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EL EVANGELIO Y EL FUNDAMENTO DE SUS DISTINTAS ARISTAS BIBLICAS IGLESIA DE CRISTO RANCAGUA

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El evangelio y sus diferentes aristas bíblicas. Mas informacion en www.iglesiadecristoenrancagua.cl

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Page 1: Estudio del evangelio

EL EVANGELIO Y EL FUNDAMENTO DE SUS

DISTINTAS ARISTAS BIBLICAS

IGLESIA DE CRISTO RANCAGUA

Page 2: Estudio del evangelio

1. EL CONCEPTO DE JUSTICIA

El castigo es parte de la justicia (ley del tránsito, impuestos, autoridades civiles):

Así cuando cometemos una falta a la Ley del tránsito, y somos descubiertos, se nos aplica un castigo reflejado en una multa

Cuando faltamos a alguna ley civil, por decir, no pagar las contribuciones, se nos castiga con la confiscación de los bienes o cárcel.

Etc.

La referida frase que a veces escuchamos en la televisión “que se haga justicia”, implica que debe aplicarse un castigo contra el aludido.

El castigo es el resultado, o lo que se obtiene, por violar algún estatuto previamente establecido (Ley de tránsito o Leyes civiles, etc.)

Debemos tener claro que el castigo no le es agradable a nadie, pero aun así existe y algunas veces lo exigimos. Además, siempre hay una forma de evitar el castigo, esto es, respetando las leyes establecidas.

Otro punto importante a tener en cuenta es que, en su mayoría, todos estamos de acuerdo con las leyes establecidas y entendemos que son correctas y que todos deberíamos acatarlas.

Page 3: Estudio del evangelio

En el sentido espiritual es Dios quien juzga y lo hace con justicia, esto implica que se aplicará un castigo para quienes Dios determine que son infractores. Pero ¿que determina si soy infractor o no?, o ¿con que regla mide Dios a las personas?.... Evidentemente que mediante una Ley, como lo es para la mayoría de los asuntos terrenales.

El juez que tiene la responsabilidad de juzgar, al no aplicar un castigo merecido, se hace “INJUSTO” o “CORRUPTO”.

Page 4: Estudio del evangelio

2. LA LEY DE DIOS La ley que rige a los hombres, respecto de su relación con Dios, se puede resumir en: Amar a Dios por sobre todas las cosas y Amar al prójimo como a uno mismo;

Mt 22:34-40 “Los fariseos se reunieron al saber que Jesús había hecho callar a los saduceos, y uno, que era maestro de la ley, para tenderle una trampa, le preguntó: Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley? Jesús le dijo: Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el más importante y el primero de los mandamientos. Pero hay un segundo, parecido a este; dice: Ama a tu prójimo como a ti mismo. En estos dos mandamientos se basan toda la ley y los profetas (antiguo testamento).

Stgo 2:8-12 “Ustedes hacen bien si de veras cumplen la ley suprema, tal como dice la Escritura: "Ama a tu prójimo como a ti mismo.“

Rom 13: 8-10 “Los mandamientos dicen: "No cometas adulterio, no mates, no robes, no codicies"; pero estos y los demás mandamientos quedan comprendidos en estas palabras: "Ama a tu prójimo como a ti mismo." El que tiene amor no hace mal al prójimo; así que en el amor se cumple perfectamente la ley.

Mt 7:12 “Así pues, hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes; porque en eso se resumen la ley y los profetas”

Page 5: Estudio del evangelio

La Ley de Dios es muy perfecta y nunca ningún hombre la ha cumplido a cabalidad (salvo Jesús), por ejemplo:

Mt 5:21-22 “Ustedes han oído que a sus antepasados se les dijo: No mates, pues el que mate será condenado. Pero yo les digo que cualquiera que se enoje con su hermano, será condenado. Al que insulte a su hermano, lo juzgará la Junta Suprema; y el que injurie gravemente a su hermano, se hará merecedor del fuego del infierno.”

Mt 5:27 “Ustedes han oído que se dijo: No cometas adulterio (acto sexual). Pero yo les digo que cualquiera que mira con deseo a una mujer, ya cometió adulterio con ella en su corazón.“

… aquí se nos muestra que el inicio del pecado esta en el “pensar”, ósea, en el interior.

Además tenemos que la definición bíblica del pecado es infracción de la Ley; 1 Juan 3:4 “Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley”.

Por ende al no cumplir con algún precepto de la Ley de Dios estamos bajo pecado, o lo que es lo mismo, estamos infringiendo la Ley, ¿pero cual es la sentencia por hacer esto?

Por lo tanto tenemos que al no cumplir la ley de Dios somos todos pecadores:

Rom 3:23 “Porque todos pecaron y están .......”

Rom 3:10-12 “Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno”

Page 6: Estudio del evangelio

Si se considera los conceptos anteriores concluimos que toda la humanidad es culpable y transgresora respecto de la Ley de Dios (estamos bajo pecado), y por lo tanto, expuestos al juicio de Dios en el cual sin duda somos hallados culpables y merecemos un castigo por 2 razones principales:

I. Transgredimos la Ley de Dios (ver detalle de este punto en diapositiva 24)II. Dios al juzgarnos debe decretar un castigo, para cumplir el concepto de Justicia

3. SENTENCIA

El castigo por estas infracciones es;

Rom 3:23 “Porque todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios”

Ezequiel 18:20 “El alma que pecare esa morirá…….”

Rom 6:23 “Porque la paga del pecado es muerte……”

Stgo 1:15 “…… y del pecado, cuando llega a su completo desarrollo, nace la muerte”

A lo anterior se le conoce como la muerte segunda, ósea, después de nuestra muerte física estamos sin ninguna posibilidad de vivir con Dios eternamente, separados de Él, es decir, muertos espiritualmente y destinados a estar eternamente separados de Dios.

Page 7: Estudio del evangelio

4. REDENCIÓN MEDIANTE SANGRE

Bíblicamente el pecado se expía con sangre según leemos a continuación:

Hebreos 9:22: “Según la ley, casi todo tiene que ser purificado con sangre; y no hay perdón de pecados si no hay derramamiento de sangre”

Levítico 17:10-11: “Yo estaré en contra de todo israelita o extranjero que viva entre ustedes y que coma sangre, en la forma que sea. Yo lo eliminaré de entre su pueblo. Porque todo ser vive por la sangre que está en él, y yo se la he dado a ustedes en el altar para que por medio de ella puedan ustedes pagar el rescate por su vida, pues es la sangre la que paga el rescate por la vida.”

Al decir “derramamiento de sangre” implícitamente nos indica que alguien debe morir por la falta cometida, esto último debido a que cualquier pecado merece un castigo (el pecado no puede quedar impune), para que así se cumpla el concepto de JUSTICIA.

Siendo así las cosas, todos los hombres necesitamos algún tipo de salida o redención de nuestras transgresiones. Dios siempre nos da la salida para que, a pesar de nuestras faltas, nos podamos acercar a Él.

La idea es que el pecador igualmente pueda acceder a Dios (lo cual se hace imposible si aquel pecador debe morir, aunque sea justamente), por lo tanto, para cumplir con el principio de Justicia se hace necesario que “un tercero” pague la culpa del pecado cometido. De aquí sale el concepto de SACRIFICIO.

Page 8: Estudio del evangelio

Por último cuando el castigo ya ha sido ejecutado (el cual se ratifica con la muerte del sacrificio), el pecador queda eximido de culpa o sin pecado, esto es así porque el castigo ya fue ejecutado.

El sacrificio debe ser “sin pecado” o lo que es lo mismo “un justo por un injusto”, esto es así ya que un pecador no puede redimir a otro pecador (ya que ambos merecen castigos).

Un punto importante a tener en cuenta es que el sacrificio existe a causa del pecado. Si no hay pecado el sacrificio esta demás.

El sacrificio nace o existe a causa del pecado, ya que cuando existe pecado debe haber un castigo ya sea sobre el culpable o sobre el sacrificio.

5. EL SACRIFICIO

El sacrificio es ofrecido como propiciación por nuestra falta (pecado). Ósea que el castigo que merecíamos nosotros (el pecador)… “el castigo es la muerte (Rom 6:23)”…. se ejecuta sobre el sacrificio, así, la víctima lleva nuestro castigo (muerte) sin que ésta haya cometido el pecado por el cual muere.

Perspectiva Sacerdotal de los Sacrificios (ver detalle de este punto en diapositiva 19)

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6. EL SACRIFICIO DE JESÚS El propósito de que Jesús naciera como hombre, muriera en una cruz y resucitara, es el siguiente:

El castigo que nosotros merecíamos por no cumplir con la Ley de Dios recayó sobre Jesús, ósea, el llevo nuestras faltas y todo el castigo que nosotros merecíamos. “(Isa.53:5) Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados”

Además era necesario que Cristo muriera, ya que: “No hay perdón de pecados sin derramamiento de sangre (hebreos 9:22)”

También se requería que no pecara, ya que un pecador no puede redimir a otro pecador. Esto quiere decir que estuvo en los mismos lugares, en la misma situación y en los ambientes donde nosotros perdimos la vida, salvo que el no la perdió. "(Isaías 53: 9) Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.“

Debía ser un hombre de carne y hueso, de nuestro mismo linaje; el pecado entro al mundo por Adán (hombre de carne y hueso) y la salvación entro al mundo por Jesús (hombre de carne y hueso). Nacido de mujer; así también, el pecado entró por una virgen (Eva), y así, la salvación provino de la simiente de una virgen (María).

Manifestó la resurrección, haciéndose él en persona primogénito de los muertos, levantó en su persona al hombre caído por tierra, al ser él elevado a las alturas del cielo, hasta la diestra de la gloria del Padre, como había Dios prometido por medio del profeta al decir: “Levantaré la tienda de David, caída en la tierra (Am 9:11)”, es decir, el cuerpo que proviene de David, ósea que levantaría (redimiría) al hombre de carne y hueso.

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7. COMO SER PARTE DEL SACRIFICIO DE JESÚS Y CUAL ES EL RESULTADO La Ley de Dios se enseñorea del hombre mientras este vive, ósea, desde que el hombre nace hasta que este muere esta “bajo los preceptos de la Ley de Dios”:

Rom 7:1-3 “Hermanos, ustedes conocen la ley, y saben que la ley solamente tiene poder sobre una persona mientras esa persona vive. Por ejemplo, una mujer casada está ligada por ley a su esposo mientras este vive; pero si el esposo muere, la mujer queda libre de la ley que la ligaba a él. De modo que si ella se une a otro hombre mientras el esposo vive, comete adulterio, pero si el esposo muere, ella queda libre de esa ley, y puede unirse a otro hombre sin cometer adulterio. ”

Lo anterior quiere decir que al estar “bajo la Ley de Dios”, el hombre esta obligado a cumplir esta Ley, ya que esta ligado a ella (así como la esposa al esposo). Pero sabemos que:

No podemos cumplir esta ley, ya que la escritura afirma que; “Quienes ponen su confianza en la ley están bajo maldición, porque la Escritura dice: "Maldito sea el que no cumple fielmente todo lo que está escrito en el libro de la ley“ Por tanto, está claro que nadie es reconocido como justo en virtud de la ley….. (Gal 3:10-11)“.

Además; “Porque todos pecaron y están destituidos de la presencia de Dios (Rom 3:23)”, también dice, “Si decimos que no hemos cometido pecado hacemos que Dios parezca mentiroso y no hemos aceptado verdaderamente su palabra (1 Juan 1:10)”. Ósea que estamos bajo pecado.

Por lo tanto, podemos afirmar que mientras estamos ligados a la ley (como la esposa lo esta al marido) estamos “bajo maldición” esto debido a que no podemos cumplir todo lo que la ley ordena.

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Siendo así las cosas necesitamos que alguien o algo nos libre de los preceptos de la Ley, ósea, que nos desligue de esta, es decir, que ya no estemos “bajo la Ley”:

Rom 7:4-6 “Así también, ustedes, hermanos míos, al incorporarse a Cristo han muerto con él a la ley, para quedar unidos a otro, es decir, a aquel que después de morir resucitó. De este modo, podremos dar una cosecha agradable a Dios. Porque cuando vivíamos como pecadores, la ley sirvió para despertar en nuestro cuerpo los malos deseos, y lo único que cosechamos fue la muerte. Pero ahora hemos muerto a la ley que nos tenía bajo su poder, quedando así libres para servir a Dios en la nueva vida del Espíritu y no bajo una ley ya anticuada.”

Ósea que como la esposa queda libre de la Ley del marido al morir este último, así también nosotros mediante nuestra incorporación a Cristo morimos a la Ley y quedamos libres de la Ley. Además como la esposa viuda puede unirse a otro hombre dentro de la legalidad, así también nosotros quedamos unidos a Cristo.

Concluimos que al incorporarnos a Cristo morimos a la Ley, ósea, quedamos libres de la Ley.

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Pero ¿Cómo podemos quedar unidos a Cristo?, o ¿Cómo podemos incorporarnos a Cristo?:

Ya antes habíamos dicho que cualquier persona esta ligada a la Ley mientras vive (Rom 7:1), por lo tanto necesitamos morir a la Ley… ¿pero como se muere a la ley?

Para esto es necesario 2 cosas fundamentales:o Gal 3:11 “pues la Escritura dice: "El justo por la fe vivirá.“, Evidentemente es necesaria

la Fe en que Jesús es el Hijo de Dios y que existió y existe.o Rom 6:3-7 “¿No saben ustedes que, al quedar unidos a Cristo Jesús en el bautismo,

quedamos unidos a su muerte? Pues por el bautismo fuimos sepultados con Cristo, y morimos para ser resucitados y vivir una vida nueva, así como Cristo fue resucitado por el glorioso poder del Padre. Si nos hemos unido a Cristo en una muerte como la suya, también nos uniremos a él en su resurrección. Sabemos que lo que antes éramos fue crucificado con Cristo, para que el poder de nuestra naturaleza pecadora quedara destruido y ya no siguiéramos siendo esclavos del pecado. Porque, cuando uno muere, queda libre del pecado.” Ósea que mediante el bautismo morimos a la Ley y nos desligamos de ella porque “cuando uno muere queda libre de la Ley y por lo tanto del pecado” y además de esto, al mismo tiempo, nos unimos a Cristo (ejemplo matrimonio)

o Gal 3:26-29 “pues por la fe en Cristo Jesús todos ustedes son hijos de Dios, ya que al unirse a Cristo en el bautismo, han quedado revestidos de Cristo.” Aquí se resumen las 2 cosas necesarias, a decir; creer y bautizarse.

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Todo lo anterior nos indica que ya no estamos ligados a la Ley o “bajo la Ley”, sino que estamos unidos a Cristo o; “bajo la ley del espíritu que da vida en Cristo Jesús (Rom 8:2)” ¿ Pero cual es esta Ley que da vida en Cristo? R: Todo el castigo que merecíamos lo llevo Cristo Jesús en su muerte, Él pagó todas nuestras faltas con su sacrificio expiatorio, por lo tanto, a los ojos de Dios somos vistos como Santos -sin pecado- esto último debido a que el castigo por nuestros pecados (pasados-presentes y futuros) ya ha sido ejecutado mediante la muerte de Jesús, y donde no hay castigo; no existe pecado:

La JUSTICIA de Dios se resume en el siguiente esquema:

Infracción de la Ley Pecado Castigo Muerte

Así el pecado existe por que hay una infracción de la Ley, y el castigo es el resultado del pecado, la muerte es la ejecución del castigo.

Por lo tanto, cuando la muerte ha sido ejecutada ya no hay mas pecado.

Infracción de la Ley Pecado Castigo Muerte de

Jesús

Caso 1:

Caso 2:

Page 14: Estudio del evangelio

Por lo tanto mediante la Fe y el Bautismo quedamos ligados a Cristo y ya no estamos bajo el castigo que resulta de no cumplir la Ley (aplicable cuando estábamos bajo la Ley), sino que estamos bajo la gracia de Jesús mediante la cual “la Justicia de la Ley se cumple en nosotros” ahora no existe pecado en nosotros ya que todos estos (pasados-presentes-futuros) fueron pagados mediante el sacrificio de Jesús:

Rom 8:1-8 “Así pues, ahora ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, porque la ley del Espíritu que da vida en Cristo Jesús, te liberó de la ley del pecado y de la muerte. Porque Dios ha hecho lo que la ley de Moisés no pudo hacer, pues no era capaz de hacerlo debido a la debilidad humana: Dios envió a su propio Hijo en condición débil como la del hombre pecador y como sacrificio por el pecado, para de esta manera condenar al pecado en esa misma condición débil. Lo hizo para que nosotros podamos cumplir con las justas exigencias de la ley, pues ya no vivimos según las inclinaciones de la naturaleza débil sino según el Espíritu. Los que viven según las inclinaciones de la naturaleza débil, solo se preocupan por seguirlas; pero los que viven conforme al Espíritu, se preocupan por las cosas del Espíritu. Y preocuparse por seguir las inclinaciones de la naturaleza débil lleva a la muerte; pero preocuparse por las cosas del Espíritu lleva a la vida y a la paz. Los que se preocupan por seguir las inclinaciones de la naturaleza débil son enemigos de Dios, porque ni quieren ni pueden someterse a su ley. Por eso, los que viven según las inclinaciones de la naturaleza débil no pueden agradar a Dios.

Por lo tanto, unidos a Cristo cumplimos con las justas exigencias de la Ley, a los ojos de Dios somos vistos como Santos -sin pecado- esto último debido a que el castigo por nuestros pecados (pasados-presentes y futuros) ya ha sido ejecutado mediante la muerte de Jesús, y donde no hay castigo; no existe pecado, y donde no hay pecado; no existe infracción de la Ley sino cumplimiento de esta, y somos llamados “Hijos de Dios”.

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Entonces acaso esto significa que ¿podemos pecar indiscriminadamente?, total todos nuestros pecados ya esta perdonados: Obviamente que no según veremos a continuación:

Rom 6:1-2 “¿Qué diremos entonces? ¿Vamos a seguir pecando para que Dios se muestre aún más bondadoso? ¡Claro que no! Nosotros ya hemos muerto respecto al pecado; ¿cómo, pues, podremos seguir viviendo en pecado?

1 Juan 1:6-10 “Si decimos que estamos unidos a él, y al mismo tiempo vivimos en la oscuridad, mentimos y no practicamos la verdad. Pero si vivimos en la luz, así como Dios está en la luz, entonces hay unión entre nosotros, y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado. Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y no hay verdad en nosotros; pero si confesamos nuestros pecados, podemos confiar en que Dios, que es justo, nos perdonará nuestros pecados y nos limpiará de toda maldad. Si decimos que no hemos cometido pecado, hacemos que Dios parezca mentiroso y no hemos aceptado verdaderamente su palabra.

Evidentemente que un cristiano no puede aprovecharse del sacrificio de Jesús, debe intentar vivir en la luz, para esto se hace necesario la oración, acercarse a Dios en el estudio de su palabra, la comunión con los hermanos y alejarse de todo lo que le pueda significar tentación (alejado del Mal).

Además el hecho de arrepentirse significa un cambio de actitud y TRATAR de no hacer las mismas obras malas de antes. Pero si por nuestra debilidad volvemos a pecar:

1 Juan 2:1-2 “Hijitos míos, les escribo estas cosas para que no cometan pecado. Aunque si alguno comete pecado, tenemos ante el Padre un defensor, que es Jesucristo, y él es justo. Jesucristo se ofreció en sacrificio para que nuestros pecados sean perdonados; y no solo los nuestros, sino los de todo el mundo.”

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6. Principales conclusiones:

El pecado es infracción de la Ley.

El hombre no puede cumplir a cabalidad la Ley de Dios, debido a nuestra naturaleza débil heredada desde la caída en Edén, por lo tanto esta bajo maldición.

La buena noticia o evangelio se puede definir como sigue: “El castigo que merecíamos por no cumplir con las justas exigencias de la Ley de Dios, lo llevo Cristo, por lo tanto, no estamos bajo la maldición que implica no cumplir con la Ley.

La expresión “no estamos bajo la ley” significaba que no estamos bajo el castigo (o condenación) que conllevaba no cumplir la ley.

La expresión “estar bajo la Ley de Cristo” o “revestidos de Cristo” significa que nuestras faltas son expiadas (perdonadas) por el sacrificio expiatorio del Señor.

La ley en si misma es santa, justa y buena.

El amor a Dios y al Prójimo es el cumplimiento de la Ley.

El señor mediante su muerte entrego el sacrificio perfecto por el pecado, por lo tanto, donde no hay pecado, los sacrificios y ofrenda por este son redundantes (no aplican). Esta es la razón por la cual las ofrendas y sacrificios de la Ley antigua (y de cualquier otro tipo) quedaron abolidas (diezmos, sacrificios, peregrinaciones, etc.).

Page 17: Estudio del evangelio

La naturaleza pecadora no es destruida o removida en el bautismo, sino hecha potencialmente inoperativa (no hay condenación (muerte) para los que están en Cristo). Ahora bien, el que continúe inoperante (muerte espiritual) depende de nuestra cooperación con el Espíritu Santo viviendo en nosotros. Esto quiere decir que aunque ya somos Santos, estamos en un proceso de Santificación: Apoc 22:11 “Deja que el malo siga en su maldad, y que el impuro siga en su impureza; pero que el bueno siga haciendo el bien, y que el santo siga santificándose”.

El NT asegura que cuando los pecadores se convierten a Jesús en arrepentimiento y fe son declarados justos y santos (no estamos bajo pecado ↔ muerte). Pero el NT también urge a los creyentes a vivir en santidad o santificación (luchando contra el pecado ↔ naturaleza pecadora – Rom 7).

El resultado esperado de la salvación es un proceso de santificación debido a que los creyentes conocen y son parte de la gracia de Dios a través de Cristo (sus vidas deben ser diferentes). Esta no es una pregunta de si una cosa sí y otra no, de escoger entre fe u obras, sino que hay un orden en secuencia.

Nuestras nuevas vidas en proceso de santificación no nos hacen merecedores de la salvación, sino que son el resultado de; nuestra expiación y testimonio del Espíritu Santo (la salvación no es por obras sino por Fé).

El pecado no tiene poder sobre los creyentes, o lo que es lo mismo “estamos muertos al pecado”, esto es así porque los creyentes no estamos en un estado de “muerte espiritual”, o dicho de otra manera no estamos bajo el poder del pecado, ya que; “el aguijón de la muerte es el pecado (1 Co 15:56)”.

Page 18: Estudio del evangelio

La vida cristiana es un proceso diario que comienza y termina con las decisiones diarias de los creyentes. En consecuencia con esto, Dios nos ha provisto todo lo que necesitamos: el Espíritu (Ro. 8), la armadura espiritual (Ef. 6:11), la revelación (Ef. 6:17), y la oración (Ef. 6:18)., lo anterior tendiente a accionar y alentar nuestro continuo proceso de Santificación.

La batalla es feroz (Ro. 7), pero la batalla ya esta ganada (vida espiritual) si vivimos en luz (Ro. 8). 1 Juan 1:7 “Pero si vivimos en la luz (proceso de santificación), así como Dios está en la luz, entonces hay unión entre nosotros, y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado (aunque fallemos, la sangre de Jesús nos hace Santos y por ende no hay condenación/muerte espiritual)”.

El proceso de santificación terminará cuando seamos transformados: 1 Co 15:53 “Pues nuestra naturaleza corruptible se revestirá de lo incorruptible, y nuestro cuerpo mortal se revestirá de inmortalidad.”

Aun en nuestro proceso de santificación no alcanzamos la perfección que requiere el Reino Celestial, es por esto que la escritura declara que “sangre ni carne podrán heredar el Reino Celestial” debido a su naturaleza corruptible.

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LA MISIÓN DE LOS SACERDOTES

Hebreos en 5:1: “Porque todo sumo sacerdote tomado de entre los hombres es constituido a favor de los hombres en lo que a Dios se refiere, para que presente ofrendas y sacrificios por los pecados

Todo lector de las escrituras sabrá que el libro de Hebreos habla sobre 2 tipos de sacerdocios, a decir, el levítico y el de Melquisedec.

Uno de los principales objetivos de la carta a los Hebreos es demostrar que Jesús el Cristo pertenece al sacerdocio de Melquisedec, y que este sacerdocio es mayor que el levítico, ¿pero porque se desea hacer esto?.

Al demostrar que Jesús pertenece a la orden de Melquisedec, y que este linaje sacerdotal es “mejor” que el Levítico, implica que las ofrendas y sacrificios realizados por “Jesús sacerdote” son “mejores” (desde el punto de vista del perdón de los pecados y purificación de estos)

Esto último era así debido a que los sacerdotes del linaje de Aarón presentaban “ofrendas y sacrificios” los cuales eran “figura y sombra de las cosas celestiales”:

Hebreos 8:5 “Pero estos sacerdotes prestan su servicio por medio de cosas que no son más que copias y sombras de lo que hay en el cielo. Y sabemos que son copias porque, cuando Moisés iba a construir el santuario, Dios le dijo: Pon atención y hazlo todo según el modelo que te mostré en el monte."

Page 20: Estudio del evangelio

Estos sacrificios por el hecho de ser copias no eran completos y presentaban una deficiencia, es decir, la imperfección de estas ofrendas y sacrificios radicaba en que no podían hacer limpia la conciencia de quienes practicaban este tipo de culto:

Hebreos 9:9-10 “Todo esto es un símbolo para el tiempo presente; pues las ofrendas y sacrificios que allí se ofrecen a Dios no pueden hacer perfecta la conciencia de los que así lo adoran. Se trata únicamente de alimentos, bebidas y ciertas ceremonias de purificación,

que son reglas externas y que tienen valor solamente hasta que Dios cambie las cosas.

El sacrificio de Jesús aparte de purificar nuestro exterior, purifica nuestra conciencia: Hebreos 9:13-14 “Es verdad que la sangre de los toros y chivos, y las cenizas de la becerra

que se quema en el altar, las cuales son rociadas sobre los que están impuros, tienen poder para consagrarlos y purificarlos por fuera. Pero si esto es así, ¡cuánto más poder tendrá la sangre de Cristo! Pues por medio del Espíritu eterno, Cristo se ofreció a sí mismo a Dios como sacrificio sin mancha, y su sangre limpia nuestra conciencia de las obras que llevan a la muerte, para que podamos servir al Dios viviente.

Por lo tanto las ofrendas y sacrificios que mandaba la Ley de Moisés eran figuras de las cosas celestiales y estás figuras eran purificadas con la sangre de toros y machos cabríos:

Hebreos 9:23 ”De manera que se necesitaban tales sacrificios (los que mandaba la Ley de Moisés) para purificar aquellas cosas que son copias de lo celestial; pero las cosas celestiales necesitan mejores sacrificios que esos.”

Page 21: Estudio del evangelio

Hebreos 10:1-4 “Porque la ley de Moisés era solamente una sombra de los bienes que

habían de venir, y no su presencia verdadera. Por eso la ley nunca puede hacer perfectos a quienes cada año se acercan a Dios para ofrecerle los mismos sacrificios. Pues si la ley realmente pudiera purificarlos del pecado, ya no se sentirían culpables, y dejarían de ofrecer sacrificios. Pero estos sacrificios sirven más bien para hacerles recordar sus pecados cada año. Porque la sangre de los toros y de los chivos no puede quitar los pecados.”

El texto anterior nos dice que la ley de Moisés (evidentemente refiriéndose a las ofrendas y sacrificios que esta mandaba) no puede hacer perfectos a los hombres porque son la sombra de los bienes venideros, ósea que la sangre de los toros y machos cabríos no pueden quitar los pecados.

Las ofrendas y sacrificios de la Ley no pueden limpiar la conciencia de los que practican este culto (hebreos 9:9-10 y 10:1-4), por ende el antiguo pacto era imperfecto o incompleto.

¿Pero como es eso de hacer limpia la conciencia? Ya que, según leemos, la principal debilidad de este culto es que no logra limpiar nuestra “conciencia” del pecado.

Page 22: Estudio del evangelio

Hebreos 10:5-10 “Por eso Cristo, al entrar en el mundo, dijo a Dios: No quieres sacrificio ni

ofrendas, sino que me has dado un cuerpo. No te agradan los holocaustos ni las ofrendas para quitar el pecado. Entonces dije: Aquí estoy, tal como está escrito de mí en el libro, para hacer tu voluntad, oh Dios. En primer lugar, dice que Dios no quiere ni le agradan sacrificios ni ofrendas de animales, ni holocaustos para quitar el pecado, a pesar de que son cosas que la ley manda ofrecer. Y después añade: "Aquí vengo para hacer tu voluntad." Es decir, que quita aquellos sacrificios antiguos y pone en su lugar uno nuevo. Dios nos ha consagrado porque Jesucristo hizo la voluntad de Dios al ofrecer su propio cuerpo en sacrificio una sola vez y para siempre.”

El nuevo pacto confirmado con la muerte de Jesús radica en como sacerdote según el orden de Melquisedec, ofreció 1 solo sacrificio por nuestros pecados, mediante el cual nos hizo santos, ósea, somos santificados porque; “Dios nos ha consagrado porque Jesucristo hizo la voluntad de Dios al ofrecer su propio cuerpo en sacrificio una sola vez y para siempre.” (hebreos 10:10). Un sacrificio = multitud de pecados.

En el antiguo pacto debían realizarse contantemente ofrendas y sacrificios por el pecado mediante sacerdotes humanos (linaje de Aarón), es decir, tal es el pecado – tal es la ofrenda. Con lo anterior el pecado siempre estaba presente como falta delante de Dios, a esto se le llama la “conciencia de pecado”.

En el nuevo pacto Jesús, sacerdote según linaje de Melquisedec, con su sacrificio, pago TODOS nuestros pecados, así, basto que ofreciera un solo sacrificio (la ofrenda de su cuerpo) para perdonar todo el pecado de la humanidad. Por lo tanto:

Hebreos 10:18 “Así pues, cuando los pecados han sido perdonados, ya no hay necesidad de más ofrendas por el pecado.”

Page 23: Estudio del evangelio

Resumiendo, tenemos lo siguiente:

o El culto antiguo, realizado por sacerdotes humanos, requería ofrendas y sacrificios que eran sombra y figura de los bienes venideros, estos se ofrecían de forma constante por el pecado. Con lo anterior el pecado siempre estaba presente como falta delante de Dios, a esto último se le llama “conciencia de pecado”, lo cual era un defecto de la Ley antigua.

o Jesús al ser sumo sacerdote está capacitado para ofrecer “ofrendas y sacrificios” y al ser del linaje de Melquisedec (mayor al de Aarón) estas ofrendas y sacrificios son mejores desde el punto de vista que además de limpiar la carne, purifican la conciencia del hombre.

o Jesús ofreció un solo sacrificio (ofrenda de su cuerpo) por el pecado, mediante el cual se perdonó todo el pecado, a diferencia de las constantes ofrendas y sacrificios del primer culto, las cuales debían ofrecerse siempre, esta es la razón por la cual el nuevo pacto es mejor que el primero, ya que el nuevo pacto limpia la conciencia, esto último se hace manifiesto en que ahora no son necesarias las ofrendas y sacrificios por el pecado.

o En los cristianos actuales no hay pecado (ya que fue perdonado por la ofrenda del Señor), por lo tanto, no es necesario seguir ofreciendo las ofrendas y sacrificios que ordenaba la Ley (o cualquier otro sacrificio que se estime obligatorio) ya que no existe pecado por el cual ofrecerlas.

o Cuando no existe pecado la ofrenda por este es redundante, ósea, no es necesaria.

Page 24: Estudio del evangelio

Se debe tener en cuenta que es la Ley la que nos condena;

1 de Corintios 15:55-56: “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley”.

Rom 7:7 “…. de no ser por la ley, yo no hubiera sabido lo que es el pecado. Jamás habría sabido lo que es codiciar, si la ley no hubiera dicho: "No codicies."

PERSPECTIVA DE LA LEY

Ósea que el mandamiento que era para vida nos resulto adverso y mediante el mandamiento nos condenamos;

Rom 7:8-11 “Pero el pecado … valiéndose del propio mandamiento despertó en mí toda

clase de malos deseos. Pues mientras no hay ley, el pecado es cosa muerta. Hubo un tiempo en que, sin la ley, yo tenía vida; pero cuando vino el mandamiento, cobró vida el pecado, y yo morí. Así resultó que aquel mandamiento que debía darme la vida, me llevó a la muerte, porque el pecado se aprovechó del mandamiento y me engañó, y con el mismo mandamiento me dio muerte.

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¿Qué diremos a esto?, ¿es acaso corrupta La Ley?, ¿o Dios nos dio una Ley imposible de cumplir para que, por medio de esta, nos condenáramos (como si Dios quisiera nuestra condenación)?, la respuesta a continuación;

Rom 7:12-24 : “La ley en sí misma es santa, y el mandamiento es santo, justo y bueno. Pero entonces, ¿esto que es bueno me llevó a la muerte? ¡Claro que no! Lo que pasa es que el pecado, para demostrar que verdaderamente es pecado, me causó la muerte valiéndose de lo bueno. Y así, por medio del mandamiento, quedó demostrado lo terriblemente malo que es el pecado. Sabemos que la ley es espiritual, pero yo soy débil, vendido como esclavo al pecado….. (vs 18) Porque yo sé que en mí, es decir, en mi naturaleza débil, no reside el bien; pues aunque tengo el deseo de hacer lo bueno, no soy capaz de hacerlo….. (vs 21-23) Me doy cuenta de que, aun queriendo hacer el bien, solamente encuentro el mal a mi alcance. En mi interior me gusta la ley de Dios, pero veo en mí algo que se opone a mi capacidad de razonar: es la ley del pecado, que está en mí y que me tiene preso….. (vs 25) En conclusión: yo entiendo que debo someterme a la ley de Dios, pero en mi debilidad estoy sometido a la ley del pecado.”

Ósea que somos incapaces de cumplir la Ley, esto no es culpa de la Ley, sino que es nuestra debilidad la que no nos permite cumplirla.

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Entonces si no podemos cumplirla ¿Para que sirve la Ley?

Gal 3:19 “Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue dada después, para poner de manifiesto la desobediencia de los hombres, hasta que viniera esa "descendencia" a quien se le había hecho la promesa….. (verso 21 -22) ¿Acaso esto quiere decir que la ley está en contra de las promesas de Dios? ¡Claro que no! Porque si la ley pudiera dar vida, entonces la justicia realmente se obtendría en virtud de la ley. Pero, según lo que dice la Escritura, todos son prisioneros del pecado, para que quienes creen en Jesucristo puedan recibir lo que Dios ha prometido.

Esto quiere decir que la Ley nos sirve para darnos cuenta cuan pecadores somos y estando consientes de nuestro estado pecaminoso, nos volvamos a Dios mediante la Fe en Jesús.

Gal 3:23-27 “Antes de venir la fe, la ley nos tenía presos, esperando a que la fe fuera dada a conocer. La ley era para nosotros como el esclavo que vigila a los niños, hasta que viniera Cristo, para que por la fe obtuviéramos la justicia. Pero ahora que ha llegado la fe, ya no estamos a cargo de ese esclavo que era la ley, pues por la fe en Cristo Jesús todos ustedes son hijos de Dios, ya que al unirse a Cristo en el bautismo, han quedado revestidos de Cristo.”

Por le Fe en Jesús y el bautismo quedamos unidos a Cristo, y ya no estamos bajo el yugo de la Ley o el castigo que significa no cumplir los preceptos de la Ley, sino que las justas exigencias de la Ley se cumplen en nosotros mediante el sacrificio expiatorio de Jesús en quien recae el castigo de todos nuestros pecados, y donde no hay castigo no hay pecado.