impacto del programa nacional de

Maestría en Epidemiología en Salud Pública. FIOCRUZ Anabel Fernández Prieto

38

CAPITULO III. PROPUESTA DE EVALUACIÓN PARA EL PROGRAMA

NACIONAL DE DESPARASITACIÓN MASIVA EN LA ARGENTINA.

En Argentina, entre los años 2005 y 2007 se implementó un Programa de control de

geohelmintiasis que suministro tratamiento masivo y reiterado a aproximadamente a 1,2

millones de niños. Este capítulo presenta el Programa de desparasitación implementado.

Luego, a partir de los datos disponibles propone un modelo estadístico para evaluar el

impacto de la intervención en niveles poblacionales presentando los resultados obtenidos. El

análisis de los datos no permite obtener conclusiones sobre la efectividad de la intervención

pero si suscita una revisión critica del diseño de evaluación propuesto. Seguidamente, se

simulan dos tipos de estudios a partir de los cuales se destacan las ventajas, limitaciones y

resultados esperados en caso de optar por alguno de ellos. Asimismo, se concluye sobre

posibles resultados para el PNDM a partir del tipo de estudio por el propuesto.

1.- Epidemiología en la Argentina. En la Republica Argentina se reconocen dos áreas endémicas primarias de geohelmintiasis,

ambas con clima subtropical situadas al norte del país abarcando las regiones del Noreste y

Noroeste. Estas regiones tienen una extensión de aproximadamente 700 mil Km2 y

representan el 18,5% de la superficie total del territorio nacional. Se estima que en estas

regiones residen alrededor de 7,8 millones de personas en condiciones de alto riesgo de las

cuales el 40% son niñas/os de entre 0 a 14 años (INDEC, 2001).

Si bien el resto del país no es considerado de alto riesgo, se reconocen áreas endémicas

secundarias en las que se identifican focos de transmisión activos que se generan a partir de

la confluencia de factores predisponentes tales como un microclima cálido, suelos con

humedad permanente, detritus orgánico, bacterias y personas parasitadas con hábitos

higiénicos inadecuados y deficientes condiciones de saneamiento ambiental (PROAPS –

Remediar, 2007).

Respecto a las prevalencias halladas, las estimaciones indican que en Argentina habría

aproximadamente 3.000.000 de niños parasitados con Ascaris lumbricoides, 800.000 con

Trichuris trichiura, 800.000 con Necator americanus, 1.000.000 de niños y adultos con

Ancylostoma duodenale y 1.000.000 con Strongyloides stercoralis, estando, en su gran

mayoría poliparasitados (PROAPS – Remediar, 2007). No obstante, la distribución de la

prevalencia de las geohelmintiasis es variable (0,6% - 75%) y se distribuye de manera

heterogenea (Gamboa, et al., 2003; 2009).

Page 39: “Evaluación de impacto del programa nacional de

Maestría en Epidemiología en Salud Pública. FIOCRUZ Anabel Fernández Prieto

39

Diversos estudios hallados dan cuenta de prevalencias en áreas acotadas generalmente

circunscriptas a comunidades o barrios puntuales de algunos municipios (Gamboa, et al.,

1998; Pezzani, et al., 1996; Zonta, et al., 2007), impidiendo contar con datos de prevalencia en

niveles de análisis mayor, como provincias.

Entre los factores que explicarían esta debilidad se encuentra la no-obligatoriedad de

notificación por parte de los servicios de salud de los casos de esta infección. Pese a las

estimaciones alarmante de la OMS sobre las personas que estarían afectadas y, a partir de las

cuales promueve intervenciones masivas sin diagnostico previo, las parasitosis intestinales

no se encuentran entre los eventos que el profesional de la salud se encuentra obligado a

notificar al Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Ley 15.465).

2.- Descripción del Programa.

A inicios del 2005, el Ministerio de Salud de la Nación de Argentina diseñó el Programa

Nacional de Desparasitación Masiva (PNDM), e impulsó su implementación en consenso con

las jurisdicciones. Este Programa se orientó a disminuir en forma sostenida la prevalencia de

geohelmintos en la población infantil de 2 a 14 años de las áreas afectadas, reduciendo la

contaminación del medio ambiente con materias fecales humanas portadoras de huevos o

larvas de geohelmintos, especialmente en áreas marginales donde se asientan urbanizaciones

que carecen de servicios sanitarios básicos. Su estrategia de intervención estuvo basada en

dos ejes a) el tratamiento medicamentoso masivo reiterado a poblaciones con elevadas tasas

de infestación y exposición al riesgo y, b) la promoción de contenidos de educación sanitaria

que mejoren la higiene ambiental y medidas de saneamiento ambiental.

El tratamiento medicamentoso debía reiterarse cada 6 meses, con una duración de dos

años. En este sentido, la propuesta preveía que cada niño recibiera 4 dosis de mebendazol.

Para la definición de las áreas en las que se implementaría el tratamiento antihelmíntico

masivo, dado que se desconocía los niveles de prevalencia, los departamentos de las

Provincias inicialmente fueron asignados a un ranking de condiciones de riesgo socio-

ambiental, elaborado en función de un índice construido con 4 indicadores: i) cantidad de

hogares que habitan en viviendas con piso de tierra o ladrillo suelto; ii) cantidad de hogares

que habitan en viviendas sin agua corriente; iii) cantidad de hogares que habitan en

viviendas con retrete sin descarga de agua o sin retrete y, iv) densidad de población por Km2.

Una vez identificados los departamentos con potencial compromiso ambiental y

epidémico, las autoridades sanitarias locales definían zonas al interior de esos

departamentos en las que se realizaría la encuesta de referencia inicial para determinar los

Page 40: “Evaluación de impacto del programa nacional de

Maestría en Epidemiología en Salud Pública. FIOCRUZ Anabel Fernández Prieto

40

niveles de prevalencia e intensidad de la infección. Para ello, se seleccionaron 130 niños de

entre 2 y 10 años. La selección se realizo por un muestreo a conveniencia con el criterio de

que los niños vivieran en esas áreas de manera estable. Para la encuesta de referencia se

solicitaba por cada niño: a) una muestra de materia fecal de tres días alternos; b) una muestra

de tierra del peridomicilio del niño y c) una evaluación de factores de exposición a los que se

encontraba expuesto el grupo familiar. A partir de los resultados arrojados por esta encuesta

de referencia se determinaba si el tratamiento masivo medicamentoso reiterado sería

implementado o no. Una vez procesadas las muestras y en conocimiento de las prevalencias

halladas, las autoridades locales evaluaban si el tipo de estrategia a implementar debía

consistir en el suministro masivo de antihelmíntico a la población de referencia del

Programa.

A partir de este análisis, en el transcurso de tres años 110 departamentos distribuidos en 11

provincias de la Argentina fueron seleccionados para suministrar tratamiento antihelmíntico

masivo.

Identificadas las áreas con elevada prevalencia, el PNDM suministraba tratamiento

antihelmíntico a los niños en edad pre-escolar (2-5 años) y escolar (5-14 años) residentes en

esas áreas. Para ello, las jurisdicciones informaban al nivel central la cantidad de niños que

recibirían tratamiento en cada una de las áreas programáticas y, la medicación era remitida a

los Centros de Salud desde los cuales se organizaban y llevaban a cabo las rondas de

desparasitación en la comunidad. La solicitud de medicación al nivel central se realizaba de

manera previa a cada una de las 4 (cuatro) intervenciones medicamentosas propuestas por el

Programa.

A partir de la cantidad de población bajo Programa informada por cada jurisdicción al

inicio de la intervención y plasmada en la I solicitud de dosis, la población objetivo del

Programa fue de aproximadamente 1,26 millones de niños de 2 a 14 años.

El Programa impulsaba el tratamiento masivo y reiterado con dosis única de Mebendazol

(jarabe 25 ml al 2% o comprimidos de 500 mg) en los niños de 2 a 14 de años con intervalos

de 6 meses por un periodo consecutivo de dos años, aproximadamente (4 dosis).

A diferencia otras experiencias o recomendaciones de la OMS, en el marco del PNDM la

dispensa del antihelmíntico se realizaba en los hogares y no en las escuelas. Para ello agentes

sanitarios y promotores de salud de los Centros de Atención Primaria recorrieron los hogares

y, previo consentimiento informado del padre o tutor, medicaban a los niños supervisando la

toma del antihelmíntico.

Page 41: “Evaluación de impacto del programa nacional de

Maestría en Epidemiología en Salud Pública. FIOCRUZ Anabel Fernández Prieto

41

En marco del Programa Nacional de Desparasitación fueron suministradas más de 3.5

millones de dosis de Mebendazol 500 mg., y no se reportaron casos de efectos adversos en

los niños que recibieron la medicación.

La logística de la dispensa del medicamento estuvo a cargo del personal de salud de cada

una de las jurisdicciones que implementó el tratamiento masivo. Por su parte, el nivel central

adquirió centralizadamente y distribuyo las dosis necesarias, los insumos requeridos para la

recolección, procesamiento y análisis de las muestras de laboratorio en todas las

jurisdicciones, y materiales de capacitación en educación sanitaria. Asimismo se llevaron a

cabo un conjunto de actividades de formación y actualización de recurso humanos. Estas

estuvieron destinadas tanto a los integrantes de los laboratorios responsables de realizar los

análisis de las determinaciones recolectadas como a los equipos de salud que realizaron las

rondas de desaparasitación en la comunidad. Esto adiciono una transferencia total de

aproximadamente 1.7 millones de pesos. En términos relativos, el 67 % correspondió al

Mebendazol ($1.187.180), el 29% a capacitación y materiales de educación sanitaria ($502.263)

y, el restante 4% a insumos de laboratorio.

Page 42: “Evaluación de impacto del programa nacional de

Maestría en Epidemiología en Salud Pública. FIOCRUZ Anabel Fernández Prieto

42

3.- Método de evaluación de impacto del PNDM.

Con el propósito de evaluar el impacto del tratamiento masivo y monitorear el desarrollo

de la intervención, en cada jurisdicción se debía seleccionar un conjunto de niños que serían

examinados de manera posterior a cada una de las rondas de desparasitación.

Para ello, de los 130 niños que habían integrado la encuesta de referencia de cada

jurisdicción se seleccionaban todos aquellos niños que su examen de muestra fecal había

arrojado un resultado positivo y una cantidad equivalente de niños con resultado negativo.

En cada jurisdicción el subconjunto de niños positivos y negativos debía ser monitoreado en

4 momentos.

Al igual que con la encuesta de referencia las determinaciones eran analizadas con

métodos clásicos (Telemann, Willis, Stoll) por el laboratorio de referencia a nivel local y

luego enviadas a nivel central para su control de calidad. Los reportes debían dar cuenta de

todas las estructuras parasitarias halladas y realizar el recuento de huevos en aquellas

determinaciones positivas para geohelmintos.

Si bien para la encuesta de referencia, en cada jurisdicción, la recolección de las 130

muestras coproparasitológicas fue posible, no sucedió lo mismo con el subconjunto de niños

seleccionados para realizar el seguimiento a lo largo de las intervenciones. En todos los casos

las pérdidas fueron elevadas y, de manera similar a lo observado otros estudios, el porcentaje

de pérdidas de niños con resultado positivo en la encuesta de referencia fue mayor.

Otro problema estuvo relacionado con los datos correspondientes al recuento de huevos,

debido a que en la mayoría de los casos positivos el recuento de huevos no fue informado de

manera correcta.

3.1.- Área y Población bajo estudio.

Para el presente análisis se consideraron los resultados obtenidos en los exámenes

realizados de manera previa a la primera intervención medicamentosa y en los diversos

monitoreos a lo largo del tiempo en niños pertenecientes a áreas de dos Provincias

argentinas: Salta y, Tucumán. Solo se han considerado estas dos provincias debido a que en

las restantes se observo una baja prevalencia en la línea de base previa intervención. Para la

población bajo estudio se han incluido aquellos casos que al menos fueron testeados en

alguno de los monitoreos pos tratamientos.

Page 43: “Evaluación de impacto del programa nacional de

Maestría en Epidemiología en Salud Pública. FIOCRUZ Anabel Fernández Prieto

43

3.2.- Información considerada en el estudio.

Para el presente estudio han sido considerados los niveles de prevalencia de dos (2) de los

cuatro (4) geohelmintos, a saber; Ascaris lumbricoides y Trichuris trichiura. Este recorte

obedece a que ambos geohelmintos son los de mayor prevalencia en el país y que el

Mebendazol es el fármaco de primera elección frente a las infecciones ocasionadas por estas

parasitosis en este tipo de intervenciones.

4.- Datos y modelo utilizado.

Para el análisis, los datos se organizaron en cuatro (4) columnas. La primera representa la

línea de base y las restantes tres (3) columnas las medidas relativas a las mediciones

posteriores a cada una de las intervenciones medicamentosas. Cada una de estas columnas

corresponde a variables binarias, siendo 1 (para niños infectados al menor por uno de los dos

geohelmintos) y 0 (para niños no infectados). De este modo, cada dos (2) de estas columnas

adyacentes es posible obtener una probabilidad de transición de que un niño este infectado

en el momento j, dado que no estaba infectado en el momento j-1 y, la probabilidad de que

este infectado en el momento j, dado que no estaba infectado en el momento j-1.

El objetivo del modelo propuesto consiste en evaluar el impacto del suministro de

tratamiento antihelmíntico masivo reiterado en la población bajo estudio, mediante la

estimación de prevalencias poblacionales en las áreas consideradas de alto riesgo de manera

posterior a cada una de las intervenciones. No se diseño ningún modelo para analizar los

resultados en recuento de huevos – intensidad-, debido a que no se contó con esta

información.

Dado que el diseño de estudio propuesto originalmente por el Programa no consistía en

seguir una cohorte de una muestra representativa de la población, sino muestras

seleccionadas de niños inicialmente infectados y no infectados, se pensó un modelo que

permitiera obtener estimaciones aproximadas de las prevalencias poblacionales a fin de cada

intervención.

Siendo I1, I2 e I3 eventos que expresan que “el individuo esta infectado” en la población de

estudio después de las intervenciones 1, 2 y 3 y, I0 el evento de que “el individuo estaba

infectado antes de las intervenciones”, el objetivo del trabajo mediante el análisis de los datos

propone obtener prevalencias asociadas a cada uno de los eventos I1, I2 e I3, es decir, después

de cada una de las intervenciones medicamentosas.

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Maestría en Epidemiología en Salud Pública. FIOCRUZ Anabel Fernández Prieto

44

En este sentido, para obtener una estimación de la prevalencia global inicial, o sea, antes

de la primera intervención podemos considerar la siguiente expresión matemática,

( ) ( )1....

ˆ.....ˆˆˆPr

1

332211

k32

kko n+n+n+n

np+np+np+np=I

∗∗∗∗

donde in , representa la cantidad de niños entre 2 y 14 años en el área i (i=1,…,k) en riesgo y,

ip̂ , la prevalencia estimada de esta área donde se implemento el tratamiento masivo. Así la

prevalencia inicial estimada consiste en una prevalencia ponderara de las prevalencias

halladas en cada área.

A partir de la prevalencia inicial podemos obtener aproximaciones para la prevalencia

después de la primera intervención, utilizando cálculos de probabilidades:

( ) ( ) ( )( )( ) ( )( )( ) ( ) ( ) ( )001001

0101

01011

PrPrPrPr

PrPr

PrPr

II|I+II|I

II+II

IIII=I

=

∩∩=

∩∪∩

Las probabilidades condicionales de ( )01Pr I|I y ( )01Pr I|I se obtienen directamente de la

muestra de monitoreo. Por su parte, el valor estimado de ( )1Pr I pasará a ser asumido como

la nueva prevalencia que incide sobre la población del estudio y, es utilizada para obtener la

estimación de ( )2Pr I . De manera general, para las intervenciones 1, 2 y 3, tenemos que:

( ) ( ) ( ) ( ) ( ) )2(PrPrPrPrPr 1111 −−−− jjjjjjj II|I+II|I=I

Cabe resaltar, que estas aproximaciones poseen puntos en común con los descriptos por

Levin (1953) para describir el riesgo atribuible poblacional. En este contexto, el riesgo en la

población total es una suma ponderada de los riesgos entre los expuestos y no expuestos en

la población. Una idea semejante será utilizada en este trabajo y descrita a continuación.

Aunque sea posible obtener una fórmula para el intervalo de confianza para las

prevalencias poblacionales ( )jIP garantizadas por resultados asintóticos, en el caso de que

Page 45: “Evaluación de impacto del programa nacional de

Maestría en Epidemiología en Salud Pública. FIOCRUZ Anabel Fernández Prieto

45

la muestra sea suficientemente grande, puede utilizarse el procedimiento bootstrap (Efron,

1979) para calcular estos intervalos. En tanto que este procedimiento consiste en una técnica

no paramétrica, las premisas sobre el tamaño de la muestra y la distribución de los datos

asumen un papel secundario.

En el procedimiento bootstrap, muestras aleatorias de tamaño semejante a los datos

originales son sorteadas con reposición de los datos. La estadística de interés es calculada en

cada una de las muestras, y esos valores son utilizados para construir la distribución

empírica de esa estadística. El número de las muestras bootstraps depende de la aplicación,

pero comúnmente debe ser al menos igual a 1.000 cuando la distribución empírica es

utilizada para construir intervalos de confianza.

En nuestro caso, para obtener un intervalo de confianza para ( )1Pr I , deben considerarse

los siguientes pasos, siendo 0m el número de niños que no estaban infectados y 1m el

número de niños que estaban infectadas previamente al inicio de las intervenciones.

1. Siendo una muestra de dos pares ( )i,Y10, de tamaño 0m con reposición en el grupo de

niños que no estaban inicialmente infectados. iY1, , corresponde a respuesta de crianza de i

después de la intervención 1. Es este contexto es necesario que los pares sean re-

muestreados conjuntamente.

2. De manera similar, que una muestra de pares ( )jY1,1, de tamaño 1m con reposición de

grupo de niños que estaban inicialmente infectados.

3. Se calcula ( ) ( ) ( ) ( ) ( )0010011 IPI|IP+IPI|IP=IP , como se describió previamente en la

ecuación (2).

4. Se repiten los pasos de 1 a 3, 10.000 veces para obtener 10.000 estimativas bootstrap

para ( )1IP . Estas estimativas definen una distribución empírica para ( )1IP .

Un intervalo de confianza de 95%, basado en el método percentil, consiste en tomar los

percentiles de orden 2,5 y 97,5 de la distribución empírica obtenida por intermedio de

bootstrap.

Siguiendo este mismo procedimiento, intervalos de confianza construidos a partir de esta

técnica fueron obtenidos para ( )2IP y ( )3IP .

Page 46: “Evaluación de impacto del programa nacional de

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46

5.- Resultados obtenidos.

Con el propósito de obtener la prevalencia global inicial, a partir de los datos recolectados

se observa una prevalencia inicial de:

( ) 0.17512.797158.280

12.79715065158.280

9114

Pr 0 =+

+=I

××

A partir de ella, después de la primera intervención medicamentosa obtenemos que la

probabilidad de estar infectados en 1I dado que lo estaban en 0I fue de 0,56. Por el

contrario la probabilidad de infestación entre aquellos que no lo estaban inicialmente es de

0,15.

( ) 0.56Pr 01 =I|I

( ) 0.15Pr 01 =I|I

Por lo tanto:

( ) ( ) 0.2250.17510.150.1750.56Pr 1 =+=I −××

Reiterando el mismo análisis después de la segunda intervención medicamentosa,

obtenemos que:

( ) 0.50Pr 12 =I|I

( ) 0.05Pr 12 =I|I

Y por lo tanto:

( ) ( ) 0.1510.22510.050.2250.50Pr 2 =+=I −××

Page 47: “Evaluación de impacto del programa nacional de

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47

Por último, considerando la tercera intervención medicamentosa:

( ) 0.67Pr 23 =I|I

( ) 0.05Pr 23 =I|I

Obtenemos que:

( ) ( ) 0.146.0.15110.050.1510.67Pr 3 =+=I −××

Sin desconocer la elevada cantidad de pérdidas a lo largo de las intervenciones,

observamos variaciones en las prevalencias estimadas para Ascaris l. y Trichuris t., después

de cada una de las intervenciones, que podrían ser interpretadas como indicios de un efecto

del tratamiento masivo antihelmíntico reiterado en las áreas intervenidas. En este sentido,

después de la primera intervención se observa un aumento en la prevalencia, pero de

manera posterior a la segunda intervención esta disminuye por debajo de la prevalencia

inicial.

No obstante, los intervalos de confianza de 95% de las prevalencias después de cada

intervención son demasiado grandes, conteniendo todos ellos la prevalencia inicial estimada

en la línea de base (Figura N°2). En este sentido, a partir de los resultados obtenidos no

podemos inferir un efecto real del tratamiento masivo a lo largo de las intervenciones.

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Figura Nº2. Prevalencias estimadas de Ascaris l. y Trichuris t., después de cada una de las intervenciones medicamentosas e intervalos de confianza 95% estimados por bootstraps.

A partir de los tres intervalos obtenidos no es posible concluir que hubo una reducción de

las prevalencias a lo largo de las intervenciones. El tamaño de los intervalos se explica por el

tamaño pequeño de la muestra inicial y las perdidas en el seguimiento de la cohorte a lo

largo de las intervenciones.

5.1.- Ejemplo simulado.

El objetivo de esta sección es verificar la funcionalidad del modelo estadístico propuesto,

descrito en las ecuaciones (1) y (2) y, el procedimiento bootstrap para el cálculo de los

intervalos de confianza a partir de los datos simulados.

Para ello, fueron generados datos de una población de 100.000 individuos en cuatro (4)

momentos, previa intervención medicamentosa ( )0I , después de la primera intervención

( )1I , de la segunda ( )2I y posterior a la tercera ( )3I . Por lo tanto, los datos corresponden a

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una matriz con 100.000 filas y 4 columnas. Estos datos fueron generados de forma tal que las

“verdaderas” prevalencias poblacionales fueran iguales a:

I0 I1 I2 I30,50 0,38 0,29 0,20

Los datos asumen una prevalencia inicial de 50% considerando que es el valor de corte

propuesto por la OMS para implementar el tratamiento antihelmíntico masivo en una

comunidad.

Dado que en el modelo propuesto, el cálculo de todas las prevalencias a lo largo de las

intervenciones dependerá de la exactitud en la estimación de la prevalencia inicial (línea de

base), es importante que esa prevalencia sea correctamente estimada. Para ello, de la

población de referencia, se selecciona aleatoriamente una muestra inicial mayor (n=385). El

tamaño de esta muestra es el necesario para obtener una prevalencia con un nivel de

confianza del 95% y con un margen de error de 0,05, suponiendo que el valor desconocido

sea igual a 0,5. Esta prevalencia proporciona la mayor muestra posible. Esta muestra arrojo

una prevalencia poblacional estimada igual a 0,48.

El tamaño de las muestras referentes a individuos inicialmente infectados e inicialmente

no infectados (ver en anexo 1 como esta formula fue obtenida) requeridas para una cohorte

en el tipo de diseño de estudio propuesto esta dados por:

( ) ( )( ) ,B

pppppp=n aa −−− 1ˆ1ˆˆ1ˆ 0011

siendo,

( ) ( ) ,pppp=B aa

−−

1.961ˆˆ1 01

donde ap corresponde a la prevalencia inicialmente estimada, 0p a la probabilidad de un

individuo que no estaba infectado en el momento previo a las intervenciones si lo este al final

de ellas y, 1p a la probabilidad de que un individuo que estaba infectado antes de las

intervenciones continué infectado al final de ellas. El valor estimado para ap es de 0.48,

mientras que los valores estimados para 1P y 0P fueron 0,32 y 0,08, respectivamente. Estos

valores surgen de estudios previos que dan cuenta del impacto de los tratamientos masivos

antihelmínticos suministrados en comunidades endémicas. Así, en la práctica, estos valores

Page 50: “Evaluación de impacto del programa nacional de

Maestría en Epidemiología en Salud Pública. FIOCRUZ Anabel Fernández Prieto

50

describen el estado de la infección de una muestra de 168 individuos conformada por 84

niños que inicialmente estaban infectados y 84 niños que no lo estaban.

En este sentido, de dos poblaciones compuestas por individuos infectados y no infectados,

se seleccionaron de manera aleatoria dos muestras, cada una compuestas por 84 individuos.

A partir del cálculo de estas muestras, la ecuación (2) y los intervalos de confianza bootstrap

presentados en la sección anterior fueron aplicados.

Una de las ventajas de utilizar datos simulados consiste en poder comparar los valores que

fueron estimados con los “verdaderos” valores poblacionales. La Figura nº 3, presenta los

valores estimados para ( ) ( ) ( )210 IP,IP,IP y ( )3IP , donde se observa que las prevalencias

estimadas se encuentran próximas a las prevalencias “verdaderas” y están contenidas en

intervalos de confianza de 95%.

Figura Nº 3. Comparación entre las prevalencias poblacionales y las prevalencias estimadas por el modelo después de cada una de las intervenciones. Intervalos de confianza del 95%para cada una de las intervenciones.

Page 51: “Evaluación de impacto del programa nacional de

Maestría en Epidemiología en Salud Pública. FIOCRUZ Anabel Fernández Prieto

51

5.2.- Comparación con otros modelos.

Es posible comparar los valores obtenidos a partir del modelo propuesto, con aquellos que

podrían ser estimados si en lugar de dar seguimiento a dos muestras de individuos

(infectados y no infectados), se realizaran estudios seccionales después de cada intervención.

Para cada uno de los estudios seccionales, sería necesario tomar muestras independientes de

385 individuos del total de la población de manera posterior a cada ronda de

desparasitación. A partir de estas muestras independientes es posible estimar las

prevalencias halladas después de cada intervención.

Considerando los mismos datos simulados estos dos diseños de evaluación fueron

comparados, utilizando el siguiente procedimiento:

a) Se obtuvo una muestra de 385 niños para estimar la prevelencia inicial (línea de

base)

b) Se seleccionaron dos muestras; una de 84 niños que inicialmente estaban infectados

y otra de 84 niños que no lo estaban. Se calcularon las prevalencias a lo largo de las

intervenciones por la ecuación (2).

c) (Diseño seccional). Se seleccionaron muestras independientes de 385 individuos a lo

largo de las intervenciones y las prevalencias fueron directamente calculadas a partir

de estas muestras.

d) Se reitero cada uno de estos procedimientos a), b) y c) 1000 veces y las medias de las

prevalencias estimadas utilizando ambos procedimientos fueron comparadas.

Estos valores se presentan en la a continuación:

Prevalencias poblacional. Valor "verdadero"

I0 I1 I2 I3

0,50 0,38 0,29 0,20

P0 P1 P2 P3

0,50 0,37 0,29 0,20

P0 P1 P2 P30,50 0,38 0,29 0,20

Prevalecias estimadas: Estudios simulado de seguimiento de cohorte. (Modelo propuesto)

Prevalecias estimadas: Estudios simulados con estudios seccionales independientes

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Maestría en Epidemiología en Salud Pública. FIOCRUZ Anabel Fernández Prieto

52

Como puede observarse, en todas las intervenciones las prevalencias estimadas tanto a

partir del diseño propuesto con el modelo descrito como de las muestras independientes

(diseño seccional) son básicamente las mismas que las verdaderas prevelecnias poblacionales

simuladas.

5.3.- Resultados directos esperados con el diseño de estudio propuesto por el

PNDM.

A diferencia de los estudios que seleccionan una cohorte para la encuesta de referencia y la

siguen en el tiempo – generalmente después de cada intervención -, el PNDM no dio

seguimiento a la totalidad de la cohorte inicial a partir de la cual se estimo la prevalencia de

base en cada una de las áreas sino que a partir de ella se seleccionaron dos sub-grupos de

individuos, los niños positivos e igual cantidad de negativos. En esos subgrupos se llevaron

a cabo los exámenes después de la reiteración del tratamiento. Este punto marca una

diferencia sustancial en el diseño de estudio propuesto por el PNDM respecto de los estudios

de cohorte observados en otras experiencias dado que en ellos no se estudia la evaluación de

las prevalencias en las sub-poblaciones (infectados / no infectados) sino a la cohorte en su

conjunto. Pero considerando que los datos analizados pertenecen a subgrupos conformados

a partir de una cohorte inicialmente seleccionada y no a muestras representativas

seleccionadas, extrapolar los resultados a la población de referencia es inviable.

En este sentido, se torna central considerar cuales son los objetivos de investigación a los

que un estudio quiere dar respuesta. Y aquí es donde las consideraciones sobre cual es el

diseño de estudio pertinente comienzan a tornarse centrales.

Observemos el Figura nº 4. Allí con los datos disponibles del PNDM, se presentan las

probabilidades condicionales de infestación de los niños de ambos grupos. Mientras la línea

roja indica la probabilidad de que un niño estuviese infectado en ( )1+kI si lo estaba en ( )kI , la

línea azul presenta la probabilidad de que un niño estuviera infectado en ( )1+kI si no lo

estaba en ( )kI . En el transcurso de las siguientes intervenciones las probabilidades de

infestación en los niños que no estaban infectados se sostienen en 0,05 mientras que las de

aquellos que si estaban infectados se incrementan.

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53

Figura Nº 4. Variaciones en las probabilidades condicionales de individuos infestados y no infestados a lo largo de las intervenciones del Programa Nacional de Desparasitación Masiva en Argentina.

0,560,50

0,67

0,15

0,05 0,05

0

0,1

0,2

0,3

0,4

0,5

0,6

0,7

0,8

0,9

1

To Intervención 1 Intervención 2 Intervención 3

Probabilidad de estar infectado si previamente estaba infectado

Probabilidad de estar infectado si previamente no estaba infectado

Mas allá de las posibles interpretaciones de porque se da este comportamiento en las

probabilidades condicionales, concentrándonos en el diseño de estudio propuesto para

evaluar el impacto mediante una cohorte de infectados y una de no infectados, sería factible

conocer cual es el efecto que tiene la implementación del tratamiento masivo en la

comunidad sobre el conjunto de niños que no presentan infecciones a lo largo de las

intervenciones pero, por razones ya expuestas no se podría dar cuenta de cual fue el impacto

de la intervención en la comunidad.

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Maestría en Epidemiología en Salud Pública. FIOCRUZ Anabel Fernández Prieto

54

6.- Discusión.

El seguimiento de una cohorte basada en una muestra representativa de una población o

estudios seccionales en la línea de base y a lo largo de las intervenciones, son estrategias

comúnmente utilizadas en la evaluación de impacto de programas de control que tienen

como estrategia de intervención el tratamiento antihelmíntico masivo. Este tipo de diseños

de estudios permiten un análisis directo de los datos que, de alguna manera, proporcionan

estimaciones poblacionales de la prevalencia e intensidad en la línea de base y a lo largo de

las intervenciones. En el caso de Argentina, el diseño de estudio propuesto por el Programa

de Desparasitación Masiva no permite realizar inferencias de manera directa del impacto de

la intervención a nivel poblacional, dado que las muestras seleccionadas al inicio del estudio

no corresponden a muestras representativas de la población en riesgo.

El modelo estadístico propuesto para analizar los datos de seguimiento disponibles del

PNDM, permitió observar variaciones en las prevalencias globales estimadas después de

cada intervención. No obstante, los intervalos de confianza de 95% muestran que estas

variaciones no pueden ser interpretadas como un efecto real del tratamiento antihelmíntico

suministrado. El amplio tamaño de los intervalos de confianza obedece al reducido tamaño

de la muestra inicial y a la cantidad de pérdidas observadas a lo largo de las intervenciones

Si bien este tipo de diseño de evaluación no se presenta como el más adecuado cuando el

objetivo consiste en evaluar el efecto del tratamiento aplicado a nivel de la comunidad, esto

no necesariamente implica que el modelo propuesto sea erróneo. De hecho, los resultados

alcanzados en el ejemplo simulado permitirían vislumbrar la utilidad del modelo estadístico

para evaluar una intervención de estas características con el diseño de estudio propuesto por

el Programa Nacional de Desparasitación Masiva de Argentina. En este sentido, el ejemplo

simulado demostró que este modelo es tan eficiente para estimar las prevalencias a nivel

poblacional como el diseño basado en estudios seccionales a lo largo de las intervenciones.

Cabe destacar que las conclusiones obtenidas por el ejemplo con datos simulados son

limitadas. Si bien los datos fueron simulados de modo que la probabilidad de estar infectado

después de una intervención depende de estar o no estar infectado en el instante anterior a la

intervención, no se considero una estructura de correlación para estos datos. En la práctica,

se espera que esta correlación este presente debido a que las respuestas se obtienen a partir

de los mismos individuos a lo largo de las intervenciones.

No obstante, es importante destacar que en la solución propuesta la estimación de las

prevalencias posteriores a cada una de las intervenciones, en el diseño de evaluación

propuesto en la Argentina, depende de la precisión en la estimación de la prevalencia

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poblacional inicial de manera previa a las intervenciones, es decir, la prevalencia hallada en

la encuesta de referencia que establece la línea de base. En este sentido, al estimar las

prevalencias poblacionales de manera indirecta, en caso de que la prevalencia inicial no sea

correctamente estimada, la probabilidad de error en las estimaciones subsiguientes se torna

elevada. Por otra parte, como estas muestras son seguidas en el tiempo y las pérdidas son

inevitables, este tipo de diseño acarrea los mismos problemas relacionados a las pérdidas en

el seguimiento de una cohorte tal como fue expuesto en el capitulo anterior. En el caso del

estudio de Argentina, también se observo que las mayores perdidas durante el seguimiento

se dieron entre aquellos individuos que estaban infectados en la línea de base.

Otra limitación en este diseño de evaluación esta dada por la imposibilidad de obtener

resultados de impacto sobre la tasa de intensidad de la infección a nivel de la comunidad. El

modelo propuesto como solución para las prevalencias estimadas es posible dadas las

propiedades de probabilidades pero estas propiedades no pueden ser aplicadas a las

medidas de intensidad.

El tamaño muestral necesario para realizar las estimaciones es otro aspecto que debe ser

considerado. Tal como fue descrito en el ejemplo simulado, el tamaño de las muestras

seleccionadas para el seguimiento depende de 0p , es decir, la probabilidad de un individuo

que no esta infectado en el momento previo a las intervenciones si lo este al final de ellas y,

de 1p , es decir, la probabilidad de que un individuo que esta infectado antes de las

intervenciones continué infectado al final de ellas.

Los aspectos descritos en los párrafos precedentes ponen de manifiesto que, con el diseño

de estudio propuesto por el PNDM para evaluar el impacto del tratamiento masivo a nivel

poblacional, la utilización del modelo propuesto se torna vulnerable a posibles errores y

equivocaciones comparado, por ejemplo, con (su aplicación en) la realización de estudios

seccionales independiente en la línea de base y a lo largo de las intervenciones.

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56

CAPITULO IV: CONCLUSIONES GENERALES Y RECOMENDACIONES

El trabajo realizado se concentró en analizar de manera crítica diseños de estudios

utilizados para evaluar Programas de control que se implementan a nivel de la comunidad,

esbozando propuestas y alternativas de análisis a partir de un modelo estadístico propuesto

para la evaluación del Programa de Desparasitación Masiva implementado en la Argentina.

No se reflexionó acerca de otros aspectos que hacen a la intervención de estas estrategias

pero que podrían tener un efecto en los resultados observados, tales como; la adecuación en

los intervalos temporales previa reiteración de dosis, el medicamento utilizado y, las técnicas

de diagnóstico utilizadas, entre otros. Si bien, aún se suscitan discusiones y preguntas

vinculadas a algunos de estos aspectos, se desea que las respuestas surjan desde las áreas de

estudio específicas - medicina y/o bioquímica - contribuyendo a los logros esperados por

una estrategia de salud de estas características.

Se reconoce que la validez del conocimiento que producen los estudios epidemiológicos

depende de la adecuación y pertinencia de los métodos y abordajes utilizados. Los aspectos

metodológicos en el diseño de los estudios tienen una relevancia significativa para el avance

y desarrollo del conocimiento (Hernández Ávila, M, et al, 2000). Si bien se considera que a

través de los estudios con grupo control se pueden identificar relaciones causa – efecto, la

utilización de este diseño de estudio en evaluaciones de intervenciones de base comunitaria

son difíciles de desarrollar.

Las intervenciones que se implementan a nivel de la comunidad demandan una gran

movilización de recursos e infraestructura (Keiser, et al., 2008). Y, respecto a su evaluación,

se reconoce la dificultad en su ejecución en términos de diseño, metodología, toma y análisis

de muestras (Brooker, et al., 2004). Frente a este tipo de intervenciones, los estudios

seccionales o de cohorte se presentan como los diseños de estudios a través de los cuales es

posible evaluar cambios en el tiempo. A partir de la revisión de la literatura se observa que

estos tipos de estudios son utilizados para dar cuenta de impacto de estas intervenciones.

Asimismo, se reconoce que cada tipo de estudio presenta ventajas y limitaciones que

impactan en la precisión de los resultados, así como en los costos requeridos para su

desarrollo.

El seguimiento de una cohorte de niños se presenta como uno de los tipos de estudio

utilizado en diversos estudios de evaluación. No obstante, considerando que los Programas

de desparasitación buscan disminuir los niveles de infestación mediante la reiteración del

tratamiento masivo, estas estrategias medicamentosas suelen ser iniciativas que se extienden

Page 57: “Evaluación de impacto del programa nacional de

Maestría en Epidemiología en Salud Pública. FIOCRUZ Anabel Fernández Prieto

57

por largos periodos de tiempo. En este contexto, el seguimiento de una cohorte, aún cuando

presenta ventajas estadísticas, se ve constantemente amenazado por la progresiva pérdida de

los individuos que la conforman.

Sobre este diseño, el estudio propuesto en el marco del Programa Nacional de

Desparasitación en la Argentina muestra una variante, dado que en lugar de dar seguimiento

a una única cohorte, éste se realizaría sobre dos cohortes: una de infectados y, otra de no

infectados, ambas seleccionadas al inicio del estudio. En este sentido, el modelo simulado

permite observar que las prevalencias poblacionales pueden ser correctamente estimadas a

partir de un número inferior de individuos en cada cohorte, respecto al que presentan los

estudios que dan seguimiento a una única cohorte. Pero es necesario considerar que obtener

tales sub-poblaciones con muestras seleccionadas aleatoriamente, siendo éstas

representativas de la comunidad en la cual se realiza la intervención, se presenta como un

desafío. Desafío no menor si una vez conformadas, ambas cohortes estarán expuestas al

riesgo de perdidas a lo largo de las intervenciones.

Evidencia de estas limitaciones fue la gran cantidad de pérdidas observadas en el

Programa Nacional de Desparasitación Masiva implementado en la Argentina. De hecho, en

el análisis no fue posible incorporar datos de otras áreas debido a que desde el primer

monitoreo las pérdidas de los niños bajo seguimiento fueron muy elevadas. Entre los

posibles motivos se identifican: una elevada movilidad de los individuos seleccionados,

dificultad a que éstos prestarán colaboración en todos los monitoreos y fallas en la

organización logística para la recolección de las muestras.

Por ello, la reiteración de estudios seccionales en muestras aleatorias independientes de la

población bajo estudio tanto para la línea de base como a lo largo de las intervenciones se

presenta como una opción pertinente, aun cuando la cantidad de casos requerida es mayor.

En este sentido, incorporándose la recomendación de la OMS respecto a que sean los niños

de los terceros grados quienes integren la muestra de monitoreo, los estudios seccionales

podrían realizarse, a partir de la selección de las escuelas y al interior de ellas, que sean los

niños de esos grados sobre los cuales se realicen la evaluación de impacto.

En la revisión de la literatura se observa que la mayoría de los estudios indagan sobre los

efectos de la intervención en los mismos individuos o sobre individuos de las mismas áreas

en diversos momentos del tiempo – grupo de control histórico. Esta decisión metodológica

obedece a la dificultad de contar con un grupo poblacional de control similar al grupo bajo

estudio pero que no sea contemplado en la intervención. Para que el control sea posible,

ambas poblaciones deben ser similares en la mayor cantidad de aspectos incluyendo entre

Page 58: “Evaluación de impacto del programa nacional de

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58

ellos, los niveles de prevalencia y/o intensidad. En este sentido, en el marco de una política

de intervención pública, no implementar la estrategia en poblaciones con elevadas tasas de

infestación se presenta como una opción poco viable debido a consideraciones de orden ético

o, incluso a aspectos operativos. Una alternativa posible, estaría dada por la incorporación

progresiva de las comunidades a los Programa de control con el propósito de que las

comunidades que no fueran incluidas inicialmente en la intervención actúen como grupo

control. Una vez comprobados los efectos de la intervención, estas comunidades pasarían a

recibir la intervención. Frente a esta alternativa, el factor temporal también se presenta como

un aspecto complejo dado que en el marco de éstas intervenciones, se considera difícil

planificar incorporaciones progresivas con intervalos de tiempo los suficientemente amplios

en lo cuales se realicen las evaluaciones de impacto. No obstante, ésta alternativa puede

considerarse como valida.

En estos Programas, al igual que en restantes intervenciones de salud, la definición precisa

de los objetivos no solo guían la implementación de la estrategia sino que permiten y

facilitan evaluar los resultados obtenidos. A partir de objetivos claramente definidos es

posible diseñar un estudio de evaluación pertinente que permita dar cuenta de si los logros

propuestos fueron alcanzados y, en que medida. Así, el tipo de intervención, los objetivos

propuestos y las preguntas de investigaciones que se desee responder tiene profundas

implicancias en el diseño e interpretación del estudio epidemiológico que se desarrolle.

No obstante, aún cuando una parte de los estudios buscan dar cuenta del impacto de la

intervención a través de medidas indirectas como la talla y/o el peso, o utilizan los niveles

de cobertura como el indicador clave, la decisión sanitaria de intervenir con tratamiento

medicamentoso masivo en una determinada población surge de los resultados observados en

la encuesta de referencia que siempre indaga sobre indicadores parasitológicos – prevalencia

e intensidad. Aspecto no menor, si contemplamos que por falta de estimaciones certeras, la

identificación de áreas prioritarias para el control y la determinación de las necesidades de

las drogas frecuentemente se baso en información no sistemática o desactualizada, con

consecuencias negativas en términos de efectividad y rentabilidad de la estrategia. Como un

ejemplo extremo, la falta de información a veces dio lugar a que desparasitaciones masivas

se incluyeran como un esfuerzo más de salud pública en zonas donde la infección por

helmintos era infrecuente (Brooker, et al., 2009).

Si los resultados obtenidos en la encuesta de referencia determinan el tipo de intervención

y se constituyen en línea de base para evaluar el impacto de la estrategia, el equilibrio entre

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Maestría en Epidemiología en Salud Pública. FIOCRUZ Anabel Fernández Prieto

59

la solidez estadística y limitaciones de recursos debe estar presente al momento de definir el

tipo de estudio con el cual se evaluara la intervención.

Aun cuando las recomendaciones sostienen que frente a este tipo de intervenciones la

efectividad debe evaluarse a través de la prevalencia - "tasa de curación" (TC) y la intensidad

de la infección - "tasa de reducción de huevo", en el Programa de desparasitación

implementado en Argentina esta última no pudo ser contemplada en el análisis debido a la

mala calidad de los datos disponibles. No obstante, este punto no debiera opacar posibles

resultados positivos hallados en las variaciones de las tasas de prevalencia. Considerando

que las personas densamente infectadas suelen ser una proporción muy baja del conjunto

infectado, cierto es que en la práctica es muy difícil dar con ellas ya sea que se realice un

estudio de cohorte o estudios seccionales. Si la posibilidad de encontrar, en un estudio de

prevalencia, a los individuos densamente infectados, en quienes estas parasitosis ocasionan

mayor daño y quienes constituyen la mayor fuente de infección para el resto de los

integrantes de la comunidad fuera elevada la decisión de implementar estrategias

medicamentosas masivas debería ser revisada. Monitoreos sobre el comportamiento de la

tasa de prevalencia podrían reiterarse con mayor frecuencia mientras que los cambios en los

niveles de intensidad de la infección se podrían evaluar de forma menos rutinaria.

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ANEXO I

Tamaño de la muestra Siendo aP la prevalencia antes de la primera intervención. Tenemos 1n individuos que inicialmente estaban infectados (grupo 1) y 0n que no estaban infectados (grupo o). Realizadas las intervenciones, siendo 1y el número de niños que permanecen infectados en el grupo 1 y oy el número de niños del grupo 0 que se infectan, tenemos que:

( )111 ,~ pnBiny o que

( )000 ,~ pnBiny

Si 1p̂ y 0p̂ , por el Teorema del Límite Central (TLC) tenemos que para 1n y 0n relativamente grandes,

( )

1

1111

1,~ˆn

PppNp

y que ( )

0

000

1,~ˆ0 n

PppNp

y el interés de encontrar un intervalo de confianza para la prevalencia a posteriori,

( ) 01 ˆ1ˆˆ ppppp aab −+= continuando,

( )

1

1111

1,~ˆn

pPppapNpp aa

y que

( ) ( ) ( )( )

−−−−

0

0000

11,1~ˆ1n

pPpppNpp aaa

Finalmente, tenemos que

( ) ( ) ( )( )

−−+

−−+

0

00

1

1101

111,1~ˆn

pPpn

pPpppppNp aaaab

sigue por tanto que el limite superior para el intervalo de confianza del 95% para bp esta dado por,

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Maestría en Epidemiología en Salud Pública. FIOCRUZ Anabel Fernández Prieto

61

( ) ( ) ( )( )

−−+

−+−+

0

00

1

111

1ˆ1ˆˆ1ˆ96.11ˆˆ

nppp

nppppppp aa

aoa

Suponiendo que las muestras de seguimiento deberán tener el mismo tamaño para que este límite sea el máximo igual a la prevalencia inicial, debemos tener:

( ) ( ) ( )( )

−−−

+−+=n

ppppppppppp aaaaa

1ˆ1ˆˆ1ˆ96.11ˆˆ 0011

01

de modo que

( ) ( ) ( ) ( )( )

−−−

=−−n

pppppppppp aaaa

1ˆ1ˆˆ1ˆ96.11ˆˆ1 0011

01

( ) ( ) ( ) ( )( )

−−−

=

−−

npppppppppp aaaa 1ˆ1ˆ1ˆ

96.11ˆˆ1 0011

201

Por lo tanto,

( ) ( )( ),

1ˆ1ˆˆ1ˆ 0011

Bpppppp

n aa −−−=

donde,

( ) ( ) 201

96.11ˆˆ1

−−

= aa ppppB

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Maestría en Epidemiología en Salud Pública. FIOCRUZ Anabel Fernández Prieto

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