estudio de salmo 32

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“Estudio de los Salmos” Ps Alex Donnelly SALMO 32 Introducción En Efesios 1, Pablo hace una lista de las bendiciones espirituales que tenemos, como creyentes, en Cristo. Una de ellas es el perdón de los pecados (Efe 1:7). Este es el tema del Salmo 32. David había caído en pecado (probablemente el pecado relacionado con Betsabé), pero por un tiempo no quiso reconocerlo. Este salmo describe el proceso por medio del cual David llegó a confesar su pecado, y a experimentar la dicha del perdón de Dios. Los temas de las estrofas son como sigue: i. David describe la alegría de la persona a quien Dios perdona los pecados (v.1-2). ii. David describe su experiencia triste de estar bajo convicción de pecado (v.3-4). iii. David confiesa su pecado ante Dios, y recibe Su perdón (v.5). Esta es la parte central del salmo. iv. David describe la manera en que el perdón de Dios restaura la comunión entre el creyente y Dios (v.6-7). v. David nos hace saber lo que Dios le dijo, cuando su comunión con Él fue restaurada (v.8-9). vi. David concluye el salmo haciendo un contraste entre la tristeza del pecador, y la alegría del creyente perdonado (v.10-11). Estudiemos estos temas en mayor detalle, cambiando un poco el orden de los temas, para seguir una secuencia cronológica: 1. LA CONVICCIÓN DE PECADO (v.3-4)

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Page 1: Estudio de Salmo 32

“Estudio de los Salmos”Ps Alex Donnelly

SALMO 32

Introducción

En Efesios 1, Pablo hace una lista de las bendiciones espirituales que tenemos, como creyentes, en Cristo. Una de ellas es el perdón de los pecados (Efe 1:7). Este es el tema del Salmo 32. David había caído en pecado (probablemente el pecado relacionado con Betsabé), pero por un tiempo no quiso reconocerlo. Este salmo describe el proceso por medio del cual David llegó a confesar su pecado, y a experimentar la dicha del perdón de Dios.

Los temas de las estrofas son como sigue:

i. David describe la alegría de la persona a quien Dios perdona los pecados (v.1-2).ii. David describe su experiencia triste de estar bajo convicción de pecado (v.3-4).iii. David confiesa su pecado ante Dios, y recibe Su perdón (v.5). Esta es la parte central

del salmo.iv. David describe la manera en que el perdón de Dios restaura la comunión entre el

creyente y Dios (v.6-7).v. David nos hace saber lo que Dios le dijo, cuando su comunión con Él fue restaurada

(v.8-9).vi. David concluye el salmo haciendo un contraste entre la tristeza del pecador, y la

alegría del creyente perdonado (v.10-11).

Estudiemos estos temas en mayor detalle, cambiando un poco el orden de los temas, para seguir una secuencia cronológica:

1. LA CONVICCIÓN DE PECADO (v.3-4)

David fue un hombre ‘conforme al corazón de Dios’; sin embargo, no por ello fue perfecto. Como todos nosotros, tuvo sus momentos débiles, y aun sus ‘tropiezos’ espirituales. Lo triste del caso de David, fue que habiendo cometido un pecado serio, no quiso reconocerlo delante de Dios. La expresión, “Mientras callé…” (v.3), indica eso. El profeta Oseas afirma que cuando el creyente cae en pecado, debe acercarse a Dios, y confesar su falta: “Llevad con vosotros palabras de súplica…y decidle: ‘Quita toda iniquidad…’” (Os 14:2). Pero el orgullo de David no le permitió hacer eso. Guardó silencio; dejó de hablar con Dios. Al no querer reconocer su pecado, tampoco pudo orar, y pronto toda comunicación entre David y Dios cesó.

Porque David era un verdadero hijo de Dios, el Señor no pudo dejarlo en esa condición espiritual. Por lo tanto, comenzó un proceso disciplinario con David. Las consecuencias para David fueron muy penosas. Sus huesos “se envejecieron” (v.3); esto fue en consecuencia de su constante gemir1. La mano de Dios se agravó sobre David (v.4a), y David perdió todo su vigor (espiritual,

1 El verbo en hebreo es dramático; significa, ‘rugir’ (ver Job 4:10; Is 5:29). En Sal 22:1, la palabra es traducida, “clamor”.

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emocional y físico). ¡Qué triste condición para un siervo de Dios! Hubiera sido mil veces mejor reconocer su pecado, y confesarlo ante Dios. ¿Por qué no lo hizo? Quizá no quiso las consecuencias, que sería poner a un lado su relación con Betsabé, y alejarse de ella.

2. LA CONFESIÓN DE PECADO (v.5)

La disciplina de Dios produjo el resultado deseado – la confesión de pecado, por parte de David. Dios sabe que el pecado entristece nuestras vidas. Sin embargo, antes de poder perdonar (y así aliviar la carga del pecado y la mala conciencia), Dios tiene que ver en nosotros un verdadero arrepentimiento. Una de las marcas de dicho arrepentimiento es la confesión abierta, sin excusas, de nuestra falta ante Dios y los hombres. Eso fue lo que David hizo ahora:

David - declaró su pecado (‘katta’ah’) – reconoció su ‘ofensa’; su ‘falta’ contra Dios.- no encubrió su iniquidad (‘avon’) – no trató de tapar u ocultar su pecado de Dios, sino

que manifestó la ‘perversidad’ y ‘maldad’ en su corazón.- confesó sus transgresiones (‘pesha’) – su ‘rebelión’; su decisión de ir en contra de la

ley de Dios.

Como consecuencia, Dios perdonó “la maldad” (‘avon’) de su pecado (‘katta’ah’).

LECCIÓN: Cuando hemos cometido pecado, debemos recordar que Dios nos ama. Él es lento para la ira, y grande en misericordia. Por tanto, debemos confesar nuestro pecado inmediatamente, para volver a estar en paz con Dios y con nosotros mismos.

3. LA DICHA DEL PERDÓN (v.1-2)

Estos dos versos fueron escritos a la luz del gozo que David experimentó, al confesar su pecado, ser perdonado por Dios, y volver a disfrutar el gozo de su salvación.

Estamos tan familiarizados con el concepto del perdón, que a veces nos olvidamos todo lo que ello implica. Para entender mejor el privilegio de ser perdonados por Dios, veamos tres aspectos del perdón que David resalta en estos versos:

i. La “transgresión” es “perdonada” (v.1). El verbo en hebreo es ‘nasa’2, que significa ‘levantar’ o ‘alzar’. El pecado es como una carga que llevamos ante la presencia de Dios; una carga de culpabilidad, y una carga de conciencia. Cuando Dios nos perdona, lo que hace es ‘levanta’ el pecado de nuestros hombros y de nuestras mentes, y nos alivia de semejante carga. Lo hace por medio del Cordero, quien sufre en nuestro lugar. La ‘carga’ del pecado pasa a Él, y Él lo lleva lejos de nosotros.Un buen ejemplo de esto es la experiencia del Peregrino, el héroe del ‘Progreso del Peregrino’3, cuando ve a Cristo en la cruz. La carga (del pecado) que llevaba sobresu hombro, fue quitada, y se sintió tremendamente aliviado. David experimentó lo

2 Aunque lo podríamos pensar, esta palabra no tiene nada que ver con la NASA de los EE.UU. Las letras del nombre ‘NASA’ son siglas, y significan ‘North American Space Agency’ (‘La Agencia Espacial de Norte América’). Es solo una de esas coincidencias lingüísticas – interesante, pero sin valor exegético.3 En libro escrito por John Bunyan.

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mismo, y exclamó: ‘Dichoso el hombre a quien Dios alivia del pecado’.

ii. El “pecado” es “cubierto” (v.1). Dios es santo, y no puede ver el pecado. Por lo tanto, Dios tiene que hacer algo para que no se vea el pecado. Tiene que ‘cubrirlo’. Lo tapa en un hueco, para nunca más verlo. Cuando nos perdona, Dios echa nuestros pecados en la profundidad del mar, y ellos desaparecen de vista para siempre (Miqueas 7:19). Tan radical es el perdón de Dios.

iii. La “iniquidad” no es ‘culpada’ (v.2). Dios también es Juez. Si hemos pecado, entonces Él tiene que hallarnos culpable. Siendo culpables, no basta con quitar el pecado de nuestros hombros, y echarlos en el fondo del mar; Dios tiene que hacer algo más – tiene que exculparnos del pecado. ¿Cómo lo hace? Por medio del Cordero de Dios. En esta manera, Otro lleva la culpa, y Dios nos declara ‘no culpables’.

Dios hace todo esto para perdonarnos de nuestros pecados.

¿Cómo obtenemos el perdón de Dios? En el Antiguo Testamento, había que ofrecer sacrificios. David seguramente lo hizo, pero se dio cuenta que estas cosas no tranquilizaban la conciencia (ver Heb 10:1-4). De este modo, llegó a entender que lo que Dios realmente quería, no era tanto el sacrificio de animales (aunque Él mismo lo había ordenado), sino un “corazón contrito y humillado” (Sal 51:17). Fue por medio de un verdadero arrepentimiento, y una verdadera fe en Dios, que David obtuvo el perdón de los pecados, y experimentó la alegría de estar bien con el Señor.

NOTA: Pablo cita este salmo en Rom 4:6-8, cuando ilustra la doctrina de la justificación por la fe. Esto indica que David fue un hombre justificado en la misma manera que nosotros lo somos.

4. LAS CONSECUENCIAS DEL PERDÓN (v.6-7)

El perdón de Dios produce tremendo gozo en el corazón del pecador, y Dios se deleita de ver eso en Su criatura. Sin embargo, el perdón divino tiene otras consecuencias importantes, que David describe en los v.6-7.

a. Comunión con Dios (v.6a)

Si no estamos dispuestos a reconocer nuestros pecados, y confesarlos ante Dios, entonces no podremos recibir el perdón de los pecados. Y cuando estamos en esa condición, no tenemos la liberta para orar. Pero ¡qué cambio hace el perdón de Dios! Sentimos una tremenda libertad para orar; sabemos que no hay nada entre Dios y nosotros, y nos podemos acercar a Él con total confianza.

Esta fue la experiencia de David. Por eso exclama: “Por esto orará a ti todo santo en el tiempo en que puedas ser hallado” (v.6a). Notemos la frase, “cuando puedas ser hallado”; esto indica, como dice el apóstol Pablo, que hay un tiempo para arrepentirnos; hay un tiempo cuando podemos buscar a Dios. En Sal 69:13, David dice: “Pero yo a ti oraba, oh Jehová, al tiempo de TU buena voluntad”. En los tiempos antiguos, un súbdito no podía acercarse al rey en cualquier momento; tenía que hacerlo cuando el rey lo permitía. Es igual con Dios. Nuestro acercamiento

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a Él, depende de Su buena voluntad. Si esperamos buscar a Dios cuando nos conviene, corremos el riesgo de que en ese momento Dios no pueda ser hallado, en el sentido de que ya pasó la oportunidad para el arrepentimiento. Esto fue lo que hallaron Esaú y Judas Iscariote. Por eso Isaías aconseja, “Buscad a Jehová mientras puede ser hallado” (Is 55:6).

b. Seguridad (v.6b-7a)

Mientras David no reconocía su pecado, experimentó la disciplina de Dios. Esto resultó en una serie de dificultades y problemas (externos e internos), que dejaron a David débil y desalentado. ¡Se estaba hundiendo en las ‘aguas’ de la disciplina de Dios! Pero, cuando confesó su pecado, y recibió el perdón de Dios, la confianza de David volvió; también su seguridad. Por eso declara: “en la inundación de muchas aguas no llegarán éstas a él” (v.6b). ¿Por qué? Porque, “Tú eres mi refugio”; literalmente, ‘mi escondite’. Aun cuando llegaran tiempos de dificultad, David no se hundirá en las ‘aguas’ de la aflicción, porque Dios es su Amparo y Fortaleza.

c. Apoyo Emocional (v.7b)

David es también conciente del apoyo emocional de Dios. En la “angustia”, Dios lo guardará (ver Sal 9:9; 27:5; 31:20; 119:114). Lo rodeará con “cánticos de liberación”. David será conciente de estar rodeado de canciones que celebran la salvación de Dios. Él cantará, y otros cantarán, dando testimonio de la salvación de Dios. Ver dichos cánticos en Éx 15:1; Juec 5:1; 1 Sam 22:1; etc.

5. LA DIRECCIÓN DE DIOS (v.8-9)

Repentinamente hay un cambio en el salmo. Hasta el momento, el que viene hablando es David; pero ahora, Dios interviene, y habla acerca de la dirección divina en la vida del ser humano. La pregunta es, ¿por qué David se alejó de Dios, y cayó en el pecado? Por la sencilla razón que se apartó de Dios, y no buscó la dirección divina en su vida. Estaba tomando decisiones en la ‘carne’, y no estaba siendo guiado por el Espíritu Santo. Por eso terminó tan mal.

Dios ahora le promete: “Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar” (v.8a). ‘Si me hubieras escuchado antes’, dice Dios, ‘no te hubieras metido en el pecado; pero escúchame de ahora en adelante’. Dios promete instruirlo, y la promesa de Dios conlleva una responsabilidad, por parte de David, de escuchar la voz de Dios.

Seguramente, en el momento de la tentación Dios estuvo hablando a David; y aun luego de haber pecado, Dios le seguía hablando. Pero David no prestó atención. Fue terco como un mulo. No quiso hacer caso a la voz de Dios. Por eso Dios ahora lo exhorta a dejar de ser así, y a escuchar Su voz.

6. LA CONCLUSIÓN DEL SALMISTA (v.10-11)

David saca dos conclusiones de todo este episodio triste en su vida:

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i. Si una persona se mete en el pecado, y no quiere reconocer su falta ante Dios, la consecuencia será “muchos dolores” (v.10a). No tiene sentido vivir así.

ii. Si una persona “espera en Jehová” – es decir, si presta atención a Su Palabra, y confía en ella; será rodeada de “misericordia” (v.10b). La palabra en hebreo (‘jesed’) significa, ‘amor’.

Finalmente, David exhorta a otros creyentes a hacer dos cosas:

i. Alegrarse en Dios (v.11a). David había experimentado la profunda tristeza de la convicción de pecado, la ausencia de la bendición de Dios en su vida, y la mano disciplinaria de Dios sobre él. El resultado fue tremendo sufrimiento (v.3-4). Habiendo ahora vuelto al gozo del Señor, aconseja a otros a vivir en tal manera que puedan alegrarse en Dios.

ii. Cantar con júbilo (v.11b). Dios devolvió el canto al corazón y al espíritu de David. Si mantenemos un corazón recto ante Dios, tendremos la misma experiencia.