ethos107 primera parte

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  • 7/25/2019 Ethos107 Primera Parte

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    INFORME ETHOSCENTRO DE TICA Y

    REFLEXIN SOCIAL

    FERNANDO VIVES S.J

    ISSN0

    717-6430

    2016

    El Centro de tica y Reexin Social, Fernando Vives s.j., de la Universidad Alberto Hurtado publica peridicamente

    un breve Informe Ethos, ofreciendo una lecturatica de un tema de inters nacional para ayudar en el discernimien-tode un juicio moral responsable con vistas a una accincoherente. Se adopta el mtodo ignaciano del triple paso:

    experiencia (hecho) - reexin (su comprensin e implicaciones ticas) - accin (elementos para el discernimiento):

    una refexinsobre la experienciacon miras a una accinconsecuente.

    VIOLENCIA ENTERRITORIO MAPUCHEPrimera parte

    N 107

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    1. El Hecho

    1.- En estos ltimos aos, especialmente en la Provincia de Arauco, seha ido tensionando el conicto territorial, con un incremento signica-tivo de la violencia represiva contra las comunidades y de la violenciapoltica, principalmente contra las empresas forestales (especialmente,Mininco, Arauco y Volterra). Frente a la protesta violenta se han presen-tado distintas explicaciones, desde calicar los atentados a la propie-

    dad forestal como actos de terrorismo hasta tachar de delincuentesa las organizaciones mapuche que se reapropian de la produccin de lamadera.

    2.- En un afn de aclarar las causas de la intensicacin de la violenciaen La Araucana, el rea de Estudios Sociales SJ del Centro Fernando Vi-ves (Universidad Alberto Hurtado) ha realizado una investigacin duran-te el curso del ao 2015, titulada Dinmica sociopoltica del conflictoy la violencia en territorio mapuche. Particularidades histricas de unnuevo ciclo en las relaciones contenciosas.1El estudio pretende, desdeuna perspectiva relacional basado en informacin histrica y en lospropios relatos recabados en terreno responder la siguiente interro-gante: Cules son las caractersticas de las relaciones actuales entreel movimiento mapuche y las autoridades, expresadas principalmenteen las modalidades de protesta y en las estrategias gubernamentalespara su supresin?2

    3.- La hiptesis que gua el estudio sostiene que se estara en presenciade un nuevo ciclo de contienda desde el gobierno del Presidente Sebas-tin Piera, de una nueva fase en la relaciones entre Estado/empresas ymovimiento mapuche, donde se ha pronunciado la militarizacin de lazona y se han generalizado en vista de la cerrazn poltica interpreta-ciones, discursos y repertorios radicales de protesta entre las comuni-dades de la Provincia de Arauco.

    2. Comprensin del hecho

    4.- La violencia colectiva, siguiendo al historiador y socilogo Charles Ti-lly3, no surge de ideas jas (idealismo) o conductas instintivas (conductis-

    mo), sino de los propios procesos interactivos de la contienda poltica. Portanto, son precisamente las propias relaciones entre las autoridades y losactores involucrados las que explican la violencia colectiva y la radicali-zacin de la protesta en el conicto territorial en la Provincia de Arauco.

    La dinmica del proceso poltico

    5.- Tericamente este estudio se vale de la perspectiva del procesopoltico y de sus ms recientes actualizaciones 4en la bsqueda de res-puestas histrico-contextuales sobre el conicto en territorio mapuche.Este enfoque histrico interactivo destaca en las relaciones sociales launidad bsica de anlisis y la explicacin misma del conicto social. Laprotesta y la violencia poltica entonces no sern entendidas sino desdeel curso histrico de las relaciones entre Estado y Sociedad (rgimen) 5

    y desde la confrontacin de intereses entre los actores concretos invo-lucrados (contienda poltica)6. Siguiendo esta perspectiva, esta inves-tigacin presta especial atencin a cmo las transformaciones del con-texto (oportunidades polticas)7y la interpretacin del contexto (marcoscognitivos)8por parte de los distintos actores, fundamentan determina-das modalidades de protesta (repertorios de accin colectiva) 9.

    6.- El ao 2012 fue el peak de la confrontacin y de los hechos de con-tienda en los ltimos aos. Este incremento de la violencia se debe a di-versos factores, entre los cuales se pueden destacar la fragmentaciny la emergencia de nuevos liderazgos rupturistas mientras la cpula dela CAM (Coordinadora Arauco-Malleco que reivindica la autonoma del

    Pueblo Mapuche respecto al estado de Chile) se encontraba en prisin;la espiral de oportunidades polticas en un contexto nacional de inten-sas movilizaciones desde 2011; y la entrada en agenda de la nueva LeyForestal. Si bien el conicto desde sus inicios ha tenido a la industriaforestal como epicentro, en el ao 2012 esto se hace explcito en plenadiscusin de la Ley Forestal con el aumento exponencial de los atenta-dos incendiarios a la propiedad forestal en Arauco y la intensicacindel conicto en las recuperaciones territoriales en Malleco.

    7.- En este escenario, los aos 2014 y 2015 han dado cuenta de una nuevarelacin entre el gobierno y el movimiento. El Estado, desde el ao 2012,se remite a acrecentar, por un lado, el gasto policial (principalmente enArauco y aparentemente sumado hoy a una poltica de aumento del usode municiones en los operativos policiales), y, por otro, a incrementarpresupuestariamente el Fondo de Tierras de la CONADI, an burocrti-camente ineciente y adems recientemente restringido con exclusivi-dad para aquellas comunidades no involucradas en iniciativas de ocu-pacin y recuperacin territorial. Sin iniciativas de reconocimiento dederechos colectivos al territorio ni inclusin poltica, el gobierno intentaal menos hasta el 2015 (ao durante el cual se prepara este anlisis y elpresente documento) resolver el conicto con un simple refuerzo presu-puestario y policial.

    Las grandes convergencias

    8.- La investigacin realizada, a partir de la informacin recopilada enterreno y archivo, llega a la conclusin que actualmente en la Provinciade Arauco existen cuatro marcos cognitivos (interpretativo-discursivo)relativamente transversales y con presencia tanto en radicales y mode-rados del movimiento mapuche: (a) la deslegitimacin institucional, (b) lalegitimidad de la confrontacin y la violencia poltica, (c) el discurso anti-forestal, y (d) la espiritualidad mapuche y el Kme Mongen (Buen Vivirenmapudungun).

    9.- El marco de la deslegitimacin institucionalse conecta con el esce-nario nacional, caracterizado por una fuerte politizacin en la ciuda-dana, y, por otro, por una crisis de desconanza en las instituciones

    polticas (PNUD, 2015). Ms all de la coyuntura (los recientes casos decorrupcin en el nanciamiento de la poltica), la deslegitimacin insti-tucional es particularmente aguda en territorio mapuche. A las prome-sas incumplidas de inclusin poltica se suma la crisis de legitimidadde la CONADI, cuestionada por casos de corrupcin y por un Fondo deTierra que ha ido sumando requisitos altamente excluyentes. Por otrolado, la escalada represiva de los ltimos aos tambin ha dado cuentadel aumento de la discrecionalidad operativa de las autoridades poli-ciales locales, generando una gran desconanza en instituciones comocarabineros o la Polica de Investigaciones. As tambin el descrditode las instituciones se expresa en la desconanza en el sistema judicial,con comunidades que acusan parcialidad en los tribunales, en favor delas empresas forestales.

    10.- Por su parte, la desconanza en la clase poltica responde tambinal bajo impacto poltico de las experiencias de dilogo. La experienciaque relatan las comunidades es que los encuentros entre el Pueblo Ma-puche y las autoridades gubernamentales quedan generalmente enpromesas y demandas postergadas. Adems, el escenario actual no esparticularmente esperanzador. La poltica indgena se ha limitado a unamera consulta y a un aumento presupuestario insuciente del Fondo deTierras, mientras se postergan las reformas institucionales de inclusinpoltica y se fortalece la militarizacin y el modelo forestal en la zona.

    11.- La legitimidad de la confrontacin y la violencia poltica constituyeun segundo marco cognitivo compartido, que dene la violencia como

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    ta de una espiritualidad que se fortalece desde su fundamento prcticoy desde el respeto a la vida y a la naturaleza. Como lo expres una perso-na entrevistada: Igual es una lucha que hay que darla porque para no-sotros es la subsistencia la que est ah, porque nosotros dependemosde la tierra, sin nuestra tierra no somos nada, la tierra y todo se est de-teriorando, pero no slo es la tierra, sino que todo lo que lleva la tierra,est el subsuelo, est el agua, los rboles, los animales.

    Dos modalidades representativas de protesta

    18.- En la contienda poltica los discursos e interpretaciones, constru-yen y desentraan realidades, pero adems fundamentan la accincolectiva y sus mtodos. Las comunidades entrevistadas cuentan contendencias y aspiraciones polticas diversas en la lucha por la autode-terminacin13, sin embargo, todas con mayor o menor frecuencia usano han recurrido a los mtodos convencionalesde contienda (institucio-nales), confrontacionales(acciones altamente disruptivas como la recu-peracin territorial, las huelgas de hambre o los cortes de caminos), yviolentos(desarrollando daos a personas u objetos). Actualmente, exis-ten dos escenarios que, sin ser nuevos, se han ido generalizando en elterritorio y son particularmente representativos del ciclo de contiendaactual: (a) los atentados incendiarios a la propiedad forestal, y (b) la rea-propiacin de la madera.

    19.- Los ataques incendiarios a la propiedad forestal se han transfor-mado en una modalidad de protesta recurrente en los ltimos aos.Mientras en Malleco se ha agudizado la contienda con los permanen-tes incendios de camiones forestales, en Arauco los incendios en lospropios predios madereros han aumentado exponencialmente desdela escalada de violencia del ao 2012. El objetivo declarado es la ex-pulsin de las forestales. El marco interpret ativo antiforestaly el de lalegitimidad de la violencia polticalo fundamentan. Desde la visin delos entrevistados, los atentados incendiarios a la propiedad forestalno solo seran necesarios para la reivindicacin territorial, sino ade-ms justos.

    20.- La reapropiacin de la madera tambin caracteriza el momento

    actual en Arauco. Las propias comunidades identican estas prcti-cas (robo y delincuencia segn el gobierno y la prensa), como unalegtima reapropiacin de los recursos del territorio mapuche. Esta re-apropiacin de los recursos forestales (distinta del abigeato propio delmundo rural), no responde slo a una auto reparacin econmica de losagravios histricos, sino tambin a una accin con un fuerte contenidopoltico, buscando desgastar a las empresas, mermar sus rditos y, enltima instancia, expulsarlas.

    21.- Estas dos acciones desafan profundamente la legalidad, pero ac-tualmente alcanzan gran transversalidad, ganando legitimidad y tam-bin ejecutantes incluso entre los sectores histricamente moderadosy menos militantes. El escenario actual suma al control productivo delos territorios, el uso extendido de los ataques incendiarios a la propie-

    dad forestal y la reapropiacin de la madera como desafos persistentesa un adversario reconocido en el gran capital maderero. Con todo, de-terminados sectores del Pueblo Mapuche y del propio Movimiento enArauco han reaccionado con repudio a la ms reciente escalada de laviolencia a zonas urbanas, experimentada desde el mes de septiembrede 2015. Sin duda, a pesar de la transversalidad alcanzada por los dis-cursos y repertorios ms radicales contra la industria forestal, resultaimportante darle seguimiento a estas voces que pueden poner cotos ala espiral de violencia desatada. El contexto de deslegitimacin institu-cional puede tener horizontes inciertos y peligrosos pues el curso de losacontecimientos podra tambin superar a las mismas comunidades y almovimiento mapuche.

    un ltimo recurso estratgico para la reivindicacin de sus derechoscolectivos frente al cierre de las alternativas institucionales y de dilo-go. El uso de violencia poltica hoy alcanza una gran legitimidad en lascomunidades de Arauco, principalmente cuando se aplica en la recupe-racin territorial. Por cierto, no todos la aprueban, pero la identicancomo un recurso legitimo ante el cierre de los caminos institucionales.Esta legitimidad es avalada por el incremento de la violencia policial, ysobre todo, por el cierre de los canales institucionales.

    12.- Existe la percepcin en las comunidades de que sus demandas noreciben respuesta favorable, que no son escuchados y adems que notienen un acceso efectivo a la justicia y al debido proceso. Si bien unareciente escalada de violencia a zonas urbanas ha levantada voces ma-puches que no avalan la violencia poltica, transversalmente es consi-derada razonable o esperable como autodefensa ante el aumento de laviolencia policial y como una, a veces la nica, manera efectiva de hacervaler sus demandas frente al cerrazn de un sistema poltico sin espa-cios para el dilogo y el reconocimiento.

    13.- Los entrevistados describen un contexto de impunidad para los ac-tos abusivos de los agentes policiales contra las comunidades mapuche.Esta violencia represiva adems de la estructural, simblica y cultu-ral10 estara impactando indiscriminadamente en las comunidades, in-cluyendo ancianos y nios, con efecto radicalizador de la militancia. Lashuellas de la represin policial en los propios nios mapuches, denuncia-da por diversos organismos de derechos humanos en los ltimos aos ymanifestada con dramatismo por las comunidades entrevistadas, puederepresentar un combustible para la prolongacin del conicto (inclusoal interior de las comunidades) y para la radicalizacin de la militancia.

    14.- La evaluacin del aporte de las empresas forestales en la zona esnegativa y son consideras como un adversario. Desde un marco anti-forestal, transversal en la s comunidades , las empresas madereras sonconsideradas el principal enemigo local y una agente de violencia quedesde su llegada impuso su lgica por sobre las prcticas locales y ma-puche, pero tambin por sobre la institucionalidad chilena. Por un lado,describen la mala convivencia y los malos tratos recibidos por parte de

    las empresas (malas condiciones laborales, pero tambin ciertas expe-riencias de hostigamiento), y, por otro, los daos ambientales y ciertasprcticas ilcitas que impusieron11.

    15.- Sin embargo, la crtica se dirige ms al modelo forestal en s que a lasforestales especcas. Si bien consideran que la empresa con peores re-laciones con el Pueblo Mapuche es Forestal Mininco 12, dicen que el daoes el mismo. Las empresas no slo no dejan riqueza en la zona, sino quetambin generan un enorme dao ambiental. Una persona entrevistadaobserva que el agua se ha secado, porque el eucaliptus chupa toda elagua y no la devuelve, en cambio el nativo mantiene toda el agua. Enton-ces nos est consumiendo el agua todo el rato.

    16.- Esta percepcin tambin se vincula con el marco de la espiritualidad

    mapucheque repudia el histrico dao ambiental que ha provocado enla zona las especies exgenas y el exterminio del bosque nativo. La cos-movisin mapuche, en sintona con un ecologismo profundamente prc-tico y espiritual, le da fundamento a la tenaz lucha de las comunidadescontra las empresas forestales. La presencia del Kme Mongen, el BuenVivir mapuche, como ideal y modelo de vida y convivencia armnica eny con la naturaleza, es el fundamento recurrente en el discurso antifo-restal de radicales y moderados en el movimiento mapuche.

    17.- Este marco se asocia directamente a la revitalizacin de las prcti-cas religiosas mapuche, expresada, por ejemplo, en el fortalecimientodel Nguillatn, como fuente de identicacin religiosa y poltica. Se tra-

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    Almirante Barroso 10, Santiago.Telfono: 2889 7452, Fax: 2692 0302.

    El libro Decisiones Responsables,una tica del discernimiento

    (compendio de los 80 primerosInformes Ethos), est a la venta en

    Librera Metales Pesados(www.metalespesados.cl)

    INFORME ETHOS Los Informes Ethos no pretenden agotar un tema como tampoco pro-nunciar una palabra conclusiva. Su propsito es poner de relieve la dimen-sin tica en la discusin sobre temas que inciden en la vida ciudadana.Por ello, no se pretende pensar ticamente por otros sino estimular aotrospara pensarticamente.

    Los Informes son elaborados por Tony Mifsud s.j., apoyado por el equi -po del Centro de tica y Reexin Social, Fernando Vives s.j. (Juan Ig-nacio Latorre, Director; Vernica Anguita; Nicols Rojas Pedemonte; yManuel Caire).

    Esta publicacin se nancia con aportes de los suscriptores y dela Universidad Alberto Hurtado. Gracias a esta contribucin es po-sible distribuir un cierto nmero de ejemplares en forma gratuita.

    Algunas conclusiones

    22.- La investigacin desataca ciertas particularidades que caracterizanel contexto actual y que seguramente marcarn el curso del conicto. Elescenario actual se caracteriza por la masiva presencia policial, por unprofundo descrdito institucional, por la legitimacin de violencia po-ltica y por la emergencia de nuevas acciones antiforestales. Entoncessurge la interrogante: La actual tensin en territorio mapuche corres-ponde a la resaca del peak de 2012 o es el comienzo de una nueva escalade la actividad contenciosa?

    23.- El movimiento mapuche combina la va institucional con accionesviolentas de autodefensa como tambin de ataques dispersos quemantienen vigente su capacidad disruptiva. Frente a un movimientoque radicaliza sus posiciones y acciones, el gobierno necesita revi-sar su proyecto desmovilizador, pues ciertamente, ha tenido efectoscontraproducentes. Los ltimos 25 aos, han demostrado que no esla violencia represiva, el miedo y el aumento del costo de la protestalo que resolver el conicto. Desde diversas posiciones al interior delmovimiento mapuche se escucha en los ltimos aos que el conicto

    requiere una solucin pacca, como la apertura de los canales insti-tucionales y el reconocimiento del Pueblo Mapuche como sujeto dederechos colectivos.

    24.- El movimiento mapuche acumula no slo desencanto, sino tambin ex-periencia concreta sobre los lmites actuales de la va institucional y no hacems que aanzar sus convicciones y potenciar su capacidad disruptiva. Lacapacidad organizativa y estratgico-militar de las organizaciones ms rup-turistas se ha visto mermada, pero sus discursos son ms vigentes y transver-sales que nunca. Los actores ms radicales en el movimiento mapuche hanvisto cmo sus repertorios y diagnsticos ms que sus propuestas ya noles son exclusivas y se han generalizado al interior del movimiento.

    25.- Los ltimos 25 aos an dejan pendiente en Chile la tarea polticadel reconocimiento. La investigacin reseada recuerda que la nicarespuesta que los gobiernos an no prueban es la apertura democrticade los canales polticos para el Pueblo Mapuche. Se destaca que tantodesde sectores moderados como tambin desde otros histricamenteradicales del movimiento mapuche, se escucha que sta sera una va quereducira signicativamente los costos sociales y humanos del conicto.

    1 Con el apoyo del Observatorio Territorio y Conicto del Proyecto Fondecyt 1150684 del Departamento de Ciencia Poltica y Relaciones Internaciona-

    les de la U. Alberto Hurtado y de Misin Jesuita Mapuche de Tira, un equipo coordinado por el socilogo Nicols Rojas Pedemonte recopil informa-cin histrica y tambin primaria en la Provincia de Arauco durante mayo del ao 2015, realizando 34 entrevistas semiestructuradas a diversos acto-res involucrados en el conicto. Entre estos actores destacan funcionarios municipales, de la CONADI, CONAF, empleados forestales y principalmentemiembros de tres comunidades mapuche con conictos territoriales histricos. Con el objetivo de conocer distintas realidades de la provincia, seseleccionaron tres comunidades distantes geogrcamente y cada una con una disputa territorial histrica con una empresa forestal distinta, entrelas tres principales empresas forestales de la zona (Mininco, Volterra y Arauco). El paper con los principales resultados de esta investigacin lo publicala Revista de Sociologa de la Universidad de Chile en su edicin del ao 2015 (nmero 30).

    2 El estudio indica que la referencia al movimiento mapuche comprende aquella coalicin de organizaciones que, desde distintas posiciones polticasy geogrcas, se reconocen parte del Pueblo Mapuche y luchan por objetivos comunes (la autodeterminacin), solidarizando en mayor o menormedida entre s y desaando en una permanente interaccin a adversarios comunes entre la lite y las autoridades en un contexto de conicto. Portanto, el movimiento corresponde a aquellas organizaciones y actores militantes al interior del Pueblo Mapuche.

    3 Cf. Tilly, 2003.4 Cf. Tilly, 1978; McAdam, 1982; McAdam, McCarthy y Zald, 1999; McAdam, Tilly y Tarrow, 2005; Tarrow y Tilly, 2007; Tarrow, 2012.5 Los regmenes, en sentido tillyano, se denen por la profundidad de su democracia y por el nivel de control poltico-administrativo sobre el territorio.

    Los niveles de violencia colectiva en una sociedad responderan en gran medida al tipo de rgimen.6 McAdam, Tilly y Tarrow (2005: 5) entienden por contienda poltica la interaccin episdica, pblica y colectiva entre los reivindicadores y sus objetos

    cuando: (a) al menos un gobierno es uno de los reivindicadores, de los objetos de las reivindicaciones o es parte de las reivindicaciones, y (b) las rei-vindicaciones, caso de ser satisfechas, afectaran a los intereses de al menos uno de los reivindicadores.

    7 Las oportunidades polticas son seales sobre aquellas transformaciones favorables del escenario poltico percibidas por los actores, que los animane inclinan a la accin colectiva (Cf. Kriesi et al., 1998; McAdam, 1999; Neveu, 2000; Tarrow, 2011).

    8 Concretamente, los marcos de accin colectiva son los esquemas interpretativos y discursivos con que los militantes se alinean, justican sus de-mandas, desafan a sus adversarios y persuaden a los pblicos (Cf. Snow y Benford, 1992; Gamson, 1992; Tarrow, 2011).

    9 Los repertorios son el conjunto de modalidades de protesta disponibles en una historia y cultura movimentista determinada. Son en menor o ma-yor medida acciones innovadoras y disruptivas orientadas a desaar adversarios en pos de una causa (Cf. Tilly, 1974).

    10 Cf. Bresciani, Carlos y Rojas Pedemonte, Nicols (2014). Violencia y exclusin en la Araucana. Revista Mensaje, 633, Volumen LXIII, Octubre 2014.11 Describen, por ejemplo, que plantaban eucaliptus incluso donde estaba prohibido hacerlo, por corresponder a suelo agrcola.12 Mientras Arauco (del Grupo Angelini) y Volterra (de capital japons) estn dispuestos a dialogar y en ltima instancia vender y retirarse de la zona,

    cuando las ofertas econmicas les son favorables, Mininco (del Grupo Matte) no vende ni dialoga.13Por ejemplo, una aboga por la liberacin nacional, mientras las otras por la autonoma regional y la inclusin poltica con derechos especiales.