Ética a nicómano, aristóteles

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  • 8/8/2019 tica a Nicmano, Aristteles

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    tica a Nicmano, Aristteles

    lvaro Moreno Vallori

    20 de Marzo de 2010

    La tica a Nicmano es la tercera de las obras que conforman la tica aristotlica, y es, a su vez,la ms completa, siendo adems considerada como el primer tratado sistemtico de esta disciplina.Asimismo, resulta ser la ms extensa de las tres obras, con un total de diez libros.

    En el libro I, Sobre la felicidad, encontramos un anlisis exhaustivo de la misma, al menos encomparacin con lo que se puede ver en otras de las obras del Estagirita. El primero de los fragmen-tos que suscita nuestra atencin es, si bien no muy extenso, el siguiente:

    La felicidad es ciertamente una cosa definitiva, perfecta, y que se basta a s misma, puesto quees el fin de todos los actos posibles del hombre.

    Que la felicidad es definitiva, perfecta, y que se basta a s misma, es algo evidente, puesto quecomo bien hace notar el propio autor, nadie aspira a la felicidad con vistas a algo ms, sino quela felicidad es ya de por s lo mximo y lo ltimo que uno puede desear. Puede objetarse que estaconcepcin de la felicidad es egosta, pues si el fin de todos los actos es la propia felicidad, dndequedan los dems? Esto no es del todo exacto en un sentido, si bien es cierto en otro.

    No se ha dicho que la felicidad pueda alcanzarse sin tener en cuenta al prjimo, pues es perfecta-

    mente posible que alguien no pueda ser del todo feliz sabiendo que otros no estn corriendo la mismasuerte. Ahora bien, pueden existir individuos que necesiten servir de ayuda al prjimo para ser fe-lices, y de lo contrario se encuentren intranquilos y con remordimientos, otros pueden simplementesentirse mejor ayudando, aunque no les haga falta, y esta actitud sea pues algo accesorio, que puedeaumentar en algunos momentos la felicidad, pero no sea en absoluto necesaria; tambin pueden ha-ber otros, que sean ms felices dedicndose a otros menesteres y sin preocuparse de estas cuestiones.No vamos a profundizar en estos casos, por parecer cuestiones ms concernientes a la moral que alo que aqu se est tratando; lo principal es puntualizar que el hecho de que la felicidad sea el fin denuestros actos, no tiene por qu ser algo egosta, al menos no en el sentido convencional de la palabra.

    Por otro lado, la objecin es cierta en cuanto a que en efecto esta actitud es egosta, pero en el

    sentido ms literal de la palabra, no en el usado normalmente, puesto que nuestras acciones, aunquepuedan beneficiar a otros, o aunque puedan estar del todo enfocadas a este fin, esto no ser sino unmedio, para alcanzar la propia felicidad. Esta es una cuestin ms biolgica que relativa a la moral,que si bien tiene fuertes repercusiones, quienes no quieran verlas pueden, en efecto, seguir limitadosa la concepcin convencional del egosmo, sin contemplar esta otra. En cualquier caso, el propioegosmo ser algo que trate Aristteles en otro momento, y es entonces cuando le dedicaremos mstiempo, y no ahora.

    El siguiente extracto trata sobre lo que es propio del ser humano:

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    As como para el msico, para el estatuario, para todo artista, y en general para todos los queproducen alguna obra y funcionan de una manera cualquiera, el bien y la perfeccin estn, al parecer,en la obra especial que realizan; en igual forma; el hombre debe encontrar el bien en su obra propia,si es que hay una obra especial, que el hombre deba realizar. [...] Vivir es una funcin comn alhombre y a las plantas, y aqu slo se busca lo que es exclusivamente especial al hombre; siendopreciso, por tanto, poner aparte la vida de nutricin y de desenvolvimiento. Enseguida viene la vida

    de la sensibilidad, pero esta a su vez se muestra igualmente en otros seres, el caballo, el buey y, engeneral, en todo animal, lo mismo que el hombre. Resta, pues, la vida activa del ser dotado de razn.[...] Y as, lo propio del hombre ser el acto del alma conforme a la razn, o por lo menos el actodel alma, que no puede realizarse sin la razn.

    Aqu se puede ver una de las deducciones caractersticas de Aristteles. El alma tiene pues, tresdisposiciones o partes; una vegetativa, puesto que el ser humano, en cuanto a ser vivo, se alimentay se reproduce; una sensitiva, puesto que el ser humano, en cuanto a animal, tiene sensaciones ydeseos; y una racional, puesto que el ser humano, en cuanto a ser humano, entiende y piensa, cosaque le es inherente y le diferencia del resto de seres vivos. As, segn esto, lo propio del ser humano,sera lo racional. Ahora bien, se tienen dos objeciones a este respecto.

    La primera, de menor importancia, es relativa a la parte sensitiva del alma. Es cierto que losanimales sienten ciertas cosas, y que, en fin, experimentan ciertas emociones, ms que sentimientos.Sin embargo, no es en modo alguno comparable en grado la experiencia de stos con la nuestra.La complejidad del ser humano, hace que, an teniendo una parte sensitiva, sta sea de tal ma-nera que en ciertos aspectos sea propia del ser humano y de ningn otro ser. Ahora bien, no poresto dejamos de experimentar sensaciones, emociones o sentimientos, que por muy humanos que sesean, se experimentan en un grado casi animalesco, como pueden ser la diversin en los juegos olos placeres del gusto y del tacto. En contraposicin podemos encontrar la solidaridad, el perdno el amor, inalcanzables por el resto de animales, al menos en una manera equiparable al ser humano.

    La segunda objecin, y la ms importante es que, aunque aceptemos que estas actividades ra-

    cionales o incluso sentimentales en algunos casos, son ms propias del ser humano, por qu iba aimplicar ello que debiramos ejercerlas ms que las otras? Pues bien, se puede dedicar uno a lasactividades vegetativas y en particular a las sensitivas, y alcanzar una felicidad propia de las plantasy de los animales. En efecto, no es posible alcanzar una felicidad propia del ser humano si nos limi-tamos a la esfera de lo vegetal y lo animal. Y por qu sera ms apetecible una felicidad humana,a las otras? Pues, no adoptaremos una posicin gratuita si afirmamos que la felicidad humana es,necesariamente, la ms compleja, y que siendo el ser humano complejo, esta felicidad lo satisfar dela forma ms completa posible, y, en definitiva, ser la mayor felicidad a la que podamos aspirar, laque nos realice como personas (sera cuanto menos curioso que una persona quisiera realizarse como,por ejemplo, animal).

    En cualquier caso, Aristteles concretar ms las actividades que nos acercan ms a la felicidad,hacia el final de la obra.

    A continuacin, un fragmento sobre los hbitos del sabio (entindase sabio en este contextopor aqul que se inclina a la virtud, antes que a los placeres, sabio en inclinaciones, si se quiere) yla contingencia del placer en este caso:

    La vida de estos hombres generosos [sabios] no tiene necesidad, absolutamente hablando, de queel placer se una a ella, como una especie de apndice y complemento, puesto que lleva el placer ens misma; porque independientemente de todo lo que acabamos de decir, puede aadirse, que el que

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    no encuentra placer en las acciones virtuosas, no es verdaderamente virtuoso.

    Aqu, entendemos placer casi por las actividades ociosas, sobre todo teniendo en cuenta otroslibros posteriores de la tica a Nicmano. As, para el sabio, para aquel que se dedica a la actividadvirtuosa, ya sea moral o intelectualmente hablando, el placer, en este sentido, aparece como algocompletamente accesorio, en absoluto necesario, puesto que el propio ejercicio de las virtudes ya es

    placentero per se, si bien es un placer ms correspondiente a la parte racional del alma.

    Con todo, se le puede objetar, y as sucede muchas veces, que sin estos placeres pierde expe-riencias, y no vive de una manera completa. Entonces podramos decir a los que lo dicen, que porqu no hacen aquello propio de los nios, como tirarse por los suelos, jugar hablando con muecos,dormir con ellos, y cosas de semejante ndole. La respuesta sera, bien por que esas actividades yano suscitan su inters, o bien (en el menor de los casos) porque anteponen otras actividades queles agradan ms. Pues qu? Diremos por esto que estn perdiendo experiencias? Tendra acasosentido reprocharles que no tengan estas prcticas propias de nios, o decirles que seran ms felicessi las tuvieran? Es evidente que no. De la misma manera, pues, ocurre que el sabio desarrolla lasprcticas que considera estimables, e ignora las que no se lo parecen, o se lo parecen menos, y nopor esto decimos que no vive de una manera completa, igual que no decimos que un adulto no vivede una manera completa por no tener las aficiones y los intereses de un nio.

    Otro fragmento que podemos citar es el siguiente, concerniente a la infancia:

    Debe decirse, que el nio no es dichoso, porque su edad no le consiente an llevar a cabo lasacciones que constituyen la felicidad; [...] puesto que para la verdadera felicidad se necesitan, comodijimos antes, dos condiciones: una virtud completa y una vida completamente desarrollada.

    En este sentido, igual que los animales slo tienen acceso a la felicidad que les posibilita la partesensitiva del alma (en todo este artculo y, en general, en todos, el concepto de alma se utiliza porguardar la coherencia con el autor, si bien se puede interpretar como mente o algo similar), los nios

    nicamente tienen acceso a la felicidad que les posibilita su alma no desarrollada, que en ningncaso ser tan completa como la de un adulto completamente formado. As, podemos hacer alusin altexto que comentamos de la tica a Eudemo sobre la infancia, y reafirmar que no es deseable paraun ser racional la vuelta a este estado.

    Tras esto, Aristteles recupera su divisin del alma en irracional y racional. La primera parte,la irracional, se divide en las que ya hemos mencionado, vegetativa y sensitiva (o apasionada). Laracional tiene a su vez otra subdivisin, una parte que posee la razn en propiedad y por s mis-ma, y otra parte que escucha la razn y acta segn esta. Asimismo, se establece la caractersticaclasificacin aristotlica de las virtudes, segn si pertenecen a la moral, como la generosidad o latemplanza, en cuyo caso sern virtudes ticas, o si pertenecen a la inteligencia, como la sabidura,

    la ciencia o el ingenio, en cuyo caso sern virtudes dianoticas.

    En el libro II, Naturaleza de la virtud tica, destacamos el siguiente fragmento:

    Slo a condicin de abstenernos de los placeres, es como podemos hacernos templados; y unavez que lo somos, podemos abstenernos de los placeres con ms facilidad que antes.

    Generalizando la cuestin, es algo a tener en cuenta que si queremos conseguir un hbito que nosexige un esfuerzo, conforme vayamos practicndolo, nos ir costando cada vez menos. Es algo muysimple, pero que muchas veces se pasa por alto, y nos parece que cambiar en algn aspecto (por

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    ejemplo, esto puede ser aplicable perfectamente a un hbito de estudio, o a un hbito de lectura, etc.)es muy costoso, pero nicamente lo es tanto al principio. Ocurre que lo vemos con la perspectiva deque el acto en cuestin siempre va a requerir el mismo esfuerzo, y en absoluto es as, disminuyendoste paulatinamente conforme nos vamos acostumbrando. Es por esto que realmente vale la penapasar unos primeros das un tanto forzados, porque luego la recompensa ser mayor.

    Dando un salto hasta el libro IX, Sobre la amistad (continuacin). La amistad relativa a suscausas y a la felicidad, encontramos el siguiente texto, referido al egosmo:

    Si un hombre se propusiese seguir constantemente la justicia con ms exactitud que ningunaotra cosa, practicar la sabidura o cualquier otra virtud en un grado superior, en una palabra, queno pretendiese reivindicar para el otra cosa que el obrar bien, sera imposible llamarle egosta, nicensurarle. Sin embargo, este sera tenido por ms egosta que los dems, puesto que se adjudica lascosas ms bellas y mejores, y goza tan slo de la parte ms elevada de su ser, [...] en este conceptopodra decirse, que el hombre de bien es el ms egosta de todos los hombres; pero este egosmo esmuy distinto de aquel a que se da un nombre injurioso. Este egosmo noble supera [...] al egosmovulgar [...]. Se llegara a deducir [...] que el hombre de bien debe ser egosta, porque haciendo el bien,le resultar a la vez un gran provecho personal y servir al mismo tiempo a los dems.

    Es sumamente interesante la concepcin aristotlica del egosmo, puesto que lo trata con el m-ximo rigor, sin dejarse llevar por el uso ordinario del trmino. En efecto, el que busca el bien, esegosta, puesto que busca el bien para su propio disfrute, quiere hacer el bien porque se realiza comopersona hacindolo. Ms an, toda accin tiene un fin egosta, como bien seala el autor en otrosfragmentos del texto, que ya hemos visto, cuando dice que la felicidad es el fin de todos los actosposibles. Asimismo, se dispone una clasificacin del egosmo, en cuanto a si los fines del egosmoson malos, el egosmo vulgar, al que habitualmente nos referimos, o son buenos, en cuyo caso serefiere a un egosmo noble. Ahora bien, este tratamiento del egosmo no apoya el intelectualismomoral, o al menos ciertos de sus aspectos? Si todo ser humano es egosta y obra buscando su propiafelicidad, dnde quedan pues el mrito y la culpa, en su sentido estricto? No quedaran aquellos

    que obraran mal, exentos de toda responsabilidad? Y sera perfectamente compatible entonces laidea de que los que obrasen mal, lo hacen por no conocer el bien, de la manera explicada en laentrada Hermenutica del Intelectualismo Moral Socrtico.

    Por ltimo, en el libro X, Naturaleza del placer y la felicidad, encontramos los siguientes frag-mentos, referidos a la vida contemplativa:

    El sabio, el verdadero sabio, puede, aun estando slo consigo mismo, entregarse al estudio y ala contemplacin; y cuanto ms sabio sea ms se entrega e l. No quiero decir que no le viniera bientener colaboradores; pero no por eso deja de ser el sabio el ms independiente de los hombres y elms capaz de bastarse a s mismo.

    Vemos aqu una defensa del individualismo y la independencia, no despreciando la compaa,sino simplemente no necesitndola, o al menos no tanto como el resto.

    Lo que es propio de un ser y conforme con su naturaleza est por encima de todo lo mejor y loms agradable para l. Ahora bien; lo ms propio del hombre es la vida del entendimiento, puesto queel entendimiento es verdaderamente todo el hombre; y por consiguiente, la vida del entendimiento estambin la vida ms dichosa a que el hombre puede aspirar.

    Volvemos al concepto de lo que es propio al ser humano, que ya hemos tratado anteriormente.

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