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ESTUDIO ETNOAGRONÓMICO DE LOS AGROSISTEMAS DEL NORESTE DEL VALLE DE LA OROTAVA, TENERIFE (CANARIAS). PRINCIPALES PRÁCTICAS AGROECOLÓGICAS TRADICIONALES Escobar Luis, Mª Delia; Perdomo Molina, Antonio C.
Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agraria. Universidad de La Laguna
Ctra. Geneto nº 6 – 38202 La Laguna
RESUMEN
La agricultura tradicional ha venido demostrando su capacidad para mantener la
sustentabilidad de los agrosistemas, por lo que la Agroecología ha situado como uno de los
fundamentos de su actividad la profundización en el conocimiento de los mismos. La
Etnoagronomía permite investigar, basándose en la memoria de las gentes y en los restos de
los agrosistemas tradicionales que aún subsisten, en cuáles son las claves agroecológicas de
los mismos para aplicarlos a la actual agricultura. En este marco teórico es en el que se
inscribe este trabajo. Con esta comunicación se pretende dar a conocer cuáles fueron las
técnicas de cultivo que se desarrollaron en los agrosistemas del Noreste del Valle de La
Orotava, una de las zonas agrícolas de mayor tradición de Canarias. Nos centraremos
fundamentalmente en conocer las principales rotaciones y asociaciones desarrolladas. En el
desarrollo de este trabajo ha sido imprescindible utilizar las técnicas que permiten sondear en
la memoria de las gentes, utilizado la entrevista semiestructurada de final abierto como la
principal herramienta de investigación. Obviamente, cuando se ha podido se ha contrastado la
información de la tradición oral con las fuentes documentales.
Palabras clave: agricultura tradicional, conocimiento campesino, tradición oral, entrevista,
rotaciones, asociaciones de cultivo, Etnoagronomía.
INTRODUCCIÓN
La agricultura tradicional ha venido demostrando su capacidad para mantener
la sustentabilidad de los agrosistemas durante miles de años. La
Etnoagronomía permite investigar, basándose en la memoria de las gentes y
en los restos de los agrosistemas tradicionales que aún subsisten, cuáles son
las claves agroecológicas de los mismos para aplicarlos a la actual agricultura.
En este marco teórico es en el que se inscribe este trabajo,
En el desarrollo de este trabajo ha sido imprescindible utilizar las técnicas que
permiten sondear en la memoria de las gentes, para ellos se ha empleado la
entrevista semiestructurada de final abierto como la principal herramienta de
investigación. En cuanto al contexto temporal se ha seleccionado a los
informantes, tomando como referencia a todos aquellos con edades
comprendidas entre los 70 y los 90 años, es decir, los nacidos en torno a los
años 1920-1940. Ésta elección obedece a la búsqueda de aquellas personas
que nos pueden aportar un testimonio, lo más certero posible de las vivencias
transcurridas a lo largo de su vida, sin centrarnos en los recuerdos de sus
antepasados. Con todo esto, deducimos que toda la información recogida en
este trabajo se sitúa en torno al año 1920 en adelante.
MATERIALES Y MÉTODOS La investigación basada en las fuentes orales, a pesar de que hasta fechas no
muy lejanas no era considerada como una fuente de información precisa y
certera, nos brinda la oportunidad de acceder a un mejor entendimiento y
apreciación de nuestro entorno geográfico, cultural y social. A través de la
información que se almacena en la memoria de nuestros mayores podemos
albergar conocimientos que de no ser recuperados mediante las fuentes orales,
corren el riesgo de perderse con el paso del tiempo. A este tipo de trabajos se
les ha venido a clasificar como trabajos etnogronómicos, cuyo interés por parte
de la Agroecología es muy alto.
Como herramienta básica de trabajo se utilizó la entrevista semiestructurada de
final abierto (Sabate et al. 2008). En ellas el informante es la pieza fundamental
de todo el entramado pues es él el poseedor de la información. Por tanto un
buen informante puede transformarse en una buena información, lo que no
puede suceder si no se ha seleccionado un buen informante.
En nuestro caso se dividió el municipio de La Orotava en zonas, aprovechando
la división por barrios periféricos. Además se establecieron unas edades de
referencia para poder situar la investigación temporalmente, seleccionando sólo
a aquellas personas con edades comprendidas entre los 70 y los 90 años. Con
respecto a la elección por género, se tuvo especial cuidado en establecer una
buena representación equitativa pues los trabajos que se desempeñaban
dentro del sistema agrícola presentaban una división por género clara. Los
parámetros referidos a estos aspectos se recogen en la Tabla 1.
RESULTADOS En el municipio de La Orotava, que ocupa la franja centro-oriental del Valle que
del mismo nombre, comprende un territorio donde podemos encontrar todos los
pisos agrícolas usuales en territorios insulares y montañosos como el de las
Islas Canarias. En la zona objeto de análisis del presente estudio podemos
encontrar los distintos pisos agrícolas como son La Costa, Las Medianías y El
Monte o La Cumbre.
La Costa
En un principio, la zona costera del noreste se distribuía en grandes fincas, de
familias con alto poder adquisitivo con las viviendas situadas muy próxima a las
explotaciones, muchas incluso de procedencia extranjera como ocurría con la
familia de los Yeoward, que lo destinaron a distintos cultivos de exportación. En
un principio se cultivaron por ejemplo, la caña de azúcar, vid, cochinilla y
tabaco. A principios del siglo XX se implanta el cultivo que permanece hasta
nuestros días, la platanera, destinada básicamente a la exportación.
La implantación de la platanera en la zona noreste del Valle no sólo afectó a la
zona costera del mismo sino también a las cotas más altas pobladas, pues
muchos de los habitantes de las medianías comenzaron a trabajar en la
platanera en régimen de peones o jornaleros, viendo en éste nuevo sector un
gran desahogo para la economía familiar, se trataba de un trabajo buscado por
muchos al que sólo podían acceder unos pocos. Fueron también muchos los
destinados a trabajar en las galerías (pozos horizontales de escasa pendiente
que permiten el aprovechamiento del agua fósil acumulada en capas freáticas
en el interior de la Isla) para así poder obtener toda el agua que se requería.
En definitiva, podemos afirmar que la implantación definitiva de la platanera no
sólo supuso un cambio para el paisaje del Valle sino que además también
produjo una entrada de dinero extra, lo que produjo un cambio en la economía
de la comarca.
Por último, añadir que la platanera requería de grandes cantidades de pinocho
(acículas del pino canario), que era empleado como abono natural mezclado
con estiércol o bien como acolchado para el suelo. Éste pinocho o cisco era
traído por los agricultores de la zona alta desde el monte en sacos o cestos
cargados en bestias hasta las fincas de la costa.
Las Medianías Las medianías del noreste de La Orotava la podemos dividir a su vez en dos
zonas bien diferenciadas, por un lado, lo que denominaremos como medianías
bajas y, por otro lado, las Medianías Altas o también conocido como los Altos
de La Orotava, donde se mezclaban las parcelas de cultivo con las cotas más
bajas del Monteverde; y las Medianías Bajas. En cuanto a éstas últimas,
constituían un piso de transición entre la zona costera y la zona alta. En él se
podían encontrar fincas destinadas al cultivo de platanera intercalada con otras
parcelas destinadas al cultivo de la papa y el cereal principalmente, con lo que
podíamos encontrar fincas destinadas al cultivo de secano como de regadío.
Sin embargo, en cuanto a lo que denominamos como Medianías Altas, se
caracterizaba por ser una zona de gran extensión territorial pero con parcelas
de pequeñas dimensiones y muy fértiles, cultivados los terrenos propiedad de
familias que habitaban dicha zona en pequeñas viviendas, entre las que
podíamos encontrar los pajares (construcciones con cubiertas vegetales), junto
a ella podíamos apreciar las gañanías y almacenes de herramientas y
productos. Se trataba de una agricultura de subsistencia, cultivándose sobre
todo la papa, millo y cereales, alimentos básicos en la dieta del campesinado
de ésta zona.
El Monte El monte abarcaba toda la zona superior a los 1000-1200 metros de altitud, se
trata de una zona formada por el Monteverde en sus cotas más bajas y, por
encima de ella el pinar. De la zona de Monteverde se extraía las varas de jaras,
troviscas y helechos que eran empleados para la elaboración de estiércol o
para conservar los alimentos recolectados que han sido almacenados o bien
como alimento para el ganado.
“Y después las forrábamos (las papas) con sacos encima, y después encima
de los sacos le poníamos helechos o troviscas, porque nosotros lo que
queríamos era que el helecho se secara y se despeluzara encima de ellas
porque se pegaban y se podrían”. Doña María Dolores Machado. 03-04-2010.
El pinar jugó un papel importantísimo en la economía de la comarca, por la
extracción de diversos recursos, así como la posibilidad de obtener un
beneficio monetario. Del pinar se extraía leña para cocinar, algunos incluso
llegaron a vender leña a panaderías y otros comercios; para preparar las
herramientas de trabajo (cabos de las azadas, podonas etc.); y varas para
hacer los cujes para el tabaco, horquetas para entutorar la viña o los tomates.
También se obtenía lo que se conocía como cisco o pinocha, que era
recolectada por los campesinos para emplearla como cama para el ganado, y
así obtener posteriormente el estiércol, o bien para ser vendida a las grandes
fincas de platanera, pues muchas de ellas a parte de las fincas tenían ganado
para obtener su propio estiércol, comprando el cisco a los campesinos de la
parte alta.
En un principio la recolección del cisco fue libre, sin precisar de ningún permiso
ni impuesto por su extracción, pero ésta actividad originó un gran retroceso en
la masa forestal, con lo que se implantó, de la década de los sesenta, una
nueva legislación en la que todo aquél que sacara algún recurso forestal
precisaba de pasar por lo que se denominaban como recibos, en los que por la
cantidad de material extraído se debía pagar un impuesto. Éste hecho supuso
una gran disminución en la actividad de los recolectores de cisco o pinocha.
Por último destacar la actividad de los carboneros, presentes en otros
agrosistemas como por ejemplo el de Ycode o Fasnia e incluso Anaga, que
constituyó una de las principales fuentes de ingreso para los vecinos de las
medianías de La Orotava, pues de ella vivían muchas familias sobre todo de
Pinolere y Aguamansa. De ésta labor realizada tanto por hombres como
mujeres se obtenía y vendía el carbón, producto muy apreciado en la época
pues se usaba como combustible para la comida o simplemente para combatir
el frío.
El aprovechamiento de las materiales y recursos que se producían nuestros
montes era bien conocido por el campesinado, con lo que la expresión “ir al
monte a buscar…” formó parte del vocabulario diario de todo éste sector de la
población.
A todo esto debemos sumar el desplazamiento de los cabreros que se
desplazaban a las cotas más altas del Valle, sobre todo en los meses de
verano, en busca de pasto para el ganado, de cotas bajas hacia cotas más
altas en busca de alimento. Para el resto del ganado (vacas, bestias…) los
campesinos del noreste de La Orotava eran los que se desplazaban hasta el
monte en busca del pasto para los animales. No obstante destacar que no se
trataba de una actividad de gran abundancia en el Valle como ocurre en otras
zonas como La Guancha, donde constituyó una de las actividades principales.
Por último, destacar como una gran particularidad de La Orotava y, sobre todo,
de la zona noreste del Valle, la subida de muchos artesanos cesteros tanto de
La Florida como de Pinolere, a las grandes bolsas de castañeros de la parte
alta de Pinolere para obtener las varas de castaño, éstas varas se extraían de
lo que se conoce como chuqeros (troncos de castañeros que han sido cortados
exclusivamente para obtener los chupones, que son varas de gran longitud que
crecen en la base del tronco y que no producen castañas) imprescindibles en la
elaboración de cestos.
Respecto a los movimientos espaciales de productos del Monte con otras
zonas, y del Valle con otras zonas del norte de la Isla como fueron Tacoronte,
La Victoria y con la zona sur, Arico y Fasnia (gráfico 1), es de destacar el
intercambio de semillas de unas zonas a otras. Sobre todo, el intercambio de
papas entre las zonas más bajas de esta franja con las zonas altas como
Aguamansa y Pinolere e incluso Benijos. Generalmente el intercambio se
producía con las semillas de papas, judías y millo. En el caso de las papas,
principal producto de intercambio en esta zona, se cambiaban las papas de
consumo de la parte baja del Valle por papas de semilla de zona Alta ya que la
climatología de ésta zona hacía que las semillas se conservaran mejor,
llegando incluso, en algunas ocasiones a tener algunos agricultores de la parte
baja, pajares donde llevaban las semillas de papas para almacenarlas hasta la
siembra del siguiente año. Añadir que los cambios siempre se producían con
las mismas personas por ser familia o tener algún parentesco o amistad con
ellos.
En menor medida se producía un movimiento horizontal de las semillas de millo
que eran traídas desde Tacoronte hasta el Valle, pues en él era muy apreciada
la semilla de millo de esta zona por su gran calidad y producción.
También existían movimientos de productos de la zona noreste de La Orotava
hacia el Puerto de La Cruz, las pescadoras subían caminando desde la costa
hasta los barrios altos, con las barcas de pescado en la cabeza, y hacían el
trueque de cambiar el pescado que llevaban por productos agrícolas de
temporada como fruta, papas, coles etc.
Ciclos de cultivo y rotaciones Al tratarse de islas nos encontramos con el problema de contar con un territorio
limitado, lo que ha provocado que nuestros agricultores hayan sabido
aprovechar el suelo cultivable de nuestras islas elaborando una serie de
rotaciones de cultivos a lo largo de los años, para así poder obtener el mayor
rendimiento sin provocar una excesiva degradación del suelo.
Por norma general, los ciclos de cultivo en el noreste del valle de La Orotava se
desarrollan sobre todo en la zona de medianías, pues en La Costa el principal
cultivo era la platanera que se mantenía año tras año y al que se le asociaban
otros productos como por ejemplo, las papas o el millo, pero no se producían
las rotaciones o ciclos propiamente dichos. En Las Medianías se establecía un
sistema más complejo (gráfica 2). La agricultura de ésta zona era de
subsistencia por lo que se cultivaban gran variedad de especies que se rotaban
en las huertas para no saturar el suelo.
“Tampoco las podías plantar (las papas) en el mismo sitio que plantaste el año
pasado, teníamos que cambiar la huerta (…) Veces sitios donde sembrábamos
las bonitas este año, sembrábamos otra cosa chochos, sembrábamos cebada
también (…)” María Dolores Machado. 03-04-2010.
El principal cultivo era la papa y el resto de las especies cultivadas se regían en
torno a las necesidades de ella. Para el caso de las medianías de La Orotava,
el cultivo de la papa comenzaba con el inicio del año, de mediados de
diciembre a finales de enero y se prolongaba hasta junio o julio, en función de
la época de la siembra. Durante ese periodo se sembraban otras especies
asociadas como las judías o el millo. Para el caso del millo, la siembra coincidía
el mismo día que la papa y la recolección se producía por el mes de junio-julio.
En cuanto a la judía, la siembra se hacía un poco más tarde que las papas y el
millo, sobre el mes de febrero y la recolección era antes, pues su ciclo era
menor que las anteriores, en mayo.
En muchas ocasiones, una vez recolectado las papas, el millo y las judías, en
ese terreno no se volvían a sembrar papas hasta pasado dos años para así
poder descansar la tierra de un mismo cultivo y obtener una buena producción.
Para llevar a cabo el descanso del terreno, se sustituía el cultivo por otro
totalmente diferente y que no correspondiera a la misa familia botánica para así
evitar problemas y facilitar el manejo y la producción, es el caso del trigo o las
leguminosas que además son fijadoras de nitrógeno, con lo que al finalizar el
ciclo se tenía de nuevo un suelo rico en nutrientes. La siembra del trigo se
realizaba a mediados de diciembre o principio de enero y se recolectaba por el
mes de julio-agosto, para el caso de las leguminosas como los chochos
(Lupinus albus) o los chícharos (Lathirus cicera) el ciclo era similar, se
sembraba en enero y se recolectaba en agosto. Al llegar el mes de enero se
volvía a sembrar las papas y así sucesivamente año tras año.
Existían otros cultivos como el tabaco, que sólo se sembraron algunos años
puntuales y en el que no nos extendemos en su desarrollo ya que su
repercusión en los agrosistemas del noreste del Valle no fue transcendental.
Calendario agrícola tradicional Todas las labores agrícolas realizadas por los agricultores cumplían
rigurosamente un calendario que se repetía de forma cíclica año tras año y que
se repetía escrupulosamente por cada cultivo (Tabla 2). Éste calendario era
fijado según los tipos de cultivos y sus necesidades hídricas, pues si eran
cultivos que precisaban de grandes necesidades de agua se buscaba que su
ciclo coincidiera con los meses más lluviosos o bien al contrario, los cultivos de
secano eran cultivados en los meses de verano, por ejemplo.
Asociaciones de cultivos Como ya adelantábamos el agricultor ha utilizado todo su ingenio tras años de
ensayos, unos con éxito y otros fallidos, para poder obtener la máxima
producción posible en un espacio limitado. Éste ingenio ha permitido que en el
Valle se desarrollara un sistema de policultivo, es decir, que en una misma
parcela y a la vez se presenten varias especies simultáneamente, obteniendo
de un mismo terreno varios productos diferentes fundamentales para el
desarrollo de una agricultura de subsistencia, característica presente en otros
agrosistemas de la isla.
Generalmente las huertas eran cultivadas con árboles en sus bordes,
quedando el centro del terrero libre para el cultivo de las especies de
temporada, asociadas unas con otras como era el caso de las papas junto con
el millo y las judías o bien de la platanera con las papas. En otras ocasiones, se
aprovechaban las paredes o barranqueras próximas para sembrar especies de
enredar como chayotas (Sechium edule), judías de enredar, etc.
Destacar que desconocemos la existencia de huertas dedicadas a un solo
cultivo, pues como muchos de los entrevistados nos comentaban, el tener un
sistema de policultivo facilitaba que si fallaba uno de los cultivos se podía
subsanar con los otros. Es decir, era una manera no sólo de aprovechar el
territorio sino además de poder asegurar la alimentación de la familia.
Veamos por separado y de manera más concisa cada parcela o terreno de
cultivo por especies asociadas.
• Asociaciones de platanera, papas y millo (Gráfica 3)
Las asociaciones de cultivos en la costa son mucho más sencillas que las
medianías del Valle. Muchas de las fincas, para aprovechar mejor el suelo,
sembraban otros cultivos en los espacios libres de la huerta que no
perjudicaran las labores del cultivo principal, la platanera. Estos cultivos
asociados eran las papas y el millo principalmente.
“Sí, pues por los lados (de la platanera) se sembraban las papas (…) Y el millo
por las orillas. El millo en vez de ir por el centro por las orillas (…) Tomás
González Brito. 15-03-2010.
Lo que se solía hacer era sembrar los surcos de papas entre las hileras de la
platanera, ésta siembra se realizaba por el mes de julio y agosto,
recolectándose las papas en los meses de octubre o noviembre. Además en la
misma huerta se podía encontrar el millo sembrado alrededor de la parcela o
debajo de las paredes de piedra en el mes de enero y era recolectado en julio.
Éste millo sembrado en la platanera se destinaba al mercado local mientras
que las papas que se sembraban eran para los propios peones de la
platanera, que se las repartían a partes iguales. Algunos años, cuando
escaseaban las cosechas, también solían sembrar judías en la huerta junto con
la platanera, el millo y las papas. Las judías eran sembradas en medio de las
papas, en el mismo surco, entre pie y pie de papas o bien en los sitios que
quedaran libres en la huerta.
Éste tipo de asociación constituye una característica propia de la costa del
Valle de La Orotava que también aparece recogida en otros estudios llevados a
cabo en otros agrosistemas, como por ejemplo es el caso de las cotas más
bajas de La Guancha (Afonso V., 2005).
• Asociación de papas, millo y judías (Gráfica 4)
La relación de especies cultivadas más común en la zona de medianías
era la de la papa junto con el millo y las judías, para el caso del noreste del
Valle era más frecuente en las medianías siendo casi inexistente en La Costa.
Normalmente el cultivo comenzaba a principios de año, en enero, con la
siembra de las papas de tardío. En la siembra de las papas, generalmente se
aprovechaba ese mismo día, cuando se terminaba de plantar las papas, para
sembrar el millo con estaca (plantador) en el camellón del mismo surco, entre
los pies de papas, dejando un espacio entre plantas de 50-60 cm.
aproximadamente.
“El millo casi siempre se siembra en las papas, en enero (…) Nosotros
sembrábamos casi siempre en la planta, al plantar las papas sembrábamos el
millo también”. Norberto Luis Perdigón, 22-09-2010.
Además, ésta combinación era a conciencia ya que el abono aplicado a las
papas permitía el abono del millo, ocurriendo lo mismo con la canalización del
agua de la lluvia. Por otro lado, en la época de la arrienda de las papas
(aporcado realizado al mes de sembrarlas, es decir, en febrero-marzo) se
aporcaba el pie de millo con tierra a la vez que se arrendaban las papas, para
que así quedara el tronco sujeto y evitar la torcedura o caída del millo. Con lo
que como se puede comprobar una labor para un cultivo servía para el otro.
A todo esto debemos añadir las judías, sembradas un mes más tarde que las
papas y el millo, más concretamente en el momento de arrendar las papas. La
siembra de las judías era con estaca al igual que el millo y se plantaban muy
próximo al pie de millo para que así la judía se pudiera enredar en el tronco de
éste.
A la hora de la recolección, el primer cultivo en ser cosechado eran las judías
por el mes de mayo o junio, más tarde, entre junio y julio se recolectaban las
papas y el millo. Debemos destacar que la recolección de millo se hacía sólo
de la piña, dejando la caña hasta el mes de octubre, para que se secara en el
terreno y luego aprovecharla como alimento para el ganado.
Por último añadir que en muchas huertas, se podían aprovechar los bordes y
las madres dejadas en la huerta de papas para sembrar las coles, muy común
en el Valle de La Orotava y práctica que podemos ver hasta nuestros días.
• Asociación de viña, papas, habas o arvejas
Ésta asociación de especies era propia de terrenos o fincas de poca extensión
o de pocas parcelas cultivables y, sobre todo, de la zona de medianías.
Muchos de los informantes nos decían que ellos recuerdan ver sembrado en
las huertas de viña, papas y arvejas (Pisum sativus).
Como sabemos, la viña es un cultivo permanente que requiere de unas labores
de mantenimiento como es la poda y amarre en enero-febrero o cavar las
pocetas alrededor de los troncos (labor que ya no se hace) a la vez que se
abonaba en noviembre. Por tanto, eran muchos los meses en los que
prácticamente no se hacía labor alguna en esas parcelas, salvo la de sulfatar
cada 15 ó 20 días.
Éste espacio tanto temporal como territorial fue aprovechado por los vecinos de
las medianías del Valle que vieron la oportunidad de sacar más rentabilidad al
terreno. Por ello, sembraron en la misma huerta papas pero sólo en los
espacios que quedaban libres de los cordones de viña (sistema de conducción
de la viña tradicional del Valle) o junto a los troncos de las cepas, pero muy
raramente debajo de la viña. Las papas que se sembraban en la misma huerta
que la viña eran de las variedades Pelucas, Rosadas y Blancas principalmente,
y solían sembrarse en el mes de diciembre-enero, siendo la recolección en
junio, como el cultivo ordinario de papa. En algunos casos, nos comentaron
que en años malos se sembró papas Rosadas en las huertas de viña, una vez
terminada la vendimia. Debemos destacar que el momento de aplicación de
productos fitosanitarios en la viña es a partir de junio, utilizándose sólo el azufre
conocido como las tres medallas, con lo que la aplicación de productos a la
viña no afectaba a las papas puesto que cuando se comenzaba con los
tratamientos ya las papas habían sido recolectadas.
En cuanto a las habas o las arvejas, según el caso, se sembraban al igual que
las papas en los espacios libres de la huerta o próximas a los troncos de la viña
pero nunca debajo de ella. La siembra se realizaba a principio de año para
aprovechar el agua de la lluvia, sobre todo en la parte alta que eran cultivos de
secano y era a voleo en los huecos libres que dejaba la viña. Una vez que
crecían, ellos nos comentaban que si había alguna rama que se saliera por
encima o que molestara para el trabajo de la viña, se cortaba y era
aprovechada como alimento para el ganado.
• Asociación de frutales alrededor de la huerta.
Existían numerosas variedades de frutales, pues el objetivo de ellos era
exclusivamente dar fruta a las familias pero muy raramente la comercialización,
salvo que se tratase de un año donde hubiera un excedente en fruta. Lo que sí
se producía en algunos casos era el intercambio de fruta por otro alimento,
como pescado, etc. Con todo esto queremos exponer que lo que realmente
interesaba era tener un gran número de frutales de distintas clases para así
tener mayor variedad en la dieta. Algunas veces se agrupaban por especies y
otras aparecían aisladas.
En cuanto a los frutales que podíamos encontrar, destacar que en las zonas
más bajas predominaban las tuneras (Opuntia sp.), higueras (Ficus sp.),
morales (Morus nigra) etc. Mientras que en las cotas más altas eran frecuentes
los naranjeros (Citrus spp.), manzaneros (Malus spp.), perales (Pyrus sp.),
morales (Morus nigra), almendreros (Prunus spp.), limoneros (Citrus limon),
castañeros (Castanea sativa.), nispereros (Eriobotrya japonica) etc.
La disposición de los frutales en las huertas proporcionaba numerosas ventajas
no sólo al suelo, al explorar capas profundas del terreno, para acabar poniendo
a disposición de otros cultivos, como las papas o el millo, nutrientes que los
sistemas más superficiales de las hortalizas no permitirían extraer.
Otra de las ventajas que proporcionaban los frutales, aparte de dar fruta, era la
función de sombra para los cultivos que variaba según su porte o bien la de
cortaviento, lo que sobre todo en invierno, suponía una protección para los
cultivos principales como eran las papas, millo o judías que presentan escaso
desarrollo radicular, con lo que son susceptibles a las inclemencias del tiempo.
Por último, mencionar que debido a la escasez de recursos, en muchas
ocasiones, los frutales constituían una barrera física que permitía diferenciar un
espacio de otro, es decir, servían como linderos de fincas, para separara unas
parcelas de otras.
• Asociación de otras especies en la orilla de las huertas.
También podíamos encontrar otras especies alrededor de las huertas
que no fueran los frutales. Es el caso, por ejemplo, de las coles presentes en
mayor medida en las medianías altas del Valle. Éstas servían como alimento
para la casa o bien como alimento del ganado. Las podíamos encontrar
rodeando todos los márgenes de las huertas, tanto las sembradas por papas
como por viña o bien sembradas en las “madres” de las papas. Destacar que
para el caso de las huertas de viña, se dejaba lo que ellos conocen como la
testada, se trataba de un camellón hecho junto a los troncos de la viña, en el
que luego se sembrarían las coles.
“ (…) Después sembrábamos coles que le decían la testada, que era la orilla
toda la viña, y eso era todo de coles y después la que se gastaba se gastaba y
la demás pal animal (…) La testada le decíamos nosotros, acabábamos la viña
y después dejábamos la testada. La testada había que dejarla derechita.”
Vicente Luis Hernández, 20-03-2009.
Normalmente las coles no se arrancaban sino que se cortaban para simular
una poda y así pudiera brotar al siguiente año, permaneciendo el cultivo a lo
largo de todo el año en el terreno.
En cuanto a las medianías altas del Valle también, podíamos encontrar los
tasagastes (Chamaecytisus proliferus) en los bordes de las huertas. Ejerciendo
función de cortavientos y de freno de la erosión, así como forraje para el
ganado o bien como reservorio de la fauna útil. Otro beneficio que se le
atribuye a este arbusto es la de, como buena leguminosa, nitrificar el suelo
(Tabla 3).
AGRADECIMIENTOS Nos gustaría realizar un agradecimiento especial a todas las personas
entrevistadas a lo largo de la realización de éste trabajo así como a todos
aquellos que nos fuimos encontrando por el camino, aportando experiencias y
consejos. Sin ellos no tendríamos nada que escribir y nada que aprender,
gracias de nuevo por el buen recibimiento, por el cariño y por conservar en la
memoria, después de tantos años, tanta sabiduría. A todos ellos, gracias.
BIBLIOGRAFÍA Sabaté F, Perdomo, AC, Afonso V 2008. Las fuentes orales en los estudios de agroecología. El caso del agrosistema de Ycode (Tenerife). Centro de Conservación de la Biodiversidad Agrícola de Tenerife. Cabildo de Tenerife. 193 pp.
ZONA Nº ENTREVISTADOS
HOMBRES MUJERES TOTAL ENTREVISTADOS
Pino Alto 2 1 3 La Florida 2 2 4 Pinolere 1 - 1 Aguamansa 1 2 3 Tabla 1. Localidad y género de los informantes.
Gráfico 1. Estrategia campesina tradicional de aprovechamiento vertical y múltiple de los ecosistemas en el Noreste del Valle de La Orotava.
Año
Ene
ro
Febr
ero
Mar
zo
Abr
il
May
o
Juni
o
Julio
Ago
sto
Sep
tiem
bre O
ctub
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Nov
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Dic
iem
bre
Prim
er
año
2º A
ño
Gráfico 2. Ciclos de cultivo y rotaciones de las medianías del Valle.
PAPAS+MILLO+JUDÍAS TRIGO O LEGUMINOSAS
CALENDARIO AGRÍCOLA TRADICONAL
Enero
-Siembra de papas bonitas, quineguas, rosadas y blancas.
-Siembra de millo junto con las papas.
-Siembra de millo en las huertas de platanera.
-Siembra de trigo.
-Siembra de chochos y otras leguminosas.
Febrero
-Siembra de papas autodate.
-Arrienda y adición de guano a las papas.
-Siembra de millo entre la platanera y abonar con estiércol.
-Siembra de judías en asociación con papas y millo.
-Poda y amarre de la viña.
-Trasplante de coles de semillero a la huerta.
Marzo
-Sacha de las papas.
-Recolección de papas bonitas (sembradas en agosto).
-Recolección de millo a chorro para animales.
-Corte de piñas de plátano.
-Abonar la platanera con estiércol y guano.
-Recolección de arvejas.
Abril
-Recolección de papas rosadas y blancas.
-Corte de piñas de plátano.
Mayo
-Recolección de judías asociadas a las papas.
-Siembra de tabaco (sólo se realizó pocos años)
Junio
-Recolección de papas bonitas.
-Recolección de las piñas de millo sembrado junto con las
papas (Finales de junio)
Julio
-Recolección de papas bonitas.
-Siembra de papas rosadas, quineguas y blancas junto con
la platanera.
-Recolección del millo dentro de la platanera.
-Abonar la platanera con guano.
-Recolección de trigo (finales de julio).
Agosto
-Siembra de papas bonitas (para consumir en Semana
Santa).
-Siembra de papas rosadas, quineguas y blancas junto con
la platanera.
-Siembra del millo a chorro para alimento de ganado.
-Recolección de trigo.
-Recolección de coles, chochos y juncos.
Septiembre
-Siembra de papas rosadas junto con la viña.
-Adición de nitro a la platanera.
-Vendimia.
Octubre
-Recolección de las papas sembradas dentro de la
platanera.
-Recolección de la caña seca del millo para los animales.
-Recolección de la cosecha de tabaco.
Noviembre
-Siembra del trigo (Entre Santa Catalina y San Andrés).
-Adición de guano a la platanera.
-Cavar y abonar la viña.
Diciembre
-Recolección de papas rosadas dentro de la viña.
-Siembra de papas bonitas, rosadas, quineguas y blancas
(segunda quincena de diciembre).
-Siembra de trigo (primera quincena).
-Siembra de semilleros de col.
-Siembra de arvejas.
Tabla 2. Calendario Agrícola tradicional del agrosistemas del noreste del valle
de La Orotava (Tenerife – Canarias). Elaboración propia.
Gráfico 3. Asociación de platanera-papas-millo del agrosistemas del noreste del valle de La Orotava (Tenerife – Canarias).
PLATANERA
MILLO
PAPAS
Gráfico 4. Asociación papas-millo-judías del agrosistemas del noreste del valle de La Orotava (Tenerife – Canarias).
PAPA
MILLO
JUDÍAS
Especies asociadas Tipo de Asociación Beneficios
-Platanera, papas y millo.
Las papas eran sembradas
entre hileras de platanera,
quedando una fila de
papas y otra de platanera.
El millo era sembrado
alrededor de la huerta o
debajo de las paredes de
piedra.
Las papas y el millo
quedan protegidos de las
inclemencias del tiempo
por las hojas de la
platanera. Además se ven
beneficiados del riego y los
nutrientes que se aportan
al cultivo principal.
-Papas, millo y judías.
Se combina una fila de
papas con una fila de millo
y judías, plantadas a golpe
en el surco de papas –un
pie de millo, un pie de
judías-.
Los pie de millo protegen
del viento y captan la
humedad, beneficiando a
las plantas que crecen en
su base (Gil González,
2005). Además el millo y
las judías se benefician de
los abonos aplicados a las
papas. La judía a su vez
nitrifica el suelo,
fertilizándolo.
-Viña, papas, habas y arvejas.
Se sembraba la viña en
filas o cordones, en los
espacios libres se
sembraban las papas,
generalmente en el centro
de la huerta, al igual que
las habas y las arvejas,
aunque éstas se
sembraban también debajo
de la viña.
Las habas y las arvejas
nitrifican el suelo,
fertilizándolo en beneficio
de las papas y la viña.
Ésta última, además actúa
como barrera de
cortaviento, protegiendo a
las papas.
-Frutales y otras especies en las orillas de la huerta.
Se siembran los cultivos
ordinarios en el centro del
terreno, y en los bordes de
la huerta se sembraban los
frutales o bien las coles.
En algunas ocasiones se
podían encontrar coles en
el centro de la parcela, en
las madres de las papas.
Los frutales actúan como
cortavientos, incluso
algunos como los
castañeros, permiten
bombear los nutrientes de
las capas bajas del suelo
hacia las más
superficiales. Son
reservorios de fauna útil,
captadores de humedad y
freno de la erosión.
Tabla 3. Asociación de especies y sus beneficios del agrosistemas del noreste
del valle de La Orotava (Tenerife – Canarias).