esteban fasciculo10 descartes

I.E.S. “Padre Manjón” Departamento de Filosofía. FILOSOFIA II. 2º de Bachillerato. Curso 2008-2009

Fascículo X Prof. Esteban Requena

© E.Requena. Dpto. de Filosofía. I.E.S. “Padre Manjón”

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FASCÍCULO X RENÉ DESCARTES X.1.- La vida de Descartes. X.2.- Las obras de Descartes. X.3.- El pensamiento de Descartes. X.4.- La Duda Metódica. Hay muchas personas que opinan que Descartes es el prototipo del filósofo moderno. Y no les falta razón, pues en él aparecen muchas de las características que simbolizan la ruptura con el mundo de la Edad Media. Así, Descartes en primer lugar rechaza de modo explícito la filosofía medieval, por vacua, estéril e inútil; y, al mismo tiempo, se interesa mucho por el desarrollo de las matemáticas y de las ciencias experimentales (sobre todo por la física), y además por elaborar una filosofía que esté de acuerdo con las exigencias de las ciencias modernas. El planteamiento general de su filosofía da nombre a una nueva corriente filosófica: el racionalismo. La idea principal del racionalismo es que debemos confiar en la razón como fuente de conocimiento, porque en ella se encuentran las únicas verdades sólidas y seguras, entre ellas las leyes de la naturaleza, que nos permitirán conocer y, sobre todo, dominar el mundo que nos rodea. Es decir, según los racionalistas no obtenemos el conocimiento a partir de la experiencia, de la observación del mundo, sino reflexionando y “observando lo que hay” en nuestra propia razón, en nuestra mente (espero que estas tesis no te resulten muy raras a estas alturas). Además, sólo la razón podrá garantizar la solidez de tales verdades. X.1.- La vida de Descartes.- Descartes había nacido en Francia, concretamente en la región de Turena, a finales del siglo XVI (1596). Sus padres eran ricos burgueses, lo que permitió a Descartes asistir a uno de los mejores “colegios de pago” de aquel tiempo, el Colegio de la Flèche, fundado y dirigido por los jesuitas (la verdad es que en aquel tiempo no había colegios públicos, como los hay ahora). Cuando acabó sus estudios en el colegio fue a la Universidad de París, donde se licenció en derecho a los 22 años. Cuando recibió su título de licenciado se dio cuenta de que había estado perdiendo el tiempo de modo lamentable porque, a fin de cuentas, “no había aprendido nada útil para la vida”. Por ese motivo, decidió aprender directamente de




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la vida, y emprendió un “viaje de estudios” por el centro de Europa. Como no andaba demasiado boyante de dinero, buscó un método que le permitiera viajar de manera “poco onerosa” (vamos, más o menos “de gorra”). Tras una profunda reflexión encontró esa manera de viajar en el ejército: por eso se hizo soldado en 1618, y eso le permitió conocer mundo. Cuatro años después abandona la vida militar y, posteriormente, fija su residencia en Holanda, buscando una cierta soledad y un ambiente más propicio a la libertad de pensamiento, ambiente que en aquella época no era muy normal en Francia. Desde allí hizo unos cuantos viajes a París, para ponerse en contacto con otros pensadores de su época. Cuando contaba algo más de 50 años fue invitado por la reina de Suecia para que organizara allí la Academia de las Ciencias Sueca y para que le enseñara filosofía. Su trabajo fue fecundo en lo que respecta a la Academia, pero enseñarle filosofía a la reina le costó la vida: como la reina estaba muy ocupada, sólo podía atenderlo a las cinco de la mañana. Tener que salir de la cama a esa hora, y el continuo tránsito del calor al frío, y viceversa, y su salud débil y quebradiza hicieron que pillara una pulmonía en 1650, enfermedad que le produjo la muerte. X.2.- Las obras de Descartes.- Descartes fue un hombre intelectualmente muy ambicioso. Fíjate si sería ambicioso que se había empezado nada menos que en conocer la verdad absoluta, ahí es nada1. Es otro más de la serie que vamos conociendo y que estaban convencidos de que podrían descubrir El Dorado. Cómo intentó conseguirlo, es algo que ya te contaré en apartados posteriores. En este momento sólo te voy a reseñar los libros que escribió para enseñarnos aquellas verdades que tan fatigosamente había logrado descubrir y de las que se encontraba francamente satisfecho. Sobre el tema de la filosofía, el libro más famoso de todos los que escribió se llama Discurso del Método. Se trata de un libro corto y fácil de leer en el que Descartes nos cuenta sus experiencias y algunos de los resultados más notables. Otro libro no menos famoso se llama Meditaciones Metafísicas; en este libro, en parte repite lo que dice en el Discurso del Método, hablándonos de la verdad, del hombre y de Dios. Otro libro que también es importante, aunque quedó sin terminar, lleva por título Reglas para la Dirección del Espíritu, cuyo título expresa con claridad el contenido del mismo. La obra Los Principios de la Filosofía es otro libro revelador. Descartes también destacó en el ámbito de las ciencias experimentales, escribiendo bastantes obras originales e influyentes. El Mundo o Tratado de la Luz, publicada después de su muerte, es la más ambiciosa de todas ellas. La Geometría

1 Esto se está convirtiendo en una especie de monomanía en algunos filósofos, ¿verdad?




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es un ensayo en el que nos habla, entre otras cosas, de la geometría analítica, inventada por el mismo Descartes. La Dióptrica y Los Meteoros son otras aportaciones no menos interesantes al conocimiento del mundo. Por último, obras referidas casi exclusivamente al conocimiento del hombre son Las Pasiones del Alma y El Tratado del Hombre. X.3.- El Pensamiento de Descartes.- Para entender las cosas que dijo Descartes, de las que algunas parecen ser de un aplastante sentido común y nada geniales, tenemos que tener en cuenta lo que te voy a decir ahora. Descartes quiere conocer todo lo que pueda en torno a la realidad. Esto ya te lo he dicho. Ahora bien, este conocimiento de la realidad lo obtenemos a través de muchas actividades intelectuales (para que lo entiendas, de muchas “asignaturas”) que parecen ser diferentes. Pues bien, para Descartes, todas estas ciencias que parecen ser tan diferentes, lejos de estar separadas, forman una unidad plena, es decir, todas forman parte de un sistema único, del sistema que podríamos llamar “el árbol del saber”. Todas las ciencias están relacionadas unas con otras, y las unas prestan su apoyo a las otras. Gráficamente presenta Descartes esta relación de la siguiente manera:

Toda la filosofía es como un árbol, cuyas raíces son la metafísica, el tronco es la física, y las ramas que salen de este tronco son todas las demás ciencias, las cuales se pueden reducir a tres principales: la medicina, la mecánica y la moral. R.Descartes, Los principios de la filosofía

Además, todas esas ciencias parecen tener una estructura deductiva, es decir (y esto te lo he explicado ya más de un puñado de veces) todas toman como punto de partida unos principios generales, a partir de los cuales se deduce el resto de las leyes de la ciencia2. Entonces, si alguien nos pregunta por qué son verdad las leyes de las ciencias, podremos contestar que estas leyes son verdad porque se deducen de los principios generales (a modo de ejemplo y aunque sea un anacronismo manifiesto, podríamos decir que las distintas leyes de la física se desprenden de las tres leyes fundamentales de Newton, y precisamente por esa relación de deducibilidad entre esas leyes y las tres leyes fundamentales de la física se aceptan como verdaderas). Pero claro, cuando damos esta respuesta estamos suponiendo la verdad de aquellas leyes fundamentales. Y siempre cabría preguntar por qué son verdaderas esas leyes, de dónde pueden deducirse. La

2 Está claro que te estoy hablando del método axiomático, o más bien, de algo muy parecido




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necesidad de responder a esta última pregunta hace que sea necesario buscar el fundamento de las ciencias. Descartes piensa que el fundamento de las ciencias no se encuentra en las mismas ciencias (recuerda el símil de árbol). Como dice en el Discurso del Método, los principios que sirven de fundamento a las ciencias se encuentran en la filosofía. Es decir, todas las ciencias tienen su base en la filosofía. Por tanto, hay que buscar en la filosofía las verdades que justifiquen y fundamenten las verdades de las ciencias. Esto quiere decir, y este es el auténtico programa filosófico de Descartes, que tendremos que hacer una investigación filosófica que nos permita descubrir unas verdades que sirvan de fundamento a las ciencias y que, por su parte, no necesiten de ningún apoyo o justificación posterior. En el fondo, de lo que se trata es de buscar alguna verdad que sea tan “verdadera” que sea absolutamente indudable, o, lo que es lo mismo, que se tan verdadera que nadie se atreva a preguntar por qué es verdad esa verdad de la que hablamos, sencillamente porque haría el ridículo al plantear tal pregunta sin sentido. X.4- La Duda Metódica.- Teniendo este proyecto en la mente, Descartes emprende una aventura curiosa: empieza a buscar entre las cosas que él creía conocer para ver si alguna de ellas es tan verdadera que resulte ser enteramente indudable. Y como Descartes era un tipo muy sistemático y ordenado, hace una revisión prácticamente completa de los distintos tipos de cosas que conoce para ver si puede encontrarles alguna “pega”. Y empieza su análisis, claro está, por las cosas más cercanas: por los sentidos. Y se pregunta: ¿Puedo fiarme de todas aquellas cosas que me dicen los sentidos? La respuesta es negativa: no puedo fiarme de los sentidos porque es claro y notorio que, a veces, los sentidos me han engañado. Conclusión:

Decidí suponer que no existía cosa alguna que fuese tal como los sentidos nos la hacen imaginar. Discurso del Método, Parte IV

A continuación le toca el turno a un conocimiento aparentemente tan sólido como las verdades de la geometría. Nuevamente se pregunta: ¿Puedo fiarme de las verdades de la geometría como si fueran enteramente indudables? No te lo vas a creer, pero, según Descartes, tampoco nos podemos fiar de las verdades de la geometría. ¿Por qué? Pues porque hay personas que se equivocan en cuestiones muy sencillas de geometría3. Y claro, ¿quién me asegura, piensa Descartes, que yo no soy uno de ellos, que me equivoco como los demás y también cometo paralogismos e

3 Esto forma parte, evidentemente, de tu propia experiencia personal. Más de un suspenso te habrá costado




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incurro en sofismas? Y por si fuera poco ¿quién me dice a mí que no hay un “genio maligno”, un diablillo4 [duda hiperbólica] que me está engañando y me hace creer que es verdad algo que es completamente falso? Después de todas estas preguntas llega a la siguiente conclusión:

Rechazaba como falsas todas las razones que hasta entonces había admitido como demostraciones. Discurso del Método, Parte IV

Por último, aunque no podamos fiarnos de todas estas cosas ¿podremos negar que sean verdad las cosas que sentimos en un momento determinado? Por ejemplo: ¿no es absolutamente cierto que ahora mismo me estoy estudiando los apuntes de Descartes? ¿Quién, en sus cabales, puede ponerlo en duda? Pues bueno, Descartes también lo pone en duda diciendo que también ha tenido pensamientos de este tipo cuando estaba soñando, y en modo alguno era verdad que en esos momentos estaba estudiando (todo eso no era nada más que una pesadilla). La experiencia inmediata, que es como llama Descartes a este tipo de experiencias, no es tampoco una fuente de verdad absolutamente indudable. Por ello

Me resolvía a fingir que todas las cosas que hasta entonces habían alcanzado mi espíritu no eran más verdaderas que las ilusiones de mis sueños. Discurso del Método, Parte IV.

Aquí se acaba este proceso. Como habrás podido observar no parece quedar ningún rincón donde buscar una verdad indudable. Y la respuesta ha sido negativa. Todo este proceso que te he descrito se conoce con el nombre de duda metódica. Creo que está claro por qué se llama “duda”; el apelativo “metódica” quiere decir que el proceso que presenta Descartes no es una duda real; es decir, Descartes no se había quedado realmente paralizado en su vida después de tales reflexiones. Este proceso no es más que un método, un procedimiento para la búsqueda de la verdad. Esto se ve muy claro si te fijas con detalle en las palabras que aparecen subrayadas en los textos de Descartes que te he citado.

Y ya está. Con este mensaje desesperanzado, negativo, termino este fascículo. Pero no te preocupes. Pocos son los filósofos que no tratan de salir desesperadamente del agujero en el que, muchas veces, ellos mismos se han metido. No dejes de leer el próximo fascículo.

4 Esta duda parece ser excesiva, puedes pensar tú. Y llevarías razón si pensaras eso. Por ser tan exagerada se le llama duda hiperbólica. Pero es que Descartes es tan riguroso que no quiere dejar nada sin revisar, ninguna posibilidad sin analizar.




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SECCIÓN DE TRABAJO PERSONAL. Espero que retomes con entusiasmo este tipo de trabajitos. Ya sabes que no es por mí; es que si los haces podrás asimilar mejor todas las ideas que te explico. Y si a veces se parecen las preguntas del vocabulario y de la sección “por lo menos debes saber”, no seas vago y responde dos veces. La respuesta no es idéntica en ambos casos y siempre podrás realizar nuevas matizaciones. VOCABULARIO.

- Dióptrica - Estructura deductiva - Suposición - Fundamentación de las ciencias - Indudable - Paralogismo - Experiencia inmediata - Metódico

Actividad personal en tu cuaderno de filosofía. Me imagino que la “duda metódica” no te parecerá un proceso enteramente convincente. Si es así, dime qué harías tú para buscar una primera verdad absoluta. Si no es así, dime por qué te parece convincente el proceso que te describe nuestro amigo Renato. Por lo menos debes saber

• Cuáles son las tesis centrales de los filósofos racionalistas en lo que se refiere al conocimiento

• Cuáles son las auténticas pretensiones de Descartes • Cómo concibe Descartes el sistema del saber • Cómo deben fundamentarse las ciencias particulares (la física, las matemáticas,

etc.) según Descartes • Qué sentido tiene la duda metódica • Cuántas fases tiene la duda metódica

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