Ética a nicómano
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UNIVERSIDAD TEGNOLÓGICA EQUINOCCIAL
“ÉTICA A NICÓMANO”
DAVID VACA
QUITO, 15 DE ABRIL DE 2015
ÉTICA A NICÓMANO
Las diferentes tareas que realizamos todos los días inevitablemente deben tener un
objetivo desde el cual se puede descolgar por qué se decide u obra de una forma
determinada. Así es como, Aristóteles en su libro de la ética investigara sobre este
objeto propuesto por el ser humano y concluirá afirmando que es la felicidad lo que
buscamos, como actividad subordinada a la vida humana en su completitud, que es
validada en la medida en que ejercitamos lo propio del ser humano, la razón. Todo esto
en consonancia con la virtud. Más detalladamente, se dice que toda acción humana se
realiza en vistas a un fin, y el fin dela acción es el bien que se busca. El fin, por lo tanto,
se identifica con el bien. Pero muchas de esas acciones iniciadas por el hombre son un
instrumento para conseguir, a su vez, otro fin u otro bien, el Bien supremo que es la
felicidad. El objetivo de este ensayo es poder desarrollar la teoría de la felicidad de
Aristóteles definiéndola con la mayor exactitud y profundidad posible. Dicho lo anterior
me parece necesario iniciar el desarrollo señalando las diferencias entre esta rama de la
filosofía con la metafísica por ejemplo. Esta última se encarga de la physis, que quiere
decir naturaleza; todo lo que hay o todo lo que es. En cambio, la ética se pronunciará
respecto al ethos, es decir en relación a las costumbres y al ser humano como acreedor y
constructor de ellas, edificador de cultura o morada; el suelo que fundamente su praxis,
la raíz desde donde brotan los actos de él mismo. Son el conjunto de repetidas
decisiones libres que hacemos, las que van construyendo nuestro carácter, a diferencia
de la naturaleza que se podría calificar como: “lo ya dado” y por tanto, carente de
libertad. Es finalmente el distanciamiento de la definición de Bien como teórico-
universal de Platón, frente a una definición de bien buscada desde la actividad Las
diferencias entre estas dos ramas son meramente desde el estadio de la libertad de
elección es y determinación, simbolizar un distanciamiento entre ellas, más aún, cabe
la necesidad de relacionarlas. Para el Estagirita, la ética se desarrolla gracias a la
naturaleza, es decir, que la naturaleza misma del ser es necesaria para el desarrollo de
las decisiones, el ser humano es feliz realizando la actividad que le es natural. Es decir,
el hombre es feliz siendo hombre y llevando a cabo actividades propias del hombre, la
razón; la physis base del –para el- ethos. Pero no quiere decir que tenga que asumir sus
características de ser algo dado y objetivado.
El carácter no es estrictamente natural. Como ya señalaba anteriormente, el campo de
estudio de la ética son las repetidas decisiones del ser humano que lo determinan dentro
de una cultura y lo hacen constructor de ella. Para un correcto desarrollo, es decir, para
que haya ética, existen una serie de supuestos o condiciones necesarias para ello. La
primera de ellas, y la más importante, es la necesidad de la libertad –o voluntariedad
como señala Aristóteles-. Quiere decir que el ser humano esté posibilitado a optar y
actuar de alguna forma u otra. Un segundo requisito sería el ejercer nuestra
responsabilidad frente a la libertad. Esto quiere decir, asumir un compromiso con lo
optado, recurriendo a sistemas o métodos evaluativos, caracterizando a algo como mejor
que otro. Y por último, un tercer requerimiento es el de profesar sobre la existencia de
criterios normativos. Estos supuestos nos exigen tener una idea de bien.
Del párrafo anterior nace la necesidad de calificar qué es lo que entendemos por bien.
Para Aristóteles el bien se definirá como aquello hacia lo cual tienden todas las cosas, la
finalidad de las cosas. Podemos constatar en nuestra vida cotidiana la gran variedad
defines que existen, propios de las distintas disciplinas y acciones del ser humano,
habiendo más aún, relaciones mediáticas y del orden jerárquicas entre ellos. Se podría
preguntar uno sobre la existencia de un fin último, que se busque por sí mismo y no
como medio para otro bien. Como ya adelantábamos al inicio, Aristóteles señalará que
la felicidad es el Bien supremo al que aspiran todos los hombres por naturaleza. Es
nuestra naturaleza de seres racionales la que nos exige a buscar este fin ulterior, fin que
se identifica con la buena vida; vida buena. En este sentido no todos los hombres
gozamos del mismo significado respecto a la vida buena; para unos la felicidad consiste
en las riquezas, para otros en el placer, y para otros en los honores. En este sentido
Aristóteles identificará tres tipos de vida, la voluptuosa, la política y la contemplativa,
siendo esta última la mejor. Finalmente, se puede decir que nuestros estilos de vida
reflejan qué concepción tenemos de felicidad. En conclusión, el bien para el ser humano
está relacionado con la felicidad, la cual se consigue desplegando nuestra facultad
racional, y haciéndolo con excelencia, de la mejor manera posible; con virtud. Nuestra
alma, principio de vida y donador de ánimo para el ser humano, está dividida en dos
partes, nuestra parte irracional y la parte racional.
Finalmente, y para finalizar este ensayo, diremos que para el autor, como habíamos
señalado anteriormente, el ideal de la vida feliz consistirá, en tener cubiertos los
problemas materiales inmediatos y dedicar el ocio disponible a la ciencia teórica, a la
contemplación de lo que de universal y necesario hay en la realidad; la sabiduría como
vida feliz.
Bibliografía
http://www.paginasobrefilosofia.com/html/teoriaseticas/eticaaristoteles/ preari.html
http://www.webdianoia.com/aristoteles/textos/tmedio.htm http://www.filosofia.org/cla/ari/azc01.htm