estridentismo

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Pedro Cortés Rodríguez - México Universidad Autónoma de Nuevo León La prosa estridentista Los cánones del juicio estético y de la experiencia estética varían con las culturas, con las épocas, con los pueblos, con los hombres, y no hay dónde hallar un criterio que decida esos cánones, tan variables todos, deba preferirse a los demás. “Los problemas de la estética” Moritz Geiger 1. Caracterización del estridentismo El estridentismo es la corriente literaria de vanguardia que surge en México entre los años 1921 y 1927. Como la mayoría de los movimientos artísticos de vanguardia: dadaísmo, ultraísmo, futurismo, el estridentismo es un movimiento temporalmente efímero. Un movimiento de vanguardia que como los citados, irrumpe con una serie de manifiestos de índole casi vandálica. Recordemos tan sólo el manifiesto dadaísta del suizo Tristán Tzara o el manifiesto surrealista de André Bretón. Otros movimientos de vanguardia afines al estridentismo y que de manera semejante irrumpen tanto en el continente europeo como en el americano son: el imaginismo inglés de Ezra Pound, el cubismo de Guillaume Apollinaire en Francia, el ultraísmo de Borges en Argentina y el creacionismo de Vicente Huidobro en Chile, por mencionar algunos. La palabra estridente alude a una manifestación irrisoria, provocadora, y de ruptura frente a toda tradición literaria clasicista, en particular en México contra la literatura de los modernistas. Este gesto burlesco y de desafío del estridentismo frente a lo clásico, es visto por Luis Mario Schneider –uno de los pocos estudiosos del movimiento– como una mueca

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Artículo sobre el movimiento estridentista mexicano

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Pedro Cortés Rodríguez - MéxicoUniversidad Autónoma de Nuevo LeónLa prosa estridentista

Los cánones del juicio estético y de la experiencia estética varíancon las culturas, con las épocas, con los pueblos, con los hombres,

y no hay dónde hallar un criterio que decida esos cánones,tan variables todos, deba preferirse a los demás.

“Los problemas de la estética”Moritz Geiger

1. Caracterización del estridentismo

El estridentismo es la corriente literaria de vanguardia que surge en México entre los años 1921 y 1927. Como la mayoría de los movimientos artísticos de vanguardia: dadaísmo, ultraísmo, futurismo, el estridentismo es un movimiento temporalmente efímero. Un movimiento de vanguardia que como los citados, irrumpe con una serie de manifiestos de índole casi vandálica. Recordemos tan sólo el manifiesto dadaísta del suizo Tristán Tzara o el manifiesto surrealista de André Bretón. Otros movimientos de vanguardia afines al estridentismo y que de manera semejante irrumpen tanto en el continente europeo como en el americano son: el imaginismo inglés de Ezra Pound, el cubismo de GuillaumeApollinaire en Francia, el ultraísmo de Borges en Argentina y el creacionismo de VicenteHuidobro en Chile, por mencionar algunos.

La palabra estridente alude a una manifestación irrisoria, provocadora, y de ruptura frente a toda tradición literaria clasicista, en particular en México contra la literatura de losmodernistas. Este gesto burlesco y de desafío del estridentismo frente a lo clásico, es vistopor Luis Mario Schneider –uno de los pocos estudiosos del movimiento– como una muecacuyo valor literario consiste en propiciar la ruptura e imponer la contemporaneidad en laliteratura mexicana. En este sentido, Schneider asocia lo estridente con la propuesta musicalfuturista de Luigi Russolo. Con Russolo el ruido se propone como arte según la ordenaciónrítmico-armónico-simbólica que el receptor experimenta estéticamente a partir de unacomposición dada como acto intencional o no-intencional.1 Russolo expresa en su

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manifiesto futurista: “Esta evolución de la música es paralela al multiplicarse de lasmáquinas, que colaboran por todas partes con el hombre.”2 El italiano inventa para supropósito “instrumentos musicales” o “aparatos sonoros” conocidos hoy como elcrepitador, el rumorarmonio y el entonaruidos. De este modo y con tales afinidades, elestridentismo entendido como guiño estrepitoso que irrumpe con una tradición literaria,ofrece una nueva propuesta e inaugura una nueva dirección literaria con rasgos biendefinidos.

El inicio del movimiento estridentista en la vida literaria mexicana es, en parte, una postura política. Su precursor principal, Manuel Maples Arce, comienza el estridentismoprácticamente solo. Con un acto ensordecedor disemina en forma de un escrito-manifiestopolítico llamado Actual. El primer número del volante Actual contiene un amplio sentido dela rebelión. Se perfila como un llamado público a los intelectuales mexicanos a unatransformación de la vida artística. En Actual 1, hay una postura anárquica que logra llamarla atención y la asociación de escritores, músicos, pintores y fotógrafos con la actitudiconoclasta y las ideas estéticas de Arce, que se prolongarán principalmente a través de lapoesía y la narrativa. A Actual 1 le continúan otros tres manifiestos que se fundamentan yterminan por reafirmar en un pleno desarrollo las ideas del primero. En los cuatromanifiestos es notorio el éxito del movimiento que suma acérrimos seguidores ysimpatizantes, al grado de que en Actual 4 se incluye un extenso Directorio de vanguardiaestridentista. Sin embargo, el grupo estridentista literario nuclear será conformado,consolidado –junto con su precursor–, por los siguientes escritores: Kyn Taniya, GermánList Arzubide, Salvador Gallardo, todos poetas; y Arqueles Vela, el cultivador del cuento yla prosa estridentista. Todos ellos inician una serie de publicaciones en diarios capitalinoscomo “El Heraldo de México”, “El Universal Ilustrado”, en las Revistas de Vanguardia Ser,

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Irradiator y en libros individuales como Urbe y El pentagrama eléctrico. Aunada a suactividad literaria, los integrantes del estridentismo no abandonan la actividad política queles permitía enfrentar a sus críticos y detractores clasicistas que desacreditaban la propuestadesde los periódicos El Nacional y El Excélsior.

Las ideas estéticas centrales del estridentismo se encuentran en teoría en los Manifiestos así como reunidas ya casi en la agonía de la corriente en el ensayo de Germán List: El movimiento estridentista. La “aplicación” de esas ideas se identifica con nitidez tanto en la obra poética como en la narrativa. En el segundo Manifiesto estridentista de Puebla (1923), Maples Arce y sus seguidores reúnen los objetivos políticos y estéticos del movimiento en cuatro cláusulas:

Primero: Un profundo desdén hacia la ranciolatría ideológica de algunosvalores funcionales, encendidos pugnazmente en un odio caníbal por

todaslas inquietudes y todos los deseos renovadores que conmueven la hora

insurreccional de nuestra vida mecanística.Segundo: La posibilidad de un arte nuevo, juvenil, entusiasta y

palpitante,estructuralizado novidimensionalmente, superponiendo nuestra recia

inquietud espiritual, al esfuerzo regresivo de los manicomios coordinados,

con reglamentos policíacos, importaciones parisienses de reclamo y pianos

de manubrio en el crepúsculo.Tercero: La exaltación del tematismo sugerente de las máquinas, las

explosiones obreriles que estrellan los espejos de los días subvertidos. Vivir

emocionalmente. Palpitar con la hélice del tiempo. Ponerse en marcha hacia

el futuro.Cuarto: La justificación de una necesidad espiritual contemporánea. Que

lapoesía sea poseía de verdad, no babosadas como las que escribe

GabrielitoSánchez Guerrero, caramelo espiritual de chiquilladas engomadas.3

Los postulados medulares en las ideas estéticas de los estridentistas son: a) Elcosmopolitismo de la vida humana en las metrópolis, tanto en la propuesta poética como enla prosa y la obra de los simpatizantes plásticos, las figuras humanas representadas poseen

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esa expresión individualista que caracteriza a los habitantes de las urbes del siglo XX; b)La predilección de los artefactos tecnológicos como recurso literario, ésta es unarecurrencia en su modo peculiar de estructurar las metáforas estridentistas, así como en lacaracterización de los personajes y en la adjetivación de los sentimientos; y c) Su espíritude oposición, fundamentalmente adversario con la primera etapa de la literatura modernistamexicana (Díaz Mirón y Gutiérrez Nájera), pero con la intención destructora de todomodelo literario precedente. El ideario estético encontrado en la prosa y la poesíaestridentista irrumpe en frases lapidarias y escatológicas como: ¡Muera el cura Hidalgo!,¡Chopin a la silla eléctrica!, ¡Muera la reacción intelectual momificada!; pero a su vezgerminal y groseramente antiacademicista, antipatriótico y antirreligioso, cuando con vozde guerra declara: ¡Viva el mole de guajolote! El estridentismo constituye así, como lodetallaremos más adelante, un movimiento cuyo origen y proyección, permite observar elconflicto entre tradición y renovación, entre modernismo y vanguardia, en el decurso de lavida cultural mexicana.

2. Interpretación fenomenológica de la prosa estridentista

La escritura se perfila en una dimensión estética en distintas articulaciones narrativas: por ejemplo, para el establecimiento de los géneros literarios, Aristóteles utiliza su sistema filosófico para organizar la manera en que esos funcionan y en que residen sus diferencias. Enumera la épica, la tragedia, la comedia, la ditirámbica, la poesía, y la epopeya, entendidos como géneros de la literatura. En todas ellas hay un común denominador, ya que al presentarse el discurso en donde los autores buscan ir más allá de lo ordinario, crean y recrean el lenguaje, pero que para el filósofo griego se puede decir, los géneros mencionados obedecen a una imitación con número, dicción y armonía de la esfera de lo real.

En la estética contemporánea, tenemos muy variadas posiciones estético-filosóficas que intentan aproximarse al entendimiento del discurso artístico. Mi aproximación concebirá desde la perspectiva fenomenológica la obra de arte literaria como objeto de conocimiento.

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Me remitiré a un par de rasgos de la estética fenomenológica que considero suficientes para un análisis propedéutico del estridentismo como objeto de conocimiento. Primero abarcándolo como un objeto cuyo valor estético, tal como lo ha observado Moritz Geiger, se nos da en las condiciones fenoménicas del arte. Un objeto, como también lo entiende el polaco Román Ingarden, complejamente estratificado cuya existencia se desprende de actos intencionales tanto del autor como del lector.4

Según tales conceptos, nuestro análisis tiene como objeto la prosa estridentista de Arqueles Vela. Se tomará la tetralogía categórica de estratos que propone Ingarden: a) Los sonidos verbales o materia fónica de la obra, b) Los sentidos verbales, unidades de sentido en oraciones y enunciados, c) Los objetos proyectados y representados, el conjunto de circunstancias, estados de cosas, como correlatos intencionales de la creación estridentista de Vela y c) Los aspectosesquematizados bajo los cuales los objetos aparecen en la obra (la metrópoli, el telégrafo, elascensor, el celuloide, los teléfonos, las locomotoras, los claxons de los autos, los anunciosluminosos, etc.).

Cabe destacar además, que la obra de arte literaria es para Ingarden el texto al que se enfrenta todo lector esteta, la obra literaria es un fenómeno físico: la página impresa quecontiene las letras sobre el papel. En este sentido, rescataremos también la aportación dedon Alfonso Reyes a una estética fenomenológica en su aproximación del análisis de laobra literaria, recuperando el momento cuando entiende que el idioma máximo de laliteratura radica en una nota estética de intuición individuada, esto es, concebir a laliteratura desde sus unidades de sentido como “el único ejercicio humano que pone en valorlas tres notas del lenguaje: la intelectual, la acústica y la afectiva.”5

El análisis se complementará y pretende concretarse con una interpretación de la narrativa de Vela a partir de la estética de la recepción en su orientación hermenéuticofenomenológica. Por un lado considerando los señalamientos de Wolfgang Iser de entenderque las significaciones de los textos literarios sólo se generan en el acto/proceso de lecturapara constituir el producto de una interacción entre el texto y el lector.6

En este sentido eluso del concepto de “indeterminación” del texto propuesto por Iser, resulta de altarelevancia para identificar en la prosa estridentista los lugares de indeterminación de su

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textualidad que posibiliten el juego interpretativo y la adaptación variable del texto, conesto siguiendo a Iser, se garantizaría la participación activa del lector en la constitución delsentido de los sucesos en una obra literaria. Así podremos también distinguir las distintasformas narrativas de Vela, a partir de las cuales el lector puede descubrir, ya que según lapropuesta de Iser la indeterminación del texto moviliza al lector a la búsqueda de sentido.Desde esta perspectiva fenomenológica de la recepción, el coeficiente de indeterminaciónde la prosa literaria, es el principal elemento de conmutación entre texto y lector, dado quela indeterminación del texto permite activar las representaciones del lector en unacorealización de la intencionalidad dispuesta en el texto.

Nuestra segunda consideración desde la estética de la recepción en su modalidadhermenéutica radica en la propuesta de H. R. Jauss, cabe mencionar muy afín a laindeterminación de Iser, cuando Jauss destaca el énfasis de la experiencia estética entendidacomo interpretación inacabada y redimensionable según las condiciones históricas yculturales en que la obra es tomada. Jauss entiende a la hermenéutica literaria como unapraxis interpretativa de la experiencia pasada y presente del arte que nos permite unificarpoiesis, aisthesis y catarsis conforme la función comunicativa en una relación de funcionesindependientes. Asimismo Jauss identifica que “...la hermenéutica literaria tiene la tarea dediferenciar metódicamente las dos formas de la recepción: es decir, la de aclarar, por unlado, el proceso actual, en que el efecto y la significación se concretizan para el lector delpresente, y la de reconstruir, por otro, el proceso histórico, en el que los lectores de épocasdistintas han recibido e interpretado el texto siempre de modo diferente.”7 Con esa tónicame apoyaré de la propuesta de Jauss para no perder de vista el horizonte literario interno dela prosa estridentista de Vela, ni el horizonte contextual aportado por el lector de unasociedad determinada.

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En suma, el trabajo pretende convertirse en una aproximación estética a esa vanguardia literaria mexicana denominada estridentismo, tomando siempre en consideración al discurso artístico como una de las múltiples formas de cultura, en este caso específico, la obra literaria en México. Para el análisis pragmático, únicamente me remitiré a dos escritos de Arqueles Vela: La señorita etcétera y El café de nadie. La elección y delimitación en estos dos textos se debe a su carácter representativo del movimiento estridentista y a los escasos análisis inencontrables sobre ellos. En un segundo momento pretenderé identificar cómo el estridentismo a través de la obra de Vela se presenta frente a sus antecedentes, como una manera nueva, creativa e ingeniosa de las propuestas narrativas de la primera mitad del siglo XX. La intención central de nuestro breve estudio sostendrá que en el estridentismo como corriente literaria a través de la prosa de Vela, se encuentran los elementos de innovación, presentismo rupturista, y escatología romanticista que permiten identificar uno de los rasgos capitales del arte contemporáneo respecto a la tradición cultural mexicana. O bien, en términos de Maples Arce el estridentismo representó en su búsqueda de imponer la contemporaneidad, una “razón de estrategia” en la batalla contra las “mafias intelectuales” literarias.

3. La obra estridentista de Arqueles Vela

somos ya estridentistas y apedrearemoslas casas de muebles viejos de silencio

Germán List Arzubide

Los escritos de Arqueles Vela (1889-1978) inscritos propiamente dentro del movimiento estridentista son tres relatos cortos: “La señorita etcétera” de 1922, “El café de nadie” y “Un crimen provisional” ambos de 1926. Aunque su obra estridentista es estrecha en cantidad, no deja de representar una amplia gama de significaciones para el movimiento,aun así, Vela no dejará de seguir cultivando el oficio de la escritura.8 Los tres relatosestridentistas de Vela fueron publicados e impresos bajo el título “El café de nadie”, porEdiciones de Horizonte que en la época de apogeo estridentista, operaba como Revista deActividad Contemporánea en la ciudad de Jalapa. En 1990 el Consejo Nacional para laCultura y las Artes, reedita “El café de nadie” en la Tercera Serie de Lecturas Mexicanas,Nº 20.

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“La señorita etcétera”, es la primera obra narrativa con que Arqueles Vela se presentaconsagrado en la vanguardia estridentista. El relato está estructurado en 7 apartados. Sutema, es el creciente individualismo experimentado en las metrópolis. El personajeprincipal, es un vagabundo que en siete distintos lugares escenificados por alguna urbemexicana –una costa, un café, un tranvía, un cuarto de hotel, las calles, un parque, un cine–persigue una figura femenina: la señorita etcétera, que no es otra que la representacióninfatigable de su propio individualismo.

“La señorita etcétera” es el relato de Vela en donde toma manifestación por excelencia, la proclama estridentista de exaltación de la ciudad como un objeto de belleza. Utiliza para ilustrarlo, un lenguaje que resalta la significación de la vida moderna en las urbes en vías de tecnificación. La pasión estridentista por las máquinas es clara en el siguiente pasaje en que Vela describe a la señorita etcétera:

Toda ella se había quedado en mi memoria, con una opalescenteclaridad de celuloide. Transitaba jardines, agitados por un viento deventilador con florescencias inanimadas humedecidas por una lluvia

de surtidor...9

El cine y el ventilador son sólo algunos de esos tantos artefactos tecnológicos que los estridentitas valoran en su obra literaria. La prosa de Vela no es la excepción. Veamos otros pasajes del mismo relato donde aparecen este tipo de objetos en las metáforas de “Laseñorita etcétera”:

Era feminista. En una peluquería elegante; reuníase todos los díascon sus “compañeras”. Su voz tenía el ruido telefónico del

feminismo...10

Era en realidad, ella, pero era una mujer automática. Sus pasosarmónicos, cronométricos de figuras de fox-trot... Sus movimientoseran a líneas rectas, sus palabras las resucitaba una delicada aguja

de fonógrafo... Sus senos, temblorosos de “amperes”...11

La calle fué pasando bajo nuestros pies, como una proyeccióncinemática.12

La predilección de un vocabulario que evoca aparatos tecnológicos es muy recurrente en la señorita etcétera (relojes, teléfonos, vagones, semáforos, vitrinas de almacenes, etc.) Vela lo utiliza como descripción y autodescripción de la fisonomía, los sentimientos y las emociones de

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los personajes. De este modo, el lenguaje narrativo de “La señorita etcétera” se combina con el vacío que experimentan y con el que se identifican irremisiblemente los personajes del relato, seducidos constantemente por la luminosidad tediosa de las metrópolis:

Cualquier ciudad me hubiese acogido con la misma indiferencia.13

Sólo, aislado, incomprendido... Como no hablo más que mi propioidioma, nadie podrá comunicarse conmigo.14

La soledad e indiferencia en que viven los personajes en la ciudad, los vuelveindividualistas, valga la expresión, de sentimientos fríos, misántropos y ensimismados enun mundo del que también otros forman parte, sin la necesidad de comunicarse las mismasexperiencias. Paradójicamente “conviven” en un medio ambiente donde abundan lastelecomunicaciones:

Yo me sentía con esa profunda nostalgia que se va acumulando enlas estaciones solitarias, recordadas, por unas cuantas luces

mortecinas, alegradas o entristecidas por los pitazos de los trenes.Mi espíritu se ensombrecía como esos carros desorillados de rieles

mohosos, en los escapes de las vías...15

Yo tenía mucho tiempo de vivir en la ciudad y no conocía nada de laciudad. Apenas si conocía algo del cuarto que ocupaba en el hotel...

Encerrado en un coche paseaba, sonámbulo por las calles...16

Los personajes cosmopolitas del relato, que dicho sea de paso en “La señorita etcétera” no tienen un nombre propio, se encuentran con la esperanza de cambiar en una vida citadina instantánea, que el mismo anhelo de transformación pasa desapercibido por la natural instantaneidad metropolitana, donde sus habitantes no demuestran cansancio por el valor del cambio.

Mi vida cambio de aspecto. Cambie de traje, de humor, demaneras. Mi rebeldía casi se iba acostumbrando a esa

existencia de calcomanía de las oficinas.El motivo de mi llegada a la metrópoli, la causa de haber

abandonado tantas cosas, se iba borrando, hundiendo... Mivida fue tomando un aspecto de piso encerado.17

La vida casi mecánica de las ciudades modernas me ibatransformando... Yo era un reflector... Me volvía mecánico...

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La vida eléctrica del hotel nos transformaba.18

Los dos protagonistas del relato, la señorita etcétera y el hombre que anda errante de una ciudad a otra, quedan enamorados y prendidos de erotismo dentro de una atmósferafantástica, artificial, incomunicada y absortos de ese espasmo que les produce elacostumbramiento de sí mismos como el de la libertad desenfrenada que les ofrece la vidametropolitana. Pero una libertad que es difícil de ejercer. La prosa figurativa de Vela,ilustra y resuelve magistralmente, todos esos sentimientos y anhelos de sus personajescombinados con la enorme carga simbólica de la urbe, resumidos genuinamente en lasiguiente expresión:

Bajo su mirada fulgurante deC OR RU GI CL EE RP O

Sus senos y mi corazón se quedaron temblando, exhaustos,con ese temblor incesante del motor desconectado

repentinamente de un anhelo de más allá....19

Hasta aquí la palabra misma de “La señorita etcétera”. Por su parte “El café de nadie”, es un texto que nace de la inspiración de Vela como un café que toma su vida imaginativa a partir del café Europa ubicado en la avenida Jalisco de la ciudad de México. Según List Arzubide en ese lugar se conocieron Maples Arce y Vela. Desde entonces era el punto de reunión de los estridentistas. “Este establecimiento –dice Schneider–, que pasaría a la historia literaria de México con el nombre de El Café de Nadie, bautizado así por Ortega (Arqueles Vela escribiría con el tiempo una novela con el mismo título) está lleno de significación para el movimiento estridentista.”20 Ateniéndonos a la obra como objetoindependiente. Por el momento nos abstenemos de interpretaciones psicologistas, “El Caféde Nadie” de Vela es una expresión donde Mabelina, el personaje central, experimenta susvivencias esforzándose por compartirlas con individuos excéntricos: sus pretendientes, un

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par de parroquianos que visitan el Café y los meseros. Mabelina pretende compartir a la vezque ocultar sus sospechas, sus deseos frustrados y su apatía con los otros. A partir de lasdiversas relaciones que sostienen los personajes en la temática del relato, queda expresa suresolución en una manifestación auténtica del ensimismamiento y la indiferencia tanto delCafé como de sus visitantes. Todos se encuentran inmersos en una vida superflua ydesapercibida.

En “El café de nadie” hay una menor presencia en el abuso del vocabulario de aparatos tecnológicos. Pero donde el uso de números y referencias matemáticas es destacable como forma narrativa:

Han llamado 5, 6, 7, 8 veces al mesero.21

Se le ve ensayar 2, 3 veces la intención de abordar la puertadel café...22

(Los ojos de Mabelina) ...revolotearon sobre los números delos gabinetes, buscando la cifra exacta, valuadora de sus

ecuaciones sentimentales....-El 13, que es el predilecto de los supersticiosos...?23

Apoyó 5, 6, 7, 8 veces su ansiedad en el botón eléctrico,queriendo llamar a la realidad.24

Mabelina y sus amantes son unos individuos llenos de sospechas, superfluos, apáticos y ensimismados y reflejan la crudeza de sus mundo citadino:

(Mabelina) ...con un gesto de no querer inmiscuirse en ningúnincidente en ninguna labor tan complicada y tan molesta

como la de hacer el amor con una mujer...25

(Mabelina y su amante entre los transeúntes) ...se vuelven aver, huraños, descompuestos, extrañados de caminar juntos,

apoyando la reciprocidad de sus emociones y sus deseosfrustrados, a lo largo de la avenida encrucijada de luces.26

En “El café de nadie” la luminosidad electrificante de la ciudad es latente:

Los meseros, que de día parecen como muertos, se electrizande pronto, agitando sus somnolencias.27

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(Mabelina siente) ...tal si la trasladaran inusitadamente a unode esos aparadores de artefactos eléctricos en los que todas

las cosas se hinchaban de luminosidad.28

A esas horas, el Café, que se escondía, como que se hacíamás encontrable, más confuso, perdiéndose, en la insondable

Avenida desorbitada de incandescencia.29

El individualismo de los protagonistas del “Café” son individuos con dificultades deexpresión y con una enorme barrera para entablar una conversación:

Mabelina se frota los ojos suavemente... sus miradas...fascinadas por la inmovilidad en que permanecen los dos

parroquianos, cobijados por el mutismo.30

La esperanza por un cambio que constante e imperceptiblemente experimentan lospersonajes tanto en el “Café” como en “La señorita etcétera” está presente, uno de losamantes dice a Mabelina:

Después de escribirlo, no sé si en realidad, sea el mismo deayer. Soy un individuo que se está renovando siempre. Un

individuo al que engañarás diariamente conmigo mismo poresa mutabilidad en que vivo... En cada noche hay en mí un

hombre destruido, un hombre arruinado, un hombredesfalcado, despilfarrado por la cotidianidad. Un hombrenuevo. Por eso, a pesar de tus promesas, no me serás fiel

jamás.31

Por último en este apartado, no queremos dejar de señalar la carga erótica del “Café”, que está siempre presente en los relatos estridentistas de Vela, como un valor o disvalor con que se habla con toda libertad de la sexualidad femenina. El mismo amante dice a Mabelina:

Tus senos tienen la misma luminosidad, la mismaincandescencia de las lámparas que adornan las grandes

salas y parecen hechos del “ice-cream” de lavoluptuosidad...32

-Las mujeres no son más que unos aparatos sensuales,ideológicos, espirituales, sentimentales. Se les puede llenar

como acumuladores, de cualquier fuerza, de cualquiertensión... Tocándoles esa especie de timbres que son sussenos... Sus senos suenan como los timbres de los relojes

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despertadores, impertinentemente.33

4. La creatividad estridentista y el sentido estético en la prosa de Vela

La recepción del estridentismo, en particular la recepción de su prosa, se identifica primero con una prosa de ruptura, es decir, aquella prosa del ideario estético promulgado en los manifiestos donde impera una actitud política de la literatura. En segundo lugar, la prosaestridentista radica meramente en el reflejo estético contenido en la prosa de índoleliteraria.

Esta diferenciación es importante desde la recepción ya que de acuerdo con Iser, el texto literario se diferencia de otro tipo de textos dado que el texto literario indica una serie de componentes líricos que excluyen los textos extraliterarios. Uno de esos componenteslíricos para Iser son los lugares vacíos o de indeterminación, observables en la singularprosa de Vela, y que pocos de los críticos o lectores del estridentismo llegaron avislumbrar. En este sentido también tenemos que agregar que los textos literarios adquierensu especificidad gracias a que crean y recrean sus propias realidades.

Sin querer determinar la significación del lenguaje de la prosa de Vela es notorio suadhesión al cometido y la proclama estética del grupo estridentista, en efecto, destaca elcosmopolitismo de la vida humana en las metrópolis, las figuras humanas representadas deexpresión individualista que caracteriza a los habitantes de las urbes, en la predilección delos artefactos tecnológicos como recurso literario, así como en la caracterización de lospersonajes y en la adjetivación de los sentimientos. Según Schneider: “el tipo de prosaestridentista, tiende a apresar una emoción intelectualizada con base en una libreasociación de imágenes, líricas desde todo punto de vista y sin ninguna relacióndescriptiva.”34 Pero podemos añadir que tomando en cuenta esa libre asociación de la prosade Vela como los lugares vacíos o puntos de indeterminación de su narrativa, permiten queen el proceso de lectura implica la relación activa del receptor con la obra, posibilitando

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distintos modos de recrear sentidos, emitir juicios, y exigir al receptor poner en juego suexperiencia individual y sus horizontes de sentido en relación con la obra, en afán deconfigurar diferentes modos imaginativos al ponerse en contacto con la prosa estridentista.

El critico literario madrileño Benjamín Jarnés ha apuntado sobre la obra de Vela losiguiente: “El café de nadie es una novela en realenti. Mabelina andariega muchacha queinterviene en el primer relato de los tres que componen el libro dice a un amigo que bienpudiera ser el mismo autor: Tienes en todos los instantes de tu vida un movimientoretardado para vivir las emociones. Este movimiento retardado es el mismo del libro entero.Avanza deteniéndose en todo...”35 No obstante este juicio, a la vez que atrapa el sentidodetallista de la prosa de Vela, se aleja de concebir también la posibilidad de los distintosmodos de recepción, y la indeterminación de la obra para que lectores ubicados bajocircunstancias históricas y culturales, como lo advertía también H. R. Jauss, puedanimaginar la obra de modo totalmente contrario, es decir, manifestando una dinámicavertiginosa.

Así pues, la recepción de la prosa de Vela hecha por Germán List, no se opone ni rebate las anteriores, sino que simplemente apunta su variabilidad de imaginación: “Arqueles Vela vive entre sus muñecas la realidad de las horas perdidas: propietario de 50, de 5,000 muñecas, es un sultán domesticado; estas mujeres que hoy ofrece en venta, son las que le dictan sus novelas. La Señorita Etcétera, es la más real de sus muñecas, a veces hastacreemos que va a fracasar convirtiéndose en un flapper.”36

Por su parte el filólogo Pablo González Casanova considera la virtud creativa del lenguaje de Vela como un lenguaje “que rompe saliéndose de los moldes donde quisiera mantener la rutina del pensamiento y busca acomodarse a nuevas formas de belleza.”37 En este sentido, la prosa de Vela, se concibe como un lenguaje que apuesta considerablemente por las modificaciones de sentido siempre permanentes en todo plano artístico del existir humano.

Asimismo, Maples Arce afirmaba que “no es posible... decretar la primacía de un escritor, cuando en realidad sólo existen en la crítica, en el juicio, preferencias personales sugeridas por el temperamento, la visión estética o la inquietud emotiva de quien juzga.” 38 Hay aquí ya la

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anticipación de una vanguardia literaria que se define, pero que a la vez se postula abierta a la redefinición conjunta de configuraciones de sentido. En tal indeterminación de la estética estridentista, el rol de un receptor activo que actualiza el sentido, esta muy ilustrativamente expresado en un extracto de la Canción desde un aeroplano de Arce:

Estoy a la intemperiede todas las estéticas;

operador siniestrode los grandes sistemas,tengo las manos llenasde azules continentes.39

5. Ruptura y legado en la prosa estridentista

La prosa estridentista de Vela es una prosa de denuncia mas no una expresión literaria de compromiso. Imagina con toda su crudeza la vida solitaria, ensimismada, indiferente, que porta muchas veces inconscientemente el hombre de la metrópoli. Vela recurre la frialdad tecnológica, al igual que los poetas del movimiento, como un recurso literario que se extiende por todo sitio electrificando la vida contemporánea de los personajes de sus cuentos.

De este modo podemos afirmar con Iser que los textos de ficción están construidos de manera tal que nunca confirman por completo ninguno de los significados que lesatribuimos, aunque por su estructura nos induzcan permanentemente a hacerlo. Todoproceso de lectura que pone atención en la diversificación de la imaginación subyacente enla experiencia individual del receptor, admite la pluralidad de actualización de significadosabiertos conforme a cada nueva lectura.40 Esta es una de las razones por las que todo textovalorado conforme a sus contenidos literarios, vivifica su preeminencia estética en elmundo cultural.

Nuevamente el pertinente juicio de Schneider apunta que los estridentistas “Eranesencialmente renovadores y por eso atacaban y zaherían a los escritores tradicionalistas oconservadores, y odiaban a quienes concebían cualquier estética como definitiva.”41 De talmanera que la prosa de Vela y en general el legado estridentista, contribuyan

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profundamente al despertar de una nueva conciencia literaria e inspirar actitudesrenovadoras en la pintura, escultura, grabado y fotografía. Al respecto agudamente OctavioPaz vio en los estridentistas: “una saludable y necesaria explosión de rebeldía. Lástima quedurará tan poco. Lástima, también que no haya tenido herederos directos.”42 Aun así lainfluencia estridentista en los desarrollos literarios posteriores, puede adjudicarse a que sufecundo sentido rupturista y su rebeldía desmesurada, prepararon el territorio y sanearon unpanorama muy fructífero para el desenvolvimiento de la creación literaria mexicana, enconcreción directa con el “grupo sin número y sin nombre” de Agustín Yánez enGuadalajara, y con la generación de los Contemporáneos en su incesante búsqueda de unalírica nacional genuina y por tanto de índole literario universal.

De este modo podemos concluir provisionalmente, que el estridentismo en su afánconflictivo entre tradición y renovación, entre modernismo y vanguardia, vuelve latente lanecesidad del discurso artístico en el decurso de la vida cultural de nuestros días. Puestoque, como lo señalábamos con Alfonso Reyes, el decir lírico es el único ejercicio de lahumanidad que pone en valor las tres notas del lenguaje: la intelectual, la acústica y laafectiva, con ello podemos esbozar las exigencias de un lector comprometido a poner enjuego la imaginación. Tal vez la valoración estética de el contenido lírico de la prosaestridentista, arroje significaciones negativas en el contexto de un mundo inevitablementetecnificado, cuyas percepciones, intuiciones y juicios alzados por el hombre del presente,son imposibles de purgar a pesar de la afectación espiritual provocada por ese mundotecnificado en que continuamos consumiéndonos diariamente. En este sentido, la potencialindeterminación de la prosa estridentista y su acérrima oposición a los juicios estéticosdeterministas, nos llevan a repensar la necesidad de equilibrar la responsabilidad del

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conocer y el crear, del imaginar pero más aún, con el indeterminar aperturas de puertas ysonidos para la constitución de un mundo cultural que resiste armonías y desarmonías.

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