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Estudio de el Tabernáculo

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Dios ordenó a Moisés que edificara el tabernáculo. La primera, para cumplir el anhelo de Dios de restablecer con Su pueblo la comunión que se había

perdido desde que Adán pecó. Dios anhelaba morar en medio de Su pueblo. Él dijo a Moisés en Éxodo

25:8, “Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos”.La segunda, para enseñarle a Su pueblo Sus caminos. Salmo 77:13

Estudiar el Tabernáculo de Moisés, somos instruidos en los caminos de Dios, pues Sus caminos son revelados en el tabernáculo. Dios desea que

conozcamos Sus caminos, como Moisés los conoció.No como los hijos de Israel que solamente vieron Sus obras poderosas.

Salmo 103:7.

INTRODUCCIÓNEl Tabernáculo de Moisés es descrito en la Biblia, desde la perspectiva de

Dios. En la descripción que el Señor hace del tabernáculo: Él comienza en el Lugar Santísimo pues es allí donde Él habita; luego continúa describiendo el Lugar Santo y el Atrio Exterior, y finalmente la Puerta del tabernáculo, que

en realidad es la entrada.Dios, al iniciar con el Lugar Santísimo, nos está mostrando que Su deseo para

nosotros es que moremos con Él detrás del velo y que tengamos una comunión íntima con Él. En Éxodo 25:8 El tabernáculo no fue hecho para el hombre, sino para el Señor, para satisfacer Su deseo de tener comunión con

Su pueblo.Estudiaremos el tabernáculo desde el punto de vista humano, comenzando con el Atrio Exterior, luego el Lugar Santo, hasta llegar al Lugar Santísimo.

De esta manera en el estudio aprenderemos cómo el Tabernáculo de Moisés se relaciona con nuestra caminata como cristianos.

El Tabernáculo de Moisés es tipo y sombra de cosas celestiales y espirituales. Hebreos 8:5

Apocalipsis 15:5. El tabernáculo reveló los caminos de Dios y Sus propósitos para Su pueblo. Salmo 77:13

Espiritualmente, cada uno de nosotros somos llamados a entrar detrás del velo, al Lugar Santísimo a la presencia de Dios. Este es el supremo

llamamiento para todo cristiano.

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En el Tabernáculo de Moisés puédenos ser comparados con los tres grados de crecimiento y madurez espiritual de la vida cristiana, expuestos en 1 Juan

2:12-14. Las tres etapas progresivas de madurez son hijitos, jóvenes y padres.

Hablando espiritualmente, el Atrio Exterior es el lugar donde las personas nacen al Reino de Dios como niños, siendo adoptados a la familia de Dios;

allí experimentan el perdón de pecados y la salvación. El Lugar Santo representa un nivel

Más alto de madurez y es donde encontramos a los jóvenes, que tienen la victoria sobre Satanás, que son fuertes y en quienes mora la Palabra de Dios. Sin embargo, desde este plano espiritual debemos avanzar hacia el Lugar Santísimo, en donde es producido dentro de nosotros un corazón de padre y en donde conocemos al Señor de una forma muy íntima. Es desde este lugar que reinamos en vida por Jesucristo.

Los muebles del tabernáculoHay siete muebles en el Tabernáculo de Moisés. Atrio Exterior: el Altar de

bronce y la Fuente de bronce. El Lugar Santo el Candelero, la Mesa del pan de la proposición y el Altar del incienso. Dentro del Lugar Santísimo el Arca del pacto y el Propiciatorio o Asiento de misericordia, el cual reposaba sobre el Arca. Era sobre el Propiciatorio que la plenitud de la gloria de Dios residía.

Estos siete muebles son muy importantes para nuestra vida, pues ellos hablan de las experiencias espirituales que debemos vivir para poder conocer la plenitud de la gloria y presencia de Dios. El Señor Jesucristo cumplió cada

aspecto del Tabernáculo de Moisés. Esto requirió de una vida de obediencia a la voluntad de Su Padre,

culminando con Su muerte en la cruz del Calvario. las experiencias espirituales del Tabernáculo también deben cumplirse en

nosotros. Sólo entoncesPodremos guiar a otros a entrar a estas áreas de madurez. Deseamos tener un ministerio equilibrado que produzca hijos e hijas maduros que lleguen a

ser reyes y sacerdotes para el Señor Apocalipsis. 5:10

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Parte I: El Atrio ExteriorINTRODUCCIÓN

El Atrio Exterior es el área externa más grande del tabernáculo, este era accesible a todos los israelitas, y en términos espirituales podemos decir, que para todo creyente. Medía 100 codos de largo, 50 de ancho y 5 codos de alto. (De acuerdo a la mayoría de referencias, 1 codo equivale a 1 pie y 1/2 (46cm aprox.). Por lo tanto, el atrio del tabernáculo mediría 150 pies de largo (46 m aprox) y 75 pies de ancho (23m aprox), con cortinas de lino de una altura de

7 pies y 1/2 (2.3 m aprox.)Estaba rodeado de paredes de lino y solamente tenía una entrada, la puerta

en el lado este. El Atrio Exterior es el lugar en donde se experimenta la salvación y el perdón de los pecados, y en donde los recién convertidos son

traídos al rebaño de Cristo, el Buen Pastor.Como Cristo lo ilustró en la parábola del sembrador, la Palabra de Dios es

sembrada en nuestro corazón, nuestra condición de corazón determina si el Evangelio llevará fruto al treinta, sesenta o al ciento por uno Mateo 13:23.

Estos son los tres niveles para medir la cantidad de fruto. Como Cristo dijo en Juan 15, podemos llevar fruto, más fruto y mucho fruto. Nuestro máximo deseo es llegar a ser un cristiano que dé fruto al ciento por uno, como Isaac

(Gn. 26:12), llevando mucho fruto para el Señor. Por esto, a través de las medidas del Atrio Exterior, el Señor está mostrando que Su deseo es que Su

Pueblo sea fructífero en todas las áreas de su vida.

Los cincuenta codos de ancho representan la libertad. Cada cincuenta años, en Israel se celebraba el año de libertad y liberación. Levítico 25:10 libertad en la tierra Así mismo, nosotros entramos a la libertad porque Cristo vino a

libertarnos de las ataduras del pecado y de Satanás.El deseo de Dios es que Su Pueblo sea fructífero en todas las áreas de su

Vida

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LA PARED DE LINO Éxodo 27:9-19

Las cortinas de lino colgaban sobre 60 columnas de bronce, y servían como “pared” o cercado del Atrio Exterior (Ex. 27:9-19, 38:9-20). Las cortinas o

pared de lino medían 5 codos de alto. El número cinco, según la numerología bíblica, nos habla de la gracia, pero también del juicio, como vemos en la

parábola de las diez vírgenes, cinco recibieron gracia para entrar al banquete de las bodas, mientras que cinco quedaron fuera Mateo. 25:1-13.

Únicamente podemos entrar al tabernáculo celestial, del cual el Tabernáculo de Moisés es un tipo, por medio de la gracia de Dios.

Pablo dijo a los judíos de Hechos.13:46 Por lo tanto, clamemos a Dios para que nos dé gracia para poder entrar al

tabernáculo espiritual y tener comunión con Él.Esta cubierta de lino blanco era una clara línea que marcaba la separación entre aquellos que estaban fuera y los que estaban dentro del tabernáculo.

Esta pared de lino es muy importante. En la Palabra de Dios, el lino nos habla de la justicia de Dios. Apocalipsis

19:7-8 Isaías. 64:6. Trapos de Inmundicia

Mateo 5:20, Es únicamente la justicia de Dios la que nos puede dar entrada al tabernáculo

celestial y hacernos partícipes de la vida eterna. Debemos presentar la justicia de Dios a otros.

Hechos 24:25. Pablo razonó con Félix, acerca de la “justicia, del dominio propio y del juicio venidero”.

Este mensaje hizo que Félix temblara. Debemos entender lo que la justicia de Dios es y lo que no es.

Ezequiel 18:5-9 enumera diecisiete actos de un hombre justo. Gálatas 5:19-21 enumera diecisiete obras de la carne. Debemos advertir a las personas que si practican cualquier que sea de estos pecados, no podrán

entrar al reino de Dios. Romanos. 14:17

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Uno de los primeros mensajes que debemos exponer a las personas es la justicia de Dios, representada por la pared de lino en el Tabernáculo de

Moisés. La justicia del Señor es el factor divisorio, les niega a las personas el acceso o les da una plena entrada al reino de Dios. Estemos siempre

vestidos con la justicia del Señor y tratemos que aquellos a quienes ministramos también sean justos. Tengamos hambre y sed de justicia, pues

entonces seremos saciados Mateo 5:6.

Las columnas

Éxodo 27:10-15 Referente a las 60 columnas de bronce que sostenían la estructura del

tabernáculo: Había 20 columnas tanto en el lado norte como en el lado sur del tabernáculo, y 10 columnas en los lados este y oeste, dando un total de

60 columnas. El númeroVeinte es el número de madurez. En la cultura judía, un hombre alcanzaba

la madurez cuando tenía veinte años Éxodo 30:14 Y el número diez representa el guardar la Ley. Estas 60 columnas representan a aquellos testigos maduros y fieles que declararon los estatutos y juicios de Dios a

través de las sesenta generaciones del período del Antiguo Testamento.La columna siempre nos habla de fortaleza y estabilidad. Como cristianos, queremos ser columnas en la casa de Dios. Esta es una promesa para los

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Apocalipsis. 3:12.Estas columnas eran de bronce. (Posiblemente estaban hechas de madera de acacia recubiertas de bronce.) Con excepción del acero, el bronce es la aleación más fuerte y dura que se conoce, por eso resiste la corrosión por

más tiempo que el acero. Este metal simboliza los juicios y leyes invariables de Dios. El bronce también es usado en la Biblia para tipificar los juicios de

Dios sobre el hombre a causa de su desobediencia Levítico. 26:19; Deuteronomio 28:23

. Las basas de bronce de las columnas estaban fijadas o enterradas en la arena.

Esto nos recuerda la visión que el apóstol Juan tuvo de Cristo, mientras estuvo en la isla de Patmos. El vio los pies de Cristo, que eran como de

bronce, representando que Su caminata es en verdad, veracidad y juicio. Así, los fundamentos del tabernáculo fueron establecidos firmemente. Las

columnas estaban conectadas una con otra por medio de varas o molduras (bandas) de plata. Éxodo 27:10 dice, “Sus veinte columnas y sus veinte basas

serán de bronce; los capiteles de las columnas y sus molduras, de plata”. Estas molduras unían todas las columnas y también les daban estabilidad y

los alineaban.La plata en la Biblia habla de la redención. La plata era el precio ha pagar

para redimir a un esclavo (Ex. 21:32). También, se requirió que todo hombre judío (de 20 años o mayor) pagara un rescate por su alma con valor de medio

siclo de plata. Toda esta plata se reunió y se usó para la edificación del tabernáculo (Ex. 30:11-16; 38:25-28). Jesús fue traicionado por treinta piezas

de plata, y por lo tanto, vino a ser nuestro rescate y redención (Mt. 26:15; 27:3-10). Él murió en la cruz para redimirnos y ganarnos de vuelta para Dios.

Él dijo en Mateo 20:28: La redención de Cristo es lo que une a todos los creyentes en el cuerpo de Cristo.

Los capiteles y molduras hablan de los ministerios que son apoyo Este fue el ministerio de Aarón y de Hur. Ellos dieron soporte a Moisés y lo

fortalecieron Éxodo 17:12: Las molduras también son similares a las coyunturas en el sentido en que unen y conectan. En el Cuerpo de Cristo

existen aquellos que funcionan como coyunturas para acortar la brecha y ser puente entre diferentes iglesias y denominaciones.

Las cortinas de lino del Atrio Exterior colgaban sobre cada pilar, sujetas por ganchos de plata. Vemos que no se sostenían por su propio poder. Como

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cristianos, nosotros no somos preservados por nuestro propio poder, sino que somos “guardados por el poder de Dios” 1 Pedro. 1:5

Nuestro Padre celestial cuida de nosotros, Juan 10:28: “y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las

arrebatará de mi mano”. Sus brazos eternos siempre nos sostienen Deuteronomio. 33:27

La valla de lino estaba asegurada con cordones (o cuerdas) y clavos (estacas de tienda de campaña). Éxodo 35:17-18, referente a esto: “las cortinas del atrio, sus columnas y sus basas, la cortina de la puerta del atrio; las estacas

del tabernáculo, y las estacas del atrio y sus cuerdas”.(Ex. 39:40). Las estacas estaban hechas de bronce (Ex. 27:19), y eran similares a los clavos. Las

estacas nos hablan de estar firmemente establecidos o fijados en el lugar que Dios nos ha designado. A Eliaquim se le dio esta promesa en Isaías 22:23: “Y lo hincaré como clavo en lugar firme; y será por asiento de honra a la casa

de su padre”. ( Esd. 9:8).

LA PUERTA

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Éxodo 27:16Al lado este había una puerta también llamada “puerta del Atrio”; estaba al

lado este, y era la única entrada al tabernáculo (Éx. 27:16). Había cuatro columnas en esta puerta. El número cuatro en la numerología bíblica tiene la connotación de ser universal. Hay cuatro puntos cardinales: norte, sur, este y

oeste. El término “los cuatro confines de la tierra”Es usado en la Biblia para significar toda la tierra (Is. 11:12; Ap. 7:1). Por lo

tanto, las cuatro columnas de la puerta significan que la invitación a la salvación está abierta a todos; a todo aquel que venga (Jn. 3:16). El Espíritu y

la Esposa de Cristo dicen “y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente”. (Ap. 22:17). La invitación está dirigida a todos, pero pocos

responden.La Puerta del Atrio tenía un color diferente que lo distinguía del resto de la pared de lino blanco. El lino fino estaba entretejido con materiales de color

azul, púrpura y escarlata. Todos estos colores tienen un significado espiritual. El lino, como ya dijimos, habla de justicia. El azul nos habla de la Palabra de

Dios (Nm. 15:38-39) y también de los cielos, pues los cielos son azules. El púrpura habla del ministerio de realeza (Jue. 8:26; Lc. 16:19; Jn. 19:1-3). El escarlata habla del ministerio sacerdotal, pues el escarlata es el color de la sangre, hablando de los sacrificios que los sacerdotes tenían que ofrecer.

Todos estos colores revelan diferentes aspectos del Señor Jesucristo, quien es la Puerta: Lino - Cristo es el Justo

Azul - Cristo es el Profeta o “El Verbo de Di os”Púrpura - Cristo es el Rey

Escarlata - Cristo es el Sumo Sacerdote quien ofreció Su cuerpo como sacrificio por nuestros pecados

Espiritualmente, Cristo es la Puerta. Él declaró: “Yo soy la puerta” (Jn. 10:7-9). Jesucristo es el único camino de salvación. Él dijo: “Yo soy el camino, y la

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verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Jn. 14:6). Hechos 4:12 dice: “Y en ningún otro hay salvación [sino en Jesucristo]; porque no hay otro

nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”.Debemos aceptar Su justicia y Su expiación por nuestro pecado. Para poder

ser salvas, las personas deben creer en su corazón y confesar con su boca que Cristo es Señor y Salvador, (Ro. 10:9-10). Por esto, el ministerio del Atrio

Exterior debe señalar a Jesucristo como la única Puerta y el único medio de salvación. Es solamente a través de la justicia de Cristo que nosotros

podemos entrar a Su Reino. Como dijo Cristo en Juan 10:1, “El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es

ladrón y salteador”. El único camino de salvación es a través de Jesucristo. Es absolutamente ridículo que aquellas falsas religiones niegen la deidad de

Jesucristo, el Hijo de Dios, y esperen tener acceso al Padre celestial. Solamente hay salvación a través de la fe en la sangre derramada de Cristo.

Jesús claramente dijo, “el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios”. (Jn. 3:3 RV1995).

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EL ALTAR DEL HOLOCAUSTO Éxodo 27:1-8

El primer mueble dentro del tabernáculo, en el Atrio Exterior, era el Altar del holocausto (o el Altar de bronce) donde los sacrificios de los animales eran

ofrecidos (Ex. 27:1-8; 38:1-7). La palabra hebrea para altar significa “el lugar de matanza”. La caja de madera hecha de madera de acacia (sitim) y estaba recubierta por dentro y por fuera con bronce, haciéndola resistente al fuego, medía 5 codos de largo, 5 codos de ancho y 3 codos de alto. Estas medidas,

así como también el bronce, nos hablan del juicio divino de Dios.Sobre este altar las cinco ofrendas levíticas eran sacrificadas, así como los

sacrificios de la tarde y la mañana, y los sacrificios para los días especiales de fiesta. Así, estos sacrificios eran la expiación por el pecado del hombre para

librarlo de los juicios de Dios. Era en este Altar de bronce que el derramamiento de sangre se daba y los israelitas recibían expiación por sus

pecados. Levítico 17:11. Espiritualmente, el altar de bronce representa el sacrificio supremo y único del Señor Jesucristo sobre la cruz, y nuestra

aceptación y perdón a través de Su sangre.Él vino a ser nuestro Cordero pascual (1 Co. 5:7). Los israelitas en Egipto tuvieron que apropiarse personalmente de la sangre del cordero pascual

para poder ser salvados, aplicando la sangre a los postes de sus casas. Esto es muy importante. La sangre de Cristo y Su sacrificio son efectivos

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únicamente para nosotros, si los aplicamos a nuestra vida y recibimos a nuestro Salvador. No es suficiente saber que Jesús es el Salvador

Del mundo; debemos saber personalmente que Él murió por nuestros pecados y creer en Él para poder ser salvos.

Los israelitas también tuvieron que comer la carne del cordero. Espiritualmente, esto habla de meditar en la Palabra de Dios. (Jer. 15:16).

Después de guiar a alguien a la salvación, debemos instruirles inmediatamente que deben estudiar la Palabra de Dios. Ellos deben meditar

en la Palabra para ser cristianos fuertes.Cuando los israelitas comieron del cordero pascual, tuvieron que comer con

sus cintos ceñidos, con sandalias en sus pies y los bastones en sus manos (Ex. 12:11). Ellos tenían que estar listos para salir fuera de Egipto (un tipo de este mundo). Esta es la visión que debemos poner ante los recién convertidos y los

cristianos del Atrio Exterior. Debemos enfatizar que una vez que recibimos salvación, iniciamos un viaje espiritual; no podemos quedarnos en donde

estamos y continuar viviendo como antes lo hacíamos en el mundo. ¡Nuestro destino es la tierra prometida!

Sin embargo, muchos de los que fueron salvos por la sangre e iniciaron su viaje, no llegaron a la tierra prometida, ellos perecieron en el desierto a

causa de la desobediencia. Por lo tanto, la sangre de Cristo solamente nos cubre mientras continuamos caminando en obediencia y en la luz. 1 Juan 1:7

En la medida en que caminamos en la luz, la sangre de Jesús nos cubre y limpia de nuestro pecado

Al ministrar a aquellos que están en el Atrio Exterior, debemos continuamente presentarles esta importante verdad.

También todos los utensilios usados en las ofrendas de los sacrificios de animales estaban hechos de bronce. Éxodo 27:3: Cada uno de estos cinco

utensilios tenían una función específica. Las bandejas eran usadas para quitar las cenizas de los sacrificios. Las palas se usaban para recoger las

cenizas. Los tazones eran usados para recibir la sangre de los animales. Los tenedores eran usados para arreglar y manipular los sacrificios. Y los baldes

eran usados para llevar los carbones. Estos vasos hablan de los diversos ministerios en el Cuerpo de Cristo.

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2 Timoteo 2:20-21: Todos tenemos una función en el Cuerpo de Cristo, y queremos ser vasos de honra, no de deshonra.

Sobre el centro del altar para fuego, estaba colocada una rejilla. Éxodo 27:4-5 dice: Esta rejilla estaba hecha de barras de bronce entrecruzadas unas con

otras, y sobre estas se ponían los animales sacrificados y eran quemados sobre el fuego de forma ordenada. Había cuatro aros en las esquinas del

Altar de bronce que servían para cargarlo cuando, junto con la congregación, el tabernáculo era movido durante la travesía por el desierto. De esto

extraemos una importante verdad espiritual. Dondequiera que estemos alrededor del mundo, continuamente debemos ofrecer al Señor nuestros cuerpos como sacrificio vivo sobre el altar (Ro. 12:1). También debemos

ofrecer el fruto (o el becerro) de nuestros labios y cantar alabanzas a nuestro Señor en todo tiempo y en todo lugar (Os. 14:2).

Como vemos en las instrucciones dadas a los sacerdotes, la madera tenía que ser puesta en el altar de forma ordenada. Con Dios, nada es fortuito. Esto se

puede traducir en una verdad espiritual. Cuando pasamos por pruebas de fuego y se requiere que ofrezcamos nuestra vida sobre el altar como sacrificio vivo para el Señor, necesitamos darnos cuenta que Dios ha

ordenado esa prueba en particular y a aquellos que nos afligirán en cada circunstancia.

En nuestra vida, Dios usa a las personas como a la madera sobre el altar, como combustible para el fuego que consume el sacrificio. La mayoría de

nuestras pruebas giran alrededor de las personas. Dios usa a otros, incluyendo a hermanos en Cristo, para purificarnos. Nuestras pruebas son

orquestadas por el Señor; así que, amados, animémonos.Dios le dijo a Moisés que hiciera varas para que los israelitas pudieran cargar

el Altar de bronce cuando viajaran. “Harás varas para el altar, varas de madera de acacia, y las recubrirás de bronce. Las varas se meterán por los aros. Esas varas estarán a los dos lados del altar cuando sea transportado. Harás el altar hueco, hecho de tablas. De la manera que te fue mostrado en

el monte, así lo harán”. (Ex. 27:6-8). Estas varas de madera estaban recubiertas de bronce. Todos los muebles eran portátiles, debido a que el

tabernáculo iba a ser movido de lugar en lugar. Las varas fueron removidas cuando el Templo de Salomón fue elegido, pues ese fue el lugar final de

reposo.

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En conclusión, recordemos que cuando los israelitas de antaño pasaban a través de la Puerta del tabernáculo, inmediatamente eran confrontados con el Altar de bronce y con las ofrendas y sacrificios. Esto era para recordarles que su entrada a la presencia de Dios y el ser aceptados por Dios podía ser

únicamente a través de sacrificios de sangre. Espiritualmente, esto habla de Cristo, el Cordero de Dios, como el sacrificio sobre la cruz por nosotros. Es por Su sangre derramada sobre la cruz del Calvario que nosotros tenemos acceso

al Padre y podemos entrar al Reino de Dios (Ef. 2:18).

LA FUENTE DE BRONCE Éxodo 30:17-21

La Fuente de bronce, hecha de los espejos de las mujeres judías, es el siguiente mueble en el tabernáculo (Ex. 30:17-21, 38:8, 40:7). Se encontraba

entre el Altar del holocausto y el Lugar Santo. No había medidas para este mueble. El propósito de la fuente de bronce era para que los sacerdotes se

lavaran y limpiaran.

Esta fuente o lavamanos tiene una doble aplicación espiritual para nuestra vida. Primero, habla de ser lavados con el agua de la Palabra de Dios. Pablo

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dijo en Efesios 5:26: “a fin de santificarla [la Iglesia], habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra”. Así como el sacerdote

no podía entrar al Lugar Santo a menos que hubiera sido limpiado por el agua de la fuente, así espiritualmente nosotros tampoco podemos entrar al Lugar Santo y acercarnos a Dios, a menos que seamos lavados y limpiados

con Su Palabra; así es de serio.

Cuando Cristo estaba lavando los pies a los discípulos, después de la última cena, y Pedro le dijo que Él jamás le lavaría los pies, el Señor le dio una

respuesta muy directa: “Si no te lavo, no tienes parte conmigo”. (Jn. 13:8). A menos que seamos lavados diariamente por la Palabra, no tendremos parte

con Cristo. En un servicio de cierta iglesia, mientras la congregación levantaba sus manos en adoración, mi esposa vio en visión que casi todas las

manos estaban sucias. En la visión, solamente algunos tenían puestos guantes blancos, indicando que su corazón y vida eran puros. El Señor le dijo a mi esposa, “Solamente recibo la adoración de aquellos que tienen manos limpias”. Amados, qué importante es que seamos continuamente lavados

por la Palabra de Dios.

Debido a que la fuente de bronce estaba hecha de los espejos de las mujeres hebreas, esto nos habla del hecho de que la Palabra es como un espejo (Stg. 1:23). Nos revela nuestras necesidades, nos muestra cómo somos realmente y expone nuestros motivos. Cuando los israelitas se acercaban al lavamanos,

ellos se veían reflejados. La Palabra de Dios divide el alma y el espíritu en nuestra vida y nos limpia.

El lavamanos también habla del agua del bautismo, una de las doctrinas fundamentales del cristianismo (He. 6:1-2).

Después que los israelitas entraban atravesando la puerta del tabernáculo, llegaban al Altar del holocausto y luego a la Fuente de bronce.

Espiritualmente, el creyente es salvo al pasar por Cristo, quien es la Puerta, y es limpiado por la sangre del Cordero (representada por el altar del

holocausto). La siguiente experiencia en la vida cristiana es el bautismo en aguas. Pedro dijo en el día de Pentecostés: “Arrepentíos y sea bautizado

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cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hch. 2:38). Esta progresión

también puede ser vista en el viaje de Israel desde Egipto hacia la tierra prometida. Primero, en Egipto, ellos fueron redimidos por la sangre del

cordero Pascual y el paso siguiente fue que cruzaron el Mar Rojo. Cristo es nuestro Cordero pascual (1 Co. 5:7) y nosotros somos redimidos por Su

sangre derramada.

Recordando que el viaje de los hijos de Israel, desde Egipto hacia la tierra prometida, es un tipo del viaje espiritual del creyente, desde la tierra hacia el cielo y a la gloria, podemos ver que el cruzar el Mar Rojo también nos habla

de una experiencia espiritual. Es análogo a ser bautizados en agua. Pablo aclara esto en 1 Corintios 10:1-2: “No quiero que ignoréis, hermanos, que todos nuestros padres estuvieron bajo la nube, y que todos atravesaron el

mar. Todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar”.

El bautismo en agua es una experiencia esencial en nuestra caminata cristiana

El bautismo en agua deja en libertad a una persona para que prosiga con Dios

y un acto de obediencia. Jesús mismo fue bautizado por Juan, diciendo: “…así conviene que cumplamos toda justicia”. (Mt. 3:15). El apóstol Pablo dijo en Romanos 6:3-4: “¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados

en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también

nosotros andemos en vida nueva”.

Cuando una persona es bautizada en agua se está identificando con la muerte y resurrección de Cristo. Tal como Cristo murió, así también el

cristiano debe morir al mundo cuando desciende a las aguas, y como Cristo resucitó de los muertos, también se levantará de las aguas para caminar en

nueva vida con Él.

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En muchos países, las personas no sufren persecución por profesar a Cristo; pero cuando se bautizan en agua, muchas veces son rechazadas por sus

familias y comunidades y terriblemente perseguidas. El bautismo en agua es una declaración abierta de que una persona está rechazando a todos los demás dioses falsos y eligiendo servir al único Dios verdadero, Jesucristo.

Este es un poderoso acto de obediencia.

El bautismo en agua tiene el poder de romper las ataduras denominacionales. Deja en libertad a una persona para que prosiga con Dios.

Al no ser bautizados en agua, muchas personas regresan rápidamente al mundo. Siempre debemos procurar guiar a las personas a quienes

ministramos hacia el bautismo en agua. Esta es una parte esencial del ministerio del Atrio Exterior.

En una ocasión, mientras ministraba en un seminario en la India, compartí acerca de cómo el paso de los israelitas a través del Mar Rojo tipifica el

bautismo en agua. Recalqué que aquellos que no pasan a través de las aguas del bautismo son como los que permanecieron en Egipto bajo el control de

Faraón, y cómo aún están bajo el control de Satanás. Después que el seminario terminó, cientos de delegados católicos romanos les pidieron a

sus sacerdotes que los bautizaran en agua. ¡Cuando sus sacerdotes se negaron a hacerlo, los delegados bajaron al río y se bautizaron a sí mismos!

Esta experiencia los liberó de las tradiciones no beneficiosas del la iglesia Católica y los ayudó a moverse hacia otras verdades y experiencias que antes

no estaban disponibles para ellos.

LOS CUERNOS DEL ALTARÉxodo 27:2

Había cuatro cuernos en el Altar de bronce, uno en cada esquina (Ex. 27:2). El animal sacrificado era amarrado a estos cuatro cuernos. El Salmo 118:27

dice, “Jehová es Dios, y nos ha dado luz; Atad víctimas con cuerdas a los cuernos del altar”. Cuando el Señor nos revela una verdad, debemos

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inmediatamente consagrarnos y comprometernos con Él y con esa nueva revelación, atando el sacrificio.

Como dijimos antes, el número cuatro significa universal. Los cuernos son símbolo de poder. Por ejemplo, los cuernos son la fortaleza de un toro.

Habacuc 3:4 dice acerca de Cristo: “Y su resplandor fue como la luz; cuernos le salían de su mano; y allí estaba escondida su fortaleza” (SE). Por esto, los

cuernos del Altar de bronce nos hablan del poder universal.

Espiritualmente, estos cuernos significan el tremendo poder que viene con el bautismo del Espíritu Santo. Justo antes que Él ascendiera a Su Padre, Cristo instruyó a Sus discípulos en Lucas 24:49: “He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén,

hasta que seáis investidos de poder desde lo alto”. Jesús les dijo a Sus discípulos que esperaran en Jerusalén hasta que fueran investidos con poder

de lo alto y hasta que recibieran la promesa del Padre.¿Cuál era esta promesa? Era la promesa del Espíritu Santo. Cristo dijo en

Hechos 1:4-5: “Y estando juntos, les mandó que no se fuesen de Jerusalén, sino que esperasen el cumplimiento de la promesa del Padre, de la cual me

oísteis hablar; porque Juan, a la verdad, bautizó en agua, pero vosotros seréis bautizados en el Espíritu Santo después de no muchos días”. Esto

sucedió diez días después en el día de Pentecostés, en Hechos 2, cuando los discípulos comenzaron a hablar en otras lenguas. Él continuó diciendo en Hechos 1:8: “Pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo haya venido

sobre vosotros, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra”. La principal característica del bautismo en el

Espíritu Santo es el poder. El bautismo del Espíritu Santo es una doctrina fundamental que todo creyente debe experimentar. Es para cada creyente

¡HOY!Hablando del bautismo del Espíritu Santo, Pedro dijo en Hechos 2:39:

“Porque la promesa es para vosotros, para vuestros hijos y para todos los que están lejos, para todos

cuantos el Señor nuestro Dios llame”. La promesa era para los de la generación de Pedro, para la generación siguiente y para todas las

generaciones venideras, incluyendo la nuestra. Cuando el apóstol Pablo se encontraba con nuevos creyentes, una de sus primeras preguntas siempre

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era: “¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis?” (Hch. 19:2). Esto nos da un patrón para nuestra vida.

Siempre debemos procurar guiar a las personas al bautismo del Espíritu Santo. Cierto grupo de creyentes en Éfeso, a quienes Pablo les hizo esta

pregunta, respondieron diciendo que ellos jamás habían oído de eso. Por lo tanto, ya que estos creyentes eran salvos, pero no estaban llenos de el

Espíritu, el bautismo en el Espíritu Santo es obviamente una experiencia subsiguiente a la salvación y no es lo mismo que nuestra experiencia del nuevo nacimiento. No todos los creyentes están bautizados en el Espíritu Santo. Hablar en otras lenguas es la evidencia inicial, pero no es la única

faceta de esta maravillosa experiencia en Dios.Una vez llenos del Espíritu, nuestros sentidos espirituales son avivados de una manera nueva. Después de ser bautizados con el Espíritu Santo, nos

volvemos candidatos, si podemos decirlo así, para recibir los nueve dones del Espíritu Santo, enumerados en 1 Corintios 12:7-11. Los nueve dones del

Espíritu, los cuales son para la edificación de la Iglesia (1 Co. 12:7, 14:12). Estos

dones son la palabra de sabiduría, palabra de conocimiento, el don de fe, dones de sanidad, el obrar milagros, la profecía, el discernimiento de

espíritus, el don de otras lenguas y la interpretación de lenguas. Pablo dijo: “Seguid el amor; y anhelad los dones espirituales...” (1 Co. 14:1). Queremos

que estos dones espirituales sean desatados en nosotros y entonces seremos capaces de guiar a otros hacia estos dones ya que son muy necesarios para que la Iglesia alcance todo lo que Dios tiene preparado para estos postreros

días.Como líderes cristianos en una u otra forma, solamente podemos guiar a otros hacia aquello que ya hemos experimentado. Es verdad que un líder

enseña más con su ejemplo que con sus palabras. Si buscamos a Dios para que nos libere en el ámbito de sus dones espirituales, entonces también

podremos ser usados para introducir a otros a esta libertad. Al grado en que nosotros manifestemos los dones espirituales, al mismo grado los veremos

manifestados en nuestras iglesias. Solamente podemos llevar a las personas tan lejos como nosotros lleguemos. Nuestra meta final es entrar detrás del

velo al Lugar Santísimo; pero primero, debemos asegurarnos de que las personas han recibido un buen fundamento en el Atrio Exterior.

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CONCLUSIÓNEn el Atrio Exterior, hay tres experiencias importantes de la vida cristiana que corresponden sucesivamente al Altar del holocausto, a la fuente de bronce y a los cuernos del altar. El Altar de los holocaustos, habla de la

salvación por la sangreordero de Dios, esto es relacionado con el arrepentimiento (un cambio de mentalidad y dirección; un cambio radical). La Fuente de bronce habla del

bautismo en agua (también proporcionándonos un fundamento firme en la Palabra de Dios por medio de la enseñanza). Los cuernos del altar hablan del

bautismo en el Espíritu Santo y de los dones espirituales.En el libro de Hechos, el apóstol Pedro resumió en forma de cápsula el

ministerio en el Atrio Exterior. En el día de Pentecostés, cuando varios miles fueron convertidos por el poderoso sermón de Pedro, ellos dijeron a los

apóstoles: “Hermanos, ¿qué haremos?”. Pedro respondió diciendo: “Arrepentíos y sea bautizado cada uno de vosotros en el nombre de

Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hch. 2:37-38).

Como creyentes, es de suma importancia que no nos quedemos en las doctrinas elementales de la vida cristiana, pero que progresemos y

avancemos en nuestra caminata espiritual hasta llegar a la madurez y perfección. Pablo dijo en Hebreos 6:1-3: “Por tanto, dejando las doctrinas elementales de Cristo, sigamos adelante hasta la madurez, sin poner de nuevo el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en

Dios, de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno. Y esto haremos si es que Dios

lo permite” (RVA). La doctrina de los bautismos (el bautismo en agua, en el Espíritu Santo, en fuego y sufrimiento) es una de las doctrinas elementales

de la fe cristiana.Sin embargo, sólo podemos progrsar y proseguir en nuestra caminata por la

gracias de Dios y sólo por Su gracia. Pablo dice: “Prosigamos hacia la perfección”, y continúa diciendo: “Y esto haremos [solamente] si es que Dios

lo permite”.Así como en la escuela primaria es la maestra quien determina, en base a las

calificaciones, si un estudiante pasa de grado o permanece en el mismo nivel, así mismo el Señor determina si nosotros progresamos en nuestra vida espiritual si es que pasamos nuestros exámenes y pruebas. Los hijos de Israel

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fallaron sus diez pruebas en el desierto (Nm. 14:22). Por eso, ellos no fueron promovidos al siguiente nivel para entrar a la tierra prometida. Esa

generación murió en el desierto y la siguiente generación fue la que entró a la tierra prometida.

Por lo tanto, lo más importante para nosotros como creyentes es pasar nuestras pruebas con buena actitud para que podamos progresar en nuestra

caminata cristiana, o de otra forma permaneceremos eternamente en el mismo nivel espiritual. ¡Amado, esforcémonos hasta llegar al Lugar Santo!

Al estudiar brevemente el Atrio Exterior del Tabernáculo de Moisés, espero que su corazón haya recibido un nuevo reto. Queremos alcanzar la madurez

y un mayor conocimiento del Señor Jesús y de Su Palabra. A medida que maduramos, seremos preparados para entrar a las experiencias espirituales

que nos son mostradas en el Lugar Santo y el Lugar Santísimo.

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PARTE II

El Lugar Santo

INTRODUCCIÓN

Como vimos en la primera parte, el Tabernáculo de Moisés constaba de tres partes: el Atrio Exterior, el Lugar Santo y el Lugar Santísimo. Estos

corresponden a las tres categorías de cristianos enumeradas en 1 Juan 2:12-14: hijitos, jóvenes, padres. Los hijitos (o niños pequeños) saben que sus

pecados les han sido perdonados. Ellos son representados en el Atrio Exterior (han experimentado la salvación, el bautismo en agua y el bautismo

en el Espíritu Santo).

La segunda categoría son aquellos a quienes Juan llama jóvenes (los que han vencido al maligno y son fuertes en el Señor). Estos creyentes entran al Lugar

Santo y moran allí. Es a estos cristianos a quienes este capítulo es dirigido, con la intención de ayudarlos a comprender sus experiencias espirituales, su

estado y ministerio. En el Lugar Santo llegamos a conocer los caminos de Dios.

Como reyes y sacerdotes según el orden de Melquisedec (Sal. 110:4), primero debemos experimentar las verdades del Santuario y luego, por la

gracia de Dios, compartirlas con otros

LA CONSTRUCCIÓN DEL TABERNÁCULO

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El verdadero tabernáculo, llamado el Santuario, consistía de dos secciones: el Lugar Santo y el Lugar Santísimo. Las cinco piezas del mobiliario en el Santuario representan el hecho de que solamente por la gracia de Dios

somos capacitados para entrar al Lugar Santo y al Lugar Santísimo.Este tabernáculo medía 30 codos de largo, 10 codos de alto y 10 codos de

ancho. El Lugar Santo medía 20 codos de largo (20x10x10) y el Lugar Santísimo medía 10 codos de largo (10x10x10). De este modo, el Lugar Santo

y el Lugar Santísimo combinados tendrían una medidade 45 pies de largo (13.5 metros aprox.), 15 pies de alto (4.5 metros aprox.) y 15 pies de ancho (4.5 m aprox). El marco consistía de 48 tablas de madera de

sitim (acacia) recubiertas de oro. Estas tablas fueron colocadas sobre 96 bases de plata, la plata hablando de la redención (Ex. 26:15-30).

Sitim es otro nombre con el que se conoce al árbol de acacia. Este árbol es notorio por sus espinas. Así, este describe acertadamente la naturaleza no regenerada del hombre. Como parte de la maldición, Dios le dijo al hombre que a causa de su desobediencia, la tierra produciría espinos cuando él la

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labrara (Gn. 3:18). Por eso, estas tablas hablan de la naturaleza no redimida del hombre siendo pulida y enderezada bajo la mano del Padre, moldeadas

para el uso del Señor.El número 48 es el número que representa el sacerdocio, pues a los levitas

se les dieron 48 ciudades en la tierra de Israel (Jos. 21:41; Nm. 35:7). Solamente los sacerdotes podían entrar al Lugar Santo. Aún más, solamente el sumo sacerdote podía entrar al Lugar Santísimo sólo una vez al año. Por lo

tanto, ahora vemos el ministerio de los sacerdotes espirituales.Nuestro deseo debe ser convertirnos en sacerdotes, y transformar a otros en

reyes y sacerdotes (Ap. 5:9-10). Los sacerdotes de Dios son maestros de justicia que guían e instruyen al pueblo en el camino de la santidad.

Queremos ser parte de este ministerio que tiene un cumplimiento especial en los últimos tiempos, pero el requisito es una vida de completa

consagración al Señor y a Su voluntad para nuestra vida.Las tablas medían 10 codos de alto y 1 codo y 1/2 de ancho (Ex. 26:16).

Debido a que diez es el número de la Ley, estas tablas también hablan del sacerdocio fiel que cumple la Ley. Uno y medio es la mitad de tres, el

número de revelación divina. Esto sugiere que la plenitud de esta verdad no estaba disponible para los santos del Antiguo Testamento, pero que la revelación completa es dada en el Nuevo Testamento (ver He. 11:40).

Éxodo 26:17 nos dice algo más acerca de estas tablas: “Cada tablón tendrá dos espigas para ser trabadas una con otra. Así harás con todos los tablones

del tabernáculo”. Dos proyecciones (espigas) aseguraban la estabilidad de las tablas. Dos es el número de testigo o testimonio. Esto indica que el

testimonio de las tablas del tabernáculo era en verdad y gracia, que viene a través de Jesucristo (Jn. 1:17).

Éxodo 26:18-25 dice: “Harás para el lado sur del tabernáculo veinte tablones. Harás cuarenta bases de plata para estar debajo de los veinte tablones: dos bases debajo de un tablón para sus dos espigas, y dos bases debajo de otro

tablón para sus dos espigas. Y para el otro lado del tabernáculo, el lado norte, harás otros veinte tablones, con sus cuarenta bases de plata, dos

bases debajo de un tablón y dos bases debajo de otro tablón. Para el lado posterior del tabernáculo, al occidente, harás seis tablones. Harás, además,

dos tablones para las esquinas del tabernáculo en los dos extremos posteriores, los cuales estarán unidos por abajo y unidos por arriba con un

aro. Así será con los dos tablones para las dos esquinas. De modo que habrá

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ocho tablones con sus bases de plata, dieciséis bases; dos bases debajo de un tablón y dos bases debajo de otro tablón”.

Había 48 tablas en total: 20 tablas al lado sur, 20 tablas al lado norte, 6 tablas para el lado oeste y dos tablas para las esquinas del oeste. Veinte es el

número de la madurez (ver Ex. 30:14). Había dos bases para cada tabla, dando un total de cuarenta bases para las veinte tablas tanto en el lado norte como en el sur. Cuarenta es el número de prueba y examen. Así,

nosotros somos sostenidos y afirmados por la Palabra de Dios que ha sido probada y examinada. El Salmo 12:6 dice, “Las palabras de Jehová son palabras puras, como plata purificada en horno de tierra, siete veces

refinada”.Había un total de 96 bases de plata para las 48 tablas (dos bases para cada

tabla). (También había cuatro bases debajo de los cuatro columnas que sostenían el velo del Lugar Santísimo, dando un total de 100 bases en el

Tabernáculo- Ex. 26:32, 38:27). El número noventa y seis es el producto de 12 x 8. Doce, por supuesto, es el número de gobierno divino. Había doce

cabezas de las doce tribus de Israel que gobernaban la nación. La Iglesia está edificada sobre el fundamento de los doce apóstoles (Ef. 2:20; Ap. 21:12-14).

El número ocho representa un nuevo día o un nuevo orden (también la resurrección). Cada ocho días representan el inicio de una nueva semana.

Como Pedro dijo, un día con el Señor son como mil años (2 P. 3:8). Aproximadamente, se le han dado al hombre 7.000 años sobre esta tierra.Aproximadamente hubo 4.000 años desde Adán hasta Cristo, más o menos 2.000 años dados para la Era de la Iglesia y finalmente el reinado de 1.000

años de Cristo sobre la tierra. El octavo día abre los nuevos cielos y la nueva tierra. Así, el noventa y seis (una combinación de 12 x 8) habla del gobierno que esta por venir. Recuerden, estamos siendo preparados para reinar con Cristo como sacerdotes y reyes en Su reinado milenial sobre la tierra y en el

cielo (ver Mt. 19:28; Ap. 20:6).LAS BARRAS

El tabernáculo se mantenía unido por cinco barras en cada lado (norte, sur y oeste). Leemos en Éxodo 26:26-29 acerca de estas cinco barras que estaban

hechas de madera de sitim y recubiertas de oro: “Harás también cinco barras de madera de acacia, para las tablas de un lado del tabernáculo, y cinco

barras para las tablas del otro lado del tabernáculo, y cinco barras para las tablas del lado posterior del tabernáculo, al occidente. Y la barra de en

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medio pasará por en medio de las tablas, de un extremo al otro. Y cubrirás de oro las tablas, y harás sus anillos de oro para meter por ellos las barras;

también cubrirás de oro las barras”.Estas cinco barras eran colocadas a través de anillos de oro adheridos a las

tablas. Estas tablas servían como abrazaderas para sostener toda la estructura del tabernáculo. Cinco es el número que representa la gracia de Dios. Como creyentes y sacerdotes del Nuevo Testamento, nosotros somos

sostenidos por la gracia de Dios y solamente por Su gracia. Estas cinco barras también representan los cinco ministerios: apóstoles,

profetas, evangelistas, pastores y maestros. El ministerio quíntuple es necesario para llevar a la Iglesia a la madurez y perfección (Ef. 4:11-13).

Como las barras que sostenían el tabernáculo, el ministerio quíntuple hace que la Iglesia esté firme y guarda a los creyentes de ser llevados de acá para

allá por cualquier viento de doctrina (Ef. 4:14).Había un total de quince barras (cinco barras en los lados norte, sur y oeste).

El número quince habla de la separación o llamamiento divino. Así, estas quince barras hablan del llamamiento divino por Dios para estos cinco

ministerios. Como Pablo dice en Hebreos 5:4: “Y nadie toma para sí esta honra, sino el que es llamado por Dios, como lo fue Aarón”. Estas barras

estaban hechas de madera de sitim (que habla de humanidad) y recubiertas con oro, que habla del hecho de que el ministro del Señor debe estar

recubierto por la naturaleza de Dios.El anillo es un aro sin fin, que habla de la eternidad. El hecho de que estas

barras fueran puestas a través de estos anillos de oro significa que el llamado al ministerio quíntuple es un llamamiento eterno, “Porque irrevocables son

los dones y el llamamiento de Dios” (Ro. 11:29). A Finees, el hijo de Eleazar y nieto de Aarón, le fue dado un sacerdocio eterno por el celo que tuvo por el

Señor y por Su justicia (Nm. 25:11-13). Como sacerdotes del Nuevo Testamento, nuestro ministerio es eterno. Al vencedor se le promete un

sacerdocio eterno.LA CUBIERTA (Ex. 26:1-14)

La cubierta del tabernáculo consistía de dos cortinas y dos cubiertas. Cortinas de lino fino

fueron colocadas directamente sobre la estructura del tabernáculo

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(Ex. 26:1-6, 36:8-13). Sobre estas cortinas fueron puestas cortinas de pelo de cabra (Ex. 26:7-13, 36:14-18). Lo que seguía eran pieles de carnero teñidas de

rojo (Ex. 26:14, 36:19), y la cubierta final estaba hecha de pieles de tejón (Ex. 26:14, 36:19).

1. Cortinas de lino fino (Ex. 26:1-6)Éxodo 26:1 dice: “Harás el tabernáculo de diez cortinas de lino torcido, azul, púrpura y carmesí; y lo harás con

querubines de obra primorosa”. El número diez habla de la Ley, y el lino torcido habla de justicia. Por esto, estas diez cortinas hablan de Aquel que

cumplió la justicia de la Ley, el Señor Jesucristo.Ya que hemos visto la interpretación espiritual de los colores usados en las

cortinas, consideraremos ahora a los querubines que estaban en las cortinas. Estos querubines estaban entretejidos en la tela de lino. Los querubines son las criaturas vivientes que están alrededor del trono de Dios continuamente

cantando: “Santo, santo, santo, Señor Dios Todopoderoso” (Ap. 4:8). Por eso, ellos hablan de la presencia literal de Dios y de Su santidad. Asaf, el

músico ungido, exclamó al Señor en el Salmo 80:1: “Que estás entre querubines, resplandece”.

Estas cortinas medían 28 codos de largo y 4 codos de ancho (Ex. 26:2). Estaban cosidas en dos grupos de cinco (Ex. 26:3)

y luego unidas por cincuenta corchetes (ganchos) de oro con cien lazadas azules (Ex. 26:4-6), dando una dimensión total de 28 codos por 40 codos. Estas medidas de las cortinas también revelan verdades divinas. 28 es el

producto de 7 x 4. Puesto que siete es el número de la perfección y cuatro representa lo universal, 28 representa la perfección universal. La perfección

era el patrón de principio a fin.El hecho de que estas cortinas estuvieran divididas en dos grupos de cinco,

simplemente significa que la perfección puede obtenerse únicamente a través de la gracia de Dios y sólo Su gracia. Las cortinas al final de cada grupo debían tener lazadas azules, expresando el hecho que estaban unidas por la

Palabra eterna y la obediencia a la Palabra (Ex. 26:4).Había cincuenta corchetes de oro (Ex. 26:6). El número cincuenta expresa el punto de vista de Pentecostés y el ser restaurado a Dios (Lev. 23:15-16, 25:8-

12). Estos cincuenta ganchos o corchetes de oro mantenían unidas las

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cortinas. Debido a que el oro es el símbolo de la Deidad, estos corchetes de oro nos recuerdan que es Dios quien nos mantiene y nos guarda en Sus

caminos (ref. 1 P. 1:5).

2. Cortinas de pelo de cabra (Ex. 26:7-13)

Sobre las cortinas de lino se colocaron once cortinas hechas de pelo de cabra, como leemos en Éxodo 26:7: “Harás asimismo cortinas de pelo de cabra

para una cubierta sobre el tabernáculo; once cortinas harás”. En la Biblia, estas

cortinas muchas veces son llamadas o hacen referencia a la “tienda” (Ex. 35:11, 36:14, 40:19, 26:7, 11, 13; Nm. 3:25).

El pelo de cabra usado en estas cortinas probablemente era negro, pues las cabras de esa región eran en su mayoría negras (ref. Cnt. 1:5). Las cabras

hablan de separación, y especialmente cuando están ligadas con el número once. Hubo once tribus después que la tribu de Dan fue removida (Ap. 7:4-

8), y once apóstoles después de que Judas se suicidó. Para formar doce tribus, la tribu de José (quien recibió la doble porción de la bendición) fue

representada por las tribus de Manasés y Efraín. Judas fue reemplazado por Matías.

La cabra era usada para la ofrenda de pecado (Lv. 4:23). En el Nuevo Testamento, Cristo enseñó la parábola de las naciones de ovejas y cabras. Cuando el Señor regrese, Él “apartará las ovejas de las cabras” (Mt. 25:32).

De estas cortinas podemos vislumbrar una verdad espiritual muy importante: La separación del mundo y de nuestra naturaleza y tendencias

carnales precede a la justicia y la santidad.Estas once cortinas de pelo de cabra también medían 30 codos de largo y 4

codos de ancho. Treinta es el número que simboliza ministerio o servicio. Era a la edad de treinta años que el sacerdote podía alcanzar la plenitud de su ministerio (Nm. 4:3, 23, Lc. 3:23). Los levitas podían iniciar su servicio a la

edad de veinticinco años (Nm. 8:24), pero no podían alcanzar la plenitud de

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su ministerio hasta que cumplían treinta años. (Estos cinco años eran como un tiempo de aprendizaje).

Por eso, como se dijo antes, las once cortinas hablan de separación, y el largo de las cortinas habla del ministerio de los sacerdotes. Entonces

podemos decir que los sacerdotes deben vivir una vida apartada para poder ministrar efectivamente para el Señor (Lv. 22:2). El Señor dijo en Números

8:14: “Así apartarás a los levitas de entre los hijos de Israel, y serán míos los levitas”. Como ministros del Señor, debemos vivir sin reproche a los ojos el

mundo, el diablo, la Iglesia y por sobre todo, nuestro bendito Señor.Las once cortinas estaban divididas en dos grupos, uno de cinco y otro de

seis (Ex. 26:9). Como sabemos, cinco habla de gracia, y seis es el número del hombre. El hombre fue creado en el sexto día. Por lo tanto, esta división habla del hecho de que Dios en Su gracia y misericordia ha provisto un

camino para que los hijos de la descendencia de Adán sean separados de las impurezas que han heredado con la caída.

Estos dos grupos de cortinas estaban unidos por cincuenta lazadas y cincuenta corchetes de bronce (Ex. 26:10-11). Los corchetes (ganchos) de

bronce son diferentes a los corchetes de oro usados para las cortinas de lino. El bronce, como ya hemos dicho, habla de juicio. Obviamente, la separación (el significado de las once cortinas) está asociada con el juicio (el bronce). Lo

impuro debe ser separado de lo puro (ref. Ez. 44:23).Leemos en Éxodo 26:12-13: “Y la parte que sobra en las cortinas de la tienda,

la mitad de la cortina que sobra, colgará a espaldas del tabernáculo. Y un codo de un lado, y otro codo del otro lado, que sobra a lo largo de las

cortinasde la tienda, colgará sobre los lados del tabernáculo a un lado y al otro, para cubrirlo”. Las diez cortinas cubrían el tabernáculo, y la undécima cortina se

recogía al frente de la tienda.Esta undécima cortina era la sexta cortina del grupo de seis cortinas. Éxodo 26:9 dice: “Y unirás cinco cortinas aparte y las otras seis cortinas aparte; y doblarás la sexta cortina en el frente del tabernáculo”. Era solamente esta

undécima cortina la que podía ser vista por el hombre; las otras diez cortinas estaban ocultas. Así, el hombre solamente podía ver una de las once cortinas

de pelo de cabra.Asimismo, Moisés fue instruido para cubrir ambos lados del tabernáculo (Éx.

26:13). De aquí podemos vislumbrar que nosotros como cristianos, y en

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especial los ministros, espiritualmente debemos estar cubiertos por todas partes de las impurezas de este mundo.

3. Las cubiertas de pieles de carnero teñidas de rojo (Ex. 26:14)

La tercera capa (la segunda de la cubierta, y tercera del fondo) era una cubierta de pieles de

carnero teñidas de rojo. Leemos en Éxodo 26:14: “Harás también a la tienda una cubierta de pieles

de carneros teñidas de rojo, y una cubierta de pieles de tejones encima”. El carnero habla de

consagración y también de sustitución. Un carnero fue sacrificado y ofrecido en lugar de

Isaac (Gn. 22:8-13). Y estas pieles de carnero debían estar teñidas de rojo, el color de la sangre. Las pieles de carnero hablan de la cobertura de la sangre

de Cristo, quienfue nuestro Cordero Pascual. Él fue sacrificado desde antes de la fundación del mundo por nuestros pecados (Ap. 13:8). Para tener comunión con Dios,

debemos estar cubiertos con la sangre de Jesucristo nuestro Señor, tal como las pieles de carnero teñidas de rojo cubrían el tabernáculo.

4. Cubiertas de pieles de tejón (Ex. 26:14)

La última cubierta sobre el tabernáculo estaba hecha de pieles de tejón. Esta cubierta protegía al tabernáculo de las tormentas. Los

tejones son mamíferos de madriguera. Las pieles de tejón hablan de la naturaleza de

nuestro cuerpo físico. No se dieron medidas específicas acerca de estas cubiertas o para

las pieles de carnero. Todas nuestras dimensiones físicas son diferentes y obviamente no tienen ningún significado espiritual en este escenario. Las

pieles de carnero teñidas de rojo no pueden tener medidas específicas pues no hay límite para la sangre de Cristo que fue derramada por nosotros. ¡Hay

extraordinario poder en Su sangre! Las cuatro cubiertas del tabernáculo

1. Lino - habla de justicia

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2. Pelo de cabra - habla de separación 3. Pieles de carnero - hablan de la sangre de Cristo 4. Pieles de tejón - hablan de nuestra humanidad

LA PUERTA DEL LUGAR SANTO Éxodo 26:36-37

Había una sola entrada al Lugar Santo llamada “cortina” o “la puerta del tabernáculo”. Esta es descrita en Éxodo 26:36-37: “Harás para la puerta del

tabernáculo una cortina de azul, púrpura, carmesí y lino torcido, obra de recamador. Y harás para la cortina cinco columnas de madera de acacia, las cuales cubrirás de oro, con sus capiteles de oro; y fundirás cinco basas de bronce para ellas. “ Estas cortinas o puerta colgante (muy parecida al velo

del Lugar Santísimo, faltando únicamente los querubines bordados), estaba hecha de lino fino bordado con azul, púrpura y escarlata. El lino fino siempre habla de justicia (Ap. 19:8). Esta era la entrada al Lugar Santo y también lo es

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para nuestra vida. Para poder entrar al Lugar Santo, debemos tener la justicia de Dios obrando en nuestra vida.

El azul habla de la Palabra de Dios (Nm. 15:38-39). Debemos caminar en obediencia a la Palabra de Dios. El púrpura habla del ministerio de realeza (Jue. 8:26; Lc. 16:19; Jn. 19:1-3). Nosotros queremos gobernar y reinar con Cristo, no solamente en la vida venidera, sino también en esta vida. Pablo

dice en Romanos 5:17: “... mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia”.

El escarlata habla del ministerio sacerdotal, este es el color de la sangre, refiriéndose a los sacrificios que un sacerdote debía ofrecer. Nosotros

también queremos ofrecer nuestra vida como un sacrificio vivo al Señor y así cumplir nuestro ministerio sacerdotal.

LAS CINCO COLUMNASLa puerta colgante estaba sostenida por ganchos de oro, los que colgaban de

cinco columnas que formaban la puerta. Estas cinco columnas estaban hechas de madera de acacia recubierta de oro, las cuales a su vez estaban sostenidas por cinco basas de bronce. Como ya mencionamos, el número

cinco tiene varias connotaciones. El cinco habla de gracia, y es únicamente por la gracia de Dios que podemos entrar al Lugar Santo. Pablo dijo: “vamos adelante a la perfección”, pero continuó diciendo: “Y esto haremos, si Dios

en verdad lo permite” (He. 6:1-3).El número cinco, en cierto sentido, también tiene la connotación de

separación. De las diez vírgenes, en la parábola de Cristo, cinco fueron insensatas y cinco fueron sabias (Mt. 25:2). Hoy, también existe una

diferencia y unaseparación entre los creyentes. Aquéllos que se conforman con quedarse en la bendición de Pentecostés, en el Atrio Exterior, y aquéllos que tienen una visión hacia delante para avanzar en la caminata y ministerio cristiano hacia

el Lugar Santo.Estas cinco columnas hablan de las cualidades necesarias para entrar en el

Lugar Santo. Estas las encontramos en el Altar del holocausto. Cuando Cristo fue a la cruz, Él no solamente cumplió el sacrificio del Cordero Pascual, sino

también dio cumplimiento a los cinco sacrificios mencionados en los

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capítulos 1 al 7 de Levítico. Estas cinco ofrendas, que eran ofrecidas sobre el Altar del holocausto, corresponden a estas cinco columnas.

Estas ofrendas representan experiencias espirituales en nuestra vida. Si estas cosas obran en nuestra vida, entonces calificamos para entrar al Lugar Santo y ministrar allí. En realidad, es en el Atrio Exterior que debemos procurar ser preparados y calificar para entrar al Lugar Santo. La clave para movernos en Dios y entrar al Lugar Santo la encontramos en esta entrada, en estas cinco columnas. Estas cinco columnas representan las cinco ofrendas, las cuales

deben tener un cumplimiento espiritual en nuestra vida, hoy. Ahora veamos brevemente estas cinco ofrendas para conocer los requisitos para ministrar

en el Lugar Santo.

1. Los holocaustos

La primera ofrenda, el holocausto, era hecha por los israelitas de forma voluntaria. Dependiendo de cuán ricos eran, ellos

ofrecían un buey, una oveja (o cabra) o aves (tórtolas o palominos). Espiritualmente, la ofrenda quemada u holocausto nos habla del primer

mandamiento. Cristo dijo en Mateo 22:37-38: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento”. Por esto, esta ofrenda habla de amar al Señor con

todo nuestro corazón, alma y mente, estar entregados incondicionalmente a Dios.

En Romanos 12:1 encontramos la comparación que Pablo hace del holocausto. (Recordemos, Pablo fue el maestro de la Iglesia y aquel que

abrió el antiguo pacto, dándole el significado acorde al Nuevo Testamento). “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro

culto racional”. El israelita de antaño ofrecía holocausto al Señor, pero Pablo nos dice que nosotros como creyentes del Nuevo Testamento debemos

convertirnos en la ofrenda, debemos presentar nuestro cuerpo como sacrificio vivo para el Señor. Sacrificar nuestra vida al Señor, como ofrenda

voluntaria, es una expresión de nuestro amor por Dios.El hecho de ser un sacrificio vivo para el Señor y ser completamente para Él,

también involucra otro aspecto del holocausto. El buey era sacrificado, cortado en cuatro partes y luego, las diferentes partes de su cuerpo eran

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lavadas con agua. Antes de llegar a ser una ofrenda aceptable para el Señor, debemos ser lavados y limpiados espiritualmente. Leemos en Levítico 1:8-9:

“Luego los sacerdotes hijos de Aarónacomodarán las piezas, la cabeza y la grosura de los intestinos, sobre la leña

que está sobre el fuego que habrá encima del altar; y lavará con agua los intestinos y las piernas”. La ofrenda se dividía en cuatro partes: la cabeza, la grosura, las entrañas y las piernas; y todas estas debían ser lavadas en agua. Espiritualmente, Pablo nos dice que debemos ser lavados y purificados por el

lavamiento de la Palabra de Dios (Ef. 5:26). Al leer la Palabra de Dios, meditar en ella y permitir que traiga convicción de pecado a nosotros, esa

Palabra nos purifica.Nuestra cabeza debe ser ofrecida al Señor y debe ser lavada. Todo lo

relacionado a nuestra cabeza (nuestra mente, ojos, labios y oídos) deben ser consagrados al Señor y lavados por Su Palabra. Vemos que esto se aplica

particularmente a nuestra mente, como Pablo continúa diciendo en Romanos 12:2: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la

buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. Debemos llegar a tener la mente de Cristo (1 Co. 2:16), y nuestros pensamientos deben ser purificados.

Luego, la grosura debía ser consagrada al Señor. La grosura habla de la fortaleza humana. Nuestra fortaleza, tiempo y energía deben ser rendidos y consagrados al Señor. Nuestras entrañas, lo que habla de nuestros afectos,

también deben ser consagradas al Señor y purificadas. Muchos del pueblo de Dios tienen un corazón dividido pues sus afectos están divididos. Debemos

clamar como lo hizo el rey David en el Salmo 86:11 diciendo: “unifica mi corazón para que tema tu nombre”. (LBA). Debemos caminar cautelosos y

andar en el espíritu (Gál. 5:16).A menudo el problema en el ministerio es con otros ministros. El problema número uno en el campo misionero no son los nativos, sino el llevarse bien con los otros misioneros. El problema son los misioneros cuyos afectos no están totalmente consagrados al Señor. Hace falta que este sacrificio sea cumplido en sus vidas. Como resultado, estos misioneros y ministros no

están ministrando en el Lugar Santo, pues no pueden entrar, ya que no han ofrecido su cuerpo al Señor; no han ofrecido el holocausto espiritual.

Muchas veces lo misioneros se quejan acerca del campo misionero y añoran su país natal, deseando las comodidades que este brinda. Esto se debe a que

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sus afectos no han sido consagrados al Señor y puestos sobre el altar. Estas actitudes revelan su falta de consagración. Finalmente, las piernas debían ser

ofrecidas al Señor. Las piernas hablan de nuestra caminata. Debemos caminar discretamente y caminar en el Espíritu.

Algo que debemos recordar es que el holocausto (y todas las otras ofrendas) se cumple en nuestra vida progresivamente. En cuanto a esta ofrenda

espiritual se puede profundizar continuamente en nuestra consagración. Hay niveles y grados de consagración. Esto es observado en los animales que

podían ser ofrecidos como holocausto.Primero, estaban las aves, estas no eran divididas, lo que nos habla de una entrega y consagración parcial al Señor. Las ovejas eran el siguiente animal que podía ser ofrecidoEste es un grado más alto de consagración en donde comenzamos a consagrar al Señor las diferentes áreas de nuestra vida. Sin

embargo, hay una obra aún más profunda que necesita ser llevada a cabo en nuestra vida para que esta ofrenda sea completamente cumplida en nuestra

vida. La siguiente ofrenda era el buey. Este es el nivel más alto de consagración; habla de una consagración y dedicación al Señor incondicional.

El holocausto debe tener un cumplimiento espiritual en nuestra vida, y debemos consagrarnos al Señor para poder entrar al Lugar Santo. Sin

embargo, debemos continuar entregándonos más al Señor y continuar rindiendo todo a Él, hasta que estemos entregados totalmente a Él. Esto

permitirá que entremos espiritualmente al Lugar Santísimo. Así, pueden ver que estas ofrendas hablan de niveles de consagración y de la obra progresiva

de la gracia en nuestra vida.2. La ofrenda de alimento

El segundo pilar es análogo a la segunda ofrenda, la ofrenda de alimento. Esta era una ofrenda de grano o harina fina. La ofrenda de alimento nos

habla espiritualmente del segundo mandamiento que Jesús dio en Mateo 22:39: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Jesús dijo que debemos amar

a otros como a nosotros mismos. Muy a menudo, la razón por la que las personas no pueden amar a otros es porque en lo profundo de su ser no

tienen un verdadero amor por sí mismos. A muchas personas nos les agrada su color de ojos, su altura o su cabello (o falta del mismo). En la consejería

me he dadoEste es un grado más alto de consagración en donde comenzamos a

consagrar al Señor las diferentes áreas de nuestra vida. Sin embargo, hay

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una obra aún más profunda que necesita ser llevada a cabo en nuestra vida para que esta ofrenda sea completamente cumplida en nuestra vida. La siguiente ofrenda era el buey. Este es el nivel más alto de consagración;

habla de una consagración y dedicación al Señor incondicional.El holocausto debe tener un cumplimiento espiritual en nuestra vida, y debemos consagrarnos al Señor para poder entrar al Lugar Santo. Sin

embargo, debemos continuar entregándonos más al Señor y continuar rindiendo todo a Él, hasta que estemos entregados totalmente a Él. Esto

permitirá que entremos espiritualmente al Lugar Santísimo. Así, pueden ver que estas ofrendas hablan de niveles de consagración y de la obra progresiva

de la gracia en nuestra vida.2. La ofrenda de alimento

El segundo pilar es análogo a la segunda ofrenda, la ofrenda de alimento. Esta era una ofrenda de grano o harina fina. La ofrenda de alimento nos

habla espiritualmente del segundo mandamiento que Jesús dio en Mateo 22:39: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Jesús dijo que debemos amar

a otros como a nosotros mismos. Muy a menudo, la razón por la que las personas no pueden amar a otros es porque en lo profundo de su ser no

tienen un verdadero amor por sí mismos. A muchas personas nos les agrada su color de ojos, su altura o su cabello (o falta del mismo). En la consejería

me he dadocuenta que las personas no pueden progresar hasta que se han aceptado a sí

mismas. Al aceptarnos, estamos creyendo que Dios nos transformará.Los caminos de Dios son perfectos y mucho más altos que nuestros caminos. Él nos hizo de acuerdo a Su plan perfecto; por eso, debemos aceptarnos de la manera en la que el Señor nos hizo. Amy Carmichael, la famosa misionera en la India, tenía ojos cafés y cabello castaño. Siendo una niña pequeña, ella quería tener ojos azules y cabello claro. En su desesperación, se arrodilló un

día delante de su cama y oró al Señor diciéndole, “Señor, por favor dame ojos azules”. Ella se levantó y con gran expectativa se vio en el espejo, pero

con tristeza se dio cuenta que sus ojos seguían siendo cafés.Luego, comenzó a darse cuenta que por alguna razón que ella desconocía en ese momento, Dios quería que tuviera ojos cafés. Más adelante, cuando se

fue de misionera a la India, ella encajó perfectamente con los hindués, gracias a sus ojos cafés. Esta fue la razón por la que el Señor específicamente la había creado con ese color de ojos. Él conocía su llamado y sabía que los

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ojos cafés la ayudarían a ser aceptada por los hindués, para que ella pudiera cumplir así su llamado. De tal forma, el primer paso para amar a otros es

amarnos y aceptarnos tal cómo Dios nos hizo.3. La ofrenda de paz

La tercera ofrenda es la ofrenda de paz. Debemos entrar en la paz de Dios. Hay básicamente dos aspectos de la paz,

estar en paz con Dios y tener la paz de Dios. La paz de Dios significa que estamos bien con el Señor y que nuestros pecados han sido lavados con la

sangre del Cordero. Romanos 5:1 dice: “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”. Al permitirle continuamente al Señor que nos justifique (que rectifique problemas en

nuestra vida y que nos haga rectos y justos), tenemos paz con Él.El segundo aspecto de la paz es tener la paz de Dios. Jesús dijo a Sus

discípulos, justo antes de ir a la cruz: “ La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Jn. 14:27). Necesitamos buscar al Señor para recibir una impartición de Su

paz divina, la cual sobrepasa todo conocimiento humano.Pablo nos dice que la paz de Dios guardará (o preservará) nuestro corazón y

mente del temor, las preocupaciones y las ansiedades (Fil. 4:7). Es maravilloso tener la paz de Dios. Cuando hay confusión alrededor nuestro,

podemos reposar y tener una serenidad interna, sin ser perturbados por las circunstancias externas y esto se debe a Su paz. En una ocasión, estando en cierta ciudad con mi esposa, yo estaba buscando al Señor, esperando que

me diera una Escritura. Él me habló y dijo: “Vienen tiempos turbulentos”. A la mañana siguiente nos despertamos cuandos las ventanas y paredes del hotel en donde estábamos hospedados, comenzaron a temblar y a tronar. No podía imaginarme qué era lo que sucedía, pero mi esposa, quien había experimentado un terremoto antes, me dijo lo que era. Instantáneamente,

antesque tuvieramos tiempo de entrar en pánico, fue como si una tienda de

campaña o un toldo nos cubriera y tuvimos una paz que nos protegió. No nos preocupamos para nada pues estábamos inundados de la paz de Dios.

Tener la paz de Dios es un nivel más alto de paz que estar en el estado básico de tener paz con Dios. Cuando yo estudiaba en el Instituto Bíblico, el Señor

me dio esta promesa: “Yo te daré Mi paz”. Al principio, esto no me interesaba mucho, pues estaba orando para recibir los dones de poder del

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Espíritu; pero a través de lo años he llegado a apreciar esta promesa como una de las mayores bendiciones que el Señor me ha dado. Amado, presione

en el Señor y procure cumplir esta ofrenda espiritual de paz en su vida. Camine en justicia, pues la paz esta fundada sobre la justicia y la relación

correcta con Dios. Luego procure tener paz con Dios y pídale la promesa de que Él le dará Su paz.

4. La ofrenda por el pecadoLa ofrenda por el pecado es la cuarta ofrenda. Esta ofrenda espiritual trata con nuestra naturaleza pecaminosa, con la cual nacimos. Dios quiere tratar con el pecado en nuestra vida, para que así podamos entrar al Lugar Santo.

Recuerdo a un misionero en Africa, no muy refinado, quien declaraba a menudo: “Así nací. Mi padre fue así, mi abuelo fue así y yo soy así. Jamás

cambiaré: así que ustedes me tendrán que amar y aceptarme como soy”. Sin embargo, esa no es la manera en que Dios funciona.

Todos nacemos con una naturaleza de pecado. Nacimos con la misma naturaleza de pecado que nuestros padres tenían. Ellos nos heredaron sus

debilidades y tendencias equivocadas.Pero, por la gracia de Dios, queremos tener un corazón circuncidado, cuya

naturaleza pecaminosa haya sido cortada. La circuncisión física es el acto de cortar un pedazo de tejido con el que hemos nacido, y Dios quiere que

observemos el cumplimiento espiritual de este tipo del Antiguo Testamento. Hemos recibido de nuestros padres una naturaleza. No fue nuestra culpa,

pero es nuestra responsabilidad buscar al Señor y encontrarnos con Él, permitiéndole tratar con nuestra naturaleza de pecado. Espiritualmente,

Dios quiere quitar la naturaleza con la que nacimos, para que la naturaleza y hermosura de Jesús resplandezca a través de nuestra vida. Esta experiencia es tipificada por la ofrenda del pecado. Es una experiencia que necesitamos

tener para poder entrar al Lugar Santo, aunque también hay un cumplimiento adicional de esta ofrenda en nuestra caminata cristiana, al

prepararnos para entrar al Lugar Santísimo.5. La ofrenda por la transgresión

La quinta y última ofrenda es la ofrenda por la transgresión. Esta ofrenda trata con las transgresiones y pecados específicos que hemos cometido.

Todos estos deben ser tratados y cubiertos con la sangre del Cordero. Hay una diferencia distintiva entre la ofrenda por el pecado y por la transgresión.

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La ofrenda por el pecado es por nuestra naturaleza pecaminosa, la cual produce rebelión, lujuria, odio y cosas

similares. La ofrenda por la transgresión es por los actos específicos de pecado que son debidos a nuestra naturaleza pecaminosa.

La ofrenda por la transgresión puede ser ilustrada por aquella señal que dice “No camine sobre el Césped” o “No Pasar”, significando que la persona no debe salirse del camino y pasar sobre el césped. Por lo tanto, una persona que se aparta de los caminos de justicia y camina en territorio prohibido

comete el delito de transgresión. Debemos purificarnos y limpiarnos de estas transgresiones para que la ofrenda por la transgresión sea cumplida

espiritualmente en nuestra vida. Cuando estas cinco ofrendas han sido cumplidas en nuestra vida, podemos entrar al Lugar Santo. Sin embargo, a lo

largo de nuestra vida, debemos presentar continuamente estas ofrendas pues representan una obra progresiva.

LA MESA DE LOS PANES DE LA PROPOSICIÓN Éxodo 25:23-30

En el Lugar Santo, al lado derecho (el lado norte), directamente opuesto al candelero, estaba la Mesa del pan de la proposición (Ex. 25:23-30, 31:8,

37:10-16, Lv. 24:5-9). Los panes de la proposición hablan de la Palabra de Dios y de tener comunión con Cristo, quien es el Pan de Vida.

Esta mesa estaba hecha de madera de sitim (acacia), recubierta con oro. Medía dos codos de largo, un codo de ancho y un codo y medio de alto.

Sobre esta mesa se colocaban doce hogazas de pan, divididas en dos filas de seis hogazas cada una. Estos panes eran para que comieran los sacerdotes.

Levítico 24:5-6 dice: “ Y tomarás flor de harina, y cocerás de ella doce tortas; cada torta será de dos décimas de efa. Y

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las pondrás en dos hileras, seis en cada hilera, sobre la mesa limpia delante de Jehová”. Estos doce panes (tortas) eran hechas de flor de harina. Se

usaban dos décimas de efa de harina en cada torta (aproximadamente un galón ó 3.8 litros). Dos décimas nos hablan de la bendición de la doble

porción del primogénito. Queremos llegar a ser los que estén en la congregación de los primogénitos (He. 12:23).

Existe una razón específica por la cual estas doce hogazas de pan eran divididas en dos filas de seis panes cada una. La razón es que las doce tribus

de Israel también fueron divididas en dos grupos de seis, seis debían pronunciar las bendiciones de Dios y seis debían pronunciar las maldiciones

de Dios (Dt. 27:12-13). Al acercarnos a la Palabra de Dios (los panes de la proposición), hay bendición y maldición. Hay bendición para la obediencia y

maldición para la desobediencia.Al considerar la mesa de los panes de la proposición, se nos recuerda la mesa

de la comunión. El Señor nos invita a Su mesa de banquete para tener comunión con Él, para participar del pan. Después de partir el pan en la última cena, Cristo lo bendijo y lo dio a Sus discípulos diciendo: “Tomad,

comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí” (1 Co. 11:24). La Mesa del pan de la proposición habla del Señor Jesucristo siendo hecho pan. Él dijo en Juan 6:35: “Yo soy el pan de

vida”. Cristo, no solamente cumplió estas verdades concernientes a las siete piezas del mobiliario en el tabernáculo, sino que quiere guiarnos por Su

Espíritu Santo para que nosotros las cumplamos tambiénEl incienso era puesto sobre cada una de las filas de pan, una vez a la

semana, el día del Sabat (o reposo) y por la noche, los sacerdotes comían el pan. Levítico 24:7-9 dice: “Pondrás también sobre cada hilera incienso puro, y será para el pan como perfume, ofrenda encendida a Jehová. Cada día de

reposo lo pondrá continuamente en orden delante de Jehová, en nombre de los hijos de Israel, como pacto perpetuo. Y será de Aarón y de sus hijos, los cuales lo comerán en lugar santo; porque es cosa muy santa para él, de las

ofrendas encendidas a Jehová, por derecho perpetuo”.En la Mesa del pan de la proposición, nosotros participamos de la Palabra de Dios. Decimos, juntamente con Jeremías: “Fueron halladas tus palabras, y yo

las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón” (Jer. 15:16). La Palabra de Dios debe ser nuestro deleite y nuestra alegría. Este es

un proceso continuo. Debemos leer, estudiar y meditar la Palabra de Dios

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todos los días. Tal como en el tabernáculo era puesto pan nuevo en el día de reposo, así debemos recibir continuamente del Señor algo fresco de Su

Palabra; de otra manera, nuestra experiencia cristiana se estancará. El hecho que todos los días de reposo, se pusiera pan fresco en la mesa de los panes de la proposición nos habla de que al alimentarnos de la santa Palabra de

Dios, entramos en un reposo espiritual; cesamos de nuestras propias obras (He. 4:10-11) y experimentamos la vida abundante de Cristo.

El pan de la proposición también era rociado con incienso, que nos habla de fe. La fe debe cubrir la Palabra de Dios

Pablo dijo en Hebreos 4:2: “Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oir la palabra, por no ir acompañada* de fe en los que la oyeron”. El Pan de Vida no nos será de

beneficio, a menos que lo recibamos con fe. (No permita que su mente natural ni su lógica humana le robe la fe en la Palabra de Dios). En la Mesa

del pan de la proposición, también tenemos compañerismo y comunión con Cristo, el Pan de Vida.

Sin embargo, hay algo más. Tal como Cristo vino a ser el pan partido por nosotros, el Señor también quiere que seamos el pan de la proposición y así alimentar a otros con pan de vida. Hay un proceso por el cual llegamos a ser

pan para las naciones, esto lo podemos ver en el proceso natural para la preparación del pan.

Primero, la semilla debe ser sembrada. Esto nos habla de recibir la Palabra de Dios en nuestro corazón a través de escuchar o estudiar la predicación de

la Palabra de Dios (ver Mt. 13). Después la semilla o el grano debe morir (Jn.12:24). En nuestra vida, experimentaremos un tiempo de avivamiento

personal cuando Dios derrame de Su espíritu de revelación sobre nosotros y nos abra Su Palabra en formas increíbles. Es durante estos tiempos que la

Palabra de Dios está siendo sembrada en nuestro corazón.Sin embargo, experimentaremos un tiempo cuando parecerá como que todas estas verdades, que una vez recibimos, han muerto sin llevar fruto

alguno. Pero esta es solamente una estación espiritual que debemos pasar para que un día la

semilla crezca, madure y lleve mucho fruto. Luego, en el tiempo de Dios, esa Palabra comenzará a crecer en nuestra vida, pasando por diferentes etapas, hasta que alcanza la madurez. Marcos 4:28 dice: “Porque de suyo lleva fruto

la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga”

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(RVA). En el tiempo de la cosecha, el trigo y la paja deben ser separados (Mt. 3:12; 13:30). Luego, el trigo debe ser quebrantado y molido. En los tiempos

antiguos, los hombres molían el trigo pasando ruedas sobre este (Isa. 28:28). David dijo al Señor, en el Salmo 66:12: “Hiciste cabalgar hombres sobre

nuestra cabeza”. El Señor a menudo usa a Su propio pueblo para quebrantarnos.

Apocalipsis 5:9-10, diciendo: “De todo linaje y lengua y pueblo y nación, deseo tener reyes y sacerdotes. La Palabra debe estar finamente molida”. Debemos predicar siempre las mismas verdades a toda clase de personas,

pues la Palabra de Dios es la misma para todos; pero, debemos presentarla de forma que sea comprensible a aquellos a quienes predicamos. Debemos

hacer la Palabra muy simple, pero nunca debemos diluir el mensaje ni la visión.

Después de ser molido, el trigo debe ser zarandeado o cernido. Dios quiere zarandearnos o cernirnos para que seamos harina fina cuya arena ha sido

removida. Esto nos habla de ser amables. Obviamente, este proceso es importante, pues a nadie le gusta comer pan arenoso. Debemos presentar la

verdad con un espíritu afable, no de dureza ni condenación. Si no somos purificados de la aspereza y dureza en nuestra vida, las personas pueden

ofenderse fácilmente cuando les ministremos el Pan de Vida.Luego la harina tiene que ser cocida en un horno, pues no se puede

alimentar a las personas con harina cruda, aunque ésta sea fina; se les debe dar pan horneado. En nuestra vida, experimentaremos el “horno de

aflicción” (Is. 48:10). Durante este tiempo, nuestra fe será duramente probada, como por fuego (1 P. 1:7). si está en una de esas pruebas, pues Dios traerá a madurez Su Palabra en su vida, para que pueda alimentar

espiritualmente a otros.Es en el Lugar Santo en donde nos convertimos en pan partido para

alimentar a las naciones con la Palabra de Dios. No alimentamos a las naciones desde el Atrio Exterior. El propósito del ministerio del Atrio Exterior

es traer bebés al reino de Dios y darles la leche de la Palabra. Sin embargo, en el Lugar Santo nuestro llamado es guiar a las personas a la madurez, a la estatura de los jóvenes, quienes han sido fortalecidos alimentándose de la

Palabra de Dios (1 Jn. 2:12-14).Debemos alimentarlos con la carne de la Palabra de Dios, las verdades más

profundas de la Escritura (He. 5:12-14).

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Para poder ministrar en el Lugar Santo, debemos llegar a ser nuestro mensaje. Los profetas del Antiguo Testamento eran su mensaje. Ezequiel

literalmente se comió el rollo que contenía el mensaje de su vida; también tuvo que personificar sus profecías referentes al juicio contra Israel. Oseas

tuvo que vivir su mensaje de restauración. Él tuvo que recibir de vuelta a su esposa descarriada, quien le había sido infiel, para mostrar a la nación de Israel que si ellos se tornaban de sus caminos malvados, Dios los aceptaría

de nuevo.La Mesa del pan de la proposición también tenía dos cornisas y una moldura (ref. Ex. 37:11-12). Éxodo 25:24-25 dice: “Y la cubrirás de oro puro, y le harás una cornisa de oro alrededor. Le harás también una moldura alrededor, de

un palmo menor de anchura, y harás a la moldura una cornisa de oro alrededor”.

Una cornisa rodeaba el borde de la mesa y la otra cornisa, que estaba más abajo, rodeaba todo el rededor de la mesa. Estas dos cornisas nos hablan de las virtudes gemelas de la sabiduría y el conocimiento, las que obtenemos al

participar de la Palabra de Dios (pan de la proposición). También representan el ministerio doble de rey y sacerdote según el orden de

Melquisedec, cumplido en nuestro Rey y Sacerdote el Señor Jesucristo. Las coronas eran usadas por los sacerdotes (Lv. 8:9, 21:12) y reyes. Queremos

ser reyes y sacerdotes para el Señor ( Ap. 20:5-6).La mesa tenía cuatro esquinas, cuatro patas y cuatro anillos de oro (Ex. 25:26). Estos anillos de oro nos hablan del ministerio eterno del Señor

Jesucristo, así como del ministerio de aquellos que son reyes y sacerdotes con Él ( Nm. 25:11- 13). Las varas hechas de madera de acacia y recubiertas

con oro, eran usadas para llevar la mesa cuando era transportada (Ex. 25:27-28). Estas varas eran colocadas en de los anillos de oro. Cuando la mesa estaba en tránsito, era cubierta con una tela azul. Todas las vasijas eran

cubiertas con un cobertor de color rojo. Luego había una última cubierta de pieles de tejón (Nm. 4:7-8). Aquí tenemos la idea de los santos siendo

llevados a su ministerio eterno para servir al Señor eternamente alrededor de Su trono de gracia.

Leemos en Éxodo 25:29, en relación a las vasijas de la mesa de los panes de la proposición: “Harás también sus platos, sus cucharas, sus cubiertas y sus tazones, con que se libará; de oro fino los harás”. Los platos probablemente eran usados para llevar el pan a la mesa y para guardar el pan; las cucharas,

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probablemente para rociar el incienso sobre el pan. Las cubiertas y tazones eran usados para beber la ofrenda que acompañaba la ofrenda de comida.Queremos ser vasijas puras para uso del Señor. Zacarías 14:20-21 dice: “En aquel día estará grabado sobre las campanillas de los caballos: SANTIDAD A JEHOVÁ y las ollas de la casa de Jehová serán como los tazones del altar. Y toda olla en Jerusalén y Judá será consagrada a Jehová de los ejércitos; y

todos los que sacrificaren vendrán y tomarán de ellas, y cocerán en ellas; y no habrá en aquel

día más mercader en la casa de Jehová de los ejércitos”. ¡Todos aquellos que sirvan al Señor serán santos!

Para resumir las preciosas verdades espirituales asociadas con la Mesa del pan de la proposición, permítanme decir que esta mesa nos revela a Cristo, quien es el Pan de Vida. Él dijo en Juan 6:35, “Yo soy el pan de vida; el que a

mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás”. El Señor desea que nosotros nos alimentemos de Su Palabra, la digeramos y la

tengamos escrita en las tablas de carne de nuestro corazón (Sal. 51:6). Debemos convertirnos en el pan partido para otros.

EL CANDELERO Éxodo 25:31-40

El Candelero de oro estaba colocado en el Lugar Santo, al lado sur del tabernáculo, opuesto a la Mesa del pan de la proposición (Ex. 25:31-40; 37:17-24; 39:37). El Candelero, llamado Menorá por los judíos, era una lámpara de pie que consistía de siete lámparas de aceite de oliva. Este

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Candelero de siete brazos, se ha convertido en el símbolo nacional del Estado judío de Israel. El Candelero de oro representa los siete Espíritus del

Señor.No se dio ninguna medida para este Candelero. Todos los días, este

Candelero permanecía encendido desde la noche hasta la mañana. Las lámparas del Candelero eran encendidas por los sacerdotes al momento de

los sacrificios de la nochey eran apagadas en la mañana, mientras las mechas eran recortadas (Ex.

27:20-21, 30:7-8; Lv. 24:2-4).Consideremos ahora, los detalles de este candelero. De acuerdo con Éxodo

25:31, estaba hecho de oro puro, “Harás un candelero de oro puro modelado a martillo. El candelero con su base, su tallo, sus cálices, sus botones y sus flores será de una sola pieza”. (RVA). El candelero estaba

hecho de una pieza de oro y trabajado a martillo hasta darle forma. El oro, como hemos dicho antes, nos habla de la divinidad. Esto representa a la persona del Espíritu Santo, quien es Dios. Él es la tercera Persona de la

Deidad.La lámpara de pie tenía una vara central, con tres brazos que se extendía hacia cada lado. En total, eran siete brazos, incluyendo la vara del centro.

Éxodo 25:32 dice: “Y saldrán seis brazos de sus lados; tres brazos del candelero a un lado, y tres brazos al otro lado”. Aunque no es mencionado

en la Biblia (lo que nos revela que no hay enseñanza espiritual en ello), según algunos descubrimientos arqueológicos, el candelero se sostenía sobre tres

patas. La moneda de Matías Antígono es la única moneda antigua, descubierta hasta el día de hoy, con la imagen de la menorá. En esa moneda

solamente un pie es visible.Sin embargo, otros descubrimientos arqueológicos de frescos pintados en las paredes, firmemente establecen el hecho que el candelero tenía tres patas.

Así, el candelero nos habla de la Trinidad y particularmente del Espíritu Santo.

Éxodo 25:33 no da más detalles aerca de cómo se veían los brazos: “Tres copas en forma de flor de almendro en un brazo, una manzana y una flor; y tres copas en forma de flor de almendro en otro brazo, una manzana y una

flor; así en los seis brazos que salen del candelero”. La versión actualizada es un poco más clara, “Habrá tres cálices en forma de flor de almendro en un

brazo, con un botón y una flor; y tres cálices en forma de flor de almendro en

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el otro brazo, con un botón y una flor; así en los seis brazos que salen del candelero”.

Cada brazo estaba compuesto por tres grupos de botones y flores de almendro ornamentales. El árbol de almendro es conocido por ser el primer

árbol que florece, lo que sucede en el mes de enero (ver Jer. 1:11-12). El botón, el capullo y la flor nos hablan de la progresión y crecimiento del

creyente desde el momento de nacer de nuevo, por medio del Espíritu de Dios, luego ser bautizado en el Espíritu Santo y finalmente ser ungido con los

siete Espíritus del Señor.Leemos en Éxodo 25:34, en relación al diseño de la vara central: “Y en la

caña central del candelero cuatro copas en forma de flor de almendro, sus manzanas y sus flores” (RVR). La vara central tenía cuatro grupos de botones, capullos y flores, dando un total de doce. Las seis ramas tenían cada una tres

grupos de tres adornos. Había nueve en cada rama, dando un total de cincuenta y cuatro en las seis ramas. Cuando estos cincuenta y cuatro se suman a los doce de la vara o caña central, da un total de sesenta y seis.Esto nos habla de los sesenta y seis libros de la Biblia. Dios, en su infinita

sabiduría, eligió qué libros debían formar parte de la Biblia. Los libros apócrifos no fueron elegidos por Dios para estar en el canón de Su Santa Palabra. También, si sumamos las tres ramas a la izquierda (veintisiete

adornos) a los de la vara central (doce adornos) el número total de ornamentos es de treinta y nueve, con veintisiete adornos restantes en los tres brazos de la derecha. Esto nos habla del hecho que la Palabra de Dios

está dividida en dos secciones: los treinta y nueve libros del Antiguo Testamento y los veintisiete libros del Nuevo Testamento.

Luego leemos en Éxodo 25:35: “Habrá una manzana debajo de dos brazos del mismo, otra manzana debajo de otros dos brazos del mismo, y otra

manzana debajo de los otros dos brazos del mismo, así para los seis brazos que salen del candelero”.

Las seis ramas salían desde la vara central, justo arriba de una manzana o botón de cáliz. Esto muestra que las seis ramas o brazos se derivaban de la vara central y no eran independientes de su fuente de poder y luz. En un sentido espiritual, la vara central representa el Espíritu del Señor. De esta

unción provienen las otras seis unciones o Espíritus del Señor mencionados en Isaías 11:2.

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El Candelero estaba hecho de una sola pieza de oro, como dice Éxodo 25:36, “Sus manzanas y sus brazos serán de una pieza, todo ello una pieza labrada a martillo, de oro puro”. El apóstol Pablo dice en 1 Corintios 12:11, en relación

a losdones del Espíritu Santo: “Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo

Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere”. El hecho que el Candelero fuera de oro labrado a martillo, simboliza la necesidad que los cristianos sean moldeados y labrados a martillo hasta llegar a tener la forma de la imagen divina de Cristo, para así poder ser participantes de las virtudes,

atributos y poder del bendito Espíritu Santo.El Candelero tenía siete lámparas. “Y le harás siete lamparillas, las cuales encenderás para que alumbren hacia adelante”. (Ex. 25:37). Estas siete

lamparillas del Candelero nos hablan de los siete Espíritus del Señor. Apocalipsis 4:5 explícitamente establece esto: “Delante del trono ardían

siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios”.Los nombres de los siete Espíritus del Señor, los cuales son una extensión del Espíritu Santo, se encuentran en Isaías 11:2: “Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová”. Estas son las siete unciones del Espíritu Santo que Jesús recibió mientras Él estuvo en la tierra

(ver Isaías 11:1). El Señor quiere ungir a la Iglesia con estas mismas unciones. Veamos ahora los siete Espíritus del Señor.

1. El Espíritu del SeñorEl primer Espíritu (tipificado por la vara central del Candelero) es el Espíritu

del Señor y es básicamente la unción

del Espíritu Santo para predicar. Isaías 61:1 dice: “El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos”. Cristo citó este pasaje en Lucas 4:18. Esta unción nos inspira y da a luz nuevas verdades incluso mientras estamos

predicando. No podemos predicar y esperar ver resultados simplemente porque somos elocuentes o porque creemos conocer muy bien la Biblia,

tenemos que estar ungidos por el Espíritu del Señor. Es únicamente el Espíritu del Señor quien puede tocar y cambiar la vida de las personas.

2. El Espíritu de sabiduría

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El segundo Espíritu del Señor es el Espíritu de sabiduría. La definición de sabiduría es “la habilidad de tomar las decisiones correctas”. El Espíritu de

sabiduría es una unción permanente que nos da dirección y hace que elijamos correctamente y tomemos las decisiones adecuadas. Esta unción

gobierna toda nuestra vida. Dios a menudo me ha hablado diciendo, “Toma la decisión correcta en cualquier situación que se te presente y recibirás el

fruto que resulta al hacer esto”.Esta unción se manifestó en la vida del rey Salomón. Este manto siempre estuvo sobre él. Cuando el Señor se le apareció a Salomón y le dijo que le

daría lo que pidiera, Salomón pidió sabiduría (1 R. 3:5-12). Salomón tenía un corazón que amaba la sabiduría. El valor de la sabiduría había sido sembrado

en él desde su niñez. El rey David le enseñó a Salomón a atesorar la sabiduría, diciéndole en Proverbios 4:7: “Sabiduría ante todo; adquiere

sabiduría”. Sabiduría es el máximo requisitopara el liderazgo. Cuando Moisés le transfirió a Josué el liderazgo de Israel, le

impuso sus manos y le impartió el espíritu de sabiduría (Dt. 34:9). Por lo tanto, como líderes, necesitamos clamar pidiendo que esta unción esté

sobre nuestra vida.Hace muchos años, cuando pastoreaba un iglesia al oeste de los Estados

Unidos, tuvimos un problema muy serio en la iglesia. Mientras iba meditando acerca del problema en la iglesia, entré a la casa pastoral, entonces el candelero de Dios pasó frente a mí. Fue algo asombroso.

Realmente supe lo que el temor de Dios es. En ese momento el Señor me impartió el Espíritu de sabiduría. Tiempo después, estando en Los Ángeles, fui a ver a Kathryn Kuhlman. Ella oró por mí y dijo una palabra: “sabiduría”.

Caí en el descanso del Espíritu tan pronto como ella tocó mi frente.La razón por la cual menciono esto es porque creo que si deseamos

sinceramente el Espíritu de sabiduría, Dios nos lo impartirá. Santiago 1:5 dice: “Y si a alguno de vosotros le falta sabiduría, pídala a Dios, quien da a todos con liberalidad y sin reprochar; y le será dada” (RVA). Como líderes, para cumplir los propósitos de Dios para nuestra vida y para aquellos que

ministramos, necesitamos recibir una unción fresca de sabiduría, especialmente cuando nos aproximamos al final de la Era de la Iglesia. El Señor dijo, “Pídeme sabiduría y te la daré”. Por lo tanto, les animo a que

busquen al Señor y le pidan esta unción para su vida y ministerio.3. El Espíritu de inteligencia

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Inteligencia significa “captar el significado de un tema o evento, teniendo la capacidad de entender, en cualquier circunstancia, por qué Dios está

haciendo lo que está haciendo”. Esta unción se relaciona con la habilidad de interpretar sueños y visiones. El espíritu de inteligencia fue claramente

manifestado en la vida de Daniel (Dn. 1:17). Esta también es la unción que un maestro debe tener para poder comprender la Palabra de Dios y ser capaz

de explicarla a otros. Debemos ser capaces de darle el sentido a cada versículo de la Biblia, como lo hizo Esdras, un maestro modelo. Nehemías 8:8 dice: “Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de

modo que entendiesen la lectura”. Para hacer esto, necesitamos tener la mente del Espíritu, pues Él es el autor de las Santas Escrituras.

4. El Espíritu de consejoEl Espíritu de consejo es la unción dada a aquellos que son llamados al oficio

y ministerio de consejero. Consejero es uno de los títulos y ministerios del Señor Jesús (Is. 9:6). Esta unción nos capacita para poder dar a las personas

dirección para su vida, establecerlos en el camino de Dios y ayudarlos en diversas áreas de su vida. Al aconsejar a las personas, jamás debemos usar principios establecidos, pues Dios puede tener algo diferente que decir a

cada individuo.Cada situación es diferente; por esto, debemos escuchar del Señor para cada

persona y cada circunstancia. El rey Davidnunca asumió que el plan de batalla era el mismo, aunque el enemigo sí

fuera el mismo. David siempre buscó al Señor para pedirle Su plan para cada batalla; y éste fue diferente en cada ocasión (2 S. 5:18-25). Al aconsejar, debemos recibir una palabra vivificada de parte del Señor para cada caso específico. Cuando las personas se nos acercan pidiendo consejo, ellas no

quieren nuestras opiniones; ellas desean escuchar lo que el Señor está diciendo. Se espera, que como los sacerdotes del pasado, los ministros del Señor tengamos el Urim y el Tumim (Ex. 28:30, Nm. 27:21), para así dar el

consejo del Señor y decir lo que el Señor está diciendo.Hace algunos años, cuando estaba en la docencia de cierto Instituto Bíblico,

teníamos varios estudiantes que habían sido drogadictos. Cuando testificaban acerca de su pasado, exaltaban la vida de pecado y la hacían ver

atractiva. Les advertí que si continuaban haciendo esto, eventualmente podrían caer de nuevo en el pecado.

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Ese año, durante las vacaciones de verano del instituto, estos jóvenes cayeron nuevamente en el pecado. Cuando regresaron para iniciar el ciclo de otoño, me contaron que el líder de este grupo de antiguos drogadictos iba a

dejar “de un solo tiro” las drogas. Corrí a su dormitorio, completamente determinado a decirle lo que realmente pensaba, pues se lo había advertido seriamente. Sin embargo, tan pronto como entré a su habitación, el espíritu

de profecía vino sobre mí y para mi asombro, en lugar de reprenderlo, lo cual era mi intención, le dije que Dios todavía lo usaría poderosamente y le

daría una gran iglesia.Esto ya se cumplió. ¡Pueden imaginarse lo que le habría pasado, cómo

hubiera podido destruir su vida, si le hubiera dicho lo que yo pensaba que era necesario que escuchara en lugar de decirle lo que Dios quería que

oyera! En ese momento, él necesitaba una palabra de ánimo de parte del Señor para poder librarse de las drogas. Por esto, pueden ver cuán importante es escuchar del Señor antes de darle consejo a alguien.

5. El Espíritu de poderEl Espíritu de poder desata el poder de Dios en el ámbito de los milagros. Esta unción fue manifestada en la vida de Sansón y también en la vida del Señor Jesucristo, cuando tumbó las mesas de los cambistas. Esta unción

funciona en el ámbito de los grandes milagros y poder. Queremos tener el Espíritu de poder para ver manifestadas las maravillas de Dios. Esta unción será derramada sobre la Iglesia del fin, para hacerla un poderoso ejército

para el Señor (Joel 2:7).6. El Espíritu de conocimiento

El Espíritu de conocimiento revela el pasado, presente o futuro. Este es uno de los ministerios del Espíritu Santo prometido por Cristo en Juan 16:13: “os

hará saber las cosas que habrán de venir”. La unción del Espíritu de conocimiento es absolutamente imperativa. Necesitamos el Espíritu de

conocimiento para saber lo que Dios está diciendo hoy a Su Iglesia. Como dijo Pedro, queremos ser establecidos en la “verdad presente”. (2 P. 1:12). Al

finalizar el siglo XIX, laverdad presente (para ese momento) era el bautismo del Espíritu Santo y la

sanidad. Pero hoy, la verdad presente es la santidad y proseguir hacia la perfección.

No podemos vivir en la experiencia de ayer ni en el mover de Dios de la generación pasada. Debemos escuchar del Señor verdades frescas para el día

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de hoy. Al viajar de un país a otro, uno encuentra que Dios está haciendo algo diferente en cada país; y necesitamos saber qué decir a los ministros de esos lugares a donde llegamos. También, el Espíritu de conocimiento puede revelar el pasado y el futuro. Algo que Dios reveló claramente a mi corazón

fue que a medida que el tiempo de Su segunda venida se acerca, Él hará que todo sea muy claro. Hoy, con toda sinceridad, sabemos muy poco acerca de Su segunda venida. Pero por medio del Espíritu de conocimiento, el Señor revelará a Su Iglesia muchas cosas y queremos, por tanto, estar en sintonía

con el Espíritu.7. El Espíritu del temor de Jehová

El séptimo Espíritu del Señor es el Espíritu de temor de Jehová. Esta es la unción que trae la convicción del Espíritu Santo y un temor de desagradar al

Señor. Es la unción que es derramada sobre una nación, comunidad o individuo (ver Gn. 35:5; Jos.2:9). Esta es la unción que trae avivamiento. El

Espíritu de temor de Jehová fue derramado sobre la iglesia del Nuevo Testamento, como podemos ver en Hechos 5:11-13: “Y vino gran temor

sobre toda la iglesia, y sobre todos los que oyeron estas cosas. Y por la mano de los apóstoles se hacían muchas señales y prodigios en el pueblo; y

estaban todos unánimes en elpórtico de Salomón. De los demás, ninguno se atrevía a juntarse con ellos;

mas el pueblo los alababa grandemente”. Debido al temor de Jehová, producido por el juicio de Dios sobre Ananías y Safira, hubo gran convicción

del Espíritu Santo sobre el pueblo. Solamente los de corazón muy sincero iban a la iglesia.

El temor de Jehová fue manifestado en una forma muy soberana en el país de Gales, a principios del siglo XX, cuando se dio un avivamiento a nivel

nacional. Casi cincuenta años después del avivamiento, tuve el privilegio de pasar tiempo con un pastor que había estado en ese mover de Dios. Él fue el

líder del avivamiento que se desató en su pueblo natal. Al caminar por su pueblo, él me mostró cómo todas las tabernas habían sido cerradas, una tras

otra, debido al avivamiento.En los últimos días, esto es lo que Dios repetirá de nación en nación.

Necesitamos comenzar a clamar para que el Espíritu de temor del Señor venga sobre nuestra vida. Amado, al caminar en el temor del Señor en nuestra vida personal, podemos convertirnos en canales que traigan

avivamiento a nuestra ciudad y nación. Si usted se compromete totalmente

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al Señor y camina en Sus caminos, verá cómo Dios derrama el Espíritu de temor del Señor cuando ministre. ¡Preparemos, hoy, nuestro corazón para el

mover de Dios que vendrá en el fin, para no ser espectadores sino participantes!

Estas siete unciones del Espíritu Santo no son lo mismo que el bautismo en el Espíritu Santo. Esta es una experiencia espiritual más alta, que se alcanza al

entrar al Lugar SantoPablo oró por la iglesia de Éfeso, que estaba llena del Espíritu, diciendo “para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de

sabiduría y de revelación en el conocimiento de él”. (Ef. 1:17).Los creyentes de Éfeso ya habían sido bautizados con el Espíritu Santo, pero el apóstol Pablo estaba orando para que ellos experimentaran algo mucho

mayor, él oró para que fueran ungidos con el Espíritu de sabiduría. Así, vemos que Dios quiere que prosigamos más allá del bautismo del Espíritu Santo y que lo busquemos a Él para recibir las siete unciones del Espíritu

Santo.Los siete Espíritus del Señor

1. El Espíritu del Señor 2. El Espíritu de sabiduría

3. El Espíritu de inteligencia 4. El Espíritu de consejo 5. El Espíritu de poder

6. El Espíritu de conocimiento 7. El Espíritu del temor de Jehová

EL ACEITE PARA EL CANDELEROLa luz del candelero provenía del aceite puro de oliva sacado de olivas

machacadas (ref. Ex. 27:20). Levítico 24:2 dice: “Manda a los hijos de Israel que te traigan para el

alumbrado aceite puro de olivas machacadas, para hacer arder las lámparas continuamente”. Este aceite es un símbolo de la unción del Espíritu Santo.

El aceite es un producto que ha pasado por un proceso, el que inicia con un árbol verde de olivo en la casa del Señor (Salmo 52:8). Un olivo (o árbol de

olivo) es un tipo de la paz. Después que las olivas crecen y alcanzan la madurez, éstas son arrancadas del árbol y colocadas en una prensa. El aceite

fluye a través de los canales de la prensa.

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En una ocasión, pasaba yo por una experiencia muy dolorosa, pues el ministro que tenía autoridad sobre mí, quería que yo fuera en una dirección, pero el Señor me decía que fuera en otra. Me enfermé físicamente a causa del conflicto y terminé pasando varias semanas en cama. El Señor me dio

una visión de una oliva metida entre dos piedras de molino de una prensa de olivas. Una rueda iba en una dirección y la otra en dirección opuesta. El

resultado fue que la oliva estaba siendo triturada. Sin embargo, aunque la oliva fue reducida a simple pulpa, liberó el aceite que contenía. Comprendí que yo era esa oliva y que esa situación por la que atravesaba era el medio

que el Señor había elegido para que Su unción fluyera de forma nueva a través de mí. Amado, este es el precio que debemos pagar por la unción.

Debemos permitirle al Señor machacarnos para que la unción (el aceite) del Espíritu Santo fluya a través de nuestra vida.

Las lamparillas del candelero tenían que arder constantemente (Ex. 27:20) y para lograr esto, tenía que haber un suministro

y flujo continuo de aceite. Queremos ser esos cristianos sabios que continuamente son ungidos por el Espíritu Santo, con aceite fresco (ver Mt.

25:4; Salmo 92:10).La única luz en el Lugar Santo

El candelero proporcionaba la única luz en el Lugar Santo (Ex. 25:37). Así, su función primaria era iluminar el Lugar Santo. La luz que despedía, brillaba

sobre el altar de oro y la mesa de los panes de la proposición.La mesa de los panes de la proposición, como ya vimos, habla de la Palabra de Dios, y el altar de oro, del cual hablaremos en breve, habla de nuestra

vida de oración, intercesión, alabanza y adoración. Así, vemos que solamente la unción del Espíritu Santo puede abrir nuestros ojos para comprender la

verdad del la Palabra de Dios. Pablo oró en Efesios 1:18 para que “los ojos de nuestro entendimiento fueran alumbrados”. Este es el ministerio del

Espíritu Santo. Él es quien nos guía a “toda verdad” (Jn. 16:13). Verdaderamente, no podemos comprender la Palabra de Dios sin la unción

del Espíritu Santo. El salmista oró en el Salmo 119:18, “Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley”.

Cada vez que estudiamos o leemos la Palabra de Dios, debemos orar para que el Señor ilumine nuestra mente y corazón, para comprender Su

verdad. También, así como la luz del candelero brilló sobre el altar de oro,

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necesitamos la unción el Espíritu Santo para que nuestras oraciones, adoración y alabanza sean ungidas.

EL ALTAR DE ORO DEL INCIENSO Éxodo 30:1-10

En el Lugar Santo, había un Altar de oro para quemar incienso, antes del velo que separaba el Lugar Santo del Lugar Santísimo (Ex. 30:1-10; 37:25-29;

30:34-38). Este es llamado el Altar del incienso o el Altar de oro. Este altar era usado para quemar incienso para el Señor. Estaba hecho de madera de acacia y recubierto con oro, representando al hombre que se acerca al Dios

Santo (Ex. 30:1, 3). El Altar del incienso habla de nuestra vida de oraciónEste altar, de forma cuadrada, medía 1 codo de largo por 1 codo de ancho y

2 codos de alto (Ex. 30:2). A su alrededor, tenía una moldura o cornisa de oro, que semejaba una corona,

(Ex. 30:3). Esto habla del hecho que Jesús es nuestro Rey y Sacerdote que vive eternamente para interceder por nosotros. Había cuatro cuernos en las

cuatro esquinas del Altar (Ex. 30:2).Había aros de oro en las esquinas para poder llevar el Altar con varas (Ex.

30:4-5). Esto habla espiritualmente del hecho que la oración nos introduce a la presencia literal de Dios. El sumo sacerdote llevaba al Lugar Santísimo un

poco del incienso en el incensario de oro.El Altar del incienso habla de la vida de oración del Señor Jesucristo y de la vida de oración a la que Él desea guiar a todo creyente. El incienso, en la

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Biblia, siempre habla de la oración. Leemos en Apocalipsis 8:3-4: “Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar, con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el

altar de oro que estaba delante del trono. Y de la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos”.Luego, leemos la oración del rey David, el gran hombre de oración, en el Salmo 141:1-2: “Jehová, a ti he clamado; apresúrate a mí; Escucha mi voz

cuando te invocare. Suba mi oración delante de ti como el incienso, El don de mis manos como la ofrenda de la tarde”. Este ministerio del altar de oro habla de la vida de oración e intercesión del Señor Jesucristo, nuestro Sumo Sacerdote. Hebreos 7:25 dice acerca de Cristo: “Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre

para interceder por ellos”.También había cuatro cuernos en las cuatro esquinas del altar del incienso.

Los cuernos siempre hablan de poder (Hab. 3:4). Estos cuernos hablan espiritualmente de tener poder en la oración. ¡La oración puede hacer que el

mar se divida en dos, que el sol se detenga y que los muertos se levanten! Cuando Jacob luchó con el Señor, en Génesis 32, el Señor le dijo: “No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; (Significa príncipe de Dios; o, quien lucha

con Dios.) porque has contendido con Dios y con los hombres, y has prevalecido”. (Gn. 32:28). Hay un poder tremendo en la oración. A través de

la oración podemos mover montañas.Leemos en Éxodo 30:7-8: “Aarón quemará incienso aromático sobre él; lo quemará cada mañana cuando prepare las lámparas. Cuando encienda las

lámparas al anochecer, también quemará incienso delante de Jehová, continuamente, a través de vuestras generaciones”. Este incienso debía ofrecerse perpetuamente. Debemos vivir una continua vida de oración.

Debemos ser “constantes en la oración” (Ro. 12:12).También debemos vivir orando en todo tiempo. Debemos estar orando en

nuestro espíritu al Señor donde quiera que vayamos, constantemente postrando nuestro corazón delante del Señor y buscando Su presencia. Esto

es lo que Pablo quiso decir cuando dijo, “Orad sin cesar” (1 Tes. 5:17). Necesitamos apartar un tiempo específico para orar y encontrarnos con el Señor, como dijo David en el Salmo 55:17: “Tarde y mañana y a mediodía

oraré y clamaré, Y él oirá mi voz”.¡Somos llamados a ser constantes en la oración!

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El Altar de oro era únicamente para orar y no debía ser usado para otros sacrificios y ofrendas (Ex. 30:9). El Altar del holocausto era el lugar donde un

pecador iba para arrepentirse de sus pecados, pero es en el altar de oro donde tenemos comunión con el Señor.

Leemos en Éxodo 30:10: “Y sobre sus cuernos hará Aarón expiación una vez en el año con la sangre del sacrificio por el pecado para expiación; una vez

en el año hará expiación sobre él por vuestras generaciones; será muy santo a Jehová”. Había actos anuales de expiación, que se hacían en el Día de la

Expiación. Este era el día apartado para que el pueblo de Dios se purificara de sus pecados.

EL INCIENSOHabía un incienso específico que debía ser ofrecido sobre este altar. Me

gustaría que ahora veamos los ingredientes de tal incienso, pues ellos hablan de las diferentes verdades de la oración. Estos ingredientes no solamente

nos ayudan a apreciar mejor la vida de oración del Señor Jesucristo, sino que también a comprender el patrón de Dios para la oración para nosotros como

creyentes.Éxodo 30:34-36 nos dice los ingredientes de este incienso: “Toma especias

aromáticas, estacte y uña aromática y gálbano aromático e incienso puro; de todo en igual peso, y harás de ello el incienso, un perfume según el arte del

perfumador, bien mezclado, puro y santo. Y molerás parte de él en polvo fino, y lo pondrás delante del testimonio en

el tabernáculo de reunión, donde yo me mostraré a ti. Os será cosa santísima”.

1.) El estacte es otra forma de mirra (el líquido usado en el oriente para embalsamar), el cual habla de mansedumbre. Cuando entramos en la

presencia de Dios, estamos entrando a la presencia de un rey, el Rey de reyes, y debemos tener la actitud correcta en la oración. Jamás se demanda

algo de un monarca, sino que se debe buscar su favor. Debemos tener mansedumbre en nuestra vida de oración para no demandar cosas del

Señor.El Señor Jesús dijo: “Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la

tierra por heredad”. (Mt. 5:5). La palabra griega para mansedumbre es usada en el griego para referirse a un perro de edad madura que ha sido

entrenado. La mansedumbre no se refiere, en el griego, a un cachorro que

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responde únicamente a los incentivos. Con frecuencia, el pueblo de Dios es como pequeños cachorros. Ellos necesitan incentivos de parte de Dios para hacer las cosas, especialmente en su vida de oración. Necesitamos madurar

hasta el punto de ser disciplinados de tal manera que no nos movemos hasta que Dios nos da la orden. Esta actitud de mansedumbre es uno de los

ingredientes de la oración. Nuestras oraciones deben nacer del Espíritu Santo.

Debemos pedir únicamente de acuerdo a la voluntad de Dios. 1 Juan 5:14-15 “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa

conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que

pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho”. Jamás debemos ordenarle a Dios, sino con un espíritu manso debemos

esperar en Él, para conocer cuál es Su voluntad y así orar conforme a ésta. !Nuestras oraciones solamente serán respondidas si pedimos de acuerdo a Su

voluntad!2.) Uña aromática, el segundo ingrediente del incienso, es una especie

derivada del opérculo para cerrar la abertura de la concha de un molusco (un tipo de ostra). Si la uña aromática es quebrada, el molusco se muere pues no

puede cerrar su concha. Por lo tanto, el molusco tenía que perder su vida para que el hombre obtuviera esta especia.

Espiritualmente, esto habla de la actitud en oración que Ester tuvo al prepararse para entrar a la presencia del rey. Ella sabía que si el rey no

extendía su cetro, podía perder su vida, pues en sus días era prohibido entrar a la presencia del rey sin antes ser llamado. Sin embargo, al entrar en la

presencia del rey para obtener vida para su pueblo, ella dijo, “Si perezco, que perezca” (Est. 4:16).

Cuando entramos a la presencia del Rey de reyes, debemos tener esta misma actitud en la oración. Como dice Hebreos 4:16, debemos acercarnos “confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia” y obtener

vida para otros. Hay un precio a pagar por la oración. El alto precio de la oración intercesora puede ser visto en la vida de “Hyde el Intercesor”.

Debido a que él había orado por tanto tiempo y tan fervientemente, al pasar los años su corazón físico literalmente se agrandó por la carga de oración

que él tenía

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por las almas perdidas de la India. La oración requiere nuestra entrega total. ¿Arriesgaremos todo, como lo hizo Ester, para entrar en la presencia del Rey

de reyes?3.) El gálbano es una resina de caucho con un aroma muy fuerte, que se

extrae de una planta asiática pariente del perejil. El gálbano en realidad se asemeja a una lágrima y habla, en otro sentido, de las lágrimas, pues las

hojas de esta planta tenían que ser machacadas para que fluyera la savia. Esto nos habla de clamar fuertemente en oración. Hebreos 5:7 dice de Jesús,

“Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente”. Esto habla del ministerio de interscesión de Cristo. Sin embargo, esto no se refiere a Su oración sobre la cruz, sino a Su vida de oración en la tierra. El rey David dijo al Señor: “…Pon mis lágrimas en tu

redoma; ¿No están ellas en tu libro?” (Sal. 56:8). También, en el ministerio del altar de oro hay gran clamor y lágrimas.

4.) El incienso, derivado de ciertos árboles en la familia de las balsaminas, habla de la fe (comparar el Cantar de los Cantares 4:12-14 con Gálatas 5:22-24). Hebreos 11:6 nos da una importante clave para la oración: “Pero sin fe

es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”. Nuestras oraciones deben estar mezcladas con fe, para que así creamos que Él

escucha y que responderá.Cristo dijo en Marcos 11:22-23: “Tened fe en DiosN .T.. Porque de cierto os

digo que cualquiera que dijere a este monteQuítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho”. Cuando tenemos la fe de Dios

(la connotación literal del griego), entonces podemos orar y hablar la promesa de Dios en fe y se cumplirá. (Sin embargo, recuerden que todo esto es predicado sobre la base de tener la fe de Dios, y Dios solo da de Su fe para

aquellas cosas que son Su voluntad.)Debemos pedir en fe (Stg. 1:6-7). La fe es un ingrediente vital en nuestra vida de oración. Estos cuatro ingredientes son necesarios para que tengamos una

vida efectiva de oración, tal como todos deseamos.Este incienso para el tabernáculo es llamado puro y santo (Ex. 30:35). La

oración no debe verse como una forma mecánica de adoración, como la ven los paganos. El Señor mismo explicó esto en Mateo 6:7: “Y al orar, no uséis

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repeticiones sin sentido, como los gentiles, porque ellos se imaginan que serán oídos por su palabrería” (LBLA).

Éxodo 30:36 dice: “Y molerás parte de él en polvo fino, y lo pondrás delante del testimonio en el tabernáculo de reunión, donde yo me mostraré a ti. Os será cosa santísima”. La oración nos introduce a la misma presencia de Dios, pues el Señor en la antigüedad moraba en medio de los querubines, sobre el propiciatorio o asiento de la misericordia (el cual cubría el arca del pacto en

el Lugar Santísimo).En Éxodo 30:37, encontramos más instrucciones referentes al incienso:

“Como este incienso que harás, no os haréis otro según su composición; te será cosa sagrada para Jehová.”. El incienso era una señal de respeto hacia Dios mismo. Por esto, el incienso no podía ser profanado, nadie más en el

campamento lo podía usar, excepto los sacerdotes en el Santuario. El pueblo en general no podía ni siquiera combinar la misma mezcla, ni los sacerdotes

usarlo para otra cosa que no fuera para el servicio del sacerdocio. La pena demuerte podía ser aplicada a aquellos que blasfemaran haciendo esto. Así,

podemos ver cuánto valora Dios una oración verdadera.El altar estaba justo delante del velo del Lugar Santísimo. Así, es el ministerio

de oración, tipificado por el Altar del Incienso, que nos introduce al Lugar Santísimo y a la presencia manifiesta de Dios. En nuestro ministerio,

queremos guiar a otros a esta vida de oración. Tal como Jesús enseñó a Sus discípulos cómo orar y obtener respuestas a las oraciones, igualmente debemos enseñarles a aquellos a quienes ministramos, cómo mover

montañas mediante la oración. Por la gracia de Dios, queremos entrar a la vida de oración del Señor Jesucristo para que podamos experimentar la

realidad del Lugar Santo y luego presionar, para entrar al Lugar Santísimo.

EL VELO Éxodo 26:31-33

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Había un velo colgado sobre cuatro columnas el cual separaba el Lugar Santo del Lugar Santísimo. Leemos acerca de este velo en Éxodo 26:31-33:

“También harás un velo de azul, púrpura, carmesí y lino torcido; será hecho de obra primorosa, con querubines; y lo pondrás sobre cuatro columnas de

madera de acacia cubiertas de oro; sus capiteles de oro, sobre basas de plata. Y pondrás el velo debajo de los corchetes, y meterás allí, del velo adentro, el arca del testimonio; y aquel velo os hará separación entre el

lugar santo y el santísimo”.Solamente el Sumo Sacerdote podía entrar al Lugar Santísimo una vez al año.

La interpretación del velo nos es dada por el apóstol Pablo, en Hebreos 10:19-20, donde establece que el

velo representa la carne crucificada de Cristo: “Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne”.Cuando Jesús fue crucificado sobre la cruz, el velo del templo de Herodes se

rasgó de arriba hacia abajo, como está registrado en Mateo 27:51: “Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo.” Cuando Cristo

murió en la cruz, Él rasgó el velo y abrió el camino para que nosotros tuviéramos acceso al Padre. A través de Cristo “tenemos acceso al Padre en

un solo Espíritu” (Ef. 2:18 RVA).Desde el punto de vista espiritual en nuestra caminata a través del

tabernáculo, el velo representa estar crucificados con Cristo, una experiencia espiritual con Cristo donde morimos a nuestro viejo hombre, nuestros

deseos, nuestra voluntad y nuestros hábitos pecaminosos. Pablo dice en

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Romanos 6:6: “sabiendo [a través de una experiencia personal] esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado”. Enfatizo que esto es algo que tenemos que experimentar personalmente pues debe

ser una realidad en nuestra vida.Hace años, mientras pastoreaba en Washington, tuve una visión de Cristo

sobre la cruz. Fui levantado en el Espíritu para estar con Él en la cruz, y desde mi interior salieron las palabras: “Yo estoy crucificado con Cristo”. Y vi el

velo del templo rasgado de arriba abajo.Esta fue mi experiencia de estar crucificado con Cristo. Esa es la experiencia

inicial, pero luego debemos morir diariamente y vivir la realidad de esa experiencia. Nuestras actitudes y reacciones a las circunstancias y a las

personas revelan realmente cuánto hemos muerto a nosotros mismos. Para poder entrar al Lugar Santísimo y experimentar la gloria shekina de Dios,

nuestra vieja naturaleza debe ser crucificada.Las cuatro columnas nos hablan de la inspección universal de Cristo, el

Cordero de Dios, por cuatro diferentes hombres: Anás, Caifás, el rey Herodes y Poncio Pilato. Como creyentes, para poder pasar por el velo, también

seremos inspeccionados por cuatro diferentes grupos: el mundo, Satanás, la Iglesia y Cristo. Para tener una comunión íntima con el Señor, debemos pasar

esta inspección. Pablo dijo en 1 Corintios 4:9: “...pues hemos llegado a ser espectáculo al mundo, a los ángeles y a los hombres”.

CONCLUSIÓNQueremos calificar para entrar al Lugar Santísimo. En el Lugar Santo nos

convertimos en estas verdades. Participamos del Pan de Vida (la Palabra de Dios) y nos convertimos en pan partido para otros. Entramos a la vida de oración de Cristo y al ministerio de intercesión. También, es en el Lugar

Santo donde comenzamos a experimentar las unciones de los siete Espíritus del Señor, los cuales son el poder para el ministerio. Amado, prosigamos al

Lugar Santo.

PARTE IIIEl Lugar Santísimo

INTRODUCCIÓN

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La tercera sección del tabernáculo fue llamada el Lugar Santísimo, o el Lugar Más Santo. Medía 10 codos de largo, 10 codos de ancho y 10 codos de alto. Aquí estaba el Arca del pacto y el Propiciatorio o Asiento de misericordia, el

cual descansaba sobre el Arca. No había luz natural en el Lugar Santísimo pues la gloria shekina de Dios lo iluminaba. Allí es donde la gloria de Dios

residía. El deseo de Dios es que todo creyente entre espiritualmente detrás del velo y more con Él en el Lugar Santísimo. Esta es la meta hacia la cual,

como creyentes, debemos esforzarnos por alcanzar.

EL ARCA DEL PACTO Éxodo 25:10-22

En el Lugar Santísimo estaba colocada el arca del pacto o del testimonio (Ex. 25:10-22). Solamente en el Antiguo Testamento se menciona este mueble más de ciento ocho veces. Dentro del arca estaban las dos tablas de piedra sobre las cuales estaban escritos los Diez Mandamientos, la vara de Aarón

que reverdeció y la urna de oro con maná (Heb. 9:4). El Arca estaba hecha de madera de acacia y estaba recubierta de oro, por dentro y por fuera (Ex. 25:10-11). Medía 2 y 1/2 codos de largo, 1 y 1/2 codos de ancho y 1 y 1/2

codos de alto. Estos medios, nos hablan de verdades incompletas.Esta caja de madera representa el corazón del hombre, en el cual las leyes de Dios son colocadas. El deseo de Dios es escribir Sus Mandamientos sobre las tablas de carne de nuestro corazón. En Hebreos 8:10, Pablo cita a Jeremías

31:33: “Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su

corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo”.

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El Antiguo Pacto, con la ley escrita sobre las tablas de piedra, estaba incompleto sin el Nuevo Pacto. Esta es la razón por la que las medidas del

arca tenían “medios” (Dios estaba dando a entender que el Antiguo Pacto no estaba completo). El Antiguo Pacto no tenía poder para cambiar a las

personas ni para capacitarlas para guardar los Diez Mandamientos; pero el Nuevo Pacto es que Dios escribirá Sus leyes en nuestra mente y corazón,

para que obedezcamos Sus leyes de corazón y no por obligación.El Nuevo Pacto puede resumirse mejor por las palabras de David, en el

Salmo 40:8: “El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, Y tu ley está en medio de mi corazón”. En el Nuevo Pacto, Dios pone Su ley dentro de

nuestro corazón y nos deleitamos al hacer Su voluntad.En las cuatro esquinas del Arca había anillos de oro. Cuando el Arca

necesitaba ser transportada, los sacerdotes ponían varas de madera, cubiertas con oro, a través de estos aros de oro para llevarla sobre sus

hombros (Ex. 25:12-15). El Arca permaneció en el tabernáculo hasta que llegó a su lugar final de descanso en el Templo de Salomón, tiempo en que

estas varas fueron removidas (1 R. 8:8).Había una cornisa que rodeaba toda el Arca (Ex. 25:11). Como ya sabemos, una corona habla de realeza y autoridad. Esta cornisa habla de la autoridad

que hay en el Lugar Santísimo, la habitación del trono del Rey de reyes. El Señor mora sobre el Arca del pacto, en medio de los querubines. Al entrar a

la sala del trono del Señor, recibimos poder y autoridad. Ester entró a las cámaras secretas del rey Asuero y obtuvo vida para el pueblo judío. Al tener comunión con el Señor y habitar en Su Lugar Santísimo, recibimos poder y

autoridad.Las tablas de la Ley

Los Diez Mandamientos fueron escritos por la mano de Dios, sobre dos tablas de piedra. Estos, gobiernan nuestra conducta hacia Dios y hacia los

demás. Básicamente, los primeros cinco Mandamientos tratan con nuestra relación con Dios y los últimos cinco, con nuestra relación con otros. Estos son resumidos por los dos Mandamientos que el Señor Jesús dio en Mateo

22:37-40: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo

es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas”. Cristo fusionó

Deuteronomio 6:5 y Levítico 19:18 para resumir los Diez Mandamientos. Por

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tanto, vemos que el deber del hombre es amar a Dios con todo su corazón y a su prójimo como a sí mismo.

La urna de oro con manáEn Hebreos 9:4, Pablo nos dice que dentro del arca del pacto, también había una urna de oro que contenía maná. Moisés le dijo a Aarón, en Éxodo 16:33: “Toma una vasija y pon en ella un gomer lleno de maná; colócala delante de

Jehová, para que sea conservado para vuestras generaciones”. (RVA). Primero, consideremos qué es el maná.

El maná fue la provisión de Dios para los hijos de Israel en el desierto. El Señor le dijo a Moisés que Él haría que lloviera sobre ellos “pan del cielo”.

Cada mañana Dios hacía que cayera maná del cielo y los israelitas lo recogían. Este caía alrededor del campamento y caía junto con el rocío (Ex.

16:14; Nm. 11:9). Los israelitas recogían los pequeños granos y los horneaban en forma de tortas o los hervían (Ex. 16:23; Nm. 11:8).

El maná es una sustancia en forma de grano. Éxodo 16:31 describe el sabor del maná como “semillas de culantro blanco y hojuelas hechas con miel”.

Números 11:7-8 da una descripción más detallada de este “pan del cielo”, “Y era el maná como semilla de culantro, y su color como color de bedelio”. Y

Números 11:8 dice, “...su sabor era como sabor de aceite nuevo”. Sabía como aceite nuevo, hablándonos de la unción del Espíritu Santo.

Leemos en el Salmo 78:24-25: “hizo llover sobre ellos maná para comer, y les dio comida del cielo. Pan de ángeles comió el hombre” (LBLA). El maná, que

bajó del cielo, es descrito como comida o pan de ángeles. Por lo tanto, espiritualmente, el maná habla de verdades celestiales. Hay una promesa dada a los vencedores en Apocalipsis 2:17: “Al que venciere, daré a comer

del maná escondido”.

Por lo tanto, esta urna de oro con maná, en el Lugar Santísimo, dentro del arca del pacto (oro hablando de deidad), representa las verdades ocultas de la Palabra de Dios que solamente pueden ser reveladas a aquellos que pasan detrás del velo. Hay muchas verdades elementales en la Palabra de Dios que son abiertas a todos, pero hay otras muy especiales, verdades preciosas que Dios oculta en Su Palabra. Proverbios 25:2 ilustra este pensamiento de Dios ocultando o encubriendo ciertas verdades: “Gloria de Dios es encubrir un

asunto; Pero honra del rey es escudriñarlo”.

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El deber de un rey y sacerdote es estudiar la Palabra de Dios diligentemente y buscar las verdades que son encubiertas para el lector casual. El Señor a

propósito oculta muchas cosas que son preciosas y santas para Él, para que solamente aquellos que realmente tienen un amor profundo por la verdad la

encuentren. Dios no tira Sus “perlas” delante de los cerdos (Mt. 7:6). Tal como para los cerdos las perlas no tienen ningún valor o precio, así hay

muchas personas que no tienen amor ni aprecio por las cosas espirituales, y para ellos son ocultas.

Cristo dijo en Mateo 13:44: “Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de

nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo”. Hay muchos tesoros escondidos en la Palabra de Dios. Es nuestro

deber y honor escudriñar y encontrarlas.La promesa para los vencedores y para aquellos que van detrás del velo es que participarán de las preciosas verdades de la Palabra de Dios que son encubiertas para otros. Por lo tanto, si desea conocer los secretos de la

Palabra de Dios, hay un precio que pagar, debe estar dispuesto a morir a sus deseos y voluntad, para que pueda ir detrás del velo y participar del maná de

la urna de oro. Amado, hay muchas verdades, preciosas verdades, que nos aguardan detrás del velo.

La vara de Aarón que reverdecióEl tercer objeto que estaba dentro del Arca era la vara de Aarón que

reverdeció. La historia detrás de la vara de Aarón es la rebelión de Coré, Datán y Abiram en contra del liderazgo de Moisés y Aarón. Estos tres

hombres acusaron a Moisés y Aarón de exaltarse a ellos mismos sobre el resto de los líderes de Israel. La respuesta de Dios a este reto fue que cada

tribu escribiera su nombre sobre una vara, que sería puesta delante del Señor. La vara del hombre a quien Dios había elegido, retoñaría como señal

del favor de Dios.Leemos en Números 17:7-10: “Y Moisés puso las varas delante de Jehová en el tabernáculo del testimonio. Y aconteció que el día siguiente vino Moisés al tabernáculo del testimonio; y he aquí que la vara de Aarón de la casa de Leví

había reverdecido, y echado flores, y arrojado renuevos, y producido almendras. Entonces sacó Moisés todas las varas de delante de Jehová a todos los hijos de Israel; y ellos lo vieron, y tomaron cada uno su vara. Y

Jehová dijo a Moisés: Vuelve la vara de Aarón delante del testimonio, para

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que se guarde por señal a los hijos rebeldes; y harás cesar sus quejas de delante de mí, para que no mueran”. Al día siguiente en el que habían

colocado las doce varas delante del Señor, la vara que llevaba el nombre de Aarón reverdeció, echó flores, arrojó renuevos y produjo almendras. Esta

vara fue un tremendo milagro. Dios hizo que surgiera vida de una vara muerta, y está floreció. Esta era la señal de Dios que Él había elegido a Aarón para ser sumo sacerdote. Luego, la vara de Aarón que había reverdecido fue

colocada dentro del Arca del pacto para servir como testimonio. Esta vara muerta que produjo vida, habla del poder de la resurrección de Cristo.

El Señor Jesucristo fue levantado de los muertos por el poder del Espíritu Santo. Pablo ora para que los creyentes de Éfeso sepan, “y cuál la

supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo,

resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales”. (Ef. 1:19-20). Queremos experimentar el poder de la

resurrección de Cristo, que es más poderoso que el poder de la muerte y del infierno.

El deseo y anhelo del corazón de Pablo era conocer “el poder de Su resurrección”. Él ora en Filipenses 3:10: “a fin de conocerle, y el poder de su

resurrección”. La palabra griega que Pablo usa para conocer significa “un conocimiento personal obtenido a través de la experiencia”. Pablo no

deseaba una apreciación y conocimiento mental del poder de la resurrección de Cristo; él quería experimentar ese poder y conocerlo de primera mano.

Pablo exclama en Romanos 8:11: “Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo

Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros”. Queremos que el Espíritu Santo vivifique nuestro cuerpo mortal y haga que experimentemos el poder de Su resurrección. Esta

experiencia está simbolizada en el tabernáculo, por medio de la vara de Aarón que reverdeció

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EL PROPICIATORIO Éxodo 25:17-22

La séptima y última pieza del mobiliario, dentro del tabernáculo, era el Propiciatorio o Asiento de misericordia. Debido a que el Propiciatorio

descansaba sobre el Arca del pacto, a menudo es considerado como parte del Arca, pero en realidad eran dos cosas totalmente diferentes. El

Propiciatorio era una lámina de oro puro. Medía dos codos y medio de largo, y un codo y medio de ancho (las mismas medidas que el arca del pacto). Por

esto, el Propiciatorio encajaba perfectamente sobre el Arca, como una tapadera o cubierta. Este era el lugar donde los pecados eran cubiertos (el lugar de propiciación) y la misericordia era encontrada. La Nueva Versión

Internacional traduce al Propiciatorio o Asiento de misericordia como “una cubierta de expiación de oro puro”.

En ambos lados del Propiciatorio había dos querubines de oro (Ex. 25:18). Estaban hechos del mismo material que el Propiciatorio, al cual estaban

inseparablemente unidos. Estaban colocados uno frente al otro y sus alas cubrían el Propiciatorio.

El querubín habla de la morada de Dios, ya que el rey David declaró, en el Salmo 80:1: “Oh Pastor de Israel, escucha; Tú que pastoreas como a ovejas a

José, Que estás entre querubines, resplandece”. Los dos querubines representan a los dos arcángeles (Gabriel y Miguel) quienes no cayeron

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cuando Lucifer se rebeló, pues ellos se aferraron a la misericordia de Dios. Es solamente la misericordia de Dios la que nos puede guardar sin caída.

El Propiciatorio o Asiento de misericordia es la última pieza de mobiliario en el tabernáculo. Misericordia, por lo tanto, es la revelación máxima de la

naturaleza de Dios mismo. Dios quiere ser conocido como el Dios misericordioso. Cuando Él pasó delante de Moisés, declaró: “Jehová!

¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la

iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los

hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación”. (Ex.34:6-7).El Señor Jesús dijo en Mateo 9:13: “Id, pues, y aprended lo que significa.

Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al

arrepentimiento”. Y dijo otra vez en Mateo 12:7: “Y si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes”. Dios no solamente desea que sepamos que Él es misericordioso, sino también quiere

que Sus hijos sean misericordiosos.Pablo dice en Hebreos 2:17-18: “Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo

que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo. Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son

tentados”.Al haber sido sometido a pruebas y tentaciones, el Señor vino a ser

misericordioso. Si este era el camino para que Él fuera misericordioso, este es el único camino para que nosotros también seamos misericordiosos. Al ser sometidos a la tentación y la prueba en cada área de nuestra vida, la virtud de la misericordia es obrada en nosotros. Más aún, Pablo da otra

ilustración de esta importante verdad, cuando escribe que Dios es el Padre u origen de toda misericordia:“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos

consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios”. (2 Co. 1:3-4).

¿Cómo llegamos a ser fuente de misericordia y consuelo para otros? Nuestra reserva de consuelo viene del Señor, quien nos suple de consuelo a tal

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grado que podamos pasar a través de la tribulación. Nuestra reserva o depósito de misericordia y consuelo depende del nivel al que nosotros

mismos hemos sido inmersos en la tribulación, las pruebas y tentaciones. Estemos dispuestos a pagar el precio para obtener la preciosa virtud de

misericordia y para ser misericordiosos como nuestro fiel Sumo Sacerdote, Jesucristo.

Leemos en Éxodo 25:21: “Y pondrás el propiciatorio encima del arca, y en el arca pondrás el testimonio que yo te daré”. Así, el propiciatorio cubría la Ley.

Esto ilustra al menos dos verdades importantes. Primero, la misericordia cubre a aquellos que han transgredido la Ley, y segundo, antes de poder

obtener misericordia del Padre, debemos reconocer que hemos transgredido Sus Mandamientos.

El obtener misericordia solo es posible si reconocemos que hemos quebrantado los Mandamientos de Dios, como lo hizo David en el Salmo 51. Por medio de nuestra confesión, podemos “lanzarnos” sobre la misericordia

de Dios. El problema es que muchas personas jamás admitirán sus transgresiones, y por lo tanto, vivirán una vida separada de la presencia de

Dios.Éxodo 25:22 dice: “Y de allí me declararé a ti, y hablaré contigo de sobre el

propiciatorio, de entre los dos querubines que están sobre el arca del testimonio, todo lo que yo te mandare para los hijos de Israel”. Dios

literalmente habló a Moisés, desde el propiciatorio, como es señalado en Números 7:89: “Y cuando entraba Moisés en el tabernáculo de reunión, para

hablarcon Dios, oía la voz que le hablaba de encima del propiciatorio que estaba

sobre el arca del testimonio, de entre los dos querubines; y hablaba con él”. Dios le habló a Moisés desde el propiciatorio. Es un corazón lleno de

misericordia el que escucha la voz de Dios. El Señor da Su palabra y habla a aquellos que son misericordiosos.

Dios habló a Moisés desde Su trono, el Asiento de misericordia. Hay autoridad en la sala del trono de Dios, como ya mencionamos. Hay cierta

medida de gobierno y reinado con Cristo en el Atrio Exterior y Lugar Santo, pero es en el Lugar Santísimo donde nos convertimos en verdaderos reyes y

sacerdotes que reinan con Cristo. Reinamos en vida al recibir abundante gracia (Ro. 5:17). Cuando Ester entró a las cámaras secretas del rey Asuero, a

la misma sala de su trono, arriesgando su vida, ella obtuvo vida para todos

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los judíos del reino. Hay poder al entrar a las camaras secretas del Rey de reyes.

En esta relación íntima con el Señor detrás del velo, recibimos autoridad y poder para decretar cosas. Job 22:28 habla de determinar cosas bajo la

unción de Dios: “Determinarás asimismo una cosa, y te será firme.” Para poder decretar o determinar algo, debemos saber cuál es la voluntad de

Dios. Debemos decretar solo lo que el cielo quiere que sea decretado en la tierra.

En cierto sentido, podemos recibir el poder para perdonar los pecados de las personas.

Los misericordiosos son los que eschuchan la voz del Señor.El Señor le dijo a Sus discípulos en Juan 20:23: “A quienes remitiereis los

pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos”. Cuando entramos detrás del velo, Dios unge nuestras palabras y lo que decimos viene a cumplirse, pues estamos reinando con Él como reyes y

sacerdotes.

EPÍLOGOPodemos resumir las verdades del tabernáculo diciendo que ellas ilustran el viaje del alma hacia la presencia de Dios. También puede ser comparado a las siete fiestas del Señor, , y pueden ser comparadas con los siete pasos

hacia la perfección en 2 Pedro 1:5-8.Los tres niveles del tabernáculo hablan de tres grados de desarrollo y

madurez en la vida cristiana. Las tres etapas del crecimiento cristiano las encontramos en 1 Juan 2:12-14: hijos, jóvenes y padres. Los niños y los

jóvenes conocen al Señor hasta cierto grado, pero los padres espirituales, aquellos maduros en el Señor, son los que verdaderamente lo conocen

íntimamente.Pablo dijo en 1 Corintios 4:15: “Porque aunque tengáis diez mil ayos en

Cristo, no tendréis muchos padres; pues en Cristo Jesús yo os engendré por medio del evangelio”. Hay muchos cristianos que pueden enseñar y

predicar, pero hay pocos que son padres espirituales. Dios desea darnos un corazón de padre, pues cuando éste es desarrollado en nosotros, verdaderamente podemos conocer el corazón de Dios el Padre.

En el Lugar Santísimo, los padres espirituales gobiernan y reinan con Cristo. Amados lectores, oro al Señor para que este estudio del Tabernáculo de

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Moisés haya sido una bendición para ustedes, y los animo a que estudien el Tabernáculo