estudio intervención organizacional. contenido primeras

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Enfoques cuantitativos y cualitativos en el estudio de fenómenos administrativos

y económicos

CONTENIDO

DEPARTAMENTO DE ADMINISTRACIÓNGestión y estrategia

Enfoques cuantitativos y cualitativos en el estudio de fenómenos administrativos

y económicos

VERSIÓN DIGITALhttp://gestionyestrategia.azc.uam.mx

El estudio de caso como herramienta de conocimiento y aprendizaje para la disciplina de la Administración Diana De Luna Martínez Luis Enrique Manzano Peña

Volatilidad del tipo de cambio en México: ¿Síntoma de la enfermedad holandesa? Sergio Solís Tepexpa Luis Fernando Muñoz González

ARTÍCULOS

Oaxaca de Juárez y su cuerpo reglamentario en el contexto

de su zona conurbada Rigoberto Ramírez López

Gerardo Zamora Fernández de Lara

Medición del clima organizacional con un enfoque de género en la

Escuela Politécnica Nacional María Genoveva Espinosa Santeli

Angélica Jiménez

La distribución del tiempo de las actividades de los trabajadores se relaciona

con el balance trabajo-familia Luis Felipe Llanos Reynoso Lorena Martínez Verduzco

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DEPARTAMENTO DE ADMINISTRACIÓNGestión y estrategia NÚMERO 50 JULIO / DICIEMBRE 2016

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ARTÍCULOS

Cámaras empresariales: correspondencia entre su función

institucional en el impacto y desarrollo del sector empresarial

Eduardo Alejandro Rico Banderas Clara Escamilla Santana

Análisis de validez de contenido de un instrumento diseñado para medir la

competitividad de empresas acuícolas de camarón

Daniel Alberto Salgado Méndez Virginia G. López Torres

Diagnóstico del modelo de organización de tres organizaciones

pequeñas Gilberto López Orozco

María Dolores Gil Montelongo María Sonia Fleitas Triana

Modelo de medición del desempeño en el proceso de transferencia de conocimiento y tecnología. Casos de estudio Edgar René Vázquez González Salvador Estrada Rodríguez

Institucionalización del modelo educativo de las universidades tecnológicas en México en sus alumnos Jorge Alberto Rosas Castro Fabiola de Jesús Mapén Franco

Prospera, programa de inclusión social: ¿una nueva estrategia de atención a la pobreza en México? Gabriela Barajas Martínez

Los millennials su forma de vida y el streaming César Medina Salgado

Análisis de las organizaciones empresariales y gubernamentales

Análisis de las organizaciones empresariales y gubernamentales

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DEPARTAMENTO DE ADMINISTRACIÓNGestión y estrategia

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Intervención en las organizaciones

DEPARTAMENTO DE ADMINISTRACIÓNGestión y estrategia NÚMERO 48 JULIO / DICIEMBRE 2015

DEPARTAMENTO DE ADMINISTRACIÓNGestión y estrategia

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Intervención en las organizaciones

ARTÍCULOS

Intervención organizacional. Primeras aproximaciones

conceptuales Arturo Andrés Pacheco Espejel

La intervención organizacional como dispositivo de dilucidación de

la responsabilidad social Luis Montaño Hirose

Marcela Rendón Cobián

De la consultoría a la intervención, algunas consideraciones

Esther Morales Franco Nancy Fabiola Martínez Cervantes

Sandra Alejandra Carrillo Andrés

Intervención, crisis y conocimiento Jaime Ramírez Faúndez

Reflexiones sobre el proceso de intervención organizacional, el caso de una entidad educativa Anahí Gallardo Velázquez María Teresa Magallón Diez María Trinidad Cerecedo Mercado

La intervención y la transformación de los arreglos discursivos en la organización: el caso de un gerente homosexual Antonio E. Zarur Osorio

VERSION

DIGITALISSN 1606-8459

9 771234 567898

ISSN 1606-8459

ANIVERSARIO

ANIVERSARIO

VERSIÓN

DIGITAL

ISSN 1606-8459

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Gestión y estrategia. Año 28, Número 55, enero-junio de 2019, es una publicación semestral editada por la Universidad Autónoma Metropolitana a través de la Unidad Azcapotzalco, División de Ciencias Sociales y Humanidades, Departamento de Administración. Prolongación Canal de Miramontes 3855, Col. Ex Hacienda San Juan de Dios, Delegación Tlalpan, C.P. 14387, Ciudad de México y Av. San Pablo Núm. 180, Col. Reynosa Tamaulipas, Delegación Azcapotzalco, C.P. 02200, Ciudad de México. Teléfono 53 18 91 20 Ext. 129. Página electrónica de la revista: digitaldcsh.azc.uam.mx/index.php/publicacion/publicaciones/periodicas Dirección electrónica: [email protected], [email protected], Editor responsable, Dr. Ayuzabet de la Rosa Alburquerque. Certificado de Reserva de Derechos al Uso Exclusivo Núm. 04-2013-032212554700-203, ISSNe 1606-8459, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Responsable de la última actualización de este número: Luis Ángel Vázquez López, Unidad Azcapotzalco, División de Ciencias Sociales y Humanidades, Departamento de Administración, Av. San Pablo Núm. 180, Col. Reynosa Tamaulipas, Delegación Azcapotzalco, C.P. 02200, Ciudad de México; Fecha de la última modificación junio de 2019. Tamaño del archivo 4.43 MB.

Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación.

Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización de la Universidad Autónoma Metropolitana.

Rector General Dr. Eduardo Abel Peñalosa Castro

Secretario General Dr. José Antonio de los Reyes Heredia

Unidad AzcapotzalcoRectora en Funciones Mtra. Veronica Arroyo Pedroza

Secretaria de Unidad Mtra. Veronica Arroyo Pedroza

Director de la División de Ciencias Sociales y Humanidades Lic. Miguel Pérez López

Secretario Académico de la División Lic. Gilberto Mendoza Martínez

Jefe de Departamento de Administración Dr. Jesús Manuel Ramos García

Coordinadora de Difusión y Publicaciones de la División Mtra. Jazmín Sánchez Estrada

Comité Editorial

Presidente Carlos Juan Núñez Rodríguez

Editor Ayuzabet de la Rosa Alburquerque

M. Margarita Fernández Ruvalcaba Arturo Hernández Magallón Jaime L. Ramírez Faúndez

Asesores Externos Alberto L. Bialakowsky (Argentina) Alain d´Iribarne (Francia) J. Ignacio Criado Grande (España) Astrid Jaime Arias (Colombia) Myriam I. Cardozo Brum (México) José Adelantado Gimeno (Barcelona)

DEPARTAMENTO DE ADMINISTRACIÓNGestión y estrategia

1.- Los artículos serán inéditos y enviados por correo electróni-co a la dirección [email protected], [email protected] en procesador de texto con extensión “.doc” ó “docx”. Además se deberá incluir un resumen (español) y un abstract (inglés) de media cuartilla cada uno (250 palabras).2.- El artículo deberá tener un título claro, sin ser mayor de 15 palabras y debe dar razón fidedigna del contenido, así como in-troducción, desarrollo del argumento y conclusiones.3.- Los artículos enviados a la revista Gestión y estrategia para su publicación tendrán una extensión de 15 a 30 cuartillas, a doble espacio, letra Arial, 12 puntos y usará solamente cursivas (no se usarán negritas ni subrayados) para resaltar partes del texto y palabras en lenguas distintas al español. Citas textuales mas lar-gas de cinco renglones, llevarán sangría.4.- Las citas bibliográficas se deberán incluir dentro del texto y se presentarán de la siguiente manera: entre paréntesis apellido paterno del autor, año de la publicación y página, es decir: (Gui-llén, 1991:10); en caso de que sean mas de dos textos del mismo autor en el mismo año, deberán listarse con los incisos a, b, c, esto es: (Guillén, 1991a:10) o (Guillén, 1991b:10).5.- Las notas se deberán presentar al final del artículo. Servirán únicamente para explicar, ampliar o precisar elementos conte-nidos en éste, para contextualizar, ampliar o discutir fuentes, etcétera, pero no para señalar las fichas bibliográficas corres-pondientes a las fuentes citadas, ya que éstas se enlistarán al final del artículo.6.- Todas las abreviaturas utilizadas se explicarán en el texto del artículo, en la primera ocasión que aparezcan.7.- Todas las tablas, mapas, fotografías y cuadros estadísticos serán numerados en sistema arábigo y las gráficas en romanos; tendrán un título y llevarán la indicación precisa de su proce-dencia; cuando se trate de elaboraciones propias, se indicará esta característica y se señalarán las fuentes en que se basa la elaboración. Los cuadros deberán presentarse en original, en blanco y negro, suficientemente contrastados y en letra legible.8.- Las referencias serán presentadas al final del artículo y en for-ma Harvard, clasificándolas en: fuentes bibliográficas, publica-ciones periódicas y otras fuentes, por ejemplo:

Fuentes bibliográficas:Coll, César y Elena Martín (1992), Psicología genética y aprendiza-jes escolares, Madrid, Siglo XXI.

Publicaciones periódicas: Se suprime la notación de los folios, se escriben con minúsculas y en español las clasificaciones calendáricas, también en el caso de publicaciones extranjeras: Banoma, Thomas (1989), “Marke-ting Performance, What do you Expect”, en Harvard Business Re-view, Boston, septiembre/octubre.

Otras fuentes:• Publicaciones oficiales:• México, Banco de México (1995), Informe anual.• Leyes o decretos: México, Secretaría de Comercio y Fomento Industrial, Di-

rección General de Normas Oficiales Mexicanas (1990), Normas oficiales mexicanas.

• Organismos:• OCDE (1992), Estudios económicos, París.• Conferencias: Rangel Sosstman, Rafael (1993), Necesidad de un sistema

educativo orientado hacia la competitividad”, ponencia presentada en el V Congreso Internacional de Calidad To-tal, Monterrey.

9.- El comité editorial decidirá si se publican los artículos pre-sentados, basándose en los dictámenes elaborados por especia-listas en el tema. La decisión del comité editorial es inapelable.10.- El autor o los autores se comprometen:• A no retirar el artículo en caso de haber aprobado la dicta-

minación • Que el número máximo de autores sea de tres• No incluir o eliminar autores posteriormente a la entrega

del artículo• Informar quién será el responsable de la comunicación a

partir del envío del artículo11.- Anexar una ficha que contenga los siguientes datos del au-tor o de los autores:• nombre completo• dirección• institución a la que pertenece• currículum vitae resumido (una cuartilla)• área(s) de investigación de su especialidad• teléfono y correo electrónico

12.- Es responsabilidad exclusiva del autor la posible afectación de derechos de terceros por el contenido de sus artículos, por lo que se obliga a sacar en paz y a salvo y releva de toda res-ponsabilidad a la Universidad de cualquier demanda o reclama-ción que llegare a formular alguna persona física o moral que se considere con derechos sobre el artículo, respondiendo por su autoría y originalidad, asumiendo todas las consecuencias jurí-dicas y económicas si el artículo no fuese producto de su crea-ción original.13.- La propuesta de un artículo para su publicación en la revista Gestión y estrategia, implica que se trate de un texto original, que no ha sido sometido, ni está siendo sometido a otra publi-cación antes de la emisión del dictamen del comité editorial. El autor se comprometerá a no presentar simultáneamente su artí-culo para otra publicación.Los autores cuyos artículos resulten seleccionados para su pu-blicación, ceden por este supuesto a la Universidad, el derecho a que sean publicados en la revista Gestión y estrategia del De-partamento de Administración.La revista Gestión y estrategia se reserva el derecho de hacer pequeños cambios en títulos, subtítulos, en el resumen de los artículos y de efectuar una revisión estilística. Estas correcciones no afectarán su contenido.El autor o los autores de un artículo aprobado, recibirán la noti-ficación oportuna de la publicación y tres ejemplares del volu-men impreso.

Comité Editorial

LINEAMIENTOS EDITORIALES PARA LAS COLABORACIONES DE LA REVISTA

Los artículos deberán cumplir ESTRICTAMENTE los siguientes requisitos:

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NÚMERO 55 ENERO / JUNIO 2019

NÚMERO 51 ENERO / JUNIO 2017

Problemáticas administrativas, organizacionales y sociales

NÚMERO 53 ENERO / JUNIO 2018

La responsabilidad social en el debate contemporáneo

NÚMERO 51 ENERO / JUNIO 2017

Problemáticas administrativas, organizacionales y sociales

Enfoques cuantitativos y cualitativos en el estudio de fenómenos administrativos

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NÚMERO 51 ENERO / JUNIO 2017

Problemáticas administrativas, organizacionales y sociales

NÚMERO 53 ENERO / JUNIO 2018

La responsabilidad social en el debate contemporáneo

NÚMERO 51 ENERO / JUNIO 2017

Problemáticas administrativas, organizacionales y sociales

CONTENIDO

5 Presentación

Artículos

7 Oaxaca de Juárez y su cuerpo reglamentario en el contexto de su zona conurbada

Rigoberto Ramírez López Gerardo Zamora Fernández de Lara

27 Medición del clima organizacional con un enfoque de género en la Escuela Politécnica Nacional

María Genoveva Espinosa Santeli Angélica Jiménez

43 La distribución del tiempo de las actividades de los trabajadores se relaciona con el balance trabajo-familia

Luis Felipe Llanos Reynoso Lorena Martínez Verduzco

63 El estudio de caso como herramienta de conocimiento y aprendizaje para la disciplina de la Administración

Diana De Luna Martínez Luis Enrique Manzano Peña

75 Volatilidad del tipo de cambio en México: ¿Síntoma de la enfermedad holandesa?

Sergio Solís Tepexpa Luis Fernando Muñoz González

NÚMERO 55 ENERO / JUNIO 2019

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Presentación pp. 5-6

El número 55 de Gestión y estrategia lo intitu-lamos “Enfoques cuantitativos y cualitativos en el estudio de fenómenos administrativos y

económicos”, ello debido a que se conformó con artículos que versan sobre esos temas diversos, que van desde la gestión gubernamental de las zonas conurbadas y su impacto en las ciudades; el enfoque de género con respecto a las relacio-nes laborales y el clima organizacional; la relación entre tiempo, trabajo y familia con respecto a la transferencia de emociones y sentimientos; la re-levancia de realizar estudios cualitativos sobre pe-queñas empresas y organizaciones; y, por último, mediante un estudio cuantitativo se analiza el tipo de cambio peso-dólar y las variables que pueden incidir en él.

El número actual lo integran cinco artículos. El primero, intitulado “Oaxaca de Juárez y su cuerpo reglamentario en el contexto de su zona conurba-da”, de Rigoberto Ramírez López y Gerardo Zamo-ra Fernández de Lara, versa sobre el municipio de Oaxaca en su doble carácter de ser ciudad-capital del estado y epicentro de un área conurbada de creciente complejidad, con las implicaciones que esto tiene para el desempeño de la gestión gu-bernamental. A partir de ello, se vincula esa doble condición a los resultados que Oaxaca registra en el Estudio Comparado de la Reglamentación Mu-nicipal en Ciudades-Capital. De manera que se analiza la ciudad-capital de Oaxaca como elemen-to constitutivo del estudio bajo parámetros teóri-co-metodológicos. Cabe señalar que un propósito de la investigación es analizar en qué medida la reglamentación municipal es un instrumento que promueve un mejor desempeño de las funciones y tareas sustantivas que desarrollan los gobiernos municipales en sus localidades.

PRESENTACIÓN

El segundo artículo, intitulado “Medición del cli-ma organizacional con un enfoque de género en la Escuela Politécnica Nacional”, de María Genoveva Espinosa Santeli y Angélica Jiménez, aborda la me-dición del clima organizacional percibido por los docentes de la epn e intenta comprobar si existen diferencias cuando se desagregan los resultados por género. La metodología es de naturaleza cuan-titativa, con base en una muestra de 61 docentes; la herramienta se construyó considerando dos facto-res: las dimensiones que son evaluadas con mayor frecuencia por instrumentos psicométricos valida-dos de medición del clima organizacional y los pa-rámetros que determinan discriminación laboral por género establecidos en el Modelo de Equidad de Género. Algunos resultados son: proporcional-mente existe una baja participación de mujeres que desempeñan labores de docencia y un menor porcentaje de contratos con nombramiento; exis-ten diferencias considerables en cuanto a sueldos y acceso a posiciones de poder; ninguna mujer ga-na más que la media de hombres; no hay muje-res en puestos directivos; en general, las mujeres consideran que el clima laboral no es adecuado en ninguna de las dimensiones consideradas —toma de decisiones, claridad organizacional, liderazgo y motivación. La percepción del clima laboral difie-re cuando se analizan los resultados desagregados por sexo: las mujeres perciben un clima organiza-cional inadecuado en tres de las dimensiones anali-zadas; además, se evidencia la existencia del techo de cristal en esta institución.

El tercer artículo se titula “La distribución del tiempo de las actividades de los trabajadores se relaciona con el balance trabajo-familia”, de Luis Felipe Llanos Reynoso y Lorena Martínez Verduzco. Indica que la sociedad creía que la vida en familia

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NPresentación

y la vida laboral deberían tener una sana distancia, pero las nuevas circunstancias modificaron esta concepción: la entrada de la mujer al mundo labo-ral, el requerir más horas de trabajo para afrontar el gasto familiar y la entrada de las nuevas prácti-cas laborales, tales como el home office o el virtual work. A partir de la “Teoría de las transferencias” y de la distribución del tiempo de los trabajadores en sus distintas actividades semanales, se busca proyectar la transferencia de sentimientos (positi-vos o negativos) entre el trabajo y la familia. Para profundizar en la teoría citada, se recopiló infor-mación de 483 trabajadores de una universidad privada en México, y con un análisis de regresión bajo la metodología Stepwise selection of terms, la cual busca de forma iterativa la mejor combinación de variables para proyectar las transferencias de sentimientos, se encontró que si los trabajadores aumentan las horas con la familia y aumentan las horas de ejercicio, se incrementan las transferen-cias de sentimientos positivos entre el trabajo y la familia, y viceversa.

El cuarto artículo intitulado “El estudio de caso como herramienta de conocimiento y aprendiza-je para la disciplina de la Administración”, de Dia-na De Luna Martínez y Luis Enrique Manzano Peña, versa sobre la importancia de la organización/em-presa como objeto de estudio para la disciplina de la Administración y la necesidad de su conocimien-to desde una perspectiva compleja, que dé cuenta de realidades actuales y en el contexto mexicano. Para ello se busca impulsar el tránsito de investigar desde un enfoque positivista hacia investigaciones que, sustentadas en el paradigma cualitativo, refle-jen una mirada de la particularidad que resalte el contexto mexicano al darle prioridad (por ejemplo) al estudio de las organizaciones micro y pequeñas, dado que su cantidad es mayor en el país y, por tan-to, donde la mayoría de los estudiosos encontrarán su lugar de desempeño profesional. Para lograr el análisis de la particularidad se sugiere el uso de la metodología cualitativa, haciendo referencia a sus características en la investigación y distinción en abordaje y visión del paradigma cuantitativo. De la metodología cualitativa se destaca el uso de estu-dios de caso como la herramienta para cubrir dicha necesidad de particularidad y complejidad; ade-más de desarrollar habilidades en el estudiante al usarla como estrategia pedagógica en el aula, que

brinde la posibilidad de desarrollar varias compe-tencias directamente vinculadas al ámbito laboral. Como corolario, se hace hincapié en la necesidad de realizar investigaciones que desemboquen en estudio de caso y sean un aporte a la literatura co-mo medio de preparación para los estudiosos de la materia.

El último artículo, intitulado “Volatilidad del tipo de cambio en México: ¿Síntoma de la enfermedad holandesa?”, de Sergio Solís Tepexpa y Luis Fernan-do Muñoz González, plantea que su objetivo es analizar la presencia de la enfermedad holandesa en México, durante el período 2010-2016. Lo ante-rior como elemento clave del campo de estudio de la economía internacional en la actualidad, resulta-do de la interacción de los países en el plano global, y con las consecuencias que ello pudiere traer a las economías. Para ello se analiza, mediante un mo-delo garch, la relación entre el tipo de cambio pe-so-dólar de Estados Unidos de América (eua), como variable dependiente, y la cotización internacional del petróleo mexicano de exportación, así como el costo del dinero en eua, como variables indepen-dientes; todas, relacionadas con el fenómeno por cuantificar. Como hallazgos principales se encon-tró que para el período de estudio, ni la volatilidad del precio del petróleo, ni los ajustes en la política monetaria de eua, repercuten en la volatilidad del tipo de cambio peso-dólar. Como conclusión cen-tral, también derivada del comportamiento en el tipo de cambio, se aprecia que su volatilidad obe-dece más a un comportamiento propio, enmarca-do dentro de un proceso especulativo de orden interno y externo.

Por todo lo anterior, se invita a las interesadas e interesados a revisar estas investigaciones que el Departamento de Administración, la División de Ciencias Sociales y Humanidades y la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Azcapotzalco ponen a su disposición.

Carlos Juan Núñez Rodríguez Presidente del Comité Editorial

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Oaxaca de Juárez y su cuerpo reglamentario en el contexto de su zona conurbada pp. 7-26

Oaxaca de Juárez y su cuerpo reglamentario en el contexto de su zona conurbada

Oaxaca de Juárez and its regulatory body in the context of its metropolitan area

Rigoberto Ramírez LópezGerardo Zamora Fernández de LaraUniversidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco.(Fecha de recepción: 11 de julio de 2018, Fecha de aceptación: 19 de diciembre de 2018)

ResumenLa mayoría de las ciudades-capital del país presentan el fenómeno de la conurbación, entendida como continuidades físicas y demográficas que forman dos o más centros de población. Oaxaca tiene ese doble carácter de ser ciudad-capital y epicentro de un área conurbada, con las implicaciones que esto tiene para el desempeño de la gestión gubernamental. Esta doble condición de Oaxaca se vincula con los resultados de un estudio comparado de reglamen-tación municipal, realizado en doce ciudades-capital. Este ejercicio comparativo muestra varios tópicos de interés que pueden tener incidencia para la gestión gubernamental en un contexto de conurbación que exige mayor atención de los asuntos públicos. Efectivamente, si ampliamos la mirada hacia esa zona conurbada, se apreciará que el cuerpo reglamentario diseñado para la ciudad de Oaxaca es insufi-ciente para atender con eficacia y eficiencia los servicios municipales, así como para la resolución de los problemas de ese conglomerado urbano. Palabras clave: zona conurbada, cuerpo reglamentario, gestión gubernamental.

AbstractIn most of the capital cities of the country, the conurbation phenomenon has arisen the generation of physi-cal and demographic continuities forming two or more population centers. The municipality of Oaxaca has a dual nature of being a state capital city and epicenter of a metropolitan area, along with the consequences it entails for the government’s management performance. This dual condition of Oaxaca is linked to the results of a comparative study of the municipal regulation, made for a set of twelve capital cities. This comparative exercise shows several topics of interest that can have an impact for government management in a conurbation context requiring more attention of the public affairs. If we look at the complexity of the metropolitan area, it will be noted that the regulations designed for the city of Oaxaca are insufficient to fulfill, effectively and efficiently, the municipal services, and problem solving of this urban conglomerate. Keywords: metropolitan area, regulations, government management.

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NRigoberto Ramírez López y Gerardo Zamora Fernández de Lara

Presentación

Se aborda el municipio de Oaxaca en su doble carácter de ser ciudad-capital del estado y epicentro de un área conurbada de creciente

complejidad, con las implicaciones que esto tiene para el desempeño de la gestión gubernamental. A partir de ello, se vincula esa doble condición a los resultados que Oaxaca registra en el Estudio com-parado de la reglamentación municipal en ciudades-capital.1

Conviene señalar desde ahora que todo estudio comparado se integra por varias unidades, cuya singularidad se somete a cierto sentido de con-mensurabilidad entre sí, sin que por ello las unidades sujetas a comparación pierdan la importancia de su particularidad. Por supuesto, esta es también la ca-racterística del estudio mencionado.

De manera que analizaremos la ciudad-capital de Oaxaca como elemento constitutivo del estudio y bajo los parámetros teórico-metodológicos que permiten su comparación dentro del conjunto de las doce ciudades-capital,2 tratando de poner en relieve la singularidad que arroja el estudio res-pecto al caso de Oaxaca. Cabe señalar que un pro-pósito de la investigación es analizar en qué medida la reglamentación municipal es un instrumento que promueve un mejor desempeño de las funciones y tareas sustantivas que desarrollan los gobiernos en sus localidades.

Además, es importante mencionar que en la mayoría de las ciudades-capital del país se ha pre-sentado el fenómeno de la conurbación, enten-dida como “la generación de continuidades físicas y demográficas que forman dos o más Centros de Población” (Ley de Planeación y Desarrollo Urba-no, artículo 3, fracción IX). En este sentido, alrede-dor de Oaxaca de Juárez se ha configurado una de las zonas conurbadas más complejas, comparati-vamente con las de otras ciudades-capital, pues en ella deben actuar y decidir entre 20 y 23 gobiernos municipales; es decir, intervienen actores autóno-mos que deciden en función de sus intereses y de sus propias agendas gubernamentales y ciudada-nas (Aguilar, 2003: 29).

Apunte teórico metodológico

Un elemento fundamental del diseño institucio-nal de los municipios es la facultad reglamentaria que constitucionalmente se les otorga como fa-cultad expresa; esto es, como facultad exclusiva de los municipios aun cuando está inscrita jerár-quicamente en el régimen jurídico-político esta-tal y nacional. Así, formalmente, la reglamentación municipal tiene un estatuto propio en el régimen del derecho mexicano y, por tanto, es un “un ins-trumento jurídico que ordena, racionaliza y regula la acción gubernativa […] especialmente el que in-volucra la acción administrativa del Ayuntamiento y su gestión frente a la comunidad que representa” (Pontifes, 1988: 49 y 86). Por otra parte, se concibe a la reglamentación municipal como capital insti-tucional, lo cual implica un modo de pensar acer-ca de ella, de su entendimiento y de la manera de abordarla; ello permite el acotamiento comparati-vo de los campos relacionales enmarcados en su propia normatividad, definiendo la singularidad de sus características y formando un subsistema den-tro del régimen jurídico-político mexicano.

Un concepto que se debe tener claro es el de “reglamento municipal”. Se puede decir que este es un conjunto de normas de carácter jurídico-ad-ministrativo vinculatorio para toda la comunidad, expedidas por el Ayuntamiento para garantizar el cumplimiento de la ley (Aguilar, 2013: 24). Los re-glamentos norman relaciones y actividades es-pecíficas del ámbito municipal acorde con las características socioeconómicas, culturales e his-tóricas de cada municipio. Así, el conjunto de re-glamentos expedidos por un Ayuntamiento, en ejercicio de sus facultades constitucionales, con-figuran el cuerpo reglamentario de cada localidad, adquiriendo con ello un carácter institucional en la medida que regula las diversas relaciones de la vi-da municipal.

El estudio comparado de la reglamentación municipal toma como unidad de análisis el Cuerpo Reglamentario, integrado por el conjunto de regla-mentos correspondientes a cada ciudad-capital. Si bien, se revisaron cada uno de los reglamentos en particular, no son estos los elementos de compa-ración directa, sino el conjunto que aquí llamamos Cuerpo Reglamentario y cuyas características re-sultan, claro está, del análisis particular y agregado

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de los reglamentos correspondientes a cada uno de los campos de gestión.

Un criterio fundamental para todo estudio com-parado es, parafraseando a D. Waldo, diseñar “un modelo lo suficientemente amplio para abarcar to-dos los fenómenos sin llegar a ser, a causa de su tamaño, demasiado general e incapaz para mani-pular y comprender [los aspectos particulares de] la administración” (Heady, 2000: 54). Siguiendo es-te criterio y en atención al propósito de indagar en qué medida la reglamentación municipal es un ins-trumento adecuado para la gestión gubernamen-tal, se elaboró un modelo de análisis con cuatro categorías analíticas acordes con ese objetivo, a sa-ber: estructura jurídica, gobernabilidad, gobernan-za y gestión estratégica (su definición y aplicación se encuentran en el apartado 3).

De acuerdo con las categorías mencionadas y para su operacionalización, se diseñó una matriz que asienta los tópicos e indicadores (véase Ane-xo), cuya presencia o ausencia se registró en una ficha técnica, luego de la revisión de cada uno de los reglamentos, asignándoles, además, un valor específico para finalmente lograr una pondera-ción cuantitativa y cualitativa para cada categoría de análisis.3 Se trata de un modelo de observación y análisis que fungió como guía de orientación para el estudio comparado de la reglamentación de las doce ciudades-capital consideradas; cuestión que no es meramente técnica sino que se corresponde con las categorías de análisis de la matriz diseñada y atiende a la lógica del método comparado que, como dice R. Rose, supone presentar “algún tipo de datos empíricos con la intención de comparar sistemática y explícitamente fenómenos políticos” (en Laiz y Román, 2003: 6). En nuestro caso, la regla-mentación municipal de las ciudades-capital.

En el diseño de la presente investigación, tan-to en la selección de las ciudades-capital como en el caso de los funcionarios municipales por entre-vistar, se contempló la utilización de la técnica de “muestreo subjetivo por decisión razonada”, donde:

[…] las unidades de la muestra no se eligen de forma probabilística, sino en función de al-gunas de sus características. Es un tipo de muestreo que se emplea cuando el tamaño de la muestra es muy limitado y se requiere evitar oscilaciones causales. ¿Significa esto

que las muestras no probabilísticas no son re-presentativas de la población? No necesaria-mente […]. [Se puede asegurar que] usando muestras no probabilísticas logramos identi-ficar tendencias y descubrir indicios sobre los comportamientos de los fenómenos (Corbe-ta, 2003: 308 y 309).

Lo cual es un buen inicio para un campo de es-tudio desconocido o poco conocido. En este sen-tido, el estudio de la reglamentación municipal como instrumento de gestión es un campo poco explorado en nuestro país; por tanto, los resultados del estudio, pese a que no pueden ser generali-zables, sí identifican relaciones causales, de indica-ción y posibles tendencias (Aguilar, 1996a: 59-61).

El fenómeno de conurbación en Oaxaca

Como se aprecia en los datos contenidos en el Cua-dro 1, la zona conurbada de Oaxaca no es la más grande en términos poblacionales. De los casos es-tudiados, la más grande, desde el punto de vista demográfico, es la zona conurbada de la ciudad de Querétaro, pues concentra 14.30% de la población total del conjunto estudiado; le siguen en ese or-den: Aguascalientes, 11.98%; Cuernavaca, 11.20%; Saltillo, 10.52%; Chihuahua, 10.46%; Tuxtla Gutié-rrez, 8.56% y en el séptimo lugar se encuentra la zona conurbada de la ciudad de Oaxaca, donde se concentra 7.51% de la población de los casos de es-tudio. Así que en términos demográficos, la zona conurbada de Oaxaca no es la más grande;4 sin em-bargo, desde el punto de vista del número de los ac-tores políticos y gubernamentales involucrados en la toma de decisiones, sí es la más compleja.5

Con lo anterior queremos subrayar que las deci-siones tomadas en un municipio relacionadas con la urbanización, tienen efectos en el funcionamiento de los otros municipios de la zona conurbada, inclui-da la ciudad-capital. Este escenario que describi-mos es el típico problema que analizaron Pressman y Wildavsky, quienes documentaron ampliamente y demostraron que en la fase de implementación de las políticas públicas, mientras mayor es el nú-mero de los actores y más son los puntos de de-cisión, será más grande la probabilidad de que las políticas sean llevadas a cabo de manera deficiente o con retrasos importantes.6

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En el caso de la zona conurbada de Oaxaca, las observaciones de Pressman y Wildavsky cobran mucho sentido,7 dado que la interacción de 22 uni-dades de gobierno en esta zona es muy distinta a la que debe realizarse, por ejemplo, en la zona co-nurbada de Tepic, donde únicamente interactúan dos unidades de gobierno que deben negociar y diseñar un plan de actuación conjunto.

Adicionalmente a lo anterior, mostraremos que el marco reglamentario para el desarrollo y desem-peño de las facultades del gobierno de la Ciudad de Oaxaca termina siendo insuficiente y poco fun-cional si no es diseñado desde un enfoque me-tropolitano, pues hay funciones y servicios que trascienden las fronteras jurisdiccionales de cada gobierno, como las vialidades, la infraestructura urbana, la construcción de zonas habitacionales y, en general, los servicios públicos municipales, que dada la continuidad espacial y demográfica de los

Cuadro 1

Zonas conurbadas

* Las ciudades-capital de Guanajuato y Hermosillo, según el Sistema Nacional de Áreas Conurbadas del Conapo, no cuentan con zonas conurbadas.

Fuente: elaboración propia, con datos del Conapo e inegi, Encuesta intercensal 2015, México, 2016.

municipios sería más eficiente prestarlos de mane-ra coordinada y bajo esquemas de cooperación, como por ejemplo, el manejo y disposición de la basura, entre otros.

Creemos que desde el Gobierno Federal y en particular desde la Secretaría de Desarrollo Agra-rio, Territorial y Urbano se ha hecho un diagnóstico acertado,8 en el sentido de incorporar mecanismos de coordinación para que las zonas conurbadas es-tablezcan medidas para que los gobiernos actúen de manera articulada, apegados a planes previa-mente acordados por las partes y desarrollen de manera corresponsable las acciones de urbaniza-ción sin generar afectaciones mutuas. La nueva ley de asentamientos humanos, aprobada por el Con-greso Federal en el mes de octubre de 2016, ha sentado las bases para crear dichas instituciones, con la idea de construir instituciones jerárquicas con una línea de mando clara, así como espacios de ne-

Estado Ciudad-Capital Municipios Población % Pobl. de las que forman la 2015 zonas zona conurbada conurbadas

Aguascalientes Aguascalientes 3 1,044,049 11.89

Coahuila de Zaragoza Saltillo 3 923,636 10.52

Colima Colima 5 359,392 4.09

Chiapas Tuxtla Gutiérrez 2 751,183 8.56

Chihuahua Chihuahua 3 918,339 10.46

Guanajuato Guanajuato* 1 184,239 2.10

Morelos Cuernavaca 7 983,365 11.20

Nayarit Tepic 2 471,026 5.36

Oaxaca Oaxaca de Juárez 20 659,234 7.51

Querétaro Santiago de Querétaro 4 1,255,1185 14.30

Sonora Hermosillo* 1 884,273 10.07

Zacatecas Zacatecas 2 346,419 3.95

Población total de las zonas conurbadas seleccionadas 8,780,340 100.00

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gociación para dirimir conflictos entre las partes.9 Las medidas establecidas en dicha ley abren una oportunidad de políticas (Aguilar, 2003: 43), para que la institucionalidad de los gobiernos munici-pales se actualice, en conexión con las transforma-ciones que ha experimentado la sociedad desde el punto de vista demográfico, político y cultural. Es una gran oportunidad para afrontar y resolver los problemas conurbados de las ciudades-capital, en particular los de la Ciudad de Oaxaca de Juárez.

También, al analizar la configuración demográ-fica de la Zona Metropolitana de Oaxaca de Juárez (veáse Cuadro 2), se aprecia que la ciudad capital

concentra 40.08% de la población de dicha zona metropolitana, es decir, cuatro de cada diez habi-tantes están asentados en dicha ciudad. Sin em-bargo, en términos constitucionales y en tanto municipio, la ciudad capital tiene el mismo esta-tus jurídico que el municipio de Santa María Co-yotepec, donde solamente se asienta 0.45% de la población de la zona conurbada. Esto abre un es-cenario que los estudiosos de la implementación de políticas llaman “complejidad de la acción con-junta”, donde se presentarán problemas en la defi-nición de objetivos y una serie de juegos10 políticos a la hora de implementar las políticas públicas.

Cuadro 2 Zona conurbada de Oaxaca de Juárez

Fuente: elaboración propia, con datos del Conapo e inegi, encuesta intercensal 2015, México, 2016.

Municipio Población %

Oaxaca de Juárez 264,251 40.08San Agustín de las Juntas 9,342 1.42San Agustín Yatareni 4,334 0.66San Andrés Huayápam 5,336 0.81San Antonio de la Cal 23,038 3.49San Bartolo Coyotepec 9,105 1.38San Jacinto Amilpas 15,720 2.38Ánimas Trujano 3,917 0.59San Lorenzo Cacaotepec 15,735 2.39San Pablo Etla 15,993 2.43Villa de Etla 10,737 1.63San Sebastián Tutla 18,195 2.76Santa Cruz Amilpas 12,814 1.94Santa Cruz Xoxocotlán 93,188 14.14Santa Lucía del Camino 49,459 7.50Santa María Atzompa 34,115 5.17Santa María Coyotepec 2,971 0.45Santa María del Tule 8,918 1.35Santo Domingo Tomaltepec 2,988 0.45Soledad Etla 5,591 0.85Tlalixtac de Cabrera 10,208 1.55Villa de Zaachila 43,279 6.57

Población de la zona conurbada 659,234 100.00

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Oaxaca en el estudio comparado de reglamentación municipal

En correspondencia con el método de trabajo se presentan los resultados de la investigación, ofre-ciendo, primero, una visión comparada de la situación que guarda el conjunto de 405 reglamen-tos que integran los cuerpos reglamentarios de las 12 ciudades-capital, dentro de cuyo universo se en-cuentra el cuerpo reglamentario de Oaxaca, inte-grado por 34 reglamentos para el caso estudiado. Posteriormente se expondrá un breve análisis com-parativo de la percepción que tienen funcionarios clave de las capitales, en torno a tópicos funda-mentales de sus marcos reglamentarios.

El comparativo de los cuerpos reglamentarios

La visión comparada del universo de los 12 cuer-pos reglamentarios y la presencia y peso que co-rresponde a Oaxaca en dicho universo, tanto en sentido cuantitativo como cualitativo, se presenta en seguida bajo un esquema secuencial de exposi-ción por categorías de análisis, conforme al diseño mismo de la investigación. Veamos los resultados que arroja el estudio en cada categoría de análisis.

Estructura jurídica

Al ser parte del régimen jurídico nacional, la regla-mentación municipal debe estudiarse observando si su estructura formal y textual contiene los an-clajes que lo vinculan a los diversos ordenamien-tos legales y así tener una adecuada consistencia jurídico-política (Pérez, 2007: 27). Esta categoría de análisis comprende, por tanto, las referencias que remiten a los anclajes que tienen los reglamentos municipales con: la Constitución de la república, la Constitución estatal, la legislación federal, la legis-lación estatal, las normas oficiales mexicanas y la propia reglamentación local; así como la presencia de un glosario que ofrezca claridad para su inter-pretación y aplicación; y precisión en el lenguaje. Se trata de ocho variables o referentes que definen e integran esta categoría de análisis.

Los resultados de la categoría de estructura ju-rídica que se muestran en la Gráfica 1, manifiestan el estado que guarda cada conjunto reglamenta-rio de las 12 ciudades y, en términos generales, se

aprecia, a juzgar por los porcentajes, que la arma-zón de sus reglamentos no está bien articulada al marco jurídico federal, estatal y municipal. Como se observa en la Gráfica 1, arriba del promedio ge-neral (44%), se encuentran seis cuerpos reglamen-tarios de ciudades-capital, pero sólo tres de ellas alcanzan un porcentaje superior a 50% con respecto del puntaje esperado;11 e incluso para las de mayor puntaje (Tuxtla Gutiérrez y Chihuahua), la brecha respecto de lo esperado tiene un déficit de entre 41 y 48 puntos porcentuales. En el caso de Oaxaca, la brecha es mayor, pues al alcanzar sólo 41% de los puntos esperados en esta categoría, la distancia por recorrer es de 59 puntos.

Ahora bien, la ponderación cualitativa general de la reglamentación, en cuanto a su estructura ju-rídica, reporta una tendencia mayoritaria hacia el nivel deficiente/insuficiente de calidad, puesto que más de dos tercios (70%) de los reglamentos anali-zados se sitúan en esos rangos de baja calidad, co-mo se observa en la Gráfica 2. Desde luego, justo es apreciar el otro tercio de reglamentos que reportan buena calidad, incluyendo un segmento minorita-rio con muy buena calidad en su estructura jurídica.

En términos de calidad, Oaxaca tiene en su cuer-po reglamentario una mejor distribución, toda vez que su porcentaje de calidad deficiente es menor al promedio general y mejora en los otros dos ran-gos de calidad superior.

Gobernabilidad

Por gobernabilidad se entiende la capacidad que tienen los gobiernos para atender con eficacia y eficiencia los requerimientos y necesidades de su población bajo condiciones de consenso y estabi-lidad social (Aguilar, 2006: 72-74). Se debe suponer que una premisa para desarrollar esa capacidad se encuentra, en el caso de los municipios, en la re-glamentación que norma los distintos campos de la gestión municipal, disponiendo los esquemas organizacionales y estructuras de funcionamien-to para el desempeño responsable y coordinado de los planes y programas de los gobiernos mu-nicipales. En razón de ello, los indicadores para el análisis reglamentario en esta categoría, son: ejecu-tores o responsables de las acciones del gobierno en los distintos campos de intervención; coordina-dores de las políticas específicas a que den lugar

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Fuente: elaboración propia. Base de datos del programa de investigación, Estudio comparado de la reglamentación municipal, Área de Gestión Estatal y Sistema Político, uam-Xochimilco, noviembre 2016.

Gráfica 1

Porcentaje alcanzado en el factor de estructura jurídica

11

En el caso de Oaxaca la brecha es mayor, pues al alcanzar sólo 41% de los puntos

esperados en esta categoría, la distancia por recorrer es de 59 puntos.

Gráfica I

Fuente: Elaboración propia. Base de datos del programa de investigación Estudio comparado de la Reglamentación Municipal. Área de Gestión Estatal y Sistema Político. UAM-X. Noviembre 2016.

Ahora bien, la ponderación cualitativa general de la reglamentación, en cuanto a su

estructura jurídica, reporta una tendencia mayoritaria hacia el nivel

deficiente/insuficiente de calidad, puesto que más de dos tercios (70%) de los

reglamentos analizados se sitúan en esos rangos de baja calidad, como se observa

en la Gráfica II. Desde luego, justo es apreciar el otro tercio de reglamentos que

reporta buena calidad, incluyendo un segmento minoritario con muy buena calidad

en su estructura jurídica.

45%

52%

44%

38%

50%47%

41%

31%

37%34%

59%

49%

44%

0%

10%

20%

30%

40%

50%

60%

70%

PORCENTAJE ALCANZADO EN EL FACTOR DE ESTRUCTURA JURÍDICA

Gráfica 2

Calidad estructura jurídica

En la estructura jurídica (máximo 8 puntos), la ponderación cualitativa es la siguiente: Deficiente (0–2 puntos); Insuficiente (3–4 puntos); Buena (5–6 puntos); Muy buena (7–8 puntos).

Fuente: elaboración propia. Base de datos del programa de investigación, Estudio comparado de la reglamentación municipal, Área de Gestión Estatal y Sistema Político, uam-Xochimilco, noviembre 2016.

12

Gráfica II

En la estructura jurídica (máximo 8 puntos) la ponderación cualitativa es la siguiente: Deficiente (0 – 2 puntos); Insuficiente (3 – 4 puntos); Buena (5 – 6 puntos); Muy buena (7 – 8 puntos). Fuente: Elaboración propia. Base de datos del programa de investigación Estudio comparado de la Reglamentación Municipal. Área de Gestión Estatal y Sistema Político. UAM-X. Noviembre 2016.

En términos de calidad, Oaxaca tiene en su cuerpo reglamentario una mejor

distribución de calidad, toda vez que su porcentaje de calidad deficiente es menor

al promedio general y mejora en los otros dos rangos de calidad superior.

Gobernabilidad

Por gobernabilidad se entiende la capacidad que tienen los gobiernos para atender

con eficacia y eficiencia los requerimientos y necesidades de su población, bajo

condiciones de consenso y estabilidad social (Aguilar, 2006:72-74). Se debe

suponer que una premisa para desarrollar esa capacidad se encuentra, en el caso

de los municipios, en la reglamentación que norma los distintos campos de la

gestión municipal, disponiendo los esquemas organizacionales y estructuras de

funcionamiento para el desempeño responsable y coordinado de los planes y

32.3%

38.0%

24.7%

4.9%

20.6%

50.0%

29.4%

0.0%0.0%

10.0%

20.0%

30.0%

40.0%

50.0%

60.0%

DEFICIENTE INSUFICIENTE BUENA MUY BUENA

CALIDAD ESTRUCTURA JURÍDICA

General Oaxaca

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los programas de gobierno municipales; coadyu-vantes o proveedores que auxilien la concreción de las políticas; agentes supervisores del desempe-ño gubernamental; beneficiarios y/o sectores de la población, objeto de la atención de programas y políticas.

Quizá valga la pena señalar que los factores de gobernabilidad son los elementos más tradiciona-les de la gestión pública que aluden a los temas clásicos de la administración pública y que ponen énfasis en la definición jerárquica de competencia y en el control de los agentes administrativos y, por tanto, corresponden a los principios básicos en los que se fundamenta el modelo burocrático tradicio-nal.

Debemos consignar que la categoría de análisis con mayor promedio porcentual para el universo de los cuerpos reglamentarios de las ciudades-capi-tal es la de gobernabilidad, donde la mayoría de las reglamentaciones (siete) alcanza puntuacio-nes aprobatorias (60%). En efecto, como se indi-ca en la Gráfica 3, se aprecian dos bloques: uno, conformado por seis capitales, cuyos cuerpos re-glamentarios alcanzan un porcentaje mayor a la media (61%), y otro, integrado también por seis capitales, donde sus reglamentaciones quedan

Gráfica 3Porcentaje alcanzado en el factor gobernabilidad

Fuente: elaboración propia. Base de datos del programa de investigación, Estudio comparado de la reglamentación municipal, Área de Gestión Estatal y Sistema Político, uam-Xochimilco, noviembre 2016.

13

programas de los gobiernos municipales. En razón de ello, los indicadores para el

análisis reglamentario en esta categoría es la presencia de: Ejecutores o

responsables de las acciones del gobierno en los distintos campos de intervención;

Coordinadores de las políticas específicas a que den lugar los programas de

gobierno municipales; Coadyuvantes o proveedores que auxilien la concreción de

las políticas; Agentes supervisores del desempeño gubernamental; Beneficiarios y/o

sectores de la población, objeto de la atención de programas y políticas.

Quizá valga la pena señalar que los factores de gobernabilidad son los elementos

más tradicionales de la gestión pública que aluden a los temas clásicos de la

administración pública y que ponen énfasis en la definición jerárquica de

competencias, el control de los agentes administrativos, y por tanto corresponden a

los principios básicos en los que se fundamenta el modelo burocrático tradicional.

Gráfica III

Fuente: Elaboración propia. Base de datos del programa de investigación Estudio comparado de la Reglamentación Municipal. Área de Gestión Estatal y Sistema Político. UAM-X. Noviembre 2016.

59%

68%

53%

62% 60%65%

52%59% 58%

65% 65%68%

61%

0%

10%

20%

30%

40%

50%

60%

70%

80%

PORCENTAJE ALCANZADO EN EN EL FACTOR GOBERNABILIDAD

por debajo de la media. Destacan con los mejo-res puntajes Chihuahua y Zacatecas (ambas con 68%), mientras que Oaxaca es la más rezagada en esta categoría de gobernabilidad.

Los cuerpos reglamentarios analizados reflejan en la categoría de gobernabilidad un registro de calidad buena/muy buena (35.3%), nada desdeña-ble; sin embargo, no debe soslayarse el espectro de calidad insuficiente (32.6%) y deficiente (32.1%) que deberían superarse (véase Gráfica 4). En esta categoría donde, en términos generales, la regla-mentación cumple aceptablemente, encontramos también un mayor rezago cualitativo de Oaxaca al manifestar una mayor proporción (41%) de regla-mentos con calidad deficiente.

Gobernanza

Desde el enfoque de la gobernanza (Cerrillo, 2005: 83), la gestión gubernamental debe tener un fuerte vínculo con la sociedad, más allá de la obligación y responsabilidad que implica el sentido de goberna-bilidad circunscrito al ámbito político-administrativo interno del aparato de gobierno; esto es, para la go-bernanza no basta la indispensable presencia de los agentes gubernamentales en la actuación pú-blica, sino que también requiere de la participación

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de los actores sociales en la decisión y operación de las políticas públicas. En este sentido, el estudio in-dagó hasta qué punto el marco reglamentario de las ciudades-capital propicia o estimula desde su normatividad la participación de actores sociales. Para ello, los indicadores fueron: actores sociales co-mo ejecutores o corresponsables de programas y políticas públicas en los distintos campos de ges-tión; coordinadores sociales para las políticas espe-cíficas a que den lugar los programas de gobierno municipales; miembros de los diferentes sectores sociales que coadyuvan y auxilian en la concre-ción de las políticas; agentes sociales en la supervi-sión del desempeño gubernamental; beneficiarios y/o sectores de la población objeto de la atención de programas y políticas.

Contrario a la categoría de gobernabilidad, en la de gobernanza encontramos que todos los cuerpos reglamentarios tienen puntuaciones muy bajas. En la Gráfica 5 se aprecian los resultados sobre el factor de gobernanza, y debe mencio-narse que el promedio del universo reglamentario analizado es apenas de 22%. Importa anotar que

En la categoría de gobernabilidad (máximo 5 puntos), la ponderación cualitativa es la siguiente:Deficiente (0–2 puntos); Insuficiente (3 puntos); Buena (4 puntos); Muy buena (5 puntos).

Fuente: elaboración propia. Base de datos del programa de investigación, Estudio comparado de la reglamentación municipal, Área de Gestión Estatal y Sistema Político, uam-Xochimilco, noviembre 2016.

Gráfica 4 Calidad factor gobernabilidad

14

Debemos consignar que la categoría de análisis con mayor promedio porcentual

para el universo de los cuerpos reglamentarios de las ciudades capital es la de

gobernabilidad, y donde además la mayoría de las reglamentaciones (siete)

alcanzan puntuaciones aprobatorias (60%). En efecto, como se indica en la Gráfica

III, se pueden apreciar dos bloques: uno conformado por seis capitales cuyos

cuerpos reglamentarios alcanzan un porcentaje mayor a la media (61%), y otro

integrado también por seis capitales donde sus reglamentaciones quedan por

debajo de la media. Destacan con los mejores puntajes Chihuahua y Zacatecas

(ambas con 68%), mientras que Oaxaca es la más rezagada en esta categoría de

gobernabilidad.

Gráfica IV

En la categoría de gobernabilidad (máximo 5 puntos), la ponderación cualitativa es la siguiente: Deficiente (0 – 2 puntos); Insuficiente (3 puntos); Buena (4 puntos); Muy buena (5 puntos). Fuente: Elaboración propia. Base de datos del programa de investigación Estudio comparado de la Reglamentación Municipal. Área de Gestión Estatal y Sistema Político. UAM-X. Noviembre 2016.

Los cuerpos reglamentarios analizados reflejan en la categoría de gobernabilidad

un registro de calidad buena/muy buena (35.3%), nada desdeñable; sin embargo,

32.1% 32.6%

23.7%

11.6%

41.2%

32.4%

26.5%

0.0%0.0%

5.0%

10.0%

15.0%

20.0%

25.0%

30.0%

35.0%

40.0%

45.0%

DEFICIENTE INSUFICIENTE BUENA MUY BUENA

CALIDAD FACTOR GOBERNABILIDAD

General Oaxaca

si bien siete de los cuerpos reglamentarios están por encima del promedio, ninguno llega siquiera a cubrir 30% de los indicadores esperados; de mane-ra que las tres ciudades-capital con mayor puntaje (28%) son Aguascalientes, Chihuahua y Hermosi-llo que, sin despegarse claramente del promedio, cuentan con mejores resultados en esta catego-ría. Por supuesto que aquí las brechas por superar son muy amplias, como se observa en la Gráfica 5: siempre con un trecho mayor de 70% por cubrir.

En esta categoría de gobernanza, donde los resultados son muy bajos, Oaxaca mantiene una posición intermedia en el conjunto de ciudades-capital (se ubica en 5° lugar entre el conjunto de las doce capitales).

Como lógica consecuencia de lo arriba apun-tado, la ponderación cualitativa de la reglamenta-ción, en cuanto a la presencia en ella de los factores de gobernanza es bastante crítica, como se mani-fiesta en la Gráfica 6. En ella se observa una pesa-da tendencia con predominio de calidad deficiente que abarca 89.6% de las reglamentaciones consi-deradas. Acaso deba apuntarse para Oaxaca un

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En esta categoría de gobernanza donde los resultados son muy bajos, Oaxaca

mantiene una posición intermedia en el conjunto de ciudades-capital (se ubica en

5° lugar entre el conjunto de las doce capitales)

Como lógica consecuencia de lo arriba apuntado, la ponderación cualitativa de la

reglamentación, en cuanto a la presencia en ella de los factores de gobernanza es

bastante crítica, como se manifiesta en la Gráfica VI. En ella se aprecia una pesada

tendencia con predominio de calidad deficiente que abarca al 89.6% de las

reglamentaciones consideradas. Acaso deba apuntarse para Oaxaca un asomo

relativamente positivo, al colocar 6% de su cuerpo reglamentario con buena calidad.

Gráfica VI

En la categoría de gobernanza (máximo 5 puntos), la ponderación cualitativa es la siguiente: Deficiente (0 – 2 puntos); Insuficiente (3 puntos); Buena (4 puntos); Muy buena (5 puntos). Fuente: Elaboración propia. Base de datos del programa de investigación Estudio comparado de la Reglamentación Municipal. Área de Gestión Estatal y Sistema Político. UAM-X. Noviembre 2016.

Gestión estratégica

El enfoque estratégico (Cabrero, 1999:27-29) en la reglamentación municipal

implica observar la presencia en ella de varios factores que rebasen el mero sentido

89.6%

6.7%2.2% 1.5%

91.2%

2.9% 5.9%0.0%

0.0%

10.0%

20.0%

30.0%

40.0%

50.0%

60.0%

70.0%

80.0%

90.0%

100.0%

DEFICIENTE INSUFICIENTE BUENA MUY BUENA

CALIDAD FACTOR GOBERNANZA

General Oaxaca

Fuente: elaboración propia. Base de datos del programa de investigación, Estudio comparado de la reglamentación municipal, Área de Gestión Estatal y Sistema Político, uam-Xochimilco, noviembre 2016.

Gráfica 6Calidad factor gobernanza

En la categoría de gobernabilidad (máximo 5 puntos), la ponderación cualitativa es la siguiente:Deficiente (0–2 puntos); Insuficiente (3 puntos); Buena (4 puntos); Muy buena (5 puntos).

Gráfica 5Porcentaje alcanzado en el factor gobernanza

Fuente: elaboración propia. Base de datos del programa de investigación, Estudio comparado de la reglamentación municipal. Área de Gestión Estatal y Sistema Político, uam-Xochimilco, noviembre 2016.

16

Gráfica V

Fuente: Elaboración propia. Base de datos del programa de investigación Estudio comparado de la Reglamentación Municipal. Área de Gestión Estatal y Sistema Político. UAM-X. Noviembre 2016.

Contrario a la categoría de gobernabilidad, en la de gobernanza encontramos que

todos los cuerpos reglamentarios tienen puntuaciones muy bajas. En la Gráfica V

se aprecian los resultados sobre el factor de gobernanza y debe mencionarse que

el promedio del universo reglamentario analizado es apenas del 22%. Importa

anotar que si bien siete de los cuerpos reglamentarios están por encima del

promedio, ninguno llega siquiera a cubrir el 30% de los indicadores esperados; de

manera que las tres ciudades-capital con mayor puntaje (28%) son Aguascalientes,

Chihuahua y Hermosillo que, sin despegarse claramente del promedio, cuentan con

los relativamente mejores resultados en esta categoría. Por supuesto que aquí las

brechas a superar son muy amplias, como se puede observar en la gráfica: siempre

con un trecho mayor de 70% por cubrir.

28% 28%

23%

15%

23%

28%

19%

14%16%

15%

26%24%

22%

0%

5%

10%

15%

20%

25%

30%

PORCENTAJE ALCANZADO EN EL FACTOR GOBERNANZA

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Gráfica 7Porcentaje alcanzado en el factor planeación estratégica

Fuente: elaboración propia. Base de datos del programa de investigación, Estudio comparado de la reglamentación municipal, Área de Gestión Estatal y Sistema Político, uam-Xochimilco, noviembre 2016.

19

De nuevo, Oaxaca se encuentra con la ponderación más baja, al reportar 46% de

satisfacción en los indicadores contemplados.

Gráfica VII

Fuente: Elaboración propia. Base de datos del programa de investigación Estudio comparado de la Reglamentación Municipal. Área de Gestión Estatal y Sistema Político. UAM-X. Noviembre 2016.

Ahora bien, en términos de ponderación cualitativa los cuerpos reglamentarios de

las capitales reflejan una tendencia predominante de 80.7% concentrada en las

calidades insuficiente/buena; pero conviene apuntar que también cabe otra lectura

de la Gráfica VIII, que daría cuenta de dos polos diferenciados de concentración

cualitativa y prácticamente con el mismo peso: uno con una tendencia de 50.9%

ubicada en la calidad deficiente/insuficiente y otro de 49.1% agrupado en la calidad

buena/muy buena, que en sí misma es bastante positiva en el espectro de los

registros obtenidos en el conjunto del análisis reglamentario.

56%59%

48% 47%

62%57%

46%

53%47%

59%63% 62%

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20%

30%

40%

50%

60%

70%

PORCENTAJE ALCANZADO EN EL FACTOR PLANEACIÓN ESTRATÉGICA

asomo relativamente positivo, al colocar 6% de su cuerpo reglamentario con buena calidad.

Gestión estratégica

El enfoque estratégico (Cabrero, 1999: 27-29) en la reglamentación municipal implica observar la pre-sencia en ella de varios factores que rebasen el mero sentido tradicional de planeación, y apun-ten hacia la contextualización de la gestión guber-namental en medios complejos que exigen a los gobiernos un desempeño no sólo con eficacia, efi-ciencia y calidad, sino también con una visión de largo alcance. No hay duda de la influencia de este enfoque, así sea por la cada vez más frecuente de-nominación de gestión estratégica que se adopta para indicar una orientación distinta a la gestión burocrática tradicional. De manera que los indica-dores para esta categoría, fue la presencia en los reglamentos de: Responsable(s) de su aplicación; Planeación y programación; Procesos y cursos de acción; Eficacia, eficiencia y calidad; Monitoreo y evaluación; Coordinación intergubernamental; Di-rección y supervisión del ayuntamiento; Incumpli-

miento y sanción; Comunicación y transparencia; Población objetivo (societal); Sentido público-co-munitario; y Ética del servicio público-guberna-mental.

Los registros en esta categoría dan cuenta de re-sultados relativamente más homogéneos entre los cuerpos reglamentarios de las capitales, pues las di-ferencias entre ellos son menos amplias, como se aprecia en la Gráfica 7. Si bien ésta es la segunda ca-tegoría de análisis con mejor puntuación, no por ello los datos son alentadores, puesto que el promedio sólo alcanza 55% con respecto a lo esperado. Son siete los cuerpos reglamentarios que se alzan arri-ba de ese promedio, pero lo hacen con muy pocos puntos adicionales, siendo sólo tres las ciudades-ca-pital que logran un puntaje aprobatorio para sus re-glamentaciones: Guanajuato (62%), Tuxtla Gutiérrez (63%) y Zacatecas (62%). Éstas resultan las capitales con reglamentaciones mejor posicionadas en la ca-tegoría de planeación estratégica.

De nuevo, Oaxaca se encuentra con la ponde-ración más baja, al reportar 46% de satisfacción en los indicadores contemplados.

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Ahora bien, en términos de ponderación cuali-tativa, los cuerpos reglamentarios de las capitales reflejan una tendencia predominante de 80.7% concentrada en las calidades insuficiente/buena; pero conviene apuntar que también cabe otra lec-tura de la Gráfica 8, que daría cuenta de dos polos diferenciados de concentración cualitativa y prác-ticamente con el mismo peso: uno, con una ten-dencia de 50.9% ubicada en la calidad deficiente/insuficiente y otro, de 49.1% agrupado en la calidad buena/muy buena, que en sí misma es bastante po-sitiva en el espectro de los registros obtenidos en el conjunto del análisis reglamentario.

Para el caso de Oaxaca, si tomamos esos dos polos de referencia, el correspondiente a la calidad deficiente/insuficiente pesa mucho más (73.5%) que el polo de calidad buena/muy buena (26.5%). El ba-lance cualitativo es claramente desfavorable para el cuerpo reglamentario de Oaxaca en esta impor-tante categoría.

Con base en las categorías analíticas, el estudio refleja que, tanto cuantitativamente como cualita-

Gráfica 8Calidad factor gestión estratégica

Fuente: elaboración propia. Base de datos del programa de investigación, Estudio comparado de la reglamentación municipal. Área de Gestión Estatal y Sistema Político, uam-Xochimilco, noviembre 2016.

En la categoría de gestión estratégica (máximo 12 puntos) la ponderación cualitativa es la siguiente:Deficiente (0–3 puntos); Insuficiente (4-6 puntos); Buena (7-9 puntos); Muy buena (10-12 puntos).

20

Para el caso de Oaxaca, si tomamos esos dos polos de referencia, el

correspondiente a la calidad deficiente/insuficiente pesa mucho más (73.5%) que el

polo de calidad buena/muy buena (26.5%). El balance cualitativo es claramente

desfavorable para el cuerpo reglamentario de Oaxaca en esta importante categoría.

Gráfica VIII

En la categoría de gestión estratégica (máximo 12 puntos) la ponderación cualitativa es la siguiente: Deficiente (0 – 3 puntos); Insuficiente (4 - 6 puntos); Buena (7 - 9 puntos); Muy buena (10 - 12 puntos) Fuente: Elaboración propia. Base de datos del programa de investigación Estudio comparado de la Reglamentación Municipal. Área de Gestión Estatal y Sistema Político. UAM-X. Noviembre 2016.

Como pudo observarse, el estudio realizado a través de las categorías analíticas

refleja que, tanto cuantitativamente como cualitativamente, los cuerpos

reglamentarios de que disponen las ciudades-capital para su gestión pública,

todavía mantienen signos de precariedad respecto a la matriz de indicadores; pero

también hay elementos positivos como el uso más intensivo de la facultad

reglamentaria por parte de los ayuntamientos y con ello el incremento de cobertura

reglamentaria hacia diversos campos de gestión. La mayor atención y cuidado en

la armazón jurídica de sus reglamentos y la mejoría normativa en torno al sentido

10.9%

40.0% 40.7%

8.4%14.7%

58.8%

23.5%

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10.0%

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40.0%

50.0%

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70.0%

DEFICIENTE INSUFICIENTE BUENA MUY BUENA

CALIDAD FACTOR GESTIÓN ESTRATÉGICA

General Oaxaca

tivamente, los cuerpos reglamentarios de que dis-ponen las ciudades-capital para su gestión pública, todavía mantienen signos de precariedad con res-pecto a la matriz de indicadores; pero también hay elementos positivos, como el uso más intensivo de la facultad reglamentaria por parte de los ayunta-mientos y con ello el incremento de cobertura re-glamentaria hacia diversos campos de gestión. La mayor atención y cuidado en la armazón jurídica de sus reglamentos y la mejoría normativa en torno al sentido de gobernabilidad y gestión estratégica, son aspectos que deben alentarse en beneficio de la facultad reglamentaria como recurso de gestión.

La expresión más homogénea de los indica-dores de gestión estratégica en los cuerpos regla-mentarios y su reporte de indudable mejor calidad, manifiestan un punto de fortaleza en apoyo de la acción gubernamental en las ciudades-capital. El punto más débil es la ausencia de estímulos en los contenidos de la reglamentación que propicien la participación de la ciudadanía en los asuntos de in-terés público y abran espacios a la relación de go-bernanza municipal.

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El comparativo de la percepción de funcionarios

Las leyes y reglamentos constituyen el marco de referencia obligado para los servidores públicos, pues ahí es donde se describen de manera deta-llada las facultades y funciones de los actores gu-bernamentales en las distintas circunscripciones. En otras palabras, la norma legal en sus diferen-tes acepciones es la fuente de referencia para sa-ber qué debe hacer el gobierno, cómo hacerlo, e incluso los plazos en los que debe realizar dichas acciones. En este sentido, la reglamentación muni-cipal es un recurso e instrumento fundamental pa-ra la gestión y la administración municipales y, por tanto, conocer la opinión de los responsables de la gestión es de vital importancia.

Por ello, en este apartado se presenta la opinión de los funcionarios12 sobre la reglamentación mu-nicipal, particularmente sobre algunos tópicos de interés que pueden incidir en la gestión guberna-mental en un contexto de conurbación que exige mayor atención de los asuntos públicos. Los tópi-cos se presentan a continuación.

Concepción y uso de la reglamentación municipal

En las entrevistas del estudio se pidió a los funcio-narios municipales que con tres palabras o frases expresaran su opinión sobre la reglamentación municipal, mismas que luego se clasificaron de ma-nera dicotómica (positiva/negativa) y cuyos resul-tados se incluyen en el Cuadro 3.

Como se puede observar, la tendencia predo-minante acerca de la concepción que los funciona-rios tienen sobre la reglamentación municipal es mayoritariamente positiva (76.7%), lo cual permite suponer que se le considera como un instrumen-to adecuado y favorecedor de una buena gestión, aunque no pueden soslayarse las opiniones nega-tivas (23%) expresadas sobre ella. El caso de Oa-xaca se ubica prácticamente en el promedio que arrojó este ejercicio.

Es un hecho irrefutable que la vida pública en la sociedad mexicana presenta nuevas y variadas problemáticas que los gobiernos deben enfren-tar, dotándose de marcos regulatorios actuales,

Cuadro 3Tres palabras o frases que expresen su concepción acerca

de la reglamentación municipal (a+b+c)

Ciudades capital Podría mencionarnos tres palabras o frases que expresen su concepción Total acerca de la reglamentación municipal (a+b+c)

Positivo Negativo

Aguascalientes 64.3% 35.7% 100.0%

Colima 100.0% 0.0% 100.0%

Oaxaca 78.6% 21.4% 100.0%Saltillo 83.3% 16.7% 100.0%

Tepic 62.5% 37.5% 100.0%

Zacatecas 78.6% 21.4% 100.0%

Promedio muestra 76.7% 23.3% 100.0%

Fuente: elaboración propia. Base de datos del proyecto, Estudio comparado de la reglamentación municipal; entrevistas con funcionarios municipales, 2016, lageem, uam-Xochimilco.

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adicionales y complementarios a los tradicionales. Surgen campos de gestión modernos (ecología y medio ambiente, comunicación y transparen-cia, participación ciudadana, equidad de género, etcétera) a la par que los campos tradicionales se complejizan (toda la gama de servicios públicos ur-banos). La gestión gubernamental, incluyendo la municipal, requiere normas reglamentarias para el ordenamiento de la vida pública. Esta problemá-tica también se abordó en las entrevistas con los funcionarios municipales (véase Cuadro 4).

Los reglamentos que a juicio de los entrevista-dos resultan imprescindibles para el ordenamiento de la vida pública en el municipio son, en su mayo-ría, de carácter tradicional (67.2%), pero también in-cluyeron reglamentaciones modernas (31.8%) para la atención de nuevas problemáticas. El predomi-nio de reglamentaciones tradicionales es natural, mas resulta interesante observar la emergencia de reglamentaciones modernas; desde luego, el cam-bio del peso específico en cada ciudad-capital obe-dece a distintos factores que habría que indagar. El caso de Oaxaca parece mostrar menos presencia del segmento moderno (23%) en su cuerpo regla-mentario, comparativamente con las otras capita-

Cuadro 4

Tres reglamentos para el ordenamiento de la vida pública en el municipio

Ciudades capital Mencione tres reglamentos que a su juicio son imprescindibles para el ordenamiento de la vida pública en el municipio (tipo de reglamento) Total

Tradicional Moderno Ninguno

Aguascalientes 67.5% 32.5% 0.0% 100.0%

Colima 80.6% 19.4% 0.0% 100.0%

Oaxaca 71.8% 23.0% 5.2% 100.0%Saltillo 61.0% 39.0% 0.0% 100.0%

Tepic 66.7% 33.3% 0.0% 100.0%

Zacatecas 61.2% 38.8% 0.0% 100.0%

Promedio muestra 67.2% 31.8% 1.0% 100.0%

Fuente: elaboración propia, Base de datos del proyecto, Estudio comparado de la reglamentación municipal; entrevistas con funcionarios municipales, 2016, lageem, uam-Xochimilco.

les del estudio, con excepción de Colima. En todo caso, se muestra una tendencia donde los temas emergentes han llegado a tomar un espacio en la agenda pública y de gobierno, aunque todavía no son los grandes referentes de actuación del gobier-no en las capitales del país.

Por último, presentamos las respuestas a una pregunta cuya intención era conocer la expresión intergubernamental en la operación cotidiana de la gestión municipal, tomando como base la recu-rrencia al tipo de normatividad, según su ámbito jurisdiccional. Así, a los funcionarios se les solicitó que señalaran el tipo de reglamentos a los que apelan para atender el área de su competencia. Los resultados se encuentran en el Cuadro 5.

Resulta muy claro que la referencia inmediata y más frecuente para el desempeño de sus funcio-nes es la reglamentación municipal (82.2%) y com-parativamente la recurrencia a los ordenamientos estatales y federales son muy escasos: 9.6% y 6.8% respectivamente. Sin ser determinante, las res-puestas de los funcionarios entrevistados reflejan una baja vinculación intergubernamental, al me-nos en la relación entre los marcos normativos de los tres órdenes jurisdiccionales.

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Sin embargo, es destacable que los funciona-rios entrevistados en Oaxaca señalen una mayor recurrencia a las normatividades estatal y federal (28.6%) en el ejercicio de sus funciones, lo cual po-dría explicarse por la condición epicéntrica de esta capital, en una zona conurbada que les demanda una gestión con enfoque más intergubernamental, dentro del conglomerado de 22 municipios que in-tegran dicha zona.

Reflexión final

El estudio de la Reglamentación Municipal, con las cuatro categorías analíticas, permite un acer-camiento objetivo a la situación que guarda este importante marco normativo y revela una condi-ción de precariedad respecto a las categorías e in-dicadores a cuyo examen fue sometido. En efecto, con severidad se puede interpretar que, salvo en la categoría de gobernabilidad, las ponderaciones cuantitativas y cualitativas no alcanzan mención aprobatoria para la mayoría de los cuerpos regla-mentarios de las ciudades-capital incluidas en el estudio. A la luz de estos resultados, los cuerpos re-

Cuadro 5

Reglamentos que tienen relación con su área de competencia

Fuente: elaboración propia. Base de datos del proyecto, Estudio comparado de la reglamentación municipal; entrevistas con funcionarios municipales, 2016, lageem, uam-Xochimilco.

Ciudades capital Cuáles son los reglamentos que más directamente tienen relación con su área Total de competencia (orden jurisdiccional)

Local Estatal Federal “Ambiguo/Otro”

Aguascalientes 92.9% 7.1% 0.0% 0.0% 100.0%

Colima 100.0% 0.0% 0.0% 0.0% 100.0%

Oaxaca 71.4% 14.3% 14.3% 0.0% 100.0%

Saltillo 75.0% 16.7% 8.3% 0.0% 100.0%

Tepic 87.5% 0.0% 12.5% 0.0% 100.0%

Zacatecas 71.4% 14.3% 7.1% 7.1% 100.0%

Promedio muestra 82.2% 9.6% 6.8% 1.4% 100.0%

glamentarios de las ciudades-capital no presentan condiciones adecuadas para servir como un buen instrumento de gestión gubernamental.

En el caso particular de Oaxaca, esa condición de rezago en su cuerpo reglamentario respecto a las categorías de análisis también se presenta, in-cluso de manera acusada, en los factores de gober-nabilidad. Estos resultados no tienen porque llevar hacia posiciones alarmistas, pero sí conminan a to-marles en cuenta para mejorar la capacidad insti-tucional de Oaxaca capital y el desempeño de su gestión tanto al interior de su municipio como en la zona conurbada.

Efectivamente, si ampliamos la mirada a la com-plejidad de la zona conurbada, se apreciará que el cuerpo reglamentario diseñado para una ciudad como Oaxaca es insuficiente para atender con efica-cia y eficiencia los servicios municipales y participar en la solución de los problemas de un conglome-rado de 22 municipios; para ello se hace necesaria la generación de estructuras organizacionales con claridad en la línea de mando, la actuación coordi-nada de los actores locales, el establecimiento de mecanismos de solución de conflictos, y una ges-

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tión intergubernamental que aliente dinámicas de negociación con enfoque de ganar-ganar, en bene-ficio de los municipios de la zona y de su población. El reto gubernamental e institucional es mayúsculo.

Ahora bien, el estudio también revela que en la reglamentación se encuentran rasgos positivos, tales como la ponderación cualitativa buena/muy buena (excepto en la categoría de gobernanza) aplicable al menos a 25% de los reglamentos revi-sados (veánse Gráficas 2, 4 y 8), lo cual no es desde-ñable y puede servir como plataforma para mejorar progresivamente el marco regulatorio de las ciuda-des -capital. Además, la valoración que los funciona-rios tienen de la reglamentación municipal como instrumento de gestión es predominantemente positiva, y ello posibilita que su normatividad sea operante en el desempeño cotidiano de la gestión municipal y no se quede en mera formalidad.

Al respecto y frente a la problemática anotada para la zona conurbada de Oaxaca, que demanda mecanismos de coordinación para que los gobier-nos actúen de manera articulada, conviene resaltar que el empleo cotidiano del marco regulatorio por parte de los funcionarios de esta ciudad-capital, revela que ellos son quienes recurren con más fre-cuencia a la normatividad estatal y federal, lo cual representa una importante experiencia en el ma-nejo del recurso reglamentario y puede ser la base para desarrollar un capital institucional que favo-rezca una gestión con enfoque intergubernamen-tal, como lo requiere la zona conurbada.

Finalmente, es oportuno reiterar que el estudio de la reglamentación municipal resulta imprescin-dible para el análisis de la gestión gubernamental y para el entendimiento del desempeño político-administrativo de los gobiernos. Se trata de una línea de investigación poco explorada en nuestro país, pero cada vez más indispensable y necesaria de atender.

Notas1 Zamora Fernández de Lara G. y Ramírez Ló-

pez R. (2017), Estudio comparado de la reglamen-tación municipal en doce ciudades-capital, Reporte de Investigación, Área de Gestión Estatal y Sistema Político. Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco.

2 Las doce ciudades-capital que incluye el es-tudio son: Aguascalientes, Chihuahua, Colima, Cuernavaca, Guanajuato, Hermosillo, Oaxaca, Que-rétaro, Saltillo, Tepic, Tuxtla Gutiérrez y Zacatecas. Para la selección de la muestra de las ciudades-ca-pital se utilizaron tres criterios fundamentalmente: 1. Geográfico (representación de las zonas norte, centro y sur del país); 2. Demográfico (ciudades-capital medianas y pequeñas; es decir, menores a un millón de habitantes); y 3. Político electoral (ciudades-capital que hayan experimentado alter-nancia política).

3 A cada uno de los indicadores se les asignó el valor de “1” en la ficha técnica del reglamento, en caso de contar con ellos, o de “0” en caso contrario. Por ejemplo, en la categoría de Gestión Estratégica se tiene un “puntaje” máximo de 12, en cada ficha por reglamento (ficha-reglamento). A partir de es-ta tabulación cuantitativa, se procedió a definir la siguiente ponderación cualitativa: Deficiente (0 a 3 puntos); Insuficiente (4 a 6 puntos); Buena (7 a 9 puntos); Muy buena (10 a 12 puntos).

Finalmente y de manera más agregada, el com-plemento de esta medición cuantitativa-cua-litativa es su expresión porcentual (%): (a) Qué porcentaje del total de indicadores en cada cate-goría, fue cubierto por los cuerpos reglamentarios de cada ciudad-capital; y (b) Qué porcentaje de re-glamentos obtuvo alguna de las cuatro pondera-ciones cualitativas: Deficiente, Insuficiente, Buena y muy Buena, en cada categoría y en cada cuerpo reglamentario correspondiente a la ciudad-capital y/o al campo de gestión.

4 Las fuentes utilizadas para documentar el pro-ceso de conurbación en las ciudades-capital dis-crepan en el caso de Oaxaca: fuentes del conapo hablan de 20 municipios conurbados, mientras que los estudios del gobierno del estado hablan de 23 municipios conurbados; en todo caso, la di-ferencia de tres municipios no altera el hecho de que, frente a los otros casos de conurbación aquí mencionados, Oaxaca es la ciudad-capital que requiere de una acción coordinada con el mayor número de actores políticos y/o unidades de go-bierno, con lo que ello implica.

5 Recordar que en la gestión de políticas: “El proceso de implementación se caracteriza por el maniobrar de muchos actores semiautónomos,

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Oaxaca de Juárez y su cuerpo reglamentario en el contexto de su zona conurbada pp. 7-26

cada uno de los cuales intenta tener acceso a los elementos del programa y tenerlos bajo su con-trol, intentando al mismo tiempo extraer ventajas de otros actores que también buscan tener acce-so a elementos que les den el control” (Aguilar, 1996b: 63).

6 La solución que proponen estos autores pa-ra reducir dicha probabilidad, es la generación de estructuras jerárquicas con claridad en la línea de mando, el aumento de la actuación coordinada de los actores, el establecimiento de mecanismos pa-ra resolución de conflictos, el establecimiento de plazos concretos de ejecución de acciones y alen-tar dinámicas de negociación con enfoque ganar-ganar (Pressman y Wildavsky, 1998: 178).

7 En efecto, “[…] cuando más de una agencia está involucrada en el proceso de implementación, las líneas de autoridad son más confusas” (Aguilar, 1996b: 202). El reto del diseñador de políticas, es construir controles y sistemas de medición del desempeño de la política, para reducir lo más posi-ble dicha confusión y delimitar responsabilidades.

8 En México la población que vivía en 2012 en las Zonas Conurbadas era de 63,836,779 habitan-tes, lo que equivalía al 57% de la población total; es decir, es una problemática que tendrá un impac-to demográfico muy amplio. Fuente: Catálogo. Sis-tema urbano nacional (conapo, 2012: 22).

9 De hecho, la nueva ley contempla en su ca-pítulo sexto el tema de la gobernanza metropoli-tana en los artículos 36, 37, 38 y 39, en donde se establece una serie de disposiciones que tienen como propósito que los problemas comunes a la zona metropolitana sean tratados y atendidos de manera colegiada.

10 El término “juego” se entiende como el con-junto de estrategias y técnicas de interacción por medio de las cuales entran en relación recíproca actores independientes, poseedores de diversos recursos que el programa o la política contempla como componentes necesarios para la produc-ción del evento deseado. Bardag propone una ti-pología de cuatro grupos de juegos: 1. Desvío de recursos; 2. Distorsión de objetivos; 3. Resistencia; 4. Disipación de energías personales y políticas (en Aguilar, 1996b: 63-64).

11 Aquí y en lo sucesivo, el “puntaje esperado” se refiere al total de los indicadores correspondientes

a la categoría de análisis que se trate; y los porcen-tajes corresponden a la cobertura alcanzada por los cuerpos reglamentarios, respecto a ese total de indicadores (véase la nota 3).

12 Las entrevistas se aplicaron a los mandos al-tos, medios y operativos de las administraciones municipales. Desafortunadamente las entrevistas no pudieron realizarse en las ciudades de Tuxtla Gutiérrez, Guanajuato, Cuernavaca, Querétaro y Hermosillo, ya fuera por problemas para estable-cer una agenda de entrevistas, o por una abierta negativa de las autoridades municipales. El total de funcionarios entrevistados fue de 73 y es sobre este conjunto que se presentan los resultados ob-tenidos. Consideramos que se trata de una mues-tra representativa de los funcionarios de las seis ciudades-capital que accedieron a la entrevista. Conviene señalar que los encuentros se realizaron en los primeros meses de 2016.

Fuentes bibliográficas

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Oaxaca de Juárez y su cuerpo reglamentario en el contexto de su zona conurbada pp. 7-26

ANEXO

Matriz de categorías analíticas

Categoría analítica Tópicos o indicadores

• Referencia a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

• Referencia a la Constitución estatal.

Estructura jurídica • Referencia a la legislación federal.

• Referencia a la legislación estatal.

• Referencia a normas oficiales mexicanas.

• Referencia a la reglamentación municipal.

• Ejecutores o responsables de las acciones del gobierno en los distintos campos de intervención.

• Coordinadores de las políticas específicas a que den lugar los programas de gobierno municipales.

Gobernabilidad • Coadyuvantes o proveedores que auxilien la concreción de las políticas.

• Agentes supervisores del desempeño gubernamental.

• Beneficiarios y/o sectores de la población objeto de la atención de programas y políticas.

• Actores sociales corresponsables de programas y políticas públicas en los distintos campos de gestión.

• Coordinadores sociales para las políticas específicas.

Gobernanza • Sectores sociales que coadyuvan y auxilian en la concreción de las políticas.

• Agentes sociales en la supervisión del desempeño gubernamental.

• Beneficiarios y/o sectores de la población-objetivo.

• Responsable(s) de su aplicación.

• Población objetivo (societal).

• Planeación/Programación.

• Procesos y cursos de acción.

• Eficacia/Eficiencia/Calidad.

Gestión estratégica • Monitoreo/Evaluación.

• Comunicación y transparencia.

• Dirección y Supervisión del Ayuntamiento.

• Coordinación intergubernamental.

• Incumplimiento y sanción.

• Sentido público-comunitario.

• Ética del servicio público.

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Medición del clima organizacional con un enfoque de género en la Escuela Politécnica Nacional

Measuring the organizational climate with a gender focus at Escuela Politécnica Nacional

María Genoveva Espinosa Santeli Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador

Angélica Jiménez Escuela Politécnica Nacional, Quito-Ecuador(Fecha de recepción: 24 de octubre de 2018, Fecha de aceptación: 30 de noviembre de 2018)

Resumen La investigación mide el clima organizacional percibido por los docentes de la Escuela Politécnica Na-cional (epn) y determina si existen diferencias cuando se desagregan los resultados por género. La me-todología es de naturaleza cuantitativa con una muestra de 61 docentes; la herramienta se construyó considerando dos factores: las dimensiones, que son evaluadas con mayor frecuencia por instrumentos psicométricos validados de medición del clima organizacional, y los parámetros, que determinan dis-criminación laboral por género establecidos en el modelo de equidad de género. Algunos resultados son: proporcionalmente existe una baja participación de mujeres que desempeñan labores de docen-cia y un menor porcentaje de contratos con nombramiento; existen diferencias marcadas en cuanto a sueldos y acceso a posiciones de poder; ninguna mujer gana más que la media de hombres y no hay mujeres en puestos directivos. En general, las mujeres consideran que el clima laboral no es adecuado en ninguna de las dimensiones consideradas —toma de decisiones, claridad organizacional, liderazgo y motivación—. En conclusión, la percepción del clima laboral difiere cuando se analizan los resultados desagregados por sexo, pues las mujeres perciben un clima organizacional inadecuado en tres de las dimensiones analizadas; además, se evidencia la existencia del techo de cristal en esta institución. Palabras clave: género, clima organizacional, docentes, universidad.

Abstract The research measures the organizational climate perceived by teachers that works in epn and determines if there are differences when the results are disaggregated by gender. The methodology has a quantitative nature with a sample of 61 teachers; the tool was constructed considering two factors: the dimensions that are most frequently evaluated by validated psychometric instruments for measuring the organizational climate and the parameters that determine labor discrimination by gender established in the Gender Equity Model. Some of the results are: proportionally there is a low participation of women who perform teaching tasks and a lower percentage of contracts with appointment; there are marked differences in salaries and access to power positions; no woman earns more than the average of men and there are no women in management positions, in general, women consider that the work environment is not adequate in any of the dimensions considered-decision making, organizational clarity, leadership and motivation. In conclusion, the perception of the work environment differs when the results disaggregated by sex are analyzed and the existence of the glass ceiling in this institution is evidenced.Keywords: gender, organizational climate, teachers, university.

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NMaría Genoveva Espinosa Santeli y Angélica Jiménez

Introducción

La gestión del clima organizacional (co) es un compromiso y una corresponsabilidad pa-ra mejorar la calidad de vida de las personas

que pertenecen a una organización. Un buen cli-ma organizacional genera compromiso, motiva-ción, desempeño, satisfacción y eficiencia en los colaboradores (Vega, Partido y Rivera, 2015; Cali-giore y Díaz, 2003; García, 2011; Chiang, Núñez y Huerta, 2012) y permite generar espacios laborales apropiados que inciden en la productividad de la organización (Vega, Rodrigo y Partido, 2010; Sala-zar, Guerrero, Machado y Cañedo, 2009; Torrecilla, 2005). Según Arciniega (2002), cuando un docente universitario tiene un clima organizacional satis-factorio, tanto su productividad como el grado de compromiso aumentan y se registran bajas tasas de absentismo.

Ante las nuevas exigencias sociales, las institucio-nes de educación superior cumplen con un papel fundamental para la sociedad: responden a las de-mandas actuales de formación profesional y técnica, además de contribuir con la formación de ciudada-nos conscientes, críticos, multidisciplinarios y éticos. En este contexto, los docentes son un pilar funda-mental para alcanzar y satisfacer dichas expectati-vas, por lo que el co en el que se desempeñan debe brindar un espacio de trabajo favorable, sano, es-timulante y atractivo para poder llevar a cabo las actividades de gestión académica, docencia, inves-tigación y vinculación con la colectividad, es decir, las universidades deben intentar ser organizaciones óptimas que provean un co que permita satisfacer las necesidades de sus empleados —docentes y ad-ministrativos— y alumnos.

La presente investigación realiza una medición del co de uno de los más antiguos e importantes centros de educación superior de ciencias duras del Ecuador, la Escuela Politécnica Nacional (epn) —tradicionalmente dirigida por hombres—. La pre-gunta guía de la investigación fue: ¿Existe una di-ferencia significativa sobre la percepción del clima organizacional si se analiza la información desagre-gada por género en cada una de las dimensiones? El documento está compuesto por cuatro partes: presentación de la literatura relevante en torno al co, enfoque de género y discriminación laboral por género; metodología —naturaleza, alcance, dise-

ño, herramientas y método de análisis—; presenta-ción y discusión de resultados; conclusiones.

Revisión de literatura

El marco teórico que se presenta a continuación permite conocer y entender los conceptos, ideas y teorías relacionadas directamente con el objeto de estudio que es la medición del co en las cuatro dimensiones seleccionadas: a) toma de decisiones, b) claridad organizacional, c) liderazgo y, d) motiva-ción. A continuación se presenta una síntesis de las herramientas psicométricas de medición del co; se definen las prácticas discriminatorias por género,1 y se explica el enfoque de especie mediante las di-mensiones del modelo de equidad de género (meg) que mide la discriminación laboral por género.

Clima organizacional

Las definiciones sobre co están agrupadas bajo tres enfoques: estructuralista, subjetivo, y síntesis; Pérez, Maldonado y Bustamante (2006) realizaron una sistematización de varios conceptos según los tres enfoques, como se puede apreciar en la Tabla 1.

El elemento perceptual es el constructo que se utiliza con mayor frecuencia por varios estudiosos del co, ya que al hablar de percepciones se hace posible una medición, mediante encuestas, que es la herramienta adoptada en esta investigación.

La percepción que los sujetos hacen de la situación está influenciada por cuestiones internas y externas a ellos. Las internas re-lacionadas con las dimensiones personales como los aspectos psíquicos y anímicos e institucionales de la organización y los exter-nos como familiares, sociales, de educación y económicos que rodean la vida de cada individuo, condicionando su visión del clima (Cano-García, Padilla-Muñoz y Carrasco-Ortiz, 2005, en Rodríguez y Fernández, 2015: 73).

Es así que, para la presente investigación, se consideró el enfoque subjetivo para la definición de co, es decir, el planteado por Halpin y Crofts (1962). Complementariamente, se considera la definición de Guerra, Vargas, Castro, Plaza y Barrera (2012),

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quienes definen al co como la percepción que tie-nen los sujetos sobre las relaciones interpersonales que se establecen en el lugar de trabajo y se cons-tituye en el marco dentro del cual se desarrollan dichas interacciones, es decir, el co es la forma en que cada uno percibe el mundo dentro de su con-texto e influye en el comportamiento del individuo al interior de la organización y, en el caso de análi-sis, la percepción que tienen los docentes de la epn.

El co, resulta ser un enfoque y una herramienta administrativa importante en la toma de decisio-nes de los directivos, y la dinámica organizacional incide sobre el clima —ya que no son más que per-

cepciones que generan diferentes apreciaciones asociadas a valores, posiciones ideológicas, acceso al poder y a toma de decisiones, normas estableci-das, institucionalidad de la organización y prácticas intrínsecas—; este conjunto de variables se tradu-ce en pautas de comportamiento que, a su vez, se diferencian si se considera el género y sexo de los involucrados.

Para Merleau-Ponty (1975), la percepción es un proceso parcial de creación de juicios, debido a que el observador no siempre percibe las cosas en su totalidad; ello porque las situaciones, pers-pectivas y cosmovisiones en las que se desarrollan

Tabla 1Enfoques del clima organizacional

Enfoque Principales Definición de clima organizacional autores

Conjunto de características permanentes que describen una organización, la distinguen de otra e influyen en el comporta-miento de las personas que la forman. La perspectiva del in-dividuo depende del ambiente en el cual se encuentre; hace énfasis en las características permanentes de una organiza-ción que la diferencian de otra e influyen en el comporta-miento de las personas.

La opinión que el trabajador se forma de la organización.Concibe la problemática a partir de la percepción y opinión que el trabajador tiene de la organización. Se considera que el comportamiento de los trabajadores no es una conse-cuencia de los factores organizacionales existentes, sino de las percepciones que el trabajador tiene de estos factores, percepción que a su vez está influida por su carga personal cultural.

Efecto subjetivo percibido del sistema, que forman el estilo informal de los administradores y de otros factores ambien-tales importantes sobre las actividades, las creencias, los valores y la motivación de las personas que trabajan en una organización dada.

En este enfoque se plantean los efectos subjetivos percibi-dos sobre el estilo administrativo de una organización, pero también de otros factores ambientales sobre las actividades, creencias, valores y motivación de las personas que traba-jan en una determinada organización; es decir, la percepción que una persona tiene de una entidad depende de las inte-racciones y convivencia que experimenta.

Fuente: elaboración propia.

(objetivo) Gilmer

Subjetivo Halpin y Crofts

Síntesis Litwin y Stringer

Estructuralista Forehand y

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las sensaciones dependen del contexto —entorno que además es percibido de diferente manera por hombres y mujeres— y lo que se obtiene es sólo un aspecto de los objetos en un momento determi-nado, otorgando a la percepción tres característi-cas: subjetiva, selectiva y temporal; es la apreciación que tienen los miembros sobre una organización (Gül, 2008); y un impacto positivo implicará un ma-yor compromiso y lealtad de los docentes hacia la universidad.

El co está vinculado estrechamente con investi-gaciones cuantitativas que analizan las percepcio-nes, actitudes y comportamientos de los individuos, pero para medir el co hay que llegar a un consen-so sobre cuáles son las dimensiones que se quie-ren medir, y para eso, primero hay que determinar cuál es el enfoque del co que se quiere seguir; en un segundo punto, determinar si existen otros cons-tructos teórico-sociales importantes. Para el caso, se considera que el enfoque pertinente es el subjetivo, porque lo más importante es la percepción que ca-da individuo tiene sobre su lugar de trabajo, eso, con el fin de poder incorporar, posteriormente, el enfo-que de género. Peiró (1995) afirma que para mejo-rar la organización es necesario ajustar y optimizar la interacción hombre-organización, pero para incluir variables que permanecen fuera del mainstream hay que incorporar el enfoque de género para la medi-ción del co. Puede que en términos generales, o en promedios, el co de una organización sea aceptable, pero ¿qué pasa cuando esos mismos resultados son desagregados por género?

Herramientas psicométricas

Las herramientas de medición del clima laboral —herramientas psicométricas— permiten medir características psicológicas o, en este caso, medir la calidad del co en varias dimensiones. La dificul-tad aparece cuando no existe un consenso sobre las capacidades que deberían medirse; debido a la falta de consenso sobre las dimensiones que com-ponen el co, se han desarrollado una infinidad de instrumentos, cada uno con magnitudes por ser analizadas que concuerdan con los constructos del enfoque del co. Cardona y Cruz (2014) analizan la estructura, dimensiones y validez de instrumentos psicométricos, de los últimos 10 años, que tienen al-tos niveles de confiabilidad y validez para medir el

co; verifican la fundamentación de los constructos teóricos y establecen características psicométricas de las pruebas de evaluación del co. Los instrumen-tos, en conjunto, estudian 21 dimensiones: interac-ción social/relaciones, sistema de recompensas e incentivos, apertura organizacional, supervisión, re-lación individuo-institución, logística institucional/inducción, equidad institucional, autorreflexión, sensación de seguridad, conflictos, aspectos físi-cos, apertura/tolerancia, compartir información, centralización, comunicación, humor, rumores/hi-pocresía, control, valores y cultura, comportamien-to individual, compromiso con la productividad, aplicación al trabajo, involucración en el cambio, compatibilización de intereses, innovación y rela-ción aprendizaje-apoyo, toma de decisiones/auto-nomía/responsabilidad, claridad organizacional/estructura organizacional, liderazgo/relaciones con jefes, y motivación institucional.

Las dimensiones que tienen una mayor fre-cuencia en todas las herramientas son: toma de decisiones/autonomía/responsabilidad (8), clari-dad organizacional/estructura organizacional (8), liderazgo/relaciones con jefes (7) y motivación institucional (5); y se las define como (Cardona y Cruz, 2014: 186-187):

• Toma de decisiones: “percepción que se tiene de la capacidad para decidir sobre cuál es la al-ternativa más viable según las consideraciones de las personas en las organizaciones”.

• Claridad organizacional: “percepción que se tiene acerca de las alineaciones administrati-vas y su adecuación en la organización”.

• Liderazgo:“percepción que existe entre los di-rectivos y las personas, con énfasis en la con-sideración que se tiene del direccionamiento dado a la organización”.

• Motivación: “percepción que se tiene respecto a las posibilidades de la institución de dar un mejor acompañamiento para la consecución de las metas laborales y personales”.

Perspectiva de género

Para Fainstain y Perrota (2011) la perspectiva de género —género entendido como una construc-ción social— permite interpretar la realidad social, de tal manera que visibilizan y desnaturalizan los

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condicionamientos socioculturales que establecen desigualdades de poder. Se realizan investigacio-nes con enfoque de género con la finalidad de promover sociedades más equitativas y eliminar situaciones provocadas por la heteronormatividad que se traducen, en la vida diaria, en actitudes de opresión, injusticia, subordinación y discriminación hacia las mujeres.

Para incluir la perspectiva de género en la in-vestigación se utilizó como herramienta el Mode-lo de Equidad de Género (Instituto Nacional de las Mujeres de México, 2013), sistema de gestión que plantea la posibilidad de alcanzar la igualdad de oportunidades y de trato entre mujeres y hombres en las organizaciones mediante la implementación de compromisos, análisis de percepción, diagnósti-co inicial y acciones precisas (Jiménez, 2017).

El diagnóstico del Modelo de Equidad de Gé-nero (meg) contempla categorías como: respeto a opiniones y aportaciones; acceso a información ne-cesaria para desempeñar su trabajo; comunicación oportuna sobre asuntos importantes de la organi-zación y sobre las expectativas y responsabilidades que se tiene sobre el empleado; evaluaciones obje-tivas y equitativas de desempeño; apoyo y retroali-mentación para mejorar el desempeño; trato justo, canales de quejas y reclamos seguros y confiables; ambiente laboral amistoso, cordial, comprensible y solidario; justicia e igualdad en la división de cargas de trabajo y en la asignación de responsabilidades; recompensas y reconocimiento por trabajo bien desempeñado; superiores accesibles; preocupa-ción por el bienestar personal y emocional del em-pleado; ascensos meritorios; existencia y respeto a planes de carrera y desarrollo profesional; pago justo por cargo y responsabilidades; espacio libre de favoritismos; trato justo e igualitario; ambiente libre de acoso laboral y sexual; adecuada planea-ción y distribución del trabajo en cuanto a: número de niveles jerárquicos a los que reporta sobre la ru-tina y monotonía del trabajo, y exceso de respon-sabilidad o exceso de funciones que se le asignan; posibilidad de solicitar permisos para ausentarse dentro del horario laboral para atender situaciones particulares, familiares o escolares de carácter ex-traordinario y si se les anima a que concilien su vida laboral y personal.

Discriminación laboral por género

La discriminación puede presentarse en cualquier espacio, sea este laboral, familiar, social o educa-tivo; está presente en la vida cotidiana como una situación perjudicial para determinados colecti-vos o individuos que, “al establecer una diferencia-ción por diversas razones, tiene como resultado un trato no igualitario” (Kurczyn, 2004: 34). Toda dis-criminación presenta una característica común: “supone dispensar un trato distinto a las personas atendiendo a una serie de características como se-xo, ascendencia étnico-racial, orientación sexual, edad, religión, ideología, discapacidad, entre otras, lo cual entraña un menoscabo de la igualdad de oportunidades y de trato” (Instituto Nacional de las Mujeres, 2013: 12).

La discriminación por género se refiere a la se-paración de roles que se da a cada persona a partir de su sexo biológico; la diferencia sexual se con-vierte en una desigualdad social que otorga, de manera supuestamente natural, funciones separa-das para hombres y mujeres, se construyen relacio-nes de poder y se da preferencia a ciertos grupos. De esta manera, el uso del género explica las asi-metrías de las relaciones sociales y de poder en los distintos ámbitos del quehacer social y huma-no (Consejo Nacional para la Igualdad de Género, 2014). No se pueden dejar de lado las instituciones de educación superior que representan un espa-cio de interacción y creación de relaciones sociales, culturales y de poder, donde se puede decir que aún se mantienen estereotipos tradicionales basa-dos en el sexo.

La discriminación laboral se presenta cuando dos personas con la misma capacidad y compe-tencia para desempeñar un trabajo son tratadas como miembros de grupos diferentes y con reco-nocimientos distintos, ya sea en la remuneración o en las condiciones de trabajo; en la discrimina-ción laboral por género, según Kurczyn (2004) ocu-rre una distinción o alteración de las condiciones en el trabajo entre hombres y mujeres donde, ge-neralmente, los hombres son quienes tienen me-jores condiciones laborales, ya sea oportunidades para acceder a un puesto de trabajo, de trato, de ascensos, prestaciones, o en la cantidad de dinero que percibe por su trabajo y asevera que la discri-minación puede aplicarse tanto para suprimir de-

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rechos como para otorgar privilegios. Con base en una investigación anterior (Jiménez, 2017) se iden-tificaron que las prácticas y actitudes más comunes que generan discriminación laboral por género en las universidades públicas del dmq, impiden lograr un contexto de igualdad en todos los puntos seña-lados, como: segregación ocupacional, brecha sala-rial, acoso sexual y acoso psicológico.

Las instituciones que mantienen una fuerte estructura patriarcal y vertical son los centros de educación superior. Para Gonzáles (2002) la uni-versidad ecuatoriana es una organización con una estructura tradicional que ha evolucionado des-de una exclusión total, cuando sólo se aceptaba hombres en las universidades —para estudiar, des-empeñar papeles administrativos y académicos— hasta una exclusión velada y simbólica donde las mujeres pueden participar del derecho universal de educación y acceso a puestos de trabajo, pero generalmente alejadas de los centros de poder y del proceso de toma de decisiones (Jiménez, 2017).

El co, como una percepción, también está rela-cionado con el género y con diferentes apreciacio-nes como el acceso a oportunidades en cuanto a cargos de responsabilidad o poder, promociones, puestos, expectativas por parte de los miembros de las organizaciones y brechas salariales, entre otras que forman una percepción, en muchos ca-sos, opuesta por parte de hombres y mujeres en un mismo entorno laboral.

Las universidades, en palabras de Ibarra, son co-mo “anarquías organizadas y como unidades que compiten en mercados asimétricos que escapan a su control” (Ibarra, 2002, en Lopera, 2004); tienen un alto impacto en la sociedad y son el eje fun-damental de la sociedad del conocimiento, con-formado por un grupo de personas adscritas a la organización en la que interactúan desde diferen-tes posiciones, sea como personal administrativo, docentes o técnicos, cada uno con sus intereses, necesidades y percepciones del entorno laboral, que a su vez deben interactuar con los estudiantes que son tanto su insumo como su cliente.

Acker, en Género y educación: Reflexiones socio-lógicas sobre mujeres, enseñanza y feminismo (1995), analiza la discriminación de las mujeres en el mun-do académico, como docentes e investigadoras. Concluye que la devaluación a nivel profesional de

la mujer en las instituciones de educación superior es paralela a su feminización; además, las desigual-dades en oportunidades de optar por una plaza, ascensos, tipo de jornada, asignación a cargos de responsabilidad —con su respectiva carga de po-der— o titularidad, se reproduce en la academia; tienen menos acceso a puestos directivos e inclu-sive para el tipo de materias que se les asigna, sin considerar el entorno, las expectativas propias y de sus compañeros y las oportunidades. En palabras de Gil Lacruz: “el género sigue siendo un princi-pio organizador importante aplicable a asignatu-ras, prácticas administrativas, espacios, uniformes, rituales, división del trabajo entre el profesorado” (2008: 112).

El enfoque de género implica orientar prime-ro el análisis de las relaciones entre los géneros y luego tomar acciones si estas relaciones generan inequidades. La perspectiva de género es una manera de ver y entender el mundo tomando en cuenta las desigualdades de poder entre los géne-ros, rescatando y visibilizando sus necesidades di-ferenciadas. Ello implica reconocer que una cosa es la diferencia sexual y otra son las atribuciones, ideas, representaciones y prescripciones sociales que se construyen tomando como referencia esa diferencia sexual. Todas las sociedades estructuran su vida y construyen su cultura en torno a la dife-rencia sexual. Esta diferencia anatómica se inter-preta como una diferencia sustantiva que marcará el destino de las personas. Lo lógico, se piensa, es que si las funciones biológicas son tan dispares, las demás características —morales, psíquicas— tam-bién lo habrán de ser.

Metodología

La naturaleza de la investigación es cuantitativa, con un alcance descriptivo correlacional, el diseño no es experimental transversal; la herramienta es una encuesta y el método de análisis es estadístico inferencial y correlacional en el que se busca esta-blecer relaciones entre las dimensiones del co y la diferencia de percepciones según el género de los encuestados.

Para determinar el número de encuestas por realizar, se utilizó el muestreo aleatorio simple, con afijación proporcional; la información se obtuvo

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del distributivo de personal del año 2016, publi-cado en la página web de la universidad donde se identificó que de 1457 (N) personas que laboran en la epn, 737 son docentes (NDocentes). Para realizar los cálculos se utilizó la siguiente fórmula:

Ecuación 1. Muestra

Esta diferencia anatómica se interpreta como una diferencia sustantiva que marcará el

destino de las personas. Lo lógico, se piensa, es que si las funciones biológicas son tan

dispares, las demás características –morales, psíquicas– también lo habrán de ser.

3. Metodología

La naturaleza de la investigación es cuantitativa, con un alcance descriptivo

correlacional, el diseño es no experimental transversal; la herramienta es una encuesta

y el método de análisis es estadístico inferencial y correlacional en el que se busca

establecer relaciones entre las dimensiones del clima organizacional y la diferencia de

percepciones según el género de los encuestados.

Para determinar el número de encuestas a realizar se utilizó el muestreo aleatorio

simple, con afijación proporcional; la información se obtuvo del distributivo de personal

del año 2016 publicado en la página web de la universidad donde se identificó que de

1457 (N) personas que laboran en la EPN, 737 son docentes (NDocentes). Para realizar

los cálculos se utilizó la siguiente fórmula:

Ecuación 1. Muestra

Dónde: NDocentes son 737, el nivel de confianza del 95% (z=1,96) con un error de

muestra (E) del 5%; como no se conocía la proporción de individuos que responderían

con un sí o un no a una determinada pregunta se consideró que p y q tomen el valor de

0,5 cada una. El resultado son 61 docentes (n=61).

𝑛𝑛 = 𝑧𝑧2𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝐸𝐸2 𝑝𝑝 + 𝑧𝑧2𝑝𝑝𝑝𝑝

Donde: NDocentes son 737, el nivel de confianza de 95% (z = 1,96) con un error de muestra (E) de 5%; como no se conocía la proporción de individuos que responderían con un sí o un no a una determi-nada pregunta se consideró que p y q tomarían el valor de 0,5 cada una. El resultado son 61 docentes (n = 61).

Se recogieron los datos de los docentes de la epn mediante el uso de un sistema informático de encuestas en línea para permitir la confidenciali-dad y facilitar la sistematización de la información con el programa estadístico spss.

La encuesta tiene una doble construcción. En primer lugar, para analizar el co, se realizó una bús-queda bibliográfica que tuvo como resultado el hallazgo del artículo de Cardona y Cruz (2014). Las dimensiones seleccionadas son las que aparecen

con mayor frecuencia en todos los instrumentos de medición: toma de decisiones, claridad organi-zacional, liderazgo y motivación. La segunda con-sideración para la construcción de las preguntas fue el componente de perspectiva de género, para el cual se utilizó el esquema del meg. Con la infor-mación levantada se plantearon las preguntas que conformaron la encuesta. En la Tabla 2 se aprecia lo expuesto, así como el desarrollo de las once pre-guntas.

La encuesta tuvo un proceso de validación de forma y fondo con especialistas en diseño de en-cuestas y gestión del talento humano de la epn y de la Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador. La herramienta final es una encuesta conformada por 11 preguntas y los docentes respondieron se-gún la Escala de Likert con cinco categorías de de-cisión: siempre (1), casi siempre (2), algunas veces (3), pocas veces (4) y nunca (5). Se consideró el pro-medio de tres como una respuesta neutral “ni de acuerdo ni en desacuerdo” (algunas veces, en este caso), que es la posición central de la escala, es asociada con un acuerdo moderado. Adicional al puntaje que cada individuo asignó, cada pregunta tenía un espacio para comentarios.

Presentación y discusión de resultados

En la primera parte se presentan los estadísticos descriptivos de la muestra con la siguiente infor-mación: edad, sexo, escolaridad, estado civil, hi-

Tabla 2Componentes y criterios de la encuesta de la investigación

1 Toma de decisiones

Considera la capacidad pa-ra decidir sobre asuntos de la organización y cuánto in-fluyen estas decisiones en la misma.

Dimensión Concepto Parámetros del meg Pregunta de la dimensión

Lo considera de manera cualitativa en la categoría de discriminación en la or-ganización y toma en cuen-ta otros aspectos como las evaluaciones del desempe-ño.

1 ¿Considera que se toman en cuenta sus opiniones y comentarios?

2 ¿Considera que se le comu-nican asuntos importantes (por ejemplo, asuntos que modifican la vida laboral)?

Continúa

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Fuente: elaboración propia.

2 Claridad organizacional

3 Liderazgo

4 Motivación

Considera la información con que se cuenta, la re-lación que surge entre las personas con la organiza-ción está orientada por la intencionalidad de las nece-sidades e intereses de las partes.

Lo considera de manera cualitativa en la categoría de discriminación en la or-ganización y toma en cuen-ta también reconocimientos, pagos y favoritismos.

3 ¿Considera que se le pro-porciona la información necesaria para desem-peñar sus labores, así co-mo una retroalimentación adecuada?

4 ¿Considera que las res-ponsabilidades de cada puesto están claramente definidas?

5 ¿Considera que existe igualdad en la división de cargas de trabajo y asig-nación de responsabilida-des?

6 ¿Considera que los as-censos son otorgados a las personas que más se lo merecen y están capa-citadas?

Función del líder, relacio-nada con la supervisión y requisición, transmitida a partir de directrices propias de la organización. Habili-dad social que se traduce en destrezas y competen-cias profesionales que re-dundan en el rendimiento, eficiencia y eficacia.

Lo considera de manera cualitativa en la categoría de discriminación en la or-ganización.

7 ¿Los superiores o jefes le comunican sus expectati-vas?

8 ¿Considera que los supe-riores son accesibles y es fácil hablar con ellos?

Considera el acompaña-miento e incentivos que la organización ofrece a sus trabajadores.

Lo considera de manera cualitativa en la categoría de análisis de la calidad de vida organizacional.

9 ¿Considera que la organi-zación se interesa por su bienestar personal y emo-cional no sólo como em-pleado?

10 ¿Se le otorgan recono-cimientos por un trabajo bien desempeñado?

11 ¿Considera que de-bería ocupar un pues-to superior dentro de la organización por las responsabilidades que tiene?

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jos, permanencia en la institución, tipo de relación laboral, cargo y salarios; en la segunda parte se presentan los resultados obtenidos a partir de la aplicación de la encuesta.

Los estadísticos descriptivos de la población en-cuestada son: de los 61 encuestados, 26.23% son mujeres y 73.77% son hombres. La mayoría tie-ne entre 30 y 39 años con 36.07%, seguido por el grupo que tiene entre 18 y 29 años con 27.87%. Al desagregar por sexo, las mujeres docentes se con-centran en el grupo de 40 y 49 años, mientras que los docentes hombres se concentran en el grupo de 60 años en adelante, pues en el último grupo de edad no hay mujeres. Esta distribución de edades, donde las docentes jóvenes predominan en los pri-meros rangos de edad y se reducen en los últimos, demuestra, por una parte, que se han integrado de manera más reciente y, por otra, que son los hombres los que continúan trabajando a avanza-da edad por lo que se comprueba que tienen ma-yor oportunidad de hacer una carrera a pesar de la edad.

En cuanto a la escolaridad predominan los do-centes que han obtenido una maestría con 63.93%, mientras que quienes tienen una ingeniería o licen-ciatura alcanzan 22.95%. Uno de los factores para que la mayoría de los docentes tenga un título de maestría es que, según el Reglamento de Carrera y Escalafón en Ecuador, para ser docentes se debe te-ner al menos un título de maestría o su equivalente. Al desagregar los resultados por sexo las mujeres muestran un mayor porcentaje de preparación en cuanto a ingeniería/licenciatura y 25% de mujeres alcanza el título de doctorado, mientras que sólo 6.66 % de los hombres posee uno.

En cuanto al estado civil de los docentes de la epn, la mayoría son casados con 57.38%, seguido por el grupo de personas solteras que alcanzan 34.43%. Al desagregar los resultados por sexo los resultados se mantienen, pues 56.3% de las muje-res y 57.8% de los hombres son casados.

En relación con los hijos, 55.7% tiene hijos y 44.3% no los tiene; desagregado por sexo, 56.3% de mujeres tiene hijos, mientras 88.6% de los hom-bres tiene hijos.

Con relación al tiempo de permanencia en la or-ganización: 66.67% de los docentes encuestados se encuentran trabajando en la institución en un

rango de entre un mes hasta tres años, seguidos por 21.3% que tiene más de quince años laboran-do. Al desagregar los resultados por sexo, 32,5% de las mujeres tienen un tiempo de permanencia en-tre 0 a 3 años; no se registraron datos para las ca-tegorías de 3 a 5 años ni para el rango de 5 a 10 años; y para la categoría de 15 años en adelante 15.4% corresponde a mujeres y 84.6% a hombres, es decir, se evidencia un mayor número de docen-tes mujeres que se han integrado en los últimos tres años, lo que se corresponde con el hecho de que hay más docentes mujeres jóvenes que han deci-dido perseguir una carrera académica y han ad-quirido las competencias necesarias para hacerlo. Es evidente el progreso en la inclusión femenina si se le compara con el rango de 15 años en adelan-te. Dentro de esta pregunta cabe mencionar la si-tuación laboral de los docentes en Ecuador: en los últimos años hubo una salida masiva de docentes universitarios (jubilación forzosa o voluntaria) por el proceso de jubilación de servidores públicos que se realizó bajo el amparo de los artículos 81 y 129 de la Ley Orgánica de Servicio Público (losep), los artículos 288, 289, 290 del Reglamento de la Ley del Servicio Público, y la disposición general novena de la Ley Orgánica de Educación Intercultural (loei), que crearon cuatro procesos de jubilación: jubila-ción obligatoria a partir de los 70 años, jubilación por enfermedad catastrófica, jubilación por invali-dez y jubilación voluntaria con bonos del Estado.

En cuanto al tipo de relación laboral de los do-centes en la epn predomina el grupo de personas con nombramiento, con 52.46%, y las personas que no tienen nombramiento representa 45.9%; el no te-ner nombramiento implica muchas veces tener un contrato de libre remoción, lo que afecta directa-mente a la estabilidad laboral del docente. Al desa-gregar los resultados por sexo se puede evidenciar que hay un mayor porcentaje de hombres que tie-nen nombramiento, el 78.1%, mientras las mujeres sólo alcanzan 21.9%, lo que indica que el segundo grupo no cuenta con estabilidad laboral en su gran mayoría ni con acceso a beneficios sociales, econó-micos y de promoción laboral que vienen vincula-dos al nombramiento.

Con respecto al cargo que ocupan los docen-tes, respondieron que 67.21% se desempeña como docente investigador, 23% como técnico docen-te y 9.8% como coordinador de programa. Es im-

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portante mencionar que ningún Director de área o Decano respondió la encuesta; sin embargo, la in-formación oficial que consta en la página web de la epn, que según las leyes de transparencia del Ecua-dor, deben informar a todos los grupos de interés los datos de las dignidades y autoridades, permi-te constatar que ningún puesto de director o de-cano está asignado a una mujer. Al desagregar los resultados por género, los hombres tienen un ma-yor porcentaje en el cargo de coordinador de pro-grama —sólo 1.6% de las mujeres tiene un puesto de coordinación—, mientras que como docentes y técnicos docentes, las mujeres están más repre-sentadas; una vez más se constata que no tienen acceso a puestos de poder, a pesar de existir una re-presentación igualitaria entre los docentes contra-tados. Al analizar la pregunta de cargo como parte del total, se evidencia que la representación de las mujeres es menor en todos los puestos desde el de coordinador de programa, donde la diferencia por-centual es de 7% a favor de los hombres, por lo que se evidencia una barrera para las mujeres —techo de cristal—, pues aunque han logrado integrarse a la universidad como docentes o técnicas docentes no lo han hecho de la misma forma a puestos de gestión académica.

Matus-López (2015), en su artículo sobre “el te-cho de cristal”, corrobora este hallazgo; primero, que el discutir temas como acceso a puestos de po-der/dirección es un asunto sensible, que hay una di-ferencia de percepciones dependiendo de la edad y el sexo (los docentes hombres y mayores están de acuerdo con la asignación de puestos y responsabi-lidades), y las mujeres perciben la existencia de un techo de cristal y barreras a ascensos, es decir, las estadísticas de la presente investigación corrobo-ran lo descrito en varias investigaciones bibliográ-ficas sobre este problema y revelan que no existe una mejoría significativa, a pesar de que en Ecua-dor hay leyes de inclusión, equidad e incluso acción afirmativa.

Con relación a los salarios, la mayoría de los do-centes gana entre $1000 y $3000, o sea 68.88%. Al desagregar por sexo, a partir de los $2000 a $4000, existe un mayor porcentaje, mientras que en mon-tos mayores se incrementa el número de hombres, lo cual puede ser debido a que éstos ocupan pues-tos de mayor carga laboral e incluso no hay mu-jeres que ganen más de $4000, pero sí un 15% de

hombres que percibe este salario; al considerar el sueldo en porcentajes del total, las mujeres son menores en todas las categorías de salario. Accen-ture (2017), realizó una investigación con más de 28 mil personas, distribuidas en tres generacio-nes, con una muestra en 29 países, y los resultados revelan que persiste la brecha salarial entre hom-bres y mujeres, por cada $140 dólares que gana un hombre, una mujer gana $100.

Preguntas de percepción

En esta parte se presentan los resultados de las preguntas de percepción sobre co en las cuatro di-mensiones seleccionadas: a) toma de decisiones, b) claridad organizacional, c) liderazgo y d) motiva-ción; ello, a partir de los resultados obtenidos para las preguntas planteadas según la Tabla 2.

Toma de decisiones

1. ¿En general, considera que se toman en cuenta sus opiniones y comentarios?

Esta pregunta tiene un promedio de 3.07% que se encuentra sobre la media aceptable e indica la mayoría de veces que los docentes consideran que se toman en cuenta sus opiniones y comentarios en el trabajo. Al desagregar los resultados por sexo no hay mujeres que consideren que siempre se to-man en cuenta sus opiniones, a diferencia de 8% de hombres que sí lo considera; además 31.25% de mujeres considera que nunca o pocas veces se les toma en cuenta.

Dentro de los comentarios de la pregunta se señala que siempre se proporcionan observacio-nes para la mejora de la universidad pero que no son tomadas en cuenta por las autoridades. Por otra parte, existe falta de comunicación y sociabi-lización en todos los aspectos de la universidad. Asimismo, los docentes opinan que se debe ac-tuar sobre las políticas de educación para mejorar el sistema de retroalimentación de desempeño de los docentes por parte de los alumnos, ya que consideran que los resultados de evaluación a los docentes son sesgados y dependen directamente de la calificación que los alumnos obtienen en la materia.

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2. ¿Considera que se le comunica asuntos importan-tes (por ejemplo, asuntos que modifican la vida labo-ral)?

Esta pregunta promedió 3.07%, lo que quiere decir que los docentes sienten que son de alguna manera consultados y comunicados sobre los cam-bios en la universidad. 71.11% de hombres y 43.75% de mujeres señalan que esto sucede siempre o casi siempre, de todas maneras, esta situación se mues-tra más favorable para los hombres.

En los comentarios de la pregunta, los docen-tes mencionan que sí se les comunica sobre varios asuntos, pero no se les hace a tiempo, por ejemplo, en los temas de renovación de contratos, capacita-ciones y permisos.

Claridad organizacional

3. ¿Considera que se le proporciona la información necesaria para desempeñar sus labores, así como una retroalimentación adecuada?

Esta pregunta tiene un promedio de 3.15%, lo que indica que los docentes, en la mayoría de los casos, obtienen la información necesaria para des-empeñar sus labores, son evaluados y reciben una retroalimentación del trabajo desempeñado. Al desagregar los resultados por sexo, sólo 13.33% de las mujeres considera que siempre tiene la infor-mación necesaria para desempeñar sus funciones.

En cuanto a los comentarios, se menciona que la información para desempeñar el trabajo sí es re-cibida, pero muchas veces la retroalimentación es deficiente, ya que no hay seguimiento de las acti-vidades. Por otra parte, como una sugerencia se menciona que la mejor capacitación que podrían recibir los docentes para realizar su trabajo sería en pedagogía.

4. ¿Considera que las responsabilidades de cada puesto están claramente definidas?

Esta pregunta tiene un promedio de 3.15%, lo que indica que, generalmente, los docentes consi-deran que las responsabilidades de su cargo están claramente determinadas. Al desagregar los resul-tados por sexo, 66.67% de hombres y 81.25% de mujeres, considera que esto sucede así siempre o casi siempre.

Dentro de los comentarios, se señala que siem-pre existe espacio para mejorar, pues todavía se

pueden precisar varios aspectos en cuanto a la de-finición de responsabilidades.

5. ¿Considera que existe igualdad en la división de cargas de trabajo y asignación de responsabilidades?

Esta pregunta tiene un promedio de 2.82%, e indica que los docentes consideran inequitativa la carga de trabajo y la asignación de responsabilida-des. Esta cuestión se relaciona con la anterior que tiene un promedio superior, por lo que hay que acla-rar la diferencia entre ambas. La pregunta anterior hace referencia a si los docentes tienen claras las funciones dentro de su cargo, mientras que esta pregunta se refiere a la igualdad en la asignación de dichas funciones. Para 35.56% de hombres y 31.25% de mujeres pocas veces consideran equita-tiva su carga laboral. Dentro de los comentarios se señala que no existe equidad en las responsabili-dades, incluso para personas que ocupan el mismo cargo, es decir, las competencias de cada puesto están claramente definidas, pero existe una inequi-dad en la división de carga.

6. ¿Considera que los ascensos son otorgados a las personas que más se lo merecen y están más capa-citadas?

Esta pregunta tiene un promedio de 3.13%, lo que indica que en general los docentes en la orga-nización se encuentran conformes con ascensos o puestos otorgados en la institución. Respecto a los comentarios se menciona que se da prioridad a los títulos de maestría y doctorado para otorgar puestos; sin embargo, se dejan de lado otros as-pectos importantes como el trabajo de campo y la investigación. La tendencia en opiniones se man-tiene en los resultados desagregados por género.

Liderazgo

7. ¿Los superiores o jefes le comunican sus expecta-tivas?

Esta pregunta tiene un promedio de 3.08%, e indica que en la mayoría de situaciones los do-centes consideran que sus superiores les comuni-can las expectativas y resultados esperados sobre el trabajo y las tareas asignadas. Al desagregar los resultados por sexo, 66.67% de hombres y 62% de mujeres consideran que siempre o casi siempre hay una comunicación adecuada, pero como en casi todas las preguntas, el porcentaje de mujeres que

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considera que pocas veces los jefes les comunican sus expectativas es mayor. Respecto a los comenta-rios, se señala que a pesar de que los superiores sí comunican las expectativas, lo más importante son los resultados, sin tomar en cuenta el trabajo reali-zado para obtenerlos.

8. ¿Considera que los superiores son accesibles y es fácil hablar con ellos?

Esta pregunta tiene un promedio de 3.48%, lo que indica que, generalmente, los docentes consi-deran que sus superiores son accesibles y pueden dirigirse a ellos cuando lo requieren. Más de 60% de hombres considera que casi siempre es de esta manera y 50% de las mujeres opina lo mismo.

Respecto a los comentarios de la pregunta, seña-lan que muchas veces sí existe un trato prejuicioso e intolerante por parte de los superiores y una falta de proactividad; a pesar de ello, hay que destacar aque-llos jefes que son comprensibles, con los cuales es admisible hablar y tienen un trato amable.

Motivación

9. ¿Considera que la organización se interesa por su bienestar personal y emocional no sólo como em-pleado?

Esta pregunta tiene un promedio de 2.56%, lo que indica que pocas veces los docentes conside-ran que la organización se interesa por su bienestar integral personal. Al desagregar los resultados por sexo, 53.34% de hombres y 31.25% de mujeres con-sidera que siempre o casi siempre perciben interés por parte de la organización, aun así, el porcenta-je de personas que consideran que pocas veces o nunca sucede es alto, sobre todo para las mujeres que supera 60%.

Dentro de los comentarios de la pregunta, se menciona que a pesar de las quejas presenta-das por malos tratos y comportamientos abusi-vos, estas no han sido resueltas y tampoco existen acciones claras por parte de la institución que de-muestren un mayor interés por sus trabajadores.

10. ¿Considera que debería ocupar un puesto supe-rior dentro de la organización, por las responsabilida-des que tiene?

Esta pregunta tiene un promedio de 2.97%, e in-dica que, en general, los docentes no consideran

que deberían ocupar un puesto superior al que ac-tualmente tienen en la organización. De los hom-bres, 42.32% considera que algunas veces debería ocupar un cargo superior, al igual que 31.25% de las mujeres. El porcentaje de estas es menor, lo cual contrasta con lo establecido en el marco teórico de la investigación, donde se afirma que en muchas ocasiones la mujer no aspira un cargo superior puesto que le dificulta otras actividades, principal-mente las tareas del hogar y su labor de madre; por otra parte, los hombres tienden a ser más competi-tivos, exigentes, culturalmente aspiran a tener más tanto en el puesto que ocupan como en el salario que perciben.

Dentro de los comentarios de la pregunta se se-ñala que a pesar de no querer ocupar un puesto superior en la organización, sí se debería tratar con más respeto al personal en general. Otra de las ra-zones por la cual los docentes creen que no deben ocupar un puesto superior es porque necesitan ga-nar experiencia y aún requieren un título de mayor nivel.

11. ¿Se le otorgan reconocimientos por un trabajo bien desempeñado?

Esta pregunta tiene un promedio de 2.39%, que se encuentra por debajo del aceptable e in-dica que, generalmente, los docentes no reciben incentivos por un trabajo sobresaliente o reconoci-mientos por un trabajo mejor desempeñado. Más de 50%, tanto mujeres como de hombres, indica que pocas veces o nunca recibe reconocimientos.

En cuanto a los comentarios de la pregunta se señala que aparte de que no existen incentivos por un buen trabajo, muchas veces reciben amenazas por resultados que no se alcanzan y también que hay actividades por las que se debería recibir un re-conocimiento (puede ser no económico), como pu-blicaciones en revistas indexadas.

Para complementar este hallazgo, De la Rica, en su investigación de segregación ocupacional y di-ferencias salariales por género, en el período 1995-2002, con una muestra de 125,865 trabajadores en España, llega a una conclusión similar:

[…] una primera conclusión importante que podemos destacar es que, entre hombres y mujeres que trabajan en la misma ocupa-ción y empresa y que tienen las mismas ca-

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racterísticas observables en capital humano (medidas por edad y educación), los comple-mentos salariales que reciben los hombres son entre un 27 y un 31% superiores a los que reciben las mujeres. Esta diferencia, es claramente el núcleo de las diferencias sala-riales ajustadas entre hombres y mujeres (De la Rica, 2007: 12).

Conclusiones

A nivel global, todas las preguntas de percepción recibieron una calificación satisfactoria. Sin em-bargo, al desagregar la información por género, se puede observar que la mayoría de las mujeres no están conformes o satisfechas con relación al co y las cuatro dimensiones analizadas: toma de de-cisiones, claridad organizacional, liderazgo y moti-vación.

La percepción del ambiente laboral de los do-centes en cuanto a si se consideran sus opiniones y se le proporciona información, tanto para desem-peñar sus labores como de asuntos importantes en el trabajo, es favorable.

Con relación a la toma de decisiones, las muje-res perciben que sus opiniones casi no son tomadas en cuenta y que no existe una comunicación ade-cuada sobre asuntos importantes; con relación a la claridad organizacional, las mujeres perciben que no cuentan con la Información necesaria pa-ra desempeñar sus labores, y existe una sobrecarga de responsabilidades con relación a sus compañe-ros hombres. La dimensión de liderazgo es la única que perciben de igual manera hombres y mujeres, es decir, todos perciben que las expectativas son comunicadas adecuadamente y que los superiores son accesibles y es fácil hablar con ellos. Finalmen-te, con relación a la dimensión de motivación, la mayoría de las mujeres percibe que la organización no se preocupa por su bienestar integral y la ma-yoría de ellas considera que no debería ocupar un cargo más alto; situación que merece particular atención, toda vez que las mujeres, proporcional-mente, son las que tienen un mayor título (docto-rado) y una mayor carga de trabajo. Sin embargo, los hombres sí consideran que deberían ocupar un cargo más alto en la organización.

Además, después de analizar los estadísticos descriptivos, se evidencian problemas de discri-minación laboral por género, como: acceso a po-siciones de poder, mayor carga laboral, menor remuneración.

En lo referente a la organización, 81.3% de las mujeres y 60% de los hombres llevan hasta tres años laborando en la institución, bajo una relación laboral con nombramiento (53%), donde existe un mayor porcentaje de hombres que de mujeres con nombramiento. Respecto al cargo, la mayoría se desempeña como docente investigador o téc-nico docente (78%), el cargo de Coordinador de programa sólo lo ejercen hombres, mientras que las mujeres predominan como docentes y técni-cos docentes; se evidencia la discriminación labo-ral por género en la categoría de estabilidad laboral. Ningún director de área o decano es mujer, lo que evidencia la falta de acceso a puestos de poder y un evidente techo de cristal. En cuanto a salario, 68.88% gana entre $1000 y $3000; al desagregar por sexo los resultados, existen más mujeres que ganan salarios superiores a $2000, pero a partir de los $4000 se incrementa el número de hombres, lo cual puede ser debido a que estos ocupan puestos de mayor carga laboral e incluso, no hay mujeres que ganen más de $4000, lo que indica una discri-minación por brecha salarial. Es evidente que ade-más de existir un co inadecuado para las mujeres, se evidencian prácticas de discriminación laboral por género.

Notas

1 Se considera relevante la diferenciación entre sexo y género, mientras que la primera hace refe-rencia a las características físicas, naturales y bioló-gicas, el segundo es una construcción social que se produce culturalmente en base al sexo y que per-mite asignar diferentes roles y valores según cada cultura.

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La distribución del tiempo de las actividades de los trabajadores se relaciona con el balance trabajo-familia

Time distribution of workers´ activities relates to work and family balance

Luis Felipe Llanos ReynosoLorena Martínez Verduzco Universidad Anahuac de México.(Fecha de recepción: 2 de julio de 2018, Fecha de aceptación: 9 de noviembre de 2018)

ResumenLa sociedad creía que la vida en familia y la vida laboral deberían tener una sana distancia. Pero las nue-vas circunstancias ya modificaron esta concepción: la entrada de la mujer al mundo laboral, el requerir más horas de trabajo para afrontar el gasto familiar y las nuevas prácticas laborales, tales como el home office o el virtual work. A partir de la “teoría de las transferencias” y la distribución del tiempo de los tra-bajadores en sus distintas actividades, se busca proyectar la transferencia de sentimientos (positivos o negativos) entre el trabajo y la familia. Para profundizar en esta teoría, se recopiló información de 483 trabajadores de una universidad privada en México, y con un análisis de regresión bajo la metodología “Stepwise selection of terms”, la cual busca de forma iterativa la mejor combinación de variables para proyectar las transferencias de sentimientos, se encontró que si los trabajadores aumentan las horas con la familia y las horas de ejercicio, se incrementan las transferencias de sentimientos positivos entre el trabajo y la familia, y viceversa. Las horas de transporte funcionan como un amortiguador de sentimientos, tanto positivos como negativos.Palabras clave: vida familiar, vida laboral, transferencias positivas, transferencias negativas.

AbstractThe society used to believe that family and work should be distanced from each other. However, the new circumstances modified this conception; the entrance of women in the labor force, the increase in family expenses and consequently the requirement to increase family income, and the development of new labor practices, such as home office or virtual work. Starting from spillover theory and the distribution of time of workers in their different weekly activities, research is done to project the transfer of feelings (positive or negative) between work and family. In order to contribute to the development of the Spillover theory, 483 workers from a private university in Mexico participated in a survey. Through a regression analysis under the Stepwise selection of terms methodology, which seeks the best combination of variables to project the transfers of feelings in an iterative way, it was found that, if the workers increase the hours spent with family and increase the hours spent exercising, the transfer of positive feelings between work and family increases, and vice versa. Hours spent in transportation between work and home function as a buffer of feelings, both positive and negative. Keywords: family life, working life, positive transfers, negative transfers.

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Introducción

Hace algunos años, parecía que la vida familiar y la vida laboral de una persona deberían ser dos realidades independientes, en donde

los sentimientos de las personas de cada uno de es-tos dos contextos, no debían de contaminar los del otro (Perry-Jenkins, MacDermid-Wadsworth, 2017). Una frase ilustrativa de Benjamin Franklin sobre es-ta filosofía es: “Let all your things have their places; let each part of your business have its time” (Woods, 1826: 60). En contraposición a esta idea, en la actualidad existe un importante cuerpo de literatura sobre la interrelación de estas dos realidades (Greenhaus y Foley, 2007; Greenhaus y Powell, 2006). Conciliar las obligaciones entre trabajo y familia es todo un tema para muchas personas, lo cual también genera va-rios retos a las organizaciones; por ejemplo: el incre-mento de la participación de la mujer en el mundo laboral, el requerir más horas de trabajo por semana para afrontar los gastos de la familia, la entrada de la nueva práctica laboral del home office o el virtual work (Putnik, et al., 2018).

El incremento de la participación de la mujer en el mercado laboral es uno de los “fenómenos so-cio demográficos más influyentes de la segunda mitad del siglo XX” (Hendricks, León y Chinchilla, 2006: 3). Este fenómeno tiene implicaciones en la economía (Elborgh-Woytek et al., 2013; Gutiérrez-Casas y Limas-Hernández, 2008) y en la sociedad (Byron, 2005); ahora por ejemplo, son más las pare-jas que requieren un doble ingreso: cuando antes imperaban las familias donde el varón era el único y/o principal soporte económico (Michman, 1980), son más las parejas que deciden ya no tener hijos (Baudin, De la Croix y Gobbi, 2014) y más los hogares monoparentales (Burke, 1988), donde el cuidado de los hijos queda a cargo de alguien diferente a los padres, ya que estos trabajan (Byron, 2005).

En México, en muy pocas décadas, la inclusión de la participación laboral femenina cambió la diná-mica familiar y empresarial del país: a) mientras que en la década de los setentas, las mujeres representa-ban 17.0%1 de la población económicamente activa (pea),2 en el 2017 representan 38.0%,3 b) casi uno de cada cuatro hogares es encabezado por una mujer, y ya solamente 56% de los hogares son biparenta-les,4 c) existe una clara disminución en la tasa de na-talidad, en 1975 era aproximadamente de 6.5 hijos

(Organización de las Naciones Unidas [onu], 2011), mientras que en 2010, en México, era de 2.3 hijos por mujer,5 d) a pesar de que ahora las familias tie-nen menos hijos, sus necesidades económicas son más grandes, ya que los padres de familia requie-ren trabajar más horas o recurrir a un segundo em-pleo (Hendricks, León y Chinchilla, 2006).

En los países de la Organización para la Coope-ración y el Desarrollo Económicos (ocde), uno de cada ocho empleados trabaja 50 horas o más a la semana (12.5%). El país que encabeza esta lista es Turquía, con una proporción de 40.0%, seguido por México, con 30.0%, cantidad por encima de la media. Asimismo, los hombres trabajan más ho-ras que las mujeres; 16.0% de los empleados hom-bres tiene una jornada excesiva, en comparación con el 8% de las empleadas mujeres (ocde, 2015).

El trabajo virtual a partir del uso intensivo de las tecnologías de la información y comunicación (tic) ya es una realidad en el mundo (Webster y Randle, 2016); por ejemplo, 40% de los empleos de los Paí-ses Bajos, Dinamarca, Suecia y Finlandia tiene prác-ticas de tele trabajo (Eurofound, 2012). En cuanto a preferencias, una encuesta a 7,700 jóvenes traba-jadores, de 29 países, reveló que 75% de ellos pre-fiere trabajar desde su casa u otras localidades, ya que consideran que así son más productivos, a su vez, de que pueden mejorar el balance entre su vi-da personal y la profesional; sin embargo, sólo 43% de ellos ha obtenido este beneficio (Deloitte, 2016). En México todavía no se cuenta con estadísticas oficiales al respecto, pero de acuerdo con una en-cuesta aplicada a 4,500 mexicanas, a las mujeres del país les interesa tener una mayor flexibilidad de horario (33%), permisos de maternidad (25%) o días de home office (28%) (Celis, 2018).

Ante los inminentes cambios laborales, la en-trada de la mujer al mercado laboral, la necesidad de trabajar más horas a la semana y la creciente evolución del home office u otras formas de tra-bajo a distancia, se sugiere abordar la pregunta; ¿cómo la distribución del tiempo de las activida-des de los trabajadores se relaciona con el balan-ce trabajo-familia?

Revisión de la literatura

La relación entre la vida familiar y la vida laboral se ha abordado desde cuatro enfoques: escasez,

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mejora, enriquecimiento y conflicto, y transferen-cia (De-Klerk, Alewyn-Nel y Koekemoer, 2012). El enfoque de escasez asume que una persona tiene límites en su tiempo, energía y atención. Cuando la persona desempeña diversos roles, los recursos asignados a cada uno de ellos disminuyen y cau-san conflicto (Goode, 1960). El enfoque de mejora, señala que asumir múltiples roles aumenta distin-tos aspectos de la persona (ejemplo, autoestima, confianza) que a su vez mejoran su vida familiar y laboral (Sieber, 1974). El enfoque de enriqueci-miento-conflicto plantea dos extremos: Green-haus y Powell (2006) señalan que las experiencias en un rol de vida mejoran la calidad en otro rol de vida, ya sea de modo afectivo o en desempe-ño; mientras que Greenhaus y Beutell (1985) pro-ponen que existe un conflicto entre el trabajo y la familia cuando el tiempo dedicado a cumplir las responsabilidades en un rol hacen difícil cum-plir las responsabilidades en el otro. Finalmente, el enfoque de transferencia (Crouter, 1984), reco-noce que la vida familiar de una persona influye en su trabajo, transfiriendo lo que acontece en un dominio al otro. La vida laboral y familiar de una persona ocasiona un intercambio o transferencia de experiencias,6 de modo que lo que sucede en la familia puede extenderse al trabajo y lo que su-cede en el trabajo puede extenderse a la familia (De-Klerk, Alewyn-Nel y Koekemoer, 2012; Kinnu-nen et al., 2006; Perry-Jenkins y MacDermid-Wad-sworth, 2017).

Teorías académicas

El intercambio o transferencia de sentimientos y experiencias entre el trabajo y la familia ha sido abordado por diferentes teorías (Champoux, 1978; Staines, 1980):

• La Spillover theory o “Teoría de las transferen-cias” establece que a pesar de la distancia que existe entre el trabajo y la familia, los senti-mientos y creencias de cada una de estas es-feras se transfieren a la otra (ejemplo, cuando los empleados tienen un mal día en el trabajo transfieren su enojo a la familia, o cuando los empleados tienen un buen día, invitan a cenar a su esposa).

• La “Teoría de la compensación”, plantea que existe una relación inversa entre el trabajo y la familia, en donde los trabajadores realizan intercambios para compensar las debilidades de una esfera en relación con la fortaleza de la otra (ejemplo, cuando un trabajador con una vida familiar conflictiva podría buscar activida-des agradables en el trabajo, o viceversa, cuan-do un trabajador tiene problemas en el trabajo, busca la tranquilidad de su casa).

• Una tercera teoríamaneja una postura inter-media, la “Border theory” o “Teoría de la frontera” de Clark y Farmer (1998); intenta explicar cómo los trabajadores manejan conjuntamente los planos del trabajo y la familia, para buscar un equilibrio entre estos. Una persona equilibra-da busca que se influencien recíprocamente estos planos; los individuos que manifestaban satisfacción y sentido de logro en el trabajo, también manifestaban satisfacción en las rela-ciones en casa (Clark, 2000).

Los trabajos de Grzywacz y Marks (2000) rela-cionan los ambientes trabajo-familia dentro de la “Spillover theory”; plantean para sus estudios cuatro variables: transferencia positiva del trabajo a la fa-milia, transferencia positiva de la familia al traba-jo, transferencia negativa del trabajo a la familia, transferencia negativa de la familia al trabajo (en los siguientes párrafos se profundiza en cada una de estas variables). Grzywacz y Marks (2000) con-sideran que los intercambios de sentimientos posi-tivos y negativos son la mejor manera de explicar la realidad de lo que sucede entre los ámbitos de la vida laboral y la vida familiar, además de que exis-ten herramientas ampliamente utilizadas en la En-cuesta Nacional de Desarrollo de la Edad Mediana en Estados Unidos (midus). En México, Martínez et al. (2016) se han acercado a la “Teoría de las trans-ferencias”, al desarrollar un modelo de enseñanza e implementación de la Responsabilidad Social Em-presarial (rse) en universidades públicas. El modelo reconoce que: “si cada integrante de la comunidad universitaria aporta de alguna forma su actuar dia-rio a la rse puede contribuir de forma importante a mejorar los niveles de vida de la población y del país en general” (Martínez et al., 2016: 79); es decir, existe una transferencia entre los valores y actitu-des personales con la sociedad.

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Transferencia de sentimientos positivos del trabajo a la familia y de la familia al trabajo

Esta transferencia de sentimientos positivos reco-noce que al combinar ambos ámbitos, se enriquece el individuo y se logran resultados positivos. Gre-enhaus y Powell (2006) identifican que estas exten-siones positivas tienen efectos en el bienestar de las personas, pues disminuyen el estrés de manejar distintos roles; pero este intercambio de energía exis-te sí y sólo sí hay un apoyo social para extender las actitudes, comportamientos o el estado de ánimo positivo (Crouter, 1984). En este caso, la familia es el apoyo social natural que debe beneficiar la vida laboral, además de ser un catalizador de las expe-riencias laborales (Kinnunen et al., 2006). La exten-sión positiva trabajo-familia se asocia con mejor salud física y mental, particularmente en adultos mayores (Grywacz, 2000). Se identifica también que los individuos presentan conductas cooperati-vas cuando interactúan repetidamente, tienen mu-cha información recíproca y el grupo tiene pocos participantes (North, 1993), como es el caso de la familia. Asimismo, Bernal y Alpuche (2016) sugieren que el mecanismo de cooperación es decisivo tan-to en las organizaciones como en las familias.

Transferencia de sentimientos negativos del trabajo a la familia y de la familia al trabajo

La extensión negativa del trabajo a la familia y de la familia al trabajo, reconoce que existe un conflicto o interferencia entre estos dos ámbitos, lo que oca-siona que se perciban como contrincantes (Green-haus y Powell, 2006); adicionalmente, Greenhaus y Beutell (1985: 77) exponen que “participar en el rol trabajo (familia) se hace más difícil por participar en el rol familia (trabajo)”. En este sentido, el conflicto trabajo-familia se podría definir como un juego de roles mutuamente incompatibles. Las demandas entre estos dos ámbitos incrementan el conflicto interroles y consecuentemente, disminuyen la au-toeficacia para manejar el conflicto, por lo que se identifican dos direcciones del mismo: i) conflicto trabajo-familia, cuando el trabajo interfiere con la familia y ii) conflicto familia-trabajo, cuando la fa-

milia interfiere con el trabajo (Smoktunowicz y Ciéslak, 2018). La extensión negativa se refiere a cuando la participación en un ámbito (ejemplo el trabajo) impacta negativamente en la participación del otro (ejemplo la familia) (Kinnunen et al., 2006); el mecanismo de extensión puede involucrar habi-lidades, patrones de comportamiento, tensiones, emociones, creencias y actitudes (Geurts y Deme-routi, 2003).

Tiempo dedicado por los trabajadores a las diferentes actividades diarias

Para Daly (1996) el tiempo puede conceptualizar-se de tres maneras distintas: como discurso, como economía y como control. Conceptualizar el tiem-po como discurso es una manera de conocer los pensamientos, acciones y valores de la familia: “la manera en que los miembros de una familia hablan del tiempo sirve para conocer sus creencias, com-promisos y prioridades” (Daly, 1996: 467). La ma-nera en que una persona piensa sobre sí mismo y sobre su familia afecta la manera en que distribuye su tiempo; entender el tiempo como discurso im-plica una visión cualitativa del mismo, identifica la naturaleza de las actividades que ocupan el tiempo y el significado que las mismas asumen (Thompson y Bunderson, 2001).

Conceptualizar el tiempo como economía asume que es posible medirlo, contar con esta-dísticas sobre las horas de trabajo y de empleo pagado (Fisher y Layte, 2004). Este enfoque cuan-titativo reconoce que el tiempo es: “finito y suma cero, en el sentido de que una hora empleada en el trabajo no podrá ser reclamada para alcanzar metas no laborales y viceversa” (Thompson y Bun-derson, 2001: 18).

El enfoque de control señala que los relojes, ca-lendarios, agendas o códigos normativos sirven para que el tiempo sea objetivo y con ello contro-lar las relaciones de poder; por ejemplo, las activi-dades que demanda el trabajo y las actividades que demanda el hogar están en constante lucha por el control del tiempo de una persona. En el mismo sentido, el tiempo es un mecanismo de control del jefe hacia el subordinado (Daly, 1996), el cual es fre-cuentemente utilizado como una estrategia de los ejecutivos de recursos humanos (Skinner y Pocock,

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2008). El tiempo y el poder están relacionados, ya que el primero, es un recurso limitado que se distri-buye en las organizaciones inequitativamente, co-mo señalan Rafnsdóttir y Heijstra (2013: 284): “La conciencia sobre el tiempo y la medición del tiem-po son cruciales para estructurar y dirigir las vidas diarias de hombres y mujeres. El tiempo puede ser usado como un instrumento de poder y control”.

De los conceptos anteriores se intuye que el tiempo puede no ser una métrica objetiva, ya que en ocasiones las personas preferirán medir su vi-da en términos de significado en vez de horarios (Thompson y Bunderson, 2001). La vida laboral y la vida familiar compiten por el tiempo de una perso-na. Señalan Tenbrunsel et al. (1995: 236): “el tiempo es un commodity precioso, el contar con recursos fijos domina sobre cualquier extensión de disposi-ción o humor en la relación trabajo-no trabajo”; en otras palabras, que el tiempo se puede considerar un recurso limitado que permite un balance entre la vida laboral y la familiar.

Tomando en consideración los estudios revi-sados, la presente investigación busca identificar si existe una relación significativa entre el tiempo dedicado a diferentes actividades (como son el tra-bajo, la familia, el sueño, el ejercicio, las actividades religiosas) y la transferencia de sentimientos entre el trabajo y la familia; a saber:

H1: La distribución del tiempo semanal de un traba-jador sirve para proyectar las transferencias de sentimientos positivos del trabajo a la familia.

H2: La distribución del tiempo semanal de un traba-jador sirve para proyectar las transferencias de sentimientos positivos de la familia al trabajo.

H3: La distribución del tiempo semanal de un traba-jador sirve para proyectar las transferencias de sentimientos negativos del trabajo a la familia.

H4: La distribución del tiempo semanal de un tra-bajador sirve para proyectar las transferencias de sentimientos negativos de la familia al tra-bajo.

Justificación del estudio

El presente estudio buscará enriquecer la discusión sobre la transferencia de sentimientos, negativos o positivos, de las personas dentro de los dos princi-

pales roles que interpretan, como trabajador y co-mo miembro de una familia, y si esta transferencia está relacionada con la distribución de horas sema-nales entre estas dos realidades. Si hay una trans-ferencia de sentimientos de las personas entre el trabajo y la familia, significa que de alguna forma las personas son indivisibles, son inseparables. En esta situación, las actitudes positivas y las negati-vas se comparten indistintamente, entre la familia y el trabajo. Particularmente, se busca estudiar las transferencias positivas y negativas entre el traba-jo y la familia en el caso de una universidad priva-da en México, considerando que la mayoría de los estudios sobre este tema se han llevado a cabo en Estados Unidos y Europa (Hill et al., 2004).

La relevancia del estudio reside en aportar evi-dencia de que el ser humano es indivisible, y de la existencia de procesos de extensión o compensa-ción de sentimientos, tanto positivos como negati-vos, entre la familia y el trabajo, y viceversa. A partir de estas evidencias, se sugiere a las empresas po-ner atención en la distribución del tiempo de sus trabajadores con el fin de buscar un buen ambien-te de sentimientos colaborativos.

Metodología

La muestra se obtuvo de la participación voluntaria del personal de planta, administrativo y académi-co, de una universidad privada en México, entre el 21 y el 27 de agosto de 2017. El cuestionario fue electró-nico e incluyó una explicación detallada de la motiva-ción de la encuesta y un instructivo preciso para su integración. Se anexó un mensaje del rector invi-tando a los colaboradores a responder la encuesta de manera anónima para fines de una investiga-ción académica.

Las preguntas utilizadas para medir las variables predictoras para el presente estudio se tomaron de los cuestionarios de Grzywacz y Marks (2000), quienes se basaron en la Encuesta Nacional de De-sarrollo de la Edad Mediana en los Estados Unidos (midus), diseñada por John y Catherine MacArthur, la cual se aplicó por primera vez en 1995. La en-cuesta ha sido ampliamente utilizada en diversos estudios (Borghans et al., 2016; Friedman, Christ y Mroczek, 2015; Hostinar et al., 2015).7 Este cuestio-nario evalúa las cuatro dimensiones de la relación

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entre los ámbitos trabajo-familia: extensión nega-tiva del trabajo a la familia, extensión negativa de la familia al trabajo, extensión positiva del trabajo a la familia, extensión positiva de la familia al tra-bajo, mediante la estructura factorial de 16 ítems diferentes (cuatro para cada dimensión). El cues-tionario original fue traducido al español con ayu-da del Departamento de Idiomas de la Universidad Anáhuac, México Norte y los ítems de cada cuestio-nario se presentaron aleatoriamente.

Operacionalización de las variables dependientes

La variable transferencia de sentimientos positivos del trabajo a la familia (Positiva_TF) se midió a par-tir de ítems como: “Las cosas que haces en el trabajo te ayudan a resolver problemas personales y prácti-cos en casa”. La variable transferencia de sentimien-tos positivos de la familia al trabajo (Positiva_FT) se midió a partir de ítems como: “Hablar con alguien en casa te ayuda a tratar los problemas en el trabajo”. La variable transferencia de sentimientos negati-vos del trabajo a la familia (Negativa_TF) se midió a partir de ítems como: “Tu trabajo reduce el nivel de esfuerzo para dedicarte a actividades en casa”. La va-riable transferencia de sentimientos negativos de la familia al trabajo (Negativa_FT) se midió a partir de ítems como: “Las responsabilidades en casa redu-cen el nivel de esfuerzo que puedes dedicar a tu tra-bajo”. Las escalas de respuesta para cada uno de estos ítems fueron: 1 (nunca), 2 (raramente), 3 (al-gunas veces), 4 (la mayoría del tiempo) y 5 (todo el tiempo).

Operacionalización de las variables predictoras

En el cuestionario, a cada uno de los trabajadores se le preguntó la distribución cuantitativa del tiem-po, es decir, el número de horas que utilizan en las diferentes actividades durante la semana: familia, trabajo, traslados, sueño, ejercicio, actividades reli-giosas o espirituales, y otras (con un máximo de 168 horas, 7 x 24 = 168). Los encuestados tuvieron liber-tad de ingresar en cada actividad cualquier cantidad de horas por semana, sin limitación; sin embargo, el instrumento iba reportando el total de horas que

se llevaban capturadas, así como la indicación de que las mismas deberían sumar 168.

El Diagrama 1, esquematiza las cuatro hipótesis establecidas.

Validez del cuestionario

Independientemente de que el cuestionario midus ha sido validado múltiples veces para poblaciones de Estados Unidos, se buscó realizar una prueba en México a partir de la muestra obtenida (N = 483) en la que se hizo un análisis de confiabilidad de ca-da factor, y se logró para el factor Positiva_TF un al-fa de Cronbach de 0.7862, para el factor Positiva_FT de 0.6713, para el factor Negativa_TF de 0.8785, y para el factor Negativa_FT de 0.8252.8 Adicional-mente se hizo un análisis factorial de componentes principales a partir de la matriz de correlación, con factores rotados (Varimax) con cargas y comunali-dad, para verificar su validez a partir de la mues-tra levantada en una universidad privada mexicana. Todos los ítems tuvieron cargas superiores a 0.47 a su factor principal, y en ningún caso cargó a otro factor con un valor superior. Los resultados confir-man la validez del cuestionario, ya que cada uno de los 16 ítems, al rotar la matriz de correlaciones, fue asignado a sólo uno de los cuatro factores, con una carga superior a 0.47. La varianza global expli-cada es de 0.61.

Variables de control

La variable sexo, en el caso de los estudios del ba-lance trabajo–familia, suele ser significativa de acuerdo con la “Teoría de roles” (Biddle, 1986), pues las personas, tienen expectativas sociales sobre su propio comportamiento y el de los demás. Así, en el caso del balance familia-trabajo se explica que las personas busquen un balance para satisfacer los distintos roles; en el caso de las mujeres, como esposas y madres y, en el caso de los hombres, co-mo esposos y padres, y su entendimiento de lo que la sociedad espera.

Asimismo, la variable edad también tiende a ser significativa en este tipo de estudios de acuerdo con la teoría del ciclo de vida de la familia (Bengt-son y Allen, 2009), que señala que las familias cam-bian en el tiempo, pues la familia es un grupo

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microsocial, una colección de individuos con una historia compartida que interactúa dentro de con-textos sociales en tiempo y espacio. De este modo, en el caso del balance trabajo-familia, la teoría del ciclo de vida aporta: a) que la edad de una perso-na con relación a la edad de otros miembros de la familia (ejemplo, madre joven con hijos pequeños), crea eventos generacionales que pueden caracte-rizarse por altos niveles de tensión y agobio, y b) que la ubicación de la persona en el contexto de la familia y de la sociedad influye en su desarrollo (ejemplo, las mujeres asumen mayores actividades domésticas que los hombres).

Como variables demográficas se decidió pregun-tar el sexo (1 = Hombre, 0 = Mujer), la edad (medi-da en años), la antigüedad en el trabajo (medida en años), el número de personas con las que vive, y si tiene dependientes económicos (1 = Sí, 0 = No).

Metodología de análisis

Se calcularon valores estadísticos descriptivos, co-rrelaciones, pruebas t y se procesaron análisis de

13

El siguiente Gráfico I, esquematiza las cuatro hipótesis establecidas.

Gráfico I. Diagrama de las hipótesis de estudio

Fuente: Elaboración propia

Validez del cuestionario

Independientemente de que el cuestionario de la Encuesta Nacional de Desarrollo

de la Edad Mediana en los Estados Unidos (MIDUS) ha sido validado múltiples

veces para poblaciones de Estados Unidos, se buscó realizar una prueba en

México a partir de la muestra obtenida (N=483) en la que se hizo un análisis de

confiabilidad de cada factor, y se logró para el factor Positiva_TF un alfa de

Cronbach de 0.7862, para el Factor Positiva_FT de 0.6713, para el factor

Negativa_TF de 0.8785, y para el factor Negativa_FT de 0.825210. Adicionalmente

se hizo un análisis factorial de componentes principales a partir de la matriz de

correlación, con factores rotados (Varimax) con cargas y comunalidad, para

verificar su validez a partir de la muestra levantada un una universidad privada

Mexicana. Todos los ítems tuvieron cargas superiores a 0.47 a su Factor Principal,

y en ningún caso cargó a otro factor con un valor superior. Los resultados

confirman la validez del cuestionario, ya que cada uno de los 16 ítems, al rotar la

Diagrama 1. Hipótesis de estudio

Fuente: elaboración propia.

regresión bajo la metodología iterativa Stepwise Selection of Terms a fin de encontrar la mejor com-binación de variables significativas que proyec-taran las transferencias de sentimientos positivos o negativos, del trabajo a la familia y de la familia al trabajo.

Resultados

La muestra de 483 personas representó 42.1% de la población de planta de la universidad, y conforme al cálculo del tamaño de una muestra para pobla-ciones finitas, se confirma la representatividad de la muestra, ya que se requerirían 154 encuestas bajo un muestreo aleatorio;9 la muestra fue volun-taria y no aleatoria, aunque sobrepasa en dos veces el número de respuestas requeridas.

La muestra resultó en 32.1% hombres y 67.9% mujeres, 34.0% tienen algún puesto académico (Docente o Coordinador Académico) y 66.0% admi-nistrativo (Directivo, Coordinador Administrativo, Operativo, Secretarial, Técnico), la edad promedio fue de 44.8 años (SD 10.7), la antigüedad prome-dio fue de 12.5 años (SD 8.9), en su casa viven en

Tiempo en:

a) Familia

b) Trabajo

c) Traslados

d) Sueño

e) Ejercicio

f) Actividades religiosas

g) Otros

Extensión negativa del trabajo a la familia.

Extensión positiva del trabajo a la familia.

Extensión negativa de la familia al trabajo.

Extensión positiva de la familia al trabajo.

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promedio con 2.6 personas (SD 1.7) y sólo 26.9% (SD 0.4) tiene dependientes económicos.

Ahora bien, considerando el criterio del Centro de Recursos de Ética (2010), que ubica como mi-llennials a todos quienes nacieron a partir del 1981, entonces 26.9% de la muestra se considera de la generación millennials, mientras que 73.1% es de una generación mayor.

El promedio de horas semanales en diversas ac-tividades capturadas por los encuestados fue de 149.7 (dato inferior al total de horas en una sema-na de 168), con una DS de 38.57, lo cual concuerda con la tesis de Thompson y Bunderson (2001), que identifica que el tiempo no es una métrica objetiva. Por lo que se tomó la decisión de no eliminar nin-gún cuestionario y realizar el análisis con la base de datos completa.

Descriptivos de las variables predictoras

A partir de los datos obtenidos de la muestra, la ac-tividad reportada con el mayor número de horas por semana fue el trabajo, con 48.6 horas semana-les (28.9%), lo que equivale a una media de 9.7 ho-ras diarias, al considerar que la jornada laboral es de 5 días en la universidad donde se aplicaron las encuestas. En segundo lugar, se encuentra el sue-ño con 36.2 horas semanales (21.6%), que equivale a 5.2 horas diarias. Mientras que la familia queda

rezagada a un tercer lugar con 31.9 de horas a la se-mana (19.0%). En la Tabla 1 se presenta el promedio de las horas a la semana dedicadas a las diferentes actividades, así como su equivalente promedio en horas diarias.

Al comparar la información de las variables pre-dictoras de los diferentes grupos de control, se identificaron tres diferencias significativas: a) Los administrativos tienen un promedio de 14.10 ho-ras en traslados a la semana, superior al promedio de 11.13 horas de los académicos (P – Val = 0.001, utilizando la prueba t para comparar si son signifi-cativamente diferentes las medias de 2 muestras); b) Este resultado es consistente con la diferencia encontrada entre el promedio de 35.20 horas que los académicos pasan con la familia, y el promedio de 30.27 horas que los administrativos pasan con su familia (P – Val = 0.011); c) Otro resultado signifi-cativo fue que las personas mayores (superiores a 36 años) pasan un promedio de 34.24 horas con la familia, el cual es estadísticamente superior al pro-medio de 25.71 horas que los millennials pasan con la suya (P – Val = 0.001); d) Finalmente, no se en-contró la suficiente evidencia para concluir que las medias de las otras mediciones por subgrupo, tales como las horas promedio de trabajo entre los aca-démicos vs los trabajadores administrativos, fueran diferentes (P - Val > 0.05). En la Tabla 2, se presentan las horas promedio por semana declaradas por los diferentes grupos de control de la muestra.

Tabla 1. Porcentaje de horas a la semana dedicadas a diferentes actividades

Variable Media Desviación Mediana estándar

Horas a la semana Horas diarias equivalentes

Familia 31.9 0.88 4.6Trabajo 48.6 0.54 9.7*Traslados 13.1 0.49 2.6*Sueño 36.2 0.67 5.2Ejercicio 4.2 0.30 0.6Religión 4.5 0.31 0.6Otros 11.2 0.60 1.6

* El cálculo se hizo considerando una jornada de cinco días a la semana.

Fuente: elaboración propia, N = 483.

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Sobre la información de las horas promedio de los diferentes grupos de control, es de resaltar las pocas horas semanales reportadas por el grupo de millennials (141.45 vs. 168 reales); sin embargo, a pe-sar de esta diferencia particular se determinó man-tener a este grupo dentro de la muestra, conforme la recomendación de Thompson y Bunderson (2001) sobre la subjetividad del tiempo.

Descriptivos de las variables dependientes

A partir de los datos de la muestra, la variable Po-sitiva _FT resultó ser la más alta de las variables de-pendientes, con un media de calificación de 4.4. La segunda variable con la calificación más alta es la Positiva _TF, con una calificación promedio de 3.8. Las variables del ámbito negativo presentan las calificaciones más bajas en este estudio, la varia-ble Negativa_TF tiene una media de 2.8 y la variable Negativa_FT una media de 1.8.

Análisis de correlación

Se realizó el análisis de las correlaciones de Pearson sobre las variables de estudio, los resultados deta-

Tabla 2. Horas promedio a la semana dedicadas a diferentes actividades

Variable Millennials Mayores Hombres Mujeres Académicos Administrativos

N = 129 N = 350 N =154 N =325 N = 163 N = 316

Familia 25.71 34.24 30.93 32.42 35.20 30.27

Trabajo 48.46 48.68 50.15 47.90 49.57 48.13

Traslados 13.65 12.89 12.68 13.29 11.13 14.10

Sueño 35.22 36.58 37.43 35.64 36.05 36.29

Ejercicio 4.08 4.29 4.36 4.17 4.10 4.30

Religión 3.72 4.74 4.11 4.63 4.94 4.22

Otras 10.62 11.42 12.61 10.54 11.29 11.16

Total declarado 141.45 152.84 152.268 148.58 152.28 148.48

Nota: es posible que la suma de los subgrupos no sea N = 483, ya que algunos sujetos no declararon toda su referencia demográfica.

Fuente: elaboración propia.

llados de la matriz de correlación se encuentran en la Tabla 3. Las correlaciones significativas identifica-das, aunque débiles, ya que no alcanzan el 0.50 y el –0.50 (correlación positiva o negativa media), son:

• Hay una correlación positiva entre la transfe-rencia de sentimientos positivos del trabajo a la familia y la transferencia de sentimientos po-sitivos de la familia al trabajo (Pearson C. = 0.39, PV < 0.01).

• Tambiénhayunacorrelaciónpositivaentre latransferencia de sentimientos negativos del tra-bajo a la familia y la transferencia de sentimien-tos negativos de la familia al trabajo (Pearson C. = 0.42, PV < 0.01).

Una tercera relación significativa se encontró entre las variables dependientes; fue la correlación negativa entre la transferencia de sentimientos po-sitivos de la familia al trabajo y la transferencia de sentimientos negativos de la familia al trabajo (Per-son C. = – 0.14, PV < 0.05), que concuerda con el en-foque de enriquecimiento-conflicto de Greenhaus y Powell (2006).

Con relación al tiempo que se dedica a las di-ferentes actividades semanales y a la transferencia de sentimientos, se encontraron cuatro correlacio-nes significativas, todas ellas negativas: a) entre el

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tiempo que pasan los trabajadores con la familia y la transferencia de sentimientos negativos de la fa-milia al trabajo (r = – 0.16, P – Val < 0.01); y b) tam-bién con los sentimientos negativos del trabajo a la familia (r = – 0.15, P – Val < 0.01); en otras pala-bras, parece que está relacionado el pasar tiempo con la familia con el dejar de transferir sentimien-tos negativos entre ambas realidades; c) también se encontró una correlación entre el tiempo que un trabajador pasa en traslados (posiblemente por la distancia o el tránsito excesivo) con la transferencia de sentimientos positivos del trabajo a la familia (r = 0.15, P – Val < 0.01); en otras palabras, entre más tiempo pase un trabajador en un medio de trans-porte, menos sentimientos positivos trasladará del trabajo a la familia; y por último d) una correlación entre el tiempo que pasan los trabajadores hacien-do ejercicio y la transferencia de sentimientos ne-gativos del trabajo a la familia (r = – 0.14, P – Val <

0.01); en otras palabras, el tiempo de ejercicio es un filtro de la transferencia de sentimientos negativos del trabajo a la familia.

Se observó adicionalmente que las característi-cas demográficas (antigüedad, sexo, edad, si tiene dependientes y número personas con las que vive) no presentan una correlación significativa con las variables dependientes, a diferencia de lo reporta-do por Biddle (1986) y Bengtson y Allen (2009), por lo que se profundizará el tema con un análisis de regresión, controlado por las variables demográfi-cas, por ser relevante.

Análisis de regresión Stepwise

Los resultados de la metodología iterativa de selec-ción de variables proyectivas fueron:

Tabla 3.

Matriz de correlación entre las variables estudiadas

Positiva_TF Positiva_FT Negativa_TF Negativa_FT

Positiva_FT 0.39**

Negativa_TF -0.08 -0.07

Negativa_FT -0.04 -0.14* 0.42**

Familia 0.09 0.12 -0.15* -0.16*

Trabajo 0.06 0.06 0.13 -0.04

Traslados -0.15* -0.12 -0.11 -0.01

Sueño 0.02 0.04 -0.07 -0.02

Ejercicio 0.00 0.03 -0.14* -0.08

Religión 0.03 0.03 -0.10 -0.08

Otras 0.02 0.05 -0.05 -0.03

Antigüedad 0.00 0.03 0.02 -0.03

Sexo 0.01 -0.06 -0.06 0.09

Edad 0.06 0.03 -0.11 -0.10

Personas con quién vive 0.06 0.07 -0.04 0.01

Tiene dependientes 0.05 0.00 -0.01 -0.09

Fuente: elaboración propia.

(**) Las correlaciones de Pearson > 0.129 tienen un P-Val < 0.01; (*) las correlaciones > 0.089 tienen un P-Val < 0.05.

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a) Para proyectar la transferencia de sentimien-tos positivos entre el trabajo y la familia Positiva_TF, la mejor combinación encontrada, con signo ne-gativo, fue a partir de la variable tiempo en Trasla-dos, con una ecuación: Positiva_TF = 3.942 – 0.0125 Traslados, con F – Val = 10.82, P – Val = 0.001. En el Anexo 1 se presenta el orden de ingreso de las variables predictoras para pronosticar la variable Positiva_TF, ajustando las muestras conforme a las variables de control. Se identificaron dos excepcio-nes: a1) para el grupo de Hombres las únicas va-riables significativas son el tiempo en Familia y tiempo en Trabajo (ambas de forma positiva), no así el Traslado; a2) para el grupo de académicos, ninguna de las variables predictoras definidas (en términos de tiempo) fue significativa.

b) Para proyectar la transferencia de sentimien-tos positivos entre la familia y el trabajo Positiva_FT fue a partir de dos variables, con signo negati-vo con la variable tiempo en Traslados y con sig-no positivo con la variable tiempo en Familia, con una ecuación: Positiva_FT = 4.373 + 0.0038 Familia - 0.0074 Traslados, con F - Val = 6.69, P - Val = 0.001. En el Anexo 2 se presenta el orden de ingreso de las variables predictoras para pronosticar la varia-ble Positiva_FT, ajustando las muestras conforme a las variables de control. Se identificaron tres excep-ciones: b1) para el grupo de Hombres se requiere adicionar las variables tiempo en Trabajo y tiem-po en Sueño (ambas de forma positiva); b2) para el grupo de Mayores de edad se requiere adicionar la variable tiempo en Trabajo (de forma positiva); b3) para el grupo de Millennials, ninguna de las varia-bles predictoras definidas fue significativa.

c) Para proyectar la variable transferencia de sentimientos negativos entre el trabajo y la familia Negativa_TF, la participación de variables identifi-cadas fue muy rica, con la variable tiempo en Fa-milia, tiempo en Ejercicio, y tiempo en Traslados, todas ellas de signo negativo, así como con signo positivo, tiempo en Trabajo, con una ecuación: Ne-gativa_TF = 2.671 - 0.0086 Familia + 0.0121 Traba-jo - 0.0094 Traslados - 0.0219 Ejercicio, con F - Val = 8.76, P - Val < 0.001. En el Anexo 3 se presenta el orden de ingreso de las variables predictoras pa-ra pronosticar la variable Negativa_TF, ajustando las muestras conforme a las variables de control. Se identificaron dos excepciones: c1) para el gru-po de Académicos, la única variable significativa es

el tiempo en actividades Religiosas (funciona como un amortiguador de forma inversa); c2) para el gru-po de Millennials, ninguna de las variables predic-toras definidas fue significativa.

d) Para proyectar la variable transferencia de sentimientos negativos entre la familia y el trabajo Negativa_FT, la variable identificada fue el tiempo en Familia, de signo negativo, con una ecuación: Negativa_FT = 2.061 - 0.0069 Familia, con F - Val = 12.11, P - Val = 0.001. En el Anexo 4 se presenta el orden de ingreso de las variables predictoras pa-ra pronosticar la variable Negativa_FT, ajustando las muestras conforme a las variables de control. Se identificaron tres excepciones: d1) para el grupo de Administrativos se requiere adicionar la varia-ble tiempo en Ejercicio (funciona como un amor-tiguador de forma inversa); d2) para el grupo de Académicos, ninguna de las variables predictoras definidas fue significativa; d3) para el grupo de Mi-llennials, ninguna de las variables predictoras defi-nidas fue significativa.

La respuesta a la pregunta de, cómo la distribu-ción del tiempo de las actividades de los trabaja-dores se relaciona con el balance trabajo y familia, se responde de la siguiente manera: a partir de una muestra de 483 personas, y el análisis de regresión, se responde afirmativamente para una población de una universidad privada en México, ya que sí existen relaciones significativamente estadísticas a partir de las siguientes relaciones:

• TransferenciaPositivaTrabajoFamilia=3.942-0.0125 Traslados.

• TransferenciaPositivaFamiliaTrabajo=4.373+0.0038 Familia - 0.0074 Traslados.

• TransferenciaNegativaTrabajoFamilia=2.671- 0.0086 Familia + 0.0121 Trabajo - 0.0094 Tras-lados - 0.0219 Ejercicio.

• TransferenciaNegativaFamiliaTrabajo=2.061- 0.0069 Familia.

Por tanto, las hipótesis respectivas también quedan comprobadas. Ahora bien, al revisar los co-eficientes de las cuatro ecuaciones, sin considerar las variables de control, sobresalen tres puntos:

a) La variable tiempo en Familia, está presente en tres de las cuatro ecuaciones proyectivas, co-mo una variable significativa.

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b) La variable tiempo en Traslados, en tres de las cuatro ecuaciones funciona como un amorti-guador, ya que en estos casos, reduce tanto las transferencias de sentimientos positivos como de negativos entre ambas realidades.

c) Al comparar las magnitudes absolutas de los coeficientes de las relaciones identificadas, se encontró que el coeficiente de la variable tiem-po en Ejercicio, es el que tiene la mayor mag-nitud de todos (Beta = 0.0219, t – Val = 2.97, P - Val = 0.003); y al considerar que todas las variables predictoras tienen la misma escala (horas), es de resaltar que esta variable juega un papel importante en la relación de trans-ferencias de sentimientos entre el trabajo y la familia.

Discusión

Los resultados encontrados en la presente inves-tigación son congruentes con las teorías de las transferencias (Crouter, 1984) y del enriquecimien-to-conflicto (Greenhaus y Powell, 2006), pues hay una relación entre la transferencia de sentimientos positivos de la familia al trabajo y del trabajo a la fa-milia (Pearson C. = 0.39, P - Val < 0.01) y una relación entre la transferencia de sentimientos negativos de la familia al trabajo y del trabajo a la familia (Pear-son C. = 0.42, P - Val < 0.01).

Sin embargo, existen algunas diferencias entre los resultados encontrados y la literatura: por ejem-plo, mientras que para la presente investigación la edad no está correlacionada significativamente con las variables dependientes, otros estudios co-mo el de Grzywacz, Almeida y McDonald (2002) y el del ciclo de vida de Bengtson y Allen (2009) se-ñalan que las transferencias de sentimientos nega-tivos entre la familia y el trabajo son menores para las personas mayores de edad.

Asimismo, mientras que para el presente estu-dio el sexo tampoco está correlacionado signifi-cativamente con las variables dependientes, en el estudio anterior (Grzywacz, Almeida y McDonald, 2002), las mujeres trabajadoras manifestaron una mayor transferencia de sentimientos negativos en-tre el trabajo y la familia en comparación con los hombres, lo cual es congruente con la “Teoría de roles” (Biddle, 1986). Sin embargo, la evidencia no

permite concluir sobre las diferencias de sexo en las transferencias de sentimientos, pues en otro estudio (Grzywacz, 2000) fueron las mujeres quie-nes manifestaron una mayor transferencia de sen-timientos positivos.

Para la investigación, el tiempo dedicado al ejercicio físico resultó ser un filtro para las transfe-rencias negativas del trabajo a la familia, lo que es congruente con Grzywacz y Marks (2001), quienes encontraron evidencia de que al realizar ejercicio de forma regular, entonces habrá un nivel bajo de transferencias negativas entre el trabajo y la familia (y viceversa), y un nivel alto de transferencias posi-tivas entre el trabajo y la familia.

Con relación al tiempo de traslados, la evidencia de la presente investigación es similar a la literatu-ra que se revisó: las condiciones que contribuyen a una mayor transferencia de sentimientos positivos entre el trabajo y la familia incluyen vivir cerca del lugar de trabajo (Devine et al., 2006).

Conclusión

Debido a que la sociedad implementó una serie de prácticas laborales que están borrando las fronte-ras que existen entre el trabajo y la familia, tales co-mo: el incremento de la participación de la mujer en el mundo laboral, la necesidad familiar de ma-yores ingresos, el requerir trabajar más horas por semana, el home office y el virtual work, se sugiere abordar la pregunta ¿la distribución de tiempo de los trabajadores en sus distintas actividades, está relacionada con el tipo de transferencia de senti-mientos (positivos o negativos) entre el trabajo y la familia?

Como una primera conclusión se reporta que la herramienta midus es útil para medir los efectos de transferencia de sentimientos, tanto positivos co-mo negativos, entre el trabajo y la familia, y vice-versa, en una universidad privada en México.

Una segunda conclusión, a partir del análisis de correlaciones entre las variables dependientes identificadas es: a) sí las personas tienen una trans-ferencia de sentimientos positivos del trabajo a la familia, es posible que también tengan una transfe-rencia de sentimientos positivos de la familia al tra-bajo (Pearson C. de 0.39); y b) sí las personas tienen una transferencia de sentimientos negativos del

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trabajo a la familia, es posible que también tengan una transferencia de sentimientos negativos de la familia al trabajo (Pearson C. de 0.42), lo anterior confirma la teoría de Greenhaus y Powell (2006) que señala que las experiencias de un rol (familia-trabajo) enriquecen al otro.

Tercera, con la metodología de regresión, sin discriminar los datos obtenidos por los diferentes grupos de control, se identificó que el tiempo en traslados casa-trabajo-casa, resultó ser un filtro efi-ciente; por una parte, el tener considerables horas de traslados está relacionado con una baja transfe-rencia de sentimientos positivos, pero también con una baja transferencia de los sentimientos negati-vos, entre ambas realidades.

Ahora bien, a partir de las ecuaciones de regre-sión encontradas, se puede decir que un incremen-to de sentimientos positivos y/o una disminución de los sentimientos negativos, está relacionado con el aumento de las horas de ejercicio, de las ho-ras con la familia y la disminución de las horas de trabajo (por ejemplo, con la reducción del número de horas extras en la jornada laboral). Dos aporta-ciones prácticas de la presente investigación serían a) recomendar a los empleadores que fomenten que sus trabajadores pasen más tiempo con sus familias y menos en traslados excesivos, por ejem-plo, contratando personal que viva cerca del tra-bajo, y b) recomendar a las familias que busquen que sus miembros pasen más tiempo juntos, que hagan ejercicio y que no busquen hacer tiempo extra en su jornada de trabajo. Estas aplicaciones prácticas dependen de factores tales como la na-turaleza del trabajo, el tamaño de la empresa o su posición competitiva; algunos ejemplos de cómo los empleadores pueden procurar un balance tra-bajo-familia van desde otorgar permisos para aten-der asuntos familiares, promover horarios flexibles o procurar actividades en las que se involucre a la familia del empleado en el espacio laboral (Beaure-gard y Henry, 2009).

Una serie de conclusiones sobre los grupos par-ticulares, a partir del uso de las variables de control, serían:

a) Con respecto a la variable de control sexo, el que los hombres dediquen más tiempo a la familia y al trabajo, pronostica mayores sentimientos posi-tivos del trabajo a la familia, y si se agregan horas

de sueño, de la familia al trabajo, mientras que pa-ra las mujeres, el que dediquen más tiempo en los traslados, pronostica menores sentimientos positi-vos del trabajo a la familia, y de la familia al trabajo.

b) Con respecto a la variable de control tipo de puesto, el que los académicos dediquen más tiem-po a las actividades religiosas, pronostica meno-res sentimientos negativos del trabajo a la familia, mientras el que los administrativos dediquen más tiempo al ejercicio físico, pronostica menores senti-mientos negativos de la familia al trabajo.

c) Con respecto a la edad como variable de con-trol, se encontró que para los millennials (que na-cieron a partir del 1981), ninguna de las variables predictoras definidas fue significativa para pronos-ticar la transferencia de sentimientos positivos en-tre la familia y el trabajo, de sentimientos negativos entre el trabajo y la familia, y de sentimientos nega-tivos entre la familia y el trabajo.

Esta investigación contribuye a enriquecer la “Teoría de las Transferencias”, ya que se confirmó la derivación de sentimientos positivos y negativos entre el trabajo y la familia, mediante su estudio en una cultura latinoamericana, concretamente el caso de una universidad privada en México. Esta transferencia de sentimientos es relevante, pues la evidencia muestra que en la medida en que una persona tiene un balance entre el trabajo y la fa-milia, se disminuyen cuestiones como el ausen-tismo o abandono del empleo y se incrementa la satisfacción laboral y el compromiso (Beauregard y Henry, 2009).

Con respecto a las limitaciones del estudio se identificó que la muestra se hizo sólo en una orga-nización, siendo que el perfil de las personas que trabajan en la universidad, en los ámbitos acadé-mico o administrativo, puede ser diferente al perfil de las personas que trabajan en otras organizacio-nes, privadas o públicas; por lo que para tener una tesis más objetiva, se requeriría ampliar la muestra a otros giros y países.

En cuanto a futuras líneas de estudios se reco-mienda el profundizar en el análisis de las trans-ferencias de sentimientos dentro del grupo de los trabajadores jóvenes (millennials), reforzando las métricas con indicadores duros de tiempo, esto derivado de la cantidad de horas reportadas por ellos en la presente investigación; así como en es-

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tudiar sobre el efecto del salario en el balance tra-bajo familia, ya que la literatura revisada todavía no es concluyente en este tema (Secretaría del Traba-jo y Previsión Social, 2006); mientras que algunas personas prefieren asumir empleos más precarios si los mismos les permiten conservar un balance trabajo-familia, otras consideran el salario como el elemento por el cual puede sacrificarse el balance.

Notas

1 La información de la encuesta nacional de empleo urbano, disponible en: http: //www.inmu-jeres.gob.mx/sala-de-prensa/inicio-noticias/200-participaeconomicamujer.html, consultada el 12 de enero de 2018.

2 Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía de México (inegi), la Población Económi-camente Activa (pea) son todas las personas de 12 y más años que en la semana de referencia reali-zaron algún tipo de actividad económica, o forma-ban parte de la población desocupada abierta.

3 Ver para más información la página del inegi: http://www3.inegi.org.mx/sistemas/temas/de-fault.aspx?s=est&c=25433&t=1, consultada el 12 de enero de 2018.

4 La base de datos de la encuesta nacional de hogares del inegi, disponible en: http://www.beta.inegi.org.mx/temas/hogares/ encuesta nacional de hogares del inegi 2016, consultada el 11 de ene-ro de 2018.

5 Los censos y conteos de población del inegi, disponible en: http://www3.inegi.org.mx/siste-mas/temas/default.aspx?s=est&c=17484 inegi. Censos y Conteos de Población y Vivienda, consul-tada el 11 de enero de 2018.

6 En inglés, los estudios académicos denomi-nan a la extensión de experiencias del trabajo a la casa o de la casa al trabajo, con el término: Spillo-ver. Misma que no tiene una traducción directa al castellano, por lo que se decidió para este estudio utilizar el término “Transferencia”, para reflejar este efecto.

7 Desde la publicación de los datos de la En-cuesta Nacional de Desarrollo de la Edad Mediana en los Estados Unidos (midus) a fines de 1999, se han publicado más de 500 manuscritos en más de

180 revistas de alto impacto (Delaney, 2014). Para mayor información y acceso al cuestionario midus en su versión original “WORK TO FAMILY AND FA-MILY TO WORK SPILLOVER“, ver la siguiente página (Consultada el 1 de diciembre de 2018): http://www.midus.wisc.edu/midus1/index.php.

8 Una alfa de Cronbach > 0.7 indica una fiabi-lidad compuesta de los constructos, por lo que se llega a la conclusión de que los constructos teóri-cos presentan una fiabilidad adecuada. Aún que puede bajar a 0.60 en la investigación exploratoria (Robinson, Shaver y Wrightsman, 1991).

9 Considerando N = 1,147, un nivel de confiabili-dad de 95% con Z = 1.96, una DS = √2.5 (propuesta a partir de la desviación estándar para una Distribu-ción Poisson, considerando una media de 2.5, obte-nida de los valores extremos de la escala Likert de 1 a 5), y un nivel de precisión absoluta de 0.25 (equi-valente a 10% del valor medio de la escala).

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Anexos

Anexo 1. Ingreso de las variables al modelo para pronosticar las transferencias de sentimientos positivos entre el trabajo y la familia (Positiva_TF), dependiendo el grupo de control.

Muestra Tamaño (N) R^2(adj) 1a variable a ingresar 2a variable a ingresar

Sin control 480 2.00% (-) Traslados P-Val = 0.001

Hombres 154 8.72% (+) Familia (+)Trabajo P-Val = 0.003 P-Val = 0.003

Mujeres 325 2.36% (-) Traslados P-Val = 0.003

Académico 163 Ningún término en el modelo

Administrativos 316 2.85% (-) Traslados P-Val = 0.001

Millennials 129 7.45% (-) Traslados P-Val = 0.001

Mayores 350 0.85% (-) Traslados de edad P-Val = 0.046

Nota: el signo entre paréntesis corresponde al del coeficiente de la variable de la ecuación de regresión.Fuente: elaboración propia.

Anexo 2. Ingreso de las variables al modelo para pronosticar las transferencias de sentimientos positivos entre el la familia y el trabajo (Positiva_FT), dependiendo el grupo de control.

Muestra Tamaño (N) R^2(adj) 1a variable 2a variable 3a variable a ingresar a ingresar a ingresar

Sin control 480 2.32% (-) Traslados (+) Familia P-Val = 0.009 P-Val = 0.015

Hombres 154 9.60% (+) Trabajo (+) Familia (+) Sueño P-Val = 0.007 P-Val = 0.021 P-Val = 0.033

Mujeres 325 1.71% (-) Traslados P-Val = 0.010

Académico 163 3.38% (+) Familia P-Val = 0.011

Administrativos 316 2.69% (-) Traslados P-Val = 0.002

Millennials 129 Ningún término en el modelo

Mayores de edad 350 4.29% (-) Traslados (+) Trabajo (+) Familia P-Val = 0.004 P-Val = 0.032 P-Val = 0.032

Nota: el signo entre paréntesis corresponde al del coeficiente de la variable de la ecuación de regresión.Fuente: elaboración propia.

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La distribución del tiempo de las actividades de los trabajadores se relaciona… pp. 43-62

Anexo 3. Ingreso de las variables al modelo para pronosticar las transferencias de sentimientos negativos entre el trabajo y la familia (Negativa_TF), dependiendo el grupo de control.

Muestra Tamaño (N) R^2(adj) 1a variable 2a variable 3a variable 4a variable a ingresar a ingresar a ingresar a ingresar a ingresar

Sin control 480 6.07% (-) Familia (-) Ejercicio (+) Trabajo (-) Traslados P-Val = 0.001 P-Val = 0.003 P-Val = 0.003 P-Val = 0.039

Hombres 154 2.18% (-) Familia P-Val = 0.037

Mujeres 325 5.60% (-) Ejercicio (-) Familia (+) Trabajo P-Val = 0.002 P-Val = 0.006 P-Val = 0.016

Académico 163 3.69% (-) Religiosas P-Val = 0.008

Administrativos 316 8.34% (-) Familia (+) Trabajo (-) Ejercicio P-Val = 0.001 P-Val = 0.002 P-Val = 0.005

Millennials 129 Ningún término en el modelo

Mayores de edad 350 5.47% (-) Ejercicio (-) Familia (+) Trabajo P-Val = 0.003 P-Val = 0.010 P-Val = 0.013

Nota: el signo entre paréntesis corresponde al del coeficiente de la variable de la ecuación de regresión.Fuente: elaboración propia.

Anexo 4. Ingreso de las variables al modelo para pronosticar las transferencias de sentimientos negativos entre la familia y el trabajo (Negativa_FT), dependiendo el grupo de control.

Nota: el signo entre paréntesis corresponde al del coeficiente de la variable de la ecuación de regresión.Fuente: elaboración propia.

Muestra Tamaño (N) R^2(adj) 1a variable 2a variable a ingresar a ingresar

Sin control 480 2.26% (-) Familia P-Val = 0.001

Hombres 154 3.22% (-) Familia P-Val = 0.014

Mujeres 325 1.56% (-) Familia P-Val = 0.014

Académico 163 Ningún término en el modelo

Administrativo 316 3.45% (-) Familia (-) Ejercicio P-Val = 0.005 P-Val = 0.037

Millennials 129 Ningún término en el modelo

Mayores de edad 350 2.02% (-) Familia P-Val = 0.004

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El estudio de caso como herramienta de conocimiento y aprendizaje… pp. 63-74

El estudio de caso como herramienta de conocimiento y aprendizaje para la disciplina de la Administración

The case study as a knowledge and learning tool for the discipline of Administration

Diana De Luna Martínez Luis Enrique Manzano Peña Universidad Intercontinental(Fecha de recepción: 16 de noviembre de 2018, Fecha de aceptación: 6 de diciembre de 2018)

ResumenSe presenta la importancia de la organización/empresa como objeto de estudio para la disciplina de administración y la necesidad de su conocimiento desde una perspectiva compleja, que dé cuenta de realidades actuales y en el contexto mexicano. Para ello se busca impulsar el tránsito de hacer inves-tigaciones de carácter positivista a aquellas que, sustentadas en el paradigma cualitativo, reflejen una mirada de la particularidad que resalte el contexto mexicano a dar prioridad (por ejemplo) al estudio de las organizaciones micro y pequeñas dado que son las que más hay en el país y, por tanto, donde la mayoría de los estudiosos encontrarán su lugar de desempeño profesional. Para lograr el análisis de la particularidad, se sugiere el uso de la metodología cualitativa, haciendo referencia a sus características en la investigación y distinción en abordaje y visión del paradigma cuan-titativo. De la metodología cualitativa se destaca el uso de estudio de casos como la herramienta que puede cubrir dicha necesidad de particularidad y complejidad, además de desarrollar habilidades en el estudiante al usarla como estrategia pedagógica en el aula, que brinde la posibilidad de desarrollar competencias directamente vinculadas al ámbito laboral. Como corolario, se hace hincapié en la nece-sidad de realizar investigaciones que desemboquen en estudio de casos y aporten a la literatura como medio de preparación en los estudiosos de la materia.Palabras clave: educación, metodología cualitativa, investigación y pedagogía.

AbstractThe importance of the organization/company as an object of study for the discipline of Management and the need of its knowledge from a complex perspective, which accounts of the current realities and in the Mexican context, is presented in this text. To do this, it seeks to promote the transit of positivist research to those that, based on the qualitative paradigm, reflect a particularity that highlights the Mexican context, prioritizing (for example) the study of micro and small organizations, because they are the most numerous in the country and therefore where most scholars find their place of professional performance.To achieve the analysis of the particularity, the use of the qualitative methodology is suggested, making reference to its characteristics in the research and its distinction in approach and vision of the quantitative paradigm. The qualitative methodology highlights the use of case studies as the tool that can cover this need of particularity and complexity, as well as developing skills in the student when using it as a pedagogical strategy in the classroom that provides the possibility to develope several directly linked competences to the workplace. As a corollary, emphasis is placed on the need to conduct research that leads to a case study and contributes to literature as a means of preparation for students of the subject.Keywords: Education, qualitative methodology, research and pedagogy.

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NDiana De Luna Martínez y Luis Enrique Manzano Peña

Introducción

Tradicionalmente, las ciencias y/o disciplinas de carácter económico-administrativo han volcado sus esfuerzos hacia el develamiento

de saberes en torno al fenómeno organizacional/empresarial. La economía, finanzas, mercadotec-nia, contaduría y administración son algunos ejem-plos de desarrollos cognitivos encaminados hacia el análisis, entendimiento y, en algunos casos, pros-pección de teorías (o al menos conceptos) que in-tentan responder a la evolución social en materia de desarrollo económico.

Bajo el preliminar precepto, las organizaciones/empresas han fungido como campo de estudio en sí mismas, pero también como entidades que in-teractúan con otras en espacios de mayor enver-gadura. Ante esta gran gama de posibilidades, los frutos de las investigaciones han tomado cuerpo en la literatura que intenta, bajo la pretensión de generalidad, dar respuesta a las vicisitudes que en-frentan las colectividades en su desarrollo y des-envolvimiento cotidiano.

En consecuencia, la producción literaria ha sido creada y reproducida para atender una necesidad social: el conocimiento, y este es tradicionalmente situado en las instituciones de educación, cuya fina-lidad radica en la transmisión de saberes hacia las nuevas generaciones de profesionistas que se su-marán a las actividades productivas que las comu-nidades demandan.

Particularmente, en el caso de la Administra-ción, si bien existe una abundante bibliografía en torno a sus andamiajes cognitivos y derroteros teó-ricos, mismos que han sido objeto de una copiosa divulgación por medios impresos y electrónicos, la pretensión de universalidad en sus preceptos, prin-cipios y supuestos es hoy en día tema de intensos debates, discusiones y análisis entre defensores y detractores de la disciplina.

No obstante lo anterior, la disciplina administra-tiva mantiene latente su objeto de interés, el cual puede situarse en un campo que tiene como deno-minativo lo organizado, lo organizacional, lo empre-sarial. Siendo esta asunción verdadera, lo pertinente versa, entonces, en reflexionar sobre aquellas aris-tas que permitan un mejor entendimiento, com-prensión y análisis de conocimiento administrativo,

y en cómo este puede ser interiorizado por quienes se han propuesto como fin la formación profesio-nal en Administración.

Aquí cobra relevancia el papel de los centros educativos en la transmisión del conocimiento y, particularmente, lo relativo al uso de herramien-tas de aprendizaje que favorezcan una apropiación precisa, particular y sustantiva de la disciplina. Pa-ra ello, el estudio de caso puede ser una valiosa al-ternativa que ofrezca la oportunidad de conocer, aprender y estudiar la realidad del país, tomando en cuenta que existe una bastedad de empresas de carácter micro, pequeño y mediano que pueden ser valiosas en dos vías: como origen de saberes pro-pios del quehacer cotidiano y como destino para la aplicación del bagaje cognitivo acumulado por la Administración.

Es por lo expuesto anteriormente, que el ob-jetivo del presente trabajo radica en proponer investigaciones para la disciplina de la Adminis-tración que den cuenta de la realidad que se vive en la actualidad en las organizaciones mexicanas, asumiendo que estas son el principal objeto de estudio de dicha disciplina y que mucha de la lite-ratura con que se trabaja no refleja la realidad que enfrentan los involucrados en el tema administra-tivo. Se propone, entonces, el incremento de es-tudios cualitativos, y particularmente, el uso de estudio de casos, ya que en éstos se puede reflejar la perspectiva compleja de las organizaciones/em-presas (para el caso de México, particularmente las micro y pequeñas), dotando a los estudiantes de herramientas reflexivas y de realidades particulares para el desarrollo de habilidades y/o competencias que influyan favorablemente en su formación.

La empresa/organización como objeto de estudio de la Administración. Su abordaje metodológico tradicional

La ciencia de la administración está orientada al trabajo o gestión en y para las organizaciones/em-presas (Luciani y Viloria, 2015; Koontz y Weihrich, 2007; Robbins y Coulter, 2005), de ahí que una apro-ximación conceptual pueda basarse en la siguien-te distinción: “en el aspecto formal [refiriéndose al concepto de Administración] tiene como objeti-vo incrementar la eficiencia de todas las organiza-

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ciones sociales;1 eso requiere de un conocimiento “anatómico”2 profundo de las mismas, es decir, de cómo se estructuran y funcionan, para que el ad-ministrador sea capaz de dirigirlas, administrarlas, desarrollarlas y controlarlas” (Hernández y Palafox, 2014: 6). Entendiendo con ello que la formación que reciben los estudiantes, en buena medida está acotada a las organizaciones/empresas: lo que pa-sa en ellas y a su alrededor (Hernández, 2018). Di-cho de otra manera, la empresa3 es, por tradición, el objeto de estudio básico de la Administración en donde convergen sus analistas y demás involucra-dos. Ya sea por motivos de investigación, docencia o ejercicio de la profesión,4 la organización/empre-sa como espacio físico en acción, es donde (de ida y vuelta) se gesta el conocimiento administrativo.

A pesar de la importancia del objeto de estudio para la Administración y la existencia de bastedad de literatura de apoyo al estudiante, es menester acotar que mucha de esta no se refiere a la realidad mexicana que se vive hoy y, cuando existe, la biblio-grafía está caracterizada, según De la Rosa (2000), en el análisis del discurso referente a la Adminis-tración, por textos que incluyen el proceso admi-nistrativo y funciones básicas; aquellos que buscan incorporar temas novedosos como: la dirección es-tratégica, el capital intelectual, la administración del conocimiento, el comercio electrónico, la admi-nistración de las tecnologías de la comunicación y la informática, entre otros; y finalmente, los que in-cluyen herramientas que desembocan en la practi-cidad con miras a la mejora empresarial, y además orientados a grandes empresas, lo que deja sin evi-

Tabla 1. Número de empresas por tamaño y personal ocupado

Tamaño Empresas Personal ocupado Número Participación % Participación %

Micro 3 952 422 97.6 75.4

Pequeña 79 367 2.0 13.5

Mediana 16 754 0.4 11.1

Total 4 048 543 100 100

Fuente: Boletín de prensa núm. 285/16.

denciar organizaciones como las micro y peque-ñas, que son la mayoría que existen en nuestro país y emplean a buena parte de los connacionales.

Según los datos del inegi (Tabla 1), “del total de empresas consideradas en la Enaproces5 2015, 97.6% son microempresas y concentran 75.4% del personal ocupado total. Le siguen las empresas pequeñas, que son 2% y tienen 13.5% del perso-nal ocupado. Las medianas representan 0.4% de las unidades económicas y tienen poco más de 11% de los ocupados” (Boletín de prensa núm. 285/16).

La manera en cómo es tratada la empresa en la literatura predominante tiene que ver con el en-tendimiento de su naturaleza (ontología) y con có-mo es pensada y estudiada (epistemología), lo que responde a una lógica particular que caracteriza a la empresa como relativamente simple, espacio pragmático, racional, centrado en la dirección, y en búsqueda constante de la mejora bajo un ambien-te cambiante, competitivo y turbulento. La Tabla 2 contiene algunas señalizaciones acordes a cómo De la Rosa et al. (2015) describen la perspectiva de análisis de la Administración.

La forma como hasta hoy se ha concebido la perspectiva analítica de la disciplina de la Admi-nistración demanda el abordaje de estudio de las empresas (metodología) desde el paradigma posi-tivista, cualidad que se corresponde y sigue gene-rando literatura, que si bien no da muestras de la particularidad, sí responde a una práctica que refle-ja las bases teóricas de la Administración. Tradicio-nalmente, la ciencia administrativa y su acuño como disciplina, generaron preceptos teóricos (encau-

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zados en la llamada Teoría General de la Adminis-tración) que, si bien tienen la característica de ser “teoría”, encuentran limitantes y al mismo tiempo desafíos al reconocer la necesidad de indagar en la particularidad y la diversidad analítica que escapa al uso de la metodología científica tradicional.

Las investigaciones realizadas hacia los años sesenta en el ámbito académico, dan cuenta de la necesidad de un cambio paradigmático (Barba, 2000); es decir, la inclusión de preceptos con inde-pendencia de la generalidad y gestación de teo-ría. Para Kuhn (1962) el cambio transcendental, al que él llama cambio paradigmático epistemoló-gico, asume en la forma de pensamiento científi-co el agotamiento de lo actual por la incapacidad de explicar, para dar paso a la aceptación de otras realidades o cosmovisiones que no necesaria-mente versan en el positivismo, entendiendo éste como lo conocido y lo que da respuestas veraces en el ámbito científico.

Tabla 2. Perspectiva administrativa para el estudio de las empresas

Tópicos Perspectiva administrativa

Objetivos. Pocos (mejoramiento del desempeño, aumento de eficacia, maximización de beneficios).

Presencia de actores. Varios (con acento en la gerencia).

Conflicto intraorganizacional. Presente (pero se trata de minimizar).

Concepción del individuo. Racional limitado/recurso.

Tipo de estructura. Física (primordialmente formal).

Énfasis en los procesos. Administrativos, productivos, decisorios, comunicativos.

Ambiente de la empresa u organización. Se hace referencia al mercado y a la competencia.

Lógicas de acción que guían el actuar Económica, racionalidad, instrumental,de la empresa u organización. tecnológica, pragmática.

Lógicas institucionales que guían el actuarde la empresa u organización. Mercado.

Concepción metafórica de la empresa u organización. La empresa como máquina.

Noción de complejidad. Mínima.

Fuente: abstracto de, De la Rosa et al., (2015: 13).

Un ejemplo representativo que ilustra las líneas anteriores es la Escuela de la Administración Cientí-fica representada por los trabajos de Taylor (Barba, 2010), de donde ésta toma su nombre aludiendo a la necesidad de controlar los procesos realizados al interior de la empresa (Mayol, 2013), entendiendo con ello que debería existir una mejor y única for-ma de hacer las cosas (Medina y Ávila, 2002), para lo cual el uso del método científico como base de las actividades realizadas en los procesos, debería ser la norma, la regla, la ley. Un segundo ejemplo que alude al positivismo es la Escuela de la Burocracia, que buscaba, con la documentación, soportar las actividades de los empleados con la finalidad o in-tención de disminuir al máximo los errores; de esta manera, la preocupación versa en generar docu-mentación atinada, estandarizada y general que sirva de guía para la acción (Medina y Ávila, 2002; Martínez, 2016). Dicho de otra manera, en la medi-da que la documentación esté bien elaborada, la empresa funcionará de mejor manera.

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De acuerdo con los ejemplos anteriores, al día de hoy sabemos que (a diferencia del postulado principal de la Administración Científica) no existe una forma ideal de realizar las cosas, los procesos y procedimientos (Rivas, 2002). La mejor mane-ra de gestión será particular; cada organización/empresa debe diseñar, adecuar e implementar las herramientas de gestión según las necesidades percibidas, objetivos y recursos (por mencionar algunos) que conlleven al cumplimiento de sus fi-nes y metas. Aunque la Burocracia es una escuela que continua en uso en algunas empresas y, prin-cipalmente, en instituciones de carácter público, se debe asumir que ha dejado de ser funcional tras la excepción, es decir, aunque la documentación sea elaborada de manera minuciosa y bajo estánda-res que garanticen su efectividad (según métodos cuantitativos), frente a la excepción de la regla en-contrará su némesis.

Los ejemplos anteriores sitúan a la disciplina en cuestión bajo un paradigma positivista, destacan-do que hay formas de gestión que deben seguir-se como una suerte de fórmulas que llevan a buen puerto. Sin embargo, la misma linealidad histórica gestada en torno a la teoría de la administración, trasciende al positivismo para aceptar la particula-ridad y, con ello, un necesario cambio paradigmáti-co que hace de la teoría clásica de la administración un sujeto de crítica.

Aceptar que la realidad que vive cada organi-zación, director, estudiante o persona es diversa y particular en la percepción y en la acción, invita inherentemente a reflexionar respecto al estudio y abordaje metodológico de la Administración y su principal objeto de análisis (López y Salas, 2009). El común denominador, en la actualidad, para generar conocimiento desde la disciplina de la Administración es el reconocimiento de la par-ticularidad en el pensamiento y la acción, en don-de las personas son los actores principales de su vida y roles en ella.

Para dar continuidad a la necesidad planteada y retomando la idea de situarnos en un paradigma de pensamiento y reflexión que no se corresponde con el positivismo, se sugiere el uso de la metodo-logía cualitativa como herramienta esencial para el estudio, análisis, comprensión y reporte de la par-ticularidad, y para dar a conocer a los interesados

realidades diversas que forman parte del contexto en donde se finca el uso de la disciplina adminis-trativa.

Metodología cualitativa

La utilización de la metodología cualitativa y, en particular, de herramientas como el estudio de ca-so, arrojan como resultado textos detallados que, sin lugar a duda, dan a conocer realidades particu-lares (Strauss y Corbin, 2002); son semilleros de ge-neración de conocimiento y sirven de instrumento para el análisis de situaciones ejemplificativas que ayudan a la toma de decisiones desde el análisis y, en su caso, en el aula de clases (Taylor y Bogdan, 1984). Sin embargo, es de importancia destacar las implicaciones de trabajar bajo dicho paradigma en comparación con estudios cuantitativos.

En los estudios cualitativos, el investigador debe fungir como un intérprete de la realidad que bus-ca captar y dar a conocer —no sin antes compren-der— el significado social (Quecedo y Castaño, 2002), el que, según la misma naturaleza paradig-mática, se consigue sólo a través de la investigación cercana que dé cuenta de los cánones de compor-tamiento que permean el objeto de estudio. Dicho de otra manera, el investigador se compromete a hacer inteligible la dinámica de actuación de un es-pacio particular, la realidad que para sus actores es subjetiva e imperceptible en muchos de los casos, pues la asume como natural, dada e instituciona-lizada, características que la hacen incuestionable pero que devienen en una lógica particular de pen-samiento y comportamiento.

Las investigaciones cuantitativas asumen que la realidad existe per se a los individuos (Del Canto y Silva, 2013), lo que hace que ella se rija por normas o reglas preestablecidas que en muchos de los ca-sos son reveladas con el uso del método científico y acompañado de disciplinas duras (Salas, 2011). A diferencia de la investigación cuantitativa, se en-tiende en el paradigma cualitativo que la realidad está en movimiento, es resultado de una construc-ción histórica y heredada de generación en gene-ración.

Cabe mencionar que el investigador cualitati-vo asume que su interpretación es sustantiva para dar a conocer la realidad, por lo que nunca podrá

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dar resultados objetivos —en términos de totali-dad fiel según los investigados— sino que su mi-rada, entendimiento, observación y reporte estarán siempre mediados por su propio andamiaje cultu-ral (Martínez, 2011). Dicha consideración, también hace saber que el entrenamiento del investigador en campo resulta en mejores reportes del espacio investigado. Pese a que la práctica de campo utiliza herramientas cualitativas como entrevistas abier-tas, semiestructuras y estructuradas, y observación participante, la expertisse del investigador ayuda a que el intercambio de información se perciba co-mo una plática entre iguales, facilitando la obten-ción de datos requeridos para la investigación, y no como un cuestionamiento en donde el entrevista-do pueda sentirse invadido, lo cual puede provocar respuestas poco fidedignas.

También se reconoce que el sentido común es de importancia para el reporte, porque resulta de las historias de vida que, por sí mismas, son enri-quecedoras. “[…] el contraste entre ciencia y sen-tido común, como otras estrategias usadas por los profesionales para resaltar su sabiduría frente a la ignorancia del resto de los legos, oscurece la reali-dad” (Hamme y Atkinson, 1994: 10).

Realizar investigaciones cuantitativas regular-mente considera como principio la teoría, manifes-tándose en muchas de las ocasiones la intención de comprobarla basándose en el método científi-co. Sin embargo, en las investigaciones cualitativas puede no ser necesario el contar a priori con una estructura: planteamiento del problema, teoría y marco conceptual, o bien, se puede trabajar bajo una estructura flexible que será reorientada según el avance de la investigación (Martínez, 2006). En ese mismo sentido, el aporte teórico versa en la crítica, reformulación o generación de teoría y no en la sola comprobación de ella. La Tabla 3 contie-ne las diferencias que Bonilla-Castro y Rodríguez (2013) encuentran al analizar las características de ambos paradigmas.

De lo expresado con anterioridad, se distingue la necesidad de incursionar en el descubrimiento de saberes propios de la realidad mexicana, para ello, y particularmente en el caso de las micro, pe-queñas y medianas empresas, resulta de suma uti-lidad el empleo de una perspectiva metodológica anclada en la investigación cualitativa que permita

develar los intersticios siempre presentes en el ac-cionar de las organizaciones. Así, lo cualitativo se presenta como una senda indagatoria propia para generar conocimiento en relación con las dinámi-cas organizacionales que afronta el empresariado mexicano y, al mismo tiempo, los resultados pue-den constituirse como fuente de saber para los ad-ministradores en formación.

Es bajo esta tesitura que el estudio de caso con-fluye en la pretensión de convertirse en una herra-mienta privilegiada para el proceso de enseñanza y aprendizaje de conocimientos particulares y repre-sentativos, que es una realidad presente y futura para quienes abrazan la disciplina de la Adminis-tración como paradigma de formación y desarrollo profesional.

Estudio de caso

Si como se ha señalado, existe un aumento en la necesidad por conocer, comprender y aprender de las particularidades que dan forma y sentido a la evolución de las organizaciones mexicanas, es-ta apremiante condición requiere, en consecuen-cia, ahondar en dicho conocimiento mediante la generación y divulgación de investigaciones que den cuenta de las condiciones en las que opera y se desenvuelve el sector económico del país.

Es por esto por lo que el estudio de caso tie-ne una doble finalidad: por una parte, representar las visiones, perspectivas y encrucijadas de las or-ganizaciones/empresas mexicanas en su dinámi-ca cotidiana y, por otra parte, servir de andamiaje cognoscitivo para la formación de futuros adminis-tradores (Peña, 2009). Bajo esta consideración, el impulso a la generación de saberes con esta herra-mienta metodológica (Martínez, 2006), representa una oportunidad para abatir el rezago en conoci-mientos administrativos que sean resultantes de la observación, estudio y análisis del gran espectro que representan las micro, pequeñas y medianas empresas para el desarrollo local, regional y na-cional.

Para Stake, “el estudio de caso es el estudio de la particularidad y de la complejidad de un caso sin-gular, para llegar a comprender su actividad en cir-cunstancias importantes” (2007: 11); da cuenta de la particularidad, en términos holísticos y totalitarios,

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Tabla 3. Algunas diferencias entre los métodos de investigación cuantitativa y cualitativa

Investigación Investigación cuantitativa cuantitativa

Rol de la investigación cualitativa Exploratorio-preparatorio. Exploratorio-Interpretativo.

Compromiso del investigador Objetividad acrítica. El significado social.

Relación entre el investigador Neutra, sujeta a los cánones Cercana, sujeta a los y el sujeto de la medición. cánones de la comprensión.

Relación entre teoría/concepto Deductiva, confirma Inductiva, busca comprender e investigación o rechaza hipótesis. los ejes que orientan el comportamiento.

Estrategia de investigación Estructurada. No estructurada y estructurada.

Alcance de los resultados Nomotemáticos. Ideográficos.

Imagen de la realidad social Externa al actor, Socialmente construida por los regida por las leyes. miembros de la sociedad.

Naturaleza de los datos Numéricos y confiables. Textuales, detallados.

Comparación de las lógicas reconstruidas

Fuente: Bonilla-Castro y Rodríguez (2013: 55 y 70).

Visión del mundo social

Relación con la teoría

Empleo de conceptos

Forma de los datos

Métodos del análisis

Tipo de hallazgos

Un orden dinámico creado por la acción de los participantes cuyas significaciones e inter-pretaciones personales guían sus acciones.

Un orden mecánico y estable en el cual los factores causa-les afectan los resultado pre-decibles, independiente de las acciones de los miembros.

Formulación de las teorías. Verificación de las teorías.

Conceptos sensibles que bus-can capturar y preservar los significados y las prácticas de los participantes.

Conceptos operacionales plan-teados lógicamente en dimen-siones medibles ligadas a la teoría.

Descripciones textuales de lo observado.

Numéricos expresados según las propiedades cuantificables de los datos.

Evidencia heurística orientada a determinar el valor real de las diferentes fuentes de datos.

Prueba de hipótesis.

Interpretaciones de la realidad social estudiada en su forma natural y según el dinamismo de la vida social.

Relaciones entre las variables (con frecuencia causales), las cuales son establecidas a par-tir de la teoría formal y no ne-cesariamente por la realidad empírica referida.

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entendiendo que el espacio de investigación es un sistema, o sea, un conjunto de partes en interrela-ción. Con ello se logra que el lector se involucre en escenarios reales que implican asumir la compleji-dad para reflexionar y analizar, con base en el ejer-cicio de descomponer las partes (temas, tópicos, variables, elementos, personas, etcétera) interrela-cionadas.

Si bien, el estudio de caso ha estado permanen-temente en debate sobre su validez y confiabilidad (López, 2013), es también menester reconocer su importancia y valía para dar cuenta de la comple-jidad presente en el surgimiento, sobrevivencia, desarrollo, evolución y, en muchos casos, desapa-rición de organizaciones/empresas. Esta simple condición de develar la realidad es razón impres-cindible para su utilización en los procesos de en-señanza y aprendizaje, particularmente para el caso de la formación en Administración. Como se-ñala Durán (2012), “en Escuelas de Negocios o en clínicas médicas, en Derecho, Psicología, Antropo-logía o Educación, el Estudio de Caso se utiliza de manera intensiva especialmente desde los años 70, de dos formas: como herramienta pedagógica o como forma de investigar”.

Stake (2007) diferencia los estudios de caso en intrínseco e instrumental. El primero, como el que es atractivo para aprender de él, en estos casos idealmente se buscan los que sean interesantes por su propia naturaleza; el instrumental se refiere a que se busca aprender otra cosa, y el caso es el instrumento para dicho aprendizaje, dicho de otra manera, el estudio de caso sirve como un ejemplo de tema particular. Este argumento reviste impor-tancia para sustentar que una visión holística re-presenta una perspectiva integradora que, en el mediano y largo plazos, configure el conocimiento de la realidad nacional mexicana.

La Universidad Politécnica de Madrid (2008) cla-sifica los estudios de caso, en los descriptivos —los que Stake define como intrínsecos— y en casos de solución de problemas, los que a su vez divide en: análisis crítico de toma de decisiones, y generar propuestas de toma de decisiones. En el primero de los casos, intrínseco, para Stake, y descriptivo para la Universidad Politécnica de Madrid (2008), la generación de estudios de casos da a conocer la particularidad de —para el ámbito en cuestión—

la organización/empresa; son funcionales porque además de, en sí mismos, ser ricos en informa-ción verídica, contribuyen al razonamiento de los estudiantes, y en su caso, a la toma de decisiones cualitativa de una realidad compleja. Los estudios instrumentales son una clara herramienta para ejemplificar la teoría, es decir, observar lo abstracto en la vida real.

Sin duda que es necesario conocer la realidad mexicana en sus particularidades y sus singulari-dades, esta doble condición favorece trascender la simple aplicación de recetas o fórmulas como una suerte de apropiación de modelos de gestión que poco corresponden a las condiciones imperantes en el entorno, a la cultura empresarial y a la ideolo-gía propia de los mexicanos.

Según la Universidad Politécnica de Madrid (2008: 5), el uso de dicha herramienta en el au-la contribuye a la adquisición de las siguientes competencias y capacidades: gestión de la infor-mación; anticipar y evaluar el impacto de las de-cisiones adoptadas; disponer de conocimientos generales para el aprendizaje, vinculados a la mate-ria y al mundo profesional; habilidades intelectua-les, comunicativas e interpersonales; habilidades de organización y de gestión personal; actitudes y valores del desarrollo profesional (autonomía, fle-xibilidad, etcétera) y valores de compromiso per-sonal (responsabilidad, iniciativa, etcétera); trabajo autónomo y en grupo. Por otro lado, resulta tam-bién una herramienta que facilita la comprensión y el aprendizaje al ser percibida como —en palabras de los estudiantes— algo “dinámico”.

Los reportes de estudio de caso como vía de in-clusión y herramientas para trabajo en el aula son de utilidad para que los estudiantes de administra-ción conozcan casos de empresas mexicanas; ade-más de tener diversas bondades que transforman la percepción de los estudiantes en clases mayor-mente atractivas. Sin embargo, el trabajo no pue-de ser sólo limitado al aula, es necesario abonar a la literatura con estudios de caso que reporten la particularidad mexicana, y son los especialistas en temas de administración, quienes deben estar ocupados en realizarlos. En tal sentido, el círculo de aprendizaje y aplicación tiene cabida en la genera-ción de conocimiento.

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Conclusión

Considerando que el principal objeto de estudio de los administradores es la organización/empre-sa, se vuelve prioritario incrementar el estudio de su complejidad a través de un abordaje metodo-lógico reflexivo y analítico; además, reconocer la realidad que se vive en ellas y la que enfrentarán los practicantes de la disciplina. Por ello, y debido a que la mayoría de las organizaciones/empresas en México son micro o pequeñas, es pertinente el uso del estudio de casos para reportar la particularidad, pero también para generar conocimiento en la ma-teria al criticar la teoría, rediseñarla o generarla.

Sin embargo, como es reconocido por muchos especialistas, el trabajo en el aula con estudios de casos está aún esbozándose como herramienta pe-dagógica, en este sentido, es necesaria la prepara-ción de los profesores para dicho trabajo, además —no menos importante— la preparación para el uso de ella como herramienta de investigación. Dicho de otra manera, se percibe como indispen-sable el incremento del uso de la metodología cua-litativa y particularmente del estudio de caso en la investigación que se realiza desde la disciplina de la Administración; ello generaría conocimiento y también herramientas pedagógicas para su uso en el aula.

Para el administrador en ciernes, el estudio de caso representa una doble ventaja: en primer lugar, la posibilidad de aprender a través de la escenifi-cación de realidades concretas, vigentes y repre-sentativas de un entorno que le resulte familiar; y en segunda instancia, la posibilidad de comprobar, contrastar y reformular principios, conceptos y pa-radigmas propios de la disciplina administrativa para adaptarlos a la realidad que enfrentará al in-cursionar en la actividad laboral.

La apuesta radica, entonces, en la generación de estudio de casos que sean identitarios de la rea-lidad mexicana y en donde el administrador en formación pueda volcar sus conocimientos, habili-dades, competencias y experiencias para dar res-puesta a las condicionantes que restringen y, en muchas ocasiones, dan forma a las organizaciones/empresas mexicanas. Sin duda alguna, este derrote-ro cognitivo favorecerá la formación de profesio-nales de la administración más competentes y con

una visión más integral de una realidad de la cual forman parte directa o indirectamente.

Notas

1 Los mismos autores definen organismos so-ciales como: “entidades constituidas deliberada-mente por los seres humanos para lograr objetivos específicos internos y cumplir con propósitos so-ciales externos en el entorno en que operan” (Her-nández y Palafox de Anda, 2014: 9).

2 Entrecomillado por los autores. 3 Pese a que la Administración puede y se ejer-

ce en otras organizaciones sociales (como las no lucrativas, iglesias, universidades etcétera), su tra-dición está en la empresa. Además, el tratamiento analítico es gestado y responde al ámbito empre-sarial.

4 Concepto tomado de Barba (2009), quien dis-tingue entre: Administración como práctica social; Administración como disciplina; Administración como ejercicio de la profesión.

5 Encuesta Nacional sobre Productividad y Competitividad de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (enaproce).

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Volatilidad del tipo de cambio en México: ¿Síntoma de la enfermedad holandesa?

Volatility of the exchange rate in Mexico: Symptom of the dutch disease?

Sergio Solís TepexpaLuis Fernando Muñoz González

Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco.(Fecha de recepción: 14 de enero de 2018, Fecha de aceptación: 14 de abril de 2018)

ResumenEl objetivo de este trabajo es analizar la presencia de la “enfermedad holandesa” en México, durante el período 2010-2016. Lo anterior, como elemento clave del campo de estudio de la economía internacio-nal en la actualidad, resultado de la interacción de los países en el plano global y con las consecuencias que ello pudiere traer a las economías. Para ello se analiza, mediante un modelo garch, la relación entre el tipo de cambio peso-dólar de Estados Unidos de América (eua), como variable dependiente, y la coti-zación internacional del petróleo mexicano de exportación, así como el costo del dinero en eua, como variables independientes, todas relacionadas con el fenómeno a cuantificar. Como hallazgo principal se encontró que para el período de estudio, ni la volatilidad del precio del petróleo, ni los ajustes en la política monetaria de eua, repercutieron en la volatilidad del tipo de cambio peso-dólar. Como conclu-sión central, también derivada del comportamiento en el tipo de cambio, se aprecia que su volatilidad obedece más a un comportamiento propio, enmarcado en un proceso especulativo de orden interno y externo.Palabras clave: enfermedad holandesa, garch, volatilidad, tipo de cambio fix, precio de la mezcla mexicana de petróleo, T Bond-10.

AbstractSome scholars establish the presence of the dutch disease in Mexico produced by the increase in oil prices in the first decade of the 21st century. In this context, the aim of this paper is to measure the impact of the volatility of the exchange rate (mexican peso-usdollar) influenced by volatility of mexican crude oil price, using a garch model and statistical daily information from 2010 to 2016. The results indicate that the volatility of exchange rate is not impacted by volatility of oil price but on speculation factors on itself.Keywords: dutch disease, garch, volatility, exchange rate, mexican crude oil price, T Bond-10.

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Introducción

A lo largo de la historia económica mundial, los países en desarrollo han buscado la forma de generar trayectorias de crecimiento y

desarrollo; sin embargo, este proceso ha sido trun-cado por diversos fenómenos económicos, por ejemplo, las crisis. El caso de los países latinoame-ricanos presenta una alta dependencia de sus recur-sos naturales y poco avance tecnológico, lo cual genera procesos de escaso crecimiento y vulnera-bilidad ante choques en el precio de sus recursos en el exterior. Una de las explicaciones a esto, hace referencia a la llamada “maldición de los recursos naturales”, y cuyo análisis más utilizado es un mo-delo de carácter estructuralista llamado “enferme-dad holandesa”. Por su parte, en México, durante la década de los setenta, se vivió un proceso de enfermedad holandesa, debido al descubrimiento de yacimientos de petróleo y al incremento de su precio. Sin embargo, la caída de éste último pro-vocó una de las crisis más profundas en la déca-da de los años ochenta. Dado esto, se generaron políticas y programas económicos que ayudaron a salir del proceso de crisis; sin embargo, en nuestros días, el petróleo sigue siendo un recurso suma-mente importante y en especial para las finanzas públicas. Específicamente algunos estudios, como los de Sánchez Campos (2016) y Guzmán-Soria et al. (2017), plantean que en la primera década del siglo xxi se generó en México un proceso de en-fermedad holandesa debido al incremento en el precio del petróleo. Esto lleva a plantear la hipóte-sis de: la alta volatilidad en los precios del petróleo da pie a un incremento en la volatilidad cambia-ria en un entorno de constantes movimientos en los flujos de capital. Para comprobarla, se elaboró un modelo garch para medir la volatilidad del ti-po de cambio peso-dólar ante choques del precio del petróleo, y la tasa de interés internacional para considerar el movimiento de los flujos de capital. El hallazgo principal fue que el petróleo no es deter-minante en la fluctuación del tipo de cambio no-minal en el corto plazo. El escrito está compuesto por tres apartados principales: en el primero, se plantea el concepto de la enfermedad holandesa y su relación con la volatilidad; en el segundo, se con-textualiza la situación de México con respecto al pe-tróleo; y en el último, se realiza el análisis estadístico.

La enfermedad holandesa

Con el concepto “enfermedad holandesa” (dutch disease) es posible explicar la paradoja de la abun-dancia o la maldición de los recursos naturales. Para Morales (2012), las investigaciones teóricas y empíricas sobre el tema difieren al momento de explicar la causa de la maldición, pueden orientar-se a: causas de tipo cognitivo, que se originan en la política económica y se centran en los incentivos y acciones de los agentes públicos y privados; causas de tipo sociológico, que hacen hincapié en cierta diferenciación social; causas centradas en el rol del Estado, agente social y económico que ve distor-sionados sus incentivos a causa del auge; y causas de tipo económico, las cuales explican lo que tiene que ver con la política monetaria o con el comercio internacional; de ellas, la que goza de mayor reco-nocimiento en la literatura económica, y también de mayor respaldo empírico, es el síndrome o en-fermedad holandesa (Morales, 2012: 20).

Por su parte, Sánchez (2016: 1) postula que la ex-plicación estructuralista de la paradoja de la abundancia está relacionada con el concepto de enfermedad holandesa, la cual explica el contras-te entre una economía con un sector externo en crecimiento, pero con un sector interno en tur-bulencia. Este término fue introducido por prime-ra vez en 1977 por The Economist, para explicar el caso de la economía de los Países Bajos, que hacía referencia a los efectos adversos ocasionados por el descubrimiento de gas natural sobre la industria manufacturera holandesa, en la década de los se-senta del siglo pasado; en especial, este análisis hi-zo énfasis en la apreciación del tipo de cambio real del florín holandés. Desde entonces, se construyó un marco teórico para explicar este fenómeno a partir del trabajo de Corden y Nery (1982), en el que se plantea que la llamada enfermedad holandesa puede ser explicada por sus dos efectos: el de mo-vimiento de recursos (rme) y el de gasto (se). Por un lado, el efecto del movimiento de recursos implica que un incremento en el precio de la energía, au-menta el valor del producto marginal de la mano de obra en el sector energético y también la tasa salarial de equilibrio, lo cual provoca un movimien-to de la mano de obra tanto del sector manufactu-rero como del sector no comercializable al sector energético, y el resultado es un endurecimiento

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de los otros sectores comerciables. Por otro lado, el efecto del gasto implica un auge en el sector de recursos naturales, causado, ya sea por un aumen-to en el precio mundial del recurso o por un nue-vo descubrimiento de depósitos, que conduce a un aumento en los ingresos para el país, lo que, a su vez, provoca un aumento de las importaciones y la absorción interna de bienes transables, por lo que, en la medida en que los precios de estos bienes se establecen a nivel internacional, este efecto se tra-duce en un aumento de los precios (y salarios) de los bienes no transables en relación con los bienes transables, es decir, una apreciación real del tipo de cambio. Además, excluye la mano de obra y el ca-pital del sector manufacturero o agrícola (Ramírez, 2014: 33).

A partir de esta visión estructuralista, la parado-ja de la abundancia gira alrededor de la idea de un crecimiento del ingreso nacional y los efectos ne-gativos de la desindustrialización en el crecimiento económico. Por una parte, el ingreso nacional se in-crementa debido a que existen ingresos más altos provenientes del sector de recursos naturales, por tanto, hay un incremento en la demanda nacional por servicios y otros bienes. Dicho incremento en el consumo es cubierto por un incremento en bienes importados, los cuales son financiados con el incre-mento en el ingreso nacional. Así, se logra que la bo-nanza del recurso natural incremente el bienestar. Por otro lado, la apreciación del tipo de cambio ha-ce que sea más difícil exportar bienes que no sean recursos naturales y más barato importar bienes del mercado internacional que comprarlos a pro-ductores locales. Además, el capital y el empleo se cambian al sector en auge, lo cual provoca que los otros sectores se atrasen generando la desindustria-lización. El efecto de esta, en el largo plazo, sobre el ahorro, la inversión en activo fijo, el emprendimien-to, la educación y formación de capital humano, es sumamente negativo, dando lugar a la paradoja de la abundancia (Sánchez, 2016: 3). En resumen, las hi-pótesis para detectar la enfermedad holandesa se corroboran a partir de: a) apreciación del tipo real de cambio o incremento de los precios relativos de bie-nes no transables; b) declive de la producción de los bienes transables que no están en bonanza; c) creci-miento de la producción de bienes no transables; y d) reducción de las exportaciones de los bienes tran-sables que no están en auge (Puyana, 2017: 2).

Los tipos de cambio son hoy más volátiles que en el pasado, debido a que los flujos de capital au-mentaron enormemente en los años ochenta y la trayectoria continua en nuestros días. En este sen-tido, la teoría financiera (Andersen, 1995; Jorion, 1995; Díaz y Martell, 2000), plantea que parece que los flujos de capital volátiles hacen que los ti-pos de cambio sean más volátiles que nunca y es-tén menos vinculados a la economía real. En este contexto, si algún país intenta crecer con ahorros externos, y si tiene un déficit en cuenta corriente cubierto por entradas de capital, el tipo de cambio del mercado será más apreciado (o más bajo) que el tipo de cambio de equilibrio actual, y tendremos una cuenta corriente deficitaria. Por ello, Bresser-Pereira (2013) plantea que, la fluctuación o volati-lidad del tipo de cambio del mercado será mayor, cuanto más volátiles e impredecibles sean los flu-jos de capital, los cuales, probablemente, serán mayores cuanto más alto sea el déficit de la cuenta corriente. Ante ello, la forma de neutralizar la en-fermedad holandesa es imponer un impuesto a las materias primas, que cambia el valor o el precio necesario de las mercancías en moneda nacional, igualándolo al precio necesario de los demás bie-nes y servicios comercializables también en mone-da nacional (Bresser-Pereira, 2013: 377).

En este contexto es que se pretende ubicar la situación actual de México, ya que el petróleo —el recurso natural en auge— y la industria a su alrede-dor, ha sido uno de los sectores de mayor influencia en la economía en los últimos treinta años. El tema adquiere mayor importancia a partir de la reforma energética impulsada por la administración de En-rique Peña Nieto, que prometía un nuevo proceso de auge del petróleo en un contexto internacio-nal de caída en los precios del hidrocarburo y su repercusión en la entrada de divisas. Retomando el argumento de Bresser-Pereira sobre la volatilidad del tipo de cambio relacionada con la enferme-dad holandesa, se plantea la influencia de la vola-tilidad del precio del petróleo en la apreciación o depreciación del tipo de cambio.

La importancia del petróleo en México

El recurso natural que mayor auge ha tenido en los últimos tiempos en México es el petróleo, y se ha

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convertido en una fuente de ingresos primordial para la economía nacional. Sin embargo, la econo-mía mexicana ha sufrido de manera significativa los embates de la volatilidad del precio de esta mate-ria prima, debido a que la industria petrolera se ha centrado en la extracción. En este apartado se rea-liza una sinopsis del recorrido histórico de la indus-tria petrolera en México.

Durante el sexenio de Lázaro Cárdenas se die-ron las condiciones para que se realizara la ex-propiación de la industria petrolera mexicana, en poder de empresas extranjeras. En 1934, debido a diversos acontecimientos internacionales, en-tre ellos la caída en el precio y de la demanda del hidrocarburo, el gobierno mexicano impulsa la creación de Petróleos de México, A.C. (Petromex), encargada de fomentar la inversión nacional en la industria petrolera, la cual, en 1938, tomaría el nombre de Petróleos Mexicanos (pemex). Pa-ra 1958, se hace oficial el dominio exclusivo de la nación sobre todos los hidrocarburos, salvo lo re-lacionado con el transporte, almacenamiento y distribución, pues podrían ser proveídos por entes del sector social, así como del privado. Para 1962, México cubre anticipadamente el último pago de la deuda contraída por la expropiación petrole-ra, y por primera vez, pemex operó sin pérdidas y tres años más tarde se creó el Instituto Mexicano del Petróleo, con el objetivo de fomentar la inves-tigación petrolera, formar recursos humanos que impulsaran el desarrollo de tecnología propia y reducir los altos costos provenientes de la impor-tación de proyectos y pago de regalías (Aguirre Botello, 2014). Durante la década de los sesenta pemex exportó crudo por primera vez en su his-toria y redujo sustancialmente las exportaciones de derivados y gas natural, además de que la pro-ducción nacional ya no permitía satisfacer plena-mente la demanda interna. Hasta que en 1971 se descubre Cantarell, considerado uno de los 100 campos petroleros más importantes en el mundo a lo largo de la historia, contribuyendo con gran-des volúmenes de hidrocarburos y de renta petro-lera (Romo, 2015). No obstante, a finales de 2004, la producción ha sido de 15.4% del total máximo de producción histórica. A partir de 1980, la pro-ducción de petróleo muestra un mayor incremen-to, por lo que después de este año se realiza un análisis más profundo en relación con la produc-

ción, precio e ingresos del sector petrolero (Agui-rre Botello, 2014).

En la Gráfica 1 se puede observar como las ex-portaciones petroleras desplazaron a las no-pe-troleras (manufactura y agrícola, principalmente) de manera significativa durante seis años. En 1982 las ventas petroleras representaban 68% del to-tal de las exportaciones del país, y fue hasta 1986 cuando termina el auge en las exportaciones pe-troleras con 53% del total, ya que para el siguiente año la estructura cambió, y desde entonces han permanecido por debajo del 50%, en tanto que las no-petroleras crecieron de manera acelerada año con año.

Como se mencionó en el apartado anterior, una economía muestra síntomas de enfermedad ho-landesa si un sector de recurso natural abundan-te inicia un periodo de auge y desplaza a los otros sectores en su participación en la economía. En es-pecial se habla de que existe un auge en el sector externo por parte del recurso natural. En el caso de México, en los años ochenta ocurre este compor-tamiento en cuanto a exportaciones, pero la teo-ría también plantea que el tipo de cambio real se apreciará de manera significativa debido a la entra-da de divisas por la venta de recurso natural. En la Gráfica 2 se observa que durante el periodo citado, el tipo de cambio real peso-dólar estadounidense tuvo una pequeña apreciación de 1979 a 1981, que fue revertida como un mecanismo de política eco-nómica ante la caída de los precios del petróleo y el incremento en la deuda externa.

Asimismo, en la Gráfica 2 se puede observar que el tipo de cambio real alcanzó niveles pareci-dos a los previos al auge del petróleo en la década de los setenta. Esto también se debe a un fenóme-no relacionado con el petróleo, ya que el precio de este tuvo una tendencia alcista durante la primera década del siglo xxi que llevó a la mezcla mexica-na a tocar los $110 dólares por barril en 2011, según la Secretaria de Energía (véase Gráfica 3). Este fe-nómeno dio indicio de la presencia de la enferme-dad holandesa, en países latinoamericanos, como lo plantea Sánchez (2016).

Para ilustrar lo expuesto, se retoma el estudio de Guzmán-Soria y De la Garza-Carranza (2017), quienes encuentran que en México la tasa de cre-cimiento media anual de 2010 a 2015, del déficit de

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Gráfica 2Tipo de cambio real peso-us dólar, 1980–2015.

Base: 1980

Fuente: elaboración propia con datos del Centro de Estudios de Finanzas Públicas (cefp, 2016).

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Gráfica II Tipo de Cambio Real Peso-US Dólar, 1980 – 2015

Base:1980

Fuente: Elaboración propia con datos del Centro de Estudios de Finanzas Públicas (CEFP, 2016)

Asimismo, en la gráfica II se puede observar que el tipo de cambio real

alcanzó niveles parecidos a los previos al auge del petróleo en la década de los

setenta. Esto también se debe a un fenómeno relacionado con el petróleo, ya que

el precio de éste tuvo una tendencia alcista durante la primera década del siglo

XXI, que llevó a la mezcal mexicana a tocar los $110 dólares por barril en 2011,

según la Secretaria de energía (ver gráfica III). Este fenómeno dio indicio de la

presencia de la Enfermedad Holandesa, en países latinoamericanos, como lo

plantea Sánchez (2016).

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petrolera, formar recursos humanos que impulsaran el desarrollo de tecnología

propia y reducir los altos costos provenientes de la importación de proyectos y

pago de regalías (Aguirre Botello , 2014). Durante la década de los sesenta,

PEMEX de exportar crudo por primera vez en su historia y redujo sustancialmente

las exportaciones de derivados y gas natural, además de que la producción

nacional ya no permitía satisfacer plenamente la demanda interna. Hasta que en

1971, se descubre Cantarell considerado uno de los 100 campos petroleros más

importantes en el mundo a lo largo de la historia, contribuyendo con grandes

volúmenes de hidrocarburos y de renta petrolera (Romo, 2015). No obstante, a

finales del 2004, la producción ha sido del 15.4% del total máximo de producción

histórica. A partir de 1980, la producción de petróleo muestra un mayor

incremento, por lo que después de este año se realiza un análisis más profundo

en relación con la producción, precio e ingresos del sector petrolero (Aguirre

Botello , 2014).

Gráfica I Exportaciones Petroleras vs Exportaciones No-Petroleras

Como porcentaje del Total de exportaciones (1980 – 1992)

Fuente: Elaboración propia con datos de Banxico, 2016

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Exportaciones Petroleras Exportaciones No-Petroleras

Gráfica 1Exportaciones petroleras vs exportaciones no-petroleras.Como porcentaje del total de exportaciones (1980–1992)

Fuente: elaboración propia con datos de Banxico, 2016.

Exportaciones petroleras Exportaciones no-petroleras

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la balanza comercial manufacturera y agropecua-ria creció a un ritmo de 6.98%, lo cual evidencia la ausencia de competitividad de las Pymes al susti-tuir su producción por importaciones. La tasa de crecimiento media anual (tcma) del tipo de cambio nominal fue de 4.65% durante el mismo periodo, resaltando que en 2015, con el tipo de cambio no-minal registrado de $15.86/$USD por los 61 mil 119 millones de dólares de déficit en la balanza manu-facturera y agropecuaria del mismo año, generó un déficit en moneda nacional por 969 347 mil millo-nes de pesos. El superávit de la balanza comercial de la industria maquiladora registró una tcma de 7.51% y la inversión extranjera directa en México creció a un ritmo de 6.64% anual durante el perio-do citado, no obstante los niveles de inseguridad en el país. La balanza comercial petrolera ha decre-cido a un ritmo anual de 40.63%, debido, en parte importante, a la dramática caída registrada en los últimos meses en el precio del petróleo; no obstan-te que esta balanza sigue registrando un superávit. Por último, la tcma de 2010 a 2015 en las remesas de migrantes fue de 3.06%, superando en el 2015 los 24 770 mil millones de dólares; mientras que el deterioro del tipo de cambio aumentó a un ritmo anual de 4.59%. En este sentido, la caída en las re-servas probadas de hidrocarburo en México y las

constantes fluctuaciones en el precio internacio-nal de este bien han provocado problemas en las finanzas públicas por la gran dependencia en los in-gresos petroleros y la falta de un verdadero cambio en la estructura fiscal de Pemex.

La volatilidad del tipo de cambio y la influencia de la mezcla mexicana de petróleo

El inicio del siglo xxi ha mostrado que los merca-dos financieros y las economías a nivel global son sumamente sensibles a los procesos especulativos en diversos activos financieros. Asimismo, se han desarrollado procesos de innovación para generar nuevos activos que en su origen buscan mitigar el riesgo; sin embargo, la historia ha demostrado que han contribuido a la especulación y las crisis finan-cieras en todo el mundo, como ocurrió con la crisis hipotecaria o el sobreendeudamiento de grandes empresas por la emisión o adquisición de instru-mentos derivados. Ante este escenario, existe una constante turbulencia en los mercados financieros, que impacta en la economía real de diversas for-mas, una de ellas, el nivel del tipo de cambio. En Latinoamérica las fluctuaciones en el tipo de cam-

Gráfica 3Precio de la mezcla mexicana de petróleo en usd

Fuente: Secretaria de Energía, 2017.

12

Gráfica III Precio de la Mezcla Mexicana de Petróleo

En USD

Fuente: Secretaria de Energía, 2017

Para ilustrar esto se retoma el estudio de Guzmán-Soria, E. y De la

Garza-Carranza, M.T. (2017), que encuentran que en México, la tasa de

crecimiento media anual de 2010 a 2015, del déficit de la balanza comercial

manufacturera y agropecuaria creció a un ritmo de 6.98%, esto evidencia la

ausencia de competitividad de las Pymes al ser sustituida su producción por

importaciones. La tasa de crecimiento media anual (TCMA) del tipo de cambio

nominal fue de 4.65% durante el mismo periodo, resaltando que en 2015 con el

tipo de cambio nominal registrado de $15.86/$USD por los 61 mil 119 millones de

dólares de déficit en la balanza manufacturera y agropecuaria del mismo año,

generó un déficit en moneda nacional por 969.347 mil millones de pesos. El

superávit de la balanza comercial de la industria maquiladora registró una tcma de

7.51% y la inversión extranjera directa en México creció a un ritmo de 6.64% anual

durante el periodo citado, no obstante los niveles de inseguridad en el país. La

35.2225.9729.3333.14

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Volatilidad del tipo de cambio en México:… pp. 75-89

bio con respecto al dólar estadounidense son una preocupación constante para la política económi-ca de cada país y se buscan diversas explicaciones a las constantes depreciaciones que sufren las mo-nedas latinoamericanas.

En México, como se planteó, existe una gran de-pendencia del petróleo, aun y cuando las exporta-ciones petroleras representan cada vez, un menor porcentaje con respecto a las exportaciones tota-les, y las exportaciones no petroleras han ganando terreno desde la década de los años noventa, como se observa en la Gráfica 4.

Aún y cuando se ha logrado un avance en la es-tructura exportadora del país, forzado por la caída en las reservas petroleras y la falta de inversión en el sector, las autoridades financieras y monetarias siguen responsabilizando al petróleo de la volatili-dad del tipo de cambio peso-dólar.

Esta es una de las principales razones por las que se están haciendo continuamente cobertu-ras sobre el precio internacional del petróleo. En este contexto, los precios pueden sufrir variaciones constantes que denotan inestabilidad y generan percepciones de riesgo e incertidumbre en el mer-

cado. Por ello, antes de iniciar el análisis específico de las variables, es necesario plantear una breve explicación del concepto de volatilidad. La volati-lidad en finanzas es “una medida del riesgo basa-do en la desviación estándar del rendimiento del activo” (nasdaq, 2011), determina el nivel de riesgo existente en los mercados financieros y es útil para medir y estimar las variaciones aleatorias en la ren-tabilidad de diferentes activos financieros, es decir, se relaciona la amplitud de las fluctuaciones del ren-dimiento alrededor de su media. A mayores fluc-tuaciones, mayor será la volatilidad y viceversa, si son menores, también lo será su volatilidad y, por ende, el grado de riesgo. En este sentido, la volati-lidad presenta las siguientes características: i) pue-de alternar periodos de alta volatilidad con otros con pequeña volatilidad, a lo que se conoce como clusters de la volatilidad; ii) el agrupamiento de la volatilidad produce persistencia de la volatilidad, que consiste en que si esta es alta/baja en un pe-riodo, la tendencia será la misma en el periodo si-guiente; iii) pueden producirse discontinuidades de salto, que ocurren cuando la volatilidad toma va-lores mayores a lo habitual; iv) pueden producirse

Gráfica 4Exportaciones petroleras vs exportaciones no-petroleras

1993-2016

Fuente: elaboración propia con datos de Banxico, 2016.

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para la política económica en cada país y se buscan diversas explicaciones a las

constantes depreciaciones que sufren las monedas latinoamericanas.

En México, como se planteó con anterioridad, existe una gran dependencia

del petróleo, aun y cuando las exportaciones petroleras representan cada vez un

porcentaje menor con respecto a las exportaciones totales y las exportaciones no

petroleras han ganando terreno desde la década de los años noventa, como se

puede observar en la siguiente gráfica.

Gráfica IV Exportaciones Petroleras vs Exportaciones No-Petroleras

1993 - 2016

Fuente: Elaboración propia con datos de Banxico, 2016

Aún y cuando se ha logrado un avance en la estructura exportadora del país,

forzado por la caída en las reservas petroleras y la falta de inversión en el sector,

las autoridades financieras y monetarias siguen responsabilizando al petróleo de

la volatilidad del tipo de cambio peso-dólar.

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Exportaciones petroleras Exportaciones No-PetrolerasExportaciones petroleras Exportaciones no-petroleras

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NSergio Solís Tepexpa y Luis Fernando Muñoz González

movimientos conjuntos en la volatilidad, es decir, cambios en un determinado mercado relacionados con los producidos en otras áreas (se estudian uti-lizando modelos multivariantes de heterocedasti-cidad condicional o de volatilidad estocástica); y v) buenas o malas noticias sobre el precio del activo (subida o caída de sus precios) tienen correlación inversa con la volatilidad, efecto conocido como le-verageeffect1 (nasdaq, 2011).

En el presente trabajo apelaremos al apartado iv) para identificar si la volatilidad del tipo de cam-bio sigue teniendo un origen petrolero o responde a otros factores que se estudiarán en otra ocasión. Para ello, se conformó una base de datos con infor-mación diaria de mayo de 2010 a agosto de 2016, donde se han observado periodos de depreciación del tipo de cambio altamente significativos. Este ti-po de volatilidad histórica está condicionado por el intervalo de tiempo seleccionado para su estudio y por las características del precio del activo (por ejemplo, si son precios de apertura o de cierre) y dado que la volatilidad, tanto del precio del petró-leo como del tipo de cambio, han cambiado a lo largo del tiempo, se puede estimar utilizando mo-delos de heterocedasticidad condicional autorre-gresiva o modelos de volatilidad estocástica.

Modelo

El objetivo del presente trabajo es analizar el nivel de volatilidad del tipo de cambio peso-dólar me-diante un modelo garch y determinar el nivel de influencia que tienen sobre ella los cambios en el precio de la mezcla mexicana y, como la teoría eco-nómico-financiera lo establece, la influencia de los cambios en la tasa de interés internacional. Las va-riables que se utilizan para el modelo son: el tipo de cambio Fix (fix), el precio de la mezcla mexica-na (mme) y la tasa de interés de la letra del Teso-ro a 10 años, conocido como T-Bond 10 (TB 10). La muestra contempla datos diarios de mayo de 2010 a agosto de 2016. Por ello, antes de iniciar la cons-trucción del modelo se plantea una breve explica-ción sobre los modelos arch y su evolución hacia los modelos garch. En años recientes, los econo-mistas han volcado su interés en las formas diná-micas de heterocedasticidad. Desde luego, si

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Cambio Fix (FIX), el precio de la mezcla mexicana (MME) y la tasa de interés de la

letra del tesoro a 10 años, conocido como T-Bond 10 (TB 10). La muestra

contempla datos diarios de mayo de 2010 a agosto de 2016. Por ello, antes de

iniciar la construcción del modelo se plantea una breve explicación sobre los

modelos ARCH y su evolución hacia los modelos GARCH. En años recientes, los

economistas han volcado su interés en las formas dinámicas de

heterocedasticidad. Desde luego, si xt contiene una variable dependiente

rezagada, entonces la heterocedasticidad dada la ecuación ut2 = δ0 + δ1xt1 + ⋯ +

δkxtk + vt , es dinámica. Pero las formas dinámicas de heterocedasticidad

aparecen incluso en modelos que no son dinámicos en la ecuación de regresión.

Para verlo, se considera un modelo de regresión estática simple:

yt = β0 + β1zt + ut

Y además que los supuestos de Gauss-Markov son válidos. Esto quiere decir que

los estimadores de MCO son MELI. El supuesto de homocedasticidad establece

que Var (𝑢𝑢𝑡𝑡|𝒁𝒁) es constante, donde Z denota los n resultados de 𝑧𝑧𝑡𝑡 . Aun cuando

la varianza de 𝑢𝑢𝑡𝑡 dada Z es constante, la heterocedasticidad puede surgir de otras

formas. Engle (1982) propuso que se considerara la varianza condicional de 𝑢𝑢𝑡𝑡,

dado los errores pasados (en los que el condicionamiento sobre Z se deja

implícito). Engle sugirió lo que se conoce como modelo de heterocedasticidad

condicional autorregresiva (ARCH, por sus siglas en ingles). El modelo ARCH de

primer orden es:

𝐸𝐸 (𝑢𝑢𝑡𝑡2|𝑢𝑢𝑡𝑡−1, 𝑢𝑢𝑡𝑡−2, … ) = 𝐸𝐸 (𝑢𝑢𝑡𝑡

2|𝑢𝑢𝑡𝑡−1) = ∝0+ ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−12 (1)

contiene una variable dependiente rezagada, en-tonces la heterocedasticidad dada la ecuación

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Cambio Fix (FIX), el precio de la mezcla mexicana (MME) y la tasa de interés de la

letra del tesoro a 10 años, conocido como T-Bond 10 (TB 10). La muestra

contempla datos diarios de mayo de 2010 a agosto de 2016. Por ello, antes de

iniciar la construcción del modelo se plantea una breve explicación sobre los

modelos ARCH y su evolución hacia los modelos GARCH. En años recientes, los

economistas han volcado su interés en las formas dinámicas de

heterocedasticidad. Desde luego, si xt contiene una variable dependiente

rezagada, entonces la heterocedasticidad dada la ecuación ut2 = δ0 + δ1xt1 + ⋯ +

δkxtk + vt , es dinámica. Pero las formas dinámicas de heterocedasticidad

aparecen incluso en modelos que no son dinámicos en la ecuación de regresión.

Para verlo, se considera un modelo de regresión estática simple:

yt = β0 + β1zt + ut

Y además que los supuestos de Gauss-Markov son válidos. Esto quiere decir que

los estimadores de MCO son MELI. El supuesto de homocedasticidad establece

que Var (𝑢𝑢𝑡𝑡|𝒁𝒁) es constante, donde Z denota los n resultados de 𝑧𝑧𝑡𝑡 . Aun cuando

la varianza de 𝑢𝑢𝑡𝑡 dada Z es constante, la heterocedasticidad puede surgir de otras

formas. Engle (1982) propuso que se considerara la varianza condicional de 𝑢𝑢𝑡𝑡,

dado los errores pasados (en los que el condicionamiento sobre Z se deja

implícito). Engle sugirió lo que se conoce como modelo de heterocedasticidad

condicional autorregresiva (ARCH, por sus siglas en ingles). El modelo ARCH de

primer orden es:

𝐸𝐸 (𝑢𝑢𝑡𝑡2|𝑢𝑢𝑡𝑡−1, 𝑢𝑢𝑡𝑡−2, … ) = 𝐸𝐸 (𝑢𝑢𝑡𝑡

2|𝑢𝑢𝑡𝑡−1) = ∝0+ ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−12 (1)

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Cambio Fix (FIX), el precio de la mezcla mexicana (MME) y la tasa de interés de la

letra del tesoro a 10 años, conocido como T-Bond 10 (TB 10). La muestra

contempla datos diarios de mayo de 2010 a agosto de 2016. Por ello, antes de

iniciar la construcción del modelo se plantea una breve explicación sobre los

modelos ARCH y su evolución hacia los modelos GARCH. En años recientes, los

economistas han volcado su interés en las formas dinámicas de

heterocedasticidad. Desde luego, si xt contiene una variable dependiente

rezagada, entonces la heterocedasticidad dada la ecuación ut2 = δ0 + δ1xt1 + ⋯ +

δkxtk + vt , es dinámica. Pero las formas dinámicas de heterocedasticidad

aparecen incluso en modelos que no son dinámicos en la ecuación de regresión.

Para verlo, se considera un modelo de regresión estática simple:

yt = β0 + β1zt + ut

Y además que los supuestos de Gauss-Markov son válidos. Esto quiere decir que

los estimadores de MCO son MELI. El supuesto de homocedasticidad establece

que Var (𝑢𝑢𝑡𝑡|𝒁𝒁) es constante, donde Z denota los n resultados de 𝑧𝑧𝑡𝑡 . Aun cuando

la varianza de 𝑢𝑢𝑡𝑡 dada Z es constante, la heterocedasticidad puede surgir de otras

formas. Engle (1982) propuso que se considerara la varianza condicional de 𝑢𝑢𝑡𝑡,

dado los errores pasados (en los que el condicionamiento sobre Z se deja

implícito). Engle sugirió lo que se conoce como modelo de heterocedasticidad

condicional autorregresiva (ARCH, por sus siglas en ingles). El modelo ARCH de

primer orden es:

𝐸𝐸 (𝑢𝑢𝑡𝑡2|𝑢𝑢𝑡𝑡−1, 𝑢𝑢𝑡𝑡−2, … ) = 𝐸𝐸 (𝑢𝑢𝑡𝑡

2|𝑢𝑢𝑡𝑡−1) = ∝0+ ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−12 (1)

, es diná-mica. Pero las formas dinámicas de heterocedas-ticidad aparecen incluso en modelos que no son dinámicos en la ecuación de regresión. Para verlo, se considera un modelo de regresión estática sim-ple:

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Cambio Fix (FIX), el precio de la mezcla mexicana (MME) y la tasa de interés de la

letra del tesoro a 10 años, conocido como T-Bond 10 (TB 10). La muestra

contempla datos diarios de mayo de 2010 a agosto de 2016. Por ello, antes de

iniciar la construcción del modelo se plantea una breve explicación sobre los

modelos ARCH y su evolución hacia los modelos GARCH. En años recientes, los

economistas han volcado su interés en las formas dinámicas de

heterocedasticidad. Desde luego, si xt contiene una variable dependiente

rezagada, entonces la heterocedasticidad dada la ecuación ut2 = δ0 + δ1xt1 + ⋯ +

δkxtk + vt , es dinámica. Pero las formas dinámicas de heterocedasticidad

aparecen incluso en modelos que no son dinámicos en la ecuación de regresión.

Para verlo, se considera un modelo de regresión estática simple:

yt = β0 + β1zt + ut

Y además que los supuestos de Gauss-Markov son válidos. Esto quiere decir que

los estimadores de MCO son MELI. El supuesto de homocedasticidad establece

que Var (𝑢𝑢𝑡𝑡|𝒁𝒁) es constante, donde Z denota los n resultados de 𝑧𝑧𝑡𝑡 . Aun cuando

la varianza de 𝑢𝑢𝑡𝑡 dada Z es constante, la heterocedasticidad puede surgir de otras

formas. Engle (1982) propuso que se considerara la varianza condicional de 𝑢𝑢𝑡𝑡,

dado los errores pasados (en los que el condicionamiento sobre Z se deja

implícito). Engle sugirió lo que se conoce como modelo de heterocedasticidad

condicional autorregresiva (ARCH, por sus siglas en ingles). El modelo ARCH de

primer orden es:

𝐸𝐸 (𝑢𝑢𝑡𝑡2|𝑢𝑢𝑡𝑡−1, 𝑢𝑢𝑡𝑡−2, … ) = 𝐸𝐸 (𝑢𝑢𝑡𝑡

2|𝑢𝑢𝑡𝑡−1) = ∝0+ ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−12 (1)

.

Y además, que los supuestos de Gauss-Markov son válidos. Esto quiere decir que los estimadores de mco son meli. El supuesto de homocedasticidad establece que Var

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Cambio Fix (FIX), el precio de la mezcla mexicana (MME) y la tasa de interés de la

letra del tesoro a 10 años, conocido como T-Bond 10 (TB 10). La muestra

contempla datos diarios de mayo de 2010 a agosto de 2016. Por ello, antes de

iniciar la construcción del modelo se plantea una breve explicación sobre los

modelos ARCH y su evolución hacia los modelos GARCH. En años recientes, los

economistas han volcado su interés en las formas dinámicas de

heterocedasticidad. Desde luego, si xt contiene una variable dependiente

rezagada, entonces la heterocedasticidad dada la ecuación ut2 = δ0 + δ1xt1 + ⋯ +

δkxtk + vt , es dinámica. Pero las formas dinámicas de heterocedasticidad

aparecen incluso en modelos que no son dinámicos en la ecuación de regresión.

Para verlo, se considera un modelo de regresión estática simple:

yt = β0 + β1zt + ut

Y además que los supuestos de Gauss-Markov son válidos. Esto quiere decir que

los estimadores de MCO son MELI. El supuesto de homocedasticidad establece

que Var (𝑢𝑢𝑡𝑡|𝒁𝒁) es constante, donde Z denota los n resultados de 𝑧𝑧𝑡𝑡 . Aun cuando

la varianza de 𝑢𝑢𝑡𝑡 dada Z es constante, la heterocedasticidad puede surgir de otras

formas. Engle (1982) propuso que se considerara la varianza condicional de 𝑢𝑢𝑡𝑡,

dado los errores pasados (en los que el condicionamiento sobre Z se deja

implícito). Engle sugirió lo que se conoce como modelo de heterocedasticidad

condicional autorregresiva (ARCH, por sus siglas en ingles). El modelo ARCH de

primer orden es:

𝐸𝐸 (𝑢𝑢𝑡𝑡2|𝑢𝑢𝑡𝑡−1, 𝑢𝑢𝑡𝑡−2, … ) = 𝐸𝐸 (𝑢𝑢𝑡𝑡

2|𝑢𝑢𝑡𝑡−1) = ∝0+ ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−12 (1)

es constante, donde Z denota los n resultados de

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Cambio Fix (FIX), el precio de la mezcla mexicana (MME) y la tasa de interés de la

letra del tesoro a 10 años, conocido como T-Bond 10 (TB 10). La muestra

contempla datos diarios de mayo de 2010 a agosto de 2016. Por ello, antes de

iniciar la construcción del modelo se plantea una breve explicación sobre los

modelos ARCH y su evolución hacia los modelos GARCH. En años recientes, los

economistas han volcado su interés en las formas dinámicas de

heterocedasticidad. Desde luego, si xt contiene una variable dependiente

rezagada, entonces la heterocedasticidad dada la ecuación ut2 = δ0 + δ1xt1 + ⋯ +

δkxtk + vt , es dinámica. Pero las formas dinámicas de heterocedasticidad

aparecen incluso en modelos que no son dinámicos en la ecuación de regresión.

Para verlo, se considera un modelo de regresión estática simple:

yt = β0 + β1zt + ut

Y además que los supuestos de Gauss-Markov son válidos. Esto quiere decir que

los estimadores de MCO son MELI. El supuesto de homocedasticidad establece

que Var (𝑢𝑢𝑡𝑡|𝒁𝒁) es constante, donde Z denota los n resultados de 𝑧𝑧𝑡𝑡 . Aun cuando

la varianza de 𝑢𝑢𝑡𝑡 dada Z es constante, la heterocedasticidad puede surgir de otras

formas. Engle (1982) propuso que se considerara la varianza condicional de 𝑢𝑢𝑡𝑡,

dado los errores pasados (en los que el condicionamiento sobre Z se deja

implícito). Engle sugirió lo que se conoce como modelo de heterocedasticidad

condicional autorregresiva (ARCH, por sus siglas en ingles). El modelo ARCH de

primer orden es:

𝐸𝐸 (𝑢𝑢𝑡𝑡2|𝑢𝑢𝑡𝑡−1, 𝑢𝑢𝑡𝑡−2, … ) = 𝐸𝐸 (𝑢𝑢𝑡𝑡

2|𝑢𝑢𝑡𝑡−1) = ∝0+ ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−12 (1)

. Aun cuando la va-rianza de

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Cambio Fix (FIX), el precio de la mezcla mexicana (MME) y la tasa de interés de la

letra del tesoro a 10 años, conocido como T-Bond 10 (TB 10). La muestra

contempla datos diarios de mayo de 2010 a agosto de 2016. Por ello, antes de

iniciar la construcción del modelo se plantea una breve explicación sobre los

modelos ARCH y su evolución hacia los modelos GARCH. En años recientes, los

economistas han volcado su interés en las formas dinámicas de

heterocedasticidad. Desde luego, si xt contiene una variable dependiente

rezagada, entonces la heterocedasticidad dada la ecuación ut2 = δ0 + δ1xt1 + ⋯ +

δkxtk + vt , es dinámica. Pero las formas dinámicas de heterocedasticidad

aparecen incluso en modelos que no son dinámicos en la ecuación de regresión.

Para verlo, se considera un modelo de regresión estática simple:

yt = β0 + β1zt + ut

Y además que los supuestos de Gauss-Markov son válidos. Esto quiere decir que

los estimadores de MCO son MELI. El supuesto de homocedasticidad establece

que Var (𝑢𝑢𝑡𝑡|𝒁𝒁) es constante, donde Z denota los n resultados de 𝑧𝑧𝑡𝑡 . Aun cuando

la varianza de 𝑢𝑢𝑡𝑡 dada Z es constante, la heterocedasticidad puede surgir de otras

formas. Engle (1982) propuso que se considerara la varianza condicional de 𝑢𝑢𝑡𝑡,

dado los errores pasados (en los que el condicionamiento sobre Z se deja

implícito). Engle sugirió lo que se conoce como modelo de heterocedasticidad

condicional autorregresiva (ARCH, por sus siglas en ingles). El modelo ARCH de

primer orden es:

𝐸𝐸 (𝑢𝑢𝑡𝑡2|𝑢𝑢𝑡𝑡−1, 𝑢𝑢𝑡𝑡−2, … ) = 𝐸𝐸 (𝑢𝑢𝑡𝑡

2|𝑢𝑢𝑡𝑡−1) = ∝0+ ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−12 (1)

dada Z es constante, la heterocedas-ticidad puede surgir de otras formas. Engle (1982) propuso que se considerara la varianza condicio-nal de

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Cambio Fix (FIX), el precio de la mezcla mexicana (MME) y la tasa de interés de la

letra del tesoro a 10 años, conocido como T-Bond 10 (TB 10). La muestra

contempla datos diarios de mayo de 2010 a agosto de 2016. Por ello, antes de

iniciar la construcción del modelo se plantea una breve explicación sobre los

modelos ARCH y su evolución hacia los modelos GARCH. En años recientes, los

economistas han volcado su interés en las formas dinámicas de

heterocedasticidad. Desde luego, si xt contiene una variable dependiente

rezagada, entonces la heterocedasticidad dada la ecuación ut2 = δ0 + δ1xt1 + ⋯ +

δkxtk + vt , es dinámica. Pero las formas dinámicas de heterocedasticidad

aparecen incluso en modelos que no son dinámicos en la ecuación de regresión.

Para verlo, se considera un modelo de regresión estática simple:

yt = β0 + β1zt + ut

Y además que los supuestos de Gauss-Markov son válidos. Esto quiere decir que

los estimadores de MCO son MELI. El supuesto de homocedasticidad establece

que Var (𝑢𝑢𝑡𝑡|𝒁𝒁) es constante, donde Z denota los n resultados de 𝑧𝑧𝑡𝑡 . Aun cuando

la varianza de 𝑢𝑢𝑡𝑡 dada Z es constante, la heterocedasticidad puede surgir de otras

formas. Engle (1982) propuso que se considerara la varianza condicional de 𝑢𝑢𝑡𝑡,

dado los errores pasados (en los que el condicionamiento sobre Z se deja

implícito). Engle sugirió lo que se conoce como modelo de heterocedasticidad

condicional autorregresiva (ARCH, por sus siglas en ingles). El modelo ARCH de

primer orden es:

𝐸𝐸 (𝑢𝑢𝑡𝑡2|𝑢𝑢𝑡𝑡−1, 𝑢𝑢𝑡𝑡−2, … ) = 𝐸𝐸 (𝑢𝑢𝑡𝑡

2|𝑢𝑢𝑡𝑡−1) = ∝0+ ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−12 (1)

, dado los errores pasados (en los que el condicionamiento sobre Z se deja implícito). Engle sugirió lo que se conoce como modelo de heteroce-dasticidad condicional autorregresiva (arch, por sus siglas en inglés). El modelo arch de primer orden es:

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Cambio Fix (FIX), el precio de la mezcla mexicana (MME) y la tasa de interés de la

letra del tesoro a 10 años, conocido como T-Bond 10 (TB 10). La muestra

contempla datos diarios de mayo de 2010 a agosto de 2016. Por ello, antes de

iniciar la construcción del modelo se plantea una breve explicación sobre los

modelos ARCH y su evolución hacia los modelos GARCH. En años recientes, los

economistas han volcado su interés en las formas dinámicas de

heterocedasticidad. Desde luego, si xt contiene una variable dependiente

rezagada, entonces la heterocedasticidad dada la ecuación ut2 = δ0 + δ1xt1 + ⋯ +

δkxtk + vt , es dinámica. Pero las formas dinámicas de heterocedasticidad

aparecen incluso en modelos que no son dinámicos en la ecuación de regresión.

Para verlo, se considera un modelo de regresión estática simple:

yt = β0 + β1zt + ut

Y además que los supuestos de Gauss-Markov son válidos. Esto quiere decir que

los estimadores de MCO son MELI. El supuesto de homocedasticidad establece

que Var (𝑢𝑢𝑡𝑡|𝒁𝒁) es constante, donde Z denota los n resultados de 𝑧𝑧𝑡𝑡 . Aun cuando

la varianza de 𝑢𝑢𝑡𝑡 dada Z es constante, la heterocedasticidad puede surgir de otras

formas. Engle (1982) propuso que se considerara la varianza condicional de 𝑢𝑢𝑡𝑡,

dado los errores pasados (en los que el condicionamiento sobre Z se deja

implícito). Engle sugirió lo que se conoce como modelo de heterocedasticidad

condicional autorregresiva (ARCH, por sus siglas en ingles). El modelo ARCH de

primer orden es:

𝐸𝐸 (𝑢𝑢𝑡𝑡2|𝑢𝑢𝑡𝑡−1, 𝑢𝑢𝑡𝑡−2, … ) = 𝐸𝐸 (𝑢𝑢𝑡𝑡

2|𝑢𝑢𝑡𝑡−1) = ∝0+ ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−12 (1) (1)

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Cambio Fix (FIX), el precio de la mezcla mexicana (MME) y la tasa de interés de la

letra del tesoro a 10 años, conocido como T-Bond 10 (TB 10). La muestra

contempla datos diarios de mayo de 2010 a agosto de 2016. Por ello, antes de

iniciar la construcción del modelo se plantea una breve explicación sobre los

modelos ARCH y su evolución hacia los modelos GARCH. En años recientes, los

economistas han volcado su interés en las formas dinámicas de

heterocedasticidad. Desde luego, si xt contiene una variable dependiente

rezagada, entonces la heterocedasticidad dada la ecuación ut2 = δ0 + δ1xt1 + ⋯ +

δkxtk + vt , es dinámica. Pero las formas dinámicas de heterocedasticidad

aparecen incluso en modelos que no son dinámicos en la ecuación de regresión.

Para verlo, se considera un modelo de regresión estática simple:

yt = β0 + β1zt + ut

Y además que los supuestos de Gauss-Markov son válidos. Esto quiere decir que

los estimadores de MCO son MELI. El supuesto de homocedasticidad establece

que Var (𝑢𝑢𝑡𝑡|𝒁𝒁) es constante, donde Z denota los n resultados de 𝑧𝑧𝑡𝑡 . Aun cuando

la varianza de 𝑢𝑢𝑡𝑡 dada Z es constante, la heterocedasticidad puede surgir de otras

formas. Engle (1982) propuso que se considerara la varianza condicional de 𝑢𝑢𝑡𝑡,

dado los errores pasados (en los que el condicionamiento sobre Z se deja

implícito). Engle sugirió lo que se conoce como modelo de heterocedasticidad

condicional autorregresiva (ARCH, por sus siglas en ingles). El modelo ARCH de

primer orden es:

𝐸𝐸 (𝑢𝑢𝑡𝑡2|𝑢𝑢𝑡𝑡−1, 𝑢𝑢𝑡𝑡−2, … ) = 𝐸𝐸 (𝑢𝑢𝑡𝑡

2|𝑢𝑢𝑡𝑡−1) = ∝0+ ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−12 (1) ,

donde queda implícito el condicionamien-to sobre Z. Esta ecuación representa la varian-za condicional de

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donde queda implícito el condicionamiento sobre Z. Esta ecuación representa la

varianza condicional de 𝑢𝑢𝑡𝑡 dada la 𝑢𝑢𝑡𝑡 anterior sólo si 𝐸𝐸 (𝑢𝑢𝑡𝑡|𝑢𝑢𝑡𝑡−1, 𝑢𝑢𝑡𝑡−2, … ) = 0 lo

cual significa que los errores no están correlacionados serialmente. Como las

varianzas condicionales deben ser positivas, este modelo solo tiene sentido si

∝0 > 0 𝑦𝑦 ∝1 ≥ 0; 𝑠𝑠𝑠𝑠 ∝1= 0 no hay dinámica en la ecuación de la varianza.

Es necesario escribir la ecuación (1) como sigue:

𝑢𝑢𝑡𝑡2 = ∝0+ ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−1

2 + 𝑣𝑣𝑡𝑡 (2)

donde el valor esperado de 𝑣𝑣𝑡𝑡 (dadas 𝑢𝑢𝑡𝑡−1, 𝑢𝑢𝑡𝑡−2, … ) es cero por definición. (Sin

embargo, las 𝑣𝑣𝑡𝑡 no son independientes de las 𝑢𝑢𝑡𝑡 pasadas debido a la restricción

𝑣𝑣𝑡𝑡 ≥ −∝0− ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−1 .2 ) La ecuación (2) parece un modelo autorregresivo en 𝑢𝑢𝑡𝑡

2 (de

ahí el nombre ARCH). La condición de estabilidad para esta ecuación es ∝1 < 1,

como el modelo AR(1) usual. Cuando ∝1 > 0 los errores cuadrados contienen

correlación serial (positiva) aun cuando las mismas no la tengan ¿Qué

implicaciones tiene la ecuación (2) para MCO? Ya que se comenzó por suponer

que los supuestos de Gauss-Markov son válidos, los estimadores de MCO son

MELI. Además, aun si no estuviera distribuida normalmente, se sabe que los

estadísticos de prueba usuales de MCO son válidos asintóticamente, los que se

satisfacen en los modelos estáticos y de rezagos distribuidos con errores ARCH.

Si MCO aún tienen propiedades deseables bajo ARCH, ¿Por qué

preocuparse por las formas ARCH de heterocedasticidad en los modelos estáticos

y de rezagos distribuidos? Es de interés por dos razones. En primer lugar, es

posible obtener estimadores consistentes (aunque no insesgados) de las 𝛽𝛽𝑗𝑗 que

son asintóticamente más eficientes que los estimadores de MCO. Un

dada la

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donde queda implícito el condicionamiento sobre Z. Esta ecuación representa la

varianza condicional de 𝑢𝑢𝑡𝑡 dada la 𝑢𝑢𝑡𝑡 anterior sólo si 𝐸𝐸 (𝑢𝑢𝑡𝑡|𝑢𝑢𝑡𝑡−1, 𝑢𝑢𝑡𝑡−2, … ) = 0 lo

cual significa que los errores no están correlacionados serialmente. Como las

varianzas condicionales deben ser positivas, este modelo solo tiene sentido si

∝0 > 0 𝑦𝑦 ∝1 ≥ 0; 𝑠𝑠𝑠𝑠 ∝1= 0 no hay dinámica en la ecuación de la varianza.

Es necesario escribir la ecuación (1) como sigue:

𝑢𝑢𝑡𝑡2 = ∝0+ ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−1

2 + 𝑣𝑣𝑡𝑡 (2)

donde el valor esperado de 𝑣𝑣𝑡𝑡 (dadas 𝑢𝑢𝑡𝑡−1, 𝑢𝑢𝑡𝑡−2, … ) es cero por definición. (Sin

embargo, las 𝑣𝑣𝑡𝑡 no son independientes de las 𝑢𝑢𝑡𝑡 pasadas debido a la restricción

𝑣𝑣𝑡𝑡 ≥ −∝0− ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−1 .2 ) La ecuación (2) parece un modelo autorregresivo en 𝑢𝑢𝑡𝑡

2 (de

ahí el nombre ARCH). La condición de estabilidad para esta ecuación es ∝1 < 1,

como el modelo AR(1) usual. Cuando ∝1 > 0 los errores cuadrados contienen

correlación serial (positiva) aun cuando las mismas no la tengan ¿Qué

implicaciones tiene la ecuación (2) para MCO? Ya que se comenzó por suponer

que los supuestos de Gauss-Markov son válidos, los estimadores de MCO son

MELI. Además, aun si no estuviera distribuida normalmente, se sabe que los

estadísticos de prueba usuales de MCO son válidos asintóticamente, los que se

satisfacen en los modelos estáticos y de rezagos distribuidos con errores ARCH.

Si MCO aún tienen propiedades deseables bajo ARCH, ¿Por qué

preocuparse por las formas ARCH de heterocedasticidad en los modelos estáticos

y de rezagos distribuidos? Es de interés por dos razones. En primer lugar, es

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son asintóticamente más eficientes que los estimadores de MCO. Un

anterior, sólo si

18

donde queda implícito el condicionamiento sobre Z. Esta ecuación representa la

varianza condicional de 𝑢𝑢𝑡𝑡 dada la 𝑢𝑢𝑡𝑡 anterior sólo si 𝐸𝐸 (𝑢𝑢𝑡𝑡|𝑢𝑢𝑡𝑡−1, 𝑢𝑢𝑡𝑡−2, … ) = 0 lo

cual significa que los errores no están correlacionados serialmente. Como las

varianzas condicionales deben ser positivas, este modelo solo tiene sentido si

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Es necesario escribir la ecuación (1) como sigue:

𝑢𝑢𝑡𝑡2 = ∝0+ ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−1

2 + 𝑣𝑣𝑡𝑡 (2)

donde el valor esperado de 𝑣𝑣𝑡𝑡 (dadas 𝑢𝑢𝑡𝑡−1, 𝑢𝑢𝑡𝑡−2, … ) es cero por definición. (Sin

embargo, las 𝑣𝑣𝑡𝑡 no son independientes de las 𝑢𝑢𝑡𝑡 pasadas debido a la restricción

𝑣𝑣𝑡𝑡 ≥ −∝0− ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−1 .2 ) La ecuación (2) parece un modelo autorregresivo en 𝑢𝑢𝑡𝑡

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ahí el nombre ARCH). La condición de estabilidad para esta ecuación es ∝1 < 1,

como el modelo AR(1) usual. Cuando ∝1 > 0 los errores cuadrados contienen

correlación serial (positiva) aun cuando las mismas no la tengan ¿Qué

implicaciones tiene la ecuación (2) para MCO? Ya que se comenzó por suponer

que los supuestos de Gauss-Markov son válidos, los estimadores de MCO son

MELI. Además, aun si no estuviera distribuida normalmente, se sabe que los

estadísticos de prueba usuales de MCO son válidos asintóticamente, los que se

satisfacen en los modelos estáticos y de rezagos distribuidos con errores ARCH.

Si MCO aún tienen propiedades deseables bajo ARCH, ¿Por qué

preocuparse por las formas ARCH de heterocedasticidad en los modelos estáticos

y de rezagos distribuidos? Es de interés por dos razones. En primer lugar, es

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son asintóticamente más eficientes que los estimadores de MCO. Un

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cual significa que los errores no están correlacionados serialmente. Como las

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Es necesario escribir la ecuación (1) como sigue:

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donde el valor esperado de 𝑣𝑣𝑡𝑡 (dadas 𝑢𝑢𝑡𝑡−1, 𝑢𝑢𝑡𝑡−2, … ) es cero por definición. (Sin

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como el modelo AR(1) usual. Cuando ∝1 > 0 los errores cuadrados contienen

correlación serial (positiva) aun cuando las mismas no la tengan ¿Qué

implicaciones tiene la ecuación (2) para MCO? Ya que se comenzó por suponer

que los supuestos de Gauss-Markov son válidos, los estimadores de MCO son

MELI. Además, aun si no estuviera distribuida normalmente, se sabe que los

estadísticos de prueba usuales de MCO son válidos asintóticamente, los que se

satisfacen en los modelos estáticos y de rezagos distribuidos con errores ARCH.

Si MCO aún tienen propiedades deseables bajo ARCH, ¿Por qué

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y de rezagos distribuidos? Es de interés por dos razones. En primer lugar, es

posible obtener estimadores consistentes (aunque no insesgados) de las 𝛽𝛽𝑗𝑗 que

son asintóticamente más eficientes que los estimadores de MCO. Un

no hay dinámica en la ecuación de la varianza.

Es necesario escribir la ecuación (1) como sigue:

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cual significa que los errores no están correlacionados serialmente. Como las

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Es necesario escribir la ecuación (1) como sigue:

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embargo, las 𝑣𝑣𝑡𝑡 no son independientes de las 𝑢𝑢𝑡𝑡 pasadas debido a la restricción

𝑣𝑣𝑡𝑡 ≥ −∝0− ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−1 .2 ) La ecuación (2) parece un modelo autorregresivo en 𝑢𝑢𝑡𝑡

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como el modelo AR(1) usual. Cuando ∝1 > 0 los errores cuadrados contienen

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implicaciones tiene la ecuación (2) para MCO? Ya que se comenzó por suponer

que los supuestos de Gauss-Markov son válidos, los estimadores de MCO son

MELI. Además, aun si no estuviera distribuida normalmente, se sabe que los

estadísticos de prueba usuales de MCO son válidos asintóticamente, los que se

satisfacen en los modelos estáticos y de rezagos distribuidos con errores ARCH.

Si MCO aún tienen propiedades deseables bajo ARCH, ¿Por qué

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cual significa que los errores no están correlacionados serialmente. Como las

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∝0 > 0 𝑦𝑦 ∝1 ≥ 0; 𝑠𝑠𝑠𝑠 ∝1= 0 no hay dinámica en la ecuación de la varianza.

Es necesario escribir la ecuación (1) como sigue:

𝑢𝑢𝑡𝑡2 = ∝0+ ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−1

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𝑣𝑣𝑡𝑡 ≥ −∝0− ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−1 .2 ) La ecuación (2) parece un modelo autorregresivo en 𝑢𝑢𝑡𝑡

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Es necesario escribir la ecuación (1) como sigue:

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implicaciones tiene la ecuación (2) para MCO? Ya que se comenzó por suponer

que los supuestos de Gauss-Markov son válidos, los estimadores de MCO son

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estadísticos de prueba usuales de MCO son válidos asintóticamente, los que se

satisfacen en los modelos estáticos y de rezagos distribuidos con errores ARCH.

Si MCO aún tienen propiedades deseables bajo ARCH, ¿Por qué

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y de rezagos distribuidos? Es de interés por dos razones. En primer lugar, es

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cual significa que los errores no están correlacionados serialmente. Como las

varianzas condicionales deben ser positivas, este modelo solo tiene sentido si

∝0 > 0 𝑦𝑦 ∝1 ≥ 0; 𝑠𝑠𝑠𝑠 ∝1= 0 no hay dinámica en la ecuación de la varianza.

Es necesario escribir la ecuación (1) como sigue:

𝑢𝑢𝑡𝑡2 = ∝0+ ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−1

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embargo, las 𝑣𝑣𝑡𝑡 no son independientes de las 𝑢𝑢𝑡𝑡 pasadas debido a la restricción

𝑣𝑣𝑡𝑡 ≥ −∝0− ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−1 .2 ) La ecuación (2) parece un modelo autorregresivo en 𝑢𝑢𝑡𝑡

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satisfacen en los modelos estáticos y de rezagos distribuidos con errores ARCH.

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Es necesario escribir la ecuación (1) como sigue:

𝑢𝑢𝑡𝑡2 = ∝0+ ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−1

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𝑣𝑣𝑡𝑡 ≥ −∝0− ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−1 .2 ) La ecuación (2) parece un modelo autorregresivo en 𝑢𝑢𝑡𝑡

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que los supuestos de Gauss-Markov son válidos, los estimadores de MCO son

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Si MCO aún tienen propiedades deseables bajo ARCH, ¿Por qué

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pasa-das debido a la restricción

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donde queda implícito el condicionamiento sobre Z. Esta ecuación representa la

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cual significa que los errores no están correlacionados serialmente. Como las

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∝0 > 0 𝑦𝑦 ∝1 ≥ 0; 𝑠𝑠𝑠𝑠 ∝1= 0 no hay dinámica en la ecuación de la varianza.

Es necesario escribir la ecuación (1) como sigue:

𝑢𝑢𝑡𝑡2 = ∝0+ ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−1

2 + 𝑣𝑣𝑡𝑡 (2)

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embargo, las 𝑣𝑣𝑡𝑡 no son independientes de las 𝑢𝑢𝑡𝑡 pasadas debido a la restricción

𝑣𝑣𝑡𝑡 ≥ −∝0− ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−1 .2 ) La ecuación (2) parece un modelo autorregresivo en 𝑢𝑢𝑡𝑡

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Es necesario escribir la ecuación (1) como sigue:

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donde el valor esperado de 𝑣𝑣𝑡𝑡 (dadas 𝑢𝑢𝑡𝑡−1, 𝑢𝑢𝑡𝑡−2, … ) es cero por definición. (Sin

embargo, las 𝑣𝑣𝑡𝑡 no son independientes de las 𝑢𝑢𝑡𝑡 pasadas debido a la restricción

𝑣𝑣𝑡𝑡 ≥ −∝0− ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−1 .2 ) La ecuación (2) parece un modelo autorregresivo en 𝑢𝑢𝑡𝑡

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satisfacen en los modelos estáticos y de rezagos distribuidos con errores ARCH.

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Volatilidad del tipo de cambio en México:… pp. 75-89

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Es necesario escribir la ecuación (1) como sigue:

𝑢𝑢𝑡𝑡2 = ∝0+ ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−1

2 + 𝑣𝑣𝑡𝑡 (2)

donde el valor esperado de 𝑣𝑣𝑡𝑡 (dadas 𝑢𝑢𝑡𝑡−1, 𝑢𝑢𝑡𝑡−2, … ) es cero por definición. (Sin

embargo, las 𝑣𝑣𝑡𝑡 no son independientes de las 𝑢𝑢𝑡𝑡 pasadas debido a la restricción

𝑣𝑣𝑡𝑡 ≥ −∝0− ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−1 .2 ) La ecuación (2) parece un modelo autorregresivo en 𝑢𝑢𝑡𝑡

2 (de

ahí el nombre ARCH). La condición de estabilidad para esta ecuación es ∝1 < 1,

como el modelo AR(1) usual. Cuando ∝1 > 0 los errores cuadrados contienen

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implicaciones tiene la ecuación (2) para MCO? Ya que se comenzó por suponer

que los supuestos de Gauss-Markov son válidos, los estimadores de MCO son

MELI. Además, aun si no estuviera distribuida normalmente, se sabe que los

estadísticos de prueba usuales de MCO son válidos asintóticamente, los que se

satisfacen en los modelos estáticos y de rezagos distribuidos con errores ARCH.

Si MCO aún tienen propiedades deseables bajo ARCH, ¿Por qué

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y de rezagos distribuidos? Es de interés por dos razones. En primer lugar, es

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varianzas condicionales deben ser positivas, este modelo solo tiene sentido si

∝0 > 0 𝑦𝑦 ∝1 ≥ 0; 𝑠𝑠𝑠𝑠 ∝1= 0 no hay dinámica en la ecuación de la varianza.

Es necesario escribir la ecuación (1) como sigue:

𝑢𝑢𝑡𝑡2 = ∝0+ ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−1

2 + 𝑣𝑣𝑡𝑡 (2)

donde el valor esperado de 𝑣𝑣𝑡𝑡 (dadas 𝑢𝑢𝑡𝑡−1, 𝑢𝑢𝑡𝑡−2, … ) es cero por definición. (Sin

embargo, las 𝑣𝑣𝑡𝑡 no son independientes de las 𝑢𝑢𝑡𝑡 pasadas debido a la restricción

𝑣𝑣𝑡𝑡 ≥ −∝0− ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−1 .2 ) La ecuación (2) parece un modelo autorregresivo en 𝑢𝑢𝑡𝑡

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como el modelo AR(1) usual. Cuando ∝1 > 0 los errores cuadrados contienen

correlación serial (positiva) aun cuando las mismas no la tengan ¿Qué

implicaciones tiene la ecuación (2) para MCO? Ya que se comenzó por suponer

que los supuestos de Gauss-Markov son válidos, los estimadores de MCO son

MELI. Además, aun si no estuviera distribuida normalmente, se sabe que los

estadísticos de prueba usuales de MCO son válidos asintóticamente, los que se

satisfacen en los modelos estáticos y de rezagos distribuidos con errores ARCH.

Si MCO aún tienen propiedades deseables bajo ARCH, ¿Por qué

preocuparse por las formas ARCH de heterocedasticidad en los modelos estáticos

y de rezagos distribuidos? Es de interés por dos razones. En primer lugar, es

posible obtener estimadores consistentes (aunque no insesgados) de las 𝛽𝛽𝑗𝑗 que

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los errores cuadrados contienen correlación serial (positiva), aun cuando las mismas no la tengan ¿Qué implicaciones tiene la ecuación (2) para mco? Ya que se comenzó por suponer que los supuestos de Gauss-Markov son válidos, los estimadores de mco son meli. Además, aun si no estuviera distribuida normalmente, se sa-be que los estadísticos de prueba usuales de mco son válidos asintóticamente, los que se satisfacen en los modelos estáticos y de rezagos distribuidos con errores arch.

Si mco aún tienen propiedades deseables bajo arch, ¿por qué preocuparse por las formas arch de heterocedasticidad en los modelos estáticos y de re-zagos distribuidos? Es de interés por dos razones. En primer lugar, es posible obtener estimadores consistentes (aunque no insesgados) de las

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donde queda implícito el condicionamiento sobre Z. Esta ecuación representa la

varianza condicional de 𝑢𝑢𝑡𝑡 dada la 𝑢𝑢𝑡𝑡 anterior sólo si 𝐸𝐸 (𝑢𝑢𝑡𝑡|𝑢𝑢𝑡𝑡−1, 𝑢𝑢𝑡𝑡−2, … ) = 0 lo

cual significa que los errores no están correlacionados serialmente. Como las

varianzas condicionales deben ser positivas, este modelo solo tiene sentido si

∝0 > 0 𝑦𝑦 ∝1 ≥ 0; 𝑠𝑠𝑠𝑠 ∝1= 0 no hay dinámica en la ecuación de la varianza.

Es necesario escribir la ecuación (1) como sigue:

𝑢𝑢𝑡𝑡2 = ∝0+ ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−1

2 + 𝑣𝑣𝑡𝑡 (2)

donde el valor esperado de 𝑣𝑣𝑡𝑡 (dadas 𝑢𝑢𝑡𝑡−1, 𝑢𝑢𝑡𝑡−2, … ) es cero por definición. (Sin

embargo, las 𝑣𝑣𝑡𝑡 no son independientes de las 𝑢𝑢𝑡𝑡 pasadas debido a la restricción

𝑣𝑣𝑡𝑡 ≥ −∝0− ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−1 .2 ) La ecuación (2) parece un modelo autorregresivo en 𝑢𝑢𝑡𝑡

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que los supuestos de Gauss-Markov son válidos, los estimadores de MCO son

MELI. Además, aun si no estuviera distribuida normalmente, se sabe que los

estadísticos de prueba usuales de MCO son válidos asintóticamente, los que se

satisfacen en los modelos estáticos y de rezagos distribuidos con errores ARCH.

Si MCO aún tienen propiedades deseables bajo ARCH, ¿Por qué

preocuparse por las formas ARCH de heterocedasticidad en los modelos estáticos

y de rezagos distribuidos? Es de interés por dos razones. En primer lugar, es

posible obtener estimadores consistentes (aunque no insesgados) de las 𝛽𝛽𝑗𝑗 que

son asintóticamente más eficientes que los estimadores de MCO. Un

que son asintóticamente más eficientes que los estima-dores de mco. Un procedimiento de mínimos cua-drados ponderados, basado en la estimación de la ecuación (2), resolverá el problema. Un procedi-miento de máxima verosimilitud bajo el supuesto de que los errores tienen una distribución normal condicional también sirve. En segundo lugar, los economistas de diversos campos se han interesa-do en la dinámica de la varianza condicional. La aplicación original de Engle fue a la varianza de la inflación del Reino Unido, en la que descubrió que una mayor magnitud del error en el periodo an-terior (

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procedimiento de mínimos cuadrados ponderados, basado en la estimación de la

ecuación (2), resolverá el problema. Un procedimiento de máxima verisimilitud

bajo el supuesto de que los errores tienen una distribución normal condicional

también sirve. En segundo lugar, los economistas de diversos campos se han

interesado en la dinámica de la varianza condicional. La aplicación original de

Engle fue a la varianza de la inflación del Reino Unido, en la que descubrió que

una mayor magnitud del error en el periodo anterior (𝑢𝑢𝑡𝑡−12 mayor) se asociaba con

una varianza del error mayor en el periodo en curso. Puesto que la varianza a

menudo se utiliza para medir la volatilidad y esta es un elemento clave en las

teorías fijación de precios de los activos, los modelos ARCH se han vuelto

importantes en las finanzas empíricas. Los modelos ARCH se aplican también

cuando hay dinámica en la medida condicional. Suponga que se tiene la variable

dependiente 𝑦𝑦𝑡𝑡 una variable exógena contemporánea 𝑧𝑧𝑡𝑡 y

𝐸𝐸 (𝑦𝑦𝑡𝑡|𝑧𝑧𝑡𝑡, 𝑦𝑦𝑡𝑡−1, 𝑧𝑧𝑡𝑡−1, 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … ) = 𝛽𝛽0 + 𝛽𝛽1𝑧𝑧𝑡𝑡 + 𝛽𝛽2𝑦𝑦𝑡𝑡−1 + 𝛽𝛽3𝑧𝑧𝑡𝑡−1

De manera que a lo sumo un rezago de y y de z aparecen en la regresión

dinámica. El enfoque tradicional es suponer que Var (𝑦𝑦𝑡𝑡| 𝑧𝑧𝑡𝑡 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−1 , 𝑧𝑧𝑡𝑡−1 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … )es

constante, pero esta varianza podría seguir un modelo ARCH:

Var (𝑦𝑦𝑡𝑡| 𝑧𝑧𝑡𝑡 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−1 , 𝑧𝑧𝑡𝑡−1 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … ) = Var (𝑢𝑢𝑡𝑡| 𝑧𝑧𝑡𝑡 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−1 , 𝑧𝑧𝑡𝑡−1 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … )

= ∝0+ ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−12

donde 𝑢𝑢𝑡𝑡 = 𝑦𝑦𝑡𝑡 − 𝐸𝐸 (𝑦𝑦𝑡𝑡|𝑧𝑧𝑡𝑡, 𝑦𝑦𝑡𝑡−1, 𝑧𝑧𝑡𝑡−1, 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … ) . Como se sabe, la presencia de

ARCH no afecta la consistencia de MCO y tanto los errores estándar robustos a la

heterocedasticidad como los estadísticos de prueba son válidos. (Son válidos,

mayor) se asociaba con una varianza del error mayor en el periodo en curso. Puesto que la varianza a menudo se utiliza para medir la vola-tilidad y esta es un elemento clave en las teorías de fijación de precios de los activos, los modelos arch se han vuelto importantes en las finanzas empíri-cas. Los modelos arch se aplican también cuando hay dinámica en la medida condicional. Suponga que se tiene la variable dependiente

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procedimiento de mínimos cuadrados ponderados, basado en la estimación de la

ecuación (2), resolverá el problema. Un procedimiento de máxima verisimilitud

bajo el supuesto de que los errores tienen una distribución normal condicional

también sirve. En segundo lugar, los economistas de diversos campos se han

interesado en la dinámica de la varianza condicional. La aplicación original de

Engle fue a la varianza de la inflación del Reino Unido, en la que descubrió que

una mayor magnitud del error en el periodo anterior (𝑢𝑢𝑡𝑡−12 mayor) se asociaba con

una varianza del error mayor en el periodo en curso. Puesto que la varianza a

menudo se utiliza para medir la volatilidad y esta es un elemento clave en las

teorías fijación de precios de los activos, los modelos ARCH se han vuelto

importantes en las finanzas empíricas. Los modelos ARCH se aplican también

cuando hay dinámica en la medida condicional. Suponga que se tiene la variable

dependiente 𝑦𝑦𝑡𝑡 una variable exógena contemporánea 𝑧𝑧𝑡𝑡 y

𝐸𝐸 (𝑦𝑦𝑡𝑡|𝑧𝑧𝑡𝑡, 𝑦𝑦𝑡𝑡−1, 𝑧𝑧𝑡𝑡−1, 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … ) = 𝛽𝛽0 + 𝛽𝛽1𝑧𝑧𝑡𝑡 + 𝛽𝛽2𝑦𝑦𝑡𝑡−1 + 𝛽𝛽3𝑧𝑧𝑡𝑡−1

De manera que a lo sumo un rezago de y y de z aparecen en la regresión

dinámica. El enfoque tradicional es suponer que Var (𝑦𝑦𝑡𝑡| 𝑧𝑧𝑡𝑡 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−1 , 𝑧𝑧𝑡𝑡−1 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … )es

constante, pero esta varianza podría seguir un modelo ARCH:

Var (𝑦𝑦𝑡𝑡| 𝑧𝑧𝑡𝑡 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−1 , 𝑧𝑧𝑡𝑡−1 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … ) = Var (𝑢𝑢𝑡𝑡| 𝑧𝑧𝑡𝑡 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−1 , 𝑧𝑧𝑡𝑡−1 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … )

= ∝0+ ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−12

donde 𝑢𝑢𝑡𝑡 = 𝑦𝑦𝑡𝑡 − 𝐸𝐸 (𝑦𝑦𝑡𝑡|𝑧𝑧𝑡𝑡, 𝑦𝑦𝑡𝑡−1, 𝑧𝑧𝑡𝑡−1, 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … ) . Como se sabe, la presencia de

ARCH no afecta la consistencia de MCO y tanto los errores estándar robustos a la

heterocedasticidad como los estadísticos de prueba son válidos. (Son válidos,

una varia-ble exógena contemporánea

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procedimiento de mínimos cuadrados ponderados, basado en la estimación de la

ecuación (2), resolverá el problema. Un procedimiento de máxima verisimilitud

bajo el supuesto de que los errores tienen una distribución normal condicional

también sirve. En segundo lugar, los economistas de diversos campos se han

interesado en la dinámica de la varianza condicional. La aplicación original de

Engle fue a la varianza de la inflación del Reino Unido, en la que descubrió que

una mayor magnitud del error en el periodo anterior (𝑢𝑢𝑡𝑡−12 mayor) se asociaba con

una varianza del error mayor en el periodo en curso. Puesto que la varianza a

menudo se utiliza para medir la volatilidad y esta es un elemento clave en las

teorías fijación de precios de los activos, los modelos ARCH se han vuelto

importantes en las finanzas empíricas. Los modelos ARCH se aplican también

cuando hay dinámica en la medida condicional. Suponga que se tiene la variable

dependiente 𝑦𝑦𝑡𝑡 una variable exógena contemporánea 𝑧𝑧𝑡𝑡 y

𝐸𝐸 (𝑦𝑦𝑡𝑡|𝑧𝑧𝑡𝑡, 𝑦𝑦𝑡𝑡−1, 𝑧𝑧𝑡𝑡−1, 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … ) = 𝛽𝛽0 + 𝛽𝛽1𝑧𝑧𝑡𝑡 + 𝛽𝛽2𝑦𝑦𝑡𝑡−1 + 𝛽𝛽3𝑧𝑧𝑡𝑡−1

De manera que a lo sumo un rezago de y y de z aparecen en la regresión

dinámica. El enfoque tradicional es suponer que Var (𝑦𝑦𝑡𝑡| 𝑧𝑧𝑡𝑡 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−1 , 𝑧𝑧𝑡𝑡−1 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … )es

constante, pero esta varianza podría seguir un modelo ARCH:

Var (𝑦𝑦𝑡𝑡| 𝑧𝑧𝑡𝑡 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−1 , 𝑧𝑧𝑡𝑡−1 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … ) = Var (𝑢𝑢𝑡𝑡| 𝑧𝑧𝑡𝑡 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−1 , 𝑧𝑧𝑡𝑡−1 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … )

= ∝0+ ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−12

donde 𝑢𝑢𝑡𝑡 = 𝑦𝑦𝑡𝑡 − 𝐸𝐸 (𝑦𝑦𝑡𝑡|𝑧𝑧𝑡𝑡, 𝑦𝑦𝑡𝑡−1, 𝑧𝑧𝑡𝑡−1, 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … ) . Como se sabe, la presencia de

ARCH no afecta la consistencia de MCO y tanto los errores estándar robustos a la

heterocedasticidad como los estadísticos de prueba son válidos. (Son válidos,

y

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procedimiento de mínimos cuadrados ponderados, basado en la estimación de la

ecuación (2), resolverá el problema. Un procedimiento de máxima verisimilitud

bajo el supuesto de que los errores tienen una distribución normal condicional

también sirve. En segundo lugar, los economistas de diversos campos se han

interesado en la dinámica de la varianza condicional. La aplicación original de

Engle fue a la varianza de la inflación del Reino Unido, en la que descubrió que

una mayor magnitud del error en el periodo anterior (𝑢𝑢𝑡𝑡−12 mayor) se asociaba con

una varianza del error mayor en el periodo en curso. Puesto que la varianza a

menudo se utiliza para medir la volatilidad y esta es un elemento clave en las

teorías fijación de precios de los activos, los modelos ARCH se han vuelto

importantes en las finanzas empíricas. Los modelos ARCH se aplican también

cuando hay dinámica en la medida condicional. Suponga que se tiene la variable

dependiente 𝑦𝑦𝑡𝑡 una variable exógena contemporánea 𝑧𝑧𝑡𝑡 y

𝐸𝐸 (𝑦𝑦𝑡𝑡|𝑧𝑧𝑡𝑡, 𝑦𝑦𝑡𝑡−1, 𝑧𝑧𝑡𝑡−1, 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … ) = 𝛽𝛽0 + 𝛽𝛽1𝑧𝑧𝑡𝑡 + 𝛽𝛽2𝑦𝑦𝑡𝑡−1 + 𝛽𝛽3𝑧𝑧𝑡𝑡−1

De manera que a lo sumo un rezago de y y de z aparecen en la regresión

dinámica. El enfoque tradicional es suponer que Var (𝑦𝑦𝑡𝑡| 𝑧𝑧𝑡𝑡 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−1 , 𝑧𝑧𝑡𝑡−1 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … )es

constante, pero esta varianza podría seguir un modelo ARCH:

Var (𝑦𝑦𝑡𝑡| 𝑧𝑧𝑡𝑡 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−1 , 𝑧𝑧𝑡𝑡−1 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … ) = Var (𝑢𝑢𝑡𝑡| 𝑧𝑧𝑡𝑡 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−1 , 𝑧𝑧𝑡𝑡−1 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … )

= ∝0+ ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−12

donde 𝑢𝑢𝑡𝑡 = 𝑦𝑦𝑡𝑡 − 𝐸𝐸 (𝑦𝑦𝑡𝑡|𝑧𝑧𝑡𝑡, 𝑦𝑦𝑡𝑡−1, 𝑧𝑧𝑡𝑡−1, 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … ) . Como se sabe, la presencia de

ARCH no afecta la consistencia de MCO y tanto los errores estándar robustos a la

heterocedasticidad como los estadísticos de prueba son válidos. (Son válidos,

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procedimiento de mínimos cuadrados ponderados, basado en la estimación de la

ecuación (2), resolverá el problema. Un procedimiento de máxima verisimilitud

bajo el supuesto de que los errores tienen una distribución normal condicional

también sirve. En segundo lugar, los economistas de diversos campos se han

interesado en la dinámica de la varianza condicional. La aplicación original de

Engle fue a la varianza de la inflación del Reino Unido, en la que descubrió que

una mayor magnitud del error en el periodo anterior (𝑢𝑢𝑡𝑡−12 mayor) se asociaba con

una varianza del error mayor en el periodo en curso. Puesto que la varianza a

menudo se utiliza para medir la volatilidad y esta es un elemento clave en las

teorías fijación de precios de los activos, los modelos ARCH se han vuelto

importantes en las finanzas empíricas. Los modelos ARCH se aplican también

cuando hay dinámica en la medida condicional. Suponga que se tiene la variable

dependiente 𝑦𝑦𝑡𝑡 una variable exógena contemporánea 𝑧𝑧𝑡𝑡 y

𝐸𝐸 (𝑦𝑦𝑡𝑡|𝑧𝑧𝑡𝑡, 𝑦𝑦𝑡𝑡−1, 𝑧𝑧𝑡𝑡−1, 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … ) = 𝛽𝛽0 + 𝛽𝛽1𝑧𝑧𝑡𝑡 + 𝛽𝛽2𝑦𝑦𝑡𝑡−1 + 𝛽𝛽3𝑧𝑧𝑡𝑡−1

De manera que a lo sumo un rezago de y y de z aparecen en la regresión

dinámica. El enfoque tradicional es suponer que Var (𝑦𝑦𝑡𝑡| 𝑧𝑧𝑡𝑡 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−1 , 𝑧𝑧𝑡𝑡−1 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … )es

constante, pero esta varianza podría seguir un modelo ARCH:

Var (𝑦𝑦𝑡𝑡| 𝑧𝑧𝑡𝑡 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−1 , 𝑧𝑧𝑡𝑡−1 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … ) = Var (𝑢𝑢𝑡𝑡| 𝑧𝑧𝑡𝑡 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−1 , 𝑧𝑧𝑡𝑡−1 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … )

= ∝0+ ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−12

donde 𝑢𝑢𝑡𝑡 = 𝑦𝑦𝑡𝑡 − 𝐸𝐸 (𝑦𝑦𝑡𝑡|𝑧𝑧𝑡𝑡, 𝑦𝑦𝑡𝑡−1, 𝑧𝑧𝑡𝑡−1, 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … ) . Como se sabe, la presencia de

ARCH no afecta la consistencia de MCO y tanto los errores estándar robustos a la

heterocedasticidad como los estadísticos de prueba son válidos. (Son válidos,

.

De manera que a lo sumo un rezago de y y de z aparece en la regresión dinámi-ca. El enfoque tradicional es suponer que Var

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procedimiento de mínimos cuadrados ponderados, basado en la estimación de la

ecuación (2), resolverá el problema. Un procedimiento de máxima verisimilitud

bajo el supuesto de que los errores tienen una distribución normal condicional

también sirve. En segundo lugar, los economistas de diversos campos se han

interesado en la dinámica de la varianza condicional. La aplicación original de

Engle fue a la varianza de la inflación del Reino Unido, en la que descubrió que

una mayor magnitud del error en el periodo anterior (𝑢𝑢𝑡𝑡−12 mayor) se asociaba con

una varianza del error mayor en el periodo en curso. Puesto que la varianza a

menudo se utiliza para medir la volatilidad y esta es un elemento clave en las

teorías fijación de precios de los activos, los modelos ARCH se han vuelto

importantes en las finanzas empíricas. Los modelos ARCH se aplican también

cuando hay dinámica en la medida condicional. Suponga que se tiene la variable

dependiente 𝑦𝑦𝑡𝑡 una variable exógena contemporánea 𝑧𝑧𝑡𝑡 y

𝐸𝐸 (𝑦𝑦𝑡𝑡|𝑧𝑧𝑡𝑡, 𝑦𝑦𝑡𝑡−1, 𝑧𝑧𝑡𝑡−1, 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … ) = 𝛽𝛽0 + 𝛽𝛽1𝑧𝑧𝑡𝑡 + 𝛽𝛽2𝑦𝑦𝑡𝑡−1 + 𝛽𝛽3𝑧𝑧𝑡𝑡−1

De manera que a lo sumo un rezago de y y de z aparecen en la regresión

dinámica. El enfoque tradicional es suponer que Var (𝑦𝑦𝑡𝑡| 𝑧𝑧𝑡𝑡 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−1 , 𝑧𝑧𝑡𝑡−1 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … )es

constante, pero esta varianza podría seguir un modelo ARCH:

Var (𝑦𝑦𝑡𝑡| 𝑧𝑧𝑡𝑡 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−1 , 𝑧𝑧𝑡𝑡−1 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … ) = Var (𝑢𝑢𝑡𝑡| 𝑧𝑧𝑡𝑡 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−1 , 𝑧𝑧𝑡𝑡−1 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … )

= ∝0+ ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−12

donde 𝑢𝑢𝑡𝑡 = 𝑦𝑦𝑡𝑡 − 𝐸𝐸 (𝑦𝑦𝑡𝑡|𝑧𝑧𝑡𝑡, 𝑦𝑦𝑡𝑡−1, 𝑧𝑧𝑡𝑡−1, 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … ) . Como se sabe, la presencia de

ARCH no afecta la consistencia de MCO y tanto los errores estándar robustos a la

heterocedasticidad como los estadísticos de prueba son válidos. (Son válidos,

es constante, pero esta varianza podría seguir un modelo arch:

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procedimiento de mínimos cuadrados ponderados, basado en la estimación de la

ecuación (2), resolverá el problema. Un procedimiento de máxima verisimilitud

bajo el supuesto de que los errores tienen una distribución normal condicional

también sirve. En segundo lugar, los economistas de diversos campos se han

interesado en la dinámica de la varianza condicional. La aplicación original de

Engle fue a la varianza de la inflación del Reino Unido, en la que descubrió que

una mayor magnitud del error en el periodo anterior (𝑢𝑢𝑡𝑡−12 mayor) se asociaba con

una varianza del error mayor en el periodo en curso. Puesto que la varianza a

menudo se utiliza para medir la volatilidad y esta es un elemento clave en las

teorías fijación de precios de los activos, los modelos ARCH se han vuelto

importantes en las finanzas empíricas. Los modelos ARCH se aplican también

cuando hay dinámica en la medida condicional. Suponga que se tiene la variable

dependiente 𝑦𝑦𝑡𝑡 una variable exógena contemporánea 𝑧𝑧𝑡𝑡 y

𝐸𝐸 (𝑦𝑦𝑡𝑡|𝑧𝑧𝑡𝑡, 𝑦𝑦𝑡𝑡−1, 𝑧𝑧𝑡𝑡−1, 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … ) = 𝛽𝛽0 + 𝛽𝛽1𝑧𝑧𝑡𝑡 + 𝛽𝛽2𝑦𝑦𝑡𝑡−1 + 𝛽𝛽3𝑧𝑧𝑡𝑡−1

De manera que a lo sumo un rezago de y y de z aparecen en la regresión

dinámica. El enfoque tradicional es suponer que Var (𝑦𝑦𝑡𝑡| 𝑧𝑧𝑡𝑡 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−1 , 𝑧𝑧𝑡𝑡−1 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … )es

constante, pero esta varianza podría seguir un modelo ARCH:

Var (𝑦𝑦𝑡𝑡| 𝑧𝑧𝑡𝑡 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−1 , 𝑧𝑧𝑡𝑡−1 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … ) = Var (𝑢𝑢𝑡𝑡| 𝑧𝑧𝑡𝑡 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−1 , 𝑧𝑧𝑡𝑡−1 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … )

= ∝0+ ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−12

donde 𝑢𝑢𝑡𝑡 = 𝑦𝑦𝑡𝑡 − 𝐸𝐸 (𝑦𝑦𝑡𝑡|𝑧𝑧𝑡𝑡, 𝑦𝑦𝑡𝑡−1, 𝑧𝑧𝑡𝑡−1, 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … ) . Como se sabe, la presencia de

ARCH no afecta la consistencia de MCO y tanto los errores estándar robustos a la

heterocedasticidad como los estadísticos de prueba son válidos. (Son válidos,

19

procedimiento de mínimos cuadrados ponderados, basado en la estimación de la

ecuación (2), resolverá el problema. Un procedimiento de máxima verisimilitud

bajo el supuesto de que los errores tienen una distribución normal condicional

también sirve. En segundo lugar, los economistas de diversos campos se han

interesado en la dinámica de la varianza condicional. La aplicación original de

Engle fue a la varianza de la inflación del Reino Unido, en la que descubrió que

una mayor magnitud del error en el periodo anterior (𝑢𝑢𝑡𝑡−12 mayor) se asociaba con

una varianza del error mayor en el periodo en curso. Puesto que la varianza a

menudo se utiliza para medir la volatilidad y esta es un elemento clave en las

teorías fijación de precios de los activos, los modelos ARCH se han vuelto

importantes en las finanzas empíricas. Los modelos ARCH se aplican también

cuando hay dinámica en la medida condicional. Suponga que se tiene la variable

dependiente 𝑦𝑦𝑡𝑡 una variable exógena contemporánea 𝑧𝑧𝑡𝑡 y

𝐸𝐸 (𝑦𝑦𝑡𝑡|𝑧𝑧𝑡𝑡, 𝑦𝑦𝑡𝑡−1, 𝑧𝑧𝑡𝑡−1, 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … ) = 𝛽𝛽0 + 𝛽𝛽1𝑧𝑧𝑡𝑡 + 𝛽𝛽2𝑦𝑦𝑡𝑡−1 + 𝛽𝛽3𝑧𝑧𝑡𝑡−1

De manera que a lo sumo un rezago de y y de z aparecen en la regresión

dinámica. El enfoque tradicional es suponer que Var (𝑦𝑦𝑡𝑡| 𝑧𝑧𝑡𝑡 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−1 , 𝑧𝑧𝑡𝑡−1 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … )es

constante, pero esta varianza podría seguir un modelo ARCH:

Var (𝑦𝑦𝑡𝑡| 𝑧𝑧𝑡𝑡 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−1 , 𝑧𝑧𝑡𝑡−1 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … ) = Var (𝑢𝑢𝑡𝑡| 𝑧𝑧𝑡𝑡 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−1 , 𝑧𝑧𝑡𝑡−1 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … )

= ∝0+ ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−12

donde 𝑢𝑢𝑡𝑡 = 𝑦𝑦𝑡𝑡 − 𝐸𝐸 (𝑦𝑦𝑡𝑡|𝑧𝑧𝑡𝑡, 𝑦𝑦𝑡𝑡−1, 𝑧𝑧𝑡𝑡−1, 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … ) . Como se sabe, la presencia de

ARCH no afecta la consistencia de MCO y tanto los errores estándar robustos a la

heterocedasticidad como los estadísticos de prueba son válidos. (Son válidos,

19

procedimiento de mínimos cuadrados ponderados, basado en la estimación de la

ecuación (2), resolverá el problema. Un procedimiento de máxima verisimilitud

bajo el supuesto de que los errores tienen una distribución normal condicional

también sirve. En segundo lugar, los economistas de diversos campos se han

interesado en la dinámica de la varianza condicional. La aplicación original de

Engle fue a la varianza de la inflación del Reino Unido, en la que descubrió que

una mayor magnitud del error en el periodo anterior (𝑢𝑢𝑡𝑡−12 mayor) se asociaba con

una varianza del error mayor en el periodo en curso. Puesto que la varianza a

menudo se utiliza para medir la volatilidad y esta es un elemento clave en las

teorías fijación de precios de los activos, los modelos ARCH se han vuelto

importantes en las finanzas empíricas. Los modelos ARCH se aplican también

cuando hay dinámica en la medida condicional. Suponga que se tiene la variable

dependiente 𝑦𝑦𝑡𝑡 una variable exógena contemporánea 𝑧𝑧𝑡𝑡 y

𝐸𝐸 (𝑦𝑦𝑡𝑡|𝑧𝑧𝑡𝑡, 𝑦𝑦𝑡𝑡−1, 𝑧𝑧𝑡𝑡−1, 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … ) = 𝛽𝛽0 + 𝛽𝛽1𝑧𝑧𝑡𝑡 + 𝛽𝛽2𝑦𝑦𝑡𝑡−1 + 𝛽𝛽3𝑧𝑧𝑡𝑡−1

De manera que a lo sumo un rezago de y y de z aparecen en la regresión

dinámica. El enfoque tradicional es suponer que Var (𝑦𝑦𝑡𝑡| 𝑧𝑧𝑡𝑡 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−1 , 𝑧𝑧𝑡𝑡−1 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … )es

constante, pero esta varianza podría seguir un modelo ARCH:

Var (𝑦𝑦𝑡𝑡| 𝑧𝑧𝑡𝑡 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−1 , 𝑧𝑧𝑡𝑡−1 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … ) = Var (𝑢𝑢𝑡𝑡| 𝑧𝑧𝑡𝑡 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−1 , 𝑧𝑧𝑡𝑡−1 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … )

= ∝0+ ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−12

donde 𝑢𝑢𝑡𝑡 = 𝑦𝑦𝑡𝑡 − 𝐸𝐸 (𝑦𝑦𝑡𝑡|𝑧𝑧𝑡𝑡, 𝑦𝑦𝑡𝑡−1, 𝑧𝑧𝑡𝑡−1, 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … ) . Como se sabe, la presencia de

ARCH no afecta la consistencia de MCO y tanto los errores estándar robustos a la

heterocedasticidad como los estadísticos de prueba son válidos. (Son válidos,

19

procedimiento de mínimos cuadrados ponderados, basado en la estimación de la

ecuación (2), resolverá el problema. Un procedimiento de máxima verisimilitud

bajo el supuesto de que los errores tienen una distribución normal condicional

también sirve. En segundo lugar, los economistas de diversos campos se han

interesado en la dinámica de la varianza condicional. La aplicación original de

Engle fue a la varianza de la inflación del Reino Unido, en la que descubrió que

una mayor magnitud del error en el periodo anterior (𝑢𝑢𝑡𝑡−12 mayor) se asociaba con

una varianza del error mayor en el periodo en curso. Puesto que la varianza a

menudo se utiliza para medir la volatilidad y esta es un elemento clave en las

teorías fijación de precios de los activos, los modelos ARCH se han vuelto

importantes en las finanzas empíricas. Los modelos ARCH se aplican también

cuando hay dinámica en la medida condicional. Suponga que se tiene la variable

dependiente 𝑦𝑦𝑡𝑡 una variable exógena contemporánea 𝑧𝑧𝑡𝑡 y

𝐸𝐸 (𝑦𝑦𝑡𝑡|𝑧𝑧𝑡𝑡, 𝑦𝑦𝑡𝑡−1, 𝑧𝑧𝑡𝑡−1, 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … ) = 𝛽𝛽0 + 𝛽𝛽1𝑧𝑧𝑡𝑡 + 𝛽𝛽2𝑦𝑦𝑡𝑡−1 + 𝛽𝛽3𝑧𝑧𝑡𝑡−1

De manera que a lo sumo un rezago de y y de z aparecen en la regresión

dinámica. El enfoque tradicional es suponer que Var (𝑦𝑦𝑡𝑡| 𝑧𝑧𝑡𝑡 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−1 , 𝑧𝑧𝑡𝑡−1 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … )es

constante, pero esta varianza podría seguir un modelo ARCH:

Var (𝑦𝑦𝑡𝑡| 𝑧𝑧𝑡𝑡 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−1 , 𝑧𝑧𝑡𝑡−1 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … ) = Var (𝑢𝑢𝑡𝑡| 𝑧𝑧𝑡𝑡 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−1 , 𝑧𝑧𝑡𝑡−1 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … )

= ∝0+ ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−12

donde 𝑢𝑢𝑡𝑡 = 𝑦𝑦𝑡𝑡 − 𝐸𝐸 (𝑦𝑦𝑡𝑡|𝑧𝑧𝑡𝑡, 𝑦𝑦𝑡𝑡−1, 𝑧𝑧𝑡𝑡−1, 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … ) . Como se sabe, la presencia de

ARCH no afecta la consistencia de MCO y tanto los errores estándar robustos a la

heterocedasticidad como los estadísticos de prueba son válidos. (Son válidos,

,

donde

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procedimiento de mínimos cuadrados ponderados, basado en la estimación de la

ecuación (2), resolverá el problema. Un procedimiento de máxima verisimilitud

bajo el supuesto de que los errores tienen una distribución normal condicional

también sirve. En segundo lugar, los economistas de diversos campos se han

interesado en la dinámica de la varianza condicional. La aplicación original de

Engle fue a la varianza de la inflación del Reino Unido, en la que descubrió que

una mayor magnitud del error en el periodo anterior (𝑢𝑢𝑡𝑡−12 mayor) se asociaba con

una varianza del error mayor en el periodo en curso. Puesto que la varianza a

menudo se utiliza para medir la volatilidad y esta es un elemento clave en las

teorías fijación de precios de los activos, los modelos ARCH se han vuelto

importantes en las finanzas empíricas. Los modelos ARCH se aplican también

cuando hay dinámica en la medida condicional. Suponga que se tiene la variable

dependiente 𝑦𝑦𝑡𝑡 una variable exógena contemporánea 𝑧𝑧𝑡𝑡 y

𝐸𝐸 (𝑦𝑦𝑡𝑡|𝑧𝑧𝑡𝑡, 𝑦𝑦𝑡𝑡−1, 𝑧𝑧𝑡𝑡−1, 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … ) = 𝛽𝛽0 + 𝛽𝛽1𝑧𝑧𝑡𝑡 + 𝛽𝛽2𝑦𝑦𝑡𝑡−1 + 𝛽𝛽3𝑧𝑧𝑡𝑡−1

De manera que a lo sumo un rezago de y y de z aparecen en la regresión

dinámica. El enfoque tradicional es suponer que Var (𝑦𝑦𝑡𝑡| 𝑧𝑧𝑡𝑡 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−1 , 𝑧𝑧𝑡𝑡−1 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … )es

constante, pero esta varianza podría seguir un modelo ARCH:

Var (𝑦𝑦𝑡𝑡| 𝑧𝑧𝑡𝑡 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−1 , 𝑧𝑧𝑡𝑡−1 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … ) = Var (𝑢𝑢𝑡𝑡| 𝑧𝑧𝑡𝑡 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−1 , 𝑧𝑧𝑡𝑡−1 , 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … )

= ∝0+ ∝1 𝑢𝑢𝑡𝑡−12

donde 𝑢𝑢𝑡𝑡 = 𝑦𝑦𝑡𝑡 − 𝐸𝐸 (𝑦𝑦𝑡𝑡|𝑧𝑧𝑡𝑡, 𝑦𝑦𝑡𝑡−1, 𝑧𝑧𝑡𝑡−1, 𝑦𝑦𝑡𝑡−2, … ) . Como se sabe, la presencia de

ARCH no afecta la consistencia de MCO y tanto los errores estándar robustos a la

heterocedasticidad como los estadísticos de prueba son válidos. (Son válidos,

. Como se sabe, la presencia de arch no afecta la con-sistencia de mco y tanto los errores estándar robus-tos a la heterocedasticidad como los estadísticos de prueba son válidos. (Son válidos para cualquier for-ma de heterocedasticidad, y arch es sólo una forma particular de heterocedasticidad).

Modelo garch

Desde su “descubrimiento” en 1982, la elaboración de modelos arch se ha convertido en un área flore-ciente, con todo tipo de variantes respecto al mo-delo original. Uno que ha sido muy popular es el modelo condicional autorregresivo generalizado con heterocedasticidad, propuesto por Bollerslev. El modelo garch más simple es el garch (1,1), que puede expresarse como:

20

para cualquier forma de heterocedasticidad y ARCH es solo una forma particular

de heterocedasticidad).

Modelo GARCH

Desde su “descubrimiento” en 1982, la elaboración de modelos ARCH se ha

convertido en un área floreciente, con todo tipo de variantes respecto al modelo

original. Uno que ha sido muy popular es el modelo condicional autorregresivo

generalizado con heterocedasticidad, propuesto por Bollerslev. El modelo GARCH

más simple es el GARCH (1,1), que puede expresarse como:

𝜎𝜎𝑡𝑡2 = 𝛼𝛼0 + 𝛼𝛼1𝑢𝑢𝑡𝑡−1

2 + 𝛼𝛼2𝜎𝜎𝑡𝑡−12

El cual enuncia que la varianza condicional de u en el tiempo t depende no

solo del término de error al cuadrado del periodo anterior, sino también de su

varianza condicional en el periodo anterior. Este modelo puede generalizarse al

modelo GARCH (p, q) en el que existen p términos rezagados del término de error

al cuadrado y q términos de las varianzas condicionales rezagadas.

Como primer paso se realiza un análisis del comportamiento en niveles

de las variables de estudio. En la siguiente gráfica se puede observar que el tipo

de cambio Fix prácticamente no muestra una tendencia de largo plazo en el

periodo 2010 a 2014, sin embargo, a partir del segundo semestre de 2014 existe

un proceso de depreciación muy fuerte hasta el final del periodo de estudio. Por su

parte, el precio de la Mezcla Mexicana muestra una tendencia hacia la baja que

parece detenerse a finales del año 2015. En el caso de la tercera variable que se

utiliza, es claro que la economía de Estados Unidos se recupera pues la tasa libre

de riesgo baja de manera significativa a lo largo del periodo de análisis.

.

El cual enuncia que la varianza condicional de u en el tiempo t depende no sólo del término de error al cuadrado del periodo anterior, sino también de su varianza condicional en el periodo anterior. Este modelo puede generalizarse al modelo garch (p, q) en el que existen p términos rezagados del término de error al cuadrado y q términos de las varianzas condicionales rezagadas.

Como primer paso, se realiza un análisis del comportamiento en niveles de las variables de es-tudio. En la Gráfica 5 se observa que el tipo de cam-bio fix prácticamente no muestra una tendencia de largo plazo en el periodo 2010 a 2014; sin em-bargo, a partir del segundo semestre de 2014 exis-te un proceso de depreciación muy fuerte hasta el final del periodo de estudio. Por su parte, el precio de la mezcla mexicana muestra una tendencia ha-cia la baja que parece detenerse a finales del año

Page 86: ESTUDIO Intervención organizacional. CONTENIDO Primeras

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NSergio Solís Tepexpa y Luis Fernando Muñoz González

Gráfica 5Comportamiento del tipo de cambio (fix), mezcla mexicana de petróleo (mme) y tasa de interés

de letras del Tesoro (tb-10)

Fuente: elaboración propia con datos de Economatica.

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Gráfica V Comportamiento del Tipo de Cambio (FIX), Mezcla Mexicana de Petróleo (MME) y

Tasa de Interés de Letras del Tesoro (TB-10)

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MME

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2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016

FIX

1.0

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2.5

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2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016

TB10

Fuente: Elaboración propia con datos de Economatica

Un aspecto importante para construir el modelo GARCH es calcular los

rendimientos diarios de cada una de las variables. Para ello, se realizaron las

pruebas de raíces unitarias de las cuales se determinó que las variables tenían un

orden de integración uno, es decir, las tres variables eran I(1), por lo que se

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2015. En el caso de la tercera variable que se utiliza, es claro que la economía de Estados Unidos se re-cupera, pues la tasa libre de riesgo baja de manera significativa a lo largo del periodo de análisis.

Un aspecto importante para construir el mode-lo garch es calcular los rendimientos diarios de ca-da una de las variables. Para ello, se realizaron las pruebas de raíces unitarias de las cuales se deter-minó que las variables tenían un orden de integra-ción, es decir, las tres variables eran (1), por lo que se podían diferenciar una vez para hacerlas estacio-narias y con ello también obtener los rendimientos, como se muestra en la Gráfica 6.

Como se observa, existe un proceso de volatili-dad aleatoria de los rendimientos de cada una de las variables, también, que la varianza no es cons-tante a lo largo del periodo de análisis. Tanto en el fix como en la mme existen periodos de alta vola-tilidad en sus rendimientos, que parecen coincidir, por ejemplo, en los años 2010, 2015 y 2016. Dado esto, se plantea un modelo garch que arroja los re-sultados de la Tabla 1.

En la tabla se observa que a excepción del primer intercepto (C), todos los demás coeficientes son sig-nificativos; sin embargo, al observar el signo negati-vo de cada uno de los coeficientes (dlmme y dltb10),

Gráfica 6Rendimientos del tipo de cambio (fix), mezcla mexicana de petróleo (mme) y tasa de interés de

letras del Tesoro (tb-10)

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podían diferenciar una vez para hacerlas estacionarias y con ello también se

obtienen los rendimientos como se muestran en las siguientes graficas:

Gráfica VI Rendimientos del Tipo de Cambio (FIX), Mezcla Mexicana de Petróleo (MME) y

Tasa de Interés de Letras del Tesoro (TB-10)

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Differenced LMME

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Differenced LFIX

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2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016

Differenced LTB10

Fuente: Elaboración propia con datos de Economatica

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NSergio Solís Tepexpa y Luis Fernando Muñoz González

Fuente: elaboración propia con datos de Economatica.

Tabla 1Resultados del modelo garch

GARCH = C(4) + C(5)*RESID(-1)^2 + C(6)*GARCH(-1)

Variable Coeficiente Error z-Estadístico Prob. estándar

DLMME -0.096308 0.005757 -16.72824 0.0000

DLTB10 -0.031397 0.004843 -6.483265 0.0000

C -0.000199 0.000134 -1.483339 0.1380

Ecuación de la varianza

C 7.42E-07 1.93E-07 3.835410 0.0001

RESID(-1)^2 0.083800 0.008801 9.521983 0.0000

GARCH(-1) 0.903831 0.010336 87.44175 0.0000

R2 0.143761 Media var. dependiente 0.000121

R2 ajustada 0.142711 S.D. var. dependiente 0.007052

S.E. de la regresión 0.006529 Criterio Akaike -7.345194

Suma cua. de resid 0.069536 Criterio Schwarz -7.325369

Log likelihood 6007.023 Criterio Hannan-Quinn. -7.337840

Durbin-Watson 1.952758

Fuente: elaboración propia con datos de Economatica.

22

podían diferenciar una vez para hacerlas estacionarias y con ello también se

obtienen los rendimientos como se muestran en las siguientes graficas:

Gráfica VI Rendimientos del Tipo de Cambio (FIX), Mezcla Mexicana de Petróleo (MME) y

Tasa de Interés de Letras del Tesoro (TB-10)

-.15

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.05

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2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016

Differenced LMME

-.04

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.00

.02

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Differenced LFIX

-.2

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.1

.2

2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016

Differenced LTB10

Fuente: Elaboración propia con datos de Economatica

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Volatilidad del tipo de cambio en México:… pp. 75-89

Gráfica 7Desviación estándar condicional del modelo

Fuente: elaboración propia con datos de Economatica.

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cual implica que la volatilidad del tipo de cambio proviene del comportamiento de

su propia volatilidad rezagada. Dados estos resultados es posible afirmar que la

volatilidad en la cotización del dólar se debe a un proceso especulativo, que

responde al nerviosismo del mercado interno y externo. En las siguientes gráficas

se puede observar que el tipo de cambio muestra procesos de alta volatilidad en

momentos de alto nerviosismo por parte del público inversor.

Gráfica VII Desviación estándar condicional del Modelo

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2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016

Conditional standard deviation Fuente: Elaboración propia con datos de Economatica

se evidencia que ni la volatilidad del precio del pe-tróleo, ni los ajustes de política monetaria en Esta-dos Unidos repercuten en la volatilidad del tipo de cambio peso-dólar. No obstante, el coeficiente del rezago del tipo de cambio resulta significativo y con signo positivo, lo cual implica que la volatilidad del tipo de cambio proviene del comportamiento de su propia volatilidad rezagada. Dados estos resultados, es posible afirmar que la volatilidad en la cotización del dólar se debe a un proceso especulativo, que responde al nerviosismo de los mercados interno y externo. En las Gráficas 7 y 8 se observa que el tipo de cambio muestra procesos de alta volatilidad en momentos de alto nerviosismo por parte del públi-co inversor.

Reflexiones

Si bien todo parece indicar que México pudiera ser un caso paradigmático de la enfermedad holande-sa, por contar con un sector poseedor de un recur-so natural abundante, el petróleo en este caso, así como lento crecimiento de la economía y repercu-siones en su tipo de cambio respecto del dólar, la evidencia empírica mediante la aplicación del mo-

delo descrito, refleja que no hay una relación entre las variables clave de dicho síndrome, al menos en el período bajo análisis.

Más aún, los hallazgos en el sentido de una re-lación negativa del fix con respecto a la mme y a la TB-10, indican que no hay presencia de dicha en-fermedad, sino más bien una respuesta del tipo de cambio a la presencia de fenómenos especulativos existentes en los mercados financieros internacio-nales, en particular de los cambiarios. Otro factor que destacar es la cada vez menor participación en las exportaciones por parte del sector petrole-ro, ya que al inicio del periodo de análisis represen-taba 16.36% (2010) y cayeron hasta 5.99% (2016) del total (como se mostró en la Gráfica 4); así co-mo la depreciación general observada por el tipo de cambio, aspectos todos ellos que van en sentido contrario a lo que señala la teoría en cuanto a la en-fermedad holandesa.

A pesar de ello, se debe incidir en la reducción de la dependencia del petróleo, sobre todo en lo que respecta al erario, ya que el gasto público de-pende en gran medida de los recursos generados por ese hidrocarburo, que de acuerdo con la Secre-taría de Hacienda y Crédito Público (shcp), en 2010,

24

cual implica que la volatilidad del tipo de cambio proviene del comportamiento de

su propia volatilidad rezagada. Dados estos resultados es posible afirmar que la

volatilidad en la cotización del dólar se debe a un proceso especulativo, que

responde al nerviosismo del mercado interno y externo. En las siguientes gráficas

se puede observar que el tipo de cambio muestra procesos de alta volatilidad en

momentos de alto nerviosismo por parte del público inversor.

Gráfica VII Desviación estándar condicional del Modelo

.002

.004

.006

.008

.010

.012

.014

.016

.018

2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016

Conditional standard deviation Fuente: Elaboración propia con datos de Economatica

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NSergio Solís Tepexpa y Luis Fernando Muñoz González

Gráfica 8Varianza condicional del modelo

Fuente: elaboración propia con datos de Economatica.

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Gráfica VIII Varianza condicional del Modelo

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.00025

.00030

2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016

Conditional variance

Fuente: Elaboración propia con datos de Economatica

Reflexiones

Si bien todo parece indicar que México pudiera ser un caso paradigmático de la

enfermedad holandesa, por cuanto cuenta con un sector poseedor de un recurso

natural abundante, el petróleo en este caso, así como lento crecimiento de la

economía y repercusiones en su tipo de cambio respecto del dólar, la evidencia

empírica mediante la aplicación del modelo antes descrito refleja que no hay una

relación entre las variables clave de dicho síndrome, al menos en el período bajo

análisis.

Más aún, los hallazgos en el sentido de una relación negativa del FIX con

respecto a la MME y a la TB-10, indican que no hay presencia de dicha

enfermedad, sino más bien una respuesta del tipo de cambio a la presencia de

63% de los ingresos se canalizaron al gobierno fe-deral, mismos que a su vez representaron en ese año más del 90% del gasto no programable del sector público. Ello, combinado con una estricta vi-gilancia del destino de los recursos, toda vez que la corrupción puede estar disfrazando esta situación en favor de la clase gobernante (Bresser, 2008). Es-to es importante destacarlo, pues el petróleo es un factor de riesgo país, ya que existe un constante decrecimiento en los ingresos petroleros del sec-tor público, que de acuerdo con la shcp, en el 2010 representaron 4.8% del pib, alcanzando el tope en 2012 con 5.8%, y al cierre del periodo de análisis en 2016, con un 1.5% de aportación al pib, lo cual, an-te un escenario de alta especulación, provoca una movilidad fuerte de capitales, misma que afecta el nivel del tipo de cambio.

En este sentido, Morales (2012) se plantea: ¿Có-mo puede entenderse que las economías que es-tán dotadas de una mayor riqueza natural son las que peor desarrollo económico exhiben, mientras que aquellas que cuentan con recursos mucho más escasos han logrado crecer a ritmos acelera-dos? ¿Cómo puede entenderse que estos países,

naturalmente ricos, no lo sean en términos econó-micos, cuando todo proceso de producción físico requiere materias primas básicas y energía para poder crear? Existen estudios que mencionan que la innovación genera valor añadido a los productos frente a la producción de materias primas, sugiero ampliar su reflexión a las preguntas anteriores.

Notas1 Leverageeffect: “efecto financiero que propo-

ne una explicación de la asimetría en la volatilidad, atribuyendo que las noticias negativas (caída de precio del activo) afectan de mayor manera la vola-tilidad futura que las noticias positivas (incremen-to de los precios) en la misma proporción” (Black, en Aragoñes y Mascareñas, 1994).

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Gestión y estrategia. Año 28, Número 55, enero-junio de 2019, es una publicación semestral editada por la Universidad Autónoma Metropolitana a través de la Unidad Azcapotzalco, División de Ciencias Sociales y Humanidades, Departamento de Administración. Prolongación Canal de Miramontes 3855, Col. Ex Hacienda San Juan de Dios, Delegación Tlalpan, C.P. 14387, Ciudad de México y Av. San Pablo Núm. 180, Col. Reynosa Tamaulipas, Delegación Azcapotzalco, C.P. 02200, Ciudad de México. Teléfono 53 18 91 20 Ext. 129. Página electrónica de la revista: digitaldcsh.azc.uam.mx/index.php/publicacion/publicaciones/periodicas Dirección electrónica: [email protected], [email protected], Editor responsable, Dr. Ayuzabet de la Rosa Alburquerque. Certificado de Reserva de Derechos al Uso Exclusivo Núm. 04-2013-032212554700-203, ISSNe 1606-8459, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Responsable de la última actualización de este número: Luis Ángel Vázquez López, Unidad Azcapotzalco, División de Ciencias Sociales y Humanidades, Departamento de Administración, Av. San Pablo Núm. 180, Col. Reynosa Tamaulipas, Delegación Azcapotzalco, C.P. 02200, Ciudad de México; Fecha de la última modificación junio de 2019. Tamaño del archivo 4.43 MB.

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rección General de Normas Oficiales Mexicanas (1990), Normas oficiales mexicanas.

• Organismos:• OCDE (1992), Estudios económicos, París.• Conferencias: Rangel Sosstman, Rafael (1993), Necesidad de un sistema

educativo orientado hacia la competitividad”, ponencia presentada en el V Congreso Internacional de Calidad To-tal, Monterrey.

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Y CUAENFOQUES CUANTITATI

DE FENÓMENO

Y CUALITATIV

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DEPARTAMENTO DE ADMINISTRACIÓNGestión y estrategia NÚMERO 55 ENERO / JUNIO 2019

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Enfoques cuantitativos y cualitativos en el estudio de fenómenos administrativos

y económicos

CONTENIDO

DEPARTAMENTO DE ADMINISTRACIÓNGestión y estrategia

Enfoques cuantitativos y cualitativos en el estudio de fenómenos administrativos

y económicos

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El estudio de caso como herramienta de conocimiento y aprendizaje para la disciplina de la Administración Diana De Luna Martínez Luis Enrique Manzano Peña

Volatilidad del tipo de cambio en México: ¿Síntoma de la enfermedad holandesa? Sergio Solís Tepexpa Luis Fernando Muñoz González

ARTÍCULOS

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de su zona conurbada Rigoberto Ramírez López

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La distribución del tiempo de las actividades de los trabajadores se relaciona

con el balance trabajo-familia Luis Felipe Llanos Reynoso Lorena Martínez Verduzco

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Cámaras empresariales: correspondencia entre su función

institucional en el impacto y desarrollo del sector empresarial

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Intervención en las organizaciones

DEPARTAMENTO DE ADMINISTRACIÓNGestión y estrategia NÚMERO 48 JULIO / DICIEMBRE 2015

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Intervención en las organizaciones

ARTÍCULOS

Intervención organizacional. Primeras aproximaciones

conceptuales Arturo Andrés Pacheco Espejel

La intervención organizacional como dispositivo de dilucidación de

la responsabilidad social Luis Montaño Hirose

Marcela Rendón Cobián

De la consultoría a la intervención, algunas consideraciones

Esther Morales Franco Nancy Fabiola Martínez Cervantes

Sandra Alejandra Carrillo Andrés

Intervención, crisis y conocimiento Jaime Ramírez Faúndez

Reflexiones sobre el proceso de intervención organizacional, el caso de una entidad educativa Anahí Gallardo Velázquez María Teresa Magallón Diez María Trinidad Cerecedo Mercado

La intervención y la transformación de los arreglos discursivos en la organización: el caso de un gerente homosexual Antonio E. Zarur Osorio

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DIGITALISSN 1606-8459

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