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ESTUDIO HISTÓRICO-ARTÍSTICO DE LA PINTURA RUPESTRE EN LA
PROVINCIA DE CÁCERES
JOSÉ A.RAMOS RUBIO
CRONISTA OFICIAL DE TRUJILLO
Iniciamos nuestro estudio con algo que hemos considerado imprescindible, como son
las primeras muestras de pintura mural en la provincia de Cáceres, nos referimos –como
es natural- a la pintura rupestre, el devenir histórico-geográfico del territorio, desde la
presencia de los primeros pobladores hasta nuestros días, destacando los abrigos y
cuevas más importantes en los que se ha localizado el mayor número de motivos
pictóricos rupestres.
La fertilidad natural del suelo, unida a la gran abundancia de aguas, clima y excelente
posición geográfica, determinaron el poblamiento de esta comarca desde tiempos
remotos que se pierden en la bruma prehistórica.
Los testimonios más antiguos de pintura rupestre los encontramos en la Cueva de
Maltravieso que se encuentra situada en la zona Sur de la ciudad de Cáceres en una zona
calcárea que es conocida en Cáceres con el nombre de El Calerizo. La primera
publicación científica sobre la cueva se debe a su descubridor don Carlos Callejo
Serrano1. Desde el punto de vista geológico, la Cueva de Maltravieso se encuentra
ubicada en el extremo centro-meridional del occidente de la zona Centro-Ibérica del
Macizo Ibérico o Macizo Hespérico Meridional, en la llamada penillanura extremeña,
comprendida entre la Depresión del Tajo al Norte y la Depresión del Guadiana al Sur.
La cueva de Maltravieso corresponde a un karst estructural, originado
fundamentalmente por corrosión desarrollada a favor de los planos de debilidad de la
roca carbonatada, con una alimentación autóctona, producida por infiltración de agua de
1 CALLEJO SERRANO, 1958.
lluvia de forma gravitacional. En el conjunto de las manifestaciones artísticas de
Maltravieso se constata la utilización de la pintura y del grabado. En la pintura –objeto
de nuestro estudio- encontramos el uso de diferentes pigmentos, fundamentalmente
rojos y en menor medida marrones, negros y blancos, con los que se han realizado
manos, ideomorfos y zoomorfos (ciervos, bóvidos)2.
El tema básico de la cueva son las representaciones de manos – 71 siluetas en ocre
rojo y solamente en tres se emplearon pigmentos blancos-3, que se encuentran en
numerosos paneles diferenciados. Junto a las manos se representan signos (puntuaciones
y líneas paralelas, siempre en pintura), figuraciones zoomorfas y trianguliformes
grabados4 o pintados, que aparecen en los diferentes paneles unas veces de manera
independiente y otras asociada a aquéllas.
El motivo de las manos con la falta del dedo meñique, podemos interpretarle como un
repliegue intencional de los dedos y, de esta forma, tratarse de un código gestual con
algún significado cinegético, según Leroi-Gourham5. Además, este autor observa un
orden de frecuencia de aparición de estas mutilaciones, pudiéndose corresponder con las
cinco especies de animales más representadas. Este lenguaje practicado incluso
actualmente por los bosquimanos del desierto del Kalahari, es de gran utilidad, ya que
permite la comunicación entre los cazadores sobre el tipo de presa que han avistado sin
necesidad de articular sonidos que podrían alertar a los animales.
Lo único que podemos afirmar sin temor a equivocarnos es que las manos son un
símbolo unívoco que se repite en lugares muy distantes geográficamente, con
cronologías dispares y en culturas muy diversas. Este tipo de representaciones no sólo
se conocen en el arte rupestre paleolítico europeo, fundamentalmente de Francia y
España, sino también en manifestaciones más o menos recientes desde Italia hasta
Indonesia, entre los antiguos cazadores recolectores de la Patagonia, en las cuevas
sagradas de los mayas o en infinidad de abrigos decorados del sur del Sahara.
2 RIPOLL, 1979, 1999.
3 ALMAGRO, 1960; JORDA CERDA y SANCHIDRIÁN, 1992.
4 RIPOLL y MOURE, 1979.
5 LEROI-GOURHAM, 1982.
En los alrededores de la ciudad de Cáceres se conocen otras cavidades como la cueva
de Santa Ana6, la cueva de El Conejar y la de La Becerra. Solamente se ha localizado un
panel en la cueva de Santa Ana con simples trazos verticales atravesados
perpendicularmente por otros surcos y algunas líneas curvas.
Las pinturas rupestres esquemáticas halladas y conservadas en la región
extremeña han sido datadas, sin alcanzar un acuerdo entre autores, entre el Mesolítico y
la Edad del Bronce, decantándose la mayoría de los estudiosos por ubicar
temporalmente la creación del mayor número de estos ejemplos entre el Neolítico y el
Calcolítico o Edad del Cobre. Coincidiría así la creación de muchas de estas obras con
la llamada cultura megalítica. Respondiendo a unas características comunes que en gran
medida se repiten a lo largo y ancho de la comunidad, y que podrían ampliarse a toda
esa región artística prehistórica encajonada en el suroeste peninsular, donde la
esquematización alcanzó su mayor abstracción artística. Destacaría entre sus
propiedades más habituales la elaboración de las obras pictóricas en un color rojizo,
obtenido presuntamente gracias al uso de pigmentos minerales que, tras haber sido
extraídos de la piedra, se mezclarían con agua, sustancias grasas o resinas que actuarían
como aglutinante. El uso de pigmentos negros o blancos es escaso en comparación con
los trabajos en ocre, ejecutados mayoritariamente en líneas gruesas que bien pudieran
haber sido trazadas con la ayuda del propio dedo del autor. Combinarían éstas con otros
trazos más finos, presuntamente pintados con algún tipo de brocha elaborada
manualmente, o inclusive alguna pluma o rama tomada como pincel.
Los primeros grandes conjuntos pictóricos esquemáticos se encuentran en el término
municipal de Berzocana y Cañamero, en Las Villuercas. En Berzocana a escasos km de
la localidad existen varias cuevas que contienen pinturas rupestres. Desde la Casa de la
Sierra encontramos a 600 metros la cueva de la Sábana y desde esta última a 1 km
encontramos las cuevas de los Cabritos y Morales.
Concretamente en la entrada de la cueva de la Sábana hay algunos signos de difícil
explicación, un antromoporfo de notables dimensiones en el techo de la cueva a cierta
profundidad, de un tono marrón, datables en la Edad del Bronce. La cueva de los
Cabritos presenta solamente un panel con figuras animales a la entrada de la cueva y en
6 ALMAGRO, 1969.
el techo. Y, en la cueva de los Morales se conservan en deplorable estado las pinturas,
limitándose a barras. Asociadas a las pinturas están las puntas de flecha, raspadores y
buriles de sílex encontrados en estas cuevas. Además de las cuevas citadas, el mayor
completo pictórico le encontramos en el risquillo de Paulino7, cuyas pinturas fueron
descubiertas hace algunos años por don Paulino Tejero Aparicio, natural de Berzocana,
si en el resto de las cuevas estudiadas predominaba el estilo lineal abstracto resultante
del esquematismo, en el risquillo de Paulino los temas son muy diversos, naturalistas,
más grupales, predominando los temas cinegéticos. El risquillo de Paulino se encuentra
en dirección a Cañamero, una vez que hemos pasado el cruce de Solana a unos 3 km se
encuentran las pinturas en una superficie bastante lisa a la izquierda de las cuarcitas.
Como hemos explicado, al contrario que en el resto de las cuevas con pinturas rupestres
de Berzocana, en este caso se conservan varios conjuntos grupales, el mayor de los
conjuntos es muy numeroso, en torno a las cuarenta figuras agrupadas: ancoriformes,
cruciformes, ramiformes, junto a signos. Existen otros conjuntos en los que podemos
observar animales, pectiformes muy rectilíneos, signos puntuaciones, ramiformes y
ancoriformes. Además, no es muy corriente encontrar impresiones de manos entre las
pinturas esquemáticas de Las Villuercas, un caso excepcional son las representadas en
el abrigo del Risquillo de Paulino.
En Cañamero es donde se ha localizado un importante conjunto de pinturas
rupestres esquemáticas, formado por más de una decena de estaciones distribuidas a
ambos lados del río Ruecas, en las terrazas del mirador y detrás del castillo, clara vía de
penetración prehistórica hacia la zona montañosa de las Villuercas, destacando la Cueva
Chiquita o de Álvarez8, el cancho de la Burra, las pinturas de Asunción, de la Rosa y los
Vencejos, del Batán o en La Madrastra9. Nos encontramos ante varios conjuntos de
pinturas esquemáticas trazadas generalmente en las superficies rocosas más
pulimentadas y visibles de las covachas, abrigos o paredes al aire libre, que se han
7 RUBIO ANDRADA, 1996.
8 CABRÉ, 1915; BREUIL, 1933; MÉLIDA, 1924; HERNÁNDEZ PACHECO, 1952; FERNÁNDEZ
OXEA, 1969, 41-44; GIL MONTES y RODRÍGUEZ DE LAS HERAS, 1976, 68-78; GONZÁLEZ
CORDERO y DE ALVARADO GONZALO, 1991, 139-156; 1991, 281-290; 1993, 18-25; GARCÍA
ARRANZ, 1990 y 1992; GARCÍA ARRANZ, 2011; V. M. PIZARRO, 2008.
9 1994, 45-439; GIL MONTES y RODRÍGUEZ DE LAS HERAS, 1976, 68-78; RIVERO DE LA
HIGUERA, 1972-73, 304.
conformado en los afloramientos de cuarcitas. Este importante núcleo de pinturas
rupestres esquemáticas, el más denso hasta la fecha de la provincia de Cáceres. Está
formado por más de una decena de estaciones distribuidas a ambos lados del río Ruecas,
clara vía de penetración prehistórica hacia el núcleo montañoso de Las Villuercas.
El área de las Villuercas‐Ibores‐Jara conserva uno de los complejos de pintura rupestre
esquemática más importantes de la comunidad extremeña, con más de 70 lugares
documentados hasta la fecha. Durante el Calcolítico hacen su aparición los primeros
poblados ubicados en riscos en Cañamero, pueblos que darán lugar a grabados y
pinturas rupestres en las covachas y abrigos de las rocas cuarcíticas, destacando los
temas de caza y pastoreo.
La Cueva Chiquita o de Álvarez (39º 23’ 23” N, 5º 23’ 28” W; 600 m de altitud) destaca
entre ellas tanto por sus dimensiones como por la cantidad y variedad de sus figuras
pintadas. La primera vez que se menciona la cueva es en 1915 en la obra de Juan
Cabré10, una vez que fuesen descubiertas las pinturas rupestres por don Tomás Pareja;
un año después, se volvieron a mencionar las pinturas rupestres de la Cueva Chiquita,
cuando el abate Henri Breuil visitó en el mes de junio la cueva y descubrió signos y
otros motivos pictóricos quedando maravillado por la cantidad, mas de cien signos, y la
variedad de los motivos dibujados en la roca11.
Pero, será Mélida el que publique las primeras fotografías de las pinturas12,
estudios que se verán ampliados en el año 1952 con el profesor Eduardo Hernández
Pacheco13 y en 1969 por Fernández Oxea14; en 1976 el geólogo Juan Gil y el profesor
10 CABRÉ, 1915.
11 “A mitad del camino (10 kilómetros) hacia el suroeste, entre ese lugar [la puebla y monasterio de
Guadalupe] y el pueblo pintoresco de Logrosán se encuentra el de Cañamero, en el borde meridional de
la sierra [de Guadalupe]. Cuando, de esa localidad, uno sigue la carretera de Guadalupe no tarda en
encontrar a la izquierda, a más o menos 1 kilómetro, una garganta rocosa en el fondo de la cual corre un
afluente de la ribera derecha del río Ruecas; éste desemboca en el Guadiana no lejos de Villanueva de la
Serena, después de un recorrido de 80 kilómetros. Si, dejando la carretera, uno empieza a seguir la
garganta por la ribera derecha, no tarda en pasar inmediatamente al pie de una cueva alta, ancha pero
poco profunda que se abre al noreste, que mi guía me había indicado con el nombre del dueño del solar
«Cueva de Álvarez”. BREUIL, 1933.
12 MÉLIDA, 1924.
13 HERNÁNDEZ PACHECO, 1952.
14 FERNÁNDEZ OXEA, 1969, 41-44.
de la Universidad de Extremadura Antonio Rodríguez de las Heras15; en los años 80 los
investigadores González Cordero y Manuel de Alvarado16 y, más recientemente, en
1990 los interesantes estudios realizados por García Arranz17 y Pizarro18.
El lugar está casi en el fondo del desfiladero del Río Ruecas, casi debajo del muro del
Pantano del Cancho del Fresno, muy cerca del Charco de la Nutria. Allí, un
afloramiento de rocas se rompe en un agujero de grandes dimensiones en altura y
anchura, aunque no en el fondo por lo que también se habla de un abrigo rupestre.
La roca está muy ennegredecida en algunas partes por la acción del humo, pero por lo
general presenta zonas muy lisas que son propicias para las pinturas rupestres. Los
colores empleados son el rojo, negro y blanco. Antiguamente debió estar cerrada pues
quedan restos de un muro. El Arte Esquemático se desarrolla en la península en el
Calcolítico, en la I Edad de los Metales. Se localizan cuatro zonas con varios paneles
donde se encuentran figuras muy variadas, destacando las representaciones humanas
(formas: ancoriformes) con piernas y sin ellas (con forma de ancla invertida),
cruciformes (forma de cruz), otros un poco más realistas sin olvidar su carácter
esquemático. Existen muchas combinaciones de símbolos: rayas, puntos, cuadrículas y
otros signos muy sugerentes. En muchos se agrupan entre sí y otras veces acompañan al
resto de figuras.
Como simple anécdota, recordar la Leyenda de la Chiquita que está impregnada en la
roca en forma de lo que parece un dragón19. Como muchas de las que envuelven lugares
especiales y enigmáticos, surge cuando un pastor encontró lo que parecía una pequeña
culebra de las que deambulan por las aguas y márgenes del río. Dicen que la llamó
“Chiquita” la subió al abrigo y allí decidió criarla con la leche de sus cabras. Por la tarde
se acercaba a la cueva llamándola, la Chiquita acudía pues sabía que anunciaba su rico
manjar. El pastor tuvo que marchar a servir en la guerra. Varios años estuvo fuera del
pueblo y cuando volvió se dirigió rápìdamente en busca de su Chiquita. Pero al llegar se
15 GIL MONTES y RODRÍGUEZ DE LAS HERAS, 1976, 68-78.
16 GONZÁLEZ CORDERO y DE ALVARADO GONZALO, 1991, 139-156; 1991, 281-290; 1993, 18-
25.
17 GARCÍA ARRANZ, 1990 y 1992; GARCÍA ARRANZ, 2011.
18 V. M. PIZARRO, publicado en el 2008 en su blog “Ciudad dormida” y en la pág. Web del municipio.
19 BREUIL, 1918, 63-67. Vid. M. V. PIZARRO, 2008.
dio cuenta que su pequeña criatura se había convertido en un dragón carnívoro que
devoraba hombres y animales. El animal no reconoció a su amo y se lo comió.
El prestigioso geólogo don Juan Gil ha descubierto varios abrigos en Cañamero junto
con don Graciano Bau en enero de 1972, publicadas tanto la prensa regional como en el
estudio de don Rivero de la Higuera20. Se encuentran en la Pedrera del Hoyo, en la
ladera W de la Sierra de la Madrasta, en la margen izquierda del alto valle del río
Ruecas. El Risco de las Cuevas presenta un interesante conjunto de abrigos y cuevas
que los expertos en la materia han estudiado y publicado, investigadores conocedores de
la pintura rupestre esquemática como don José Julio García21, don Manuel Rubio
Andrada22, don Antonio R. de las Heras y el propio don Juan Gil Montes23. En "La
Madrastra" se han localizado barras verticales distribuidas en tres hileras superpuestas
en altura paralelas entre sí; puntuaciones que presentan una ordenación alineada, de
forma variada: vertical, horizontal, o en ángulo; ancoriformes y zoomorfos
(cuadrúpedos), empleando esencialmente el color rojo intenso, que debió elaborarse con
óxido de cobre muy frecuente en estas sierras24.
Otro conjunto de pinturas fueron descubiertas por don Juan Gil Montes y su esposa
Rosa Rojo el día 25 de agosto de 1976 en el Risco de las Cuevas (dentro de la finca
“Umbría del Castillo”), de cuyos hallazgos se hicieron eco los periódicos provinciales25.
Las pinturas de la denominada "Cueva de la Rosa" (a 2 km del municipio), fueron
descubiertas en el mes de agosto del año 1974 por don Juan Gil montes y su esposa
doña Rosa Rojo Durán. El acceso a la cueva se sitúa en el extremo norte del Risco de
las Cuevas, por la carretera de Cañamero a Guadalupe, concretamente en dirección a la
finca El Cenal, descendiendo por el Collado de la Escarihuela hacia el río Ruecas,
20 RIVERO DE L A HIGUERA, 1972-73, p. 304,304, láminas, 4-2.
21 GARCÍA ARRANZ, 1990; GARCÍA ARRANZ, 1992.
22 Las escenas de contenido cinegético han sido estudiadas por el profesor Rubio Andrada, en estos
abrigos existe un importante número de ancoriformes, junto a uno de ellos, una cornamenta de un venado,
un ciervo y caninos de tamaño mayor al del ciervo.
RUBIO ANDRADA, 1994, 425-439.
23 RODRÍGUEZ DE LAS HERAS Y GIL MONTES, 1976, 69-77.
24 Vid. GARCÍA ARRANZ, 1990, 1990, 115.
25 Extremadura, 28 de agosto y Diario Hoy, el 29 de agosto.
llegamos al yacimiento a escasos metros de la fuente de La Barreña. Este conjunto
posee una gran riqueza en pintura esquemática basada en simples trazos, barras y
puntuaciones, figuras esquemáticas (ancoriformes), un cuadrúpedo, un ramiforme y un
esteliforme, de color rojo terroso26. Por otra parte, en el "Abrigo de los Vencejos",
denominado así por guardar varias representaciones humanas del tipo golondrina, una
de las más esquemáticas, se ha localizado una figura humana en un color rojo terroso
muy intenso. Éste abrigo fue descubierto en el mes de agosto de 1974 por Juan Gil y
Rosa Rojo; posteriormente, en el año 1990 el profesor García Arranz descubrió dos
abrigos más a unos 100 m, hacia el norte, cercano a la Cueva de la Rosa. Las pinturas
del abrigo de los Vencejos se encuentran muy deterioradas, observamos manchas
informes y resto de trazos, dos cruciformes en mal estado de conservación, utilizando
principalmente los colores rojos o violáceos.
El abrigo de Asunción fue descubierto en el año 1976 por estudiantes universitarios, se
encuentra situado en el lado NE. del monte de El Castillo, en este yacimiento existen
pinturas muy deterioradas y, por tanto, de difícil interpretación, pudiendo percibir
solamente algunos motivos antropomorfos27.
Otros abrigos localizados con pinturas esquemáticas son la Cueva Chiquita o de
Álvarez, y el Cancho de la Burra28, este conjunto se encuentra a 7 km del pueblo, hacia
el sur en la margen derecha del río Ruecas, contiene pinturas muy perdidas de trazos
verticales, como antropomorfos, animales cuadrúpedos, utilizando principalmente el
color rojo y el negro, algunos de los motivos figurados parecen danzar y se asocian con
soliformes o se trate de escenas pastoriles, según los estudios del profesor García
Arranz29; según opinión de Rubio Andrada, sobre las cuarcitas se pintaron escenas
cinegéticas como dos pequeños cuadrúpedos, un venado y un alce pintados en color
rojo, junto a ellos, un doble ancorado de apuntada cabeza, largo y quebrado tronco,
sexuado. Más abajo, a la derecha, un ancorado simple realizado con rectitud la cintura
escapular, acéfalo. Inmediatamente encima otro ancorado de tipología simple de largos
brazos y corto tronco, la figura es portadora en ambas manos de dos útiles; encima, un
26 RODRÍGUEZ DE LAS HERAS Y GIL MONTES, 1976, 74-75; GARCÍA ARRANZ, 1990, 160.
27 NAVAREÑO MATEOS y GARRIDO SANTIAGO, 1976.
28 Pinturas dscubiertas por un pastor y dadas a conocer por don Graciano Bau y don Juan Gil Montes en
1972 y por don Rivero de la Higuera. RIVERO DE LA HIGUERA, 1972-73, 303-305.
29 GARCÍA ARRANZ, 1990, 137-138.
perro realizado con gran precisión y abundantes detalles naturalistas. Delante del perro
hay restos de pintura que denotan la existencia de otros dos ancorados. Situando estos
conjuntos en fases inmediatamente postpaleolíticas, en un Epipaleolítico o en un
temprano Neolítico30.
La Cueva de Álvarez se halla a 4 km del pueblo y es la más conocida por sus pinturas
desde que la visitara Breuil en 191631. Algunas han ido desapareciendo. Aún restan unas
barras de color negro unidas por otras paralelas, que identificamos como
representaciones humanas. También encontramos representaciones humanas mejor
definidas que portan armas32, constituyendo el grupo de cruciformes los mejores
conservados, observando algunos de mayor tamaño que otros, destacando a unos
personajes más que a otros, claro ejemplo de un sistema social jerarquizado. Este
conjunto de pinturas esquemáticas ha sido estudiado por el profesor García Arranz,
detallando y destacando la riqueza de motivos, más de 250, con una gran variedad de
tipos y gama cromática (rojizas, rosáceos y pardos): trampas, petroglifoides, tres
serpentiformes verticales, dos tectiformes, varios antropomorfos y restos pictóricos
informes, barras verticales, puntuaciones, etc33.
A finales de los años 70 del siglo XX, Juan Gil Montes descubrió una covacha o abrigo
de "El Batán", en el extremo meridional de la Sierra del Pimpollar, concretamente en el
mismo camino que conduce al Risco del Citolar. Los tres paneles localizados presentan
figuras de color rojo intenso a base de manchas (pinturas deterioradas) y restos de trazos
verticales aislados, posiblemente un ramiforme.
A finales de los años 80 del siglo XX un guarda forestal descubrió algunos paneles
pictóricos en el Risco de El Citolar, decorados con barras acordadas superpuestas y
exentas con sus extremos hacia abajo, utilizando el color intenso, configurando un
motivo original tanto por su morfología como por ser el único que se realizó en este
yacimiento, identificando las pinturas el profesor García Arranz como un ramiforme sin
30 RUBIO ANDRADA, 1994, 425-439.
31 BREUIL, 1933, 167-179.
32 ACOSTA MARTÍNEZ, 1968, 35-37.
33 ; GARCÍA ARRANZ, 1990, 141-159.
eje central, y un tectiforme o cabaña o incluso una representación del paisaje montañoso
en el que se ubica34.
Otro interesante conjunto de pinturas esquemáticas le encontramos en Torrejón el
Rubio, concretamente, en su término municipal en el que se encuentra el Parque
Nacional de Monfragüe.
Un parque que desde su creación en el año 1979 hasta la actualidad ha visto crecer año
tras año el número de visitantes que acuden a disfrutar de un paisaje único en Europa. El
Parque Nacional de Monfragüe constituye uno de los puntos de mayor interés
ornitológico de España. En este entorno se puede encontrar al águila imperial, el buitre
negro, la cigüeña negra, grandes colonias de buitres leonados. Potencial tanto
arqueológico como turístico, ocupando un lugar destacado en el ámbito peninsular por
su excepcional riqueza paisajística y faunística.
Lo más destacable de la etapa prehistórica es el gran número de pinturas
rupestres que albergan las sierras de Monfragüe situadas en las crestas cuarcíticas de las
alineaciones serranas que recorren el Parque de Este a Oeste, longitudinalmente y
paralelamente al curso del río Tajo y a ambos lados de su cuenca, estando fechados los
conjuntos más antiguos hace más de 8000 años, en el período del Epipaleolítico,
mientras que los más cercanos en el tiempo corresponden a la Edad del Hierro, hace
unos 2800 años, referente para la Arqueología del Arte Prehistórico desde que fueron
descubiertas en la década de los 7035. Destacamos la Cueva del Castillo, abrigo situado
en la cara sur de la Sierra de la Corchuelas, que cuenta con un importante conjunto de
pinturas esquemáticas al igual que las localizadas en el abrigo del Peine y en la cueva de
los Murciélagos, que abordaremos en el capítulo dedicado a las manifestaciones
artísticas.
La aparición de restos arqueológicos en esta época descubiertos en las
excavaciones realizadas en el castillo, así como una inscripción tartésica del abrigo
situado a sus pies, fechada hacia los siglos V-IV a. C36., su transcripción fónica
34 GARCÍA ARRANZ, 1990, 176-178.
35 Interesante los estudios realizados por los profesores Hipólito Collado y José Julio García. GARCÍA
ARRANZ, 1994, 14-16; GARCÍA ARRANZ, COLLADO GIRALDO, 2055, 2006 y 2007.
36 BELTRÁN LLORIS, 1973, 59-85.
sería: KO.N.KO.L.TI.R.U. y la presencia de pinturas rupestres esquemáticas, los
hallazgos de las estelas de pizarra, abundantes restos cerámicos y tegulae, son la prueba
fehaciente de la presencia humana en la zona desde el período Epipaleolítico. Las
pinturas esquemáticas se encuentran en la Cueva del Castillo, los únicos útiles
encontrados en la cueva hasta el momento, son los que localizó don Pablo Gonzálvez,
concretamente un hacha tallada por una cara y una lasca en forma de cuchillo37,
teniendo en cuenta las piezas cerámicas calcolíticas localizadas por el profesor García
Mogollón en las cuevas próximas de “El Peine” y “Los Murciélagos”38, así como los
restos arqueológicos descubiertos por Lavado Paradinas39.
El conjunto de yacimientos pictórico-esquemáticos del Parque de Monfragüe es,
a juicio del profesor García Arranz, una prolongación noroccidental del gran complejo
rupestre de las Villuercas-Ibores, una de las mayores concentraciones de la provincia
cacereña. Su densidad es sólo comparable a la serie de abrigos documentados en
Cañamero40. El grupo de estaciones de la Sierra de las Corchuelas-Peña Falcón, guarda
una estrecha relación con el paso estratégico de comunicación que el río Tajo abre en el
popular Salto del Gitano.
Las pinturas postpaleolíticas de la Cueva del Castillo fueron descubiertas por los
profesores don Leandro Nieto y don Manuel de Carlos en el mes de abril de 197041,
convirtiéndose desde entonces en un singular yacimiento arqueológico que despertó el
interés de los investigadores que a lo largo de los años han ido profundizando en el
estudio de estas pinturas, desde su descubrimiento en la década de los años 70 del siglo
XX, con las aportaciones de los profesores Beltrán Lloris42, García Mogollón43 y Rivero
de la Higuera44. Pero, será en la década de los 90 cuando se acometan nuevos estudios
37 COLLADO GIRALDO y GARCÍA ARRANZ, 2006, 3.
38 GARCÍA MOGOLLÓN, 1974, 551; RUBIO ANDRADA, 1991, 51-61.
39 LAVADO PARADINAS, 1985, 127-141.
40 GARCÍA ARRANZ, 1924, 15.
41 La prensa se hizo eco de la noticia en el Diario Hoy, 3 de junio de 1970.
42 BELTRÁN LLORIS, 1973, 59-85.
43 GARCÍA MOGOLLÓN, 1974, 551-580.
44 RIVERO DE LA HIGUERA, 1972-73, 287-312.
por el profesor Rubio Andrada45 y el colectivo Barbaón46, despertando el interés de la
Consejería de Cultura de la Junta de Extremadura y de las Universidades de
Extremadura y Complutense de Madrid para llevar a cabo un sistemático estudio de las
pinturas así como labores de limpieza de los paramentos entre los años 1998 y 2006.
Pero, serán los profesores García Arranz y Collado Giraldo los investigadores que más
profundicen en los estudios de las pinturas rupestres de Monfragüe, descubriendo
nuevos e interesantes abrigos47 con representaciones esquemáticas simples realizadas
mediante trazos lineales, utilizando principalmente el color rojo obtenido de los
pigmentos de origen mineral procedentes de la pulverización de óxidos de hierro y
mezclados con grasa y, en menor proporción el color negro (manganeso, un metal
parecido al hierro) y el blanco (yeso o caolín).
El Abrigo del Castillo es el único punto de la zona de uso público que puede
contemplarse las pinturas rupestres en el Parque Nacional de Monfragüe. Aquí podemos
admirar figuras que fueron pintadas en el Epipaleolítico (8000-7000 a. C). El mejor
ejemplo es un ciervo que está difuminado entre el bloque más conocido: el de las
pinturas antropomorfas48. Parte de las figuras de este panel, las superiores más gruesas y
con un color rojo más apagado, son de la época neolítica, mientras las que se encuentran
más abajo, más finas y mejor acabadas serían más modernas, pudiéndose fechar en la
Edad del Bronce. Precisamente de esa misma época es el resto de pinturas rupestres
existentes, que tienen diferentes formas zoomorfas, líneas y representaciones dactilares.
Otros conjuntos en los que nos encontramos con representaciones abstractas como
pectiformes, barras, puntuaciones, son numerosos en la margen derecha del río Tajo,
pasado el Salto del Gitano, abrigo de la Garganta y cueva de los Frailes.
La mayoría de las representaciones que se pueden observar son figuras humanas
pintadas de modo muy sencillo, esquemático, en el que se puede observar la estructura
social de la época, así como diferentes animales que existían en la época. Entre las
representaciones figurativas destacamos animales (zoomorfos y pectiniformes), figuras
45 RUBIO ANDRADA, 1991; RUBIO ANDRADA, 1993, 443-449; DE LA VEGA FERNÁNDEZ, 1989,
8-10; RIVERO, 1972-73, 288.
46 COLECTIVO BARBAÓN, 1998, 12-17.
47 GARCÍA ARRANZ y COLLADO GIRALDO, 2005, 2006, 2007.
48 RUBIO ANDRADA, 1991, 52.
humanas (ancoriformes, ramiformes y antropomorfos), armas y otros objetos, así como
esquemas abstractos, agrupación de puntos y barras o esquemas circulares.
Concretamente, en la cueva de “Los Murciélagos” se localizaron más de una decena de
pinturas a base de trazos fusiformes, puntos, restos de antropomorfos, destacando una
figura femenina muy esquemática49.
Por último, citamos otros conjuntos. En los años 80 del siglo XX se descubrieron
las pinturas rupestres esquemáticas en la Cueva del Buraco, dentro del término
municipal de Santiago de Alcántara. En el año 2012, Juan Carlos Jiménez descubre las
de Puerto Roque, en la Sierra Fría dependiente de Valencia de Alcántara. Ambos
yacimientos se presentan hoy como dos de las estaciones de arte rupestre esquemático
más destacadas tanto dentro de esta comarca artística, como de toda la región
extremeña. Las pinturas de Puerto Roque han sido incluidas, además, dentro del
Itinerario Cultural Europeo "Caminos de Arte Rupestre Prehistórico". Concretamente,
en la Cueva de Puerto Roque encontramos figuras en un tono rojizo y predominante
línea gruesa. Los elementos conservados se engloban básicamente en dos grupos,
ubicados el primero en la zona media de la cavidad, mientras que el segundo ocuparía
parte de una laja que, a la derecha, aparece cerrando la oquedad, entre ésta y el resto de
pared pétrea del enclave natural. En el grupo izquierdo destacaría una figura ramiforme,
antropomorfa para algunos estudiosos, diseñada en línea vertical sobre la que cruzan
ocho trazados horizontales, dotando al ser de dieciséis ramas en pareado de paralelos.
No lejos de éste, y a la derecha del mismo, unas figuras más oscuras que aquellas otras
junto a la que se muestran a nuestra vista, hacen ver la diferente datación que establece
distintas fechas de creación para cada una de ellas. En el panel derecho, figuras
supuestamente antropomorfas, acompañadas por no distantes líneas verticales. En la
cueva del Buraco, contemporánea a la anterior, destacando antropomorfos, puntos y
signos ideomorfos, registrando una serie de ojos-soles similares a los hallados en otros
yacimientos de la Península Ibérica, confirmándose así la relación cultural que
mantuvieron entre sí los antiguos pueblos ibéricos que dieron vida al arte rupestre
esquemático, mostrándose Extremadura como un auténtico santuario de arte
prehistórico peninsular y europeo.
49 GARCÍA MOGOLLÓN, 1974, 565-566.
El resto de muestras de pinturas rupestres esquemáticas se localizan en los
batolitos de algunos parajes cacereños como en Los Barruecos (Malpartida de
Cáceres)50, el Pradillo (Trujillo) y en un cancho de Belén51, arrabal de Trujillo, junto a
la antigua carretera; Los Pozuelos (Plasenzuela); Peraleda de San Román52 o el área de
los Ibores.
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51 COLLADO GIRALDO y GARCIA ARRANZ, 2009, 19-38; RUBIO ANDRADA, M; RUBIO MUÑOZ, J y RUBIO
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